fue Hitler un nigromante?
#1
Publicado 12 mayo 2006 - 00:32
La finalidad de todos los magos los magos es actuar sobre las fuerzas naturales. Se proponen dominar las infinitas fuerzas del cosmos y utilizarlas, como una espada, para sus propios fines. Por definición, un mago que intenta servirse de esas fuerzas en beneficio propio, sin un propósito más elevado, practica la magia «negra». Según la mayoría de las escuelas de pensamiento mágicas, termina pagando un precio muy alto por su orgullo. Con frecuencia acaba siendo poseído por los espíritus que invoca y resulta destruido por ellos. En opinión de varios ocultistas, Adolf Hitler era un poderoso mago negro.
Según contó uno de los pocos amigos que tuvo Hitler durante su juventud en Linz, su poder personal ya se había desarrollado cuando tenía quince años. En una ocasión, Adolf Hitler se puso de pie frente a mí, agarró mis manos y las apretó con fuerza... Las palabras no salían con facilidad de su boca, como de costumbre, sino que surgían roncas y ásperas... Era como si otro ser hablara desde su cuerpo y lo conmoviera tanto como me conmovía a mí. No era el caso de un orador arrebatado por sus propias palabras. Por el contrario, sentí que él mismo escuchaba atónito y emocionado lo que brotaba de su interior con una fuerza elemental...
El autor de ese fragmento era August Kubizek. Describía allí un paseo a medianoche con un Hitler de quince años tras asistir a una representación de la ópera de Wagner Rienzi, que narra la historia de la meteórica grandeza y decadencia de un tribuno romano. El inspirado discurso de Hitler versaba sobre el futuro de Alemania y «un mandato que, un día, recibiría del pueblo, para sacarlo de la esclavitud... ».
Según Kubizek, Hitler pasó mucho tiempo estudiando misticismo oriental, astrología, hipnotismo, mitología germánica y otros aspectos del ocultismo. En 1909 había entrado en contacto con el doctor Jörg Lanz von Liebenfels, un ex monje cistercense, que dos años antes había creado un templo de la «Orden de los nuevos templarios» en el semiderruido castillo de Werfenstein, en las riberas del Danubio.
El aristocrático nombre de Von Liebenfels era ficticio: cuando nació era sólo Adolf Lanz, y procedía de una familia burguesa. Sus seguidores eran pocos, pero ricos. Discípulo de Guido von List, hacía flamear una bandera con una svástica en sus almenas, practicaba ritos mágicos y publicaba una revista llamada Ostara, en la que hacía propaganda del ocultismo y del misticismo racial; el joven Hitler era un ávido suscriptor. En 1932, Von Liebenfels escribió a un colega: Hitler es uno de nuestros discípulos... algún día comprobará usted que él, y nosotros a través de él, triunfaremos y crearemos un movimiento que hará temblar al mundo.
Una de las afirmaciones de este ex monje fue que habría que establecer granjas de cría humanas para «erradicar los elementos eslavos y alpinos de la herencia germana», adelantándose en más de 20 años a la idea que concibió Himmler de una granja con sementales SS.
Cuando empezó la primera guerra mundial, Hitler parecía poseer ya una firme convicción acerca de su elevada misión; como mensajero, en el frente corrió enormes riesgos, como si supiera que el destino aún no le permitiría morir. Cuando terminó la guerra había desarrollado un curioso poder impersonal sobre quienes le rodeaban, poder que le sería sumamente útil hasta el final de su camera.
Una y otra vez, la idea de que Hitler estaba «poseído» aparece en los escritos de quienes le rodeaban. Su misterioso poder constituía una pesadilla para los altos cargos del estado. Una vez, por ejemplo, el doctor Hjalmar Schacht, el mago financiero de Hitler, pidió a Hermann Göring que hablara con el Führer acerca de un detalle secundario de política económica. Pero, una vez en presencia de Hitler, Göring descubrió que no podía plantear el asunto. Le dijo a Schacht: «Con frecuencia decido hablarle de algo, pero cuando estamos frente a frente me desanimo... »
El almirante Dönitz, que estuvo al frente de la flota de submarinos del Reich y que llegó a ser comandante supremo de la marina de guerra, tenía tanta conciencia de la influencia del Führer, que evitaba su compañía para conservar intacto su propio juicio:
No iba muy a menudo a su cuartel general, y lo hacía adrede, ya que tenía la sensación de que preservaría mejor mi capacidad de iniciativa, y también porque, tras varios días en el cuartel general, siempre tenía la sensación de que debía liberarme de su poder de sugestión... Sin duda, yo tenía más suerte que su estado mayor, constantemente expuesto a su poder y personalidad.
El 7 de abril de 1943, Josef Goebbels registró en su diario un ejemplo notable del uso que hacía Hitler de su personalidad. Mussolini, el dictador italiano, visitaba Alemania en un estado de profunda depresión y agotamiento:
Poniendo hasta la última gota de energía nerviosa en el esfuerzo, [Hitler] logró volver a encaminar a Mussolini. En el curso de esos cuatro días, el Duce sufrió un cambio completo. Cuando bajó del tren, al llegar, el Führer pensó que parecía un anciano derrotado. Cuando se marchó, estaba de nuevo en buenas condiciones, listo para lo que viniera.
En marzo de 1936 Hitler hizo una declaración que resumía con precisión las impresiones de quienes lo conocían mejor: «Voy por donde la Providencia me dicta -dijo-, con la seguridad de un sonámbulo.»
Este espíritu rector -si eso es lo que era- no siempre respetaba a su anfitrión. Son bien conocidos los ataques de furia de Hitler, durante los cuales echaba espuma por la boca y caía al suelo. El relato de su confidente, Hermann Rauschning, en su libro Habla Hitler es aún más impresionante:
Despierta por la noche, gritando y sufriendo convulsiones. Pide ayuda y parece semiparalizado. Es presa de un pánico que le hace temblar hasta el punto que la propia cama se agita. Emite sonidos confusos a ininteligibles, jadeando como si estuviera al borde de la sofocación...
Hitler no siempre estaba seguro de las intenciones de su «espíritu guía». Tenía pánico a los malos presagios. Albert Speer, que fue el arquitecto personal de Hitler y su ministro de Producción bélica, contó un incidente, acaecido en octubre de 1933, que hizo que el Führer se sintiera profundamente inseguro. Estaba presidiendo la colocación de la primera piedra de la Casa del Arte Germano, en Munich, que había sido diseñada por su amigo Paul Ludwig Troost y que, para Hitler, encarnaba los más elevados ideales de la arquitectura teutónica. Mientras golpeaba la piedra con un martillo de plata, la herramienta se rompió en su mano. Durante casi tres meses, Hitler fue aquejado de melancolía; más tarde, el 21 de enero de 1934, Troost murió. El alivio de Hitler fue inmediato. Le dijo a Speer: «Cuando el martillo se rompió supe que se trataba de un mal presagio. Algo va a suceder, pensé. Ahora sabemos por qué se rompió. El arquitecto estaba destinado a morir.»
Un Aprendiz De Brujo
Josef Goebbels fingía interesarse por el ocultismo y la astrología para complacer al Führer; hasta aprendió a montar horóscopos. Tal vez Rudolf Hess fuera también un aficionado. Pero sólo había un verdadero «aprendiz de brujo» en el círculo íntimo de Hitler: Heinrich Himmler.
Heinrich Himmler nació en un hogar de clase media en Munich en 1900. Himmler, que fue un joven débil, pálido y sin carácter, cuya miopía le obligaba a llevar gafas de gruesos cristales, se transformó en un nazi fervoroso a comienzos de los años veinte, y fue nombrado secretario de la oficina de propaganda del partido en la Baja Baviera. Allí, en su despachito, hablaba con una fotografía de Hitler que había en la pared, mucho antes de conocerle en persona. Aunque, sin duda, tenía dotes de organizador, el aspecto de Himmler provocaba burlas, y fue casi en broma que Hitler lo nombró Reichsführer de las SS -siglas de Schutzequipoel, fuerza protectora -un grupo de unos 300 hombres con misión de guardaespaldas.
Pero ya en 1933 Himmler había transformado las SS en una organización tan fuerte, que se permitió el lujo de purgarla, reteniendo sólo a hombres con las mejores características físicas «germanas» e insistiendo en que sus oficiales debían probar la inexistencia de judíos entre sus antecesores por lo menos hasta 1750. Tras un largo noviciado casi místico, a los reclutas se les entregaba una daga ceremonial y quedaban autorizados a llevar el uniforme negro de las SS con una calavera de plata. Desde ese momento quedaban obligados a asistir a lo que Francis King, autor de Satan and the Swastika (Satanás y la svástica) describe como «ceremonias neopaganas de una religión específica de las SS, creada por Himmler y derivada de su interés por el ocultismo y la adoración de Woden».
Himmler había abandonado su fe católica por el espiritismo, la astrología y el mesmerismo al final de su adolescencia. Estaba convencido de ser la reencarnación de Enrique el Cazador, fundador de la casa real de Sajonia, muerto en 936. Todos esos elementos fueron puntualmente incorporados a su «religión» destinada a las SS.
Himmler creó nuevas festividades en el puesto de fiestas cristianas, como Navidad y Pascua; redactó ceremonias de matrimonio y bautismo -aunque creía que la poligamia servía mejor los intereses de la élite SS- y hasta dio públicas instrucciones acerca de la forma correcta de suicidarse.
El centro del «culto» de las SS fue el castillo de Wewelsburg, en Westfalia, que Himmler compró en ruinas en 1934 y reconstruyó durante los 11 años siguientes, con un coste de 13 millones de marcos. El vestíbulo central, donde se celebraban los banquetes, contenía una enorme mesa redonda con 13 sillones que parecían tronos, en los que se sentaban Himmler y doce de sus «apóstoles» más queridos. Debajo de este vestíbulo se encontraba el «vestíbulo de los muertos» donde se levantaban trece peanas en torno a una mesa de piedra. A medida que los integrantes del círculo íntimo de las SS morían, se quemaba su escudo de armas que, junto con sus cenizas, era colocado en una urna sobre una de las peanas, donde era venerado.
Desde esta atmósfera grotesca y teatral, Himmler instigó el genocidio sistemático que el Tercer Reich emprendió en sus últimos años. Millones de judíos, gitanos, homosexuales y personas que, en general, no se adaptaban a las ideas del Führer y a las suyas, fueron asesinados. Muchas de esas atrocidades tenían su origen en las extrañas teorías de Himmler. Por ejemplo, su creencia en el poder del «calor animal» hizo que se realizaran experimentos en que las víctimas eran sumergidas en agua helada y después revividas -si tenían suerte siendo colocadas entre los cuerpos desnudos de prostitutas. En otra ocasión, decidió que había que realizar una estadística sobre la medida del cráneo de los judíos, pero como sólo valían los cráneos de los muertos recientes, cientos de personas fueron decapitadas con este fin.
Menos horrorosas pero igualmente demenciales fueron las investigaciones sobre el movimiento Rosacruz, el significado ocultista de las torres góticas y el sombrero de copa de Eton y el poder mágico de las campanas de Oxford que, según decidió Himmler, habían hechizado a la Luftwaffe, impidiéndole infligir daños serios a la ciudad.
El escritor ocultista J. H. Brennan llegó a sugerir que Himmler era una «no persona», un zombi sin mente ni alma propias, que absorbía la energía de Hitler como una sanguijuela psíquica. Francis King ha señalado que los grandes mítines de Nüremberg, presididos por Hitler en sus momentos de máxima «posesión» , reunían las condiciones necesarias para lo que algunos cultos mágicos describen como un «cono de poder»: los reflectores iluminaban el cielo nocturno formando un dibujo cónico sobre las enormes multitudes, lo cual generaba un gigantesco brote de emoción centrado en la figura glorificada de Hitler.
Pero si Himmler era influenciado por la magia maligna, también podía ser influenciado para hacer el bien. El inverosímil instrumento de ese bien fue un masajista gordo y rubio que también era ocultista y se llamaba Félix Kersten. Había aprendido osteopatía y técnicas asociadas con un misterioso médico chino, el doctor Ko, un ocultista y místico que, al parecer, desarrolló los latentes poderes psíquicos de Kersten. Kersten se hizo famoso y, en 1938, tuvo que atender a Himmler, quien sufría de calambres crónicos en el estómago. Desde ese momento, el jefe de las SS dependió casi totalmente de Kersten, quien en varias ocasiones pudo salvar las vidas de cientos de judíos gracias a su dominio sobre la mente de Himmler. En la postguerra, una comisión investigadora llegó a la conclusión de que los servicios que Kersten había prestado a la humanidad y a la causa de la paz eran «tan destacados, que no se encuentran precedentes comparables en la historia».
Un Poder Impresionante
Utilizando simplemente su fuerza de voluntad, por ejemplo, Kersten persuadió a Himmler en más de una ocasión de que postergara el exterminio de prisioneros en campos de concentración. Kersten insistía e insistía hasta que Himmler dejaba de lado el asunto. El masajista también logró influir, al menos en parte, en Himmler, interpretando mal algunos horóscopos, en los que Himmler creía con más fervor que el propio Hitler.
Desde mediados de 1942, Kersten se preocupó por sembrar en la mente de Himmler la idea de que debía intentar firmar la paz con los aliados occidentales y, aunque en varias ocasiones el Reichsführer estuvo casi convencido, no pudo contrarrestar el enorme poder de la autoridad de Hitler.
Como ha señalado Francis King, la política de Hitler cuando Alemania se acercaba al colapso se correspondió exactamente con lo que podía esperarse del pacto de un mago con los poderes del mal. La esencia de ese pacto reside en el sacrificio: una orgía de sangre y destrucción.
«Las bajas -dijo Hitler al mariscal de campo Walther von Reichenau-, nunca son demasiado grandes. Son la semilla de la futura grandeza.» Y el historiador Hugh Trevor-Roper dijo: «Como un héroe antiguo, Hitler deseaba bajar a la tumba acompañado de sacrificios humanos.»
Aunque sabía que ya no había esperanzas, Hitler aguardó en su bunker hasta el 30 de abril de 1945 para suicidarse con Eva Braun, con quien acababa de casarse. La fecha no puede ser una coincidencia: desde el punto de vista ocultista, resulta enormemente significativa. Se trata del día que termina en la noche de Walpurgis, la más importante festividad de los poderes de las tinieblas.
Me he enterado que fui mejor escritor del 2003
#2
Publicado 12 mayo 2006 - 13:10
Esto es simple sensacionalismo. Toda figura que adquiere fama es presa del mismo. Es solo eso y nadamás. A final de cuentas, es poco relevante si le rezaba a la Virgen de los Milagros o le oraba a un chivo de seis patas
saludos!
PD: Bienvenido de vuelta Cthulhu!
#3
Publicado 12 mayo 2006 - 13:47
QUOTE |
Esto es simple sensacionalismo. Toda figura que adquiere fama es presa del mismo. Es solo eso y nadamás. A final de cuentas, es poco relevante si le rezaba a la Virgen de los Milagros o le oraba a un chivo de seis patas |
jajajajaja!!!
gracias por la bienvenida!
Me he enterado que fui mejor escritor del 2003
#4
Publicado 14 mayo 2006 - 00:55
Ahora todo es mucho mas logico... ._.
#5
Publicado 14 mayo 2006 - 14:40
mi vida acaba de adquirir un nuevo sentido con esta lectura, muchas gracias!
de ahora en adelante me dedicare a la magia negra.
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#6
Publicado 15 mayo 2006 - 02:18
VENDIÓ HITLER SU ALMA AL DIABLO? BUENO, ESO YA ES CUESTIÓN DE CREENCIAS, DE TODOS MODOS, EL ESPIRITISMO Y LAS CIENCIAS DENOMINADAS OCULTAS ERAN MUY POPULARES EN SU ÉPOCA, ASÍ QUE NO SERÍA NADA EXTRAÑO QUE ALGUIEN COMO ÉL PRACTICASE ALGÚN TIPO DE MAGIA NEGRA O ALMENOS TUVIESE GRANDES CONOCIMIENTOS SOBRE EL TEMA.
MUY BUEN TEMA CTHULHU Y BIENVENIDO, DE NUEVO.
Editado por Milo_antares, 15 mayo 2006 - 02:22 .
#7
Publicado 17 mayo 2006 - 11:27
Lo de la obsesion por la magina negra lo medio creeria de Himmler pero Hitler nada que ver, el era de devota familia catolica y creia en Dios. Lo de Hitler no es magia, es simplemente habilidad innata para la oratoria y mas que nada un sentimiento por su nacion muy grande, tanto que se desbordaba de el y lo transmitia al pueblo.
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#8
Publicado 17 mayo 2006 - 12:58
Como dijo Jesús; Hitler fue católico como el que más. De hecho yo no separaría la trayectoria de Hitler con la de la Iglesia, ambos dictadores de la palabra. Basándonos en especulaciones Hitler es tan "anticristo" como la propia Iglesia (recordemos la SANTA Inquisición), Napoleón y otros tantos personajes históricos.
En cuanto al tema en sí, el si Hitler era un nigromante o no. Sencillamente no creo en estas cosas así que la rechazo rotundamente. Pese a quien le pese (a mí por ejemplo me pesa, pero es la verdad) Hitler supo dictar a la perfección por medio del control de la palabra, algo que puede suponer insólito ya que otros tantos dictadores se subieron a las riendas del carro por medio de alzamientos militares y demás, mientras que él llegó por medio de la transparencia política. Si era capa de congregar a tantos miles de personas por un simple discurso, en este aspecto tenía un poder que absolutamente nada tiene que ver con la magia negra ni nada por el estilo. Sino, podríamos hablar de magia negra referenciando a muchos aspectos cotidianos.
Editado por SHaKa_BaVLi, 17 mayo 2006 - 13:01 .
"When a hero cries the world falls down, but when this one smiles, the universe shakes..."
#9
Publicado 18 mayo 2006 - 18:37
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#10
Publicado 19 mayo 2006 - 15:55
Y luego estas personas son aquellos que califican el pensamiento nazi como retrogrado ._. ...
Ya por lo demás, Bavli y Jesus explicaron suficientemente bien mi punto de vista
#12
Publicado 20 mayo 2006 - 00:38
QUOTE |
por pura curiosidad, que clase de amor fue ese que necesitaba invadir territorio ajeno |
El mismo amor que puede tener cualquier patriota hacia su tierra, las invasiones son un hecho necesario para enaltecer la moral de un pueblo pisado por los intereses de otras naciones, mas aun cuando dichas invasiones son contra aquellos que denograron y pisaron al pueblo aleman tras la primera guerra mundial
QUOTE |
y matar a otras razas de manera tan brutal? cualquiera diria que fue un martir..... |
Que tiene que ver el amor con la patria con el hecho de "matar" otras razas (siendo principalmente una sola, la judia, y aun así, es un hecho manipulado e inconcizo) a fin de cuenta, son OTRAS razas, etnias que no se identifican con el concepto de nacion, como la judia, no pueden ser consideradas habitantes de ningun territorio (salvo Israel... Ohhhh pero ellos tambien invadieron, y mataron otras razas ); no veo en que sentido esto contradiga el nacionalismo
Martires? de que sirven los martires? hablas de ser algo como ese heroe de carton, el "che" guevara?
#13
Publicado 20 mayo 2006 - 00:40
QUOTE |
El mismo amor que puede tener cualquier patriota hacia su tierra, las invasiones son un hecho necesario para enaltecer la moral de un pueblo pisado por los intereses de otras naciones, mas aun cuando dichas invasiones son contra aquellos que denigraron y pisaron al pueblo aleman tras la primera guerra mundial |
Errata : No puedo editar, asik no hay mas remedio
#14
Publicado 20 mayo 2006 - 01:11
QUOTE |
El mismo amor que puede tener cualquier patriota hacia su tierra, las invasiones son un hecho necesario para enaltecer la moral de un pueblo pisado por los intereses de otras naciones, mas aun cuando dichas invasiones son contra aquellos que denigraron y pisaron al pueblo aleman tras la primera guerra mundial |
esas son puras ilusiones de un falso patriotismo, el amor a la patria no se demuestra demoliendo otras, esas son puras payasadas, no hay nada que justifique lo que hitler hizo, aunque le den una y mil vueltas, y de lo del che, yo no recuerdo haberlo mencionado, y el che fue de todo menos un martir, un martir es alguien que se sacrifica por el bien de otros, no alguien que mata por el bien de otros (o le aruina la vida a otros en el caso del che), esas son 2 cosas distintas.
y como se que desvie el tema y altar no se quedara callado y desviara aun mas el tema lo dejo hasta aqui.
#15
Publicado 20 mayo 2006 - 06:38
QUOTE |
por pura curiosidad, que clase de amor fue ese que necesitaba invadir territorio ajeno y matar a otras razas de manera tan brutal? |
para eso mejor ve al tema del foro de historia porque no quiero tener que volver a discutir aqui sobre ese asunto. Hitler amo a su patria y queria lo mejor para ella puesto que se lo dio, eso es inegable. Y eso de matar a "otros pueblos" me parece de mas mencionarlo porque cuando uno esta en guerra defiende a su nacion matando a quienes la atacan que generalmente es gente de "otro pueblo" y Alemania no es el unico pais que ha estado en una guerra. Los estupidienses por ejemplo, han hecho cosas mucho mas crueles que las que le critican a Hitler (que para variar ni siquiera hizo) solo que como ellos son los que ganan siempre entonces no hay problema, pues como en las peliculas si los heroes matan a los villanos eso no es asesinato sino que se hizo "por la justicia".
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#16
Publicado 20 mayo 2006 - 09:07
QUOTE |
por pura curiosidad, que clase de amor fue ese que necesitaba invadir territorio ajeno y matar a otras razas de manera tan brutal? |
El patriotismo es una visión excesivamente amplía para crear cualquier prototipo.
Para mí patriotismo es vivir en mi pueblo junto a mi gente, con mi idioma, nuestro folklore, vivir en paz y disfrutar de esta tierra que todos nuestros antecesores han cuidado y respetado. Defender mi bandera, mi nación.
Sin embargo entiendo que para otros, como Hitler, patriotismo suponía expandir su pueblo hacia todas las naciones. Hacer glorioso su nombre y que hasta en los confines del mundo supiesen como era su bandera, su idioma, su ideología.
Tanto la visión patriota de Hitler como la mia suponen amor a nuestra tierra. En cambio cada uno tenemos una concepción diferente. Y aunque no acepte para mi pueblo que se expanda aplastando otros que también tienen sus derechos, entiendo que cada pueblo es diferente al resto y muchas personas buscan la gloria universal de su tierra.
Ideas y palabras de un mismo nombre tienen mil matices, es todo tan difícil .
"When a hero cries the world falls down, but when this one smiles, the universe shakes..."
#17
Publicado 20 mayo 2006 - 11:41
QUOTE |
Y aunque no acepte para mi pueblo que se expanda aplastando otros que también tienen sus derechos |
bueno, parte de ser nacionalista es respetar a otros nacionalistas. Hitler aplico el nacionalismo en Alemania porque el era aleman pero el nacionalismo aplica para todos los pueblos como el mismo lo explica por lo que es un derecho de todas los individuos de cualquier nacion. El nacionalismo entonces supone la defensa de tu patria en caso de ser atacada, no el que ataques a otras.
Lo de la "expansion" fue un asunto totalmente diferente, Hitler no busco expandirse sobre otros pueblos sino recuperar el suyo el cual le fue arrebatado en la primera guerra.
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#18
Publicado 20 mayo 2006 - 12:30
QUOTE |
Lo de la "expansion" fue un asunto totalmente diferente, Hitler no busco expandirse sobre otros pueblos sino recuperar el suyo el cual le fue arrebatado en la primera guerra. |
Sin embargo expandió su terreno más allá de lo que Alemania tenía antes de la Primera Guerra Mundial. Es por ello conocido como el segundo mayor conquistador junto a Napoleón (curioso que ambos cayeran ante las puertas de Moscu).
"When a hero cries the world falls down, but when this one smiles, the universe shakes..."
#19
Publicado 20 mayo 2006 - 18:25
QUOTE |
Sin embargo expandió su terreno más allá de lo que Alemania tenía antes de la Primera Guerra Mundial. |
eso ya fue una vez comenzada la guerra por lo que eso no era la intencion original sino con motivo de la misma estaba obligada Alemania a ganar terreno enemigo a sus alrededores para no estar en desventaja ante sus atacantes. De no haber habido guerra, Hitler se hubiera expandido lo correspondiente solo al territorio germano original y ahi por supuesto que no entraban ni Francia ni los otros paises ocupados durante la guerra.
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#20
Publicado 20 mayo 2006 - 18:42
QUOTE (Jesus Schraidt @ 20 de May 2006, 12:41 pm) |
Lo de la "expansion" fue un asunto totalmente diferente, Hitler no busco expandirse sobre otros pueblos sino recuperar el suyo el cual le fue arrebatado en la primera guerra. |
claro, porque a alemania le arrebataron medio continente.....
pero bueno, ya que tanto lo defiendes por favor explica bien el incidente con Polonia, como fue el plan para invadirla :)