Aioros: GRACIAAAAAAAAAAAAAAAS !!! jajajaja agradezco los ánimos, que bueno que te está gustando el comienzo, y espérate porque apenas está empezando, cada vez irá -EN CRESCENDO- sobre lo que me comentas de Apolo, tu espera y verás, las cosas no son como parece ¿o si? jajajaja
Argos: Gracias por la buena vibra, espero que este capítulo (que no está entero) sea de su total agrado y me den sus opiniones. Son muchos capítulos por lo que les pido su comprensión al respecto.
SALUDOS Y GRACIAS POR LEER !!!
LOS CABALLEROS DEL ZODIACO EN: LA BATALLA DEL OLIMPOEl cielo estaba nublado, pero no parecía tener el color de siempre, el aire estaba enrarecido, así que la respiración se dificultaba ¿o era? No sabía con claridad, pero divisaba a lo lejos un peñasco. No sabía porqué, pero, algo lo llamaba poderosamente, no sabía con certeza lo que era, pero, de cualquier forma sentía y percibía que debía observarlo. Saber con sus propios ojos lo que se encontraba delante del montículo. Cuidadosamente se levanta y nota que su cuerpo está mas ligero que de costumbre, nota que está rodeado de flores pero estas se decoloraban al tocarlas, algo raro sucedía ahí indudablemente.
Su corazón comienza a latir con mas fuerza a medida que se acerca al peñasco, cuando de repente miles de imágenes impiden su camino atormentándolo violentamente. Ahí puede ver las imágenes de todas las batallas que ha tenido, todos los caballeros que ha matado a lo largo de su vida. ¿Ha valido la pena? Por un momento duda al escuchar esa pregunta en su mente, pero, al recordar a Athena se olvida de inmediato y continúa su camino. Cada paso que da atormenta a su mente de manera constante. Las imágenes van tornándose rápida y frenéticamente, queriendo a toda costa impedir su camino, hasta que, actuando con coraje y valor decide darlo todo –como siempre lo ha hecho- y llegar hasta la orilla. Justo ahí contempla algo que lo deja mudo “¡Es la tierra!” Desde ese peñasco podía observar el caos que se divisaba en el horizonte, el cielo se ennegrece de inmediato, y miles de truenos caen haciendo estallar todo, los volcanes se activan, la lluvia y los mares se agolpan hasta provocar una explosión tan grande que aleja al observador y meterlo nuevamente en sus pensamientos.
Con fuerza de voluntad vuelve a levantarse y arrastrándose quiere terminar de ver el final de todo. Pero, para su sorpresa ya no había nada delante de él, solo el vacío tan grande y oscuro como el miedo que comenzaba a invadirlo, de repente, se deja escuchar un crujido que recorre el peñasco mismo, tan fuerte que comienza a destruirlo todo. Con miedo y agobio observa como de entre sus pies varias columnas recubiertas de mármol van alzándose hasta quedar a muchos metros arriba de el. Cuando el tronido hubo terminado, el observa cuidadosamente que cada estatua se encuentra ataviada con túnicas representativas de la Grecia antigua y que cada rostro es diferente, -12 en total- cuando trata de acercarse una voz de trueno –venida de la efigie del centro- se permea en el aire amenazadora y agresiva. “¡Su momento ha llegado!” Trata de taparse los oídos pero no puede, el eco resuena en su mente y sabe, que el momento ha llegado para ellos, que nada podrá detener su furia y que muy pronto conocería las consecuencias por sus pecados. -Con muchas gotas de sudor en la frente y con un claro temor en sus ojos, no puede más que pensar lo peor:- “Los dioses … Los dioses del olimpo por fin han regresado.” Miles de rayos cubren su cuerpo haciéndolo gritar de dolor, antecediendo el gran castigo que le espera y fundiéndolo hasta desaparecer en el infinito.
FIN DEL PRÓLOGOCapítulo 1: “El regreso de los dioses”
Lugar: Santuario de Athena, GreciaUn chubasco impresionante azotaba los muros infranqueables del santuario que se postraban orgullosos de permanecer firmes por miles de años. Pero, el día de hoy era diferente, el cielo parecía tener vida propia. Incontables rayos surcaban el cielo furiosa como recordatorio a la humanidad que esta no se regía por si sola. O al menos ese parecía el mensaje que se quería transmitir. Varios guerreros olímpicos se encontraban dentro del vacío santuario y a la espera de lo que pudiera acontecer, ya que en ese preciso momento se estaba jugando el destino final de la tierra. Y el rumbo que esta tomaría de ahora en adelante. Seiya –que se encontraba en una silla de ruedas- grita del dolor hasta caer de la misma, Shiryu que estaba cerca de el, reacciona lento y no logra evitar el terrible golpe de su amigo. “¡Seiya!” Los demás caballeros se alertan al escuchar el ruido sordo de su compañero y se reúnen. Pegaso abre lentamente los ojos y observa cuatro figuras conocidas, son sus inseparables amigos que se encontraban tensos y confusos por la situación en la que se encontraban.
“Seiya, -Lo toma Shiryu del hombro- ¿te encuentras bien? Estuviste varios días inconsciente pensé que nunca despertarías” Hyoga ayuda a Shiryu y entre los dos vuelven a sentar a Seiya en la silla, al parecer, el caballero de Pegaso aun presentaba secuelas de la batalla contra Hades –o al menos eso parecía-. “Amigos, no se que es lo que pasó, pero … después de la batalla contra Hades” –diversos recuerdos penetran la mente de Seiya, en su mayoría confusas entre ellas unas flores marchitándose- inmediatamente el recuerdo se esfuma y logra ver las paredes de mármol recubiertas de lino, enormes espejos y una enorme alfombra roja que comenzaba detrás de la silla del Patriarca hasta conectarse al templo de la diosa Athena. Shun se acerca y mira a Seiya que tenía la mirada perdida, flexiona sus piernas hasta quedar de rodillas y gentilmente toca una de sus manos.
“Después de la batalla ¿Qué?” Las palabras provocan que Seiya vuelva a centrarse y la mirada tan amigable de Shun lo vuelve a meter a los recuerdos hasta ver el peñasco y la tierra destrozándose por completo. “La tierra ….. ¡La tierra está en peligro!” Los 4 caballeros veían atemorizados a su querido amigo como advirtiendo sus palabras, a sabiendas que esa profecía que había visto Pegaso, ya se estaba materializando. “¡Seiya! –inclinándose lentamente Shiryu hasta observarlo a los ojos- el juicio de los dioses ya está en la tierra.”
El caballero Pegaso se encontraba petrificado por la noticia, e inmediatamente su mente vuelve a divagar hasta observar las 12 estatuas de mármol y sintiendo incontables rayos en su cuerpo grita, su cuerpo comienza a levitar hasta iluminarse. Sus compañeros se estremecen al observar lo ocurrido e instintivamente Shiryu salta en dirección de Pegaso, pero es vapuleado por una oleada de descargas que le impiden llegar a su objetivo. Shun corre hasta donde Shiryu y Hyoga e Ikki continúan observando a sabiendas de que no pueden hacer nada por aliviar a su compañero.
Varios segundos después la descarga termina y Seiya cae pesadamente al suelo. Los 4 caballeros se abalanzan sobre el y tratan de animarlo, hasta que, Seiya abre lentamente los ojos y observa que un nombre a cruzado por su mente. “Athena …. tengo … que … ver a Saori” –Trata de levantarse pero vuelve a caer, shiryu trata de ayudarlo pero es Ikki quien al tomarlo del hombro le hace una seña negativa reprobando su acto. Shiryu baja la cabeza y se levanta, es entonces que Shun al observar las caras largas de sus amigos, decide ser fuerte y acercarse a Seiya que trataba de caminar lentamente a la explanada que estaba delante de la cámara del Patriarca. “Saori ya no está en el santuario.”
Pegaso se desconcierta al escuchar tremenda noticia, pero, sin importarle el suceso continúa caminando lentamente hasta asomarse al patio donde residía la estatua de Athena, ahora modificada por la de: “¿¡Apolo!?, ¿Que demonios esta pasa …..?” Seiya se asoma rápidamente al balcón y logra observar algo que le hiela la sangre. “No entiendo … ¿Quiénes son ellos?” Shun corre hasta donde Seiya lo toma del brazo y de forma gentil comienza a explicarle. “Amigo el santuario ya no es de Athena, ahora es propiedad de los dioses, los soldados que ves ante ti son guerreros olímpicos a las órdenes de Apolo.”
Seiya voltea nuevamente a observar la estatua que anteriormente se erigía hermosa como la de la diosa Athena, trata de calmarse pero los recuerdos son diversos hasta recordar a Saori tomándolo de las manos y el yacía con la mirada perdida en su silla de ruedas. “Pero …¿Y Athena? …. –tomando a Shun de los brazos para luego sacudirlo violentamente- ¡Dónde está Saori!” Shun comprende la desesperación de su amigo, lo toma de los brazos, e instintivamente voltea a ver a sus compañeros percibiendo su desánimo, y regresa su mirada a los agobiados ojos de Seiya. “Una luz salió del cielo y de ella bajaron incontables guerreros precedidos por Apolo que se encontraba acompañado de Artemisa, rodearon el santuario en cuestión de segundos. Jabu y los demás comenzaron la defensa, pero fue inútil, entramos dispuestos a darlo todo para ayudarlos pero … Athena detuvo las acciones.” Shun se separa de Seiya y camina al balcón donde pierde su mirada en el horizonte, Seiya se desespera y coloca su mano en el hombro de Andrómeda.
“Y luego? ¿Qué pasó después de eso?” Shun sin quitar la vista al paisaje continúa el relato. “Apolo y Athena hablaron por varios minutos, no sabemos de que, luego entonces Saori se dirigió hacia nosotros y con lágrimas en los ojos se despidió.”
“¿Qué?” Las órbitas de Seiya se desbordaban por la noticia. “Nos dijo que, la tierra iba a ser destruida en ese momento si no los acompañaba y que ella tenía que tomar una solución, pero, que ella regresaría por nosotros” –Shun camina en dirección opuesta a Pegaso, al cabo de unos pasos voltea y lo mira fijamente a los ojos- “El día de hoy hará una semana de esto, y todos estamos nerviosos, a raíz de su partida, se han dejado sentir cataclismos por todo el mundo, no ha dejado de llover y el cielo se ennegrece cada vez mas y lo que es peor, no podemos salir del santuario.”
Los ojos de Seiya pedían a gritos un rayo de esperanza pero, era inútil todo se vislumbraba como un negro panorama donde cada uno de ellos recibiría el castigo divino sino hacían algo y rápido. “Pero, ahora que recuerdo hubo algo que llamó mi atención.” Seiya seguía viéndolo con la intención de que Andrómeda dijera todo lo que sabía. “Apolo nos veía furioso, pero especialmente a ti, no paraba de verte una y otra vez. Es extraño, ahora que lo medito siento como si ya lo hubiéramos conocido anteriormente.”
De repente un destello impresionante seguido de un ligero temblor se deja sentir por la explanada. “Shun … ¿Qué es eso?” “No sabemos con certeza, pero, cada vez que sucede incontables guerreros olímpicos salen a reunirse con sus compañeros. Quiero creer que están preparándose para iniciar una guerra a nivel mundial.” Finaliza Hyoga. Seiya atravieza –lentamente- la explanada hasta encontrarse con una antesala enorme, protegida por incontables guerreros olímpicos, detrás de ella una enorme pared que emitía una energía morada con círculos concéntricos a los lados.y diversas inscripciones griegas repujadas a lo largo y ancho de las columnas que la sostenían. Cuando Pegaso intenta seguir adelante varios guerreros le cierran el camino, reaccionando –a su vez- los cuatro caballeros que se acercan hasta el lugar.
“¡Alejate escoria!” –El guerrero mueve su bastón en dirección de Seiya- Pegaso logra atrapar el cayado, lo sujeta con fuerza y lo suelta provocando que el guerrero se cayera. Los demás al ver esto no lo soportan y se lanzan sin misericordia golpeando a Seiya que aun se encontraba débil. Hyoga energiza su cosmo bajando la temperatura rápidamente, cuando los soldados voltean, ya es demasiado tarde “
¡Diamond Dust!”
Varios soldados son congelados hasta el punto de romperse, los demás guerreros reaccionan y salen en desbandada hasta rodear a los 5 caballeros. Cuando de repente. “¡Alto!” Los soldados olímpicos reaccionan al voltear y van alejándose hasta abrir paso a un hombre ataviado en túnicas blancas, con una armadura color ónix, el orgulloso caballero se detiene y dice: “¡Soy Meges! De la constelación de Ara” “¿Has dicho Meges?” –voltea preocupado el caballero dragón- “¿Qué pasa Shiryu? ¿Sucede algo?” -Hyoga y Shun lo miran confundidos- -Sin quitarles la vista Dragón continua el relato- “Meges pertenece junto a Teseo y Jasón al grupo de Los Campeones de Grecia.” “¿Cómo?” –Gritan los 4- “Los campeones …. Una de las batallas más encarnizadas que hemos tenido jamás.” –medita Seiya recordando el encuentro contra Kryon- “¿Por qué están aquí?” –exige Ikki- “Athena ha mandado por ustedes, parece que el padre ya ha decidido su destino.” Los 5 caballeros se encuentran sorprendidos de la respuesta, y un aire de nerviosismo se permea en el ambiente.
“Sin embargo …” -volteándose de espaldas- “No voy a consentir que se paseen en el panteón olímpico como grandes y orgullosos guerreros.“ –voltea de reojo- “Con gusto los llevaré a Athena ¡Pero muertos!”
Continuara ............
**EDICION REMASTERIZADA 21-Marzo-2010**
Editado por Jeczman, 21 marzo 2010 - 23:40 .