La leyenda de Naiya, una historia en la cual se explica gran parte de la relación Tigre-Dragón en China y, a su vez, muestra el origen de los 100 Dragones.
LA LEYENDA DE NAIYA
Naiya era el hijo del supremo Dios Dragón Go Rozan («Go» en japonés corresponde al número Cinco) y de una joven humana. Cuando era niño, Naiya se destacaba en las artes marciales, por lo que habitualmente lo llamaban «Dohko» (Dohko en japonés significa pequeño tigre).
Ya entrada en su adolescencia, Naiya se enfrentó al hijo de uno de los Siete Dioses Demonios. Su oponente, que tenía apariencia de Dragón, le explicó que adquirió ese aspecto debido a que había derrotado a 100 dragones legendarios, y que sus espíritus residían en su interior. El combate fue arduo pero Naiya resultó victorioso y, a causa de ello, los espíritus de los 100 dragones fueron liberados.
Lleno de cólera, el Primer Dios Demonio mata a Naiya para vengar la muerte de su hijo y luego de ello, y junto a los otros Seis Dioses Demonios, comienza a esparcir el caos en la Tierra. Sin embargo, un tigre se sacrifica para devolverle la vida a Naiya. Éste revive y con la ayuda de los 100 espíritus de los legendarios dragones que había liberado, se enfrenta a los Sietes Dioses Demonios, matándolos uno por uno.
Su esfuerzo fue observado por el Dios primordial de la larga vida, el cual convirtió a Naiya en una divinidad, dejando su parte física en la Tierra con la forma de un tigre sagrado protegido por 100 espíritus de dragones.