Capítulo 6 (continuación)
Cuando pasaron por la Casa de Escorpio (la cual estaba vacía), Basara se detuvo luego de que una fuerte sensación lo recorrió de arriba a abajo. Sintió como si la misma Casa aprobara su paso por ella, era como si esta tuviera voluntad propia. De repente sintió la moral completamente alta así como también recuperó sus energías. Sintió en su cuerpo las quince Agujas de Milo, pero no le dolían, al contrario, le daban fuerzas. Sabía que de alguna forma, Milo estaba allí y velaba por él, hasta incluso quizás le sonreía.
-¿Qué sucede, hermano?-le preguntó Diana la cual también se había detenido al percatarse de ello.
-Nada.-respondió este.-Sigamos.
Y dicho esto, ambos regresaron al grupo y se dirigieron hacia la Casa de Sagitario.
...
Había una gran horda de soldados y Caballeros a las afueras de la Casa de Aries, todos reunidos en multitud. Tal y como lo ordenó Mu, todo el Santuario había sido apostado a las afueras de esta casa, a excepción de todos aquellos que no podían pelear los cuales fueron ubicados en la casa de Tauro. Hazer hizo muy bien su trabajo al hacer correr la voz sobre una inminente invasión. Mu buscó a Aldebarán y este le había seguido, ambos se encontraban en la entrada a la casa de Aries.
El grupo de defensores del Santuario estaba compuesto por veinte Caballeros de Bronce y cuatro Caballeros de Plata (contando a Hazer), este miró la situación con desaprobación y meneó su cabeza de lado a lado.
-Si sobrevivimos a esta, tendremos que hacer algo con las bajas.-dijo seriamente.-Demonios, esos niñatos vaciaron el Santuario...
-Somos más que suficientes.-dijo el Caballero de Plata de Reloj, cuya Armadura poseía robustas hombreras, pero no cubría el brazo, la pierna ni la mitad inferior del torso.
El Caballero de Plata de Reloj era un Caballero conocido por su exceso de confianza, su cabello es castaño, y su nombre era Hugo. Junto a él y Hazer estaban también los Caballeros de Plata de Altar y Triángulo. El primero fue ascendido hace poco, un hombre de confianza del Patriarca cuyo nombre era Hans, un hombre mucho mayor que Hazer a pesar de que ambos entrenaron juntos en sus tiempos de aspirantes, es considerado alguien en quién se puede confiar, su cabello era color negro. El Caballero de Plata de Triángulo era mucho más joven que los demás, apenas tenía 17 años y lo caracterizaba su inmadurez, un muchacho de cabello rubio.
Eran los únicos Caballeros de Plata que quedaban en el Santuario, lo que ya de por sí era una desventaja teniendo en cuenta también que solo habían veinte Caballeros de Bronce, la mayoría niños de 13 a 15 años de edad, entre los que estaban los Caballeros de Jirafa, Sextante, Buril y Ave del Paraíso, esta última una Caballero un tanto nerviosa la cual miraba a cada lado, daba la impresión de que más incomodidad le producía el estar rodeada de tanta gente que de la invasión que se acercaba.
Hubo una cierta conmoción ante la presencia de Saori Kido, una enemiga jurada del Santuario, allí tendida en el suelo. Mu les había dado la orden expresa de no hacerle daño (o mejor dicho no intentarlo) a todos los presentes y estos se limitaron a obedecer las órdenes de un Caballero Dorado. Cuchicheaban entre ellos acerca de Saori, la mayoría no estaban seguros si obedecer o aprovechar la situación para atacarla. Otros en cambio mantuvieron una postura neutral.
-Siento un gran Cosmos emanando de ella.-afirmó Hans pensativo.-Es muy poderoso, no es un Cosmos normal, es cálido y acogedor, no es el Cosmos de una joven normal, es incluso más grande que el de un simple Caballero.
-No te equivocas, Hans.-le dijo Hazer.-Por que en efecto no es una joven normal.-Y luego bajó la voz para que solo lo escuchase él.-Es nada más ni nada menos que la reencarnación de Atenea.
-Curioso...-reflexionó Hans aún más intrigado, hablando en ese "tedioso tono formal" (como lo describían los aspirantes).-Obviamente no voy a creérmelo así como así, aunque supongo que tuviste una aventura un tanto "movida" la cual justifique (y explique) toda esta situación y tu afirmación. A propósito ¿Porqué me lo dices solamente a mí?
-Eres sabio y prudente.-respondió Hazer.-La colaboración de un Caballero de tu talla será muy importante en las batallas venideras.
-Primero tenemos que sobrevivir esta noche.-respondió Hans volteando hacia el lado contrario de la Casa de Aries.
No fue el único que se percató de eso, casi al instante todos los Caballeros sintieron la presencia de varios Cosmos movilizándose hacia su posición, había comenzado el asedio.
-¡No teman!-gritó Aldebarán, bajando las escaleras junto a Mu.-¡Somos Caballeros de Atenea! ¡Cuando todos callan, nosotros hablamos! ¡Cuando todos huyen, nosotros nos quedamos! ¡Cuando el sol se oculta, nosotros lo traemos devuelta! ¡Cuando la oscuridad rodea al mundo, nosotros traemos esperanza!
Nadie se atrevió a moverse, todos mantuvieron su posición, permaneciendo desafiantes y dispuestos a luchar: Los Caballeros de Plata por delante, los Caballeros de Bronce en el medio, y los soldados del Santuario en la retaguardia. Se alcanzaba a ver a lo lejos a los soldados de Ra acercándose, todos vestían túnicas. Hans se colocó delante de la horda y volteó para verlos. Alzó su brazo.
-¡Por el Santuario!-gritó Hans a todo pulmón.-¡Por Ateneaaaaaaaaaaaaa!-y dicho esto, cargó contra los soldados de Ra.
Por la adrenalina, no tardaron en seguirlo los demás. Ambos ejércitos se lanzaron rayos ken antes de encontrarse definitivamente (provocando la caída de algunos soldados de Ra, y unas pequeñas heridas en los Caballeros, y cuando esto sucedió, se abalanzaron los unos a los otros. Se libró una terrible batalla campal allí en el mismo Santuario, con Aldebarán de Tauro y Hans de Altar dirigiendo a las tropas de Atenea, Mu optó por quedarse a defender la primera Casa lo cual fue una suerte debido a que muchos soldados de Ra intentaron abrirse camino por las Doce Casas.
En medio de la batalla, Isis hizo gala entre los soldados de Ra, y derribó a varios enemigos con su cayado. Aldebarán, casi inmediatamente, entabló una lucha mano a mano con la guerrera.
-¡Gran Cuerno!-gritó Aldebarán.
Arrojó su técnica (manteniendo una postura de brazos cruzados) hacia su enemiga la cual esquivó los ataques y contraatacó casi al instante, ofensiva que Aldebarán supo evitar a tiempo. En ese mismo momento, Hazer luchaba contra nueve enemigos a la vez, derribando a todo aquel que se acercase.
-¡Vamos!-gritó Hazer desafiante.-¡¿Qué esperan?!
En respuesta a tal provocación, los nuevos guerreros fueron directo hacia él con el objetivo de atacarlo al mismo tiempo. Hazer se preparó para el impacto, pero se sorprendió cuando en un abrir y cerrar de ojos, todos sus enemigos cayeron al suelo, abatidos por ataques de un tercero. Buscó con la mirada a aquel que realizó tal hazaña, hasta que lo encontró (o mejor dicho los encontró) subidos a un edificio en ruinas. Allí estaban, Dante de Cerbero y Capella de Auriga.
-¡Ustedes!-exclamó Hazer sorprendido.
Sus compañeros se arrojaron al suelo y cayeron de pie, por delante de Hazer.
-Debieron habernos esperado.-dijo Dante con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Creí que estaban heridos de gravedad!-exclamó Hazer.
-Ya nos recuperamos.-explicó Capella tranquilamente.-Podemos hablar del tema luego ¡Tenemos una batalla que zanjar!
-Ni que lo digas.-lo corroboró Dante, y se arrojó a la horda.-¡Por Jamián de Cuervo y los demás!
Hazer le levantó el pulgar a Capella, este asintió y ambos siguieron a su compañero.
Tal batalla estaba dejando bajas en ambos bandos. Habían gritos, destellos de luz en ambos lados, guerreros saltando de un lado a otro, etc. Pero lo que más intrigaba a Mu, quién presenciaba la batalla a lo lejos, era la ausencia de los demás guerreros principales de Ra, a excepción de Isis. No se habían presentado en la batalla y esto lo alarmaba.
En medio del conflicto irrumpieron cinco Caballeros de Bronce: Jabu de Unicornio, Nachi de Lobo, Ichi de Hydra, Ban de Leoncillo y Geki de Osa Mayor, los cuales combatieron heroicamente a los invasores e inspiraron a los demás guerreros de Atenea. También se sumaron Albiore de Cefeo y todo un pelotón de sus discípulos.
-¡Ataquen todos a la vez!-gritaba Albiore.-¡Permanezcan juntos y sigan adelante, defendamos el Santuario y a nuestros compañeros!
A pesar de que muchos no tenían ni siquiera una Armadura, tenían un excelente dominio del Cosmos y resultaron ser excelentes refuerzos para las tropas de la diosa de la Guerra.
...
Máscara de Muerte de Cáncer presenciaba toda la batalla desde las afueras de su Casa, divertido por tal conflicto.
-Creo que yo también me uniré...-dijo dando un par de pasos hacia las escaleras.
Pero no caminó mucho hasta que sintió un fuerte estremecimiento, una "descarga eléctrica" que recorrió en un instante todo su cuerpo, era una voz que le hablaba.
-Máscara de Muerte.-le llamó.
Este reconoció casi al instante esa voz.
-¡Tú eres el Patriarca!-exclamó, atónito por un momento.
-Así es.-corroboró este.-Tengo una tarea para ti. Necesito que abandones tu Casa y persigas a los Caballeros de Bronce que están intentado llegar hasta mi ubicación. Te ordeno que no los mates, tan solo déjalos fuera de combate a todos.
Y una vez dicho esto, se cayó aquella voz. Máscara de Muerte sonrió y luego rió como un lunático despiadado.
-¡Esto va a ser muy sencillo!-se mofó.-Quizás me permita ejecutarlos una vez que acabe con ellos.
Se apresuró para dirigirse hacia su Casa, y una vez dentro de ese lúgubre lugar, fue en dirección hacia la salida, y en consecuencia hacia la casa de Leo. Durante la subida, se cruzó con Aioria de Leo quién se dirigía Casas abajo, a participar de la batalla.
-¿A dónde vas?-le interrogó Aioria.
Pero Máscara de Muerte no respondió y siguió subiendo las escaleras.
...
El grupo de Caballeros de Bronce ya había pasado por la Casa de Sagitario. En ella, Hyoga despertó el cual se sorprendió por aquella marca que tenía en el rostro (la cual se quedaría allí para siempre), aunque luego le quitó importancia al tema y les agradeció a todos por la ayuda que le habían prestado en Libra. También, grabado en una pared, estaba el testamento del Caballero Aioros el cual rezaba: "A aquellos Caballeros que logren llegar hasta aquí, dejo a la diosa Atenea a su cuidado". Basara recordó las visiones de aquel anciano en donde Aioros había sobrevivido, sin embargo no dijo nada cuando sus compañeros se emocionaron por aquellas palabras.
Cuando llegaron a la Casa de Capricornio, se sorprendieron al encontrarla completamente vacía a excepción por una estatua de Atenea entregándole una espada a un Caballero, dentro de una vitrina de vidrio.
-Parece que estamos de suerte.-comentó Diana.
Pronto esta se percató de que Gamiel estaba absolutamente interesado por aquel curioso monumento. Se acercó a él y se colocó a su lado.
-¿Qué es eso?-preguntó intrigada.
-Excalibur.-respondió Gamiel seriamente.
Seiya, quién estaba cerca de allí, también se acercó (seguido por Shun, Basara y June).
-¿Excalibur?-repitió con curiosidad.
-En el pasado, Atenea le entregó la espada Excalibur a su Caballero más fiel.-explicó Gamiel.-Pensaba que solo era un mito, pero tal parece que ese Caballero era el Santo Dorado de Capricornio de la Era Mitológica.
-Entonces supongo que podremos pasar con las bendiciones de ese Caballero.-comentó Diana en torno burlón.
Shun largó una pequeña risita y se dirigió a la salida seguido de cerca por June, luego por Seiya, Gamiel, Hyoga, Diana, y por último Basara. Todos salieron de aquella Casa, directos hacia un espacioso patio trasero el cual daba a las escaleras que llevaban a Casa de Acuario (así como también un gran precipicio).
-¡Vamos!-exclamó Seiya en tono triunfal.
Todos corrieron hacia estas. Pero de pronto, Basara tuvo una fuerte descarga eléctrica en su cuerpo, y sintió como un Cosmos se encendía no muy lejos de allí. En un movimiento veloz, sujetó fuertemente a Diana, y dio un fuerte salto en dirección opuesta a las escaleras.
-¡¿Qué haces?!-exclamó esta sorprendida y enojada.
Pero al mismo tiempo, un tajo luminoso recorrió el suelo, y partió la tierra en dos: Una mitad se quedó en una pequeña porción de tierra que daba hacia las escaleras, y la otra hacia la parte trasera de la Casa de Libra. En medio de estas dos partes se había formado un gigante abismo que dividía la tierra. Seiya, Hyoga, Gamiel, Shun y June habían logrado saltar a tiempo y llegaron a las escaleras, pero Basara y Diana se había quedado del otro lado.
Basara se levantó casi al instante y volteó violentamente. Allí había un Caballero Dorado el cual tenía alzado su brazo derecho. Este sonreía arrogantemente.
-El Caballero Dorado de Capricornio...-dijo Basara seriamente.-¿Porqué no nos atacaste en tu Casa?
-Porqué tú no saltaste junto a los demás cuando se te presentó la ocasión, debería preguntar yo primero.-afirmó el Caballero Dorado.
-Por que obviamente nos habrías matado a todos con un segundo ataque.-respondió Basara.
-Ah.-se mofó el Caballero Dorado de Capricornio.-Eres brillante, jovencito. La razón por la que no los ataqué fue por que no quería derramar vuestra sucia sangre delante de Atenea.
-¡Basara!-gritó June desde el otro lado.-¡Diana!-los llamó.
Los Caballeros de Bronce se habían quedado inmovilizados ante tal situación.
-Soy Shura de Capricornio.-se presentó el Caballero Dorado.-Pero no necesito preguntar vuestros nombres. Tú eres Diana.-dijo señalándola con el dedo.-Y tú...-dijo señalando a Basara.-Eres el Caballero de Lince, Basara.
Esto sorprendió a todos los presentes, sobretodo a Diana y a Basara.
-¿Cómo sabes quién soy?-le preguntó Basara frunciendo el ceño.
-Quizás no te acuerdes de él...-comentó Shura borrando su sonrisa y adoptando una expresión seria.-¿Te suena el nombre "Murdock"? Yo era su maestro.
Basara abrió los ojos de par en par, Diana por otra parte, se tapó la boca (de la máscara) con una mano. Pues claro que el Caballero de Lince lo recordaba, le había dejado una cicatriz en el cuerpo.
-¿Y quieres vengarte de mi hermano?-le preguntó Diana incorporándose.
-Por el honor de Murdock.-afirmó Shura.-No merecía ese final, ahora tendría que ser un Caballero de Atenea que luche por la justicia. Y en lugar de eso, un traidor como tú ocupó su lugar, y eso me enferma.
-Enfréntate a mi en ese caso.-dijo Diana desafiante.-No permitiré que le hagas daño a Basara.
Opciones
Opción 1: Diana se queda luchando sola contra Shura
Opción 2: Basara se queda atrás para luchar contra Shura
Opción 3: Basara y Diana se quedan atrás para luchar contra Shura
Editado por Macairo de Cancer, 20 abril 2017 - 22:41 .