Cuantos recuerdos de la infancia al ver algunas de estas imágenes...la verdad es que los videojuegos han experimentado una evolución tan grande desde que tengo uso de conciencia de ellos, que a veces me sorprende de lo que es capaz la creatividad humana en este tema cuando le dan las herramientas necesarias para ello. Por suerte parece que todavía tienen mucho que avanzar, por lo que nuestra infancia relacionada con este mundillo cada vez será algo más distante en apariencia con la actualidad, y sin embargo, las emociones, jugabilidad y experiencias pueden ser tan actuales como las que experimentamos con los juegos de hoy en día.
Echando cuentas ahora que lo pienso bien podría decir que he tenido dos infancias con los videojuegos
, una en la cual se experimentaba el videojuego a través de la computadora y recreativas del momento (soñando con tener en nuestras manos algún día un sistema de reproducción de videojuegos doméstico, que por aquel entonces era pura mitología en España), y una segunda infancia ya relacionada plenamente con las consolas. Por todo ello creo que primero haré un repaso inicial a los juegos que recuerdo de mi infancia antes de 1990, y más adelante haré lo pertinente con los posteriores.
HUMPHREY
Juego clásico donde los haya, del ya extinto CPC Amstrad, muy extendido por estas tierras a principios de los años 80. La mecánica del juego era sencilla pero tremendamente adictiva: un hombre, encerrado en una dimensión desconocida tiene la finalidad de pintar todas las partes de este mundo, dividido en casillas, las cuales quedan pintadas al pasar por encima de ellas. Muy buenos gráficos para el momento, música entretenida y un protagonista carismático. Uno de los pocos buenos plataformas de perspectiva semiaérea de aquella época.
EL MISTERIO DEL NILO
Otro clásico para las computadoras existentes en el año 87. Tres personajes que se alternan entre ellos para colaborar, una mezcla entre infiltración y plataformas, y una dificultad endiablada.
FRED
Otro clásico de origen español para computadora (cuando todavía existían ilusiones por la programación de videojuegos en este país). Puro plataformas en el que avanzas por catacumbas y pirámides, cuerdas y trampas en laberintos infinitos. Una gran jugabilidad para el momento.
LA ABADÍA DEL CRIMEN
Muchos dicen que el mejor juego que se ha creado en España, con el permiso de Comandos. recuerdo que la publicidad decía "Seguro que has oido hablar de este juego". No le faltaba razón, en aquella época en este país este juego era como la piedra filosofal. Sentó las bases de la aventura gráfica de años posteriores, con una perspectiva isométrica muy pulida, alterando día y noche, basada en la conocida obra de Umberto Eco, "El Nombre de la Rosa". Con el suicidio años más tarde de unos de los dos creadores del juego, se convirtió en leyenda, por eso, y por su endiablada dificultad, de la que todavía hoy se afirma que es imposible de pasar el juego sin una guía.
GHOST & GOBLINS
Uno de mis primeros juegos de arcade. Además de sugestionar bastante por aquella época a niños como yo (es sorprendente de que cosas llega a asustarse uno cuando tiene 6 años), se puede decir que su dificultad es legendaria. Realmente era angustioso el asedio de los muertos vivientes, y parece que causó muy buena impresión, a raíz de las versiones posteriores que se crearon.
KUNG FU MASTER
Clásico de clásicos, versionado y reversionado Kung Fu Master, el primer juego de arcade del que tengo uso de razón y al primero que jugué, allá por 1984. a día de hoy todavía me sigue pareciendo adictivo, y como los buenos juegos, parece que nunca muere (sino que le pregunten al Tetris).
SHINOBI
Tal vez el juego al que más jugué por aquella época. El mítico shinobi del año 87, que acababa convirtiendo a los que lo jugaban en verdaderos jugadores metódicos: avance, retroceso, esperar, afinar puntería...y para colmo aquellos carteles con la imagen de Marilyn Monroe como publicidad subliminal y el maravilloso detalle de no poder continuar hagas lo que hagas una vez llegas a cierta fase...todo un clásico.
En fin, al final me ha quedado muy largo, para otro día ya haremos un poco más