El siguiente fanfic es una completa parodia a Saint Seiya/Los Caballeros del Zodiaco. Es una historia seria en la que sin embargo sus personajes no se desenvuelven como tal si no que adoptan formas de ser más ligadas al humor y a situaciones absurdas. Dentro de su contenido podrás encontrar:
- Humor negro
- Humor absurdo
- Chistes de mal gusto
- Burlas sobre la nacionalidad de los personajes
- Indirectas
- Sarcasmo
- Humor bastante negro
- Situaciones ridículas
- Burla al lado oscuro de la sociedad
- Bullyng a los personajes y a sus defectos
- Zoofilia, Mecafilia, Homofobia y un montón de Parafilias
- Humor negrísimo
- Lenguaje bulgar
- Temas políticos
- Tabú
- Parodias de todo tipo
- Negro... Negro...
- Temas "poco amigables"
- Incesto
- Burlas no aptas para personas sensibles
- Burlas no aptas para personas duras
- Negritoooooo... Negrito humor
- Un montón de cosas más
También es válido aclarar que no soy como Kurumada: Mi "grupito de protagonistas" no tienen "impunidad", es decir tengo pensado "boletear" (matar) a una buena parte de ellos cuando llegue la "Misión Suicida".
Para cualquier duda y consulta, la caja de comentarios está abierta para todos. Las quejas se las manda por MP. Aceptamos insultos y amenazas de muerte por MP también. Y por favor muchachos, sin van a opinar entonces que sea faltándose el respeto como en un Saga vs Shaka. No voy a andar de susceptible demandando cualquier "cyber-bulling" que me quieran hacer.
Capítulo 1: Comienza la aventura
-¿¡Dónde está Albiore de Cefeo!?-preguntó el Caballero de Oro del signo del Escorpión.
Se encontraba en la Isla Andrómeda, una desértica isla con un clima asqueroso. Esta pequeña isla se ubicaba en algún lugar cerca de las costas de Etitopia y Somalía. Alrededor del Caballero de Oro Milo yacían por lo menos 37 cadáveres, todos ensangrentados.
Milo escuchó unas pisadas cerca. Se volteó para ver como se acercaba un Caballero de Plata el cual blandía unas largas cadenas en cada mano. Su melena rubia se meneaba de acuerdo a cada pisada que daba.
-¿Por qué haces tanto quilombo, hermano?-preguntó Albiore.-Seguro sos un soldado raso envidioso ¿Cuanto Cosmos tenés?-le preguntó desafiante.
-¿En qué idioma habla este descerebrado?-pensó Milo molesto mientras se ponía en guardia.
Sin embargo no tuvo tiempo para seguir meditando debido a que su contrincante ya había empezado el ataque. Milo lo esquivó mientras daba un gran salto. En el aire, apuntó a Albiore con su dedo y lanzó su ataque.
-¡Aguja Escarlata!-gritó mientras la uña de su dedo se tornaba en un color carmesí y crecía.
Esta proyectó un rayo de luz rojo el cual fue directo hacia a Albiore. Sin embargo el Caballero de Plata la esquivó.
-¡Ole!-gritó mientras esquivaba cada rayo de luz que su rival le enviaba.
Milo cayó al suelo y le apuntó con su dedo.
-Miralo vos.-dijo Albiore riéndose.-Se pinta la uña el mariposón.
-¡Cállate!-le gritó Milo, ruborizándose.
Sin embargo Albiore continuó riéndose. Esto molestó aún más a Milo quién adoptó una posición que se asemejaba a la de un escorpión. Albiore percibió peligro y desplegó sus cadenas alrededor del suelo para defenderse de cual quiera que sea el próximo ataque de su rival.
Sin embargo, al notar que Milo no atacaba, Albiore tomó la iniciativa y le lanzó una de sus cadenas la cual Milo esquivó con una ilusión. Aún así no pudo evitar el siguiente ataque en el cual Albiore le arrojó otra vez su cadena y esta impactó directamente en su brazo.
La lucha fue intensa. Estaba claro que estaban igualados. Sin embargo, lejos de allí, Afrodita de Piscis se encontraba esperando a que Milo acabara con su trabajo. Al ver que tardaba, agarró una rosa y se la arrojó a Albiore. Este no se percató a tiempo del ataque de su enemigo y por lo tanto no pudo evitarlo. Aprovechando la confusión, Milo se lanzó hacia el Caballero de Plata y lo remató.
-D...Dos contra uno.-dijo Albiore con dificultad mientras caía al suelo.-Que manga de mariposones...
Después de decir eso, se desplomó y murió. Milo se le quedó mirando un instante y se largó a llorar.
-¡Afrodita!-gritó Milo a su compañero.-¡Cefeo está muerto!
Afrodita llegó junto a su compañero y también se largó a llorar. Ambos se abrazaron y gritaron de tristeza. Al lado de ellos se le acercó otro Caballero.
-Yo soy Cefeo y esto vivo.-dijo Daidalos.
Sin embargo no dijo más debido a que Afrodita, sin mirarlo, le lanzó una corriente de aire que lo mandó a volar.
-¡Maté al otro Cefeo!-gritó Afrodita mucho más triste que antes.- ¡Soy lo peor!
...
Se despertó en una superficie plana. Era extraño "sentirla" porque en realidad no sentía nada. Albiore de Cefeo se encontraba en una especie de "cielo". El suelo estaba cubierto de nubes, más arriba también habían nubes. La claridad del cielo daba a entender que era de día en aquel especie de paraíso. En frente suyo había un gran asiento en donde se encontraba un anciano alto vestido con túnicas de plata. Era completamente blanco de piel.
-Buenos días, Albiore.-le dijo secamente.
-Ah... ¿Y vos sos...?-pregunta Albiore mientras mira rápidamente a su alrededor.
-Soy Zeus.-le responde el dios mientras se rasca la barbilla.
-Mira vos, che.-le responde Ailbore sin atreverse a creerlo.-Bueno flaco, seas quién seas, yo ya estiré la gamba y por lo tanto esto debe ser el paraíso o algo así.
-Podríamos decir que sí.-dijo Zeus un tanto molesto por los modales de Albiore aunque sin subirle el tono.
-Entonces compa...-comenzó a decir Albiore.-¿Ya puedo entrar? ¿Hay minuzas acá "arriba"? ¿Me puedo relajar o algo?
-Sucede Albiore-comenzó a decir Zeus.-que no estás muerto.
La respuesta sorprendió a Albiore, tomándolo desprevenido. Unas gotas de sudor se le cayeron de la frente. La melena rubia se erizó un poco. Sus párpados se hicieron pequeños mientras que sus ojos gigantescos. La boca se le quedó abierta unos cm más de lo normal.
-¿No me estarás flashando?-preguntó Albiore con voz temblorosa mientras señalaba con su dedo índice derecho a Zeus.-Dale flaco, vengo de terrible quilombo, no me hagas esta jodita que a mi no me gusta.
-Hablo en serio.-dijo Zeus a quién se le caía la típica gotita de anime en la nuca.-En fin. Como decía...-tosió un par de veces y comenzó a hablar en tono solemne.-Albiore de Cefeo, debido a un inconveniente relacionado con acontecimientos indeseablemente contemporáneos, y ante la necesidad de resolverlos, yo, Zeus, dios del Relámpago, te devuelvo a la vida para que nos ayudes a nosotros los dioses para solucionarlo.
-Ajá, mirá vos...-dijo Albiore perdido.-¿Y si sos todo poderoso (teniendo en cuenta que me devolviste a la vida), por que no te lo resolvés vos solo, Lince Titánico de vayes celestiales?
Zeus abrió los ojos de par en par y transportó a Albiore a otra dimensión. De pronto el Caballero de Plata estaba junto al dios parados en una especie de "superficie invisible". Debajo de ellos se encontraba el inmenso y oscuro universo. Las estrellas brillaban y habían cientos de planetas a su alrededor.
-Mira bien, Albiore.-le dijo Zeus.
El dios agitó la mano izquierda y toda la galaxia estalló.
-¡Que luz flashera!-gritó Albiore, tapándose la cara con su brazo debido a la explosión.
De pronto regresaron a ese especie de cielo en un abrir y cerrar de ojos.
-Soy un dios y puedo hacer lo que que quiera.-dijo Zeus.-Sin embargo no lo hago por que no tengo ganas...
-Claro, entiendo.-dijo Albiore, con los ojos cerrados y rascándose la cabeza.-Sos un flaco todo poderoso y podés hacer lo que se te cante pero no lo hacés por que no se te da la gana.
Zeus volvió a abrir los ojos de par en par y lanzó una ráfaga de aire que arrastró a Albiore hasta el suelo.
-¡Cállate y escucha de una vez!
-Está bien, está bien.-dijo Albiore, con los ojos conteniendo las lágrimas. Jugaba con sus dedos índices mientras se sentaba en el suelo.
-Verás Albiore, todo comenzó en la Era Mitológica.-comenzó a recitar Zeus.-Nosotros los dio...
90 billones de palabras más tarde :)
-Y por eso Ares armó una base en Marte y planea formar un ejército tan grande como para destruir el Olimpo.-dijo Zeus.-¿Entiendes?
Albiore estaba dormido y se le caía baba de la boca. Su cabeza estaba "viendo" el suelo y roncaba con un "silbido" de caricatura.
-¡Despierta!-gritó Zeus, abriendo sus ojos de par en par otra vez.
Otra ráfaga de viento corrió por todo el lugar y dio de lleno a Albiore quién se despertó sobresaltado.
-¡Escuché todo!-gritó forzosamente mientras era arrastrado por la corriente. Debido a que intentó sostenerse del suelo, sus uñas formaron un gran camino de raspones en este.
La corriente se detuvo y Albiore regresó con Zeus. Este le señaló con el dedo directamente.
-¡Tú misión de ahora en adelante será formar un equipo para ir hasta Marte y destruir la base!-gritó el dios. Su voz recorrió todo el universo.
-¡Perdone pero yo solo sirvo a un dios!-gritó Albiore.
-¡Atenea no te va a salvar de esta!-le respondió Zeus aún más fuerte.
-¡¿Que Atenea ni que Atenea?!-gritó Albiore.-¡Aguante Ricky Fort, papá! ¡El Comandante que siempre me protege!
En eso Ricardo Fort apareció detrás de Albiore en forma fantasmal. Tenía los brazos abiertos y una sonrisa amplia.
-Albiore, tienes que hacer lo que Zeus te dice.-le dijo para después marcharse.
-Rayos...-se quejó Albiore para después volver con Zeus.-No sé qué locura te pasa por la bocha pero me estás mandando a una misión suicida, cualquiera loco. Ni nave espacial tengo.
-No te preocupes, Albiore, ya pensé en eso.-dijo Zeus mientras desaparecía.-Ya encontré incluso un piloto capaz de llevarte hasta allí...
Albiore se percató de que en realidad era él mismo quién desaparecía. Pronto reapareció en una especie de pasillo oscuro con suelo, techo y paredes de metal. En la pared derecha había un gran ventanal que daba una gran sala oscura.
-Seguro será una bosta.-dijo Albiore un tanto frustrado.
Pero lo que Albiore no sabía es que aquel "piloto" ya estaba detrás de él y se le acercaba lentamente. Mientras Albiore hacía un discurso de que él es el Caballero ario Argentino, su nuevo piloto le tocó el hombro, haciendo que Albiore se sobresalte. Estuvo un tiempo mudo hasta que pudo recobrar el habla.
-¡Vos sos...!-comenzó a decir.
-Sí, compañero Albiore, yo soy.-le dijo Aioros de Sagitario con una sonrisa.
Albiore se incorporó y lanzó una pequeña risa.
-¡Claro!-dijo chasqueando los dedos.-Sos el piloto por que tenés alitas en la Armadura. Jaja, cualquiera, flaco.
Aioros no se molestó por tal comentario ni en lo más mínimo.
-Albiore, sígueme.-le dijo mientras le guiaba hasta el gran ventanal.-Mira esto.
Albiore se acercó al vidrio. La sala estaba oscura. Sin embargo en un abrir y cerrar de ojos, se iluminó por completo. Ahí adentro había una gran nave espacial color blanco, azul y negro. Era sobre todo más larga que ancha. Tenía dos alas. En una estaba escrito: Aryan Knight.
-Esta es la "Aryan Knight".-le dijo Aioros señalándo a la nave.
-Espectacular, flaco.-dijo Albiore sin atreverse a creerlo.-Solo nos hace falta los integrantes.
-Zeus ya reunió a casi toda la tripulación.-dijo Aioros.-Tan solo nos hace falta que busques y elijas a los Guerreros que nos ayudarán.
Albiore se quedó un momento callado, meneando la cabeza en tono pensativo. Se puso de brazos cruzados y cerró los ojos.
-No sé por dónde empezar.-dijo al fin.
-Bueno...-comenzó a decir Albiore, mirando para el costado.-Ya tenemos un par, para variar.
Albiore miró para el costado y pudo ver a dos grandes colegas: Dócrates de Heracles y Dio de Mosca.
-Albiore.-dijo Dócrates sonriente, alzando la mano izquierda.
-Te estábamos esperando, amigo, sí que te tardaste.-le dijo Dio.
-Perdonen, tuve un quilombo con Zeus.-dijo Albiore en tono de disculpa. Después miró a la Aryan Knight de arriba abajo, de izquierda a derecha-Espero que eso tenga baño...
-Pinch€ pendej@...-dijo Dio, un tanto molesto.
-Basta de charla.-dijo Aioros, emocionado.-¡Es hora de abordar la nave!
Y así los Caballeros se dirigieron directo hacia el Aryan Knight. Cruzaron el pasillo largo y angosto (Dócrates iba atrás).
-¿Alguno sabe a quién tenemos que reclutar?-preguntó Albiore en el camino.
-Veamos...-dijo Aioros sacando una gran lista de un bolsillo.-Según aquí necesitamos por lo menos un par expertos en telequinesis, alguien que sepa crear excelentes ilusiones, un guerrero que produzca hielo...
Sin embargo Aioros se puso pálido. Más pronto que tarde, Albiore se enteró de que en realidad la nave era robada a la fundación Kido.
-¡Hey! ¡¿Que le hacen a mi nave?!-preguntó Saori quién venía seguida por los cinco Lacayos del Zodiaco.
-¡Es Atenea!-gritó Aioros aterrado.
Sin que Albiore pudiera decir algo, Aioros lo tomó del hombro y echó a correr. Los Caballeros se metieron adentro de la nave. Después de la entrada había un largo y angosto pasillo de metal. La nave medía al menos dos metros de alto. A la izquierda de la entrada había una especie de sala de controles.
En la sala de control se encontraban tres sillas: Una en medio para el piloto y al costado dos sillas para los copilotos. Aioros se sentó sobre la silla del piloto y tocó todos los botones que pudo.
-¡¿Cual demonios es?!-gritó desesperado, golpeando su cabeza con el teclado.
Adelante de la cabina, como a medio metro del asiento del piloto, estaban las ventanas. Así fue como los Caballeros pudieron ver como Saori estaba hablando por teléfono.
-¡Está llamando a la policía!-gritó Dócrates agachado debido a su tamaño.
-¡Has algo!-gritó Albiore a Aioros.
-¡Eso intento!-gritó Sagitario aún más asustado.
En eso sintieron como la entrada de la nave se abrió. Todos voltearon y vieron a Tatsumi quién asomó la cabeza.
-Señorita Saori.-dijo Tatsumi.-Ya llegó el señor Julian Solo y las Marinas para la orgía.
Sin embargo se cayó de repente cuando se dio cuenta que los Caballeros eran los que tripulaban la nave y no Saori Kido.
-¡¿Qué hacen ahí adentro?!-preguntó enojado.
Pero no pudo decir nada más debido a que Dio lo agarró y lo llevó hasta el centro de mando.
-Carnal, pon a funcionar esta chatarra.-le dijo mientras lo arrastraba.
Lo depositó con brusquedad en el asiento derecho de piloto y le dio un pequeño golpe en la nuca.
-¡Vamos, tronco, que no tenemos todo el día!-le volvió a gritar Dio.
-Sí, ya voy…-dijo Tatsumi más asustado que enojado.
Hizo “arrancar la nave”. Esta despegó y se dirigieron a su próxima aventura.
Fin del capítulo 1.
Equipo:
- Aioros de Sagitario: Piloto
- Albiore de Cefeo: Líder
- Dócrates de Heracles: Miembro grandote
- Dio de Mosca: Narizón
Editado por Macairo de Cancer, 06 agosto 2016 - 18:21 .