SKIN © XR3X

Jump to content

* * * * * 2 votos

Némesis Divino I: El juicio de las Horas


  • Por favor, entra en tu cuenta para responder
549 respuestas a este tema

#341 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 octubre 2015 - 09:59

Yeeii ya viene algo de lucha, necesito ver esas batallas, de los "Cuatro Grandes" sobre todo de Kishut (aunque le deteste) y Neretis (mi personaje favorito de este fic ^_^ )

Que le sucede a Baltasaro me caía bien hasta que dijo Soy-un-don-nadie de piscis >.>

No se, a mi me gusta este pegaso, o mejor dicho estos personaje un tanto rebelde, le ponen jocosidad al asunto, si todos los alumnos hubiesen sido tan rectos todos, me hubiesen aburrido y de cierta forma se agradece el contraste de personalidades entre estos tres obedientes pero de una u otra manera a su manera, espero verlos en acción

Espero que no dejes a los caballero de platas ya fuera o meterlos solo en cameos seria tan "chimbo" -_-

Algo que me llamo la atencion es que no hay ninun cruce de palabras entre Baltasaro y Neretis cuando pasan por piscis, se suponen que una ves fueron aliados no? Quiero ver el desarrollo de la relacion de estos personajes me intriga bastante

Bueno sin nada mas que acotar, un Saludo compañero

 

¡Buenas tardes, Afrodita!

 

¡Gracias por venir a leer esta historia una vez más!

 

Viene algo de lucha, es cierto. Me hubiera gustado que fuese en el presente (1492) y no en el pasado, pero digamos que este arco será necesario para hablar de *esos* enemigos de los que todo el mundo escuchó hablar, pero que nadie conoce aún. 

 

Lo que dices sobre qué le sucede a Baltsarós. Bueno, él es así. Si no dice su "tontería" no se queda tranquilo. Necesita llamar la atención, hacer sentir mal a la gente a su alrededor. Es un troll, hablando claro. ¡Te prometo venganza en la siguiente parte!  :lol: ¡Atenea impartirá justicia divina!

 

Debe haber todo tipo de personajes, y me alegra que veas diferencias entre los tres alumnos del Papa. Espero que estos personajes crezcan pronto para que no se queden tan solo en estereotipos. 

 

Sobre los caballeros de plata, son mi rango favorito. Seguro que verás algo de ellos. Incluso en el arco que viene de los Cuatro Grandes habrá apariciones de bronces y platas. Y posteriormente ya se unirán a la historia con normalidad. Puedo adelantar que se verá a Triángulo seguro y otros tres más que no termino de decidir: puede que Auriga, Cerbero (si es que finalmente la acepto como contelación) o Águila (el nuevo Águila). Poco a poco.

 

Hay ideas, pero avanzo a paso de anciana, ya sabes... Confío en arreglar eso para la segunda temporada. 

 

Baltsarós y Piscis no cruzan palabras porque no tienen mucho trato. Fueron camaradas como has dicho, pero nada más. El tema de que existieran los Cuatro Grandes no quiere decir que se llevasen bien. De hecho me lo estoy pasando muy bien escribiendo la relación entre Escorpio y Piscis. Relación de compañeros, no seas malpensado. 

 

¡Un abrazo, amigo! Espera el capítulo 16 con ilusión. ¡En él verás al Nerites de hace seis años!


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#342 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 14 octubre 2015 - 10:16

como siempre es un muy buen capitulo

 

pinta que va estar interesante la clase



#343 unikron

unikron

    el iluminado

  • 5,760 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Iquique, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 octubre 2015 - 15:26

vaya me pregunto que pasara

#344 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 octubre 2015 - 16:22

-muy buen capitulo

 

-lo bueno:

 

-las "aventuras"de leo

-el gato que al parecer se ha convertido en guardian honorifico de la casa de leo XDDD

-la aparición de los discipulos del patriarca,en especial la del tarado pero " poderoso" pegaso

 

—Baltsarós ya no es un traidor, Teris —explicó el Sumo Sacerdote—. Ha pedido perdón por lo que hizo y yo le he perdonado. —La incredulidad hizo que Leo abriera la boca, enfadado. Pero aún fue a más—. En la bondad de Atenea, he comprendido que todos cometemos errores.
 
—¡Ni hablar, viejo cínico! ¡Nunca fui un traidor! —interrumpió— ¡Díselo! ¡Es hora de que digas la verdad!

 

-Jajaja ese duo es la muerte

 

Spoiler


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#345 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 16 octubre 2015 - 20:14

como siempre es un muy buen capitulo

 

pinta que va estar interesante la clase

 

Gracias por tus palabras, Espectro. La clase será interesante, sí. ¡Al menos yo estoy disfrutando con ella! Espero que te guste. 

 

Abrazos.

 

vaya me pregunto que pasara

 

Gracias, Uni. Viene un arco del pasado pero que tendrá relevancia para presentar personajes del futuro de la historia. 

Por cierto, suerte en tu nuevo fic. Me pasaré por él antes que por el de Hatome para ver cómo va tu progreso. 

 

Abrazos.

 

-muy buen capitulo

 

-lo bueno:

 

-las "aventuras"de leo

-el gato que al parecer se ha convertido en guardian honorifico de la casa de leo XDDD

-la aparición de los discipulos del patriarca,en especial la del tarado pero " poderoso" pegaso

 

—Baltsarós ya no es un traidor, Teris —explicó el Sumo Sacerdote—. Ha pedido perdón por lo que hizo y yo le he perdonado. —La incredulidad hizo que Leo abriera la boca, enfadado. Pero aún fue a más—. En la bondad de Atenea, he comprendido que todos cometemos errores.
 
—¡Ni hablar, viejo cínico! ¡Nunca fui un traidor! —interrumpió— ¡Díselo! ¡Es hora de que digas la verdad!

 

-Jajaja ese duo es la muerte

 

Spoiler

 

Gracias por el comentario, T-800. Habrá aventuras de Leo nuevas. ¿Leo preparando tortilla? ¡Jaja!

 

El Pegaso "poderoso", autoproclamado santo más fuerte de bronce. ¿Será de veras tan fuerte? 

 

Sobre lo no tan bueno, esto ya es cosa mía. Decidí hacerlo así no pensando en Palestra (asco), sino más bien en qué haría algo como el viejo. A nuestro buen Kishut le gusta tener discípulos. El mismo Sagitario lo fue.

 

No todos los maestros lo hacen, pero a mí me pareció interesante que Kishut siguiera entrenándolos después de hacerse santos, tanto en uso de cosmos y técnicas, como en historia, matemáticas, artes... Espero que esta clase en particular te agrade. 

 

¡Abrazos!


Editado por Killcrom, 16 octubre 2015 - 20:14 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#346 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 octubre 2015 - 10:46

¿Os acordáis del 2012? ¿El supuesto fin del mundo de los mayas? No llegó, ¿verdad? Quería hablaros de mis comentarios y se me vino a la mente este tema... Lo siento. Soy lo peor y lo sabéis. Les pondré cariño extra cuando los escriba.  :lol:

 

En fin, aquí traigo la última parte del capítulo 15, la última parte de transición antes del último arco, que ya podéis imaginar cuál es. Y tras el arco, ¡el último capítulo de la primera temporada! ¡Cuántos "últimos"! Pero no os hagáis ilusiones: la historia seguirá avanzando. Y como prometí y sigo manteniendo, la terminaré. 

 

Sin más, vamos al capítulo.

 

-----------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 15, PARTE 2

 

Spoiler

 

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Alisha: llamada a ser Atenea en esta era, es una chiquilla algo caprichosa y malintencionada, pero entrañable.

Caph, Elvashak y Teris: actuales discípulos de Kishut de Capricornio.

Kishut: el Sumo Sacerdote del Santuario de Atenea y caballero de Capricornio. Aficionado al vino y la lectura.

Nerites: santo dorado de Piscis. Uno de los llamados "Cuatro Grandes".

Baltsarós: santo dorado de Leo. Impertinente, irritante, pero muy poderoso. Conocido como el Príncipe Desertor.

Ístvan: antiguo santo dorado de Escorpio y hermano del actual, Iskandar. 

 

 

9a8tnp.jpg

(Capítulo 15: parte 3 de 3)

 

«¿Se ha dado cuenta? —pensó la jovencita. No podía dejar de manosear el reloj de bolsillo que ocultaba bajo la manga de su vestido plisado. Notaba el sudor en las palmas de las manos y las puntas de los dedos—. Tengo que ser yo misma. Ya luego le pediré perdón. Ahora, clase; luego, perdón —se repitió—. Aunque sea aburrido y esté nerviosa, lo primero es lo primero.»

 

Baltsarós de Leo, quien presidía la mesa ovalada, carraspeó y se dirigió al grupo de adolescentes con tono serio. Todos ellos se le quedaron mirando. El delgado Elvashak rebosaba interés, cosa que le complació. Los demás, aunque parecían curiosos, no irradiaban aquel brillo especial que este tenía.

 

—Veamos… La idea no es que os aburráis con esta historia. Ya sois santos de Atenea por lo que me habéis contado —trazó una línea con el dedo índice para señalarles uno a uno—, por lo que debéis saber qué significan vuestros votos. ¿Proteger al débil? ¿Acabar con el mal? ¿De verdad sois caballeros por eso? ¿O hay algo más en el fondo de todo?

 

—Yo no soy ningún caballero. Soy una dama —reprochó Alisha, que había encontrado el momento oportuno para volver a ser "ella misma" y que no se notasen sus preocupaciones—. Y no quiero escuchar vuestras batallitas de viejos. ¡Me aburren!

 

—¡Señorita Alisha! —El Patriarca frunció el ceño, disgustado—. ¡No seáis maleducada!

 

—No te preocupes, Kishut —rio el león, que ya tenía un jugoso comentario bajo la manga—. No ha sido para nada inoportuna. Soy muy poco observador —dijo—, y si no fuera porque lo ha mencionado, ni habría sospechado que era mujer. Digamos que no encuentro los… atributos que lo demuestren.

 

El Sumo Sacerdote abrió la boca y negó con la cabeza, alarmado. Leo acababa de cometer el mayor error posible con Alisha: meterse con sus incipientes curvas. Y como imaginó, nadie en la sala se atrevió a proferir ni una risilla nerviosa. Se formó un silencio denso. Las miradas de Teris, Elvashak, y Caph señalaban a la joven, cuya rabia —suponían— no tardaría en explotar: así lo mostraba su rostro serio, con los ojos entrecerrados y los labios apretados.

 

—¿Cómo has dicho? —preguntó Alisha ladeando la cabeza. Le resbaló la melena lisa por el hombro derecho—. ¿Qué has querido decir con eso?

 

—¿No es evidente? —La respuesta de Baltsarós fue acompañada por un par de golpes sobre el pecho—. ¡Yo tengo más que tú, mocosa! ¡Y ahora, atiende!

 

—¡Oh, no! —exclamó Caph al ver a la malhumorada damisela levantarse y agarrar uno de los gruesos tomos apilados sobre la mesa oscura—. ¡Lo va a hacer de nuevo!

 

Elvashak se llevó la mano a la frente. Kishut lo vio todo a cámara lenta, como una tragedia irremediable. Alisha acababa de arrojar otro de sus tesoros: la primera edición de Tirant lo Blanch, que no había sido ni traducida de su idioma original. El golpe sonó seco, y Leo cayó de espaldas con silla incluida, ahogando un grito de sorpresa y dolor. El libro, que impactó de lleno en la frente de Baltsarós, rebotó contra un estante y se abrió al caer al suelo.

 

—¡Mi tesoro! —gruñó el Pontífice, con las manos en la cabeza y el semblante descompuesto. Corrió a recoger el preciado tomo saltando por encima del agredido, que no movía un músculo. Tras comprobar que los daños en él habían sido mínimos (apenas un par de arañazos en el lomo y el canto), se dirigió al herido, mirándolo con compasión. Pero antes de poder ayudarle, vio cómo Alisha se le acercó, todavía enfadada, con peligrosas intenciones.

 

—¡Señorita, no!

 

—¡Le va a aplastar los leones! —se mofaba Teris una y otra vez.

 

Fue imposible detenerla. La planta de su pequeño y cruel pie aplastó con ira adolescente la hombría de Baltsarós, que gritó como una niña. Al ver que se preparaba para hacerlo de nuevo, Elvashak se levantó de la mesa y, fugaz, agarró a la muchacha por la cintura.

 

—¡Alisha, relájate! —le rogó el muchacho, poniéndose entre ella y el dorado—. ¡Debes perdonarle! ¡No le mates!

 

Desde su asiento, en la esquina de la mesa, Teris de Pegaso seguía viéndolo todo como si estuviese en el palco de honor. Todavía resentido, el gesto de satisfacción que esbozó vino acompañado por una risilla mal camuflada. Alisha le miró, volvió a escuchar las palabras desesperadas de Elvashak, y comprendió que había sido suficiente.

 

—Eso le pasa por bocazas —siguió riendo el pegaso, que no movió un pelo para ayudar a Leo. Alisha le dio la razón antes de volver a sentarse. El joven y responsable Lince había logrado contener el mal humor de su amiga… por suerte. Y Kishut, tras colocar el preciado volumen sobre la mesa, ayudó a Leo a incorporarse.

 

Baltsarós, quien se apoyaba en la figura del Patriarca, estaba tan pálido como la nieve. Tenía una brecha en la frente de la que manaba un hilillo de sangre. Además, su intimidad le palpitaba dejando ecos de dolor insoportable. De no haber sido por Elvashak, el hermano mayor, podría haber sido peor. «¡Maldita mocosa hija de…!»

 

—Señorita Atenea, creo que os habéis pasado —le riñó el Patriarca, que se había desplazado hasta detrás de la adolescente. Le puso ambas manos en los hombros y apretó con suavidad—. Comprendo que estéis molesta, pero una agresión así no puede justificarse. Además, el desprecio que estáis mostrando últimamente por mis pertenencias me parece impropio de vos…

 

—¡Pues que tenga cuidado! —advirtió, con mirada afilada. No sentía lástima alguna por el dolor reflejado en la cara del santo de oro. De nuevo en su sitio ante la mesa, cruzó las piernas y miró al otro lado.

 

Elvashak levantó la silla y el león se sentó al instante sobre ella, con las lágrimas saltadas y las manos sobre sus partes íntimas. Se secó la sangre de la frente con la manga. Al hacerlo, recordó las palabras que le repetía una y otra vez su ya difunto padre cuando apenas era un niño: "hijo, algún día te van a dar una buena bofetada por impertinente". ¡Vaya si se la habían dado! ¡Qué humillación! ¡Qué dolor!

 

El siempre ingenioso león de oro, que aguantaba el malestar, se había quedado sin palabras. Los hermanos de pelo negro, Caph y Elvashak, prefirieron no hablar. Pegaso, aunque imaginaba el dolor que debía sentir aquel hombre de coleta, luchaba contra la risa, que amenazaba con escapársele de entre los labios otra vez. El Sumo Sacerdote dio un par de palmadas que llamaron la atención de los presentes.

                                           

—¡Ya está bien! —declaró—. No hemos venido a jugar. Estamos aquí para estudiar, para aprender. También lo digo por ti, Baltsarós. Si no fueras tan inoportuno con tus comentarios, no habría pasado esto.

 

—¿La estás excusando? —cuestionó el dorado—. ¡Me ha pisoteado y lanzado un libro a la cara!

 

—¡Me has insultado! —Alisha se defendía, señalándole—. ¡Te está bien empleado!

 

—¡Basta! ¡He dicho basta! —gritó el Pontífice, que alzó la voz mostrando su enfado. Incluso el Príncipe reconoció que en aquella orden ya no había tregua posible. Era mejor obedecer por mucho que le hubiese molestado la agresión; el viejo no solía mostrar los colmillos, pero cuando lo hacía…

 

El grito fue la medicina contra el ruido. Los hermanos Lince y Casiopea bajaron la cabeza. Teris tragó saliva. Alisha miraba con frustración su vestido turquesa, pero no se atrevió tampoco a desafiar a Kishut, que remató dando una sonora palmada en la superficie de la mesa.

 

—¿Es que sois niños? ¡Maldita sea! ¡Yo entreno a santos, no a mocosos! ¡Baltsarós, pídele perdón ahora mismo! —obligó—. Y vos, señorita, hacedlo también.

 

—Lo siento —dijeron los dos al unísono. Sus voces se solaparon en una débil disculpa.

 

Su Santidad seguía furioso. Respiró hondo un par de veces y miró su preciado ejemplar de Tirant lo Blanch, que seguía encima de la mesa. Decidió apilarlo sobre la columnita de libros que quedaba al lado de la joven Atenea. Si estaban allí, es porque se trataba de tomos que aún no tenían lugar entre el sinfín de estantes sobrecargados del estudio. El hombre comprendió que debía haberles buscado un hueco antes, ¿pero cómo iba a saber que justo el más valioso de ellos acabaría volando?

 

—¿Preparo una lección especial para vosotros y así me lo pagáis? Os cuido día tras día, os doy lecciones con cariño —Kishut les reñía a todos por igual, pero el despierto Elvashak notó que su cansada mirada se detenía sobre Alisha más que en los demás. Le resultó obvio que la regañina era para ella; al fin y al cabo, él y su hermano no habían hecho nada, y Teris, aunque se había reído, supo guardar la compostura tan pronto como lo ordenó el maestro—. Y tú, Baltsarós, debería darte vergüenza ser siempre el bufón. Tienes lo que te mereces —concluyó.

 

»Ahora, si es posible, me gustaría empezar con la clase. ¿Es posible? ¿Me dejaréis, señorita Atenea?

 

No hubo respuesta. El Pontífice caminó hasta la silla que había al lado de la del santo de Leo y se sentó agarrándose a sus brazos de madera. Pidió al hombre de coleta negra que comenzase.

 

—Sí, estoy bien —contestó él a modo de reproche, pero no le dio más importancia. Prefirió lanzar una pregunta al cuarteto de estudiantes—: ¿Alguno de vosotros sabe qué es la caja de Pandora?

 

—Yo —Elvashak alzó el brazo hasta que Kishut le dio la palabra—. Según tengo entendido, es el origen de todos los males del mundo. Cuando Pandora la abrió, todos escaparon, quedando dentro tan solo la esperanza. Es el motivo de que las cajas de nuestras armaduras se llamen así: porque contienen en su interior la esperanza de los hombres.

 

—Nada mal —dijo Leo, cuyo tormento genital por fin había terminado—, pero algo incompleto. ¿Es la caja de Pandora un objeto real, o tan solo mitológico?

 

—Debe ser real —respondió el interesado muchacho—. Se suponía que los dioses griegos eran míticos y, sin embargo, nosotros servimos a Atenea.

 

—Sí, a Atenea —asintió Baltsarós a la vez que miraba de reojo a Alisha. La jovencita jugueteaba con algo que ocultaba bajo la mesa—. «Atenea, la gentil; Atenea, la dulce. Mejor no le digo nada, no sea que me pegue ahora con la silla.»

 

—Esto que os vamos a contar es interesante porque habla de la verdadera caja de Pandora. Creemos que, siendo vosotros el futuro del mundo, debéis saber sobre ella —explicó Kishut, cuyo tono de voz parecía sosegarse al fin.

 

»Veréis, se trata de algo que ocurrió hace seis años, es decir, un poco antes de que os convirtieseis en mis discípulos. Excepto vos, señorita, que siempre habéis estado conmigo. —Alisha alzó la cabeza y asintió como si le interesase. Tan solo tenía ganas de que la batallita terminase y pudiera dar el reloj de bolsillo a Kishut para pedirle perdón.

 

»En ese entonces, la caja de Pandora estaba en una lejana ciudad muy al norte llamada Sinigrado; una ciudad del reino de los hielos, provincia de la teocracia de Asgard. Como quizá sepáis, el sello del dios Poseidón está próximo a ella. He ahí el motivo de que allí habitasen algunos santos de bronce y plata, los Caballeros Azules. Nos llegó un aviso de rebelión firmado por uno de ellos; algo extraño había ocurrido.

 

»La ciudad guardaba algún que otro secreto más. En ella estaba guardada la caja de Pandora, la original. Si el Santuario la hubiese perdido, tendríamos problemas en las próximas guerras santas.

 

»Como bien debéis saber, en torno al año 1500, Hades despertará de nuevo y comenzará una batalla contra su ejército. —El Sumo Sacerdote se tomó unos segundos para dar intriga y, de paso, respirar—. La caja de Pandora es la herramienta para contener a sus espectros, entre otras cosas. Eso fue lo que me hizo decidir quién iría a Sinigrado a acabar con la rebelión y traer de vuelta la caja. Decidí que serían los llamados Cuatro Grandes. ¿Sabéis quiénes fueron?

 

—No —dijo Teris, el pegaso, con sinceridad. Alisha le miró y resopló, hastiada.

 

—Tenéis ante vosotros a dos —dijo Leo con una sonrisa orgullosa en la cara—. Kishut de Capricornio y Baltsarós de Leo, la Princesa, conocido como el Príncipe antes de que la señorita Atenea le pisoteara su hombría.

 

»¿Por cierto, ya no nos conocen así? —preguntó al Patriarca, quien negó con la cabeza.

 

Pegaso rio y Kishut, rápido, carraspeó en voz alta. No iba a permitir que se le escapase la situación de las manos otra vez. Por suerte, la muchacha castaña no estaba prestando atención.

 

—Baltsarós y yo fuimos dos —explicó el líder—. Los otros dos miembros fueron Ístvan, el antiguo santo de Escorpio, y nuestro actual Piscis: Nerites. Cuando te marchaste… no, cuando os marchasteis tú y Escorpio del Santuario, dejaron de existir los Cuatro Grandes como tales.

 

—Y se habló mal del buen Leo y bien del mal Escorpio —reprochó el hombre de coleta negra.

 

Kishut le ignoró para seguir hablando:

 

—Debía estar terminando el año 1485 cuando llegó al Santuario un mensajero del norte. Yo no llegué a verle, la verdad. Murió nada más pisar tierra santa. Cuando leí aquello… la carta estaba arrugada, maltrecha, y su mensaje no auguraba nada bueno. Parecía que en Sinigrado estaba ocurriendo algo que no debe ocurrir jamás dentro de un ejército: una rebelión.

 

—¡Y menuda rebelión fue! —añadió Baltsarós desde su silla, mirando al Patriarca con una sonrisa nostálgica.

 

—Su contenido era claro: los santos guardianes del sello de Poseidón, los Caballeros Azules, se habían rebelado. O al menos uno, su líder. No es la primera vez que os he hablado de ellos, ¿verdad?

 

Elvashak, el alumno aventajado de Kishut, respondió:

 

—Además de lo que habéis contado hasta el momento, también vigilan el movimiento de las tropas de Asgard para que no rompan su tratado de paz con el Santuario, ¿no?

 

—Así es. Un escuadrón de santos de bronce liderados por un santo de plata. Para que os hagáis la idea —añadió el barbudo Papa—: Ballena, Cisne, Caballo Menor, Delfín, Corona Boreal, Osa mayor, Osa menor y Zorro.

 

—Es Zorra. La constelación es Zorra, viejo. Aunque fuese hombre, es Zorra —reiteró.

 

—Muy bien, Baltsarós, gracias por tu corrección —dijo Kishut dándole una palmadita en la espalda que de buen grado hubiera sido un bofetón. Estaba harto de él. Una maldita mañana le había bastado para arrepentirse de traerlo de vuelta. Continuó con su relato.

 

»Para ser sincero, no era el grupo de santos de bronce lo que nos preocupaba, ni tampoco si era Zorro o Zorra, sino lo que se suponía que ellos debían proteger. Sinigrado fue el escenario de la batalla final contra Hades allá por el siglo XIII. En ella se guardó la verdadera caja de Pandora entre otras reliquias. Que hubiese una revuelta de santos allí podía comprometer la seguridad del mundo entero.

 

»Imaginad: si la caja hubiese caído en malas manos, no tendríamos medio de sellar a los enemigos divinos de nuestra diosa. Aunque era muy poco probable por cómo fue sellada la cámara del último enfrentamiento, decidí no correr riesgos y enviar al grupo de guerreros de más prestigio del Santuario. La misión: resolver de forma eficiente el problema.

 

«Lo único que haces es beber vino, ¿todavía te consideras uno de los guerreros más prestigiosos del Santuario? Eso es presunción, Kishut. —Hubiera querido decir aquello en voz alta, pero sabía que su viejo compañero de armas se enfadaría. El león se limitó a sentir vergüenza ajena y agachó la cabeza—. Bah, da igual. No es que yo sea ejemplo de modestia.»

 

—Creo que es suficiente información —declaró Baltsarós, contundente—. ¿Podemos comenzar la historia, Kishut de los Cuatro Grandes? —no pudo evitar el chascarrillo. 

 

—Adelante —consintió él, reclinándose en la silla.

 

—Muy bien —carraspeó—. Como sabéis, Kishut y yo fuimos dos de los Cuatro grandes. Fuimos —reiteró—, al igual que Nerites de Piscis, todavía entre nosotros, e Ístvan de Escorpio. Ellos dos partieron al norte antes que nosotros.

 

El cuarteto de adolescentes dirigió la mirada hacia el santo de Leo, que empezó a describir las tierras del norte. Conforme hablaba, este fue postrando su atención sobre cada uno de ellos. Como había notado antes, corroboró que el único realmente interesado era Elvashak de Lince. Los demás callaban, casi más por obligación que por entusiasmo. «¿No estaremos perdiendo el tiempo, viejo?»

 

Alisha agachó la cabeza y miró entre sus piernas para juguetear con el reloj que le dio Piscis. Haciendo un esfuerzo, cerró los ojos e intentó imaginar lo que describía el león.

 

«Mejor escucho o me pudriré del aburrimiento —se dijo—. Igual hasta merece la pena…»

 

-----------------------------------

 

Hasta aquí este capítulo. Disculpad el comienzo abrupto, pero tuve que hacer un pequeño "ajuste" para empezar la saga de los Cuatro Grandes en un capítulo nuevo. Espero os gustase la última parte de transición y humor que habrá hasta la segunda temporada. 

 

Por cierto, NECESITO una portada original para cuando acabe la temporada. Me gustaría compilar todos los capítulos en un tomo, pero quisiera añadirle una portada que no sea tomada de la red. No me importa pagar a quien pueda hacerla y tampoco será un trabajo muy difícil.

 

Por favor, si sabéis de alguien que pueda ayudar, decídmelo. Prácticamente sería dibujar un rostro distorsionado como el que describo en el capítulo con el mismo título.

 

¡Abrazos y hasta pronto!  :lol: 

 

Con cariño, de Baltsarós (puede herir vuestra sensibilidad. No me hago responsable)   :devil:  

Spoiler


Editado por Killcrom, 24 octubre 2015 - 11:37 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#347 unikron

unikron

    el iluminado

  • 5,760 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Iquique, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 octubre 2015 - 11:36

buen capitulo en espera de saber mas de esa historia



#348 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 octubre 2015 - 15:06

Lo bueno:
 
-por poco dejan al león sin posibilidades de dejar descendencia XD:lol: aunque creo que seiya de pegaso seria inmune a ese tipo de ataques:smile5:
 
-esa Alisha es una malcriada hubiera sido peor si leo hubiera resaltado en forma perver
esa parte de su anatomia al estilo sisifo de sagitario u amour de piscis  :ph34r:  
 
-el patriarca deberia mandar asegurar sus pertenencias en una compañía de seguros,se volvería millonario
:t420:

 

Spoiler


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#349 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 25 octubre 2015 - 19:01

buen capitulo en espera de saber mas de esa historia

 

Muchas gracias, amigo Uni. Un abrazo.

 

Lo bueno:
 
-por poco dejan al león sin posibilidades de dejar descendencia XD:lol: aunque creo que seiya de pegaso seria inmune a ese tipo de ataques:smile5:
 
-esa Alisha es una malcriada hubiera sido peor si leo hubiera resaltado en forma perver
esa parte de su anatomia al estilo sisifo de sagitario u amour de piscis  :ph34r:  
 
-el patriarca deberia mandar asegurar sus pertenencias en una compañía de seguros,se volvería millonario
:t420:

 

Spoiler

 

Me alegra leerte, amigo T-800. 

 

Seiya de Pegaso sería totalmente inmune. Además, aunque no lo fuera está condenado a la friendzone, por lo que nunca usaría sus "leones". Ya sabes... 

 

Sobre Leo, él no es ese tipo de persona. A Leo le gustan las mujeres ya hechas. Para lolicones ya tenemos a Sísifo y Amour como dices. Además, ¿quién podría enamorarse de una niña tontita con tan mala uva?  :unsure:

 

Si Kishut asegurase sus pertenencias, probablemente la empresa aseguradora se arruinaría. O incluirían una cláusula en la que no entre pagar por objetos deteriorados por diosas venidas a más.  :lol:

 

Ali chan es una malcriada. Aún no es consciente de su papel como diosa, y eso que quiere que se le respete como tal... Algo sucederá, amigo. Y bueno, yo creo que le acabará gustando la historia que van a contar los amigos Patricio y Balto. 

 

Un abrazo, lord Teoch. 


Editado por Killcrom, 25 octubre 2015 - 19:08 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#350 Aquiles de Sagitario

Aquiles de Sagitario

    ┌∩┐(◕_◕)┌∩┐

  • 436 mensajes
Pais:
Uruguay
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 26 octubre 2015 - 17:44

Tengo tanto para escribir... pero la voy a hacer corta:

 

Alisha es odiosa. Quiero que muera YA, aunque no se cumpla mi deseo.

Kishut es un tarado. También quiero que muera YA.

Baltsarós es un crack. Pero también quiero que muera... en algún momento, y que, antes de morir, deje una frase sublime.

Teris se merece el apodo de "burro alado". Quiero que... sobreviva y quede paralítico (Seiy... ejem, ejem).

 

Sigo al firme con esta historia, aunque hayan pasado años desde que leí la primera versión. A ver si ésta la terminas y nos nos dejas con las ganas.

 

¡Un abrazo, titán!


//////////////************Firma excesivamente alta****************/////////////////

#351 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 27 octubre 2015 - 18:56

Tengo tanto para escribir... pero la voy a hacer corta:

 

Alisha es odiosa. Quiero que muera YA, aunque no se cumpla mi deseo.

Kishut es un tarado. También quiero que muera YA.

Baltsarós es un crack. Pero también quiero que muera... en algún momento, y que, antes de morir, deje una frase sublime.

Teris se merece el apodo de "burro alado". Quiero que... sobreviva y quede paralítico (Seiy... ejem, ejem).

 

Sigo al firme con esta historia, aunque hayan pasado años desde que leí la primera versión. A ver si ésta la terminas y nos nos dejas con las ganas.

 

¡Un abrazo, titán!

 

¡Me alegra mucho leerte, Aquiles!

 

Estaba preocupado por ti. Hace bastante tiempo que no te veo, ni por FB. ¡Espero que todo te esté yendo muy bien!

 

Me resulta maravilloso que odies a mis personajes (excepto a Baltito). Eso significa que no te dejan indiferente. Habrá que ver cómo acaban todos, ¿no? 

 

Me alegra de que sigas leyendo mi historia. Esta vez prometí que la terminaría, y pienso mantener mi promesa a menos que me suceda algo malo (esperemos que no). Ya pronto retomo el arco que creo andas esperando. Habrá ligeras diferencias.

 

¡Otro abrazo para ti y muchas gracias! ¡Me alegra que sigas por aquí!


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#352 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 30 octubre 2015 - 15:04

Bueno, habrá que empezar a poner los puntos sobre las íes.

Al fin tengo algo de tiempo como para leer el prólogo (Únicamente.) y dejar una auténtica opinión tras la cantidad de veces que he visto en la Zona FanFic "Némesis Divino I" y he pasado de largo, pues bien, al fin me animo a comenzar y poder seguir tu tremebunda y larga historia.

En primer lugar, la redacción es excelente. Coherencia y fluidez expresiva danzan gráciles entre las palabras bien escogidas y sin ninguna redundancia, cosa que agrada muchísimo (Soy "odiador" profesional de las redundancias.) a la vista del lector con vista de lince. Las expresiones escogidas para evitar este fenómeno quizás se hacen en ciertos momentos algo pesadas y difíciles de entender, pero tampoco es que sea ningún problema, pues eso lo hace tender a la excelencia de los que lo ojean, preguntándose "¿Y qué será esta palabra? Pues habrá que buscarla". Rápidamente uno se da cuenta que tras esta historia hay horas de esfuerzo y dedicación a la causa, dándole aún más ese plus de garra que suele tener un buen relato.

Dejándome ya de temas ortográficos (Los cuales, a mi juicio, son una parte bien importante.) paso a la temática. Cierto es que no he leído en exceso todavía y no puedo saber del todo en qué se basa totalmente la trama, pero inicia interesante, y, ahhhh, esa constelación de Hésperis me llamó bien la atención desde el principio (He aquí un frikl de las ochenta y ocho constelaciones que recoge Nicolas-Louis de Lacaille en el Coelum Australe Stelliferum.) pues sabía que no existía ningún conjunto de estrellas el cual tuviese ese nombre, a lo cual tuve que cerciorarme de que no estaba yo equivocado. Ante la aparición de Istvar (De Escorpio, supongo.) pues uno se queda pensativo acerca de quién será, su pasado y esas cosas, lo cual no hace de él un personaje plano y sin ninguna razón lógica de existencia. La adaptación a la época es, quizás, la parte más importante que encuentro yo en este relato, pues he visto una pequeña expresión, la cual decía que "La estatua de Atenea medía aproximadamente seis hombres", éste, aunque no lo parezca, es una unión con la forma de calcular que podrían tener en 1491, antes siquiera de que existiese algo parecido a un metro. Otra cosa (ésta ya, porque me ha parecido cómica.), lo del soldado herido en la rodilla me suena un poco... ¿Skyrim? JAJAJAJAJAJA, tenía que decirlo.

Por mi parte nada más, sólo quería dejar claro estos puntos tras leer atentamente tu historia, cada punto y coma relatada en este texto. Si bien creo que lo he escrito todo, me voy con un cierto recelo a haber perdido algo que contar en esta "extensa" y corta Review, si se le puede llamar así, claro.

Un saludo, Killcrom, seguiré leyendo en cuanto goce de tiempo libre.

Editado por Gemini No P., 30 octubre 2015 - 15:28 .

ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#353 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 31 octubre 2015 - 12:26

Muchas gracias por pasarte por mi historia, Gémini (así acabo antes de escribir tu nombre  :lol: ). Voy a responder tu comentario. 

 

El prólogo es lo más cortito, pero intenté hacer un capítulo que pudiese servir para que lector decidiera si continuar leyendo o no. Espero que sirva para animarse a continuar (es decir, aunque vayas a continuar, que lo hagas sobre todo porque te llama la atención). 

 

Con un poco de humor, te acompaño en el sentimiento. Lamento que decidas embarcarte en este largo viaje que te espera.  :lol:

 

1.- El gran problema de todo aspirante a escritor son las redundancias y repeticiones. Para librarnos de ellas tenemos que acudir a los sinónimos, y ya sabes que eso supone aceptar otros problemas (el de la connotación por ejemplo). A veces, también aparecen palabras "candidatas" demasiado raras o complejas. Cuando opté por usarlas, sabía que sería problemático. Sin embargo, es un precio que estoy dispuesto a pagar. Intento mantener el estilo lo más sencillo posible, pero en ocasiones se me va de las manos.

 

Némesis Divino dista mucho de ser una obra perfecta. Digamos que es un "entrenamiento final" antes de dedicarme a hacer cosas propias. 

 

Me alegro de que aún quede gente dispuesta a mirar el diccionario cuando no sabe alguna palabra. Yo intento hacerlo (y es más, intento recordar las palabras que aprendo), pero confieso que en ocasiones es tedioso. 

 

Sobre la cantidad de trabajo puesto en lo que llevo por el momento de relato... sí, son bastantes horas. Pero no me arrepiento de haberlas usado para escribir. De hecho, lamento no ser capaz de trabajar el doble o el triple. ¡Si lo hiciera, avanzaría muchísimo y aprendería aún más!

 

2.- La trama... bueno, dejémoslo en que es oscura en sentido de que la voy entregando con cuentagotas. Tardarás muchos capítulos en saber lo que está pasando. Tardarás muchos más aún en intuir que puede ser más complejo. Llegará el Apocalipsis y quizá entonces ya vaya por los capítulos finales, donde ya se conocerán tooooodos los detalles (nah, prometo una GRAN revelación en el epílogo de la primera temporada). 

 

3.- ¡Sí! ¡Conseguí trolear a alguien con Hésperis! ¡Viva! Mi intención era hacer sospechar al lector, aunque bueno... Ístvan olía mal desde el primer párrafo. 

 

DEBO revisar el trabajo de Lacaille, porque hace poco compilé las 88 constelaciones. Me gustaría que las revisases si tienes un momento. No estoy nada seguro de que mi selección sea correcta, aunque creo que gran parte de ellas sí coinciden con su obra. 

 

Ístvan tendrá algunos capítulos y desvelará bastante información de quién es. Pero más adelante se sabrán más cosas; cosas que estoy escribiendo ahora mismo y que aparecerán en el capítulo 16. 

 

4.- ¿Skyrim? No sé de qué me hablas...  :t420:

 

Spoiler

 

5.- No te preocupes por no haberlo dicho todo. Te doy las gracias por haberme leído. Yo ya tengo tu prólogo y primer capítulo en mi escritorio. Ahí haré anotaciones y luego te lo envío (en caso de que encuentre algo, porque escribes bien). 

 

6.- Una cosa quería decirte: aunque recibas pocos reviews al principio, cosa en la que no me he fijado para serte honesto, sigue escribiendo. Cuesta hacerse con un nombre aquí. 

 

7.- Por otro lado, comprenderás que Némesis Divino I tiene sus errores. Los verás con claridad. Intentaré no cometerlos de nuevo en la siguiente parte, pero hasta entonces te ruego paciencia. 

 

Sin más, un abrazo y gracias. ¡Ya pronto llevaré los golpes de remo a tu historia!


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#354 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 01 noviembre 2015 - 09:57

Me hallo escuchando Carcass para intentar comentar la primera parte de Niño solitario con más ganas aún, ahora que gozo de un poco de tiempo libre para seguir leyendo. 

 

Ah... el famoso recurso de hermano contra hermano. Si bien está ya algo visto en el universo Saint Seiya, con Aspros, Deuteros, Saga, Kanon (Aunque éstos son Géminis.) no puedo negar que me llama la idea, asemejando a Istvar como si fuese una especie de John el Rojo (Antagonista principal de El Mentalista.) lo cual me atrae con fuerza. A pesar de todo esto, sigo sin saber de qué trata la trama, y por lo tanto, carezco de datos para hacerte una reseña más o menos decente, ¡voy por el capítulo I, tú dame tiempo! A simple vista, parece que hay un tipo que busca a su hermano que ahora regenta el puesto que antaño él ocupaba, vaaaaaaale... Es un elemento atractivo, si no fuese porque el caballero es Escorpio.  :t420:

 

No, ya me dejo de coñas. Encuentro a Iskandar un poco fuera de la personalidad que un Escorpio suele tener, aunque esto en cierto modo es estúpido ya que tú escribes y tú moldeas a tu personaje como más te gusta, pero no sé, hasta donde yo he leído lo veo un poco fuera de lo que a simple vista me imagino por un loco e imprevisible caballero del signo del escorpión.

 

De nuevo me remito a la famosa frase de Sócrates "Yo sólo sé que no sé nada", haciendo referencia al largo camino que me queda por recorrer en la lectura de tu historia.

 

La puntuación es correcta y no hay faltas ortográficas, todo ello adornado con un lenguaje culto y variado (Creo que esto te lo voy a tener que decir siempre.), lo cual, como ya dije más veces, hace muy agradable la lectura y te permite "meterte dentro de la historia", si me permites la expresión, porque al fin y al cabo, ése es el trabajo de un escritor: hacer que el lector logre sentirse como si estuviese caminando junto a Iskandar. Y da muy mala sensación cuando te encuentras una palabra mal escrita; a mí personalmente me corta todo el rollo y me devuelve de un universo de fantasía al sofá de mi casa con el portátil en las rodillas.

 

Espero no molestarte mucho con mis observaciones constantes, comenté el viernes, hoy de nuevo... Cuando tengo tiempo siempre me paso por las historias que me gustan, por eso fijo que me ves por aquí más a menudo.

 

Un saludo, compañero.


ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#355 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 06 noviembre 2015 - 15:54

como siempre buen capitulo

esperando la continuacion

 

:s50:



#356 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 08 noviembre 2015 - 12:26

Acabo de llegar a casa después de un fin de semana fuera. Como el foro estuvo caído, no he tenido ocasión de publicar hasta hoy. Me encargo del trabajo atrasado y responder emails y publicaré y responderé comentarios tan pronto pueda. Espero que sea hoy mismo, aunque estoy algo cansado, para ser honesto. 

 

Abrazos y gracias. 


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#357 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 09 noviembre 2015 - 21:33

(...)

 

Muchas gracias por pasearte por aquí de nuevo, Gémini. Disculpa que no te haya respondido hasta ahora. 

 

1.- El tema de los hermanos no es para nada nuevo. Mi punto débil siempre fueron las relaciones familiares, así que no te extrañes si algún día el primo del hermano del tío del sobrino segundo del santo de Unicornio hace una aparición para reclamar la armadura que le robó el concuñado del hermano de la abuela del santo de Piscis... por poner un ejemplo. Sí, es lamentable...  :t420:

 

Por cierto, no sé quién es John el Rojo. No suelo ver muchas series americanas. Soy más de anime. Sé que me pierdo mucho, pero no tengo la paciencia para aguantar 45 minutos por cada episodio. 

 

2.- Sobre la trama... bueno, hasta el capítulo 13 no sabrás los detalles, aunque en el 3, si mal no recuerdo, ya se cuenta lo principal. Y creo que no es lo de siempre, aunque tampoco es algo innovador. Un recurso ya usado en otras obras, como bien dices. :(

 

¿Odias a Escorpio? Yo soy Escorpio, pero viendo cómo traté a este personaje y cómo me están saliendo otros santos, creo que le puse poco trabajo a Iskandar. ¿Puede deducirse que yo también le odio? XD

 

3.- En principio intentaré no adaptarme a las personalidades típicas de cada signo zodiacal, y menos todavía a las vistas en Saint Seiya. Así, no tendremos a un Escorpio temerario (miento), a un Sagitario héroe, a un Géminis esquizofrénico ni a un Piscis afeminado. Aunque se repetirá alguna base, intentaré hacer a cada personaje principal (y a algunos secundarios) real, auténtico, y no un mero estereotipo. 

 

La posible locura o imprevisibilidad de Escorpio la podrás juzgar pronto. Pero te advierto de que esta primera "temporada" es bastante lenta. Si te gusta la historia la leerás, pero no quiero que te esperes que voy a avanzar rápido con la trama porque ese es mi principal defecto (que estoy intentando arreglar en capítulos recientes, más directos). Hasta la segunda temporada, que empieza ya mismo, no podré ofrecer un ritmo de trama más dinámico. ¡Perdón! 

 

4.- Creo que lo único que hago medio bien (porque me fallan las comas) es lo gramatical y el tema de palabras. Me gusta describir. A veces pienso que me excedo mucho. Intento buscar el equilibrio entre descripción y acción, pero me cuesta bastante. A cambio de esa lentitud, intento que la lectura sea inmersiva. Con suerte, te gustará. 

 

Por cierto, ¿tu portátil no te quema en las piernas? El mío era made in Isla de la Reina Muerte. 

 

No me molestan tus observaciones. Al revés, me agradan. Busca errores, critícame de forma constructiva. Sé duro, pero justo. El único tipo de crítica que me desagrada es el "me disgusta porque sí", ya que no enseña nada. 

 

Sin más, muchas gracias. Yo también pasaré por tu historia, pero ya sabes... tardo en llegar. 

 

¡Un abrazo, amigo!

 

como siempre buen capitulo

esperando la continuacion

 

:s50:

 

Gracias, Lord Espectro. Es un placer leerte en este tema.  :lol:

 

Abrazo.


Editado por Killcrom, 09 noviembre 2015 - 21:34 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#358 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 09 noviembre 2015 - 21:46

Después de responder los comentarios, toca publicar. Debí haberlo hecho el día 4, pero el foro estaba caído. El día 5 me fui de viaje y regresé ayer. Entre unas cosas y otras llego un poco tarde y me disculpo. Además, para dar más margen a mi beta, lord Rexomegay, publicaré la siguiente parte el día 18, y la próxima quizá el 26, para regresar al día 4 de nuevo en diciembre.

 

Sin más, aquí os dejo con la primera parte del capítulo 16, que confieso me divertí MUCHO escribiéndolo (¡aunque con el 17 está siendo aún mejor!)

 

-------------------------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 15, PARTE 3 

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Alisha: llamada a ser Atenea en esta era, es una chiquilla algo caprichosa y malintencionada, pero entrañable.

Caph, Elvashak y Teris: actuales discípulos de Kishut de Capricornio.

Kishut: el Sumo Sacerdote del Santuario de Atenea y caballero de Capricornio. Aficionado al vino y la lectura.

Nerites: santo dorado de Piscis. Uno de los llamados "Cuatro Grandes".

Baltsarós: santo dorado de Leo. Impertinente, irritante, pero muy poderoso. Conocido como el Príncipe Desertor.

Ístvan: antiguo santo dorado de Escorpio y hermano del actual, Iskandar. 

 

dm8osl.jpg

(Capítulo 16: parte 1 de 2)

 

Octubre de 1485

 

Ya bien entrado el otoño, llovía sobre el Santuario. Aquel hombre encapuchado, cubierto con gruesas pieles y demacrado, llegó a las murallas de Rodorio solicitando ver al Sumo Sacerdote. ¿Quién iba a hacerle caso? Parecía un loco, un mendigo, pero sacó un pergamino enrollado y lo dio al hombre que le hablaba con desprecio.

 

Nada más sostener el mensaje entre las manos, Sotiris, uno de los capitanes de la guardia del Santuario, vio cómo el cansancio hizo caer al hombre, fulminado, sobre el barrizal que era la entrada a la aldea. Un grupo de soldados cercanos trataron de reanimarle, pero ya era tarde.

 

«¿Ha sacrificado su vida para traer esto? —Valiéndose de la conmoción, el capitán se dejó tentar. Miró el pergamino de reojo y decidió abrirlo, ya que el lacre estaba despegado. Y leyó…»

 

Sus ojos se abrieron con sorpresa, la mandíbula se le desencajó. Aun empapado de pies a cabeza como estaba, notó los sudores fríos que le recorrieron el espinazo. Las piernas le temblaron, y sin mediar palabra, corrió hacia las doce casas, en la falda de la montaña más allá de Rodorio.

 

*  *  *

13 de octubre de 1485

 

La Ciudad Azul. Un vestigio arquitectónico erigido en la época dorada de Asgard, teocracia del dios nórdico Odín. Con más de mil años de antigüedad, estaba envuelta por una altísima muralla hexagonal con torres de cristal pulido en cada vértice. El tono añil con que brillaba era lo que había dado aquel sobrenombre a la ciudad; a todas horas las atalayas parecían reflejar el cielo como un espejo brumoso.

 

Y ese cielo, magia sobre Sinigrado —el nombre de la urbe—, era otro de los misterios del mundo. Cuanto más se viajaba hacia el norte, los días parecían durar menos. En concreto allí, sobre el risco natural en que se ubicaba, el sol jugaba a esconderse; apenas durante unas horas salía con timidez sobre la línea del horizonte, creando una noche a la que los lugareños ya estaban acostumbrados: la Noche del Invierno.

 

En la oscuridad casi eterna en que vivían, las auroras boreales tiznaban el firmamento de pinceladas verdes y amarillentas que surcaban toda la circunferencia polar. Ninguno de los pocos viajeros que habían pasado por aquellas tierras quedó indiferente ante el espectáculo de las ondas de luz bajo las infinitas estrellas.

 

Nerites de Piscis observaba la magia norteña desde el umbral que dibujaba aquella caverna, su refugio. Con las manos orientadas hacia el fuego, suspiró. Un halo de vaho le tapó la cara.

 

—¿Qué ocurre, pez? —preguntó su compañero, un joven en los últimos años de la veintena.

 

—Estas tierras heladas son una contradicción. Tanta belleza no es compatible con su crudeza. Este frío es insoportable… ¿no crees?

 

—¿Y qué? —Se encogió de hombros—. Es tan sencillo como ponernos la armadura. Si no fuera por tu cabezonería, no tendríamos que estar sufriendo esto. Además, ¿por qué diablos tengo que hacerte caso? ¿Acaso tú eres mi líder y no me he dado cuenta?

 

—¿Vuelves a lo mismo? Ístvan, cálmate. Últimamente estás muy irascible —observó Nerites, que aunque tenía la misma edad de su compañero, lucía mucho más adulto, con el rostro dibujado entre líneas rectas y afiladas y un semblante serio, aunque delicado.

 

—Que a ti te guste la naturaleza y toda esa porquería no implica que yo también tenga que soportarla. ¡Estoy hasta las narices de aguantarte! —se quejó, aunque no hizo ni el amago de levantarse de al lado de la hoguera.

 

—En el fondo sabes que llevo razón. Si vestimos las armaduras doradas no tendremos frío, pero tampoco pasaremos desapercibidos. Si es verdad el aviso que nos llegó del Patriarca, no nos conviene alertar al enemigo.

 

—El aviso del Patriarca —masculló Ístvan, santo dorado de Escorpio, que recordaba para sí.

 

El sol comenzaba a despuntar en el Ateneo tres días antes. Tanto él como sus compañeros Baltsarós de Leo y Nerites de Piscis habían sido llamados ante el Sumo Sacerdote, Kishut de Capricornio.

 

Cuando este les habló de una posible revuelta en la región de Asgard, se miraron, sorprendidos.

 

—¿Una revuelta? ¿Y qué tiene eso que ver con nosotros? Ellos son leales al dios Odín y nosotros a Atenea —criticó Escorpio en aquel momento.

 

—Es cierto —Kishut, mesándose su barba, asintió—, pero Asgard es un reino aliado, y la rebelión parece haber sido causada por los Caballeros Azules, nuestros propios santos destinados allí, por si no los recordáis.

 

»Además… —añadió, como dudando—, hay ciertos tesoros que… En fin, no podemos ignorar la posibilidad de que todo esto sea para hacerse con ellos, o que incluso se trate de  una mentira. Pero por la importancia de lo que hay en Sinigrado —declaró el hombre, bebiendo un trago de vino de su copa de plata— no podemos dejar esta misión en manos de cualquiera. Debemos ser nosotros, los Cuatro Grandes, quienes aclaren qué está ocurriendo en el norte. Y silenciar a cualquier posible enemigo o conspirador. Sí, silenciarlo —dijo, solemne.

—Me encanta el nombrecito. Los Cuatro Glandes[1] —rio Leo para molestia de su líder, el barbudo.

 

—Los Cuatro Glandes… —Al recordarlo, Escorpio suspiró—. Estoy rodeado de idiotas.

 

»¿Qué clase de tesoros crees que hay en Sinigrado? Es decir, esos a los que se refirió el Patriarca…

 

—No lo sé, mi buen amigo, pero…

 

—No soy tu amigo —interrumpió el escorpión.

 

—Pero deben estar relacionados con la última guerra santa contra Hades —prosiguió Piscis, moviendo los dedos entre cortos rizos negros. Sus iris verdes se clavaron en la llama que les calentaba—. Sé que no me consideras amigo, pero tu comentario es improcedente.

 

»No respondas —cortó al intuir que Escorpio se encendería enfadado—, no tengo interés en discutir de nuevo contigo. Ya me has dejado claro que no soy tu líder, que te parezco imbécil, que preferirías haber venido solo… No es necesario que sigas insultándome. Trabajemos juntos y ya.

 

—De acuerdo —afirmó Ístvan, tajante. No pudo más que chistar. Al parecer, el problema en Sinigrado podría ser grave, así que tendría que aguantarse y colaborar con Piscis, el engreído. Oh, ¡y pensar que después acudirían la cabra y el gato le enfurecía aún más!

 

*  *  *

 

—¡Un momento, por favor! —interrumpió la única, impertinente y adorable Alisha. O eso pensó Baltsarós de Leo, presidente de la asamblea, al volver a escuchar su vocecita irritante.

 

—¿Qué ocurre, señorita Atenea? —El león, sabiendo que aquella interrupción irritaría a su camarada Kishut, optó por ser prudente y mantener la seriedad. Rogó a los cielos que el comentario de la mocosa fuese acertado.

 

—¿No se supone que Escorpio dijo que luego llegaríais tú y el viejo? ¿Cómo sabes entonces de qué estaban hablando? ¿Cómo sabes que estaban en una cueva, que había fuego, que discutieron…?

 

—Ya, suficiente. Mirad… estoy intentando narrar la historia de forma que no sea aburrida —explicó Leo con paciencia insólita—. Sabemos todo lo que pasó porque lo hablamos entre nosotros. ¡Echadle algo de imaginación, por favor!

 

—Venga, Ali, déjale seguir —pidió Teris de Pegaso desde el otro lado de la mesa ovalada, interesado en aquel relato.

 

—Señorita… —preguntó Kishut—. ¿Alguna duda más, o eso es todo?

 

—Bah, que siga —dijo ella, manoseando el reloj de latón por debajo de la mesa. Se reclinó sobre el asiento y suspiró chulesca, alzando la cabeza.

 

Kishut se percató de que a pesar de la actitud rebelde que mostraba su ojito derecho, estaba prestando atención. Ni él mismo había pensado en aquel detalle. Aunque seguramente lo hizo por molestar, el Papa sonrió, satisfecho.

 

*  *  *

14 de octubre de 1485

 

Al amanecer del día siguiente —aunque decir "amanecer" era ser optimista; apenas un leve resplandor rojizo en el horizonte era lo único que indicaba que era por la mañana—, Nerites e Ístvan recogieron su escaso equipaje y las cajas de Pandora de sus armaduras y se revistieron con enormes abrigos de piel para ocultarlas.

 

—Vale, ahora iremos a Sinigrado. ¿Crees que vamos a pasar desapercibidos con ellas a la espalda? —inquirió Escorpio alzándose la capucha y ocultando su larguísima melena de oro.

 

—Obviamente, no. Pero mejor eso a que sepan de primera mano que nuestro rango es dorado. Si decimos que nuestro objetivo es otro, no levantaremos sospechas. Eso contando con que la zona no sea ya un erial…

 

—Como tú digas —aceptó Ístvan, que salió de la cueva liderando la marcha.

 

Al tosco santo le parecía absurdo lo que decía su compañero: si vestían las armaduras debajo del grueso abrigo que les cubría, ningún soldado o santo podría descubrir siquiera que eran enviados del Santuario; pasarían por viajeros normales. Aunque pensándolo bien, sí que resultaría extraño ver a un par de viajeros por la región norteña, tan poco generosa. Dudó de la hospitalidad de los habitantes de Sinigrado.

 

La jornada fue dura. Nerites y Escorpio caminaron entre ventisqueros durante horas y el cielo se cerró con nubes oscuras. Comenzó a nevar, primero con suavidad, y luego con furia. El silbido de la nieve se convirtió en un ruido insoportable, las ráfagas de viento les dificultaban el paso. Aunque el frío era llevadero gracias a las ropas y a su entrenado cuerpo, empezaron a echar de menos la hoguera de la noche anterior.

 

—Ya debe quedar poco… ¿Lo ves al fondo? —gritó Nerites, aunque Ístvan casi no escuchó nada, y tuvo que pedir que le repitiese lo que había dicho.

 

«Ah, dice que al fondo está la ciudad —pensó Escorpio—. Es cierto, se ve su sombra muy al fondo. Pero aún queda bastante…»

 

Como había advertido Ístvan, aún les separaba un buen trecho de la ciudad: después del páramo helado en que estaban, debían recorrer una depresión montañosa con aspecto de bosque, y por último ascender por el descomunal risco de Sachenka, una roca que se desprendía del continente para ubicar sobre el océano ártico, de forma literal, toda Sinigrado, que debía ser enorme si eran capaces de ver su silueta velada ya en el horizonte, a pesar de la tormenta.

 

Atravesaron el manto de árboles nevados que componían el bosque de Sachenka y se abrió el paisaje ante ellos, mostrando el ascenso hasta su destino. El enorme risco natural debía tener varios kilómetros[2] de camino; estaba coronado por la Ciudad Azul, de la que ya podían distinguir las enhiestas torres cristalinas y algo parecido a una cúpula ovalada entre lo que suponían había en el interior de las murallas.

 

Conforme fueron recorriendo los últimos centenares de metros, una cabaña de madera se apareció ante ellos detrás de un cúmulo de toromiros. A su espalda había un establo, mas ningún caballo. A todas luces, el lugar estaba deshabitado, ya que los cristales de las ventanas lucían rotos y la puerta no dejaba de dar bandazos. La pareja de santos entró en ella para recuperar el aliento.

 

—Bien, ya estamos cerca. Un diaulo[3] más, estimo —sentenció Nerites.

 

—Permíteme que haga la observación: no veo columnas de humo, ni gente escapando, ni esas cosas que suelen verse cuando sucede algo como una revuelta… —dijo Ístvan, sospechando que habían hecho todo el camino para nada.

 

—Puede ser. Seamos sutiles. Desde el principio me pareció absurdo que los Caballeros Azules hicieran algo así de estúpido. Era más posible un sabotaje de Asgard. Ya sabes que, aun siendo aliados, piensan en los santos de Atenea como colonizadores. Siendo Sinigrado el lugar donde se congregan…

 

—Ya, ya, no me interesa. ¿Qué hacemos, entonces?

 

El santo de Piscis hizo una mueca y se llevó la mano a la cabeza, hastiado por el temperamento de su camarada. Escorpio siempre le había parecido serio, pero llevaba unos meses actuando como un auténtico canalla. Se limitó a ignorar la ofensa y responder:

 

—Seremos santos en misión de reconocimiento. Diremos que vamos a hacer una parada en Sinigrado para recobrar fuerzas, ya que nuestro destino está más al este.

 

—¿Qué destino? Lo tendrás pensado, ¿no?

 

Excusatio non petita, accusatio manifiesta, aunque sí, lo tengo pensado. Según cuenta la leyenda, existe un templo al este de Asgard, en la frontera, donde diremos que se han descubierto ciertas cloths perdidas. Nuestro papel como humildes santos de bronce es recuperarlas —sonrió el pez—. Pero intentemos evitar las explicaciones. Es una misión secreta, por supuesto.

 

—Secreta y muy creíble. ¿Algo más que hablar, o podemos seguir? Tengo ganas de confirmar que no pasa nada en Sinigrado y volver a casa.

 

—Tenemos que esperar al Sumo Sacerdote. No regresaremos tan pronto… Pero da igual, confía en mí.

 

—Tienes toda mi confianza —espetó Ístvan, dándole la espalda a Nerites y abandonando la cabaña destartalada—. «Menudo imbécil. Cuando lleguen la cabra y el gato se darán cuenta de que mentiste… por tu bien espero que no tengamos que usar esa patética historia que has creado —pensó, pero se negó a compartir aquello con su camarada—. Creo que tiene fácil arreglo —se sonrió.»

 

*  *  *

 

Por fin llegaron ante las enormes murallas de Sinigrado. Aun alzando la cabeza, les era difícil ver la cima de los muros, que eran vastísimos conglomerados de adoquines de piedra que intercalaban delgados revestimientos de aguamarina y lapislázuli[4] —lo suficiente para lograr su brillo apagado y tembloroso—. Sí que vieron un pequeño puesto de guardia cercano a lo que debía ser la puerta.

 

«Vigías —notó Nerites—. Ahora se verá lo que sucede aquí…»

 

El primer soldado de la avanzada se dio cuenta de que alguien estaba llegando. No lograba distinguir las siluetas por la tempestad, que azotaba incesantemente con vientos y nieve. Los visitantes le parecían sombras que se iban acercando despacio, con un vaivén incesante de derecha a izquierda. El guardia avisó a sus camaradas con calma, o más bien intentando no perderla, ya que no le gustó nada ver esos extraños bultos que tenían a la espalda los recién llegados. Aunque no alzó la lanza, apretó fuerte el mango, con la guardia en alto. Al instante, llegaron otros dos hombres.

 

—¿Quién va? —gritó el que había dado el aviso—. Repito. ¡Alto! ¿Quién va? —volvió a decir con voz aún más fuerte.

 

Uno de los guardias recién llegados, envuelto en su gruesa armadura de cuero y con capa de piel de oso, caminó al frente con la lanza en ristre para detenerles, pues ya estaban a escasos diez pasos.

 

—¿No habéis escuchado? ¡Alto! —ordenó con tono amenazante, apuntándoles con el arma.

 

—Svald, Hodir, deteneos —mandó el hombre que quedaba en la retaguardia. Este, en vez de llevar pechera de cuero, lucía una coraza de hierro lacada en azul—. ¿Acaso no os habéis dado cuenta de quiénes son estos visitantes? —Extrañados, ambos soldados miraron a su líder.

 

—Capitán Loken —asintieron, abriéndole paso para que se colocase en el centro, por delante de ellos.

 

—Estos dos encapuchados no son personas normales. Eso que llevan en la espalda… ¿no será por casualidad un arcón gigante? —inquirió en tono firme, alternando su severa mirada entre los recién llegados. El silencio fue breve, pero tenso. De no haber sido por la ventisca, habría podido escucharse cómo los guardias tragaban saliva al unísono—. ¿Sois hombres de pocas palabras? Solo hay dos opciones. Esos arcones pueden contener armaduras de Atenea o de Odín. ¿A quién servís?

 

—¿Acaso importa? —respondió Nerites, por fin. Intentó usar un tono poco intimidante, aunque con lo que tuvo que alzar la voz para ser escuchado, dudó de haberlo logrado—. Tanto dioses guerreros como santos son bien recibidos en esta ciudad, ¿me equivoco?

 

—¡Responded, desconocidos! —advirtió el capitán llevándose la diestra al cinto, del que colgaba una espada con mango envuelto en pieles.

 

—Mi nombre es Nerón y soy el santo de bronce de Escultor. Tan solo buscamos refugio para poder continuar con nuestro viaje tan pronto descansemos —explicó Nerites, que se rascó el pómulo. Vio la sonrisa de su compañero de reojo, y le dio mala espina contemplar los pasos atrevidos con que se acercaba a la guardia.

 

—Yo soy Ístvan, caballero dorado de Escorpio. —Al ver a los hombres retroceder, chistó—. ¿De qué tenéis miedo? ¿Acaso sois rebeldes o sabéis algo de una rebelión?

 

—¿Qué demonios…? —El santo de Piscis intervino. ¿En qué estaba pensando su acompañante?

 

—¿U- un santo dorado? ¿Aquí? ¿Por qué motivo un s-

 

Ístvan movió el puño derecho y lo dejó erguido, a la vista de los soldados. Se hizo silencio por un instante, hasta que el sonido de piedras resquebrajándose les alertó. Con un solo movimiento y sin tocarla, había creado un cráter de un metro de diámetro y medio de profundidad en plena muralla de Sinigrado. Los escombros habían caído justo abajo; parte de aquel muro, inexpugnable para cualquier ser humano, se había convertido en un puñado de cascotes coronados por grava de lapislázuli y aguamarina.

 

—¡Ístvan! ¿Qué demonios estás haciendo? ¡Detente! —ordenó Nerites.

 

—¿Que me detenga, dices? ¿Por qué? ¿Acaso te dije que iba a obedecerte? En ningún momento te he aceptado como líder, pez.

 

—¿Pez? —se preguntó Svald, el único guardia que no tenía barba.

 

—Así es. Mi compañero es el santo dorado de Piscis. Pretendía usar la diplomacia. Pero esas cosas no van conmigo. Ahora, al grano. ¿Y los rebeldes?

 

—¿Q- qué rebeldes? —Aun con todo el frío que hacía, la nieve sobre sus cuerpos y el viento enfurecido, los tres soldados comenzaron a sudar. Loken intentó calmar a Ístvan moviendo los brazos a ambos lados y abriendo las palmas de las manos, como instándole a hablar pacíficamente.

 

—Calma, por favor… ¿Qué ocurre? ¿Qué revuelta? No sabemos de qué nos están hablando, señores… Ístvan y Nerón. Si son ustedes santos de Atenea, son aliados. No hay por qué ponerse así —insistió, esforzándose porque la voz no se le entrecortara—. Por favor, tened la amabilidad de-

 

—¡Cállate y escucha! Tenemos motivos para creer que en esta ciudad hay-

 

—¡Ístvan! —chilló Nerites, con los dientes apretados y poniéndole la mano en el hombro—. ¿Qué te crees que estás haciendo? ¡Detente de una maldita vez!

 

—¡No! —exclamó, quitándose la mano de encima—. Haré las cosas a mi manera. ¿De acuerdo?

 

«Menudo estúpido eres, Ístvan —pensó el santo de Piscis, que no podía creer lo que sus ojos veían—. Si hay algún enemigo, ahora será difícil pasar desapercibidos…»

 

—¿De acuerdo? —volvió a preguntar Escorpio bajo su gordísimo abrigo de pieles.

 

—Muy bien, como quieras —aceptó—. Pero que sepas que no podremos pasar inadvertidos después de esto.

 

—¿Qué tonterías dices? —rio el agresivo ante la mirada impertérrita de los guardias—. Que yo sepa, aquí fuera solo hay tres soldados. Y las puertas de la ciudad están cerradas por lo que veo. ¿Me equivoco? —dijo ladeando la cabeza hacia Hodir, el otro soldado raso, cuya piel se veía mucho más pálida que cuando le vio por primera vez.

 

—N-no, señor… solo estamos nosotros t-tres. —No pudo reprimir tragar saliva, gesto que pareció divertir al santo de Escorpio.

 

—Esto es muy fácil: ¿dónde están los rebeldes? Nos lo decís y os dejo vivir. Nos mentís y os mato. Os guardáis alguna información y os mato. No sabéis responder mi pregunta —enfatizó— y os mato. ¿Comprendido?

 

—Estás yendo muy lejos, Ístvan —acusó Piscis, con el ceño fruncido—. No te olvides de lo que eres.

 

—Sé muy bien lo que soy… y lo que no soy —contestó escupiendo a la nieve—. ¿Y bien? —La expresión en la cara de Escorpio cambió al ritmo que una risa incontenible comenzaba a salir por sus labios—. ¡Ja, ja, ja! ¡Se ha meado del miedo!

 

Así era. El más joven, Svald, soldado nórdico, alto y fornido, tenía una nube de vapor cálido ascendiéndole por entre las piernas.

 

«¿A qué rayos juega? —Nerites observaba sin comprender. Ístvan nunca había sido así. De hecho, con su hermano Iskandar era un maestro amable, y jamás había causado polémica, por mínima que fuera, con alguien de rango inferior. Era cierto que en ocasiones había discutido y casi llegado a las manos con el santo novato de Libra, pero esto era excesivo—. ¿Se ha vuelto loco? Obvio que no le voy a dejar matarlos, pero…»

 

—No… no sabemos nada de una revuelta, señor Iván —dijo Hodir—. Nosotros simplemente estamos haciendo guardia. ¡Todo está como siempre en la ciudad!

 

—¡Oh! Ya veo… Tan solo bromeaba —sonrió Escorpio—. Mi nombre es Ístvan, por cierto. Si todo está en orden, supongo que no os importará que entremos a la ciudad, ¿verdad? Órdenes son órdenes…

 

—¡Sin problemas! —asintió el capitán Loken. ¡Vamos, vamos! ¡Abrid las puertas, holgazanes! —ordenó a Hodir y Svald. Estos, como llevados por un resorte, se movieron rápido hacia las puertas de madera, tachonadas con las mismas piedras preciosas de la muralla, y empujaron la enorme hoja derecha hasta haber cedido lo suficiente como para que el dúo de santos dorados pudiese entrar.

 

Una vez dentro, Escorpio empujó hasta cerrar, con tan solo el dedo índice, la misma puerta que habían movido ambos soldados con gran esfuerzo. Ya en la ciudad, agachó la cabeza y comenzó a reír para sí.

 

—Menudos idiotas… ¡qué cara se les quedó cuando les amenacé!

 

Nerites observaba a su acompañante con gesto reprobatorio. El ceño fruncido, los labios apretados, los puños cerrados… sentía tal enfado que con gusto le habría atizado un buen puñetazo, pero solo pondría peor las cosas. Por el momento deberían preocuparse más por encontrar una posada o algún lugar donde hospedarse; Kishut de Capricornio y Baltsarós de Leo aún tardarían un día en llegar.

 

«Una lástima que no vaya a poder ver la cara que se les quede cuando se les caiga encima la muralla… ¡Ja, ja!»

 

Un temblor estridente sobre las puertas de la ciudad llamó la atención de todas las personas que había en la plaza. Uno de los colosales adoquines cayó al suelo, entre la nieve, justo al lado de Ístvan. Era tan alto como el mismo santo del escorpión y tenía el ancho de dos columnas.

 

Niños, mujeres, hombres, soldados… todos quedaron en silencio. ¡Aquella roca podría haber aplastado a los recién llegados! Escorpio seguía con la cabeza gacha, ahogando una risilla. Los ojos de Nerites se desorbitaron al contemplar cómo la parte sobre las puertas de la muralla, unos veinte metros de alto por diez de grosor de piedra, colapsó y se hundió, rompiéndose, destrozándose y cayendo al exterior de la ciudad con enorme estrépito, bloqueando la única entrada de Sinigrado… y la única salida.

 

Entre gritos de espanto, las mujeres y niños que había en la plaza fueron desalojados por los soldados, que entre polvo y nieve comenzaron también a mover bloques de escombros. Aun con toda la ayuda que pudieran recibir, la obstrucción de la puerta tardaría bastante tiempo en ser despejada.

 

—Ístvan, ¡¿qué has hecho?! ¡¿Has perdido el maldito juicio?! —le susurró el pez entre dientes. Aunque de primeras la llegada de los dos hombres con sus llamativos bultos a la espalda les había intrigado, el santo de Escorpio logró desviar toda aquella atención.

 

—No te preocupes. A nadie parece importarle ahora nuestra presencia. Ya podemos jugar a ser santos de bronce de nuevo —contestó—; me he asegurado de que los tres guardias de afuera se queden quietecitos —reprimió una risilla, como si hubiese contado un chiste— y callados.

 

La situación desbordó por completo al santo de Piscis, que imaginó que Svald, Hodir y Loken no volverían a ver a sus familias, si es que las tenían. Con los ojos casi fuera de órbita y empañados, los dientes tan apretados que incluso se hacía daño y una rabia incontenible, tuvo que respirar fuerte una vez, otra… otra más, y así hasta que comenzó a serenarse.

 

Ístvan, quien hasta aquel día fue un buen camarada, había perdido la cabeza. Ahora Nerites tendría que lidiar con la posible revuelta —o lo que hubiera tras ella— y un compañero loco… al menos hasta que llegase el Sumo Sacerdote.

 

________________

 

[1] Juego de palabras que, por motivos obvios, no sería posible replicar en griego.

[2] A menos que sean los personajes quienes hablen de distancias, seguiré usando el sistema métrico internacional como forma de calcular distancias.

[3] Medida correspondiente a dos estadios: 384,54 metros. La verdad es que no he encontrado ningún sistema métrico concreto usado por los griegos en el siglo XV, así que imagino que medirían con codos, varas, leguas… hecho que no tendré en cuenta, ya que al investigar sobre el sistema métrico griego clásico, me gustó la idea de hacer que los personajes del Santuario lo utilicen. Lo veo algo con sentido.

[4] Ante la duda, el revestimiento de lapislázuli y aguamarina existe en la descripción porque así lo deseo. 

 

-------------------------------------------------

 

Con esto termina la primera parte del capítulo 16, primero de la saga de los Cuatro Grandes (última de la primera temporada de Némesis Divino). Espero que os haya gustado. Si notáis algo diferente en el estilo, decídmelo, que estoy intentando ser más directo. 

 

Abrazos y gracias a todos.


Editado por Killcrom, 09 noviembre 2015 - 21:49 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#359 unikron

unikron

    el iluminado

  • 5,760 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Iquique, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 09 noviembre 2015 - 22:14

interesante me pregunto que mas secretos habran



#360 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 09 noviembre 2015 - 23:38

avanza muy bien la historia

 

esperando la continuacion

 

saludos






1 usuario(s) están leyendo este tema

0 miembros, 1 invitados, 0 usuarios anónimos


Este tema ha sido visitado por 104 usuario(s)

  1. Politica de privacidad
  2. Reglas generales ·