202 respuestas a este tema

[JulioAT]

Voy a dar mi opinión sincera, la premisa de la historia me choco y hasta me causo un poco de gracia inicialmente “Saint Seiya contra los extraterrestres parásitos”, esa fue mi interpretación inicial, solo por eso estuve a punto de dejar de leerlo, pero me dije <<es un fanfic, si no se experimenta acá ¿Dónde?>>, entonces lo tome como eso, como una historia experimental, pasado ese punto por suerte iniciaste los capítulos en la tierra, en ese punto la historia entro dentro de mi circulo de credibilidad, y seguí leyendo, escribís muy bien, no pones diálogos en demasía y no intentas hacerlo como un anime, en otras palabras manejas el lenguaje de los textos, alejándolos de las reglas del “fic” para hacerlo parecer una novela.
Presentar uno a uno los caballeros dorados me divirtió, hay algunos que me encantaron, cáncer es el mejor relato para mi, capricornio me resulto interesante, y en general todos están muy bien.
Todos me gustaron menos 1, que sinceramente no me gusto nada, acuario, ¿por qué?, porque aunque esta bien redactado, hace ver a un caballero dorado como un ser extremadamente débil, un caballero dorado debería tener la fuerza suficiente para poder elevar a alguien en una cuerda, los caballeros realizan milagros, pues resulta que hay casos de escaladores que en situaciones similares pudieron salvar a sus compañeros, que un dorado no pueda hacerlo me choco demasiado, no veo salvando a la tierra a personas que ni siquiera tienen la fuerza para levantar a una persona, y eso que son elite.
Leo no me agrado, pero por que se me hace un hippie, no por que tenga algún error, simplemente uno tiene sus favoritos y el me resulto aburridísimo con su discurso.

Puntos buenos: Tu redacción, y lo bien desarrollado de la historia, los edecanes y las ordenes secretas.

Con respecto a lo del epub:
Mucha gente cuando se trata de leer odia hacerlo en computadoras, existen unos aparatos llamados e-book readers que tienen tinta electrónica por lo tanto no cansa la vista, el mas famoso es el kindle de amazon, pues bien, el epub es un formato que si esta bien maqueatado se adapta a cualquier e-reader pero no solo eso, también a tablets e incluso a celulares (con la desventaja de no tener tinta electrónica por lo que cansa la vista), los pdfs no se adaptan bien a los dispositivos de lecturas, un epub tiene un trabajo un maquetacion un tanto mas complicado que por ejemplo un doc o un pdf, pero da resultados mucho mejores, yo básicamente me arme un epub a modo de libro para poder leerlo en mi e-reader, un sony reader, si debiese leerlo directamente en el foro no lo haría, por que no gusto de leer en el pc, me cansa la vista, a si que no me molesta nada pasártelo y ponerlo en el foro, también te puedo armar un pdf pero eso supongo que ya sabes hacerlo y a mi no me interesa tanto.

[Genbu de Libra]

hola
el capitulo fue interesante a su manera, comparto con quien dijo que lo de la mascota se vio en nd y aqui como que no quedaba al menos para mi

[ƊƦąğoɳ_ǤįƦȴ]

Haz hecho un buen trabajo con el cap. de los gemelos, incluir a Alejandro Magno fue algo inesperado, además que hablar de dos partes complementarias  sale fuera de lo normal, es decir que siempre piensas en uno totalmente malo y el otro bueno, pero nunca complementos. 

 

En lo personal, me gustó la historia de Leo, creo que transmitir un sentido de cuidar y proteger la naturaleza es muy valioso, ya que es muy triste ver cómo nosotros mismos le hacemos cada vez más daño hasta llegar a ser permanente, me da gusto que incluyeras el sentido de educar a los demás, eso dice mucho de tu persona.  Y bueno con respecto a la mascota, a mi me encantó, porque te sirve muy bien de ejemplo para demostrar que los hombres también necesitan de la naturaleza para sobrevivir. 

 

Saludos!

[♋ Marcus ♋]

Buenas, esta vez publico un poco más temprano... Primero como siempre, empiezo agradeciendo a los que han leído y/o comentado el capítulo que pasó.

Julio, me interesa lo que me decís del e-pub. Tal vez cuando concluya esta 1ra parte estaría bueno poder subir algo así. Después lo charlamos.

Lo de los extraterrestres, era algo que sabía que iba a ser difícil de asimilar al principio, pero tenés razón, un fic es un lugar para experimentar. Y en cuanto a la forma de escribir, me crié con novelas, me sería difícil escribir en otro formato.

Sobre Acuario, como dije antes, podría haber hecho un puente de hielo y todos felices, pero me quedo sin historia. Luego, hay que tener en cuenta que era una niña de 10 años, y un caballero no tiene fuerza sobrehumana (al menos en los papeles), los milagros sólo se logran explotando el cosmos.

Comentarios al capítulo XIV: Lamentablemente por el ritmo de publicación (mío y de ND), sucedió que apareció mi león mucho después del de Kurumada, aunque la realidad es que este león ya estaba diseñado mucho antes de que me enterara que iba a haber uno en el manga oficial. Igual, espero que mi león sea distinto a lo que pude ver, que no me gustó nada. Además, Rage, yo no lo veo como una mascota, sino más bien como un compañero del caballero. Es un personaje más, veremos cómo evoluciona.

Con respecto a ver a Leo como un hippie, me causó gracia, fue una rara, pero interesante interpretación. Lo que sí pienso, es que si su discurso resultó aburrido, se debe a una falla del autor. Muchas ideas pueden estar bien en la cabeza, pero al bajarlas al papel no siempre se logra buen resultado, o que les guste a todos. Pero tiene razón Dragon_Girl, ese era el sentido que le quise dar a ese capítulo, lo de educar es un poco mi aporte a una causa en la que creo, y que nos involucra a todos más allá de cualquier ficción.

Aclaraciones de este capítulo: Aunque desde muy temprano tuve en claro el título y el tema general del capítulo, no sabía cómo encararlo. Pasó mucho tiempo hasta que decidí la creación de Atreyu, y mucho tiempo más hasta que quedó escrito y terminado (cerca de mediados de 2011, muy lejos del bloque de capítulos que escribí "rápido"). El nombre Hroðgar lo tomé de la leyenda de Beowulf, es juto, significa "lanza veloz", y se pronuncia algo así como Jrodgar. Atreyu es un piel verde del reino de Fantasia, uno de los protagonistas de La Historia Interminable de Michael Ende (uno de mis libros favoritos, al que también homenajeo de esta manera) y en el idioma inventado del libro, significa "hijo de todos".

Ojalá les guste y disfruten el capítulo.

 

Resumen: Siglo LI. Una raza invasora se dirige a la Tierra. Atenea ha vuelto y ha comenzado la reconstrucción de la Orden de Caballería. Comienzan a surgir los primeros caballeros de plata y bronce, luego los caballeros dorados.  Ryōga y el león Shêtân regresan de un viaje de aprendizaje, descubriendo el valor del mundo natural.

 

Capítulo XV - Solidez

 

La fuerza más fuerte de todas es un corazón inocente.

Victor-Marie Hugo

 

Ese día, durante uno de los descansos, en la arena de la Tribu del Toro Dorado, gran cantidad de personas observaban, maravilladas, el gran despliegue de habilidades que realizaba Hroðgar.

En medio de la arena, un gigante rubio cargaba sobre sus hombros una roca descomunal, y se divertía de esta manera: la lanzaba hacia la cabecera de la palestra, corría detrás de ella hasta adelantarla, esperaba que descendiera y con un gran golpe de sus palmas, la devolvía al punto de origen. Repitió esto hasta que la roca, a fuerza de golpes, se deshizo completamente.

Cuando ya no quedó más que un pedrusco, lo tomó y con una galante sonrisa, se lo regaló a una de las mujeres enmascaradas que habían seguido este extraño deporte. Se abrió paso entre la gente y se retiró hacia los baños, aunque no se veía ni una gota de sudor en su cuerpo musculoso. Un murmullo de admiración lo siguió, y él respondió con la más jovial de las carcajadas.

El caballero dorado de Tauro, Hroðgar, era el hombre más fuerte del mundo y era imposible rivalizar con él. Tenía sólo dieciocho años, y desde pequeño ya había demostrado su gran fortaleza. Había ganado su armadura domando un bravísimo toro blanco a los siete años, emulando a los míticos héroes Heracles y Teseo.

A la salida, en la puerta de los baños, lo esperaba el Senescal de la Tribu. Sentado en un banco, con el semblante risueño, pensaba en las baladronadas que había visto realizar a su discípulo esa tarde. Muy divertido, pero debía hablar con él sobre ello.

–¿Por qué lo hiciste? –abordó el Senescal al caballero, cuando éste salía hacia el comedor–. Sabes que podrían malinterpretarte –ya no sonreía.

–Lo siento, maestro –la voz del caballero parecía la de un cachorrito regañado.

–Tener fuerza no significa que debamos usarla todo el tiempo. Menos aún para esa clase de demostraciones.

–Me divertía, maestro. De paso, ellos se divertían conmigo.

–Te entiendo, es sólo que no quiero que la gente se confunda y piense que eres un fanfarrón, que usas tu fuerza ociosamente y sin sentido. La fortaleza de que estás dotado, tiene un objetivo mayor, debes ser responsable al usarla.

El gigantesco Hroðgar parecía haber empequeñecido ante las reconvenciones de su maestro. A fin de cuentas, aún con toda su fuerza, no dejaba de ser un muchacho.

–Maestro, sabes que vivo casi aislado. Soy tan grande que me siento incómodo en los espacios cerrados, tengo miedo de derribar las cosas –sonrió–, por eso no duermo en las habitaciones con el resto de los miembros de la Tribu. Los amontonamientos también me ponen incómodo, no quiero aplastar a los demás.

–Es difícil ser especial como tú eres, hay precios que pagar. Sacrificios que hacer.

–Maestro, pero es a causa de ello que necesito la compañía de la gente. Tengo la necesidad de estar con las personas, que me acepten. Por eso aproveché este descanso para rodearme de ellos.

–He notado que hasta ocultas tu cosmos, ¿a qué puedes temerle? Sé que eres mucho más poderoso de lo que muestras.

–A veces pienso que me tienen miedo por mi tamaño. Entonces temo no poder tener nunca amigos –seguía habiendo una sonrisa en su rostro, pero ahora era triste.

–Caballero –dijo el Senescal mirándolo a los ojos–, eres muy joven aún y ya cargas con una misión muy importante. Es un gran honor tener el puesto que tienes al servicio de la diosa. Pero también una gran responsabilidad. La amistad que buscas, es uno de los sentimientos que debemos defender, porque nos honran como especie, pero ten cuidado, nadie será tu amigo si creen que eres vano o fatuo. Tu convicción debe ser sólida, tú mismo debes volverte un muro impenetrable a los enemigos, abandonar egoísmos, sacrificarte por aquellos a quienes protejas. Eres veloz, eres fuerte, eres jovial y confías en ti mismo dentro del campo de lucha. Puedes seguir haciéndolo fuera de él.

–No parece una tarea difícil, maestro.

–No estés tan seguro. Antiguamente, los caballeros de Tauro, como señal de su compromiso y de la fortaleza interna que asumían con él, abandonaban hasta su nombre, tomando para sí el de la estrella más brillante de su constelación guardiana. ¿Estarías dispuesto a llegar a ese extremo? ¿Podrías encontrar una causa personal que valga ese sacrificio, y que haga que te conviertas en la sólida roca que la diosa necesita que seas?

El Senescal de la Tribu dejó estas preguntas en el aire y se marchó, quedando Hroðgar clavado en el lugar, como una estatua, reflexionando en todo lo que su maestro le había dicho.

 

***

 

Poco tiempo después, una noche, descansaba el gigante como siempre, apartado de los demás. El día había sido caluroso y aprovechaba para dormir al raso. Estaba acostado sobre una manta y sólo tenía consigo algunos efectos personales. Entre ellos, sobresalía una gran caja metálica, brillante a la luz de la luna llena.

De pronto, una sombra cortó la luz que iluminaba el rostro del caballero. Éste hizo una mueca, pero continuó dormido. La sombra, que se había paralizado con ese movimiento, se agazapó y deslizándose revisó las pertenencias de Hroðgar. Nada había que le interesara, hasta que llegó a la caja. Su brillo dorado era muy tentador, y unas manos sutiles intentaron abrirla.

–Yo no lo haría si fuera tú –se escuchó la voz de Hroðgar–, eso no te alimentará ni te dará abrigo.

Instantáneamente, la sombra se escabulló, pero no fue muy lejos. Una voz clara y desafiante respondió:

–Pero podría venderlo y obtener lo que busco.

Una sonora carcajada brotó en la noche. ¿Vender una armadura? La respuesta era ridícula, y al mismo tiempo atrevida, pocos se hubieran animado a darla a un hombre como él.

–Ven aquí, no te haré daño –dijo Hroðgar incorporándose.

La sombra vaciló un momento, y luego avanzó. Un niño de unos nueve años apareció a la luz de la luna llena. Estaba apenas vestido y parecía famélico. A pesar de eso, sus ojos emitían un brillo impetuoso y enérgico.

–Soy Hroðgar, caballero dorado de Tauro, del ejército de la diosa Atenea. Lo que intentabas robar, es mi armadura, niño.

–No conozco a ninguna diosa –ni el nombre, ni el título habían borrado el desafío de sus ojos.

–Me he presentado, es tu turno ahora. Es lo correcto de hacer cuando dos personas se conocen.

–Mi nombre es Atreyu –dijo el arisco niño, y agregó–: de Ninguna Parte.

El joven se dio cuenta de que el niño no le tenía miedo. Le sorprendió gratamente la sensación y volvió a reír.

El sonido de la risa incomodó vivamente a Atreyu, se sintió invadido por la mirada del gigante.

–No se puede ser de Ninguna Parte, Atreyu. Todos venimos de algún lado y vamos hacia otro. Puede parecer que estemos en tránsito, pero siempre tenemos un origen y un destino.

Escuchar su nombre en boca de otro ser humano, estremeció al pequeño. ¿Por qué era el hombre al que había intentado robar, amable con él? Esa duda era como la carcoma en su alma.

–Ya puedes entregarme a las autoridades –dijo provocadoramente cuando reaccionó.

–¿Entregarte? ¡Qué locura! ¿Por qué haría yo semejante cosa?

Y el caballero volvió a reír.

Otra vez esa risa incómoda, que socavaba el espíritu del niño, lo hacía tambalear, lo desarmaba. Toda su resolución lo abandonaba ante la simpleza con que lo trataba el caballero dorado.

–Pues, yo... pues... –las palabras se atoraban y vacilaban en su boca–. Intenté llevarme esa cosa –dijo finalmente, y cerró los ojos esperando el castigo merecido.

Nunca llegó.

Cuando volvió a abrirlos, era como si un muro se hubiera levantado frente a él: Hroðgar se había puesto de pie, y le ofrecía una ración de su propia comida.

–Esto sí se come. Aunque es muy poco. Ten.

Atreyu tomó lo que le ofrecían, aunque aún con algo de reticencia. Se sentó y comió apresurado, pero en un momento se detuvo con desconfianza:

–¿Por qué eres bueno conmigo?

–Soy el mismo con todos. Tal vez contigo, la diferencia sea que me intrigas. No estoy de acuerdo con que seas de Ninguna Parte y me parece triste que no conozcas a la diosa. Puedo leer en tu alma y veo que no me tienes miedo. También puedo ver tus necesidades. Siento que lo que quiero es enseñarte a encontrar el destino que seguro tienes asignado. Y sé que recorrer el camino de los caballeros de la diosa, puede ayudarte. Podrías aprender conmigo a usar tu cosmos y entonces conocerías a Atenea.

Después de esta respuesta, el niño finalmente aflojó su resistencia. Había decidido que ese joven hombre tan corpulento no era una amenaza para él. Sintió que debía confiar en su protección y en su bondad.

Estuvieron hablando, luego, por horas. Atreyu contó cómo había perdido a su familia hacía años, y había podido sobrevivir hasta ese momento, errando siempre. Vagabundo y sin destino fijo en el mundo.

Después fue el turno de Hroðgar de hablarle de la diosa, del ejército ateniense, del cosmos y de la misión que debía cumplir a favor de la humanidad y el planeta.

La mañana encontró a Hroðgar de guardia, junto al niño que dormía. Su cara normalmente alegre, estaba seria. Una idea crecía en su mente.

Se ocupó de que el niño quedara al cuidado de algunos miembros de la Tribu del Toro Dorado, y presuroso fue a buscar al Senescal.

–Tu cosmos está agitado por una emoción, Hroðgar –dijo éste cuando se encontraron–. Siento la presencia de alguien nuevo entre nosotros.

Hroðgar le contó la historia de la noche, y la responsabilidad que se había atribuido sobre el pequeño. Finalmente dijo:

–Sé que la lucha que viene no es por nosotros, es por nuestro futuro. Nuestro patrimonio como especie no está en los que somos hoy, sino en los que seremos mañana: los niños. Ellos son los más sensibles y los más indefensos contra lo que nos aguarda. Además, por primera vez he encontrado, en el ser menos pensado, algo que estaba buscando desde siempre: amistad –las palabras del gigante rubio y bonachón sonaban muy serias–. Es por algo que la diosa ha puesto a Atreyu en mi camino, y voy a aprovecharlo. Ya sé cual es la causa por la que debo sacrificarme, por la que debo ser más sólido que la roca más dura: la amistad que encontré. Seré apoyo y protección para él. Y al mismo tiempo, es mi deber preservar este sentimiento tan caro a la diosa, para todos los hombres de buena voluntad, que vienen tras nosotros.

–Has descubierto tu propósito, caballero dorado de Tauro, estás listo para sellar el compromiso con la causa que has elegido.

–Sí, maestro –dijo Hroðgar, arrodillándose.

–Levántate, Aldebarán, y brilla. Protege a las personas, especialmente a los niños. Venera la amistad. Y adquiere la solidez que necesitas para no ceder contra nuestro enemigo.

 

  :ss6:

[Rage Magnus]

Excelente capítulo !!!

 

De entrada Hroðgar me ha parecido un interesante personaje y parece ser que será un muy digno Santo de Oro

 

Por otro lado Atreyu también me ha gustado , espero también desempeñe un rol importante

 

En fin esta pareja pinta que puede ser importante y dar mucho si la sabes aprovechar y darle el seguimiento y crecimiento adecuados

 

El capítulo fue breve pero ha cumplido su objetivo y me ha dejado satisfecho , esta vez por mi parte no hay nada que críticar

 

Saludos

[Genbu de Libra]

me parece que quizas empieces a desarrollar un caballero de oro tan digno como lo han sido los que salen en el lc y manga original

solo si tienes que saberlo llevar por que a diferencia de los demas has llevado a este personaje con una historia mas desarrollada y sentimientos mas precisos

[Lunatic BoltSpectrum]

por fin paso a comentar y debo decir que uno de los mejores capitulos y siento que muestra de manera excelente la forma de ser de los caballeros de Tauro

 

saludos

 

:s50:

[milozagal]

POR QUE NO LLEGUE AL FORO ANTES ESTOY MUY ATRASADO PUES A LEER Y LUEGO A LEER MAS

[Efebo Abel]

Por fin he leido todos los capitulos,  la verdad que me parece muy interesante pero comnezare a hacer mis criticas detalladas a partir del siguiente capitulo,  va

 

me parece interesante que sea contra alienigenas la guerra, pero precisamente esto me genera una duda... esos dioses tambien fueron hijos de urano? de Caos? de Herebos? o de quien? tienen alguna relacion con los que conocemos, se supone que de acuerdo a la mitologia urano fue de los primeros dioses del universo, no solo de nuestro planeta...

 

seria interesante ver como adaptas esta raza de alienigenas al universo de saint seiya o a la mitologia...

 

De cualquier manera mi estimado Marcus, da gusto saber que te has animado a publicarr este excelente trabajo

[ƊƦąğoɳ_ǤįƦȴ]

Un capítulo corto pero lleno de contenido, me ha gustado mucho por todo lo que abordas de la amistad. También por la relación de estos dos personajes tan opuestos, el frágil con el fuerte.

Muy bien escogido el nombre de Atreyu, concuerda con el personaje a la perfección, además que es un buen homenaje para ese excelente libro.

[zaktiel]

me leí los primeros 3 capítulos es uno de los pocos fics que realmente me llaman la atención (soy un poco exigente a la hora de leer o dejar de leer un fic), no solo por escritura sino también como vas llevando la trama.
Los alien me recordaron a los villanos de Genesis Climber Mospeada, Los invid ya se que no son iguales pero como se mueven y el asunto de la colmena.

Felicitaciones por tu trabajo.

 

[Rexomega]

Saludos

 

Como no podía ser de otra forma, estoy aquí publicando un review para tus dos últimos capítulos el mismo día del mes en el que aproximadamente publicas (el 3); ¿conseguiré terminar el comentario antes de que publiques el siguiente capítulo? Lo veré cuando termine el post, supongo. 

 

Antes de empezar, quisiera comentar algo. No sé del todo si es offtopic o no, eso lo dejo a tu criterio, pero aquí lo dejo: 

 

Sobre Acuario, como dije antes, podría haber hecho un puente de hielo y todos felices, pero me quedo sin historia. Luego, hay que tener en cuenta que era una niña de 10 años, y un caballero no tiene fuerza sobrehumana (al menos en los papeles), los milagros sólo se logran explotando el cosmos.

 

Podría decir que es un problema de trasladar lo que era factible en el ámbito de la historieta, al ámbito literario, pero diría que más que de la historieta en general habría que hablar de Kurumada. Es él el que, en su historia, nos habla de niños de entre 6 y 8 años que van a pasar los más duros entrenamientos en los peores lugares del mundo, y es él el que llega a mostrar a un Ikki de 8 años golpear a Tatsumi de una forma que, no sé al resto, pero a mí me resulta inconcebible en la realidad o en una película, y ridículo si lo leo en una historia.

 

En cierta manera el lector puede estar predispuesto a que los caballeros, aun a la edad de 10 años, están preparados para realizar hazañas sobrehumanas si han completado su entrenamiento. Es natural que se piense así, y de hecho no creo que sea errado: el cosmos es una energía infinita que permite al caballero una fuerza, velocidad y reflejos sobrehumanos (de eso tenemos casi un ejemplo por cada uno de los caballeros de bronce protagonistas; incluso Cassios decapitaba a sus enemigos con las manos desnudas) más allá de las técnicas y habilidades que individualmente posee; si es esa energía la que le da fuerza, ¿hasta qué punto realmente hace la diferencia si tiene 10 ó 20 años? 

 

Ante eso, de mi parte tengo mi propia idea (no sé si llamarlo teoría), de que los caballeros hacen explotar su cosmos precisamente porque el tremendo entrenamiento que reciben los lleva más allá de los límites humanos, en un sentido tanto físico como espiritual y mental. Una vez conocido el cosmos, llegan otras pruebas, el aprendizaje de la/s técnica/s y, finalmente, la prueba final para obtener la armadura, sea romper los Hielos Eternos de Siberia, sea invertir el flujo de la cascada de Rozan, etc. Una vez hecho todo eso, el aspirante obtiene la armadura y se convierte en caballero. 

 

Odiosamente me estoy alargando de más, así que tratando de centrarme diré que el "problema" con la escena de Acuario son 3:

- Si me equivoco corrígeme sin falta, pero creo recordar que ya había sido elegida por la armadura de Acuario cuando ocurrió el accidente. Uno espera que el caballero, una vez ha sido elegido por la armadura, ya tiene un determinado nivel como para que el problema que tuvo no sea un problema. A mí me parece que tú no vas por ese lado, sino que la armadura escoge al caballero por otros motivos, y que ya luego el caballero irá terminando de desarrollar su fuerza.

- En realidad, a pesar de que se ningunee a los "caballeros de bronce secundarios" o a los caballeros de plata, varios de ellos hacen cosas que a las personas comunes quitarían el hipo. Si con ellos ya es difícil ponerles obstáculos, peor es con los caballeros dorados por dos motivos: son los más poderosos de la orden, y a su vez son los más queridos del fandom. Existe una tendencia generalizada no sólo a preferir a los caballeros dorados por sobre el resto de personajes de SS culpa de Kurumada por poner más empeño con ellos que con otras órdenes, sino a verlos como los más poderosos; así, se nota más cuando un caballero dorado no puede hacer algo que "debería poder hacer".

- Retomando lo primero que decía: una cosa es hacer algo en historieta (o cómic, o manga, como prefieran), y otra escribirlo. Si ya en el manga de Saint Seiya resulta difícil de creer que los personajes tengan la edad que se supone que tienen, ¿cómo resultará creíble leer que un crío (cría en este caso) puede cargar diez hombres con un brazo mientras con el otro se toma su tacita de café? En realidad puede defenderse que puede, pero a veces no sólo importa si puede o no, sino si resulta creíble y serio narrar que puede. 

 

¡No me malentienda nadie! Un cómic puede ser serio, un libro también; un cómic puede ser ridículo, un libro también. Dan Simmons en su versión Sci-Fi de la Ilíada maneja las cosas que de otra manera pueden parecer un enorme WTF y, si bien otros pueden decir que lo siguen pareciendo, yo creo que tal y como las lleva quedan bien como un libro. A lo que quiero llegar es que las cosas (a veces) requieren un tratamiento distinto según es dibujo, escrito, película, etc. Es algo obvio, pero cuando yo me digo (y creo que es posible que haya dicho en el review de ese capítulo): "con todo y 10 años, la chica debió poder salvarlo", pienso que no era algo tan obvio y me planteo cómo reaccionaría si leo que "un niño de 8 años tumbo a un adulto con fuertes puñetazos" en un libro. 

 

Quise resumir en estos tres puntos no en lo que estás mal tú, Marcus, sino más bien lo que puede hacer que la escena disguste: desde el punto de vista de alguien que sabe que lee un fanfic surgido de una serie (la fuerza de los caballeros, quienes deben poseerla si tienen armadura), desde el punto de vista de un fan (de los caballeros dorados en concretos) y desde el punto de vista del autor (la niña tiene 10 años). Puede haber personas que hayan visto otros problemas (tú mismo mencionas que debió ser así para que haya historia, cuestión difícil de evitar cuando se escribe), puede haber personas que crean que los "problemas" que resalto no son problemas; pero espero no haber ofendido a ninguno de ellos con mi opinión....

 

... Con lo largo seguro que sí. Como digo arriba, si ves que esto no queda mucho aquí, bórralo (?), no me molestaré. Y ahora sí, al review: 

 

Capítulo XIV: Rugidos

 

La enseñanza de este capítulo me gustó mucho, y no tanto por la enseñanza en sí (no es nueva, aunque tampoco creo que fuera la intención que lo sea), sino porque es un punto que necesitaba explorarse en la historia que estás llevando: la invasión marciana (sé que no son marcianos, pero no podré evitar decirles así, y lo lamento). El ciclo natural del que habla Ryoga con la Senescal, del que todos los seres vivos forman parte, va a ser interferido efectivamente por una fuerza externa que lo alterará. ¿Qué menos que uno de los caballeros dorados tenga en mente proteger ese ciclo? 

 

Por supuesto, me surgieron dudas al igual que con WikiVirgo: 

- ¿Tendrá en mente Ryoga que los alienígenas también son seres vivos?

- ¿Dónde queda el hombre en el ciclo natural del que habla Ryoga? Las historias que tratan este tema (del mismo modo que en la realidad, imagino) recaen muchas veces en el asunto de El Hombre como el mal, por modificar éste su entorno no para sobrevivir, sino por otros motivos. Sospecho que, teniendo en mente esta idea, muchos podrán considerar a Leo el hippie/verde del grupo, independientemente de que no toques el tema del futuro.

- Si hablamos de un ciclo vital para la Tierra, que pueden interrumpir los alienígenas y que Leo tratará de defender, ¿no podríamos hablar también de un ciclo vital universal, que incluya tanto a la criaturas terrestres como a estos alienígenas? Creo que es un punto de vista que puede ser interesante de tratar, aunque no sé si te sirva y/o ya lo hayas pensado.

 

Esto último no es una crítica, desde luego, sino más bien pensamientos que me surgieron al leer el capítulo. Por lo mismo, las preguntas no tienen que ser respondidas.

 

Fue agradable recordar la divertida serie Ranma 1/2. Por mi parte fui más fan de Ranma que de Ryoga, aunque no me extraña si me dices que a ti Ranma te caía como una patada en el bajo vientre, y que Ryoga era más tolerable, es lo que me suelen decir (?). Temí mucho que redujeras al personaje a ser una copia de su homónimo cuando mencionaste lo de su mala orientación (soy muy malpensado, lo sé), y fue bueno ver que no es así, sino que no que Leo tiene su propio modo de ver el mundo y sus propias razones por las que luchar. Creo, con toda honestidad, que es una forma más saludable de presentar a un personaje a hacerlo mediante un flashback de último minuto sobre cómo sufre; eso también lo pienso de WikiVirgo, pero aquí no se siente tanto el defecto que hubo con el budista.

 

Puedo entender el paso entre lo poco que se valora la vida por verla siempre a nuestro alrededor, a cómo la vida es un ciclo que debe preservarse, la relación es coherente y fue bueno que la enseñanza no viniera del todo del Senescal, sino en buena parte del propio caballero de Leo; no me quejo de lo de enseñar, pues así como dices que es tu propio aporte, no se siente de modo alguno forzado. Lo que sí, es que eso de que "... hasta una gota de agua es maravillosa" inevitablemente me pareció que sobraba, que era "poético de más". Quizá no sea el término correcto, pero es el más cercano: sonó como la frase pre-hecha que se pone para hacer bonito, y que sin embargo choca, te suena exagerado.

 

Para terminar, sobre el león. No te preocupes, yo sé mucho de lo que es tener una idea y, por no ejecutarla a tiempo, veas que otros la han usado. Lo que sí te digo es que a mí la idea de un animal apoyando en la lucha a un caballero (desde oro hasta a bronce) me resulta difícil de concebir. Por un lado, tengo presente a Geki, que mataba osos en su entrenamiento, por otro, me hago la pregunta de que si un humano alcanza un poder inimaginable por el cosmos... ¿por qué no podría un animal? Pero te digo que a priori no me sentí cómodo ni con el dios guerrero que tenía un lobo en Asgard. ¿Cambiarás mi modo de pensar en un futuro? Eso dependerá de tu habilidad, y de que no sea como el león del ND.

 

Capítulo XV: Solidez

 

Me niego a copiar y pegar el nombre (?), así que me referiré al "protagonista" como Tauro. 

 

Te lo he dicho varias veces, pero nunca está de más: es bueno que, aunque haya cierta linealidad por el hecho de que cada capítulo trate de un caballero dorado (echo en falta ver a los otros caballeros; la sensación de que en este fic los caballeros de bronce y de plata tendrán un papel, sin necesidad de ser protagonistas ni legendarios con el nivel de un caballero de oro), sabes que cada historia se trate de una forma distinta hasta cierto punto. También, aunque no puedo asegurar que esto sea así para todos los casos (desde luego  para Cáncer no XD), regularmente vemos en los caballeros dorados un punto de vista, una forma de ver el mundo de la que sacan una razón personal para pelear y que, inevitablemente, los hace personajes, no estereotipos con patas.

 

No quiero decir que Tauro sea un estereotipo con patas, porque efectivamente encuentra una razón, efectivamente tiene una forma de ver el mundo, efectivamente tiene una personalidad. Creo que no empaticé tanto con él porque es un caso que ya he visto, el de un caballero de Tauro con el complejo de ser alto de más, pero como las comparaciones son molestas... Quizá lo sentí muy: es Tauro. Cae bien, desde luego que sí, pero es casi como: me lo esperaba. Sería absurdo que te culpara por ello (no sé si pienses de Tauro lo mismo que dijiste que pensabas de Virgo, y así como Virgo debe ser budista, Tauro debe ser grande, fuerte, y sin embargo bonachón), porque yo ahora mismo estoy que no duermo -exagerando de más, claro- tratando de crear un Tauro que no sea como todos los Tauro pero que tampoco desentone.

 

Lo que quiero decir es que lo sigues consiguiendo, con todo y que no terminara de conectar con el personaje a mi pesar. También sigue la línea de SS aunque, eso sí, cuidado con Atreyu. No he leído los Gaiden de LC, pero una buena amiga siempre me dice, medio en broma, que en cada uno sale una niña o un niño importante. Mencionas que debiste crear a Atreyu para este capítulo, y sirvio e imagino que tienes planeas para esos dos, pero evita repetir recursos tanto como te sea posible, porque pierden fuerza. 

 

Pese a todo, un detalle que me gustó del personaje es ese aire levemente infantil que tiene. Pensé primero en el Hércules de Disney (extraño pensamiento, lo sé) y luego en Alcides -que es también Heracles- de la novela Señores del Olimpo. Un muchacho con una fuerza descomunal que le trae más de un dolor de cabeza en lo que a vida social refiere, mezclado con una personalidad que infantil/juvenil hasta cierto punto, y que termina por encontrar un propósito para esa fuerza. Creo que me agradó porque, aunque es cierto que no es algo nuevo (¡no hay nada nuevo bajo el sol!), creo que se aleja un poco de Aldebaran, Hasgard, Ox y Harbinger. Remarco el creo, porque no descarto que me esté olvidando de algo. 

 

Además, debo recordarme a mí mismo que la habilidad de un escritor (desde el aprendiz del aprendiz hasta el más experto) no se reduce a si tiene una idea puramente novedosa y/o impredecible, sino a cómo trata esa idea, cómo la desarrolla. En ese sentido, sí creo poder decir que, si fue intencional que Tauro fuera como un caballero dorado de Tauro debe ser, supiste traducir esa manera de ser de acertada manera, así como la virtud que lo sostiene. Los que escribimos (si es que molesta el término "escritor") hacemos muchas cosas, y a veces no está de más que se juzguen éstas por separado para que no todo se vea negro de más.

 

De Atreyu me temo que sé demasiado poco como para decir nada (aparte de que la Historia Interminable es una muy buena fuente, así sea sólo para sacar un nombre). De momento para mi mente amargada no pasa de ser una herramienta del guión y del personaje. ¿Se quedará en ese papel, así como Lithos para Aiora (horrible comparación, pero es la primera que se me ocurrió), o dará más de sí? Eso lo veremos más adelante, creo.

 

Me dejo cosas en el tintero, pero es que este comentario ya está quedando demasiado largo (se supone que debo escribir 1000 palabras de historia por semana como mínimo, y esto me da que lo duplica) y tampoco quiero aburrir. Como siempre espero haber sido de ayuda (un poco, aunque sea) y no haber ofendido a nadie. Me parece que para el próximo capítulo ya haré review por capítulo y no por dos; será más corto, pero podré extenderme más en los detalles... Sí, más... No me miren así... Er... *huye*

 

Adeus

Editado por Rexomega, 03 mayo 2013 - 17:45 .

[♋ Marcus ♋]

Intenté publicar el otro día, pero después de poner todas las respuestas, se me perdió el mensaje... en fin, segundo intento (aunque no hubieras llegado a tiempo con tu pergamino, Rexo). Hay gente nueva, bienvenidos los nuevos lectores. Como siempre, agradezco a todos los que leyeron y/o comentaron el capítulo anterior.

Efebo Abel, el universo de los caballeros comenzó con el Big Bang, y allí fue donde se originó el panteón griego. Como en realidad no conocemos qué tan grande sea el cosmos, me parece factible que así como la cosmogonía y cosmología griega se aplica a nuestro mundo, otros mundos (otras razas) puedan tener otros dioses (también nacidos con el Big Bang), sin que necesariamente tengan que ver con los nuestros. Y entonces, no tengo que crear historias puente, ni leyendas asociadas (cosa que escapa a los alcances de este fic) a estos nuevos dioses, porque no me hace falta que tengan relación con los griegos.

Y ya zaktiel descubrió el origen de la inspiración para los aliens: los Inbit o Invid (según sea Génesis Climber Mospeada o Robotech la serie de referencia). Les dije que podían verlo en mi perfil, jeje. Me parecieron muy interesantes a la hora de crear a los antagonistas de mi historia. Ya veremos cuánto puedo diferenciarlos con el correr de los capítulos.

Con respecto a Acuario... Rexo hace un excelente planteo. Más allá de los gustos personales y de las ideas que se puedan tener de cómo debe ser un personaje (y no olvidemos que esta historia está condicionada por lo que ya escribió Kurumada antes), hay cosas que quedan bien en ciertos formatos, y otras que no. Igualmente, un capítulo puede ser bueno o malo, pero la historia la debe decidir el autor. Por otro lado, ya dije que quiero caballeros que sean humanos, si bien el poder del cosmos es infinito, hay un precio que pagar por semejante poder. Si fueran siempre superpoderosos, si fueran siempre infalibles, no habría historia. Si Seiya no cayera una y otra vez, no podría levantarse; si Aldebarán no fuera vencido al principio de cada batalla, no tendríamos idea del gran poder y peligrosidad del nuevo enemigo.

Perdón por la cursilería de la gota de agua en el capítulo de Leo, pero fue casi una "deformación profesional", cuando lo escribí, estaba pensando en los rotíferos y los tardígrados. Los invito a que busquen información y videos y me digan si no son maravillosos. Igualmente, el sentido estuvo claro y eso me gusta (aunque a ustedes no les gustó el león, jeje). En cuanto al ciclo de la vida: debe ser visto como un equilibrio, obviamente una invasión "marciana" desbalancea ese equilibrio exageradamente, y eso es lo que deben evitar los caballeros. Responder a si los humanos también rompen el ciclo, es complicado, los puse en el futuro y viviendo una utopía social y ecológica a propósito. Cuando hace poco estudiaba algo de antropología, veía que la especie humana puede vivir en este planeta sin arruinarlo (incluso hoy que somos tantos), pero todo es cuestión de conciencia. Lamentablemente, las utopías no existen y los intereses y egoísmos pueden más.

Además, los aliens son seres vivos, son seres sensibles, pero no pertenecen a este balance, no vienen con buenas intenciones. Las maneras y costumbres de los aliens no cuidan en todo caso el "ciclo vital universal" (como nosotros hoy). La única solución es defenderse (y atacar si corresponde) con todas las herramientas de que se dispongan.

Por cierto que WikiVirgo es un gran apodo (ok, ese capítulo tiene destino de revisión!!)

Comentarios al capítulo XV: Una vez Flame me preguntó si mis caballeros eran los de Kurumada. Difícil cuestión, ya que trato de que sean nuevos, pero al mismo tiempo, como no soy escritor, sí debí basarme en ellos. La cosa es que no son, pero son. Ni siquiera son reencarnaciones, pero en la base de los personajes, necesariamente tenía que empezar desde algo conocido. Después de todo, como dije arriba, el fic es cautivo de la historia original, y siempre el que lee debe encontrar esos hitos familiares, o es lo mismo que leer cualquier otra historia. Tal vez vuelva predecible las cosas, pero es difícil no ver un Tauro gigante y bonachón. Para este Tauro, por ejemplo, me basé en el Aldebarán de LC. Fue un excelente ejemplo de taurino (es "muy" tauro, jeje), y quise que estuviera en mi relato; diferenciarlo luego, será la tarea complicada.

Tampoco he leído ningún Gaiden de LC (otra vez el tema de las novedades que no son novedosas), entonces no sabía lo de los "niños importantes", y a pesar que ahora me parece acertada (y de ninguna manera horrible) la comparación, tampoco se me cruzó Lithos por la cabeza.

Así como a Leo le dí un león, a Aldebarán le puse a Atreyu. Es una manera de corporizar cosas que de otro modo son abstractas. Qué es la amistad? difícil de responder. Pero, qué es un amigo? esa respuesta es concreta (con nombre y rostro concreto para cada uno de nosotros). Ojalá pueda aprovechar al máximo esta pareja y hacer interesante su participación.

Aclaraciones de este capítulo: Otro capítulo que estuvo en proceso muuuucho tiempo. Hasta que metí el relato del Senescal, ahí pude redondear la historia. Jvala-kṣudrá significa "pequeña antorcha" en sánscrito, se pronuncia algo así como Shuala-Sutra (no se vuelvan locos con los nombres, jaja).

Gracias a Alina, Leni y David, que leyeron el borrador del relato antes de que terminara el capítulo. Ojalá les guste y lo disfruten.

 

Resumen: Siglo LI. Una raza invasora se dirige a la Tierra. Atenea ha vuelto y ha comenzado la reconstrucción de la Orden de Caballería. Comienzan a surgir los primeros caballeros de plata y bronce, luego los caballeros dorados. Hroðgar de Tauro conoce a Atreyu y toma el nombre de Aldebarán como sello de su amistad y su compromiso con la causa de la diosa.

 

Capítulo XVI - Alquimistas

 

Por su obra se conoce al artesano.

Jean de La Fontaine

 

En la región del Tíbet, dentro de la cordillera del Himalaya, la más alta de la Tierra, se encuentra la pequeña meseta de Jamir.

En ella, apartados del resto de la humanidad, habitan los últimos descendientes de una raza de hombres, exiliados de allende los mares desde tiempos inmemoriales.

Un angosto desfiladero es la única entrada a la meseta. Continuamente envuelto en una niebla muy espesa, sirve a la vez, como acceso y defensa para sus pobladores.

En la entrada de este desfiladero, aquel día, estaba sucediendo un fenómeno extraordinario: Parecía que la niebla remolineaba y se aglutinaba tomando cuerpo; y poco a poco dejaba adivinar dos formas en su interior.

Estaba ocurriendo una teletransportación.

La habilidad del pueblo de Jamir siempre había sido sorprendente. Tenían muy desarrollado el sexto sentido y las destrezas psíquicas, y los muchos siglos de práctica los habían convertido en grandes maestros en telepatía, telekinesis y teletransportación. Destrezas que compartieron luego con la Orden Ateniense, aunque conservando los últimos secretos para su perfecto uso y dominio.

Eran, además, talentosos artesanos, herreros y alquimistas; y milenios atrás, antes de que tuvieran que abandonar su lugar de origen, la diosa les había encargado la construcción y reparación de las armaduras para sus caballeros. Era pues, mérito de ellos que los caballeros pudieran soportar grandes esfuerzos y lucharan siempre protegidos.

El suceso era entonces, una teletransportación de dos personas de este pueblo. Fácilmente identificables cuando tomaron forma, por los dos puntos de color magenta que tenían en la frente, en el lugar de las cejas.

–Maestro, ¿para qué me has traído a este lugar? –preguntó el más joven de los dos, de unos veinte años y que vestía una armadura dorada con grandes cuernos sobre los hombros.

–Jvala-kṣudrá, este desfiladero no sólo sirve para proteger la entrada a Jamir –respondió el Senescal del Concilio de la Revolución Muviana–, también tiene un significado remoto que debes conocer, ¿sabes cómo se llama este sitio?

–Es el Cementerio de la Armadura. Aquí vengo a practicar ataques y defensa en línea recta. No hay lugar mejor para ello.

–¿Qué pasa si das un paso en falso?

–No hay posibilidad de dar un paso en falso. Se dice que el desfiladero no permite ir al costado ni retroceder, o te espera una caída mortal, y grandes y afiladas agujas de roca en el fondo.

–¿Y el por qué del nombre?

–Cuentan que allí abajo se hallan los cadáveres de antiguos caballeros, pero nunca lo he visto, la niebla que cubre el desfiladero nunca se desvanece.

–Ya no más. El tiempo se ha encargado de ellos. Pero sí, es cierto, allí estuvieron –dijo el Senescal y evocó–: Después de la primera Guerra Santa, Poseidón, dios de todos los mares y amo de los terremotos, fue sellado. Pero, en castigo por haber fabricado las primeras armaduras para los caballeros de Atenea, sus seguidores del mundo marino, invadieron nuestro continente. La diosa ya no estaba en la Tierra y la cólera del pueblo del dios contra nuestra gente, triunfó. Las personas perdieron su libertad, y un tirano se alzó en nuestro territorio para sojuzgarlo. Fuimos perseguidos, esclavizados y exterminados. Nos marcaron, afeitándonos las cejas en señal de burla y deshonra. Fueron años muy duros –la voz del Senescal sonaba quebrada por la emoción que le producía el relato–. Pasó el tiempo, y los poderes del sello sobre Poseidón fueron perdiendo su efecto. Los tiranos estaban a la espera del regreso de su dios. Pero el pueblo sabía que si Poseidón volvía, Atenea también resurgiría. Fue así como un pequeño grupo de insurgentes apareció. Rebeldes, se identificaron a sí mismos tatuándose sobre las cejas afeitadas un par de puntos color magenta, en señal de luto por el pasado, pero también de esperanza por el futuro. Como las armaduras habían sido decisivas para inclinar la victoria de Atenea sobre Poseidón en la Guerra, el enemigo entendió que la ventaja estratégica del ejército ateniense era absoluta si conservaba a los alquimistas de nuestro pueblo; y aunque contaban con las suyas propias tan parecidas, quisieron copiarlas e intimaron a los alquimistas y artesanos a que las reprodujeran. Entre éstos ya había varios hombres tatuados y, a pesar de la presión y los castigos que ejercían sobre ellos, se negaron y pudieron mantenerse firmes. Lo único que el enemigo pudo obtener fueron burdas copias negras, sombras de las verdaderas armaduras. La aleación que lograban era resistente, pero a las armaduras les faltaba la verdadera unión con el cosmos del caballero: polvo de estrellas. La rebelión se transformó con el tiempo en una verdadera revolución y cuando hubo indicios de que la diosa había vuelto a la Tierra, la lucha abierta comenzó. El pueblo logró derrocar a los tiranos y volvió a ganar su independencia. Pero Poseidón, que a esa altura ya había despertado, en represalia, desencadenó un cataclismo sobre nuestro continente y nuestro hogar fue hundido en los abismos marinos. Pocos logramos sobrevivir. En algunos barcos alcanzamos las costas de otras tierras y nos volvimos refugiados y errantes en países extraños. Fue entonces cuando la diosa, acordándose de nuestro pueblo, nos concedió refugio en Jamir, en esta meseta protegida. Pero el odio de Poseidón no había cesado y durante la migración, justo cuando llegamos aquí, a este desfiladero, atacó. Se produjo una gran batalla. Tal vez la batalla más sangrienta de todas las edades. Se combatía paso a paso. Mientras los civiles se retiraban por el desfiladero hacia la entrada a Jamir, los guerreros del pueblo, apoyados por varios caballeros de la Orden Ateniense, cuidaban esa retirada y cortaban el paso al enemigo.

–¿Pero por qué no simplemente se teletransportaron a su destino? –preguntó el joven.

–La diosa había sellado el desfiladero para que nadie pudiera teletransportarse por él, y que de esta forma, el enemigo no entrara por sorpresa y nos dejara atrapados entre dos frentes. No se podía retroceder o se aplastaría a los civiles. Ni hablar de ir a los costados: se podían escuchar los gritos de los infelices que se perdían en la niebla y desaparecían. La única opción era avanzar. Tan dura fue la lucha, que los caballeros sangraban copiosamente y muchas armaduras se destrozaban sobre sus cuerpos. Lo que no impedía que su cosmos siempre estuviera elevado hasta el paroxismo. Y fue allí, donde se descubrió que la sangre de las personas capaces de usar su cosmos, tenía poder sobre las armaduras con aleación de polvo de estrellas. La propia sangre de los heridos y los muertos revivía las armaduras, y éstas se equipaban sobre nuevos portadores que continuaban luchando. Finalmente, muchos perdieron la vida allí, pero el pueblo logró ponerse a salvo, y el enemigo fue vencido. El Cementerio de la Armadura tomó su nombre de los que cayeron en batalla. Sus cuerpos quedaron allí para siempre, y sus fantasmas nos recuerdan cómo llegamos aquí. Y en agradecimiento, nuestro pueblo artesano y alquimista, siguió construyendo y reparando las armaduras de Atenea. La revolución triunfó, y en memoria de aquéllos que se animaron a enfrentarse a Poseidón, todavía llevamos los puntos magenta sobre la frente.

–La historia de la batalla es conocida, y también sé lo de la sangre. Aunque es la primera vez que escucho una versión tan completa. Hasta ahora, sólo me parecía algo de la tradición –dijo el caballero dorado–. Pero sé que no sólo por esto me trajiste aquí. ¿Qué tratas de enseñarme?

–Hasta que no veas cómo actúa y no lo sientas en carne propia, nunca sabrás realmente cómo funciona. Enciende tu cosmos, caballero, y dime: ¿Sientes tu armadura? ¿Cómo es?

Jvala-kṣudrá elevó su cosmos y se concentró en su armadura. Su peso, su forma, su textura. No sólo sentía el material. También le parecía que la armadura le hablaba. Las palabras eran desconocidas, pero las entendía bien. Contaba de luchas antiguas y poderes secretos.

–Está viva, maestro. Me habla de cosas de un pasado remoto. Me cuenta su historia a través de los milenios. Mi cosmos se comunica con ella y nos complementamos. Es como una simbiosis.

–Ahora observa estas dos que tengo aquí.

El Senescal hizo aparecer sobre unas rocas dos Cajas de Pandora, y al tirar de las cadenas para abrirlas, descubrieron dos armaduras: una con la forma de una cruz, la otra, una mesa sacrificial. Se podía adivinar que habían sido armaduras plateadas, pero no tenían brillo, estaban opacas y deslucidas.

–Hace unos días, me enviaron desde el Santuario estas armaduras. Vuelve a elevar tu cosmos y dime qué les ves, ¿cómo las sientes?

Por segunda vez Jvala-kṣudrá hizo arder su cosmos y se concentró sobre las armaduras. Ambas estaban en su forma original. Pero ambas estaban quebradas y desgajadas en innumerables sitios. Inertes, parecían simples pedazos de cualquier metal. Cáscaras vacías.

–Les falta vida. Han sido forzadas al máximo de su poder y han muerto –concluyó el joven.

–Las armaduras son realmente seres vivos y, cuando son dañadas, pueden repararse a sí mismas, como si curaran sus heridas. Pero si los daños son tan grandes que agotan esa capacidad, un maestro armero tiene que intervenir. Y si aún el daño es mayor, la armadura muere, como ésas que ves ahí. Y el maestro armero únicamente podrá hacer su labor si la armadura es bañada con la sangre de un hombre de cosmos ardiente. –El Senescal sacó de su cinturón una serie de utensilios extraños y preguntó–: Los maestros del Concilio te han entrenado en las artes de la alquimia y en los secretos de la reparación de las armaduras, ¿no es así? ¿Conoces esto?

–¡Las herramientas de Buril! Se guardan muy celosamente por su importancia estratégica. Pocas veces las he tenido en mis manos.

–Descubre tu brazo y enciende tu cosmos –dijo el Senescal, haciendo él también lo que pedía.

El caballero de Aries, desprendió el antebrazo y el guantelete izquierdo de la armadura. De repente, como un rayo, el Senescal del Concilio abrió sendas heridas en las muñecas de ambos, de las cuales comenzó a manar abundante sangre.

Jvala-kṣudrá sentía el líquido caliente que dejaba su cuerpo. Veía cómo, gota a gota, bañaba la armadura de plata que tenía ante él, y le parecía que poco a poco recobraba su brillo. No podía estar seguro, la pérdida de sangre le estaba quitando sus sentidos gradualmente.

Todavía pudo ver a su maestro tomar de alguna parte, un relicario ricamente adornado y con extraños símbolos en su tapa. En él había un polvo volátil, brillante y etéreo, del que esparció una pizca sobre las armaduras. ¡El polvo de estrellas!

En el final, antes de desmayarse vencido por el mareo y la pérdida de sangre, vio al Senescal tomar las herramientas de Buril y comenzar su trabajo sobre las armaduras.

Despertó al sentir el agua que chorreaba por sus labios. Su muñeca estaba vendada y el Senescal le sostenía la cabeza dándole de beber.

–Era algo que tenía que suceder –afirmó el Senescal–. La mitad de la sangre de un caballero es el sacrificio para revivir una armadura. Y tú debías sentirlo, para comprender cuán grande e importante es este sacrificio. Todas las armaduras han sido bañadas con sangre alguna vez, y todos los caballeros han dado su sangre para sus armaduras también. El alma de los antiguos portadores vive para siempre en ellas.

–Pero... los maestros me enseñaron que estas armaduras son nuevas, que las viejas fueron reducidas a polvo –dijo con dificultad Jvala-kṣudrá.

–Ese polvo cerró su ciclo y volvió a su lugar de origen. A pesar de ser nuevas armaduras, las constelaciones guardianas conservaron la vieja unión. El nexo entre estas armaduras y las antiguas es el polvo de estrellas. Por eso la diosa las trajo a la Tierra en forma de lluvia estelar. Los cosmos de todos los antiguos portadores volvieron también con esa lluvia.

–Gracias por mostrarme estas cosas, maestro. ¿Cómo me haré digno de continuar semejante legado? –preguntó finalmente el muchacho vestido de dorado.

–Como una forma de honrar una alianza no escrita con Atenea, dentro de la Orden de Caballería Ateniense siempre ha habido al menos un muviano activo. Cumple la misión para la que fuiste entrenado. Ya nos sacaron hace milenios de un hogar, no podemos perder otro. Eres caballero de la diosa. Y también el representante del pueblo de alquimistas, haznos sentir orgullosos.

 

  :ss6:

[Efebo Abel]

Exelente capitulo Marcus... buena historia sobre los alquimistas...

[Lunatic BoltSpectrum]

EXCELENTE CAPITULO!!!!!!!!!!!!

 

:sonaro:

 

estuvo genial el relato, esa historia sobre este pueblo y los origenes de las armaduras fue estupendo

 

saludos

 

:s50:

[Rage Magnus]

Muy buen capítulo  !

 

Interesante la historía sobre los Muvianos y demas

 

El nombre del Dorado como que es algo extraño y se me dificulta recordar como se pronuncia :lol:

 

Saludos :unsure:

[ƊƦąğoɳ_ǤįƦȴ]

En particular me gustó mucho este capítulo, por la historia de las armaduras, el origen de los reparadores, en fin de alguna forma respondiste a muchas interrogantes que siempre me he planteado sobre los muvianos. Muy creíbles tus explicaciones sobre los puntos en la frente y todo lo demás que narras.

Sin duda un capítulo muy bueno, aunque puede parecer pesado por la larga intervención del senescal.

[♋ Marcus ♋]

Bueno, una vez más, vuelvo con el capítulo que toca a este mes. Pero antes, agradezco a los que leyeron y/o comentaron el capítulo que pasó.

Comentarios al capítulo XVI: Cuando se lo dí a leer a Leni, ella me preguntó si el Senescal había participado de los hechos del relato, por el uso que hacía de la primera persona al hablar. Tal vez sea medio confuso (según las partes donde fue aplicada la 1ra persona, eso es por falta de entrenamiento literario), pero David y Alina, que son historiadores, entendieron que era más bien una identificación con el pueblo (como cuando uno dice "luchamos y ganamos nuestra independencia en 1816", en realidad, los que pelearon fueron otros, pero el triunfo pasa a ser de todos, incluso lejos en el tiempo), el Senescal muviano no es tan viejo. Espero que se haya entendido así.

La idea de esta batalla apareció al pensar: si son descendientes de Mu, qué hacen en el Tíbet? de alguna forma tuvieron que llegar, entonces, hay que contarla.

Además, si son los artesanos armeros, es al menos interesante conocer su historia. Saint Seiya no sería gran cosa sin las armaduras, entonces traté de que el realto fuera de alguna manera integrador entre varias cosas que se saben, otras que se sospechan y otras que me inventé, jeje.

Y luego, era inevitable que el caballero tuviera que sufrir en carne propia la donación de sangre. Algunas cosas sólo se entienden haciéndolas.

Aclaraciones de este capítulo: Este capítulo iba a ser el de Leo. Después me di cuenta que para decir lo que tenía que decir en Leo, necesitaba un personaje más joven y que para este capítulo, un personaje más maduro quedaba mejor, así que hice un enroque. Dentro de la segunda etapa, en que escribía varios capítulos al mismo tiempo y los tenía a todos sin terminar (hasta por casi un año), este capítulo fue escrito de una sola vez (aunque con demoras) y fue el primero en ser terminado. También, aquí me permití ser un poco más cursi, debido al tema que toco, pero fue una manera de seguir humanizando a los caballeros, así que no se asusten. Maȟpíya-lúta es lakota, significa "nube roja" (pronuncien Macpía-luta). Nadyezhda es eslavo para "esperanza" (Nadiezda).

Gracias a Leni, que le hizo una primera corrección, me dio unas ideas cuando me trabé, y lo leyó ya terminado. Ojalá les guste y lo disfruten.

 

Resumen: Siglo LI. Una raza invasora se dirige a la Tierra. Atenea ha vuelto y ha comenzado la reconstrucción de la Orden de Caballería. Comienzan a surgir los primeros caballeros de plata y bronce, luego los caballeros dorados. Jvala-kṣudrá aprende el valor de la sangre, histórico y actual, para darle vida a las armaduras.

 

Capítulo XVII - Romance

 

Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo.

Charles Pierre Baudelaire

 

Los miembros de la Hermandad de la Rosa Sangrienta sabían que no debían entrar en el bosquecillo de rosales a menos que tuvieran la armadura puesta. Cualquier pequeño roce con una espina podía traer severas complicaciones. Pero también sabían que entre medio de las rosas, corría un arroyuelo de aguas frescas, con propiedades curativas y reparadoras. Así que, muchas veces, luego de los entrenamientos, solían escaparse para bañarse o simplemente beber de él.

Nadyezhda estaba particularmente cansada esa tarde, por eso se encontraba allí. Se había asegurado de que no la siguieran, quería disfrutar aunque más no fuera, un breve momento de soledad. Era la única manera de poder quitarse la máscara que llevaba desde pequeña.

Se despojó de la armadura y de sus ropas y las acomodó sobre unas piedras. Por último, se quitó la máscara y se sumergió en el arroyo. Podía sentir cómo el contacto con las aguas la cargaba de energía, era una sensación vivificante.

Estaba relajada y distraída con el baño, cuando sintió un rumor entre los arbustos de rosas. Rápidamente se irguió, tratando de ubicar la fuente. ¿La habrían visto? Estaba desnuda y sin su máscara, no podía permitirlo. Pero no logró descubrir nada. Volvió a ocuparse entonces, de su baño.

–Eres hermosa.

Ella no vio quien pronunció las palabras, sólo se volvió enfurecida por la intromisión y atacó:

–¡Volans Razor Blade!

Haces de energía con forma de medialunas afiladas volaron en todas las direcciones, pero sólo hicieron blanco en las rosas. Una nube de pétalos se levantó en los lugares donde habían impactado.

Se vistió a gran velocidad, estaba enojada por su descuido. Se sentía ultrajada. Pétalos de rosa seguían cayendo a su alrededor. Nadyezhda no se había percatado, pero eran muchos más que los que había levantado su ataque.

Todavía furiosa, salió del bosquecillo y se dirigió a su habitación sin hablar con nadie. ¿Quién se había atrevido a espiarla? Conocía su obligación como mujer guerrera y este ultraje no quedaría impune. Si sólo supiera quién...

No podía dormir. Su mente todavía le daba vueltas al asunto cuando se dio cuenta: en el apuro, ¡había dejado olvidado un brazalete de la armadura!

Saltó de la cama y abrió la puerta de la habitación en un solo impulso. Pero se detuvo atónita. Allí, frente a su puerta y a la luz de la luna, estaba el brazalete. Y algo más. Un camino de pétalos de rosa que invitaba a ser recorrido.

–Más pétalos –se dijo. Y de pronto, recordó lo sucedido a la tarde–: Igual que en el arroyo.

Avanzó por el sendero de pétalos. Estaba segura que al final estaría la respuesta a su pregunta: ¿quién? Le parecía demasiado atrevimiento para un miembro de la Hermandad, todos conocían el castigo por ver el rostro de un caballero femenino.

Vio un destello de oro, era el final del camino.

–Tú –dijo, y preparó el puño para atacar.

Pero el caballero de oro fue más rápido y lo interceptó. Maȟpíya-lúta, caballero dorado de Piscis, el más apuesto y poderoso de todos a quienes ella conocía, el hombre más importante dentro de la Hermandad de la Rosa Sangrienta, respetuoso de todo lo bello y amo de las rosas. Él era quien la había visto.

Y él, la consideraba hermosa.

Volvió a intentar otro ataque, casi como para no darse por vencida. Pero ya no había furia en su impulso. El joven la sujetó entre sus brazos para evitarlo. Su contacto la hizo estremecer.

–Eres hermosa.

Las palabras llegaron a sus oídos como un eco de las de esa tarde. Esta vez no pudo enojarse. Levantó la vista y vio su reflejo en los ojos color oro de Maȟpíya-lúta, entonces, aflojó la última resistencia que le oponía. Bajó la cabeza y la hizo reposar en el pecho del joven.

Ninguno de los dos volvió a hablar. Sólo se quedaron abrazados, bajo la luna, sabiendo que se habían encontrado y disfrutando esa sensación.

Cuando comenzó a amanecer todavía no se habían movido. Los dos sabían que había llegado la hora de separarse, pero les costaba. Finalmente, pensando en cómo despedirse, Nadyezhda alzó su mirada, volvió a verse en los ojos de su compañero y vio su máscara en ellos.

Era extraño, a pesar de todas las emociones, de lo que sentía, el rostro artificial de la máscara no mostraba nada. Deseó quitársela, poder ver sus propios ojos en los de Maȟpíya-lúta, pero éste la retuvo con suavidad.

–No ahora –dijo él, y bajando la cabeza, le besó los labios de frío metal.

 

***

 

Siguieron encontrándose cada vez que podían, por las noches y durante los pocos descansos que tenían de sus importantes obligaciones. Habían encontrado un lugar para ellos a la sombra de un árbol enorme, retirado del lugar donde habitualmente pasaba sus descansos el resto de la gente, y les gustaba escaparse allí.

Maȟpíya-lúta y Nadyezhda se amaban. Un amor joven y puro, nadie podría estar en contra de ese sentimiento. Dentro de la Hermandad todos lo sabían y estaban felices por ello, sólo el Senescal se preocupó al enterarse. Era responsable por sus caballeros y no quería que sufrieran. Conocía los secretos de todos y sabía los límites de cada uno.

Maȟpíya-lúta también conocía sus límites, límites que le impedían entregarse por completo a su amada. A pesar de la insistencia de ella, y a pesar del propio amor que sentía, no le había vuelto a dejar que se sacara la máscara. Contestaba con alguna evasiva si ella le preguntaba por qué, y trataba de cambiar de tema.

Nadyezhda lo notaba, se daba cuenta de que a pesar de su unión, nunca se tocaban a menos que ambos tuvieran sus armaduras. Era como si él quisiera protegerla de algo y no sabía de qué. Eso la preocupaba, pero mientras Maȟpíya-lúta no dijera nada, no podía hacer más.

–¿Cómo haremos cuando empiece la guerra? –dijo un día la chica, su voz estaba velada por la máscara que traía.

Maȟpíya-lúta la miró. No quería hablar de ello ahora, era un tema que había estado tratando de evitar esa tarde. Eran jóvenes los dos, ¿por qué debían tener ese tipo de preocupaciones justo ahora que habían cruzado sus caminos?

–Cuando empiece la guerra, te seguiré amando, Nadyezhda –le sonrió.

–Es que será muy difícil... Esto ya es muy difícil. No puedo siquiera tocarte.

–Yo no puedo ver tu rostro tampoco.

–Pero ya lo viste, una vez.

–Fue sólo un instante, por accidente –sonrió–. Tengo suerte de que no me hayas matado.

–¿Cómo podría? Eres un ser divino. Te amé en el instante en que te vi.

–Yo te amaba ya en ese momento.

A los veintidós años, Maȟpíya-lúta podría haber sido sin dudas, el hombre más hermoso sobre la Tierra. Eso a él no le importaba, buscaba la belleza en las personas y las cosas que lo rodeaban más que en sí mismo. Era una forma de compensación, ya que conocía el horror del flagelo que podía desatar. Él mismo lo había sufrido, entrenando para adquirir ese poder. Si por fuera era hermoso, por dentro era peligroso. Ese era su secreto y su estigma.

 

***

 

–Maestro –finalmente el joven, se acercó un día a pedir consejo al Senescal de la Hermandad–, mi ánimo se encuentra perturbado. Siento que estoy en una encrucijada; amo a Nadyezhda y ella me corresponde con su amor...

–¿Pero...?

–Sé que soy peligroso para ella. No resisto pensar tan siquiera en dañarla, la misión que nos encomendó la diosa hace que nuestro amor no tenga futuro.

–El amor es una de las virtudes humanas que Atenea alienta –dijo el Senescal con dulzura.

–Maestro, no puedo tocarla, ni ella a mí.

–Sé por lo que estás pasando. Ella ya vino a buscar mi ayuda. Simplemente le dije que eras tú quien tenía las respuestas. No dejes que un secreto, que sólo es una ventaja táctica frente al enemigo, se interponga entre los dos. Háblale. Después de todo, si el amor es fuerte, siempre prevalece.

Maȟpíya-lúta pensó un instante en estas palabras. El Senescal podía tener razón; si ella de verdad lo amaba, lo aceptaría tal cual era. A pesar de esto, no era un secreto que pudiera tomarse a la ligera. Cerró los ojos y respiró profundo. Al abrirlos, el Senescal pudo apreciar en ellos la inquietud del joven en toda su magnitud.

–Siento que mi secreto puede alejarla de mi lado, no lo resistiría –la voz del caballero se quebraba por momentos.

–Se enamoraron al verse por primera vez, disfrutan escuchándose uno al otro, sufren por no poderse tocar... parece que sólo estuvieran pendientes de los sentidos –lo amonestó el Senescal–. El amor no es una sensación, es un sentimiento. No dejen que se interpongan los sentidos cuando hay muchísimo más por descubrir si se ama.

–Pero, saber que por mi sangre corre un veneno tan peligroso me hace temer. Me impide entregarme a pleno a este sentimiento, y eso la daña.

–También el amor puede causar dolor, es como los venenos, rápidamente invade todos los sistemas. Sin embargo, sabes que hay algunos venenos que tienen virtudes ocultas y en ciertas dosis son remedios milagrosos, ¿no? El amor pertenece a este tipo de substancias. Debes aprender cual es la dosis justa. Para ello debes apartar el temor y confiar en ella. Este aprendizaje únicamente puede ser realizado de a dos.

El joven caballero se retiró, era una misión difícil la que debía encarar, pero ahora sabía que podía sacar fuerzas del propio amor que sentía.

–Pronto descubrirás que posees la cura al mal que tanto temes –dijo el Senescal cuando Maȟpíya-lúta salió de su vista.

–¡Caballero dorado! ¡Caballero Maȟpíya-lúta! –uno de los guardias llegaba a toda prisa, sofocado por la carrera–. Será mejor que vengas –jadeó intentando recuperar el aliento–. Nadyezhda se ha internado en el rosedal sin la armadura y tiene varios arañazos hechos por las espinas. El veneno de las rosas corre ya por su sangre.

El miedo y la congoja pintaron por un momento el hermoso rostro del joven, que corrió inmediatamente hacia donde le señalaban.

Al llegar, frenó bruscamente ante la visión que se le presentaba: rodeada por un grupo de mujeres enmascaradas, recostada sobre la gramilla, yacía Nadyezhda. Varias heridas sangrantes cruzaban sus brazos y piernas. Impactaba ver el contraste entre la roja sangre que manaba de su cuerpo y el verde brillante del prado en que se encontraba.

Cuando finalmente pudo reaccionar, se acercó, y arrodillándose a su lado, la tomó entre sus brazos.

–¿Por qué? ¿Por qué cometiste esta locura? –la voz de Maȟpíya-lúta reflejaba su angustia.

Con voz entrecortada, la muchacha balbució a través de la máscara:

–Los escuché... hablando. A ti y al Senescal... Un secreto... Estaba desesperada... Perdón amor mío... creí que era mejor morir antes que no poder estar juntos... Perdí la cabeza y de pronto estaba entre las espinas... Estaba equivocada... ahora sé que traías la luz a mi vida... no importaba la manera de amarnos, sólo nuestro amor... Permíteme verte... con mis propios ojos antes de dejarte...

Él se dio cuenta de que en ese momento toda su peligrosidad no significaba nada. Por querer protegerla de sí mismo, la estaba perdiendo. Le quitó la máscara suavemente y se vio reflejado en los claros ojos de Nadyezhda. Había belleza en esos ojos, una belleza tranquila que contrastaba con su propia agitación. Él había buscado esa belleza toda su vida y ahora se le escurría entre los dedos.

No pudo resistir más y abrazó fuertemente a la chica, mientras que por sus mejillas rodaban gruesas lágrimas. La luz de su cosmos rodeaba los dos cuerpos entrelazados, las lágrimas de ambos se mezclaban sobre el rostro de ella.

Al principio no se dio cuenta, pero con cada nueva lágrima que tocaba la piel de su amada, la sangre empezaba a restañar en su cuerpo y las heridas a cerrarse. Su cosmos estaba cada vez más brillante y esto aceleraba el proceso de curación.

Entonces lo notó; el cuerpo que tenía en brazos recobraba su calor, su piel volvía a ser sonrosada y ya no vio la sangre fluir. No creyó lo que veía, pero la prueba final se lo dieron los ojos de Nadyezhda que volvieron poco a poco a su habitual brillo y animación.

Ninguno de los dos se explicaba cómo había sucedido, pero eran conscientes de que habían superado el trance. El cálido cosmos de ambos los envolvía y los confortaba. Se miraban, perdido uno en los ojos del otro, invadidos por la felicidad de saber que había sido el propio amor que se tenían el que los había mantenido juntos.

Entonces, con ternura infinita, se besaron por vez primera.

Desde lejos, el Senescal observaba la escena. Sonrió para sus adentros y dijo:

–Finalmente lo descubriste. El amor es como esas flores que conviven contigo; las más hermosas y al mismo tiempo las más peligrosas. Pero como en ellas, también en él encontramos el remedio a los males que causa.

 

  :ss6:

[Efebo Abel]

Interesante el capitulo... aunque me qeda una duda...

Fue el amor o las lagrimas del caballero dorado lo que sano a la muchacha?

[Rage Magnus]

Por un momento me senti que estaba viendo una película cursi al estilo crepúsculo  :unsure: 

 

Definitivamente no me gusta que metan romance en algo relacionado con SS :wacko:

 

Saludos