CAPITULO 5: ASPIRANTES A CABALLERO DORADO Ya había pasado una semana desde que Milo y Camus vieran al caballero dorado. Como era costumbre Mu siempre les llevaba información sobre lo que ocurría con su maestro, pero quien llevaba la información de Shura era Aioria puesto que su hermano Aioros era un buen amigo de él y había veces en las que entrenaban los tres juntos.
Esa mañana resultó ser un poco fría ya que se encontraban a mediados de Octubre. Milo lo que menos quería era levantarse de su cama pero lo tenía que hacer, así que se armó de una fuerza de voluntad muy grande y se levantó, se bañó, almorzó y después se dirigió al coliseo para ir a entrenar con los demás. Al llegar se dio cuenta de que había menos personas de lo habitual a pesar de que ya era un poco tarde y también le extrañó que Camus aun no hubiera llegado ya que él siempre era muy puntual.
Mientras que Milo se encontraba sumido en sus pensamiento y veía lo solo que se encontraba el coliseo, una persona se acercaba sigilosamente hacía él y sin previo aviso gritó.
- Buu!!!
- Ay Camus!! me asustaste - dijo Milo enfadado - no lo vuelvas a hacer
- Cálmate Milo, sólo fue una pequeña broma
- Si, claro... Oye ¿tu sabes porque está tan solo el coliseo?
- No, eso era justo lo que te iba a preguntar... cuando llegué no había nadie por lo que decidí dar una caminada por ahí y cuando regresé te vi ahí parado y decidí darte un susto para sacarte del trance lo cual funcionó muy bien
- Ja, ja, que graciosito
Ambos entraron al coliseo y empezaron a ahcer el calentamiento, que consistia en correr, brincar, trotar, hacer sentadillas, lagartijas y estiramientos. Cuando terminaron empezaron a entrenar aunque no duraron mucho porque empezaron a sentir que las miradas de todos estaban dirigidas hacia ellos dos. Uno de ellos se acercó y se puso frente a ellos. El joven era de la misma edad que ellos dos, tenía el cabello corto y era de color azul marino (un poco más oscuro que el de Milo), los ojos eran del mismo color que su cabello y su mirada era un poco fría.
- Por lo que veo ustedes dos saben pelear muy bien - dijo el joven con un tono poco burlón
- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó Camus muy serio mientras que Milo los observaba
- ¿Que no es obvio? Lo que quiero es pelear contigo Camus, ya que dicen que eres un buen oponente y quiero comprobarlo
- Con que es eso... la verdad es que no tengo muchas ganas de pelear el día de hoy y como verás estoy entrenando, así que por el momento no estoy disponible - dijo Camus con algo de superioridad
- ¿No será que me tienes miedo?
- ¿Miedo dices? No, en lo absoluto... pelear contigo sería como perder el tiempo... tu cosmos no es muy fuerte... ni siquiera para entrenar me sirves - dijo Camus con soberbia
- Camus... - murmuró Milo muy sorprendido por las palabras de su amigo
- Mmm... - el joven clavó su mirada en Milo - ¿Quién demonios eres tu?
- Milo
- Con que eres tu... ya había oído hablar de ti, fuiste el último en entrar al santuario y por ende debes de ser el más débil.
- No debería subestimarme tanto... - respondió Milo con coraje - tal vez haya sido el último en entrar pero en el tiempo que he estado aquí he entrenado arduamente y si no me equivoco es la decima vez que te veo por aquí.
- Cállate!!! - gritó el joven muy enojado mientras lanzaba un golpe directo a la cara de Milo pero éste lo esquivó con mucha facilidad, le asestó un golpe en el estomago y el joven cayó de rodillas en el suelo con las manos alrededor de su abdomen y con una expresión de dolor en el rostro.
- ¿Ya viste que no importa el tiempo que lleve aquí, sino el tiempo y el esfuerzo que le dedico a mis entrenamientos?
- Muy bien dicho Milo - dijo Camus mientras le daba unas palmadas en la espalda y miraba al joven arrodillado en el suelo
El joven se puso de pie, los miró por un rato y después les sonrió
- Saben, me han enseñado algo el día de hoy... - Milo y Camus se miraron uno al otro algo sorprendidos - no debo confiarme demasiado en una pelea porque podría perder... de ahora en adelante entrenaré más para convertirme en un gran caballero dorado
- ¡¿Tu también estas aquí para convertirte en caballero dorado?! - preguntaron sorprendidos al mismo tiempo
- Si... ¿por qué? - preguntó el joven extrañado por la reacción de los dos
- Porque pensabamos que solamente había cuatro aspirantes a caballero dorado, incluyendonos - dijo Camus sin salir del asombro
- ¿Por cual armadura eres aspirante? - preguntó Milo con mucha curiosidad
- Cáncer ¿y ustedes?
- Escorpión
- Acuario
- Y ¿quienes son los otros dos aspirantes a caballero?
- Aries y Leo - contestó Milo
- De casualidad ¿no sabes si hay más aparte de nosotros cinco? - preguntó Camus con mucho interés.
- Hay otros tres
- ¿Y sabes por cual armadura estan entrenando?- preguntó Milo
- Sí, son Tauro, Virgo y Piscis... pero el aspirante a Virgo no esta aquí y el de piscis ya casi se va al lugar en donde va adquirir la armadura
- ¿Y sabes sus nombres? - preguntó Camus
- No, eso no le sé... lo único que sé es que el aspirante a Virgo es alguien especial y entrena en algún lugar de la India
- Yo sé algo sobre el aspirante a Tauro - dijo un joven alto de cabello castaño oscuro y corto, ojos de color café oscuro y con una mirada bonachona que se encontraba a unos pocos metros detrás de ellos y después de un momento se acercó a ellos
- ¿Y que es lo que sabes sobre él? - preguntó Milo muy interesado
- ¿Lo conoces? - pregunto Camus con el mismo interés
- Sí, claro que lo conozco... porque ese... soy yo - dijo con cierta timidez el joven que se acababa de acercar a ellos
- ¿Eres tu?... que emoción... ¿no lo crees Milo? ya conocimos a dos aspirantes más en un solo día - dijo Camus muy emocionado
- Por supuesto que si...- contestó Milo igualmete emocionado . a todo esto... aun no conocemos sus nombres... ¿como se llaman?
- Mi nombre es Aldebrán - dijo el aspirante a Tauro
- Y el mio es Jovanni - dijo el aspirante a Cáncer
Después de un rato de estar conversando, los cuatro decidieron entrenar juntos para aprovechar mejor el tiempo y así obtener mejores resultados. Cuando se llegó la hora del receso, los cuatro se fueron a las gradas del coliseo para comer y seguir platicando. Fue así como Milo y Camus se deron cuenta de que Aldebarán era de Brasil y Jovanni de Italia y ambos eran de la misma edad que ellos. Cuando terminaron de comer no fueron a entrenar enseguida sino que siguieron en su conversación y así se la pasaron durante horas.
Cuando se llegó el atardecer Aldebarán fue el primero en retirarse y después de una hora lo hizo Jovanni dejando a Milo y a Camus solos de nuevo. Ellos se quedaron un rato más ahí esperando a Mu y a Aioria ya que siempre se veían en ese lugar para luego irse los cuatro juntos a cenar en el cuarto al que quedaban de ir. Cuando el cielo ya estaba completamente estrallado llegaron Mu y Aioria y después de fueron los cuatro juntos hacia el cuarto de Milo para ir a cenar.
Llegando al cuarto de Milo empezaron a preparar la cena que consistía en un pequeño plato de frutas y una cazuela de cereal.
- Les tenemos una buena noticia - dijo Milo con una gran sonrisa en los labios
- ¿Cual es? - preguntó Mu
- Conocimos a dos aspirantes a caballero dorado - contestó Camus muy tranquilo mientras que Mu y Aioria se quedaron con la boca abierta y con la cuchara a punto de llegar a la boca
- ¿Qué? - preguntó Aioria una vez que volvió en sí - ¿estan hablando enserio?
- Por supuesto que si - dijo Milo mientras se echaba otra cucharada de cereal
- ¿Por qué siempre que les traemos este tipo de noticia no nos creen? - preguntó Camus muy indignado - lo mismo pasó cuando les dijimos sobre Shura, ¿lo recuerdan? - dicho esto se llevó un trozo de manzana a la boca.
- ¿y quienes son? - preguntó Mu con gran interés
- Jovanni, aspirante de Cáncer - dijo Milo
- Y Aldebarán, aspirante de Tauro - continuó Camus
- Tambien nos dieron un poco de información sobre otros dos - les informó Milo mientras se comía un gajo de naranja
- ¿Sobre quienes? - preguntaron Aioria y Mu al mismo tiempo
- Virgo y Piscis - les dijo Camus - pero no nos dieron nombres, solo nos dijeron que el aspirante a Virgo era alguien especial que entrenaba en algún lugar de la India y que el aspirante a Piscis ya casi se va al lugar en donde conseguirá la armadura.
- Vaya - murmuró Mu - ¿y cuando podremos conocer a Aldebarán y a Jovanni?
- Pues también entrenan ahí en el coliseo, yo creo que mañana - contestó Milo
- Pues entonces mañana iremos al coliseo todos juntos - dijo Aioria muy entusiasmado
Cuando terminaron de cenar se pusieron a recoger sus platos y le ayudaron a Milo a lavarlos. Después de lavarlos, secarlos y acomodarlos se despidieron y cada cual se fue a su respectivo cuarto para descansar.
Después de que todos se retiraron, Milo se fue al baño a cepillarse los dientes, se puso la pijama, se acostó y después de un rato se quedó profundamente dormido.
Editado por Leni_de_Escorpion, 18 julio 2007 - 22:02 .