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Buenas a todos queridos los lectores... Edito el primer capitulo de mi fic mas bien para que entiendan de que va, por que cuando comencé lo tire así como así sin explicar casi nada.
Bueno, el fic trata de la guerra santa entre Athena, Ares y Hades. El universo en el que se basa es en uno alterno al original (básicamente uno creado por mi mismo).
Constara de dos grandes arcos argumentales, (uno de ellos a punto de terminar), y sin mas que añadir les dejo con los primeros dos capitulos (si dos en uno, por que en ese tiempo no sabia como iban las cosas en el foro).
PD: Si hay errores gramaticales los corregiré mas adelante, cuando los vuelva a editar)
Cap.1 Profecias
La noche cae en el santuario de athena y las sombras comienzan a crear imagenes fantasmagoricas que le erizarian la piel a mas de uno.
Las doce casas se encuentran sumidas en un gran silencio y obscuridad, solo la luna llena ilumina parte de el.
En las afueras del santuario, se extiende en forma vertical una gran montaña rocosa y arida, que es conocida como el lugar mas cercano al cielo. En la cima de este se encuentra un pequeño templo, donde una persona se encontraba de pie.
El hombre se encontraba vestido con una gran tunica blanca con un medallon colgado en el pecho, en su mano izquiersa sostenia un casco dorado con un diseño y gran detalle.
Su cabello blanco le llegaba hasta los hombros y en su rostro se notaban muchas arrugas y tenia una barba blanca.
Sus ojos celestes tenian una mirada cansada, pero firme hacia el filmamento como si estubiera esperando una respuesta de este.
Luego de unos minutos el hombre dio un suspiro y se dio media vuelta y regreso al interior del templo.
- Las estrellas no deparan un buen futuro. Se dijo a si mismo, mientras comenzaba el descenzo.
Cuando estubo al pie de la montaña, se percato de que un joven lo esperaba.
El muchacho llevaba una tunica gris, y una bufanda blanca.
El joven esbozaba una leve sonrisa, y lo mas curioso de el es que no tenia cejas, aparte de eso tenia dos lunares morados en donde deberian estar las cejas. Cuando se encontraron frente a frente, el joven dio una reverencia y hablo.
- Gran patriarca. Dijo adoptando una posicion mas seria.
- ¿Acaso, las estrellas han indicado algo malo?.
El patriarca lo observo y respondio.
- Las estrellas (Dio un suspiro) no dicen nada.
El anciano levanto la mirada hacia el santuario y pregunto.
- ¿Acaso el Oraculo de Delfos esta en el santuario?. ¿Hamal?.
El joven levanto la mirada tambien hacia el santuario y respondio.
- Si. Llego hace unas horas y he llegado aqui para avisarle, desconosco la razon de su visita. Respondio Hamal que al parecer ese era el nombre del joven.
El patriarca lo observo y con una actitud seria dijo
- Vamos, no hay que hacerla esperar entonces.
Cuando ambos llegaron a la primera casa del santuario, observaron al oraculo de pie frente a unas columnas.
Su apariencia era la de una joven tal vez uno diez y siete años, lucia un largo vestido de seda verde, con encajes negros y verdes, llevaba una tiara con una gema verde en el centro, su largo cabello sedoso llegaba hasta su cintura y sus pies estaban descalzos, ademas los finos rasgos de su rostro brillaban con una tenue luz verde
Cuando estubieron frente a ella, la joven abrio los ojos, y hablo antes de salidar siquiera.
- He tenido una gran visión, que involucra no solo a Athena, tambien a los demas dioses. Indico
- Cuentanos. Respondio el patriarca.
El oraculo prosiguio entonces.
- Cuando el mundo este en la obscuridad, una flecha divina marcara el camino. (El oraculo callo y luego siguio)
- En la guerra solo un caballero sobrevivira y ese sera el que guiara a todos hacia un nuevo comienzo.
(Volvio a parar y siguio pero con una advertencia)
- De todas mis profecias y visiones esta es la que mas me atormenta.
- Un dios se levantara entre dos iguales y traera una gran guerra, despertando al caido y sus hermanos el olimpo y el mundo seran destruidos.
Dicho esto el oraculo se habrio paso en medio de los dos hombres, giro la cabeza y dijo.
- Patriarca usted sabe que todas mis profecias se han cumplido, ahora solo queda rezar. (Dicho esto el oraculo se convirtio en una neblina verde que pronto desaparecio).
Hamal se quedo muy sorprendido, miro al patriarca.
Este estaba tranquilo con la mirada fija a la estatua de Athena.
- Ahora hay que prepararnos para la guerra. (Dijo el patriarca).
Hamal se arrodillo con una pierna frente al patriarca, y con una reverencia dijo.
- Yo Hamal de Aries, protejere la primera casa, el santuario y a Athena con mi vida, cuente con ello Gran Patriarca.
El anciano lo observo, y le respondio.
- Asi sera, Hamal. (Callo un instante y prosiguio).
- Quiero que vengas al amanecer al coliseo, hay que entrenar a los tres nuevos aspirantes a santos.
Despues de eso, el patriarca ingreso dentro del templo de aries rumbo a sus aposentos. En cuanto a Hamal, el se quedo observando el cielo estrellado, pensando seriamente en la profecia.
Cap.2 Los dos jovenes
Han pasado ya diez y nueve años desde que el oraculo visito el santuario, dejando aquellas profecias al patriarca y al santo de aries.
Ahora el patriarca se encontraba en su templo, junto a tres desconocidos, al parecer les estaba dando las ultimas indicaciones de alguna mision.
- Como sabran, en las ultimas semanas hemos recibido muchas noticias de dos jovenes, con armaduras similares a la de nosotros los santos de athena. Explico el patriarca.
- Su mision sera encontrar a los dos jovenes, y si poseen tales armaduras traiganlas devuelta al santuario. Continuo el patriarca.
Los tres hombres que se encontraban frente a el, respondieron con un - ¡Si señor!.
- Muy bien, ahora en nombre de Athena, Kun Lin de libra, Itzal de Capricornio y Aelius de Orion. Partan camino a Francia y cumplan con su mision. Exclamo el patriarca.
Dicho esto los tres santos se retiraron del templo del patriarca y emprendieron el viaje.
De los tres santos, Kun Lin era el que lideraba el grupo, por ser uno de los santos con mas experiencia en el santuario. El caballero tenia el cabello castaño claro, muy corto y ojos obscuros.
Aelius el santo de plata, es el dicipulo de Kun Lin, con una mirada fria y calculadora.
En cuanto a Itzal, el santo de capricornio, era su primera mision como santo dorado, pues habia recibido recien su armadura.
Mientras en la ciudad de Aisne, al norte de francia exactamente en un pequeño poblado, cerca del medio dia, un gran grupo de personas se reunia frente a la comisaria, exigiendo que los policias atrapen a los ladrones. El jefe de la policia trataba de explicarles que no habia pruebas, ni rastros.
A unas cuadras, de ese lugar, en una casa abandonada muy derruida, una joven observaba atravez de una de las ventanas, como las personas señalaban hacia la casa donde se encontraba.
- Esto es perfecto. Dijo molesta.
Cerro la ventana y se alejo de ella, y comenzo a caminar de un lado a otro nerviosa, debido a que en la casa estaban las cosas robadas.
- Donde diablos estara ese idiota. Penso.
La joven llevava una remera roja muy gastada, unos jeans azules y el cabello castaño atado en una coleta corta.
Volvio a mirar por la ventana y vio como la multitud ahora, se movilizaba hacia donde ella se encontraba.
- Demonios ya no puedo esperarlo mas. Dijo.
Justo en ese instante se oyo un crujido en el fondo. La chica volteo y exclamo.
- Al fin, tenemos que largarnos, ya saben donde estamos.
Frente a ella se encontraba de pie un joven, casi de la misma edad, con el cabello negro y su remera gris muy sucia y un tanto rota.
- ¿Pero como?. Pregunto.
- No lo se, tal vez alguien nos vio o algo asi. Respondio ella.
- Toma tus cosas y algo para comer, hay que salir ya. Replico la joven.
El muchacho asintio y recogio algunos panes y lo que pudo lo guardo en una bolsa, luego levanto una gran caja metalica con el simbolo de un lobo, y se lo puso como una mochila.
- Oye Elene, ya tengo todo vamonos. Dijo el muchacho.
La joven, volvio a observar otra vez por la ventana, y se dio cuenta que entre la multitud habian tres sujetos extraños que se iban separando lentamente del grupo.
Cuando los vio tubo una extraña sensacion.
- ¡Elene!, ya vamonos. Volvio a decir el joven.
- Si, esta bien. Respondio.
La joven levanto otra caja de metal similar a la de su amigo, solo que este tenia el simbolo de un caballo.
Ambos se dirigieron al fondo de la casa, y salieron a un pequeño callejon.
Rapidamente huyeron en direccion al Rio Somme, que fluia un poco mas al norte.
Durante la huida, Elene no paraba de mirar hacia atras, como si alguien o algo los persiguiera, pero no lograba ver nada.
Luego se detubo abruptamente, y observo hacia atras nuevamente, pero con una mirada mas seria.
- Oye Elias. Dijo la muchacha.
El joven se dio media vuelta y respondio.
- ¿Que?.
- ¿Sentiste eso?.
- ¿Que cosa?.. en ese momento una gran rafaga de viento los golpeo, y cuando se acabo, observaron frente a ellos a un hombre sentado sobre una roca.
Llevaba un somrero de paja, y una rama de trigo en su boca, en todo momento el sujeto observaba hacia el suelo.
- ¿Quien eres tu?. Pregunto Elene, adoptando una posicion defensiva.
- Yo solo soy un simple viajero al igual que ustedes. Les respondio.
En ese momento Elias, observo que habia otros dos sujetos detras de ellos, uno estaba apoyado por un arbol, con los brazos cruzados y los ojos cerrados y el otro estaba recostado tambien, a un lado de ellos.
- ¿Ustedes, son del pueblo?. Si es asi, les aseguro que no robamos nada. Explico Elias.
El hombre que estaba sentado frente a ellos, se incorporo y al quitarse el sombrero dijo.
- No, no somos del pueblo, venimos de otro lugar, pero no se preocupen no vamos a hacerles daño, solo queremos hablar.
- ¡Ja!, eso dicen todos, antes de que te den una golpiza o les des una golpiza. Respondio Elene.
- Pero es encerio, no les haremos nada. Volvio a repetir el hombre esta vez riendose.
- Solo queremos hablar, pero antes hay que presentarnos. ¿No es asi?. Dijo con una leve sonrisa.
Despues de esa ultima frase, hubo un momento de silencio. Hasta que uno de los hombres hablo.
- ¡Mi nombre es Itzal!. Exclamo el sujeto que estaba apoyado con los brazos cruzados.
- Lo ven no es tan dificil. Respondio el hombre frente a ellos.
- ¡Esta bien!, mi nombre es Elene y el es Elias, y saben que? ¡ya basta de todo esto!, que es lo que quieren de nosotros. Grito la joven.
El hombre se quedo sorprendido, y luego de un suspiro, levanto la mirada y hablo de forma mas seria.
- Muy bien. Nosotros venimos a llevarnos esas armaduras que traen en las cajas. Debido a que no les pertenecen.
- Entreguenlas sin resistencia por favor. Replico Itzal.
- ¡Ja! Con que son ladrones. Les respondio Elias. Preparandose para pelear.
El hombre frente a ellos volvio a suspirar, y nuevamente dijo.
- Por favor chicos, no saben quienes somos, o a quienes les pertenece esas armaduras, asi que les propongo un trato, demuestrenme que son aptos de usar esas armaduras, tratando de darme un golpe.
Despues de eso, Itzal y el otro sujeto que no habia dicho una palabra aun quedaron sorprendidos.
- ¿Pero que?. Acaso estas loco, Kun Lin, ellos dos ni siquiera tienen un entrenamiento, es una estupidez. -Pensaba Itzal.
Elene y Elias solo intercambiaron miradas y aceptaron el trato.
Los dos dejaron las cajas de las armaduras en el suelo.
-¡Dame tu fuerza pegaso! Exclamo Elene. Una gran luz la envolvio a ella y a la caja, y cuando esta se apago la joven portaba una armadura de pegaso muy gastada.
La armadura contaba con unas protecciones para los hombros y una unica placa que solo cubria el pecho izquierdo, unos protectores para el brazo y las piernas, y en la cabeza llevava una tiara con la forma de la cabeza de un caballo en el medio.
-¡Gran lobo muestra tus colmillos! Exclamo Elias. Y la armadura de lobo tambien salio de la caja, y luego en un momento, el tambien portaba su armadura.
La del lobo contaba con una proteccion pequeña para los hombros y un protector completo para el pecho hasta la cintura, los protectores de las manos terminaban en garras como las del lobo y en las piernas solo tenia proteccion en la rodilla, en la cabeza llevava una especie de casco tambien con la forma de la boca de un lobo que le cubria hasta las mejillas.
Luego y sin decir nada Elene, se lanzo hacia Kun Lin tratando de darle un golpe en el rostro, y el santo de libra solo dio un paso al costado y esquivo el golpe de la joven, y en ese momento detubo tambien la patada de Elias que se habia escabullido detras de el.
Kun Lin empujo con su cosmos en los dos jovenes a unos metros de el, mientras el sonreia, Elene se ponia furiosa y volvio a lanzarse, una patada, un gancho izquierdo, hasta un cabezaso fue la que la joven intento pero todo fue en vano el santo simplemente la esquivaba sin hacer el mas minimo esfuerzo. Elias entonces entro en accion y elevo su cosmos, en ese momento los tres enviados del santuario, se sorprendieron.
Alguien que supuestamente no deberia tener idea de como luchar con una armadura, estaba elevando su cosmos. Elias entonces ataco con su tecnica mas poderosa.
- ¡Gran garra del lobo!. Exclamo. Y con dos grandes movimientos intento cortar a su oponente con las garras de la armadura, pero fallo pues el santo de libra lo esquivo con facilidad.
-¡Oye!. Grito Elene.
Kun Lin se volteo y vio a la joven lista para otro asalto, el santo sonrio y adopto una posicion de combate.
Elene elevo su cosmos, y decidio atacar con todo su poder.
- No importa lo que hagas nunca podras golpearlo. Le grito Itzal.
- Y eso que, aun no han visto lo que puedo hacer. Le respondio la joven.
- ¡Cometa de pegaso! Grito Elene.
Y como un verdadero cometa su puño se detubo a unos centimetros del cuerpo de Kun Lin.
- Que es lo que sucedio?. Por que no puedo moverme. Penso Elene.
En ese momento el cosmos que la joven habia expulsado, fue tanto que su cuerpo no aguanto y sin poder hacer nada cayo desvanecida. Kun Lin pudo sostenerla a tiempo, y pudo recostarla. Elias exausto intento elevar su cosmos pero ya no podia.
- Deberias detener ya esto maestro. Exclamo Aelius.
- Entonces.... puedes hablar ja. . Dijo Elias que apenas podia respirar del cansancio.
- Ya vimos suficiente. Dijo el Itzal.
- Si tienes razon, ademas creo que hay muchas cosas que preguntarles a estos niños. Dijo Kun
Lin. Creo que deveriamos llevarlos al santuario tambien. Añadio
Itzal y Aelius asintieron.
- ¡Je!.. Ni si quiera me preguntaron..si que....ria.. ir. Elias termino la frase y cayo desmayado.
En ese momento los tres enviados del santuario los levantaron y los llevaron a cuestas hasta el santuario.
Editado por Dbicho, 06 junio 2017 - 20:17 .
