211 respuestas a este tema

[Beau]

¿Y el siguiente capítulo? Esperaba entrar y al menos ver dos nuevos según lo prometido. 

 

Ya no se puede confiar en nadie  <_< .

 

Saludos.-

[♒ Armagedon ♒]

:28:  :28:

[paradox26]

Che fuera de chiste... yo aunque no he comentado... lo he leído... ñara cuando el kilombo??? La guerra santa??? La alianza con rage???? Devuelvan el fic a su actividad!!!!! Queremos fic!!!! :sonaro:

[Beau]

Mientras los ejércitos de Athena y Poseidón se reagrupaban para lo venidero, en un sitio no tan lejano otro drama se desarrollaba a pesar de hallarse fuera de los focos. Dos.. tres guerreros se recomponían de sus graves heridas pero no era eso lo que los atormentaba. Era su orgullo. Los tres jueces del inframundo se habían visto derrotados por un solo caballero dorado. ¿Les dolía la derrota? No, no era eso. Era la forma en que debieron huir, arrastrándose tal insectos. Cada uno no podía, no quería, levantar su cabeza y cruzar la mirada de los otros dos. Sabían que los ojos que verían les devolverían la misma verguenza que había en los propios. Nunca habían estado tan hermanados entre los tres. Pero a pesar compartir los mismos sentimientos, quizás por única vez en la historia, no era igual el peso que cada uno llevaba sobre sus hombros. Este era especialmente infinito en uno de ellos. No se había fallado a sí mismo, a su dios... sino que también a la mujer que ansiaba en sus silencio.

 

El sonido de unos tacos sobre el mármol del pasillo les hizo saber que lo peor estaba por empezar. La silueta femenina se detuvo ante ellos en silencio. Sin que su rostro demostrase emoción alguna, los miró. Durante minutos no hizo otra cosa que observarlos. ¿Acaso se regodeaba en su humillación? Otros minutos siguieron sin que nada cambiase en la escena.

 

Finalmente un cosmos estalló cerca de donde estaban. Los cuatro reaccionaron al percibirlo. Solo la mujer de la fría mirada se movió para dirigirse al lugar donde había aparecido. Mientras se alejaba dejó escapar por fin una risita. Dos de los jueces reaccionaron con una furia que solo se percibía en sus miradas. 

 

Una lágrima recorría la mejilla izquierda de Kibo mientras los gélidos rayos de  sol que ingresaba por la ventana lo veían transformase en una aura violácea. 

[♒ Armagedon ♒]

Comento para que minoos no diga que no tiene rating :t420: :t420: :t420: :t420: :t420:

:m1: :m3:

[Minoos_]

Buenas gente:v

 

Luego de muuuuuuchos meses haciendo la gran Kurumada, ha llegado la hora de cumplir las ordenes de mi querido Amo Beau(no tan querido como Sagen-san, que me robó el corazón, pero muy querido también) :wub:

 

En fin, espero que lo disfruten :v

 

PD: El cap no está en amarillo para que esté en el formato de los caps anteriores. Espero perdone mi impertinencia, amo Beau :v

 

 

 

Spoiler

Capitulo 18: "Deudas del pasado"

 

Luego del largo viaje realizado por fin habían llegado a Jamir. Dieser y Swallow se sentían algo cansados, pero con mucho tiempo no contaban. Ya habían  perdido medio día de los tres con los que contaban.

 

—Vaya, ¿por qué tenía que vivir tan lejos este idiota?

—Dieser, deberías rabiar menos. Si solo venimos para que nos reparen las armaduras.

—Eso es cierto Swallow. En fin, vamos a la torre de Minoos…

 

***

 

— ¿No más daño del que te han hecho? —replicó Beau, extrañado de sobremanera por la respuesta de Andrea—. ¿A qué te refieres?

— Es una historia dolorosa para mí. No me agrada recordarlo, pero creo que como candidato a,Patriarca quizá debas saberlo. —Tomó una pausa para poder hablar tranquilamente y así no romper en llanto—.  Fue cuando tenía 8 años, yo estaba con mi familia y...

— ¡Cuidado! —El santo de Tauro interrumpió a Andrea y se abalanzó sobre ella para protegerla de un ataque que le venía por la espalda—. ¿Qué diablos fue eso?

 

Ambos se encontraban en el suelo debido al sorpresivo ataque. Pero lograron distinguir entre el polvo levantado por la explosión, una silueta parecida a la del santo de escorpión, pero que tenía consigo alas en su armadura de tintes anaranjados.

 

—Vaya, pudieron esquivar mi ken— comentó Atonic, mientras se acercaba caminando lentamente a los santos—. Al menos saben evadir ataques, humanos feos—. Prosiguió el ángel, para luego hacer una interrogante « ¿Saben dónde anda mi hermano? »

— ¿Hermano? — preguntó Beau con cara seria mientras se levantaba.

 

En ese pequeño lapso de tiempo en el que Beau se ponía de pie, Andrea quedó consternada por las alas que acababa de ver. La furia se apoderó de ella rápidamente y sin ningún reparo atacó con su técnica más poderosa, el relámpago de voltaje.

Sin embardo, el ángel la detuvo con una sola mano y le preguntó extrañado:

 

— ¿Y a ti qué te pasa? Si sólo les he preguntado donde anda Dieser...

—Me da igual lo que andes buscando. ¿Acaso no te acuerdas de mí? —preguntó enfurecida Andrea, para reiterar la pregunta mientras lo miraba a los ojos—. ¿No recuerdas mi cara?

 

El ángel, que solo venía a preguntar por el paradero de su "querido" hermano, quedó totalmente sorprendido ante el odio latente de la guerrera que tenía frente a él:

 

—No entiendo de qué me estás hablando, humana fea...

— ¿Cómo que no entiendes? —Exasperada por la situación, se precipitó a mostrar una cicatriz que tenía en su cuello—. ¿Ves esta quemadura? Ahora si recordaste, ¿verdad?

 

Al ver la cicatriz en el cuello de la santa de Leo, el ángel la recordó:

 

—Oh, ya recuerdo. Eres la niña fea que dejé con vida ese día. Deberías estar agradecida, fuiste a la única que no maté en aquella ocasión.

— ¿Y lo dices así tan ancho? ¡Pagarás con tu vida el haber aniquilado a mi pueblo!

 

Luego de escuchar como Atonic se refería con displicencia a la destrucción de su pueblo, lanzó varios rayos con sus puños… los cuales fueron esquivados con facilidad y elegancia por su rival.

 

—Oye fea, detente. La diferencia de poder es obvia, mientras que tú eres una simple guerrerita , yo soy un ángel. Alguien con un poder fuera de tu entendimiento...

¡Ah, verdad que ustedes lucharon con Hypnos! Bueno, para que te hagas una idea, mi poder es equiparable al del dios gemelo. Tú nunca me podrías ganar.

 

—Me da igual el poder que tengas: ¡Relámpago de voltaje!

 

Antes de que Andrea lanzara su ataque, Beau, consciente de lo que decía el ángel era cierto, se acercó rápidamente y noqueó a su compañera con un certero golpe en el cuello. Evitando de ese modo la tonta muerte de la noble guerrera.

 

—Eso fue inteligente, toro feo. Dile a tu amiguita que si de verdad se quiere vengar de mí, tendrá que superar por mucho su nivel de poder... Pero como son simples humanos, obviamente no podrá. Así que dile que evite tonterías porque para la próxima la mataré sin compasión..

—Esto no se quedará así, maldito— dijo Beau mientras contenía su ira ante tan arrogante enemigo—. Pero si eres un ángel significa qué...

—Yo no sé. Yo soy libre de hacer lo que me plazca, pero si mi señor, considera oportuno exterminarlos a ustedes y a los marinos; lo haremos. Por ahora yo me largo, que tengo cuentas pendientes con ese maldito de Dieser, a quien al parecer lo tendré que encontrar por mi cuenta...

 

La impactante revelación de Atonic, que dejó al santo de tauro totalmente asombrado, suponía un nuevo peligro. Por eso se apresuró en recoger a su compañera y se dispuso a llevarla hacia el santuario...

 

***

 

—Finalmente llegamos —exclamó cansado Dieser— Llama tú a Minoos.—Agregó.

—No es necesario que me llamen, ya sé a qué han venido. —replicó el ariano por telepatía para luego aparecer a la entrada de su torre.

 

Luego de aparecerse  (doble luego aparecer seguido) a la entrada del lugar, se acercó a sus compañeros para verificar el estado de sus armaduras:

 

—Vaya, sí que están dañadas. —señalaba mientras observaba minuciosamente—. Es increíble que un espectrucho como Lune les haya hecho tanto daño a dos dorados. La verdad, a mí me daría vergüenza.

— ¿Qué dijiste estúpido? —replicó Dieser, con notorias ganas de pelear.

—No te enojes Dieser, sabes que nada de esto habría pasado si no tuvieras cargos de consciencia. Pero como los tienes, fuiste presa ideal de la técnica de Lune—. Sentenció Minoos.

 

La duda se sembró en Swallow. ¿Cuál habían sido esos pecados que atormentaban a Dieser y qué nunca se atrevió a revelarle?

Las inquietudes aumentaban en la santa de virgo, inquietudes que la hacían dudar acerca del pasado de su compañero especial que ella tanto admiraba...

 

—Bueno —prosiguió Minoos.— Eso es pasado, mejor dejen ahí sus armaduras para repararlas.

—De acuerdo—. Señalaron Dieser y Swallow.

 

El santo de Aries hizo un gesto con la cabeza para que Dieser se acercara a las cloth y las bañara con su sangre. Gesto al cual el santo de escorpión respondió de manera afirmativa. Sin embargo, Swallow se interpuso cuando Dieser se disponía a sacar sangre de ambas muñecas:

 

—Déjame, lo haré yo— dijo la santa de virgo con determinación—. Tú ya me salvaste en el templo de Aries, ahora me toca compensar el daño que sufrieron estas armaduras por mi culpa.

 

Con dos rápidos movimientos logró que sus brazos bañaran rápidamente su armaduras y la de Dieser. Pero con el esfuerzo que conllevaba perder tanta sangre, quedó inconsciente con dos heridas en los brazos que Minoos sanó rápidamente.

 

—Llévala a descansar adentro de la torre, Dieser— aconsejó Minoos—. Mientras tanto, yo repararé las cloth.

—Bueno, estaré adentro con Swallow mientras haces eso.

—Ok. Ella estará inconsciente un par de horas supongo.

—Sí, yo creo lo mismo.

 

Había pasado cerca de una hora. La cloth de Escorpio ya estaba reparada y Minoos ya estaba ultimando los detalles de la armadura de Virgo. Sin embargo, en el horizonte se apreció una figura que se acercaba hacía la torre. El Ariano lo reconoció de inmediato: era Atonic. Hecho que lo agarró por sorpresa ya que lo yacía muerto hace tiempo.

Pero lejos de demostrar algún tipo de reacción, preguntó con mucha serenidad cuando lo tuvo frente a él:

 

—Disculpa… ¿Qué es lo que necesitas?

—De ti, nada. Pero de aquél que fue capaz de renegar a su propia familia... Vengo a tomar su vida.

 

Editado por Minoos_, 19 octubre 2016 - 00:13 .

[Talaris]

Bueno, bueno. Fic ociosos finiquitado un poco caótico como sois los ociosos, pero la idea es buena. como manda mi Amo Beau debo comentaros un poco y eso es lo que voy hacer.

 

Lo mejor del fic:

1.Los personajes de Frik y Acro. Son muy divertidas sus peleas.

2.Sagen es un poco despistado pero también le da un aire desenfadado a la historia.

3.Me gusta esa especie de amor platónico entre Swallow y Diesel.

4. La alianza entre Poseidón y Atenea es una idea fantástica, tenéis que explotar más eso.

 

 

Lo peor del fic:

1.Creo que habéis tratado un poco mal a los espectros. Los tres jueces parecen un poco incompetentes después de la paliza que les da Libra. ^^U

2. Esa Haruka tan inactiva no me encaja con el personaje de Pandora. O.o

3. Tenéis que rematar las peleas entre los bandos. Eso de que huyan en medio de la lucha es un poco desilusionante.Entiendo que no queréis mataros los unos a los otros porque hay muy buena relación entre ociosos pero hay que mojarse un poco más. ^^

 

 

Con este comentario y en orden de mi amo Beau, debo escribir dos pequeñas historias relacionadas con este fic. Así que prepararos porque voy a dar un buen giro a ésto y debéis saber aprovecharlo en el futuro ;)

 

 

:V

Editado por Talaris, 23 octubre 2016 - 07:10 .

[Talaris]

Bueno dejo el doble post para poner la primera parte del capítulo-historieta del ocio. Estoy con el segundo ahora.

 

 LA RUPTURA DE LA SOCIEDAD DE LA BALANZA. PRIMERA PARTE.

 

 

 

Spoiler

Debido a los últimos acontecimientos sucedidos en el santuario ocioso, el patriarca Lavos, invocó a los guerreros de Atenea más veteranos; Dohko de Libra despertó de su larga siesta, y Beau de Tauro, con ayuda de Minoos de Aries, había sido teletrasportado ante su presencia en el observatorio estrellado, el lugar más privado del santuario y donde se tomaban las decisiones más importantes con respecto al futuro de la humanidad.

 

—Hemos sufrido tres ataques implacables de los espectros de Hades. Dohko debo felicitarte por tu batalla con los tres jueces, pero cometiste el error de dejarles escapar. No podemos dejar que se vuelvan a agrupar…— dijo reflexivo el patriarca.

—      Lo entiendo, patriarca, mi tarea siempre fue dar mi sabio consejo y apoyo a los patriarcas de Atenea, y reconozco que no actué como debía. El misopezamenos de mi corazón a veces me limita en mis esfuerzos. Aunque agradecido por este obsequio de los dioses no puedo dejar de sentirme frustrado muchas veces.

—      Y saber que todo esto lo desaté yo para poder sanarle, patriarca Lavos. Si no llega a ser por mi idea de despertar a Ofiuco. Nada de esto hubiese ocurrido y géminis no hubiese muerto. — Se lamentó el caballero de Tauro.

—      No es tiempo de llantos y depresiones…, Lo hecho, hecho está, ahora hay que enmendar lo que hemos provocado y para ello debemos mantenernos unidos y coordinarnos lo mejor posible con las tropas marinas.

—      Patriarca Lavos, ¿las fuerzas del Rage serán lo suficientemente fuertes y resistentes para detener esta guerra? ¿Cómo sabremos si mantendrá su promesa? —dijo con preocupación Tauro.

—      La encarnación de Poseidón es Rage en esta guerra. No puedo poner en duda su palabra, Rage es de fiar y debemos confiar en su ejército. — Respondió Dohko.

—      Así es Dohko, mi confianza es plena en Rage. No podemos dividirnos ante esta guerra.

En ese instante, Lavos miró por el telescopio esperando que las constelaciones del cielo otoñal le dieran la respuesta de cuál iba ser el siguiente paso a dar. Por la mirilla el cielo fue completamente cubierto desde la lejanía, con nubes negras que taparon la reconfortante luz del sol y sus planetas.

—      ¡Nooo!— exclamó el patriarca,

—      ¿Qué ocurre, Lavos?— Exclamó Beau.

—      ¿Qué es eso? Ese cosmos cargado de tanto odio y oscuridad.— dijo Dohko determinado. Por su espalda le recorrían escalofríos de temor. Nunca había sentido algo así, pero lo más imponente era que podía reconocer de quien procedía.

—      ¿Tú también lo sientes, Dohko? — dijo Beau.

—      Es ella ¿no es cierto, patriarca Lavos? — dijo Dohko.

 

Beau miraba la complicidad de sus compañeros confuso. Sus límites todavía eran muchos como caballero y no había conseguido esa sensibilidad de detectar cosmos que tenían Lavos y Dohko, por sus años como caballeros de Atenea.

 

—      Sí lo es. La oscuridad de su cosmos es comparable a la de Hades cuando decidió privar a este mundo de la luz del sol con su eclipse. Salid de aquí caballeros de libra y Tauro, su poder es demasiado fuerte para los dos.

—      ¡Ni hablar! Lucharemos los dos a su lado, por estos años como compañeros en la cuenta del millón.

—      ¡Aparta esa idea, Patriarca! — se oyó una voz profunda y sombría mientras un ciclón de nubes rodeó la roca del observatorio de estrellas, aislándolo del resto del santuario. — No vengo a perder el tiempo contigo, mi único interés es solo y únicamente el caballero de Libra.

 

Los tres guerreros salieron de la bóveda del observatorio para contemplar la razón de las nubes que se ceñían alrededor de la montaña. Pensaron si sería Apsu otra vez, o tal vez Saturno, pero la voz no era masculina sino femenina. ¿Sería palas? Imposible ella se había reconciliado con Atenea y vivía feliz junto a Titán.

 

Las nubes se hicieron nítidas y sólidas, apareciendo ante ellos, unos ojos rojos fieros como los del cancerbero, pero su piel era oscura y escamada. Tenía largos bigotes y dos cuernos en la cabeza. Dientes afilados y cuerpo alargado. Era un dragón oriental negro como el tizón, que rodeaba una figura delgada y estilizada, vestida en ropas negras y capucha. Su rostro estaba embozado ocultando su identidad, pero sus ojos ardían de ira.

 

—      ¿Quién eres? — dijo Lavos. — ocultar tu rostro en la lucha es cobarde.

—      Habéis perdido vuestras facultades, señor patriarca. Aunque mi aspecto es otro, sigo siendo la misma persona. — La forastera centró sus ojos en Beau y Dohko. — Vosotros tampoco sois capaces de reconocer mi rostro. Me decepcionáis profundamente.

 

Alzando sus brazos la forastera lanzó un fuerte ataque contra los tres, que fue rápidamente bloqueado por el muro de cristal de Lavos. Una malévola risa escapó de los labios enmascarados de la enemiga.

 

—      Es inútil, Lavos, tu muro de cristal no puede soportar una de las técnicas que yo misma aprendí de mi maestro…— con estas palabras el cosmos de la desconocida explotó ante los movimientos de sus brazos y piernas. El dragón negro se convirtió en una pantera negra de ojos amarillos. — Ante vosotros se enfrenta el nuevo espectro de Hades: Talaris de Pantera negra, estrella del odio y la traición.

 

El embozo voló al aire descubriendo a la enemiga de los caballeros. Era Talaris. La misma que había abandonado la Sociedad de la Balanza tiempo atrás, sin razón aparente. Nada habían sabido de ella hasta entonces. ¿Cómo era posible que una de las más fieles libranas se hubiera pasado al bando enemigo?

 

—      Sé lo que os andáis preguntando los tres. No hace falta estar muy bien dotada de facultades para leer vuestras expresiones. Siempre temí cuál sería mi reacción cuando os volviera a ver, pero me siento satisfecha al saber que ya no hay ninguna reacción en mi de que preocuparme.  Lavos por mucho empreño que pongas en proteger a tus camaradas, derrumbaré ese muro de cristal en un santiamén.

 

Emitiendo un prolongado “Kia” el cosmos se expandió alrededor de Talaris, cuyos brazos trazaron una línea perpendicular al suelo.

 

—      Dohko, Beau, despediros de vuestro patriarca. Le enviare tan profundo en el hades que ni el mismísimo Kasei de Ofiuco será capaz de traerlo de vuelta. ¡Recibe estos 100 dragones de Rozán de parte del infierno, Lavos!

—      ¡No Talaris! ¡¡Detente!!— exclamó Dohko intentando producir alguna reacción en su ex discípula.

—      ¡Imposible! ¡Demasiado tarde Dohko de Libra!

 

El torbellino de los cien dragones se abalanzó sobre el muro de cristal de Lavos. Dohko intentó interponerse para salvar a sus amigos, pero no alcanzó nada más que a proteger con su escudo de Libra a Beau.

 

—      ¡Dohko… Beau! Dejo en vuestras manos resolver esta guerra. Sois los más sensatos de esta generación de ociosos y sé que reconduciréis esta historia como se merece.

—      ¡Noooooo! ¡Patriarca Lavooos! — Gritó desesperadamente Beau.

Cuando la energía cósmica se disipó. El cuerpo inerte del patriarca cayó despellejado y ensangrentado, al frío suelo. Sus majestuosas ropas desgarradas y cubiertas de polvo desparramadas a su alrededor. El cosmos se había extinguido tan rápido como lo hacen las cerillas pequeñas en un día de fría ventisca invernal.

Talaris miró a su reciente víctima deleitándose en el destrozo que acaba de hacer en la historia matando a uno de los más queridos caballeros ociosos.

—      Una lástima…— dijo irónica la villana.— Ahora que había alcanzado un trabajo estable y seguro, ese trabajo que le permitiría comprarse cuantos mangas deseara leerse… no le queda más tiempo para disfrutarlo. Lavos, los ociosos echarán de menos tus cuentas y también tus dinámicas de opennings; pero toda buena historia se desata a partir de una emotiva muerte como la tuya. En verdad que ahora sí que puedes alzarte orgulloso, porque te acabo de convertir en leyenda y también en un valioso fósil.

 

Con este pequeño monólogo seguido de una malvada carcajada, Talaris se despedía de su víctima, volviendo a centrarse en los otros dos dorados que le quedaban. Dohko se derrumbó de rodillas sobre su lugar. El escudo resbaló de sus manos mostrando su magullado cuerpo, como no, descamisado por la fuerte onda expansiva del ataque. Estaba totalmente ensangrentado y parte de su armadura, cascada. Beau observaba el cuerpo de Lavos derramando lágrimas de tristeza. Ahora miraba la espalda de su mejor amigo ocioso apunto de desmayarse agotado y muy mal herido.

 

—      ¡Doh-Ko! Buen amigo…— intentó ofrecerle su apoyo para que no cayera al suelo.

—      Beau de Tauro… me alegra que estés bien… ahora vete… vuelve con los demás y guíalos en la batalla. Yo debo enfrentarme a mi propio fracaso como maestro.

—      ¡No… ni hablar! En ese estado no puedo dejarte. — Beau se levantó resuelto y señaló a Talaris con su dedo índice acusador.— Talaris ¿qué crees que haces? Te dije que declararas tu odio a Dohko, pero no que mataras a Lavos. No voy a permitirlo. ¡Te costará caro esto!

—      Beau tanquilo…— dijo inalterada Talaris. — ¿Acaso crees que te voy a dejar al margen de esto? Tú has desatado esto y lo justo es que observes con tus propios ojos las consecuencias de haber abierto esta caja de Pandora.

—      ¡Beau, no te lo diré más! ¡Lárgate de aquí! ¡Talaris es asunto mío! Tu protege a los otros.

—      No puedo hacerlo…

—      Te lo pido como caballero y como amigo, ve… debes ayudar a los demás… A Atenea… así lo juraste al tomar la armadura de oro de Tauro. No puedes interponer tu amistad conmigo por encima de tu deber como caballero.

 

Beau se sintió contradictorio en ese momento. Era un mar de dudas, algo que un caballero de Atenea no podía permitirse. Debía mantener la sangre fría y ser determinado. Era verdad, debía focalizarse en ganar la batalla, guiar a los otros caballeros para proteger la tierra… mantener que el pacto con Rage de Poseidón se mantuviera firma y fuerte. Todos debían estar unidos por el bien común.

 

—      Está bien Dohko, volveré con los demás, pero prométeme que sobrevivirás y que reconducirás a esta irreconocible Talaris al camino de la Luz, o, por el contrario, le darás su merecido por traicionarnos a todos y matar a Lavos.

—      Te lo prometo… ahora márchate.

Cuando Beau se iba a ir le interrumpió el paso unos sarcásticos aplausos. Cuando se giró vio que era Talaris burlándose.

—      Emotiva despedida. ¿Pero de verdad crees que te dejaré ir? — dijo Talaris. Después lanzó un ataque mucho más rápido que el mismísimo Gran cuerno de Tauro a la frase de “Atadura del Dragón” y el caballero de tauro quedó completamente inmovilizado de piernas y brazos por cuatro fuertes dragones negros, incapaz de soltarse.— Beau igual que has sufrido al ver morir a Lavos ante tus ojos, también verás a Dohko caer, sin poder hacer nada para evitarlo.

—      ¿Por qué, Talaris? — dijo la voz quebrada de Dohko.—¿ por qué haces esto? Creí que te había enseñado todos los secretos de un auténtico caballero de Atenea. Te presté mi capital humano convirtiéndote en la más respetada de los miembros de la Sociedad de la Balanza. Desplegabas armonía y candidez por los cuatro costados. Eras justa y equilibrada en tus cuitas y acciones. Eras responsable y aplicada. Eras mi primera discípula y la más talentosa. Ahora te pasas al bando enemigo y matas a alguien que sé que también tenía tu respeto y simpatía.

—      ¿Por qué me pregunta, ex maestro? ¿por qué…? Creía que el caballero de libra lo sabía todo. Además, se adjudica todo el mérito de mi persona sin caérsele la cara de vergüenza… Tal vez la memoria le empiece a fallar, o tenga una confusión de fechas, pero ¿cuánto tiempo lleva usted oficialmente como caballero de libra y cuánto tiempo llevo yo como miembro en la sociedad de la balanza? ¿De verdad cree que todos mis méritos se deben a tenerme bajo el yugo de su maestría? No pasa nada…, aquí estoy yo para mostrarle la verdad de este odio que me lleva reconcomiendo todo este tiempo… pero no se lo demostraré con palabras, sino que le haré sufrir hasta su último aliento, y entonces, en ese momento en el que todos necesitamos escuchar cosas buenas antes de morir, le diré lo que nunca ha querido escuchar.

 

LA RUPTURA DE LA SOCIEDAD DE LA BALANZA. SEGUNDA PARTE.

Spoiler

 

 

 

 

 

El aire soplaba con fuerza en la cima del observatorio. El cuerpo de Lavos tendido inerte se cubría cada vez con más polvo que se levantaba desde el suelo. Beau seguía atado de pies y manos por cuatro dragones inclementes. Talaris no despegaba sus ojos marrones de los verdes de Dohko su mirada ya no era la misma que siempre. Transmitía una inmensa cantidad de ira desmedida. El maestro nunca había visto algo semejante en ella. Siempre había parecido dócil y confiada, pero ahora podía entender mejor por qué era una persona tan reservada, siempre oculta bajo la piel de la afabilidad.

—   Maestro Dohko… ¿Acaso le ha comido la lengua el gato? Dónde están ahora sus sabias y diplomáticas palabras. ¿No me dará alguna de sus lecciones de vida? Supongo que nunca se esperaba verme en el otro bando.

—  Talaris… ¿Qué te ha pasado? ¿Acaso siempre odiaste, pero no lo dijiste? ¿Quién o qué ha apagado la luz que un día yo descubrí en ti?

—   ¿Quién? Usted mismo, por supuesto. Usted mismo cuando abandonó por tanto tiempo la sociedad que fue fundada hace ya 14 años atrás. ¿Dónde estaba el caballero de libra entonces cuando todo comenzó derrumbarse? Cuando llegó a manos de un malnacido discípulo su custodia y consiguió que todo el mundo odiara lo que libra significa dentro de la orden zodiacal. Todas las lecciones que yo aprendí sobre libra se habían derrumbado en tan poco tiempo… y tan destructivamente, que la sociedad quedó abandonada y despreciada durante mucho tiempo hasta que yo llegué. Yo la saqué adelante pese a los obstáculos que encontraba en mi camino. Luché por limpiar su imagen y transmitir cuanto significaba para mí libra. Historias divertidas, dinámicas interesantes y participativas, publicidad limpia y atraje a los nuevos miembros de la misma que a día de hoy siguen moviéndola en mi ausencia. Pero durante todo ese viaje usted nunca estuvo allí para ayudarme. Prefirió aislarse en su maldita catarata impasible y neutral, mientras yo luchaba porque la gente volviera a respetarle y reconocerle su importancia.

—   ¡Talaris!— dijo sorprendido.

—   Preparaba todo para que se sintiera orgulloso de mí, hasta ¡le busqué novia para que estuviera contento! pero volvió cuando todo el conflicto había pasado. Con su resplandeciente y cool armadura de libra, con esas doce armas, el nuevo aspecto de su misopezamenos y se llevó toda la gloria sin haber movido ni un solo dedo para sacarla adelante. ¡Maestro le detesto! Dohko de libra le decían…, sensual y heroico le llamaban…, pero ¿quién fue la que le dio esa nueva imagen, Eh? ¡Yo misma! ¡y así me lo pagan! No me aceptaron en el ocio porque no tenía armadura que adjudicarme, ni tampoco constelación protectora, así me quedé. Es cierto que no tengo paciencia ni tiempo para ponerme a contar en la cuenta como otros, pero hay que reconocerle los méritos a uno, por diferentes que sean.

Dohko y Beau, no se imaginaban esos sentimientos en Talaris para nada. Siempre había parecido feliz con su sonrisa imperecedera. La espectro siguió con su confesión.

—   Talaris, princesa dragón, princesa patuna, pero ni tan siquiera los lemurianos ni Atenea fueron capaces de obsequiarme con una armadura. Aunque fuera la de un pato.  Este resentimiento fue creciendo en mí pero yo, fiel a sus enseñanzas, dominé mis malos sentimientos para conseguir el equilibrio librano en el que yo creía pero a veces no se puede ocultar la auténtica naturaleza en la que uno ha sido creado.

— Talaris… no sabía nada de eso… ¿por qué no lo dijiste nunca?

—  ¿De qué hubiera servido? Pero ahora la compasión no va a derretir la maldad que ha despertado en mí tu queridísimo amigo Beau. Mucho menos después de que encima te cambiara el Nick a Izo de Capricornio. Otra vez huyendo de tus responsabilidades como siempre, y tienes cara dura de seguir siendo Dohko de Libra. Tu eres el traidor, yo no. Los espectros me acogieron en su bando con los brazos abiertos, sobre todo después de la vergonzosa imagen que están dando de ellos, vengo a resolver eso. Vengo dar un giro a esta historia para hacerla buena. Estoy deseando hacerlo y sellar mi venganza por todos los desatinos sufridos. ¡Préparate Dohko! Talaris de Pantera Negra no huirá como el resto de los espectros hasta consumar su venganza.

Arrancando sus abultadas ropas una armadura oscura como la noche cubría su cuerpo. Perfectamente ajustada a su figura, parecía ligera como una pluma. El contraste de su rubio cabello y el oscuro metal no eran inconveniente para ocultarla en la noche que ya caía sobre el santuario. Las garras de sus brazaletes y guanteletes y los colmillos, de su casco le daban un aire fiero y temible. 

—   Siempre pensé que me sentaría mejor el dorado porque el amarillo es mi color favorito, pero el negro siempre fue más elegante y estilizado para mí. Ahora contempla la muerte de tu mejor amigo, Beau de Tauro.

 

—   ¡Estás completamente loca, Talaris! — dijo
furioso tauro.

Talaris se lanzó a Dohko mientras Beau luchaba para liberarse de los dragones y ayudar a libra, pero más dragones se multiplicaban a su alrededor como la cabeza de la hidra inmovilizándolo como una roca enterrada en mitad del desierto. 

Dohko esquivó los golpes de Talaris como buenamente pudo. Era sumamente rápida y eficaz como un guepardo antes de cazar su presa, pero cuando alzaba sus ojos no veía a nadie más que a su discípula y sus puños no le respondían. ¿Sería capaz de levantar los puños a su pupila? Talaris dejó de embestirle con sus golpes. Respirando agitada por la energía que había invertido en su ataque, miró penetrante a Dohko.

—   ¿Qué te pasa Dohko? ¿Acaso los latidos lentos de tu corazón impiden que el riego llegue a tus extremidades y me golpees?

—  
Tiene que haber otra manera de resolver esto. No
puedo creer lo que haces, Talaris, no te reconozco.

—  ¡Cállate! ¿No comprendes que no tienes nada que hacer ya? Me desvinculé de ti hace mucho tiempo. He elegido mi bando y mi labor. Ahora haz lo que debes, caballero de Atenea.

Talaris cruzó sus brazos delante suyo dibujando la figura de un dragón oscuro como el cieno.

—   Morir por tus propias técnicas debe ser algo extraño, ¿verdad Dohko? Ahora puedes ver con tus propios ojos cuanta perfección hay en mis ejecuciones. Mucho he entrenado para superar los defectos de Shiryu y el poder del más antiguo caballero de libra.

La energía explotó sobre libra al grito de dragón naciente, recibiendo el golpe de lleno el caballero. Dohko se llevó la mano al hombro que había recibido la mayor carga del ataque de Talaris. Tenía los huesos doloridos, después de haber recibido los 100 dragones de refilón y el dragón naciente, se resentía:

“El escudo ha podido proteger mis zonas más vulnerables, pero mis extremidades y mi silueta están tan machacadas que este dolor me impide moverme con soltura.”

Dohko miró por el rabillo del ojo a Beau, el caballero de tauro observaba la escena con los dientes apretados de rabia. Los dragones eran imposibles de quebrar.

“Esa técnica. Yo mismo se la enseñé y ha conseguido dominarla hasta el punto de utilizarla de manera ofensiva. Se supone que es una técnica defensiva pero el poder que ha adquirido Talaris es impresionante. Mi labor fue siempre retener esa energía contenida escorpiana que llevaba innata en ella, pero tal vez mi error fue adoctrinarla en retenerla y liberarla en sus ataques. Nunca fue capaz de hacerlo con precisión ese fue siempre su defecto, pero ahora me parece que empieza a utilizarla como debe. No obstante, puede ser peligroso... la energía de los escorpiones furiosos y desesperados es equiparable a la Antares que rige su constelación… Si Talaris liberara esa energía a través de la ira, le pasaría como a Kardia y Sonia. Todo podría quedar reducido a la nada y ella se habría inmolado. No puedo consentirlo… no puedo consentir que el santuario sea destruido”

—   ¡Dohko! ¿Qué haces tan pensativo? — le reprochó Pantera negra. —Sabes perfectamente de lo que soy capaz…, ¿por qué no intentas impedirlo? Tu pasividad me ofende. Ten la valentía al menos de dar muerte a tu enemigo. Pero te advierto que antes te daré muerte yo…

—   Talaris cuanto lo siento… cuánto siento no haber estado ahí en esos momentos que me reprochas, pero el deber de un caballero de Atenea es primero obedecer a Atenea.  Estuve velando en los cinco picos la montaña de espectros, y no podía estar en el templo controlando a los miembros de la Sociedad de la Balanza. Al final todos debemos elegir lo que creemos correcto… te entrené con paciencia y diligencia para que crecieras como caballero, fuiste un desafío desde el primer día, pero creo que no he conseguido que te mantengas en el camino correcto. Ahora no puedo permitir que destruyas este santuario, aunque seas Talaris, la princesa dragón.

 

Con estas palabras Dohko lanzó un dargón naciente contra su pupila. Talaris lo intentó detener, pero sus brazos no fueron capaces de retener el golpe de su ex maestro. Cayó al suelo magullada, levantándose se limpio el hilillo de sangre que resbalaba por su boca.

 

—   Eso es… el tigre ha despertado y ha descendido del árbol para defender su
territorio.

Rápidamente Talaris retomó la lucha lanzándose a Dohko con sus puños al grito de garras oscuras. En un abrir y cerrar de ojos seis profundas rajas sesgaron la piel de Dohko, haciéndole sangrar en abundancia.

 

—   Le mataré lentamente Dohko, de verdad que después de saber lo que ha sido capaz de soportar en las guerras santas, tengo curiosidad de coprobar por mí misma qué limites es capaz de soportar…

 

¡DRAGÓN VOLADOR!

 

Dijo la espectro golpeando a Dohko nuevamente.  Dohko lanzó el escudo de su armadura contra el ataque cortando su dirección, desviándolo del santuario y del único testigo que en ese momento estaba viendo la batalla, Beau de Tauro. Mientras tanto, libra tomó una de sus espadas y cortó los dragones que retenían a su compañero.  Durante su trayectoria en la carrera golpeó  a Talaris una u otra vez en el estómago y la cara, hasta que la espectro sedobló.

Beau finalmente liberado quiso ir a ayudar pero Dohko le volvió a detener.

—   Tenemos un trato. — Le dijo libra a tauro. — Ve con los demás antes de que sea demasiado tarde.

Beau miró a Dohko y a una magullada Talaris después. Sintió su frustración, pero debía marcharse. Ya había escuchado suficiente sobre el odio de Talaris hacia Dohko y ahora otros deberes le llamaban, aunque deseaba con todas sus ganas castigar a Talaris por su osadía.

—   ¡Alto ahí, tauro! — Gritó Talaris para volver a atacar a Beau y retenerle, pero la espada de libra volvió a destruir su técnica.

—   Las armas de libra están a mi custodia y decisión de usarse. Talaris, si vuelves a intentar atacar a alguien diferente que yo, no dudaré en utilizarlas en contra de la decisión de Atenea de luchar solo con puños.

—   Terminemos con esto de una vez… tienes razón, yo vengo a destruirte a ti. Lavos solo ha sido un daño colateral y necesario. Se interponía en mi camino.

Una helada sonrisa de maldad asomaba por la oscura máscara de la Pantera Negra. Dohko lanzó la espada y se puso en guardia.

—   Talaris, prepárate, ahora verás el auténtico
poder de libra.

—   Va otra vez a usar esa patética técnica de la balanza, pura copia de la técnica de mi camarada Pharao de Esfinge. — dijo con arrogancia. — Eso no le servirá conmigo. Sé perfectamente cómo funciona.

 

—   ¡No! Tu mereces una muerte más dolorosa aún.

Colocando los brazos en su postura más conocida y poderos. El tatuaje apareció en su espalda y el cosmos tomó la forma de un fiero tigre.

 

—   Veremos entonces quién gana. El joven tigre o la Pantera Negra. ¿Quién de los dos ejecutará los 100 dragones de Rozan victoriosos?

Talaris adoptó la misma postura adquiriendo sus cosmos la forma de una Pantera Negra.

 

—   Talaris, prepárate para tu última lección: Libra siempre ha de estar velando por la seguridad de este santuario, y como el juez que decide a quién condenar y luego es maldecido por su decisión, así debemos nosotros aceptar nuestro destino. Somos los sabios y decisivos, pero no por ello los más queridos.

 

—   Dohko todo juez, incluso los más sabios, deben responder de sus propios actos y hacerse responsable de todas sus labores, no solo de algunas.

 

Las dos voces se unieron al grito de 100 dragones de Rozán, perdiéndose en el estallido de un cosmos dorado y otro negro.

 

Mientras en la lejanía, el caballero de Ofiuco Kasei, se lamentó por ser consiente en ese momento que
algunas heridas podían ser incurables…

 

 

 

:V

Editado por Talaris, 23 octubre 2016 - 18:11 .

[Kibo]

Hola buenas familia,dejo pues mis opiniones sobre los dos partes , de mi ama Talaris:

 

En la primera parte,es triste como un gran caballero de libra como Talaris es corrompida por la oscuridad y el odio.Se extrañará al pobre Lavos y a sus directos musicales ( te recordaremos gran amigo ).

Por otra parte, el maestro de tauro Beau,con gran  orgullo y valentía,no quiso dejar a Dohko su compañero y amigo en la batalla,pero la gran Talaris y su poder descomunal,impidió que fuese ayudar a los demás y le dejo paralizado,observando la mirada pícara de la pantera negra y esa sonrisa maligna,que haría temblar de miedo hasta los mismísimos dioses.

Dohko todo estará en tus manos ,de ti depende,devolver a tu discípula Talaris hacia el bien o combatirla con honor y vengar sus asesinatos.Veremos que pasa en la segunda parte.

 

En la segunda parte,Talaris muestra su gran odio hacia  su maestro Dohko,sintiéndose sola y abandonada en la sociedad de la balanza,y en vez de hablarlo con su maestro sobre sus preocupaciones y soledad,fue cogiendo cada vez más rencor y desprecio hacia él y hacia los demás libranos.La batalla entre el bien y el mal , tiene buena pinta, como un maestro lucha contra su discípulo corrompida,no tiene precio.Se avecina una batalla interesante,y me gustaría que Talaris volviese a ver la luz ( como Anakin Skywalker,jejeje ) ,tanta belleza oculta por el odio, ainsss princesa del dragón.Y que pasará con Beau,se encontrará enemigos por el camino que le impedirá llegar hacia los demás para ayudarlos?,tendré que esperar a los próximos episodios.

 

PD: Me ha encantado mi ama Talaris,admirable,entretenido,adictivo....con ganas de más.Enhorabuena cielo,sigue así,llegarás lejos corazón.

[♒ Armagedon ♒]

reseña,reseña silver sama es la mejor 

 

no soy muy bueno con las reseñas así que no va a estar muy bien explicada.

 

la idea de un fic hecho con protagonistas del rincón del ocio me gusto :t420: pero creo que al ser muchos personajes las personalidades de algunos no están muy bien definidas excepto algunos como frick que es muy gracioso :t420: , el inicio me pareció bueno ¿quien se espera que algo empiece con los caballeros dorados queriendo hielo? o ¿que quieren revivir a ofiuco? xD y luego se fue poniendo mas serio hasta una trama mas solida , las peleas me gustaron  algunas mas que otras pero como que no quieren matar a nadie :t420: no creo que alguien del ocio se enoje porque su personaje muera :t420: y los escenarios y ambientes no los describen mucho para mi eso lo haría mejor pero si la narración es buena.

 

 

ya termino la esclavitud soy libre :doh:

 

\o/ :wub:

Editado por armagedon de garuda, 23 octubre 2016 - 18:23 .

[Beau]

:blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink:  :blink: 

 

¿Y ahora de que me disfrazo? ¡Genial! ¡Impresionante! ¡Sublime! 

 

¡Mataron a Lavos al fin voy a ser Patria...! ¿¡Qué hiciste Talaris!? Te saliste de control, lisa y llanamente. 

 

¿Y ahora como sigue esto? Veníamos de a poco retomando el ritmo y de repente llueven sucesos uno tras otro: Dieser que no se anime, Tauro que no sirve para nada salvo para mirar lo que otros hacen, Dohko que finalmente despertó, Minoos_ que sabe algo pero no dice, Andrea que se encapricha... ¡Y apareció Atonic! Demandando atención encima.

 

¿Cómo reaccionarán los autores ante el giro inesperado de la historia? ¡Es lo que sueña todo escritor! Sus personajes tomaron vuelo propio más allá de sus designios, la historia se rebela al camino predestinado. 

 

No puedo esperar para saber como esto sigue. Estamos ante el fic del año.

 

Felicitaciones, en serio, felicitaciones.

 

Saludos. 

[paradox26]

Ejem... en otra noche más dw insomnio... paso a preguntar porque corno no continuaron con el fic?