SKIN © XR3X

Jump to content

* * * * * 2 votos

ARCANGEL


  • This topic is locked Este tema está cerrado
97 respuestas a este tema

#41 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

  • 3,262 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 02 mayo 2011 - 19:32

Bueno hay que reconocer que fui muy "jartible" por haberos dejado tanto tiempo sin Arcángel, pero fue por motivos personales. Ahora es hora de "resucitar" la historía. Conclusiones que saco: Es un capítulo caracterizado por más relatos un poco surrealistas, una batalla fatigosa que no acaba en este capítulo sino en el siguiente, y puede que más lenta de lo habitual y bueno... no os cuento más.
Por cierto, no os extraña que le pasó a Dany en el anterior capítulo. Ya veréis más adelante. Espero que se entienda. ^^
Que lo disfrutéis. s65.gif

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>



Una vez trasladados John y Christian a sus dormitorios, Gabriel pudo ver como varios alumnos deseaban salir de sus habitaciones hacia el bosque. Algunos por ver más cerca lo que había pasado, otros porque estaban asustados ante el temible temblor que habían notado con la venida de la extraña luz. La primera transfiguración de un arcángel cuando su llama es atraída por la Anunciación de Gabriel sobre un nuevo portador, es tan increíblemente poderosa como una onda expansiva, pues se abren las tres dimensiones de golpe para facilitar el acceso repentino del espíritu a un cuerpo justo como una “encarnación”. No obstante la anunciación no es más que utilizada en esos casos para no hacer sufrir demasiado al portador que acoge un ángel, tan sensible al dolor.

Gabriel sobre el pináculo de la bóveda del oratorio observaba los alumnos, las monjas y los vigilantes de los dormitorios saliendo confusamente hacia el exterior. Los ojos se centraron en el edificio viendo si había cesado de temblar. Uno de los chicos dijo señalando a Gabriel: “Qué es eso? Parece una veleta, pero está demasiado alto para distinguirlo…” Gabriel agitó las alas dando un gran salto. Se posó en la zona más alta de la cruz. Cuando las monjas vieron las dos alas sobre la cruz cayeron de rodillas diciendo: “ Es un mensajero de Dios!” La figura de Gabriel se iluminó tal como una estrella. Su estrategia era atraerlo a todos con él para que no descubrieran la batalla que se iba a desencadenar entre Miguel y Aamon.
-Paz a vosotros.- Les dijo.- No vengo a daros mensaje alguno simplemente deseo que observéis las flores que ante vuestros ojos aparecen y las toméis.

Una azucena apareció sobre cada observador y Gabriel dijo: “Polvo de azucena” Cada flor expelió un ligero vapor blanco sobre los ojos de cada uno dejándoles completamente hipnotizados.

-Ahora volver a vuestros dormitorios, seguir realizando lo que estabais haciendo y dormid. Mañana no recordaréis nada de lo que ha sucedido hoy.

Todos obedecieron a Gabriel y volvieron a entrar. Gabriel tomó la azucena de su mano y la olió. Después dirigió su mirada hacia el lugar donde Aamon y Miguel se encontraban y sentándose sobre su aurea cerró los ojos esperando a que el combate empezara.

Sobre Santiago brillaba una estela azul intensa y dos inmensas y aterciopeladas alas se extendían a lo largo de su espalda. Le cubría una resplandeciente armadura que parecía platino. Sus guanteletes y rodilleras brillaban como el zafiro. Y dos cruces, de su mismo emblema, destellaban. La primera, sobre su brazo izquierdo; la segunda, se encontraba en la parte central de sus sienes y era custodiada por dos ángeles de tres alas. Parecía una corona.

Los pliegues azules de sus ropas se agitaban suavemente por la brisa y en el pecho un broche de un ángel en forma de virtud se mostraba siempre frente a frente con el enemigo. Era la virtud de la humildad, el valor y la fe.
Aamon no tenía la menor duda, frente a él estaba Miguel, el más fiel de los ángeles de Dios, el general y guardia de los principados del Reino celestial. No había ni la mínima ráfaga del chico de catorce años que había enredado en el símbolo de Astaroth, salvo el rostro, cuyos ojos miraban tan penetrantemente como solo Miguel puede hacer. Esos ojos que hacen temer, irritase y rendirse a cualquier caído.

-Miguel… has regresado.- dijo el rebelde.
-Yo siempre vuelvo, Aamon, mientras haya almas en peligro.
-Así que eso es lo que tramaba Gabriel. Despertarte nuevamente sobre el chico que he raptado. Entiendo… quería entrenarlo para poder enfrentarse contra nosotros contigo.
-Llevo mucho tiempo en la tierra ya y Gabriel también. Tú lo sabes. Solo necesitábamos reunirnos para poder llevaros de vuelta a donde pertenecéis y para que liberarais el cuerpo que poseéis tú y los tuyos. Habéis roto toda ley en la tierra como hicierais en un principio en el Cielo y no lo podemos consentir. Los hombres son tan libres como nosotros y nadie debe someterles, mucho menos aquellos que siguieron a un embaucador y un tirano como Luzbel.

-Nosotros mostramos a los hombres la verdad. Ellos no tienen que obedecer las absurdas leyes que el Creador les ha impuesto como nos impuso a nosotros.
-Y no tienen por qué seguirlas, por eso muchos de ellos se apartan de ella como lo hicisteis vosotros, los caídos. No tenéis que someterles con vuestras posesiones para llevároslos a vuestro reino de oscuridad, soledad y desesperación. Ellos pueden elegir si ir o no ir con vosotros, pero por propia voluntad, no a la fuerza. Luego será el Juicio el que decida si permanecen ahí o no.
-Basta de charlatanería, Miguel. Sigues siendo tan molesto como siempre dándome una homilía inútil. Yo ya conozco lo mismo que tú y elegí mi camino. No voy a regresar nunca.
Aamon se abalanzó sobre Miguel con las dos espadas. Éste las bloqueó con la suya que apareció entre sus manos. Aamon se apartó dando un paso atrás. Miguel se pudo recolocar y comenzó a andar de lado en dirección derecha; mientras que Aamon lo hizo hacia la izquierda. Se miraban fijamente a los ojos intentando prevenir los ataques de su oponente.
Santiago podía ser consciente de que se encontraba luchando. Miraba a Aamon en su ceniciento aspecto. Sus manos empuñaban la espada que antes no podía ni levantar, sin el mínimo esfuerzo y un halo enorme de confianza le llenaba por dentro. No entendía muy bien lo que ocurría pero ahí estaba. Recordaba que Gabriel siempre le decía que no se adelantara a los movimientos de su enemigo, eso era combatir con paciencia.

Aamon arremetió con la espada derecha que fue bloqueada por Miguel, enseguida la izquierda intentó decapitarle pero rápidamente la esquivó a la vez que empujaba la derecha de Aamon hacia el suelo. Las dos fuerzas enfrentadas eran muy duras. Miguel no dejaba de mirar la espada izquierda que volvió a intentar segarle el cuello, tenía que actuar rápido y se dijo: “Ayúdame a ver su espíritu Miguel”.
Sus ojos vieron a un ser horrible y deforme enfrente suyo. Era una llama de rojo ennegrecido con dos linternas amarillas por ojos y su forma era realmente ecléctica. Parecía luchar contra un enorme búho de cola de serpiente y alas negras; donde plumas y cartílago se mezclaban. “Ya te veo.” Emitiendo un fuerte grito inclinó el tronco y elevando la cadera y flexionando la pierna le dio un fuerte rodillazo en el vientre que hundió la llama que se doblaba con la facilidad de una hoja.

-¡Muy bien, Santiago!- Exclamó con amplia sonrisa Gabriel.
Las espadas de Aamon se clavaron en tierra y Santiago pudo de un salto enorme, gracias a las amplias alas de su espalda, ponerse tras el enemigo y de pronto una imagen le hizo mirar al cielo.

Sobre él un espacio blanco y luminoso era cubierto de rojos espíritus hermosos y sonrientes. Tenían las alas extendidas a modo de toldo. Se entrelazaban entre sí y se hallaban sentados sobre novas que parecían enormes estrellas y galaxias. Dichos espíritus elevaron sus miradas y dejaron mostrar plateadas cabezas sobre ellos. Estas tenían el cabello blanco y ensortijado y solo un par de alas eran todo su cuerpo. Aparecían y desaparecían como si se tele transportaran dejando una estela en su recorrido como fugaces luceros. Encima de estos pudo percibir entre los huecos de los rápidos movimientos, verdes espíritus vestidos de blanco reluciente con cayados en sus manos. En armoniosos movimientos parecían dominar los cuatro elementos de la naturaleza y más allá de éstos no vio más pero pudo escuchar un coro de infantiles y bellas voces que entonaban canciones que no pudo entender.

Percibió un nuevo ataque de Aamon y girando sobre su eje metió un fuerte codazo a la cara de éste que se giró la mitad de su posición. volvió en sí y siguió atacando con ambas espadas que Santiago podía seguir bloqueando con la misma rapidez. Miró otra vez al cielo y vio los mismos seres. Estaba muy impresionado. Una llama rosa descendió por medio de los seres diciéndole:

-No te distraigas.
-Gabriel…- Dijo Santiago. Volvió a mirar al frente y aceleró sus ataques de tal modo que una de las espadas de Aamon salió disparada de las manos de su dueño, quedándose éste solo con una. Aamon se echó a reír.
-Son hermosos ¿verdad?- Dijo el demonio.
-¿Quienes?- Dijo Santiago.
-Los ángeles de Dios. ¿No los has visto acaso? Pese a que luces como Miguel sigues siendo ese muchacho y he podido ver en tu cara el gesto de alguien que ve por primera vez la Gloria que lo envuelve.
Santiago miró a su alrededor y vio como le rodeaban ángeles armados como él de estela azul. A su derecha la llama de Miguel le decía: “No le escuches y sigue la lucha. Esto ya lo has visto y lo verás pero no es el momento.”
-No voy a escucharte, Aamon. – Exclamó Santiago y sin dudas siguió una y otra vez atacando. Con una sola espada el enfrentamiento era más igualado. Aamon además se valió de puños para golpear a Santiago, que desapercibido, recibió un puñetazo en toda la cara que le hizo retroceder y le dejó conmocionado.
-Al fin y al cabo no eres más que un niño.- Dijo riendo y rápidamente se abalanzó sobre él. Santiago saltó esquivando la hoja de la espada del demonio que se clavó nuevamente en la tierra abriendo una pequeña falla. El demonio se encontró con dificultades para sacar el arma incrustada. Santiago volvió a ver los espíritus azules y le pareció ver entre ellos a Aamon.
-Tú… eras uno de ellos.- Dijo el chico.
-Todos los ángeles caídos fuimos una vez como tú.- Sacó la espada al fin.- Veo que es el chico el que vuelve a hablar. Creo que todavía tienes que superar la doble personalidad que tienes. Significa que todavía eres demasiado novato y que no te abandonas lo suficiente para que Miguel actúe. Eso es para mí mayor ventaja porque significa que eres demasiado débil para mí.

Santiago frenó la muñeca de Amon con una sola mano y éste se dobló de dolor. Un halo azul añil muy intenso irradiaba del cuerpo de Santiago.

-No… yo confío en ellos, y voy a vencerte Aamon, porque esa es mi misión.- La espada de Miguel chocó con la hoja de la espada que Aamon empuñaba en la mano detenida, partiéndose en dos y cayendo la empuñadura al suelo pues la fuerza abandonó al demonio que cayó hincando una rodilla humillado.

-Eso es tener fe, Santiago, siéntete orgulloso.- Dijo Gabriel que observaba como espectador.

Alzó la espada el chico. La colocó con la punta hacia abajo dispuesto a clavarla en el espinazo de Aamon. Con todas sus fuerzas bajó el codo con un golpe seco, pero la hoja se detuvo al chocar con una sólida armadura que resplandecía en el cuerpo del Demonio.
-Los arcángeles no sois los únicos en transfiguraros.

Aamon se desembarazó de la mano de Santiago y con descomunal fuerza retiró los brazos de su opresor. Su aspecto era terrorífico. Tenía la cabeza de un búho con ojos redondos y amarillos. Su plumaje era pardo y un armazón de lúgubre burdeos le protegía el tórax, los hombros y las patas en la zona de la espinilla y rodillas. Escalofriantes garras salían de sus manos y patas amarillentas de tres dedos. Una larga cola de serpiente se movía a modo de látigo por el final de su columna. Dos enormes alas mitad cartílago de murciélago y mitad plumas de ave se agitaban levantando el polvo del suelo. El pico de su nariz era muy afilado pese a su corta dimensión. La boca era ancha y asomaba unos pronunciados colmillos. Sobre su cabeza un casco con cabeza de búho y alas de dragón. Emitió el monstruo un agudísimo piar que obligó a Santiago a taparse los oídos por el desagradable sonido. Sintió flaquear sus fuerzas y se encogió. Al mirar los árboles del bosque miles de ojos amarillos redondos le miraban fieramente. Eran búhos y lechuzas que parecían haber acudido a la llamada de su señor.

Gabriel se levantó alarmado de su trance y posó sus pies sobre el tejado. Su expresión era angustiosa. Se dispuso a emprender el vuelo para ayudar a su pupilo pero se le interpuso Miguel.
-Tenemos que tener fe en el chico como él la tiene hacia nosotros, Gabriel.
-Es su primera batalla… y es ante un enemigo muy poderoso.
-Debe entender que juntos lo conseguiremos.
Gabriel asintió pese a su intranquilidad. Entrelazó sus manos y volviéndose a sentar cerró los ojos para continuar viendo como luchaba el joven Santiago.


>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

Editado por Talaris, 06 mayo 2011 - 11:35 .

dohkoojos_by_bytalaris-dajwngn.png


#42 Megarage

Megarage

    Dios Ocioso Patuno Supercuacklifragilísticoexpicuacklidoso


  • 16,175 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 02 mayo 2011 - 19:57

Muy buen capitulo happy.gif


La espera valio la pena !!!


Espero pronto publiques la continuación


Saludos s55.gif s65.gif

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
wlMvIov.gif
293eqac.gif
24x3sp3.gif
2utrjts.png


#43 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 02 mayo 2011 - 23:17

genial como siempre Talaris

valio la pena la espera

Arcangel fan club presente laugh.gif

esperando el proximo capitulo



#44 Gerrard

Gerrard

    Baneslayer Angel

  • 2,199 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Virgo
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 03 mayo 2011 - 08:47

Buen capítulo Tala.

Saludos,

s55.gif s5.gif s55.gif
///La firma excede el tamaño permitido///

#45 Shaman

Shaman

    ¡¡¡Te dejaré congelado!!!


  • 2,182 mensajes
Pais:
Japan
Sexo:
Masculino
Signo:
Acuario
Desde:
Madrid, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 mayo 2011 - 04:48

¡Muy bueno este capítulo! Lo he leído gustosamente durante el curso ;)

imgFirma.gif


#46 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

  • 3,262 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 22 mayo 2011 - 19:21

Bueno, en primer lugar, apuesto que querréis saber el desenlace de la batalla Miguel vs Aamon y aquí lo tenéis. Sinceramente esta batalla no me ha dejado satisfecha porque me ha parecido muy rápida, sin embargo, no descarto una nueva aparición de Aamon en las siguientes partes de la historia, sí habéis leído bien: PARTES. Esta el la primera que está por acabar. Al fin y al cabo los ángeles y los demonios no pueden morir ;)

En segundo lugar, hay un cambio. santiago tiene 14 años y no 15. Me di cuenta que necesitaba prolongar más sus años en el insituto. Prusias es incorrecto, es Pruslas. Ya lo he arreglado en los otros capítulos.

Por último; aquí podéis ver el diseño del demonio. Me puse a experimentar con texturas, patrones y degradados y este es el resultado final. Un híbrido bastante peculiar pero me gusta como quedó.

Que lo disfrutéis!

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>




>>Es como andar a ciegas en un camino donde no se ve el fin. La esperanza, la fe y la confianza es la que nos mueve en ese túnel que no entenderemos por qué lo andamos ni por qué lo sufrimos. Solo es lo que vamos a encontrar al final lo que nos invita a continuar andando y todo con la única ilusión de que lo que hallemos al final será tan hermoso que borrará todas la penurias pasadas para disfrutar de las alegrías eternas. Los que pierden esa confianza se atascan y no avanzan sumiéndose en la eterna oscuridad en la que se encuentran…<<
Ana cerró el ensayo que le habían mandado leer para hacer el trabajo de filosofía trimestral. Cuando miró hacia sus compañeras que dormían tuvo el extraño pensamiento de no saber cuando había empezado a leer. Una laguna le invadió la mente mientras se acomodaba en su lecho y se tapaba hasta el cuello. Rezó sus acostumbradas tres avemarías e invocó al ángel de la guarda. “ángeles…” Dijo mientras bostezaba, el invisible polvo de azucena volvió a envolverle los párpados que se cerraron por su propio peso y sumieron en un profundo sueño a la chica.

Volviendo a mirar a su alrededor, Santiago volvió a ver a los seres azules que le rodeaban y arriba los mismos de antes. Descendiendo sus ojos a sus pies al suelo un bellísimo ángel de unas seis alas iluminaba todo a su alrededor. Tenía una preciosa túnica blanca de la que relucían destellos de diferentes gemas. El cabello era liso, largo y albino, sus ojos de una mirada hipnotizante. Extendió la criatura sus brazos diciendo:
“Seguid vuestra voluntad pues se que estáis cansados de manteneros siempre en el mismo lugar. De qué sirve alabar a alguien que solo nos quiere para Él. Nuestra libertad es mermada bajo Aquél que habita sobre todas las jerarquías de ángeles. Solo os quiere en vuestros coros cuan tirano somete a sus súbditos. Dejad de engordad su vanidad con vuestros cánticos. Sois libres de dejar vuestras labores y emprended por vosotros mismos el viaje a ser tan sabio como Él, bajo el árbol del conocimiento del bien y del mal que yo guardo. Sabed pues por qué se os está prohibido determinadas cosas y así ejercer vuestra libertad como es debido, pudiendo elegir entre ambas.”
De entre los seres azulados que rodeaban a Santiago uno de ellos dejó su formación. Tenía como él una armadura platino y zafiro. Sus alas eran blancas y hermosas. Sus ojos eran dorados y de mirar sincero, confiado y bondadoso.
- ¿Adónde vas Aamon?- Escuchó decir de su propia boca Santiago en la voz de Miguel.
- He decidido seguir mi voluntad y camino hacia el conocimiento, como ese ángel tan hermoso.
- No escuches al embaucador de Luzbel, está tan ciego de su belleza que no desea más que le alaben por encima de quien nos creó. Ese no es el camino.
- Si tú te miraras, Miguel, como lo ha hecho Luzbel y como lo he hecho yo, veras que hermosos somos todos. ¿Por qué desechar tal don alabando a quien no nos deja salir de nuestro enclaustramiento? Mira arriba, Miguel, mira qué triste panorama. Somos como tontos borregos que siguen una manada, porque el que nos creó no nos dio todo lo que Él sabe. Tú y yo somos solo Principados, obligados a vigilar las fronteras del mundo de los hombres. ¿Para qué temer a algo que ni siquiera conocemos? Antes de evitar algo quiero saber por qué he de evitarlo.
- ¡Detente Aamon!- Dijo abrazándolo por el pecho.- Si Él nos ha dicho que no hagamos algo es porque sabe que es malo y no nos conviene acercarnos a ello. Confía como un niño.
- Ese de allí arriba nos quiere solo para Él. ¿Como es capaz de hablar sobre que seamos generosos si Él es el primero que no lo cumple?
- No caigas Aamon…
- Es mi decisión. He servido honradamente como se me ha mandado, pero es hora de ser libre. – Se giró hacia Santiago y tomándolo de la muñeca dijo.- Acompáñame.
- No.- Dijo liberándolo.- Tú sigue tu camino y yo seguiré el mío que es permanecer aquí. ¡Ojalá recapacites y entiendas que no es lo debido!
- ¿Cómo sabes que no es lo debido?
- Solo porque tengo FE y CONFIANZA en lo que hago y me dicen.
Aamon descendió tras Luzbel.

Santiago miró tras la visión al monstruo que estaba frente a él y sintió una inmensa compasión.
- Fuiste uno de los más nobles y honrados Principados con los que conviví. Eras muy bello y tus obras eran guiadas por el bien y la entrega a los demás. Con qué eficiencia vigilaste las fronteras de los hombres y les guiaste para que siguieran el camino correcto. ¡Ahora mírate! Dónde está todo eso. ¿Encontraste ya el por qué de las prohibiciones?

Aamon se enfureció y con desagradable voz le dijo: “Ahora sí que reconozco en tus palabras a Miguel.” Agitó ambas manos en un movimiento rápido y firme al frente. Todas las aves se abalanzaron sobre Santiago, formando una negra nube a su alrededor. Le picoteaban todas las zonas de su cuerpo como si se lanzaran hacia una presa.

Gabriel apretó con fuerza los ojos y los puños. Se sentía frustrado al no haber podido enseñar a Santiago enfrentar semejante ataque. No hubo tiempo material a ello. “No se turbe tu mente. Esas aves solo atacan tu cuerpo pero no tu espíritu. Puedes enfrentarlas con facilidad. Tú estás en la dimensión espiritual y ellas en la real.” Dijo angustiado.

Santiago se levantó al escuchar a Gabriel y concentrando su mente volvía a pedir a Miguel que le enseñara el camino hacia el espíritu inmundo de Aamon. Las aves despejaron su camino y lo vio nuevamente enfrente. Piso con fuerza la hoja de la espada. Las alas de la virtud del puño se agitaron y fueron al encuentro de la diestra de Santiago con una rapidez imperceptible. Emprendió la carrera hacia el monstruo pero falló. Aamon paró con su brazo y costado la espada.

- Eres un inútil chaval, jamás podrás atravesar la dura coraza de la que estoy hecho. – Propició un zarpazo a Santiago provocándole un intenso dolor. Si no fuera por la armadura que lo protegía podía haberlo herido de gravedad. Aprovechando como tenía enganchado el arma, Aamón dirigió un experto puñetazo en el cuello que dejó sin aliento a Santiago que ahogado se llevó la mano a su cuello. Pensó que iba a morir en ese momento y se asustó.
- Mantén la calma. No es grave…- Dijo Gabriel.
- Vamos, Santiago, no te di mi espada para que un susto te detuviera.- Exclamó Miguel.- Recuerda mirar con los ojos del corazón y verás el espíritu de Aamon frente a ti. - Santiago recibió unos cuantos golpes que lo derribaron. La espada cayó a su lado.
- ¿Cómo, si ya he ascendido a la tercera dimensión?- Dijo mirando al Cielo y viendo los ángeles otra vez.
- No es suficiente querer dañar sino que tienes que confiar en que puedes hacerlo.- La llama azul le tapó la visión.- Yo estoy contigo. Toma tu arma y piensa en quien eres , qué misión tienes. Si no expulsamos a Aamon, muchas otras almas inocentes y vidas peligrarán. – Santiago miró la espada y se esforzó a tomarla pese a estar decaído.- Tras ese terrorífico aspecto hay un alma inocente atrapada, que sufre innecesariamente y por solo placer de quien se ha adueñado de su cuerpo.
- Tienes razón… - Dijo mirando al monstruo que seguía pateándolo a la vez que le picoteaban sus aves.- Debo liberar a su portador. Por culpa de ese demonio su cuerpo ha sido cruelmente dañado y el sufrimiento inmenso.
El azul añil volvió a resplandecer de sus extremidades. Se hizo muy intensa y luminosa. Santiago se levantó de golpe y vio otra vez el espíritu. Con sus dos dedos golpeó los ojos del mismo, lo único que era distinguible. Amon gimió de dolor y se llevó las manos a los ojos que le comenzaron a sangrar. En el centro de la llama vio Santiago otro punto distinguible y golpeó en él. Aamon se doblo de dolor pero su cola envolvió el cuerpo de Santiago estrangulándolo como una boa hace con un ratón.
Se había elevado el chico del suelo sintiendo una enorme presión. Miró la espada que aun empuñaba, con todas sus fuerzas intentó mover su brazo para que la hoja cortara la cola. Las alas se agitaban intentando hacer escapar a Santiago pero era inútil. Aamon se reía malévolamente con sus ojos ensangrentados. Mirando en la profundidad de ellos pudo ver Santiago los gritos de auxilio de un alma apresada y prácticamente extinta. Invocaban a Miguel.
- Quién sino Él va a vencer.- Gritó Santiago. El aura azul se extendió a lo largo y ancho del bosque. La cola venció ante esa luz pura. Santiago alzó la espada, en el aire, y en picado la clavó en el punto más claro y grande que vio en el espíritu de Aamon. Éste cayó atrás con quejumbroso gimoteo.
La llama desapareció y Santiago vio como el cuerpo de Aamon recuperaba su forma original. La espada se había clavado en el hígado, pero la expresión del cuerpo pareció asomar una sonrisa de paz mientras el hilillo de sangre resbalaba por las comisuras de la boca. Los ojos se abrieron y la mano se extendió hacia la cara de chico. Santiago la tomó sintiendo una enorme calidez y piedad por el cuerpo que agonizaba.
- Escucho tu agradecimiento.- Dijo con la voz entrecortada.- Ve en paz.
El cuerpo exhaló el último aliento y cerró los ojos. En pie vio un espíritu Santiago tras el cual Gabriel aparecía. Éste ungió la frente del cuerpo.
- Quedas absuelto.- Dijo.
Azrael apareció y se llevó al espíritu.
Gabriel miró a Santiago. Las lágrimas resbalaban de sus ojos.
- Nunca me he sentido así.
- Has experimentado la inmensa caridad y amor que tu labor encierra. Es algo muy bello y has de pensar en ello, porque es lo que nos mueve a los ángeles a ayudar y guardar a los hombres que se nos han encomendado. Siéntete orgulloso, Santiago, portador de Miguel.- Gabriel tomo de los hombros a Santiago y éste se desvaneció un segundo volviendo a recuperar el conocimiento.
- Te felicito, Gabriel..,- Dijo.- Has entrenado bien a Santiago.- Gabriel retiró sus manos sonriente.
- Me alegra verte de vuelta, Miguel.
- Y yo me alegro de volver.- Se levantó.
- Hay que remediar eso de que habléis los dos.
- Ten paciencia, solo es la primera transfiguración, muy pronto no se confundirán tanto nuestros espíritus. Por cierto, ¿Fuiste tú quien le provocó la visión de la muerte de Thomas?
- Tenía que dar un empujoncito al chico.- Miguel estalló en una cálida carcajada.
- Pues intenta no hacerle pasar por cosas así, el chico al fin y al cabo solo tiene 14 años.- Anduvieron hacia los arbustos.- Has limpiado las mentes de los testigos.
- Absolutamente todas.- Tropezaron con Daniel y Valentin que estaban sumidos en un sueño profundo, el segundo hasta dejó escapar algún ronquido por la postura, haciendo reír a los arcángeles.
- Con estos dos has hecho un buen trabajo, pero hay que llevarlos de vuelta a sus dormitorios. Toma tú a Daniel que yo tomo a Valentín, al fin y al cabo es el compañero de habitación de Santiago.
Cargaron con cada cual, emprendiendo el vuelo separadamente. Miguel no tardó en llegar a la habitación y dejar a Valentín sobre la cama. Al girarse hacia la cama de Santiago vio por la ventana a Gabriel ya sin Daniel. Éste entró en la habitación.
- Sabes que debemos seguir probando la fe de Santiago, ¿verdad?
- Sí y a ello vienes. A borrar de su mente la identidad de tu portador. Si Santiago sigue confiando en su misión y en quién es, su fuerza será muy grande y su comunión conmigo total.
- Así es.
- ¿Pero qué hay de tu fe, Thomas?- Gabriel se aturdió por un momento.
- Dudaste al expulsar a Aamon del cuerpo que habitaba. Pudiste tú solo expulsarlo, pero cuando escuchaste de boca de Aamon que habías de derramar la sangre de un inocente, no lo hiciste, poniendo a riesgo tu vida y la misión que se te encomendó. Estas totalmente unido a Gabriel pero ese tipo de dudas pueden terminar con todo. Tenlo presente. Es orgulloso para mí ver cuanto de humano eres ya, pero recuerda también que eres un ángel y has de mantenerte firme.- Gabriel asintió.
Miguel se llevó la mano al pecho y en un destello azul Santiago recupero su forma y ropa originales. Medio despierto vio a Gabriel frente a él.
- Tho..mas.- Dijo Santiago. Gabriel le puso la mano en la frente.
- Has hecho un buen trabajo hoy, Santiago.- un destello hizo caer en un profundo sueño al adolescente.- Pero es mejor que no sepas quien me porta aún.

Pruslas estaba en la guarida del general demoniaco. Comía con avidez y con las manos un enorme solomillo de carne de ternera de color marronuzco y crudo que expelía un desagradable olor. Con sus uñas retiro los pedazos de carne que se le habían incrustado en los dientes. Bebió de su jarra de cerveza y la lanzo al suelo furioso, partiéndose.
-Ese imbécil de Miguel Otra vez ha descendido! Todo es por culpa de ese inútil de Aamon que no supo encontrar a tiempo al portador de Gabriel
Un chico joven tomó los pedazos de la jarra en un recogedor. Llevaba grilletes en sus tobillos y un tono parduzco su piel. Serios síntomas de desnutrición provocaban que sus huesos le marcaran la piel. Al intuir su presencia Pruslas sonrió con malicia y le lanzó el resto del solomillo a éste, golpeándole la cara. Cuando el chico vio el pedazo se lanzó sobre éste y lo comió con ansiedad.
- Calaña humana y desgraciada…- Dijo.- Jamás entenderé que le movió a Él a crearos.- Dijo inclinándose hacia el hambriento. El chico miró a Pruslas y de pronto comenzó a ponerse verde su piel.- ¿Está bueno?.- El chico paró de comer con un gesto de repulsión en su cara, después se llevó la mano al estómago y se hizo un ovillo en el suelo. Purslas reía mientras le miraba vomitar. - Me parece que no está todavía preparado tu estómago para comer cosas putrefactas.- Divertido se sentó a contemplarle sin escuchar las peticiones de ayuda que hacía el muchacho.
Astaroth apareció con Barry tras Pruslas, también miraba al enfermo.
- ¿Desde luego no perdonan las torturas que propicias Pruslas?-Pruslas se levantó al instante y se inclinó al ver a Astaroth.- Espero que tus macabras aficiones me sean útiles en mi contienda.
- Por supuesto que sí, mi señor Astaroth.
- ¡Barbatos ven aquí!- Barry se acercó a los dos.- Dile a Pruslas lo que han visto tus ojos.
- Mejor dicho su ojo- Dijo Pruslas riéndose de su propio chiste, pero al ver la expresión seria de ambos silenció.
- Bufón!- Dijo Barry entre dientes. Después sacándose el ojo de cristal éste se convirtió en una esfera y por ella apareció Gabriel convirtiéndose en Thomas.
- Ya has visto al portador de Gabriel, así que encárgate de él. Sino tu destino será el mismo que el de Aamon. – Dijo Astaroth.
- ¡Gabriel es un sacerdote!- Dijo a carcajadas.- ¡qué podríamos esperar del Arcángel de la virtud de la castidad! Será un placer para mí deshacerme de él.
- Así lo espero.
El lobo de Astaroth olisqueó al agonizante muchacho y el pedazo de carne. Pruslas se inquietó.
- Mi señor Astaroth no permita que el lobo…
- ¿Acaso crees que le iba dejar comer a mi mascota tu putrefacta obra pudiéndole dar mejores manjares?- Astaroth silbó y el lobo volvió al lado de su amo dejándose acariciar.- Eso es carroña para ti y tus buitres.- Dijo riéndose mientras salía del zulo. Tras él Barry volviéndose a poner el ojo.

Pruslas se acercó al chico y al pedazo de carne. Tomo uno y al otro lo cogió del pelo arrastrándolo por una galería donde al fondo había una luz. Salió a la despejada noche y tiró ambas cosas al suelo. De las dos paredes de la montaña un montón de buitres descendieron su vuelo para comerse el cuerpo muerto del chico y la carne.
- Sí comer mis pequeños, tenemos una importante misión que hacer.- Se cruzó de brazos mientras contemplaba la sombra de buitres, cuervos y quebrantahuesos que despedazaban su cena.- Será todo un reto para mí matar a Gabriel y si por el camino te me cruzas Miguel, seré doblemente feliz si te mato a ti primero.

Sonrió…


Editado por Talaris, 22 mayo 2011 - 19:34 .

dohkoojos_by_bytalaris-dajwngn.png


#47 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 22 mayo 2011 - 23:53

s35.gif

Excelnte capitulo

la pelea quedo bien laugh.gif

esperando el proximo

s46.gif

#48 Megarage

Megarage

    Dios Ocioso Patuno Supercuacklifragilísticoexpicuacklidoso


  • 16,175 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 23 mayo 2011 - 16:27

Muy buen capitulo !


La pelea no me parece que sea corta , de hecho para ser la primer pelea de Santiago me parece que estuvo bien pues todavia es inexperto y creo que no tenia caso prolongar la lucha demsiado ;)


Ahora a esperar el pròximo Cap. serà interesante ver lo que Pruslas esta tramando !



Saludos s55.gif s65.gif

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
wlMvIov.gif
293eqac.gif
24x3sp3.gif
2utrjts.png


#49 dead mask 2

dead mask 2

    ????

  • 1,666 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Virgo
Desde:
Ecatepec de Morelos, Mexico
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 mayo 2011 - 02:10

diculpa no haber leido los ultimos caps ya ke me encuentro muy atareado con la uni


y me cuesta trabjo



pero ya los eh leido y me gustaron bastante


continua kon esto

*arcangel fan eternity*
vader.jpg

#50 Rina_Holic

Rina_Holic

    Miembro de honor

  • 118 mensajes
Pais:
Argentina
Sexo:
Femenino
Signo:
Acuario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 01 julio 2011 - 00:26

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
ME ENCOANTO .. JAMAS ANTES EN MI CORTA VIDA UN HISTORIA ME LLAMO TANTO LA ATENCION COMO LA TUYA .... ESTA EXELENTE ... entre nos ... un poco de envida ... pero de la bueno ... me gustaria que mi escrito llegara un 1/4 o menos a los tuyos me facino ^^ de verdad EXELENTE ... ME SACO LA GALERA Y SRE SU FAN ^^ s42.gif

Editado por Rina_Holic, 02 julio 2011 - 01:15 .

Posted Image
La pintura es poesia muda , la poesia , pintura ciega

#51 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

  • 3,262 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 17 julio 2011 - 18:03

Hola a todos!

Bueno, primero Rage decir que efectivamente después de revisar la pelea con Aamon ésta no es demasiado corta ya que ocupa tres capítulos s46.gif por lo que mi idea ha cambiado.

En este capítulo nuevo y más largo de lo habitual, he querido destacar la importancia de los entrenamientos para Santiago y un primer acercamiento a las sucias trampas de ataque de Pruslas que más adelante intentaré describir con más detalle.



Espero que disfrutéis.

Saludos.

PD:Tengo que averiguar como puedo reducir los gifs de tamaño una vez terminados 33.gif si alguno de vosotros sabe el truco será bien acogido por una servidora. ^^

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>




Ana estaba en la biblioteca haciendo los deberes de matemáticas con Joan y Sara. Era sábado, y aunque normalmente hacían excursiones los fines de semana o se iban los alumnos a visitar a sus padres, aquel día se habían quedado a terminar los deberes antes de ir al cine a la ciudad.
Las tres estaban atascadas en unos problemas que no podían sacar. Valentín había entrado en la biblioteca y las vio. Se acercó a ellas y se deslizó por la coronilla de Ana y leyó lo que hacía.
- No es 36 sino 56.- Dijo Valentín ajustándose las gafas. Las tres le miraron sorprendidas.- Siento haberos interrumpido, es que me encantan las mates.
- ¿Y quién eres tú?
- Soy Valentín, el nuevo.
- Un nuevo alumno tan tarde.
- Ya, es que por motivos de trabajo de mi padre tuvimos que trasladarnos aquí.
- ¿Por qué es 56?- Dijo Ana.
- Verás… ¿me dejas el boli?- Cuando tomó el bolígrafo de Ana se sentó con ellas y les explicó las operaciones. Ellas estaban muy atentas, excepto Joan que miraba más a Valentín que al libro.- ¿Ves?
- ¡Lo entiendo!. – dijeron Sara y Ana.
- ¡Qué bien lo explicas!- Dijo Joan brillándole los ojos.
- ¡Gracias!
Ana se presentó y seguidamente presentó a sus amigas a Valentín. Éste les sonrió ampliamente y después preguntó si conocían a Santiago, que era su compañero de habitación.
- Pobre…- Dijo Sara.- ¿Tienes de compañero al oscuro?
- Al oscuro… ¿y ese nombre?
- Es el apodo que se le puso, ya que no habla con nadie y es tan sombrío en su comportamiento…
- Con ese apodo no me extraña que no sea tan simpático.- Dijo Valentín.- Necesito que me digan que habéis dado para poder alcanzar el ritmo.
- Yo te lo digo.- Dijo Joan sonriente abriendo su agenda.

En la Cripta Santiago esquivaba los discos de energía que Gabriel le lanzaba con la velocidad de un rayo. Una de ellas le dio en el estómago y le derribó contra la pared.
- ¡Vamos Santiago!- Exclamó Gabriel.- ¿Cómo vas a vencer si no eres capaz de alcanzar la velocidad necesaria?.
Agotado volvió a levantarse el chico. Las gotas de sudor le resbalaban por las sienes y aún así siguió esquivando.
- Si consigues superar la velocidad de estos discos, y aprender como direccionan, podrás adelantarte a los ataques de tu oponente. Concéntrate y no saltes a lo loco, sino te alcanzarán.

Santiago respiró hondo esperando la siguiente oleada de discos de energía. Le faltaba el aliento pero consiguió aminorar la fatiga prolongando las bocanadas. Miró fijamente ambas manos de Gabriel, viendo cual de las dos comenzaría sus disparos. Así pues no supo ver cual de las dos porque parecían lanzar a la vez de la velocidad que llevaban.

“Como es posible… no puedo ver de donde provienen para intuir donde van a parar.”

>Uno, dos y tres le volvieron a golpear.

Aunque no eran demasiado dolorosas sí que le dejaban algo atontado del impacto. Agitando su cabeza para recuperar su equilibrio y orientación siguió recibiendo, como si se trataran de una enorme diana. Una de esos discos le golpeó las espinillas empujando las piernas y cayó el chico de boca. Entonces por el hueco de abajo identificó la fuente de energía y percibió la blanca mano de Gabriel.

>Esquivó uno y dos pero el tercero le quitó visibilidad y le golpeó nuevamente.

Volvió a fijar la mirada por el ángulo muerto y hasta cuatro pudo repeler, pero el quinto y el sexto le golpearon a la vez. Su cuerpo se giró contra la pared.

“¿Por qué fallo si parece que voy bien?”

Se volvió a girar flexionado sus rodillas y volvió a ver las manos del Arcángel.

>Uno, dos, tres, cuatro…. cinco, seis, siete y ocho…. Le dio otra vez.

“¡Maldita sea!¿Por qué?”

> Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… ¡Vamos por la décimo! Volvió a caer…
Y emitiendo un grito de pura rabia, Golpeó las baldosas del suelo que saltaron en pedazos.
Gabriel detuvo el ataque. Con serenidad se puso las manos detrás y le preguntó.
- ¿Qué pasa Santiago?
El chico se sentó en el suelo y se apoyó en la pared respirando hondo. Estaba empapado en sudor y su piel enrojecida del calor y el esfuerzo.
- Jamás lo voy a conseguir maestro Gabriel…
- Por qué dices eso, muchacho.
- ¡Es que no me ves!-Exclamó levantándose ávidamente. Se pasó la mano por su oscura cabellera chorreante.- No tengo alas ni armadura ahora y no puedo enfrentar unos míseros discos de energía.
- ¿Verdaderamente piensas que sin eso no vas a conseguir nada?¡levántate y sigue perseverando en esquivar los discos que te lanzo!- Gabriel se dispuso a lanzar otra vez.
- ¡¡¡No!!!- Gabriel desistió en su intento.- No soy Miguel sino Santiago
- El que duda de sí mismo está vencido de antemano. Si no quieres seguir, vete de aquí y no me hagas perder el tiempo.

Santiago tomó su mochila y salió corriendo enfurecido. Gabriel se llevó las manos a la frente decepcionado. Después se sacó la diadema y la colocó en su sitio.

- ¿He sido muy severo, Miguel?- La voz de la llama azul de la estatua de Miguel le dijo:
- Todavía no entiende nada. No es consciente de que no soy yo el que le convierte en un ángel sino él el que deja a un ángel entrar en su alma.- Thomas se dobló de dolor apoyándose en la mesa.- ¿Qué te ocurre?
- No me he percatado aún, que este cuerpo es físico y se resiente de sus heridas de lucha.
- Necesitas descansar. Regresa a tu retiro o no te podrás curar bien.
- Lo haré.- El sacerdote salió de la cripta mientras la llama azul decía.
- Cuánto más vas a tardar en aparecer medicina divina.

En la ciudad Valentín iba muy bien acompañado con las tres chicas. Le estaban enseñando los sitios que más frecuentaban y el lugar donde hacían los batidos más exquisitos de todos. Joan no paraba de hablarle y él la escuchaba atentamente, aunque a veces se atropellaban con las palabras. Ana y Sara les escuchaban e intervenían bastante poco. La primera inclinó su boca para beber un sorbo de su batido y por el cristal vio a Santiago cabizbajo. Valentín se levantó para ir al servicio sin percatarse que Santiago entraba en la heladería en ese momento. Joan y Sara parecieron inclinar la mirada como medio escondiéndose, Ana un poco indignada las miraba y levantándose le llamó. Santiago se giró y lo único que vio es la amable sonrisa de Ana, puesto que las otras dos le ignoraban altaneras. Volvió a girar al frente para tomar y pagar su batido y salir del sitio. Antes de llegar a la puerta salió Valentín que le saludó con mucha alegría.
-¡Qué bien que estés aquí, Santiago! ¿A qué no sabes lo que me ha pasado en el baño?. Un tipo muy simpático me ha entregado estas entradas gratis para ir al cine ahora. Parece que le han dejado plantado. Que descortés es la gente a veces.- Joan se avergonzó al escuchar eso de Valentín, y se sintió mal con su actitud con Santiago. Se levantó y sonriente dijo.
- ¡Pues vayamos al cine!
- ¿Cómo?- Dijo Sara.- ¿Y qué sabemos de ese tipo?. A saber de qué es la película.
- O un antro para que nos secuestren.- Dijo Ana
- Pues…- comenzó Valentín ajustándose las gafas.- Parece entretenida, algo sobre alienígenas que invaden la tierra. Eso fue lo que me comentó.
Santiago levantó sin hablar su ceja izquierda, la no partida por la cicatriz que le hizo Daniel.
- Bueno si nos pasara algo, siempre puede defendernos Santiago.-Joan se rió sola. Mientras Sara y Ana callaron con mirada inquisitiva. Cuando se percató de su metedura de pata se puso muy nerviosa pensando que podía pensar Valentín de ella.
- ¿Por qué nos ibas a defender tú, Santiago?- Dijo inocente Valentín.
Santiago se metió una mano en el bolsillo y mirando a Joan dijo.
- No sé…, que te lo cuenten ellas, al fin y al cabo parece que te has hecho su amigo. Yo por mi parte me las piro, tengo cosas que hacer.
Abriéndose paso entre los tres salió del sitio.
- Joan tienes la boca demasiado grande.- Dijo Ana y después salió corriendo detrás de Santiago. Éste se giró al sentirla.
- Santiago, te pido que disculpes a Joan, ella a veces no sabe lo que dice.
- Siempre te disculpas por tus amigas pero ellas nunca lo hacen.- Dijo.- Me da lo mismo. – Tiró el bote de plástico a la basura.- Tened cuidado con lo de las entradas. No sabéis la gente tan peligrosa que anda por esta ciudad– Pegó una patada a una piedra y ésta saltó muy lejos.
- Entonces… no quieres venir.- Santiago negó con la cabeza.
- Ya os lo he dicho, tengo cosas que hacer.- Se quedaron ambos en silencio parecía que querían decirse muchas cosas pero no salía nada de sus labios. – Nos vemos.- Santiago dio media vuelta y comenzó a andar. Ana volvió a entrar en la heladería tropezándose con un tipo muy extraño en la entrada, pero estaba demasiado apenada como para fijarse en él.
El tipo no tardó en adelantar a Santiago quien lo miró y sí que tuvo una mala impresión de él y más viéndolo andar con tanta prisa. Se dispuso a perseguirle, pero al poco tiempo se paró en seco diciéndose: “Yo soy Santiago no Miguel, y no sé qué hago persiguiendo a este extraño”. Tomó la calle contraria hasta el parque.

Pruslas contemplaba la sala de cine llena desde la cabina del técnico cuyo cuerpo se encortaba en la butaca completamente agujereado de picotazos. La sangre dejaba un reguero que resbalaba por el respaldo del asiento. Llamaron a la puerta y permitió entrar a quien estaba en el otro lado. Uno de los acomodadores de aspecto amarillento y con varices en la cara verdosas miró con su ciega mirada a Pruslas, unas oscuras alas se extendían en la sombra que proyectaba su cuerpo.
- Ya todos están sentados.- Dijo señalando por la ventana ahumada. Pruslas se asomó y vio a Valentín y a las tres chicas sentándose.
- Buen trabajo, Corvoel. Vuelve abajo y bloquea las puertas. Cuando derrame mi nuevo jugo sobre este cuerpo, comenzará el auténtico espectáculo.- Dijo malévolamente dejando sobre la mesa un pequeño frasco.
- Como digáis.- Salió cerrando la puerta el acomodador. Pruslas miró el cadáver y dándole una patada éste cayó al suelo. Se sentó el demonio en la butaca y respiró hondo.
- Ahh! Sangre… que apetitoso aroma.- Tomó las palomitas y se puso a comer después de accionar el aparato, comenzando la película.

Corvoel se deslizó por detrás del las butacas y discretamente cerró las puertas de la sala después de mirar a los guardias charlando en la entrada y a los dependientes de la comida aburridos apoyados sobre el mostrador. Así hizo con las demás puertas aprovechando que la gente miraba atentamente la pantalla.

- ¿Nos llevas a una película de pájaros en vez de alienígenas?- Dijo Sara un poco enfadada.
- Alomejor son pájaros alienígenas, seguro que esa fuerza que tienen para atacar es por un chip marciano- Dijo Valentín. Joan se echo a reír con Ana. Pero la segunda enseguida se acordó de Santiago y volvió a apenarse.
- Parece de Joan y Valentín son tal para cual.- Dijo Sara ofreciendo la bolsa de gominolas a Ana.
- No gracias, como coma más me van a sentir mal.- Dijo.
- Anita…, es muy raro que rechaces esto con lo que te gusta. Déjame que te diga, Santiago es imbécil y estoy harta de repetírtelo. Pero eres tan buena que piensas que él también lo es.
Por detrás les llamó la atención uno de los espectadores y Ana se disculpó.
- Te propongo que nos vayamos.- Dijo Sara.- Dejemos a estos dos ver este bodrio y vámonos de compras.
- ¿Cómo les vamos a dejar solos? Y Joan!
- Ella encantada no la ves como aprieta el brazo de él y finge los sustos.
Las dos se rieron. Cuando les volvieron a llamar la atención dijo Sara
- Ya no le molestaremos más.
Se levantaron las dos sin que se percataran Valentín y Joan que estaban intrigadísimos con la película. Cuando llegaron a las puertas Corvoel se interpuso.
- ¿Adónde van, señoritas?
- Pues fuera no pienso tragarme un minuto más de esta película.
- ¡Pero si el estupenda!- Respondió Corvoel.
- Ya claro y por eso fuiste tú quien nos dio las entradas gratis. Porque no hay quien pague por esto.
- Cierto.
- ¿Cómo?
- Que eres muy lista, señorita, yo fui quien dio las entradas a vuestro amigo.

Una rápida sombra apareció tras Corvoel asustando a Sara y Ana, quienes tras ver la malvada expresión del rostro se abrazaron. Corvoel dirigió su mirada hacia la cabina del técnico, las dos se giraron para seguir la mirada del acomodador y éste las aprisionó en un fortísimo abrazo y desapareció entre las sombras. Aparecieron en la cabina del técnico donde Pruslas se encontraba.

- Aquí te las traigo, señor.
- Estoy de acuerdo contigo, bonita…- Dijo Pruslas.- Por eso quiero que tú y tu amiga veáis esto desde primera fila.
Pruslas derramó el frasco en el cuerpo que se levantó y se despedazo en una manada de buitres formados con los restos del técnico. Sara se desmayó horrorizada y Ana se inclinó a vomitar.
Los pájaros rompieron con sus picos la ventana invadiendo todo el cine y atacando a los espectadores que gritaban de miedo.

Santiago se levantó de golpe del banco donde estaba sentado leyendo uno de sus comics.
- ¡¿Qué ha sido eso?!- dijo llevándose la mano al pecho compungido. En su interior percibía los gritos de la gente en peligro y el dolor de sus heridas. Se apoyó en el banco cerrando los ojos y comprobó que era del viejo cine.
En él los guardias intentaban echar abajo una puerta, pero no podían con solo unas míseras porras como armas. Gritaron a los dependientes que llamaran a la policía y éstos temblándole los pulsos intentaron tomar el auricular. Los gritos eran escalofriantes.
Santiago tiró el cómic y echó a correr calle abajo hasta el cine. Los paseantes no podían detectar nada debido a la insonorización de las instalaciones. Uno de los dependientes salió mal herido. Santiago lo tomó antes de que cayera entre sus bazos. Tenía en el pecho clavado un extraño objeto volador. Cuando Santiago se fijó en el objeto lo reconoció: ¡un Shuriken!
- Ayuda… no hay línea.- Dijo el moribundo enseñándole el teléfono, el cual resbaló por sus manos mientras perdía el conocimiento. Santiago lo dejó en el suelo y miró al interior del cine.
- ¡Maldita sea!.- Dijo furioso entrando a toda velocidad en el cine.
Por sorpresa unos discos se le clavaron y cayó al suelo del intenso dolor. Al girarse hacia su derecha vio a Corvoel.
- A foro completo.- Dijo el acomodador carcajeando malévolo, santiago supo que era el tipo extraño que comenzó a perseguir al salir de la heladería
- Un demonio raso…- Dijo cuando pudo ver las inconfundibles señales de un poseído.- ¿Quién es tu superior?
- Me tomas el pelo. ¿Cómo sabe un niñato como tú mi rango?
- Corvoel…- Dijo Santiago al escucharlo de la voz de Miguel.- Ángel de las cámaras de tortura…principado de Astaroth.
- ¿Quién eres?- Dijo colérico
- Quién sino Él…- Santiago se iluminó de pronto al decir aquello y se transfiguró nuevamente. Los entrenamientos habían conseguido acelerar el proceso.
- Miguel!- Exclamó el acomodador al ver al Arcángel.
- El mismo…- Dijo levantando su espada.- Y te pido que detengas esta carnicería antes de que te envíe de vuelta al infierno. - El demonio se rió nuevamente.
- ¿Piensas que me va a detener un chico disfrazado?
- Recuerda que lo que cuenta no es cuanto de grande sea el enemigo sino cuanto de fuerte sea su espíritu.
Se abalanzó sobre Corvoel con una velocidad impresionante pero los Shuriken le obligaron a esquivar torpemente, hiriéndole unos tres más. Se dobló apoyándose sobre la espada.
- Lo olvidaba…- Se dijo Miguel.- No he completado el entrenamiento de los discos de energía.
- Me sorprendes, Miguel. En otros tiempos hubieses podido esquivar mis shuriken sin la menor dificultad. ¡Dime ahora cuán grande es el espíritu que ocupas que hasta un simple acomodador de cine te supera!

Volvió a atacar con los shuriken estrellados el principado de Pruslas y Miguel esquivó como buenamente pudo pero siguió hiriéndose inútilmente.
- Vamos… concentrémonos…- Dijo Miguel.- Ya has visto cuanto duelen los reales.
- Con quién hablas, Miguel, con tu portador…¿y de veras que te escucha? porque no haces más que lanzarte como un suicida.

Santiago miraba al principado del general Pruslas a través de la transfiguración de Miguel. Eran uno como la otra vez que luchó contra Aamon, pero pareció comprender que su cabezonería y falta de fe en sí mismo le habían provocado tal ruina en esa batalla. Entendía en ese momento las palabras de Gabriel cuando le dijo aquella mañana que quien dudaba de sí mismo estaba vencido de antemano. Se levantó diciéndose que tenía que perseverar en esquivar los shuriken de Corvoel como debía hacer con sus entrenamientos.
Buscó el ángulo muerto, recordando que aquello le había ayudado esa mañana a esquivar algunos discos diciéndose que no podía retroceder, pues lo poco que avanzara le ayudaría a acercarse cada vez más hacia Corvoel y atacarle cuerpo a cuerpo que era su técnica más eficaz. Así pues cuando descubrió las manos del demonio lanzar los shuriken los esquivó avanzando, pero al poco volvía a ser herido por alguno o perdía el ángulo y el equilibrio. “Tengo que seguir…”Se decía y así fue avanzando hasta que un fuerte golpe le hizo retroceder lo avanzado.
- ¡Es inútil! Qué deshonroso es verte tan derrotado Miguel… pero también qué gozoso, saber que puedo exterminarte tan fácilmente.
Miguel siguió mirando el ángulo, preguntándose cómo podía no perder su visión y entonces recordó una lección que le dio Gabriel sobre los equilibrios. La clave de ello era mirar a un punto fijo, lo que hacía pero no podía pues la velocidad de los brazos le hacía imposible seguirlos, entonces pensó, que si para estar quieto necesitaba mirar a un punto fijo para moverse debía hacer lo contrario y se levantó nuevamente y al localizar las manos de Corvoel las siguió con la mirada y en lugar de estar esperando los ataques dejó que su cabeza tirara del resto de sus articulaciones hasta que llegó a un punto en que se confundía su cuerpo con las velocidades de las armas. Contemplaba que iban más lentas que él y siempre seguían un mismo patrón de movimientos: diagonales de derecha a izquierda, de abajo a arriba y de arriba abajo. “Grupos de cuatro..” Se dijo.
El primero iba a su izquierda por lo que debía girar su cadera a la izquierda apartándose de la trayectoria; el segundo iba a la derecha debía girar a ese lado. En cuanto a los otro dos los esquivaba agachándose y saltando. La sincronización era perfecta y los movimientos salían solos sin dificultad alguna y escuchó exclamar la orgullosa voz de su maestro Gabriel al haber descubierto el secreto por sí mismo.
Corvoel sintió de forma inesperada las manos de Miguel que le habían detenido lo brazos.
- Has estado demasiado concentrado en tus lanzamientos como para verme venir.- Le dijo. Después le hizo un brutal giro provocando la luxación de ambos hombros de Corvoel.- Sin tus rápidos brazos no tienes nada que hacer.- Con un rodillazo en la zona trasera de la rótula de demonio éste cayó al suelo. Miguel Sacó la espada tras empujarlo con el suelo y puso la punta de la hoja en la nuca.- Abandona esta alma Corvoel y no serás el culpable de su muerte.
- ¡Jamás!-Dijo el demonio.- Ella es y será mía para siempre.
Miguel cerró los ojos decepcionado y clavó la espada en la nuca del cuerpo. No tuvo mucho tiempo para comprobar su muerte pues se lanzó en vuelo a derribar las puertas de la sala. Los pájaros se le lanzaron cuando le vieron sobre las butacas. Miguel los partió con su espada conforme se le lanzaban cayendo los restos sobre el suelo hasta no quedar ninguno. El silencio invadió la sala mientras el ángel tomaba el aire.
-¡Me acuerdo de ti!- Escuchó Miguel. Quién se giró a su espalda y descubrió a Valentín que salía de debajo de una butaca.
- ¡Has sido un inconsciente al aceptar esas entradas de un extraño Valentín!- Gruñó Miguel.
- ¿Cómo sabes mi nombre?
- Los ángeles lo sabemos todo.
- ¡¡Cuidado!!- Dijo el chico. Miguel se giró y se le clavó la punta de una lanza en el muslo sintiendo un inmenso dolor. Tras él estaba Pruslas volando riéndose con Sara y Ana en sus brazos.
- Demasiado despistado.- Soltó a las dos chicas y Miguel alzó el vuelo para rescatarlas antes de que cayeran de tan alta distancia. Cuando las dejó sanas y salvas Pruslas ya había desaparecido y sintió una inmensa rabia de haberlo perdido.
Se apoyó el ángel sobre la pared y arrancó la punta de la lanza de su muslo aguantando el dolor. Las personas se arrodillaron ante el llorando de alegría de haber sido rescatadas por un mensajero del cielo.
- No os arrodilléis.- dijo escandalizado.- ¡Levantaros! Solo os postraréis frente a quien me envía. – Todos se levantaron obedeciendo. Un resplandor llamó su atención y se giraron hacia la dirección de donde provenía. Cayeron en un profundo sueño mientras Gabriel descendía en vuelo al suelo desde la cabina del técnico hasta llegar a Miguel. Se cruzó de brazos.- Lo hemos conseguido Gabriel.
- Lo sé pero si hubieses seguido tu entrenamiento esta mañana no habrías acabado tan mal herido.- Se acercó a él y le puso la mano en la herida de su muslo que era la más dolorosa y grave.- Ojalá estuviera él con nosotros y pudiera reparar toda esta sangría.
- No podremos ocultar a tantos heridos. Aunque no sepan que hemos sido nosotros los que les hemos salvado como van a explicar tantas heridas y el extraño ataque.
- No lo sé Miguel… no lo sé…

Escucharon las ambulancias y los dos salieron volando del sitio, pues nadie podía verlos. Inclinando sus miradas una vez en el aire vieron a los sanitarios y la policía entrar en la construcción y más allá a Azrael despidiéndoles con el alma del acomodador que invadió Corvoel.



Editado por Talaris, 17 julio 2011 - 18:37 .

dohkoojos_by_bytalaris-dajwngn.png


#52 Megarage

Megarage

    Dios Ocioso Patuno Supercuacklifragilísticoexpicuacklidoso


  • 16,175 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 17 julio 2011 - 20:19

Buen capítulo happy.gif

La larga espera bien valio la pena , ahora espero que no demores tanto en publicar un nuevo capitulo y que siga así de interesante upsi.gif


Saludos s55.gif

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
wlMvIov.gif
293eqac.gif
24x3sp3.gif
2utrjts.png


#53 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 17 julio 2011 - 22:21

primero si usas photoshop cuando das guardar el gif creo que en uno de lo cuadros se puede cambiar el tamaño de la imagen final

-------------------------------------------------------------------------

excelente capitulo

Talaris como siempre me ha fascinado la historia

la pelea estuvo genial, como dice Rage ojala todo se de para ver rapido el proximo capitulo

s91.gif

#54 Rina_Holic

Rina_Holic

    Miembro de honor

  • 118 mensajes
Pais:
Argentina
Sexo:
Femenino
Signo:
Acuario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 17 julio 2011 - 23:01

s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif
esta muy buena para mi me encanto la pelea !!!
exelente !!! s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif s35.gif
Posted Image
La pintura es poesia muda , la poesia , pintura ciega

#55 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

  • 3,262 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 agosto 2011 - 07:41

Hola me alegra mucho Rina que te guste tanto la historia ^^

Bueno este capítulo es para premio pues es bastante dinámico y con muchos cambios de escena. Espero que no perdáis el hilo. Ya queda poquito para el final de la primera parte!! =D

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>




En el oratorio, Thomas reflexionaba mientras miraba fijamente al Sagrario. Meditaba cada suceso ocurrido en el cine; en todas las portadas de periódicos locales había salido el ataque y estaba sumamente afectado. Se barajaban unas 30 víctimas y heridos, las cuales ninguna había todavía dicho la causa del ataque y muchas de ellas se aquejaban de amnesia; esa era la única ventaja y consuelo que tenían los Arcángeles. Sin embargo, el sacerdote se sentía inseguro, pues no podía garantizar que el rayo de pureza de Gabriel durara mucho, pues había un fallo en su técnica y ese era que en caso de volver dejarse ver los Arcángeles entre los hombres debido a la transfiguración, recuperarían sus memorias y la ley del libre albedrío se rompería.
“Si conocen nuestra verdadera existencia ahora, la fe podría desaparecer, pues al conocernos podríamos condicionar sus caminos. Él quiere que seamos libres y por ello hay que tener la posibilidad de elegir y actuar por propia voluntad. Sino la recompensa final no será tan grande en sus almas.”
Después pensó en la herida de Santiago, supo que la manera de atacar de Pruslas era sumamente peligrosa y solía llevar consigo muchos sufrimientos que podían acabar en una muerte imprevista y temprana.
“El ángel de las torturas DOMINA, conocimientos sobre la naturaleza nefastos para sí misma. No respeta orden alguno de la creación y los límites que ésta debe cumplir para no romper equilibrio. Muchos seres vivos pueden ser destruidos, incluidos los hombres, que son los más valiosos que ella encierra.”
Se levantó sin poder ocultar en su sereno y bello rostro la pesadumbre que amenazaba su paz interna. Se santiguó e hincó una de sus rodillas frente al altar, después se dirigió a la sacristía y en un antiguo confesionario se sentó desapareciendo sobre sus pies, hasta llegar a la Cripta. Una vez allí se dirigió a la capilla frente a la de Miguel. En ella la figura de un ángel portador de un cayado en su mano derecha sobre el que se enroscaba una serpiente; y con un par de peces en la izquierda. Vestía de verde. Después dirigió sus ojos al pie de la antorcha donde un hueco redondo se encontraba. Posó su mano sobre éste y cerró los ojos respirando profundamente.
- ¿Dónde te escondes Rafael? Tú eres el antídoto del veneno de Pruslas… tú.., ¡oh tan valiosa Medicina Divina!


Las urgencias en el Hospital Central de la ciudad estaban colapsadas. El Doctor Franklin estaba desbordado, pues había numerosos pacientes que después del alta habían regresado aquejados de altas fiebres. Estos pacientes habían sido heridos en el extraño ataque del viejo cine, pero parecían aumentar paulatinamente por una infección que iba extendiéndose a sus familiares. En observación acudió el médico a comprobar como estaba Joan. Las enfermeras le trajeron el parte y le dijeron que la fiebre no había conseguido bajar en toda la noche. El doctor comprobó las heridas de los hombros y vio que tenían la esponjosa barrera amarillenta del pus.
- ¡Dios mio! Se le ha infectado. Ternemos que hacer un pequeño drenaje y subirle los antibióticos.- Dijo mientras apuntaba en el parte.- Llevarla a la uvi.

Santiago entró en el hospital que le realizaran las curas correspondientes. Le acompañaba la hermana María. Vio el enorme revuelo que había y las páginas de los periódicos donde informaban del terrible ataque del cine. Bajo la vista hacia el cómic pero la preocupación no le dejaba tranquilo. La secretaria de la consulta le llamó. Santiago cerró el cómic y lo metió en la mochila. Cojeando y apoyado en su muleta para realizar el menor movimiento, entró. Una enfermera de gesto muy amable le recibió.
- ¡Hola Santiago! ¿Cómo estás hoy?-dijo sonriente.
- Bien gracias.
- Y cómo anda esa pierna.
- Me molesta mucho, esta noche no he podido dormir bien por eso, además, es muy incómodo ducharse con una pierna dentro y otra fuera de la mampara.- La enfermera se rió.
- No te preocupes, te voy a entregar una silicona especial que se cierra con belcho, para que te proteja bien las vendas. Vamos a ver cómo va esa herida. Una de sus compañeras de enfermería entró con un carrito lleno de gasas, algodones y botes.
Santiago se bajó los pantalones mientras la hermana María salía para respetar la intimidad del chico. La enfermera comenzó a quitar las vendas con sumo cuidado.
- ¿El doctor Franklin no está aquí?
- Está muy ocupado hoy y me ha dicho que te cure yo, ya que el internista todavía no ha llegado al hospital. Por cierto, soy Alice.
Cuando la enfermera descubrió las gasas sobre la importante herida, se dispuso a separarlas con un líquido transparente en cuyo bote ponía “suero”. Una vez separadas, la cicatriz se extendía en su muslo con los puntos. Tomo el desinfectante y más gasas y empapando éstas la posó con cuidado en torno a la línea que se estaba cicatrizando. Después volvió a poner gasas y vendar.


- ¡Qué hermoso día hace hoy!- Exclamó malicioso Pruslas respirando profundamente. Estaba en lo alto de la montaña donde sus aves anidaban. Después de un vertiginoso salto cayó sobre el suelo planeando como una experta rapaz, y volvió a penetrar en el oscuro túnel hasta llegar a una habitación cerrada donde el rumor del goteo de líquidos y el olor a formol y un sinfín de otros productos ahogaban el poco oxígeno que había. En torno a la mesa de botellas y circuitos había varios calabozos o jaulas donde rumores de lamentos y respiraciones frágiles se escuchaban. Tomó una gota de uno de los líquidos que tenía y lo puso sobre una tableta de cristal aplastándolo con otra. Después lo enganchó al microscopio y miró por el binóculo mientras se le escapaba el rumor de su risa.
- Mi extraordinaria creación ya está lista. Atrás quedaron esos días donde la medicina debía ceñirse a un estúpido juramento hipocrático de cuidar de las vidas ajenas. Lo importante es experimentar y dominar todo lo que se nos ha dado para triunfar y enorgullecerse de sí mismo.- Vertió el contenido en tres frascos pequeños y abrió tres de las jaulas. A su espalda aparecieron tres sombras. – Sidael, Leprael y Colerael.
- Sí mi señor.-Dijo la sombra del centro.
- Ahí tenéis vuestros portadores. Haced que beban esta pequeña fórmula y seréis las armas más letales que haya.
- A sus órdenes, mi coronel.- Dijeron mientras tomaban los frascos y penetraban cada uno en una de las jaulas distintas.
- Mis pequeños legionarios…- dijo.- Uniros a Buitrel en el Hospital central y me decís cuanto de bien van las cosas por ahí.
- ¿Qué hacemos si nos encontramos con algún Arcángel por el camino?
- ¿No es obvio? Destruidlo.- Dijo mientras carcajeaba.- Aunque sé muy bien que uno de ellos ya está fuera de juego. Apuesto que Buitrel ya encontró a su portador. Esta es una muy pequeña ciudad y solo hay un hospital Central, donde todos los heridos de gravedad acuden …

La enfermera que había traído el carrito a Alice salió con ésta de la consulta. Se separaron hasta que la segunda llegó a un estrecho y poco iluminado corredor donde solían arrinconar y ordenar los medicamentos y otros productos médicos. Entre las sombras un hombre de oscuras ropas le dijo:
- ¿Lo has hecho?
- Sí mi capitán.- Dijo inclinándose la enfermera.- He encontrado al chico herido por nuestro coronel Pruslas. La herida que provoca su arma es inconfundible y tal y como dijo; he cambiado el desinfectante por el retardador.- Dijo quitando la etiqueta la enfermera del desinfectante que había utilizado su compañera Alice. El hombre lo leyó y sonrió.

Los ojos de Pruslas se iluminaron de crueldad al haber percibido su mente que su plan había salido bien gracias a Buitrel y esa enfermera. Dijo a sus tres legionarios que salían de las celdas en cuerpo ya presente y embozados rostros.
- Al portador de Miguel le espera una lenta, dolorosa e irreversible muerte. Nadie será capaz de conseguir el antídoto a mi genial artimaña venenosa que poco a poco va a contaminar su cuerpo. Será expulsado de la tierra y tendremos acceso libre a ella, nosotros, los súbditos de Astaroth y de aquél que un día fue el más bello de los creados en el Cielo.

Thomas sintió encogerse su estómago y corazón. Había tenido un malísimo presentimiento, como si las ondas sonoras de las carcajadas de Pruslas hubiesen hecho vibrar su sistema de alerta. Por algo poseía el don de la providencia. Levantó la cabeza hacia la puerta de la UVI por donde salían los padres de Joan, con sus ojos repletos de lágrimas. Se abrazaron. Thomas se acercó a ellos que le dijeron que su hija estaba entre la vida y la muerte y que esa noche sería decisiva.
- Esta noche no dormiré y rezaré el rosario para que Dios nos asista.- Respondió el padre Thomas.
Valentín, que había acompañado a Thomas, estaba abrumado por todo lo que pasaba y quiso entrar en la UVI pero no le dejaron. El Padre Thomas le dijo que volviera a la escuela pasando antes por consulta donde se encontraría con Santiago y la hermana María que habían venido a que al chico le hicieran las curas.
- ¡Pero yo quiero quedarme!- Exclamó.- Joan es mi amiga.
- Créeme Valentín que aquí no puedes hacer mucho. Lo que pase hoy a Joan solo depende de ella.., nosotros solo podemos rezar. Esta tarde oficiaré la misa por ella y vendré aquí para estar con su familia. Tú debes descansar o mañana empezarás tu primer día de escuela rendido.
- Pero padre…
- Qué chico tan amable.- Dijo la madre de Joan, tomándole de las manos.- Seguro que con amigos como tú ella despertará pronto. Haz caso al Padre Thomas, yo hablaré a Joan de que estás aquí.

Valentín no pudo negarse a lo que la madre de Joan le decía y contestó a ésta:

- Yo también rezaré por ella.- Después echó a andar rápidamente por el pasillo hasta el ascensor mientras se quitaba las gafas empañadas de llanto y enjugaba sus lágrimas diciéndose.- Ha sido culpa mía, ¡yo las llevé a ese cine! Debí hacer caso a lo que dijeron Sara y Ana y no haber ido a esa película. Voy a destrozar las pocas amistades que he hecho.

El ascensor abrió sus puertas. Valentín tomó las gafas y se las puso mientras avanzaba cabizbajo al frente. Sentado en el uno de los sillones del vestíbulo estaba Santiago con la hermana María, preocupados por lo que les había dicho Thomas sobre Joan. La hermana María al contemplar al derrumbado Valentín intentó consolarle, pero no salió ni una palabra del chico. Santiago avanzaba despacio tras ellos pensando que pese a ser un Arcángel, no podía hacer nada para salvar a Joan.

- ¡Maldito seas Pruslas!. Te voy a patear la cabeza hasta hundirla en la tierra tu para que llegues directamente al infierno al que perteneces- Dijo en voz baja, mientras sus ojos destellaron de poderoso azul cyan.

Se metieron en el autobús. Santiago y Valentín iban juntos, mientras la hermana María estaba de pie rezando ya el rosario. Santiago miró a Valentín que estaba derrotado mirando por la ventana. Éste se giró mirándole a través de sus grandes gafas. Después miró al suelo.

- Fue culpa mía…- Volvió a romper a llorar y le abrazó desconsolado. Santiago no se esperaba tal reacción sin saber que hacer, pero su labios dijeron escapando de su control:
- No te culpes, gafotas. Hay que tener fe y Joan saldrá de ésta. A veces hay cosas que escapan de nuestra realidad y que se resuelven sin ninguna explicación.

Valentín tuvo una extraña sensación al escuchar esas palabras. Se sintió bien y la paz y tranquilidad que le transmitía Santiago le resultaban familiares. Se colmó de pronto de una gran esperanza.

- Ahora sino te importa, no me abraces porque nos están empezando a mirar mal.
Valentín se separó rápidamente avergonzado, pero entornó una sonrisa en su rostro y dijo:
- Eres buena persona, Santi, Ana y yo lo sabíamos; además, lo has dicho tan seguro, que ya no temo nada; porque ella saldrá adelante… lo sé, por la sola razón de que tú me lo has dicho.

Santiago miró a Valentín sorprendido de lo que había dicho mientras Miguel le decía desde su interior: “¿Ves como todo lo puedes?”


El atardecer había caído en la ciudad mientras salía de la estación un hombre vestido con largos ropajes y una palestina envolviéndole del frío viento que soplaba. Iba ligero de equipaje y sus verdes ojos resplandecían en su morena piel, lo que provocaba que la gente se girara a mirar su peculiar y misterioso aspecto.

- Aquí huele a contaminación que amenaza la salud.- Alzó sus ojos al reloj del consistorio, eran cerca de las seis y media. Debía apresurarse a llegar al hospital antes que le sorprendiera la noche. Había hecho un largo viaje hasta allí sabiendo que alguien le esperaba en aquella ciudad y no podía demorarse mucho más, pues las canas ya estaban amenazando su juventud y la enfermedad terminando con su vida.- Es un buen lugar para morir.
Después de un rato caminado había llegado al hospital y entró en urgencias donde vio la agitación. Se acercó a la mesa central y preguntó por el Doctor Franklin. La enfermera le pidió educadamente que le repitiera lo que había dicho. El hombre sonrió amablemente entendiendo que pese hablar en perfecto francés su acento sudanés era notable.
- ¿Me podría decir dónde puedo encontrar al Doctor Frnaklin? Soy el médico internista, el doctor Mijots´ Degh.- La enfermera se levantó y le dio la mano aunque no sabía si él se la iba a tomar puesto que parecía musulmán, así que se quedó a medio camino. El hombre emitió una suave risa y le tomó la mano.
- Encantada, soy Alice.
- Alice, bonito nombre.- La enfermera se ruborizó.- Perdona mi aspecto, pero acabo de llegar de África, donde he estado estos últimos años ayudando a una ONG. Cuando he leído en el periódico lo que había pasado he venido aquí lo antes posible para ayudar en todo lo que pueda.
- Hay una extraña enfermedad que está atacando a nuestros pacientes y el hospital está lleno.
- Por eso estamos aquí.
- Entonces, encontrará al doctor Franklin en la primera planta. La consulta 22. Aquí podrá dejar su equipaje hasta que salga.
- Muchas gracias.

Cuando Mijots entró en la consulta encontró al doctor Franklin en el escritorio dormido sobre sus libros y apuntes. Entendió entonces que estaba rendido de revisar sus estudios epidemiológicos. Se cambió la ropa para ponerse en pijama verde y bata blanca. Tapó al doctor con una manta y tomó el historial de Joan y lo leyó detenidamente. Después acordó ir a verla y decir las instrucciones a las enfermeras para trabajar por su mejoría. Salió de la consulta de camino a la planta cuarta, mientras repetía el juramento hipocrático que había visto colgado sobre la pared de la consulta de Doctor Franklin.
Cuando llegó a la UVI se acercó a Joan. Las enfermeras miraron el termómetro: seguía en 39º y medio sin bajar.
- Es una infección general, semejante a la que produce el comer carne putrefacta...- Después dijo el nombre técnico de la bacteria.- Hay que cambiar el antibiótico. Éste es demasiado débil para un bicho tan resistente y peligroso.- Dijo mientras apuntaba todo en el historial. Las enfermeras se quedaron un poco sorprendidas pues no sabían quien era aquel caballero de la trenza y de aspecto tan exótico. Mijots levantó la vista y las vio paradas.- Lo siento, soy el nuevo internista.- Dijo ofreciéndoles la mano; las enfermeras la tomaron y salieron a obedecer las instrucciones de su nuevo jefe.

Mijots se puso el fonendoescopio para escuchar los latidos de Joan. Eran muy lentos y débiles. Se sentó al lado de chica y posó su mano sobre la frente de ésta.
- No temas pequeña, te pondrás bien.
En la capilla del hospital se encontraba Thomas rezando junto a los padres de Joan el rosario. Iban por el tercer misterio glorioso, pentescostés; y como si entrara el mismo Espíritu, en ese momento, frente al sacerdote , apareció una lengua de fuego verde esperanza.
- ¡RAFAEL!- Exclamó en su interior henchido de alegría, sin embargo, no se levantó porque debía mantener el tipo delante de los padres de su alumna.
- Hola Gabriel, gracias a tus oraciones te he encontrado y finalmente he venido. Mucho tiempo ha pasado hasta que nos hemos encontrado, amigo mío, y tal vez no sea demasiado tarde aún para que completes la transfiguración de mi portador, él, pese a su enfermedad, ha venido a reparar el daño ocasionado por Pruslas. Está plenamente entregado a su misión y toda su vida le ha bendecido, pues la ha entregado a la labor de ayudar a los más desfavorecidos de esta tierra.
- Como es propio de ti, Rafael, la caridad es tu virtud y el color verde esperanza de tu espíritu hoy ha colmado con su protección los enfermos de este hospital.
- Tus palabras son tan bellas como tú, Gabriel.-Dijo modestamente.- Muchas gracias. Ahora, me retiro, pero encuentra a mi portador para transfigurarle con tu anunciación.
- Ese en mi deber.

La llama verde desapareció. La mano del padre de Joan hizo reaccionar al sacerdote.

- Padre Thomas, ¿estáis bien?- Le dijo.
- Si, tranquilo.- Dijo estrechándole la mano.- Ahora sé que vuestra hija se recuperará.- Volvió a girarse y sonriente recuperó la dinámica del rezo.- Cuarto misterio…

Mijots salió del hospital eran las 6:00 de la mañana. A Joan le había bajado la fiebre y se encontraba satisfecho; por eso mismo revisó los historiales del resto de los pacientes y ordenó el mismo tratamiento para todos, obteniendo el mismo buen resultado. Todos estaban anonadados y por ello pensaron que la llegada del nuevo internista había sido un milagro de Cielo. No obstante, Buitrel, que estaba al tanto de la situación por su espía entre las enfermeras, no quería que el plan de su coronel Pruslas se echara a perder, por lo que ordenó a los tres principados a su cargo que lo persiguieran y se deshicieran de él. Así Leprael, Colerael y Sidael siguieron al internista y en un callejón le acorralaron.

- ¿Quién te crees que eres para destruir nuestros planes, moraco del tres al cuarto?- Dijo Leprael.
- ¿Quién sois?- Dijo el médico.
- No malgastes tu saliva preguntando, sino rezando, porque aquí pondremos final a tu existencia.- Dijo Colerael.
- Será la enfermedad la que acabe con el remedio esta vez.- Dijo Sidael.

Los tres se abalanzaron sobre el médico para golpearle. Este los esquivó para la sorpresa de los demonios.

- ¿Cómo ha conseguido esquivarnos?
- Aunque ya tenga unos cuantos años encima, me he enfrentado a muchos como vosotros y comprobaréis con vuestros propios ojos porque se dice que el remedio es peor que la enfermedad.- El médico entrelazó sus manos y extendiendo los dedos índice y corazón dijo:
“Rafael, medicina que todo lo puedes, entrégame tu sagrado cayado para poder detener a aquellos que pretenden sembrar con la muerte el mundo de los hombres…”

Frente a él se clavó un cayado con forma de serpiente como una jabalina.

- ¡Apartaos, apartaos!- Exclamó Leprael a los otros dos.- ¡Es el sagrado cayado de Rafael!
- Así es y con él pienso eliminaros a cada uno como si fuerais insignificantes bacterias.- Tomo el cayado el médico y en sus brazos aparecieron tres cruces más y tres puntas de lanza. – ¿Quién quiere ser el primero?

Los tres se lanzaron nuevamente irritados por la arrogancia del médico. Leprael fue repelido con el propio cayado el cual detuvo dos patadas y le golpeó la cabeza. Sidael fue detenido con las tres puntas de lanza que le clavaron en la pared y Colerael fue rechazado por las cruces que le rajaron las piernas y un brazo dejándole mal herido.

- Es increíble… ¡qué rapidez!- Dijo Leprael irguiéndose mientras le sangraba la nariz y la boca.
- Nos ha detenido a los tres sin la menor dificultad.- Dijo Colerael mientras presionaba la herida de su brazo intentando detener la sangre que se derramaba de él.
- ¡Ya basta estúpidos!- Exclamó Sidael que hizo amago de todas sus fuerzas para desclavarse de la pared pese a desgarrase los brazos y la pierna derecha.- Es un viejo, no os dejéis sorprender porque porte los atributos del Arcángel Rafael.

Mijots agitó el cayado cuya rigidez desapareció convirtiéndose en una cadena de bambú coronada en los extremos de una cruz y la punta de una lanza. Se dispuso a hacerla girar como el lazo de un vaquero, sin embargo, un intenso dolor se apoderó de su estómago y cayó al suelo vomitando sangre.

- Un portador viejo y enfermo.- Dijo carcajeando Sidael levantando el ánimo de los otros dos que se unieron a él para atacar al médico que había perdido la guardia por el ataque. Pese a que éste intentó levantarse no pudo y los tres se dispusieron a darle patadas.
Thomas transfigurado apareció deslumbrando a los demonios.
- Gabriel…- Dijo el destrozado médico cuando vio los tobillos del Arcángel. Éste lo tomó entre sus brazos.

- Vuestras artimañas ya no harán daño a este enviado del Cielo.

Los demonios se giraron a su espalda y vieron a Santiago transfigurado en Miguel.

- ¿Qué te parece? – Dijo Sidael.- Como en los viejos tiempos. Demonios y ángeles juntos.
- Uno para cada uno.- Dijo Leprael.
- Te equivocas… tres para uno.- Dijo Miguel apareciendo la espada entre sus manos.- Gabriel, llévate al portador de aquí.
- Pero tu pierna…- Dijo Gabriel.
- ¡Hazlo!

Gabriel se llevó al médico a un lugar a salvo.

- ¿Quieres seguir ganándote el Cielo?.- Dijo Colerael.- Pobre de ti… no sabes cuanto te pierdes en el infierno.- Se lanzó el principado caído a Miguel junto a los otros dos. Miguel le batió con su espada, valiéndose de sus piernas para poder golpear a los otros dos. Pero no pudo más que golpear a Leprael pues el dolor de su muslo le hizo atacar a Sidael con la empuñadura de la espada. Los tres fueron detenidos un instante debido a sus maltrechas heridas.
Miguel puso la mano en su pierna dolorido. Cuando se dio cuenta los puntos habían saltado y volvía a sangrar. “¡Maldita sea! cómo voy a vencerles en estas condiciones” Pensó.
- Duele ¿verdad?- Dijo irónico Sidael.- pues aprende como nosotros nos levantamos pese a nuestras heridas. Esta es la fuerza que Astaroth nos da.
- Y nuestro capitán Buitrel.- Dijo Colerael.
- Y nuestro coronel Pruslas.- Dijo Leprael.
Miguel sintió como el dolor aumentaba hasta el punto de doblarse. “¡Es insoportable!”
- ¡Con nosotros están tres, Miguel! ¿Y contigo quién?
- ¿Con…migo…?- Dijo Miguel levantándose.- No necesito más que Uno que todo lo puede… incluso hacer que deje de doler ésta herida.
Miguel se iluminó completamente frenando la rápida carrera de los tres demonios que se deslumbraron. Miguel pudo verles y herirlos gravemente en sus órganos vitales derrumbándolos.
- A vosotros tres os pido que abandonéis esos cuerpos malheridos y dejéis que se recuperen o que mueran en paz.- Dijo Miguel mientras sentía un pequeño mareo. Los tres le escupieron.
- Prueba a ver si tú, Gabiel y ese enfermo portador del cayado de Rafael conseguís tal cosa.- Dijo carcajeando Leprael, mientras los otros dos le hacían el coro.
- Vuestra decisión ya ha sido tomada.- Dijo Miguel.
De un solo golpe los tres troncos de los demonios fueron rajados a la altura del los pulmones por el filo de su espada, saliendo las sombras de los principados caídos. Miguel cayó al suelo, pues el dolor venció su resistencia.

Mientras, los tres cuerpos moribundos posaron sus manos en la espalda del Arcángel acariciándolo, agradecidos de que los hubieran salvado.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Qué observador Rage s46.gif este capítulo no lo revisé antes de publicarlo.
Errores corregidos y algunas expresiones que no me convencían.
Chau!

Editado por Talaris, 06 agosto 2011 - 09:31 .

dohkoojos_by_bytalaris-dajwngn.png


#56 Megarage

Megarage

    Dios Ocioso Patuno Supercuacklifragilísticoexpicuacklidoso


  • 16,175 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 04 agosto 2011 - 19:39

Muy buen capitulo ! simplemente excelente !

Aunque en esta ocasión me parece que encontre un par de errorcillos upsi.gif pero son minimos ;)

Me parece genial que ya ha aparecido Rafael !!!!

Esperare con ansias el siguiente capítulo turtle9yu.gif

Saludos s55.gif s65.gif

Editado por (Ön€)Ingo Schwichtenberg, 04 agosto 2011 - 19:40 .

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
wlMvIov.gif
293eqac.gif
24x3sp3.gif
2utrjts.png


#57 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

  • 3,244 mensajes
Pais:
Colombia
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 04 agosto 2011 - 23:39

excelente capitulo Talaris

con tus escritos siempre vale la pena la espera XD

estuvo genial la aparicion de Rafael, esperando el proximo capitulo

------------------------------

PD

Arcangel Fan Club Presente XDD

#58 Rina_Holic

Rina_Holic

    Miembro de honor

  • 118 mensajes
Pais:
Argentina
Sexo:
Femenino
Signo:
Acuario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 05 agosto 2011 - 01:52

prometo que mañana lo lee minetras viejo para el trabajo ^^ s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif s42.gif

leido XD esta muy buena .. igual la ultima parte fuemuy rapida para mi

Editado por Rina_Holic, 06 agosto 2011 - 02:14 .

Posted Image
La pintura es poesia muda , la poesia , pintura ciega

#59 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

  • 3,262 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 agosto 2011 - 17:12

Bueno aquí el capítulo 12 aunque ponga 13 en la portada ^^U no me libro de ningún fallo, pese a que miro y remiro todo. Una pena ya que pienso que este dibujo está muy conseguido; no es nada fácil conseguir tan buena perspectiva y escorzo.

un saludo y que lo disfrutéis.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>





Gabriel suspendió su vuelo en seco, pues tuvo la sensación de que el corazón de Santiago se debilitaba.
- Debemos volver…- Dijo volviendo en sí Mijots sostenido por Gabriel.- El chico corre peligro yo también lo siento. – Gabriel miró a Mijots tenía un pequeño hilillo de sangre en la comisura de sus labios y estaba preocupantemente pálido.
- Te dejaré en un lugar seguro y yo me encargaré del chico.
- ¡No! He venido a salvar vidas, no a permitir muertes. ¿Ya has olvidado cual es nuestra misión?
- Tienes razón.- Dijo tomándolo con más fuerza y cambiando la dirección de su vuelo.
Buitrel avanzó entre los maltrechos portadores de los demonios que estaban a su cargo. Estaba realmente decepcionado de lo poco eficientes que habían sido al caer tan pronto.
- Ese estúpido Coronel… ¿no había creado una receta que haría infalibles a éstos?. Me produce una enorme vergüenza estar al cargo de ese demonio científico loco, no entiendo por qué Astaroth lo ascendió, ese debía ser mi puesto.- Miró el cuerpo de Santiago que de la debilidad había perdido su transfiguración tal como si ya estuviera extinguiéndose su vida.- y este mocoso es el portador de Miguel… no voy a arriesgarme a que Rafael lo cure a tiempo, es nuestro peor enemigo.- Sacó de su bolsillo una daga y tomó el cuerpo de Santiago por el cuello.- Me aseguraré de que nunca se abran tus ojos y no vuelvas a descender.- Apoyando la hoja de la daga en el lado izquierdo del cuello se dispuso a rajarlo pero un shuriken en forma de cruz desvió la mano homicida antes de hacer daño al chico. Buitrel tomó su mano herida y se giró a su espalda con los ojos ensangrentados de ira. Tras él estaban Gabriel y Rafael.
- Es deshonroso intentar atacar un cuerpo que no puede defenderse.- Dijo Rafael.
- Pensaba que ese ataque de vómitos ya te había matado, viejo…- Dijo riendo.- pero veo que eres duro de roer. No me importa porque voy a acabar con tu vida y te ahorraré el sufrimiento que te produce tu enfermedad. De veras que deberías agradecérmelo, porque yo, un siervo de Astaroth, va a poner remedio a la enfermedad que el de Arriba te ha mandado. - Dijo sacando una segunda daga y manejándolas con la maestría de una mayoret.

Grabriel tomó el cuerpo de Santiago y lo notó que estaba excesivamente caliente y sudoroso. Pese a las chapetas rojas de sus mejillas su cuerpo estaba tan pálido como un muerto. Miró la herida que seguía sangrando.
- Santiago, estoy contigo, debes aguantar hasta que Rafael te cure, entiendes… aguanta…

Rafael como un prestidigitador sacó dos puntas de lanza una por cada mano y cruzándolas frente a sus ojos pronunció otra oración esperando el ataque de Buitrel.

- Veamos quien gana de los dos, Rafael, si mis afiladas dagas o tus polvorientos kunai.
Buitrel se abalanzó sobre Rafael chocando las hojas de las armas. Ganaba terreno el demonio quien hacía retroceder a Rafael sobre sus pasos. El capitán de Pruslas arremetía una y otra vez contra el médico, quien consiguió frenar los estoques, sin embargo, uno de ellos se le escapó, hiriéndole el costado limpiamente. Rafael cayó sobre la tierra de rodillas, pero cuando iba a darle el golpe de gracia el demonio, se deslizó el ángel bajo sus brazos y le cortó ambos talones de Aquiles haciendo caer al principado en un desgarrador grito de dolor.
- No puedo expulsarte como Miguel.- Dijo Rafael.- Pero en cambio puedo retenerte hasta que seas enviado de vuelta al infierno. – El cayado se flexibilizó y el arcángel se dispuso atar al caído pero ante él vio algo que lo descolocó: Los tres cuerpos de Leprael, Colerael y Sidael volvieron en sí y como muertos vivientes se abalanzaron sobre el capitán clavándole sus dientes para devorarle.

Ante semejante horror Gabriel se quedó petrificado y Rafael repugnado. Los cuerpos parecían deshacerse y mezclarse como una enorme masa de sangre y carne.

- Pruslas… qué clase de monstruos has creado.- Mientras la masa tomaba forma y se triplicaba en su volumen, se escuchó la sobrecogedora voz de Pruslas que decía.
- Estúpido Buitrel… me has desobedecido insultantemente. Ahora recibe la muerte de los que una vez te sirvieron.
Rafael, Gabriel y Santiago se agruparon. Gabriel levantó una barrera de energía en torno a ellos para no poder ser atacados por la monstruosidad que se alzaba en su más terrorífica forma. Cuando Rafael tomó a Santiago vio que estaba al borde de la muerte.
- Esto es una abominación.- Dijo Gabriel sin separar sus hermosos ojos de la bestia en formación.
- Pruslas siempre obró en contra de la naturaleza que el Creador estableció en perfecta sintonía. Esa fue la causa de su caída el no respetar la leyes sobre las que se rige la Creación.
La bestia terminó su morfología convirtiéndose en un ser indescriptible de deformidades. Después emitió un quejumbroso grito y partes de su cuerpo parecían derretirse como la cera.
- ¡No!- Exclamó Pruslas.- ¿Qué está pasando?- Apareció el coronel tras los arcángeles y tras un resplandor hizo a la bestia desaparecer.
- ¿Qué ocurre Pruslas? ¿Te ha fallado el experimento?- Dijo Rafael.- Ya te dije que no puedes jugar con la naturaleza. - Pruslas miró a Rafael y se rió soltando esputos.
- Hasta los genios se equivocan. Solo hay que ajustarlo.- Dijo el coronel. Después miró a Santiago y malicioso dijo.- En cuanto a ti, Médico de Dios… ¿Qué ocurre que no has conseguido con tu extraordinario don de la curación sanar al único enemigo que puede vencernos?- Riendo se alzó en el aire.- Estas viejo y derrotado y has perdido todas tus facultades Rafael. Jamás salvarás a Miguel.- Después miró a Gabriel.- Y muy pronto cortaré las alas del Segundo.

Desapareció el demonio

- Llévanos al hospital, Gabriel. El chico está a punto de morir si no hacemos algo.

Al salir de Misa, Valentín estaba muy enfadado. Se había equivocado de uniforme y todos se estaban riendo de él. Ana y Sara se dirigieron a Valentín.
- ¿No te ha dicho Santiago cuál era el uniforme de Misa?
- Salió muy temprano hoy y no me ha dicho nada, ni siquiera me percaté de cuando se levantó; además, no le he visto en Misa.
- Es muy extraño, la verdad. Tal vez hizo novillos para no ir.- Dijo Sara.
- No lo creo, curiosamente siempre ha venido a Misa. Incluso le he visto mucho en el oratorio desde que comenzó el curso.-Dijo Ana.
- Sigue siendo tan rarito como siempre. No entiendo por qué te gusta, Anita.- dijo Sara mientras Ana se ruborizaba y le pisaba el pie. Valentín se echó a reír.
- No te preocupes, Ana.- Dijo Valentín.- Yo ya me lo imaginé cuando te conocí. Puedes estar tranquila, no se lo diré.- Dijo guiñándole un ojo.- Además si me ayudas a averiguar en qué clase estoy hasta te puedo ayudar con él, aunque…- Dijo poniendo la mano en la barbilla pensativo.-… antes deberé ganarme su amistad.
- Eso es una difícil tarea.- Dijo riéndose Sara y esta vez le acompañó Ana.
- He visto la lista de mi clase y estás con nosotras, Valentín.- dijo Ana.- pero por favor no intentes nada con Santiago…
- Está bien.- Dijo sonriente Valentín.
- A propósito.- Continuó Sara.- Me ha llamado la madre de Joan y dice que ya está consciente y esperando que la trasladen a recuperación.- Valentín abrió los ojos de par en par emocionado.
- ¡Eso es genial!- Dijo saltando de alegría.- Vamos chicas a clase.- dijo cogiéndolas de los brazos.- Ya se me ha olvidado cuanto se han reído de mi hoy.- Valentín corrió hacia el edificio principal y Sara y Joan le intentaron seguir en la carrera pese a su rapidez.

Después de una intervención quirúrgica para volver a coser la herida y examinarla y varias transfusiones a Santiago, atentamente Mijots lo contemplaba en la UVI a través del cristal de la ventana. Joan estaba despierta a su lado y acongojada de tener como compañero de habitación a su compañero de clase. Por su cabeza pasó cuantas veces le había hecho malos gestos y contestaciones y jamás le había pedido perdón por ello. Sus remordimientos fueron más profundos cuando supo que tal vez no podría decírselo nunca, ya que los comentarios sobre el estado de su compañero no eran muy esperanzadores. Le resbalaban las lágrimas por las mejillas y estirando la mano que no estaba apresada por las sondas de los goteos, la posó sobre la de Santiago.
- Lo siento…- Dijo con voz entrecortada.- Prometo que si te pones bien no diré más cosas que te molesten.

Mijots miró a los dos por la ventana enternecido. Detrás de él aparecieron los ATS que estaban esperando a trasladar a la chica a la planta de recuperación. Entró el doctor primero, pidiendo a los enfermeros que esperaran un momento.
- Bueno Joan.- Dijo Mijots.- Ya que no tienes fiebre, hay que trasladarte a una habitación donde estarás mucho más cómoda que aquí.- Dijo mientras le tomaba la tensión.
- ¿Doctor, qué le ha pasado a Santiago…?
- Tiene mucha fiebre y está muy débil.
- ¿Como yo antes?
- Me temo que no, pequeña, la suya es mucho más grave.
- ¿Se va a morir, doctor?
- Está en una muy delicada situación, pero no te desanimes, si pude vencer el bichito que te enfermaba a ti, también venceré el de tu amigo.- Dijo sonriendo. Joan abrazó al Mijots muy contenta mientras éste indicaba a los ATS que entraran para llevársela.


Pruslas había encerrado a la criatura en una de sus jaulas más seguras. Estaba estudiando los resultados de los análisis que le había hecho intentando encontrar una respuesta a la imperfecta soldadura de los cuatro cuerpos que había provocado que alguno de los miembros no terminaran de fusionarse. Revisó los análisis de los portadores de Leprael, Sidael y Colerael, así como la sangre que había captado del cuerpo de Buitrel. Se dio cuenta que eran grupos sanguíneos muy distintos entre sí y no se habían mezclado bien los datos genéticos.
- Comprendo… solo se trataba de eso.- Se dijo.- Tengo que encontrar a tres personas con el mismo y la unión será perfecta.- Se aplaudió a sí mismo y se vanaglorió de su mente maravillosa.
- Enhorabuena Pruslas.- Cuando éste se giró encontró a Barbatos de brazos cruzados acariciando su barba. - Ya vi como has dejado inútil al portador de Miguel. Sin embargo, todavía queda Gabriel y se nos ha unido la molestia de Rafael. ¿Cómo pretendes deshacerte de ellos dos? Nuestro señor Astaroth se impacienta, sobre todo, dado que ya conocemos a sus portadores.
- Dile a nuestro Señor Astaroth, que hoy verá caer a Gabriel.- Dijo levantándose.- Y con respecto a Rafael, ése está ya muerto pues un cáncer devora su vida, un cáncer incurable, ni siquiera, por él mismo que es la Medicina Divina.
- Espero que tus experimentos no vuelvan a fallar.- Dijo Barbatos mientras miraba la abominable criatura que había nacido de la retorcida cabeza del segundo coronel.
- Puedes estar tranquilo.- Dijo Pruslas mientras abría la jaula con una enorme jeringuilla de un líquido rosáceo.- He encontrado la causa de mi error y no tropiezo en la misma piedra dos veces.- Inyectó el líquido y la criatura, después de escalofriantes espasmos cayó muerta- Normalmente las anestesio pero dicha aberración no es digna de tal trato.
- Le comunicaré a nuestro señor que hoy va a caer Gabriel. Estoy seguro que querrá acompañarme a verlo con sus propios ojos.
- Soy su eterno servidor.- Dijo haciendo una reverencia.
Barbatos salió del laboratorio mientras por detrás apareció la enfermera que servía a Buitrel.
- Espero sus instrucciones, mi coronel.- Entre las manos de Pruslas apareció un bote.
- Este transparente, insípido e impercetible jugo, será el ingrediente especial del comedor del San Agustín. Nadie podrá resistirse a su sabor de muerte.- Se lo lanzó.- Asegúrate de que el director de hermosos y largos cabellos rubios, que responde al nombre de Padre Thomas, lo toma.
- Como mandéis.
La enfermera desapareció.
- Bien Gabriel, hoy caerás a los pies de Astaroth, y no podrás seguir despertando más Arcángeles.- Miró la aberración muerta de la jaula. - Debería limpiar todo esto para mi nuevo Capitán.
Valentín estaba en su habitación terminando todos los deberes atrasados hasta la hora de la cena. Le hubiese gustado acompañar a Sara y Ana a ver a Joan pero no podía si quería ponerse al día con todo. Resopló y se echó hacia atrás en el respaldo de la silla, columpiándose sobre ella mientras mordisqueaba la tapa del bolígrafo. Se inclinó hasta mirar la cama de Santiago enfrente y se sintió preocupado de no haberle visto en todo el día. Bajo la cama de su compañero, en una esquina, vio algo que llamó su atención y levantándose se acercó para ver de qué se trataba
- ¡Es mi brújula!- Dijo sentándose en el suelo contemplando el artilugio entre sus manos. - Llevaba mucho tiempo sin encontrarla.- Dijo dándole unos golpecitos. – Se debió caer cuando cerré la maleta y la guardé. Es una pena que se haya estropeado el imán y no funcione.

Tendió la cabeza en la cama pensativo recordando cuando la había obtenido. Fue hace unos diez años más o menos…
>Por aquel entonces, su padre se encontraba en África aliviando la lepra que se extendía en ese continente. Estaba haciendo la tesis sobre dicha enfermedad y la regeneración de tejidos para ascender a Doctor. Vivían en la capital de Tanzania, Dodoma y era costumbre que su padre viajara cubriendo los pueblos más próximos a ésta, aunque algunas veces debía trasladarse a las fronteras de Uganda, Kenia y Zaire. Aquella época la recordaba Valentín con cariño pues tenía muchos amigos africanos con los que solía jugar, pues su familia le había educado de tal forma que no pudiera distinguir entre clases o razas. En esa época solo estaban él y su hermana Lenia, que era un bebé de apenas año y medio que estaba aprendiendo a andar. Su padre fue muy consciente de que trasladarse a un país así pondría en peligro a su familia, pero confiaba plenamente en su labor y previno que cualquiera de sus miembros estuviera sano y salvo de enfermedades, vacunándolos. Pese a que las condiciones de vida no eran muy buenas, no podían quejarse pues habían encontrado una casa con agua corriente y mosquiteras.
Valentín solía salir a jugar como cualquier niño aprendiendo sobre la cultura africana, su idioma y sus costumbres. Hubo un día en el que jugando a los exploradores con su amigo Raship, se separaron demasiado el uno del otro haciendo que buscaban tesoros. En concreto Valentín se distrajo al contemplar un insecto muy curioso y lo siguió hasta que éste se posó en un viejo tronco. Sacó su frasco para atraparlo y preguntar a su padre qué clase de insecto era.
En esta guisa se halló completamente solo y escuchó el rugido de un leopardo que se encontraba justo encima de su cabeza sobre una de las gruesas ramas del árbol. Jamás sintió tanto miedo como aquella vez. Apenas escuchó el grito de su amigo diciendo que corriera que eso hizo a la máxima velocidad que le permitían sus todavía cortas piernas; mientras, la fiera les seguía por detrás. Su amigo era más veloz que él y cuando hubo una gran distancia entre ambos el cansancio se adueñó de su cuerpo y sus piernas no respondieron cayendo al tropezarse con una raíz. Cuando vio al leopardo abalanzarse sobre él de un increíble salto se acurrucó asustado esperando a ser despedazado pero en su lugar la fiera cayó a un lado herida por una flecha. Al girarse hacia su derecha el felino vio a un hombre bajando su arco. Tenía el rostro tapado por holgados tejidos y solo sus ojos verdes y penetrantes fueron capaces de mirar de frente a desafiar a la fiera. Ésta fue a por su cazador, olvidándose del chico, mientras Valentín veía como el hombre embozado en lugar de huir fue a por el leopardo.
El arco del sujeto pareció enderezarse como un cayado para posteriormente separarse en varias piezas. Se convirtió en un lazo de bambú en cuyo extremo resplandecía la punta de una lanza y en el otro una cruz. El sujeto agitó el extremo de la cruz y ésta giró levantando la arena del suelo como un portentoso molino de viento. Tal era la velocidad de los movimientos del cazador que al leopardo no le dio tempo a llegar hasta él, por lo que por el camino lazó el lazo hacia el animal rodeándolo como hiciera una serpiente con su presa. El Leopardo cayó en el suelo inmovilizado. Estaba muy furioso pero también quejumbroso. Acercándose el hombre hasta él se inclinó a su lado y al verlo cada vez menos agitado lo acarició. El animal pareció tranquilizarse al instante y como un dócil gato se tendió en el suelo. El hombre miró la flecha clavada en el costado del agonizante leopardo y tomándola en su mano dijo:

- Es demasiado tarde para salvarte.- La arrancó expulsando el animal un escalofriante gruñido de dolor y esperó la muerte entre los brazos de su asesino.

Valentín miró la escena completamente anonadado. Aquel sujeto se había comportado como todo un Tarzán pero vestía como un beduino. Jamás se había topado con algo similar. Cuando la bestia expiró el extraño tomó el lazo que se desenredó del cuerpo y volvió a endurecerse como un cayado. Encajó la varilla de la flecha en la base de éste mientras que la punta la unió formando una cruz de cuatro puntas invertidas. Después deslizó la misma en el cinto de su brazo izquierdo. La punta de lanza de la extremidad superior del lazo la guardó en el cinto del brazo derecho. Se levantó apoyándose en el cayado que terminaba en la cabeza de una serpiente y mirando a Valentín le dijo si se encontraba bien. Este no pudo articular palabra solo asintió con la cabeza.
- Está bien.- Dijo el hombre mientras Valentín escuchaba una suave risa bajo el embozo.- ¿Has tocado alguna vez un leopardo? Acércate, ya no podrá hacerte daño.

Valentín se acercó al hombre un poco maltrecho; sus rodillas estaban despellejadas de la caída, se le había roto el pantalón y le sangraban las heridas. Cuando estuvo al lado del hombre vio que era muy alto y su piel era morena, destacando sus verdosos ojos entre los pliegues que ocultaban su cara.

- Adelante.- Le dijo mirando al animal.

Valentín se inclinó y acarició un poco miedoso el cuerpo del Leopardo. Cuando sintió el suave pelaje entre sus manos sintió una inmensa pena por la muerte de esa extraordinaria criatura.

- Dicen que Dios creó a los gatos para que el hombre pudiera acariciar un Tigre. Esto no es un tigre pero es de la misma familia. Lamento haber tenido que tomar una medida tan repentina al matarlo, pero tu vida estaba en peligro- Al girarse el hombre hacia Valentín vio como derramaban lágrimas sus ojos y sorprendido le dijo.- ¿Por qué lloras?
- Me da mucha pena pero he pasado mucho miedo.- Dijo mientras su llanto se hizo más fuerte.

El hombre miro al chico e inclinándose hacia él le dijo.

- Tienes una gran compasión por las criaturas de esta tierra, pese a que no sean humanas.- Dejó el hombre el cayado al lado suyo. Con delicadeza tomó las pequeñas rodillas heridas de Valentín.- Espero que tengas más pantalones que éstos.- Dijo volviendo a reír y rompiendo el resto del pantalón hacia abajo. Sacó de su bolsa oculta tras la capa un frasco y unos algodones. Empapó el algodón vertiendo el líquido del frasco y dejó asomar la rodilla bajo los jirones del pantalón.- Te prometo que no te escocerá.
Juntó el algodón a la herida y Valentín cerró los ojos esperando el escozor, pero no sintió más que un cosquilleo, y atónito miró como las heridas eran limpiadas. El sujeto optó por derramar un poco del frasco directamente en la herida rebañando el algodón para que no goteara ni resbalara demasiado el líquido. Después coloco unas vendas sin apretar demasiado. Cuando hubo terminado guardó todo. Valentín intregado, vio como el sujeto juntaba sus manos levantando los dedos índice y corazón de la derecha al cielo. Acto seguido, pronunció unas palabras en un idioma desconocido y después le miró benevolente, con sus almendrados y sonrientes ojos.
-Cuando crezcas y pienses en las veces que tu madre cantaba el sanita de rana para que tus heridas curaran, has de saber que no lo hacía en vano, pues algo parecido a eso acabo de pronunciar. Ahora voy a darte algo para que nunca más te pierdas ni te despistes.- Sacándose del pecho la brújula se la entregó a Valentín.- Cuando estés en peligro, no sepas qué hacer, adónde ir o qué decir, utilízala y encontrarás tu salvación con ella.- Valentín tomó la brújula. El sujeto le acarició el cabello cariñoso y se levantó.- Tus padres y tu amigo vienen hacia aquí, por lo que ya no me necesitarás de momento, pero recuerda que siempre estoy contigo como esa brújula.- Le guiñó el ojo y echó a caminar, después saltó unos troncos y arbustos desapareciendo. Valentín se quedó mirando hacia la dirección donde se había ido el beduino mientras escuchaba a su padre y a su madre llamándole. No tardó en sentir los brazos de ambos abrazándole muy fuerte.<
Las campanadas de las nueve y media de la noche le sacaron de sus recuerdos a Valentín, quien metiéndose la brújula en el bolsillo se dijo que tenía que ir ya, puesto era hora de bajar al comedor a cenar.
Mientras bajaba las escaleras del dormitorio de los chicos. Se tropezó por una zancadilla y cayó al suelo escuchando las risas los culpables de su tropiezo. Dany, Christian y John, estaban en el pie de la escalera; era evidente que fue Christian quien había perpetrado el tropiezo
- ¿Qué te ha pasado, gafotas? Tienes que volverte a graduar la vista.- Dijo Dany.
- ¿Quién eres tú?- Dijo Valentín muy furioso pues se le habían roto las gafas de la caída.
- ¿Cómo te atreves a preguntar quien es?
- Tranquilo John. – Dijo Dany.- Has olvidado que es el nuevo y todavía no me conoce.- Dijo señalándose socarrón.- Me llamo Daniel y soy el capitán del equipo de futbol, campeón de lucha y alguien muy respetado aquí.
- Así que tú eres el que le hace la vida imposible a Santiago. He oído hablar de ti.
- Así es y los amiguitos de Santiago son mis enemigos, por eso tengo que ponerles firmes.- John y Christian se rieron.
- Entonces Santiago debe tener muchos amigos pues sé de buena tinta que te gusta poner firmes a la gran mayoría de los alumnos de aquí y más si son de cursos inferiores.- Dany, John y Christian se quedaron sorprendidos de lo que había dicho Valentín. Los chicos que también se disponían a ir al comedor, se paraban curiosos al haber oído eso .
- ¡Caramba con el gafotas éste!- Dijo Dany cuando se recuperó de su sorpresa.- Tiene agallas de contestarme así.
- Qué menos, después de saber que Santiago te dejó fastidiado en el enfrentamiento que tuvisteis antes de llegar yo, no me das ningún miedo.
- ¿Cómo dices?- Exclamó rabioso Dany.
- Bajo la camisa se ve que tienes unas tiras médicas para poder tratar lesiones musculares. Ese lugar donde las llevas es para aliviar contusiones pectorales. La única explicación que encuentro es el tratamiento al golpe que te propició Santiago aquel día. O tal vez…- Dany le plató un puñetazo en el maxilar que pilló desapercibido a Valentín cuya inercia le llevó a apoyarse en el barandal de la escalera.
- Así aprenderás a respetarme cuatro ojos.- Valentín recuperado de la conmoción miró como le goteaba sangre al suelo. Se llevó la mano al labio inferior y se dio cuenta que se lo habían partido. Muy furioso los miró pero supo que no podía enfrentarse a ellos pues eran más que él y saldría muy mal parado.- Ni se te ocurra mirarme a los ojos.- Volvió a intentar pegarle pero esta vez lo esquivó.

En ese instante irrumpió el padre Thomas en la galería ordenando a Dany que parara el enfrentamiento. Dany se incorporó relajando el puño.

- Te has librado por los pelos, gafotas…- Después miró arrogante al sacerdote y metiéndose las manos en el bolsillo se dirigió a la puerta sin hacer caso a la autoridad de Thomas que le obligaba a pedir disculpas a Valentín.

Visto que el esfuerzo fue en vano por parte del sacerdote, éste, resignado, les dijo a los mirones que fueran al comedor antes de que se les fuera la hora de cenar. Se dirigió a Valentín, quien miraba las gafas rotas en sus manos.

- Mis padres me van a matar. Son las segundas que se me rompen en el año.- Se dijo.
- Valentín, ándate con cuidado con Dany es un chico muy conflictivo aquí y pese a los esfuerzos de todo el profesorado y los míos, no conseguimos disciplinarle.
- Está bien, padre Thomas.- Dijo mientras se restregaba la sangre del mentón con el dorso de la mano.
- Ve a la enfermería a que te curen la herida.- Valentín asintió y se dirigió a la puerta, por el camino se detuvo a recoger la brújula del suelo cuando escuchó un desplome y se giró hacia el sacerdote. Thomas estaba en el suelo retorcido de dolor. Corrió hasta él y le comenzó a preguntar nervioso qué le ocurría. Vio como le salía una espuma blanca de la comisura de los labios y su bello rostro se desencajaba. La lengua la tenía oscura. Asustado lo agarró por el cuello y comenzó a pedir ayuda.
Thomas sentía como su cuerpo se le revelaba de dolor y espasmos, mientras miraba la mano derecha de Valentín, donde estaba la brújula diciéndose:




“el tercer símbolo…”




Tras la sombra de una de las armaduras del vestíbulo aparecieron Astaroth y Bárbatos.

- Sabía que Pruslas no me defraudaría.- Dijo el primero.
- Ese veneno, es absolutamente letal. - Sobre una de las lámparas de la sala estaba la enfermera sonriente que continuó diciendo.- Mi maestro así lo ha creado y cuando el portador cierre los ojos, será para siempre.

Barbatos miraba la escena sin articular palabra aunque en su interior rabiaba porque el segundo coronel parecía haber conseguido su objetivo.

Astaroth asomó una sádica y orgullosa sonrisa al ver como Gabriel cerraba los ojos.

dohkoojos_by_bytalaris-dajwngn.png


#60 Megarage

Megarage

    Dios Ocioso Patuno Supercuacklifragilísticoexpicuacklidoso


  • 16,175 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
1
Total:
1

Publicado 29 agosto 2011 - 19:05

Como siempre un excelente capitulo !


Aunque es una pena que termino en una parte muy interesante u.u


Esperare impaciente el siguiente capitulo !!


Saludos s55.gif

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
wlMvIov.gif
293eqac.gif
24x3sp3.gif
2utrjts.png





0 usuario(s) están leyendo este tema

0 miembros, 0 invitados, 0 usuarios anónimos


Este tema ha sido visitado por 37 usuario(s)

  1. Politica de privacidad
  2. Reglas generales ·