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Némesis Divino I: El juicio de las Horas


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549 respuestas a este tema

#61 -Felipe-

-Felipe-

    Bang

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Publicado 02 noviembre 2014 - 21:17

La historia es buenísima, me quedé enganchado de principio, y tengo algunos comentarios... algunos varios. Lamento si se hace algo pesado.

 

1. Si bien me parece que la idea de que el reloj gigante de verdad marque las horas es genial, creo que los relojes con minutero recién se empezaron a construir mucho después del 1500 xD

 

2. No me gusta la Athena, ¿Cuántos años tiene la chiquilla molesta esta? jaja ... Ah, ya vi, 14, parece de 8, ojalá logre superar a Saori algún día.

 

3. Me cae bastante bien Sagitario, es un pillín :)

 

4. Sobre este comentario "Nunca me gustó mentir, hermano.", ¿no es lo que hizo con los guardias al principio? ¿Y justo después de decir eso también? O sea, ese comentario es en sí mismo una mentira también jaja

 

5. Mostrar a los guardias, a Glauco y a los otros dos, me pareció excelente. Los tramoyas de SS...

 

6. Es increíble el detallismo, los escenarios, la descripción de personajes, todo muy bien llevado. Y sin faltas de ortografía (excepto solo un par que vi por ahí, además de un tema con el último diálogo del primer capítulo, donde Escorpio habla "dos veces"), pero fuera de eso, perfecto.

 

7. "un gran poder implica una gran responsabilidad" ... Yes...

 

8. Y finalmente... sobre las máscaras. Yo en todos mis fics de SS simplemente lo eliminé, nunca se usaron ni usarán máscaras, me parecía una idea tan sencillamente id*ota... Pero bueno, ¿en algun momento pensaste simplemente algo así, o desde el principio decidiste mantener la idea de Kurumada -aunque aboliendo la ley de la máscara en el proceso-?

 

Eso por ahora. Definitivamente voy a seguir esta historia.


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#62 Killcrom

Killcrom

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Publicado 03 noviembre 2014 - 05:21

en el comienzo cuando aparece itsvan  en la mente se me vino como la musiquita de hades cuando aparece un malo   que esta relacionado con el bueno  y el bueno se sorprende por la llegada de este ....mi imaginacion  estaba al 100% xd 

 

itsvan me parecio a suikyo  de nd que uno no sabe si al final es bueno o malo eso me gusto mucho pues me quedo en la cabeza dando vueltas 

 

siento que itsvan es un maestro que quiere darle algo a entender a iskandar que se vera en el proximo capitulo ....

 

la pelea te quedo lujosa con mucho sentimientos  senti mucho resentimiento por parte de iskandar ..pero ala ves senti que itsvan  hizo lo que hizo de abandonarlo y buscar otro camino quizas para defenderlo?o algun secreto presiento ...(bueno solo son presentimientos mios xd)

 

 

espero el siguiente capitulo me gusto mucho  itsvan  veamos que  clase de informacion trae dentro de el para esta guerra 

 

 

 

gran fic  y tu forma de escribir es demasiado increible yo que no leo tanto ni en el colegio leia xd ....te digo es tan facil leerlo que dan ganas de llorar xd lol

 

¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer, amigo Zeus!

 

Creo que lo comenté por arriba. No me gusta demasiado que un personaje sea bueno o malo, sin matices. Ístvan tiene -al parecer- buenas intenciones, pero ha asesinado a un par de guardias a sangre fría. ¿Eso lo hace un villano? No lo sé, pero es lo divertido. Cada uno tiene que darse su propia respuesta. 

 

Sí es cierto que hay algo que Ístvan quiere enseñar a su hermano. ¡Mañana mismo se dará la respuesta!  :lol:

 

Este combate no es mi favorito. Hay otros que creo son mejores. En concreto uno en el capítulo 11 o 12. Aún queda mucho para eso, pero no creo que sea un spoiler decirlo, ¿no?  :unsure:

 

Por cierto, me alegra mucho que digas que el fic es fácil de leer. ¡Cuando veas algo que no se entienda bien, dímelo!

 

Un abrazo.

 

Bueno en este capítulo fue bueno ver una nueva técnica de parte del escorpion y sobre su hermano aun tengo algunas dudas sobre el ataque que sometió al escorpion dorado

Ahora de a quien sirve Itsvan la tal diosa de la justicia Diken me sorprendió mas y sobre todo porque usan constelaciones de las horas!!

 

¡A Iskandar aún le quedan algunas técnicas que enseñar! ¡Sólo dale un poco más de tiempo! ¿Qué no entendiste sobre la técnica que usó Ístvan? Quizá pueda solucionar esas dudas...

 

Las Horas tendrán también su desarrollo, aunque probablemente menos que los santos. ¡Hay que darles también su oportunidad!

 

Muchas gracias por tu tiempo, amigo. Hoy no me dará tiempo, pero cuando lo tenga, pasaré por tu fic. Los lunes son días que tengo cargados de cosas que hacer.  :wacko:

 

La historia es buenísima, me quedé enganchado de principio, y tengo algunos comentarios... algunos varios. Lamento si se hace algo pesado.

 

1. Si bien me parece que la idea de que el reloj gigante de verdad marque las horas es genial, creo que los relojes con minutero recién se empezaron a construir mucho después del 1500 xD

 

2. No me gusta la Athena, ¿Cuántos años tiene la chiquilla molesta esta? jaja ... Ah, ya vi, 14, parece de 8, ojalá logre superar a Saori algún día.

 

3. Me cae bastante bien Sagitario, es un pillín :)

 

4. Sobre este comentario "Nunca me gustó mentir, hermano.", ¿no es lo que hizo con los guardias al principio? ¿Y justo después de decir eso también? O sea, ese comentario es en sí mismo una mentira también jaja

 

5. Mostrar a los guardias, a Glauco y a los otros dos, me pareció excelente. Los tramoyas de SS...

 

6. Es increíble el detallismo, los escenarios, la descripción de personajes, todo muy bien llevado. Y sin faltas de ortografía (excepto solo un par que vi por ahí, además de un tema con el último diálogo del primer capítulo, donde Escorpio habla "dos veces"), pero fuera de eso, perfecto.

 

7. "un gran poder implica una gran responsabilidad" ... Yes...

 

8. Y finalmente... sobre las máscaras. Yo en todos mis fics de SS simplemente lo eliminé, nunca se usaron ni usarán máscaras, me parecía una idea tan sencillamente id*ota... Pero bueno, ¿en algun momento pensaste simplemente algo así, o desde el principio decidiste mantener la idea de Kurumada -aunque aboliendo la ley de la máscara en el proceso-?

 

Eso por ahora. Definitivamente voy a seguir esta historia.

 

Gracias por tomarte el tiempo de leer lo que llevo publicado, Felipe. No te preocupes que un comentario nunca se hace pesado, ¡y mucho menos cuando trae consejos y observaciones!  :lol:

 

La verdad es que no sabía lo de los minuteros. Siendo así, habrá algún que otro error más adelante. Nada importante. Añadiré alguna explicación de que el Santuario tiene conocimiento de tecnología más avanzada y listo. ¡JOJOJO! En realidad, en la biblioteca del Santuario hay libros del futuro (no preguntes cómo) y, por ejemplo, conocen todos los planetas del sistema solar, que como bien sabes, era información desconocida en 1500. De todas formas, ¡espero que perdones el desliz!  ^_^

 

A mí la señorita Alisha me gusta mucho, aunque es cierto que actúa como una niña de 8. Superar a Tontori... pues si es en estupidez, ¡seguro que lo logra! Ya verás, le tengo planes reservados. Pero en estos capítulos seguirá siendo una bi*ch!

 

¡Lo de Sagitario acaba de empezar! Si es mujer, le gustará. Este personaje también guarda sus secretos... 

 

Ístvan es en sí mismo una mentira. Pero tranquilo, que eso está previsto. No recuerdo si fue en esta parte o en la siguiente cuando hago una acotación en la que explico que "no lo dice todo". De todas formas, los soldados están muertos... ¿quién les va a preguntar si mintió o no?  (¿Sixto? ¿Quién es ese Sixto? *apunta algo en una lista sospechosa...)  :devil:

 

Me gusta hablar de los soldados en la historia. No tienen ningún papel importante, salvo morir, dar recados, o morir dando recados. Al margen de "los peores soldados del Santuario" vistos en el capítulo 2, creo que habrá más. ¡Disfruta de su estupidez! ¡Jajajaja!

 

Gracias por las palabras que me dedicas. A veces creo que describo demasiado y que no logro explicarlo todo tal y como me gustaría, pero supongo que con el tiempo, aprenderé a hacerlo mejor. Si vas a seguir leyendo, te pido que por favor señales todos los errores que veas (si no es mucho trabajo y quieres hacerlo). Hay cosas de las que no me doy cuenta o que simplemente desconozco, como el detalle del minutero.  :08:

 

Lo del poder y la responsabilidad, es decir, ese "yes"... lo dices porque todos son unos irresponsables, ¿verdad? ¡Ja! Sé que es una frase hecha, pero queda cool.  :rolleyes:

 

El tema de las máscaras... nunca me gustaron. En mis primeros fics pasé olímpicamente de ellas. En la primera versión de esta historia también. Al llegar a la que estás leyendo ahora, pensé en mantenerlas, pero me dije "si lo hago, perderé las expresiones de muchos personajes", y decidí mandarlas a paseo. Pero hacer un guiño diciendo que esa ley quedó abolida me pareció interesante. 

 

Gracias por haber decidido seguir la historia. Yo seguiré leyendo tu reconstrucción de la serie original. El único problema que tengo es que darte comentarios es bastante agotador (en el buen sentido), porque sé que no vale solo hablar del argumento. Procuraré señalar otros detalles por si te sirven para seguir progresando. En la medida de lo posible, ¡ayúdame también a mí!  :lol:

 

--------------------------------

 

¡Abrazos! ¡Mañana publicaré la segunda y última parte de este capítulo 3! 

 

¡Y por cierto, Tetzauhteotl dibujó a la señorita Alisha (Atenea) en su cama! ¡Quiero compartir su dibujo con todos vosotros y darle las gracias con una e*ección afectuosa el corazón! 

 

Quizá no lo sabías, Tetza, pero hoy es mi cumpleaños. ¡Me lo tomo como un regalo! Y por cierto, puedes publicar lo que quieras en tus comentarios (dibujos, enlaces o lo que sea). Mientras mantenga el índice actualizado, no habrá problema con el orden. 

 

¡La dibujaste a la perfección! ¡Justo así es como la imagino!  :wub:  ¡Muchas gracias!

 

DWUZAk6.jpg?1

(Arriba, la señorita Alisha recién despierta, esperando a que Killcrom le dé los buenos días)

 

¡Hasta mañana, amigos!


Editado por Killcrom, 03 noviembre 2014 - 05:30 .

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#63 carloslibra82

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Publicado 03 noviembre 2014 - 12:16

Feliz cumpleaños entonces, amigo killcrom. Sólo puedo darte de regalo mis saludos y decirte q tu fic es genial, y q la atmósfera de misterio que tiene es cautivante. Espero con ansias el día de mañana para poder leer el final de la pelea entre hermanos. Saludos!!



#64 ALFREDO

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Publicado 03 noviembre 2014 - 14:57

Buenas Killcrom, me decide volver a leer tu Némesis divino 2.0. Aunque en realidad no recuerdo mucho el guion anterior, solo me suenan los nombres, que veo reciclaste. La historia empieza diferente, por lo  que veo tu estilo sigue intacto, muy bien descrito y con coherencia.

 

El Prologo

Bastante descripción para mi gusto, un prologo debe ser un poco mas corto, aunque le das mucho énfasis en tales palabras.

Los personajes, pues salvo Istvan no creo q los otros haya mucho q resaltar, pues eran soldados rasos, me deja la curiosidad q armadura portaba y de que ejercito ahora pertenece Istvan.

Capitulo 1. Parte 1.

La misteriosa presencia del regreso del original escorpio, curioso porque será que los fiker siempre consideran sacar dos santos de su signo, algo muy subjetivo XD, aunque yo también lo planeo,

No hay mucho que intuir, salvo ya q aun no se revela nada, solo deja la inquietud cual serán los motivos del regreso de itsvan para dejar tal mensaje su hermano.

Parte 2

Capitulo transitivo y seguimos con incertidumbre,  Istvan sigue al acecho de su hermano y al parecer se encontró  con el niño amigo de su hermano menor, Milo, guiño al clásico. Por otro lado esperaba q se encontraran en el primer capitulo, pero no sucedió, ojala veamos pronto el combate, ya q falto un buen combate inicial hasta el momento, es de lo que carece el comienzo…

 

Saludos…


Editado por ALFREDO, 03 noviembre 2014 - 14:58 .

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FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes


#65 Killcrom

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Publicado 04 noviembre 2014 - 10:12

¡Buenas tardes, amigos! ¡Hoy es día 4 de noviembre, por lo que toca publicar! En esta ocasión os traigo la segunda y última parte del capítulo 3 de Némesis Divino

 

Añadiré PDF del capítulo 3 completo al post principal.

 

Pero antes, quisiera responder a los comentarios que quedaron colgados. Los introduzco en spoiler para no dificultar la lectura del capítulo en sí. 

 

Spoiler

 

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Ahora sí, a publicar el capítulo. MUCHAS GRACIAS a todos por la cantidad de comentarios que me estáis dejando. Para mí esto es un sueño hecho realidad. ¡Espero que mis palabras puedan alcanzaros a todos! ¡Espero poder dar más de mí y seguir aprendiendo!

 

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RESUMEN DEL CAPÍTULO 3 (PARTE 1)

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

- Alisha (Atenea): joven que será encarnación de la diosa Atenea. Hermana de Éurito.

- Ístvan de Hésperis: el viejo caballero de Escorpio, hermano de Iskandar.

- Iskandar de Escorpio: un joven santo dorado de gran corazón.

- Milo: un niño de Atenas que busca la ayuda de Iskandar.

- Selina: joven durmiente

 

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(Capítulo 3. Parte 2 de 2)

 

—Sin duda eres un caballero dorado, Iskandar —aceptó Hésperis mientras veía cómo los fragmentos dorados de la hombrera izquierda de Escorpio caían al suelo, hechos trizas—. Has aguantado el despliegue de poder al que te he sometido. Tenía esperanzas de que esto fuera suficiente, pero ya veo que no. Quizás me he controlado demasiado.

 

—Has sido capaz de destruir una armadura dorada… ¿Cómo es posible que tú…? —Iskandar, aunque furioso, estaba paralizado por el gran poder que había demostrado su rival y hermano—. Pero no me detendré —afirmó—. He jurado que despertaré a Selina, ¡y ni tú ni nadie lo va a impedir! —A pesar de sus palabras, no sabía si iba a ser capaz de moverse; le dolía todo el cuerpo.

 

—Y sin embargo, tu cosmos ha descendido hasta casi extinguirse —observó Ístvan—. ¿Cómo piensas pelear ahora que tienes el brazo izquierdo inutilizado? —La sangre que caía abundante del brazo de Iskandar destacaba entre los trocitos de metal dorado del suelo—. Ríndete. No seas mal perdedor. Me hubiera gustado dejarte inconsciente, pero es un hecho que no puedes seguir peleando. Al menos, no debes hacerlo —se corrigió. Para su sorpresa, Iskandar se irguió y comenzó a caminar, dejando un reguero de sangre tras cada paso.

 

—Lo siento, pero no tengo tiempo para perder aquí. De hecho, regresar al Santuario en este estado ya me va a traer más problemas de los que me gustaría… —dijo Escorpio de forma amarga—. Además, tengo una promesa. —Sus pasos, lentos y agotados, le aproximaron a Hésperis. Una vez estuvo a un palmo de él, en vez de tratar siquiera de golpearle, le ignoró dándole la espalda, como dejando ver que el combate había acabado.

 

—Iskandar, ¿no olvidas que si perdías, debías aceptar el Juicio de las Horas?

 

—Sí… —Escorpio guardó silencio—. Lo recuerdo, pero… esto ha ido más lejos de lo que esperaba. No tengo tiempo… No para perderlo aquí. Iré a por ella con o sin el ícor.

 

Entre la charla y aquel fugaz combate, la madrugada ya tocaba a su fin, y la oscuridad más profunda, la de antes del amanecer, ya se había extinguido. Un tímido y casi incipiente sol empezaba a brillar por el este. Iskandar debía apresurarse, pues su salida del Santuario no pasaría desapercibida por mucho más tiempo. Aunque contase con la autorización de Atenea, había desobedecido al Patriarca, y eso podría acarrearle problemas serios de no regresar pronto.

 

«Estoy metido en un lío gordo, maldita sea.»

 

El Ístvan hermano, no el guerrero, suspiró al ver al maltrecho escorpión alejarse. Aquellos pasos, lentos pero decididos, le provocaron un nudo en el estómago. Se estaba desangrando, y a pesar de todo seguía caminando. ¿Por qué no mantenía su palabra?

 

—Jamás te eduqué para pisar tus promesas —arremetió—. Siempre honor. ¿Lo has olvidado ya, Iskandar? —El propio Ístvan encontró una maraña en sus sentimientos: él mismo había luchado por sus intereses en el pasado. ¿Acaso era la persona apropiada para hablarle a su hermano del deber? Llegaba tarde. Seis años tarde—. ¿Es porque te abandoné? —Al alzar la cabeza, se dio cuenta de que el firmamento empezaba a tornarse anaranjado por su izquierda.

 

—Estoy decidido a salvarla —respondió Escorpio con la voz débil—. Lo siento, pero tú mismo lo has dicho. Es una promesa. Puedes quedarte con tu salvación —señaló de forma irónica—. No te la he pedido. Y con tu ícor —añadio. A Iskandar le ardía el corazón con fuerza; sentía la necesidad de cumplir lo que había dicho a Milo el día anterior, y estar ahí, perdiendo el tiempo con su hermano, le estaba enfureciendo.

 

¡Le había abandonado! ¿Quién diablos pensaba que era?

 

—No me dejas alternativa —negó con la cabeza.

 

Ístvan respiró con los ojos cerrados. Dejó que sus pulmones se llenaran de aquel aire mancillado por el polvo de la batalla. Cuando lo expulsó, comenzó a sentir lo que la diosa de la justicia, Diké, le había otorgado tiempo atrás. ¡El don de las Horas era como un hormigueo en el corazón! Ahora, todo lo que tenía que hacer era utilizarlo. Alzó su mano al cielo y, tras concentrarse, clavó la mirada en Iskandar, que seguía marchando rumbo a Atenas. No desprendió cosmos alguno. El cosquilleo del corazón se extendió por su caja torácica, atravesándola. Subió por la axila y recorrió el camino de su brazo hasta brillarle como un rubí precioso sobre la mano.

 

Aquello era lo que buscaba: el Juicio de las Horas, oculto en su corazón, apareció ante él como una piedra preciosa y rojiza. Sólo tenía que romperla… Ístvan sostuvo entre sus dedos la gema y la dirigió hacia su hermano, viéndolo a través del cristal tintado. Ya caminaba lejos, por donde los árboles volvían a aparecer.

 

—Eso es. Ya no hay vuelta atrás —susurró para sí. Entonces, la gema crujió. Notó un leve mareo. Un rayo de luz dorada recorrió la distancia entre Iskandar y Hésperis en un suspiro.

 

Escorpio quedó paralizado, con los ojos abiertos como platos. Era como si algo le llamase… Sin esperarlo, una columna de luz blanca cayó del cielo sobre él, destrozando la tierra a su alrededor. Fuera lo que fuese el resplandor, quemaba como el fuego y le robaba la energía tan rápido que cayó de rodillas, extenuado. No tenía ya fuerzas ni para gritar. Envuelto en la luz, un dolor opresivo se le agarró al corazón y empezó a apretar. Los latidos hacían el martirio cada vez más intenso. Empezó a sudar y llorar sin razón. La vista se le ennegreció como si le inyectaran tinta en los ojos. Cuando se desplomó, no pudo reprimir las arcadas y acabó manchándose de su propio vómito. Por último, quedó inconsciente.

 

Ante el extraño espectáculo, Ístvan empezó a correr buscando a su hermano. El miedo se le había agarrado al alma. Cuando llegó, se puso de rodillas por delante y lo tendió sobre su regazo, boca arriba. Quedó paralizado al ver a Iskandar con los ojos en blanco. ¿Qué acababa de suceder?

 

*  *  *

 

Cuando Iskandar abrió los ojos, se encontró ante sí mismo seis años antes. Ahí, solitario, en mitad de un día lluvioso, pero sentado en el tranco de la casa de Escorpio, el adolescente le miraba con ojos bañados en lágrimas.

 

—Es cierto. Los santos de Atenea no deben actuar de forma egoísta —dijo el muchacho. Iskandar, agotado por su combate y la paliza de dolor que acababa de recibir, caminó hacia su yo pasado, contemplándolo como si no creyese lo que estaba viendo. Pero no se acercaba, sino que se mantenía clavado en el mismo sitio a pesar de mover los pies.

 

—¿Tú eres… yo? —murmuró Iskandar para sí.

 

—No, tú eres yo —enfatizó—. Mi tristeza es la tuya, y no al revés. Tú nunca has dejado de ser un niño, ¿no es así?

 

—¡Eres tú el que es un niño! —Iskandar recriminó con toda su fuerza, gritando, como si ello le confiriera mayor grado de verdad—. ¡Vete, tú no puedes estar en mi vida! ¡Tú no deberías existir! ¡Esto es un sueño!

 

—¿Y qué si lo es? ¿No son mis palabras reales? —replicó el adolescente de ojos azules, profundamente iluminados. Tras ponerse de pie, caminó hacia su yo mayor y le postró una mano en el muslo—. No temas. Yo reflejo tus miedos, y tú tienes miedo de estar solo, lo mismo que yo. Eso es porque nos abandonaron. Mírame.

 

Iskandar, sorprendido, contempló el rostro del joven. Estaba tan cerca de su yo pasado que podía incluso sentir su calor. Y aquellos ojos, tan cargados de azul, tan melancólicos, le dieron miedo. Reflejaban soledad, inseguridad, pesimismo.

 

—¿Son mis ojos como los tuyos? —preguntó el mayor.

 

—No, mis ojos son como los tuyos —le corrigió—. Buscan ser amados. ¿Qué es lo que más deseas, Iskandar?

 

-Yo… —El santo dorado titubeó. No sabía bien qué responder. Nunca antes se había hecho esa pregunta—. ¿Defender la paz de Atenea?

 

—Tu respuesta carece de fuerza. Inténtalo otra vez —ordenó el muchacho mientras se mesaba la melena, del mismo color entre rubio y castaño que la del escorpión celeste—. ¿Guardas silencio? —inquirió tras varios segundos sin respuesta—. Entonces te lo diré yo, Iskandar.

 

La versión pubescente del dorado se disolvió a la vez que un terremoto derrumbaba la casa de Escorpio, desatando una polvareda infernal. Todo se halló opacado por niebla marrón, y se mantuvo así hasta que el suelo volvió a ser firme. Y de nuevo, Iskandar se halló sumergido en una noche sin fin, ante un escenario mucho más reciente que el anterior: se encontraba a las puertas del propileo de la acrópolis de Atenas. Ante él, otro niño, esta vez de melena morada, le suplicaba entre llantos.

 

—¡Salva a mi hermana, Iskandar! ¡Sin ella no soy nadie! —Escorpio no comprendía bien lo que sucedía; sólo tenía claro que minutos antes, una columna de luz le había herido el corazón, y que ahora se encontraba posiblemente inconsciente. Por lo tanto, debía estar soñando… o muerto—. ¡Sálvala, por favor! ¡No quiero quedarme solo!

 

—¿Soledad? —respondió Iskandar, o más bien una voluntad ajena que le hizo hablar—. Debes acostumbrarte a ella, pequeño. Tu hermana no va a regresar.

 

—¿Cómo dices? —El pequeño Milo, entre sollozos, cayó de rodillas y gritó desconsolado. Escorpio se sintió miserable por haber dado aquella respuesta a pesar de que sabía que aquello no era real, a pesar de saber que él no habría proferido esas palabras jamás. De pronto, antes de que el remordimiento le quemase más, escuchó pasos; unas botas metálicas chocaban contra el suelo, cada vez más próximas. Cuando se dio la vuelta, contempló la figura de su hermano, Ístvan, acercarse.

 

—Ella no va a regresar. —Cuando Iskandar ladeó la cabeza, vio con horror que Milo ya no estaba allí. En su lugar, un diminuto esqueleto yacía tendido en el suelo, en posición fetal—. Así es la soledad —profirió el Hésperis del sueño—, te retuerce en tu dolor, y por último, te convierte en polvo.

 

Una ráfaga de aire se coló entre ambos hermanos azotando el esqueleto, al cual deshizo como si estuviese hecho de arena. Los ojos de Iskandar se llenaron de lágrimas.

 

—¡No puedo dejar que esto suceda! ¿No lo comprendes? ¿No puedes comprender que él no debe pasar por lo mismo que yo? ¡Tú me abandonaste, maldita sea! ¿Cómo voy yo a abandonarle a él? —reprochó tras señalar el lugar donde se habían posado los huesos de Milo.

 

—Ese es tu deseo —apuntó Ístvan.

 

—Ese es tu deseo —la voz de Milo resonó en el vacío, retumbándole en los oídos con estridencia.

 

—¡Ese es nuestro deseo! —Gritó el Iskandar adolescente.

 

—Tú no deseas servir a Atenea. Sólo te sirves a ti mismo. Tienes miedo de la soledad, tienes miedo de que nadie te ame. ¿No es así, Iskandar de Escorpión? —Todo se volvió negro. Todo quedó acallado por la voz del silencio. Entonces, inmerso en un océano de quietud, aquella voz extraña volvió a hablar—: Tienes miedo. Un miedo atroz. Acéptalo, pues es lo único que puedes concederte.

 

Iskandar no logró encontrar su cuerpo, pero en aquel mar negro había una esfera púrpura. Un hombre meditaba erguido en su interior. Su cabello era largo, rizado y castaño. Su faz era joven y demasiado familiar. Estaba vestido con una armadura de sombras, pero los contornos eran clarísimos a pesar de la oscuridad. Se trataba de una réplica sombría de Escorpio. Y no solo de la prenda, sino de sí mismo. Cuando se dio cuenta, el hombre meditabundo abrió los ojos, revelando al dorado un secreto en ellos: soledad, inseguridad, pesimismo.

 

—¿Qué va a ser de Milo si no salvamos a Selina? No… —rectificó con voz de ultratumba—. No, ¿qué va a ser de nosotros? Estaremos condenados a matar a nuestro corazón y servir a Atenea por los siglos de los siglos.

 

El dolor del corazón de Iskandar había cesado momentos antes, cuando se dio cuenta de que quien estaba ante sí, vistiendo esa versión tosca y oscura de su armadura, era él mismo; su otro yo.

 

—¿Pero qué hay de malo en tener miedo? ¿No es eso lo más humano del mundo? ¿No eres, acaso, humano? ¿No somos humanos, Iskandar?

 

—¿No eres humano, Iskandar? —profirió la voz desconocida. Retumbaba por todos lados. Dondequiera que mirase, no veía nada, pero era capaz de sentir una presencia que le gritaba directamente al corazón—. El egoísmo será lo que te salve. ¡Abre los ojos, Iskandar!

 

Escorpio sintió punzadas en el corazón y en el hombro. Podía escuchar una voz muy lejana parecida a la de su hermano. Le llamaba incesantemente, una vez tras otra: «Iskandar, Iskandar».

 

La copia sombría de sí mismo desapareció, y una especie de cara desfigurada se formó en el océano de oscuridad. Era enorme. Alrededor de aquella especie de cara brillaban las estrellas, infinitas y bellísimas, cargadas algunas de luz celeste y otras de rojo. Pero no encontró facciones: ni la boca que le hablaba, ni nariz, ni esos ojos infinitos que sin duda le observaban. Todo estaba deformado, convertido en un vórtice de líneas de plata y de sangre que no dejaban de girar.

 

En aquel rostro distorsionado se aglomeraba el dolor, el rencor, el miedo… un pavor tan grande que heló las venas del santo un instante antes de que pudiera regresar en sí.

 

*  *  *

 

Escorpio abrió los ojos y contempló una silueta conocida, aunque todavía borrosa. Se hallaba algo confuso, pero poco a poco venían a él los recuerdos, incluyendo ese extraño sueño que le insistía en salvar a Selina.

 

—¡Iskandar! ¡Al fin has vuelto! —Despacio, la visión le fue regresando. Se sentía mal: tenía ganas de vomitar de nuevo, y un dolor punzante le sacudía el brazo, desde la mano hasta la clavícula. No creía tener el brazo roto, pero sí inutilizado por un buen tiempo a menos que se lo tratase en la Fuente de Atenea. Ahora que lo pensaba bien… ¿no había algo de Atenea que podía salvar a Selina?

 

El escorpión celeste frunció el ceño y, tras girarse y caer al suelo desde el regazo de su hermano, se arrodilló y se levantó despacio. Su melena lucía despeinada y llena de tierra, y tenía todo el brazo izquierdo ensangrentado. Había manchado incluso el brazal y el guante de carmesí. Tras respirar profundamente varias veces y despejarse, se giró hacia su hermano y le dirigió una mirada desafiante.

 

—¿Estás satisfecho? ¿Puedo ir ahora a cumplir mi promesa? —Quedaba ya muy poco para que todo el cielo se abriese en un nuevo día cargado de añil.

 

—¿Tu promesa? ¿Acaso no…? —A Ístvan le recorrió un escalofrío. Había utilizado el Juicio de las Horas contra su hermano. ¿No se suponía que ahora no actuaría por motivos egoístas?

 

—Dame el ícor, Istvan. Me has obligado a soportar tu técnica. Ahora eres tú quien debe cumplir su palabra —gruñó. Apenas pudo mantenerse en pie, pues en ese instante sintió un vértigo y todo le dio vueltas. Una extraña fuerza le hizo recobrar el equilibrio en un parpadeo.

 

Hésperis, todavía de rodillas en el suelo, levantó con visible decepción. Sabía que la toga seguía amarrada en aquel árbol lejano, que por suerte quedó más allá del radio de la Spira Mirabilis. Caminó hacia ella en silencio y soltó el nudo que la sujetaba. Con la prenda en sus manos, buscó el pequeño vial y lo sacó. Lo miró como si fuera su último recurso.

 

—Tendrás que arrebatármelo. —gritó a su hermano, que esperaba lejos. Tras bajar la cabeza, sacudido por la vergüenza de faltar a su palabra, escondió el vial bajo su guantelete izquierdo.

 

Le dolía oponerse así a Iskandar, a quien no veía desde hacía más de un lustro. Pero ya una vez desertó incumpliendo su juramento de lealtad, así que… ¿qué importaba que un traidor mintiese? Todo era por salvarle; por impedir que aquella visión de su muerte se hiciese realidad.

 

—Tú no has visto lo que yo, Iskandar. Aún sigo siendo Hésperis. Mi misión sigue siendo evitar que cometas una estupidez. —Él sabía que, con la conmoción del juicio y la técnica que le había inutilizado el brazo, Iskandar estaría débil. Ganarle sería fácil. Le derrotaría y le devolvería al Santuario, donde debía estar.

 

El dorado de Escorpio, pese a su aspecto deplorable, se irguió con el brazo derecho flexionado y comenzó a acumular cosmos. Su melena se alzó por las ondas de energía ascendente. Sus ojos, si bien entrecerrados por el cansancio, mostraban la fiereza de una determinación férrea. ¿Qué demonios le movía?

 

Aun con toda la energía que logró acumular en esos segundos, Ístvan no percibió amenaza; el cosmos de su hermano había descendido casi hasta el nivel de un santo de plata, o eso calculó. Contemplando cómo corría hacia él, se seguía preguntando por qué había fallado el conjuro con el que le había bendecido Diké, la diosa de la justicia. Tuvo miedo al intuir algo…

 

«Lo siento mucho, Iskandar. Cuando estés a punto de golpearme, te noquearé —murmuró. Hésperis se concentró para acumular cosmos y contraatacar, pero… —¿Qué sucede? ¡¿Por qué mi cosmos no arde?! —¡Escorpio estaba cada vez más cerca!»

 

—¡Antares! —Aún estaba a varios metros, pero se convirtió en un proyectil escarlata, superando con creces las expectativas de Ístvan, que además se veía despojado de su cosmos.

 

El impacto fue rápido y preciso: golpeó exactamente el mismo punto de la coraza que la primera vez, cuando partió uno de los picos de la estrella de ocho puntas. Esta vez, la pechera cedió y se abrió un agujero en torno al sitio donde golpeó. Varios fragmentos de metal rojizo se desprendieron para caer al suelo, e Istvan perdió el equilibrio con los ojos desorbitados.

 

«¿Por qué? ¿Por qué me has abandonado, mi cosmos?»

 

La energía de Antares se acumuló en el interior del pecho de Hésperis, estallando en un bramido de ira y cosmos. El impacto no fue ni una décima parte del de la primera vez, pero bastó para que de su herida brotase una cascada de sangre carmín. Cayó al suelo de espaldas a la vez que la melena rubia, empapada de su propia sangre, le tapaba el rostro.

 

—Hermano —susurró. La sangre le subía por la garganta, rezumándole de entre los labios. Apenas escuchaba, y mucho menos veía. Deseó sentir por última vez a su Iskandar, pero quedó inconsciente antes de tan siquiera poder despedirse.

 

Iskandar contempló desde arriba a su hermano, que yacía en un charco rojo. Quiso sentir lástima por él; tener la certeza de que le quería, pero solo vino la indiferencia, y con ella un débil suspiro. Tenía otras cosas que hacer. Se agachó para coger el vial de ícor del guantelete de Ístvan. Cuando lo tuvo en su poder, se dio la media vuelta y comenzó a andar, maltrecho.

 

*  *  *

 

Tres lámparas de araña, de exagerados ornamentos y en fila, alumbraban la cámara. En el ábside, bajo uno de los tres espejos de la estancia, y separado unos pasos de la pared, el trono de plata se erigía como vigía absoluto de toda la sala. Era coronado por una gruesa aguja en cuyo centro brillaba una esmeralda ovalada.

 

Dos ristras de columnas de mármol rojizo y vetas marrones y blancas hacían del suelo tres naves. Y allí, apoyada en uno de los muros, acabados en pan de oro con volutas circulares y geométricas, estaba ella.

 

Su magia servía para ver a través de los espejos, y los que daban el acabado semicircular a la sala le venían perfectos para contemplar lo que estaba pasando en el mundo. Sorprendida, caminó por la nave de la izquierda hasta hallarse delante de su trono.

 

—No comprendo qué significa esto… —se dijo con voz dulce, pero firme. Una mueca de desagrado escapó de sus labios, delgados y rojizos—. ¿Qué es lo que has hecho, Hésperis? ¿Cómo es tan siquiera posible? —Su corta melena ondulada, de matices tintos y cárdenos, y apenas por el cuello, ondeó cuando se giró para abandonar la estancia.

 

Diké era consciente de lo que había ocurrido entre Iskandar y su hermano. Sin embargo, no se explicaba cómo había podido ir mal. ¿Era posible que un mortal hubiese podido desafiar su potestad divina? Sentía la necesidad de saber de primera mano qué era aquel atisbo de duda que había contemplado en el rostro de Ístvan, antes de ser abatido.

 

Conforme iba acercándose a las lisas y pesadas puertas de ébano, una marea de pensamientos tomaba forma en su mente. ¿Cuál debía ser su próximo movimiento? ¿Quién sería el siguiente santo de oro en ser juzgado? Justo antes de abrir la estancia, y tras empujar los portones, chasqueó los dedos. Las velas de la tríada de lámparas se apagaron como ahogadas por un puño asfixiante.

 

 

—¿Acaso no era tu deseo salvarle, Ístvan? —Segundos más tarde, todo quedó en silencio, bañado por la quietud. 

 

-------------------------------------------------------

 

Y hasta aquí llegamos hoy. El día 14 comenzará el capítulo 4, y con él nos acercaremos al verdadero plato fuerte de este arco argumental. ¡Espero que os haya gustado!

 

¡Espero vuestros comentarios, que son la fuerza que me motiva!

 

¡Abrazos!  :lol: 


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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#66 Vulcanus no Kentha

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Publicado 04 noviembre 2014 - 12:01

Saludos Killcrom, por fin vengo a comentar como me ha parecido este tercer capítulo de la pelea entre los dos hermanos.

El capítulo comienza con la incertidumbre de Éurito con respecto a las palabras de Alisha, creo que tales pensamientos deben ser ciertos, o sino ¿No hay historia? Ahahahhha, supongo que la explicación de esto se verá mucho más adelante, ya veo en mis fumadas fantasias de qué se puede tratar esta guerra santa. (¿Guerra santa?)

El encuentro entre Iskandar e Ístvan te ha quedado buenísimo, me imagino todas las emociones que estaba sintiendo el caballero dorado al momento de ver nuevamente a su desaparecido hermano. No sé si tendrá algo que ver contigo, pero verás… suelo mucho compartir con un escorpión (Alphonse en mi fic xD) y creeme! Se de memoria las cosas que siente hasta las que piensa hahhahaha y se parece mucho a Iskandar, sólo que sin sonrisa xD Lo que quiero decir es que me parece sorprendente la forma en como has reflejado a personalidad de un escorpión en tu obra (Cosa al menos Kurumada no consiguió para nada ¿sólo en lo impulsivo de Milo?).

Debo admitir que mantengo firme mi postura con respecto a los deberes de un caballero y creo que es muy insensato lo que está haciendo Iskandar, en verdad apoyo 100% cuando Ístvan le dice que actúa de forma egoísta. Si tan bien centrado es ese caballero, me intriga el por que habrá abandonado el santuario. Aunque por lo dicho por él, al parecer Baltsaros de Leo puede estar involucrado.

Con respecto a lo del ícor de Athena, ese tema siempre me ha generado muchas dudas que tienen relación a la trama principal. Bueno… si la sangre de Athena puede hacer divinas las armaduras ¿Por qué no las baña todas de una vez xD? Aahahahha intento explicarlo un poco en Alcaesto, pero aun así sale algo forzado. Lo digo porque teniendo en cuenta todas las propiedades que tiene la sangre de un dios es extraño querer usarla para fines tan burdos como el de salvar a una joven. ¿No habrá sido mejor idea ir a buscar a la chica y llevarla al santuario para que Athena la salve con su cosmos? Quizas se me ocurre… aahahahahha

La aparición de Diké me parece espectacular, si bien el título de este fic es el juicio de las horas, no sé por que nunca lo vinculé con nada asociado a eso haahahha el saber más o menos a quien se enfrentan me da muchas ganas de seguir leyendo este fic.

“un gran poder implica una gran responsabilidad” Sabias palabras que se han usado tanto gracias el tio Ben, que me parece muy gracioso que las hayas puesto. Quizas es algo muy personal pero estaba tan metido leyendo que cuando vi esa frase me puse a reír y me perdí en el relato.

Más adelante los argumentos que plantea Ístvan siguen convenciéndome xD es como las luchas ideológicas en Avatar Korra, uno llega hasta el punto en que no sabe de que lado ponerse. Por un lado los protagonistas suelen estar en lo correcto, sin embargo los antagonistas hablan tan bonito ahahahahha

La primera parte del combate no estuvo mal, pero creo que exageraste demasiado con las descripciones, cosa que es espectacular dentro del fic, sin embargo dentro de esta pelea, hacía que de repente uno perdiera el ritmo y se desorientara.

…….

Pasando a la siguiente parte, comienza con el caballero dorado derrotado, pero aun asi con deseos de seguir con su cometido ¡Que rabia me da lo testarudo que son los escorpiones! Ahahahahahhhaha

La habilidad de usar el juicio de las horas me pareció muy buena también, en ese momento pensé que Iskandar iba a morir algo así como el juicio de Osiris donde le sacaban el corazón a la persona y bla bla bla. Por suerte no fue así xd ahhahahaha

Debo sinceramente felicitarte por las visiones que tuvo Iskandar, hasta ahora ha sido lo que más me gustado dentro del fic, ya que el tema del verdadero motivo por el cual un guerrero lucha, simplemente me fascina. No tengo mucho que decir de esto sólo que lo he disfrutado demasiado.

Bueno, luego veo que el terco escorpión se pone de pie una vez más para continuar con la batalla, eso si que no me lo esperaba. En este caso el combate me ha parecido perfecto, las descripciones estuvieron precisas y aun más dejaban al lector con la intriga de saber por que Ístvan no había podido encender su cosmos, genial eso también.

La reflexión final de Diké le dio el broche de oro a este espectacular capítulo, lástima tener que esperar diez días mas. Aunque si con las palabras uno se puede más o menos imaginar lo que vendrá. Espero que se sepa en el siguiente capítulo lo que sucederá con la chica dormida y con Iskandar al volver al santuario ¿volvera? Hahaahaha muchas gracias por este buen capítulo, a la espera de más… por arriba vi una palabra que estaba repetida dos veces, la iba a poner pero se me perdió hahahahahah. Un saludo fraternal y nos estamos leyendo :D 


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Publicado 04 noviembre 2014 - 15:20

me pregunto si se salvara istvan buen capitulo



#68 -Felipe-

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Publicado 04 noviembre 2014 - 16:19

Bien por Iskandar, resistiéndose al juicio... ¿Pero fue cosa de él o de su hermano que la técnica no funcionara como se esperaba?


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#69 xxxAlexanderxxx

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    Seras una excelente marioneta....

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Publicado 04 noviembre 2014 - 17:59

Momento, killcrom, hay algo que me tiene preocupado, porque siempre los escopio tienen la misma herida en el mismo lugar y con la destruccion igual?? PORQUE?? Aparte de eso que capitulazo, buenisimo me encanto,como serán las demás horas?? Espero eso abrazos :)

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#70 Tetzauhteotl

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Publicado 04 noviembre 2014 - 18:37

Bien por Iskandar, resistiéndose al juicio... ¿Pero fue cosa de él o de su hermano que la técnica no funcionara como se esperaba?

 

Empieza a ponerse interesante: ¿Porque resistió el juicio?, ¿nadie en el Santuario vio la columna de luz que cubrió a Iskandar? ¿nadie escucho la pelea?, estaban en el fondo de un valle, el eco se profundiza. Es convincente el resultado emocional del dorado, el sentimiento de abandono convertido en indiferencia, no siento pena (también se que es el abandono) por Itsvan, pero creo que fue muy tajante su salida. No se porque pero me imagine a Diké como a Edna Moda XD. Mentiste, no salió Alisha.

 

PD: FELIZ CUMPLEAÑOS!!


Editado por Tetzauhteotl, 04 noviembre 2014 - 18:48 .

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#71 Patriarca 8

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Publicado 04 noviembre 2014 - 22:24

pobre Iskandar  se ve que  esta sufriendo mucho
me pregunto si lograra salvar a la muchacha y si los demas dorados podran pasar 
el juicio de las horas
 
un fic muy intrigante

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#72 Killcrom

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Publicado 10 noviembre 2014 - 06:31

¡Ay, dioses del Olimpo! ¡Ya es día 10 y aún no he respondido ni a los reviews! Soy lo peor. ¡Ahora mismo os responderé! Que conste que queda pendiente el review de esta semana todavía. Llegará. Estimo que será entre mañana y el miércoles, aunque no descarto usar parte del jueves. 

 

...

 

Es una alegría verte por aquí, como siempre, amigo Abyss. Piensa que Alisha está llamada a ser encarnación de Atenea. Como tal, ha recibido una educación y tiene varios dones que los mortales no podrían ni imaginar. No creo que ella falle, aunque sí que podría estar percibiendo solo una parte de lo que hay en realidad. Estaría bueno que compartieses tus ideas de qué podría ocurrir en esta guerra santa. Aunque te lo digo desde este momento: ¡no lo vas a adivinar!  :lol: (o quizá sí...)

 

La personalidad del escorpión no es como la mía ni mucho menos. Tengo a la mano un libro en que se describen las distintas personalidades según los horóscopos, y lo cierto es que sí lo he consultado. Pero la mayor parte de este Iskandar ha nacido de mi propia intuición de cómo debería ser un Escorpio. Y en parte será igual para el resto de santos.

 

Resumiendo: tomo lo más básico de la personalidad general asociada a un signo del zodiaco, y construyo a partir de ahí. Por ejemplo, según este libro que uso (Horóscopo Perpetuo, de Rene Fleury), los Sagitarios tienden un poco al vicio. De ese punto de inicio, construyo a un Éurito que bueno... ya irás sabiendo más de él.  :t420:

 

Lo que Iskandar está haciendo es una completa insensatez. Encima le están avisando: si vas, te matarán. ¿Y qué hace él? Pues ir. Y además, matando (¿?) a su hermano. ¡El muy ingrato ni se sintió triste! Creo que cuando llegue la hora, tendré que pedir perdón por muchas cosas que podrían haber sido mejor.  :doh:

 

El amigo Leo... no queda mucho hasta su debut. Prefiero no revelar nada, pero creo que es un personaje bastante ácido. En lo personal, me gusta. Habrá que ver qué os parece. Sí que tiene que ver en lo que pasó con Ístvan, pero como siempre, hay muchas más cosas por detrás, y a lo mejor Ístvan estaba simplemente cansado de su vida. ¿O eso suena raro? 

 

Con respecto al ícor, decirte que aún queda mucho, pero sí que he pensado la respuesta a eso. En el fondo, la tienes en el Next Dimension. Tengo la impresión de que el nuevo proyecto de animación (Soul of Gold) se lo pasará por alto. Pero no en este fic. No es tan fácil sacarle cinco litros de sangre a Atenea para que bañen las 88 armaduras. XD

 

Habría sido una opción llevar a Selina al Santuario. Muy posiblemente, la más sensata. Desde el punto de vista de la historia, no la he considerado, pero aun de haberlo hecho, los eventos que están por suceder a partir del capítulo cuarto no habrían cambiado. Sabrás de qué hablo muy pronto.

 

Por cierto, no creo que Alisha ahora mismo esté en condiciones de salvar a nadie. Creo que le queda mucho por aprender aún.

 

Diké es una diosa en toda regla, y cuando veas un dios en este fic, será mejor que no esperes que el séptimo-octavo-noveno sentido lo solucione todo. Si alguna vez, por casualidad, un dios se enfrentase a un santo dorado, teme lo peor.  :lol: ¡Esperemos que esta Diké no sea enemiga entonces!

 

A veces me gusta hacer guiños. Si te soy sincero, utilicé esa frase porque me parecía apropiada. No hubo intención de hacer cameos. Parece que ocurrió de todas formas. No sé si conocerás el videojuego "Skyrim". En él, a veces algunos npc dicen que se retiraron del servicio porque recibieron un flechazo en la rodilla. ¿No te suena eso al relato del padre de uno de los soldados que aparecían en el prólogo? ¡JOJOJO!

 

Procuraré no excederme tanto en las descripciones para los siguientes combates. Sé que en ocasiones confunden, pero simplemente, no puedo evitarlo. Refiriéndonos a los argumentos de los antagonistas, habrá situaciones mucho peores. Cuando digo mucho peores quiero decir que "¡los buenos no son buenos!". O quizá sí. 

 

Si piensas que el amigo Iskandar ha sido testarudo, ¡agárrate porque vienen curvas! El juicio de las Horas ha potenciado precisamente ese egoísmo y cabezonería. ¡Un auténtico fracaso! ¡Jajaja!

 

De vez en cuando añadiré alguna que otra escena sobre las motivaciones de los santos. Quizá no siempre vayan asociadas al Juicio de las Horas. Pero tampoco puedo confirmarlo. Si no, estaría rompiendo las sorpresas. 

 

El motivo de por qué Ístvan se quedó sin pilas se explicará en breve. ¡Qué injusto!

 

Y no te preocupes por Selina y Milo. Ya vamos con ellos. Aunque quizá, y solo quizá, esta parte se haga algo compleja. Por ello mi recomendación es simplemente aceptar lo que sea que viene a continuación. 

 

¡Abrazos y gracias por tu tiempo y palabras!

 

... 

 

¿Te gustaría que se salvase Ístvan? ¿O preferirías que muriese? Bueno, queda poco para saberlo.  ^_^

 

...

 

La respuesta empezará a esbozarse en el próximo capítulo. Si te sirve saberlo por el momento, hubo un "rostro distorsionado" que apareció por algo.

 

...

 

Amigo Alexander, hay que hacer guiños a la obra original.  :lol: Pero no te preocupes. Habrá más heridas. ¡Y mucho peores! Pero no te puedo contar sobre quién ni cómo. Creo recordar que la siguiente aparición de las Horas es tras este arco argumental. No queda demasiado. Solo la mitad. Ya entramos en casi el desenlace.

 

...

 

¡Qué de preguntas! Sinceramente, no hay respuesta para todas.

 

a.- ¿Por qué resistió el juicio? Pues... ¿lo resistió? ¿O más bien se lo comió entero, como cuando te golpeas con un muro? 

 

b.- ¿Tú crees que la gente del Santuario va a estar preocupada de cualquier anomalía en la ciudad de al lado? Si lo estuviera, ¡no tendríamos argumento! Sí, es la peor respuesta posible. Lo sé. Y sí, el Santuario está en un valle. 

 

Tratando de ser algo más serio, el Santuario está aislado del resto del mundo, como verás explicado en el capítulo sexto. Por decirlo de alguna forma, la barrera de Atenea les mantiene en una burbuja.

 

Creo que Iskandar no se portó bien al dejar a su hermano hecho una mier*a en el suelo. Probablemente, será cosa del Juicio de las Horas. Yo también pienso que fue demasiado tajante esa parte. Debería haberle dedicado un par de párrafos, aunque fuera solo para explicar por qué se fue así, sin mirar atrás.

 

Edna Moda... gogleé. No sé por qué lo hice. Solo para que te quites esa horrible idea de la cabeza, voy a hacer algo que no suelo hacer: poner un fanart.

 

Spoiler

Este fanart fue hecho por mi buen amigo Neo hace un par de años. Él siempre ha estado ayudándome, por lo que le doy las gracias desde aquí. ¡Eres lo más, Neo!

 

Spoiler

Esta otra versión es de Kat Rujano, otra amiga. 

 

Alisha tendrá sus minutos. Pero lamento decir que por ahora, tendrás que esperar. ¡Pero no te preocupes! He añadido material cuestionable para que puedas cerrar los ojos e imaginarlo.  :wub:

 

Gracias por tu tiempo. En breve estaré en tus fics molestando con párrafos y párrafos de comentarios.

 

¡Ya tengo la edad de Alisha... en cada pierna!

 

...

 

La verdad es que está pasándolo mal, pero nada en comparación a lo que está por venir.  :devil:

No sé si habrás leído por ahí que puedo llegar a ser un auténtico troll y "molestar mucho" a mis personajes. ¡Es la hora de que lo veas por ti mismo! ¡JOJOJO!

 

Muchas gracias, T-800. Te digo como a todos. Estaré pasando por vuestras historias tan pronto como me sea posible. 

 

¡Nos leemos, compañeros! ¡Seguiré mejorando para que vosotros podáis seguir disfrutando este fic!

 

:lol:  :lol:  :lol:


Editado por Killcrom, 10 noviembre 2014 - 06:40 .

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#73 Tetzauhteotl

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Publicado 11 noviembre 2014 - 00:24

Gracias por la explicación, eso de la barrera de Athena me convence. Felicidades por ganar el concurso; temí que se te subiera el ego y ya no considerarás digno de tu magnificencia el contestar los comentarios XD. Saludos.


Editado por Tetzauhteotl, 11 noviembre 2014 - 00:26 .

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Publicado 11 noviembre 2014 - 21:00

Después de todo Istvan no era tan fiero como me lo imagine, creo todo el tiempo mostró un lado muy humano contra su hermano y hasta cierto punto subestimandolo
Ahora me quedo la duda Xq la energía de Istvan lo abandono y Xq el juicio no funciono contra el escorpion o x lo menos no lo que separaba su hermano y x cierto me gusta el juicio de las horas llegando a lo mas profundo de su víctima

PD: algo me dice que el próximo en ser juzgado es el cliente más reconocido del templo del amor!!xd

Saludos Kill!!

¡Si una hembra te rechaza es por el bien de la evolución!

 

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#75 zeus god king

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Publicado 11 noviembre 2014 - 23:02

para mi fue cosa del hermano que no funsiono como esperaba la tecnica .. paliza para iskandar igualmente ..

 

este fic tiene tantas cosas que deja pensando  ,queda uno como embobado  al terminar de leerlo como por 10 minutos xd ...

 

algo que me orgasmea xd son las batallas de los fics y lo haces exelente armaste  un tremendo kilombo  eso me gusta  y muchoooooooooooooo

 

 

te felicito kill  la estas mojando ..deberias hacer un libro 


Editado por zeus god king, 11 noviembre 2014 - 23:03 .


#76 Killcrom

Killcrom

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Publicado 14 noviembre 2014 - 12:59

Casi no llego. Por poco no me da tiempo. Vivo al límite. En serio, debo empezar a dar los reviews con orden, o el día menos pensado me va a costar un disgusto.  :doh:

 

¡En fin, muy buenas tardes! Ya es día 14, y vengo a presentar una nueva parte de Némesis Divino. Para hoy, os presento la primera del capítulo cuarto. Es más corta que la próxima, por lo que pido perdón. De todas formas, estoy seguro de que si esta os sabe a poco, ¡la próxima vendrá cargada de sorpresas!

 

Antes de publicar, respondo los comentarios que me quedan: 

 

Spoiler

 

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Respondidos los comentarios, agradecer a todos el gran apoyo que me dais. ¡Es una alegría esforzarme para traeros cada vez un poco de esta historia! ¡Disfrutadla con el mismo cariño con el que yo la escribo!

 

-------------------------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 3 (PARTE 2)

 

Spoiler

 

Alisha (Atenea): joven que será encarnación de la diosa Atenea. Hermana de Éurito.

Ístvan de Hésperis: el viejo caballero de Escorpio, hermano de Iskandar. Ahora, una de las 12 Horas.

Iskandar de Escorpio: un joven santo dorado de gran corazón.

Milo: un niño de Atenas que busca la ayuda de Iskandar.

Selina: joven durmiente

- Diké: diosa de la justicia y señora de Ístvan de Hésperis.

 

 

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(Capítulo 4. Parte 1 de 2)

 

22 de diciembre de 1491

 

Ya había amanecido. El cielo, teñido de un añil apagado, acercaba el frío matinal a la todavía silenciosa Atenas. Las calles aún estaban medio dormidas, pero Iskandar, con su caminar cargado de cansancio, no pasaba desapercibido: que mostrase el hombro izquierdo herido y sin hombrera, y que además lo tapase con la mano derecha entre pasos cojos, era una visión preocupante para quienes le rodeaban. ¿Por qué un caballero dorado iba casi arrastrándose por Atenas, magullado? ¿Tendría que ver aquello con la explosión en la acrópolis de pocos días atrás? Esas dudas, casi certeras, podían leerse en los rostros indiscretos que se le quedaban mirando en silencio. A pesar de todo, no faltó un niño curioso que le señaló con una sonrisa en la cara.

 

—¡Mira, mamá! ¡Un caballero! —exclamó la criatura, excitada. Era la primera vez que veía a uno de los santos de Atenea, y había escuchado tantas veces sobre su bondad, que en su cándida infancia, ni pudo ni quiso ocultar su ilusión. La madre del pequeño hizo una reverencia ante la mirada débil de Iskandar. Este apenas pudo devolverles una sonrisa quebrada, pues el corazón le ardía, y todo su cuerpo, más aún el hombro, le dolía y le pesaba.

 

Por fin, tras lo que le parecieron incontables calles y multitud de ojos fisgones, llegó al callejón en el que vivía Milo. Seguía siendo estrecho y angosto, solitario. De alguna forma, logró zafarse de los nervios antes de llamar a la puerta de la casa, de madera pintada en verde. Al instante, como si hubiera estado esperando toda la noche su llegada, Milo la abrió de par en par invitando a Iskandar a entrar.

 

—¡Sigue dormida! —le dijo antes de darse cuenta del estado en que llegaba el guerrero—. ¿¡Qué te ha pasado!? ¿Estás bien? —comenzó a preguntarle entre gritos. Lo último que esperaba el muchachito era recibir en un estado tan lamentable al que sería el salvador de su hermana.

 

—Estoy bien —replicó el escorpión celeste, mientras dejaba caer todo el peso de su cuerpo sobre la pared derecha del pasillo. La manchó con su sangre. Mientras esta resbalaba por el muro, se limitó a suspirar y cerrar los ojos—. Tan solo me pesa el cuerpo. La herida no es grave, no te preocupes.

 

—¿Pero qué te ha pasado? —insistió el niño. Iskandar, sin hacer caso de la pregunta, revolvió la melena morada de Milo y comenzó a andar por el pasillo con el único objetivo de llegar a la habitación de Selina, quien dormía ajena a todo lo que estaba pasando.

 

Sus pasos eran inestables, lentos. Milo, entre fuertes latidos, temió que pudiera caerse muerto ahí mismo. ¡Iba perdiendo gotitas de sangre! Pero Iskandar solo estaba roto por fuera. En su interior sentía una extraña calma; tener el vial de ícor en su poder era todo lo que necesitaba para cumplir su promesa. Y eso haría.

 

«Hermano, fuiste un estúpido. La palabra de un hombre lo es todo.»

 

*  *  *

 

En aquella senda boscosa, apenas acariciada por el amanecer, todo era silencio. Sus pies se movían con elegancia entre hojas abrasadas y yerba rala. Ni el viento se atrevía a hacer ruido agitando las ramas de los árboles. Y es que todo parecía contemplar su majestuosidad: el movimiento de sus caderas, que destilaba sutileza; su corta melena pelirroja, dando saltos. El vestido que llevaba, de seda nívea y largo hasta acariciarle los tobillos, se balanceaba en un vaivén constante. En el rostro, sin embargo, las líneas rígidas y el ceño fruncido delataban lo molesta que estaba. Ya le quedaba poco para llegar al lugar en que su sirviente había caído, derrotado por el mismo hermano al que abandonó. Tenía que saber la verdad.

 

Por fin llegó. En el lugar de la batalla había un cráter que ahondaba en el irregular suelo. En el centro del mismo, y salpicado de tierra y piedras, yacía Ístvan, inconsciente. La que fue su armadura, Hésperis, ya no brillaba con tonos bermellón, sino que lucía arañada y sucia, y se había vuelto tan gris como la cabellera de su portador, otrora de rizos dorados.

 

La divina Diké se detuvo a escasos pasos de él, y clavando la mirada en lo patético de su estado, se agachó para agarrarle de la mata enrevesada que tenía por cabello. Pudo escuchar un gemido doliente, y la diosa, con cuestionable delicadeza, ayudó a que su vasallo se incorporase. Ambos acabaron arrodillados, el uno frente a la otra.

 

—Ístvan de Hésperis, el artífice de la tragedia —le dijo. El tono de su voz era gélido. No quedaba nada de la dulzura con que le había hablado en el pasado, en la cámara de los espejos de aquel palacio.

 

—Mi señora —murmuró débil Ístvan, ante los grandes ojos añil de la diosa. No pudo evitar la tos sanguinolenta, por lo que giró la cabeza con brusquedad.

 

—Tu cosmos se ha extinguido y te queda poco tiempo de vida. Ese es el precio del Juicio de las Horas. Ahorra tus palabras y responde a mis preguntas.

 

Hésperis se levantó junto con ella, pero el cuerpo le dolía tanto como si le hubiera aplastado una montaña. Entre temblores y mareado, logró colocarse delante de su señora. Y la miró, decepcionado. Ya no era la portadora de la esperanza, sino una criatura vil y traicionera. Sus palabras habían sido miel venenosa.

 

—¿Creéis que os seguiré sirviendo tras lo que me habéis hecho? —masculló. De puro cansancio, se le nubló la vista y perdió el equilibrio, cayendo a los brazos de la dama de blanco. Esta colocó la mano en su pecho y le ayudó a mantenerse en pie. Pudo respirar el aliento repugnante que rezumaba de entre los labios del hombre, cargado de sangre y debilidad.

 

—¿Por qué te quejas, humano? ¿Acaso no te di la oportunidad de cumplir tu sueño?

 

—Me habéis traicionado. Todo era una mentira —se aventuró a afirmar el moribundo—. Me engañasteis con vuestra voz dulce. Me tendisteis una trampa.

 

Diké, pensativa, se retiró dando media vuelta. Al quitarle el apoyo, Hésperis cayó de bruces contra el suelo. Le acompañó un ruido metálico y un gemido doliente. La diosa le miró, cargada de dudas. «Insignificante, pero ambicioso.»

 

—Te mostré el futuro —empezó a reprochar—, te vestí con una de las doce Horae, te otorgué el don del Juicio de las Horas, y puse sobre ti la posibilidad de salvar a tu hermano Iskandar. ¡Y en vez de hacerlo, alteraste ese don divino y el juicio condenó a tu hermano, que se ha arrojado a su muerte! Aun así dudaste —acotó—. ¿Cómo lo hiciste, humano? —El tono de Diké resultó áspero, disgustado. Carente de calidez. 

 

—Mentís muy bien, mi señora —acusó tras toser baba sanguinolenta—. Desde el principio no tenía posibilidades de salvar a Iskandar, ¿verdad? Lo sabíais, diosa de la justicia —espetó desde el piso con lágrimas en los ojos. La impotencia en su rostro gritaba con desesperación—. De hecho, vos me obligasteis a condenarle. Esa fue vuestra mentira. ¡El juicio era una patraña! Desde el principio era lo que pretendíais. —Se detuvo para tomar aire, que cada vez le iba faltando más—. Vuestro objetivo es que ocurra… lo que me mostrasteis en aquella visión, ¿no es así?

 

—¿Por qué dices eso, Hésperis? —indagó la dama. Por primera vez pensó en la posibilidad de que Ístvan no hubiese manipulado el Juicio de las Horas—. Quiero escucharte.

 

—Vuestra orden fue devolver la razón al caballero de Escorpio, mi hermano. Debía evitar que fuese al encuentro de esa mujer. Lo intenté hablándole y fracasé —lamentó—, y cuando utilicé vuestro don divino… —El malherido Ístvan cerró el puño con ira, aplastando entre sus dedos un puñado de tierra. La frustración le ahogaba casi más que la falta de fuerzas—. ¡Vuestro don divino solo le hizo perder más la cabeza! ¿Egoísmo? ¡No! —exclamó. Su voz era una mezcla de lástima e ira—. El juicio fue lo que le hizo perderse del todo. Le alteró. Le volvió loco… Ahora él solo lucha por sus propios motivos.

 

»¡El juicio le ha hecho perder la razón! Y va… va directo a su muerte, tal y como vi en esa visión. —Otro golpe de tos le devolvió a la cruda realidad. Se le acababa el tiempo—. ¿Cómo puede fallar un don divino, Diké? Era mentira. Todo. Me manipulasteis. —Las lágrimas seguían surcándole el rostro y haciendo que la tierra se le pegase en las mejillas.

 

—Era obvio que un humano no podría cambiar el Juicio de las Horas. ¿Pero qué ha ocurrido entonces? —Ístvan solo podía escuchar el murmullo que trazaba la voz femenina al unirse con el viento. Diké debía estar hablando para sí misma.

 

—Diké, ¿qué es… lo que pretendéis? —A Ístvan empezaba a costarle trabajo hablar. Sus palabras iban distorsionándose conforme la presencia de la muerte se acercaba. Incluso su visión se nublaba; era incapaz de ver la esbelta figura blanca que tenía ante sí con nitidez. Para su sorpresa, la dama divina se inclinó ante él clavando una rodilla en el suelo, y le agarró el rostro con ambas manos. Estas eran cálidas y olían a perfume. ¿O era su olor corporal?

 

—Yo solo pretendo la justicia; que llegue a aquellos cuya súplica me alcanza —respondió—. ¿Y qué clase de justicia podría darles yo si fuese una mentirosa?

 

—Supongo que lleváis razón. Ojalá fuera cierto. —El hombre entrecerró los ojos y sollozó.

 

—Te invitaría a venir conmigo y que buscaras la verdad con tus propias manos, pero tu vida se extingue; ese es el precio a pagar por el don divino, y lo sabías. Sin embargo, y no puedo explicarte el motivo porque lo desconozco todavía —admitió—, algo ha interferido.

 

»No sería justo que murieses sin más, pues me has ofrecido tu vida al fin y al cabo. Lo que sí siento de corazón es que no llegarás a saber la verdad.

 

—Mi señora —murmuró Hésperis. Sus palabras, apagadas, casi no se comprendían. Quería sentir odio. Quería salvar a su hermano, pero no encontraba las fuerzas. Solo le iba envolviendo una capa de tranquilidad infinita—. Me pregunto si… la muerte duele.

 

La calma que sentía no podía ser natural. Conforme se apagaban sus sentidos, se preguntó si era Diké la que vigilaba para que no sufriera antes de expirar. Cada débil latido de su corazón le hacía sentir una calidez similar a la de su madre. Era tan hermoso, que casi quería entregarse por completo al abrazo de la muerte.

 

Entre sus pensamientos finales, recordó a Diké. ¿Quién era ella? ¡Ah, ¿cómo lo había olvidado?! Fue su señora. No era posible que le hubiese mentido. Sus palabras, dulces y amables, le habían hecho llorar cuando la conoció. Después de abrazarle, le dio el don para salvar a su hermano Iskandar. Pero todo había salido mal. ¿Por qué? No hubo respuesta, pero sí una única certeza: Diké, la diosa de la justicia, no le había engañado.

 

Ístvan de Hésperis, entre la vida y la muerte, abrió los ojos y se encontró a su diosa ahí, velando por él. ¡Qué hermosa era! ¡Qué ojos tan bonitos! En el añil celestial de sus iris encontró la profundidad del universo… y sintió paz. Sintió algo más que le hizo sonreír. ¿Fue felicidad? Exhaló su último aliento sin conocer la respuesta.

 

«Justo antes de que una vida se apague, brilla con toda su intensidad. Pero tú viviste siempre brillando, hijo de los hombres.»

 

La horae de Hésperis se convirtió en cenizas. El viento, soplando con fuerza, se las llevó al cielo para esparcirlas en el bosque de Parnitha. La diosa quedó ante el cuerpo sin vida de su sirviente, el antiguo caballero de Escorpio.

 

«No es justo que mueras así. —La mujer alzó sus delgados brazos, y junto a ellos, el cuerpo de Ístvan levitó y levitó, convirtiéndose en un destello de luz que partió hacia el firmamento, rasgando las nubes.»

 

—Vela por tu hermano desde los cielos. Viaja hacia la constelación de Escorpio, pues te lo has ganado. De ahora en adelante —declaró con solemnidad—, serás conocido como Lesath, la punta del aguijón.

 

En los cielos, más allá de la Tierra, un lejano fogonazo dejó ver fulgores rojos, azules y blancos, entremezclándose entre sí. En el centro de la nova, un punto brillante se incendió alumbrando el día con destellos amarillos. Poco a poco, su luminosidad se estabilizó, reduciéndose hasta desaparecer. Todos podrían ver durante la noche que había nacido una nueva estrella.

 

Pero la improvisada aurora no duró demasiado tiempo. Apenas acabada la ascensión de Ístvan, una red de hilos de plata empezó a girar sobre el centro de Atenas. En apenas un parpadeo, la ocupó por completo, esbozando algo parecido a un remolino. Sus giros, lentos pero incesantes, creaban un zumbido rechinante que se expandía rápido, muy rápido. Incluso más de lo que debería…

 

Atenas se sumió en un temblor inmediato. La tierra vibró con tal fuerza que incluso Diké, en el bosque de Parnitha, trastabilló y tuvo que inclinarse para no caer. La bestia de hilos de plata parecía querer devorar la ciudad de los hombres. Se podían escuchar los ecos de la tierra quebrándose bajo ella. En el centro del remolino, una energía descomunal, inmensa, lo ahogó todo con sus vibraciones estridentes. Parecía un tsunami de opresión. El terremoto se hizo más intenso, y Diké sintió náuseas.

 

«¿Qué es esta sensación? —La congoja se colapsó en torno a su pecho. En muy pocas ocasiones había sentido algo así—. Este cosmos no pertenece a ningún mortal… ¿Un dios? —se inquirió—. No, no es un dios cualquiera… ¡Incluso los mismísimos Olímpicos palidecerían de encontrarse con ella cara a cara!»

 

—¡No, detente! —gritó, como si pudiera ser escuchada. Sabía que la sola presencia de aquella entidad era más que suficiente como para opacar cualquier voz o energía. De hecho, si se decidía a aparecer, el propio mundo sería devorado por su dýnamis, la energía que sólo los dioses podían manifestar.

 

-------------------------------------------------

 

Y esta primera parte no da para más. Con la siguiente, terminaremos el capítulo 4, llegando de forma definitiva al principio del fin de este arco argumental. 

 

¡Espero que lo disfrutéis! Por favor, dejad vuestros comentarios, sugerencias y críticas. ¡Son el alimento de todo autor!

 

¡Un abrazo grande, y hasta el día 24!


Editado por Killcrom, 14 noviembre 2014 - 14:09 .

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#77 carloslibra82

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Publicado 14 noviembre 2014 - 13:34

Uff, q impactante capítulo. Ya me imagino quien es aquella a la q teme Diké. Espero q la segunda parte del capítulo sea reveladora, quiero ver en q termina el arco de Iskandar. Saludos, amigo killcrom, y felicitaciones por tu premio!!



#78 -Felipe-

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Publicado 14 noviembre 2014 - 13:49

Y se murió Istvan, vaya. Igual, me gustó la forma en que murió, en medio de la tranquilidad, convertido en una estrella como se cuenta hacían los dioses de la mitología con los grandes héroes o bestias. Aunque no entiendo, ¿Istvan se convirtió recién en una de las quince estrellas de Scorpius? ¿O siempre estuvo allí? Porque al principio dibujan con sangre de los guardias la constelación de Escorpión, y creo recordar que eran las 15. Si me equivoco, lo lamento mucho.

 

Otra cosa es ese tipo de discusión que tanto me agrada donde ambos contendientes creen que el otro está mintiendo, pero en realidad ambos están diciendo la verdad. Lo plasmaste bastante bien, diferenciando los pensamientos de un dios y un humano.

 

Por cierto, en esta línea..

Sabía que la sola presencia de aquella entidad era más que suficiente como para opacar cualquier voz o presencia

 

Quizás podrías buscar otro sinónimo para "presencia", evitando la repetición de palabras.

 

 

 

Por lo demás, gran capítulo como siempre.


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#79 xxxAlexanderxxx

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Publicado 14 noviembre 2014 - 14:13

Interesante, ahahaha, quiero llegar a ese nivel de explicación en cuanto al entorno y sentimientos de los personajes, bastante bueno, me encanto el guiño a epi g, jajaja por cierto amigo por hay escribistes "otrora", dime si es una palabras o es que te equivocastes? :)

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#80 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

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Publicado 14 noviembre 2014 - 14:16

Carloslibra

 

Uff, q impactante capítulo. Ya me imagino quien es aquella a la q teme Diké. Espero q la segunda parte del capítulo sea reveladora, quiero ver en q termina el arco de Iskandar. Saludos, amigo killcrom, y felicitaciones por tu premio!!

 

¡Será reveladora! ¡O empezará a mostrar más cositas! Muchas gracias por la lectura y el comentario, Carloslibra. Y también por lo del premio, que había relatos muy buenos y divertidos.

 

Abrazos.

 

Felipe

 

Y se murió Istvan, vaya. Igual, me gustó la forma en que murió, en medio de la tranquilidad, convertido en una estrella como se cuenta hacían los dioses de la mitología con los grandes héroes o bestias. Aunque no entiendo, ¿Istvan se convirtió recién en una de las quince estrellas de Scorpius? ¿O siempre estuvo allí? Porque al principio dibujan con sangre de los guardias la constelación de Escorpión, y creo recordar que eran las 15. Si me equivoco, lo lamento mucho.

 

Otra cosa es ese tipo de discusión que tanto me agrada donde ambos contendientes creen que el otro está mintiendo, pero en realidad ambos están diciendo la verdad. Lo plasmaste bastante bien, diferenciando los pensamientos de un dios y un humano.

 

Por cierto, en esta línea..

Sabía que la sola presencia de aquella entidad era más que suficiente como para opacar cualquier voz o presencia

 

Quizás podrías buscar otro sinónimo para "presencia", evitando la repetición de palabras.

 

 

 

Por lo demás, gran capítulo como siempre.

 

Siento que haya tenido que suceder, porque a mí también me caía bien.

 

El tema de la estrella es algo que sí he pensado. Él se convierte en la decimosexta estrella de Escorpio, a pesar de que Lesath es el nombre de una de las 15 que componen el dibujo de la constelación. El motivo de haber elegido ese nombre es hacer un guiño a Rexomega, que tiene un personaje llamado así. Quise agradecerle de alguna manera la ayuda que me brinda, siempre dando una última lectura y resaltando errores. Por lo tanto, puedes considerarlo un error.

 

Lo que no he notado ha sido la repetición de la palabra "presencia". De hecho, también aparece en el párrafo anterior, y me da vergüenza no haberme dado cuenta antes de publicarlo. Hice dos cambios, ya reflejados en el capítulo. ¡Te lo agradezco un montón! Si ves más cosas así en futuras lecturas, dímelo, que sabes que los ojos de uno no suelen ver estos errores.

 

¡Abrazos y gracias! Por cierto, ya te di review. Siento haberte hecho esperar tanto, pero soy un desastre.  

 

 

Alexander

Interesante, ahahaha, quiero llegar a ese nivel de explicación en cuanto al entorno y sentimientos de los personajes, bastante bueno, me encanto el guiño a epi g, jajaja por cierto amigo por hay escribistes "otrora", dime si es una palabras o es que te equivocastes? :) 

 

¡Gracias por tus palabras, compañero! Me dan mucho ánimo. 

 

El episodio G es una de mis historias favoritas del universo de Saint Seiya, por lo que verás más guiños con toda seguridad.  :lol:

 

Otrora es una palabra que significa algo así como "en el pasado". La utilicé para evitar repetir la expresión anterior según recuerdo. Debería usar palabras menos rebuscadas, pero en este caso no pude. 

 

Sobre el entorno y los sentimientos, te puedo asegurar que no hay secreto. Tan solo práctica y lectura. Es como cuando estudias. A más veces que repases el temario del examen, mejor lo harás. Pues lo mismo: a más lectura y escritura, más ideas para hacer que los personajes parezcan humanos. Pero amigo, cree que hay algunos escritores profesionales que para eso son auténticos maestros. ¡Llegan a tales niveles de descripción de formas tan sencillas que tienes que enamorarte!

 

¡Nos estamos leyendo! ¡Actualiza algún capítulo de tus fics pronto, que si no, no tendré nada que comentarte esta semana!  :lol:


Editado por Killcrom, 14 noviembre 2014 - 14:26 .

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(Parte 3 de 3)

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