30 respuestas a este tema

[cthulhu]

El de la mascara del Diablo
PROLOGO
El origen de la careta se remonta en el tiempo y se pierde en la más remota antigüedad. Se supone que su invención se debió a fines religiosos.

Desde el paleolítico el ser humano ha utilizado máscaras cuyos materiales han sido diversos y han variado a través del tiempo, pues se han ido confeccionando con madera, paja, corteza, hojas de maíz, tela, piel, cráneos, cartón piedra, papel maché, látex, plásticos y otros materiales.

Se utilizan dos términos similares: careta y máscara. La careta es exclusivamente para cubrir el rostro, para disimular rasgos de la cara; mientras que la máscara puede cubrir todo el cuerpo, y fueron usadas y aún, en algunas culturas, se siguen utilizando con fines religiosos.

Pero eso es lo que algunos dice.....


En el medio de los santos atenienses, hubo alguna ocasion que los mas valientes y arrojados eran los elejidos para vestirse con estas mascaras, no era un castigo si debo de decirlo asi, si no mas bien eran dadas para llevar acabo una mision, una mision tan dificil que pone en peligro  sus vidas. Pero todo era aceptado para cumplir la orden del Patriarca. Evitar a toda costa que los nigromantes salgan del la isla de la reina muerte y lleven su mensaje de caos al todo el mundo.
Ahora poco a poco les relatare la historia de estos enigmaticos santos y sus mascaras, pero en especial la historia de uno de ellos, al que le fue otorgada la temida mascara del diablo.

[Thong_Hu]

Muy buena introducción!!!!

Espero que sea tan buena como "Saint Seiya: Tartaro "!!!

Pd: Espero que pronto postees un nuevo capítulo de "Saint Seiya: Tartaro "!!

Ezo

[cthulhu]

Disculpen la tardanza ya para mañana en la tarde publicare el primer capitulo
saludos

[cthulhu]

EL DE LA MASCARA DEL DIABLO
La saga de los Utukki

-Por que me veo ante este espejo-pensó-¡que veo?, solamente mi músculos cuerpo lleno de cicatrices, mis ojos, ya no tienen ese brillo que ella tanto quiso. Ahora, solo odio hay en mi corazón. Pero aun no entiendo por que veo mi imagen en este espejo. Ya se que soy un demonio hecho carne, cubro mi rostro no por vergüenza, de eso estoy seguro, sino por que esa es mi misión.
Hizo una pausa y prosiguió-Uso esta mascara para no ver el rostro del asesino, el rostro de la venganza, del odio, ¡de este maldito odio que carcome mis entrañas!- lanzo un  profundo suspiro, observo sus manos llenas de callosidades, sucias, lastimadas- Las manos de un asesino, pero eso no me quito la mascara del diablo, ya que he olvidado como es mi rostro. Solamente me queda el odio, el odio que le enseño a ese débil muchacho de nombre Ikki, pero si no acepta; eso, ¡lo matare!, le arrancare la cabeza.
Levanto de nuevo la mirada y observo el reflejo de su mascara, Los colores rojos y amarillos que ostentaba y esos colmillos que  le daban un sentido tétrico a la mascara. Gracias al color amarillo que envolvía sus parpados había olvidado el color de sus ojos.

De la nada recuerdos golpearon su mente y empezó una remembranza.
-Por que recuerdo esto- dijo Guilty.

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-Las mascaras como saben bien no es un castigo como muchos dicen. Son una misión que pocos santos pueden cumplir, ya que esto conlleva a una gran responsabilidad al que la porta. Pues como sabrán en el mundo hay santos renegados que han dejado la orden y su armadura para volverse asesinos a sueldo que se venden al mejor postor.
-Es una época oscura.
-Así es Janus, pocas veces el santuario lo pasa por alto. Ahora hay muchos que se dedican a copiar armaduras para que estos renegados expandan su reino de terror en el mundo que Atenea nos hizo jurar proteger. Por eso ustedes se han ofrecido para acabar con esto y encerrarlos en una isla que solamente nosotros conocemos.
-¿Cómo se llama esa isla?- pregunta una joven levantando la mano.
-Se conoce como la isla de la reina muerte- contesto otra.
-Así es- afirmó el patriarca- esa isla es un infierno en la tierra, vomita lava y eructa enormes nubes de azufre.

Los jóvenes se encontraban sentados alrededor del patriarca. Este les hablaba de aquella orden que permanecía oculta hasta ese momento, les comento que los primeros que se ofrecieron a usar estas caretas ya habían muerto y otros se inclinaron al bando enemigo seducidos por el dinero, las mujeres y el poder. Todos ellos llevaban mascaras que cubrían sus rostros, debido a que no podían mostrar sus rostros. Por eso el Patriarca les hizo jurar que nunca iban a dejar de usar las mascaras que les otorgaría.
El les hizo una seña a unos soldados que se acercaran, también ordeno que todos se pusieran de pie.
Había llegado el momento que tanto tiempo tenían esperado, su entrenamiento otorgaba sus frutos.
Desfilaron los jóvenes ante el para poder usar las mascaras que cada uno buscaba. Pasaron mascaras de animales, peces y aves. Hasta una muchacha le toco la mascara del diablo, la mas temida por todos. Ahora solo hacia falta un muchacho.
-Acércate Janus, eres el ultimo pero eso no dice nada. Ahora con el poder que me otorga Atenea y ella misma habla atreves de mi, te pido que aceptes la mascara cornada para que cumplas su mandato.
Un soldador pretoriano se acerco con una caja negra y la abrió para mostrarle a Janus lo que esta guardaba. La tomo entre sus manos y si , la mascar era de color negro y como había dicho el Patriarca esta tenia dos enormes cuernos pero además percibió que esta también tenia otro color, un rojo brotaba de vez en cuando como si esta careta tuviera un corazón.
Dejo su vieja mascara y se la dio al pretoriana para después colocarse esa careta. El Patriarca lo felicito y los demás le aplaudieron para que momentos después les ordenaron que se detuvieran y que además fueran a descansar ya que mañana les darían nuevas órdenes.

El grupo se dirigió a sus cabañas para descansar, algunos bajaron al pueblo a comprar víveres como manzanas, pan o leche de cabra.
Otros prefirieron quedarse en sus habitaciones a descansar. Cosa que Janus prefirió hacer, cerro la puerta atrás suyo para después intentar dormir un rato, se sentó a la orilla de la cama. Había Una mesita donde tenía una vasija con agua y una palangana, se despojo de su nuevo rostro y mojo sus manos para después pasárselas por su cara.
Enfrente de el estaba un pequeño espejo y se detuvo a observar su rostro. Su pelo era rojizo aunque tenia algunas tonalidades oscuras, su piel morena clara y esos ojos eran de un tenue verde. Pero además en su mente llegaron recuerdos ya olvidados hasta ese momento.
Recordó las golpizas que le daba su borracho padre y ese trabajo que tenía su progenitora.
¿Por qué ella lo obligaba a quedarse en la misma habitación que compartía con sus clientes?, ¿Por qué lo golpeaba si no quería hacerlo? Cubrió sus oídos cuando le pareció oír los gemidos de su madre cuando era penetrada por esos hombres que venían a gozar de sus sentaderas, todas esas imágenes lo atacaron salvajemente, al igual que esa ultima vez que los vio, cuando su padre borracho, como de costumbre, golpea a su madre hasta la muerte para después suicidarse enfrente de el.
Estuvo a punto de la locura pero si no hubiera sido por ella para apoyarlo….
Ambos escaparon y llegaron de casualidad al santuario, ahora ambos se habían vuelto santos con el paso de los años.
Se asomo por la ventana y el tiempo paso muy rápido, ya la noche golpeaba a su puerta junto con las estrellas que danzaban en el cielo griego.
Se coloco de nuevo su cartea y salio a dar un paseo, sus pulmones necesitaban aire fresco y a pocos minutos ya estaba caminando alegremente por los campos, observo a lo lejos el reloj zodiacal y pensó en como serian esos santos dorados,¿serian tan fuertes como dicen?
Pero un fugaz ataque a su cabeza lo saco de sus pesquisas. Esquivo el ataque y tomo el brazo enemigo para después arrojarlo encima de su hombro, lanzo dos ataques pero ambos fueron bloqueados por su agresor.
-¡Te defiendes bien, eh  Janus!
-¡Marah, estas loca!, ¿Por qué me atacas?
- No te molestes, solo quería molestar a un viejo amigo.
Janus noto su mascara de su amiga, tenia tonos amarillos, rojos y anaranjados y esa faz tan bélica mostrando con furia sus dientas que parecía que quisieran amedrentarlo. Esa era la mascara del Diablo.
Pero a través de esas horribles caretas sus miradas se cruzaron.

En el cielo una estrella cruzo el firmamento.

Caminaron juntos y platicaron de las peripecias en estos años de entrenamiento. Se rieron y corrieron como niños alumbrados por la tenue luz que la luna proyectaba en ese lugar.
De improvisto Marah se detuvo en seco ya que una sombra desconocida se acercaba hacia su ubicación.
-¡Alto ahi!- grito.
La sombra siguió avanzando hacia ellos  y Janus también ordeno que parara pero esta hizo caso omiso a las advertencias de ambos enmascarados.
Marah se dispuso a atacarle pero este llego a un claro y dejo a un lado su anonimato. Era una mujer pero esta no caminaba con la coquetería habitual, ese danzar de caderas, sino que arrastraba una pierna y sangre corría por sus brazos y piernas. Su cabellera azul estaba alborotada, llena de lodo y varios mechones estaban pegados a la frente debido a la sangre coagulada. Esta llevaba una mascara la cual dejaba ver parte de su rostro.
-¡Por Atenea!- dijeron los dos.
La mujer cayó sobre el suelo dejando salir un suspiro, ambos corrieron en su ayuda pero a medida que se iban acercando notaron con asombro las crueles heridas que presentaba la mujer. Parecia que la hubiera atacado una jauría de lobos ya que tanto sus brazos como sus piernas mostraban profundas mordidas.
Esta mujer agonizaba, Janus observo pálido la cuenca de su ojo izquierdo, este estaba vació y la sangre emanaba de esa herida a raudales.
-Quitenme la mascara- pido la mujer como si lo susurrara.
Marah tomo con delicadeza la careta y se la retiro con cuidado.
La mujer era hermosa a pesar de esas heridas que llevaba su precioso rostro. Los observo con su único ojo y tomo la mano de Janus entre las suyas.
-Utukki…nigromantes.
Fue lo único que broto de esa boca, ahí ante ellos la mujer falleció, después se miraron y en sus cabezas aun se dejaba escuchar las ultimas palabras de la amazona.

Janus la tomo entre sus brazos y la llevaron ante el patriarca. Marah lo seguía de cerca y pensaba en esa palabra desconocida. Aun sentía en su cuerpo la sensación de pavor con que la mujer dijo sus últimas palabras. Ambos tenian la esperanza que el Patriarca alcarara sus dudas.
No tardaron en llegar con el papa. Cedieron el cadáver a unos soldados y pasaron a la sala de l trono. Ahí los estaba esperando, ambos se inclinaron y con una seña de el ambos se pusieron de pie. Noto la curiosidad en sus cuerpos pero no quiso preguntarles nada, espero a que ellos le comentaran hechos.
Marah fue la que tuvo la palabra y le dijo todo lo que había pasado momentos atrás, el papa escucho todo con una enorme tranquilidad pero esta desapareció cuando escuchó ese nombre.
-Como ustedes sabran.-dijo el- saben que el guardian de la isla fue asesinado por los nigromantes y ahora ellos han salido con todo su oido apuntando al santuario. Varios ya han salido en su caza. Pero esto que ahora me dicen complica un poco las cosas.
-¿A que se refiere?- pregunto con respeto Janus.
-Ustedes no conocen este relato que ahora les voy a platicar ya que los que lo sabian ya han pasado a una mejor vida y solo quedo yo con ese conocimiento.Lo que ahora voy a platicarles sucedió durante y después de la ultima batalla contra Hades.
Muchos santos cayeron en esta cruel guerra quedando pocos en pie, el santuario estuvo a punto de desaparecer y algunos santos atenienses huyeron de esta batalla, yo quede como el nuevo patriarca y me dispuse a buscarles para darles un castigo. Les quite sus armaduras en el nombre de Atenea y los encerré el la isla.
Ellos juraron en vengarse de mí y del santuario pero no les hice caso alguno ya que para mi era mejor que sufrieran en vida por sus crímenes. Paso el tiempo y poco a poco el santuario se ha ido recuperando hasta esta época que les toca vivir a un no estamos preparados. El mal nunca descansa y llegaron a mis oídos que siete hombres estaban trayendo caos a este mundo. Envié a unos cuantos santos de bronce para que los eliminaran pero estos cayeron bajo sus puños todos excepto uno que regreso con un mensaje de ellos. Me explico que se habían aliado con un antiguo dios y este les había otorgado siete mascaras para que llevaran su mensaje de muerte y odio al mundo. El santo murió cuando termino de darme el mensaje.
Así que me dispuse a pagarles con la misma moneda y me retire a mis aposentos, hice lo mejor que se hacer. Con mis manos, cosmos y la bendición de Atenea construí varias mascaras y estas se las di a algunos santos para que lucharan contra ellos.
En pocos días me llegaron noticias  pero estas fueron fatales ya que, aunque la nueva orden que había creado cumplió con su cometido. Murieron en esa batalla junto con ellos. Envié a otro a que me trajera las siete caretas pero a su regreso me dijo que estas habían desaparecido, así que le ordene que regresara  a esa isla y mantuviera a los nigromantes que quedaron prisioneros. En esa guerra perdí las mascaras de los Utukki.

Marah y Janus escucharon con asombro el relato y para sorpresa de ellos el patriarca los envió a descansar.

Janus no pudo dormir esa noche ya que la historia del papa seguía dando vueltas en su cabeza, además que no podía creer que la mascara que le fue otorgada fuera creada por el hombre que mas respetaba en el mundo pero lo que también deseaba era medir sus fuerzas contra ellos.

Sus pensamientos fueron escuchados.
A la mañana siguiente Marah, el y otros tres les dieron la orden de viajar a África a investigar.
La aventura de Janus había comenzado….




Espero que esta historia que les traigo cumpla con sus expectativas.
saludos

[Thong_Hu]

Muy buena historia!!!

Espero que sea muy entretenida!!!

Ezo

[cthulhu]

El siguiente capitulo de La saga de los Utukki, espero que sea de su agrado.



El CAIRO

Las noches transcurrían demasiados lentas y la monotonía los desesperaba demasiado hasta el punto de dejar a un lado la misión que  les había encomendado el venerado Patriarca, además estaban agradecidos con el ya que antes de que su barco partiera le mando un mensaje en el cual venia escrito pocas palabras que les sirvieron mucho para esta nueva travesía. Tenían que dirigirse a la capital de Egipto corrían rumores sobre unos personajes con mascaras que andaban por el valle de los reyes.
Janus y los demás esperaban ansiosos la hora para dirigirse a ese enigmático lugar, lleno de mitos y leyendas.
Aunque faltaban muchas horas para el amanecer…

La brisa era calida, cargada de humedad ocasionando que sus cuerpos se sintieran pegajosos pero aun en ese estado de sopor que envolvía la cabeza de Janus no pudo evitar seguir el camino de una gota de sudor que recorría el cuello de Marah.
Ella estaba con la cabeza recargada a la pared mientras estaba sentada sobre una silla dejando que un ventilador soplara aire fresco sobre su acalorado cuerpo, habia cerrado los ojos y no se percato de esa mirada que podría quemarle las entrañas.
Janus observo ese andar, la vio resbalar con ternura para después pasar a violenta y un rápido andar de esta, hasta que se perdió entre los senos de su amiga.
Por debajo de su mascara sudaba copiosamente mojando sus labios dejándole un sabor salado.
Unas voces lo sacaron de sus pensamientos.
Dos jóvenes entraba por una de las ventanas de la habitación como si de ladrones se trataran, la luz de la luna ilumino sus caretas dándoles un toque fantasmagórico a ambas.
El que ostentaba la de un Oni fue el primero en hablar.
-El patriarca tenia razón, hable con un guía turístico y nos comento que hace algunas noches notaron a dos individuos de tez blanca con extrañas mascaras ceremoniales andar por el valle pero esa no era la primera vez que los vieron, ademas creyeron que eran saqueadores de tumbas así que algunos guardias los amenazaron.
- Si-contesto otro que llevaba una careta de forma muy extraña- como estos no hicieron caso alguno, comenzaron a dispararles pero el guía nos comento algo que no supieron las autoridades del lugar.
Marah ya había salido de su estupor y estaba concentrada en el relato de sus dos compañeros mientras que Janus de reojo observo un ligero pliegue de su playera que resalto más sus pechos.
-¡DIABLO, Janus!, ¿no me estas poniendo atención?- dijo con rudeza el de la mascara de Oni
-Disculpa Dante- contesto el apenado- ¿Podrías repetir lo último?
Dante meneo la cabeza y suspiro para agregar después- Lo que dije fue que cuando los guardias empezaron a dispara a estos dos desconocidos uno de ellos tomo varios de los proyectiles con las manos desnudas para después regresárselas a sus agresores.
-Estos podrían ser los que buscamos, ¿no?- pregunto el otro individuo.
-Podrían ser ellos Rune, pero todo aquel que tenga entrenamiento de caballero eso resulta de lo mas sencillo- Contesto Marah
-Bien ¿que podremos hacer?- pregunto Dante.
- Bueno ya que ustedes fueron a investigar sobre estos individuos por que no Marah y yo viajamos a ese valle a explorar y si es cierto lo que les comento el guia es puy probable que nos topemos con ellos.
-Yo no estoy de acuerdo que vayan ustedes solos- contesto Dante- debemos de ir los cuatro, no vaya a resultar que en verdad tengan demasiado poder cosmico , no debemos confiarnos el lo absoluto.
Dante tenia mucha razón en ello así que entre todos comenzaron a dialogar sobre el plan que llevarían acabo, se infiltrarían en un autobús como turistas para después separase del grupo y explorar el valla esperando la llegada de esos extraños. Pero uno de ellos hablo de la comida.
-Tienes razón Marah-contesto Rune- esto podría llevarnos días o semanas debemos de llevar algunos víveres.
Así se quedaron todos de acuerdo para después cada uno se dirigió a sus cuartos para descansar ya que mañana tendrían muchas cosas que hacer.


Valle de Reyes

-Ya llevamos una semana entera en este maldito terreno árido Kashmir- dijo un joven de tez blanca y de cabello azul, el cual ocultaba su rostro detrás de una mascara al igual que su compañero al que se dirigía.
-Guarda silencio Karet si  Ulthar se entera de que no andas cumpliendo con la misión que nos encomendó podría pasarnos algo muy grave.
-Eso lo se pero mandarnos al desierto a buscar a una roca parlante es de locos.
-Puede serlo mi joven amigo pero los sueños de Ulthar están conectados con este lugar, presiento que estamos cerca de eso. Aun recuerdo las palabras que me dijo cuando tuvo su último sueño. “Roca parlante en África… un orátrasero inmemorialmente antiguo en desoladas junglas rocosas que habla con una voz que trasciende a los eones”. Fue lo que me comento y henos aquí buscando esa jungla de rocas.
Siguieron avanzando en ese terreno que les dificultaba el paso por las variadas dunas de tamaños diversos, la luz de la luna alumbraba perfectamente el valle y ellos a pesar que ya llevaban siete días en ese lugar aun no salían de su asombro al ver las colosales estatuas de antiguos reyes sentados en sus tronos como centinelas, inmunes al paso del tiempo.
Anduvieron por una de esas tumbas, de esa antigua ciudad sepultada. Pero lo que mas lo alerto fue que esta no había sido descubierta y lo que los atemorizo fue que ya había pasado por ese lugar en las noches pasadas y no percataron de la entrada.
-Parece que alguien guía nuestros pasos- dijo Kashmir.
Karet lo seguía de cerca y dudo unos segundo cuando este entro en esa tumba inexplorada. Lo que vieron a continuación los dejo atónitos.
Una Momia estaba parada en lo que parecía ser el centro del lugar, estaba caminaba torpemente hacia ellos y los señalaba con uno de sus deformes dedos. Ambos no pudieron moverse ante semejante espectátrasero, quisieron correr o esconderse de esa figura que cada vez se acercaba a ellos pero sus extremidades no respondían.
Pero de pronto este ser se detuvo.
Voces comenzaron a surgir de las paredes, del suelo, de esos pilares y de  las pinturas que estaban observándolos en ese momento.
Todo el lugar se volvió en un canto ceremonial y la momia comenzó a bailar torpemente agitando las manos sobre su cabeza, los corazones de ambos amenazaba con salirse por sus bocas pero lo peor de todo es que entendían lo que decían las voces.
-“El pájaro parlante contara secretos, el pájaro extraño e inmortal que habla un lenguaje que espanta. Un desierto pétreo… una puerta prehistórica en un risco, en el valle donde yacen los huesos de incontables miles de millones de humanos. La antigua necrópolis con su puerta de bronce en la ladera de una colina que se abre al toque de la luz lunar, Oh roca primigenia déjanos oír tu maravilloso canto”
De pronto todo volvió a su calma y la momia había desaparecido sin dejar rastro, las pinturas era lo único que se movían y les hacían señas de que siguieran sus camino a través de esa olvidada tumba, que buscaran una puerta de bronce .
Aunque una de ellas comenzó a correr y a golpear la pared como si quisiera salir de esos frescos.
Kashmir y Karet estaba demasiado asustados pero aun así siguieron internándose en ese horrible lugar, varias figuras les hacían señas que se regresaran mientras que otras se hincaban y lanzaba alaridos que les taladraba las cabezas.
Así siguieron internándose en ese lugar, además que no ocuparon antorcha ya que estaba todo bien iluminado como si el lugar tuviera luz propia. Dieron la vuelta y después subieron por unas escaleras para después descender otras pero de color negro que los llevaba a las entrañas de la tierra.
Perdieron la noción del tiempo y no supieron cuantas esclareas habían bajado, sus cuerpos sintieron la presión que habitaba en ese lugar pero se detuvieron ante un mural que rodeaba una puerta de bronce remachado. Estaba escrito en un idioma desconocido pero pudieron interpretarlo.
-La roca esta atrás de esta puerta solo los llamados podrán pasar a lado de los gatos- dijo Karet
-Seremos “los llamados”- pregunto Kashmir.
-No lo se pero ya que hemos presenciado cosas tan espantosas yo no pudo retroceder.
Karet toco suavemente la puerta y esta se abrió rápidamente creando un terrible chirrido proveniente de sus coyunturas para después una voz se dejo escuchar.
-“Pasen bienaventurados los gatos duermen ya que yo los he estado esperando.
Se quedaron pasmados al ver a dos enormes gatos con garras tan grotescas que los observaban con hambre, sus pieles estaba casi pegadas a los huesos y un hedor llenaba ese recinto en medio de ambos estaba una roca negra que brillaba suavemente.
-La roca del sueño de Ulthar- dijeron los dos.

[Thong_Hu]

Muy bueno!!

El  como relataste la historia, estuvo genial!!, sobre todo la siguiente frase!

hasta que se perdió entre los senos de su amiga

ezo

[cthulhu]

Que bien que te agrado mi forma de narrar las cosas he estado inspirado y estoy escribiendo como loco
saludos

[Squall Leonart]

Bueno, tal como te dije, ya lo lei. La verdad es que has estado muy inspirado, que envidia... jejeje. Me ha gustado mucho tu forma de narrarlo, y el valle de reyes, ha estado bien. Espero que sigas haciendo mas.

A proposito, una pregunta: Janus y sus amigos, ¿llevan sus mascaras puestas todo el tiempo? Quiero decir, que si las llevan puestas incluso en el autobus, jejeje.

Saludos.

[cthulhu]

No te preocupes ando bastante inspirado asi que voy a dedicarle un tiempo a este fic ya que en el otro tengo la mente cerrada pero puede que se me ocurra algo.
En el siguiente capitulo la duda de Atenea y Squall seran aclaradas
saludos

[Zeusu no Edoarudo Tenkai no Ou]

Saludos Cthulhu!!

Como me lo pediste, ya empecé a leer este fic y déjame felicitarte por lo espectacularmente narrado que lo haces.
Me pareció muy completo e interesante. Así que recibe mis sinceras felicitaciones.
Pues se que no debe ser fácil haber tomado como referencia a un personaje tan poco promocionado como Guilty. En verdad es todo un reto este fanfic.
Sigue como hasta ahora y estaré esperando el siguiente capitulo!!

Saludos desde el Olimpo!!

ATTE: Zeusu no Edoarudo, Tenkai no Ou.

[cthulhu]

Otro capitulo mas
saludos

El dia del viaje
Ya estaba levantado cuando sonó el despertador. Este marcaba las seis de la mañana. Ahí recostado no perdía de vista el girar  del ventilador, observaba el vaivén de las aspas y pensó en todo lo que podía pasar en el valle. Escucho la regadera del cuarto contiguo, cerró los ojos y comenzó a imaginar el cuerpo de Marah siendo besado por el agua. Como esta mojaría su sedoso cabello mientras que su mano tomaría el jabón para pasarlo por sus caderas para después buscar sus frondosos muslos. Imagino además a sus bellos pechos coronados por dos exquisitos pezones, pero tuvo que desistir de esas ideas que le daban un vuelco a su corazón.
-No puedo enamorarme- dijo susurrando.
Se levanto y decidió imitar a Marah, tenia que darse un baño enseguida ya que con el calor que había en la ciudad aunado al calor que sentía en su cuerpo, un terrible olor despedían sus axilas.
-Deberás apesto.- dijo.

Paso media hora cuando bajo al modesto lobby del hotel. Busco con la mirada a sus compañeros y alcanzo a percibir que dos jóvenes le hacían señas con las manos. Se trataba de Dante y Rune que lo esperaban para desayunar. Se acerco a la mesa y a su nariz se vio inundada de un agridulce aroma de café junto al de los platos humeantes de la comida típica de la región.
Los tres iban ataviados como turistas y en sus respectivas mochilas llevaban agua, alimentos y sus mascaras cuidadosamente envueltas. Pero hacia falta alguien, si, Marah aun no había bajado.
De improvisto una mujer se sentó en un espacio vació de su mesa y ellos le comentaron con respeto que el lugar ya estaba ocupado a lo que esta respondió.
-Pero que rudeza la suya caballeros, sin mis ropas de amazona son incapaces de reconocerme.
-¡Demonios, Marah!- exclamo Rune- te ves totalmente diferente.
-Si con mezclilla y esa blusa juraría que no pareces que vienes del santuario.
Ella sonrió alagada y después se dirigió a Janus con una mirada coqueta.
-¿Tu no me reconociste?
-Por un momento no- contesto- pero te descubrí ya que te pusiste los zarcillos de tu madre.
Ella bajo la mirada apenada y todos comenzaron a reír cuando esta se sonrojo.
-¡No se rían  brutos!-se limito a decir

La hora del desayuno paso muy rápida en compañía de sus amigos y lo bueno de esto es que la gente que los observaba los tomarían como algunos estudiantes en un viaje de placer.
Tenían que esperar otra hora para poder tomar el autobús que los llevaría a su destino así que salieron un rato para vagabundear por las cercanías del hotel, ya que desde que llegaron no había tenido la oportunidad de conocer un poco la ciudad. A esa hora de la mañana ya la ciudad estaba completamente despierta, carros atestando las calles mientras que la gente se dirigía a sus respectivos trabajos.
Janus se detuvo ante un puesto ambulante y compro cuatro dijes para obsequiárselos a sus amigos.
Todos estaban maravillados con la ciudad y esa mezcla de antigüedad y modernidad hacían de la ciudad un lugar muy interesante pero su paseo les duro poco ya que había llegado el momento de abordar su autobús y que el verdadero motivo que los había llevado a la ciudad estaba a punto de relucir.
Para mala fortuna de ellos el autobús ya estaba casi lleno así que no pudieron sentarse juntos, excepto Rune y Dante que se dirigieron a los asientos de atrás. Marah tuvo que sentarse junto a un anciano mientras que Janus le toco junto a una bella muchacha de pelo negro, ojos saltones y de un precioso color azul. Cuando se sentó esta le regalo una sonrisa y empezó hacerle platica cosa que a el le incomodo pero cuando escucho que el guía por medio del altavoz les dio un mensaje que el viaje duraría unas dos horas así que no le quedo mas remedio que seguir con la conversación.
La travesía le resulto muy agradable al igual que la platica, aunque la muchacha de nombre Karen hablaba muy rápido y que casi no lo dejaba hablar hizo que se riera un par de ocasiones.

Llegaron al valle de reyes y Janus salio del autobús ayudando a la muchacha a descender de el quiso hacer lo mismo con Marah pero esta le hizo una mueca y le lanzo una mirada dura y fría dejándolo con la mano extendida.
Esperaron a que el guía agrupara al grupo de turistas y cuando comenzaron a caminar ellos se dieron a la fuga perdiéndose en ese mar de dunas y de estatuas de faraones.
Iban felices y asustados, una mezcla un tanto extraña para estos jóvenes santos que corrían velozmente levantando el polvo que yacía bajo sus pies.


Cámara Pétrea

La roca parecía albergar, cierta arrogancia críptica y sardónica, como si hubiera llegado a encontrara todos los asuntos humanos banales Los gatos ronronearon al verlos acercarse y uno de ellos empezó a restregarse a un costado de la superficie de esa roca.
Karet estaba demasiando fascinado que su compañero ya que este aun estaba aterrado ante todo lo que había visto.
Kashmir dio un paso al frente pero se detuvo de inmediato cuando uno de esos gatos, (si asi podemos llamarlos) se levanto rápidamente sacando una de sus garras. Pero Karet no se inmuto y avanzo decidido hacia ella. Noto cada vez que se acercaba que esta tenia una serie de jeroglíficos tallados sobre su superficie y que el brillo que poseía brotaba del centro de la misma.
Además sintió una ligera brisa que golpeaban su cuerpo y supuso que esa cámara debería tener un sistema de ventilación. Alargo una de sus manos para poder tocarla pero tuvo que desistir de ese intento ya que si hubiera proseguido con esa idea la garra de esos animales hubiera topado con una de sus manos
-Tienes unos guardianes muy peculiares- dijo Karet al cabo de unos segundos y aguardo otros mas esperando una respuesta.
-Los he estado esperando desde hace mucho tiempo, yo aquí, el orátrasero pétreo que envía imágenes para que algún cerebro perceptivo las recogiera. Por fin alguien ha respondido a mi llamado.- dijo esta
Karet y Kashmir se sorprendieron ante la respuesta de esta roca “viva”, la voz no parecía humana, sino mas bien que esta brotaba con una notas musicales que en vez de parecer algo terrorífico parecía mas bien algo bello y encantador.
Kashmir haciendo a un lado el miedo que experimentaba empezó a hablarle con respeto y le relato los sueños de Ulthar y que estos los habían llevado de la mano a este peculiar recinto.
Hablaron sobre algunas cuestiones teológicas haciendo referencia de las antiguas guerras de los primeros divinos conocidas como la titanomaquia y gigantomaquia respectivamente.
La roca poseía un lenguaje muy fluido, cargado de emociones pero estas comenzaron a manifestarse en la sala cuando toco el tema del santuario.
Malditos sea tres veces el santuario y toda la gente que vive en el. Esos perros que no permitieron que nuestro culto se levantara y llenara de bendiciones de sangre y orgías a los humanos. Nosotros queríamos a nuestras hermanas, a las hijas de nuestros hermanos, las deseábamos y la poseíamos enfrente de los altares.
Bebíamos con sumo placer la sangre que brotaba del himen roto.- de pronto la roca hizo una pausa para después decir con furia-¡Pero esos hijos de Perra, por que eso son los orígenes de Grecia, Castor y Pólux, hijos de una maldita perra!
Karet y Kashmir escuchaban emocionados esas palabras. ¡Estaban de acuerdo con sus pensamientos!
-El santuario mando a su gente a que se infiltrara en nuestras filas pero nosotros nos percatamos de su intento de espionaje. Por eso, en respuesta, les enviamos un obsequio. Una bella caja que contenía los miembros de su espía.
Esto causo un revuelo en ese lugar lleno de hipocresía, así que comenzó una guerra que mermo nuestras filas. Pero contábamos con alguien que ellos nunca llegaron a pensar. Un joven con un par de lunares púrpuras llego a nosotros hace mucho tiempo atrás y lleno de odio hacia sus dioses se dispuso a unirse a nuestro culto, poseyó a muchas mujeres pero solo una le dio un hijo. El era muy longevo al igual que si vástago, fue su hijo el que creo una arma para repeler al santuario. Forjo siete mascaras que le daban a su portador un gran poder, uno muy parecido a lo que utilizaban nuestros enemigos en esas armaduras que protegían sus cuerpos. Invoco a siete espíritus que se posesionaran de sus creaciones pero para poder llevar acabo la invocación correctamente tuve que dirigirse a un lugar olvidado por los hombres. Construyo este lugar y en esta cámara en la que se encuentran, fue donde invoco a estos siete que se hacían llamar los Utukki. Estos entes llenos de furia y poder aceptaron fusionarse con las siete caretas pero todo tuvo un precio.
Le pidieron que trajera a un número de jóvenes, mujeres y niñas para saciar su sed carnal así que cada uno de ellos fue ocupando el cuerpo que los había llamado. A los jóvenes los decapito y con su sangre y viveras lleno de color el lugar, dándole grandes murales. Los huesos y el pellejo fueron armados y se les doto de vida para que se volvieran centinelas del lugar.
Con las mujeres y las niñas saciaron su sed. Con cada una de las siete posesiones hicieron con ellas lo que quisieron. Pero para darles una idea de su bello arte los llenare de imágenes.

De esa roca parlanchina broto una luz negra, tan negra como el espacio mismo e imágenes golpearon sus cerebros. Observaron como si estuvieran presentes en esa época oscura y ahí tuvieron a aquel joven que había creado las mascaras que portaban.
El recinto seguia igual al que ellos se encontraban. En medio de ese lugar estaba el joven de lunares púrpura en la frente. Gritos brotaban de todos lados y un grupo de mujeres golpeaba la puerta de bronce  para poder escapar de su terrible destino mientras que un grupo de niñas estaba amarradas de las manos y tobillos.
El se acerco a una mujer que rezaba a sus dioses y la tomo de la cabellera, esta busco sacarle los ojos con las uñas pero una energía que broto de los poros de el  se lo impidió. Se la llevo arrastrando y la deposito en el altar. Ella pedía clemencia mientras se enjuagaba las lágrimas.
Hizo jirones el vestido y comenzó a masajearle los senos mientras con una mano le daba una sonora bofetada para hacerla callar. Después la puso de espaldas y sin previo aviso comenzó a poseerla por detrás.
Hizo una seña a unos de esos grotescos esqueletos para que le trajera a una niña de escasos catorce o quince años. Esta criatura la levanto y la depósito sobre ese altar, la coloco boca abajo para después levantar la falda dejando al descubierto sus virginales sentaderas. Después el lemuriano dejo a un lado a la mujer para centrar su atención en los glúteos de la muchachita.
Después les llego otra imagen donde este individuo hablaba con esa roca con una familiaridad, como si conocieran a la entidad que la habitaba. Ambos se observaron dudosos ya que no podían descubrir el origen de esa roca parlante que los había llamado. Pero estos se pusieron alertas cuando el lemuriano se acerco a ellos rápidamente, pasando a través de ellos. Notaron que le daba una de esas mascaras a uno de esos esqueletos recubiertos de carne. Contaron a cada uno y eran seis en total, hacia falta uno pero descubrieron rápidamente donde estaba y quien era el portador.
Era el Lemuriano.

De la nada brotaron gruesas nubes de polvo bloqueándoles la visibilidad y en un parpadeo ya habían regresado a su realidad.
-Han comprendido la maravillosa visión de nuestro culto- pregunto la roca.
Ellos asintieron maravillados y si las mascaras los hubieran permitido se hubiera visto una enorme sonrisa marcar su rostro.
-Pero aun tenemos dudas- dijo Karet-¿Qué sucedió con esos guerreros?. ¿De donde vienes?
-Andaba esperando a que me preguntaras eso- exclamo ella- Pues verán que yo aparecí como respuesta a la invocación del lemuriano, yo fui el medio para que aquellos siete espíritus llegaran a este mundo, además que dejaron algo de su esencia y eso fue lo que me dio la vida. Ahora respecto a esa batalla- hizo una ligera pausa para después proseguir- fue demasiado dura para ambos contendientes, nuestros seres aunque no contaban con vida propia lucharon ferozmente contra la gente del santuario pero fueron derrotados. Pero la peor parte le toco al lemuriano. Tuvo que retirarse a este recinto pero fue alcanzado por los últimos residuos del santuario. La momia que vieron al principio era el sufriendo su castigo

Los gatos lanzaron un gemido lastimero y se acurrucaron al lado de esa roca.
-Ahora ha llegado la hora para que lleven esto a Ultra- dijo-
Karet y Kashmir se mostraron sorprendidos y mas aun cuando la roca comenzó a fragmentarse dejando al descubierto su núcleo en el cual contenía una especia de papiro.
Kashmir lo tomo entre sus manos y cuando las yemas de sus dedos tocaron el extraño papel, sintió unas pulsaciones que provenía de la mascara.
-Ahora váyanse de aquí- exclamo la roca débilmente- ya cumplí con mi cometido y ahora este lugar y yo nos perderemos en el olvido.

Karet y Kashmir se levantaron dándole la espalda a aquel lugar, mientras se encaminaban a la enorme puerta remachada, llegaron a sus oídos lamentos y llantos con un terrible dolor que al parecer provenía de los gatos
Llegaron de nuevo a la escalera negra pero observaron algo que no había visto cuando pasaron la primera vez, sino que en cada escalón estaban rostros humanos que se lamentaban cada vez que ponían un pie sobre ellos.
Kashmir apretó el papiro junto a su pecho como si alguien se lo pudiera arrebatar de su cuidado, observo fugazmente la careta de Karet y noto que esta también había sufrido un cambio desde que tomo el papiro del vientre  de la roca.
¿Pero que tenia escrito el documento?,¿Por qué Ulthar sabia de esto?, estas preguntas giraban en su cabeza buscando respuesta alguna pero de algo si estaba seguro. Cuando Ulthar tuviera esto en sus manos sabría bien que Utukki era el.

Editado por cthulhu, 12 marzo 2004 - 14:05 .