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Siempre que he regalado un texto, de mi propia elección, intento que en él se transmita un poco de quién soy. Le veo como un curioso representante ideologico, estético y hasta cultural. Intento también adecuarlo a las caracteristicas de la persona a quién se lo regalo, con la intencion de que le resulte significativo, al menos.
Recuerdo una "técnica" que usan algunos psicologos intelectualoides y que llaman "biblioterapia"... dejando de lado comentarios u objeciones técnicas, paso a explicarlo: Se trata de prestar, recomendar o regalar un libro al paciente cuando su lectura puede llevarle a un estado de catarsis, modelaje o relfexión por medio de la similitud de situacion y circunstancia entre el problema del sujeto y el relato escrito.
Los resultados pueden ser variopintos. En la mayoría de los casos la lectura no se dará, dado que el habito dificilmente se encuentra instalado en el sujeto promedio (con un conteo percapita de 2.5 libros anuales); pero en otros puede quizá provocar al menos un sentimiento de identificación. Es curioso como nos sentimos cuando vemos que lo que nos sucede o incluso hasta lo que pensamos, ha ocurrido ya antes y con regularidad en millones de nuestros congeneres.
En fin, dejo abierta esta reflexion sobre la literatura y la vida; qué tan útil nos puede ser para el entendimiento del otro y el nuestro...
saludos!
