Intentare poner una parte por semana ^^
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UNA BELLA AMISTAD
(PRIMERA PARTE)
Después de estar en el Santuario un año, Milo decidió que sería buena idea regresar a la Isla Milo para ver como estaban Nira y su maestro Andro y como no había ningún peligro que amenazara al santuario supuso que no habría problema alguno que le impidiera salir de dicho lugar, por lo que se dirigió a los aposentos del patriarca para pedir el permiso necesario e ir mañana a dicho lugar.
A diferencia de Shion, el patriarca que lo sustituyó era más impaciente y su nombre era Arles. Esta era la primera vez que iba con él por cuenta propia, por lo que se puso un poco nervioso pues según le habían contado era muy difícil llegar a convencerlo. Al llegar a la puerta respiró profundo y la abrió, entrando con paso firme, muy seguro de lo que hacía y con la armadura puesta lo que dio un toque de elegancia. Una vez estando frente al patriarca se arrodilló y bajó la mirada.
- Santidad, vengo a pedirle permiso para salir del Santuario - dijo Milo
- ¿Cuál es el motivo de tu salida? - preguntó Arles con voz fuerte y firme.
- En vista de que no hay ningún peligro que amenace al Santuario, quisiera ir a ver a mi maestro
- ¿Y para cuando tenías planeado ir a verlo en caso de que yo te dejase ir?
- Mañana mismo, Santidad
- ¿A dónde?
- Islas Milo
- Mmm… Esta bien, puedes ir- dijo después de pensarlo un poco -. Pero si se llega a presentar algo urgente vendrás de inmediato
- Gracias, santidad… así será - Milo se levantó e hizo una reverencia para después dirigirse fuera de los aposentos del patriarca. Una vez estando fuera soltó una bocanada de aire - Fue más fácil de lo que pensé - dijo aliviado y se dirigió a su templo para preparar todo para mañana.
Al día siguiente salió muy temprano del Santuario y se dirigió al puerto de Atenas. A pesar del tiempo que llevaba en ese lugar, aun le sorprendía lo rápido que eran para conseguir lo que necesitaban puesto que, a pesar de ser las 6:00am, había una pequeña lancha esperándolo. Esa era la segunda vez que iba a la isla después de haber regresado al santuario con la armadura de escorpión; la primera la había hecho un día después de su llegada y a escondidas del patriarca, acompañado de Camus el cual quería conocer el lugar de entrenamiento de su mejor amigo aprovechando que estaba cerca. El viaje duró solamente un día y recordó cuando hizo ese mismo viaje por primera vez y lo emocionado que había estado cuando por fin había divisado la isla después de tres largos días de espera.
Cuando llegó eran las 10:00 de la mañana y supuso que deberían de estar entrenando por lo que se dirigió hacia la montaña. Antes de llegar se percató de que no había nadie ahí y eso le extrañó un poco ya que durante su estancia ahí era muy raro el día en el que Andro no los pusiera a entrenar. De pronto unas manos obstruyeron su mirada.
- ¿Quien soy? - dijo una dulce voz detrás de él, la cual conocía muy bien
- Eres Nira - Milo se quitó las manos de los ojos y volteó hacía ella esbozando una gran sonrisa
- Que alegría verte de nuevo por aquí… - Nira abrazó a Milo de improviso, lo que le sorprendió un poco, pero aun así le devolvió el abrazo - ¿Qué es lo que te trae para acá? - ambos se soltaron
- ¿Qué? ¿Ya no puedo venir a visitarlos? - respondió Milo en tono burlón
- Claro que sí puedes… lo que pasa es que pensé que te habían enviado o algo así
- No me enviaron, pero esta vez si vine con el permiso del patriarca, no como la otra vez
- Entonces, eso significa que te quedaras por un tiempo - el rostro de Nira se iluminó con una gran sonrisa, posó sus manos en los hombros de Milo y comenzó a dar pequeños saltitos de emoción para dar lugar a otro abrazo que sorprendió un poco a Milo pero esta vez fue menos que la vez anterior.
- Si, así es, pero… - Milo tomó a Nira de los hombros y con un movimiento suave hizo que esta lo soltara para que después lo viera a la cara. La sonrisa de Nira desapareció de su cara al ver el rostro serio de Milo - si se llega a presentar algo en el Santuario… tendré que regresar - dijo con un tono un tanto serio
- Bueno, pues hasta entonces… te quedarás… ¿verdad?
- Sí, así es - Milo sonrió y el rostro de Nira volvió a iluminarse con una sonrisa
- Eso me alegra mucho
- Por cierto ¿Dónde esta mi maestro Andro?
- La verdad no sé… hace dos días que se fue… sólo me dijo que iba a salir de la isla pero… no me dijo a donde iba ni cuanto se iba a tardar en regresar. ¿No crees que es un poco extraño?
- Si, es extraño, durante nuestro entrenamiento jamás pasó algo parecido
- ¿Qué te parece si vamos a la casa para que desempaques?
- Esta bien, vamos
Ambos comenzaron a caminar en dirección a la casa que se encontraba frente al lugar donde solían entrenar. Al llegar, Milo se quedó observándola por un breve momento al mismo tiempo que recordaba los momentos mas importantes de su entrenamiento y, sin que él lo notara, una sonrisa se empezó a formar en su boca; lo cual no pasó desapercibido por Nira. Después de que Milo regresó en sí, ambos entraron y rápidamente se dirigieron hacia el que había sido el cuarto de Milo durante su estancia, dejando sus cosas sobre la cama y saliendo igual que como habían entrado.
Ambos estaban muy felices por haberse reunido de nuevo, por lo que, para celebrar, fueron a la ciudad que se encontraba detrás de la montaña Profitis Ilía. Durante todo el día se la pasaron de arriba para abajo, viendo en tiendas, comprando o simplemente platicando mientras caminaban. Cuando se cansaron fueron a comprar un helado y se fueron al parque a descansar y a seguir platicando. Una vez que hubieron terminado el helado, continuaron con su caminata por la ciudad hasta que el sol se ocultó.
Cuando llegaron a la casa, lo primero que hicieron fue ver si Andro había llegado, pero se encontraron con el lugar completamente igual que como lo habían dejado en la mañana; después se pusieron a cenar cereal y cuando terminaron ambos se dirigieron a sus respectivos cuartos a descansar.
Después de tres días, Andro regresó a la isla a eso de las 12:00pm, lo cual alegró a Milo porque ya se había hecho a la idea de que tardaría en verlo.
- ¿En donde habías estado, Andro? - preguntó Nira preocupada en cuanto lo vio llegar
- Por ahí - respondió Andro sin dejar de caminar en dirección de la casa
- ¿Por ahí? - preguntó extrañada volteando a ver a Milo, el cual estaba igual que ella - ¿No vas a decirnos donde andabas?
- No - Andro dejó de caminar repentinamente - ¿Decirnos? - preguntó extrañado y se volteo hacia Nira y detrás de ella se encontraba Milo - ¿Milo?... ¿Qué haces aquí?... ¿no me digas que otra vez te viniste sin el permiso del patriarca?
- No maestro, esta vez el patriarca si sabe que estoy aquí, sólo vine de visita hasta que algo se presente en el Santuario.
- Oh, vaya, ¿y desde cuando estas aquí Milo?
- Desde hace tres días
- He estado bien acompañada - dijo Nira aferrándose al brazo derecho de Milo
- Me alegra que no hayas pasado tanto tiempo sola Nira - Nira soltó a Milo para darle un abrazo a Andro y después se regresó a donde estaba - Por cierto Milo, tienes que contarme como te ha ido en el Santuario, ¿Qué te parece si nos sentamos allá? - Andro señaló en dirección de un árbol enorme que se encontraba frente a la casa, a diez metros de distancia.
- Sí, está bien
Los tres comenzaron a caminar y cuando llegaron se sentaron formando un círculo. Milo les comenzó a relatar todo lo que había hecho, desde que llegó a Atenas hasta el día en el que había ido con el patriarca para pedirle permiso. Cuando terminó eran las 3:00pm y todos estaban hambreados.
- ¿Qué les parece, si para celebrar que estamos los tres nuevamente reunidos, vamos a comer a un restaurante? - dijo Nira entusiasmada
- Me parece excelente esa idea - respondió Milo
- A mi también, así que ¿Qué estamos esperando? - Andro se levantó y acto seguido Milo y Nira también lo hicieron - vámonos
Los tres comenzaron a caminar en dirección a la ciudad y rápidamente llegaron a un restaurante, entraron, se sentaron en una mesa y casi de inmediato un mesero se acercó a ellos. Hicieron sus pedidos y en 20 minutos les trajeron su comida. Cuando terminaron de comer Andro se regreso, mientras que Milo y Nira se quedaron en la ciudad a dar una vuelta. Casi al anochecer regresaron a la casa, pero antes de llegar se quedaron un rato observando a la luna la cual estaba llena y muy resplandeciente. Andro los encontró agarrados de la mano observando atentamente la luna.
- ¿Se puede saber que están haciendo? - preguntó Andro con voz fuerte y visiblemente enojado. Milo y Nira rápidamente se soltaron y voltearon a verlo un poco desconcertados.
- Sólo estábamos viendo la luna, Andro - dijo Nira lo más calmada posible, aunque en su voz se notó que estaba un poco nerviosa
- Los he estado esperando desde hace rato, que no ven la hora
- Lo sentimos maestro - dijo Milo arrepentido
- Nah, olvídenlo - dijo Andro más calmado - ya vénganse que ya es tarde
- Si - respondieron Nira y Milo al mismo tiempo
Andro iba adelante, mientras que Milo y Nira no se dejaban de ver desconcertados por la actitud de Andro.
- ¿No crees que exageró un poco? - preguntó Milo en voz baja, secreteando con Nira
- ¿un poco? Yo más bien diría que bastante - respondió Nira de la misma forma, aunque un poco molesta
- Para mí que trama algo - dijo Milo pensativo
- ¿Tu crees?... ¿y en que te basas para decir eso?
- En nada, pero tengo esa leve sospecha
- Creo ya estas delirando… ya tienes que irte a dormir Milo, lo necesitas o si no al rato vas a decir que lo que trama es una fiesta… - Nira se quedó con la boca abierta al ver la casa llena de globos y en la entrada un “BIENVENIDO DE NUEVO MILO” - sorpresa… - acabo de decir en un susurro
- ¡Vaya! - dijo Milo asombrado - esto si no me lo esperaba
- ¿Sorprendidos, verdad? - dijo Andro orgulloso al verlos con la boca abierta, ellos solo se limitaron a mover la cabeza en acción de asentimiento.
Los tres entraron a la casa y se pusieron a cenar y a escuchar un poco de música que Andro había conseguido con unas personas que vivían en la isla y no se fueron a dormir sino hasta las 4:00am.
Editado por LG's Gold Saint, 05 marzo 2006 - 05:40 .