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Los Caballeros del Zodiaco Nuevo Mundo

Saint Seiya Guerra santa Olimpo

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228 respuestas a este tema

#61 Patriarca 8

Patriarca 8

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Publicado 29 marzo 2017 - 10:10

Fue buen combate el de los dioses gemelos

 

El final me recordó al  futuro alternativo de lost canvas en donde Hades gana


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#62 Dbicho

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Publicado 29 marzo 2017 - 11:20

Fue buen combate el de los dioses gemelos

 

El final me recordó al  futuro alternativo de lost canvas en donde Hades gana

 

Si.. no tenia en mente que se relaciono con eso jaja, pero ahora se vienen grandes batallas


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#63 Dbicho

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    El Lag nos hace violentos, los videojuegos no.

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Publicado 30 marzo 2017 - 10:07

Cap 21. Fobos, El General de la Llama.

 

Templo de Delfos.

 

  • ¡Como es eso de que Ares ha decapitado a Athena!. Grito Fryst, casi tomando del cuello al Oráculo, pero se contuvo sujetándola de los hombros.

  • Fue una visión del futuro, todavía puede ser cambiado. Respondió esta. - Todavía están a tiempo de evitar eso. Añadió.

  • Solo gracias a Alhena llegamos aquí en menos de un día, ahora ella esta... Indico Elene, observando a Alhena en el piso sin moverse.

  • No esta muerta.., al parecer su cosmos estaba ligado a uno de los Dioses Gemelos. Dijo Abas el Guardián, que se había recuperado de sus heridas.

  • ¿Por que lo dices?. Pregunto Aelius de Orion, mientras recostaba a Alhena.

 

El oráculo se acerco a la mujer inconsciente, y coloco su mano en su frente y comenzó a cubrir tanto su cuerpo como el de Alhena con su cosmos.

Esta se introdujo en su mente y busco sus recuerdos.

 

Flashback

En el Santuario, el templo de Géminis estaba parcialmente destruido, igual el templo de Tauro y el de Aries, y Alhena se encontraba de pie frente a este ultimo, con la Armadura de Géminis a sus espaldas.

El Oráculo, intento ver mas su pasado elevando su cosmos, y observo a una Alhena de niña, junto a un joven que parecía ser de su misma edad. Ambos entrenaban en el coliseo del Santuario casi con la misma fuerza.

  • No bajes la guardia hermana. Indico el muchacho.

Selene, que era el Oráculo, noto que el joven tenia el rostro similar a Alhena, incluso padecía la misma diferencia de color en los ojos, solo que invertido a esta.

Luego observo, como el muchacho recibía la Armadura Dorada de Géminis, mientras Alhena lo observaba con admiración.

  • Te ves elegante. Indico Alhena con una sonrisa amable. - Ahora si te puedo llamar el Santo Dorado de Géminis, Sirius de Géminis. Añadió.

El Oráculo estaba, impresionada, intento observar mas pero los recuerdos de Alhena se veían borrosos, solo podía distinguir como Alhena intentaba usar la armadura, a su hermano, con el cabello enrojecido atacando a Athena y al Patriarca. Luego vio como, Alhena se alejaba del Santuario, con las Armaduras de Pegaso y Lobo en su espalda y la de Géminis puesta, noto también la estrella de cinco puntas en su frente.

Fin del Flashback.

 

Selene, retiro su mano de la frente de la chica, y les comento a todos lo que había visto.

  • ¿Así que, tiene un gemelo?. Pregunto Elene.

  • Mas bien seria un mellizo. Le corrigió Aelius.

  • Si ella escapo con la armadura que traigo puesta, y con la de Elias, por que lo tenia el anciano que nos las entrego. Pensaba intrigada Elene.

  • ¡Esto no nos lleva a ningún lado, ahora debemos regresar al Santuario lo mas rápido posible!. Exclamo Fryst.

 

Elene se acerco a Elias, que se encontraba recostado también en el piso, e intento hacerlo reaccionar, pero Abas la detuvo.

  • Es inútil, después de que una Furia lo controlo, lo único que queda es matarlo, pues nunca volverá a ser el mismo.

  • Como intentes hacer algo así, te matare. Respondió Elene de forma cortante.

 

El guardián se alejo entonces diciendo algunas cosas sin sentido para Elene.

Después de dialogar, encontraron que la única forma de llegar a tiempo al santuario, era utilizar su cosmos al máximo y moverse a la velocidad que sus armaduras le permitían, por lo tanto Fryst seria el primero en llegar, luego Aelius y finalmente Elene y Ann. Decidieron eso y portaron sus armaduras, y Aelius comento.

  • Llegaremos, cansados pero llegaremos es lo que cuenta no?.

Nadie le respondió entonces.

Alhena, comenzó a abrir los ojos lentamente y observo a todos apunto de marcharse, esta se levanto también e intento seguirlos pero cayo al piso, intento arrastrarse hasta la Armadura de Géminis, pero Abas la levanto del piso y la recostó en un sillón.

  • Tu no estas en condiciones de hacer nada, así que quédate aquí. Indico este.

  • Cállate. Respondió esta haciendo lo mismo, y nuevamente cayendo al piso, y otra vez Abas la levanto y la llevo al mismo sitio.

  • Podemos hacer esto toda la eternidad. Dijo burlonamente el Guardián.

Después de varios intentos, Alhena se quedo finalmente recostada sin decir nada y con un rostro de pocos amigos.

 

Los cuatro Santos partieron entonces en Dirección al Santuario.

 

Y en el Santuario frente a el Templo del Carnero Dorado, el Caballero Dorado de Aries, Hamal observaba con seriedad el cielo rojizo que por mas que el sol ya estaba alto, aun el horizonte tenia ese color.

 

  • Es Hermoso verdad, el Santuario se teñirá de ese color justo ahora. Dijo una voz a sus espaldas.

Hamal se volteo inmediatamente y sorprendido noto a un ser dentro del templo, este tenia una túnica roja con capucha.

  • ¡Como demonios llegaste ahy!. Exclamo el Santo, lanzándose en dirección al ser.

Y cuando llego a el desapareció sin dejar rastro, dejando a Hamal confundido.

  • ¿Que fue eso?, ni siquiera sentí su cosmos. Penso Hamal.

  • Por aquí. Indico la voz nuevamente.

 

Hamal comenzó a buscarlo con la mirada, hacia todas direcciones en el templo, y de pronto el ser apareció frente a sus ojos, y se saco la capucha revelando su rostro.

Hamal abrió los ojos de par en par, era imposible que esa persona estuviera hay.

  • ¿Que clase de truco es este?, tu no puedes ser el verdadero ¡PATRIARCA ARLET!. Exclamo Hamal, intentando alcanzarlo con un golpe, pero se desvaneció nuevamente.

 

Y sin previo aviso, recibió un puñetazo en el rostro que lo lanzo contra los pilares.

 

  • Eres un idiota sabes. Comento nuevamente la voz dentro del templo.

  • ¡Maldito, donde estas!. Grito Hamal.

  • Y dime, ¿como sabes que no soy el Patriarca?. Pregunto el ser mientras volvía a aparecer frente a Hamal con el rostro al descubierto y con una amplia sonrisa.

  • ¡El aun esta vivo, y se encuentra junto a la Diosa Athena en la cima del Santuario!. Respondió Hamal, elevando su cosmos.

  • No me digas y Athena por que esta aquí también. Dijo sonriendo.

 

Hamal giro la cabeza hacia la derecha, y noto a la Diosa Athena, con su báculo apuntándolo.

  • Me has traicionado Hamal. Dijo la Diosa.

  • ¿Que demonios esta pasando?.., yo...yo no te he traicionado Diosa Athena. Respondió rápidamente Hamal.

  • ¿Ah si?, y tienes el descaro de mentirme, portando una sucia Surplice. Indico severamente Athena, convirtiendo el báculo en una lanza.

 

Hamal se observo a si mismo, y noto que la armadura dorada que portaba hace un instante, ahora era obscura y fría, pues portaba la Surplice de Aries.

  • Es solo una ilusión. Penso elevando su cosmos. - ¡ES SOLO UNA MALDITA ILUSIÓN!. Grito, expulsando su cosmos.

  • ¿Pero Que?. Dijo el ser con la apariencia del Patriarca.

 

Una vez que Hamal, elevo su cosmos de esa forma, todos en el Santuario entraron en alerta.

 

  • Te felicito por vencer tus miedos, Hamal de Aries. Dijo la voz que ahora tenia otra apariencia.

 

Hamal levanto la vista y vio, a un joven con el cabello verde, y ojos del mismo color, tenia dientes afilados que sobresalían un poco de su boca. Su Armadura, era rara, puesto que el peto era como un esqueleto humano, y se podía ver bajo este su torso desnudo, dicho peto poseía una gema roja en el centro, en los brazos la armadura era blanca y protegían desde los antebrazos, no tenia hombreras, el casco era una calavera con la boca abierta donde estaba el rostro de dicha persona, en la cintura dos manos de esqueletos, lo rodeaban como si de un cinturón se tratase, y en las piernas era una protección completa hasta los pies.

 

  • Así que tu eras el responsable. Dijo Hamal. - ¿Quien eres?. Pregunto.

  • Yo soy, el miedo en el campo de batalla, mi nombre es Fobos, General del Batallón de la Llama. Respondió, con una sonrisa retorcida.

  • Uno de los cuatro Generales de la Guerra de Ares. Penso, y en ese instante noto otros cosmos dentro del Santuario. - ¿Pero como es posible?. Dijo Hamal.

  • Simple, tu nos dejaste pasar, cuando creíste que Athena te iba a atacar, en verdad eres un estúpido para caer en eso. Respondió Fobos a carcajadas. - Y ahora, ¡Rámse, Zen ataquen!. Añadió.

 

Entonces, detrás de el salieron otros dos sujetos, con armaduras negras similares a la de Fobos, pero con hombreas largas y sin cascos. Estos atacaron a Hamal desde dos direcciones intentando golpearlo, pero el Santo los esquivo con relativa facilidad dando unos pasos hacia atrás, pero Fobos ya se encontraba detrás de el, y sin poder reaccionar, el General lo tomo de la cabeza y lo estrello contra el piso. Y acto seguido los dos guerreros de Fobos lo golpearon con sus rodillas, en la espalda. Fobos lanzo a Hamal contra los pilares del templo, y cuando choco por estos, lo golpeo en el estomago, haciendo que el Santo escupa sangre.

El general, se cubrió con un aura roja, y antes de que Hamal, pudiera incorporarse comenzó a golpearlo reiteradamente en el rostro y el estomago.

  • Así que este es el primer guardián del Santuario, que patético. Dijo Fobos.

  • Vamos, voy a dejar que te levantes, para que no des tanta pena. Añadió.

 

Hamal, se incorporo y se cubrió con un aura dorada, elevando su cosmos sonrió, levemente.

  • Ahora es mi turno. Indico

 

Con una gran velocidad, impacto su puño en el estomago de Fobos, y antes de que sus soldados reaccionaran, Hamal extendio sus manos en dirección a estos.

 

  • ¡REVOLUCIÓN DEL POLVO ESTELAR!. Exclamo

     

Un gran destello, fue lo que los guerreros vieron, y luego fueron impactados por una gran lluvia de estrellas que los destrozaron literalmente. Sus armaduras fueron pulverizadas y sus cuerpos se llenaron de quemaduras, y golpes. Ambos cayeron de cabeza al piso con los ojos blancos.

 

  • Dos menos, ahora quedas tu. Dijo Hamal, limpiándose la sangre de la boca, y acomodando su cabello.

  • ¡Maldito!. Exclamo Fobos, elevando su cosmos.

 

Dicho, cosmos comenzó a cubrir todo el templo de aries, mientras que el General extendía ambas manos hacia el Santo.

 

  • ¡GLORIA DE LA GUERRA!. Exclamo.

 

Inmediatamente todo el suelo comenzó a resquebrajarse y a salir despedido hacia arriba en dirección a Hamal, que extendio los brazos hacia los costados.

 

  • ¡MURO DE CRISTAL!. Exclamo este.

 

Un fuerte destello cubrió todo el templo, y luego fue seguido de una gran explosión que destruyo la mitad de este.

De entre los escombros, Hamal fue el primero en aparecer pero, se encontraba con el brazo derecho roto, mientras que Fobos, había perdido el casco y casi todo el peto de su armadura dejando su torso al descubierto.

 

  • Vamos sigamos con esto. Dijo con su sonrisa Retorcida.

 

Hamal noto entonces, los estruendos provenientes de las Casas de Tauro, Cáncer, Leo y Virgo.

 

  • Maldición, como es posible que se hayan colado tantos, definitivamente he fracasado como guardián de la primera casa. Penso

Fobos se preparo para atacarlo elevando su cosmos sonriendo como un psicópata. Hamal entonces coloco su pierna derecha al frente y concentro su cosmos en una pequeña esfera su mano izquierda.

 

  • ¡MUERE!. Exclamo Fobos, y se lanzo sobre Hamal.

  • ¡DANZA CAÓTICA DE ESTRELLAS!. Grito el Santo extendiendo su mano izquierda, liberando cientos de pequeñas estrellas fugaces, que fueron perforando el cuerpo de Fobos a gran velocidad.

 

Pero este no se detuvo por eso, y finalmente llego hasta Hamal golpeándolo en el rostro con una fuerza brutal, que lo lanzo en contra de lo que quedo de los pilares traseros del templo de Aries.

El cuerpo del General de la Guerra, estaba lleno de pequeños agujeros, que parecían haber sido hechos con alguna arma. Totalmente ensangrentado se acerco, hasta Hamal que se incorporaba lentamente.

 

  • Así que es verdad, los Generales de la Guerra son extremadamente resistentes, maldición si continua así, perderé. Penso.

Ambos quedaron frente a frente, listos para la ultima contienda.

Fobos casi sin armadura, ensangrentado y con heridas graves, elevo su cosmos, y Hamal con el brazo derecho roto y otras heridas elevo el suyo también.

 

  • ¡POR ATHENA!. Exclamo Hamal.
  • ¡POR ARES!. Grito Fobos.

Cubriéndose ambos con el destello provocado por sus cosmos.

 

 

 

 

Continuara.......

 

 

 

 

 

 


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#64 Patriarca 8

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Publicado 30 marzo 2017 - 11:54

buen combate entre el general y el dorado


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Comentario 2:

___________

 

 

El oraculo es muy misterioso

me pregunto como terminara esa batalla ya que ambos estan demasiado debiles, sera una batalla rápida supongo


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Publicado 31 marzo 2017 - 02:28

COMENTARIO 4: Hola Ddbicho!

Antes de comentar, aclaro que leí de manera aleatoria algunos capítulos de tu fic, por lo tanto mis observaciones serán más sobre la forma (estructura, redacción del fic) que del fondo (trama y desarrollo de personajes).

Tienes un estilo de escribir bastante claro y sencillo, asi lo identifique en la narración de los acontecimientos y en la descripción de los personajes y sus técnicas. Eso es básico e importante en el mundo de la escritura y como lector se agradece. Tal vez, en un futuro te atrevas a adornar y/o enriquecer tu fic con palabras rebuscadas, datos mitológicos, culturales, etc.; pero, eso ya es más cuestión tuya.

Me doy cuenta que de tu primer capítulo a los últimos ya no repites tanto determinadas palabras (específicamente la palabra dijo) y has incorporado sinónimos; sin embargo, en algunos párrafos aún encuentro ese error con otras palabras.

Me llama la atención el formato con el que públicas la historia. Pasa por novelado; no obstante, no usas el guión largo según las reglas. Sería conveniente que revisarás esa parte. Por MP te voy a mandar un link que espero te ayude o, puede que aquí en el foro haya un tema relacionado.

Pasó a la historia en sí. Concuerdo con los compañeros que es bastante entretenida. Es de resaltar que hayas decidido que la protagonista fuera mujer. En una oportunidad que tenga para leer todo tu fic ya veré cómo la estás presentando.

Por el momento eso es todo.

Que bien que retomaste tu historia. Sigue adelante.

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"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final"


#67 Dbicho

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Publicado 31 marzo 2017 - 08:37

COMENTARIO 4: Hola Ddbicho!

Antes de comentar, aclaro que leí de manera aleatoria algunos capítulos de tu fic, por lo tanto mis observaciones serán más sobre la forma (estructura, redacción del fic) que del fondo (trama y desarrollo de personajes).

Tienes un estilo de escribir bastante claro y sencillo, asi lo identifique en la narración de los acontecimientos y en la descripción de los personajes y sus técnicas. Eso es básico e importante en el mundo de la escritura y como lector se agradece. Tal vez, en un futuro te atrevas a adornar y/o enriquecer tu fic con palabras rebuscadas, datos mitológicos, culturales, etc.; pero, eso ya es más cuestión tuya.

Me doy cuenta que de tu primer capítulo a los últimos ya no repites tanto determinadas palabras (específicamente la palabra dijo) y has incorporado sinónimos; sin embargo, en algunos párrafos aún encuentro ese error con otras palabras.

Me llama la atención el formato con el que públicas la historia. Pasa por novelado; no obstante, no usas el guión largo según las reglas. Sería conveniente que revisarás esa parte. Por MP te voy a mandar un link que espero te ayude o, puede que aquí en el foro haya un tema relacionado.

Pasó a la historia en sí. Concuerdo con los compañeros que es bastante entretenida. Es de resaltar que hayas decidido que la protagonista fuera mujer. En una oportunidad que tenga para leer todo tu fic ya veré cómo la estás presentando.

Por el momento eso es todo.

Que bien que retomaste tu historia. Sigue adelante.

Muchísimas Gracias, por tomarte el tiempo de pasar por mi fic.

Y si voy mejorando y buscando una manera de que no repita tantas palabras, ya mi profesora de literatura me había llamado la atención XD.

Y la forma en la que narro, tambien voy aprendiendo leyendo otros fics novelados, para mejorar el mio.

 

 

 

Comentario 2:

___________

 

 

El oraculo es muy misterioso

me pregunto como terminara esa batalla ya que ambos estan demasiado debiles, sera una batalla rápida supongo

Graciaas por comentar.  Puede que sea mas larga.. jaja. No creo que la alargue mucho.  


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#68 Dbicho

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Publicado 02 abril 2017 - 13:32

Cap 22. El Carnero Dorado, Hamal de Aries

 

El brutal choque de poderes, en el templo de Aries termino por destruir lo que quedaba de este, mientras Athena, observaba todo desde el templo del Patriarca indico preocupada.

 

Los guerreros de Ares ya están aquí –luego se volteo en dirección hacia el patriarca que se encontraba sentado en medio del templo, –debemos prepararnos –comento.

 

Arlet, se encontraba vestido con el traje típico del Patriarca, solo que la manga izquierda ondeaba libremente al aire, las arrugas que se llegaban a notar en su rostro eran tapadas por la sombra que proyectaba el casco, aunque este parecía no haber escuchado a la Diosa, el Sumo Pontífice, asintió con la cabeza, y procedió a quitarse el casco con dificultad, revelando sus ojos cansados y tristes, y su cabello blanco ahora parecía mas corto que antes, llegando solo hasta la nuca. –Hamal –pensó este preocupado.

 

En las afueras del Santuario, Fryst el Santo de Acuario, había llegado exhausto por haber hecho un viaje de tres días en menos de tres horas.

Aun portando una Armadura Dorada, moverse grandes distancias a la velocidad de la luz, es demasiado para el cuerpo –noto entonces el choque de energías proveniente de la Casa de Aries, –maldición debo apresurarme –Penso.

 

En la primera casa, o lo que quedaba de ella, el General de la Guerra, se encontraba en las ultimas, y el Santo de Aries, apenas lograba ponerse de pie.

¡Revolución del Polvo Estelar! –grito Hamal, –¡Gloria de la Guerra! –respondió Fobos.

 

Ambas técnicas colisionaron cubriendo a ambos en un gran destello que se elevo hacia el cielo, y cuando este acabo Hamal se encontraba semi arrodillado frente a un Fobos que ya no tenia el brazo izquierdo, y con heridas tan graves que era sorprendente que siguiera de pie.

El Santo de Aries, ya no tenia fuerzas y se arrodillo totalmente casi cayendo de cara, sosteniéndose con la mano izquierda.

Maldición, como es posible esto, ¿¡que demonios eres!? –grito Hamal, –El miedo en la guerra, y como el miedo no desaparece yo tampoco desapareceré –Indico con una sonrisa.

Y se lanzo decidido hacia el Santo, pero una corriente de aire frió lo detuvo lentamente. –¡¿Que es esto?! –grito, –¡Polvo de Diamantes! – exclamo una voz proveniente de sus espaldas.

 

El General se congelo totalmente, y Hamal observo que el Santo de Acuario jadeando de cansancio, se encontraba atrás con los puños extendidos en posición de ataque. –Justo a tiempo –se dijo a si mismo Fryst.

Este ayudo Hamal a incorporarse. –No debiste meterte en la pelea –comento el Santo de Aries, –A los viejos hay que ayudarlos siempre, no es así Maestro –respondió sonriendo.

Pero esa sonrisa desapareció rápidamente cuando notaron como el cosmos del General, aumentaba dramáticamente, y el hielo que cubría su cuerpo comenzaba a derretirse, hasta que estallo violentamente. Ahora el cuerpo de Fobos estaba cubierto de un aura llameante, su mirada era una mezcla de odio y de muerte. –¡Miserables, no me importa si este no era el plan, ambos vendrán conmigo al inframundo! –exclamo furioso mientras lo que quedaba de su armadura en su cintura y pie se desintegraba al igual que su ropa, –¡Señor Hamal! –grito Fryst, mientras era empujado por su maestro hacia los pilares.

Este se lanzo entonces hacia el General, colocándose frente a frente, e inmediatamente el inmenso calor que el cosmos de Fobos producía, comenzó a quemarle el rostro y las partes que la armadura de Aries no cubría. Hamal extendio los brazos, aun teniendo roto el derecho. –¡No cumplí con mi deber de impedir que los enemigos ingresen en el Santuario! –exclamo furioso, –¡Pero voy a cumplir con mi deber de acabar contigo ahora!.

 

El grito furioso del General se oyó, en e resto de las doce casas, mientras que a sus pies, todo comenzaba a desintegrarse por el calor y la fuerza de su cosmos. El Santo de Aries, concentro todo todo su cosmos que había juntado en las palmas de sus manos. –¡Acabemos esto aquí y ahora! –pensó, –¡Revolución del Polvo Estelar! –exclamo, atacando a quemarropa el cuerpo de Fobos, que de forma sorpresiva tomo de la cabeza al Santo. –¡Gloria de Ares! –Grito. Y ambos entonces fueron consumidos por la inmensa bola de fuego que se genero, y una inmensa explosión que destruyo el terreno e hizo temblar los mismos cimientos del Santuario, todo esto ante la atenta e impotente mirada de Fryst de Acuario.

 

El Patriarca, al sentir ese inmenso choque, se levanto con dificultad de su asiento y se dirigió a la entrada de su templo, y observo el destello proveniente de la primera casa del Santuario. –El cosmos de Hamal ha desaparecido –pensó. Mientras que la Diosa sostenía con fuerza el báculo, observaba con ojos vidriosos, lo que ocurría. Y en los demás templos los Santos, notaban con impotencia como la persona que sustituiría al Patriarca, desaparecía junto a su enemigo.

 

Cuando todo el humo se disperso, y le fue posible distinguir, el Santo de Acuario, no podía reconocer siquiera, el lugar donde una vez se erguía imponente el Templo de Aries, en el sitio solo había un inmenso cráter de varios metros de profundidad y cientos de ancho. Un fuerte silencio, se pronuncio después de la explocion, y el viento soplo levemente, Fryst entendió al instante que su maestro había muerto junto al General. Este se tomo de la cabeza tratando de asimilar lo ocurrido. –Maestro –pensó con lagrimas, –no debo seguir hacia el Templo de Tauro, ya habrá tiempo para lamentarse – Añadió, secándose los ojos. Y se dirigió hacia la siguiente Casa.

 

Mientras en el Templo de Tauro, el Santo de esa consetalacion se encontraba de pie en la entrada con los brazos cruzados. – Hamal, tu sacrificio no sera en vano – comento, –pero no entiendo como dejaste pasar a estos Berserkers y Espectros, dijo observando los cuerpos de varios de estos guerreros esparcidos por el piso con sus armaduras destrozadas y heridas fatales. – Sera por que, hay seres mas fuertes que la estúpida Athena y su sello, de que para llegar hasta sus aposentos se tiene que pasar de forma obligada por las doce casas –comento una voz gruesa que provenía de varios escalones mas abajo del templo.

 

El Santo de Tauro bajo la mirada, y observo a una persona de gran corpulencia, cubierto de túnicas, con un cosmos escarlata, subiendo lentamente las escaleras, acompañado de dos seres también encapuchados. Cuando estuvieron cara a cara, el ser superaba con creces en altura al Santo, era casi el doble que el.

Este se saco la túnica revelándose, un hombre exageradamente alto, totalmente calvo y sin casco protector, una Armadura negra con un gran ojo azul en el pecho y varios pinchos en las hombreras, en la cintura a medida de cinturón poseía una gema roja, y en las rodillas estaban también dos ojos azules, el resto de su cuerpo era cubierto por la armadura de forma simple –¡Yo Cidoimos el General de la Guerra del Desastre, te enterrare aquí! –exclamo sonriendo amplia mente, –¡Entonces yo, Helder de Tauro!, tendré que impedir que me entierres. Respondió casi burlándose.

 

Cidoimos indico a sus dos soldados que aun estaban encapuchados que se mantuvieran a distancia, mientras se tronaba los dedo, y observaba con supremacía al Santo. –Espero que sea entretenido –comento este.

 

 

 

 

 

Continuara.... 

 


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Publicado 02 abril 2017 - 15:28

lastima la muerte del dorado sucesor del patriarca

 

parece que se avecina una batalla entre 2 tipos de gran altura


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Publicado 03 abril 2017 - 16:03

Cap 22. El toro y el minotauro.

 

Cuando, Fryst comenzó la escalada para llegar al Templo de Tauro, sintió los cosmos de Aelius, Elene y Ann llegar casi en simultaneo al Santuario, observo por un buen rato hasta que los diviso, cerca de la entrada al destruido templo de Aries. —Supongo que me alcanzaran en el templo de Tauro —pensó, y continuo ascendiendo.

Abajo Elene observaba el panorama desolador, que fue el resultado de la batalla ocurrida. —No siento el cosmos del Señor Hamal —comento, —incluso el templo de Aries ya no esta —continuo Ann de Cisne.

Los tres santos se apresuraron entonces, rodeando el cráter que se encontraba en el lugar para poder llegar a las escaleras que conducían al Templo de Tauro, entonces Elene vio de reojo la silueta de un hombre. La Saintia se detuvo, mientras los otros dos continuaron sin prestarle atención. El hombre se encontraba de espaldas a ella observando el horizonte, llevaba puesto un ropas similares a la  de los monjes del himalaya, con el cabello azul claro recogido en una coleta. Cuando se acerco mas a el, este se volteo revelando ser un joven casi de su misma edad. La Saintia, noto que en lugar de sus cejas se encontraban dos lunares morados, y al ver su rostro se sonrojo. —¿Te conozco? —pregunto, —Solo quiero que le lleves un mensaje al patriarca –respondió serena mente, —Dile que, Ares esta detrás del arma sellada en el templo de Athena.., solo eso —dijo mirando el cielo, —...fue un placer conocerte... Elene de Pegaso —Añadió con una sonrisa mientras su cuerpo se convertía en pequeñas estrellas que fueron apagándose una tras otra y finalmente una se dirigió hasta el borde de una saliente y se poso sobre lo que Elene, pensó que era un animal, pero en verdad era la Armadura Dorada de Aries. —Señor Hamal —pensó cerrando fuerte mente los puños, asintió una vez y continuo detrás de sus compañeros.

 

En el Templo del Toro Dorado, la fuerte colisión entre el Santo de Tauro y El General de la Guerra, sacudía los pilares y el templo mismo. Ambos se agarraron de manera a demostrar quien era mas fuerte, por momentos Cidoimos dominaba la batalla, poniendo a Helder con una rodilla por el piso, pero luego este se volvía a incorporar y hacia lo mismo con su adversario. —Esto no nos lleva a ningún lado, ¿por que no peleamos enserio? —pregunto el General, —Como tu digas, ¡Gran Cuerno! —exclamo el Santo y como si de una violenta ráfaga de aire se tratara Cidoimos salio despedido encontra de los pilares. Este se incorporo como si nada y se coloco como un toro a punto de atacar. —Buen ataque, me sorprendiste, pero... podrás parar mi ¡Carga del Minotauro! —grito, mientras un aura con la forma de este ser cubrió su cuerpo, y como si de un misil se tratase se lanzo sobre Helder, que se cruzo de brazos, intentando detener la arremetida con su Gran Cuerno, pero el General fue mucho mas rápido y lo impacto de lleno arrastrándolo, hasta hacerlo impactar por las paredes del lugar, destruyendo parte de este.

Cidoimos se incorporo, y observo al Santo con los brazos cruzados incrustado en la pared, esbozo una sonrisa simplona, y luego tomo una actitud seria, levanto su puño derecho y concentro su cosmos en el. —Que patético y dices ser un Caballero Dorado, recibe el ¡Puño Ardiente del Minotauro! —exclamo, golpeando con fuerza a Helder hundiéndolo mas en la pared. —¿Que pasa?, ¿acaso tienes miedo?, ¿o ya estas muerto? —preguntaba burlándose de el, golpeándolo una y otra vez con su técnica, hundiéndolo mas y mas. —A este paso llegaremos a los cimientos de la montaña —comentaba entre risas el General.

Luego de unos cuantos golpes, este se detuvo observando que el Santo nunca dejo de estar con los brazos cruzados, —¿Acaso no vas a bajar los brazos?, pues entonces los bajare yo —dijo sonriendo. Cuando coloco su mano en el brazo de Helder, sintió como una descarga eléctrica recorría todo su cuerpo, observo el rostro del Santo, y noto bajo su casco que tenia los ojos abiertos y una pequeña sonrisa. —¿Eso es todo? —pregunto Helder, —¡I..imposible! –exclamo Cidoimos.

Un fuerte destello provino del agujero donde el General a base de golpes incrusto al Santo. —¡Gran Cuerno! —exclamo este. Cidoimos vio claramente como un inmenso toro cubierto por un manto dorado lo embestía casi a quemarropa, lanzando lo violentamente al otro lado del templo, estrellándose contra la otra pared.

Helder salio, tranquilamente del agujero, y observo a su contrincante levantarse, lentamente. El ataque que le había destrozado totalmente la armadura en su cintura y parte del pecho, ademas le arranco parte de la piel del estomago.

 —Como demonios, ¡como demonios hiciste eso! —exclamo furioso elevando su cosmos cubriéndose por un aura roja, que fue tomando la forma de un minotauro. Helder cruzo los brazos nuevamente y espero el ataque. —¡Crees, que saldrás ileso esta vez! —grito Cidoimos, —¡Impacto Titanico! —exclamo.

El General desapareció repentinamente de la vista del Santo, y lo tomo por la retaguardia por sorpresa, apresándolo entre sus brazos, y comenzó a estrujarlo con fuerza.

Helder comenzó a gritar de dolor, mientras sentía como los huesos de sus brazos, columna y costillas crujían mientras Cidoimos ejercía presión. —¡No voy a soltarte hasta hacer polvo tus huesos!.., ahora te espera una muerte lenta y en extremo dolorosa —comento este. El Santo intento golpearlo en las costillas con sus codos pero, cada vez que intentaba moverlos sentía como un millón de agujas clavando le directamente en los huesos. —Si sigues moviéndote, sera muy fácil romperte los huesos —susurro el General.

Aunque habían pasado tan solo unos cuantos minutos, a Helder le parecían horas, mientras sentía como sus huesos se resquebrajaban, luego sintió un fuerte dolor en el pecho seguido de una sensación tan horrible, que lo hizo gritar de dolor tan fuerte, que los otros dos Guerreros de Ares que se encontraban ahy como meros espectadores desviaran la mirada. —Creo que eso fueron tus costillas —comento, —ahora vamos por tu columna –añadió, mientras oprimía con fuerza. El Santo comenzó a escupir sangre, cada vez que Cidoimos lo estrujaba. —Jajajajaja...quien iba a pensar que los Caballeros Dorados son solo unos cobardes chillones —reía el General —no voy a detenerme hasta que supliques, y llores por tu vida —añadió.

Helder sintió un fuerte dolor punzante en el pecho y luego otro en la espalda baja. El dolor era tanto que le impedía concentrarse para elevar su cosmos o pensar siquiera en un contra ataque —¡Gran Cuerno! —exclamo, lanzando su técnica hacia los pilares del templo —El dolor te hizo perder la cabeza —comento Cidoimos, que lo estrujo ahora con tan violencia que casi todos los huesos de su torso y brazos se quebraron —Si que eres resistente, ahora te partiré en ¡Dos! —exclamo, mientras elevaba su cosmos aplastando ya casi a Helder —Ustedes, que esperan vayan al siguiente Templo, ya los alcanzo grito a sus soldados, que sin peros se marcharon del lugar —No...no los dejare pasar —murmuro el Santo.

 

El Cosmos de Cidoimos, se convirtió en el de un minotauro que envolvió a los dos —¡Muere! —grito este. Pero entonces un cosmos bastante peculiar interrumpió al General, que sintió entonces como cientos de puños golpeaban su rostro —¡Meteoro de Pegaso! —exclamo Elene, golpeando en todo el rostro a Cidoimos, que perdió su concentración y soltando al Santo de Tauro. Ni bien toco el suelo la Saintia, se elevo nuevamente y le dio una fuerte patada en el rostro al General, que dio una vuelta sobre si mismo, quedando de frente a Aelius, que tenia el brazo derecho extendido —¡Trueno de Orion! —grito, mientras una gran descarga eléctrica impactaba en Cidoimos, que cayo a medias de rodillas, y al levantar la mirada, observo a Fryst y a Ann, apuntándolo directamente —¡Rayo de Aurora! —exclamaron ambos, mientras los dos ataques se fusionaban en uno impactando en el cuerpo del General, que se congelo totalmente incluyendo el piso y parte del techo.

 

Una vez que, terminaron el ataque, se dirigieron hasta Helder, que se encontraba tirado en el suelo —¡Señor Helder! —gritaron, —tiene los huesos rotos —indico Ann, —estoy... bien, solo ayúdenme a levantarme —comento este.

Los cuatro ayudaron a que Helder se reincorporara, aunque lo hizo con dificultad, este se trono los dedos y movió lentamente su torso, sintiendo fuertes punzadas. —Señor Helder —se acerco Fryst, —aparte de este quien mas logro pasar el templo de Tauro —comento, —dos de sus soldados lo hicieron...,respondió, — «maldición es una vergüenza que me haya descuidado de esa manera» —pensó, —muy bien Aelius, quédate aquí, Elene, Ann continuemos —dijo Fryst, —de ninguna manera, solo tu avanzaras Fryst el resto deberá quedarse, tu debes ir al Templo de Acuario —los detuvo Helder colocándose frente a ellos.

 

Sin que lo noten el hielo que cubría a Cidoimos comenzó a quebrarse lentamente, mientras que Fryst, y los demás discutían con Helder.

 

 

 

Continuara....

 


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Publicado 03 abril 2017 - 21:54

Te sugiero que uses mas espaciado para que

 

pueda entenderse mejor

 

el capitulo


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Publicado 04 abril 2017 - 07:44

Te sugiero que uses mas espaciado para que

 

pueda entenderse mejor

 

el capitulo

Ok lo tendre en cuenta :D


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Publicado 06 abril 2017 - 12:44

Cap 23. El hombre que baila con los muertos.

 

 

Cidoimos logro liberarse del hielo que lo cubría, elevando su cosmos haciéndolo estallar en pedazos. — ¡Miserables! — exclamo.

Todos quedaron sorprendidos ante tal hazaña del general e inmediatamente adoptaron posees de pelea.

El general sin decir mas palabras, se cubrió con el aura del minotauro y se abalanzo sobre el grupo. — Ya fue suficiente — pensó el Santo de Tauro, que se coloco en frente y detuvo el avance de Cidoimos, con tal fuerza que genero una gran onda de choque a sus espaldas, haciendo volar a sus camaradas. — ¡Gran Cuerno! — exclamo, elevando su cosmos al máximo. El General poco y nada pudo hacer para esquivarlo. La técnica destruyo totalmente su armadura y como si de un potente golpe se tratara salio volando hacia los pilares, donde Helder de Tauro ya se encontraba esperándolo, y antes que Cidoimos pudiera reaccionar, el Santo lo tomo de la cabeza estrellándolo contra el piso con gran fuerza. — Aquí es donde mueres — le indico este, — ¡Gran Cuerno! — grito. Mientras una onda expansiva, surgía desde donde estaban recorriendo todo el templo.

Helder se incorporo, alejándose del cuerpo de su adversario, observo a sus camaradas y les comento — Aelius, tu debes ir a ayudar a los demás Caballeros de Plata, que se encuentran en el coliseo, en cuanto a ustedes — observando a Elene, Fryst y Ann, — creo que no puedo detenerlos, así que continúen — añadió sentándose con las piernas cruzadas.

La Saintia observo al Caballero de Tauro, y pensó —No solo su cuerpo, también su cosmos esta débil — luego se marcharon del templo.

 

Aelius de Orion, se dirigió al Coliseo, mientras que Elene, y los demás continuaron el ascenso al Santuario. Cuando el primero llego a la entrada del coliseo, noto restos de armaduras congeladas y destruidas, ademas diviso con horror lo que parecían ser los miembros de algunos Caballeros. Se acerco hasta uno, y pudo confirmar que se trataba del brazo de un Santo de Bronce, que se encontraba congelado dentro de un bloque de hielo. — ¿Quien demonios hizo esto? — pensó, mientras encontraba mas restos congelados y destruidos.

Oyó entonces una explosión proveniente desde dentro del coliseo, y se apresuro, para llegar hasta hay.

En medio del coliseo, se encontraba una Saintia de plata de cabello rubio todo desaliñado, luchando en contra de un espectro alado. La ateniense, era la que llevaba las de perder puesto que parte de su armadura estaba rota, estaba con muchas heridas y tenia vendado ambos ojos, por lo que no podía ver, — Te ganaste mi respeto, por aguantar en esas condiciones una batalla así — comento el espectro, mientras la saintia esbozaba una leve sonrisa.

La saintia, dio un pequeño paso atrás elevo su cosmos y exclamo —¡Mavrou Trypa! — levantando los brazos, hacia su oponente creando una gran corriente que arrasaba todo a su paso. El espectro entonces se cubrió con sus alas, y elevo su cosmos para protegerse del ataque que lo impacto creando una gran explosión que devasto el lugar donde se encontraba este.

Cuando el humo se disipo, el ser del inframundo se encontraba sin herida alguna, extendio totalmente las alas de su surplice, y le comento — Que ráfaga mas suave, ahora te mostrare lo que es una ráfaga de cosmos.

Levanto los brazos a ambos lados, concentrando su cosmos en ellas y exclamo, juntando sus manos en dirección a la saintia — ¡Greatets Caution! — inmediatamente, cientos de esferas de cosmos impactaron a gran velocidad en el cuerpo de la ateniense, destruyendo ya su armadura, lanzando la en contra de las graderías del coliseo.

Aelius llego justo en ese momento y vio como su compañera era impactada por la técnica del espectro. Entonces se acerco rápidamente, a ella ignorando al otro, donde la tomo entre sus brazos, e intento hacer que reaccione, — ¡¡Jane!! — grito, — estarás bien — añadió, mientras las vendas que cubrían los ojos de la saintia se caían, revelando que estos estaban totalmente quemados, — es... muy... tarde...el los mato...a to..dos — indico esta señalando al espectro, mientras perdía el conocimiento.

 

Aelius la recostó, y se paro frente al Espectro, que con una sonrisa, se quito el casco, que tenia especie de cola añadida, similar a la de la Cloth de Escorpio.

Su largo cabello blanco, quedo al descubierto, al igual que sus ojos similares a la nieve, — Radamanthys de Wyvren — dijo haciendo una especie de saludo ingles, — Aelius de Orion — respondió el otro, — ¡Oh!, otro Santo de Plata, veamos si eres mas fuerte que los otros — indico el juez del inframundo.

 

 

Mientras en el Santuario, Elene, Fryst y Ann estaban por llegar el Templo de Cáncer, donde la Saintia de Pegaso, aseguraba que el Caballero de Cáncer, era el que mas miedo le producía de entre los doce, principalmente por su personalidad.

 

Y dentro de ese templo, se encontraban tres sujetos, uno de ellos, que era un General de la Guerra, tenia el cabello negro despeinado y ojos blancos, portaba una armadura esquelética similar a la de Fobos, la diferencia era que este poseía grandes hombreras, y el peto tenia la apariencia de un cráneo con la boca abierta, que dejaba su obligo al descubierto, y la tiara que adornaba su cabeza estaba formada por varias manos y huesos. Los que lo acompañaban eran los que avanzaron desde el templo de Tauro, soldados rasos de Ares. — Este, lugar es hermoso — comento el general, observando el ambiente del Templo de Cáncer, que estaba cubierto por una niebla que llegaba hasta las rodillas, y un olor a muerte inundaba el salón.

 

Al avanzar, mas dentro, notaron a varias personas, vestidas al estilo anglosajón, estar bailando como si nada en el lugar. — ¿Que es todo esto? — pregunto uno de los soldados, acercándose a una de las personas intentando tocarla, pero una voz que resonó por todo el templo lo detuvo, — Si valoras tu vida, y tu cordura sera mejor que no los toques — pero el berserker, haciendo caso omiso, tomo del brazo a una mujer que se encontraba danzando, esta se volteo lentamente, mientras su rostro se iba deformando, convirtiéndose en una aterradora figura, que se abalanzo violentamente sobre el soldado, que grito horrorizado y desesperada mente intento sacárselo de encima, pero el resto de las personas que se encontraban en el lugar también se lanzaron sobre el, desapareciendo todos en la niebla del lugar.

Sin inmutarse el general, elevo su cosmos dispersando la niebla, observando que el otro soldado que se encontraba con el había desaparecido también. — ¡Muéstrate!, Caballero Dorado de Cáncer — grito.

Entonces un resplandor dorado surgió desde su frente, y caminando lentamente, con un resplandor azul en el dedo indice derecho, el Santo se acerco hasta el General. Este tenia el cabello negro, corto y ojos obscuros, y estaba acompañado de personas vestidas con trajes de diversas épocas, — Aquí me tienes, perro de Ares — dijo sonriendo, — mas respeto, perro de Athena — respondió.

 

Se mantuvieron en silencio, un buen rato, mientras las personas que se encontraban hay los rodeaban totalmente, el General de la guerra noto que sus dos soldados se encontraban entre las personas que los rodeaban, pero había algo distinto en ellos, tenían los ojos con un brillo rojo y la piel pálida, también pudo observar que todos ellos, estaban al parecer atados por un pequeño hilo azul, que provenían del dedo del Santo. — Veo que no, tienes respeto alguno por los muertos... eso me gusta, no pensé que alguien así, existiera en el santuario de Athena — comento el general, — ¿respeto por los muertos?... claro que los respeto, así como ellos me respetan — respondió el Caballero con voz suave, — ademas, estos cuerpos y sus almas, son de bandidos, asesinos y violadores, que encontré en la Colina Yomotsu, ademas son mis única compañías en el Santuario, debido a que nadie comparte mi hobby de recolectar almas y devolverlas de forma impura a sus cuerpos — Añadió, sonriendo.

El General sonrió amplia mente, y respondió elevando su cosmos, — Así que de hay el apodo, veamos entonces Aleksander de Cancer ¨El hombre que baila con los muertos¨, si eres capaz de detenerme, a mi Keres el General del Batallón del Miedo.

 

 

 

Continuara....

 


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Publicado 06 abril 2017 - 14:49

los combates fueron cortos pero entretenidos

 

el dorado de cancer es algo peculiar


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los combates fueron cortos pero entretenidos

 

el dorado de cancer es algo peculiar

Son cortos por ahora.. jaja 

y el de cancer sera mas peculiar aun jaja


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Publicado 09 abril 2017 - 10:03

Cap 24. El cazador, y el dragón.

 

Mientras el Santo de Cancer, enfrentaba al tercer General de la Guerra, en el coliseo del Santuario, Aelius de Orion, se encontraba cara a cara con el juez del Inframundo Radamanthys de Wyvren.

Ambos, solo se limitaron a observarse, mientras que el espectro comentaba. — Vaya solo te quedaras hay temblando, ¿o atacaras? — extendio las alas de su armadura y dio un suspiro, — Entonces — añadió mientras en sus pies comenzaban a formarse pequeñas capas de hielo, que fueron extendiéndose, hasta congelar sus extremidades.

Después esta se extendio rápidamente hacia el piso y en todas direcciones, congelandolo todo, creando filosos picos de hielo, todo esto mientras el Espectro mantenía su leve sonrisa.

Y casi sin percatarse el hielo llego hasta los pies de Aelius, que al intentar retroceder un gran pico helado casi le atraviesa el pecho, y en ese instante perdió de vista al Juez, que a gran velocidad se puso a sus espaldas, colocando sus manos en la espalda del Santo, exclamo con gran jubilo. — ¡Greatets Caution! — destrozando la armadura del Caballero, y enviándolo hacia los pilares. — ¡No creo que eso sea todo, verdad hasta esa mujer aguanto mas que tu! — exclamo entre risas Radamanthys.

El joven santo, logro incorporarse y al intentar elevar su cosmos, el espectro lo impacto en el estomago, a gran velocidad con su puño, haciendo que Aelius escupiera sangre y cayera de rodillas. — Patético — indico el otro, mientras lo tomaba del cabello y lo levantaba para luego soltarlo y volver a golpearlo en el vientre, después lo sostuvo del cuello y lo lanzo hacia las graderías, cayendo justo a escasos metros de Jane de lagarto, que se encontraba inconsciente y gravemente herida. — Ahora los acabare rápidamente y sin dolor — dijo fríamente el espectro, extendiendo sus manos y elevando su cosmos. Pero Aelius se levanto y también elevo su cosmos, cerrando sus puños levanto la mano derecha hacia el cielo y con furia exclamo. — ¡Tal vez no sea un rival para ti, pero te aseguro que esto te va a doler! — creando lo que parecía ser, pequeños relámpagos en sus manos, así como a su alrededor parecía estar cargado de electricidad, — Espero que sea así, de lo contrario esto seria muy aburrido — respondió con felicidad el otro.

 

Ambos tenían sus cosmos casi al máximo, cuando, uno con furia y el otro casi de excitación, gritaron al mismo tiempo, — ¡Trueno de Orion.., — ¡Greatets Caution! —.

 

De las manos de Aelius, salieron cientos de destellos que se unían entre si formando un único y poderoso relámpago, mientras que el otro enviaba cientos de esferas de cosmos a gran velocidad, y entonces ambas técnicas chocaron entre si produciendo una gran explosión y un espectáculo de luces, que parecían relámpagos saliendo de una tormenta.

 

Y antes de que el humo se disperse, los dos se encontraban forcejeando palma a palma en el epicentro de sus ataques. A su alrededor, todo estaba cargado de estática y pequeños destellos blancos que flotaban entre ellos. El juez, fue mas astuto y rápido, al tomar sorpresivamente del brazo al santo, golpeándolo en el pecho y luego con una fuerte patada lo lanzo en el aire, cayendo fuertemente en el piso, pero Radamanthys lo siguió, y le lanzo su ataque de frente y a quemarropa, que no fue del todo esquivado por Aelius, ya que se llevo toda la protección del brazo izquierdo que su armadura le proveía, pero haber echo eso le permitió golpear al espectro en las costillas. — ¡Centella de Orion! — exclamo este, con su puño en el juez, e inmediatamente cientos de mini explosiones eléctricas cubrieron su cuerpo, finalizando en una gran descarga eléctrica sobre el, que lanzo un grito de rabia y dolor. El santo, aprovecho el momento para alejarse de su enemigo, y prepararse para la lucha nuevamente. — Sabes, en el inframundo hace mucho tiempo, conocí a un santo de plata que logro hacer lo mismo que tu... lograr golpearme directamente — comento Radamanthys, ligeramente furioso, mientras se liberaba de la técnica de Aelius, — ¡¿Como un santo de plata en el inframundo!? — pensó el otro, — no importa, debo concentrarme — añadió.

El Juez se, trono los dedos y su cuello, luego extendio su mano derecha con la palma mirando al cielo, concentro su cosmos en ese lugar e inmediatamente pequeños copos de nieve comenzaron a revolotear en su mano. — No es posible, esa técnica es — indico Aelius con los ojos abiertos de par en par, — Así es, o como piensas que tus compañeros terminaron en pedazos de hielo — respondió Radamanthys con una amplia sonrisa en su rostro, mientras una esfera de hielo se formaba en su palma, — Ahora tu, te unirás a ellos — añadió mientras cerraba su puño convirtiendo en una nube de polvo la esfera. — Maldición, ¡Trueno de Orion! — exclamo, lanzando una gran descarga hacia el juez, que retrajo su puño y luego lo extendio, exclamando. — ¡Polvo de Diamantes!.

 

 

Esta vez el ataque del espectro supero al del santo, que recibió de lleno el polvo de diamantes, congelando la mitad de su cuerpo, imposibilitando su movilidad. — Ahora, explota en pedazos, ¡Greatets Caution! — grito, mientras lanzaba su ataque con toda potencia, hacia Aelius, pero una voz retumbo por el coliseo. — ¡Kān! — exclamo la misteriosa voz, mientras que un cosmos dorado cubría al santo de plata, protegiéndolo de la técnica de Radamanthys. — ¿Por que intervienes?, Caballero Dorado de Virgo, Ashoka — pregunto el juez, — ¿Por que crees que intervengo? —respondió el Ashoka, que no se mostraba en el lugar, — Que hayas abandonado la sexta casa de virgo, solo para venir a salvarlo, tiene que ser algo importante supongo — comento el espectro, — ¿Abandonar?, te equivocas, yo sigo en el templo de virgo — dijo mientras se materializaba frente a ambos.

De pie, y con los ojos cerrados, y con las manos a modo de meditación, Ashoka, camino hasta ponerse frente a Radamanthys. — Así que solo eres una ilusión. — Comento este.

Aelius, logro en ese momento romper, el hielo que lo apresaba, y observo al Caballero Dorado, que le dijo. — Debes regresar al Santuario, hace poco sentí la presencia de mas espectros acercándose al templo de Aries, y no te preocupes yo me encargare de este sujeto — observando al juez del inframundo. — Así que, ya notaste la presencia de Aiacos y su tropa, pero es muy tarde, ya deben de estar en el santuario — comento este sonriendo — Ademas que vas a hacerme tu que eres solo una ilusión — añadió. — Vete ya — exclamo virgo a Aelius.

El Santo, se marcho del lugar, no sin antes llevar a Jane a un lugar seguro. Y después de un largo silencio, Ashoka hablo. — Y bien, ¿por que dejaste que se marchara?, ¿por que no lo atacaste a través de mi si soy solo una ilusión? — pregunto, — me hubieras detenido, o en todo caso hubieras detenido mi técnica nuevamente — respondió.

El santo, se quedo en silencio nuevamente, hasta que volvió a preguntar, — Dime, ¿como es posible, que los Berserkers, crucen los templos prácticamente sin ser detectados? — mientras que el espectro elevaba su cosmos respondió, — Es enrecio, en verdad piensas que te diré eso fácilmente, si que son estúpidos.

Ashoka, esbozo una leve sonrisa, mientras que comenzaba a elevar su cosmos, sin que el otro se de cuenta. — Me lo dirás tarde o temprano — dijo suavemente, — ¡Que demonios! — exclamo el juez, mientras el piso a sus pies comenzaba a desmoronarse, — Ri ku do rin en — dijo, el Santo de Virgo y se desintegro en el aire, — Ahora veamos, hasta cuanto puedes aguantar en los seis mundos de la reencarnación, antes de volverte loco, que te diviertas — resonó su voz, mientras Radamanthys entre gritos, caía en el primer mundo el Jigokudo.

 

 

 

 

Continuara.....


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Publicado 09 abril 2017 - 11:52

el dorado de virgo al parecer tendrá un poder fumado--XD


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Publicado 10 abril 2017 - 22:43

Cap 25. Cáncer.

 

Mientras, el Juez del inframundo caía dentro de los seis mundos de la reencarnación, Ashoka pensaba mientras meditaba en el templo de Virgo, — Eso lo detendrá por un tiempo, ahora esos cosmos que se dirigen al santuario, claramente le pertenecen a Hades y a Ares, pero esos otros dos que los acompañan, no los reconozco, serán los Dioses Gemelos... no, son mas débiles que un Dios menor, pero aun así superan con creces al cosmos de un Caballero Dorado, quienes serán — preocupado, comenzó a elevar su cosmos, mientras aguardaba que algún intruso, intentara cruzar la casa de Virgo.

Y en el Coliseo, Radamanthys permanecía de pie, inmóvil como si estuviera en un sueño profundo.

En el templo de Cáncer.

La mayoría de los no muertos, que el Santo de esa constelación utilizaba, como marionetas, yacían esparcidos por el piso, quemados por un ardiente fuego. — Vaya es increíble que tu también manejes técnicas así — comento Aleksander sin mostrar sorpresa alguna, — pero eso no te servirá si en verdad quieres ganar — añadió. Mientras creaba una esfera celeste en llamas en la palma de su mano. Del piso entonces comenzaron a surgir varios destellos azules, que revoloteaban por todo el templo, y se incrustaban en la esfera que el santo poseía, haciéndola mas grande, hasta que este cerro el puño violentamente, cubriéndose por las llamas azules su brazo derecho, lanzándose hacia su adversario que bloqueo el puño del primero con su antebrazo y seguido golpeo en el rostro al santo que aprovechando la inercia del golpe, logro acertarle una fuerte patada en la boca. Ambos salieron despedidos en direcciones contrarias, pero lograron mantener el equilibrio, y se lanzaron nuevamente al ataque chocando puños e intercambiando golpes a gran velocidad. Keres, comenzó a notar que Aleksander no se movía como una persona normal puesto que sus movimientos eran totalmente erráticos, hasta que en un descuido el general fue alcanzado por un rodillazo en todo el rostro que le rompió la nariz y lo lanzo a varios metros. — Como es posible, que se mueva de esa forma — pensó mientras se limpiaba la sangre, entonces este escupió sangre y cayo al piso tomándose del estomago, — ¡¿Que demonios significa esto?!, — exclamo, intentando incorporarse, hasta que noto que su armadura tenia grietas de las cuales emanaba sangre, levanto la mirada furiosa hacia el santo buscando alguna explicación, hasta que este se le acerco y lo tomo del cabello. — No notaste, que golpeaba tus puntos vitales y los puntos estelares de tu armadura con el Fuego Fatuo que cree hace unos instantes, ¿ahora comprendes la diferencia entre nosotros? — comento el Aleksander, — ¡¡Maldito.., maldito.., como te atrevez, a decir eso, yo solo recibí ese rodillazo en la cara, tu nunca me golpeaste!! — respondió fúrico Keres, mientras se sacaba al santo de encima.

Elevo entonces su cosmos, rodeándose de un aura tan roja como la sangre, exclamo — ¡Ya me canse de esto, ahora veras el verdadero poder de los generales de la guerra! — extendio sus manos hacia el cielo, y luego las bajo cruzandolas — ¡Mars Magma! — Grito, mientras que de su cosmos se proyectaba una inmensa llamarada de fuego que reducía a cenizas lo que se encontraba en su camino.

El General dirigió, su técnica hacia el santo, que levanto el dedo indice derecho, haciendo que del suelo del templo salieran varios no muertos a formar una especie de muro, pero fue en vano ya que estos fueron reducidos a un montón de carbón, apenas fueron golpeados por la llamarada, Aleksander dio entonces un gran salto hacia atrás, esquivando el ataque, pero Keres apareció en medio de este, sorprendiendo al santo y golpeándolo en pleno rostro, lanzan dolo violentamente por los pilares, y antes de que pudiera reaccionar, el general con gran furia, lo ataco nuevamente con la misma técnica, incinerando todo a su paso, logrando que esta, destruyera uno de los laterales del templo.

En ese mismo instante, Fryst de Acuario, Elene de Pegaso y Ann de Cisne habían llegado a la casa de Cancer, que se encontraba en llamas, y el único cosmos que podían notar en el interior del recinto no pertenecía al guardián de ese templo. — Acaso, ¡¿Acaso asesinaste a Aleksander?! — grito Fryst, observando a Keres, recuperándose y preparándose para luchar en contra de ellos, — Debe de ser mucho mas fuerte, que el que lucho con el señor Helder — comento Elene, mientras intentaba rodear al general por la derecha, — Hay que tener cuidado, si pudo con un caballero dorado — añadió Ann, rodeándolo por la izquierda, — ¡Vaya mas patéticos guerreros de Athena, voy a reducirlos a cenizas rápidamente! — exclamo Keres, mientras aumentaba su cosmos, y extendía sus manos hacia las Saintias, — ¡Vórtice del Infierno! — grito mientras varios torbellinos de fuego, surgieron de las llamas que se encontraban en el templo, combinándose en uno solo y mas grande torbellino cuyo epicentro era el general. Este comenzó entonces a aumentar la velocidad del vórtice que generaba su técnica atrayendo hacia el a los tres jóvenes, — ¡Polvo de Diamantes! — dijo Fryst intentando contrarrestar la técnica de su adversario, pero fue inútil ya que su ataque se disolvía mucho antes de llegar a su objetivo. Lentamente eran arrastrados hacia su muerte, pero Elene, ya con su cosmos al máximo se dejo arrastrar, y en el aire a metros del mortal torbellino de fuego lanzo su técnica mas poderosa — ¡Cometa de Pegaso! — exclamo, mientras su puño atravesaba el vórtice a gran velocidad, en dirección a Keres, que atónito no podía creer lo que sucedía, y mas no podía esquivar el puño del pegaso, debido a que se encontraba concentrado en su técnica. El potente golpe lo recibió en toda la costilla y parte del pecho, haciendo añicos la armadura en esa parte, y logrando que el general disolviera su técnica, pero a pesar de la magnitud del ataque de Elene, Keres se mantuvo de pie, y la tomo del cuello sorpresivamente, amenazándola con romperle el mismo, y cuando se disponía hacerlo, cientos de destellos azules, rodearon los cuerpos de ambos, y con un grito ahogado de ambos y ante la atenta mirada de Fryst y Ann, se produjo un potente brillo azul que al desaparecer, dejo inertes en el piso a, Keres y a Elene. — ¿Que ha sido eso? — pregunto la saintia de Cisne, — probablemente se trate de la técnica mas peligrosa del Santuario, ¨Las Ondas del Inframundo¨, eso significa que Aleksander sigue vivo — respondió Fryst.

 

Y mientras, en un lugar prácticamente desértico, con una gran colina que se dirigía a un pozo sin fondo, en donde cientos de personas caminaban hacia ese ¨pozo¨, lanzándose unas tras otras, Elene se incorporaba confundida al ver el paisaje, pero el pánico se apodero de ella al ver a seres casi putrefactos andar por el lugar sin rumbo, y cuando se dio la vuelta para buscar una salida, choco contra alguien, cayendo sentada al piso, y al incorporar la vista, noto una radiante luz dorada en medio de tantos matices rojos y morados, era el Caballero Dorado de Cancer, Aleksander, que parecía estar ligeramente sorprendido, por ver a la Saintia en ese lugar. — Creí que solo había traído al General de la Guerra a este lugar, ¿o es que ya estas muerta? — pregunto este, — ¡¿Que?!, fuimos nosotros los que pensamos que te habían asesinado, por eso luchamos encontra de ese general, y cuando lo tenia aparecí aquí — respondió Elene un tanto alterada, — ¿Estas segura que no te mato? — volvió a preguntar el Santo, —¡¿Que no?!, que sigo viva, no me ves, sigo aquí — comentaba la saintia, — Lo digo, por que brillas como un alma, que acaba de morir, y ademas no pude haberme equivocado, me concentre única y exclusivamente en traer a Keres aquí, así que tu estas muerta — alegaba Aleksander, mientras Elene se tomaba de la cabeza, tratando de hacer que el santo entendiera que ella estaba siendo agarrada del cuello por el General, cuando el destello ocurrió y apareció en ese lugar, — Entonces, el te rompió el cuello y moriste — indico este, y sembró las dudas en ella que recorrieron entonces la mente de la joven saintia, que comenzó a entrar en pánico nuevamente, — No.., no paso así..., yo aun..., sigo viva..., yo..., yo..., o.., ¿oye que técnica fue la que utilizaste? — pregunto casi sin habla, — Una en la cual separa el alma del cuerpo, y la envía a la Colina de Yomotsu — respondió el santo de cáncer, — Disculpa, pero ¿que es la Colina de Yomotsu? — pregunto, observando sus manos temblorosas, — Es la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos, la parte mas superficial del inframundo, aquí las almas que ya han muerto en la tierra caen para dirigirse a su castigo en el reino de Hades — le comento, mientras observaban a Keres en medio del páramo incinerando a varias almas, con gran furia.

 

 

Continuara....


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Publicado 11 abril 2017 - 15:19

Te sugiero que no lo hagas tan apegado la letra

 

para que se pueda entender mejor

 

aparte de eso---el fic es muy bueno


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Publicado 16 abril 2017 - 10:49

 

 Cap 26. Sepultura de Almas.

 

En la entrada al inframundo, el general de la guerra Keres noto la presencia del Santo de Cancer, y la Saintia de Pegaso, que se encontraban observándolo a varios metros, mientras este destruía a las almas que se le acercaban.

— ¡Así que fuiste tu, dime que es este lugar! — exclamo furioso, mientras que se lanzaba sobre ellos.

Dirigió sus golpes a Aleksander, pero este había saltado sobre el esquivándolo con facilidad, entonces se abalanzo sobre Elene, que no tubo la misma reacción que su compañero, y se dedico a bloquear puños y patadas furiosas por parte del general.

— Crees que podrás defenderte todo este tiempo — comento, mientras acertaba un fuerte golpe en el estomago a la atheniense, y seguidamente otro al rostro, que la lanzo hacia unas rocas.

— ¡Vórtice del Infierno! — grito, extendiendo sus brazos, y lanzando una potente llamarada con la apariencia de un tornado, en dirección a Elene, que elevo su cosmos, y detuvo con sus manos el torbellino, que lentamente comenzó a incinerar sus palmas, como si de papel se tratase.

— ¿Que significa esto? — pensó desesperada, mientras Keres aumentaba la fuerza de su ataque.

— Ya es suficiente — dijo la voz de Aleksander cerca del general, que al girar la cabeza hacia la derecha, solo pudo ver una pierna revestida con una armadura dorada, que impacto en su rostro con tal fuerza, que salio despedido cientos de metros hasta estrellarse contra un montículo de rocas.

 

El santo se acerco hasta Elene, que se encontraba observando sus manos que ardían levemente.

— Tu eres solamente un alma aquí, así que ten cuidado con cualquier ataque físico y espiritual, ademas esas llamas que utiliza son idénticas a mi fuego fatuo, lo que significa que si recibes otro ataque similar, desaparecerás entre sus llamas, y no iras ni a los Elíseos ni al Inframundo, simplemente te convertirás en el polvo de este lugar —comento este con una actitud seria.

Ayudo a la saintia a incorporarse, y luego se dirigió hacia Keres, que se acercaba con una gran rabia.

— Aun no me has respondido, ¿que es este lugar? — pregunto, mientras lanzaba pequeñas ráfagas de cosmos hacia los santos, pero estas se desviaban hacia algunas almas o simplemente impactaban en rocas.

— Este lugar, es la Colina de Yomotsu, la entrada al inframundo y para que lo comprendas mejor, esos dos que están por caer al foso son, si no me equivoco los generales Fobos y Cidoimos ¿verdad? — respondió, cruzándose de brazos y señalando con un dedo hacia el inmenso pozo que conducía al Inframundo.

Keres, se detuvo a contemplar a sus dos compañeros, y simplemente esbozo una leve sonrisa, mientras que su cosmos comenzaba a hervir y sus ojos a brillar con un tono rojizo.

— Y eso que, el señor Ares nos traerá devuelta cuando asuma el mando del Santuario, y del Olimpo, lo que les pase a ellos o a mi no me importa — respondió cínica mente.

— En verdad crees que Ares, siendo la clase de Dios que es, se preocupara por las tristes almas de sus soldados, ni siquiera Athena se preocupa de sus soldados caídos, ¿crees que Ares lo hará? — indico Aleksander, mientras creaba una llama azul en su mano derecha.

— El señor Ares nos necesitara, nosotros siempre hemos estado acompañándolo desde la era del mito, nuestras almas están ligadas a su poder, mientras el exista nosotros también existiremos — comento, — así que aunque caigamos hasta lo mas profundo del infierno, el nos traerá devuelta para sembrar el Caos, el Pánico, el Miedo y el Terror en la tierra, así que... ¡Desaparece Mars Magma! — añadió gritando, y lanzando una inmensa bola de fuego en dirección a Elene y Aleksander, y este ultimo se coloco frente a la saintia y le comento.

— Si recibes eso mueres, y algo me dice que no debes morir aun.

 

Cancer, elevo entonces su cosmos al máximo y con su dedo indice derecho, creo una pequeña esfera de luz azul, que comenzó a atraer a gran velocidad a todas las almas errantes del yomotsu, y dichas almas aumentaron el tamaño de la esfera azul, que comenzó a cubrir a ambos como en una especie de cúpula, y que actuó de protección ante la gigantesca esfera de fuego de Keres.

Una gran explosión seguido de inmensas llamaradas rojas, provino del lugar en donde se encontraban, y cuando el humo comenzó a disiparse, el general se acerco a verificar, una gran sonrisa se dibujo en su rostro, al ver la Armadura de Cancer en medio del cráter, y comenzó a reír a carcajadas, al no ver a la Saintia de Pegaso en el lugar.

— Creíste que con eso ibas a protegerte, iluso — comento entre risas, unas risas que se cortaron abrupta mente cuando una voz hablo a sus espaldas.

— ¿Quien es el Iluso? —.

Keres giro la cabeza lentamente, y observo al Santo de Cancer, sin su armadura, se encontraba apoyando el dedo derecho en su espalda.

— Imposible... ¡tu deberías estar muerto! — exclamo el general.

— Entonces esto no te dolerá — le respondió felizmente, mientras una llama azul surgía de su dedo y cubría a Keres, que comenzó a gritar de dolor y de desesperación.

— Veamos entonces si Ares te trae devuelta — dijo apuntando al cielo concentrando su cosmos y acercando a mas almas errantes hacia su enemigo, hasta cubrirlo totalmente de estas, que también comenzaron a incendiarse con el fuego azul.

— Como es posible — gritaba el general lleno de dolor, rabia y sufrimiento.

— Desde que te traje aquí, tu destino estaba sellado, tanto tu como Pegaso son simples almas, en cambio yo poseo un cuerpo físico por lo tanto... mi alma esta a salvo de técnicas como esta — le indico con una mirada asesina.

— Sepultura de Almas — dijo suavemente, y cerrando el puño lentamente, todas las almas incluidas la de Keres, estallaron violentamente, y los restos de estos cayeron esparcidos en los alrededores, quemándose lentamente hasta consumirse por completo.

 

Aleksander, se quedo observando como el fuego se fue apagando paulatinamente, y luego observo sus manos, cerro sus ojos y pensó.

— Por que lucho en esta guerra, después de todo terminare aquí también, ¿no seria mejor desertar?, no, el resultado seria el mismo, ¿y si, me quedara aquí?, cual seria la diferencia, Athena ni siquiera se preocupa por nosotros, nos ve morir en cada generación y ni se inmuta.

Observo entonces su armadura y comento.

— Que esperas, el general esta muerto... mientras que Elene se incorporaba de detrás de su armadura en forma de tótem.

— Fuiste rápido, no vi en que momento te despojaste de tu... el santo la callo con la mirada y se sentó en unas rocas.

— Tu también, deberías preguntártelo, ¿por que estas en esta guerra? ¿por que luchas por athena?...pregunto este.

De inmediato, le vinieron a la mente varios recuerdos, de cuando se encontró por primera vez con Elias cuando eran niños, cuando recibieron sus armaduras por parte del misterioso anciano, el momento en el que se enfrentaron a Kun Lin de Libra, los entrenamientos en el Santuario junto a Itzal de Capricornio, su primera misión con Black de Escorpio.

— ¿Que te hace querer luchar por Athena?, ¿que ha hecho ella por ti hasta ahora? — pregunto aun mas el santo de cáncer.

— No...no lo se, hay algo que no puedo sacar de mi cabeza desde que vi a Athena..., siento que ella es parte de mi, que la conozco desde hace mucho tiempo..., por eso algo me dice que debo estar a su lado, ademas ahora que se que Elias esta vivo, quiero que esto termine y regresar todo como era antes . Le respondió esta.

Aleksander se revolvió el cabello y le comento, observando el desolado panorama.

— Ya veo, es extraño..., pero ahora que dices eso, me di cuenta que tu alma no es la del Pegaso de la anterior guerra santa, ni de la anterior a esa, de echo no eres el santo de pegaso, de esta guerra santa lo que me hace pensar, ¿quien eres en verdad?.

Se produjo un fuerte silencio entre ambos, tanto que los quejidos de las almas errantes y de los que se dirigían al inframundo, comenzaron entonces a resonar por todo el páramo.

— Yo soy Elene, la Saintia de Pegaso, y si dices que mi alma no es la del pegaso, no me interesa, por que la armadura esta en sincronía con mi cosmos, eso significa que acepta que la porte, así que, deja de preguntar estupideces y sácame de aquí, hay una guerra y debemos proteger a Athena — Le respondió elevando la voz.

— Te sacaría, pero estoy agotado..., ademas ¿por que proteger a athena?, si es una Diosa, ¿acaso no puede usar sus dones divinos para enfrentarse a sus enemigos? — respondió este, recostándose en el suelo.

— Entonces, ¿por que te enfrentaste al General de la Guerra?, no, ¿por que te convertiste en un Santo de Athena? — pregunto la saintia, mientras se apoyaba por unas rocas.

 

Aleksander, esbozo una leve sonrisa, y no tubo de otra mas que responder.

—Tengo mis motivos — dijo mientras que Elene levanto las cejas.

— Esa no es una respuesta, indico molesta.

— Si crees que, es venganza como Fryst, impartir justicia como Kun Lin, buscar la paz como Ashoka, redimirse como Black, o ser mas fuerte como Lykos, te equivocas, yo estoy aquí por que quiero, no busco poder, ni fama, solo quiero...— se detuvo mirando su mano.

— Escuche que tu pasatiempo era torturar a las almas que en vida fueron personas horribles, eso no te hace un justiciero como Kun Lin, o es una forma de redimir algún acto de tu pasado como Black, o es en venganza por alguien como Fryst, eres un caballero de Athena por algo no solo por que quieres... el santo la interrumpió señalándola con el dedo, y con la mirada perdida, le dijo.

— Me cansaste y hablas mucho, así que vete, ¡Ondas del Inframundo!.

Salieron entonces, de su dedo varias lineas blanquecinas que comenzaron a formar espirales al rededor del cuerpo de la saintia, y con un destello azul desapareció del lugar sin dejar rastro alguno.

— Niña Tonta — pensó, este mientras contemplaba el panorama junto a su armadura dorada.

 

En el Templo de Cancer, Elene se encontraba en recostada por un pilar cuando pego un salto, como cuando uno sueña que se cae. Se incorporo y observo el sitio, ella se encontraba sola, a excepciona del cuerpo de Keres que aun seguía en el lugar, pero no había rastro de Fryst de Acuario ni de Ann.

— Estúpido Aleksander, ya me las pagara — pensó cerrando los puños.

— Ahora deben estar en el templo de Leo, debo apresurarme — dijo mientras se dirigía al templo del león dorado.

 

Y mas abajo en el Templo de Tauro, Helder, se encontraba observando, la entrada de su templo cuando con una sonrisa comento.

— Vaya, vaya primero los Berserkers, ahora los Espectros, y nada mas que el Juez del Inframundo en persona Aiacos de Garuda y su tropa — mientras que estos avanzaban hacia el santo y comenzar a rodearlo.

— Esto sera interesante — añadió el santo.

 

 

 

 

Continuara................   

 


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