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Némesis Divino I: El juicio de las Horas


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549 respuestas a este tema

#21 carloslibra82

carloslibra82

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Publicado 24 septiembre 2014 - 22:37

Gran capítulo killcrom, y se empiezan a ver las diferencias con Némesis Divino. Espero con ansias el día 4, para ver q pasa con los hermanos Escorpión, con Slina y Milo. Saludos!!



#22 unikron

unikron

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Publicado 28 septiembre 2014 - 16:50

buen fic y deberas muy detallista a ver si selina salva o muere en espera del siguiente capitulo 

PD oye una cosa el titulo tiene un I que seria un 1 en numeros romanos es que esto es la primera parte de una saga entera



#23 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

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Publicado 29 septiembre 2014 - 18:40

despues de varios dias, pero al fin tuve tiempo de pasar a leer

 

como siempre un excelente fic

 

los capitulos van muy bien, siento que la historia esta mejor que en la version anterior tal como anunciaba el primer post

 

saludos

 

:s50:


Editado por Lunatic BoltSpectrum, 29 septiembre 2014 - 18:40 .


#24 Killcrom

Killcrom

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Publicado 30 septiembre 2014 - 12:26

Muy buenas tardes, compañeros. Aún os debo respuestas a vuestros reviews y comentarios en vuestras historias. Estos últimos llegarán pronto.  :smile5: 

 

 

 

 

este capitulo me hace recordar a las peliculas de misterio donde el villano juega con el heroe  y este tiene que estar atento a las pistas que va dejando.buen capitulo por cierto el niño es el milo del clasico o solamente comparte su nombre

 

esperando el momento de las peleas

 

Esta trama de "misterio" se mantendrá un poquito más. El plato fuerte vendrá en el capítulo 3, pero el segundo capítulo ya lo dejará todo sentado. Espero que puedas disfrutarlo y tenerle un poco de paciencia. 

 

Sobre Milo... podría ser el del clásico o podría no serlo. Estamos en 1491, así que sería complicado que fuera el auténtico, ¿no? Aunque con mis fumadas, uno nunca sabe... ¡Será sorpresa!  :lol: 

 

¡Gracias por tu apoyo, T-800!

 

Vaya un pequeño Milo, ese Ístvan parece que las sabe todas lo tiene a mal traer a su hermano…me pregunto porque dejaría el santuario Ístvan???

Saludos!!

 

El motivo por el que Ístvan abandonó el Santuario quedará claro en los capítulos siguientes. Estoy intentando explicarlo todo sin dejar lagunas sueltas. Pero aún nos queda para eso.  ^_^ 

 

¡Gracias a ti también!

 

Gran capítulo killcrom, y se empiezan a ver las diferencias con Némesis Divino. Espero con ansias el día 4, para ver q pasa con los hermanos Escorpión, con Slina y Milo. Saludos!!

 

El capítulo 2 es bastante parecido al original, pero habrá cambios enormes a partir del tercero. Digamos que al capítulo 2 le tengo bastante cariño y por eso decidí simplemente reformularlo.

 

Un abrazo.  :lol: 

 

buen fic y deberas muy detallista a ver si selina salva o muere en espera del siguiente capitulo 

PD oye una cosa el titulo tiene un I que seria un 1 en numeros romanos es que esto es la primera parte de una saga entera

 

Me temo que las respuestas tardarán un poquito más en llegar. Némesis Divino es un fic largo. Yo más bien diría que es una novela no oficial. :lol: Espero que eso no impida que podáis disfrutarlo. ¡Gracias por el apoyo!

 

Sobre el I, digamos que la historia tiene tres arcos principales. Así que sí, es la primera parte. Y la más introductoria. Pero eso no quita que habrá momentos épicos y sufrimiento... ¡jojojojo!

 

despues de varios dias, pero al fin tuve tiempo de pasar a leer

 

como siempre un excelente fic

 

los capitulos van muy bien, siento que la historia esta mejor que en la version anterior tal como anunciaba el primer post

 

saludos

 

:s50:

 

Muchas gracias, amigo Espectro. Agradezco mucho que hayas tenido el tiempo de pasarte. Garantizo que estoy poniendo todo mi cariño en cada capítulo. No soy un autor profesional, pero a pesar de ello, estoy haciéndolo lo mejor que puedo, y confío en que este fic llegue a gustarle a mucha gente. 

 

¡Un abrazo!  :lol: 

 

Bueno, amigos, ¡nos vemos el día 4! Aunque como dije, os iré dejando vuestros comentarios en estos días. 

 

¡Love from Killcrom!  :s46: 

 

EDITO: IMPORTANTE Compañeros, quería preguntaros algo. Habrá un arco argumental que es en realidad el recuerdo de un personaje. No tiene que ver con la historia principal.

 

¿Qué haríais en mi lugar? ¿Publicarlo en el mismo fic, o hacerlo una historia paralela en un nuevo tema? 


Editado por Killcrom, 30 septiembre 2014 - 12:37 .

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#25 unikron

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Publicado 30 septiembre 2014 - 15:21

 

 

EDITO: IMPORTANTE Compañeros, quería preguntaros algo. Habrá un arco argumental que es en realidad el recuerdo de un personaje. No tiene que ver con la historia principal.

 

¿Qué haríais en mi lugar? ¿Publicarlo en el mismo fic, o hacerlo una historia paralela en un nuevo tema? 

no se yo simplemente hago a los personajes relatar sus recuerdos para ahorrarme la lata de hacer flash backs xD sobre ello que piensas depende si es mucho seria mejor hacerlo en otro tema sino seria mejor ahcerlo en el mismo fic ya veras estoy seguro que tomara suna bueno desicion 



#26 Vulcanus no Kentha

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Publicado 01 octubre 2014 - 15:04

Ahhh!!!! Otro capítulo cortísimo ahahahahahha me gustó mucho el flashback de Iskandar, como en ese preciso instante esas imágenes se le vinieron a la mente, esa situación demostró lo afligido que estaba.

Al aparecer el pequeño Milo, me pregunté lo que ellos no xD como sabía que Iskandar estaba allí… pero que insensato fue al quedarse solo con el pequeño sabiendo que había alguien acechándolo… me hace recordar a Alphonse en mi fic ahahahahha siempre haciendo cosas motivado por sus instintos personales, sin priorizar lo sensatamente correcto. Pero quien puede culparlo quizás Selina estaba muy buena hahahahaha además le hecha la culpa a Éurito por dejarlo solo, todo un escorpión xD

Lo bueno de no haber leído el capitulo hasta ahora es que no tendré que esperar tanto para leer el sgte xD espero que se sepa quien es la persona que está rondeando la casa de Selina, ya que no es seguro que sea Ístvan, aunque todo apunta a ello.

Este fic esta recién empezando y hay tantas cosas por descubrir xD gracias por compartir esta obra con nosotros y con respecto a tu pregunta, creo que sería mejor publicarlo en el mismo tema, ya que sería más ordenado y no se perdería a través del tiempo (A menos que siguiesen posteando en el 2° tema). Un abrazo fraternal y a la espera del dia 4 ^^


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                                 FanFiction: El Mito del ALCAESTO                                                                                2hs45cj.jpg35mnl0i.png

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#27 Killcrom

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Publicado 02 octubre 2014 - 11:09

Ahhh!!!! Otro capítulo cortísimo ahahahahahha me gustó mucho el flashback de Iskandar, como en ese preciso instante esas imágenes se le vinieron a la mente, esa situación demostró lo afligido que estaba.

Al aparecer el pequeño Milo, me pregunté lo que ellos no xD como sabía que Iskandar estaba allí… pero que insensato fue al quedarse solo con el pequeño sabiendo que había alguien acechándolo… me hace recordar a Alphonse en mi fic ahahahahha siempre haciendo cosas motivado por sus instintos personales, sin priorizar lo sensatamente correcto. Pero quien puede culparlo quizás Selina estaba muy buena hahahahaha además le hecha la culpa a Éurito por dejarlo solo, todo un escorpión xD

Lo bueno de no haber leído el capitulo hasta ahora es que no tendré que esperar tanto para leer el sgte xD espero que se sepa quien es la persona que está rondeando la casa de Selina, ya que no es seguro que sea Ístvan, aunque todo apunta a ello.

Este fic esta recién empezando y hay tantas cosas por descubrir xD gracias por compartir esta obra con nosotros y con respecto a tu pregunta, creo que sería mejor publicarlo en el mismo tema, ya que sería más ordenado y no se perdería a través del tiempo (A menos que siguiesen posteando en el 2° tema). Un abrazo fraternal y a la espera del dia 4 ^^

 

Dudaba entre responderte ahora o esperar al día 4, pero viendo que en el foro hay mucho movimiento, no creo que pase nada por hacerlo ahora. 

 

Me alegro de que te gustase el flashback. Habrá más -y no solo de él-, que aclararán muchas partes de la historia. En ellos estarán involucrados estos personajes que andan apareciendo ahora. 

 

Iskandar y Éurito no son muy espabilados. Es cierto que se deberían haber dado cuenta y preguntado. Pero no te preocupes: hay explicación. De hecho, creo que se da al final de esta misma parte. Pero casi mejor que Éurito no la escuchase o los acontecimientos habrían sido diferentes... ¡JOJOJO!

 

A lo mejor, después de todo, no es Iskandar quien está haciendo sus propias decisiones y se trata de la rueda del destino... o no. ¿Quién sabe?  :rolleyes:

 

Sobre mis santos, cabe decir que no son tan santos. Todos tienen sus motivaciones y debilidades. Y sí, Selina está buena. ¡Eso te lo confirma mi imaginación! ¡Jajaja! Sería como una versión femenina del Milo canónico... con atributos. ¿Pero qué hace Milo en 1491? ¿Podrían ser sus antepasados? 

 

Iskandar y Éurito son casi como hermanos. Se hablan mal, se insultan, se pelean... pero es normal entre ellos. 

 

La persona que ronda la casa... lo descubrirás pronto. :s46:

 

Sobre el ritmo de publicación, no quiero que esta vez me pase lo que con otros fics. Quiero ser constante, y la mejor forma que se me ocurre es poniéndome fechas. Tengo 12 capítulos en la recámara y podré mantener este ritmo de un capítulo completo cada 20 días. Pero confía en que mi reto es llegar a publicar un capítulo cada 10 días, es decir, cada entrega. Conforme aumente mi reto de palabras semanales (voy por 2000), el ritmo de publicación aumentará. 

 

¡Bueno, nos vemos el día 4!

 

Muchas gracias por todos los comentarios que me dejáis. ¡Son el combustible que me hace trabajar!


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(Parte 3 de 3)

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#28 mihca 5

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Publicado 02 octubre 2014 - 12:46

 

 

 

EDITO: IMPORTANTE Compañeros, quería preguntaros algo. Habrá un arco argumental que es en realidad el recuerdo de un personaje. No tiene que ver con la historia principal.

 

¿Qué haríais en mi lugar? ¿Publicarlo en el mismo fic, o hacerlo una historia paralela en un nuevo tema? 

 

 

la verdad preferiría una historia alterna para no interrumpir el trama de historia Kill, 


¡Si una hembra te rechaza es por el bien de la evolución!

 

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#29 zeus god king

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Publicado 03 octubre 2014 - 21:39

wow como escribes de bien ......gran fic 

 

sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee



#30 Killcrom

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Publicado 04 octubre 2014 - 05:09

Muchas gracias por tu apoyo, Zeus. No pensé que el dios de los dioses me estaría leyendo. ¡Jajaja!

 

Bueno, bueno, es día 4, ¡y nos toca publicar una nueva parte de la historia!

 

Para esta ocasión, traigo la primera mitad del capítulo 2. ¿Qué decir de ella? No sé si serán buenas noticias o no, porque en el fondo, sé que queréis peleas. ¡Yo también las querría! Pero no soy un autor que redacte rápido. Por ello, no será hasta el tercer capítulo que empiecen por fin las peleas.

 

Eso no quita que este capítulo me guste. A mi juicio, es un capítulo de transición con algo de humor. Pero no me corresponde a mí decirlo. ¡Sois vosotros quienes tenéis que criticarlo y destrozarlo para ayudarme a mejorar (pero de forma constructiva, por favor :lol:)!

 

Tal y como sugerí en uno de mis reviews de esta semana, añadiré la lista de personajes por si no recordáis quién es quién. 

 

Por cierto, creé una página en Facebook para esta historia. Agradecería mucho vuestro apoyo. La podéis encontrar escribiendo Saint Seiya fanfiction: Némesis Divino en el campo de amigos. ¡Gracias!  ^_^

 

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RESUMEN DEL CAPÍTULO 1

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

- Sixto: soldado superviviente del ataque de Ístvan al Partenón.

- Ístvan de Hésperis: el viejo caballero de Escorpio, hermano de Iskandar.

- Iskandar de Escorpio: un joven santo dorado de gran corazón. 

- Éurito de Sagitario: otro joven caballero que vela por la justicia. 

- Milo: un niño de Atenas que busca la ayuda de Iskandar.

- Selina: joven durmiente.

 

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(Capítulo 2. Parte 1 de 2)

 

21 de diciembre de 1491

 

Apenas había empezado el sol a acariciar con su manto dorado la cúspide del monte santo cuando Iskandar, aún con ojeras por haber dormido escasas dos horas, pidió permiso para verse con el Patriarca de Atenea. Para su sorpresa, no le negaron aquella precipitada audiencia con él; al fin y al cabo, los soldados que había custodiando la antesala a la cámara del Pontífice sabían que aquella misma madrugada, Escorpio y Sagitario partieron en misión de reconocimiento. No era nada extraño que el joven muchacho regresase para hacer su reporte.

 

Iskandar caminó por la alfombra roja que separaba la puerta del pequeño trono en que solía sentarse el viejo líder de los santos de Atenea. Le impactó verle ahí, tan despreocupado, jugando al ajedrez consigo mismo.

 

—Iskandar de Escorpio se presenta, Su Santidad —informó el joven mientras clavaba la rodilla en la alfombra.

 

—Sí, espera un momento. —Tras echar un último vistazo al tablero de ajedrez, el Pontífice levantó la cabeza, dejando ver su rostro barbudo y cincuentón—. ¿Qué ocurre, Iskandar?

 

—Señor, disculpad que me presente en solitario, pero no he venido para reportarle lo ocurrido ayer en la noche, sino para pedirle un favor.

 

—De todas formas, no es necesario —interrumpió Kishut, que era el nombre del Patriarca—, ya me informó anoche el caballero de Sagitario. ¿Dónde estabas tú?

 

Iskdandar dedujo que su camarada, Éurito, no le había contado al Sumo Sacerdote que decidió acompañar al niño Milo para comprobar qué le sucedía a su hermana. Aunque lo agradeció en su fuero interno, chistó; ahora no le quedaba más remedio que contárselo todo.

 

—Seré sincero, señor. Un niño de Atenas me pidió que acudiera a su casa, pues su hermana lleva dormida varios días sin despertar. A su alrededor hay ciertas vibraciones extrañas, y he pensado que podría tratarse del mismo fenómeno que, de alguna forma, hay tras el ataque al Partenón de hace dos días.

 

—Y tú quieres ir a comprobarlo, ¿no es así? —inquirió el Patriarca mientras mesaba su barba.

 

—Así es, Su Santidad —Escorpio asintió tras ser escrutado por aquella severa mirada.

 

—Lo lamento, pero ahora mismo no es nuestra prioridad. No puedo permitir que acudas a su encuentro, mucho menos después de lo que me contó Sagitario: ¿las principales estrellas de tu constelación estaban dibujadas con sangre en el suelo, ante la Atenea Partenos? —La voz del Patriarca resonó imperturbable—. Como comprenderás, no puedo dejarte ir. Es obvio que hay alguien tras de ti, y si en realidad se trata del antiguo caballero de Escorpio, Ístvan, no puedo correr el riesgo de que seas sorprendido. 

 

—Pero Su Santidad, ¡ese niño está solo! ¡Podría morir! —increpó el joven de melena miel y ondulada.

 

—¡No voy a dejarte ir! ¡No cuando estás en peligro! —recriminó el Pontífice frunciendo el ceño.

 

Aunque Iskandar siguió defendiéndose, sus palabras no sirvieron: ni el hecho de ser un caballero dorado, ni que acudiese otro compañero en su lugar. Nada. Una vez que Kishut, el Patriarca, llegaba a una decisión, muy difícilmente podía esta ser revocada.

 

Iskandar, rememorando aquella charla matutina con el Sumo Sacerdote, deambulaba sin saber muy bien qué hacer o a quién dirigirse. Aunque solía sonreír casi siempre, desde aquella mañana había tenido cierta mueca de disgusto grabada en su faz. No podía creer que a su líder no le importara la vida de un inocente, y obstinado, no se planteó que la precaución de aquel pudiera tener fundamento.

 

La hermosa vista desde el coliseo, a los pies de la montaña en que se erigían los Doce Templos del Zodiaco, solía encandilarle, pero en aquel momento no le era grata en absoluto; ver en la cima el mismo templo en que le habían obligado a permanecer en el Santuario le hizo chistar.

 

Así que no es nuestra prioridad… —murmuró Escorpio para sí, reproduciendo las palabras que había escuchado de su líder—. ¿Entonces cuál es?

 

La luz del último sol del día, el anaranjado atardecer, le hizo sentir desesperación. No podía quedarse ahí cuando alguien le había pedido ayuda. ¡No cuando la había prometido! A pesar de ello, no sabía qué hacer, pues abandonar el Santuario sin autorización podría hacerle ganar un castigo ejemplar.

 

—¡Esto es absurdo! —espetó—. ¡Si abandono el Santuario sin permiso pueden incluso condenarme a muerte! ¿Pero no se supone que la idea es que no me ocurra nada, viejo?

 

—¿Qué ocurre, Iskandar? Pareces muy enfadado —preguntó alguien de voz femenina y muy próxima. Era una conocida, pero no acababa de ver en su mente de quién se trataba. Tras mirar alrededor un par de veces sin ver nada, volvió a oír a aquella joven—. Estoy aquí, detrás de este árbol— De pronto, Iskandar escuchó un par de golpecitos que le orientaron, haciéndole caminar hacia el más grande de los álamos pelados que rodeaban el coliseo.

 

—¿Astrea? ¿Qué haces ahí tirada, con el frío que hace?

 

—Leo. Aunque la verdad, estaba empezando a aburrirme. —Tras la confesión, la chica dejó el libro viejo que sostenía a su vera y alzó la mirada para contemplar al caballero de Escorpio. Este, tras saludarla con la mano, se sentó a su lado y tomó el libro para mirar de qué se trataba. ¿Karlamagnús Saga?

 

—¿Qué te ocurre? ¡Es raro no verte alegre, Iskandar! Tú siempre eres tan… positivo —dijo la chica. La máscara acerada de su rostro brilló fugazmente.

 

—No te pega nada, Astrea —recriminó el santo. El actual Patriarca abolió la tradición de que las mujeres guerreras llevasen una máscara para ocultar la cara. Y lo comprendía: ¿quién podría renunciar a las facciones de una mujer?

 

—Ya sabes que pronto me ordenarán santo de Virgo. Me alegro de que Kishut no nos obligue a llevarlas. De todas formas, los caballeros dorados son considerados iguales entre sí y no habría tenido que usarla. ¡Da igual que sea mujer o de otra raza! ¡Me da un poco de vergüenza, pero a la vez no puedo esperar más!

 

—Todo llega. En breve estarás en el templo de Virgo. ¡Te cansarás de subir y bajar escaleras! ¿No es un poco extremo? Ya sabes, de vivir en esas casitas a tener tu propio templo…

 

—La verdad es que sí —sonrió la joven, si bien su interlocutor no pudo contemplar el gesto—. Pero no quiero hablar de eso aún. Dime, ¿qué te ocurre?

 

—¡Qué pelo más revoltoso tienes! —exclamó Iskandar al ver como los tirabuzones dorados de la chica, a ambos lados de su flequillo, bailaban sin parar por culpa del viento—. Disculpa. Verás, nuestro querido Patriarca no quiere que vaya a salvar a un niño.

 

 —¿Cómo puede ser? —interrumpió Astrea, algo indignada. No le importaba la causa de ello, lo consideró injusto sin más.

 

—Verás, no es tan sencillo. Como debes saber, esta madrugada fuimos enviados Éurito de Sagitario y yo a Atenas. Al parecer, alguien atacó a varios soldados en el Partenón. Ese alguien me está buscando, y podría ser mi hermano.

 

—¿Tenías un hermano? —preguntó la joven, llevándose la melena a la espalda y apoyándose sobre ella.

 

—Así es. Él fue caballero de Escorpio, como yo. Pero hace seis años se marchó, no se volvió a saber de él. Algunos incluso le dieron por muerto.

 

—¿Y qué tiene que ver eso con el niño? —Astrea ladeó su cabeza, interesada en la historia.

 

—La hermana de ese niño, que por cierto no es un extraño para mí, lleva dormida tres días. Está viva, pero como una estatua. Creo que tiene relación con lo que ocurrió en el Partenón, pero el Patriarca no me deja ir porque teme que sea atacado. El caso es que estoy seguro de que… —se detuvo un segundo, como dudando—, de que percibí un cosmos hostil cuando visité a la hermana del niño.

 

Iskandar suspiró con profundidad mientras surcaba la tierra con su índice, trazando dibujos. De la misma forma, mientras la chica buscaba un remedio para ayudar a su camarada, jugueteó con los rizos de su melena.

 

—Se me ocurre algo —comentó Astrea con voz de pilla.

 

—¿De qué se trata? —Escorpio no pudo reprimir la mueca que le llevó a arquear una ceja.

 

—¡Pareces tonto! —bromeó mientras se levantaba con brusquedad—. ¿No eres el mejor amigo de Éurito, el hermano de Atenea?

 

—Se supone que sí —asintió el joven, maravillado por el leve contorno del cuerpo de Astrea, cuyo vestido blancuzco se mecía al igual que su cabellera, merced al viento. ¡Y es que podía intuir unas bellas curvas bajo él! Casi tanto como las de Selina, quien le esperaba en su sueño eterno, en aquella casa a la que no podía ir.

 

—¿Y por qué no le convences para visitar a su hermana? ¡Ella es la única con más autoridad que el Patriarca! ¡Si logras que te diga que sí, podrás ignorarle sin problemas!

 

Iskandar regaló una cara de sorpresa a su amiga. Sus ojos, casi desorbitados, recibieron el beneplácito de una leve carcajada.

                                                           

—¿Cómo puedes pensar tan rápido? ¡Me has solucionado el día! —alabó. No podía pensar más que en la genialidad de la propuesta de la muchacha. Sin dilación, se puso en pie con entusiasmo e hizo una reverencia.

 

—Bueno, tenía a Éurito en mente. Antes de venir aquí, le vi entrar a ese dichoso lugar… ¿cómo era? ¿El Templo del Amor de Atenea?

 

—Maldita sea… ¡No me digas eso! —Escorpio se llevó la mano a la frente—. ¿Hace cuánto tiempo?

 

—Un par de horas. Quizá menos.

 

—Siendo él, lo más probable es que aún esté ahí. Muchas gracias, Astrea. ¡Debo marcharme! —Y antes de emprender el camino, añadió—: ¡Mucha suerte en tu Ceremonia de Orden! ¡Allí estaré!

 

Sin esperar respuesta, Iskandar comenzó a correr rumbo a las afueras de la aldea Rodorio, apenas a doscientos metros de los campos de entrenamiento del Santuario. A estas alturas, muchos consideraban Rodorio como la aldea del Santuario; el lugar donde los familiares de soldados y santos, e incluso algunos de estos, vivían en calma.

 

Una vez se perdió la silueta del muchacho entre los árboles y los tonos anaranjados y rojizos del atardecer, Astrea se quitó la máscara y sonrió. Sus enormes ojos verdes se entornaron con gracia.

 

—Gracias, Iskandar —se dijo. Y es que Astrea, que iba a ser nombrada caballero dorado de Virgo en poco menos de un mes, no había recibido aún los buenos deseos de sus futuros compañeros; ni tan siquiera de los de aquellos que le eran más cercanos: Marduk de Libra y Lirio de Acuario…

 

El joven de melena ondulada y castaña siguió avanzando a paso acelerado. Había llegado a las primeras casas de la aldea Rodorio, más grandes en comparación a las del núcleo del pueblo. Prosiguió la marcha entre las calles, veloz, atravesando un cruce ancho y girando a la derecha. Fue entonces cuando el templo del Amor de Atenea apareció ante él, alzando su estructura sobre todos los edificios tras una gran avenida, precedida por una plaza en cuyo centro se erigía una gran fuente de piedra. De ella caía el agua, fluyente, manando de una urna de piedra.

 

La plaza era menos concurrida de lo esperado por sus dimensiones, y la imagen del templo del Amor, grande, imponía ya desde la otra punta. De su frontón, surgían grabados varios con motivos eróticos de mujeres rodeando a efebos. Por mucho que aquel lugar fuera una casa de baños, proporcionaba servicios extra sólo para los caballeros de Atenea. Al fin y al cabo, eran hombres y tenían necesidades.

 

Iskandar, tras pensar en lo vergonzoso de la situación, subió, no sin antes titubear, los peldaños que le separaban de la puerta de madera negra tras la que debería estar su amigo pasándoselo en grande. Y la puerta vibró con estrépito haciendo que le miraran las tres mujeres que había en el recibidor, todas sobre una moqueta burdeos con bordes dorados.

 

En el coqueto recibidor, una dama mayor que el resto, caminó con remilgo hacia Escorpio, ataviada con un ligero peplo negro a través de cuya seda se trasparentaba su esbelta figura, sus pechos generosos.

 

—Estimado seáis, ¿cómo puedo ayudaros? —dijo la señora esgrimiendo una sonrisa lasciva. El joven sintió cómo se aceleraba su corazón, pues era la primera vez que entraba al lugar, y sin duda, para él era mucho más vergonzoso de lo que venía imaginando.

 

—Ehm… —titubeó—, en realidad yo no necesito nada. No he venido a bañarme ni nada por el estilo —se justificó rascándose la zona de la nuca—. Estoy aquí porque necesito ver a Éurito, el caballero dorado de Sagitario. Él tiene mi edad, pelo castaño oscuro, corto, y ojos claros. Es bastante… —antes de que pudiera seguir explicando, la mujer asintió.

 

—¡Sí, claro! —dijo mostrando sus dientes, blancos como perlas pulidas—. Buscáis a nuestro apasionado señor.

 

—¿Apasionado… señor? —pensó Iskandar mientras esgrimía una forzada sonrisa. Sintió cómo esta debía estar delatando el desconcierto que sentía.

 

—Sí, el señor Éurito está disfrutando de un baño con varias de mis señoritas. ¿Deseáis tomar uno vos? Se os ve cansado.

 

—¡No! —gritó Iskandar, llamando de nuevo la atención de las tres jovencitas que había en la estancia—. ¡Ya he dicho que vengo a buscarle a él, que no necesito bañarme!

 

La dama de negro, decepcionada, asintió mientras le señalaba un sofá parduzco al otro lado de la sala. Le pidió que esperase en él. Escorpio, no sin sentirse un tanto extraño, y con la cara roja como un tomate, obedeció bajando la cabeza. Una vez se sentó, pensó en el espantoso ridículo que sentía estar haciendo. La señora de vestido oscuro se alejó atravesando la habitación y perdiéndose tras una puerta.

 

Pasaron varios minutos que fueron una eternidad para Iskandar. El trío de chicas que quedaron en la sala se había acercado para parlotear entre sí, y tras mirarle de vez en cuando, expulsaban alguna risita que sólo le hacía sentir más nervioso. Con los brazos cruzados, alzó la vista al techo y suspiró. «Éurito, ven de una maldita vez» se dijo.

 

El santo de Escorpio por fin reunió el valor suficiente para mirar a las chicas. Había pasado un cuarto de hora desde que se sentó, ¡y se maldijo por no haberlas mirado antes! Eran muy hermosas. La de la izquierda lucía una melena rizada de tonos anaranjados; la del centro, una sonrisa que le hizo ladear la cabeza. La de la derecha, sin embargo, le recordó a Selina demasiado, y comenzó a pensar en Milo y en cómo haría para convencer a Éurito de que pidieran ayuda a Alisha, su hermana y encarnación de Atenea. ¿Podría lograrlo, siendo que la noche anterior Sagitario pareció enfadado al retirarse?

 

Luego de contar las cuarenta y cuatro columnas que sostenían el recibidor, y considerando que llevaba haciendo el estúpido demasiado tiempo, se levantó del sofá. Casi sin pensar qué hacía, avanzó hasta el corro de chicas.

 

—¿Es normal que tarde tanto? Me han dicho que llegó hace más de dos horas…

 

—¿Que llegó? ¿Os referís al señor Éurito? —inquirió la muchacha de bella sonrisa—. ¡Es completamente normal! Suele pasar las tardes aquí, con nosotras, ¡y es todo un galán! —De nuevo, las risitas estallaron.

 

Iskandar quedó sin palabras que responder, pero afortunadamente, una puerta se abrió con brusquedad y, tras ella, apareció Sagitario acompañado de una joven enganchada a su cuello, lamiéndolo con la sensualidad de una amante embravecida. El rostro de Sagitario, ataviado ahora con una toga blanca, pareció sorprendido al encontrar allí a su camarada; su sonrisa estúpida pronto tornó en un gesto extrañado.

 

—Señor Éurito, debéis venir más por aquí —le dijo una de las chicas que habían hablado con Iskandar.

 

—¡Iskandar! —dijo el recién aparecido, ignorando a la damisela. Tras darse media vuelta por un segundo, sostuvo la barbilla de la chica que le acompañaba y la besó en los labios—. Lo siento, mi princesa, pero me temo que aquí nos despedimos… por ahora—. Sin más dilación, caminó hacia su camarada dejando a la que había sido su acompañante con mirada de perrito abandonado.

 

»¿Por qué has venido? ¿Ha ocurrido algo, mi amigo? —Los pasos de Sagitario eran ligeros, y podía vérsele en la cara alguna suerte de felicidad que le hacía tener gesto tierno.

 

Escorpio, aún descolocado por el lugar, instó a su amigo a salir al exterior. Pudo percibir en él cierto aroma a sales de baño, pero ello no le bastó para poder regalarle una sonrisa; a pesar de lo surrealista de aquel evento, Iskandar seguía teniendo problemas.

 

Y así, los dos jóvenes salieron del templo ante las miradas lastimeras de las cuatro damas, que les despedían agitando las manos. Incluso parecía que una de ellas tenía los ojos nublados por lágrimas incipientes.

 

Ya en mitad de la plaza de Kopsas, que era el nombre que recibía aquel lugar donde podía contemplarse la fuente de la urna, Iskandar se dirigió a un banco de piedra y se sentó. Una vez acomodado, cogió aire para hablar, pero fue su amigo quien inició la conversación.

 

—¿Qué sucede? Es extraño que vengas a buscarme a mi segunda casa —dijo no sin cierto tono divertido. Mientras esperaba respuesta, se agitó la húmeda cabellera.

 

—¿Recuerdas al pequeño Milo? —respondió Escorpio sin hacer contacto visual.

 

—¿El mocoso que apareció en el propileo? ¿El de la hermana dormida? —El rostro de Sagitario tornó serio. No le gustaba nada que su camarada hubiese empezado a hablar precisamente de aquello—. Mira, no le dije al Patriarca nada. Te respeto, Iskandar. Deberías saberlo a estas alturas. Simplemente, no me pareció correcto lo que hiciste…

 

—No se trata de que le dijeras algo o no —interrumpió el de melena ondulada—, sino de que necesita ayuda de verdad. Verás —su tono de voz se volvió sereno a la vez que el agua de la fuente pareció resonar más fuerte—, fui a su casa. Allí, delante de la cama de su hermana, me di cuenta de que había algo extraño. No pude percibir cosmos alguno —mintió—, pero algo no estaba bien. No sé decirte si tendrá que ver con lo de mi hermano o no, pero allí hay algo más de lo aparente. ¡Estoy seguro!

 

—¿Y por qué me cuentas esto, Iskandar? Ya sabes que te dije que no fueras.

 

—Lo sé, y precisamente por eso necesito hablar contigo, amigo. —Ahora, los ojos de Iskandar se posaron sobre la mirada severa de Éurito—. Necesito que me ayudes a convencer a tu hermana para poder salir del Santuario en su ayuda.

 

—¡¿Cómo?! —exclamó Sagitario llevándose las manos a la cabeza. Sin dilación, comenzó a reír con nerviosismo—. Mira, amigo, aprecio mucho mis pelotas, y hay gente que también las aprecia —respondió señalando al burdel que era en realidad el templo del Amor de Atenea.

 

—El Patriarca me ha prohibido salir del Santuario, ¡y no pienso dejar a Milo pudrirse mientras su hermana no despierta vete tú a saber por qué! —respondió Iskandar, levantándose enfadado por lo irónico de la respuesta que obtuvo—. Necesito investigar qué demonios es lo que le pasa a Selina, Éurito. ¡Compréndelo, por favor! ¡Eres el único que puede ayudarme, por Atenea!

 

—¿Pero tú eres consciente de los líos en los que me metes? —recriminó Sagitario, frunciendo el ceño—. ¡Si esto sale mal, vamos a perder las bolas los dos, tú y yo! ¿Me entiendes? —gritó.

 

—Lo siento, pero voy a salir del Santuario me ayudes o no.

 

—¡Iskandar, abandonar el Santuario sin autorización podría traerte problemas demasiado grandes! Aunque seas un caballero dorado…

 

—Lo sé —interrumpió Escorpio negando con la cabeza. Estaba decidido, y su camarada lo notó.

 

—¡Te voy a odiar por esto, que lo sepas! En mi casa de madrugada. Si te retrasas, olvídate de mi ayuda —explicó el joven dorado, cuya toga blanca se agitó por el soplo del viento nocturno.

 

Escorpio rio con nerviosismo. Había conseguido la ayuda de su compañero, pero en el fondo sabía que no era justo meterle en aquel lío. Era cierto que si los sorprendían, muy probablemente irían a parar a la prisión del Santuario una buena temporada. Y la prisión del Santuario no era un lugar agradable ni para un caballero dorado; tenía un campo de fuerza que suprimía toda cosmoenergía, por lo que salir de allí les sería imposible. Se la iban a jugar, literalmente.

 

—Nerites de Piscis es el único caballero que actualmente vigila un templo de los que quedan tras el mío para llegar al de mi hermana. Recuerda: tras Sagitario está Capricornio y Kishut duerme en el Ateneo. Luego Acuario; Lirio no está. Y por último… ¡Reza porque esté dormido, porque si no, va a ser imposible! —. Sin más demora, Éurito dio la espalda a su amigo y comenzó a caminar rumbo a su hogar, la novena casa en la montaña del Santuario. El joven centauro, conforme se alejaba, arqueó la mano haciendo un gesto de despedida que Iskandar, con la esperanza renovada y una tímida sonrisa en el rostro, apreció.

 

—Muchas gracias, amigo. Todo saldrá bien. —Apenas después de un par de minutos de reflexión, él también decidió iniciar su camino a casa.

 

----------------------------------------------------------------------------------------------

 

Hasta aquí he llegado esta semana. Si consigo aumentar mi ritmo de escritura, publicaré un capítulo cada diez días en vez de tan solo una mitad. Pero para eso aún falta algo de tiempo, por lo que, por el momento, seguiremos así. Os ruego paciencia. 

 

Como dicen, es más importante el camino que la meta. Espero que disfrutéis este camino que es mi fic

 

¡Abrazos!

 

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EDITADO: 2 de noviembre de 2014. Pequeño error en "—Así es, Su Santidad —Escorpio asintió tras ser escrutado por aquella severa mirada." --> "Su Santidad" estaba escrito con minúsculas.


Editado por Killcrom, 02 noviembre 2014 - 17:45 .

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#31 xxxAlexanderxxx

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Publicado 04 octubre 2014 - 10:40

¡¡Me encanta!! XD ese Eurito es un pillin, me gusto la chica de virgo, jumm me pareció un poco raro que le mostrara su rostro habrá romance?? :o

Me gusta mucho que te salieras de lo habitual, o de los "detalles" mínimos que tienden muchas personas hacer, como las relaciones que poseen los santos como el tipico: Escorpio y Acuario, eso me gusta bastante

Esperare el siguiente capítulo

Saludos!!!

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#32 zeus god king

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Publicado 04 octubre 2014 - 10:51

aajajajaj  si killl ...el rey del olimpo disfruta mucho con tu increible fic ....

 

en serio  leer tu fic es bastante comodo ,acojedor ....se siente bastante real . osea tus ideas y lo que escribes es bastante original ...

 

disfrute mucho este capitulo ....quiero massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss


Eurito  es mi caballero a seguir 



#33 unikron

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Publicado 04 octubre 2014 - 11:24

buen capitulo en espera del siguiente



#34 carloslibra82

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Publicado 04 octubre 2014 - 12:36

Un muy buen capítulo, y lo q puedo decirte es q lo único malo de tu estilo de escritura y del fic en general, es q es tan bueno, q cuesta esperar los 10 días para seguir leyendo. Sigue así, amigo killcrom



#35 Patriarca 8

Patriarca 8

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Publicado 05 octubre 2014 - 20:58

buen capitulo y me pregunto si Iskandar lograra ver  a athena

 


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#36 Killcrom

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Publicado 06 octubre 2014 - 06:29

Antes de ir respondiendo uno por uno vuestros reviews, quiero daros las gracias a todos. Me ayudáis mucho con vuestros comentarios. De hecho, he empezado a escribir más. Si logro mantener un ritmo de 4000 palabras semanales o más (actualmente hago 2000), aumentaré el ritmo de publicación a un capítulo cada 10 días. 

 

Creedme que, de verdad, si no fuera por vosotros, ni me hubiera planteado aumentar mi ritmo de trabajo. Sois los mejores.  :lol:

 

¡¡Me encanta!! XD ese Eurito es un pillin, me gusto la chica de virgo, jumm me pareció un poco raro que le mostrara su rostro habrá romance?? :o

Me gusta mucho que te salieras de lo habitual, o de los "detalles" mínimos que tienden muchas personas hacer, como las relaciones que poseen los santos como el tipico: Escorpio y Acuario, eso me gusta bastante

Esperare el siguiente capítulo

Saludos!!!

 

Nuestro amigo Éurito es un salido y un pervertido. Le gusta cualquier cosa que sea mujer. ¿Recuerdas los juegos de mesa esos para toda la familia que ponía "edad: de 3 a 99 años"? Pues Éurito sería algo así.  :lol:

 

El tema de la máscara es algo que nunca me gustó, así que para tener excusa, decidí que el actual Patriarca quitase la restricción de que las mujeres la usen de forma obligatoria. Hay un motivo, por supuesto, pero eso llegará en el momento que Kishut tome el protagonismo. Por tanto, aunque todavía quede la vieja imagen del uso de la máscara y lo que implica mostrar el rostro, ya no existe la obligación de matar o enamorarse de la persona en cuestión que ve el rostro.

 

Pero sí, puede haber romance.  ^_^

 

Sobre los detalles, la verdad es que me gusta construir historias. No me conformo con las relaciones típicas del manga, por lo que las adapto según las necesidades de la historia. Gracias por el comentario.

 

El siguiente capítulo llegará el día 14, cerrando el episodio 2.  ^_^

 

aajajajaj  si killl ...el rey del olimpo disfruta mucho con tu increible fic ....

 

en serio  leer tu fic es bastante comodo ,acojedor ....se siente bastante real . osea tus ideas y lo que escribes es bastante original ...

 

disfrute mucho este capitulo ....quiero massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss


Eurito  es mi caballero a seguir 

 

Mi señor del Olimpo, ¡gracias por volver! 

 

Me alegro mucho de que te esté gustando el fic. La verdad es que pongo mucho cariño cada vez que escribo una parte. Hay días en que cuesta más que salgan las ideas; otros días salen sin más de mis dedos. Y bueno, tengo que seguir aprendiendo mucho. Espero que escribir este fic me ayude a mejorar. 

 

Si disfrutaste este capítulo (a veces me gusta hacer pausas para añadir partes más ligeras), espera a lo que viene. ¡No habrá tregua! ¡Jajaja!

 

Sobre Éurito, fue uno de los personajes que más gustó en la versión primera que hice del fic. Guarda sorpresas este Sagitario, créeme. Puede ser un pervertido, pero creo que de la orden, es de los que más merecen la armadura. Al menos por ahora.  :lol:

 

buen capitulo en espera del siguiente

 

Amigo Unikron, espero estar a la altura de tus espectativas. ¡Ojalá disfrutes mucho lo que está por venir! Ya queda poco para que acabe la "paz".  :devil:

 

Un muy buen capítulo, y lo q puedo decirte es q lo único malo de tu estilo de escritura y del fic en general, es q es tan bueno, q cuesta esperar los 10 días para seguir leyendo. Sigue así, amigo killcrom

 

Me alegra mucho lo que me dices, Carloslibra. Siento publicar tan poco. Me seguiré esforzando mucho para poder traeros un capítulo por entrega. 

 

¡No solo seguiré así, sino que mejoraré todo lo que pueda!  :s46:

 

buen capitulo y me pregunto si Iskandar lograra ver  a athena

 

¡Gracias por los ánimos, compañero! Para conocer la respuesta, ¡no tendrá más que esperar hasta el día 10! Pero esta Atenea... no sé, ¡a mí a veces me dan ganas de tirarla por un barranco! Habrá que ver si se ven y hablan...

 

De nuevo, gracias a todos, amigos. ¡Amor killcromniano!

 

Edito: la ronda de reviews a vuestros fics llegará en los siguientes días. ¡Abrazos!


Editado por Killcrom, 06 octubre 2014 - 06:31 .

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Publicado 08 octubre 2014 - 11:33

Jeje…estuvo bueno el cap

Un burdel cerca al santuario!…eso si que me sorprendió y más todavía un dorado es fiel cliente, este centauro si es un pillín!!
Parece que ya vienen las trompadas y patadas!!

PD: algo me dice que el patriarca es Virgo!

¡Si una hembra te rechaza es por el bien de la evolución!

 

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#38 Killcrom

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Publicado 13 octubre 2014 - 03:49

Jeje…estuvo bueno el cap

Un burdel cerca al santuario!…eso si que me sorprendió y más todavía un dorado es fiel cliente, este centauro si es un pillín!!
Parece que ya vienen las trompadas y patadas!!

PD: algo me dice que el patriarca es Virgo!

 

Muchas gracias por tus palabras, Mihca. Ya es día 13 y aún no he devuelto todos los reviews... ¡Si es que lo dejo todo para el final! Espero que a lo largo de esta tarde pueda hacerlo. Mis disculpas.  :unsure: 

 

La idea del Templo del Amor la saqué hace mucho tiempo, no recuerdo si de la guía de Saint Seiya de Aldebarán. El caso es que me pareció una idea acertada. Al fin y al cabo los santos tienen sus necesidades, y todos sabemos que en el Santuario no son precisamente feministas... jajajaja. 

 

Sobre que el Patriarca sea Virgo... ¿por qué dices eso? Pronto se resolverán tus dudas, de todas formas. No respondas a esto hasta tu siguiente review (si decides seguir leyendo, esperemos que sí  ^_^) si no quieres. De todas formas, mañana publico la segunda y última parte del capítulo.

 

Y sí, ya mismo empiezan los combates. Soy lento, pero cuando hay peleas, son peleas de verdad.  :lol: 

 

¡¡¡Un abrazo!!!


Editado por Killcrom, 13 octubre 2014 - 03:50 .

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#39 Killcrom

Killcrom

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Publicado 14 octubre 2014 - 13:50

Es día 14, y para esta parte nos toca cerrar el capítulo 2. Me he dado cuenta de que subefotos, el host al que subo las imágenes de los capítulos, está caído. Por tanto, no se ve qué capítulo están leyendo. De ahora en adelante, además de la foto, escribiré de qué capítulo se trata para que no haya problemas.

 

Sin más, os dejo con la nueva parte del episodio. Ojalá lo disfrutéis tanto como yo imaginándolo... :lol:  

 

Resúmenes de los eventos de partes anteriores los daré al principio de cada capítulo.

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Ístvan de Hésperis: el viejo caballero de Escorpio, hermano de Iskandar.

Iskandar de Escorpio: un joven santo dorado de gran corazón. 

Éurito de Sagitario: otro joven caballero que vela por la justicia. 

Milo: un niño de Atenas que busca la ayuda de Iskandar.

Selina: joven durmiente.

 

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(Capítulo 2. Parte 2 de 2)

 

22 de diciembre de 1491

 

Ya era de madrugada, y tal como había sugerido Éurito, Iskandar se reunió con él. Tuvo la precaución de vestir túnicas oscuras en vez de su resplandeciente armadura dorada. Para su sorpresa, Sagitario también llevaba una toga casi tan negra como la fría madrugada ante la que se encontraban. Al fin y al cabo, los dos sabían lo que estaban a punto de hacer: colarse en el último palacio del Santuario, el Ateneo, donde vivían Alisha, encarnación de la diosa y hermana de Éurito, y el mismísimo Patriarca.

 

El recorrido no se presentaba demasiado problemático, pero tendrían que tener cuidado. Tan sólo debían atravesar tres templos para llegar a su destino: la casa de Capricornio, la de Acuario, y la de Piscis. Si bien las dos primeras estaban vacías, la una por ser el santo de Capricornio el Sumo Sacerdote, la otra por hallarse el caballero de Acuario en misión, la casa de Piscis no lo estaba. Y ese era su primer y más difícil reto: superar a Nerites, a su legendario mal genio. De hecho, si les descubría… ¡pasarían una buena temporada en la prisión del Santuario!

 

Y tras varios minutos e incontables escaleras dejadas atrás, llegaron justo allí ambos jóvenes. Ocultándose en las sombras de la noche, bajo el muro erigido en la montaña que vadeaba la senda, pusieron los pies con cautela en el rellano de la casa de Piscis, que era un gran jardín. En aquel jardín nunca dejaban de brotar las flores. Y no es que Nerites fuera precisamente un buen jardinero; desde tiempos inmemoriables, la duodécima casa había estado rodeada por misteriosas flores de todos los colores y nombres conocidos, pero inundadas sin duda alguna por el cosmos de los viejos santos de Piscis, fallecidos mucho tiempo atrás.

 

—Bordearemos el templo, como hemos hecho abajo. Mejor por la izquierda, que nos protege el muro y costará más que se nos vea —explicó Éurito de Sagitario. Su compañero asintió, y comenzaron a andar al unísono, de puntillas y evitando respirar de forma agitada.

 

El templo de Piscis era uno de los más grandes, y en su interior no había uno, sino varios recibidores. Aun desde fuera se podía escuchar el murmullo de los pequeños afluentes que recorrían sus estancias, lo que supuso un alivio para ambos jóvenes. Pudieron sortear la estructura aprovechándose de las tinieblas y el susurro de las aguas, pero vieron algo que les hizo suponer lo peor: una silueta se presentaba ante ellos, erguida, a varias decenas de metros.

 

—¡Agáchate! —susurró Iskandar, dando un débil puñetado en el brazo de su amigo. Sin rechistar, Éurito se lanzó al suelo en plancha, rezando porque no les hubiese visto Nerites. Y así, reptando, se dieron cuenta de que Nerites estaba de espaldas y no les había visto. O eso creían. Ahora, su reto era lograr ascender el tramo de escaleras que les separaba del Ateneo sin llamar su atención.

 

Los dos jóvenes avanzaron a rastras, muy poco a poco, sincronizando sus movimientos. Éurito se preguntaba qué hacía allí Nerites, en plena madrugada, en vez de estar durmiendo.

 

Por fin llegaron a las escaleras. Subieron algunos peldaños en cuclillas, hasta encontrarse más alto que el campo de visión de Piscis. Entonces se detuvieron y le observaron desde la seguridad que les brindaba la distancia, y por supuesto, escondidos tras una enhiesta columna de piedra bañada por luz inexistente. A lo lejos, la torre del reloj, que era tan grande que podía verse desde todo el Santuario, marcaba las tres de la madrugada con una llama azul en el signo de Capricornio y otra, rojiza, en Aries.

 

—¿Por qué no está dormido? —Musitó Sagitario desde las sombras.

 

—¿Cómo voy a saberlo? —Iskandar parecía confuso. Y era cierto. Nerites de Piscis estaba ahí varado, en medio de la madrugada, sin hacer nada. Ni miraba las estrellas, ni parecía estar meditando.

 

Escorpio se permitió el lujo de estudiar a Piscis desde su posición ventajosa. Vio en él a un hombre de aspecto rudo, alto, atlético, y con cabello corto y negro. Deseó por un instante saber qué pensaba, pero se olvidó de inmediato cuando el hasta ahora paralizado Nerites giró la cabeza con brusquedad.

 

—¿Se ha dado cuenta? —inquirió Sagitario sin alzar la voz, pero con algo de miedo.

 

—Parece que no, mira —señaló Iskandar. El caballero de Piscis se había girado para contemplar a una niña que recién se acercaba a él frotándose los ojos. Su melena, lacia, larguísima y gris, ondeaba a cada pasito que daba. La pequeña saludó con timidez a Nerites.

 

Aunque desde aquella distancia no podían escuchar qué le decía Nerites, los gestos de la niña hicieron que tanto Iskandar como Éurito tuvieran que morderse los labios para no estallar en la carcajada que les acabaría revelando. Por más veces que Nerites señalaba a su templo como ordenándole que volviera a dormir, ella se negaba. Se había aferrado al muslo de Piscis con todas sus fuerzas, y se le oía chillar que quería quedarse con él a mirar las estrellas.

 

—¿Quién diría que Nerites acabaría montando una guardería? —rio Sagitario. Señaló el camino a Iskandar como instándole a que siguieran. Ambos, aprovechando la confusión de Nerites, se pusieron en pie y avanzaron raudos.

 

Aun corriendo, pasaron en torno a cinco minutos hasta que cubrieron la totalidad de escalones que les separaban del Ateneo. En su recorrido tuvieron que sortear a varios guardias que hacían ronda subiendo y bajando por el camino. Por fin llegaron al portón del gran templo de Atenea. Y bajo sus dos pisos, Escorpio y Sagitario contemplaron con horror cómo ocho guardias protegían sus puertas, en formación.

 

—¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos, genio? —cuestionó Éurito. Iskandar, sin complejos, agarró una de las piedras del suelo y la lanzó con suavidad contra una pared cercana. Al chocar esta con la pared, se escuchó uno seco impacto, tras el que se desprendieron varios fragmentos del muro. El ruido puso en guardia a los soldados. Todo el grupo acudió rápido a ver qué sucedía allí, a varios metros de la entrada al Ateneo. Sin dilación, el par de jóvenes asaltantes se introdujo por las puertas abiertas del templo.

 

«Increíble. Menudo grupo de inútiles —se dijo Escorpio—. ¿Por qué no se ha quedado ninguno? Deben ser el peor grupo de guardias de la historia…»

 

Una vez dentro, y viendo que no había más guardias, corrieron por el primer pasillo y llegaron a un pequeño recibidor, donde se relajaron unos instantes.

 

—Parecemos ladrones… —notó Éurito—. Como nos pillen, estás solo.

 

—¡No nos van a pillar! —exclamó Escorpio, alzando la voz.

 

—¡Cállate, animal!

 

—No pasa nada. Ya no hay más soldados, Éurito.

 

—Supongo que llevas razón. Ahora sólo nos queda ir a los aposentos de Alisha… perdón, de Atenea —se corrigió.

 

El Ateneo era a aquellas horas un lugar vacío, oscuro y solitario. No había más que un par de velas alumbrando el largo pasillo que recorría el muro que, por el otro lado, conformaba la fachada. Por no haber, no había ni ruido. Ambos jóvenes podían escuchar sus pasos como estruendosos golpes contra la piedra pulida del suelo. Tuvieron que atravesar la cámara del Patriarca, tras lo cual volvieron a cerrar sus puertas, de bisagras chillonas. Más allá del trono en que se sentaba Kishut, el Patriarca, atravesaron otra puerta más pequeñita y oculta tras una cortina que, de día, solía brillar en tonos morados. Así, ascendieron al segundo piso por una escalera de caracol de mármol, y llegaron al rellano que precedía a la cámara de Atenea. Los dos santos retuvieron la respiración antes de continuar.

 

—Ya hemos llegado. ¿Ahora qué? —susurró Sagitario.

 

—Entremos, ¿no?

 

—Cuando abra la puerta, quédate en el umbral —advirtió—. Yo despertaré a mi hermana.

 

Tal y como había advertido, el guardián de Sagitario giró el pomo dorado de la puerta de la cámara, y con suma delicadeza, la empujó. Una leve corriente de aire comenzó a correr por la abertura hasta que la puerta recorrió todo el camino de sus goznes. Y aun en la oscuridad más profunda, ambos pudieron ver lo que parecía un ornamentado lecho en mitad de la enorme y fría habitación.

 

Cambiando sus planes, Éurito pidió a Iskandar que pasase, y tras que este lo hiciera dando pasitos en cuclillas, cerró la puerta con el mismo cuidado con que la había abierto. Una vez dentro, la escasa luz de la luna, que se filtraba por los ventanales y cortinas del balcón de la estancia, les permitió ver un poco el lugar.

 

Con un gesto rápido, Sagitario ordenó a su amigo que no se moviera más. Él se irguió y caminó de puntillas hasta sentarse a los pies de la plácida cama de su hermana.

 

—Hermana —susurró—. Hermana, despierta. Soy yo, Éurito. —Iskandar apenas escuchó un susurro, y volvió a sentir esa bola de nervios en mitad del estómago que tanto le incomodaba. ¿Estaba haciendo lo correcto?

 

Alisha, durmiente, no escuchó aquel leve rumor. Sagitario pasó su mano con delicadeza por el rostro de la joven y lo acarició, tras lo que escuchó un gemido.

 

—Hermanita, ¿no te da vergüenza dormir tanto? —Preguntó alzando la voz con descaro. Podía sentir el rubor de Alisha en su propia piel, que seguía rozando la mejilla.

 

La joven avatar de Atenea se giró por el colchón dando la espalda a su hermano. Su melena cubrió todo cuanto había de ella fuera de las sábanas, y otro gemido soñoliento increpó a Éurito, que empezó a perder la paciencia.

 

-¡Hermana! —Acabó por gritar. Su voz resonó fuerte por los muros de la habitación, e Iskandar, alejado de los pies de la cama, se asustó. No esperaba aquel chillido. Pero cuando abrió los ojos, vio algo que le dejó más perplejo aún; volvió a ver otro de esos hilos de plata que había visto el día anterior. Esta vez, avanzaba desde su corazón hasta perderse bajo las sábanas de la cama de Alisha.

 

—¡Ah! ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —exclamó la jovencita, todavía con voz turbia. Girando sobre sí, reconoció la silueta de Éurito, su querido hermano, y tras unos segundos se incorporó, no sin cierta inquietud en sus movimientos, rápidos y precisos—. ¿Qué sucede? ¿Por qué me despiertas en mitad de la noche? —acertó a decir mirando a su balcón, todavía oscuro. Ella, sorprendida, señaló a los pies de su cama, donde pudo ver una silueta desconocida—. ¡Allí hay alguien más!

 

—¡Tranquila, hermanita! ¡No grites, por favor! —rogó Sagitario con voz alta—. Es Iskandar, caballero de Escorpio. Le conoces. No tengas miedo.

 

Sabiendo lo que debía hacer, Iskandar se aproximó con timidez hacia la cama en que la jovencísima Atenea esperaba sentada, con las sábanas sujetas por sus manos, estrechadas contra el pecho. A pesar de la penumbra, pudo notar la vergüenza de la muchacha casi con la misma claridad que el desorden de su melena, despeinada y sobre uno de sus hombros.

 

—Buenas noches, mi señora —saludó con tono dócil.

 

—¿Qué hacéis aquí? —preguntó la adolescente mirando a su hermano. No se atrevía a moverse, no fuera que la sábana con la que se cubría el torso se resbalara—. Exijo una explicación, hermano. ¿A qué estás esperando? —La voz de la chica tornó agresiva.

 

—Alisha, tenemos un problema… Bueno, en realidad es Iskandar quien lo tiene. Él me pidió ayuda y yo no pude negarme… —explicó con calma, llevándose la mano al mentón. Iskandar bajó la cabeza, preocupado.

 

Sosteniendo la arrugada sábana con los labios, Alisha se inclinó hacia la mesilla que había a la izquierda de la cama. Extendió los brazos para girar la llave del candelabro que había sobre ella, y se hizo una llamita débil, pero lo suficientemente luminosa como para alumbrar en derredor del trío. Ahora, con algo de luz, los ojos de ambos santos pudieron contemplar la sobrecargada cabecera de la cama, que dibujaba líneas y líneas sin dejar un solo espacio liso. Pero no sólo vislumbraron eso; cuando regresó a su postura, sentada sobre el colchón, Alisha dejó caer la sábana. Fue sobre todo Iskandar, quien por estar delante de ella, apreció aquel cuerpo que caminaba entre el de una niña y una mujer: envestido en una toga blanca de seda, casi trasparente y holgada, intuyó la silueta de la joven a partir de la única curva de sus pechos incipientes.

 

Alisha, con mirada llena de desconfianza, suspiró:

 

—Agradecería que no me miraseis directamente. —Alisha sabía que, todavía azotada por el sueño y en aquella condición, sus visitantes podrían ver más de lo que ella pretendiera mostrarles.

 

—Iskandar necesita tu ayuda, hermanita. —El recelo que parecía tener Alisha hacia sus visitantes no era compartido por Éurito, que siempre trataba a su hermana de forma jovial.

 

—Así es, mi señora —asintió Iskandar, arrodillándose. Sentía cómo los colores le subían al rostro—. Tras nuestra misión de reconocimiento en Atenas, me encontré con un niño que necesita ayuda. Su hermana duerme ya por tres días, y su piel está tan fría como esta noche. Ese niño no puede valerse por sí mismo, y le prometí que investigaría qué le ha sucedido a su hermana, pero…

 

—¿No estará muerta? —interrumpió Alisha con impertinencia y desdén. Tras un instante, Iskandar volvió a hablar:

 

—Lo cierto es que no lo estaba. Respiraba. Es obvio que sucede algo extraño, y puede estar relacionado con la investigación que hicimos el otro día vuestro hermano y yo. Cuando lo conté al Sumo Sacerdote, impidió que ayudase al chico y…

 

—Y piensas enternecerme a mí con esa historia para que te deje ir en su ayuda, ¿no? —volvió a cortar Alisha. Su voz resonó cargada de furia, o eso le pareció a Iskandar. A pesar de todo, la joven emitió un suspiro, y ello alivió la tensión que sentía en aquel momento.

 

—El Patriarca piensa que podría sucederme algo, y por ello no me deja salir del Santuario. Pero yo creo que el deber de un santo es ayudar a quienes lo necesitan. Ese niño me necesita, mi señora… —Mientras hablaba Escorpio, la pequeña Atenea agarró uno de los cojines que le servían como almohada. Sin dudarlo un instante, lo arrojó con furia a la cara de Iskandar.

 

—¡Que sea la última vez que me molestáis de noche! —gritó con tono muy serio. Si seguía alzando la voz, era cuestión de tiempo que alguien notase la intromisión. En el peor de los casos, el mismísimo Kishut, el Patriarca, sería quien…

 

Iskandar recibió el cojinazo de lleno, pero no sintió dolor, sino que la culpa se le cuajó en el pecho. Trató de pensar en las palabras que utilizaría para disculparse, pero de nuevo volvió a hablar la joven:

 

—Puedes ir, pero procura que no se entere el viejo —apuntó—. Y repito, no volváis a entrar jamás a mi dormitorio a estas horas, o haré que os encierren en el cabo de Sunión hasta que se me olvide.

 

—¡Muchas gracias, mi señora Atenea! —exclamó Iskandar, quien volvió a ponerse en pie. Estaba nervioso, y lo comprobó ante lo errático de sus pasos. A pesar de ello, se las arregló para acercarse al balcón, apartar las cortinas y abrir sus puertas de cristal. Sin dilación, se arrojó saltando por la ventana y se perdió en la oscura noche rumbo hacia Atenas. Debía hacerlo evitando el camino de las doce casas, aunque ello implicase rodear toda la montaña en su descenso.

 

Éurito de Sagitario levantó de la cama de su hermana y caminó hacia el balcón para cerrarlo. Contempló la luna, que aún no estaba llena, y suspiró.

—Lo siento, Alisha. De verdad, yo mismo estaba contra esta idea, pero temía que abandonase el Santuario sin autorización y… —quedó en silencio.

 

—Todos me ven débil. Incluso tú —respondió, sentada contra la cabecera de su cama y con el rostro alto, mirada perdida en techo.

 

—Hermana, tú eres la máxima autoridad del Santuario. Aún eres pequeña, pero no por ello te consideramos débil.

 

—¡Mientes! —replicó ella, dirigiendo una mirada hacia su hermano. Sus ojos, anaranjados por la luz del candelabro, denotaban rabia, impotencia. Incluso parecía rechinar los dientes bajo el ceño fruncido.

 

—No podía permitir que Iskandar hiciera una locura —contestó Éurito, regresando a los pies de la cama para sentarse de nuevo.

 

—¿Y si me hubiese negado? —preguntó la jovencita mientras ladeaba la cabeza y su melena castaña y lisa le caía por un costado.

 

—No es que seas débil, Alisha, es que tienes corazón. Y por eso sabía que acudir a ti era lo mejor. —La sonrisa de Sagitario la desarmó. Le encantaba ver su sonrisa; aquellos labios apretados el uno contra el otro, dibujando una uve. Tras relajarse, Alisha se dio media vuelta y dejó caer su cabeza en el regazo de Sagitario.

 

—A lo mejor eso es lo que me hace tan débil… —musitó. Su tono lució apagado; su aliento, cargado de sueño—. No vuelvas a hacerlo nunca más, por favor —pidió.

 

Éurito, todavía blandiendo aquella sonrisa, asintió a su hermana, que le miraba desde abajo. Movió su mano para acariciarle el cabello, como hacía siempre que estaban a solas. Y es que al parecer, a ella le gustaba, pero para Éurito, además era relajante. Entre caricias, escuchó a su hermana susurrar algo: «un cosmos tan siniestro…».

 

—¿Cómo dices? —respondió, descolocado. Atenea se arqueó y tomó las manos de su hermano entre las suyas para dirigirlas hacia su corazón. Postradas sobre él, pudieron sentir cómo los latidos de Alisha rugían con violencia—. Te late el corazón muy fuerte —observó.

 

—Algo va a suceder, hermano. Desde hace casi una semana, siento una presencia divina en Atenas…

 

El tono de Éurito palideció. Si hubiera habido alguien además de su hermana en la estancia, que tenía los ojos cerrados, habría contemplado cómo el rostro de Sagitario se volvía más blanco que las nubes. Y es que el santo sintió un latigazo en el estómago; un ramalazo de nervios que le provocó un nudo en la garganta. Tragó saliva y respiró, tratando de mantener la calma.

 

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Con esto terminamos el capítulo 2. Ya vienen los palos, como podéis imaginar. Y el argumento se empezará a trazar. 

 

Espero que os esté gustando la historia hasta el momento. Cualquier comentario, sugerencia, o golpe de remo que me queráis dar será agradecido. 

 

Por cierto, aún debo parte de los reviews de esta semana. Soy lo peor. Pero no os preocupéis porque lo prometido es deuda. 

 

¡Hasta la semana que viene, con "Rostro Distorsionado" parte 1. 

 

PD: cada vez que lees y no comentas, muere un gatito, así que por favor, déjame un comentario con tus impresiones. Hazlo por él: 

 

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Editado por Killcrom, 14 octubre 2014 - 17:21 .

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


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Publicado 14 octubre 2014 - 16:07

buen cap en espera del siguiente






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