EL TARTARO.
PROLOGO PRIMERO.
Cuando Sodoma y Gomorra vuelvan de nuevo a la tierra y los hombres vistan de mujer y las mujeres de hombre, entonces veréis pasar la muerte cabalgando sobre la peste blanca. y las antiguas pestilencias serán como una gota de agua en el mar, respecto a la peste blanca. Montañas de cadáveres serán amontonados en las plazas, y millones de hombres llevarán la muerte sin rostro. .. Ciudades, con millones de habitantes, no encontrarán brazos suficientes para sepultar a los muertos, y muchos pueblos con campos serán cancelados con una única cruz... ninguna medicina logrará frenar la peste blanca, porque ésta es la antesala de la purificación. Y cuando nueve hombres de cada diez tengan la sangre podrida, será echada sobre la tierra la guadaña, porque habrá llegado el tiempo de regresar a casa.
RASPUTIN.
Al comienzo de los tiempos solo existía la nada. Entonces ocurrió La Gran Explosión, el nacimiento de un universo en constante expansión. Un día, el Gran Maestro, símbolo del poder espiritual, se revelo al mundo. Un relámpago se extendió por el Cosmos, dándole un alma a todo lo que toco.
Solo existen tres dioses que no tienen ninguna conexión humana. Gaia , Uranus y Ponthos. Pero los mitos no hablaron de uno…
La vida indiferenciada, un vacío sin fondo, pero a la vez lleno de elementos sin orden. Caos asi engendró y Nyx (la Noche), con la que tuvo a su hijo Erebo (las Tinieblas donde habitan los espectros, la Oscuridad). Lo primero que decidió hacer Erebo fue destronar a su padre, y unirse a su madre, con la que tuvo dos hijos Eter (la Claridad donde habitan los Dioses, la Luz) y Hémera (el Día).Estos dos últimos con el tiempo decidieron destronar a sus padres y transformar el mundo caótico en algo bello, con la ayuda de Eros (Amor), su primer hijo. Más tarde tuvieron otros dos hijos: Gea (Tierra), y Ponthos (Mar). Eros embelleció a Gea con naturaleza, bella y salvaje. Y ella correspondió creando a Urano (el Cielo) sin intervención de hombre alguno. Y sucedió que al ser Gea y Urano más poderosos que sus predecesores, los forzaron a marcharse y reinaron en su lugar.
Caos lleno de la ira que lo caracterizaba soltó su semen y este absorbió todos sus sentimientos oscuros dando así a luz sin ayuda de mujer alguna, a un hijo que se formo ante sus ojos. Brazos y piernas crecieron fuertes y veloces, el cabello creció blanco y lacio, los ojos rojos inyectados de sangre y en su pecho falto su corazón. Había nacido Orthand (el odio, la venganza, la sed insaciable de muerte y destrucción) pero algo había salido mal, aunque había crecido fuerte, no contaba con el corazón, así que su cuerpo comenzó a transparentarse hasta volverse etero, vació, trasparenté. Orgulloso ante su creación le dijo:-No importa que no puedas tocar, pero debido la falta de espíritu podrás llevar a acabo todas las más terribles acciones sin temor a remordimientos y lastima. ¡Tú llevaras a cabo mi venganza! , Invadirás todos los corazones con tu amor.
Al terminar de decir esto Caos se adentro más al vasto mundo creado (el universo) y señalo a Orthand el mundo que tenia que corromper.
POMPEYA.
Primer año después de la muerte de Hades.
Un hombre caminaba entre las ruinas de la ciudad. Tocaba cada pared, cada lugar que parecía misterioso, extraño. A medida que avanzaba el agobiante sol perlaba su frente de sudor. Se dirigió al centro ciudadano, a excepción de la zona del Foro que se encuentra en una explanada, la cual esta caracterizada por un fuerte desnivel determinado por el terrazo de lava que ocupaba las últimas vertientes del monte.
Ya llevaba explorando la ciudad varios meses, los cuales habían pasado rápidamente pero que aun no encontraba lo que buscaba con tanta ansia. Después de un largo rato de explorar el centro ciudadano se sentó sobre la estatua de una mujer que había muerto sepultada bajo capas de ardiente lava.
- Alrededor de la ciudad se desarrolla el perímetro elíptico de las murallas a lo largo de unos 3 Km. En este cinturón de defensa se abren las distintas puertas: Marina, Herculano, Vesubio, Nocera, Capua y Sarno.- dijo mientras con la mirada buscaba estas puertas para orientarse.- El casco más antiguo de la ciudad está centrado alrededor del Foro Triangular. En la zona periférica se construyeron el Teatro, el Anfiteatro y el Gimnasio. Las Termas se levantan en distintos puntos de la ciudad para responder mejor a las exigencias de los habitantes y para servir a las distintas zonas urbanas.
Comenzó a caminar alrededor de la figura femenina llevándose una mano a la cabeza. Así siguió largo rato caminando por las avenidas principales de la ciudad hasta que debajo de una estatua de un niño vio un ligero destello de luz.
Se acerco lo mas pronto posible a la efigie y comprobó lo que había observado momentos antes. Ahí por debajo de las rodillas del infante había una brecha, coloco su mano lo mas cerca de esta y sintió como las yemas de sus dedos eran tocadas por una mínima, casi imperceptible, corriente de aire.
Se levanto y su rostro estaba radiante y grito al horizonte.- ¡Oid! pido a todas las estirpes divinas, grandes y pequeños hijos de Heimdall; me pides, oh Valfödr, que te refiera las más viejas historias que puedo recordar. Recuerdo a los trolls, los primeros nacidos, que en un tiempo lejano dieron la vida; nueve mundos recuerdo y nueve ramas, y el gran árbol del mundo aún bajo tierra. Fue en los tiempos primeros cuando Ymir vivió; no había arena ni mar, ni las frías olas, tierra no había, ni el alto cielo, sólo el vacío abismo, tampoco había hierba. Mas los hijos de Bur formaron la tierra, aquellos que crearon el famoso Midgard; brilló el sol desde el sur sobre el palacio, y surgió en la tierra la verde hierba...
Toco la cabeza del niño y de un fugaz golpe la efigie estallo enfrente de sus ojos. Ahora tenia el campo libre. Con sus manos empezó a quitar las losas del suelo dejando ver a cabo de unos minutos de arduo trabajo vio ante el lo que había buscado. Unas escaleras que se perdían en la oscuridad.
Comenzó a internarse en la oscuridad imperante pero si alguien lo hubiera visto entrar ahí y seguirlo hubiera notado rápidamente que un aura luminosa rodeaba su cuerpo, dándole un campo visual más amplio como si llevara consigo una linterna. Se llevo una mano a la cara ya que el aire era muy pesado y había demasiada humedad.
Al cabo de unos minutos observo el reloj y noto que ya llevaba más de un día internado en ese lugar. Se pregunto por que su cuerpo no se sentía cansado pero lo que mas le intrigaba, era que el había caminado tan pocos minutos y ya había pasado un día desde que se interno en estas escaleras.
El camino dio un giro muy pronunciado para después dejar ver otras escaleras que se dirigían hacia una cueva que dejaba ver un ligero destello. Un terrible calor comenzó a dejarse sentir, comenzó a caminar lo más rápido posible pero se detuvo rápidamente cuando termino de dar vuelta ahí en las paredes de la cueva, de entre las estalactitas alguien lo estaba esperando.
Un enorme fresco del Dios Hefesto aguardaba solo desde muchos siglos esperando que alguien lo volviera ver. Ahora un nuevo espectador lo observaba con los ojos vidriosos y lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Había dado con el.
Cuando por fin llego al final del ultimo camino descubrió el porque de tanto calor, ante sus ojos se alzaba majestuosamente la fragua del Dios.
-Virgilio estaba equivocado no estaba en la costa de Sicilia, con los fuegos del Etna utilizados como hornos – dijo con enorme alegría- ¡sino estaba dentro del Vesubio!
Dirigió su mirada a la entrada de la cueva la cual había pasado segundos atrás. Arriba de esta se encontraba una escritura en griego antiguo.-"Entonces partieron los dioses a sus bóvedas estrelladas. Los relucientes monumentos del arte de Hefestos. Zeus reclinó en su diván a su imponente cabeza. Mientras Hera dormía en la cama de oro."
Comenzó a tomar fotografías y a registrar la fragua con excesiva desesperación pero ahí donde su mano había pasado unos momentos antes estaba un libro. Lo tomo entre sus manos y noto que no había sufrido el paso del tiempo, incluso podría sentirse el sudor de las manos del Dios.
Empezó a hojear el texto y dio con un apartado que explicaba con profunda pena la destrucción de Pompeya escrita por la mano del Dios, el cual comenzó a leer.
-Fue culpa mía la destrucción de este bello pueblo que me adoraba, por reforzar las cadenas de Crono y de sus titanes, de sus malditas bestias que lucharon contra el Dios Padre, para mantener atadas a las bestias que atormentaron al pueblo de Zeus. Por mi descuido ocasione la perdición de Pompeya, por utilizar el metal del asteroide que cayo de Saturno, no sabia que causaría inestabilidad al volcán por eso pido perdón a todas esas almas inocentes que murieron sin razón alguna pero les digo almas irán a los campos Elíseos y les prometo que nunca olvidare sus nombres.
Después siguieron varias páginas con los nombres de las personas, cosas que no le interesaban en lo absoluto pero después de pasar varias de estas dio con lo que estaba esperando encontrar.
-Aquí me indique en que parte de la fragua dejos Hefestos sus divinas herramientas.- se dijo con un destello de locura en sus ojos.-
Cerró el libro y se acerco a la boca del volcán. Ahí donde había indicado el libro, una bolsa hecha de un extraño metal se encontraba parcialmente sumergida en el magma. La tomo sin miedo a quemarse y comprobó que estaba fría como la noche. La abrió con desesperación, y si, adentro estaban las divinas herramientas del Dios.
-Ahora yo y Nafglary buscaremos una entrada al Erebo.
Dicho esto tiro el libro al magma y desapareció de las entrañas del Volcán.
Editado por cthulhu, 05 septiembre 2003 - 14:53 .