94 respuestas a este tema

[Patriarca 8]

Albiore es un badass

[unikron]

ya empiezan los cambios importantes en la historia original a ver como afectara mas adelante la ausencia de milo en las doce casas y el que albiore haya sobrevivido y por cierto la forma en que basara desperto el 7 sentido me recordo tambien bastante a las doce casas buen capitulo

 

saludos

[Macairo de Cancer]

Capítulo 5 (continuación)

 

Albiore ordenó a sus discípulos (quienes todos seguían con vida) que trajeran un ataúd para enterrar a Milo y eso hicieron.

 

-Celebraremos un funeral aquí en esta isla.-explicó Albiore a Hazer.-Pero antes tenemos que atender nuestras heridas o no viviremos lo suficiente como para poder cumplir la promesa Milo.

 

Este asintió y estaba a punto de cargar a Basara hasta que Albiore lo detuvo.

 

-No, tú estás herido.-dijo Albiore.-Deja que los míos se encarguen de esto.

 

-Ni hablar...-le contradijo Hazer cargando a Basara a sus hombros.-Él derrotó a Milo y nos salvó, es lo menos que puedo hacer después de que haya recibido todas las agujas de Milo.

 

-Tú sabes que no las recibió todas.-afirmó Albiore.-Superó la velocidad de Milo y logró encajarle el golpe el cual, por alguna razón, traspasó la Armadura de Escorpio sin dañarla, y fue directamente hacia el cuerpo. Si Milo hubiera logrado darle con Antares, habría muerto sin remedio, pero no fue así. Después de recibir la técnica, el último golpe de Milo no fue Antares si no que detuvo su hemorragia con él.

 

-Pensé que también había recibido Antares.-dijo Hazer un poco decepcionado.

 

-No podemos culparlo.-agregó Albiore rápidamente.-Nadie sobreviviría a ese tiro de gracia. Además logró superar la velocidad de Milo, un Caballero Dorado, algo es algo ¿No?

 

-De todas formas le cargaré yo.-afirmó Hazer decidido.-A propósito ¿A dónde vamos?

 

-Hay una pequeña casa no muy lejos de aquí.-respondió Albiore.-Deja que te guíe.

 

-De acuerdo.-aceptó Hazer.

 

Luego de que trajeron el cajón y colocaron ahí a Milo, todos partieron, Hazer (con Basara), Albiore y sus discípulos (un grupo de aspirantes y Caballeros de Bronce). Marcharon por un camino escarpado hasta llegar a una pequeña casa en donde se refugiarían por la noche que es cuando la temperatura desciende radicalmente.

 

Era una estructura pobre hecha de madera y ladrillos, pues Atenea demandaba que sus Caballeros tuviesen una vida sin lujos y privilegios. Dentro habían unas cuantas camas, Hazer depositó a Basara en una de ellas y le tapó con cuidado (su Armadura volvió a su forma Objetc y se quedó a un lado). Hazer se dio cuenta que por la prisa se habían olvidado de las Cajas de Pandora. "Supongo que no serán muy necesarias", pensaba él para no preocuparse tanto.

 

-Bueno, Hazer de Copa...-comenzó a decir Albiore cuando ya estaban todos instalados dentro.-Te debo dos a ti y a Basara de Lince. Una por salvarme la vida a mi y a mis discípulos. Otra por que alargaste mi vida, posiblemente viva lo suficiente para ver el final del mundial. Pero la pregunta es ¿Qué los trajo por aquí?-preguntó finalmente.

 

Se había sentado en una silla y se había quitado la Armadura para que les curaran las heridas, él, Hazer y Basara fueron los que peor salieron debido a que se enfrentaron directamente a Milo, los demás tenían unos cuantos raspones sin importancia. Hazer había hecho lo mismo, solo que se sentó en el extremo de la cama en donde había dejado a Basara.

 

-Atenea va a atacar al Santuario.-declaró Hazer.

 

Estaba a punto de continuar hasta que se percató de que todo el mundo le miraba fijamente con atención.

 

-Tampoco ni que estuviera contando una historia de terror.-dijo Hazer un poco molesto (pero también divertido).-El Santuario está corrupto.-Prosiguió.-El Patriarca que gobierna en él actualmente es un traidor, Atenea piensa hacerle frente y derrocarlo lo más pronto posible. Sin embargo él no es el único que nos ha dado problemas, también nos hemos encontrado con un grupo de hombres que se hacen llamar "guerreros de Ra", y que pretende unificar a su señor con un semidiós para así crear a un ser tan fuerte como los dioses auténticos. Tenemos razones para creer que tienen algo que ver con el Santuario, es más, dos lo declararon abiertamente.

 

-Pero eso no explica el por qué vinieron hasta aquí.-respondió Albiore pensativamente, escuchó con atención toda la historia.

 

-Basara tuvo una especie de "sueño" en donde escuchó hablar acerca de este lugar.-explicó Hazer.-Vinimos hasta aquí con la esperanza de encontrar algo que aclare toda esta situación. Estamos buscando algo pero no sabemos qué es.

 

-Eso lo complica todo...-observó Albiore.-¿Porqué no pasas la noche aquí? Cuando despierte Basara podremos aclarar mejor este asunto.

 

-No dormirá por mucho tiempo.-afirmó Hazer.-Le he dado un poco del agua de mi Armadura, como ya lo dije anteriormente, tiene propiedades curativas.

 

-¿Y porqué no utilizas tu el agua para recuperarte?-le preguntó uno de los discípulos de Albiore, un joven de cabello largo y negro.

 

-Eso es un secreto, pequeño.-respondió Hazer con tono paternal.-Tan solo diré que debe ser usada en casos de suma importancia. Lo que hice en la batalla con Milo fue una estupidez...

 

Y luego de decir eso, Albiore y Hazer discutieron un tiempo con respecto a la presencia de otro Caballero quién fue el que estaba por atacarlo a traición. Después se levantó y dejó que otros discípulos lo instalaran en una cama, no se quejó para nada cuando tuvo la posibilidad de descansar luego de una batalla agotadora. Por otra parte, Albiore permaneció despierto y encabezó un pequeño grupo que se quedó haciendo guardia hasta altas horas de la noche cuando fueron por fin relevados. A Albiore le preocupaba la idea de que pudiera aparecer otro Caballero de Oro y por eso ordenó que vigilaran celosamente los alrededores, pero no sucedió nada.

 

Por otra parte, Basara despertó cerca de las once y media de la mañana, que es justo la hora en donde la temperatura comienza a subir hasta los 50° aproximadamente. Había tenido una pesadilla que posteriormente olvidaría así que no le tomó importancia. Tan pronto como abrió los ojos, su primer pensamiento se depositó en la batalla contra Milo de Escorpio. Por puro instinto, se sentó casi al instante como si buscara a su enemigo, en lugar de eso vio la pobre estructura: Una casa con paredes de ladrillo, ventanas de madera, camas (muchas ocupadas) y unas cuantas vasijas en el suelo. A su lado, sentada sobre una silla, había una joven de pelo largo y rubio, ocultaba su rostro con una máscara lo que le dio a entender casi al instante de que era una Caballero o, mínimo, una aspirante (vestía un simple traje de entrenamiento rozado y amarillo). Esta lo miraba fijamente pero no decía nada.

 

-¿Quién eres tú?-preguntó Basara con el ceño fruncido.

 

Su voz era la normal: Seria y directa. Pero esta vez tenía un toque más o menos "amenazante". Al verla a ella recordó por que tanto odiaba hablar con su hermana, no podía conocer su reacción. De esa forma aprendió a interpretar los tonos de voces, sabía cuando a alguien le incomodaba algo o estaba de acuerdo con tan solo escucharlo.

 

-Mi nombre es June.-respondió ella seriamente también en respuesta al tono de Basara.-Soy la Caballero de Bronce de Camaleón.-agregó finalmente, quizás para dar a entender que no estaba "desarmada".

 

-¿Qué sucedió con Milo de Escorpio?-preguntó Basara.

 

-Murió.-le respondió June.-Tú lo mataste, y aún así te salvó la vida según lo que escuché. Un Caballero de Bronce que derrota a uno de Oro, es algo que nunca antes había sucedido. Tu amigo también está aquí.-dijo mirando a la cama en donde se encontraba Hazer dormido.-Iré a decirle a mi maestro que ya estás despierto.

 

Y dicho eso se levantó y se perdió de vista hasta que luego regresó con Albiore.

 

-Buenos días Basara.-lo saludó este cortezmente.-¿Te encuentras bien, muchacho?

 

-Así es.-respondió Basara levantándose inmediatamente de la cama.

 

El líquido de la Armadura de Copa había hecho un excelente trabajo puesto que ahora estaba en perfectas condiciones. Se quitó su polo negro (al sentir una extraña sensación en su torso) y allí estaban las marcas de las agujas de Milo: Las 14 Agujas Escarlatas, y un tiro con el que le había detenido la hemorragia, en total 15 punzadas ya cicatrizadas perfectamente.

 

-Milo ahora te protege.-afirmó Albiore.-Esas marcas serán un digno recuerdo a su memoria.

 

Basara no respondió a eso, se colocó su polo en su lugar y posteriormente fue a despertar a Hazer quién se molestó un poco por este gesto. Este tardó unos minutos en dejar de estar somnoliento, luego se puso en forma y era el mismo de siempre.

 

-Siento "algo" en aquella dirección.-afirmó Basara señalando hacia el oeste de la Isla.-Algo fuera de lo común, no es un Cosmos, es una energía que me "llama" de alguna manera.

 

Albiore meditó y luego llegó a una conclusión.

 

-Hacia allá hay restos un antiguo templo al que nunca nos acercamos.-respondió Albiore.-No está ligado en nada a Atenea, pero por su aspecto podría jurar que tiene milenios de antigüedad. Yo no aconsejaría que se acerquen allí, pero si allá es a donde deben ir entonces no los detendré y les desearé suerte.

 

Hazer y Albiore estrecharon firmemente sus manos (Hazer lo hizo en hombre de Basara quién se limitó a permanecer de brazos cruzados).

 

-Muchas gracias por alojarnos aquí.-le dijo Hazer con una sonrisa.

 

-Yo debería darles las gracias a ustedes.-lo corrigió Albiore.-Ustedes me salvaron la vida y también la de mis alumnos. Por eso permítanme compensárselo de algún modo.-y luego de decir eso, miró a June y le dio un pequeño "empujón" hacia Hazer y Basara.-Ella es June de Camaelón, es una Caballero de Bronce pero es muy hábil y puede moverse al match 3.

 

-¿¡Qué!?-preguntó June, por su voz parecía atónita.

 

-Ya me oíste, es una orden.-dijo Albiore.-Conoces muy bien la isla, lo que te vuelve en una excelente guía. Además, después de eso quiero que les acompañes y que luches por Atenea en primera fila.-su alumna estaba por protestar hasta que se le anticipó.-Iría yo mismo, June, pero debo de quedarme aquí y poner ciertos asuntos en su lugar. Después los alcanzaré y lucharemos todos juntos por Atenea ¿Entendido?

 

June iba a esponder a eso pero finalmente se rindió.

 

-Como diga, maestro.-dijo ella. Luego se retiró lentamente.-Voy por mi Armadura.

 

Basara estaba a punto de protestar puesto que no le caía muy bien esa chica, pero Hazer habló antes que él.

 

-Creo que es una idea maravillosa.-dijo.-Parece una buena niña, además de que ya estoy acostumbrado a hacer de niñero ¿Cierto, "sobrinito"?-le preguntó burlonamente a Basara quién se molestó pero no dijo nada.-No pongas esa cara muchacho.-le dijo y le golpeó la cabeza.

 

-¡¿Qué caraj@s haces?!-le preguntó Basara molesto.

 

-¡Te estoy consiguiendo una niña de más o menos tu edad para que no tengas que seguir jugando a la rayuela o a la comba solo!-respondió Hazer molesto.-¡Pero como siempre, nunca valoras nada de lo que yo hago por ti!-agregó rápidamente haciéndose el ofendido.

 

-Demonios...-se quejó Basara por lo bajo, tapándose el rostro con una mano.

 

...

 

June los guió por la Isla Andrómeda hasta aquel templo en ruinas del que habló Albiore, mientras tanto Hazer le iba contando toda la historia para mantenerla informada. Se sorprendió de la presencia de Shun en todo el asunto puesto que habían sido compañeros de entrenamiento por mucho tiempo. Ella hasta el momento pareció ser dura hasta que habló con Hazer de temas más personales.

 

-¿Cómo te convertiste en Caballero?-le preguntó ella.

 

-Una larga historia...-respondió sin tomarle importancia al asunto.-Quizás para otra ocasión. Pero no es muy interesante, este relato no tiene un "final dramático" como el de la mayoría de los aspirantes, por ejemplo no soy precisamente un "huérfano". En mi caso mi mamá y mi papá gozan de excelente salud así que soy un "bicho raro".-dijo burlonamente.

 

June dejó escapar una pequeña risa la cual disimuló con una toz.

 

-En mi caso.-comenzó a decir June.-Sé que me sobrevive un tío materno pero no sé dónde se encuentra actualmente, pero mis padres están muertos.

 

-¿Oíste, Basara?-le preguntó Hazer al Caballero de Lince el cual iba callado.-Ya tienen algo en común, estoy seguro que llegarán a ser grandes amigos.

 

Pero este hizo de ignorarlo y no respondió.

 

-Deduzco que no eres muy conversador...-comentó June en tono reprochante hacia Basara quién también la ignoró.

 

-Bah, no le prestes atención.-dijo Hazer.

 

Continuaron caminando por media hora más, siendo guiados por caminos escarpados, pendientes, etc. Finalmente llegaron hasta unas ruinas compuestas por pilares, paredes de ladrillos derrumbadas, pedazos de estatuas esparcidos por el suelo, etc.

 

-Es aquí.-dijo June señalando hacia allí.

 

Pero no necesitaba que se lo indicara puesto que Basara ya había sentido cerca a esa energía extraña, se sintió "atraído" por esta y se aproximó en dirección a ella, June y Hazer lo siguieron por detrás. Cruzó por aquellas ruinas hasta que se encontró con una escalera que llevaba a una especie de "bóveda" bajo tierra, y descendió por ella.

 

-¡Espera!-lo llamó June.-¡Esas ruinas están protegidas por un sello!

 

Y en efecto, delante de Basara apareció una "barrera" negra que le impidió el paso a Basara. Este la tocó por instinto y, sorprendentemente, se volvió dorada y desprendió un brillo, para luego desaparecer y permitirle el paso. Esto sorprendió a los tres.

 

-¿Qué sucede?-preguntó Basara atónito.

 

-Espera ahí, Basara.-le dijo Hazer quién se aproximó a él junto a June.-Bajaremos los tres juntos, solo Dios sabe lo que hay allí abajo.-Y cuando ya estuvieron cerca, volvió a hablar.-¿Crees que es este lugar al que tenemos que ir?

 

-Si...-respondió Basara asintiendo con la cabeza.-Hay algo que me ata a estas ruinas, siento su llamada. No sabría describir la sensación.

 

Y dicho esto, se dio media vuelta y bajó junto a Hazer y June unos treinta escalones hasta llegar a una pequeña cámara completamente oscura, a excepción de un pequeño pilar en el centro que desprendía una luz anaranjada. Por encima de él había un pedazo de piedra con una runa grabada en él, este flotaba por encima del pilar. Basara se aproximó a él casi a ciegas y lo mismo hicieron Hazer y June.

 

Cuando estuvo cerca, lo tomó con la mano derecha lentamente, como si tuviera la sensación de que algo fuera a suceder si la tocaba. La luz del pilar se hizo más fuerte súbitamente e iluminó toda la habitación: esta era cuadrada y pequeña, media aproximadamente medio metro cuadrado. Las paredes estaban repletas de jeroglíficos escritos posiblemente con sangre, muchos estaban mal trazados como si aquel que lo hizo estaba apurado (o desesperado).

 

Apareció una figura transparente y luminosa de un hombre que vestía una larga túnica. Apenas se podía ver su rostro pero destacaba una larga nariz. Apenas apareció, comenzó a hablar con una voz imperiosa y potente, era indiscutiblemente un hombre. Pero lo extraño era que no parecía hablarle a los presentes.

 

-Hoy volví a intentar razonar con Ra.-dijo el hombre.-Tampoco me escuchó esta vez. Está cegado por su ambición de convertirse en un dios, le hablé de las consecuencias pero parece dispuesto a afrontarlas. Le pedí a mi padre que le convenciera de desistir, me asombró enterarme de que también él apoya a Ra en todas sus decisiones. Son unos insensatos, debo actuar por mi propia cuenta. Dejo aquí otra de las cinco partes para ustedes, mis seguidores, si yo fallo entonces ustedes deberán actuar. Me encargué de que solo ustedes puedan encontrar este lugar. Recuerden esto, si Ra se une a Amón entonces el mundo que conocemos desaparecerá.

 

Y dicho esto, la figura se desvaneció por completo. El pilar dejó de emitir luz, y todo volvió a oscurecerse.

 

-¿Qué rayos fue eso?-preguntó Hazer sorprendido.

 

-Eso lo veremos más tarde.-dijo June.-Ahora debemos salir de aquí.

 

Y eso hicieron, subieron rápidamente las escaleras hasta que llegaron a la cima y permitieron que la luz del sol les ilumine las caras. Ya afuera, una "silueta" se les cruzó a los tres (quienes se arrojaron al suelo antes de que les tocaran). Se levantaron casi en el acto y vieron que encima de un pilar (de los pocos que se mantenían aún de pie) había un hombre sentado sobre este.

 

Vestía una Armadura casi completamente negra la cual le cubría casi todo el cuerpo, a excepción de los brazos y los muslos, posiblemente para que pueda articularlos correctamente. El resto de su cuerpo estaba protegido por una Armadura casi completamente negra (salvo por algunos detalles verdes, sobre todo en los brazales). Portaba un casco que le cubría todo el rostro, estaba adornado agresivamente con pinchos. Llevaba un visor gris en donde detrás se podían ver sus ojos. Con su mano derecha jugaba con la runa, fue ahí cuando Basara se percató de que ya no la tenía, ese individuo la había robado.

 

-Buenos días.-los saludó con una voz burlona, aparentemente le divertía la situación.-Yo me quedaré con esto.-dijo refiriéndose a la piedra.

 

-¿Tu eres uno de los seguidores de Ra?-le interrogó Basara en tono amenazante.

 

-Vaya, eres bueno, muchacho.-respondió el individuo divertido.-Si no me equivoco, tu eres Basara.

 

Esa "deducción" sorprendió a los tres Caballeros de Atenea, sobre todo a Basara quién abrió los ojos de par en par y frunció el ceño.

 

-Esto sí que es inesperado...-comentó Hazer rascándose la cabeza.

 

-¡¿Cómo sabes quién soy?!-le preguntó Basara.

 

-No te sorprendas, mocoso.-le calmó con una mano, el individuo, mientras se reía.-Te pareces mucho a tu querida mamita. Si hubieras sido mujer, habría creído que tu eras su reencarnación. Pero de todas formas eres prácticamente una copia de ella ¡El mismo rostro! ¡La misma expresión! Demonios, me estoy poniendo nostálgico... En fin...

 

Y se puso de pie luego de decir eso.

 

-¿A dónde crees que vas?-le preguntó Basara enojado.-Baja aquí y pelea.-le retó.

 

-Quizás en otra ocasión.-respondió el individuo.-Tengo prisa así que no puedo quedarme aquí a jugar.

 

-¿Quién eres?-le preguntó Hazer.

 

-¿Es qué no lo dijo Basara ya?-preguntó el individuo con sarcasmo.-Soy uno de los seguidores de Ra, con eso basta. Aunque puedes llamarme Gelios por el momento. Ah, y a propósito, yo si fuese ustedes volvería pitando al Santuario. Su querida diosa está en peligro de muerte.

 

-¡¿Qué!?-preguntaron los Caballeros de Atenea.

 

-Ah, y Basara.-agregó finalmente.-Mándale saludos a tus hermanitos, Bridge y Diana, de mi parte.

 

Gelios se rió por última vez, se dejó caer hacia atrás y se esfumó en el aire. Basara corrió para atraparlo antes de que escape, pero no logró encontrarlo, efectivamente había desaparecido sin dejar rastro alguno.

 

-¡El maldito ya no está!-se quejó Basara.

 

Hazer se le acercó y le tomó por el hombro a su compañero.

 

-Vamos, Basara.-dijo seriamente.-Debemos ir rápido al Santuario. Tal parece que Atenea adelantó un día al ataque del Santuario, debemos apresurarnos y llegar rápido para estar a su lado.

 

-¿En dónde está el Santuario?-preguntó Basara.

 

-En esa dirección.-dijo Hazer señalando hacia el noroeste.-Si nos apresuramos, llegaremos en cuarenta minutos aproximadamente. ¿Te apuntas, June?-le preguntó a la joven.

 

-El maestro me ordenó que les siguiera.-respondió ella.

 

-Entonces andando.-sentenció Hazer.

 

-De acuerdo...-le obedeció Basara a regañadientes.

 

Los tres Caballeros se dirigieron hacia Grecia y dejaron atrás la isla de Andrómeda.

 

...

 

-¡Atenea!-exclamó Hazer horrorizado.-¡Por Dios!

 

Habían llegado al Santuario (nadie les opuso resistencia). En un terreno llano y empedrado, a las faldas de una gran montaña a la que se accedía por medio de unas escaleras, estaba Saori Kido recostada boca arriba en el suelo. Llevaba una flecha dorada en su pecho, exactamente por encima de su corazón. A su ladro se encontraba su calvo mayordomo vistiendo un bogu de kendo.

 

Hazer se aproximó a Saori y se arrodilló a su lado, June y Basara hicieron lo mismo.

 

-¡¿Qué ha sucedido aquí, Tatsumi?!-le preguntó Hazer desesperado al mayordomo.

 

-¡Un Caballero de Plata le clavó esa flecha!-respondió Tatsumi quién también estaba tenso.-Dijo que si no se la extraía el Patriarca en menos de doce horas, esa flecha se hundiría en su corazón y la mataría.

 

-¡Demonios!-exclamó Hazer.-¡¿Dónde se encuentra el Patriarca?!

 

-Allí.-dijo Tatsumi señalando hacia las escaleras.-Para llegar hasta sus aposentos, se debe cruzar doce casas que se encuentran antes que este. El problema es que cada una está protegida por un Caballero de Oro. ¡Seiya, Hyoga y los demás ya están combatiendo ahora mismo contra ellos!

 

-¿Más Caballeros de Oro?-preguntó Hazer con los ojos abiertos.-¡Los van a matar! ¡No debemos perder tiempo entonces! ¡Basara, June, vamos a esas Doce Casas ahora mismo!

 

-Espera.-lo detuvo June.-¿No es peligroso dejar a Atenea aquí sola? Si viene un Caballero entonces estará indefensa.

 

-¿Qué dices?-preguntó Tatsumi molesto, pero June le ignoró.

 

-Es cierto...-lo reconoció Hazer.-Quizás deba quedarme atrás yo, y ustedes se van para ayudar a los demás.

 

Opciones

 

Opción 1: Dejar que Hazer se quede atrás

 

Opción 2: Nadie se queda atrás (dejar a Atenea indefensa)

Albiore es un badass

Sinceramente no sé por qué siempre lo pongo en todos los fanfics  :t420:

 

ya empiezan los cambios importantes en la historia original a ver como afectara mas adelante la ausencia de milo en las doce casas y el que albiore haya sobrevivido y por cierto la forma en que basara desperto el 7 sentido me recordo tambien bastante a las doce casas buen capitulo

 

saludos

Un cambio bastante crucial diría yo. Exactamente cambiará mucho las cosas durante la batalla de las Doce Casas y a largo plazo, supongo que ya sabes a que me refiero  :s46:

[Ivan de Virgo]

Basara y Hazer hacen buen duo


No se pero a Milo siempre lo vi como un fail

Que burno que albiore sobrevivió... Por ahora


Elijo la opción 1

[unikron]

ya se viene las 12 casas version modificada elijo la opcion1 porque la dos solo lo ahrian si fueran unos brutos que se ve que no son

 

saludos

[Patriarca 8]

Atenea es una explotadora con sus caballeros al no dejarlos vivir en casas de lujos---XD

 

pobre shun creo que dentro poco le volaran la enamorada---XD

 

 

elijo la opción 1

[Macairo de Cancer]

Basara y Hazer hacen buen duo


No se pero a Milo siempre lo vi como un fail

Que burno que albiore sobrevivió... Por ahora


Elijo la opción 1

1) No lo niego.

2) Ciertamente, a Milo siempre lo ridiculizaron: "A Milo lo haría pedazos" (Aioria de Leo), "Si no fuera por mi Armadura, habría muerto primero" (Milo sobre su batalla contra Hyoga), "Si combatimos, estaríamos igualados, y es muy probable que me supere, y eso no estaría bien..." (Milo sobre el Cosmos de Kanon). Después llegó su aparición en Soul of Gold lo que no hizo más que cag@rse en la dignidad del personaje haciendo que muera por atacar a un arbolito. Aquí, lo que hice fue intentar profundizarlo un poco más antes de matarlo como mosca, que no parezca tan fail. Con eso de que se necesitaron tres Caballeros (dos de Plata y uno de Bronce) para derrotarlo, y que ahora en Basara permanecerán sus agujas (por lo que su espíritu "vive" en él), así no parece tan inútil y devolverle algo de su gloria.

3) Jajaja, lo importante es que el Santuario esté bien defendido.

 

ya se viene las 12 casas version modificada elijo la opcion1 porque la dos solo lo ahrian si fueran unos brutos que se ve que no son

 

saludos

Un par de detalles quedarán igual, pero la idea es modificar casi todo, es algo que lo vengo planeando desde hace mucho  :t420:

 

Atenea es una explotadora con sus caballeros al no dejarlos vivir en casas de lujos---XD

 

pobre shun creo que dentro poco le volaran la enamorada---XD

 

 

elijo la opción 1

Na, tira la posta, así deben de ser los Caballeros. Pero seguro tienen una televisión escondida ahí  :t420:

 

En cuanto a June, ya veremos que le pasa  :s46:

[Macairo de Cancer]

Capítulo 5 (desenlace)

 

-De acuerdo, Hazer.-dijo Basara.-Supongo que aquí nos separamos por fin. Protege a Atenea.

 

-Lo haré, amigo.-respondió Hazer.-Ah, por cierto, ten cuidado.-le pidió.-Es cierto que hemos rozado el Séptimo Sentido en nuestra batalla contra Milo, pero eso no nos pone a la altura de los Caballeros Dorados definitivamente. Lo mismo te lo digo a ti, June, cuida a Basara por mi y no dejes que haga nada tonto.-agregó sonriendo.

 

-Hazer...-dijo Basara.-¿Puedes irte al demonio?

 

-Pensé que éramos amigos...-comentó Hazer disimulando sorpresa.

 

-Bueno...-continuó Basara.-¿Puedes irte al demonio, amigo mío?

 

-Así me gusta.-respondió Hazer volviendo a sonreír.

 

Y sin decir nada más, tanto Basara como June comenzaron a subir los escalones que los llevaría hasta la primera Casa: La de Aries. Hazer los vio alejarse y luego se sentó al lado de Atenea y la miró fijamente, denotando angustia en su rostro.

 

-No se preocupa, mi señora.-dijo él.-Volverán.

 

Pero notó que ella no estaba preocupada, confiaba plenamente en sus Caballeros.

 

Consecuencias

 

Sexta decisión

 

La sexta decisión básicamente decide el camino a tomar durante el quinto capítulo (y a largo plazo, también tiene consecuencias en el sexto), en otras palabras, en este capítulo se dividen en "dos" las opciones a tomar, las cuales serán detalladas a continuación.

 

Opción 1: Ir a la Isla Andrómeda

 

Opción 2: Ir al Santuario y acompañar a Saori

 

Decisión tomada: Ir a la Isla Andrómeda

 

• Si se dirigen a la Isla Andrómeda, Basara y Hazer llegan a esta en medio del enfrentamiento entre Albiore y Milo.
• Si en cambio, optan por acompañar a Saori, llegarán con ella a las Doce Casas y verán como esta es herida por Ptolemy.

En pocas palabras, la decisión tomada en la sexta, afectará también a la séptima decisión la cual es la siguiente.

 

Séptima decisión

 

Si fueron a la Isla Andrómeda

 

 

Opción 1: Detener a Hazer (no hacer nada)

 

Opción 2: Bloquear la técnica (ayudar a Albiore y arriesgarse a una pelea)

 

Decisión tomada: Bloquear la técnica (ayudar a Albiore y arriesgarse a una pelea)

 

Si acompañaron a Saori a las Doce Casas

 

Opción 1: Herir de muerte a Ptolemy

 

Opción 2: No hacer nada

 

Opción 3: Herir ligeramente a Ptolemy

 

• Opción 1 A: Detener a Hazer (no hacer nada) = Basara y Hazer no se enfrentan a Milo (y tampoco despiertan el séptimo). Albiore muere. Nunca conocen a June.
• Opción 2 A: Bloquear la técnica (ayudar a Albiore y arriesgarse a una pelea) = Basara y Hazer enfrentan a Milo (quién muere) y despiertan el Séptimo Sentido. Albiore sobrevive. June se une al grupo.

 

• Opción 1 B: Ptolemy muere por Basara.
• Opción 2 B: Ptolemy muere por Seiya.
• Opción 3 B: Ptolemy sobrevive y queda inconsciente (posteriormente se haría fiel a Atenea).

 

Sea cual sea el "camino elegido", Basara, Hazer, y nadie más/los Caballeros de Bronce/June se disponen a subir las Doce Casas. Por el lado A (ir a la isla Andrómeda) llegan cuando la batalla ya inicia. Por el lado B (acompañar a Saori al Santuario), se unen a la batalla apenas esta inicia. De todas formas, por ambos lados habrá una misma decisión:

 

Octava decisión

 

Opciones

 

Opción 1: Dejar que Hazer se quede atrás

 

Opción 2: Nadie se queda atrás (dejar a Atenea indefensa)

 

Decisión tomada: Dejar que Hazer se quede atrás

 

Esta tendrá un cierto peso en el capítulo 6 que no pienso explicar ahora para no dar spoilers.

Editado por Macairo de Cancer, 06 marzo 2017 - 18:44 .

[Macairo de Cancer]

Capítulo 6: La Batalla de las Doce Casas

 

-La Batalla de las Doce Casas...-comentó Okyas pensativo, interrumpiendo a Hazer.-No tenía ni idea que ustedes también habían participado en ella.

 

Ese comentario le causó risa a Hazer.

 

-¡No me digas que en verdad creíste que tan solo cinco Caballeros de Bronce lograron atravesar las Doce Casas!-exclamó Hazer.-No lo niego, estos muchachos se lucieron en verdad, tendiendo en cuenta que eran solamente Caballeros de Bronce (claro, sin contar a Sah) por que yo no pude subir con ellos, estuvieron increíbles.

 

-¿Así que te perdiste toda la acción?-preguntó Zakulus.

 

-Bueno, no exactamente.-lo reconoció Hazer.-Pero a eso ya llegaremos luego.-y luego dio un gran suspiro.-Por Dios... Esta experiencia marcó nuestras vidas, y no estoy exagerando.

 

-Cuéntanosla.-le exigió Okyas.

 

-Basara y June subieron las escaleras hacia la primera Casa.-prosiguió Hazer luego de acomodarse para seguir narrando.-Supongo que ya oyeron hablar sobre Mu de Jamir.

 

-El Caballero Dorado de Aries-respondió Okyas casi al instante.

 

-Exacto.-le corroboró Hazer.

 

...

 

-¡Allá!-dijo June señalando hacia la Primera Casa la cual se veía a lo lejos, al final de las escaleras.-Esa debe de ser la Casa de Aries.

 

Subieron las escaleras corriendo, pasando algunos pilares partidos que se encontraban en el suelo. La Casa de Aries era como un templo de arquitectura Griega, como el resto del Santuario. En frente de esta ya se encontraba el Caballero Dorado, Mu de Aries, esperándolos de pie. Su capa volaba al son del viento, lo mismo su cabellera recogida. Era un muviano, lo delataban el par de lunares rojos que tenía en la frente. A su lado, un niño de no más de 10 años de edad, se encontraba sentado sobre las escaleras.

 

-¿Eres el Caballero de Aries?-le interrogó Basara apenas llegaron.

 

-Así es.-respondió Mu con tranquilidad.-¿Ustedes dos vienen de parte de Saori Kido?-les preguntó.

 

-Exacto.-dijo Basara frunciendo el ceño.

 

-Ah ¡Entonces debes de ser amigo de Seiya!-comentó el niño sonriente.

 

-Si él tiene más de un amigo entonces me sorprendería.-pensó June.

 

Mu caminó hacia ellos, y Basara y June se pusieron en guardia, sin embargo este no parecía tener el fin de atacarles.

 

-Si te das prisa entonces podrás alcanzar a tus amigos.-dijo Mu.-Pero antes de eso permite que repare tu Armadura o no durará nada contra los Caballeros Dorados, no me llevará más de 15 minutos, te lo prometo.

 

Basara no respondió al instante ¿Acaso podía reparar su Armadura? Eso lo sorprendió, vio directamente a los ojos del Caballero Dorado ¿Cómo sabía que no le estaba mintiendo y que su verdadero plan era quitarle la Armadura para rematarle? Pero de pronto sintió un Cosmos que le hablaba a su corazón. "Permite que repare tu Armadura, Basara", le decía. Era la voz de una mujer, y casi al instante se percató de que era Atenea.

 

Siguió dudándolo hasta que sintió como la voz de Atenea le calmaba y poco a poco fue cediendo.

 

-De acuerdo...-respondió Basara quitándose la Armadura.-Haz lo que debas pero no tardes mucho.

 

Su Armadura volvió a su forma Object y Mu se aproximó a ella la tocó con un dedo y esta comenzó a flotar en el aire y a dirigirse hacia adentro de la Casa.

 

-Kiki.-llamó al niño.-Tráeme mis herramientas.-le ordenó.

 

-Si, maestro.-dijo este adentrándose a la casa.

 

Mu le siguió y desapareció de la vista. June se quedó en la entrada de la Casa, apoyada sobre un pilar, por otra parte, Basara se limitó a alejarse y se sentó en el primer escalón que daba a la Casa de Aries y se quedó allí mirando el Santuario. Recordó todas las batallas por las que había pasado hasta llegar allí: Contra Murdock, contra Sah, contra Diana, Marion y Gamiel, contra Ptah, y contra Milo. Se había metido en un buen lío "y todo por culpa de Hazer" pensó. Sin embargo, de no haber sido así, nunca se habría enterado de la verdad.

 

Pensó en su maestro Orfeo ¿Habría imaginado él que Basara llegaría a luchar contra nada más ni nada menos que un Caballero Dorado? Sacó su flauta y jugó con ella un poco, pasándosela de mano a mano. Orfeo se la había regalado, sin embargo desapareció antes de que pudiera enseñarle a tocarla. Al principio se limitó a intentar imitar las melodías de su maestro (las cuales interpretaba con la lira), pero posteriormente comenzó a componer sus propias canciones. Se la llevó a su boca y comenzó a tocar, esta vez improvisó. June escuchó todo y lo miró fijamente desde atrás. No fue hasta que Basara terminó que ella habló.

 

-No sabía que te gustara la música.-comentó ella.

 

Evidentemente le había cautivado la melodía. Sintió un pequeño "afecto" hacia su compañero, y parecía dispuesta a intentar formar una amistad con él.

 

-¿Qué quieres?-le preguntó Basara secamente.

 

-Creo que deberíamos conocernos mejor.-respondió ella.-Siento que hayamos comenzado con el pie izquierdo.

 

Y sin decir más, se sentó a su lado, gesto que Basara desaprobó profundamente pero no dijo ninguna palabra, como de costumbre.

 

-No pareces ser alguien que tiene muchos amigos.-comentó ella.

 

-Me gusta la tranquilidad y estar a solas.-respondió Basara sin mirarla.

 

-¿Es que no te agradan las demás personas?-preguntó June.

 

-No exactamente.-respondió él.-Pero tampoco no busco hacer amistades, simplemente me preocupo por hacer bien mi trabajo.

 

-Hazer parecía apreciarte mucho.-insistió ella.

 

-A Hazer le cae bien todo el mundo.-afirmó Basara.

 

June no supo que más decir y permaneció callada por un momento hasta que volvió a hablar.

 

-Entonces háblame un poco de ti y de tu pasado.-le pedió ella.

 

-No lo haré.-le dijo Basara fríamente.

 

-Oye ¿Porqué eres tan idi@ta?-le preguntó June molestándose.-Eres muy antisocial, nunca sonríes si quiera.

 

-Es irónico que me lo diga alguien que tiene una máscara en su rostro.-respondió Basara.

 

Ella se inmutó y se sonrojó por dos razones: La primera por que Basara tenía razón, y la segunda por que la máscara era algo íntimo para ella.

 

-Si serás...-comenzó a decir ella ofendida.

 

Sin embargo fue interrumpida por Mu quién salió de la Casa de Aries.

 

-Ya terminé.-afirmó, dio media vuelta y regresó a la casa.

 

Basara no perdió tiempo y le siguió (con June detrás). Entró en la Casa y se encontró con su Armadura en forma objetc completamente reparada, y sobre todo, tenía ciertos cambios. Esta se desprendió y cubrió su cuerpo completamente: En efecto tenías algunas mejoras como una protección en el talón y los tobillos, rodilleras más amplias, los brazales más largos, y un peto más amplio.

 

-Esta es tu nueva Armadura.-explicó Mu.-Ahora es mucho más poderosa que antes.

 

-No sabía que podía alterarse de este modo.-observó June mirando perpleja los cambio en la Armadura.

 

-Escúchenme bien, ustedes dos.-dijo Mu.-Los Caballeros Dorados no son ningún juego, les superan tanto en poder como en experiencia. Pero el poder de los Caballeros no proviene de sus Armaduras si no de que tanto pueden hacer arder su Cosmos, es esto último lo que determina al vencedor del combate. Tú, muchacho.-dijo refiriéndose a Basara.-Puedo sentir que ya has empezado a desarrollar tu Séptimo Sentido, pero por que hayas tenido suerte una vez no significa que pasará lo mismo siempre. Debes aprender a dominar ese poder.

 

-De acuerdo.-respondió Basara asintiendo con la cabeza.

 

-¿Qué es el "Séptimo Sentido"?-preguntó June.

 

-Eso te lo puede explicar tu compañero.-dijo Mu.-Ahora no hay tiempo que perder, vayan a la siguiente Casa.

 

Basara volvió a asentir y cruzó la Casa con June detrás. Salieron de esta y se encontraron con más escaleras las cuales llevaban a la casa de Tauro.

 

-¡Oye!-dijo June, llamando a Basara.-¿Me vas a decir lo que es ese "Séptimo Sentido"?

 

-Parece que no tengo otra opción...-respondió Basara molesto.

 

...

 

-No hubo enfrentamiento alguno en la Casa de Aries.-afirmó Hazer.-Como siempre, Mu se mantuvo al margen con respecto a los Caballeros de Bronce y permitió que pasaran.

 

-¿Y en la Casa de Tauro?-preguntó Zakulus.

 

-Defendida por Aldebarán de Tauro.-continuó Hazer.-Basara estaba a punto de iniciar un combate hasta que el honorable Caballero Dorado de Tauro, quién admiraba la valentía de Seiya y los demás, les permitió pasar por su casa, no sin antes advertirles que...

 

...

 

-Hay un Cosmos muy extraño en la Casa de Géminis.-les dijo Aldebarán de Tauro.-Les sugiero que se den prisa y ayuden a sus compañeros.

 

-Lo haremos.-respondió June mientras se marchaba junto a Basara.-¡Y muchas gracias, Aldebarán!

 

Aldebarán los vio marcharse con los brazos cruzados. "Si en verdad ellos protegen a Atenea" pensaba él, "entonces deberán ser capaces de lograr pasar por las Doce Casas. Les deseo mucha suerte, muchachos".

 

Basara y June salieron de la Casa de Tauro y corrieron por las escaleras en dirección a la siguiente Casa, la de Géminis.

 

-Descuida Shun.-decía June por lo bajo.-Ya llegaré para ayudarte...

 

Basara no le prestó atención. Ambos llegaron juntos a la solitaria Casa de Géminis, un templo con dos alas laterales con un ángel grabado en cada una. Más al fondo estaba la entrada, no perdieron tiempo y entraron corriendo. Era indiscutiblemente más oscura que las demás Casas del Zodiaco que habían visitado anteriormente. Basara buscó con la mirada al Caballero Dorado que protegía esta Casa, pero para su sorpresa parecía estar desierta.

 

-Esto es raro...-se dijo a sí mismo.

 

Luego de unos segundos corriendo, ambos pudieron ver la salida a lo lejos: Una enceguecedora luz al final del camino. La siguieron y salieron de la Casa de Géminis y se dirigieron a las escaleras. Ya en mitad de camino, June volvió a hablar.

 

-No es que me queje...-comenzó a decir June.-Pero no había nadie ahí dentro ¿Es que no se supone que esa casa debe ser vigilada por un Caballero Dorado?

 

-Míralo de esta forma.-le dijo Basara.-Así ahorraremos tiempo.

 

Y luego de decir eso, se detuvo en seco. A lo lejos pudo ver una gigantesca torre la cual tenía un círculo en donde estaban trazados los Doce Signos Zodiacales, y en casi todos había un fuego azul a su lado. Notó que a Aries, Tauro, Géminis ya se les había apagado el fuego, y el de Cáncer menguaba un poco. June, al ver que Basara se había detenido, también lo hizo.

 

-¿Qué sucede?-preguntó ella, un poco molesta (e intrigada) por el hecho de que Basara se había detenido.

 

-Parece un reloj.-respondió Basara refiriéndose a la torre.-Si mal no me equivoco, actualmente deben de ser las tres y media de la tarde. Y es curioso por que la llama de cáncer está disminuyendo, así que ese reloj marca la hora. Nos será útil para saber cuanto tiempo de vida le queda a Atenea.

 

Y luego de decir eso, salió corriendo nuevamente y June le siguió. A lo lejos pudieron ver la Casa de Cáncer, una estructura con forma de X (vista desde arriba) en cuyo exterior habían muchos pilares derribados, dando la impresión de que este templo se encontraba en mal estado. Entraron a la Casa (la cual era muy sombría) y les sorprendió encontrar cientos de máscaras colgadas en las paredes de toda la casa, incluyendo el techo y el piso (y todas tenían expresiones de horror y sufrimiento).

 

Después de adentrarse, pudieron ver al guardián de la Casa de Cáncer luchando con un Caballero de Bronce de cabello largo y negro, y de Armadura verde (al cual Basara jamás había visto hasta ahora).

 

-Vaya...-dijo el Caballero Dorado de Cáncer cuando se percató de la presencia de Basara y June.-Más patéticos Caballeros de Bronce ¿Son amigos tuyos, Dragón Shiryu?

 

Shiryu también volteó y su expresión seria pasó a ser una de sorpresa.

 

-¿Quiénes son ustedes?-preguntó.-¿Han venido a ayudar a Atenea?

 

-Así es.-respondió June.-Soy June de Camaleón.

 

-Basara de Lince.-se presentó Basara.

 

-Entonces apresúrense a la Casa de Leo y ayuden a mi amigo, el Caballero de Pegaso.-les pidió Shiryu.-Va a luchar solo en la siguiente Casa.

 

El Caballero de Cáncer aprovechó ese momento de distracción y le dio un puntapié al Dragón quién salió despedido en dirección a Basara y June, y los tres quedaron juntos.

 

-No seas bobo.-le espetó el Caballero de Cáncer.-No volveré a cometer el mismo error, Shiryu ¡Nadie más pasará por esta Casa!-sentenció.

 

Por otra parte, Shiryu comenzó a hablarles a Basara y June.

 

-Yo le distraeré tal y como hice para que Seiya lograra pasar.-dijo.-Ustedes deben dirigirse hacia la casa de Leo.

 

-¿Puedes tú solo contra él?-le preguntó June.

 

-No lo sé...-respondió Shiryu.-Sin embargo es mi deber como Caballero derrotar a Máscara de Muerte de Cáncer quién deshonra el honor de los Caballeros de Atenea.-y luego señaló las máscaras de la pared.-¿Ves todas esas máscaras? Son los rostros de la gente inocente a la que ha matado durante toda su vida, incluidos.

 

Eso pareció haber tomado por sorpresa a June (por otro lado, a Basara no le impresionó mucho aunque si le dio una idea de como era ese Caballero).

 

-¡Eso es despreciable!-exclamó ella con rabia en sus voz. 

 

-Concuerdo contigo.-le corroboró Shiryu furioso.-Por esa razón tengo más deseos de derrotarlo, déjenmelo a mi y ustedes sigan adelante.

 

Opciones

 

Opción 1: Avanzar hacia la Casa de Leo

 

Opción 2: Basara se queda a pelear junto a Shiryu con Máscara de Muerte

 

La opción tomada repercutirá en la historia, de forma positiva o negativa (ser "bueno" o "malo" no necesariamente da conclusiones "buenas" y "malas" respectivamente).

[Ivan de Virgo]

Avanzar a la casa de Le, dudo que Basara sea de ayuda a Shiryu por mas que tenga talento

[unikron]

elijo la opcion 1 para ver como se altera mas la historia

 

saludos

[Patriarca 8]

Que me late que June ya encontró reemplazo para shun

 

elijo

 

Opción 1: Avanzar hacia la Casa de Leo

[Macairo de Cancer]

Avanzar a la casa de Le, dudo que Basara sea de ayuda a Shiryu por mas que tenga talento

Basara ya despertó el Séptimo y tiene más experiencias peleando con un Dorado que Shiryu, pero de todas formas te tomo el voto  ^_^

 

elijo la opcion 1 para ver como se altera mas la historia

 

saludos

Te tomo el voto y gracias por pasar.

 

 

Que me late que June ya encontró reemplazo para shun

 

elijo

 

Opción 1: Avanzar hacia la Casa de Leo

Si su charla pareció insinuar "algo más" entonces no fue a propósito, estoy intentando "profundizar" más a los personajes. Si al final pasa algo más entre estos dos entonces lo decidirán ustedes, yo me mantengo al margen mientras tanto.

 

Quedamos en opción 1 entonces, hacia la Casa de Leo.

[Macairo de Cancer]

Capítulo 6 (continuación)

 

-De acuerdo.-respondió Basara.-Espero que tengas un plan en mente.

 

Shiryu asintió y encaró a Máscara de Muerte de Cáncer. Blandió con firmeza su escudo y cargó contra él, acción de la que se burló su adversario. Cuando Shiryu hizo contacto, intentó golpearlo pero Máscara de Muerte sujetó su puño con su mano, y con la otra golpeó al Dragón tres veces hasta que este logró sujetarlo del cuello.

 

-¡Ahora!-exclamó Shiryu con la voz quebrada debido al dolor.

 

Basara y June no perdieron tiempo y se aproximaron a la salida lo más rápido que pudieron. Máscara de Muerte, al percatarse de esto, estaba a punto de soltar a Shiryu para dirigirse hacia ellos, pero este lo contraatacó.

 

-¡El Dragón Naciente!-exclamó elevando hacia arriba su puño del cual salió un dragón verde luminoso, creado por su Cosmos.

 

Dio de lleno en la barbilla del Caballero Dorado el cual dio un giro en el aire y arremetió contra Shiryu, dañándole físicamente. Cuando volteó para dirigirse a los demás Caballeros de Bronce, estos ya se habían marchado, y por lo tanto continuó su batalla contra Shiryu (mucho más furioso que antes).

 

Los Caballeros de Lince y Camaleón salieron de la Casa de Cáncer y se dirigieron hacia las escaleras que se encontraban en la parte trasera de la casa.

 

-Creo que debimos habernos quedado a ayudar.-comentó June preocupada.

 

-Así lo quiso él.-afirmó Basara seriamente.

 

Siguieron subiendo hasta llegar a la casa de Leo: Un templo de tres alas, siendo la central la más cercana (y por ende, la entrada). Afuera habían dos estatuas de leones, una a cada lado del camino. Basara miró fijamente al reloj de fuego y se percató de que el fuego de Cáncer ya se había apagado.

 

-Solo nos quedan ocho horas...-comentó frunciendo el ceño.

 

Pero no dijo nada más, fue interrumpido por sordos ruidos provenientes de la Casa, por lo que ambos se apresuraron a entrar. Esta casa parecía ser mucho menos siniestra que la de Cáncer, y estaba más iluminada (en contraste de la de Géminis) por varias antorchas colgadas en las paredes del templo.

 

En efecto, la Casa no estaba vacía. Allí se encontraba Seiya de Pegaso, con la Armadura algo dañada y manchada por un poco de su propia sangre. En frente suyo, imponente (y sin daño alguno), el Caballero de Oro de la casa de Leo, un hombre alto y corpulento por sus músculos: El Caballero Dorado, Aioria de Leo. Ya antes Basara le había conocido, sin embargo no sabía de que se trataba de ese hombre del cual Hazer le habló. Según recordó, Aioria le había jurado fidelidad a Atenea en Japón y sin embargo ¿Porqué ahora atacaba a Seiya?

 

Tanto Seiya como Aioria voltearon para ver a los recién llegados.

 

-¡Basara!-exclamó Seiya sorprendido, al verlos entrar.

 

-Seiya...-respondió Basara seriamente, mirándolo. Y luego su vista se apartó para mirar al Caballero de Leo.-Y Aioria, si no me equivoco ¿No es así?

 

-¿Quién eres tú?-preguntó Aioria mirándole fijamente.Ah, ya lo recuerdo.-dijo frunciendo el ceño.-Tu eres Basara, el Caballero de Bronce de Lince quién ganó su Armadura el mismo día que Seiya. El destino es irónico ¿No te parece?-dijo esto y miró a Seiya quién se levantó con dificultad.

 

Su Armadura estaba bastante agrietada y apenas podía ponerse de pie.

 

-¡Basara!-le llamó Seiya.-¡Aioria ya no es el mismo que conocíamos! ¡Ha cambiado radicalmente!

 

-¡Guarda silencio, Seiya!-le gritó Aioria.

 

Golpeó en la barriga al Caballero de Bronce el cual salió disparado hacia Basara y June (la cual, esta última lo sostuvo y lo ayudó para que no se cayera). "Aioria ya no es el mismo que conocíamos" pensó Basara ¿Pero como era el Aioria que él conocía? Recordó rápidamente su llegada al Santuario junto a sus hermanos, poco después de la desaparición de Orfeo de Lira. Nunca completaron su entrenamiento, pero igual fueron recibidos como aspirantes, y puestos bajo la breve tutela de Hazer de Copa.

 

Por casualidades de la vida, por un breve instante llegó a conocer a Seiya, y por ende, a su maestra también, pero apenas hablaron. Fue en esos tiempos en donde se consideraba la posibilidad de que Basara y los demás no podrían intentar convertirse en Caballeros de Atenea debido a que su entrenamiento estaba inconcluso. Pero fue Aioria el único que se interpuso a esa decisión y permitió que Basara y sus hermanos lograsen intentar la prueba y competir por sus Armaduras. Aún sus palabras quedaban grabadas en su mente:

 

"Ningún entrenamiento decide al Caballero, es su capacidad de dominar el Cosmos y elevarlo hasta el infinito lo que lo define como tal".

 

Nunca supo hasta ese momento como se llamaba aquel hombre, y tampoco el por qué hizo tanto lío solo para que un grupo de aspirantes intenten ganar su Armadura, después de todo eran tan solo Caballeros de Bronce. Jamás había sido una "fuente de inspiración" para Basara, ni tampoco creía que tenía una deuda que saldar con él. Pero esa frase que tantas había oído con otras palabras (pero que el mensaje siempre era el mismo) muchas veces le motivaba. A Aioria lo recordaba como un Caballero justo y valiente, ese era al que "conoció". Para ante él ahora solo había una máquina de lucha, un tanque con Armadura dispuesto a asesinar sin piedad a cualquiera que se pusiese en su camino.

 

-¡He escuchado que tú y tus compañeros han traicionado al Santuario!-exclamó Aioria señalando a Basara.-¡Dime inmediatamente de qué lado estás! ¡¿Estás del lado de Seiya?!

 

-Estoy del lado de Atenea.-respondió Basara.-¿Y tú? ¿De qué lado estás?

 

-Del Santuario y de Atenea, por supuesto.-respondió Aioria con firmeza, casi al instante.

 

-¿Y entonces por que nos detienes?-le preguntó Basara.-¿Es qué no le habías jurado fidelidad a Atenea en Japón?

 

Y luego de decir esto, Aioria comenzó a tener algunas jaquecas y cambió su expresión a una de dolor, para luego recomponerse y mirarle fijamente. Los ojos verdes de Basara se encontraron con los de Aioria, los cuales también lo eran (verde oscuro), sin embargo un aura roja los iluminaba. El Caballero de Lince casi se inmuta al ver eso ¿Acaso era odio lo que reflejaban esos ojos?

 

-Mi deber es no permitir que pase nadie por esta casa.-sentenció Aioria.-Si alguien intenta cruzar Leo, lo mataré sin piedad ni miramientos.

 

-Ya veo...-dijo Basara poniéndose en guardia.

 

June hizo lo mismo, empuñó su látigo con firmeza. Seiya no se quedó atrás, milagrosamente recuperó sus fuerzas y también estaba preparado para la lucha, la llegada de dos nuevos aliados reavivó la esperanza en él y no se iba dejar vencer tan fácilmente.

 

-Muy bien...-dijo Aioria.-¡Los mandaré a todos al infierno!

 

Basara fue el primero en lanzarse a atacar, preparó su mortal puño y lo dirigió hacia Aioria.

 

-¡Golpe Centella!-exclamó.

 

Pero a mitad de camino, Aioria ya se le había acercado y le había dado de lleno en el torso, en un abrir y cerrar de ojos. Sucedió lo mismo que en su batalla contra Milo, su oponente era mucho más veloz que él. Pero esta vez sucedió algo distinto, se percató de que por un solo instante, pudo ver a Aioria moviéndose a la velocidad de la luz, y por si fuera poco, logró reponerse a tiempo del ataque y contraatacó a Aioria con un golpe en su rostro (algo que le sorprendió muchísimo). Apenas el Caballero de Leo recibió el ataque, lo lanzó despedido en dirección contraria y preparó su Cosmos.

 

-¡Plasma Relámpago!-exclamó Aioria elevando su puño hacia Basara.

 

De él salieron incontables destellos de luz dirigidos hacia el Caballero de Bronce el cual logró esquivar unos cuantos, pero el resto los recibió de lleno: En el hombro, la rodilla, la nuca, el pie, etc. Cayó al suelo, sangrando, pero aún así logró hacerlo en pie. Comenzó a jadear, afortunadamente para él, no resultó ser asmático como si lo fue Tommy, eso habría resultado ser otro problema.

 

Aioria se sorprendió un poco, no esperaba que un Caballero de Bronce lograse evadir sus ataques, incluso a pesar de que atacó en serio. Recordó que Seiya apenas había logrado ver el ataque de su rival, y tan solo por que el mismo Aioria así lo quiso. Quiso reconocer la destreza de su rival, pero ese sentimiento fue desechado y en su lugar solo estaba la necesidad de matarlo, de acabar con él en ese preciso instante, más que un deseo, era una orden mental. 

 

Iba a abalanzársele en ese preciso insante así que levantó el puño, pero este fue sujetado por el látigo de June la cual se había colocado en la retaguardia del Caballero Dorado. Este no dijo nada, se limitó a tirar de él, con un violento tirón el cual lanzó disparada a June hacia su rival. Cuando estuvo a una distancia razonable, Aioria hundió su puño en el estómago de su rival, y le destrozó la Armadura en la barriga. Ella salió disparada y chocó violentamente contra una pared, y cayó al suelo.

 

-¡Meteoros de Pegaso!-exclamó Seiya.

 

Lanzó cien golpes por segundo hacia Aioria, todos los cuales él esquivó. Una vez que Seiya se detuvo, Aioria contraatacó.

 

-¡Relámpago de Voltaje!-gritó Aioria.

 

De su puño salió una gran esfera de luz producida por su Cosmos, rodeada por una alta carga electromagnética la cual fue directa hacia Seiya, chocó con él, y le produjo un alto impacto (pero su Armadura no fue destruida). Cayó al suelo e intentó levantarse.

 

-Por más que sean tres, unos Caballeros de Bronce no son rivales para uno de Oro.-sentenció Aioria.

 

-Eso ya lo escuché...-dijo Basara con dificultad.-El último hombre que dijo eso, está muerto.-afirmó.-Y era un Caballero Dorado.

 

-¿Derrotaste a un Caballero Dorado?-preguntó Seiya perplejo. Y luego de eso, se levantó y volvió a ponerse de pie.-En ese caso yo tampoco puedo darme por vencido, también debo de ser capaz de realizar la misma hazaña, por más imposible que esta sea ¡No voy a rendirme!

 

-Parece que no saben cuando darse por vencidos.-comentó Aioria con crueldad.

 

...

 

A la salida de la Casa de Géminis, Gamiel estaba repleto de heridas y se apoyaba sobre un pilar. Shun y Diana se encontraban a su lado, habían caído en la trampa del Caballero de Géminis y por poco no escapaban con vida. El Caballero de la Serpiente intentó dirigirse hacia las escaleras que conducían a la casa de Cáncer, pero un dolor intenso en el hombro lo detuvo en seco.

 

-¿Estás bien?-le preguntó Shun preocupado.

 

Estaba por acercarse a su compañero pero este lo rechazó casi al instante.

 

-¡Aléjate de mi!-le gritó con furia.

 

Shun se detuvo y se sintió culpable.

 

-Lo siento.-pidió este.-No quise ofenderte.

 

Pero no quedó ahí, Diana le tomó el hombro con delicadeza en señal de apoyo y luego se centró directamente en Gamiel.

 

-No seas tan duro con él.-le dijo.-¡Nos salvó la vida! De no haber estado aquí, habríamos muerto ambos.

 

-No, Diana.-le contradijo Shun.-Él tiene razón. Debí haberme esforzado más. Quizás si hubiera sido más fuerte, Hyoga no habría caído en la Otra Dimensión.-y apretó su puño con fuerza, pero luego se calmó.-Pero ahora no es tiempo de lamentarse.-afirmó y se dirigió a las escaleras.-Debemos seguir hacia la siguiente Casa, la de Cáncer.

 

Diana asintió y le siguió por detrás, Gamiel también lo hizo. Los tres Caballeros de Bronce subieron las escaleras por un buen rato hasta llegar la Casa de Cáncer y se adentraron en ella. Esta estaba desierta, a excepción de un gran número de máscaras horrorosas distribuidas por toda la Casa, las cuales eran sus únicas habitantes.

 

-Parece que no hay nadie aquí.-dijo Shun mirando hacia todas las direcciones.

 

-Perfecto, salgamos de aquí en cuanto antes.-dijo Diana con voz temblorosa.-Este lugar me pone los pelos de punta.

 

Salieron de la Casa de Cáncer y fueron directo hacia la de Leo. Shun se preguntó que fue de Seiya y Shiryu pues no los había visto en ninguna parte. Pensó que quizás también habían sido derrotados por el Caballero de Géminis pero se negó a creerlo, él tenía la esperanza de que también lograron pasar y ya estaban luchando en Leo o quizás en Virgo.

 

...

 

La entrada al Inframundo se encontraba en la Colina Yomotsu, un lugar siniestro al que las almas se dirigen hacia la punta del relieve más alto (Yomotsu Hirasaka) en el cual hay un gigantezco agujero. En este, las almas se arrojan y así llegan al país de la muerte conocido como "el Hades" o "Infierno", para jamás volver. El cielo tiene un aire fantasmal oscuro, azulado y rojizo, lo que da a entender que se trata de una especie de "dimensión" espiritual.

 

Cerca de este agujero, el Caballero de Cáncer, Máscara de Muerte, pateaba a Shiryu de Dragón el cual se encontraba en el suelo recibiendo cada ataque. Máscara de Muerte logra llegar a esta dimensión a través de su técnica, "Ondas del Infierno", siendo el único de entre sus compañeros en poder realizar semejante hazaña.

 

-¿Qué sucede, Shiryu?-preguntó Máscara de Muerte de manera cruel y burlona.-¿Hasta aquí llega tu "Furia del Dragón"?

 

Shiryu evidentemente estaba perdido. Anteriormente se había enfurecido de una manera violenta con su rival, pero debido a sus heridas (infringidas sobre todo cuando intentó distraer a Máscara de Muerte para que June y Basara pudieran continuar hacia Leo), no pudo hacer mucho y no tardó en caer derrotado. Ya era su fin.

 

-Me gustaría seguir jugando contigo.-le dijo el Caballero de Cáncer mientras lo sujetaba del pelo.-Pero creo que ya es tiempo de acabar con esto de una vez.

 

Y lo arrastró en dirección al agujero, Shiryu no se resistió.

 

-Viejo Maestro.-pensaba.-Le he fallado, no he podido vencer a Máscara de Muerte ni proteger a Atenea, soy una deshonra para sus enseñanzas.

 

Pero en mitad de camino, Máscara de Muerte se detuvo en seco al sentir otra presencia no muy lejos de allí, en el mismo Yomotsu.

 

-¿Qué sucede?-se preguntó.

 

No era un Cosmos de un simple Caballero de Bronce, de eso estaba seguro. Se quedó estático y esperó a que ese Cosmos se acercara pues eso estaba haciendo, se aproximaba hacia ellos dos. El Caballero de Cáncer lo buscó con la mirada hasta que este se presentó:

 

A lo lejos, una figura alta, corpulenta y vestida por una larga túnica se acercaba. Su piel era pálida, y su cabello largo y negro, así como su barba rala. Había algo siniestro en su mirada. Llevaba una vara negro con detalles de oro en la mano izquierda, posiblemente era zurdo.

 

-¿Quién eres tú?-le preguntó seriamente Máscara de Muerte señalándole con el dedo índice de su mano que aún estaba libre.

 

-Eso debería preguntártelo yo a ti.-le respondió el extraño abriendo los ojos y frunciendo el ceño.-Eres un Caballero Dorado de Atenea, de eso no hay duda.-concluyó al fijarse en él y luego miró a Shiryu.-Dos Caballeros de Atenea...-Y luego volvió hacia Máscara de Muerte.-Soy Anubis, Señor de la Tierra Sagrada.-y luego frunció aún más el ceño.-Iré al grano, Caballero, me desagradas ¿Tanto te divierte la muerte? Quizás debería matarte por deshonrar algo tan sagrado como el paso de la vida a la muerte.

 

-Me importa un bledo tu opinión.-le respondió Máscara de Muerte y luego comenzó a reir.-Eres patético sin lugar a dudas. La muerte es solo la muerte, el final de todas las basuras que tienen vida. Tu, yo, todos moriremos algún día y nos vamos a podrir en un cajón. Es más, tu ahora conocerás la muerte en este instante.

 

Soltó a Shiryu y se dirigió para golpear a Anubis. Este se limitó a levantar su cayado y apuntarlo hacia el Caballero Dorado quién se detuvo en seco. Notó como no podía mover su cuerpo a voluntad y palideció.

 

-"Al final solo nos vamos a podrir".-repitió Anubis con asco en su rostro.-A mi me parece que tu ya lo estás, no hay nada más que inmundicia en el interior de una basura como tú. No es extraño que Atenea te haya reconocido como uno de sus Caballeros, eres el reflejo de su inmoralidad y falta de ética, una bazofia.

 

Y luego de decir esto, golpeó el aire con su cayado (en dirección a los Caballeros), y de este salió una extraña materia negra la cual los lanzó a ambos a lo lejos. Máscara de Muerte golpeó el suelo violentamente, por otra parte, Shiryu, quién aún seguía en el suelo, fue elevado por aquella materia y cayó en el Yomotsu y se perdió de vista.

 

-Sin embargo.-pensó Anubis.-Lacras como él aún tienen un papel en este mundo, sigue siéndonos útil por el momento. Pero cuando Ra se alce de nuevo y derrote a Atenea, este mundo será purificado de las lacras que lo contaminan.

 

Y dicho esto, se marchó. Máscara de Muerte se levantó casi al instante y buscó rápidamente a Anubis, pero no le encontró. Se incorporó, se sacudió el polvo y flexionó un poco sus músculos.

 

-Te marchaste por que me tienes miedo y es natural.-dijo riéndose malignamente.-Pero te dejaré escapar por hoy, debo regresar a mi Casa.

 

Una vez dicho eso, se marchó lo más rápido que pudo por si Anubis regresaba.

 

...

 

-¡Cassios!-exclamó Seiya.

 

En medio de la batalla que se libró en la casa de Leo (cuya balanza estaba a favor de Aioria), apareció Cassios, el hombre al que Seiya se enfrentó para ganar la Armadura de Pegaso. Este reveló que el Caballero de Leo se encontraba bajo la influencia del Patriarca, y que solo podría salir de su estado si mataba a un oponente. Dicho esto, Cassios se sacrificó para que Aioria despertara y Seiya no tuviera que morir (el cual este último despertó el Séptimo Sentido y logró vencer al Caballero Dorado).

 

Seiya se arrodilló al lado de Cassios y comenzó a llorar. June se le acercó y se puso a su lado para rendir sus respetos ante el valiente hombre. Aioria cubrió el cuerpo del difunto con su capa y sintió dolor por que había sido tan débil que no pudo desobedecer las ordenes del Patriarca y otra persona tuvo que pagar por ello.

 

Por otro lado, Basara permaneció en silencio, su hombrera derecha había quedado agrietada, producto del combate que se acababa de librar. Él no conoció a Cassios en persona, jamás, y tampoco le interesaba haberlo hecho, pero su muerte sirvió de inspiración para él, así debía ser un Caballero. Respetó su muerte y decidió seguir adelante por él. No perdió tiempo y se dirigió hacia sus compañeros.

 

-No tenemos tiempo para lamentar.-afirmó.-Debemos avanzar hacia Virgo en este instante.

 

June lo miró directamente, y Basara entendió casi a la perfección que era lo que ella quiso expresar, aún a pesar de que no se le veía el rostro: Estaba llamándole la atención por su falta de tacto.

 

-Tienes razón...-dijo Seiya limpiándose las lágrimas con su brazo.-Debemos seguir o el sacrificio de Cassios no habrá servido para nada.

 

Se puso de pie nuevamente, y June también lo hizo. En ese preciso instante, muchos pisadas se escucharon desde la entrada de la Casa, todos voltearon a ver de quién se trataban. Allí aparecieron Gamiel, Diana y Shun.

 

-¡Seiya!-lo llamó Shun y luego vio a los otros.-¡Basara!-Y luego vio a su compañera de entrenamiento y quedó sorprendido.-¡¿June?!

 

-¡Shun!-lo nombraron Seiya y June.

 

Los recién llegados se reunieron con los demás.

 

-¿Qué haces aquí, June?-le preguntó Shun.

 

-He venido ayudar.-respondió ella.-Son órdenes del maestro Albiore, además no podía dejarte solo en esto.

 

-No debiste involucrarte.-dijo Shun serio pero luego su expresión se ablandó.-Pero gracias de todas formas, siempre me has cuidado.

 

Gamiel se apartó del grupo y se quedó de brazos cruzados a lo lejos, apoyado sobre un pilar. Por otra parte, Diana le dio un abrazó a Basara (a quién le molestó pero como siempre, no hizo nada) y le hizo algunas preguntas sobre su estadía en Andrómeda.

 

-Shun.-dijo Seiya.-¿Dónde está Hyoga? ¿Y porqué Shiryu no ha venido?

 

-Seiya...-comenzó a decir Shun e hizo una pausa, pero después continuó.-Hyoga cayó en otra dimensión por el Caballero Dorado de Géminis.

 

La noticia sorprendió a Seiya, pero también a Aioria.

 

-¿El Caballero Dorado de Géminis?-preguntó sorprendido y confundido.-No hay ningún Caballero en Géminis desde hace más de diez años, desapareció sin dejar rastro alguno.

 

Shun les contó brevemente su batalla en Géminis.

 

-Interesante...-dijo Aioria pensativo.-Pero ahora no podemos perder el tiempo en eso...

 

Y luego de decir eso, se agachó hacia el pie de Seiya (el cual lo había roto durante su batalla) y se lo curó a través del Cosmos. Luego volvió a incorporarse y los reunió a todos en frente suyo.

 

-Escuchen con atención.-dijo Aioria.-El Caballero que vigila la próxima Casa, la de Virgo, se llama Shaka ¡Y por ningún motivo dejen que abra sus ojos!

[Patriarca 8]

buen capitulo

 

me pregunto que habra sucedido con Shiryu

[Macairo de Cancer]

Capítulo 6 (continuación)

 

Mientras el grupo subía a la siguiente casa, Basara pensó en las palabras que les dedicó Aioria antes de partir. 

 

"Seiya, Basara. Me sorprendieron, han logrado rozar el Séptimo Sentido, pero todavía deben seguir intentar profundizarlo aún más, solo así podrán estar a la altura de los Caballeros Dorados".

 

Comenzó a mirar sus propias manos (las cuales las abrió y cerró). Se sentía diferente, quizás Hazer tenía razón después de todo, había cambiado mucho desde que salió del Santuario hace ya unas semanas. Ya era más poderoso que antes llegando incluso a medirse con Caballeros Dorados. Pero tuvo la sensación de que Milo había detenido Antares a propósito, quizás le hubiera derrotado de no ser por que dudó al último instante. Esa idea no le perturbó, al contrario, la veía como lo más lógico a esas alturas. Le motivó a poner más empeño para intentar dominar el Séptimo Sentido el cual no hacía mucho que lo rozaba.

 

Seiya discutía con Shun y June sobre el siguiente enemigo, ese tal Shaka del que les advirtió Aioria. Gamiel se mantenía lo más apartado posible del grupo, incluso más de lo que lo estaba Basara. En cuanto a Diana, esta permanecía al lado de su hermano mayor.

 

-Virgo...-comentó ella para que también la escuche Basara.-¿No estás emocionado por conocer al Caballero de tu signo?-le preguntó de forma cariñosa y divertida.

 

Basara, por supuesto, no respondió a ese comentario humorístico directamente, solo se limitó a llamarle la atención a su hermana.

 

-Hablas como Hazer.-le dijo con el ceño fruncido.-No veo ninguna relación entre el Caballero Dorado de Virgo y yo. Espero que tu "punto de vista" no te ciegue para cuando lleguemos a Piscis.-dijo haciendo referencia al signo de su hermana.

 

-¡Cuanto optimismo!-comentó Seiya riéndose.-Así se habla, llegaremos a Piscis y luego a la sala del Patriarca.

 

Terminaron de subir las escaleras y acabaron en frente de otro templo en cuyo exterior habían dos estatuas de budistas, a ambos lados de la entrada. Daban la impresión de que "invitaban" a entrar a los recién llegados.

-Esta debe ser la casa de Virgo.-observó Seiya quién se puso en la cabecera del grupo.

 

Entró primero, seguido de June, Shun, Basara, Diana, y Gamiel al final. El interior de la Casa se asemejaba mucho a la oscura Casa de Géminis, sobre todo el hecho de que parecía estar desolada al principio. Luego de unos segundos corriendo por esta, buscando al Caballero Dorado que la vigilaba, la Casa desapareció y en su lugar apareció un extenso jardín de flores muy hermoso. Daba la sensación de ser el paraíso.

 

-Este lugar está muy tranquilo...-comentó June mirando a todos lados.

 

-Debe de ser una ilusión.-afirmó Diana.

 

-Si...-comenzó a decir Shun en guardia.-De eso no hay duda alguna. Siento un Cosmos altísimo.

 

-Vamos, es por aquella dirección.-dijo Seiya señalando al frente.

 

Los Caballeros comenzaron a correr hacia esa dirección hasta que la ilusión despareció, y la Casa de Virgo volvió a la normalidad. En frente, escaleras arriba había un Caballero Dorado rubio que permanecía con los ojos cerrados, se encontraba meditando y suspendido en el suelo en posición de flor de loto, abajo había un sitial con la forma de dicha flor (literalmente). Un aura divina se desprendía de él.

 

El grupo se acercó con cautela, Shaka no parecía importarle en lo absoluto de su llegada, permanecía sereno y tranquilo.

 

-¡Vamos!-le llamó Seiya frunciendo el ceño.-¡Muéstranos tu poder!

 

-¡Espera, Seiya!-gritaron Shun, Diana y June, casi al unísono.

 

El Caballero de Pegaso intentó atacar al de Virgo, pero el aura de este rechazó el ataque del Caballero de Bronce y lo lanzó despedido en dirección contraria. Una vez hecho esto, el Caballero dejó de flotar, se colocó de pie y bajó lentamente las escaleras.

 

-Qué falta de modales...-les reprendió Shaka. Mantenía los ojos cerrados.-Me recuerdan a un grupo de bestias que se arrojan hacia la carne muerta apenas la ven.

 

-¡Ya déjate de cursilería!-le gritó Gamiel sumamente molesto.-En guardia, Caballero Dorado.

 

Shaka no adoptó ninguna postura de lucha, Gamiel si lo hizo. Se lanzó para intentar golpear a Shaka, pero este solo junto sus manos en posición de rezo.

 

-¡Om!-gritó Shaka.

 

Gamiel lanzó su puño al rostro de su rival, pero fue lanzado por una especie de "acumulación de Cosmos" que comenzó a surgir de Shaka. Basara se percató rápidamente de esto y se alejó a tiempo.

 

-¡Bendición del Señor de las Tinieblas!-exclamó Shaka.

 

De él salió una inmensa cantidad de Cosmos que chocó con Seiya, Shun, Diana, June y Gamiel, los cuales fueron severamente dañados por esta y cayeron violentamente al suelo y quedaron inconscientes.

 

-No es posible que con su poder hayan logrado llegar hasta aquí...-comentó Shaka con cierto tono burlón en su voz, escondido en su postura serena.-Eso solo significa que los Caballeros Dorados de las anteriores Casas han traicionado al Patriarca.-luego se acercó hacia ellos dispuesto a terminar con sus vidas.-Son todos un puñado de débiles Caballeros de Bronce, y piedad con gente como ustedes es lo único que me falta.

 

Iba a atravesar el cuello de Diana, pero esquivó con suma facilidad un simple rayo ken que Basara le lanzó (más que nada en señal de advertencia).

 

-Ah, vaya...-comentó.-Tal parece que te subestimé, Caballero de Bronce.

 

-No te preocupes.-respondió Basara frunciendo el ceño.-De haberlo hecho o no, no importa en lo absoluto. Por que vas a morir aquí, Shaka.

 

-Interesante.-lo alagó el Caballero Dorado.-Admiro tu osadía, Caballero de Bronce. Pero eres un insolente, y no permito a un revoltoso como tú dentro de mi Casa.

 

-¡¿Qué tal dos revoltosos?!-gritó una voz a lo lejos.

 

Basara lo reconoció casi al instante. Una figura cayó desde el techo se colocó a su lado. Era Ikki de Fénix quién ahora estaba en guardia frente a Shaka.

 

-Ya era hora de que llegaras...-le dijo Basara sin mirarlo, con la vista clavada en Virgo.

 

-Lo siento.-se disculpó Ikki sin perder su actitud seria, ni dejar de mirar a Shaka.-Pero sufrí un retraso en la Isla Kanon, eso es todo.

 

Shaka de Virgo se percató de que sus dedo índice de la mano derecha había sido alcanzado por una pluma de Ikki, y ahora sangraba de él.

 

-Vaya, dos Caballeros de Bronce contra mi.-dijo resumiendo la situación como si no significara para nada él.-¿En verdad creen que podrán vencerme?

 

-Ahora lo averiguaremos, Shaka.-respondió Ikki.

...

 

De vuelta a la entrada de las Doce Casas, Tatsumi estaba parado al lado de su señora, por otra parte Hazer se había sentado al lado de Saori y tenía un cigarrillo en la mano. Buscó su encendedor en el bolsillo, pero cuando lo sacó, este se había roto (posiblemente en la batalla contra Milo) y el combustible manchaba su pantalón. Lo miró con decepción y tristeza, y luego su mirada se posó en Tatsumi.

 

-Oye, Tats.-dijo en un tono informal.-¿No tienes un encendedor?

 

Tatsumi lo miró con extrañeza, para luego adoptar una expresión de incredulidad y desaprobación.

 

-¿Fumas?-le preguntó molesto.-¡Eres muy joven para hacerlo!

 

-Tengo 25.-respondió Hazer defendiéndose.-¿Tienes un encendedor o no lo tienes?

 

...

 

-A propósito.-decía el actual Hazer a sus oyentes.-¿De casualidad alguno de ustedes tiene un cigarrillo?

 

Ambos lo miraron de forma reprochante y seria. Hazer se mostró ofendido y se cruzó de brazos.

 

-Sí, ya entendí.-dijo.

 

...

 

Tatsumi no tuvo tiempo de responder debido a que algo muy veloz pasó al lado de Hazer y le arrebató el cigarrillo de los dedos. Aquel hombre se detuvo en las escaleras que conducían a la Primera Casa, y ya estaba sentado en el primer escalón cuando Tatsumi y Hazer lo vieron. Era Gelios con el cigarrillo en la mano.

 

-Aquí estás.-dijo en tono burlón, mirando a Hazer.-Así que siguieron mi consejo y vinieron pitando. Supongo que el pequeño Basara y la muchacha están en las Doce Casas.

 

Hazer se incorporó de un salto y lo señaló con el dedo índice de su mano derecha. Su expresión era de furia.

 

-Eres tú.-dijo.-¿Qué haces aquí?

 

-Mi trabajo.-explicó Hazer tranquilamente mientras jugaba con el cigarrillo.-Es un gusto volver a encontrarte, feo.

 

-¡Soy más apuesto que tú!-respondió Hazer con cólera por tal provocación.-Si te ocultas con esa máscara entonces seguro tu eres el feo.

 

-Yo no estaría tan seguro.-dijo Gelios.-Ninguna mujer me ha rechazado jamás ¿A ti se te acercó al menos una en tu vida?

 

-Bueno...-comenzó a decir Hazer meneando la cabeza.-Verás... Un Caballero de Atenea no tiene tiempo para ese tipo de distracciones...-y luego volvió a fulminar con la mirada a Gelios.-Pero si lo hubiera intentando entonces estoy seguro que habría sido más exitoso que tú. Pero no desvíes el tema ¿Que haces aquí? ¿Has venido a matar a Atenea?

 

-No seas ridículo.-respondió Gelios riéndose.-Es imposible matarla aún en ese estado, te lo demostraré.

 

Sin que Hazer ni Tatsumi lograran evitarlo, Gelios le arrojó un rayo ken hacia Saori. Tatsumi estuvo a punto de gritar, y Hazer intentó adelantarse al ataque para recibirlo él mismo, pero no lo logró a tiempo. Sin embargo, el rako ken fue repelido por una especie de "barrera" que protegía a Saori.

 

-A eso le llamo protección divina.-comentó Gelios.-Es una diosa, el que haya sido herida no significa que esté vulnerable. Apuesto a que te quedaste atrás para protegerla, eres un estúpido.-y se rió de Hazer quién se molestó aún más.-Ahora, si me disculpas, debo marcharme.-y se puso de pie.-Mi señor me pidió que matase al Caballerito Dorado de Aries, nos vemos.

 

Y dicho esto, se dio media vuelta y se dirigió a la casa de Aries. Hazer crugió sus dientes y cerró su puño con fuerza, hasta el punto de casi dañarse a si mismo con las uñas.

 

-Maldito...-dijo en voz baja.-Tatsumi.-lo llamó.-Quédate aquí, tengo que ayudar al Caballero de Aries, le arruinaré su "trabajo".

 

Y sin decir una sola palabra más, se lanzó directamente hacia las Doce Casas, siguiendo a Gelios. Subió las escaleras hasta que llegó a la casa de Aries, afuera solo estaba Kiki tendido en el suelo. Hazer corrió hasta él y lo levantó con ambos brazos. Tenía un moretón en la frente y los ojos cerrados, estaba inconsciente. Esto le molestó aún más a Hazer quién lo dejó suavemente en el suelo y se adentró con decisión en la Casa de Aries.

 

En el interior de esta, Mu intentaba detener a Gelios con una técnica denominada "Muro de Cristal" (el cual creaba una pared invisible con el Cosmos, la cual impedía todo paso de técnicas y que hasta incluso las devolvía), pero Gelios se le anticipaba siempre que estaba por realizarla, atacaba con un golpe, y retrocedía para ponerse a salvo.

 

-¿Cómo puede ser?-se preguntó Mu aferrándose a su cuerpo con sus manos, posiblemente en sus heridas.

 

-Eres uno de los Caballeros Dorados más poderosos, lo reconozco.-comentó Gelios en tono burlón.-Pero nada puedes hacer contra alguien más veloz que tú. Ya estás muerto...

 

-Te llevaré conmigo si es necesario.-respondió Mu con decisión.

 

-Eso lo veremos...-dijo Gelios poniendo en duda tal afirmación.

 

Se lanzó hacia Mu a altas velocidades, este último alzó su mano derecha y luego la extendió hacia Gelios.

 

-¡Revolución de Polvo Estelar!-exclamó Mu.

 

De sus manos salieron varias decenas de estrellas fugaces luminosas creadas con su Cosmos, todas en dirección hacia Gelios quién esquivó la mayoría con su velocidad, pero unas cuentas le impactaron y rasgaron un poco su Armadura.

 

-Esto se pone divertido...-dijo con una voz sádica y eufórica a la vez.-Veamos que es más veloz, tu técnica o mi golpe.

 

Pero tal encuentro no se llevó a cabo puesto que ambos combatientes se percataron de la llegada de Hazer.

 

-Miren quién está aquí.-se mofó Gelios.-El Caballerito de Plata ¿Ya te hiciste la cirugía estética, feo?

 

-Voy a hacer que te tragues tus palabras...-afirmó Hazer con el ceño fruncido.-Caballero Dorado.-llamó a Mu.-Por favor, si en verdad luchas por Atenea, no interfieras. Es mi deber progresar para poder servirla mejor.

 

Mu percibió su determinación y por eso no insistió. Cerro sus ojos tranquilamente y se marchó hacia la entrada de la Casa de Aries.

 

-De acuerdo.-dijo.

 

Salió y dejó solos a Hazer y a Gelios quienes chocaron miradas.

 

-Sabes muy bien que te mataré.-afirmó Gelios cruelmente, pero con un tono jovial como si le causara gracia el asunto.-Y luego terminaré mi trabajo. No me tomarás mucho tiempo debido a que eres tan solo un Caballero de Plata.

 

-Es cierto que solo soy un Caballero de Plata.-respondió Hazer asintiendo.-Pero lo más importante no es la Armadura si no que tan alto puedas elevar tu cos...

 

No dijo más puesto que Gelios se le había anticipado y le golpeó en la barriga. Hazer se llevó sus manos hacia este, tenía los ojos abiertos, y no podía mantener cerrada su boca.

 

-Perdón...-se disculpó Gelios con crueldad.-¿Decías algo?

 

Hazer volvió en sí casi al instante y le lanzó un golpe a Gelios con su mano derecha quién lo detuvo con una mano con increíble facilidad. Luego volvió a intentar golpearlo, esta vez con su mano izquierda, pero Gelios se la detuvo con la misma mano. Ahora Hazer intentó golpearlo con ambas manos de forma consecutiva, pero su adversario rechazó todos sus golpes con la misma mano, mientras que con la otra se tapaba la boca al bostezar.

 

Gelios se cansó y dio una fuerte patada hacia los pies de Hazer haciendo que perdiese el equilibro y cayera. Con una velocidad increíble, ya con su rival en el aire (y dirigiéndose al suelo), Gelios le propinó un fuerte golpe en el torso que mandó disparado a su rival, y chocó violentamente con una de las paredes de la casa.

 

-Esto es como robarle un caramelo a un niño.-se mofó Gelios.

 

Iba a marcharse pero Hazer no se dio por vencido: Cayó al suelo y se puso de pie. Estaba un poco herido, y con su Armadura algo agrietada, pero seguía de pie y eso es lo importante.

 

-Me vas a devolver mi cigarrillo.-le exigió Hazer flexionando los brazos, posiblemente le dolían bastante.

 

-Si lo quieres...-respondió Gelios sacando el cigarrillo y meneneándolo con la mano, provocando a Hazer.-Ven por él.

 

Hazer se lanzó disparado hacia Gelios e intentó arremeter contra él a través de golpes y patadas, todos fueron esquivados por su contrincante con absoluta facilidad. De vez en cuando intentaba tomar el cigarrillo de la mano de Gelios, pero le resultaba casi imposible. Este no se limitaba solo a esquivar, también golpeaba a Hazer ocasionalmente.

 

Para el guerrero de Ra, este encuentro le resultaba muy fácil. O al menos lo era hace un momento debido a que notó que Hazer comenzaba a aumentar su velocidad a medida que elevaba más su Cosmos, llegando a un punto en donde todos sus ataques le rozaban por milagrosos centímetros. Hasta que finalmente, el Caballero de Plata de Copa logró dar a su rival, y en respuesta, este le lanzó un golpe que lo mandó disparado en dirección contraria.

 

-Demonios...-se quejó Gelios mirando su propia herida.-¿Es que has superado la velocidad de un Caballero Dorado?

 

-Quizás sea así...-respondió Hazer en tono de duda.-O quizás no. Creo que el problema de los Caballeros Dorados es confiarse al tener un manejo absoluto del Séptimo Sentido y por eso muy pocas veces intentan elevar su Cosmos más allá de este.-y luego su tono de duda pasó a ser al de una declaración.-El Caballero de Aries comenzó a elevar su Cosmos cuando vio que eras más veloz que él, logró atacarte. Es más, si la lucha hubiera continuado, te habrían hecho pedazos. Eres veloz, lo admito, pero tu poder solamente está a la altura del más poderoso de nosotros, los Caballeros de Plata, más no superas a uno de Oro.

 

-Eso ya lo sé.-lo reconoció Gelios sin inmutarse.-Si vine aquí fue para acabar con uno de los Caballeros Dorados, y al mismo tiempo para intentar superarme a mi mismo. Estoy al tanto también de que Mu no luchó en serio hasta que me lanzó su técnica.

 

-Así que quieres superarte ¿Eh?-continuó Hazer en tono de provocación.-Supongo que te gusta apostar. En mi siguiente ataque intentaré arrebatarte mi cigarrillo. Si logro quitártelo entonces te irás con el rabo entre las piernas como bien se dice. De lo contrario, dejaré que me mates aquí y ahora ¿Te parece justo?

 

Esta propuesta hizo reír cruelmente a Gelios.

 

-Me parece que tienes un pico demasiado grande.-le provocó a su enemigo.-¿Crees que tú, quién apenas está despertando el Séptimo Sentido, podrá superar mi velocidad que supera a los Caballeros Dorados?

 

-Si lo superas entonces es mínimo.-respondió Hazer seriamente.-Anda, lo tomas o lo dejas ¿Qué dices?

 

-Acepto con gusto.-afirmó Gelios sadicamente.

 

Ambos se colocaron en guardia. Luego Hazer volvió a lanzarse a su enemigo por última vez mientras este esperaba su ataque. Mientras corría, Hazer preparó su técnica y la lanzó.

 

-¡Luz Astral!-gritó.

 

Gelios la esquivó casi sin problemas, pero luego se percató de que Hazer lo había hecho para que se pusiera exactamente en esa posición y así lograr arremeter contra él. Saltó directamente hacia Gelios.

 

-¡Muy astuto, Caballero de Copa!-se mofó Gelios.-¡Lástima que no te sirva de nada!

 

A último momento, Gelios le esquivó y Hazer pasó de largo. Gelios creyó que tenía la victoria en sus manos hasta que volteó y pudo ver como Hazer chocaba contra la pared con sus pies para luego impulsarse de esta y lanzarse hacia su rival otra vez. Rápidamente, Gelios intentó esquivarlo pero demasiado tarde, Hazer le arrebató el cigarrillo con las manos y cayó al suelo de rodillas, con la mano en donde lo tenía, levantada en señal de triunfo.

 

-Superaste la velocidad de un Caballero Dorado.-se sorprendió Gelios quién ya no se reía.

 

-Minimamente.-respondió Hazer poniéndose de pie.-Lo suficiente como para superarte a ti.-Y luego esbozó una amplia sonrisa.-Me parece que has perdido, ahora cumple con tu parte.

 

-De acuerdo...-dijo Gelios.-Puede que le hayas salvado la vida al Caballero de Aries pero igual todos van a morir. Si nos enfrentamos otra vez, ten por sentado que acabaré contigo.-y luego se rió cruelmente, hasta que se esfumó con el aire, desapareciendo por completo.

 

-Qué extraño sujeto...-observó Hazer.

 

Fue hasta el lugar en donde desapareció, como si intentara encontrar alguna marca o huella pero no había absolutamente nada. Su tono de voz resonaba en su mente. Por alguna razón le sonaba muy familiar pero esta era mucho más jovial y cruel.

 

-¿Será posible que...?-pensaba.

 

Pero su pensamiento se detuvo súbitamente cuando escuchó pasos acercándose a la Casa de Aries. Por un momento pensó que era el Caballero Dorado hasta que le vio entrar corriendo, en dirección a la salida y en consecuencia a las siguientes Casas. Era un Caballero que nunca antes había visto y por un momento dudó de su rango puesto que su Armadura cubría demasiadas partes del cuerpo, demasiadas para una Armadura de Bronce o Plata (y sin embargo no era de Oro), estaba compuesta por escarpes, grebas, rodilleras, quijotes, coraza, hombreras, guardabrazos, codales, avanbrazos, muñequeras, y una diadema en la cabeza. Era prácticamente un "tanque impenetrable".

 

Ese individuo, sin detenerse, volteó su mirada al percatarse de la presencia de Hazer. Llegó a una conclusión, inconfundiblemente era una mujer (por su máscara) y muy joven, no debía de tener más de 17 años, incluso menos que eso. Ella apartó su mirada y continuó con su camino sin detenerse. Hazer recordó la batalla que estaban librando sus compañeros, todo estaba en sus manos. Se fue hacia la entrada de la Casa de Aries para volver con Atenea.

[Patriarca 8]

si la hermana es del signo piscis es obvio que morira facilmente---XD

 

Hazer es como deadpool

 

Osea que Saori se hace la indefensa

 

una batalla por un cigarrillo y yo que pensaba que algunos versus del foro eran extraños

 

 

me pregunto quien sera ese nuevo personaje

[unikron]

parece que la parte con shaka a pesar de los personajes nuevos no tendra muchos cambios aunque shiryu se tard eu poco mas en llegar

 

saludos

[Macairo de Cancer]

Capítulo 6: (continuación)

 

-Así que si tuviste algo de diversión.-comentó Zakulus.

 

-Por así decirlo.-lo reconoció Hazer cerrando los ojos y cruzándose de brazos.

 

-Pero hay algo que aún no has explicado.-dijo Okyas.-¿Quién era ese tal Gelios? ¿Porqué sabía tanto sobre Diana y Basara?

 

-Él no era el único...-respondió Hazer con el ceño fruncido.-Aunque es cierto que había algo extraño en él. Demonios...-y frunció aún más el ceño.-Si hubiera sabido lo que iba a suceder, jamás habría permitido que Basara o Diana pusieran un solo pie en las Doce Casas, supe desde el principio que algo no andaba bien pero no hice nada.

 

Se llevó una mano a la cabeza y se aferró con ella, luego se soltó y volvió en sí.

 

-Pero basta de hablar de mi.-dijo finalmente.-Nos quedamos en la Casa de Virgo ¿No es así? Además por la intromisión de June y los demás, todo salió tal cual la historia "oficial". Ikki y Shaka desaparecieron, aunque claro, Basara se hizo más fuerte desde ese encuentro. Si Shaka hubiera sabido en ese entonces que se estaba enfrentando a un guerrero nacido bajo el signo de Virgo entonces se habría percatado de la ironía que eso supuso. Aún así, Shaka era uno de los Caballeros Dorados más poderosos y por lo tanto, Basara también fue vencido, no sin antes aprender un par de trucos. Una vez que Shaka e Ikki se fueron, los demás continuaron por su camino hacia la Casa de Libra.

 

-Las últimas seis Casas.-comentó Okyas.-Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

 

-Exacto.-corroboró Hazer.-Para Basara y June, no tuvieron muchos problemas pasando por las primeras seis Casas a excepción de Leo y Virgo. Pero en las últimas seis, la cosa se complicó mucho. No quiero que me interrumpan de ahora en adelante, al menos hasta que la Batalla de las Doce Casas haya terminado.-les exigió en voz seria tanto a Okyas como a Zakulus

 

-De acuerdo.-respondieron ambos casi al unísono.

 

...

 

Los Caballeros subían las escaleras que los llevaría hasta la Casa de Libra. Shun iba a la cabecera, el haber perdido a su hermano no resultó ser una carga emocional para él, se mostraba más endurecido y preparado para continuar con la batalla. Detrás de él iban Basara y Seiya, luego June y Diana, y finalmente Gamiel quién, como siempre, iba alejado.

 

-Allá está.-dijo Seiya señalando hacia la siguiente Casa la cual se veía a lo lejos.-El Templo de Libra.

 

-Debemos apresurarnos.-dijo Basara.-Perdimos demasiado tiempo en Virgo.

 

Luego de un rato de recorrido, June comenzó a tambalearse un poco y Diana se percató de esto.

 

-Oye.-le dijo preocupada.-¿Estás herida?

 

-Estoy bien, gracias.-respondió June en tono maternal.

 

-Si necesitas algo, dímelo.-le dijo Diana amablemente.

 

-No te preocupes por mi.-dijo June.

 

Terminaron de subir las escaleras y llegaron hasta las afueras de la Casa de Libra, un templo con forma pentagonal cuya entrada más que nada es rectangular, a la cual se accede a través de unas escaleras.

 

-La Casa de Libra...-comentó Seiya.-El maestro de Shiryu es el Caballero Dorado que vigila esta Casa.

 

-Eso significa que nos permitirá pasar.-dedujo Basara.

 

-Sin embargo no veo rastro de Shiryu ni de ese Caballero.-dijo Shun desanimado.

 

-No te preocupes, Shun.-le animó Seiya.-Él vendrá, estoy seguro de eso. Mientras tanto nosotros debemos seguir luchando para salvar a Atenea.

 

Shun asintió y entró en la Casa junto a Seiya, seguido por Basara, June y Diana, y detrás de todos Gamiel. En efecto, no parecía haber nadie dentro de esta Casa, estaba desierta o al menos eso pensaron.

 

-Allí hay algo.-dijo June señalando hacia el frente.

 

Se acercaron rápidamente y se encontraron con un gran bloque de hielo inmenso. Dentro de este había un hombre, y no cualquier hombre, era más ni nada menos que Hyoga de Cisne. Tenía una expresión de dolor en su rostro.

 

-¡Hyoga!-exclamaron Shun y Diana.

 

Ambos se dirigieron hasta el bloque e intentaron romperlo a base de puños pero no sirvió de nada.

 

-¡Apártense!-les exigió Seiya a ambos, mientras elevaba su Cosmos.

 

Estos obedecieron casi al instante dejando a Seiya el paso libre.

 

-¡Dame tu fuerza, Pegaso!-exclamó Seiya.

 

Lanzó varios puños que parecían cientos de rayos de luces, en dirección al bloque de hielo. Pero no importaba cuantos lanzaba, este permanecía intacto y no sucedía nada.

 

-¡Demonios!-maldijo Seiya y golpeó al suelo.

 

-Siento como su Cosmos desaparece...-comentó June.

 

-¡Vamos, debemos intentarlo una vez más!-exclamó Diana.

 

Todos los Caballeros de Bronce se colocaron uno al lado del otro, en frente del bloque de hielo. Elevaron todos juntos sus Cosmos y lanzaron todos sus técnicas. Pero por más que eran muchos, no lograron hacer nada.

 

-Es inútil...-afirmó Basara.-Debemos irnos.

 

-¡Si lo dejamos aquí, morirá!-exclamó Seiya, frustrado por sus fracasos.

 

-¿Cómo puedes ser tan insensible?-le preguntó June a Basara, furiosa.

 

-No es nada de eso.-le respondió Basara.-Pero si nos quedamos aquí, no solo él morirá si no que también Atenea ¿Es que creen que hubiera querido que la dejemos morir? Solo intento hacer lo correcto, lo que él habría querido que hagamos ¿Nos vamos ya entonces?

 

Hubo un momento de silencio a causa de que los demás (a excepción de Gamiel, claro está) no tenían intenciones de abandonar a Hyoga pero no había nada más que hacer. Cuando finalmente comprendieron que Basara estaba en lo cierto, una gran luz comenzó a desprenderse debajo de una baldosa del suelo, en frente del cubo de hielo.

 

-¿Qué es eso?-preguntó Diana.

 

Todos voltearon a verla y se acercaron. La baldosa se abrió y debajo de esta salió una Caja Dorada de Armadura. Esta se abrió, dejando al descubierto a una Armadura que en forma "objetc" se asemejaba a una balanza: Era sin duda alguna la Armadura Dorada de Libra. De ella se desprendieron seis pares de armas distintas: Dos Tridentes, dos Tonfas, dos Nunchacos, dos Espadas, dos Escudos y dos Barras Triples, todas aparecieron en el suelo.

 

-¿Qué significa esto?-preguntó Seiya sorprendido.

 

-Doce Armas...-comentó Gamiel a lo lejos, detrás del grupo.-Una para cada Caballero Dorado.

 

Todos voltearon sorprendidos (todos menos Basara para ser más precisos), no por el comentario de Gamiel en sí, si no por que él habló, cosa que generalmente no hacía.

 

-Vaya.-comenzó a decir June.-Al parecer si sabes hablar.

 

-Solo hablo cuando lo creo necesario.-respondió Gamiel sin inmutarse pero frunciendo el ceño.-Es decir, no gastaría saliva en hablar con alguien como tú.

 

June se cabreó y estaba por abalanzarse sobre Gamiel, pero Shun la sujetó del hombro. Aún así intentaba zafarse.

 

-¡Repítelo, imbécil!-le gritó.

 

Gamiel no le tomó importancia y se acercó a las Armas de Libra.

 

-El Caballero Dorado de Libra es el más importante de los Doce.-explicó.-Debe ser el más justo de todos, un modelo a seguir, un guía con un fuerte sentido del honor y de la justicia. Atenea no aprueba la lucha con armas, un Caballero debe permanecer justo hasta el final. Pero si el Caballero de Libra lo autoriza, esa regla puede romperse bajo ciertas circunstancias, es decir, cuando la batalla es desigual. Ahora, sea quién sea, nos ha permitido utilizar las Armas para salvar al Caballero del Cisne. Solo uno de nosotros debe utilizar una de las Armas, esta también debe de ser elegida cuidadosamente a causa de que el Arma equivocada podría acabar con la vida del Caballero o herirlo innecesariamente.

 

Opciones

 

Opción 1: "Entonces hazlo tú" (Gamiel lo intentará)

 

Opción 2: "Yo mismo lo haré" (Basara lo intentará)

 

Opción 3: "Seiya lo hará" (Seiya lo intentará)

 

Opción 4: "Mejor que permanezca ahí dentro por el momento" (Siguen adelante)

si la hermana es del signo piscis es obvio que morira facilmente---XD

 

Hazer es como deadpool

 

Osea que Saori se hace la indefensa

 

una batalla por un cigarrillo y yo que pensaba que algunos versus del foro eran extraños

 

 

me pregunto quien sera ese nuevo personaje

Na, no creo que muera tan fácilmente. Bueno, en realidad eso dependerá de ustedes  :t420:

 

 

parece que la parte con shaka a pesar de los personajes nuevos no tendra muchos cambios aunque shiryu se tard eu poco mas en llegar

 

saludos

La batalla en la Casa de Virgo es el único acontecimiento en donde ya de por sí ocurre todo tal cual al anime o al manga, o mejor dicho se llega a la misma conclusión. Se debe a que Shaka me pareció un personaje demasiado importante para la trama como para ser eliminado en la saga del Santuario.

[Patriarca 8]

hasta que llegaron a la casa heroica y legendaria---XD

 

 

Elijo la opción Opción 3: "Seiya lo hará" (Seiya lo intentará)

 

Esta bien que no sea el prota de esta historia pero que al menos haga algo