Ya está disponible la última parte del capítulo 3 que concluye el torneo realizado para obtener la armadura de Orión, espero que lo disfruten :)
El Mito del Alcaesto
#21 Vulcanus no Kentha
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Publicado 12 julio 2014 - 20:38
FanFiction: El Mito del ALCAESTO
FanFiction: Zephar, Señor de los Infiernos
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Publicado 13 julio 2014 - 21:59
Muy buen combate el de Caspian y ya quiero saber que le pasara al tramposo de Kentha XD
#23 Vulcanus no Kentha
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Publicado 24 julio 2014 - 15:22
Capítulo 4: La invasión.
Parte I
En una de las carpas de Campo Ónfalos Takeshi se encontraba dormido, lleno de vendas, aún muy adolorido por su anterior combate contra Caspian. “Despierta perdedor, despierta perdedor” Escuchó entre su sueño; al despertar del todo vio como Kentha estaba sentado a su lado “Kentha… ¿Eres tú?” Preguntó aún no muy consciente. Entonces el guerrero de tierra le dio un fuerte puñetazo en el brazo lo que causó que Takeshi expulsara un grito de dolor, “En este estado te puedo patear el trasero con los ojos cerrados” Dijo mientras se reía fuertemente a carcajadas.
“Me alegro de que estés bien, cuando Geo y Zelón te llevaron arrastrando, pensé que te matarían, ¡Sólo a ti se te ocurre hacer trampa! Pedazo de idiota” Reclamó Takeshi, pero Kentha se puso serio de inmediato y estando cabizbajo aseguró “En realidad… vengo a despedirme”, “¿¡Qué estás diciendo!?” Preguntó alarmado su compañero, siendo respondido de inmediato “Los caballeros de tierra pedían mi cabeza porque se sintieron realmente ofendidos porque hice trampa, decían que me he burlado de ellos y de Campo Ónfalos durante todo el tiempo que hemos estado entrenando. Me dieron una serie de sermones a los que no les presté atención hasta que llegó el patriarca, conversamos un momento y decidió salvarme la vida una vez más, sin embargo me dijo que podía quedarme aquí sólo hasta el mediodía, luego debía marcharme para siempre. Es realmente una lástima, este lugar empezaba a agradarme… además quería conocer a Roxee, he soñado mucho con el día en el que pueda mirarla a los ojos y agradecerle lo que hizo por mí”.
“De aquí no te vas” Dijo Takeshi muy seriamente, “Ya no hay nada que hacer” Respondió Kentha, “Al menos antes de que te vayas, hay algo que debemos hacer. Con tu patética actuación en el torneo, pude descubrir algo muy importante, los guerreros de este lugar están preparados para que en cualquier momento pueda haber una invasión” Aseguró el guerrero de fuego, “Y con eso… ¿Qué?” Preguntó Kentha, “¡Cabeza de piedra! Piensa por un momento ¿Por qué estarían tan preparados? Si bien este lugar es relativamente extenso, estas tierras no son codiciables, no poseemos riqueza alguna, en otras palabras aquí no hay nada de valor ¿Por qué alguien vendría a invadirnos?” Insistió. “Creo saber a dónde quieres llegar… en este lugar hay algo muy valioso que nos tienen escondido, de ser así ¿Qué podría ser?” Preguntó el joven de tierra, “El Alcaesto” Respondió Takeshi, y luego de una pausa continuó “Aún no se con certeza qué es el Alcaesto, pero si esta en este lugar, podríamos deducir que nos están entrenando para protegerlo, además de que el único lugar donde podría estar es en el recinto más alto de Campo Ónfalos, los aposentos del pontífice”.
“¡No se hable más! Me esconderé en las afueras del terreno de tierra y apenas la luna esté en el punto más alto del cielo ¡Iremos a la casa patriarcal!” Exclamó Kentha muy decidido, “¡Eso es! Hoy por fin descubriremos los misterios que nos tienen velados en este lugar” Dijo muy entusiasta Takeshi. Entonces se pusieron de acuerdo para afinar algunos detalles y luego de unos minutos Kentha salió de la carpa con la promesa de encontrarse con su compañero en la noche.
Por otro lado, Alphonse estaba en su carpa cuando de pronto el patriarca se reunió con él, “¿Cómo estas muchacho?” Le preguntó amablemente, pero el joven no respondió, por lo tanto el pontífice continuó “Tu batalla fue muy buena, es evidente que tienes grandes habilidades en combate, pero como ya has de deducir necesito que conversemos. Tu cosmos posee una oscuridad que no se compara con la de ningún caballero aquí presente, además aún no me has revelado de dónde vienes ni por qué llevabas tantas heridas en tu cuerpo, es de vital importancia por la seguridad de Campo Ónfalos que me digas quién eres realmente”.
Hasta que Alphonse se dignó a responder “¿Para qué quiere saber eso? Yo he disfrutado mucho de la competencia y de los entrenamientos aquí, no quiero ser expulsado. Si le cuento acerca de mi pasado usted no me querrá entre sus filas, por lo tanto no le diré nada”. Ante esta respuesta el patriarca comenzó a enojarse y aunque trataba de esconder sus emociones, estas eran bastante notorias “Aquí quienes se encargan de la seguridad son los caballeros de bronce, pero quien lidera este movimiento soy yo, así que te doy hasta mañana para que me cuentes todo con respecto a ti si no quieres ser desterrado de nuestras tierras” Dijo autoritariamente; pero Alphonse no se mostró conforme con esta respuesta y muy enojado salió corriendo de la carpa.
Sesgado por su ira no se fijó que Kentha estaba afuera y ambos chocaron cayendo al piso, “¡Fíjate por donde caminas!” Gritó Alphonse, “¡Pero si tú andas corriendo!” Exclamó Kentha, pero al ver de quien se trataba agregó “Eres tú… niño raro ¿Cómo quedaste después del combate?”, “Muy bien, si no fue mucho el daño, y a ti ¿Cómo te fue en el torneo?” Preguntó curioso; al escuchar esto Kentha se puso a reír y le explicó lo que había sucedido, además de que debería irse de Campo Ónfalos. Alphonse pareció estar disgustado con tan repentina noticia, aun así con una gran sonrisa le dio la mano a su compañero “Fue un gusto haber combatido contigo” Le dijo a modo de despedida.
Por otro lado en los aposentos del patriarca, Caspian, portando la armadura de Orión y un ramo de flores en sus brazos, ingresó a la cámara principal. Se detuvo frente al gran sillón de su ilustrísima y allí puso su ofrenda al mismo tiempo que se inclinó de rodillas como acto de humildad. En ese instante comenzó a recordar las últimas conversaciones con el pontífice…
Ambos estaban en aquella habitación. “Caspian, ya eres todo un caballero, algo que hace mucho tiempo juramentaste. Como ya sabes hay muchas cosas que por seguridad sólo conocen aquellos que son merecedores de una armadura de bronce. Una de esas cosas es el paradero de la diosa Athena” Dijo el patriarca con una sonrisa en su rostro. Al escuchar esto el caballero de Orión sólo quedó en silencio, “¿Ves detrás de esa cortina? Allí esta nuestra diosa meditando, para que cuando sea necesario, esté lista y nos brinde su apoyo en la guerra” Agregó su ilustrísima. La noticia no dejó indiferente a Caspian, pero como de costumbre… no cuestionó nada. Ahí mismo se le explico que al menos una vez a la semana debería ir y dejarle una ofrenda.
Entonces, como se había acordado, allí estaba Caspian, con un nudo en la garganta y un gran nerviosismo, ya que detrás del trono del pontífice estaba el templo de Athena, donde según se le había informado, estaría la mismísima Athena, diosa de la guerra y la sabiduría, tan sólo a metros de él. Luego de dejar el ramo de flores se puso de pie y salió de la gran cámara.
¡El momento de descubrir la verdad había llegado! Ya era de noche, la luna estaba en el punto más alto del cielo y como fue planeado Takeshi se encontró con Kentha quien se había escondido en los límites de Campo Ónfalos, el caballero de tierra con un enorme furor sentía que toda su vida se centraría en ese momento, donde descubrirían por fin qué es el Alcaesto y cuáles son los misterios que tan herméticamente tenían velados los caballeros de bronce.
Ambos estaban listos y sigilosamente comenzaron a avanzar rumbo a los campos de entrenamiento, con el afán de acercarse a los aposentos del patriarca, donde aseguraban que se encontraba algo de gran valor que los caballeros negros deseaban poseer. De pronto Takeshi se detuvo de golpe “¡Maldición! Alguien nos ha encontrado” Dijo en voz baja. Ante esta advertencia, comenzaron a caminar en círculos con el fin de hallar a quien se encontrase cerca de ellos, “¡IGNEOUS GALLOP!” Girando hacia adelante, Takeshi lanzó una llamarada de fuego guiada por una patada descendente, hacia unos arbustos. Para su sorpresa estos arbustos se secaron de un segundo a otro como si su vida se les fuera arrebatada y sobre ellos un pequeño escudo de agua se formó, impidiendo el paso del ataque del joven de fuego.
“¡Sal de ahí ahora!” Exclamó Kentha muy desafiante y en posición de ataque. Ante este llamado se hizo presente quien estaba junto a ellos ¡Era Alphonse! Un tanto desconcertado se puso frente a ambos guerreros “¡Sabía que no te marcharías Kentha! ¿Qué están planeando?” Preguntó como si una orden les estuviese dando, “Eso no es de tu incumbencia, ahora vete de aquí si no quieres enfrentarte a nosotros” Respondió Kentha intimidantemente, “No puedo simplemente irme ¿Acaso no saben lo que les puede pasar? Acercarse si quiera a los aposentos del patriarca está estrictamente prohibido, si un caballero de bronce los descubre, está en condiciones de ejecutarlos de inmediato. Además si los encuentran, de alguna forma yo ya soy un testigo y podría tener graves problemas” Dijo Alphonse muy angustiado. Ante eso Takeshi se puso a reír muy fuerte, “Está bien Alphonse sé muy bien lo que quieres, ven con nosotros pero no hagas ruido alguno” Mencionó el caballero de fuego. El recién encontrado pareció mostrarse muy feliz por la invitación y sin dudarlo se unió rápidamente a Kentha y Takeshi en esta aventura.
Por el camino le conversaban acerca de todo lo que los había motivado a embarcarse en tal travesía, o sea que sentían que muchas cosas les eran veladas; que Takeshi conocía un mítico elemento llamado Alcaesto y que este podía estar en la sala patriarcal, además de narrarle algunas de las historias de Seiya que el vagabundo le enseñaba a Kentha “¡Una armadura dorada! E inclusive podía vencer a los mismos dioses… eso es increíble” Dijo Alphonse maravillado por tales hazañas.
Con un gran trayecto logrado, se adentraron en unos largos pastizales que hacían difícil el reconocer a alguien que estuviera cerca. Así los tres guerreros comenzaron a acercarse cada vez al cual sería su objetivo, los aposentos del pontífice. “¡Agáchense!” Exclamó Takeshi, al ver que un guerrero estaba de guardia observando el lugar, “¡Es Eiris de Paloma!” Aseguró Kentha, “Vaya, que hermosa es… cuando la veo siento deseos de que nadie se le acerque” Dijo Alphonse muy seriamente. Al escuchar esas palabras, el caballero de tierra se puso algo cabizbajo y agregó “Cuando yo he estado cerca de ella… no lo sé, me siento muy incómodo”.
De forma sigilosa avanzaron arrastrándose, de esa manera lograron no ser vistos por la bella joven. Pasó alrededor de dos hora y juntos mostraban una gran colaboración al utilizar su dominios en los elementos para dar paso por paso, “Cuando el patriarca nos reúne para darnos las tareas que haremos en el día, nunca ha mencionado nada de realizar guardias nocturnas” Dijo Kentha, al escucharlo Takeshi sintió aún más emoción de la que acostumbra tener “¡Siento que cada vez que damos un paso estamos más cerca de saber la gran verdad!” Exclamó entusiasta.
Pero su alegría no podía durar para siempre, como era de esperarse al entrar más hacia los recintos del pontífice, la guardia aumentaría aún más y como de alguna forma ya estaban preparados inconscientemente… se encontraron con su primer obstáculo, Jacob de Pez Austral. Allí estaba el caballero de agua, mirando fijamente a los guerreros. “¿¡Qué hacen aquí muchachos!? ¡Este es territorio prohibido! Tengo arduas órdenes de acabar con quien fuere que aceche estos lugares sin permiso” Sentenció desafiante.
Kentha miró a sus compañeros y luego de exhalar dijo “Ya estamos aquí, no podemos retroceder ahora” luego mirando a Alphonse añadió “¿Estás con nosotros en esto?”, de inmediato el joven respondió “No sé en qué problema de han metido, si algo es seguro es que nunca debí haber venido ¡Pero vamos! No hay marcha atrás”. Jacob se puso de inmediato en posición de guardia “Con que desean profanar lugares sagrados… muy bien chicos ¡Este será su fin!” Exclamó preparando su primera técnica “¡DEPTH TORPEDO!” Utilizando grandes cantidades de agua que llevaba con él, el caballero de Pez Austral lanzó varios proyectiles explosivos hacia sus enemigos, al principio pudieron evadirlos muy fácilmente, pero ante la sorpresa de todos ¡Los torpedos cambiaron de dirección persiguiendo a su objetivo! Kentha y Alphonse recibieron el ataque de frente cayendo fuertemente al piso, pero Takeshi logró saltar esquivando la técnica “¡BURNING METEOR!” Cientos de veloces ataques ígneos salieron disparados desde sus puños, Jacob los recibió quedando algo lastimado pero siempre de pie.
Alphonse desde el mismo suelo usó el agua de los arbustos para generar una especie de gancho, tomando el pie de Jacob logrando que se desestabilizara, en ese instante Kentha sólo usando su brazo derecho le lanzó un gran bloque de tierra que desprendió desde el suelo, este impactó de lleno en su objetivo. El caballero de bronce quedó algo aturdido pero reaccionó al instante “Ustedes… sin duda este será ¡El día de su muerte!” Gritó muy molesto, entonces encendió su azul cosmos “¡Qué gran poder!” Exclamó Alphonse, “Este… es el poder de un caballero de bronce” Dijo Takeshi muy sorprendido. Entonces su rival usando el control sobre el agua se dispuso a ejecutar un poderoso ataque “¡THOUDSAND CHARGE!” Desde su espalda miles de torpedos acuáticos fueron lanzados a toda velocidad en contra de los jóvenes guerreros, Kentha por su lado levantó una gran muralla para intentar interceptarlos pero tal era su fuerza que aquel escudo fue destruido por completo siendo inútil en su intento de defenderse el guerrero de tierra cayó sin piedad. Por otro lado Alphonse usando su control sobre el agua extendió sus brazos hacia adelante logrando reducir la potencia del impacto más aun no pudo esquivarlo; por último Takeshi lanzando explosivos ataques de fuego pudo hacer estallar la técnica de Jacob a distancia pero sin darse cuenta, decenas de torpedos estaban sobre él los cuales luego de un ligero movimiento de manos por parte de su ejecutor, estallaron junto a Takeshi dejándolo muy herido.
Los tres guerreros que habían comenzado su osada travesía estaban en el suelo, dominados por el poder de Jacob de Pez Austral. Se miraron un momento y en sus rostros se reflejaba un profundo dolor, más allá de las heridas físicas, era la agonía por saber que no estaban a la altura de cumplir sus sueños, que tan prontamente habían sido frustrados. De pronto Kentha comenzó a ponerse de pie “¡Aun puedes levantarte!” Exclamó Jacob muy sorprendido, “Lo siento caballero, pero hemos llegado hasta aquí y como ya han dicho mis amigos ¡No podemos mirar hacia atrás! No sabemos qué es el Alcaesto ni si las fantásticas historias sobre Seiya son ciertas, pero si hay algo que tenemos claro ¡Que daremos nuestras vidas por descubrirlo!” Dijo Kentha con una estoica convicción, encendiendo su cosmos hasta su límite. Junto a él Takeshi y Alphonse recobraban sus energías “¡Esta vez venceremos!” Agregó el guerrero de fuego y rodeado por su roja y ardiente energía atacó al caballero de Pez Austral “¡BLAST METEOR!” De forma explosiva desplazó sus manos juntas hacia adelante acumulando su energía en sus puños para proyectar una gran llamarada de fuego de enorme tamaño, su oponente extendió ambas manos hacia adelante resistiendo el ataque, pero Alphonse se unió rápidamente al encuentro “¡PREY FEAR!” Finos hilos de agua se añadieron al cuerpo del caballero de bronce, logrando que le costara mucho moverse, de esta forma el ataque de Takeshi fue ganando terreno, hasta que Kentha intervendría “¡ABYSSAL PRESSURE!” Poniendo sus pies firmemente en la tierra creó una esfera generadora de presión rodeando a su oponente, cada segundo que pasaba la presión era más fuerte y en ese instante tanto Kentha como Alphonse exclamaron al mismo tiempo “¡Ahora Takeshi!” Ante esa advertencia el guerrero de fuego incrementó aún más su cosmos concentrándose en sus puños para que proyectaran una llamarada más grande. Jacob intentó a toda costa impedir el paso a los guerreros, pero no pudo resistir el ataque y cayó inconsciente al suelo. Los tres caballeros estaban exhaustos, sin embargo debían seguir adelante… ya quedaba cada vez menos para llegar a los aposentos del patriarca.
Avanzaron casi una hora más por los pastizales, burlando la guardia compuesta por un par de caballeros de bronce más. Llegaron hasta un lugar donde la entrada a la casa podía verse más evidentemente “Ya casi llegamos” Enunció Kentha muy ansioso. Subieron las escaleras, atentos a cualquier movimiento extraño, el nerviosismo se apoderaba de sus cuerpos que temblaban por el frío. Hasta que dieron con la gran puerta de la entrada “Vamos Takeshi, te concedo el honor de abrir la puerta de los misterios de Campo Ónfalos” Dijo Kentha, por lo q el guerrero de fuego se precipitó a tomar la perilla, pero de pronto ¡Un gran huracán envió a los guerreros al principio de la escalera! “¿¡Qué rayos fue eso!?” Preguntó el guerrero de tierra algo asustado.
Era Caspian, el nuevo caballero de bronce de Orión “Han llegado lejos… pero yo Caspian de Orión me encargaré de eliminarlos” Dijo con su rostro muy serio. “Déjanos pasar estúpido fanático” Respondió Kentha con ira en sus ojos, a lo que su rival desafiante insinuó “¡Tú y yo! Ahora en este mismo minuto, veamos cuál de los dos es más fuerte”. Pero Alphonse intervino “Eso es ridículo, él es el ganador del torneo”. “¡Acepto!” Exclamó Kentha y luego agregó “Chicos, permanezcan detrás de mí, este será un duelo de vida o muerte”.
Parte II
Kentha contra Caspian, un combate que estaba destinado desde la primera vez en que se vieron, ambos con una furia inexplicable estaban preparados para luchar. A pesar de que tanto Takeshi como Alphonse buscaban impedir este encuentro, no había argumento que hiciera razonar al caballero de tierra.
“¡Aquí acaba tu vida, alguien como tú jamás podría estar entre nuestras filas y mucho menos llegar a portar una armadura de bronce!” Dijo el caballero de Orión y sin esperar ni un segundo se lanzó en contra de su rival con una rápida serie de patadas impulsadas por el viento que tan bien controlaba. Su velocidad hacía que Kentha no pudiera ni bloquear ni esquivar los ataques, así que recibió la mayoría de ellos. Para escapar de esta situación creó una pared rocosa en frente de él logrando ganar algunos segundos y así mantener un poco de distancia. En el mismo instante Caspian destruyó esta defensa y siguió el rastro de su enemigo “Huyes como una liebre, sabiendo el destino que le espera al estar frente a su cazador” Dijo haciendo alarde de su gran ventaja, “Esa armadura de bronce que llevas ¡No te servirá de nada! Mi poder te supera con creces” Agregó Kentha demostrando no importarle las palabras de su rival, luego esperando que Caspian se descontrolara, se decidió a atacar incrementando sus cosmos lo más que pudo “¡ABYSSAL PRESSURE!” Una gran esfera rodeó al caballero de Orión, esta comenzó de inmediato a ejercer una poderosa presión en su objetivo. Sin embargo luego de sonreír, Caspian dio un giro en el aire librándose rápidamente del ataque de Kentha “¡Porquería de técnica! Cada vez es más inservible” Reclamó. “Eres una burla de guerrero” Dijo el luchador de viento e incrementando su poder utilizó su conocida técnica “¡FLYING HUNTER KICK!” Toda su energía tomó la forma de la cabeza de un feroz tigre y se concentró en su pie izquierdo, utilizando un gran impulso logró conectar su ataque en pleno rostro de su rival, arrastrándolo a metros de distancia.
“¿Qué me sucede?” Pensó Kentha al sentir que perdía el equilibrio y su vista se hacía más borrosa, Takeshi quien muy nervioso veía el combate exclamó “¡Esa patada lo ha aturdido!”. Caspian viendo esto no desaprovechó la oportunidad y desde la distancia lanzó por la palma de sus manos fuertes ráfagas de viento para lograr derribar a su enemigo. Por su lado Kentha cruzó sus brazos a la altura de su cabeza intentando mantenerse de pie a pesar de los fuertes impactos que estaba recibiendo. Su mirada estaba perdida y sus energías aun bloqueadas por el poder de la anterior patada que sin duda se había visto muy potenciada luego de que Caspian recibiera su armadura.
En tan solo un par de segundos, mientras Kentha recibía las embestidas de aire, comenzó a pensar “Sin duda Caspian es un caballero muy poderoso, pero estamos a las puertas de los aposentos del patriarca… hemos llegado demasiado lejos ¡No puedo rendirme ahora!” Y recobrando la consciencia junto a un gran incremento de su cosmos desprendió decenas de rocas del suelo y las arrojó hacia su enemigo, todo esto acorde a los rígidos movimientos que hacía con sus brazos. Caspian utilizando el viento pudo desviar del trayecto todos los ataques sin problemas, pero no pudo deducir que estas eran sólo una finta y en el momento menos esperado Kentha se puso en frente de él y le dio un potente puño ascendente en pleno mentón.
El caballero de Orión quedó muy lastimado en el suelo. Con su orgullo muy herido se puso de pie y miró fijamente a su rival “Parece que te he subestimado, no pensé que tendría que usar esta técnica contigo ¡Muere con honor Kentha!” Exclamó encendiendo su verde cosmos al mismo nivel que cuando derrotó a Takeshi en el torneo. El guerrero de fuego quien no aguantaba más la aflicción le comentó a Alphonse “Esta es la técnica con la que logró vencerme. Utiliza su cosmos al máximo para crear un tigre de viento cuyo poder sobrepasa cualquier límite al que Kentha ni si quiera podría asomarse”.
Desde la distancia el caballero de tierra sentía el gran poder de Caspian, por tan sólo unos segundos las piernas le temblaron sintiendo el miedo de perder su vida. Sin embargo no se daría por vencido y poniendo ambos pies muy firmes sobre la tierra se quedó detenido buscando aguantar de frente el ataque, sabiendo que no podría esquivarlo.
Justo en el momento previo al cual Caspian daría su último ataque ¡Algo inesperado ocurrió! “¡ASTRAL AGONY!” Desde el suelo brotaron unas extrañas manos fúnebres las cuales atraparon a ambos combatientes por sus extremidades, sin darles posibilidad de movimiento alguno “¡Hagan tan sólo un intento de moverse y acabaré con los dos a la vez!” Se escuchó desde la distancia. Los cuatro caballeros se voltearon para ver de quien se trataba, era una hermosa chica de cabello negro y ojos azules, llevaba puesta la armadura de bronce de Serpiente y en su espalda cargaba una caja de pandora rodeada por gruesas cadenas negras. Esta muchacha miró a Kentha y le dijo “¡Pedazo de imbécil! De haber sabido que causarías tantos daños en Campo Ónfalos, te hubiera abandonado a tu suerte cuando llegaste agonizando”.
Kentha al ver a esta muchacha no lo dudó ni siquiera un segundo “¡Eres tú Roxee!” Exclamó muy sorprendido, pero Caspian no le prestaría importancia a este encuentro “¡Definamos esto ahora maldito!” Gritó desafiante, sin embargo la joven no se permitiría convertirse en una simple testigo “Si hay alguien aquí que realmente se merece destruir a Kentha ¡Soy yo!” Expuso sin rodeos, para luego continuar “Es increíble como un supuesto guerrero puede llegar y hacer lo que quiera sólo porque cree que está haciendo algo correcto… no pueden imaginar las cosas por las que he pasado sólo para regresar y encontrarme con que…” pero el soliloquio de la guerrera fue interrumpido… a lo lejos en el sector de las carpas, donde los guerreros deberían estar durmiendo y reponiendo sus fuerzas por un extenso día de entrenamiento, una terrible y enorme explosión hizo retumbar el ambiente. “¿Qué… está pasando?” Preguntó Kentha muy impactado.
El suspenso se apoderó del escenario “¿¡Qué ha sido esa explosión!?” Exclamó Takeshi, demostrando que de minuto el combate entre ambos jóvenes había pasado a segundo plano. De forma unánime todos estaban decididos a bajar para informarse de lo ocurrido, pero una vez más… algo los detuvo. Cientos de esferas de fuego negro empezaron a caer sobre todo Campo Ónfalos como si de una lluvia se tratase. ¡Era una invasión! Los caballeros se dispusieron a ir rápidamente a los límites de los terrenos para impedir el avance de las tropas invasoras, pero era demasiado tarde. Un pequeño grupo de guerreros portando armaduras negras habían llegado a los aposentos del patriarca, “Esto es sin duda obra de Desmith” Pensó Kentha y poniéndose en guardia junto a sus compañeros, comenzaron a combatir contra estos soldados, en las afueras de la casa del pontífice.
Lejos de donde estaba empezando esta batalla, Jacob de Pez Austral recién recobraba la consciencia luego de haber sido vencido por Kentha, Takeshi y Alphonse; “¿Qué me sucedió?” Pensó algo aturdido aun, de pronto, miró a su alrededor… habían al menos cincuenta soldados rodeándolo. “Este es uno de los que lleva puesta una armadura, matémoslo cuanto antes” Dijo uno de estos luchadores. La situación era completamente desfavorable, sin embargo Jacob no se daría por vencido. “Ya me enfrenté a ustedes en el pueblo donde rescatamos a Kentha, son unos inútiles, sin duda podré vencerlos muy fácilmente” Dijo bastante confiado “¡THOUDSAND CHARGE!” Usando el agua que le quedaba lanzó desde su espalda miles de proyectiles intentando derribar a sus enemigos, pero estos no cedieron ni un centímetro. “¿¡Qué dignifica esto!? ¿Acaso no pertenecen a las mismas tropas?” Comentó muy sorprendido y de inmediato sus adversarios efectuaron su contrataque bombardeando al caballero de Pez Austral con innumerables esferas de fuego negro que expulsaron de sus manos. Una gran explosión se generó en el lugar… al disiparse el humo se pudo ver que Jacob aún estaba de pie, con la mayor parte de su armadura destrozada.
De pronto ante la sorpresa de todos allí, el joven manipulador de agua se puso a reír fuertemente y miró directo hacia la casa del pontífice “¡Escúchame esto Athena! ¡Esto es por ti!” Exclamó llorando e incrementó su cosmos hasta un nivel que su azul energía desbordaba el campo de batalla “¡DEPTH OVERCHARGE!” Desde su espalda surgieron unos explosivos muy similares a los del anterior ataque pero estos parecían ser más grandes, de pronto se elevaron hacia el cielo y cada uno se dividió en al menos cien partes “¿¡Qué piensa hacer este loco!?” Preguntó un soldado desesperado y apenas terminó de hablar, Jacob hizo un movimiento descendente con sus manos y los proyectiles llovieron sobre el campo de batalla, creando grandes explosiones y acabando con todos… inclusive con el mismo caballero de bronce, Jacob de Pez Austral.
Por otro lado, en la entrada de Campo Ónfalos Alexander de Vela se vio rodeado por una horda de guerreros negros “¡GREAT HURRICANE!” Girando sobre su propio eje, creó un fuerte huracán que impulsó a varios enemigos hacia los cielos, haciéndolos caer muy fuertemente con el fin de aturdirlos en el piso. “Ese hombre es demasiado fuerte” Murmuró uno de los soldados, “¡Retirada!” Anunció otro, pero en ese instante un nuevo caballero llegó al campo de batalla, su armadura era muy distinta a las demás, esta era considerablemente más grande y tenía lujosos detalles de color blanco, además de una intimidante gema de color verde en su casco. El cosmos del ambiente empezó a sentirse más denso y el miedo comenzó a recorrer el cuerpo de los soldados negros. “¡El señor Timos!” Exclamó sorprendido uno de los guerreros y ante la sorpresa de todos, este recién llegado usando una especie de fuego negro ¡Incineró a cinco guerreros oscuros en tan sólo unos segundos! “¿Así que pensaban retirarse?” Preguntó Timos sonriendo, “Señor… ¡Cuánto lo lamentamos! Le juro que no volverá a pasar” Agregó uno de sus soldados muy asustado, “¡Váyanse de aquí! Montón de inútiles, yo me encargaré de este mocoso” Ordenó el caballero.
Decenas de gritos podían oírse de trasfondo, no se podía distinguir si eran de los camaradas o de los soldados negros, lo cierto era que cada segundo que pasaba… más bajas tenían ambos bandos. “¿Quién eres tú?” Preguntó Alexander, “Yo soy el caballero de elite Timos de Leo, encarnación del fuego negro” Respondió su rival y sin rodeos comenzó el combate, “¡GREAT HURRICANE!” El huracán envolvió a Timos, pero la técnica no dio resultado y sus pies no se despegaron del suelo. “Lamento decirte que no tengo tiempo para ti, vine en busca de algo y debo conseguirlo cuanto antes, por lo tanto ¡Nada podrá salvarte de mi poder!” Dijo el autonombrado caballero de Leo y levantó las palmas de sus manos hacia el cielo “¡INFERNAL ROAR!” Elevando su oscuro cosmos, desde ambas manos lanzó dos esferas de fuego negro que mientras avanzaban se unieron y tomaron la forma de un demonio con aspecto de león. Alexander de Vela a pesar de su gran velocidad no pudo esquivar el ataque y lo recibió de frente quedando con gran parte de su armadura destruida “Aun no puedo morir, el viene por… Athena” Dijo el guerrero de viento con mucho esfuerzo, pero cuando se dispuso a continuar el combate, descubrió que frente a su rostro estaba la palma de la mano derecha de su enemigo… luego de una gran explosión Timos continuó su camino hacia los aposentos del patriarca, dejando atrás el cadáver de Alexander.
Pasaron algunos minutos más hasta que Kentha, Takeshi y Alphonse junto a Caspian de Orión y Roxee de Serpiente pudieron acabar con los soldados que habían llegado a los aposentos del patriarca, “Estamos listos aquí, vamos por nuestros camaradas ¡No perdamos más tiempo!” Ordenó Kentha y junto a Roxee y a sus dos compañeros se dispusieron a bajar las escaleras, sin embargo el joven de tierra pudo notar que Caspian permaneció en la entrada del gran salón y que sin explicación aparente comenzó a llorar en silencio “¿¡Acaso no vendrás con nosotros!? ¡Cobarde de porquería! Te haces llamar caballero pero aun así no eres capaz de venir con nosotros para salvar a los demás ¡Ni siquiera sabiendo que Eiris de Paloma está en peligro de muerte! ¡Me das asco!” Exclamó Kentha furioso, “Sólo ve y haz tu deber” Respondió Caspian. Por su lado Roxee sabiendo los reales motivos por los que el caballero de Orión decidió no moverse de su lugar y del sufrimiento que le causaría esto al no poder ir a cuidar de Eiris, le dijo al guerrero de tierra “¡Vamos Kentha! Necesitamos llegar cuanto antes posible” Intentando apresurarlo.
Los jóvenes iban en la mitad de la escalera cuando de pronto, sintieron un poderoso y maligno cosmos. En el primer escalón… con una siniestra sonrisa, Timos de Leo, el caballero negro de elite comenzaba a subir lentamente.
Parte III
El temor invadió el cuerpo de los caballeros… “¿¡Qué es ese cosmos tan poderoso!?” Preguntó Takeshi desesperado. Caspian de Orión quedó aterrado ante la presencia del enemigo “Él viene por… ¡Viene por Athena!” Exclamó muy nervioso y sin dudarlo entró a los aposentos del patriarca. “No se trata de Desmith, o sea… ¿¡Hay más como él!?” Se cuestionó Kentha quien al igual que los demás no entendía del todo lo que estaba sucediendo.
El guerrero oscuro subía cada vez más las escaleras e ignorando por completo la presencia de los jóvenes elevó las palmas de sus dos manos al cielo y comenzó a acumular su cosmos sobre ellas. Por su lado Caspian estando dentro del gran templo se dirigió de inmediato hacia el cuarto principal donde residía la diosa Athena, se ubicó en frente a la cortina que la ocultaba en una postura de reverencia y dijo sin pensarlo “No se preocupe señorita Athena ¡Yo la defenderé aunque cueste mi vida!” Pero nadie le respondió… “Para eso lamento mucho si es una ofensa lo que haré… ¡Pero debo llevármela cuanto antes de aquí!” Agregó y poniéndose de pie mientras el cuerpo le temblaba tomó la gran cortina y al correrla… vio algo que lo hizo sentir que su corazón se le estaba deteniendo por un instante. La sala estaba completamente vacía… “¿Qué significa esto?” Se preguntó como si algo le estuviese atravesando el pecho “Acaso… ¿El patriarca nos ha mentido? ¿¡Dónde está Athena!?” Continuó sin encontrar en sí mismo alguna respuesta que lo consolara. De pronto, sumergido en una gran desesperación una brillante luz dorada comenzó a destellar desde lo alto de la sala.
Timos de Leo ya había acumulado una gran parte de sus cosmos sobre él, creando una extraña energía oscura, al instante todo este poder se transformó en una brutal fuente de fuego negro cuya fuerza hacía que inclusive el paisaje se distorsionara “Si lo que busco está allí… será lo único que sobreviva ante este ataque” Dijo sonriendo, “¡INFERNAL GIGAS!” Con un gran aliento lanzó esta orbe hacia la casa patriarcal; los jóvenes guerreros se pusieron frente a ella para intentar resistirla, “¡CRYSTAL WALL!” en ese instante una enorme muralla dorada colisionó el ataque provocando que se destruyera, generando una gran explosión que se extendió hacia lo más alto de los cielos. “¿¡Quién pudo detener mi técnica!?” Se preguntó Timos muy impresionado.
Quien había llegado a cambiar el curso de la batalla había sido ¡El mismísimo patriarca! “Es una vergüenza ver la armadura del noble león dorado en un estado tan miserable” Dijo con autoridad, sin embargo se podía notar como aquella técnica defensiva había agotado mucho al pontífice, ya que su voz estaba más ronca y su respiración mucho más notoria. “Esto no es contigo patético anciano, sabes muy bien lo que vengo a buscar” Aseguró el león negro. De pronto en la cima de la casa patriarcal una voz se escuchó potente “¡Acaso vienes por esto!”.
Todos miraron hacia arriba, era Caspian de Orión y en su espalda ¡Una dorada caja de Pandora! Nadie sabía de qué se trataba, excepto Kentha quien por las historias que había narrado el vagabundo del pueblo donde vivía, apenas vio este contenedor señaló “¡Esa es la dorada armadura de Sagitario!”. Sin dejar pasar el tiempo el caballero negro con una increíble velocidad entró a la casa patriarcal burlando a los jóvenes presentes. “¡Ahora Caspian! Salta y vayamos a ayudar al resto” Ordenó el patriarca, pero antes de que pudiera realizar movimiento alguno, Timos ya estaba detrás de él “No tengo intenciones de quitarte la vida escuincle, así que deja la armadura en el suelo y podrás marcharte con tus amigos” Dijo el león negro muy seriamente. “No sé por qué razón quieres esto ¡Pero no dejaré que caiga en tus sucias manos!” Exclamó el caballero de Orión, sin embargo ante la sorpresa de todos, su ilustrísima le dio una nueva orden “¡Caspian! Deja atrás la armadura y reunámonos con los demás” Luego al ver la falta de iniciativa del caballero de bronce continuó rápidamente “Hay muchos guerreros muriendo en este instante ¡Nuestra prioridad está en protegerlos a ellos! Dime Caspian, tus compañeros, tus amigos, incluyendo a Eiris… o la armadura, ¿Qué es más importante?”.
La tensión podía sentirse en el aire, era uno de aquellos momentos donde la más mínima decisión podía definir el resultado de muchas vidas, o peor aún… el resultado de toda una guerra. Kentha y los demás miraban desde abajo a Caspian quien en estado de shock y con su mirada perdida llevaba la dorada vestidura en su espalda. En ese momento mirando hacia el cielo, el caballero de Orión exclamó “¡No!” Y luego dándose la vuelta le dijo a Timos “¡No huiré como un cobarde! Yo Caspian de Orión ¡Seré tu último oponente!”.
Empuñando sus manos el patriarca dejó caer una lágrima “Ese joven… jamás entendió lo que era una orden, sin embargo estoy orgulloso de su valor” Pensó muy afligido, pero no había tiempo que perder y en ese momento la prioridad era salvar a la mayor cantidad posible de guerreros dentro de Campo Ónfalos, así que le dijo con mucho entusiasmo “¡Vence Caspian! ¡Vence y tráenos de vuelta esa armadura!”. Luego dejando atrás a quien por mucho tiempo había estado bajo su cuidado personal, el pontífice dio la orden a todos de bajar al sector de las carpas para salvar a sus compañeros, pero Takeshi se detuvo “¿Qué sucede contigo?” Preguntó el patriarca algo irritado “Conmigo estos tipos de engaño no funcionan, no servirá de nada que Caspian muera en un par de minutos allá arriba ¡Yo me quedaré para encargarme de que nuestras vidas se consuman en el mayor tiempo posible!” Dijo el guerrero de fuego con una determinación admirable.
El patriarca no se esforzó en detenerlo, ya que aquel acto de valentía era codiciado incluso por los mismos dioses “Hagan su mayor esfuerzo, apenas acabemos con los guerreros oscuros allá abajo, volveremos para ayudarlos” Dijo el patriarca. Kentha por su lado apretaba sus dientes intentando mantener sus emociones tranquilas, ya que el hecho de que Takeshi decidiera morir prematuramente en el campo de batalla lo afectó demasiado, a pesar de eso no fue capaz de intervenir. Así fue como descendieron por las escaleras hasta perder de vista a Timos y a los dos jóvenes guerreros.
Todo estaba incendiado por este peculiar fuego negro, mientras avanzaban a toda velocidad, veían decenas de cadáveres en medio del terreno, intentando ser lo más indiferentes posible ante esto ya que perjudicaría el eficaz desempeño de su labor. Sin embargo, a lo lejos Kentha pudo distinguir el cuerpo inerte de Gala, la chica que combatió contra Takeshi en la primera ronda del torneo. Esto hizo que se detuviera afligido por este hecho, “Vamos Kentha, que el haberte quedado aquí a la fuerza nos sea útil” Dijo el patriarca muy seriamente. Pero en ese instante a lo lejos se pudo sentir el cosmos de Eiris de Paloma; entonces el joven de tierra comenzó a mirar hacia todos lados buscando encontrarla, hasta que pudo ubicar su paradero.
Alrededor de sesenta soldados rasos perseguían a la hermosa chica “¡FREEZING WIND!” Usando su brazo derecho creó una fuerte ráfaga de viento helado que pudo paralizar al menos a diez guerreros oscuros, pero al parecer las fuerzas de la joven estaban debilitadas, quizás por anteriores combates. Luego de su ataque, por la espalda uno de estos invasores le dio un gran puño en la cabeza dejándola inconsciente “¡Tomémonos un pequeño descanso y disfrutemos con esta delicia de mujer!” Dijo uno de ellos, llevándosela en sus hombros.
En ese instante un caótico cosmos marrón rodeó el cuerpo de Kentha, su mirada reflejaba un inexplicable odio y sin decir palabra alguna se separó del grupo para ir en rescate de Eiris. “¡Son demasiados! ¡No sobrevivirá!” Dijo el Patriarca muy preocupado, ante esto Roxee de Serpiente tomó la iniciativa “No se preocupe señor, yo iré junto a él y procuraré que nada malo pase”. Entonces mientras los demás continuaron su camino, la guerrera siguió a Kentha a una gran velocidad, a pesar de tener aquella enigmática caja de Pandora en su espalda, rodeada de gruesas cadenas.
Llegando a un sector limitado que parecía un rodeo, el guerrero de tierra apareció sin intentar usar ninguna estrategia y en frente de todos los caballeros negros encendió aún más su cosmos como muestra de sus deseos de pelear “¡ABYSSAL PRESSURE!” Una gran esfera generadora de presión rodeó a algunos soldados; unos pocos se vieron afectados por esta técnica, pero la mayoría opuso resistencia haciendo que esta fuera inútil. “Has venido a adelantar tu muerte mocoso” Dijo un invasor mientras los demás sólo se reían. Comenzaron entonces a arrojarle enormes cantidades de esferas de fuego negro; para protegerse Kentha levantó pequeñas murallas de tierra por la izquierda mientras intentaba arrojar grandes fragmentos de esta por la derecha, pero sus movimientos eras muy lentos y no había forma alguna en la que pudiese contrarrestar todas las ofensivas de sus enemigos.
Para intentar igualar ambos bandos, Roxee hizo su oportuna aparición “¡ASTRAL AGONY!” Oscuras y gigantes manos brotaron desde el suelo formando un círculo que rodeó a Kentha a modo de barrera impidiendo el ataque de sus adversarios. “No creas que esa simple técnica podrá contra el ejército ¡Del rey Timos!” Exclamó un guerrero negro como grito de guerra, luego embistió violentamente hacia el joven, pero al entrar en contacto con estas tétricas extremidades, una de ellas lo tomó firmemente por el torso. El soldado comenzó a gritar aterrado, mientras los demás lo miraban pensando que la fuerza de tal ataque no era de gran importancia. Cada vez los gritos del caballero oscuro eran más minuciosos, hasta que la fúnebre mano lo soltó y dejó caer, sus compañeros se asomaron lentamente y el pánico se apoderó de ellos… el recién caído no era más que un cadáver arrugado y con su pelo blanco ¡Su cosmos había sido absorbido por completo!
“¡Pero qué! Esta técnica… no es cosa de este mundo” Dijo un invasor consumido por el miedo, “Olvidémonos del escuincle este, si tanto desea ser protegido ¡Destruyamos a la chica!” Comentó otro de ellos. Entonces el grupo de guerreros que atacaban al muchacho, se dirigieron hacia la portadora de la armadura de Serpiente. Kentha intentó atravesar la barrera pero las infernales manos no se lo permitieron. “¡Roxee no! Déjame salir ahora, tú no puedes sola” Insistió el joven cautivo con una notable desesperación en su voz, “Ni siquiera tienes una armadura, quédate ahí mientras yo me encargo” Aseguró con una tierna sonrisa, pero Kentha no podría permanecer tranquilo y siguió insistiendo “¡No puedes combatir y a la vez mantener la técnica que me rodea, es demasiada energía!”.
A pesar de no saber mucho con respecto al funcionamiento de las habilidades de un caballero y a no tener gran experiencia en combates, esta vez Kentha tenía razón; el cosmos necesario para mantener las manos fúnebres rodeándolo consumía casi toda la energía de Roxee, por lo que combatir en esas condiciones era algo absurdo. Con lentos movimientos la chica giró hacia los soldados negros, observando cómo estos la atacaron de inmediato con sus ataques de fuego negro. Al principio se protegía con sus brazos pero sus intentos eran completamente inútiles, su derrota ya estaba escrita, la valiente guerrera estaba decidida a darlo todo con tal de proteger a Kentha, inclusive su vida. Continuaron lanzándole pequeñas bolas ígneas, logró interceptar algunas con sus puños y patadas pero eran demasiadas y acabaron por derribarla, lanzando la caja de pandora que llevaba en su espalda lejos. Estando en el suelo, los seguidores de Timos se acercaron ¡Dándole fuertes patadas en todo su cuerpo!
Kentha no aguantaba más esta situación, las lágrimas pasaban sin control por sus mejillas “¡Roxee!” Exclamó hacia el cielo como muestra de su dolor, mientras los guerreros oscuros continuaban con su ataque “¡Ya no te ves tan ruda en el suelo! ¿Por qué no dejas libre al inútil ese y te dignas por atacar? ¿O es que nos temes?” Dijo uno de ellos mientras se burlaba.
El joven manipulador de la tierra observó la escena desesperadamente, de pronto sus ojos comenzaron demostrar su ira, sus puños y sus dientes estaban tan apretados que se escuchaba el crujir de la presión, su cosmos rugía buscando crecer pero no era suficiente. Sin embargo, de un momento a otro extrañamente su cuerpo… se calmó, la imagen de Roxee siendo golpeada se alejó paulatinamente, hasta desaparecer, los astros en el cielo se hicieron cada vez más grandes, hasta que sin darse cuenta pudo ver las mismísimas a las estrellas a su alrededor, así como los planteas que componen el sistema solar ¡Estaba en medio del espacio!
En ese instante un gigantesco monstruo apareció flotando, se distinguía en él, una gran cola con forma de aleta, era aquel ser que se manifestaba en sus sueños. Kentha notó su presencia pero su mirada aún estaba perdida “Si quieres vivir… abandona tu vida, ¡Debes morir!” Dijo esta bestia con una profunda e intimidante voz, pero el joven no respondió “Si no eres útil en este mundo ¡No mereces vivir!” Repitió agresivamente, “¡Silencio!” Respondió Kentha reaccionando y mirando fijamente a los enormes ojos de su acompañante “Roxee está en peligro ¡No puedo morir ahora!” Agregó. “Puedes obtener más poder, más para esto debes dejar de lado aquello que más deseas” Contestó la criatura como si le estuviese haciendo alguna oferta, “¿Lo que más deseo?” Pensó, “¡No me interesa! Sólo quiero salvar a Roxee, incluso si tengo que pagar con mi propia vida ¡Estoy dispuesto a hacerlo!” Exclamó desafiante “¡Entonces demuéstrame que puedes soportar la presión del abismo!” Señaló esta criatura con su grave voz y en ese mismo instante este gran monstruo fue a toda velocidad en contra de Kentha, ¡Pensaba impactarlo de lleno! Pero con una increíble determinación el muchacho extendió sus manos hacia adelante. Se acercaba cada vez más, pero el caballero se mantenía ahí muy firme y a segundos de producirse el choque que lo llevaría a la muerte, las palmas de sus manos ¡Comenzaron a absorber a esta criatura! La que con un acto sublime se incorporó a su cuerpo “Así lo has decido, desde ahora tu y yo somos uno ¡Lucha y acepta tu destino!” Señaló antes de desaparecer por completo.
¡Kentha reaccionó! Observando cómo golpeaban a Roxee quien muy despacio se quejaba por el dolor. Sin embargo su reacción no fue del todo normal, sin ninguna explicación aparente comenzó a reírse muy fuertemente mientras su mirada se iba perdiendo cada vez más “Ahora ustedes… ¡Morirán! ¡Arde cosmos!” Exclamó de forma un tanto desquiciada. Su cosmos comenzó a incrementar enormemente, las piedrecillas a su alrededor se levantaron, una energía marrón lo rodeó y sus venas se hicieron más notorias. Ante tal poder, la caja que llevaba Roxee en su espalda se abrió ¡Era una azul armadura la cual fieramente se unió al cuerpo de Kentha!
Desde la era mitológica un monstruo que se ocultaba en las profundidades del océano, probaba a los osados viajeros que se atrevían a entrar en los dominios de Poseidón castigándolos por sus actos, ahora este monstruo estaba al servicio de Kentha quien llevaba puesta la armadura de Ballena. Con este nuevo gran poder encima, el joven comenzó a suspirar de forma exagerada y con una extraña mirada, observaba a los guerreros del león negro. “Este poder… ustedes… pagarán” Dijo haciendo pausas. “¿Crees que con esa armadura serás capaz de derrotarnos a todos?” Preguntó un soldado de forma irónica.
Pero algo extraño sucedía con el nuevo caballero de Ballena, el ritmo de su respiración se estaba volviendo cada vez más inestable y su mirada se perdía a cada momento, su cosmos incrementó pero de forma agresiva, era tan poderoso que la técnica de Roxee se desvaneció por completo. Estando de pie en frente de los soldados negros levantó su mano derecha “¡ABYSSAL PUNISHMENT!” Desde suelo salió una gigante mano de tierra ¡La que tomó firmemente a cerca de veinte soldados negros! Eran aquellos que estaban golpeando a Roxee “Ustedes… ya no se ven tan rudos ahí atrapados” Dijo riéndose forzosamente de forma desquiciada.
“Es muy fuerte… mi cuerpo… no resiste” Se quejó un soldado, al escuchar esto Kentha dijo muy lentamente “¿Fuerte? Ahora les mostraré lo que es ser fuerte” y junto a un grito enfermizo, la gran mano comenzó a estrangular a los guerreros oscuros, quienes gritaban desconsolados por el dolor “Sufran… ¡Sufran!” Decía Kentha completamente enloquecido. Un crujido empezó a escucharse, los caballeros negros que quedaron fuera del castigo del abismo, escuchaban aterrados como los huesos de sus compañeros se rompían lentamente. “Ese sonido, adoro ese sonido… cómo sus huesos se destruyen… ahora ¡Arde mi cosmos!” Exclamó el joven y su cosmos incrementó al igual que la fuerza de su técnica, los soldados gritaban cada vez más fuerte, algunos lloraban pidiendo clemencia “¡Mueran! ¡Si… mueran!” Gritaba fuertemente el poseído joven quien luego de unos segundos, soltó a los caballeros que ya no eran más que destruidos cadáveres. Kentha miró a los demás soldados “¡No! Por favor… ¡No nos hagas daño! Te lo rogamos…” Le dijo uno de ellos al joven.
“No no no… ustedes morirán” Dijo como si estuviese cantando; al escuchar esto la golpeada portadora de la armadura de Serpiente se levantó con mucho esfuerzo “Kentha ¿Qué te sucede? ¿Qué te ha hecho esa armadura? ¡Por favor responde!” Pidió angustiada, pero el guerrero de Ballena no reaccionaba “Deseo escuchar sus huesos… romperse” Insistía sin razón. En ese instante Roxee a pesar de los golpes que había recibido y aun estando mal herida se levantó y fue al encuentro con Kentha, quien pareciera no verla “Oye, reacciona… vuelve aquí con migo” Le decía desesperadamente la chica. “¡ABYSSAL PUNISHMENT!” La tierra comenzó a temblar, moldeándose para formar nuevamente aquella mano torturante, pero el ataque fue interrumpido, la chica abrazó fuertemente a Kentha y con lágrimas en los ojos le suplicaba que volviera en sí… “Escúchame, por favor no te dejes dominar por el poder de la armadura” Insistía como si ese chico fuese alguien muy especial para ella “Por favur, oye… por favur” Comenzó a decirle con exagerada ternura. Luego de eso, lo besó fuertemente en la mejilla y el cosmos del joven empezó a estabilizarse, los soldados negros al ver esto, escaparon aterrorizados.
“¿Qué me ha pasado?” Dijo Kentha como si estuviese saliendo de un largo sueño, “Ya no importa, sólo reunámonos con los demás y démosle fin a esta pesadilla” Respondió Roxee. Entonces el muchacho tomó a Eiris de Paloma que permanecía inconsciente al costado, estaba ligeramente herida “Caspian…” balbuceó la hermosa chica aún dormida. El nuevo caballero la miró con algo de tristeza sabiendo de la decisión que Caspian había tomado hace poco, pero existía una única prioridad en ese momento, debían volver y escapar de Campo Ónfalos.
Parte IV
En campo Ónfalos el miedo podía sentirse, en medio de una gran batalla que ya muchos muertos ha dejado, un pequeño y frágil hilo de esperanza se mantenía con Caspian quien estaba dispuesto a acabar con el caballero oscuro de Leo. Sin demoras Takeshi apareció en el encuentro, pero Timos lo miró con desprecio “Un insecto más, no hará ni la más mínima diferencia ¡Mucho menos si no lleva puesta armadura alguna!” Dijo peyorativamente. “¡Takeshi vete de aquí, no necesito tu ayuda!” Reclamó el caballero de Orión, dejando la caja dorada de Pandora en el piso para ponerse en guardia.
Ya estaban los tres dispuestos a luchar, sin rodeos Timos efectuó el primer movimiento, levantando una de sus manos con la palma hacia el cielo creó una esfera de fuego negro y la lanzó contra Caspian, quien logró esquivarla “Tienes una buena velocidad ¡Pero no escaparás de esto!” Dijo muy convencido y repitió la misma técnica pero esta vez con ambas manos y varias veces seguidas, enviando hacia Caspian muchas esferas negras que lograron alcanzarlo dejándolo muy dañado. “Cada vez que Timos realiza un ataque… debe poner la palma de sus manos hacia el cielo, esto debería darme ventaja” Pensó Takeshi y poniéndose en frente de su rival usó sus puños para lanzarle rápidas y certeras bolas de fuego, sin embargo estas al parecer no le hicieron ningún daño.
“Ese ataque de fuego, fue patético, ahora verás inútil” Dijo elevando su oscuro cosmos “¡INFERNAL ROAR!” Desde ambas manos lanzó dos esferas de fuego negro que se unieron para convertirse en un demonio con aspecto de león. Gracias a su enorme velocidad el caballero de Orión logró empujar al joven de fuego para alejarlo del centro de la técnica, pero no pudo esquivarla y recibió de frente el poder de su adversario quedando en el suelo con una pequeña parte de su armadura dañada, “Takeshi… ¿Por qué seguiste a Kentha? Tú eres de todos los nuevos, por lejos el que más condiciones tiene para portar una armadura, si tan sólo hubieras esperado un poco” Dijo mientras sufría de dolor.
El caballero negro de elite no estaba dispuesto a esperar “Al parecer esta batalla no durará mucho, será hora de que desaparezcan, comenzaré por ti, caballero de Orión” Indicó intimidantemente “¡INFERNAL ROAR!” El ataque se estaba acercando cada vez más al herido Caspian, quien cerró los ojos para recibir de lleno la técnica, cuando de pronto Takeshi se levantó del suelo para proteger a su compañero, recibiendo el daño del demonio de fuego negro, al no llevar armadura puesta sufrió con el dolor de su carne el poder de Timos, cayendo al piso muy dañado, gritando agónicamente por el dolor, sin embargo ante la sorpresa del león de fuego, Takeshi aún estaba con vida. El joven, sufriendo por las quemaduras estaba al borde de la muerte, aun con restos de fuego negro por su cuerpo. En el suelo recordó el motivo por el cual junto a Kentha y Alphonse acudieron a los aposentos del patriarca, saber la verdad, descubrir lo prohibido, aquello que se oculta entre las tinieblas, ¡No se daría por vencido! Y con una determinación ardiente, ¡Se puso de pie una vez más!
“¿¡Cómo es posible!? Ha recibido mi técnica sin protección y aún tiene energías para ponerse de pie” Dijo completamente sorprendido. El caballero de Orión miró fijamente a su compañero “Nuestro patriarca estaría orgulloso de ti, quizás… no, a mí no me corresponde tomar una decisión como esta” Se decía a sí mismo con los puños cerrados “No lo sé… ¿¡Qué debo hacer!? Esta es una situación de vida o muerte, no hay más remedio ¡Discúlpeme señor!” Continuó afirmándose a sí mismo y en ese momento le dijo rápidamente a Takeshi “Ahora mismo ¡Ve a la sala del patriarca!”.
Sin dudarlo el joven de fuego intentó salir de la sala pero fue interceptado por Timos “No te dejaré huir cobarde” Dijo seriamente el caballero negro. En ese instante con una increíble velocidad Caspian intervino “¡FLYING HUNTER KICK!” Concentrando su cosmos en su pie izquierdo este tomó la forma de la cabeza de un tigre y logró a través de un giro en el aire concentrar una gran patada en la cara de Timos ¡Arrojando lejos su casco y quedando su rojo cabello al descubierto! Takeshi aprovechó la oportunidad para salir corriendo, subió hasta el cuarto piso y entró en la sala principal, allí vio un altar donde había una extraña caja de Pandora ¡Vibrando ante su cosmos flameante!
Por otro lado Alphonse y el patriarca corrían tras el fúnebre escenario buscando algún indicio de caballero negro que eliminar o camarada que rescatar “Señor, ¿Cree que puedan volver todos a salvo?” Preguntó el joven sin pensar en que no era el mejor momento para hacerlo, “Esto es… sin duda una derrota, pero confío en ellos, sé que saldrán de esta, ahora lo mejor que podemos hacer es focalizarnos en nuestro objetivo, debemos salvar al mayor número de caballeros que podamos” Respondió su ilustrísima muy seriamente, se notaba que su avanzada edad hacía que sus energías estuvieran siempre al borde del límite, mientras andaba pensó esperanzado “Vamos caballeros, brillen más fuerte que las mismas estrellas ¡Brillen como Seiya!”
Lograron llegar al territorio principal, ahí mismo aquellos caballeros negros que habían sobrevivido, al menos cien de ellos, estaban saqueando provisiones de las carpas; en el suelo decenas de soldados, compañeros de entrenamiento y de buenos momentos, todos… muertos, algunos cercenados por las terribles batallas que debieron haber librado. A pesar de no haber estado mucho tiempo en Campo Ónfalos, ante tal escena Alphonse quedó petrificado, los rostros de sus amigos daban mil vueltas en su cabeza “Llegamos… tarde ¡No!” Gritó desesperadamente el muchacho, quedando de rodillas en el piso.
El patriarca siguió corriendo al ver que tenían a un joven acorralado y se puso en pose de guardia, cerró los ojos y con mucho esfuerzo comenzó a incrementar su cosmos de tal forma ¡Que hasta las estrellas brillaban sorprendidas por tal poder! “¡STARLIGHT EXTINCTION!”Ondas de luz emanaron desde sus brazos, haciéndose cada vez más poderosas ¡Logrando destruir por completo a todos los caballeros negros del lugar! El joven que combatía contra ellos fue liberado, era Dorimus el caballero de la armadura de Escultor, discípulo del mismísimo patriarca, quien temblando se dirigió a su ilustrísima “Eso ha sido sin duda lo más sorprendente que he visto, muchas gracias maestro, eran demasiados y aparecieron de la nada”, el patriarca exhausto y al borde del desmayo le respondió “Lo importante… es que estás bien, dime ¿Hay más sobrevivientes?”, ante esta pregunta Dorimus comenzó a inquietarse mucho “No lo sé, lo dudo mucho… es posible que hayan, pero ellos… son muy pocos, ¡Todos han muerto! Los días de entrenamiento, los lazos que formamos ¡No sirvieron de nada!” Respondió llorando descontrolado.
En ese instante un grito se oyó desde no muy lejos, Alphonse viendo el valor de su anciano patriarca, se levantó, empuñó sus manos y encendió su cosmos ¡Decidido a salvar al caballero que estaba en peligro! Así que corrió durante unos minutos llegando hasta el lugar donde el resto de los caballeros negros estaban en un círculo, al medio de este se encontraba Tyson de Can Menor combatiendo contra cinco soldados, los cuales lo tenían completamente dominado. “¡Deténganse!” Exclamó Alphonse, al escuchar esto los invasores lo miraron y se enfadaron mucho “¡Un simple adolescente sin armadura! ¿Piensas que puedes hacernos algo?” Dijo uno de ellos que al parecer cumplía con las funciones de líder, a pesar de poseer la misma armadura que los demás. “¡Enfrentémonos los dos! Veamos si eres tan fuerte” Dijo el joven controlador de agua estando muy nervioso. “¡Que así sea!” Respondió su oponente y comenzaron a luchar.
El servidor de Timos lanzó una serie de rápidas esferas de fuego negro que Alphonse pudo interceptar usando los restos de agua que aún traía quedando esparcida en el suelo. Algo frustrado el soldado se acercó para intentar un combate cuerpo a cuerpo que fue bastante efectivo, ya que el joven sin armadura poseía nula experiencia con respecto a esto, por lo que recibió severos puños y patadas en el rostro y en el abdomen terminando derribado en el piso “A pesar de que eres muy alto no me ha sido ningún problema derribarte” Dijo el luchador oscuro riéndose, ese instante Alphonse usó sus habilidades para tomar el agua que había quedado en el piso y regresarla a sus brazos, al hacerlo el líquido que estaba debajo de su rival también se movió haciendo que este cayera. Sus compañeros comenzaron a reírse de él, lo que dañó enormemente su orgullo, sin embargo esto pareció no importarle a su rival “¡PREY’S FEAR!” Finos hilos de agua se añadieron al cuerpo del caballero negro impidiéndole cualquier tipo de movimiento. Sesgado por su reciente vergüenza le ordenó a los demás “¡Ataquen! Acaben con estos dos”.
Sin reclamar los invasores negros se dispusieron a atacar a Alphonse y a Tyson de Can Menor, “¡EARTH COLLISION!” El suelo comenzó a abrirse provocando la caída de casi todos los soldados negros en unos profundos agujeros, los cuales luego de unos segundos volvieron a cerrarse, destruyendo a sus víctimas ¡Se trataba de Zelón de Jirafa! Quién había venido en rescate de sus compañeros. En ese momento Dorimus de Escultor y el patriarca llegaron su encuentro y en cosa de segundos derribaron a los pocos soldados restantes. “Aún puedo sentir el cosmos de Caspian y Takeshi ¡Vamos y acabemos con esto de una vez por todas!” Ordenó el patriarca y luego de minutos se encontraron con Kentha portando la armadura de Ballena y con Eiris en sus brazos, a su lado Roxee de Serpiente. No había tiempo para preguntas ni para explicaciones, por lo que todos juntos comenzaron el recorrido hacia Timos de Leo oscuro.
La pesadilla que envolvía a Campo Ónfalos estaba a punto de terminar pero lejos de desaparecer del recuerdo de los sobrevivientes que sufrían el gran número de caídos. Esforzándose por no convertirse en otro de ellos, Caspian disputaba una feroz batalla. “Ya estamos solos, nada impedirá que pueda vencerte” Dijo el joven de viento, “Mocoso insolente, cómo te atreves a haberme golpeado ¡No te lo perdonaré! Exclamó Timos muy furioso “¡INFERNAL ROAR!” Desde ambas manos lanzó las dos esferas negras las que se unieron en el camino y formando esta terrible bestia oscura con forma de león, el caballero de Orión saltó y en el aire junto con algunas acrobacias, logró pasar por entremedio de la técnica de Timos.
“Esta vez es mi turno” Dijo decidido “¡FLYING HUNTER KICK!” Su verde cosmos se acumuló en su pie izquierdo, tomando la forma de un feroz tigre. Con un impulso utilizando el viento arremetió contra el león oscuro. Sin embargo este pudo ver muy bien a través de este ataque y tomó firmemente la pierna de su rival “¡Imbécil! la misma técnica no funcionará dos veces con migo” Dijo muy molesto y aun sosteniendo la pierna de Caspian puso una sus manos en el abdomen del joven y lo devastó con un poderoso ataque de fuego negro. El caballero de Orión salió disparado cayendo a varios pasos del león oscuro, en el piso con mucho esfuerzo logró ponerse de pie y con una admirable firmeza encendió su cosmos ¡A un nivel inclusive más alto! “¡Que testarudos eres, con esto sólo acercas más el momento de tu muerte!” Señaló Timos ya un poco inquieto viendo como el cosmos de Casian aumentaba cada vez más “¡HUNTER TORNADO!” Levantando su pierna izquierda lanzó una poderosa patada, de la cual se formó un caótico tornado que atacó desde lejos a Timos “Es sólo un poco de aire ¿Crees que podrás vencerme con eso?” Dijo desafiante, pero enorme fue su sorpresa al ver que la técnica del caballero de Orión ¡Se convirtió en un intimidante tigre de viento! Impactando a Timos y arrojándolo fuera de la casa patriarcal. Caspian lo siguió de inmediato.
“Esto… ¡Esto es imperdonable!” Reclamó el león negro muy frustrado al ver como por confiarse había sido derribado por un caballero de bronce y cada vez más furioso, el león comenzó a lanzar numerosas esferas de fuego oscuro hacia Caspian, quien con una determinación impresionante las esquivaba una a una “¡Pequeño insecto, ahora sin dudas te mataré!” Exclamó descontrolado “¡INFERNAL ROAR!” Esta vez la ira del caballero de elite logró que la técnica fue más rápida pero a pesar de esto, el guerrero portador de la armadura de Orión esquivó la técnica, sin embargo una parte de ella logró dañar su pie izquierdo dejándolo tendido en el piso. “Ahora… ¡Será tu fin!” Señaló Timos mientras levantaba ambas manos hacia el cielo ¡Mientras un poderoso cosmos se acumulaba sobre él!
“No… esa técnica otra vez, en esta oportunidad sin duda… no podré” Dijo Caspian exhausto en el suelo “¡INFERNAL GIGAS!” Una magnánima esfera de fuego negro fue lanzada contra el caballero de Orión, quien aun con su pie lastimado logró ponerse de pie nuevamente y con ambas manos ¡Sostuvo la técnica de Timos! Quien cada vez más furioso enunció “¿¡Cómo puede ser tan fuerte un caballero de bronce!? Pero no será suficiente, no podrás detener esta técnica por mucho tiempo ¡Cosmos, arde al máximo!” La enorme bola que soportaba Caspian se hacía más grande, ya no podía más, su armadura comenzaba a agrietarse ¡Estaba a punto de soltarla! Pero en ese instante donde la esperanza parecía perdida, llegó un nuevo caballero, nacido bajo la constelación de Centauro ¡Era Takeshi! Quien luego de encender su cosmos en la habitación del pontífice fue aceptado por esta armadura. Rápidamente se ubicó junto a Caspian y ambos sostuvieron la técnica de Timos.
“¡Eres tú de nuevo! Pensé que habías escapado como un cobarde ¡No crean que juntos podrán acabar con mi poder!” Dijo muy alarmado, “¡Jamás dejaría a mi compañero! Vamos Caspian, Ahora utilicemos toda nuestra fuerza” Dijo el guerrero de fuego mientras junto a su compañero sostenían la poderosa esfera de fuego. Ambos con una inspiradora concentración elevaron sus cosmos a niveles más allá de lo normal y con un último esfuerzo ¡Desviaron el ataque hacia el cielo! El cual explotó junto a las nubes que lo acompañaban. Fue tanto el esfuerzo que Caspian cayó desmayado por el cansancio. “Ahora somos sólo tú y yo” Señaló Takeshi, “Estúpido ¿Crees que podrás contra mí? Aun no contemplan mi poder al máximo” Dijo Timos, “¡Basta de tonterías! Esto debe acabar de una vez” Respondió desafiante “¡BURNING METEOR!” Desde el puño del caballero de Centauro salieron disparados cientos de ataques de fuego que atestaron de frente a Timos, haciéndolo retroceder enormemente. “Has mejorado mucho tu poder con esa armadura, pero jamás podrás contra mí, Timos la encarnación del fuego ne…” Decía mientras se detuvo al notar como una gota de sangre cayó desde su frente. Ante esto su ira excedió todos los límites, su cosmos incrementó tanto de forma agresiva que las venas de su rostro comenzaron a sobresalir, sus ojos se pusieron blancos y sus manos se empuñaron firmemente. “Este poder… ¡Es realmente terrible!” Dijo Takeshi algo asustado, Caspian quien sintió esta enorme energía despertó rápidamente “¿Qué sucede? ¿Por qué su cosmos incrementó así?” Preguntó descolocado.
Los guerreros sobrevivientes junto al pontífice habían llegado hasta el principio de la escalera que llevaba a la casa patriarcal, “¡Allí arriba! ¡Un agresivo poder está incrementando cada vez más!” Dijo Alphonse muy asustado y al identificar el cosmos del caballero negro, todos comenzaron a subir rápidamente. “¡Hierve cosmos del león!” Exclamo Timos mientras se preparaba para una técnica aún más devastadora. Los caballeros de Orión y Centauro miraban aterrados como el cosmos de su adversario hacía temblar la tierra, el fin ya estaba cerca. De pronto en ese mismísimo instante… ¡Algo inesperado ocurrió! Un gran brillo cálido como el Sol despertó desde la caja en la que dormía la vestidura de Sagitario. La dorada armadura se elevó y se desprendió de su apariencia ¡Para tomar la forma de un joven guerrero!
“¿¡Quién!? ¿Quién eres tú?” Preguntó Timos con un extraño y notorio miedo; el patriarca al ver esta imagen quedó anonadado “Esa silueta ¡Es imposible! Mi compañero… ¡Tú eres Seiya!” Dijo con lágrimas en sus ojos. Pero sin duda quien más había quedado sorprendido con esto fue Kentha “¡Seiya! ¡El caballero legendario!” Exclamó sin control. Todos observaban impactados a la armadura de Sagitario que había tomado este peculiar aspecto cargando un cosmos más allá de lo conocido. “Por fin has vuelto… Seiya” Mencionó Eiris aun estando dormida, Alphonse fue el único que le prestó atención a estas palabras de la guerrera de Paloma y quedó muy pensativo.
El calor que emanaba la dorada armadura era tan potente que hizo temblar al mismísimo Timos, quien en estado de shock quedó de rodillas frente a ella. “Esta es nuestra oportunidad Caspian, huyamos de aquí” Planeó Takeshi, “Jamás, no escaparé…” Respondió su compañero a punto de desmayarse. Entonces el nuevo caballero de Centauro le dio un fuerte golpe en el estómago haciendo que perdiera la consciencia, lo cargó en su hombro y salió corriendo para reunirse con los demás.
Luego de que bajara, el patriarca alzó la voz “No sabemos en qué momento reaccionará Timos y ninguno de nosotros está en condiciones de luchar, sólo nos queda prepararnos para un futuro encuentro” Dijo muy resignado. Con lágrimas en los ojos, los jóvenes decidieron tomar los caballos que aún estaban rondando por los alrededores e irse rápidamente dejando a atrás el lugar que les pertenecía y que para muchos… fue su hogar.
Timos aun aterrado por la magnitud del cosmos que había aparecido, intentó reaccionar pero no pudo, al ver como Seiya lo observaba directo a los ojos con desprecio, de pronto la dorada armadura comenzó a elevarse aún más y con un fuerte sonido ¡Se separó! Sus partes fueron expulsadas a los distintos rincones del planeta exceptuando por las alas, que quedaron suspendidas en el cielo. Mientras los jóvenes cabalgaban a toda velocidad, algunos se dieron vuelta y observaron una impactante escena. ¡Las alas de Sagitario comenzaron a arder en fuego! Timos pudo levantarse, pero al igual que los demás no entendía que sucedía, aquella parte de la armadura, quedó reducida a las cenizas…
Kentha iniciando el diálogo preguntó angustiado “Y ahora qué, ¿¡Qué haremos aparte de correr como cobardes!?”, los demás lo miraron muy molestos, sin embargo el patriarca le respondió amablemente “¡Chicos, sigan adelante! Muchas cosas han pasado y grandes tragedias deberemos cargar en nuestros recuerdos… pero esto no se quedará así, no importa lo que nos cueste e inclusive, así sea lo último que haga, recuperaremos todo por lo que un día Seiya dio hasta su vida. Recuperaremos las doce armaduras doradas, recuperaremos el santuario y lo más importante… ¡RECUPERAREMOS A ATHENA!
Editado por Abyssal Shinigami, 11 septiembre 2014 - 00:23 .
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Kentha al parecer es el tipico prota que no solamente le gusta meterse en lio sino tambien incluir tambien a sus amigos.XD
Esperando el proximo capitulo para saber quien sera el ganador del duelo entre Caspian de Orión y Kentha
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buen fic y cuando sube sel proximo cap
#26 Vulcanus no Kentha
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Publicado 27 julio 2014 - 22:28
Kentha:
Guerrero de tierra nacido bajo la constelación de Tauro, de 1,78 m. de estatura, tez blanca, pelo café claro y ojos del mismo color. Es muy terco y sólo le preocupan sus aspiraciones personales, suele burlarse de sus compañeros y meterlos en problemas.
Se crio en un orfanato dentro de un pequeño pueblo. Su vida era muy monótona y angustiante; lo único que lo mantenía con vida era el escuchar los relatos de un vagabundo al cual visitaba frecuentemente. Estas historias hablaban de un poderoso guerrero llamado Seiya, quien podía vencer inclusive a los dioses sólo utilizando su fuerza y la legendaria armadura dorada de Sagitario. Desde entonces su sueño había sido ser tan fuerte como Seiya, declarándose a sí mismo como el caballero más poderoso de todo el mundo. De pronto, un día cualquiera el pueblo donde vivía fue invadido por un pequeño grupo de misteriosos caballeros que llevaban armaduras negras. Luego de vencer a un gran grupo de ellos, se adentró en una mina donde supuestamente estaba su líder. Hasta que combatió con Desmith; en ese encuentro fue vencido muy fácilmente cayendo al borde de la muerte de no ser por la ayuda del patriarca.
Luego de ser rescatado, es enviado a Campo Ónfalos donde es cuidado por una chica llamada Roxee. Al despertar descubre que habían muchos jóvenes guerreros como él, que formaban una resistencia buscando rebelarse en contra de los caballeros negros. Después de entrevistarse con el patriarca decide iniciar el entrenamiento, aunque en el fondo su aspiración sólo era ser más fuerte. Luego de unos meses en una noche se une a Takeshi y a Caspian para buscar a un intruso dentro de su territorio, allí combaten contra Alphonse, pero su batalla es interrumpida por una misteriosa luz blanca que rodea a los cuatro guerreros.
Luego se le invita a participar dentro de una competencia para usar la armadura de Orión, sin embargo la primera de las pruebas era muy difícil para él por lo que decidió hacer trampa y simular una invasión. Después en la segunda parte, compitió en un torneo en el que ganó la primera ronda en contra de Alphonse en un combate muy reñido. En la segunda ronda lucha contra Takeshi, pero en medio de la batalla Geo y Zelón interrumpieron el evento y lo arrestaron por haberlos engañado.
Se decidió por parte del patriarca que sería expulsado de Campo Ónfalos y se le dio hasta el mediodía para despedirse de sus compañeros. Al ir donde Takeshi, este le dice que no se vaya ya que ha descubierto muchas cosas durante el torneo. Así ambos planean ir a la casa del patriarca para ver qué es lo que tanto ocultan los caballeros de bronce. En el camino se unen a Alphonse y juntos los tres combaten contra Jacob de Pez Austral. Al llegar a los aposentos del pontífice se encuentran con Caspian de Orión quien reta a Kentha a una batalla de uno contra uno.
Caspian de Orión:
Caballero de viento, de 1,73 m. de estatura, tez blanca, pelo negro y ojos verdes. Es muy servicial con sus autoridades y detesta el desorden.
Se le conoce por primera vez en el pueblo donde vivía Kentha, dentro de una misión en la que buscaba destruir a los caballeros negros. Luego se une al patriarca y al resto de sus compañeros en la mina donde estaba Desmith, allí muestra un gran rechazo por el rescate.
En Campo Ónfalos va a visitar a Kentha para darle la bienvenida, sin embargo termina golpeándolo al enfurecerse por las palabras del recién llegado. Se conoce que tiene una novia llamada Eiris, pero muy poco se ha hablado con respecto a esta relación. En una noche, luego de sentir un oscuro cosmos, va en búsqueda de su portador, uniéndose a Kentha y a Takeshi combate contra Alphonse, pero la batalla se interrumpe al ser rodeados por una extraña luz blanca.
Participa dentro de un torneo para conseguir la armadura de Orión, en este sale victorioso luego de ganar su último combate en contra de Takeshi, demostrando su precipitado estilo de combate y su técnica más poderosa. En ese momento se revela por boca de Alexander, que llegó desde que era un bebé a Campo Ónfalos y que aunque no heredó sus técnicas, ha sido entrenado por el patriarca. Después de ganar el torneo viste la armadura de Orión y se le revelan algunos secretos del lugar.
Más tarde desafía a Kentha a un duelo a muerte, luego de descubrirlo en las puertas de los aposentos del pontífice buscando entrometerse.
Editado por Abyssal Shinigami, 18 agosto 2014 - 01:06 .
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Publicado 07 agosto 2014 - 01:03
Chicos ya está actualizada la segunda parte de este capítulo que es uno de mis favoritos, la invasión.
Muchos combates, cambios, presentación de personajes y despedida de otros, espero que les guste :)
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Publicado 07 agosto 2014 - 06:37
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Publicado 07 agosto 2014 - 18:09
Un capitulo epico me pregunto quien hubiera ganado en el duelo de Kentha contra Caspian
#31 Vulcanus no Kentha
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Publicado 12 agosto 2014 - 00:05
Alphonse:
Guerrero de agua, de 1,95m de altura, perlo rubio y ojos azules. Tiene una personalidad muy descontrolada, suele enfadarse con facilidad y perder el control, sin embargo su curiosidad lo mantiene siempre cerca de Kentha y los demás.
Un día cualquiera llegó a Campo Ónfalos buscando aparentemente robar comida, venía con graves heridas que nunca quiso decir de donde provenían. Es muy hábil dominando el agua, esto lo demostró cuando él solo pudo derribar a Kentha, Caspian y Takeshi quienes lo estaban persiguiendo al sentir su oscuro cosmos. Durante ese combate una extraña luz brillante lo rodeó interrumpiendo el enfrentamiento. Al haber sido descubierto, fue amarrado a un tronco en medio de Campo Ónfalos como castigo, sin embargo el patriarca al día siguiente le ofreció ser parte de la resistencia, el motivo por el cual lo hizo es aún desconocido.
Luego participó en el torneo para obtener la armadura de Orión, en el cual perdió en primera ronda contra Kentha, luego de un muy extraño combate donde a medida que Alphonse se iba enfureciendo el agua que dominaba se contaminaba hasta el punto de volverse venenosa. Luego cuando su oscuridad aumentó sus extremidades se tornaron completamente negras por lo que sufrió una especie de descontrol y cayó desmayado al suelo.
Más tarde descubriría el plan de Kentha y Takeshi, donde ellos tenían pensado entrometerse en los aposentos del patriarca para descubrir qué era lo que ocultaba. Al darles frente decidió no oponerse a ellos, sin embargo tentado por su curiosidad decidió acompañarlos. En el trayecto ayudó a los jóvenes a combatir contra Jacob de Pez Austral con los descubrió. En la puerta de la entrada a la casa del pontífice experimentó junto a los demás el terror producido por la invasión de Timos, quien estaba atacando al grupo de jóvenes que allí habitaban.
Roxee de Serpiente:
Guerrera de agua, de 1,60 m. de altura, tez morena y ojos azules. Es muy orgullosa y de carácter fuerte, según fuentes de Takeshi suele discutir mucho con el patriarca quien constantemente la reta y la castiga.
Se presenta en la obra junto a los demás caballeros que estaban atacando a los guerreros oscuros en el pueblo de Kentha. Luego se descubre que fue ella quien cuidó del protagonista mientras estaba inconsciente debido a los ataques de Desmith. Sin embargo cuando Kentha despierta Roxee se había marchado en una misión especial que le habían encomendado.
Tiempo después aparece nuevamente en el santuario portando, además de su armadura, una caja de Pandora en su espalda rodeada por gruesas cadenas. Allí detiene el combate entre Caspian de Orión y Kentha quienes luchaban a muerte. En esa ocasión usó una técnica donde invocaba unas especies de manos fúnebres que parecían de ser de gente muerta, probando entonces que poseía una especie de conexión especial con los seres del inframundo.
Takeshi:
Guerrero de fuego, de 1,78 m. de estatura, tez morena, pelo largo y negro y ojos café claro. Es muy perceptivo sin embargo desconfía mucho de todos y todo lo que lo rodea, esto hace que suela meterse en problemas y en asuntos que no le corresponden.
Se presenta en la carpa donde Kentha estaba inconsciente. Compañero de Kentha desde el primer momento, le advierte que siente que en Campo Ónfalos no todo es bueno y que se les ocultan demasiadas cosas. Habla además, de un elemento llamado Alcaesto que no sabe con certeza de que se trata; lo habría descubierto al leer un libro de su padre (a quien le tiene gran admiración y respeto) el cual se encontraba en una biblioteca prohibida. En este texto vio como un jeroglífico mostraba a cuatro hombres guiados por un Sol, los que combatían contra una especie de demonio. Luego de unos meses, durante la noche mientras conversaba con Kentha, sintió un oscuro cosmos por lo que se une a su compañero y a Caspian en búsqueda de su portador, concluyendo en una batalla en contra de Alphonse la cual es interrumpida por un misterioso brillo blanco que cubrió a los cuatro guerreros.
Luego participó en un torneo para obtener la armadura de Orión, en esta competencia pierde en la final en contra de Caspian. Sin embargo se demuestra como disfruta de los combates, los cuales desarrolla de forma estratégica y con gran furor.
Más tarde al enterarse de que Kentha había sido expulsado de Campo Ónfalos, le aconseja que no lo haga y juntos idean un plan para entrometerse en los aposentos del patriarca con el fin de descubrir aquello que esconden. En el camino se encuentra con Alphonse y rápidamente deduce que quiere ir con ellos, por lo tanto lo invita. Allí combaten contra Jacob de Pez Austral debido a que fueron descubiertos por él. En la entrada de casa patriarcal experimenta junto a los demás el miedo producido por la repentina invasión de Timos de Leo oscuro.
Editado por Abyssal Shinigami, 14 noviembre 2014 - 12:02 .
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Publicado 12 agosto 2014 - 18:22
Esa imagenes son geniales,la ke mas me agrado fue la de Alphonse
#33 Vulcanus no Kentha
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Publicado 13 agosto 2014 - 18:06
Chicos ya he subido la tercera y penúltima parte de este capítulo tan movido que es la Invasión, porfin Kentha obtiene su armadura y se enfrenta contra el monstruo de sus sueños. Además aprovecho de mencionarles que he dibujado a los caballeros negros de aparecerán en este FanFic y los iré dando a conocer a medida vayan saliendo en la obra. Pueden ver la imagen en grande en mi firma, hasta el momento están Desmith de Aries y Timos de Leo, muchas gracias a los lectores, que tengan una buena semana :)
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Publicado 16 agosto 2014 - 13:03
yo tambien me pregunto ¿Dónde está athena? y
lo que la pasa a Kentha me hace recordar a koga y su cosmos oscuro
Felicitaciones nuevamente por tu fic y esperando los proximos capitulos
#35 Vulcanus no Kentha
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Publicado 20 agosto 2014 - 18:53
Ya está terminado el capítulo 4 La invasión, espero que les agrade el como concluye este ataque de Timos de Leo que sin duda marca el inicio del viaje de este nuevo grupo de caballeros del zodiaco. No olviden pasar por mi tema Fanarts ALCAESTO http://saintseiyafor...narts-alcaesto/ donde están los diseños de los personajes de esta obra, un saludo a todos y nos estamos leyendo :D
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#36 Patriarca 8
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Publicado 21 agosto 2014 - 20:16
Intrigante las palabras de la guerrera de Paloma y genial la aparicion del prota clasico "Seiya"
#37 Vulcanus no Kentha
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Publicado 29 agosto 2014 - 15:53
Capítulo 5: El Mito del Alcaesto.
Parte I
Alrededor de cinco días fueron los que los jóvenes guerreros cabalgaron a toda velocidad hacia varias direcciones con el fin de residirse en un lugar seguro. Ya muy lejos habían quedado los recuerdos de aquellos días de duro entrenamiento pero de gran hermandad y fraternidad. Ahora sólo el terror recorría sus mentes llenas de imágenes de sus compañeros siendo asesinados por los caballeros negros.
Cerca de una especie de desierto se detuvieron un instante “Ya es suficiente” Dijo Caspian de Orión, “¿Qué te sucede?” Preguntó el patriarca. “Usted sabe lo que deseo conversar con usted” Respondió. Entonces el pontífice entendiendo lo que intentaba decir, les pidió a todos los caballeros que se bajaran de sus caballos y que formaran una rotonda en frente de él “¡Demás está explicar todo lo que ha sucedido! Ya que ustedes lo han sufrido en carne propia” Dijo mostrándose muy firme, luego continuó “Pero ya basta de niñerías ¡La guerra ha comenzado! Muchos de nuestros camaradas han muerto y es nuestro deber cumplir la misión por la que ellos también luchaban”. “¿Contra quién peleamos” Preguntó Takeshi de Centauro, “Antes de contarles la historia de nuestra batalla, es preciso saber ¿Quiénes de ustedes seguirán en esta guerra? Los que quieran bajarse ahora e irse a donde deseen… está totalmente permitido, inclusive podrían conservar su armadura para defenderse en cualquier situación, pero necesito que cada uno de ustedes lo juramente ante todos los presentes” Ordenó.
Caspian de Orión fue el primero en ponerse de pie “¡Yo estoy con usted señor!” Afirmó decidido, al instante su novia Eiris de Paloma lo siguió “Acabemos de una vez con este sufrimiento” dijo con una entusiasta sonrisa. El siguiente fue Dorimus de Escultor, seguido por Zelón de Jirafa, Takeshi de Centauro y Roxee de Serpiente, entonces Kentha se puso de pie “Vaya porquería… ¡Derrotemos a esos bastardos!” Dijo entusiasmado, sólo dos guerreros estaban aún sentados, Alphonse y Tyson de Can Menor. “¿Serán ustedes los que deseen volver a la tranquilidad de sus hogares?” Preguntó el patriarca a modo de presión, “¡No!” Exclamó el joven sin armadura “Puede que vaya a una muerte segura, aun así no me quedaré de brazos cruzados” Afirmó con su cuerpo tembloroso.
En ese momento Kentha miró a Tyson que aún estaba sentado “¿¡Te quedarás todo el día ahí!?” Le gritó en su rostro, pero el patriarca intervino de inmediato “¡Ya basta! No podemos obligar a nadie a seguir el difícil camino de un caballero si no es su anhelo de corazón serlo”. Entonces Tyson balbuceó “Es muy difícil”, “¡Deberías haber muerto tú y no los demás caballeros con armadura!” Insistió el caballero de Ballena creyendo que tenía el derecho de reclamarle. Al escuchar esto Tyson comenzó a llorar y empuñando sus manos dijo “Vi con mis propios ojos como mis hermanos eran asesinados ¡No quiero sufrir el mismo destino!”, “¡Pedazo de cobarde!” Agregó Kentha en voz baja. Pero los minutos estaban pasando y las provisiones que habían conseguido en el camino eran muy escasas, el calor ambiente era altísimo y debían moverse con rapidez “¡Último llamado Tyson! ¿Vienes con nosotros?” Preguntó el pontífice, “Vamos..,” Respondió poniéndose de pie con una notoria angustia. El joven de tierra no tenía pensado dejar tranquilo al caballero de Can Menor y terminó esta conversación diciendo “¡No creo en tu valentía! Al menos hasta que lo demuestres para mí no eres más que una perra, por lo tanto te diré… perra”.
Habiendo concluido el juramento de los jóvenes caballeros, el patriarca comenzó a relatarles una parte de lo que significaba realmente esta guerra…
En el santuario de Grecia, el patriarca se encontraba sentado en su trono, meditando acerca de la muerte de Athena “Nuestra diosa ha desencarnado, al fin podrá tener algo de paz, luego de tantas fieras batallas por las que ha dado todo por nosotros” Pensaba. En ese instante apareció un joven de pelo largo y negro portando dos grandes sables y un halcón en su hombro “¡Su majestad! Algo terrible sucede afuera” Dijo muy seriamente “¿De qué se trata Hayato?” Preguntó su ilustrísima, “Atila, mi halcón ha regresado de su viaje portando pésimas noticias ¡El mal ha vuelto!”. Guiado por este enigmático guerrero el patriarca salió de sus aposentos para ver como en el cielo estaba grabada una estrella de diez picos, la cual estaba siendo alimentada por una especie de humo negro desde diversos puntos del planeta.
“¿¡Qué significa esto!?” Preguntó el pontífice muy alarmado, luego miró a su acompañante “¡Ve de inmediato y porta tu armadura dorada!” Le ordenó. Sin dejar pasar ni un segundo, el caballero desapareció para ir en búsqueda de su vestidura. Los minutos pasaron, sin embargo parecían eternos, de pronto desde la misma estrella maligna que yacía en lo alto, una maléfica figura se hizo presente “Entrégame ahora… ¡La armadura de Athena!” Exigió esta presencia con una voz muy grave e intimidante “¿¡Quién eres maldita criatura!?” Preguntó el anciano patriarca “Mi nombre es Tamiel de Kether” Respondió, “¿De Kether? ¿Qué demonios es eso?” Continuó.
“Haz lo que te ordeno, o sino ¡Una terrible maldición caerá sobre el santuario y sobre tus doce vestiduras doradas!” Exclamó fieramente, “¡Jamás te entregaré la armadura de nuestra diosa!” Respondió el pontífice ofensivamente, “Tus intentos por salvar la Tierra ¡Son inútiles! Gracias a la maldad que se ha acumulado en el corazón de los humanos, yo he podido surgir y volver una vez más a este planeta ¿Lo entiendes? La misma escoria que buscas proteger ha sido la que ha provocado su propio fin” Aseguró Tamiel. En ese instante el caballero que hace un momento había descendido estaba de vuelta ¡Portando la dorada vestidura de Acuario! “¡No te atrevas a hablarle así al patriarca!” Le ordenó. “¡Tontos humanos! Así lo han decidido” Finalizó esta oscura criatura y luego de sus palabras la estrella en el cielo comenzó a girar rápidamente sobre su propio eje, tomando la apariencia de un círculo. En ese instante cientos de rayos oscuros empezaron a bombardear el santuario, sin embargo un nuevo personaje llegaría para defender aquella tierra sagrada, un anciano un poco más joven que el patriarca extendió su mano hacia arriba rodeándose de un magnífico cosmos dorado, el patriarca al ver a su compañero se llenó de una profunda alegría “¡Shöryu has vuelto!” Agregó. Gracias a su llegada una enorme barrera verde cubrió todo el santuario intentando repeler los ataques de Tamiel, pero su poder era demasiado devastador y poco a poco esta defensa se hacía cada vez más inservible. En ese instante un cosmos blanco y brillante rodeó a Shöryu ¡Era el cosmos divino de Athena! El cual fortaleció los intentos del anciano caballero. El ente oscuro al ver la magnitud de esta barrera decidió utilizar su última herramienta “Pronto encarnaré en este mundo ¡Les traeré la verdadera paz que necesitan!”, al decir esto la estrella tomó un tamaño mucho más grande y luego de un gran destello ¡Desapareció! “¿Qué habrá intentado hacer ese ser maligno?” Se preguntó Shöryu y grande fue su sorpresa al ver como la armadura de Acuario comenzó a emanar una extraña energía “¿¡Qué significa esto!? Dijo Hayato algo asustado y con una pequeña expulsión de cosmos, la vestidura se separó de su cuerpo para volver a su forma original.
Ninguno de los tres entendía que había ocurrido, pero aún mayor fue su sorpresa al comprobar con sus propios ojos que lo mismo había sucedido con las demás armaduras doradas. Todas emanaban una energía extraña que hacía que no reaccionaran ante el cosmos de los guerreros. Inspeccionaron las de menor nivel que estaban en el santuario, entonces quedaron completamente impresionados, las armaduras de plata habían sufrido una extraña transformación ¡Se habían convertido al bronce! Hayato luego de esto miró fijamente su vestidura dorada “Lo que Tamiel estaba hablando en el momento en que llegué… eso de la oscuridad en el corazón de los humanos. ¿Qué habrá querido decir? ¿Acaso mi armadura siente mi maldad y por eso me rechaza? ¿A qué se refería con eso de traer la verdadera paz al mundo?” Se preguntaba demasiado, hecho que le causó cuidado al patriarca.
Meses después de ese acontecimiento el santuario continuó creciendo, sin embargo ningún otro caballero dorado fue nombrado, ya que aunque muchos lo intentaron ninguno pudo usarlas. Durante esa época algunos de los soldados aspirantes a caballeros que habían llegado hasta el santuario supieron lo que había ocurrido, el problema fue que al conocer que las vestiduras doradas eran inútiles comenzaron a cuestionarse si realmente el convertirse en un caballero de Athena era algo válido. Muchos tomaron la decisión de irse, pensando en que quizás perdían el tiempo y que en algún lugar del mundo habían guerreros más poderosos que cumpliesen con sus expectativas. Por otro lado, hubo otro grupo de aspirantes que se enteraron de que Athena ya no estaba en este mundo, al menos no encarnada, por lo tanto le exigieron al patriarca pruebas de que en verdad él estaba luchando a favor de su diosa. Aunque con el tiempo se arrepintió, el pontífice quien al igual que Shöryu podía usar el cosmos de Athena, decidió mostrárselo a los aspirantes con el fin de que confiaran en su palabra. Esto funcionó ya que el poder que emanaba no era algo de este mundo y podía sentirse su gran calidez.
A pesar de que siempre estaba lleno de gente, el santuario se sentía vacío ¿Quizás había perdido su finalidad? El patriarca no lo sabía, se sentía realmente angustiado y por miedo a no ser capaz de proteger el planeta de esta nueva amenaza decidió un día cualquiera ir a visitar a las moiras, Cloto, Láquesis y Átropos, ellas eran las encarnaciones del destino, podían ver cada uno de los actos tanto de los humanos como de los dioses.
Las moiras al ver el corazón puro del patriarca no dudaron en prestarle atención “¿Qué te trae tan afligido a este lugar?” Dijo Cloto, “¿Deseas que cambiemos el curso de tu destino?” Preguntó Láquesis riendo, “¿Acaso tienes la intención de saber cuál será el día de tu muerte?” Insinuó Átropos. Con mucha humildad el pontífice les dejó una flor perfumada con incienso como ofrenda y luego muy perturbado les comentó “Amas del destino, el alma de Athena aún ronda por nuestros lugares, sin embargo siento que nuestra diosa no puede penetrar en el corazón de las nuevas generaciones. Hace unos meses una siniestra fuerza nos visitó en el santuario asegurando que la oscuridad ya había poseído el corazón de los humanos… temo el pensar que aquellas palabras puedan ser ciertas”.
Las moiras se miraron entre ellas, sintiendo compasión por su buen receptor. Entonces Átropos, aquella que velada por los asuntos de los mortales tomó la palabra “Anciano caballero, todo aquello que se manifiesta, sólo por el hecho de estar manifestado… debe morir. Los planetas, las galaxias, desde una hormiga hasta un humano, todo perece. La humanidad ha llegado a un punto de corrupción irreversible, las guerras sin sentido, hijos desafiando a sus padres; los valores que acercaban al hombre con las divinidades, se han perdido por completo. Cuando eso ocurre sólo queda una opción… la muerte, que es el inicio de un nuevo ciclo”.
“¡Eso es imposible!” Exclamó el pontífice “Entonces, todo por lo que Seiya y mis maestros lucharon, tanto sufrimiento, tanta agonía ¡Para nada!” Agregó desesperado. Entonces Láquesis quien tenía la facultad de precisar y moldear el destino le dijo a modo de consuelo “Dentro de tres años y nueve días, se manifestará en la Tierra la encarnación misma de la oscuridad en el corazón humano. Descenderá con el nombre de Tamiel, llevando consigo el Alcaesto, elemento decisivo en la vida humana y buscará la destrucción de todo lo que existe”. Entonces el patriarca luego de cerrar sus ojos por un momento, se puso de pie con una admirable determinación “Muchas gracias por sus palabras” Dijo sonriendo mientras se preparaba para irse, “¿¡Qué piensas hacer!? No tienes ejército, tus caballeros no te siguen y de la diosa que los protegía sólo queda su sombra” Aseguró Cloto. Pero sin responderle, el anciano guerrero se retiró.
Hasta que el plazo definido por las moiras se cumplió, pasó el tiempo determinado por ellas y desde el cielo una gran nube roja cubrió la Tierra. Desde las alturas, como si de un sueño estuviese despertando, un enorme caballero portando una gran túnica hizo su aparición, tenía el cabello largo y rojo, al igual que sus ojos, los que parecían no expresar emoción alguna. “¡STARDUST REVOLUTION!” De pronto una lluvia de estrellas fugaces se acercó hacia él, sin embargo desde su túnica un largo y demoníaco brazo negro se extendió para detener el ataque con la palma de su mano. Tamiel miró seriamente hacia abajo y pudo ver de quien se trataba, era el patriarca quien muy decidido había llegado a enfrentarlo. “Tamiel, encarnación de la oscuridad humana ¡No permitiré que destruyas la Tierra!” Exclamó muy fuertemente el pontífice.
Pero su aparición había sido demasiado osada, en ese instante Tamiel incrementó su cosmos a los niveles divinos “¡DOOMED CLAW!” Una oscura energía rodeó el tétrico brazo que había manifestado, una vez que hubo aumentado su poder embistió a toda fuerza en contra del patriarca desatando una gran cortina de humo. “Miserable humano… enfrentándose a un dios” Dijo el sombrío guerrero pensando que la batalla ya había terminado, pero al disiparse el polvo se pudo ver que el pontífice aún seguía de pie ¡Rodeado por el divino cosmos de Athena! “¡STARLIGHT EXTINCTION!” Extendiendo ambos brazos el patriarca creó una explosión de estrellas generando magníficas ondas de luz que se hacían cada vez más poderosas, destruyendo todo a su paso fueron directo hacia su enemigo quien repitió su anterior movimiento y sólo extendió su mano, sin embargo gracias al cosmos de Athena no fue capaz de soportar este poder por completo y la técnica lo golpeó levemente en el rostro.
Entonces el demonio entendió que no podría llevar a cabo su misión mientras los humanos tuvieran a su diosa de su lado, por lo tanto luego de mirar con desprecio al patriarca le dijo “Pequeño insecto has demostrado tu valía, utilizaré el Alcaesto para separar de una vez por todas cualquier vínculo entre los humanos y los dioses del Olimpo, pero pronto lo recuperaré y cuando eso suceda ¡Será el fin de la humanidad!”. Entonces desde su corazón una brillante luz dorada se elevó hacia los cielos, allí luego de que Tamiel elevara su cosmos, comenzó a brillar más intensamente aun y luego de una gran explosión, aquella luz se separó cubriendo todos los rincones del planeta. En ese momento la energía divina que rodeaba al patriarca… desapareció. Habiendo logrado al menos un tiempo antes de que su oponente volviera a conseguir el Alcaesto y dándose cuenta de que no podría vencerlo; el patriarca usando sus poderes psíquicos se teletransportó de vuelta al santuario.
Parte II
Los jóvenes guerreros estaban completamente en silencio, no sabían qué decir luego de las profundas palabras de su ilustrísima. A pesar de haber pasado por momentos difíciles dentro de Campo Ónfalos, jamás pensaron en todo lo que había tenido que vivir la persona que los guiaba. “¿Por qué creó una resistencia fuera del santuario?” Preguntó Caspian de Orión y su ilustrísima les respondió a todos “Cuando lleguemos a nuestro siguiente destino les contaré lo que sucedió en los siguientes veinte años desde mi enfrentamiento con Tamiel hasta ahora. Nuestra misión es conseguir volvernos más fuertes para derrotar a este enemigo antes de que consiga obtener el Alcaesto una vez más. No sé cómo planea hacerlo, pero sin duda las armaduras doradas tienen algo que ver con su plan. Por lo pronto debemos cruzar este pequeño desierto y encontrarnos con Reigner en la isla de la reina muerte. Él es uno de los caballeros que llegó al santuario durante ese tiempo, es el más poderoso de todos lo que pude reclutar y desde un principio su misión quedó fijada. Un día cualquiera yo llegaría hasta su lugar de entrenamiento con un puñado de jóvenes con la intención de que me ayudara a enseñarles el dominio del cosmos legendario ¡El séptimo sentido!”.
Todos parecían más entusiasmados, por fin tenían una misión que cumplir y por muy difícil que fuese, ellos estarían dispuestos a darlo todo por lograrla. Sin embargo Kentha aún estaba con su mirada perdida, al parecer las noticias le afectaron demasiado “Señor patriarca… entonces ¿Habían más caballeros igual de poderosos que Seiya?” Preguntó como si estuviera triste, “Exacto, de echo toda su vida luchó junto a sus compañeros Shiryu de Dragón, Hyoga de Cisne, Shun de Andrómeda e Ikki de Fénix” respondió el pontífice. Takeshi quedó mirando a Kentha y le hizo disimulados gestos para que le relatara algo con respecto a las historias del vagabundo, pero tal era la impresión del caballero de Ballena, que sólo quedó en silencio. Retomando sus caballos se disponían a continuar con su camino a través del desierto, pero antes de eso, el patriarca se acercó a Caspian y le comentó “Lamento mucho el haberte hecho creer que Athena estaba en el santuario, como quizás ya dedujiste luego de la explosión del Alcaesto mi contacto con el cosmos de Athena desapareció por completo. Ya no podía encenderlo en frente de los aspirantes para que creyeran en mis palabras… eso ocasionó que muchos se fueran del santuario, por lo tanto decidí decirles que Athena estaba detrás de la cortina justo donde puse la dorada armadura de Sagitario. En el fondo, no era realmente mentira, ya que la voluntad de Athena permanece en esa armadura, la cual es la representación más firme de nuestra diosa que nos queda en la Tierra”, pero el caballero de Orión pareció no importarle esto y sólo le dijo “No se preocupe señor, mi misión es obedecerlo, no cuestionarlo”.
Entonces el patriarca tomó la delantera guiando a los jóvenes “La isla de la reina muerte se encuentra lejos hacia el Océano Pacífico, atravesando este pequeño desierto encontraremos una costa apropiada para comenzar nuestro viaje” Les indicó. Al parecer su historia junto con sus últimas palabras había encendido el corazón combatiente de los guerreros, quienes sentían que aunque fuese una locura, ellos podrían salvar al mundo de esta nueva amenaza, por lo que sin dudarlo se adentraron en lo más profundo de esa zona desolada obedeciendo a su ilustrísima. Habían avanzado cerca de tres horas cuando de pronto ¡Una gran tormenta de arena acechó el lugar! No era devastadora, pero si perjudicaba mucho la visual de los caballeros “Pase lo que pase, no se separen del grupo” Ordenó el pontífice, pero ya era demasiado tarde… luego de mirar hacia atrás vio que tanto Kentha como Roxee ya no estaban junto a ellos.
Kentha por su lado estaba cabalgando al lado de Roxee con la intención de comenzar alguna conversación “Hace frío por aquí” Dijo sonriendo, “Estamos al menos a cuarenta grados, lo que menos hace aquí es frío” Respondió la chica intentando mantenerse seria. “Ese caballo en el que andas… no parece confiable ¡Creo es que mejor que subas al mío!” Insinuó el caballero de Ballena. La chica no pudo contenerse y se puso a reír fuertemente “Eres un idiota, ni siquiera te esfuerzas por decir algo inteligente” Dijo mientras sonreía, “¡Pero si es verdad! Mira los ojos de ese caballo… puedo sentir la energía maligna saliendo de su mirada” Agregó Kentha mientras el caballo lo miraba extrañado. Sin embargo Roxee pudo notar algo que ya era bastante obvio “¿¡Dónde están los demás!?” Preguntó alarmada. “¡Es cierto! ¿Cómo pudo haber sucedido?” Se preguntó el joven, para luego concluir “Será mejor que volvamos”.
Ambos estaban dispuestos a regresar cuando de pronto una gran luz azul brilló en el fondo del paisaje “¿Qué es esa luz?” Se preguntó la portadora de la armadura de Serpiente, “No lo sé… ¡Quizás sea el patriarca! ¡Vamos!” Ordenó Kentha y juntos cabalgaron a toda velocidad, pero de pronto ¡Un enorme tiburón salió desde la arena! Era una criatura gigantesca de color naranja, con enormes colmillos y decenas de ojos. Los chicos no sabían de qué se trataba, sin embargo no se quedarían quietos mientras lo pensaban “¡ABYSSAL PUNISHMENT!” Desde su caballo Kentha levantó su brazo derecho y una enorme mano salió desde la arena, la cual intentó capturar a esta bestia, pero a medida que iba avanzando se iba desintegrando hasta volver a ser sólo arena. Kentha quedó muy alarmado con una cara que era una mezcla entre vergüenza y sorpresa “¿¡Pero cómo!? Ahora tengo mi armadura, el ataque debió haber funcionado” Dijo intentando justificarse. En ese momento Roxee tomó la delantera “¡VENOM ASTRAL!” Poniéndose muy recta concentró su cosmos lo más que pudo y lo proyectó desde su ombligo, formando una gran serpiente la cual atacó a este enigmático tiburón, el cual luego de recibir el ataque se mostró aún más furioso.
“¡Ya es suficiente!” Dijo alguien desde algún lugar desconocido y la bestia se calmó de inmediato volviendo a la arena. Los jóvenes buscaron por todos lados pero no encontraron al emisor de tales palabras. De pronto desde la lejanía del desierto pudieron ver un hombre vestido de forma muy peculiar, con mantas blancas en su pecho y otros paños cubriendo su cabeza. “¿Quién se atreve a entrometerse en el templo del silencio?” Dijo desafiante, “Lo sentimos mucho, nos perdimos en el viaje, sólo buscábamos reunirnos con nuestros compañeros” Aseguró Kentha, “¡Mentira! Ustedes vienen a profanar estas tierras sagradas ¿Qué es lo que buscan?” Insistió el desconocido, ante estas palabras la impaciencia del caballero de Ballena se hizo notar “Muchas gracias por salvarnos de esa criatura extraña, pero no tenemos mucho tiempo así que quédate con tus cosas sagradas mientras atravesamos este desierto” Añadió, pero Roxee intervino “Lamento la hostilidad de mi compañero, pero hablamos con verdad cuando decimos que no tenemos ninguna otra intención además de encontrarnos con nuestros camaradas y llegar hasta la costa más cercana”.
El sujeto cambió su actitud ante las palabras de la chica y le dijo amablemente “Veo la verdad en sus ojos señorita. Mi nombre es Adén y soy el guardián del templo del silencio, permítanme guiarlos hasta allá, es el camino más eficaz hasta el fin del desierto” Les propuso. Kentha sintió mucha desconfianza con respecto a este peculiar personaje, pero de todas formas al lugar que mirara sólo veía arena y más arena, por lo que decidió acompañarlo para ver la forma de salir.
Mientras tanto el patriarca se detuvo al notar que la tormenta de arena ya había amainado, Caspian como de costumbre reclamó de inmediato “¿Por qué nos detuvimos?” dijo esperando que el patriarca le mencionara el tema de buscar a los desaparecidos “¡Porque yo lo decidí así!” Respondió el pontífice rompiendo las suposiciones del caballero de Orión. Takeshi rápidamente le preguntó “¿Le parece si nos separamos para buscar a Kentha y Roxee?”. “Si hay algo que siempre deben tener en sus mentes, es la unión. Podemos estar en las situaciones más graves, pero jamás debemos separarnos, ya sea por cosas simples como la convivencia o por cosas más complejas como la que estamos viviendo. Por lo tanto buscaremos juntos a esos dos y si no tenemos buenos resultados dentro de seis horas, continuaremos con nuestro camino” Decretó el patriarca.
Pasaron algunos minutos y el par de guerreros llegaron junto al guardián hasta un punto específico “Hemos llegado señores” Anunció este hombre, pero alrededor de ellos seguía habiendo sólo arena. De pronto junto a rígidos movimientos de brazos el habitante del desierto movió la arena del suelo mostrando un gran portón. Al abrirlo pudieron contemplar una extensa escalera que descendía hasta lo profundo. Bajaron muy atentos a todo lo que pudiera ocurrir, aunque aquella atención era constantemente desviada por la magnificencia del lugar, era un templo gigantesco, se podía sentir ese aroma ceremonial que data de antiguas construcciones que sirvieron de cuna para los más complejos ritos. Todas las edificaciones estaban muy bien diseñadas con cada detalle en su lugar, el color que predominaba era el verde, aunque se veía bastante oscuro por la falta de luminosidad.
Se detuvieron al final de las escaleras y el guardián les dijo “Sus caballos deben estar hambrientos, déjenmelos un momento yo los llevaré hacia el lugar donde los cuidamos”, pero Kentha no terminaba de confiar en este sujeto “No es necesario…” Estaba diciendo pero antes de que terminara vio que Roxee ya le había entregado su animal, por lo que decidió hacer lo mismo. “Deben avanzar directo hacia el frente, allí está el salón principal, una vez que entren podrán ver de inmediato el pasaje que los llevara hasta el fin del desierto. Nos vemos allá” Indicó el hombre hasta desaparecer en la lejanía.
Kentha tomó una antorcha y caminó junto a Roxee por el extenso pasillo. Cabizbajo iba pensando preocupado, “Tranquilo hombre, saldremos bien de aquí” Dijo Roxee tratando de animarlo. El caballero de Ballena se puso a reír y le respondió “No es eso lo que me preocupa; estoy pensando en mi técnica cuando ataqué a ese tiburón… fue un total fracaso”. “Simplemente la arena no es tu especialidad” Intervino la chica, “¿A qué te refieres con eso?” Preguntó el joven intrigado, debido a esto Roxee tomó un profundo respiro y le explicó “En verdad que no sabes nada… los caballeros cuyo cosmos estaba bañado por una personalidad de tierra no necesariamente pueden controlar todos los aspectos de esta. Para algunos se les hace más natural dominar la arena, para otros los metales son su tema, existen aquellos que su especialidad es el combate de contacto ya que pueden modificar temporalmente su propio cuerpo y por otro lado están los que, al igual que en los demás elementos, no pueden controlar nada”.
“¡Un momento! ¿Cómo es eso de modificar su cuerpo?” Continuó Kentha y la chica le describió amablemente “Eso es porque el hombre está dividido en cuatro partes, físico, energía, emociones y mente. Si relacionamos eso con los elementos, podemos establecer una relación con la tierra, el viento, el agua y el fuego respectivamente”. “Y en palabras más simples eso significa que…” Insinuó el caballero de Ballena, “Eso significa que tú como eres un cabeza de piedra deberías tener la capacidad de moverte libremente por tu aspecto físico” Señaló Roxee.
Habiendo entendido más o menos el funcionamiento de los elementos con respecto a las partes del cuerpo humano, Kentha siguió avanzando junto a su compañera. “No habíamos tenido la oportunidad de conversar hasta ahora, sólo quería agradecerte por cuidarme cuando llegué a Campo Ónfalos” Dijo el muchacho algo nervioso, “Lo hubiera hecho por cualquiera en verdad” Respondió la chica, pero Kentha sólo se puso reír diciendo “¡Eso no es cierto! De todas formas, pudiste salvar mi ojo… eso me ayudado mucho a poder verte mejor”. Ante estas palabras, la intención del caballero de Ballena de tener una conversación más íntima se hizo demasiado notoria. “Siempre hablas cosas fuera de lugar… mira en la situación en la que nos encontramos y tú… diciendo cosas sin sentido” Agregó Roxee, “¿¡Cosas sin sentido!? ¿Te imaginas hubiera perdido el ojo? Sólo hubiera podido ver la mitad de tu hermosura” Contestó el muchacho.
Ambos se pusieron a reír sonrojados por tan prematuro momento a solas, hasta que llegaron en frente a un gran portón con dos enormes pilares a los costados. El joven intentó abrirlo pero fue inútil, por lo que decidieron esperar hasta que llegara el guardián de antes. Pasaron al menos dos horas y los jóvenes se estaban aburriendo de estar quietos, hasta que de pronto un gran viento sopló apagando la antorcha de Kentha, seguida por todas las luces que lo rodeaban “¿¡Qué significa esto!?” Exclamó la chica muy asustada, “Debió haber sido alguna falla en el sistema, todo esto es muy antiguo” Respondió intentando calmarla, pero no fue muy efectivo y con un profundo miedo por lo que fuera a suceder, Roxee abrazó muy fuertemente a su compañero. “Debes estar tranquila, si quisieran hacernos algo ya nos hubieran atacado” Le dijo.
“¡No puedo ver nada!” Exclamó la Roxee, “Yo puedo ver tus ojos” Respondió Kentha, “No seas mentiroso” Intervino ella, “Bueno… quizás no los puedo ver, pero sí me los imagino. Tus ojos son lo que más me gusta de ti” Respondió el caballero de Ballena con una gran sonrisa. Sólo unos minutos pasaron y la gran puerta que estaba detrás de ellos se abrió destellando una gran luz que vislumbró a los jóvenes que desde hace unos instantes… se estaban besando. Ambos pudieron mirarse a los rostros descubriendo lo sonrojados que estaban y sin decir palabra alguna, sólo tomándose de la mano cruzaron aquella gran puerta.
En el techo detrás de unos pasillos ocultos, una decena de hombres con sus caras pintadas miraron a la pareja entrar hasta al gran salón. Comenzaron a tocar unos peculiares tambores con una increíble coordinación y en ese instante el sujeto que los había guiado a través del desierto dijo con una sonrisa “Que comience el ritual”.
Parte III
En algún lugar de este mundo, muy lejos aún de la vista de los jóvenes caballeros de la resistencia; Tamiel, aquel que hace años había utilizado el Alcaesto para separar a los dioses de los hombres, estaba sentado en su trono esperando noticias de sus caballeros negros de elite, quienes tenían como principal misión reunir las doce armaduras doradas.
Mientras aguardaba pacientemente, un hombre tocó la puerta, desprovisto de su armadura, cabizbajo y con el rostro serio, era Timos de Leo quien con una notoria frustración en su mirada se presentaba ante su líder, “¿Qué te sucede león negro? ¿Acaso no traes contigo la armadura de Sagitario?” Preguntó Tamiel de forma muy intimidante. En ese instante Timos le contó lo que había sucedido con la vestidura dorada, el hecho de que había obtenido un extraño poder que hizo parecer como si tuviese vida propia, tomando la forma de un enigmático guerrero y que luego de eso había sido expulsada hacia todos los rincones del planeta exceptuando por sus alas, las cuales ardieron en el cielo.
Esta historia dejó sin duda muy reflexivo a Tamiel; necesitaba a toda costa reunir las armaduras doradas y aun carecía de cinco de ellas para llevar a cabo sus planes. Luego Timos le dijo con sinceridad “He venido sin llevar puesta mi armadura, porque deseo ofrecerle mi vida a cambio de esta derrota que he sufrido en mi misión”. Pasaron unos minutos eternos en los que ambos permanecieron en silencio… “¿Cuáles son los resultados?” Preguntó el demonio en forma seria, mientras que su leal guerrero le respondió sin hacerse esperar “Las bajas son… totales, sólo algunos sobrevivieron luego de haber huido, pero yo mismo les di caza acabando con sus miserables vidas. Por otro lado le ofrezco las armaduras de bronce de Pez Austral y Vela cuyos antiguos portadores fueron asesinados, además he traído conmigo a un prisionero… el caballero de Octante, a quien pongo también a tu disposición”.
En ese instante cuando Tamiel estaba a punto de dictar su sentencia, un nuevo caballero negro llegó inesperadamente, era un guerrero alto de pelo rubio y ojos negros, su gran armadura era similar a las de Timos y Desmith pero desde su casco dos enormes cuernos se elevaban a los cielos. Entró caminando con mucho esfuerzo, al parecer estaba herido, sin embargo eso no fue problema para cargar él mismo, dos cajas doradas de Pandora en sus hombros. El enigmático líder que estaba en su trono mostró una leve sonrisa “¡Gran caballero! Kaios de Capricornio ¡Por fin has vuelto!” Dijo demostrando su aprecio por la llegada de Kaios, “Su majestad, lamento haberme tardado más de lo planeado. Aquí traigo junto a mí las armaduras doradas de Tauro y Libra” Dijo el recién llegado. “¿Acaso estás lastimado?” Preguntó Tamiel de forma repentina “Eso no es importante señor, he cumplido con mi misión que es para lo que vivo. Mi cuerpo se recuperará pronto, de eso no hay duda” Respondió el caballero oscuro escondiendo la sangre que brotaba de su rodilla derecha.
Timos de Leo, quien aún estaba inclinado, sentía como su orgullo estaba más dañado que nunca, se sentía miserable, como si su gran honor jamás hubiese existido “¡Levántate y porta tu armadura! Espero que en tu próxima misión demuestres que no ha sido un error dejarte con vida” Ordenó Tamiel muy seriamente, debido a esto Timos se puso de pie con sus dientes apretados de la ira y mirando sólo el piso se retiró de la sala en silencio.
Sin prestarle atención, se le dijo al guerrero restante “Con respecto a ti, ve a tu habitación y descansa, lo tienes merecido. Pronto será la ceremonia para nombrar a los dos nuevos caballeros de elite que llevarán las armaduras que has conseguido, espero que estés aquí reunido con nosotros”. Kaios muy feliz por la aprobación de su líder agregó “Me honra con sus palabras, pero sólo por curiosidad ¿Existen guerreros preparados para llevar esas vestiduras tan poderosas?”, “Tengo designado al joven Damián para llevar la armadura de Libra y al prisionero Thanon para portar la de Tauro” Respondió con una sospechosa amabilidad, “¡El prisionero Thanon! Eso es imposible ¡Él jamás le juraría lealtad! Es una criatura sin ningún tipo de entrenamiento ético, sólo causará problemas en nuestra sistema que tanto…” Estaba diciendo Capricornio oscuro pero sin dejarlo terminar, Tamiel lo interrumpió “¡Silencio! El que seas uno mis caballeros más leales y el más eficaz, no te da derecho de cuestionar mis decisiones ¡Ahora vete de aquí!” Le ordenó sin compasión, “Como usted desee mi señor” Respondió Kaios, para luego salir de la habitación.
Por otro lado Kentha y Roxee estaban caminando de la mano, luego de cruzar una gran puerta que según Adén, un extraño sujeto del desierto, les llevaría hacia la salida. Era increíble la magnitud del lugar, era tan sólo una cámara, sin embargo podía ser de la medida de todo Campo Ónfalos sin problemas. Lo que produjo un gran asombro en los jóvenes era la cantidad de estatuas que había en las paredes, tenían un aspecto demoniaco que les daba un gran escalofrío. “Esas esculturas… parece como si estuviesen vivas” Comentó el caballero de Ballena, debido a que estaban una al lado de la otra pero en posiciones muy peculiares.
Cientos de antorchas comenzaron a prenderse por todo el techo alumbrando el lugar “¿¡Qué es esto!?” Exclamó Kentha con una notoria preocupación, junto con esto una gran serie de tambores pudieron ser oídos, entre ellos una gran voz dijo “¡La ceremonia del silencio ha comenzado!”. Los jóvenes miraron hacia todos lados buscando al emisor de tales palabras, pero no pudieron ubicarlo. De pronto las paredes que estaban a su lado ¡Comenzaron a moverse! Haciendo que la sala se hiciera cada vez más pequeña, “¡Moriremos aquí!” Exclamó Roxee descubriendo el destino que les llevaría quedarse en ese lugar, pero Kentha con sus pies muy firmes puestos sobre la tierra extendió ambos brazos hacia los lados intentando detener el movimiento de las paredes. La fuerza que debía hacer era demasiada y apenas podía resistir. Justo cuando estaba por lograrlo, decenas de guerreros semi desnudos pintados por completo, aparecieron para impedir que siguiera reteniendo las murallas. Algunos utilizaron grandes piedras mientras que otros, ligeros ataques de fuego, entonces la chica se interpuso para que no dañasen a su compañero “¡VENOM ASTRAL!” Desde su ombligo proyectó su cosmos el cual tomó la forma de una intimidante serpiente que logró dejar a los atacantes fuera de combate.
Pero en tan sólo unos segundos al menos veinte nuevos extraños aparecieron. Kentha quien ya había logrado detener el movimiento de las paredes, utilizó sus conocimientos sobre la tierra para lanzar al menos diez enormes piedras que pudieron dar con algunos, sin embargo la mitad de ellos pudieron esquivarlas y ya se estaban preparando para atacar cuando el caballero de Ballena encendió su cosmos al máximo “¡ABYSSAL PUNISHMENT!” Desde el suelo se formó una poderosa mano terrestre que logró aprisionar a sus enemigos “¡Ahora sufrirán el castigo merecido por atacarnos!” Exclamó el joven guerrero, pero en ese instante una voz proveniente de un hombre adulto lo interrumpió “¡Basta por favor!” Era precisamente una persona de edad, a su lado estaba Adén, el misterioso muchacho que los había guiado hasta el templo.
Los recién llegados se pusieron en una postura de reverencia, entonces el mayor dijo “¡Por favor perdónenos! A cambio de no dañar a mi gente, le daré mi propia vida como sacrificio”. El ambiente estaba algo más tranquilo, pero Kentha no quedaría satisfecho con tal oferta “¿¡Quiénes son ustedes!?” Reclamó muy enojado, “Somos los monjes encargados de mantener en calma al espíritu del silencio” Respondió Adén, “¿Qué es eso?” Preguntó Roxee de inmediato, “Desde generación tras generación, nuestra misión ha sido mantener la paz del mundo, manteniendo al espíritu del silencio en su más profundo sueño, hasta que los portadores del Alcaesto lleguen y logren acabar con él” Agregó el anciano que ya se había puesto de pie. “¿¡El Alcaesto!?” Exclamó Kentha, pudiendo recordar fácilmente la historia que su patriarca le había contado.
A cambio de liberar a su gente, el caballero de Ballena les pidió al anciano y a Adén que les relataran la historia de sus obras, sin embargo ellos se negaron diciendo que en verdad poco era lo que sabían con respecto al origen de sus tradiciones “Entonces realizan sacrificios humanos para mantener a ese tal espíritu dormido ¡Pero no saben nada de él!” Dijo Kentha cada vez más enojado, “Hay algo que podemos mostrarles” Aseguró el hombre del desierto y luego de repetidos movimientos de reverencia hicieron pasar a los jóvenes hasta el fondo del gran salón.
Una vez allí pudieron contemplar el lugar donde se hacían los sacrificios. Desde un comienzo pensaron que sería un paisaje terrorífico lleno de cadáveres y sangre en las paredes, pero era muy distinto. Todo estaba adornado especialmente para hacer cultos con el fuego, el ambiente de la sala transmitía una profunda paz que perturbaba el corazón de Kentha, debido a que por momentos dudaba en la valía de tales sacrificios. “¿Acaso el lugar de descanso del espíritu está por estos lugares?” Preguntó el caballero, “Aquella cosa que quiero mostrarles está justo detrás de cortina que está al fondo de la sala” Mencionó Adén y luego llamando a varios jóvenes más lograron desplazar tal cortina, mostrando claramente lo que escondía.
Al verla Kentha quedó completamente impresionado, sintió una especie de frío en su espalda el cual le dio la sensación de que ya había visto tal obra muchas veces en el pasado. “¿Por qué tanto alboroto? Es sólo una pintura” Dijo Roxee muy ingenuamente. Lo que ella no sabía es que hace algunos meses atrás, esos jeroglíficos habían sido tema fundamental dentro de las conversaciones entre Kentha y Takeshi, era la misma imagen que había aparecido dentro de los libros prohibidos del padre del caballero de Centauro. Un gran y horripilante demonio cubría todo el sector derecho de la imagen, era similar a un gigante, tenía dos cabezas y alas de murciélago y contra él cuatro nobles caballeros de pie guiados por un gran Sol que estaba sobre ellos. El portador de la armadura de Ballena no podía dejar de mirarla con sus ojos muy abiertos, de pronto una serie de miles imágenes pasaron por su mente y en ese instante ¡Una gran luz blanca rodeó su cuerpo! El lugar comenzó a temblar mientras nadie sabía lo que estaba ocurriendo “¿¡Qué sucede señor!?” Le preguntó Adén al anciano que lo acompañaba, “Esa luz… sólo puede haber una explicación ¡Él es uno de los cuatro Señores del Alcaesto!” Exclamó alarmado. Al escuchar estas palabras todos los hombres que estaban en el gran templo se arrodillaron frente a Kentha haciéndole señales de reverencia.
“¡Salve el gran Señor del Alcaesto!” Repetían coordinadamente, “¿Por qué hacen eso?” Preguntó Roxee intrigada, “No lo sé, pero debemos aprovechar esto para salir de aquí y reunirnos con los demás” Respondió el caballero de Ballena, “¡Necesito que nos devuelvan nuestros caballos! Vamos rumbo a la isla de la reina muerte, necesitamos llegar allí cuanto antes” Agregó con una voz muy firme. Entonces Adén fue en busca de los equinos y junto a los demás los escoltaron hasta la salida, antes de salir el anciano se dirigió a Kentha “Ustedes tienen una gran misión que cumplir, le pido en nombre de la humanidad ¡Por favor! ¡No fallen!”. El joven no entendía aquellas palabras pero metido en su papel de seguridad con la intención de escapar de cualquier modo, sólo le hizo una pregunta “¿Cómo podremos encontrar a nuestros camaradas?”, entonces el líder del lugar le respondió, “Este lugar es llamado el templo del silencio porque la única forma de vencer al demonio que amenaza la Tierra, es escuchando precisamente la voz del silencio, aquella voz que viene desde dentro de nosotros mismos y que nos guía en los momentos de aflicción, nunca olvides estas palabras joven guerrero. Si quieres encontrar a tus amigos, sólo hazlo… si lo deseas de corazón, sé con seguridad que podrás hacerlo”.
Así fue como reflexionando profundamente en todo lo ocurrido, Kentha junto a Roxee se sumergieron nuevamente en el desierto para seguir con su aventura.
Editado por Abyssal Shinigami, 01 noviembre 2014 - 02:28 .
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Publicado 30 agosto 2014 - 17:05
te quedo bien la historia de como aparecio este nuevo y poderoso enemigo y como las armaduras
cambiaron.
parece que los caballeros están en dificultades sin la presencia de athena.
#39 Vulcanus no Kentha
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Publicado 04 septiembre 2014 - 15:16
Chicos ya está actualizado el capítulo 5 de esta obra el cual es una antesala para más desarrollo con respecto a qué es realmente el Alcaesto, espero que les guste. Les comento también que he subido un nuevo dibujo al tema FanArts Alcaesto, para que lo vean. Por último pedirles disculpas por lo demoroso que es Alcaesto Vs TuFic, ya que es un gran trabajo adicional que en estos minutos no me da el tiempo para realizar, pero no se preocupen que estoy trabajando en ello, un saludo fraternal ^^
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Publicado 05 septiembre 2014 - 16:22
un final intrigante,me agrado que se mencionara a los protas del clasico y al parecer el prota de tu fic si
que es muy directo con Roxee XD
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