CAPITULO 10: “APRENDIZAJE” (PARTE 2)
8 DE ABRIL DE 1956
Estamos en todo el viento frío de Siberia en búsqueda de un oso polar y me preguntaba: ¿Para qué?, después de mucho caminar al final encontramos uno, sin embargo, es la primera vez estoy tan cerca de un animal como este sino también respeto y un poco de miedo, pero en cambio mi maestro está muy tranquilo
—Camus, tu siguiente objetivo es congelar las piernas del oso —explica Jerome
—Eso imposible…—respondo negando Camus
—Es posible y gracias a la técnica llamada To Kekken—instruye Jerome
—¿To Kekken? —interrogo nombrando la técnica varias veces Camus
—Sí, esta consiste en usa la técnica del polvo de diamante, pero antes en vez lanzarlo lo concentras en tu mano y puedes inmovilizar a tu oponente—esclarece Jerome
Observo a mi maestro como va corriendo hacia donde está el oso polar con el hielo se desliza hasta las patas delanteras cuando las agarra empieza usar su cosmos y atisbar que la patas del oso polar inicia a congelar posteriormente se retira a pesar de todo el oso pudo romper el hielo como si nada
—Recuerda solo dispone de un corto tiempo más tiempo supondría la muerte—advierte Jerome
—Pero maestro esta técnica es doble filo—responde Camus
—Sí, Camus porque la concentración y energía necesitas y sobre todo estas expuesto a un ataque del enemigo. ¿Entiendes? —afirma Jerome
—¿No puede hacer nada remediar eso? —interroga preocupado Camus
—No hay nada remediarlo, pero si logras puedes tener una ventaja sobre tu rival—comenta Jerome
Pero la verdad en la batalla uno gana o muere y esta técnica es un fiel reflejo de eso…
—Entiendo, maestro—contesta serio Camus
—Es turno de hacerlo—da una orden Jerome
Miro al oso polar que se levantado en sus patas traseras, pero entonces lanzo el polvo de diamante y cuando veo la oportunidad me lanzo sin vacilar, pero cuando llego al lugar indicado a causa de que no concentrado mi cosmos no puede congelar las patas y me lanzo un zarpazo con su pata derecha a tino a rodar por detrás de el para esquivar el ataque
—¿Qué sucede Camus? —le interroga con una expresión serena Jerome
—No puede concentrar mi cosmos como debe ser, maestro —dice con todavía adrenalina Camus
—Recuerda que no debes tener miedo, Camus—responde Jerome
—¿No tener miedo?, es un poco difícil maestro por que como dijo anteriormente es como tomarlo a ligera—contesta Camus
—Pero nada...vas ser un santo de Athena no está permitido ser un cobarde—refuta Jerome
Es la primera vez veo mi maestro bastante enojado y entiendo que mi maestro quiere sea el mejor santo de Acuario
—Vamos de nuevo, Camus—dice como si está enojado Jerome
—Está bien—responde con miedo Camus
Vuelvo a lanzar el polvo diamante que desvía la atención del oso polar y realizo lo misma acción a continuación cuando llegue a las piernas trasera empiezo a acumular mi cosmos, pero no sucede nada de nada entonces el oso polar y el oso me levanta posteriormente me tira lejos, rápidamente mi maestro fue a verme
—¿Estas bien Camus? —interroga Jerome
—Sí, estoy bien maestro—responde dolido Camus
—¿Seguro? —pregunta de nuevo Jerome
—Sí, maestro—contesta aparta a mi maestro Camus
—Me recuerdas mucho a mi cuando entrenaba—dice riendo Jerome
—¿Quién fue su maestro? —interroga curiosidad Camus
—Fue maestra y se llama Colette—responde Jerome —al igual que tu o yo, ella era francesa
—¿En serio era francesa? —interroga sorprendido Camus
—Pues claro, pero ella si era bastante estricto conmigo—dice recordando Jerome —Sigue con la técnica
Lo vuelto a realizar el mismo procedimiento puede paralizar las piernas traseras del oso
—Muy bien Camus, pero todavía no puedes celebrar—dice Jerome
—¿Por qué maestro? —interroga Camus
—Aquí está la posibilidad que otro santo ataque—explica Jerome — Y lo otro puedes levantar al rival, inténtalo—añade
Con mucha fuerza puedo levantar sin problemas al oso polar que seguía gruñendo y un rato lo pongo en el suelo posteriormente mi maestro da la orden me retire entonces le hago caso
—Estas aprendiendo bastante bien Camus—afirma Jerome satisfecho
—Gracias, maestro—le digo con una sonrisa Camus
—Durante estos largos años como verme de nuevo a mí—mirando el horizonte Jerome
—¿Qué paso con ella? —interrogo impertinente Camus
La cara mi maestro cambia totalmente a muy seria y me dice: No es tu incumbencia, pero realmente me interesaba conocerla a ella sin a cuento de nada se pone así mi maestro