SKIN © XR3X

Jump to content

* * * * - 3 votos

Crónicas de un Caballero de Bronce


  • Por favor, entra en tu cuenta para responder
280 respuestas a este tema

#261 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 septiembre 2015 - 15:47

43:

 

-Oh, Archenar… -Dijo con una sonrisa en la cara-. Yo ya he peleado contra el Toro Negro. Ahora te toca a ti. 

 

-Jajaja definitivamente Mirio, el Caballero de Boyero es muy practico

 

-Me agrado el flashback del caballero de jirafa aunque el ataque que uso fue  demasiado

parecido al de cierto prota del clasico- Que te costaba crearle otro ataque  XD

 

-Me pregunto que pasara con Navara

 

 


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#262 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 septiembre 2015 - 05:47

Bueno, me regañes, porque ya ahora tengo paciencia...  :lol:

 

Capítulo 43: Argahai... éste al que más ganas le tengo. Wow, wow, wow, wow. La entrada de Mirio genial, pero cuando se sienta en el suelo y le dice a Archenar que ya tiene que saber que es el más aventajados de los discípulos de Rigel... me emocionéeeee. Me provoca mucha ternura. Quedaron como un Shiryu/Shun. ¿De dónde sacó sus memorias? ¿Del monje? ¿Y cómo Mirio lo sabía y Archenar no? Gigas es taaaaaan mezquino, lo odio. Un niño débil y lo manda a ejecutar. Qué pena que Ikki no se cruce en su camino.  :t420:  :t420:  :t420:  :t420:  Argahai se pensaba que le iban a matar las jirafas y cuando sobrevive, recibe la "buena nueva" de que sólo era el comienzo... TE VA A DOLER  :devil:, por mamón. Archenar = Shun, definitivamente. Su ataque me recuerda a la Tormenta nebular.  Pero, a diferencia de Albiore, tu Rigel me cae mal. Se portó fatal después de la huida de Aioros y no se lo perdono <_< . Me alegra que comprobaran que el Undécimo estaba muerto, no me fiaba. El rito ese de la Sala del Suspiro eterno te quedó muy bien. Muy bonito. Esperemos que Daím lo consiga. 

Pero no sabía que Navara no conocía sus orígenes. Muy bueno el final, con Momoh llegando en modo bad-ass.  :lol:

 

Hola Praxia!

 

A ver, no es que Mirio supiera del poder que tenía Archenar y éste no, sino que Archenar no tenía el coraje suficiente como llegar al máximo y hacer arder su cosmos. Sí, se lo mostró a Rigel... pero digamos que no es hasta este momento cuando Archenar se "manifiesta". Mirio tan solo lo "provocó" en cierta manera para que él mismo se aceptase como "poderoso". Gigas... :s45: Malo! Malo! Pero si Rigel es un amoooor, caris! Ja,ja,ja. A ver... Cierto es que apaleó al pobre Ánix y le dio captura y demás, pero tan solo cumplía con su deber... Más adelante (si continuo con Crónicas pronto, podré darle un sentido a Rigel, ya que Albiore seguirá presente en el Fic y ellos dos forman parte de lo que yo llamo... "Los Platas más fuertes: Orión, Lira, Cepheo, Triángulo, Altar... "esto es otra de mis historias en la cabeza" :lol: (Shhhhhhh)

 

Respecto a Mómoh, Navara, Tario... hoy subiré el cap 44 y sabremos más! 

 

1 saludo, Caballero!



#263 Πραχια δε ζεō

Πραχια δε ζεō

    Miembro de honor

  • 1,326 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Femenino
Signo:
Leo
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 septiembre 2015 - 05:58

Me da igual que "sólo cumpliera con su deber" (en opinión, se cebó bastante). Cuando se trata de Aioros no entro en razón, soy inflexible. Todo el que le hace daño tiene mi odio eterno. Hasta a Aioria le tengo un poco de rencor por no haber confiado en él. Al único al que quité de toda responsabilidad fue a Shura. Pero con los demás no puedo, ni esa idiota de Saori.  :doh:  Los odio a todos. El fanatismo por él me puede. Además que Rigel sí es un traidorzuelo. Le libra un poco el que me encanta su constelación, Orión.

 

En tu lista de platas VIP, falta la Copa (o Crateris), ¿no? Al menos eso dicen de ese Suikyo.  <_<


jGQGvD5.png


#264 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 septiembre 2015 - 05:59

43:

 

-Oh, Archenar… -Dijo con una sonrisa en la cara-. Yo ya he peleado contra el Toro Negro. Ahora te toca a ti. 

 

-Jajaja definitivamente Mirio, el Caballero de Boyero es muy practico

 

-Me agrado el flashback del caballero de jirafa aunque el ataque que uso fue  demasiado

parecido al de cierto prota del clasico- Que te costaba crearle otro ataque  XD

 

-Me pregunto que pasara con Navara

 

Hola T-800!

 

Centrémonos en el tema Archenar-Shun (ya que Praxia también me ha mencionado lo del ataque :wacko: ) Desde que comenzara el fic, los que estáis siempre atentos vais conociendo a los personajes, su evolución, técnicas, etc. Con Archenar ha sido diferente, "Estampida Final" es la única técnica así importante, que le habíamos conocido. He esperado mucho tiempo para darle más fuerza de combate al Caballero de la Jirafa, de hecho no lo he hecho participe de muchos combates en plan Vs contra otro enemigo. Por eso le he reservado a Agarhai! Aquel que le quitó un brazo, aquel que mató a Aigán... era el momento!

Más adelante, en el fic, os contaré una pequeña historia acerca de los primeros Caballeros de Plata que estaban en el Santuario antes de la llegada de Enol. Son Albiore, Noésis, Rigel, Orpheo y Nicole...

 

      Spoilers! :ph34r:  :ph34r:  :ph34r:  :ph34r:  :ph34r:  :ph34r:  : más adelante haré una historia corta, escrita como una crónica más de Enol de éstos Caballeros, y compartiran ciertos conocimientos entre ellos que más tarde se lo pasarán a sus discípulos... Albiore a Shun (Tormenta Nebular), ahora Rigel a Archenar (Tormenta de las Estepas), Noésis de Triángulo muere durante el Episodio G, manga donde aparecen los Titanes, precisamente el fic va, cronológicamente, en ese tiempo ahora mismo, por lo que el personaje de Noésis morirá. ¿Quién no me dice que me de por utilizar a Retsu más adelante (que lo haré, es un Caballero de Bronce y acabará entrando en el fic, aunque ya ha tenido dos cameos), es el discípulo de Noésis y Caballero de Bronce del Lince... Si Retsu se convirtiese en parte de "mi" historia también podría usar esa técnica, algo así como un conocimiento entre Caballeros, un Legado de aquellos Caballeros de Plata, de los cuales tan solo nos queda Albiore (de momento) jajajaja.

 

Respecto a Navara, ahora subo el cap 44, ahí sabremos más! :lol:

 

Muchas gracias por seguir ahí, Caballero! 1 saludo.



#265 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 septiembre 2015 - 06:12

Me da igual que "sólo cumpliera con su deber" (en opinión, se cebó bastante). Cuando se trata de Aioros no entro en razón, soy inflexible. Todo el que le hace daño tiene mi odio eterno. Hasta a Aioria le tengo un poco de rencor por no haber confiado en él. Al único al que quité de toda responsabilidad fue a Shura. Pero con los demás no puedo, ni esa idiota de Saori.  :doh:  Los odio a todos. El fanatismo por él me puede. Además que Rigel sí es un traidorzuelo. Le libra un poco el que me encanta su constelación, Orión.

 

En tu lista de platas VIP, falta la Copa (o Crateris), ¿no? Al menos eso dicen de ese Suikyo.  <_<

 

Uff... empecemos por el final... La armadura de Copa! Al menos, por el momento, no tengo en mente incluir la Copa en el fic, se me hace complicado sin haber visto como avanza el ND. No sé cual es el destino de esa armadura, puesto que Kurumada nos la ha plantado en el Pasado, con un portador que se cambia de bando! <_< Bla, bla, bla. Sí, pienso que hay ciertos VIP en los Plateaditos, y Copa está en el top ten, pero por los motivos que te comento... creo que no la utilizaré (quizás pueda ser el último capítulo de los Caballeros del Argos, jajajaja, el que sea esa armadura la que encuentren! Larga vida a los Argos! :t424:  :t424:  :t424:  :t424: )

 

Respecto a Rigel, discrepo contigo :enfermo:  (cierto :wacko:  tuvo su parte más INRI respecto al asunto de Aioros, pero me encantaaaaaa. Nos dio a Aigán, a Mirio, a Archenar, a Nahai (pronto la conoceremos algo más), es un peaso de teacher, tia! :wub:  Ains... tendrá mi pluma que sudar lágrimas de tinta, pero juro por la fuerza vital de Tatsumi que haré que lo ameeees! (tengo experiencia... mira cómo opinabas antes de Dáim... y ya no tantoooo :lol: , se nota cuando dices algo respecto a ese personaje)



#266 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 septiembre 2015 - 06:42

Hola a tod@s, Caballeros! Qué tal están? os dejo el siguiente capítulo! Gracias por su lectura y por sus opiniones, cuantas más, mejor.

 

(Resumen: El final de la batalla contra el Clan Jiorhavi se acerca, pues tan solo dos de sus miembros siguen con vida, Aldalip y el propio Shei. Enol ha vencido a Tario, mientras que Ryoma eliminó a Candiss, y Archenar a Agarhai.

            Al final del último capítulo, Mómoh, el Caballero de Escultor, llegó hasta las mazmorras justo a tiempo para enterarse de una sorprendente verdad… Navara, presunta miembro del Clan Jiorhavi, era en verdad descendiente del fallecido Atla, el último miembro con vida que existía del Clan Dimate-íi, dejando a la Lemuriana como heredera del Legado)

 

 

Capítulo 44: El Clan Chaharia.

           

            -Si es hija de Atla, y es la última Dimate-íi… -Dijo el recién llegado-. …hay que llevarla ante los Navithei!

            -¿Qué? –Gritó aterrorizada Navara, mientras miraba a Tario-. ¿Cómo que soy hija de Atla?

            -Eres hija de Atla! –Dijo Tario mirando a la mujer del interior de la celda-.

            Mómoh se acercó hasta los dos miembros del Clan enemigo, alerta y expectante, por si el hombre de ojos azules entraba en combate, pero no llevaba puesta su armadura negra de Leo.

            -¿Quién eres tú? –Preguntó-.

            -iMi nombre es Mómoh, y soy el Caballero de Escultor!

            -¿Eres el discípulo de Atla? –Preguntó Tario-.

            -¿Él es discípulo de ése hombre? –Preguntó Navara-.

            -Así es… tiempo después de recibir mi armadura presenté mis votos a La Diosa Atena y pasé a formar parte de las huéstes del Santuario! –Dijo el Caballero con actitud desafiante-. Desde entonces lucho para llevar a cabo los planes del Gran Patriarca, y para vengar la muerte de mi maestro!

            -Ja, ja, ja. –Rio Tario-. Pues no estás delante de ningún enemigo, muchacho. Navara es hija directa de tu maestro, por lo que la posicionan como última Dimate-íi, y yo ni siquiera porto ya la armadura negra de Leo, ni siquiera pertenezco ya al Clan.

            -¿Qué? –Gritaron los dos Lemurianos-.

            -Ja, ja, ja. Veo que hay ciertas cosas que tenemos que aclarar! Para empezar…

            Tario sacó una gruesa llave y abrió la celda de Navara, permitiendo salir a ésta. Para tener mayor tranquilidad, los tres decidieron salir y abandonar las mazmorras. No sin existir una intensa tensión entre los tres durante el camino hacia el exterior.

            Una vez fuera, Tario volvió a afirmar la identidad de Navara y ésta fue dejando el estado inicial de shock ante aquella noticia y pensar en qué sucedería con ella de ser cierto.

            Siempre había pensado que era una Jiorhavi, desde su más tierna infancia había estado bajo la tutela de Shei, debido a que sus padres habían fallecido.

            Todo había sido una mentira, y para salvar a Navara, su madre encargó a Shei su crianza y enseñanza, alejándola del Clan Zaharí y así no manchar con su existencia la noble fama del propio Clan Madre.

            Tario también les contó a ambos que Shei lo había expulsado del Clan, lo mandaba fuera de aquel territorio, puesto que su misión dentro del Clan ya había terminado. Incluso les contó con orgullo que había sido vencido por Enol, el fabuloso Caballero de Reloj.

            -¿Cómo? –Exclamó Mómoh-. ¿Enol te ha vencido?

            -iAsí es! Solo pasaba por las mazmorras para liberar a Navara de su prisión antes de irme de esta región.

            “Mentira! –Pensó Navara en ese momento-. Abajo, en la Sala del Suspiro Eterno tienes a un Caballero del Santuario. Hipócrita!”

            -iPero Navara ha de ser llevada ante los Navithei! –Exclamó Mómoh, en guardia-.

            -iJamás! –Gritó la mujer-.

            -Ja, ja, ja. Los Navithei… -Dijo Tario mirando al cielo y comenzando a ver los primeros rayos de Sol-. Jamás he entendido muy bien para qué están…

            -Los Navithei son los “ancianos” del Pueblo Lemuriano. -Dijo Navara-. iEllos son quienes gobiernan nuestra raza!

            -Así es… -Explicó Mómoh-.

            Tario se quedó mirando al Caballero por unos instantes…

            -¿Acaso eres un Disharai?

            Navara prestó atención a la respuesta del Lemuriano.

            -Pertenezco al Clan Chaharia!

            -¿Eres del mismo Clan que los legendarios Seigi y Hakurei? –Preguntó muy sorprendida la mujer-.

            -Sí. –Dijo Mómoh con orgullo-. En la Era Mitológica existieron doce Clanes, de los cuales a día de hoy quedan siete…

            Fue entonces cuando Mómoh le explicó a Tario cierta información que dejó al hombre y a la Lemuriana bastante contrariados.

            Según las explicaciones del Caballero, tan solo existían los Clanes Disharai, Vilaxhis, Agáravi, Jiorhavi, Zaharí, Dimate-íi y Chaharia. Por encima de todos sus miembros existía un Consejo Supremo compuesto por cuatro Lemurianos de edad desconocida, eran llamados “Los Navithei”… Los que frenan el Mal… Ellos eran los máximos mandatarios de la estirpe, los cuatro últimos que aún conservaban las sangre pura del Pueblo de Lemuria.

            Una de las grandes potencias en el mundo Lemuriano, puesto que eran los encargados de sellar a los Diagónavi.

            Cuando el último miembro de un Clan era encontrado con vida, era llevado ante los Navithei. “Ellos”, lo juzgarían… Cada uno de los doce Clanes originarios poseía como Legado la fuerza de un Diagónavi. Estas criaturas eran comparadas con las criaturas mitológicas del mundo antiguo y estaban consideradas como los destructores del Pueblo Lemuriano.

             Cuando un Clan se exterminaba, el último de los miembros que conservase la sangre del Clan podría dar lugar a la aparición de un Diagónavi.

            Los Navithei eran los únicos capacitados para poder frenarlos.

            Navara, al ser ahora la última Dimate-íi, poseía en sus venas la sangre original del Clan, y por lo tanto… podía transformarse y dar paso a uno de los Diagónavi, cosa que no sabía.

            La reciente pérdida de Atla puso alerta al resto de Clanes, puesto que los Navithei dejaron en su día libre al Lemuriano, ya que en la anterior Guerra Santa había perdido su cosmos por completo, por lo que no podría luchar. Supuestamente, el Clan se había extinguido con su desaparición, por lo que el Diagónavi de la sangre Dimate-íi no había sido despertado, y se daba ya por desaparecido de estos tiempos.

            No fue un error, sino que Los Navithei pensaron que sin un cosmos activo, una de aquellas criaturas no podría aparecer desde el cuerpo de Atla, ahora Navara dejaba más que palpable la existencia aún de la sangre Dimate-íi en el mundo.

            Tras la explicación de Mómoh, Tario quedó pensativo.

            -iPor eso Sylah ha desaparecido! –Navara levantó la mirada para encontrarse con la de Tario-. iAlguien lo ha debido de secuestrar de La Última Morada por miedo a que el Clan Jiorhavi se extinga y sólo sea un niño el que contenga la sangre del Clan!

            -¿Te refieres al hijo de Shei? –Preguntó Mómoh-.

            -Sí. Sylah era sin duda el más débil de entre los doce miembros del Clan, y para colmo es hijo del propio Shei. Está claro que han debido de secuestrarlo con el mismo fin que tú has mencionado. –Decía Navara-. Pero, ¿quién? ¿Quién lo ha secuestrado?

            Los tres estuvieron pensando.

            -Sea como sea mi misión aquí ahora ha cambiado. –Dijo Mómoh, elevando su cosmos-.  Aunque sea un Caballero del Santuario y tenga una misión que acabar aquí, antes que Caballero soy Lemuriano! Y me debo a mi deber!

            -¿Estás insinuando que quieres llevar a Navara ante los Navithei? –Preguntó Tario-.

            -Es mi deber! –Exclamó el Caballero mirando a Navara-. No tengo nada contra ti exceptuando el caso de  haber sido una Jiorhavi de verdad, pero resulta que eres hija de Atla, mujer. iY no puedo permitir que un Diagónavi aparezca a raíz de tu propio cuerpo!

            Mómoh estuvo a punto de lanzarse a por Navara, sin embargo Tario le hizo detenerse al hacerle una pregunta.

            -¿Acaso has visto a un Diagónavi?

            -¿Eh? –Pensó el Caballero-. Claro que no. Si en esta Era apareciese una de aquellas criaturas mitológicas el mundo se vería afectado sobremanera y nuestra propia estirpe se enfrentaría a su extinción completa.

            -¿Y cómo puedes temerle a algo que tan solo has conocido en las historias antiguas?

            Navara y Mómoh se quedaron estupefactos ante las palabras del hombre.

            Durante el transcurso de la confusión, Navara salió disparada como una flecha, corriendo. Se dirigió hacia unas escaleras con la firme intención de encontrarse con Shei, con aquel que la había criado y mentido durante toda su vida.

            Mómoh se dio cuenta y quiso interponerse a Navara y frenar su huída, sin embargo Tario saltó y se colocó en medio de ambos Lemurianos.

            -Antes tendrás que abatirme! –Exclamó el hombre de ojos azules-. Navara, corre! Busca a Shei y dile que ha llegado el momento del llanto de Berenice!

            Tario había incrementado su cosmos y había realizado su ataque dirigido contra Mómoh, mientras una lágrima corría por su mejilla.

            El Caballero de Escultor se vio sorprendido por el ataque, y vio perderse en la oscuridad de un túnel los últimos brillos de la negra armadura de Cáncer. Ante él, tenía a Tario como rival.

           

           

           En otro lugar…

           

           Archenar, el Caballero de Jirafa, tenía aún en la mente el combate que recientemente había librado contra Agarhai, el Undécimo del Clan Jiorhavi. Había ganado liberando el tremendo y poderoso cosmos que guardaba en su interior, alcanzando el Séptimo Sentido.

            Lo acompañaba su fiel amigo Mirio, el Caballero de Boyero.

            Ambos, habían dejado atrás la estancia anterior y habían salido al exterior. Se encontraban en lo más alto de la cordillera y muy a lo lejos veían claramente un imponente edificio de mármol blanco, resplandeciente con los rayos de Sol del amanecer.

            La edificación, llamada La Blanca Casa, se encontraba rodeada de una vasta extensión de roca despejada, y cerca de ellos un simple edificio de grandísima altura.

            -Mira Archenar! –Decía Mirio-. Hemos llegado a La Blanca Casa.

            -Sí! Allí debe de estar Shei, tan solo tenemos que cruzar ese último edificio y llegaremos a nuestro destino. –Dijo el Caballero de Jirafa, señalando el edificio alto-.

            -¿Habrán llegado Enol, Ryoma o Hécco? –Preguntaba Mirio con su mente en otra parte, recordando a Aigán, a Carola, y a los demás que habían caído-.

            -Je, je. iProméteme una cosa, Mirio!

            -¿Eh? ¿El Qué?

            -Prométeme que… -Decía Archenar-. …si muero peleando contra Shei no te rendirás jamás. Aunque Aigán y yo nos hayamos ido…

            -Archenar…

            -iPrométemelo! –El muchacho cogió las manos de su amigo y le miró a los ojos-. El maestro Rigel ya no está entre nosotros. Aigán ha muerto, y Nahai aún es muy joven y débil como para que te apoyes en ella.

            Mirio oía las palabras de su compañero con bastante desconcierto.

            -Aunque yo no esté tienes que prometerme que siempre estarás del lado de Enol, de Ryoma y de Hécco, así como de las fuerzas del bien.

            -¿Por qué mencionas ahora a Enol y a los demás? –Preguntó Mirio-.

            -Verás… Cuando Tario y Aldalip llegaron por primera vez al Santuario y me sometieron intentando que traicionara nuestros ideales, Tario me confesó cierta información para coaccionarme e intentar que yo traicionase al Santuario.

            -¿A qué información te refieres? –Preguntó Mirio desconcertado-.

            -Me dijo que el Gran Patriarca no era del todo el mejor candidato al puesto, y que desde hacía algunos años el Santuario estaba sometido al yugo de un impostor.

            -¿Qué? Eso no puede ser verdad! –Alucinó Mirio en un principio. Luego acudieron a su mente ciertas imágenes, como la del Gran Patriarca arrojando a Enol, a su compañero Archenar y hasta a él mismo, a la Sala del Tiempo Perdido en la cual estuvieron dos años-.

            -Sed bienvenidos, Caballeros del Santuario! –Dijo una voz, interrumpiendo la conversación-.

            Archenar y Mirio vieron a dos Lemurianos de piel oscura. Ninguno llevaba armadura alguna, más que algunas simples protecciones de cuero. Uno llevaba una larguísima catana y tenía una larga cabellera de color roja, el otro portaba cuchillos en las manos, y sus cabellos eran grises y cortos.

            -¿Eh? –Dijo Mirio-. ¿Quiénes son?

            -iDa igual quienes seamos, Caballeros! –Exclamó el de los cuchillos corriendo hacia el Caballero de Boyero-. iNo os dejaremos llegar hasta Shei!

            -iDespedíos de este mundo! –Exclamó el otro, mientras se dirigía hacia Archenar blandiendo la catana en alto-.

            Cinco minutos después, ambos Caballeros del Santuario estaban en el suelo, no muertos pero sí inconscientes. La guardia personal de Shei, aquella que Tario le había dicho a Enol durante su combate, había entrado en escena.

           

           

           Volviendo al lugar donde se encuentran Tario y Mómoh…

           

           El Caballero de Escultor no tuvo fácil el enfrentarse a Tario. Éste hombre era formidable, y ni siquiera portaba armadura alguna.

            El combate se desarrolló de manera bestial. Ninguno de los dos iba a matar al rival, pero ambos estaban igualados y ninguno adquiría ventaja sobre el otro.

            No fue hasta minutos más tarde cuando Mómoh creyó que sería imposible alcanzar a Navara, y encendió su cosmos al máximo, dispuesto a no perder más tiempo.

            -iNo puedo dejar que me entretengas más, Tario! No puedo permitir que la mujer escape. iQue los fantasmas del Pueblo de Lemuria arrasen contigo!

            El cuerpo del Caballero de Escultor fue rodeado por un tremendo aura de color verde. Levantó su dedo índice hacia el cielo y cerró sus ojos.

            Jamás en el Santuario se vio algo igual entre sus ochenta y ocho Caballeros alguna vez… Mómoh, un respetado discípulo de Atla, peleaba invocando a los muertos del más allá. No creaba ilusiones, eran realidades.

            Cientos de cadáveres se levantaron del suelo y fueron a por Tario. El hombre se vió sometido al yugo de docenas de muertos vivientes creados por el cosmos del Caballero. Tras aquello, Mómoh salió corriendo en la misma dirección por la que huyó Navara. 

            Tario se vio incapaz de escapar de entre tantos muertos vivientes, puesto que cuando se quitaba de encima a uno o dos, otros llegaban para frenarlo, por lo que Mómoh pudo salirse con la suya dejando al hombretón nuevamente vencido por otro Caballero del Santuario.

            Ya casi en el suelo, con muchos cadáveres sobre él, Tario esbozó una sonrisa y miró a la cúspide de la cordillera.

            -Shei… -Dijo, sintiéndose vencido-. Ya casi estás tú solo. Cumple con tu cometido, aquel que llevas años queriendo hacer posible…

           

           

           En otro lugar de La Última Morada…

           

           Hécco, el Caballero de Corona Austral, corría a través de varios túneles. Llegó hasta una inmensa cavidad subterránea, y bajando unas escaleras llegó hasta la orilla de un pequeño lago bajo el suelo de la cordillera.

            En el centro del lago existía una pequeña isla que sobresalía en la superficie, justo en su parte central. Sobre ésta se encontraba una tumba tallada en mármol blanco, y sobre ella había un precioso cáliz de plata, iluminado por un pequeño rayo de luz que entraba justo sobre él.

            -Si no me equivoco tú tenías el Ánfora de la Diosa Atena, ¿verdad?

            Hécco se quedó de piedra cuando al girar su cabeza se encontró al lado de Aldalip, el Cuarto del Clan Jiorhavi. El Lemuriano habría usado su habilidad para teleportarse hasta allí, junto al Caballero, y así sorprenderlo. Sin embargo, su actitud no era desafiante, se mostraba tranquilo.

            -Estás contemplando el Cáliz de Atenea… -Dijo Aldalip, señalando el objeto que había sobre la tumba de la isla-. Otro de los Siete Legados de tu Diosa, Hécco.

 

 

 

 

          Wow, wow, wow! Estoy loco por escribir el cap 45 y leer el combate entre Hécco y Aldalip! Quién ganará? ¿Morirá alguno? ¿Los dos? :s45: jajaja. Espero vuestros comentarios!

 

        1 saludo, Caballeros!



#267 mihca 5

mihca 5

    TATTOOS & WHISKEY

  • 3,946 mensajes
Pais:
Ecuador
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 18 septiembre 2015 - 10:30

Cap 32, 33 y 34

Ese Ilithias se ve que era alguien muy hábil. No creo que cualquiera pueda llegar hasta Atena evadiendo las trampas del Patriarca. Bueno y después poder derrotar a seis de los generales de Poseidon lo dice todo.
Pareciera que Chikao tiene un rencor contra el Sacerdote Ilithias.

Jejeje…ese Méh y sus necesidades con las de su clan…xd!!
Pobre Hecco, con el rival que le toco.
Por cierto la técnica “Violación de la Mente” sonó mas como una nueva droga como como técnica en si.

Ahora la forma de morir de Aigán fue inesperada.
Al parecer Dohko tiene un nuevo contendiente en cuanto se trata de sensualidad el gran Davo y su torso desnudo…jejeje
El cap 34 me gusto bastante, el haber convertido a Davo en Guilty le dio un plus interesante en el fic.
Lo que no entendí bien si Davo ya había derrotado anteriormente a Méh o en ese instante?
Y como me esperaba ya comenzaron haber bajas por el lado de los bronces y parece que Dáim se les unirá ya que tiene en frente un futuro negro.

¡Si una hembra te rechaza es por el bien de la evolución!

 

0Z5NIbv.png?1

 


#268 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 19 septiembre 2015 - 13:27

Cap 32, 33 y 34

Ese Ilithias se ve que era alguien muy hábil. No creo que cualquiera pueda llegar hasta Atena evadiendo las trampas del Patriarca. Bueno y después poder derrotar a seis de los generales de Poseidon lo dice todo.
Pareciera que Chikao tiene un rencor contra el Sacerdote Ilithias.

Jejeje…ese Méh y sus necesidades con las de su clan…xd!!
Pobre Hecco, con el rival que le toco.
Por cierto la técnica “Violación de la Mente” sonó mas como una nueva droga como como técnica en si.

Ahora la forma de morir de Aigán fue inesperada.
Al parecer Dohko tiene un nuevo contendiente en cuanto se trata de sensualidad el gran Davo y su torso desnudo…jejeje
El cap 34 me gusto bastante, el haber convertido a Davo en Guilty le dio un plus interesante en el fic.
Lo que no entendí bien si Davo ya había derrotado anteriormente a Méh o en ese instante?
Y como me esperaba ya comenzaron haber bajas por el lado de los bronces y parece que Dáim se les unirá ya que tiene en frente un futuro negro.

 

Hola Mihca_5!

 

Gracias por tu lectura y por comentar! A ver, Davo venció a Méh hacía un año al menos (creo que el propio Davo se lo dice a Hécco) Por lo que lleva suplantandolo cerca de ese mismo año.

 

jejeje, me encantan tus impresiones, a varios lectores les ha encantado lo de Davo-Guilty! Jajaja, me encantan las referencias al MO o cualquier cosilla que conozcamos, por eso hay tantas a lo largo del fic... más adelante hay otra gorda!!! jajajaja.

1 saludo enorme, Caballero!



#269 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 19 septiembre 2015 - 15:16

44:

 

-¿Asi que Navara puede transformase en el futuro en un  Diagónavi?

 

-La guardia personal de Shei si que es efectiva

 

-Ojala eliminen a Hécco XD


Editado por T-800, 19 septiembre 2015 - 15:17 .

fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#270 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 21 septiembre 2015 - 04:58

44:

 

-¿Asi que Navara puede transformase en el futuro en un  Diagónavi?

 

-La guardia personal de Shei si que es efectiva

 

-Ojala eliminen a Hécco XD

 

Hola T-800:

 

Coooorrecto! Navara se puede transformar en Diagónavi, por ser la última que contiene sangre Dimate-íi. Por eso, otro de los Clanes, los Agáravi, secuestraron a Sylah, el hijo de Shei, pensando que si el Santuario acaba con el Clan Jiorhavi al completo así se aseguran:

 

1.- Que el Clan no termine por extinguirse conservando la vida de Sylah.

2.- Controlar al último superviviente de los Jiorhavi para "que no se convierta" (ahí ya llevas pistas, jajaja :lol: )

 

La guardia personal de Shei... 200 soldados y 2 Jiorhavi "nuevos", expertos en armas de filo. 

 

What??????????????? ¿Te gustaría que se cargaran a Hécco ???????? :wacko:  Pensé que te gustaba Hécco, no es así quién es tu favorito? jajaja.

 

1 saludo, Caballero!



#271 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 21 septiembre 2015 - 07:21

Hola a tod@s! 

 

Os dejo el capítulo de esta semana... Muchas gracias por su lectura y espero vuestros comentarios! ¿Os puedo pedir una cosa?  :lol:

 

¿Qué os está pareciendo el asunto éste (Batalla en La Última Morada) de los Lemurianos Oscuros que está a punto de finalizar????

 

 

Capítulo 45: El Caballero de los Hielos.

           

             -¿Qué estás diciendo? –Dijo Hécco asombrado-.

            -No te miento cuando digo que estás contemplando otro de los Legados de tu Diosa. –Respondió Aldalip, el Cuarto-.

            El Lemuriano había aparecido junto al Caballero, tranquilo, sin prestar batalla. Hécco se sorprendió, aunque conociendo los poderes con los que contaba y podría contar el Cuarto, supo que aún no había llegado el momento de luchar, y confiando en sí mismo se mostró tranquilo tras la sorpresa inicial.

            -Parece que aún conservas la compostura… -Hécco sonrió mirando a los ojos de Aldalip-. …aunque seas el último de los aliados de Shei que aún conservan la vida.

            El Lemuriano sonrió, y los aros que llevaba en sus orejas vibraron. Cogió con la mano su larga y fina trenza de cabellos grises y jugueteó con ella mientras pensaba.

            -Cierto es que mi Clan está al borde de la desaparición. –Aldalip mostró nostalgia-. Pero es lo que tenemos debido a Shei. ¿Sabes?, yo creo saber cuál es el motivo de por qué el Primero ha provocado el diezmo de su propio Clan.

            Hécco no se esperaba aquella contestación.

            -Adelante, házmelo saber.

            -Je. –Sonrió-. Shei me compró al otorgarme ésta armadura. –Aldalip señaló la espectacular armadura negra de Capricornio-. He de reconocer mi error. Mi hermano Agarhai y yo fuimos hijos de Shinao, hermano de Shei. Cuando mi padre murió, nuestro tío sabía del inmenso poder que mi hermano y yo poseíamos, y nos compró. Así de fácil. Ahora, Shei nos ha arrastrado a esto.

            -¿Por qué ha provocado esta situación? –Quiso investigar Hécco-.

            -Desde que leyó un antiguo libro del Santuario, en su juventud, Shei ha tenido un propósito durante toda su existencia. Por ese motivo ha luchado contra el mismo Clan para llegar hasta donde está. El Clan Jiorhavi tenía unos ochenta miembros hasta hace unos cincuenta años. Desde que Shei está en el poder ha ido, poco a poco, llevando a cabo sus planes sin siquiera mostrar piedad ante la pérdida de los miembros. Incluso él en persona ha eliminado a casi una docena.

            -¿Por qué me cuentas todo eso?

            -Porque mi Clan se extingue, Caballero. –Aldalip desapareció y volvió a aparecer bajo el rayo de luz, sentado sobre la tumba. El amanecer se abría paso, y a cada instante entraba más luz en aquella estancia. El Lemuriano agarró el Cáliz de Atena con la mano-. Ahora, pocos son los objetivos que cumplirá el Clan. Y dudo incluso que el propio Shei llegue a conseguir su propósito, por ello me pienso largar antes de que el propio destino me alcance y de lugar al fin de mi existencia. –Aldalip levantó el cáliz y se lo mostró a Hécco-. Qué bello objeto, ¿verdad? Al menos me llevaré esto como recompensa por la muerte del imbécil de mi hermano.

            -No, Aldalip. iEspera! –Le pidió el Caballero, sabiendo que de querer hacerlo el Lemuriano podría desaparecer para siempre, llevándose consigo aquel célebre objeto-. ¿Qué harás solo?

            -Ja, ja, ja. ¿Ahora te preocupas por mí? Tranquilo, cualquier sitio será mejor que éste lugar. Puedo convertirme en un solitario y habitar por décadas en cualquier parte del mundo conocido. No me preocupa el lugar.

            -Entonces, ¿por qué no te buscas un propósito?

            -¿Un propósito? Ja, ja, ja. –Aldalip se mostró ahora arrogante-. ¿Para qué querer un propósito cuando lo único que me queda es defender mi vida hasta que me den caza?

            El Caballero de Corona Austral estaba consiguiendo su cometido, no podía permitir que Aldalip escapase con dicho objeto, por ello estaba manteniendo una conversación con el Lemuriano, para ganar tiempo y concentrarse en la técnica que desde hacía un rato estaba llevando a cabo.

            -iExacto! –Gritó Hécco-. Desde que llegué al Santuario y me otorgaron mi armadura pude tener un propósito y encontrar mi lugar en el mundo. Al principio andaba perdido, sin saber cuál era mi camino y cómo debía de actuar.

            -¿Me estás diciendo que me aliste bajo las órdenes de algún Dios, Caballero? Ja, ja, ja.

            Aldalip no era como su hermano Agarhai, se mostraba fiero en todo momento, pero era capaz de mantener la calma y la compostura. Su risa era tranquila, no tan estridente y alborotadora como la del Undécimo, por ejemplo.

            -Y ahora despídeme de Shei y deséale suerte de mi parte.

            Aldalip desapareció, teleportandose a otro lugar.

            Fue entonces cuando Hécco explotó. Había estado un rato concentrando su cosmos pero sin dejarlo arder, para que su rival no lo descubriera y utilizase el factor sorpresa.

            Una fisura apareció en el techo. Pero no en la propia roca de la estancia, sino en una invisible y gruesa capa del más limpio y transparente hielo. Hécco había recubierto el interior de aquella inmensa estancia con aquella capa de hielo, formando un lugar compacto y recubriendo cualquier fisura de todo el espacio, alterando así cualquier intento de movimiento aún utilizando poderes psíquicos.

            Cuando Aldalip se teleportó no hizo más que chocarse contra la propia pared de hielo, haciendo que la cúpula que Hécco había creado se rompiese en mil añicos. El Cuarto caía hacia abajo, en dirección del agua.

            -iPolvo de Hielo! –Gritó el Caballero, lanzando un puño hacia delante y recubriendo toda la superficie del lago con una inmensa capa de hielo, haciendo sólido el lugar. Aldalip chocó contra el hielo creado y quedó tendido allí-.

            El Cáliz de Atena se le escapó de la mano y avanzó unos metros alejándose de él. Hécco no dudo y avanzó para recogerlo del suelo. Lo contempló. Aquel objeto estuvo una vez en manos de la propia Diosa. Era precioso.

            -Y ahora me dirás que no saldré de ésta Morada hasta que te venza. –Dijo el Cuarto al ponerse de pie-.

            -Je, je. –Rió Hécco-. Ya que a vuestro renegado jefe le gustan tanto los juegos, ahora vamos a jugar.

            -Me sorprende que pronuncies la palabra renegado cuando tú mismo eres el discípulo de uno de ellos.

            -¿Qué? –Contestó el Caballero enfadado-.

            -¿No eres acaso discípulo de Davo? –Aldalip sonrió-. ¿O debería decir de Méh?

            -¿Cómo sabes de mi maestro?

            -Oh, vamos… –Aldalip apareció al lado de Hécco con los brazos cruzados, en pose infantil, y haciéndose el enfadado-. ¿Creías que a mí se me iba a escapar ese asunto? Shei hacía la vista gorda, pero también a nosotros nos convenía tenerlo en nuestras filas. iMéh! Bah! Ese estúpido nunca debió de ser nombrado como el Décimo del Clan. Al menos, Davo nos aportaba bastante información acerca del Santuario. Ja, ja, ja.

            “-¿Mi maestro ha estado jugando a dos bandas? –Se preguntaba Hécco en su cabeza-. No… Imposible.”

            -¿Cómo crees posible que Tario, Sylah, Níi, yo, y muchos de nuestros soldados pudiéramos entrar en el Santuario antes de anoche para secuestraros a vosotros once? O, ¿cómo pudimos lograr averiguar, gracias también a tu compañero Archenar, que las armaduras negras de Capricornio, Acuario y Leo estaban escondidas en el interior de vuestro recinto sagrado?

            “-iMiente! Intenta coaccionarme. Mi maestro tuvo que actuar de aquella manera para no ser descubierto como traidor dentro del propio Clan. Pero actuaba en favor del Santuario”

            -Sea como fuere, mi maestro ya no está aquí, ni tampoco en el Santuario. –Dijo Hécco, zanjando el tema-. iAhora solo estamos aquí tu y yo!

            Hécco elevó su cosmos, y un tremendo aura de color verde lo rodeó.

            -Ja, ja. De acuerdo. –Dijo Aldalip poniéndose en guardia-. Tendrás lo que quieres.

            -Serás eliminado. Tú y el resto del Clan Jiorhavi. –Hécco abrió sus brazos, concentrando mucha energía cósmica en sus manos-. No porque lo haya dictado el Gran Patriarca, sino porque tengo un propósito que cumplir, Aldalip. No solo recuperaré este Cáliz, sino que gracias a aquel al que tú llamas renegado, a mi maestro, poseo la verdad acerca de un terrible secreto que no debo permitir que siga su curso. Por ello, Aldalip, Cuarto del Clan Jiorhavi, te sentencio a morir.

            Aldalip observó a Hécco, y comprendió las palabras del Caballero.

            Supo entonces que los planes de Shei tendrían un giro en su desarrollo. El Primero pretendía usar a Enol, había lanzado muchas pistas para que el Santuario terminara atrayendo su atención hacia el Clan Jiorhavi, por eso había reclutado a su lado a los más cercanos, entre ellos a Tario. Por eso también había reunido las armaduras negras, y se las había entregado a sus “elegidos” o “pactados”, comprando a algunos y sobrevalorando a otros. Todo para conseguir atraer a Enol, aquel al que había estado observado desde que naciera.

            “-Propósito de Shei… Propósito de Hécco… iBah! Sandeces. –Pensaba Aldalip-. Jamás lo logrará sin Enol.”

            -Caballero, pareces olvidar que soy de los más diestros en combate de todo el Clan Jiorhavi. –Dijo el Lemuriano-.

            -Demuéstramelo. –Hécco unió sus manos delante de su pecho-. iCorona de Hielo!

            Un tremendo rayo de hielo salió de las manos del Caballero.

            Aldalip se cruzó de brazos, sorprendiendo a Hécco, puesto que esperaba que su rival se teleportase a otro lugar y así esquivara el ataque. Sin embargo, Aldalip lo recibió de lleno.

            Primero fue escarcha, luego hielo. Todo el cuerpo de Aldalip, y la armadura negra de Capricornio fueron congelados.

            Hécco sabía perfectamente que no sería tan fácil acabar con su adversario de esa manera. Saltó hacia la estatua de hielo y la golpeó con un brazo, rompiéndola en miles de trozos. Aldalip no estaba.

            Se giró, buscando a su enemigo, pero Hécco no veía a Aldalip.

            -No me busques, Caballero. Estoy dentro de ti.

            -¿Qué? –Se sorprendió Hécco al oir la voz del Cuarto resonando en su propia mente-.

            -A ver si sientes… iésto! –Gritó dentro de su cabeza-.

            -iAaaaaaaah! –Hécco gritó de dolor cuando su codo derecho se rompió al ser sacudido de manera inversa-.

            -Ja, ja, ja. -Reía Aldalip-. Tú lo has querido, Hécco. Hace un momento me sentenciabas a muerte, y eso es precisamente lo que tú te has buscado. Tú has provocado ésta pelea, así que ahora recoge lo que has sembrado… iTát-ta Eárani!

            -iAaaaaaaaaahhh! –Hécco gritó desgarradoramente. Cayó al suelo consciente, pero su cuerpo había quedado totalmente retorcido y girado en un instante. Muchos de los huesos de su propio cuerpo se habían roto a la vez-.

            -¿Qué se siente sin el sentido del tacto? –La voz de Aldalip resonaba en la mente del Caballero-. Ja, ja, ja. Como ves, poseo muchas técnicas olvidadas por vosotros porque fueron prohibidas por vuestra estúpida Diosa.

            Hécco se sintió desfallecer, alzó un poco el cuello y vió que Aldalip estaba frente a él. Había salido de su interior.

            -iIntenta ponerte en pie, Hécco! –Dijo Aldalip-. No pretendías darme un propósito? Yo te doy ahora uno a ti, intenta levantarte. Ahí tienes un nuevo propósito, Caballero.

            Aldalip recogió del suelo el Cáliz de Atenea. Hécco intentó evitarlo incluso aguantando el dolor en su cuerpo, pero Aldalip rebuscó entre sus vestiduras y cogió el Ánfora, el otro de los Legados que allí se encontraban. Luego se puso en pie y comenzó a caminar hacia la tumba.

            El cosmos de Hécco se encendió aún estando éste en el suelo.

            “Diosa Atena, préstame tu ayuda… -Suplicaba el Caballero en su mente-. Dadme valor, dadme las fuerzas para levantarme y vencer a mi enemigo. Tengo una misión muy importante que cumplir…”

            -¿Intentas cumplir tu nuevo cometido, Hécco? Ja, ja. –Preguntó Aldalip-. ¿Eh?

            El Caballero se incorporaba lentamente, soportando el dolor de sus huesos astillados.

            -¿Cómo? ¿De verdad te levantas?

            Hécco logró enderezar su cuerpo lentamente.

            -Has de saber… -Comenzó a hablar lentamente-. …que fui obsequiado con el Ánfora de Atenea en el Pasado, ése que me has quitado, y bebí de él, Jiorhavi… Su agua pertenece al mítico Río Eridano, tomada por las manos de la mismísima Diosa, y bendecida por el poder de ésta.

            -¿Y qué? –Preguntó Aldalip-. ¿Me vas a decir ahora que eres inmortal o algo así?

            -No. Pero el daño sufrido en mi cuerpo se restablece increíblemente más rápido que en cualquier ser mortal. iHe podido comprobarlo a lo largo de los combates, y aquí tienes otra prueba de que he sido bendecido por la propia Diosa Atena! Llamo al frío de los vientos eternos!

            Un soplo de aíre glacial comenzó a envolver al Caballero.

            -iCorona del Hielo Eterno! –Gritó Hécco lanzando su ataque-.

            Aldalip desapareció y se colocó tras el cuerpo de Hécco, resultándole muy sencillo el esquivar la técnica del Caballero. Señaló el suelo con sus dedos y creó en el suelo un sello de color azul que rodeaba al Caballero por completo.

            -Llama Fatua. –Dijo el Lemuriano tranquilamente-.

            Una columna de luz ascendió hacia el cielo, dejando a Hécco en su interior.

            -iAaaaaaah! –Gritó de nuevo el Caballero. Su cuerpo había sido elevado y electrificado en las alturas, para luego caer en picado sobre el mismo lugar donde él se encontraba-.

            -¿Te gusta más ésta técnica? –Gritó Aldalip-. Tan sencillo como controlar tu peso, Caballero… Ja, ja.

            -¿Hablas de gravedad? –Preguntó Hécco, herido-.

            -Correcto!

            -¿Cómo…? –El Caballero intentaba ponerse en pie-. ¿Cómo es posible que controles tanta variedad de técnicas?

            -Qué inocente eres, Hécco. ¿Acaso no sabes que los Jiorhavi controlamos, cada uno, cierta habilidad? –Pregunto Aldalip-. Mi habilidad Jiorhavi no es el manejo de la teleportación, eso no es más que una simple técnica. Mi habilidad Jiorhavi es la del aprendizaje. Soy capaz, en segundos, de adquirir cualquier conocimiento. Solo lo copio en mi mente y lo retengo.

            Hécco se quedó de piedra. No solo las técnicas prohibidas por Atena, o las propias del Pueblo Lemuriano… Aldalip era capaz de copiar cualquier técnica y utilizarla para su propio beneficio.

            -Estaría bien convertirte en mi Primera Gota de Sangre! Ja, ja, ja. –Dijo Aldalip-. Eres poderoso y testarudo, Caballero. Pero no soy partidario de dicha técnica, es un insulto a nuestro propio Clan.

            -¿De qué estás hablando?

            -Oh, nada. No te preocupes, veo que no conoces las particularidades de mi Clan. Pero ya he perdido demasiado tiempo contigo, Hécco, así que te eliminaré y me llevaré los dos Legados de Atena. –Aldalip levantó sus dos manos y comenzó a concentrar una tremenda cantidad de energía cósmica-.

            -Esa técnica…

            -Así es, Caballero. A ver si comienzas a darte cuenta de a quién te enfrentas realmente. iCorona de Hielo! –Gritó el Cuarto, habiendo copiado la técnica de su rival-.

            Hécco no solo recibió su propio ataque, sino que quedó petrificado en el interior de un bloque de hielo.

            Se sentía petrificado por darse cuenta de hasta donde era capaz de llegar el Lemuriano que tenía ante sí. Pero no podía permitir que se llevara los dos Legados de su Diosa.

            Hécco se concentró y rompió el hielo provocado por Aldalip, haciéndolo estallar y cayendo de rodillas al suelo.

            -¿Ves? –Exclamó el Cuarto-. Ni siquiera tus técnicas más poderosas son capaces de hacer algún daño.

            En ese momento, Hécco sintió en un lugar cercano, que los cosmos de Archenar y Mirio se habían apagado. Habían sido vencidos por otros dos cosmos...

            Primero Aigán, Carola, Dáim, Apso, y Sora habían encontrado la muerte, ahora eran dos de sus más allegados amigos, los Caballeros de Boyero y Jirafa, los que perdían sus cosmos.

            “-Santa Atena… -Pensaba-. …tan solo quedamos Enol, Ryoma, Mómoh y yo…”

            -Te propongo una cosa, Aldalip. –Dijo Hécco a punto de desfallecer-. Ya que eres capaz de copiar mis técnicas… realízala con todo tu poder.

            -¿Eh? ¿Qué pretendes?

            -iVencerte en un duelo limpio! –Exclamó Hécco elevando su cosmos nuevamente-. Realizaré la misma técnica y haremos chocar nuestros cosmos. Aquel que consiga ser más poderoso que su adversario ganará, y se apropiará de los dos Legados de Atena.

            -Ja, ja, ja. Eres muy listo, Caballero. Sabes que nos gustan los juegos, y como te he demostrado que soy superior a ti, pretendes jugártelo todo a una sola carta. –Aldalip se quedó pensativo-. Bien, prepárate.

            Aldalip fue rodeado de un intenso cosmos y se puso en guardia.

            -¿Eh? –Se sorprendió Hécco, viendo que el Cuarto había accedido al enfrentamiento-.

            -iCorona de Hielo! –Gritaron los dos rivales al unísono-.

            Ambos ataque chocaron entre sí para quedar suspendidos en el aire. Una tremenda onda de choque hizo estallar todo el hielo que se había concentrado en la sala debido a los ataques de los dos.

            Tras unos segundos, parecía que Aldalip sacaba ventaja.

            -Comprobarás que nada puedes hacer, Hécco. –Dijo Aldalip mientras sonreía-.

            Aldalip demostraba su superioridad. En un momento dado, Hécco pareció ver la imagen de alguien tras su enemigo, era otro Lemuriano. Sonreía. O quizás solo fue una ilusión en el subconsciente del Caballero, apenas aguantaba frente al Jiorhavi.

            -iHécco has perdido! –Gritó Aldalip aumentando la intensidad de su ataque-.

            El colapso de las diferentes energías llegó a su fin cuando el Cuarto hizo estallar aún más su cosmos y la energía salió disparada contra el Caballero.

            El doble ataque llegó hasta el muchacho. Su armadura comenzó a ser desintegrada por muchas de sus partes, incluso la diadema y las hombreras fueron hechas trizas. El impacto hizo que Hécco quedara en pie, con todo su cuerpo helado y recubierto de escarcha.

            -Vencido por tu propio ataque, Caballero. –Dijo Aldalip, caminando hacia su rival-.

            Hécco permanecía inconsciente, pero en pie. Se encontraba en un estado patético. Aldalip llegó hasta él y puso su dedo índice sobre la frente del muchacho. Pensó en empujarlo como si fuera una simple estatua y hacerlo caer para que estallara en mil pedazos y así eliminarlo del todo. Pero se detuvo.

            Miró a los ojos de Hécco y estuvo mirando a través de ellos unos instantes.

            -Ja… -Rió con locura-. Ja, ja. Ja! Ja! Ja! Ja, ja, ja… Ja, ja, ja, JA, JA, JA. Ja, ja…

            Aldalip estaba fuera de sí.

            -Aunque me haya reído de ti he de darte la razón, Caballero. –Exclamó el Cuarto tras haber detenido su carcajeo-. Es cierto que no tenía un propósito, y tú… me has hecho ver que sí que lo tengo. Tras nuestro combate me he dado cuenta de que sí puede que tenga uno. Existen viejas rencillas que no voy a dejar sin resultado final.

            Aldalip apagó su cosmos, mientras bajaba su brazo y dejaba inerte a Hécco, aún en pie y helado.

            -Has sido derrotado, Hécco. Tu armadura está bastante maltrecha, y mi ataque ha sido tan devastador como para provocar tu estado catatónico. Pero, siento… que el que ha vencido… has sido tú, Caballero del Santuario.

           

            Unos minutos más tarde, Hécco despertó.

            Se encontraba sobre la tumba que se encontraba en la isla. El agua del Lago había vuelto a la normalidad y no había restos de hielo en la estancia.

            Se sentó asustado, pensando que había perdido la consciencia tan solo unos instantes y encontraría a su rival frente a él, pero comprobó que habían pasado bastantes minutos.

            Su cuerpo estaba muy contusionado por los ataques de Aldalip pero se reconfortaba gracias al agua del Ánfora que otrora bebiera. Su armadura estaba bastante dañada.

            En el lugar no había ni rastro de su enemigo, pero Hécco se sorprendió sobremanera cuando en la orilla de la pequeña Isla se encontró, allí colocados con suavidad,  los dos Legados de Atenea, tanto el Ánfora como el Cáliz. Y junto a ellos, en el suelo, había algo escrito…

 

“Hécco encuentra

La Corona de Atena,

Templo de Abel.”

           

            Junto a ello había una firma, Aldalip, el Cuarto.

            Hécco no lo podía creer. ¿Cómo lo había dejado con vida? ¿La Corona de Atena, era otro de los Legados? ¿Y por qué aquel escrito del suelo? Y lo más importante… ¿Quién era aquel otro Lemuriano que apareció tras Aldalip en el momento de su ataque final? ¿Por qué le dejaba aquellos dos objetos?

            Jamás había pensado Hécco en aquel desenlace. Había perdido, sí… y Aldalip había logrado escapar con la armadura negra de Capricornio, pero conservaba los dos Legados de la Diosa por voluntad propia del Lemuriano Oscuro.

            -“¿Por qué…?” –Se preguntaba-.

            Mientras pensaba en aquellas cuestiones y en dar lo antes posible con Enol, Hécco sintió que otro de sus compañeros acababa de entrar en batalla. Era Ryoma, había elevado su cosmos hasta lo más alto.

            Se encontraba muy cerca, así que Hécco comenzó a caminar muy despacio hacia delante, hacia un lugar que estaba ya muy cerca, la Blanca Casa de La Última Morada. Sus heridas sangraban, y se resentía aún por el dolor que todavía provocaban sus astillados huesos. Aún así, daba un paso tras otro, puesto que debía también encontrar a Enol.

            El Ánfora de Atena… Sin duda, si no hubiese ganado el Torneo de Bronce y no hubiera conseguido aquel obsequio y bebido de él, estaría muerto.

 

            En otro lugar…

            Ryoma, el fortísimo Caballero de Bronce de Eridano, había llegado a la cumbre de la cordillera. A lo lejos, pero ya muy cerca, veía la Blanca Casa… Lugar donde se encontraba Shei.

            Llegó hasta un lugar donde encontró a dos de sus camaradas, los Caballeros de Jirafa y de Boyero. Ambos presentaban bastantes heridas provocadas con armas de filo, incluso las armaduras de ambos estaban muy dañadas y apenas sin brillo. La Lanza de Mirio estaba muy alejada de su propio portador y partida en dos.

            Los cosmos de Enol y de Mómoh aún se encontraban algo más alejados de aquel lugar.

            “iEl cosmos de Hécco se acaba de apagar también! –Pensó el coloso-. Solo quedamos Enol, Mómoh y yo”.

            Tras comprobar que Archenar y Mirio aún seguían con vida, caminó hacia el edificio que tenía frente así.

            La altísima estructura no era más que un inmenso arco de entrada. Daba lugar a una extensa explanada circular, muy grande. En su centro, y a unos cuatrocientos metros de distancia, se encontraba su destino.

            “-¿Quién ha provocado la derrota de éstos dos? –Pensó Ryoma para sí mismo-.”

            No tuvo que esperar mucho tiempo para hallar la respuesta. Desde diferentes sitios y direcciones comenzaron a aparecer, habiendo estado escondidos, docenas y docenas de soldados.

            Eran unos doscientos guerreros, aunque entre ellos, dos Lemurianos caminaron hacia Ryoma mostrándose en guardia.

            -¿Eres el Caballero de Eridano? –Preguntó una con una larga cabellera roja-.

            -Así es, ¿y vosotros quiénes sois? –Contestó el coloso aumentando su cosmos azul-.

            -Somos la guardia personal de Shei. –Contestó el de cabello corto y gris-. Tendrás que vencernos para llegar hasta nuestro líder. En guardia!

 

 

 

            Final del capítulo!!! ¿Qué opináis? jejeje, os informo de que nos quedan apenas 4 capítulos para cerrar la Batalla contra los Lemurianos... y os digo que se acerca el momento de desvelar por fin bastantes cosillas muuuuy intrigantes como la identidad de Enol... Únicos supervivientes de ésta batalla... (Spoilers: solo 2 :doh: ? Será verdad? jajajaja... hecho de menos a DonMario :unsure: , él entendía mis maladades, jajajaja) Los motivos de Shei y lo que leyó en el Libro de las "Crónicas de un Caballero de Bronce" que él posee! 

 

          1 saludo a tod@s y hasta la semana que viene!! :lol: 



#272 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 23 septiembre 2015 - 10:34

45:

 

 

-me pregunto que poderes tendrá el cáliz de athena

 

-Jajaja estoy de acuerdo con la afirmación de Aldalip sobre su antiguo compañero de que jamas

debio pertenecer a su ejercito o mejor dicho a ningun ejercito y lo peor es que el maestro de Hecco

estuvo actuando de forma absurda y todos sabian quien era en realidad,eso se llama tener

muy mala suerte XD

 

-Hecco se paso de tarado su rival quería huir sin pelear y este lo deafia,lastima que sobreviviera

 

-Ojala Ryoma logre vencer a la guardia personal de Shei


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#273 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 septiembre 2015 - 13:48

45:

 

 

-me pregunto que poderes tendrá el cáliz de athena

 

-Jajaja estoy de acuerdo con la afirmación de Aldalip sobre su antiguo compañero de que jamas

debio pertenecer a su ejercito o mejor dicho a ningun ejercito y lo peor es que el maestro de Hecco

estuvo actuando de forma absurda y todos sabian quien era en realidad,eso se llama tener

muy mala suerte XD

 

-Hecco se paso de tarado su rival quería huir sin pelear y este lo deafia,lastima que sobreviviera

 

-Ojala Ryoma logre vencer a la guardia personal de Shei

 

Hola T-800:

 

Uff! para lo del Cáliz aún esperaremos un poquillo! jajaja. Respecto a Davo estoy contigo, pero no todos sabían sobre su doble juego, solo Shei, Aldalip y Tario... los demás nadie.

 

¿Quieres a Hécco muerto?????????? :doh:  :doh:  :doh:  :doh:  :doh: jajajajajja.

 

En el siguiente capítulo veremos como le va a Ryoma!

 

Un saludo, Caballero! Y gracias por seguir ahí y por tu lectura!!!



#274 carloslibra82

carloslibra82

    Miembro de honor

  • 209 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Libra
Desde:
Viña del Mar, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 septiembre 2015 - 14:28

He vuelto, amigo mío, perdón por la ausencia de comentarios. Te dejo por ahora mi opinión sobre el capítulo 41. Fue un gran capítulo, emotivo, clásico de tu repertorio, en el cual nos has hecho llorar con la muerte de Sora. Pero me gustó como reaccionó Ryoma, y la forma en q desintegró al segundo. Que poco le duró el retorno a Candiss, pero se lo merecía, era muy despreciable.

Como nota aparte, este capítulo me decidió a plantear el tema del especial q me pediste hace tiempo (no sé si aún lo merezco, debido a mi ausencia, jejejejeje). Tal vez podrías mostrar la historia del Shei original, aun haya pasado hace tiempo, y como murió y tomó su cuerpo actual. Y si quisieras incluir a Candiss también, sería muy bueno. Por supuesto, sólo si te parece un buen tema, si no lo haces no me voy a enojar ni nada por el estilo, teniendo en cuenta q estás con tres fics en paralelo. Eso sería por ahora, en cuanto lea más, comento, saludos, amigo!!



#275 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 25 septiembre 2015 - 10:30

He vuelto, amigo mío, perdón por la ausencia de comentarios. Te dejo por ahora mi opinión sobre el capítulo 41. Fue un gran capítulo, emotivo, clásico de tu repertorio, en el cual nos has hecho llorar con la muerte de Sora. Pero me gustó como reaccionó Ryoma, y la forma en q desintegró al segundo. Que poco le duró el retorno a Candiss, pero se lo merecía, era muy despreciable.

Como nota aparte, este capítulo me decidió a plantear el tema del especial q me pediste hace tiempo (no sé si aún lo merezco, debido a mi ausencia, jejejejeje). Tal vez podrías mostrar la historia del Shei original, aun haya pasado hace tiempo, y como murió y tomó su cuerpo actual. Y si quisieras incluir a Candiss también, sería muy bueno. Por supuesto, sólo si te parece un buen tema, si no lo haces no me voy a enojar ni nada por el estilo, teniendo en cuenta q estás con tres fics en paralelo. Eso sería por ahora, en cuanto lea más, comento, saludos, amigo!!

 

Hola CarlosLibra, te echaba mucho de menos!  :lol:

 

Espero que vaya todo bien! Síii Sora.... :doh:  :doh:  :doh:  (otra menos.... :s45: ) ajjajajaja... ya me conocéis un poco. Ahí estuvo para decirle al desgraciadoazo de Candiss que se fuera para el otro barrio definitivamente  :t424: Bien Ryoma! eres bravo! :smile5:  Corre y lee, que ésto se acaba, compañero! nos quedan poquísimos capítulos para acabar este "arco" (no sé si continuar aún porque puedo hacer un  parón, o puedo seguir y seguir, ya iremos viendo en las próximas semanas)

 

PD: respecto a tu especial! ejem... te lo digo todo por privado! jajaja. Pero muy bien observado! Grande!

 

Mil gracias por tu lectura, te espero! Y un abz enorme, Caballero!



#276 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 28 septiembre 2015 - 10:29

Hola a tod@s! Os dejo el capítulo de esta semana. Que poco nos queda para ir conociendo los grandes secretos del Caballero del reloj! Gracias por su lectura y por vuestras opiniones!

 

 

           (Resumen: Hécco, el Caballero de Corona Austral, ha perdido su combate contra Aldalip, sin embargo éste le ha permitido vivir y mantener los dos Legados de Atena.

            Por otro lado, Archenar y Mirio han sido vencidos por la guardia personal de Shei, pero Ryoma llega al lugar para presentar batalla y lograr así llegar al final de su misión y derrotar a Shei, líder del Clan Jiorhavi.

            En otro lugar, el Caballero Enol venció en su último combate a Tario, el antiguo discípulo del Santuario conocido como Héctur, para posteriormente dirigirse a toda prisa hacia su mayor rival en la Blanca Casa.

           

            Nota del autor: Para hacer más ameno el capítulo, lo leeremos desde una perspectiva narrativa, no desde las impresiones de Enol)

 

Capítulo 46: La última despedida.

           

            El Caballero de Reloj corría a través de unas largas escaleras. Sabía que faltaba poco para llegar hasta lo más alto de la cordillera y dar con su enemigo, aquel que lo había estado vigilando toda su vida.

            Las escaleras estaban esculpidas en el lateral de la montaña más alta de La Última Morada del Pueblo Lemuriano.

            Hacia un rato que había dejado de sentir los cosmos de Archenar y de Mirio, y posteriormente el de Hécco. Sabía que no habían perecido, pero seguro que estaban en algún lugar con sus vidas pendiente de un hilo.

            Tan solo quedaban Mómoh, Ryoma y él para llegar hasta la Blanca Casa y acabar con Shei.

            La misión estaba por concluir, y aunque ya había perdido a varios compañeros, Enol corría rápidamente sobre los escalones para llegar cuanto antes ante su enemigo.

            En ese momento tenía las palabras de Tario en su mente. Aquellas que le advertían sobre Shei y su guardia personal. Doscientos soldados y dos guardias potencialmente adiestrados cubrían las espaldas del Primero.

            Su corazón dio un vuelco en ese momento, puesto que sintió estallar el cosmos de su amigo Ryoma, aquel que siempre estuvo a su lado desde que llegara al Santuario.

            El estallido de poder fue tan intenso, que Enol detuvo su carrera lentamente hasta quedar en pie sobre uno de los escalones, quedando absorto ante lo que acababa de comprender.

            Ryoma había liberado todo su cosmos, llegando al Séptimo Sentido y haciendo estallar toda su energía cósmica. 

            -¿Ryoma? –Dijo Enol-. iRyoma!

            Enol salió a toda prisa y comenzó a saltar por los escalones, sin embargo una tremenda sacudida hizo que cayera al suelo.

            Una abrumadora explosión había hecho que la propia montaña vibrara. Incluso, el Caballero pudo sentir restos de energía cósmica expandirse a su alrededor.

            Se puso en pie y corrió de nuevo como pudo.

            Al salir del túnel llegó hasta una inmensa explanada, cerca tenía un gran arco de mármol blanco, gigantesco en altura. Pero no veía apenas nada más, puesto que una inmensa humareda colapsaba todo el lugar y hacía imposible el poder ver.

            Fue entonces cuando reparó en sus compañeros. Archenar y Mirio estaba allí en el suelo, tendidos, y alejados de la zona del campo de batalla. Estaban heridos, pero aún se mantenían con vida y no corrían serio peligro.

            Comenzó a caminar hacia el arco, mientras que el humo iba desapareciendo poco a poco. Muchas siluetas fueron las que vio Enol, pertenecían a muchos soldados caídos, muertos.

            Enol comprobó que la mayor parte de todo el lugar de su alrededor estaba impregnado en agua, incluso había ciertos charcos de gran tamaño.

            El lugar impresionaba por su silencio. El Sol avanzaba en la mañana y tras el humo el prado se iluminó por completo.

            La zona era una vasta superficie circular, labrada en la cúspide más alta de la cordillera, teniendo una circunferencia de unos cuatrocientos metros de diámetro.

            Toda la zona estaba llena de docenas de cuerpos, violentamente masacrados. Sin duda, El Caballero de Eridano era espectacular. Había eliminado por completo, él solo, a la guardia personal de Shei.

            Entonces Enol vió a Ryoma. El Caballero se mantenía en pie y jadeaba sonoramente.

            -iRyoma! –Gritó Enol, contento por ver con vida a su amigo-.

            Salió corriendo hasta él, pero a medio camino se dio cuenta de la triste realidad…

            Enol vio a Ryoma en uno de los claros de la zona de cadáveres. Lo rodeaban aún cientos de partículas de color azul propias de su último ataque. Lo veía de lado, en la distancia.

            Cuando Enol se fue acercando y comenzó a ver bien a Ryoma su corazón de aceleró. Lo primero que vió fue que Ryoma tenía al lado a un Lemuriano de larga cabellera roja, estaba en el suelo pero aún sostenía con una mano una larga lanza, clavada en el estómago de mi amigo.

            También comprobó que tenía dentro de su costado los tres dientes de un tridente. Al observar el estado de sus heridas, Enol se preocupó bastante.

            -iRyomaaaa! –Gritó mientras llegaba-. iAguanta!

            No solo eran la lanza y el tridente. El coloso tenía clavadas un total de catorce dardos, repartidos por todo su cuerpo. Cuatro flechas se clavaban en su espalda, y en su pierna faltaba un trozo importante de gemelo, cortado con algún arma de filo.

            Su cuerpo presentaba muchos tajos, y abundantes heridas profundas. Incluso la armadura de Eridano estaba casi sin brillo, y la mayoría de sus partes habían sido destrozadas o agrietadas durante la lucha.

            -Enol… -Susurró Ryoma cayendo al suelo de rodillas-. Por fin has llegado.

            -Aguanta, amigo mío.

            El coloso no pudo resistir más y se sentó sobre sus propios pies, quejándose de un tremendo dolor en la pierna medio cercenada.

            -Al menos, tendré la oportunidad de despedirme de tí…

            Ryoma escupió bastante sangre.

            -Oh, Ryoma. –Enol ayudó a recostarse al Caballero, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas-. iTienes que aguantar! Pediremos ayuda cuando todo acabe y…

            -Calla… -Pidió a su amigo con esfuerzo-. No hay tiempo, Enol. Sora…

            A Enol se le rompió el corazón cuando vio llorar a Ryoma.

            -Tranquilo. –Le dijo Enol, nervioso y con el torso de Ryoma entre sus brazos, intentaba consolarlo, pero se había dado cuenta de que su amigo más cercano tendría una muerte no merecida-. Cálmate, descansa.

            -No he tenido tiempo, amigo mío. Quería matar a Shei con mis propias manos para obligarle a contarte tu secreto. Pero no me ha dado tiempo, su guardia personal era bastante poderosa…

            Enol levantó la vista y observó el lugar. Unos doscientos soldados yacían en el suelo, ni uno solo con vida. Tras el agonizante Caballero había un Lemuriano muerto con el cabello corto. El de la lanza de cabellos rojos también había caído.

            Ryoma no había dejado a ni uno solo con vida.

            -Los muchachos están vivos… -Dijo el coloso-.

            -Sí. No te preocupes, ellos están bien. Eres tú el que se tiene que recuperar.

            -Enol. –Dijo Ryoma soltando otra buena cantidad de sangre por la boca-.

            -Cálmate, debes de quedarte quieto, amigo mío.

            -No, escúchame. –Ryoma cogió la mano de su amigo-. Prométeme que… llegarás con vida al Santuario. Y… -Al caballero le costaba horrores hablar-. …

            -Ryoma. Descansa, amigo. –Enol lloraba en ese momento desconsoladamente, se acercaba el momento-.

            -No… Agg. –Se quejó-. Allí debes ir alacrip…ta.

            -¿A la cripta? –Le preguntó Enol entre lágrimas-.

            -Sí… allí está el… Legado, Enol. Cumple con tu destino, amig…

            Su mirada quedó fija en la nada. Enol supo que el Caballero no hablaría nunca más. Una vez sintió el dolor de perder a su compañero, pero en aquella ocasión Ryoma fue secuestrado por el Clan Jiorhavi, ahora había muerto entre sus brazos y era para siempre.

            Enol cerró los ojos de su amigo, aquellos ojos que jamás verían nada más.

            -Aaaaaag… -El Lemuriano de cabellos rojos se movió un poco, que aún seguía con vida. Giró lentamente su rostro para ver a Ryoma-. …es un monstruo.

            Su cuerpo estaba bastante herido y apenas podía mantener la respiración. Sin embargo, sonrió levemente cuando vio que Ryoma yacía muerto.

            Enol levantó un brazo y aplastó la cabeza del moribundo contra el suelo, rematándolo.

            No supo muy bien porque lo hizo, pero giró su cabeza bruscamente y fijó su mirada en una de las ventanas que se veían a lo lejos en la Blanca Casa.

            Shei lo observaba desde allí.

            A Enol no le importó en absoluto que sus ojos no dejaran de llorar. Shei lo miraba con el semblante serio. Sin expresión alguna.

            -Descansa en paz, Ryoma. –Dijo Enol mirando el cadáver de su amigo-. Te vengaré.

            Enol besó en la frente al caído, luego se puso en pie y se limpió las lágrimas. Comenzó a caminar hacia la Blanca Casa, sin dejar de mirar a Shei directamente a los ojos, retándolo.

            El Lemuriano se apartó de la vista de Enol y se movió de aquella ventana.

            El Caballero caminaba con la vista puesta en la puerta principal de aquel imponente edificio, esperando a su enemigo.

            Era un inmenso templo, también construido con las mejores manos del Pueblo Lemuriano. En la fachada, doce inmensas columnas aguantaban un detallado techo, lleno de preciosas estatuas que hacían referencia a Lemurianos Mitológicos.

            Cada una de las doce columnas representa a un Clan diferente, y a través de su altura se podía distinguir con claridad pequeños objetos labrados en la piedra que hacían referencias al los diferentes Pueblos. Herramientas, objetos de navegación, libros y objetos relacionados con la ciencia, mapas estelares… todo un sinfín de descriptivos objetos, al lado de rostros. Todas las columnas estaban esculpidas con docenas de rostros, todos con los signos sobre los ojos.

            Enol caminaba decidido, mientras admiraba aquella maravilla del mundo, tenía su mirada fija en la puerta. Y allí apareció el ser que más detestaba sobre la faz de la tierra.

            Shei, el Primero del Clan Jiorhavi. Portaba la majestuosa armadura negra de Sagitario.

            Un Lemuriano Oscuro que durante toda su existencia solo ha tenido en mente cumplir sus planes… Despertar a la verdadera Diosa…

            Enol llegó hasta la puerta y se detuvo a unos cinco metros de aquel hombre. Miró su armadura, la fabulosa armadura de la constelación de Reloj. Aún mantenía su brillo, aunque algunas zonas estaban dañadas y agrietadas.

            Ambos se encontraban completamente solos en aquel lugar, con la luz de media mañana sobre el prado circular donde se ubicaba la Última de las Moradas del Pueblo de Lemuria.

            El Caballero elevó su cosmos, de la misma manera que cuando luchó contra Mao y posteriormente contra Tario.

            -¿Pretendes acabar conmigo rápidamente, Enol? –Dijo Shei-.

            -No estoy aquí para escuchar sermones, Shei. Ni historias que no tengan que ver con mi pasado o con mi identidad. Además, no te ha salido muy bien la jugada, ¿no? iTu Clan se extingue, Jiorhavi!

            -Tan solo tú y Mómoh seguís en pie, Enol. Has perdido a cinco camaradas y el sexto y último ha sido tu gran amigo Ryoma. Tus amigos Archenar, Hécco y Mirio se encuentran heridos y me sería muy sencillo acabar con los tres… creo que a ti tampoco te ha salido del todo bien en el juego.

            Shei se mostraba inerte, jamás se podía saber más de lo que expresaba aparte del significado propio de las palabras que pronunciaba. No gesticulaba, no hablaba con diferentes entonaciones, su mirada tampoco.

            Enol sabía muy bien que Shei intentaba provocarlo, pero no iba a caer en sus argucias.

            -Suspiro de Tiempo. –Dijo lentamente el Caballero-.

            Todo lo existente alrededor de Enol se detuvo. Era la segunda vez que había logrado detener el tiempo. Contemplaba a Shei, estaba inmóvil.

            -El manejo del Tiempo es algo complejo. –Dijo Shei, sobresaltando y enfureciendo a Enol-. Puedes detener el tiempo de todo lo que te rodea, o incluso a tus adversarios, pero siempre que éstos no superen tu cosmos.

            -¿Pretendes darme lecciones? –Preguntó el Caballero enfadado-.

            -Si hubieras estado bajo mi tutela las circunstancias hubieran cambiado enormemente.

            Enol oyó las palabras, y tuvo que pensarlas en su mente para digerirlas.

            -Dime quién eres y dime quién soy. Tengo derecho a saberlo. –Enol rebuscó entre sus vestiduras y sacó una esfera de color negro. Era aquella que rescató tras vencer al Octavo. Justo cuando fue a romperla para averiguar el recuerdo que contenía apareció Shei portando el cadáver de Carola. Jamás llegó a romperla posteriormente, y el Caballero aún la conservaba.

            -Es una de las esferas de tus recuerdos. ¿Por qué no la has destruido? –Preguntó el Lemuriano-.

            Enol miró la esfera, dudando de si romperla o no. La lucha contra Shei era inminente, y si perdía el combate podría acabar muerto y sin aquel recuerdo en la mente.

            -Contiene el momento en que te proclamaste Caballero, Enol.

            Las palabras del Primero sonaron en la mente de Enol. Había sido tan intenso aquel momento y lo había vivido con tanta felicidad que sabía que el recuerdo existía en su memoria, sin embargo no encontraba entre sus recuerdo el momento de la prueba, ni qué prueba realizó, ni dónde… ¿Cómo era posible?

            -A veces, cuando queremos buscar algo en nuestra memoria y no está, nuestra propia mente nos confunde. No lo recuerdas porque Mao te borró ese momento de tu memoria.

            Enol se quedó de piedra. Era cierto, no recordaba cómo consiguió convertirse en Caballero.

            -iCuéntame todo, Shei! –Gritó enfurecido Enol-.

            -El trato era si me vencías, acuérdate del comienzo de la batalla.

            -No. Cuando luchemos… el combate será a muerte. –Sentenció el Caballero-.

            Shei quedó pensativo unos instantes. Sabía que Enol lucharía hasta el final, incluso llegando a la muerte si fuera necesario.

            Él no estaba dispuesto a morir, era el Primero de los Jiorhavi, y aunque su Clan estaba casi extinguido sabía que Sylah había sido sacado a la fuerza de la Última Morada por tres cosmos que él ya conocía. Los Agáravi habrían sido los responsables, lo sabía.

            Por otro lado, Aldalip se había marchado abandonando aquel lugar y demostrándole que la existencia del Clan le daba igual, el Cuarto tan solo se había preocupado de no caer en batalla y mantener su propia vida rompiendo así los valores del Sello del Clan.

            Y con Tario, el Tercero, ya no podía contar. Lo había convertido en su “Tercera Gota de Sangre” y lo había enviado lejos para no correr el riesgo de mantener a ese hombre fuera del alcance de cualquier daño, no se lo podía permitir, porque de esa manera contaría con una tercera oportunidad si el Caballero de reloj lo eliminaba.

            -Muy bien, Enol. Ha llegado el momento de contarte quién eres.

            Enol miró a su adversario. Aquel hombre no mentía y cumplía sus pactos. Estaba dispuesto a revelarle todo.

            -Llevo toda tu vida observándote porque creo que eres la reencarnación del primer Caballero de Reloj.

            -¿Quéeeee? –Enol alucinó ante aquellas palabras-.

            -Dicho así es verdad que suena algo ocurrente. Pero oye mis palabras, Caballero de Reloj, y entenderás el significado de lo expresado.

            Enol estaba boquiabierto. Pensaba que Shei se estaba marcando un farol.

            -Hace ciento sesenta y seis años leí un libro que llegó a mis manos por casualidad. Fue durante mi aprendizaje, mi maestro era Jideo, guardia personal de la célebre Yuzuriha, antigua Mahaeris del Clan Zaharí. Desde entonces concedí mi existencia a la búsqueda del conocimiento y del saber, con la firme intención de llevar a cabo el contenido del libro que leí.

            -¿Qué libro era? –Quiso saber Enol-.

            -“Crónicas de un Caballero de Bronce.” Tomo 6, escrito por el Caballero Eriol de Reloj.

            -¿Qué contenía? –Quiso saber Enol, a sabiendo que aquel libro lo tendría Shei.

            -Aquel libro me dejo impactado. Al principio pensé que no era más que un simple cuento, pero con el tiempo descubrí que todo lo que contaba era verdad, y lo comprobé cuando pude obtener aquí, en La Última Morada, el Cáliz de tu Diosa, uno de los Siete Legados que dejó la Diosa en la Era Mitológica. En él, vertiéndole agua en su interior, se ve el futuro. Y el futuro que yo vi, Enol… eras tú.

            -Ve al grano, Lemuriano.

            -Desde entonces he procurado realizar mis planes. Según cuenta el libro, el primer Caballero de Reloj traicionó las órdenes de su Diosa, pero gracias a ello se pudo conseguir la victoria sobre el Mal, aunque sobre aquel Caballero recayó un castigo divino que tú conoces muy bien, ¿verdad?

            -Sí, cierto. –Contestó el muchacho-. Pero aquel castigo ya no recae sobre mí. He obtenido la Espada Rudis de manos de Atena, y mi propio maestro me ayudó a conseguirlo.

            -¿Tu maestro? –Preguntó Shei-.

            -Sí. Sin duda él me introdujo en la Sala del Tiempo Perdido con la intención de fortalecer mi propio ente y procurar conseguir tal objeto para poder luchar libremente.

            -Ja, ja, ja, ja, ja, ja. –Carcajeó Shei, y Enol se quedó boquiabierto ante el hombre que no expresaba nada. iSe reía!-. Eres un ignorante, tu maestro te quiso quitar del medio nada más que descubrió quién eres., con la intención de dejarte encerrado para siempre. Simple fortunio fue lo que hizo que salieras de allí.

            -No te creo. Intentas embaucarme de nuevo.

            -No, Enol. –Dijo el Primero ya serio y retomando el hilo de la conversación-. Tu maestro y yo… Uno te protege y el otro quiere acabar contigo y esconde tu secreto, ¿no es así?

            Enol temió las palabras que a continuación salieron de la boca de su rival.

            -Tu maestro es el que ha querido destruirte, mientras que yo llevo toda tu vida protegiéndote y llevándote por el camino que debes seguir.

            -¿Qué?

            -Así es… -Shei caminó hacia Enol hasta colocarse a un par de metro. La magnífica armadura que portaba producía sonidos al caminar-. Jamás he querido hacerte daño por aquello que te acabo de mencionar. Pienso que eres la reencarnación de Eriol, el primer Caballero de Reloj, aquel que luchó en la primera Guerra Santa. Tu hermana es…

            -iSheeeeeeeeeei! –Gritó una desgarradora voz-.

            Tanto el Primero como Enol se giraron, y en la distancia, al inicio de aquella gran explanada donde se encontraban apareció una mujer que salió corriendo con todas sus energías. Por el camino intensificaba su cosmos y los rayos de Sol hacían que su negra armadura brillase sobremanera.

            Era Navara, la Sexta del Clan, reclamando venganza.

            Cuando Shei comprobó quién era la recién llegada, sonrió levemente.

 

 

 

          Bueno, supongo que iréis abriendo boca para el capítulo de la semana que viene, ya que se acerca el final, como mucho unos 2 ó 3 capítulos y adiós a los Jiorhavi! Volveremos al Santuario después de muchos capítulos. ¿Qué habrá estado ocurriendo allí mientras los Caballeros de Bronce peleaban contra Los Lemurianos Oscuros? Uff... A los que amáis/detestáis a Saga (yo ambas cosas) sabed que se acerca un "mini arco" donde vamos a alucinar con el Patriarca!

 

         1 saludo a tod@s, y gracias por seguir ahí después de 46 capítulos!



#277 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 septiembre 2015 - 14:31

46:

 

-buen capitulo

-pobre Eridano ,su final fue muy sangriento y doloroso

-Interesante la historia de Enol,me pregunto quien sera su hermana


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#278 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 02 octubre 2015 - 12:15

46:

 

-buen capitulo

-pobre Eridano ,su final fue muy sangriento y doloroso

-Interesante la historia de Enol,me pregunto quien sera su hermana

 

Hola T-800!

 

Lástima lo de Ryoma, si! bueno...así conseguimos que el prota (Enol) se vaya volviendo más duro!!!

 

jajaja, 1 saludo, Caballero!



#279 mihca 5

mihca 5

    TATTOOS & WHISKEY

  • 3,946 mensajes
Pais:
Ecuador
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 05 noviembre 2015 - 13:11

Cap: 35 y 36

Vaya paliza que se comió Dáim y su ultima esperanza cual luz al final del túnel… "Carola".
La historia de Carola y Dáim fue muy interesante. La suerte de Dáim, nada muy lejos de algunos vistos por tv.
Jejeje; por otra parte cuando se prometieron amor eterno estos tórtolos bajo el monte Agrónn, espero que no haya sido solo con un apasionado beso!!xd
Bueno por otra parte, como bien dicen en el santuario por algo Sora es considerada la mujer mas fuerte, demostrando su fuerza y poder contra dos rivales.

Excelente, volviste a poner al gran Aioros en tu historia. Lo del hombre que hablo con el centauro, diciendo de la aparición de Atenea deja mucho que pensar de quien pueda ser y por otra parte un gran dilema tiene Hecco, si contar la verdad al discípulo del verdadero traidor o permanecer callado. Los libros del primer relojito siguen trayendo mucho misterio y cosas por descubrir.

Saludos Andromeda!!

¡Si una hembra te rechaza es por el bien de la evolución!

 

0Z5NIbv.png?1

 


#280 andromeda32

andromeda32

    Miembro de honor

  • 204 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Leo
Desde:
Huelva, Spain
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 05 mayo 2016 - 09:27

Hola a todos, ¿cómo estáis?

Hace muchos meses que dejé aparcado "Crónicas" para meterme de lleno en una gran aventura que ya concluyó. Vuelvo a estar por aquí para lees y escribir!! Alguien recuerda que le pasó a nuestros caballeros??? jajajaja. ¿Qué es de Enol de Reloj, de Hécco de Corona Austral o Tapiró de Quilla!?

 

Pronto volveré para comenzar con la subida de capítulos y seguir nuestra historia! 

 

Un saludo a tod@s, Caballeros!






0 usuario(s) están leyendo este tema

0 miembros, 0 invitados, 0 usuarios anónimos


Este tema ha sido visitado por 58 usuario(s)

  1. Politica de privacidad
  2. Reglas generales ·