Compañeros, vengo por encargo de Tetza a dejar el final de su historia. Lo pego tal y como él me lo envió. No lo leo porque no quiero spoilearme.
Yo... apareceré pronto. Digamos que un amigo mío tuvo un problema y quedó en coma y como comprenderéis, no tengo demasiadas ganas de nada. Pero bueno, este es el espacio de Tetza y no soy quién para traer aquí mis problemas.
Un abrazo a todos.
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Este es el final El resto son los borradores de los capítulos siguientes y la explicación del origen de Hekar. Gracias por su tiempo, gracias por sus visitas y comentarios; en verdad lamento no poder terminar esto de mejor manera. Saludos
Seida mata a Limnades, Rayquaza pierde la vista y Keiko muere a manos de Kodak. Hermes aparece para transportarlos por el cielo hacia Tanaerum. La peregrinación ateniense fue una artimaña para distraer a los dioses.
Justin apalea a Teseo, discute con Jackson sobre su traición. Desconsolado, Jackson se le enfrenta y termina sacrificando su vida, haciéndole la máxima demostración del homocosmos. Eón, hijo de Pallas decide terminar con la vida de Teseo, argumentando que siendo siervo y elucubración de Ares, contradice directamente a las órdenes y deseos de Zeus. Heracles aparece para detener la ejecución, su antigua amistad con Teseo le obliga. Aparecen Integra y Ketsang traídos por Artemisa. Apolo se manifiesta, trayendo consigo a Hekar y Morrigan.
Aquiles y Odiseo son guiados por Tetis a la caverna de Hermes. El dios rebela la naturaleza de sus armaduras: Solo alcanzan su máximo potencial cuando son bañadas con la sangre de sus oponentes. Al igual que en el pasado, Hefestos accede a fabricarle armaduras nuevas a los argivos a cambio de los favores sexuales de Tetis. Como última petición, Aquiles solicita a su madre el ritual para volverlo invencible; Odiseo también será sometido a este.
Apolo ordena a los proteos dejen que los atenienses terminen su obra; Athena aparece con sus guerreros sobrevivientes y el artefacto que le solicitó Apolo: una enorme columna de hierro con la efigie de Zeus en la cúspide. Al colocarla, se aprecia una estatua de bronce del dios monarca en cuclillas, sentado en un inodoro y en actitud contemplativa; la madre de todas las tormentas eléctricas golpean con fuerza al lugar. Zeus está furioso por el insulto pero no puede hacer nada en la distancia, el pararrayos que es su estatua le impide vengarse; tiene que descender a confrontar a su hija
Hermes escapa. Athena recibe su armadura de Apolo, quien juró protegerla hasta que fuera necesaria. Los rayos de Zeus pueden atravesar la Egida de Athena antes de ser desviados por el pararrayos, Apolo interviene a favor de su hermana; ambos consiguen acercar al dios rey al portal preparado por Hades, haciendo que Zeus sea arrastrado al Tártaro.
Teseo, Heracles y Eón (Hyperion jr. (Me gustaba más :’( ) Intentan detener el aprisionamiento de Zeus pero son detenidos por Leo, Dragón, Cuervo y Águila. Poseidón se presenta para detener a Athena. Apolo usa el jarrón que Hector y Pentesilea le consiguieron. Aquiles y Odiseo aparecen junto con Hefestos para auxiliar al dios de los mares.
Hera, siendo avisada por Hermes, desciende acompañada de Eris, Dionisos y Afrodita. Apolo revela los planes de Hera: Engañar a Zeus con ayuda de Eris y el toloache divino que le dio Demeter; de esta manera sometería al dios rey y podría rehacer a la humanidad bajo su capricho, los hombres tendrían senos y las mujeres púas venenosas en la vagina. Afrodita decide apoyar a Apolo.
Pandora observa la escena, regresa al inframundo a avisar a su señor. Cuando llega Hades había sido derrotado por Asclepio y Kai; El medico engaño al chico para acompañarlo al averno con la promesa de revivir a Delphinus. Una vez en el trono, Asclepios ordena al fénix que regrese a ayudar a su diosa. Kai es acompañado por varios santos que dejan el Hades con el permiso de Asclepios, el nuevo dios de la muerte y la medicina.
Ketsang vence a Odiseo, Pentesilea vence a Aquiles. Heracles pelea contra Hekar y Hector (HHH XD); Eón se replantea su lealtad y decide apoyar a Athena. Apolo, Artemisa, Athena y Afrodita (AAAA XD) combaten contra Hera, Hefestos, Eris, Dionisos y sus sirvos, guerreros random que me sacaría de la manga, dignos personajes de OVAs Saint Seiya XDDD. Regresan los caballeros dorados y vuelve a morir para proteger a Athena. Rami se despide de Seida y Karfitsa de Gina.
Ketsang regresa para asesorar a los bronces; les informa de una técnica maldita que les dará la victoria: el Omega. Integra esta renuente a su uso, les advierte de una vida de humillación y vergüenza después de su uso.
La Tierra está en peligro, la hecatombica pelea de los cuatro dioses amenaza con partir el mundo a la mitad. Kai de Fénix, Will de Andromeda, Chema de Pegaso, Ray de Dragon, Jaco de Unicornio, Alí de Jirafa, Leonel de Ave del paraíso, Keiko de Delfín y Cosme de Cisne unen sus manos y activan el Omega. Delphinus es la elegida para apoyar a Athena en su combate mortal.
Los dioses perdedores son apresados, Asclepio les vigilara en el infierno. Athena regirá la tierra, Artemisa el mar y Apolo el cielo.
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Integra: El vínculo de Athena con cualquier mortal solo es una leyenda, ella siempre ha sido la diosa virgen que protege la Tierra –Athena se sonroja- Lamento que hayas vivido engañado mi pequeño Hekar
Hekar: Pero… y todas esas historias… todas esas canciones y leyendas, el escribió todos esos poemas para ella
Integra: Esas historias las creo el fandom, también los líderes religiosos que querían desprestigiar a nuestra diosa inventaron algunas obscenidades, y estas se fueron quedando en el subconsciente de la gente. El libro recopila algunos poemas que me dedico y cartas que me escribió, lo demás son piropos guarros y chistes pelados que también compuso cuando estaba borracho. Necesitas que nuestra diosa te desengañe y te diga de su propia boca que jamás ha estado con ningún hombre? –ambos se percatan que Athena desvía la mirada- ¿Mi señora?
Athena: Deben entender que fui muy vulnerable en mi anterior vida y amé mucho a la humanidad…
Integra: Mi diosa, no me diga que llego a intimar con un mortal, fue acaso el santo de Sagitario de esa época
Athena: Lo único importante es que conoces la verdad Hecar, sabes tu origen, sigues teniendo la sangre de Hrbinger en tus venas y su nobleza en tu corazón, no hay origen divino en tu fuerza, eres el dueño de tu propio poder y arquitecto de tu destino, Integra es la fuente de tu linaje puro y determinado, justo y noble
Hekar: Y pensar que fue Seiya el autor de mi poema favorito “Selva violeta” siempre crei que lo escribió Harbinger, ambos eran muy elocuentes
Integra: Es verdad, ese poema parece escrito por Har
binger –Por primera vez en su larga vida mira a su diosa con enfado- No lo cree usted también mi señora
Athena: …..-mira al cielo- Parece que hoy será un hermoso día
¡¿Dónde estás herrero de m*erda?! —Aquiles irrumpe con violencia—. ¡Muéstrate, que recompondré tu pierna tullida a base de palos!
Viejas y verdosas estatuas de cobre le reciben con espadas en mano, son las celosas guardianas de la fragua de su señor, buscan callar para siempre al escandaloso semidios; los horribles ciclopes de metal, con sus tres metros de altura y sus calvas rozando el techo de la caverna, retroceden encorvados y temerosos al notar la presencia de Tetis, la diosa madre que acompaña a su vástago. Odiseo aguarda prudentemente unos pasos atrás, deja que su compañero se encargue de la negociación.
—Compórtate, mi bello Aquiles —Tetis avanza, dejando a su hijo atrás—. Hefestos es un dios y estamos en sus dominios, muestra respeto y trátalo como tal.
—¡Pero mamaáaah, ese dios deforme me hizo una armadura defectuosa! —la jala del brazo—. No puedo dejarlo salirse con la suya, nadie me respetara si lo hago.
Los ciclopes de cobre escoltan a los visitantes por las grutas, iluminan el camino con el fulgor que despiden sus nudillos; avanzan por el escabroso laberinto hasta llegar a un portón de macizo hierro tachonado, el cual, a pesar de su evidente musculatura, la abren con suma dificultad.
Detrás de la puerta un espectáculo les aguarda; un frondoso bosque de plata y bronce decora el que debería ser una gigantesca bóveda, de fría y oscura roca húmeda. Odiseo se maravilla, pone atención en cada rama, hoja, tallo y flor; parecen realmente vivos gracias al cuidadoso detalle y soberbio trabajo realizado en sus formas. Incluso los frutos de los manzanos y olivos, son joyas pulidas de rubí y jade que reflejan la luz y el calor emitidos de la forja central, una estructura tan grande como un castillo y tan caliente como un volcán.
—No esperaba la visita de tan ilustres personajes —Dice el feo Hefestos, desciende de la rampa central, montado en un asno de hierro y cuero—. Se supone que tú estarías mojando tus pechos en el mar, y ustedes besándole las grebas a Ares.
Aquiles no tolera el insulto, se abalanza sobre el dios cojo con la intención de comprimirle el cuello. La montura de Hefestos gira grácilmente y patea al pelida con sus cascos traseros, arrojándolo a las faldas de su madre.
—Mi casa, mis reglas —se mofa el herrero—. No pretendas comportarte como un idiota en mis dominios, no me costaría nada arrojarte al horno para alimentar mi fragua. Digan los motivos de su visita y después lárguense.
—¡Oh talentoso Hefestos! —pronuncia Odiseo—, tú que tienes la mayor habilidad e ingenio entre los olímpicos; a ti recurrimos en nuestra necesidad, los mantos que le diste a Ares resultaron débiles contra los atenienses y sufrimos ante su poder. Si apoyas a Zeus, nos ayudaras; si aprecias tu reputación, no permitirás que armaduras inferiores destaquen sobre las tuyas.
—¡Lo que él dijo! —Aquiles realmente no entendió nada pronunciado por Odiseo—, ¡tus armaduras apestan, mueve ese culo deforme y hazme una como la que vestí cuando asolé Ilión!
La diosa y el rey embustero, ambos se llevan la palma al rostro al mismo tiempo, están decepcionados por la actitud del mirmidón. Hefestos se limita a mirarlo con fastidio, recuerda cuando Tetis fue a suplicarle por un manto para su hijo en la era del mito; esa señora es buena amante.
—Sera el mismo pago de siempre Tetis, uno por cada armadura —advierte el herrero.
—Solo harás una armadura para mi hijo.
—Sabes madre, me gustaría que antes me untes con aceite de oliva…, ¡por qué me gusta estar lubricado cuando me j*den! ¡Quiero armaduras para ambos y dos armaduras me darán!
—Aquiles, mi bravo hijo. Creí perderte para siempre cuando descendiste al Hades; sabía que tus acciones en vida te acarrearían la eternidad en las sombras. Ahora estas aquí, sirviendo al desquiciado Ares, pero vivo al fin. Decidí pedir audiencia a Hefestos por qué sé que la sangre y la guerra son parte de ti, tú jamás aceptaras una vida de tranquilidad y paz. Entiéndeme, hijo adorado, esto no me es grato y solo lo hago porque te amo.
—Madre —señala a Odiseo—, este hombre es capaz de engañar a los mismos dioses, él tiene la clave para librarme del yugo de Ares; lo necesito vivo.
Tetis accede y se resigna a convivir con el sucio Hefestos. El dios herrero se relame los labios con el trato. Al momento de regresar a la forja influye su cosmos en los hombres para que no sean afectados por el calor y le puedan acompañar.
—Debes saber algo, hijo de Peleo —sentencia—. La armadura que te hice milenios atrás, era tan fuerte como las que le fabriqué a Ares, son los enemigos a los que se enfrentan los que tienen un poder descomunal.
—Si ya lo sabias —reprocha Aquiles—, ¡por qué rayos no las hiciste más poderosas!, ¡¿acaso los herreros de Athena son mejores que tú?!
—¿Se les ocurrió darles de comer? —alega Hefestos—. Mis creaciones estaban destinadas a ser tan fuertes como un manto divino, solo tenían que bañarlas en la sangre de su primer oponente. Parece ser que los antiguos héroes griegos no se comparan a los guerreros actuales. Ese estúpido de Ares seguramente olvido decirles ese detalle.
Ambos aqueos observan en silencio como el dios trabaja el metal; piensan en lo que habría sido de haber sabido esa información. Aquiles especialmente piensa en un caballero dorado, aunque no le causa gracia, entiende que habría muerto de enfrentarlo en su precaria condición.
—¡Madre! —ordena—, quiero que nos hagas invulnerables. Danos la fuerza para abatir a los santos de Athena; ¡mientras el santo de Leo exista yo no encontrare paz! Sumérgeme en el Estigia otra vez y el mundo me temerá de nuevo.
—¿El Estigia? —interrumpe Odiseo—. Yo lo navegue una vez, me sumergí en el y no cambió nada, no puede ser verdad ese rumor.
—Hay un recodo en el río —confiesa Tetis—, que esta perpetuamente en llamas; en ese lugar un dios debe ofrendar su sangre y sumergir a un hombre en el para que ningún daño le afecte.
—Entonces está decidido, madre. Me llevaras a ese lugar y me harás invencible de nuevo.
—Si es así, señora de las aguas —suplica Odiseo—, le pido encarecidamente que me bendiga con lo mismo. Solo pido que me sujete del pelo, que no quiero perecer por un corte en el tobillo.
—¡Es verdad! —se percata Aquiles—, ¡no quiero sorpresas de nuevo!..., aunque no quiero debilitarme si me cortan el pelo o me sale caspa. A mí que me sujeten de las orejas.
—¡EXCALIBUR! —Seida parte la tierra con una línea vertical de luz dorada. El ala izquierda de Rami es cortada limpiamente, asustando al santo de Sagitario.
—¡E-espera!, ¡soy yo, tu hermano, cálmate! —se dobla como carrizo, evadiendo el corte mortal dirigido a su pecho—. ¡Se supone que me quieres y respetas cabra loca!
—Mi hermano ya me habría detenido. Tú no eres él, eres un futuro cadáver partido a la mitad, de eso no cabe duda. ¡EXCALIBUR!
Rami huye, busca refugio en los matorrales con la cara pálida y el corazón en el cuello; no entiende por qué la santa desea matarlo.
La Sirena esquiva los constantes ataques, cincuenta santos de acero la persiguen con Rayquaza a la cabeza; la marina no puede debilitarlos, sus acordes son ahogados por el cosmos de Athena. Planea alejarse lo suficiente para hacer uso de su flauta y acabar rápido con sus perseguidores.
—¡No escaparas! —Ray se encuentra a escasos veinte metros de la marina—. ¡DRAGÓN ASCENDENTE! —El cañón draconico arroja a su objetivo por los aires, mellando su greba derecha, el cinto y parte del peto. A pesar de estar herida Soneto sonríe, el ataque la alejó lo suficiente como para que su cosmos vuelva a tener efecto.
—¡Es nuestro turno, hermano mayor! —el grupo de acerínes prepara el fusilamiento—. ¡FLECHA RAYO DE ACERO!
Una lluvia de disparos acarician el bello cuerpo de la marina. Sirena de muestra tranquila, pareciera que el ataque acerín fuese solo una ligera llovizna para para la defensa de su golpeada armadura. Coloca la boquilla de la flauta metálica en sus rosados labios, vuelven a surgir las delicadas notas que paralizan a sus atacantes.
—¡¿Dónde estás, impostor cobarde?! —Seida ruge a la noche, le pierde la pista al que imita a su hermano—. ¡Ten la dignidad de enfrentar a la muerte como un hombre! ¡no quiero cazarte como a un conejo!
—¿Te atreves a decirme conejo? —Hekar sale de la noche, lleva una rosa en la mano y una sonrisa en la boca—. Acabo de llegar, vine a apoyarlos en la protección de Athena… también vine porque me preocupé por ti —extiende la mano, ofreciendo la flor a la sonrojada santa—. Athena es mi diosa, pero tú eres mi razón de vivir.
—¡EXCALIBUR! —Hekar es partido por la cintura; las piernas se mantienen firmes en su sitio, el torso cae con el brazo extendido y una expresión de sorpresa en el rostro—. Hekar siempre se refiere a Athena como su madre, estúpido.
Rayquaza está sometido; al igual que los santos que le acompañan, sufre de alucinaciones y heridas espontaneas. Le cuesta respirar, ya no puede sentir el frío de la noche ni el olor de su sangre; su mirada borrosa apenas distingue el sufrimiento de su compañero más cercano y las aterradoras siluetas femeninas que danzan a su alrededor; ni siquiera puede oír sus propios gritos, la sensual música de la sirena le taladra el cerebro.
—¡Esto se acaba aquí! —Grita, se despoje de su manto de bronce por la abrumadora explosión de su cosmos—, ¡no permitiré que secuestren a Athena ni que acaben con las vidas de mis compañeros! ¡Si tu técnica se basa en ilusiones, hare que no me afecte! —Dicho esto, el valiente dragón enfila sus dedos índice y medio en dirección a sus ojos; de sus cuencas un chorro de sangre baña sus tersas mejillas y su esculpido cuerpo.
—¡Aaahhh! —grita Soneto, aterrada por la escena—. ¡¿Eres idiota?!, ¡¿por qué te arrancaste los ojos si mi técnica es musical?!
—No lo sé, fue un reflejo… —Ray se sorprende de escuchar su voz, se percata de que la marina detuvo el recital y piensa aprovecharlo—. ¡DRAGÓN ASCENDENTE!
El majestuoso, heroico y sensual dragón de cosmos esmeralda surge del puño del chico; de alguna manera, su desnudez y ceguera hacen que el ataque se magnifique, haciendo que la tierra tiemble y el cielo se parta… El ataque es tan poderoso que arrastra a los acerínes a la muerte y hunde una montaña a la distancia; Rayquaza erró el ataque, al ser un nuevo ciego, falló en localizar a Soneto, que estaba a su izquierda.
Soneto está paralizada de miedo, jamás había presenciado tal demostración de poder. Intenta con todas sus fuerzas acercar la flauta a su boca, el cuerpo no le responde; a escasos centímetros de su meta, su instrumento es partido en tres pedazos; la santa de Capricornio viene por ella.
—No te haré gritar —Seida susurra a su enemiga—, el pobre niño se quitó los ojos y mató a sus compañeros pensando que acabó contigo. No quiero que tu ultimo alarido de dolor le rompa su ilusión. Lárgate, no regreses que nunca fuiste una amenaza para nosotros.
—¿Chicos? —pregunta Ray a la nada—, ¿qué tal me fue, le di?, ¿ya está muerta?... ¿chicos?
—Emhh.. ¡oh si, hermano mayor! —Seida engrosa la voz—, ¡eso fue asombroso, ojala lo hubieras visto!
—¿En serio?, yo solo lo hice por el equipo; ya saben, no quería que ustedes murieran y eso.
—… auh! —Soneto recibe un codazo de Seida—, digo… ¡Así es hermano mayor, nos salvaste a todos! —pronuncia con voz forzada—; ¡Eso fue aterrador, eres muy fuerte!, creo que lo mejor es que regresemos a casa, podemos confiar en que tu solo protegerás a Athena.
—Creo que es lo mejor, ustedes son muy jóvenes y tienen una larga vida por delante —Ray se gira, busca regresar con Athena—. No se preocupen, yo protegeré este mundo, a nuestra diosa y nuestro futuro.
Dragón Marino enfrenta al fénix y la delfín, tiene que alejarse de Athena por los rápidos golpes del santo y los erráticos ataques de la chica; no importa que sea más fuerte mejor en el combate, el fénix es aguerrido y no le permite acercarse a la diosa o a su compañera
—¡TRIÁNGULO DORADO! —Keiko es arrastrada a una dimensión distante. Kai se interpone, siendo arrojado al vacío—. ¿Qué harás ahora sin tu guardián, pequeña?
—Esperarlo —Una patada al cuello, Keiko consigue sacar a Kodak de balance. Al caer barre el suelo con su larga pierna, golpeando el único pie en el suelo de su oponente, arrojándolo al suelo—. ¡ACUASONAR!
Keiko emite su cosmos en ondas sonoras a través de su casco, son pulsos de impacto doloroso y constante que debilitan a Kodak. Erróneamente la santa piensa terminar el encuentro apuntando al corazón del marina. Desde el suelo, Dragón Marino arroja todo su poder en un golpe directo a la cabeza de Delphinus. La santa cae a escasos metros de su diosa; adolorida, mareada y a punto de quedar inconsciente.
—No debiste enfocarte en la parte más resistente de mi scale —Kodak se incorpora, camina hacia la broncínea, se detiene a sus pies, apuntándole con el brazo destellante de energía—; aunque para ser honestos, más allá de sorprenderme, no conseguiste nada.
«No te rindas Keiko», la voz de su diosa resuena en su cabeza. «¿Y te dices caballero de Athena?, ¡levantate!», es Kay quien le ordena. Delphinus reacciona cuando escucha al marina hablar con alguien; es su diosa la que intercede por ella y acepta ir con él a cambio de que le perdone la vida.
—N-no… mi señora. Yo soy quien debe protegerla… —Keiko difícilmente se pone de pie; su cabeza palpita y le duele, tiene que contenerla con la mano; sus largas y delineadas piernas, antes firmes, ahora se niegan a mantenerse rectas; la pobre chica parece un becerro recién parido y con migraña—. Yo no voy a decepcionarla.
—¡Keiko, espera! —Athena trata de detenerla, es demasiado tarde, a pesar que la diosa intenta detenerla keiko ataca, Kodak ataca y la atraviesa del pecho. Kai regresa aparece mata a kodak.
¡¿Por qué no te puedes quedar atrapado?!, ¡¿eres el caballero del fénix o el del boomerang?!
La primera vez él y un acerín fueron alcanzados, solo Fénix consiguió regresar al igual que ahora
—¡Keiiiko!
—Lamento tu perdida, lamento no poder salvarla… —Asclepio apoya su mano en la hombrera del chico—. Hades es celoso de las almas que cosecha, tendrías que bajar al infierno para traerla de vuelta. Es una pena que no podamos descender a su reino y arrebatársela a base de golpes.
—¡Eso es, iré a través de un portal abierto y la rescatare!
—No es tan imna
TANAERUM. 11 DE BATMAN DE 2237
—¡Justin, mi bello Justin! —Jackson estalla de felicidad al reconocer a su eromeno—, ¡viniste a rescatarme!, ¡no, mejor aún, decidiste volver conmigo!
—Habla con la mano, querido —Justin detiene bruscamente a su antiguo mentor—. Vengo en nombre de Zeus para ordenarles que paren esta aberración.
—Te odio, solo fingi para poder llegar a lo mas alto en el Santuario. Cuando Zeus acabe con ustedes, le pediré a las mujeres mas hermosas para complacerme
—Pues… —objeta Marian—, nunca me habría imaginado que esos eran tus deseos, ¡es que tienes pluma y todo, patito!
—¡Yo no soy gay! —la rabieta hace que se levante la falda de su vestido, ondeada por la fuerte brisa de su cosmos—. Ustedes son los gays
—¡Daaah! —contesta Gine con un ademan de sarcasmo—, todos en el Santuario saben que Jackson te rasca los ojos por dentro y que Marian y yo somos pareja. Es muy tarde para que quieras volver al closet, Justin.
—Yo tampoco soy gay —corrije Jackson—. Justin, el erastes era la mayor prueba de masculinidad en la antigua Atenas; era un honor y un servicio social llevar a los jóvenes por el camino de la civilidad y el amor. Justin, entiende que te hice hombre a base de palos.
—Ambos dan asco —comenta un caballero de acero a la distancia.
—Ay, ay, me está gustando.
—Cretense Crunch— pinches del otro ladosEste es el final El resto son los borradores de los capítulos siguientes y la explicación del origen de Hekar. Gracias por su tiempo, gracias por sus visitas y comentarios; en verdad lamento no poder terminar esto de mejor manera. Saludos
Seida mata a Limnades, Rayquaza pierde la vista y Keiko muere a manos de Kodak. Hermes aparece para transportarlos por el cielo hacia Tanaerum. La peregrinación ateniense fue una artimaña para distraer a los dioses.
Justin apalea a Teseo, discute con Jackson sobre su traición. Desconsolado, Jackson se le enfrenta y termina sacrificando su vida, haciéndole la máxima demostración del homocosmos. Eón, hijo de Pallas decide terminar con la vida de Teseo, argumentando que siendo siervo y elucubración de Ares, contradice directamente a las órdenes y deseos de Zeus. Heracles aparece para detener la ejecución, su antigua amistad con Teseo le obliga. Aparecen Integra y Ketsang traídos por Artemisa. Apolo se manifiesta, trayendo consigo a Hekar y Morrigan.
Aquiles y Odiseo son guiados por Tetis a la caverna de Hermes. El dios rebela la naturaleza de sus armaduras: Solo alcanzan su máximo potencial cuando son bañadas con la sangre de sus oponentes. Al igual que en el pasado, Hefestos accede a fabricarle armaduras nuevas a los argivos a cambio de los favores sexuales de Tetis. Como última petición, Aquiles solicita a su madre el ritual para volverlo invencible; Odiseo también será sometido a este.
Apolo ordena a los proteos dejen que los atenienses terminen su obra; Athena aparece con sus guerreros sobrevivientes y el artefacto que le solicitó Apolo: una enorme columna de hierro con la efigie de Zeus en la cúspide. Al colocarla, se aprecia una estatua de bronce del dios monarca en cuclillas, sentado en un inodoro y en actitud contemplativa; la madre de todas las tormentas eléctricas golpean con fuerza al lugar. Zeus está furioso por el insulto pero no puede hacer nada en la distancia, el pararrayos que es su estatua le impide vengarse; tiene que descender a confrontar a su hija
Hermes escapa. Athena recibe su armadura de Apolo, quien juró protegerla hasta que fuera necesaria. Los rayos de Zeus pueden atravesar la Egida de Athena antes de ser desviados por el pararrayos, Apolo interviene a favor de su hermana; ambos consiguen acercar al dios rey al portal preparado por Hades, haciendo que Zeus sea arrastrado al Tártaro.
Teseo, Heracles y Eón (Hyperion jr. (Me gustaba más :’( ) Intentan detener el aprisionamiento de Zeus pero son detenidos por Leo, Dragón, Cuervo y Águila. Poseidón se presenta para detener a Athena. Apolo usa el jarrón que Hector y Pentesilea le consiguieron. Aquiles y Odiseo aparecen junto con Hefestos para auxiliar al dios de los mares.
Hera, siendo avisada por Hermes, desciende acompañada de Eris, Dionisos y Afrodita. Apolo revela los planes de Hera: Engañar a Zeus con ayuda de Eris y el toloache divino que le dio Demeter; de esta manera sometería al dios rey y podría rehacer a la humanidad bajo su capricho, los hombres tendrían senos y las mujeres púas venenosas en la vagina. Afrodita decide apoyar a Apolo.
Pandora observa la escena, regresa al inframundo a avisar a su señor. Cuando llega Hades había sido derrotado por Asclepio y Kai; El medico engaño al chico para acompañarlo al averno con la promesa de revivir a Delphinus. Una vez en el trono, Asclepios ordena al fénix que regrese a ayudar a su diosa. Kai es acompañado por varios santos que dejan el Hades con el permiso de Asclepios, el nuevo dios de la muerte y la medicina.
Ketsang vence a Odiseo, Pentesilea vence a Aquiles. Heracles pelea contra Hekar y Hector (HHH XD); Eón se replantea su lealtad y decide apoyar a Athena. Apolo, Artemisa, Athena y Afrodita (AAAA XD) combaten contra Hera, Hefestos, Eris, Dionisos y sus sirvos, guerreros random que me sacaría de la manga, dignos personajes de OVAs Saint Seiya XDDD. Regresan los caballeros dorados y vuelve a morir para proteger a Athena. Rami se despide de Seida y Karfitsa de Gina.
Ketsang regresa para asesorar a los bronces; les informa de una técnica maldita que les dará la victoria: el Omega. Integra esta renuente a su uso, les advierte de una vida de humillación y vergüenza después de su uso.
La Tierra está en peligro, la hecatombica pelea de los cuatro dioses amenaza con partir el mundo a la mitad. Kai de Fénix, Will de Andromeda, Chema de Pegaso, Ray de Dragon, Jaco de Unicornio, Alí de Jirafa, Leonel de Ave del paraíso, Keiko de Delfín y Cosme de Cisne unen sus manos y activan el Omega. Delphinus es la elegida para apoyar a Athena en su combate mortal.
Los dioses perdedores son apresados, Asclepio les vigilara en el infierno. Athena regirá la tierra, Artemisa el mar y Apolo el cielo.
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Integra: El vínculo de Athena con cualquier mortal solo es una leyenda, ella siempre ha sido la diosa virgen que protege la Tierra –Athena se sonroja- Lamento que hayas vivido engañado mi pequeño Hekar
Hekar: Pero… y todas esas historias… todas esas canciones y leyendas, el escribió todos esos poemas para ella
Integra: Esas historias las creo el fandom, también los líderes religiosos que querían desprestigiar a nuestra diosa inventaron algunas obscenidades, y estas se fueron quedando en el subconsciente de la gente. El libro recopila algunos poemas que me dedico y cartas que me escribió, lo demás son piropos guarros y chistes pelados que también compuso cuando estaba borracho. Necesitas que nuestra diosa te desengañe y te diga de su propia boca que jamás ha estado con ningún hombre? –ambos se percatan que Athena desvía la mirada- ¿Mi señora?
Athena: Deben entender que fui muy vulnerable en mi anterior vida y amé mucho a la humanidad…
Integra: Mi diosa, no me diga que llego a intimar con un mortal, fue acaso el santo de Sagitario de esa época
Athena: Lo único importante es que conoces la verdad Hecar, sabes tu origen, sigues teniendo la sangre de Hrbinger en tus venas y su nobleza en tu corazón, no hay origen divino en tu fuerza, eres el dueño de tu propio poder y arquitecto de tu destino, Integra es la fuente de tu linaje puro y determinado, justo y noble
Hekar: Y pensar que fue Seiya el autor de mi poema favorito “Selva violeta” siempre crei que lo escribió Harbinger, ambos eran muy elocuentes
Integra: Es verdad, ese poema parece escrito por Har
binger –Por primera vez en su larga vida mira a su diosa con enfado- No lo cree usted también mi señora
Athena: …..-mira al cielo- Parece que hoy será un hermoso día
¡¿Dónde estás herrero de m*erda?! —Aquiles irrumpe con violencia—. ¡Muéstrate, que recompondré tu pierna tullida a base de palos!
Viejas y verdosas estatuas de cobre le reciben con espadas en mano, son las celosas guardianas de la fragua de su señor, buscan callar para siempre al escandaloso semidios; los horribles ciclopes de metal, con sus tres metros de altura y sus calvas rozando el techo de la caverna, retroceden encorvados y temerosos al notar la presencia de Tetis, la diosa madre que acompaña a su vástago. Odiseo aguarda prudentemente unos pasos atrás, deja que su compañero se encargue de la negociación.
—Compórtate, mi bello Aquiles —Tetis avanza, dejando a su hijo atrás—. Hefestos es un dios y estamos en sus dominios, muestra respeto y trátalo como tal.
—¡Pero mamaáaah, ese dios deforme me hizo una armadura defectuosa! —la jala del brazo—. No puedo dejarlo salirse con la suya, nadie me respetara si lo hago.
Los ciclopes de cobre escoltan a los visitantes por las grutas, iluminan el camino con el fulgor que despiden sus nudillos; avanzan por el escabroso laberinto hasta llegar a un portón de macizo hierro tachonado, el cual, a pesar de su evidente musculatura, la abren con suma dificultad.
Detrás de la puerta un espectáculo les aguarda; un frondoso bosque de plata y bronce decora el que debería ser una gigantesca bóveda, de fría y oscura roca húmeda. Odiseo se maravilla, pone atención en cada rama, hoja, tallo y flor; parecen realmente vivos gracias al cuidadoso detalle y soberbio trabajo realizado en sus formas. Incluso los frutos de los manzanos y olivos, son joyas pulidas de rubí y jade que reflejan la luz y el calor emitidos de la forja central, una estructura tan grande como un castillo y tan caliente como un volcán.
—No esperaba la visita de tan ilustres personajes —Dice el feo Hefestos, desciende de la rampa central, montado en un asno de hierro y cuero—. Se supone que tú estarías mojando tus pechos en el mar, y ustedes besándole las grebas a Ares.
Aquiles no tolera el insulto, se abalanza sobre el dios cojo con la intención de comprimirle el cuello. La montura de Hefestos gira grácilmente y patea al pelida con sus cascos traseros, arrojándolo a las faldas de su madre.
—Mi casa, mis reglas —se mofa el herrero—. No pretendas comportarte como un idiota en mis dominios, no me costaría nada arrojarte al horno para alimentar mi fragua. Digan los motivos de su visita y después lárguense.
—¡Oh talentoso Hefestos! —pronuncia Odiseo—, tú que tienes la mayor habilidad e ingenio entre los olímpicos; a ti recurrimos en nuestra necesidad, los mantos que le diste a Ares resultaron débiles contra los atenienses y sufrimos ante su poder. Si apoyas a Zeus, nos ayudaras; si aprecias tu reputación, no permitirás que armaduras inferiores destaquen sobre las tuyas.
—¡Lo que él dijo! —Aquiles realmente no entendió nada pronunciado por Odiseo—, ¡tus armaduras apestan, mueve ese culo deforme y hazme una como la que vestí cuando asolé Ilión!
La diosa y el rey embustero, ambos se llevan la palma al rostro al mismo tiempo, están decepcionados por la actitud del mirmidón. Hefestos se limita a mirarlo con fastidio, recuerda cuando Tetis fue a suplicarle por un manto para su hijo en la era del mito; esa señora es buena amante.
—Sera el mismo pago de siempre Tetis, uno por cada armadura —advierte el herrero.
—Solo harás una armadura para mi hijo.
—Sabes madre, me gustaría que antes me untes con aceite de oliva…, ¡por qué me gusta estar lubricado cuando me j*den! ¡Quiero armaduras para ambos y dos armaduras me darán!
—Aquiles, mi bravo hijo. Creí perderte para siempre cuando descendiste al Hades; sabía que tus acciones en vida te acarrearían la eternidad en las sombras. Ahora estas aquí, sirviendo al desquiciado Ares, pero vivo al fin. Decidí pedir audiencia a Hefestos por qué sé que la sangre y la guerra son parte de ti, tú jamás aceptaras una vida de tranquilidad y paz. Entiéndeme, hijo adorado, esto no me es grato y solo lo hago porque te amo.
—Madre —señala a Odiseo—, este hombre es capaz de engañar a los mismos dioses, él tiene la clave para librarme del yugo de Ares; lo necesito vivo.
Tetis accede y se resigna a convivir con el sucio Hefestos. El dios herrero se relame los labios con el trato. Al momento de regresar a la forja influye su cosmos en los hombres para que no sean afectados por el calor y le puedan acompañar.
—Debes saber algo, hijo de Peleo —sentencia—. La armadura que te hice milenios atrás, era tan fuerte como las que le fabriqué a Ares, son los enemigos a los que se enfrentan los que tienen un poder descomunal.
—Si ya lo sabias —reprocha Aquiles—, ¡por qué rayos no las hiciste más poderosas!, ¡¿acaso los herreros de Athena son mejores que tú?!
—¿Se les ocurrió darles de comer? —alega Hefestos—. Mis creaciones estaban destinadas a ser tan fuertes como un manto divino, solo tenían que bañarlas en la sangre de su primer oponente. Parece ser que los antiguos héroes griegos no se comparan a los guerreros actuales. Ese estúpido de Ares seguramente olvido decirles ese detalle.
Ambos aqueos observan en silencio como el dios trabaja el metal; piensan en lo que habría sido de haber sabido esa información. Aquiles especialmente piensa en un caballero dorado, aunque no le causa gracia, entiende que habría muerto de enfrentarlo en su precaria condición.
—¡Madre! —ordena—, quiero que nos hagas invulnerables. Danos la fuerza para abatir a los santos de Athena; ¡mientras el santo de Leo exista yo no encontrare paz! Sumérgeme en el Estigia otra vez y el mundo me temerá de nuevo.
—¿El Estigia? —interrumpe Odiseo—. Yo lo navegue una vez, me sumergí en el y no cambió nada, no puede ser verdad ese rumor.
—Hay un recodo en el río —confiesa Tetis—, que esta perpetuamente en llamas; en ese lugar un dios debe ofrendar su sangre y sumergir a un hombre en el para que ningún daño le afecte.
—Entonces está decidido, madre. Me llevaras a ese lugar y me harás invencible de nuevo.
—Si es así, señora de las aguas —suplica Odiseo—, le pido encarecidamente que me bendiga con lo mismo. Solo pido que me sujete del pelo, que no quiero perecer por un corte en el tobillo.
—¡Es verdad! —se percata Aquiles—, ¡no quiero sorpresas de nuevo!..., aunque no quiero debilitarme si me cortan el pelo o me sale caspa. A mí que me sujeten de las orejas.
—¡EXCALIBUR! —Seida parte la tierra con una línea vertical de luz dorada. El ala izquierda de Rami es cortada limpiamente, asustando al santo de Sagitario.
—¡E-espera!, ¡soy yo, tu hermano, cálmate! —se dobla como carrizo, evadiendo el corte mortal dirigido a su pecho—. ¡Se supone que me quieres y respetas cabra loca!
—Mi hermano ya me habría detenido. Tú no eres él, eres un futuro cadáver partido a la mitad, de eso no cabe duda. ¡EXCALIBUR!
Rami huye, busca refugio en los matorrales con la cara pálida y el corazón en el cuello; no entiende por qué la santa desea matarlo.
La Sirena esquiva los constantes ataques, cincuenta santos de acero la persiguen con Rayquaza a la cabeza; la marina no puede debilitarlos, sus acordes son ahogados por el cosmos de Athena. Planea alejarse lo suficiente para hacer uso de su flauta y acabar rápido con sus perseguidores.
—¡No escaparas! —Ray se encuentra a escasos veinte metros de la marina—. ¡DRAGÓN ASCENDENTE! —El cañón draconico arroja a su objetivo por los aires, mellando su greba derecha, el cinto y parte del peto. A pesar de estar herida Soneto sonríe, el ataque la alejó lo suficiente como para que su cosmos vuelva a tener efecto.
—¡Es nuestro turno, hermano mayor! —el grupo de acerínes prepara el fusilamiento—. ¡FLECHA RAYO DE ACERO!
Una lluvia de disparos acarician el bello cuerpo de la marina. Sirena de muestra tranquila, pareciera que el ataque acerín fuese solo una ligera llovizna para para la defensa de su golpeada armadura. Coloca la boquilla de la flauta metálica en sus rosados labios, vuelven a surgir las delicadas notas que paralizan a sus atacantes.
—¡¿Dónde estás, impostor cobarde?! —Seida ruge a la noche, le pierde la pista al que imita a su hermano—. ¡Ten la dignidad de enfrentar a la muerte como un hombre! ¡no quiero cazarte como a un conejo!
—¿Te atreves a decirme conejo? —Hekar sale de la noche, lleva una rosa en la mano y una sonrisa en la boca—. Acabo de llegar, vine a apoyarlos en la protección de Athena… también vine porque me preocupé por ti —extiende la mano, ofreciendo la flor a la sonrojada santa—. Athena es mi diosa, pero tú eres mi razón de vivir.
—¡EXCALIBUR! —Hekar es partido por la cintura; las piernas se mantienen firmes en su sitio, el torso cae con el brazo extendido y una expresión de sorpresa en el rostro—. Hekar siempre se refiere a Athena como su madre, estúpido.
Rayquaza está sometido; al igual que los santos que le acompañan, sufre de alucinaciones y heridas espontaneas. Le cuesta respirar, ya no puede sentir el frío de la noche ni el olor de su sangre; su mirada borrosa apenas distingue el sufrimiento de su compañero más cercano y las aterradoras siluetas femeninas que danzan a su alrededor; ni siquiera puede oír sus propios gritos, la sensual música de la sirena le taladra el cerebro.
—¡Esto se acaba aquí! —Grita, se despoje de su manto de bronce por la abrumadora explosión de su cosmos—, ¡no permitiré que secuestren a Athena ni que acaben con las vidas de mis compañeros! ¡Si tu técnica se basa en ilusiones, hare que no me afecte! —Dicho esto, el valiente dragón enfila sus dedos índice y medio en dirección a sus ojos; de sus cuencas un chorro de sangre baña sus tersas mejillas y su esculpido cuerpo.
—¡Aaahhh! —grita Soneto, aterrada por la escena—. ¡¿Eres idiota?!, ¡¿por qué te arrancaste los ojos si mi técnica es musical?!
—No lo sé, fue un reflejo… —Ray se sorprende de escuchar su voz, se percata de que la marina detuvo el recital y piensa aprovecharlo—. ¡DRAGÓN ASCENDENTE!
El majestuoso, heroico y sensual dragón de cosmos esmeralda surge del puño del chico; de alguna manera, su desnudez y ceguera hacen que el ataque se magnifique, haciendo que la tierra tiemble y el cielo se parta… El ataque es tan poderoso que arrastra a los acerínes a la muerte y hunde una montaña a la distancia; Rayquaza erró el ataque, al ser un nuevo ciego, falló en localizar a Soneto, que estaba a su izquierda.
Soneto está paralizada de miedo, jamás había presenciado tal demostración de poder. Intenta con todas sus fuerzas acercar la flauta a su boca, el cuerpo no le responde; a escasos centímetros de su meta, su instrumento es partido en tres pedazos; la santa de Capricornio viene por ella.
—No te haré gritar —Seida susurra a su enemiga—, el pobre niño se quitó los ojos y mató a sus compañeros pensando que acabó contigo. No quiero que tu ultimo alarido de dolor le rompa su ilusión. Lárgate, no regreses que nunca fuiste una amenaza para nosotros.
—¿Chicos? —pregunta Ray a la nada—, ¿qué tal me fue, le di?, ¿ya está muerta?... ¿chicos?
—Emhh.. ¡oh si, hermano mayor! —Seida engrosa la voz—, ¡eso fue asombroso, ojala lo hubieras visto!
—¿En serio?, yo solo lo hice por el equipo; ya saben, no quería que ustedes murieran y eso.
—… auh! —Soneto recibe un codazo de Seida—, digo… ¡Así es hermano mayor, nos salvaste a todos! —pronuncia con voz forzada—; ¡Eso fue aterrador, eres muy fuerte!, creo que lo mejor es que regresemos a casa, podemos confiar en que tu solo protegerás a Athena.
—Creo que es lo mejor, ustedes son muy jóvenes y tienen una larga vida por delante —Ray se gira, busca regresar con Athena—. No se preocupen, yo protegeré este mundo, a nuestra diosa y nuestro futuro.
Dragón Marino enfrenta al fénix y la delfín, tiene que alejarse de Athena por los rápidos golpes del santo y los erráticos ataques de la chica; no importa que sea más fuerte mejor en el combate, el fénix es aguerrido y no le permite acercarse a la diosa o a su compañera
—¡TRIÁNGULO DORADO! —Keiko es arrastrada a una dimensión distante. Kai se interpone, siendo arrojado al vacío—. ¿Qué harás ahora sin tu guardián, pequeña?
—Esperarlo —Una patada al cuello, Keiko consigue sacar a Kodak de balance. Al caer barre el suelo con su larga pierna, golpeando el único pie en el suelo de su oponente, arrojándolo al suelo—. ¡ACUASONAR!
Keiko emite su cosmos en ondas sonoras a través de su casco, son pulsos de impacto doloroso y constante que debilitan a Kodak. Erróneamente la santa piensa terminar el encuentro apuntando al corazón del marina. Desde el suelo, Dragón Marino arroja todo su poder en un golpe directo a la cabeza de Delphinus. La santa cae a escasos metros de su diosa; adolorida, mareada y a punto de quedar inconsciente.
—No debiste enfocarte en la parte más resistente de mi scale —Kodak se incorpora, camina hacia la broncínea, se detiene a sus pies, apuntándole con el brazo destellante de energía—; aunque para ser honestos, más allá de sorprenderme, no conseguiste nada.
«No te rindas Keiko», la voz de su diosa resuena en su cabeza. «¿Y te dices caballero de Athena?, ¡levantate!», es Kay quien le ordena. Delphinus reacciona cuando escucha al marina hablar con alguien; es su diosa la que intercede por ella y acepta ir con él a cambio de que le perdone la vida.
—N-no… mi señora. Yo soy quien debe protegerla… —Keiko difícilmente se pone de pie; su cabeza palpita y le duele, tiene que contenerla con la mano; sus largas y delineadas piernas, antes firmes, ahora se niegan a mantenerse rectas; la pobre chica parece un becerro recién parido y con migraña—. Yo no voy a decepcionarla.
—¡Keiko, espera! —Athena trata de detenerla, es demasiado tarde, a pesar que la diosa intenta detenerla keiko ataca, Kodak ataca y la atraviesa del pecho. Kai regresa aparece mata a kodak.
¡¿Por qué no te puedes quedar atrapado?!, ¡¿eres el caballero del fénix o el del boomerang?!
La primera vez él y un acerín fueron alcanzados, solo Fénix consiguió regresar al igual que ahora
—¡Keiiiko!
—Lamento tu perdida, lamento no poder salvarla… —Asclepio apoya su mano en la hombrera del chico—. Hades es celoso de las almas que cosecha, tendrías que bajar al infierno para traerla de vuelta. Es una pena que no podamos descender a su reino y arrebatársela a base de golpes.
—¡Eso es, iré a través de un portal abierto y la rescatare!
—No es tan imna
TANAERUM. 11 DE BATMAN DE 2237
—¡Justin, mi bello Justin! —Jackson estalla de felicidad al reconocer a su eromeno—, ¡viniste a rescatarme!, ¡no, mejor aún, decidiste volver conmigo!
—Habla con la mano, querido —Justin detiene bruscamente a su antiguo mentor—. Vengo en nombre de Zeus para ordenarles que paren esta aberración.
—Te odio, solo fingi para poder llegar a lo mas alto en el Santuario. Cuando Zeus acabe con ustedes, le pediré a las mujeres mas hermosas para complacerme
—Pues… —objeta Marian—, nunca me habría imaginado que esos eran tus deseos, ¡es que tienes pluma y todo, patito!
—¡Yo no soy gay! —la rabieta hace que se levante la falda de su vestido, ondeada por la fuerte brisa de su cosmos—. Ustedes son los gays
—¡Daaah! —contesta Gine con un ademan de sarcasmo—, todos en el Santuario saben que Jackson te rasca los ojos por dentro y que Marian y yo somos pareja. Es muy tarde para que quieras volver al closet, Justin.
—Yo tampoco soy gay —corrije Jackson—. Justin, el erastes era la mayor prueba de masculinidad en la antigua Atenas; era un honor y un servicio social llevar a los jóvenes por el camino de la civilidad y el amor. Justin, entiende que te hice hombre a base de palos.
—Ambos dan asco —comenta un caballero de acero a la distancia.
—Ay, ay, me está gustando.
—Cretense Crunch— pinches del otro lados