Primero que nada, este es un remake de un fic que empece hace mas de un año y que abandone por diversas razones.
El anterior fic se llamaba "Leyendas de Oro", pero no les recomiendo leerlo para spolearse porque voy a cambiar muchas cosas en esta version, aunque la idea es la misma. Algo que si no cambia, es que el fic esta ubicado 2 años antes de la muerte de Aioros.
Leyendas de Oro
Prólogo: Infancia de Oro.
Majestuoso, el Santuario continuaba con su rutina diaria, aprendices, aprendizas, santos y amazonas se encontraban descansando bajo el sol matinal, justo después de entrenar durante varias horas. El Sol se encontraba ya en su punto máximo, nada parecía interrumpir la tranquilidad del día, bueno, nada excepto el grito de un pequeño niño de cabellos castaños y brillante mirada color jade. Su nombre, era Aioria.
- ¡Milooooooo! ¡Eres un tramposo, te adelantasteeeeee!-Los santos y amazonas no pudieron evitar mirar con rabia al futuro santo de Leo, Aioria, quien con sus gritos había acabado con toda tranquilidad y majestuosidad que el día brindaba.
- ¿Tramposo? –Como respuesta ante los gritos del jovencito, habló otro de su misma edad, cuya larga cabellera color zafiro luchaba contra el viento, sin perder su elegancia ni despeinarse.
- ¿Si como no gatito? Lo que pasa es que estás enojado porque yo, el Gran Milo, soy más rápido que tu –y como todo niño travieso, su lengua sobresalió mostrando una expresión de burla.
- ¡Grrrrrr, ya veras, cuando te alcance Milo! –decía el cachorro de león mientras hacia un puchero con la boca.
- Jajaja –Y una risa infantil proveniente del futuro santo de Escorpio le dejó claro a su amigo que no tenía intenciones de dejar que lo superase en su pequeña carrera.
- Ni lo sueñes gatito, ni en tus sueños podrías jamás alcanzarme, porque soy el mejor, porque soy muy pero muy...... –Un fuerte ruido silenció al jovencito de cabellos azules.
Esta vez, fue Milo quien llamó la atención de todos los presentes; solo que no atrajo miradas furiosas, más bien, consiguió enormes carcajadas provenientes del público que los observaba. Todo porque el bichito estaba tan ocupado insultando a Aioria que no vio la pilastra que tenía en su camino. Por lo tanto, sea lo que fuese que Milo pretendía decir, fue interrumpido al tiempo que se golpeó.
- Jajaja, suerte para la próxima, ¡bicho! Jajajaja -y así, el ahora feliz Aioria se le adelanto a Milo.
- ¡Aioriaaaaaaaa! Eres un tramposo, ¡te adelantasteeeeee! – Y esta vez, con los papeles invertidos, las quejas salieron de la garganta de un escorpión.
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Mientras, cerca, un bostezo se dejó escuchar. Su dueño no era ni más ni menos que Aioros, aprendiz de Sagitario y hermano mayor de Aioria, algo que no era muy difícil de deducir, ya que el parecido físico de ambos hermanos era bastante notorio, en parte gracias a sus parecidas expresiones faciales.
-¿A estas alturas del día y todavía tienes sueño? -otra voz se dejó escuchar. Se trataba del aprendiz de Geminis, bueno, uno de ellos, su nombre era Saga, un peculiar casi adolescente de cabellos azules y porte poderoso pero que a la vez brindaba seguridad a todo aquel que estuviera alrededor de su persona.
-¿Y qué pensabas? Anoche tuve que quedarme despierto prácticamente toda la noche porque a mi hermanito adorado, ese angelito cachorro de león tuvo una pesadilla y no pude dormir -respondió algo sarcástico Aioros.
-Al menos tu queridiiiisimo "angelito" si está completamente despierto, casi ni se nota que durmió mal. –Saga sabía perfectamente que Aioria era un chico muy travieso, en parte, porque su hermano lo consentía demasiado, y por eso no dudó en remarcárselo en sus palabras.
La mirada que Aioros le lanzo fue digna de una fotografia de comedia, mezclando un puchero con una cara de asesino fracasado y la banda de su frente que lo hacía parecer un ninja. A Saga esa expresión le sacó una pequeña risa, algo no muy común en él.
-Como se nota que jamás has tenido que cuidar a un hermanito menor y velar sus sueños, si el tuyo es tan… raro que ni me lo imagino teniendo pesadillas. –Aioros pensó en el hermano gemelo de Saga y su actitud de abusador, y fue incapaz de imaginárselo asustado.
- No te imaginas de lo que es capaz de soñar Kanon cuando tiene una pesadilla -ante la mirada de curiosidad de Aioros, Saga continuo- se la pasa soñando con el mar, que si un burro mitad pescado, que si un pescado maquillado, que si un cangrejo asesino…- se detuvo al ver la cara de espanto de Aioros.
- Si, me imagino ya quienes son los 3 animalitos marinos con quien está soñando ese clon tuyo, ¿será una premonición? No me imagino a Angelo (se refiere a Mascara de Muerte, he visto muchos fics llamarlo Angelo asi que use ese nombre) asesinando a gente inocente. –Pero el geminiano no compartió la seguridad de su compañero y rodó los ojos.
- Ay Aioros, aquí el único inocente eres tú, ese Angelo tiene de angelito lo que a ti te falta de sentido común, osea, nada, y no pongas esa cara, que te ves hasta más idiota todavía! – Saga pensó entonces, que Aioros necesitaba practicar sus expresiones asesinas si quería verse convincente.
Aioros iba a responder pero la repentina aparición de Aioria lo dejo con la boca abierta sin emitir sonido alguno.
-¡Ganeeeeeeeeeé! ¿Ves, que si soy el mejor, bicho? -e infló el pecho con orgullo felino.
- No hubieras ganado si no me hubiera roto la nariz con el muro. –Milo no estaba contento. Su orgullo nunca le permitiría aceptar una derrota, y menos siendo un pequeño niño.
- Hubiera ganado de todas formas, ja, el león siempre vence a la hormiga, mi hermano siempre me lo dice. –Y buscando apoyo, sus ojos encontraron a su petrificado hermano mayor.
El último comentario hizo que tanto Saga como Milo miraran a Aioros con cara de reproche.
- Jejeje, verán, es que, uy, era solo un cuento Aioria -la tierna carita de ojos brillantes que le puso Aioria hizo que cambiase su diálogo en 2 segundos- pero claro que los leones siempre son los ganadores, las hormigas no se les comparan ni un poquito, jeje..... -un golpe en la cabeza termino con su discurso.
- Que mal educado lo tienes -le dijo Saga a Aioros por telepatía y luego en voz alta- bueno chicos vámonos que ya es hora de comer y el viejo nos debe estar esperando con los demás.
- ¡Quiero carne! –Gritó Aioria.
- ¡Quiero camarones! – Grito Milo.
- ¡No! Quiero carne. –Aioria no se iba a rendir sin luchar por su comida.
- ¡No! Serán camarones. – dijo Milo, quién no rivalizaba en obstinación ante su amigo.
- ¡VÁMONOS YA!
y Saga silenció la discusión agarrándolos a ambos con cada brazo.