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7.Dinamica de Fics-2016: El Mejor personaje del Reino Marino

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10 respuestas a este tema

#1 Patriarca 8

Patriarca 8

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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:56 .

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#2 Patriarca 8

Patriarca 8

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Publicado 28 marzo 2016 - 22:17

 
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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:57 .

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#3 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

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Publicado 29 marzo 2016 - 18:49

¡Hola! esta vez sí que puedo participar :)

 

Nombre Personaje marino: Glauco de Dragón Marino

Link: http://saintseiyafor...ora-myth/page-3

Resumen: Atenea encomienda a Hermes la importante misión de recoger las sangres de al menos dos descendientes de Cronos, para resucitar a Pandora. El mensajero al principio se muestra dubitativo, hasta que finalmente decide llevarlo a cabo pues desea desentrañar los misterios del plan de la diosa, el de su armadura y el hecho de que existan algunos mortales capaces de manipular el cosmos para luchar; poder que hasta ese momento solo se reservaba a los dioses.

 

En este capítulo, Hermes, aconsejado por Eos, la diosa aurora; acude a Circe para que le de la clave para entrar en la Atlántida sumergida y robar la sangre de Poseidón. Circe a cambio de ello le pide que averigue a través de un hechizo que ella misma elabora, qué es le ocurre a Glauco y su auténtico aspecto. La bruja Circe, enamorada del apuesto ex príncipe de Corinto, sospecha que ha sufrido una especie de encantamiento que le ha convertido en la bestia que actualmente es. Hermes accede al trato y esto es lo que ocurre en el capítulo. Os pongo lo realmente relevante de él.

 

Capítulo 17: Laberinto de Coral

 

(...)

 

Al anochecer Hermes se acomodó en una de las islas del Atlántico Norte, a unas cuantas millas de la Atlántida emergida. Aquellas islas eran frondosas. En el extremo noroeste se levantaba un hermoso valle con unas ruidosas y caudalosas cataratas que discurrían por un río fresco.
 
Según las indicaciones que le había dicho Circe, ahí solía Glauco trasnochar a la luz de las estrellas. Le había comentado la maga que la imagen que de él iba a encontrar sería el auténtico aspecto del ex príncipe corintio. Cuando le viera debería lanzar el conjuro del espejo divino sobre él lo más prudente y rápido posible, para obtener lo que la maga deseaba; solo así podía ésta enseñarle el camino a la Atlántida sumergida. Parecía todo más fácil de lo que podía imaginarse Hermes, pero el hecho de que la maga no le explicara cómo iba a tener lugar el hechizo, le hacía sentirse algo inquieto pero curioso.
 
El arcadio bostezó y estiró sus extremidades perezoso. Había sido un día duro, pero todavía le quedaba mucho que hacer antes de acostarse. Tomó un poco de agua del río con sus manos y se lavó la cara en un intento de espabilarse.
 
“Circe me ha dicho que hasta que no consiga la imagen de Glauco no podré entrar en la Atlántida sumergida. ¿Por qué? No se esmeró en explicarme más.”
 
Solo tenía que esperar a que el general durmiera y entonces debía proyectar el boliche de su caduceo sobre su frente. Se suponía que gracias a los avanzados poderes mentales de Hermes, sólo éste podía ser capaz de dominar semejante hechizo. "Tu facilidad de desplazamiento en las diferentes dimensiones, te permitirá regresar sin problemas y muy velozmente.” Recordó el hijo de Zeus las palabras de la maga. “¿Adónde se supone que voy a ir?” Se preguntó intrigado el argicida. En ese momento pudo percibir cierta actividad en las aguas del río muy cerca de la catarata y centro su atención en él.
 
El agua tornó un color rojizo y en medio de un remolino se alzó un enorme tronco de coral por entre el cual reposaba el dragón marino. Hermes se acercó sigiloso hasta poder ver más de cerca el acontecimiento que estaba a punto de presenciar.
 
A primera vista y debido a la oscuridad, el mensajero del Olimpo tuvo serias dificultades para distinguir algo; pero finalmente pareció avistar alguna imagen que de un modo u otro, le resultaba extrañamente violenta. Glauco estaba completamente adherido al coral como si formara parte de él. Parecía una débil mosca aletargada, atrapada en una telaraña y esperando a ser devorada. El coral se deslizaba suavemente como un enorme monstruo marino hacia la orilla alargándose y encogiéndose sus ramificaciones como si se trataran de palpitantes dedos.
 
-¿Qué titanes es eso? ¿El coral está vivo?- murmuró Hermes mientras se deslizaba sigiloso por entre los matorrales y piedras para acercarse más al extraño objeto viviente.
 
Se detuvo oculto tras unos altos troncos caídos sobre el río y las caídas ramas del sauce llorón que se levantaba entre ellos. El coral parecía gotear una extraña substancia en su avance. Estirando su brazo el mensajero pudo atrapar una de esas gotas. Era muy espesa y la examinó en su mano frotándola entre sus dedos. Su textura era mucosa. Entonces cayó en la cuenta por el olor que expelía, de lo que se trataba.
 
- ¡Es sangre! Sangre coagulada.
 
Hermes sacudió repugnado la substancia de sus dedos y se precipitó a lavarse las manos en uno de los caños de la catarata. El enorme monstruo de coral llegó a la orilla sacudiéndose. El cuerpo del general marino cayó al suelo boca abajo, estaba sin duda aún con su armadura.
 
La figura se encogió levemente, como un globo desinflándose. Frente al cuerpo apareció una fantasmagórica figura desnuda humana que cada vez se hacía más visible. Una larga y espesa melena oscura cubría toda la mitad de su cuerpo y espalda. Miró el sujeto sus manos cubiertas, como todo su cuerpo, de la gelatinosa sangre. Parecía como si hubiera sido recién parido por su madre aunque en edad adulta. Entreabriendo sus ojos el cilenio intentó distinguir su rostro, pero el largo flequillo de la figura se lo impedía. Detenidamente se encontraba el fantasma mirando el cuerpo que vestía la armadura sacudiéndose la pegajosa substancia. Cuando comprobó que no se le iba, se fue acercándose al agua lentamente y se refregó bien hasta sumergirse.
 
Cuando salió a la superficie otra vez, Hermes comprobó que no se trataba de una melena oscura sino más bien clara. Apartándose el flequillo el extraño alzó sus ojos y entonces pudo reconocerle el dios. Glauco había recuperado la forma que tenía anteriormente, pero parecía mucho más hermoso ahora, como si un extraño conjuro hubiese acrecentado su atractivo. Tenía un aire mucho más divino y sobrenatural. Era el príncipe de Corinto que él había conocido, con su melena rubia y sus ojos verdosos. El ex príncipe había tomado un aire más regio y fuerte.
 
- ¿Qué estás haciendo, Hermes?
 
Se dijo el dios cuando había caído en la cuenta de que estaba malgastando más su tiempo en mirarle que lanzarle el hechizo. ¿Debía esperar el dios a que se durmiera Glauco después de su relajante baño? O ¿Mejor aceleraría su sueño para terminar cuanto antes con su labor? Optó por la segunda opción y con paso firme salió de su escondite. Glauco había escuchado el ruido de sus pasos y se giró lentamente para mirar quien había aparecido.
 
- Mucho tiempo sin encontrarnos príncipe de Corinto.- decía Hermes mientras avanzaba y se ocultaba en la oscuridad.
 
- ¿Quién eres?- Dijo Glauco con voz suave y cálida. En cierto modo,  huidiza.
 
- ¿No reconoces mi voz?- dijo Hermes.- En más de una ocasión fui yo a visitar a tu padre Sísifo antes de que intentara burlar a Tánatos. Mas mis advertencias no fueron acogidas. Tu padre me caía bien; teníamos bastante en común, pero ahora lamento el duro castigo que le propició Hades para impedir que escapara otra vez. Afortunadamente, parece que tu madre Mérope está muy feliz junto a su segundo esposo, Pólibo.
 
- ¿Cómo sabes tanto de mí? ¡Sal a la luz! Estoy empezando a ponerme nervioso y no me gusta. - dijo más autoritario Glauco, levantándose quedando el agua por su cintura.
 
Hermes salió al claro del río iluminándole la luz de la luna. Cuando Glauco distinguió sus atributos la reacción de príncipe se le hizo sorprendente al olímpico: Una cálida y amable sonrisa le estaba recibiendo. Era sincera y alegre.
 
- ¡Hermes! ¡Cuánto tiempo!- dijo el general saliendo del agua.- Me alegra verte otra vez. Ahora entiendo cómo sabes tanto de mí. Mi padre y tú erais amigos. Él siempre te mencionaba en sus conversaciones como un ejemplo a seguir. Hasta le transmitiste parte de tu sabiduría…, esa sabiduría que fue posteriormente transmitida a mí.
 
- ¿Sabiduría? ¿Así me ves? Me resulta muy gracioso lo que dices.- Dijo Hermes riéndose.- ¿Llamas sabiduría a un par de trucos baratos de prestidigitación y comedia?
 
- No… no era solo eso… era…
 
En ese instante el general se llevó las manos a la cabeza y su cuerpo se dobló.
 
- ¿Estás bien, príncipe?
 
Glauco extendió su brazo para impedir que se acercara más el dios a él.
 
- Me duele mucho la cabeza… Es mejor que te vayas. Sé lo que me suele pasar después de esto y no me gusta.
 
- ¿Qué pasa? Tengo aquí unas hierbas que van muy bien para eso ¿las quieres?- Hermes sacó de su botín un frasco que de un manotazo fue rechazado por Glauco.
 
- ¿Cómo has osado a espiarme, intruso…?- dijo Glauco con voz siniestra.- ¡¡Apártate de aquí!!
 
El cosmos de Glauco le lanzó un golpe de sorpresa a Hermes. Éste no se lo podía haber imaginado. Levantándose el dios miró a Glauco, cuyo hermoso rostro se ensombreció. Su piel comenzó a deformarse incomprensiblemente. Aparecieron unas ramificaciones que se abrían paso a la superficie. Rasgaron la epidermis violentamente desapareciendo la belleza natural de Glauco. Parecía otra vez tornarse monstruoso su aspecto.
 
- ¡Por todos los dioses! ¿Qué es eso? No luces muy bien ahora. – Dijo Hermes perplejo.
 
- El que no va a lucir bien ahora ¡Eres tú! ¡Maldito entrometido!- dijo Glauco lanzando su ataque de coral.
 
Hermes reaccionó rápidamente levantando su escudo de mercurio el cual rechazó fácilmente las púas de coral. Glauco siguió insultándole lanzando varios ataques sucesivos que esquivó el dios confuso del cambio de humor de Glauco. Al principio, el ex príncipe no parecía haber cambiado su comportamiento, era como el dios le había conocido; pero ahora, lucía absolutamente diferente.
 
- Esto me pasa por intentar ser amable.- Se dijo el dios.- Debía haberme ceñido a dormirlo y lanzar el hechizo.
 
El dios se ocultó entre la arboleda mientras un descontrolado Glauco le preguntaba dónde se encontraba y le llamaba cobarde. Lanzaba éste ataques imprecisos y cuantiosos esperando que alguno acertara en el hijo de Zeus, dondequiera que estuviera. El general era objeto de un ataque de ira inexplicable.
 
- Y yo que pensaba que solo eran así las amazonas. ¡No es una mujer! ¿por qué se pondrá así? ¿Tendrá algún complejo o algo parecido? ¡Somos dos hombres por el amor de Gea! ¿Acaso nunca ha estado desnudo delante de otro hombre?
 
- ¿Dónde estás Hermes? Sal aquí y pelea como un hombre. ¿Quién te ha mandado a espiarme y estorbar mi descanso?
 
- ¿Sabes?- comenzó a decir Hermes.- Conmigo puedes estar tranquilo, a mí solo me gustan las mujeres. No soy tan ambiguo como Apolo o Zeus.
 
Glauco centró sus ojos hacia dónde provenía la voz, intentando descubrir a Hermes.
 
- ¡¿Qué insinúas maldito degenerado?!- Protestó el general percibiendo la silueta de Hermes. Le lanzó otro ataque que rozó el muslo de arcadio.
 
- ¡Ah! me ha dado.- dijo Hermes llevándose la mano al muslo saltando más lejos para buscar otro escondite. - ¡Y duele una burrada!- dijo situándose entre los peñascos de la catarata. Pudo sentir el familiar hormigueo del veneno recorriendo sus venas. El general no cesaba de llamarlo a gritos exagerados - Mientras no me comporte tan extraño como con las rosas de Afrodita, todo irá bien.
 
- ¡Voy a destruirte, Hermes! Y luego le llevaré un trofeo a Poseidón. No le caes muy bien.- dijo Glauco riendo malévolamente.
 
- Antes de que esto se ponga peor, tengo que reaccionar.
 
- ¡¡¡Hermes!!!- Gritó el general.
 
- Glauco… no vas a destruirme pues antes yo terminaré con mi cometido contigo. Así que te ha molestado que haya interrumpido tu descanso ¿Eh? No te apures, enseguida volverás a echarte la siesta.
 
Sacando la lira de su botín, comenzó Hermes a entonar una dulce melodía que provocó un fuerte impacto en el general marino. Glauco se llevó las manos a sus oídos tan pronto como escuchó los primeros acordes. Hincando la rodilla comenzó a sentirse paralizado. Hermes sonrió comprobando que estaba surtiendo efecto su ataque en él, pero debía medir las notas para dejarle tan solo dormido y no muerto. No había necesidad de matar a un general. Eso enfurecería tanto a Poseidón que erraría en su misión por tomar la sangre del dios de mar.
 
Ante la sorpresa de Hermes, Glauco comenzó a vencer su ataque con un elevadísimo cosmos. Fue cuestión de tiempo que el general del Atlántico Norte superara el ataque de Hermes.
 
- ¿Acaso no sabes que estoy harto de escuchar la flautita de Tritón...?- dijo el general enfatizando con retintín la palabra “flautita”. Otra siniestra risa brotó de maligno monstruo marino.
 
- Esto será más difícil de lo que pensaba…- dijo Hermes.- En ese caso dejémonos de cortesías.
 
Girando su caduceo con resolución, el dios de los comerciantes se dispuso a lanzar un ataque doble de sueño y el hechizo de Circe, sobre Glauco. Estaba tan convencido de que lo lograría que se tiró hacia el dragón marino sorprendiéndole por la espalda.
 
No obstante, no se percató el dios que al mismo tiempo el consejero de Poseidón lanzó su triángulo de oro, cayendo ambos sobre un abismo de luz aterrizando en las profundidades marinas con violencia. El golpe fue muy duro para ambos, pero especialmente para Glauco quien cayó debajo de Hermes inconsciente.
 
Hermes se levantó magullado intentando impedir cualquier contacto físico con el desnudo general. El pensar que eso podía suceder le daba repelús al dios, entonces, miró a su enemigo, descubriendo en la frente de éste una señal con forma de haz; justo la misma que viene a hacer un rayo al caer sobre la tierra. Se asustó el dios por si había sido demasiado fuerte su ataque y acercándose se aseguró que el consejero de Poseidón todavía respiraba. Parecía que efectivamente así era y sentándose al lado, el argicida respiró aliviado. En dicha tranquilidad, después del asombroso cambio de carácter de Glauco, Hermes observó el entorno que los rodeaba. Era un lugar muy extraño…, un lugar absolutamente desconocido para él:
 
Tan solo un enorme pilar rodeado de corales les acompañaba en aquella amplia estancia. Sobre su cabeza se extendía la bóveda protectora del reino de Poseidón. El atlantíada no podía salir de su alegría ¿Estaba ya en la tan buscada Atlántida Sumergida? Se levantó de golpe acelerándose su corazón de emoción. Debía comprobar si así era y buscar de inmediato al rey del mar. Estaba muy cerca de alcanzar otro de sus desafíos.
 
Buscando una salida rodeo el entorno, todo aparentaba ser un arrecife en cuyo horizonte se seguía extendiendo el fondo marino. Hermes se preguntaba dónde estaba la dirección hacia el templo de Poseidón.
 
-Estamos listos si tengo que explorar todo esto. Podría perderme sin problema alguno. La cúpula protectora del soberano del mar aísla su santuario del agua permitiendo a sus habitantes respirar; pero no puedo imaginarme cuánta extensión tiene. Me pondría a dar vueltas como un estúpido, y no tengo demasiado tiempo que malgastar.
 
Hermes miró el cuerpo de Glauco que seguía inconsciente y se le ocurrió una idea. Dirigiéndose a él, posó su mano en el suelo. El brazo se tornó plateado serpenteando y construyendo unas rejas alrededor de general.
 
- Eso le mantendrá retenido largo rato y me protegerá de cualquier ataque. Voy a volar hacia la cima del pilar, hasta que pueda ver un claro plano de la Atlántida y localizar lo que me interesa.
 
Tal como dijo Hermes, haciendo uso de sus sandalias, emprendió el vuelo vertical a lo largo del pilar a toda velocidad. Esperaba avistar la Atlántida Sumergida desde lo más alto que pudiera.
 
 
 
 
 
Era imposible calcular cuánto llevaba elevándose el dios, pero sus extremidades estaban ya empezando a engarrotarse de luchar contra el aire y sus piernas estaban agotadas de mantener la misma postura. Volar con las sandalias aladas tenía sus dificultades. Al contrario de lo que podía pensar cualquiera, se requería mucha fuerza para poder controlar bien la dirección del vuelo; y más aún, con unas sandalias cuya facultad voladora pendía del combustible del oricalcos, y no de la magia de los titanes. El oricalcos daba más peso a sus sandalias como si llevara unas pesadas grebas en sus piernas. Era uno de los inconvenientes de las sandalias de repuesto de Hefestos. Sus sandalias originales eran mucho más ligeras y no le suponían tanto esfuerzo.
 
Hermes se hizo un ovillo en aire y paró de avanzar. Necesitaba relajar su postura, así que extrañado intentó buscar una explicación a la imposibilidad de llegar a la cima de pilar. Masajeó un poco su talón y pantorrillas, intentando que el riego sanguíneo volviera a circular adecuadamente. Había expulsado el veneno del ataque de Glauco, o al menos eso creía, pues el dolor había desaparecido y no se sentía para nada extraño… pero ¿Dónde estaba la cima?
 
- La propulsión de oricalcos de las sandalias me ha machacado un poco la parte inferior del cuerpo. Cuando esto me pasa he de descansar sino quiero reventar como un cohete. ¡Maldición! Y ni siquiera sé si el hechizo de Circe ha funcionado.
 
Miró hacia abajo y al ver que podía todavía distinguir la jaula de Glauco desde lo alto no podía creerlo.
 
- ¿Acaso no he avanzado nada? ¡Eso es imposible! Estos efectos me suelen ocurrir tras al menos 8 horas volando sin cesar. Sí, estoy seguro que debo llevar al menos ese tiempo ascendiendo. ¡Diablos! ¡Eso quiere decir que he perdido ya mucho tiempo! Probablemente ya haya amanecido en la superficie. En el Olimpo se estarán preguntando dónde estoy.
 
Hermes comenzó a inquietarse un poco. Por los mensajes no debía preocuparse pues Iris se encargaría de sustituirle como solía hacer, pero el hecho de no encontrar explicación a su vuelo sin rumbo, sí que le preocupaba bastante.
 
- ¿Qué está pasando aquí?
 
El silencio fue roto por una suave y cálida voz que le alentó.
 
- ¿Hermes estás ahí?
 
- ¿Glauco? ¿Te has despertado?
 
- Sí pero me siento extraño. Es como si estuvieras muy cerca pero no puedo localizarte.
 
- ¿Cómo dices?
 
- Estoy encerrado en algo pringoso y me siento muy agotado.
 
- Debe ser mi jaula. Hace unas horas estabas absolutamente ido. Cambiaste de personalidad totalmente y comenzaste a atacarme.
 
- Lo sé. Me ausento y luego me doy cuenta del daño que algunas personas han sufrido. Todas ellas me culpan por él.
 
- ¿Qué?- dijo Hermes sin entender una palabra.
 
- Creo que ya te veo… estás atrapado en algo, no reaccionas.
 
- ¿Pero si me estoy moviendo? Voy ahí abajo a buscarte.
 
Una malévola risa interrumpió la conversación. Hermes podía reconocer en ella al Glauco furioso, quién dijo burlón:
 
- ¿Te está gustando el paseo? Supongo que será aburrido mirar todo el rato hacia el pilar. En el mar hay auténticas maravillas que admirar.
 
- ¿Otra vez tú? - dijo Hermes
 
- Nunca me he ido. Veo que el viaje está siendo muy instructivo, ida y vuelta sin más.
 
- Cuando te alcance vas a sentir lo que es enfurecer a un hijo de Zeus.
 
- Si consigues alcanzarme, claro.- dijo Glauco volviendo a reír.
 
- Hermes no vayas hacia mí. Si vienes seguirás perdido… debes….- volvió a decir la voz amable.- ¡nunca saldrás del laberinto del dragón marino!- gritó la voz malvada.
 
- ¿Sabes ex príncipe?, creo que tienes serios problemas mentales. Asclepio llama a estas cosas psicosis; así que más vale que le vayas a visitar. Aunque tal vez te cure yo con un par de golpes y vuelvas a ser el chico bueno y obediente de antes.- dijo Hermes con ironía.
 
- Ese del que hablas era un chico débil e incapaz de hacer las cosas por sí mismo.- dijo la voz malvada.- Yo le he ayudado, y, créeme, que unos golpes no nos separarán tan fácilmente. Los dos nos necesitamos igual.
 
- Eso ya lo veremos. Haré que te tragues tus propias palabras.
 
- Adelante, te estoy esperando, Hermes. ¿Acaso no eres el dios de las dimensiones? ¿Entonces por qué estás tardando tanto en encontrarme?
 
- ¡Dimensiones!- Dijo Hermes deteniéndose radicalmente, reparando en lo del laberinto del dragón marino. Comprendió pues lo que debía hacer. Se encontraba sin duda en alguna dimensión o ruta perdida. - El ataque del triángulo de oro me ha lanzado a otra dimensión desconocida, ¿no es así Glauco?- pero el general no respondió. Hermes acogió esa actitud como un “sí”, pero no comprendía todavía por qué estaba Glauco con él.
 
En ese instante a Hermes le vinieron a la cabeza las instrucciones de Circe del hechizo. En ellas la maga le había dicho que el hechizo le permitiría atrapar a Glauco en otra dimensión desconocida.
 
- ¡Eso es!- dijo Hermes sonriendo triunfador.- El hechizo ha funcionado pues, pero al haber atacado al mismo tiempo, ambos somos víctima y verdugo. Si hablamos de dimensiones, encontraré el camino abriendo la mía propia.
 
- ¿Qué estás tramando, Hermes?- dijo Glauco.
 
- Ahora lo verás, veo que estás impaciente por encontrarte conmigo.
 
Hermes soltó el caduceo, el cual se quedó suspendido entre sus manos agitando sus alas con suavidad. Iluminándose sus cosmos y potenciándose el lima de sus ojos como dos luminosas estrellas, dijo con voz profunda:
 
DOBLE DIMENSIÓN.
 
El entorno de su alrededor comenzó enseguida a revolverse, doblarse y trenzarse despejando el camino. Entre los planetas y galaxias vio una luz rojiza a la cual se dirigió.
 
- Ahí estás dragón marino. Ya te tengo en mi poder.
 
 
 
Hermes cogió el caduceo y voló a toda velocidad hacia el portal de luz. No tardó en posar sus pies en el suelo y mirar a su alrededor. Había vuelto a la misteriosa sala del pilar. No había más que unas pocas diferencias. Primero, la jaula que había levantado el dios con su propio mercurio, había encerrado el misterioso coral de la base del pilar. Tras él había un muro donde se elevaba una puerta cerrada que antes no estaba allí. Dedujo el dios del comercio que aquella era la salida que andaba buscando. Por último, estaba la figura de Glauco con la armadura de pie sobre el suelo, con aquella horrible cabellera de algas. Cuando se dirigió a ella las escamas del general se derrumbaron como si no hubiera habido cuerpo alguno vistiéndolo.
 
- Esto es lo más surrealista a lo que me he enfrentado de momento.
 
La voz de Glauco volvió a aparecer esta vez desde el coral prisionero de su jaula:
 
- Aunque he conseguido despistar tu mente, es evidente que tus dotes mentales son tan poderosos como había oído. Incluso esta jaula que has levantado entorno a mí es muy sólida, pero esto solo me retrasará un poco. Ya he conseguido desmontar tu técnica, Hermes; y el sol ya vuelve a alzarse en la superficie anunciándose mi regreso otra vez.
 
La jaula se partió por la fuerza del coral que comenzó a moverse de su asentamiento hacia Hermes. Parecían alargarse sus ramificaciones como lo había visto en el lago. Aprisionaron al dios las palpitantes espinas de dichas ramificaciones, haciendo escocer la piel con descargas eléctricas. Era similar a múltiples picaduras de medusa. Con el caduceo Hermes golpeaba esas ramificaciones salpicadas de la sangre, intentando liberarse de ellas, pero el dolor era insoportable.
 
- ¿Qué diablos es esto?- dijo Hermes.- ¿Qué clase de criatura eres, Glauco?
 
- ¿No decías que me darías unos cuantos golpes para hacer que entre en razón?- Decía la voz malvada, riendo perturbadamente.
 
- ¿Unos cuantos golpes solo? Te daré algunos más.
 
Emitiendo un sonoro grito, Hermes hizo crecer su cosmos ardientemente. Las espinas parecieron ceder ante la intensa fuerza que estaba desplegando el dios. El coral liberó uno de los puños de Hermes,  retrocediendo ante sorprendidos comentarios de Glauco. Finalmente el coral soltó a Hermes y huyó a la base del pilar, como si buscara protegerse.  El dios del comercio cuando posó sus pies en el suelo, se giró inmediatamente, liberando la energía acumulada en el ataque de los meteoros de Pegaso. Se convirtieron en un cometa reventando toda la parte frontal del coral sangriento.
 
El doloroso grito de Glauco, era la evidente prueba del daño que había sufrido. La criatura marina se abrió cayendo al suelo un montón de cuerpos pálidos y secos. Cada uno de ellos estaba de alguna forma atravesado por las espinas del coral. Uno de ellos, que se encontraba en mejor estado, se secó ante los ojos de Hermes. El dios miró la abominación absolutamente repugnado.
 
- ¿Quieres saber dónde me encuentro?- dijo la voz rasgada de Glauco.- Para alguien como tú no debe ser complicado de descubrir.
 
- No debe haber más que una respuesta a tu pregunta retórica: Estás ahí dentro. Como una repulsiva sanguijuela te sirves de la sangre de estas personas para mantenerte con vida. En todos los años que llevo de vida, ningún titán me dio jamás una impresión tan aborrecible, como la que me das tú.
 
Hermes se dispuso a entrar en el coral pero alguien le retuvo tomándole firmemente del brazo. Al girarse, Hermes vio la armadura del dragón marino vestida por el Glauco no monstruoso. El ex príncipe estaba terriblemente herido y cubierto de sangre. Aunque su aura parecía sólida al principio, se hacía cada vez más tenue.
 
- No entres ahí.- le dijo.- Es peligroso. - Hermes miró al ex príncipe de Corinto. Por su espantoso estado dedujo que el hijo de Sísifo, también había sido otra víctima del brutal coral.
 
- ¿También has sido absorbido por ese monstruo marino? Descuida. Le daré su merecido y te llevaré para que te recuperes.
 
- Te lo ruego…- dijo el ex príncipe.- no lo hagas y déjalo en paz…
 
- ¿Qué dices?- dijo confuso.
 
- Lo ves, Hermes.- dijo la voz del coral.- Él y yo nos necesitamos.
 
- ¡Pamplinas!- protestó el dios.- No eres más que la seductora voz de un demonio.
 
Hermes sacudió su brazo para liberarse del ex príncipe. Éste cayó al suelo sin fuerzas e inconsciente. El hijo de Zeus, se puso en guardia para lanzar su ataque definitivo de la Explosión galáctica, pero desapareció todo ante sus ojos, volviendo a encontrarse frente a Circe.

 

(...)


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#4 blackdragon

blackdragon

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Publicado 30 marzo 2016 - 16:42

Bueno, me animo a ver que tal les parece

 

Personaje Marino : Eo de Scyla

 

Link del fic : http://saintseiyafor...agrado-corazon/

 

 

Resumen: 2000 años antes en el Gólgota de Jerusalén, un hombre conocido como el Cristo,  el Nazareno, o el Mesías es crucificado en una intriga orquestada en el corazón del propio Olimpo para evitar el surgimiento de una nueva religión que este profeta predicaba, la diosa más hermosa había sido enviada en una misión para convencerle de unirse al pabellón Olímpico como parte de su castigo ante una falta de fidelidad de su parte, sin embargo esta diosa dejara todo por seguir al joven Mesías causando un gran malestar al propio Zeus quien encomienda a Atena el exterminio de la descendencia de esta renegada.

En pleno siglo 21, la descendencia será perseguida por los mercenarios dispuestos a complacer a Atena y al Olimpo, pero desconocen que aquellos guerreros considerados muertos o de poco rango son en realidad los vigilantes, caballeros templarios dispuestos a defender y proteger a esta línea de sangre.

Uno de los llamados 5 de Atena se encontrara en una encrucijada, ¿Ser fiel al santuario o ser fiel a su convicción y proteger a la descendencia?....la moneda está en el aire…….

 

 

SAGRADO CORAZÓN

 

2o Libro:

 

11 MIL LEGUAS A YOKOHAMA

 

 

Capitulo 14  

 

EL VALS DEL REY

 

 

 

Este es el vals que canta el rey
para dormir a su bebé, le dice así:
duerme mi bien, porque ya el sol se va a poner,
dormir, dormir que no hay que hacer
la luna llena te viene a ver.
Dormir, dormir que no hay que hacer
las estrellitas vendrán también.
 
EL VALS DEL REY
 
CRI CRI
Francisco Gabilondo Soler
 
 

 
 
 
 
Coney Island
8:45 PM
Nueva York
Apuntes del diario de Paloma Solo



Yo seguí con la respiración para mitigar el dolor de las contracciones, el bebe venia y enfrente de nosotros 3 cíclopes se preparaban a atacar a Ikki que estaba en desventaja al tener que protegerme y precisamente al bebe se le ocurrió llegar en el momento menos preciso...


- Solo...sigue respirando, ¿De acuerdo? - Ikki me deposito cerca de la entrada de una bodega, tratare de terminar con ellos rápido y... - antes de que dijera mas lo jale del peto de su armadura y acercando su rostro al mío.....



- RÁPIDO...¿ENTIENDES?....ESTO ME ESTA MATANDO!!!!....- no termine de hablar al jalar aire, el dolor era terrible...tenia que llegar a un hospital, al templo de Poseidón, ¡A DONDE FUERA!, pero ya quería una inyección para mitigar el dolor....


- Solo respira.... - trataba de calmarme lo mejor posible - respira y no tardare, lo prometo.... - se incorporo y les hizo frente a los 3 cíclopes
 
 
 
 
ciclope1web.jpg
Criaturas Mitlogicas
Taringa
 
 
 
El que parecía el jefe tenia un enorme garrote en mano, se limpio la nariz con uno de sus gordos dedos y miraba hacia nosotros como si quisiera ver como atacarnos, en eso el que parecía ser el menor, con cara de mas bobo le interrumpió :
 
 

- Brontes déjame golpearlo a mi primero... - bramo el cíclope


- NO YA LES DIJE QUE YO GOLPEO AL FÉNIX Y USTEDES SE LLEVAN A LA CHICA!...


- PERO MAMA SIEMPRE ME DEJA PEGARLES PRIMERO!!! - chillo el terco cíclope que hablaba con el tal Brontes.


- ¡ARGES YA TE DIJE QUE YO LE PEGO AL FÉNIX Y USTEDES SE LLEVAN A LA CHICA! - respingo Brontes


- ¿Y PORQUE TU PRIMERO? - le cuestiono el segundo cíclope


- PORQUE YO ESTEROPES SOY EL MAYOR!!!


- SOLO PORQUE NACISTE 5 MINUTOS ANTES!!! - le recrimino el aludido


- PERO MAMA ME DEJA PEGARLES A MI PRIMERO!!! - volvió a chilla Arges


- SI PERO YO SOY QUIEN LE DIRÁ A DASKALOS QUE YO, OYERON BIEN YO MATE AL FÉNIX - remato al decir eso Brontes



Los 3 tontos cíclopes seguían discutiendo en ver quien daba el primer golpe, fue cuando Ikki aprovecho y me cargo para escapar...no podía ponerme en peligro y menos en ese momento justo cuando sentíamos que lo habíamos logrado y casi llegábamos al final del embarcadero, un golpe del enorme garrote del tal Brontes interfirió en la salida del muelle, ambo volteamos y le miramos


- Suelta a la chica y prepárate a morir Fénix - Ikki lo desafío alzando altivo su rostro, me siguió cargando y camino hacia atrás...sin inmutarse....


- ¿Y crees que me mataran ustedes 3 tontos? - sonrió al decirlo, lo mire aterrada pese al dolor


- ¿Qué haces...? - di un quejido ahogado por las contracciones


- Confía en mi Solo - lo dijo sin quitar la vista de los 3 cíclopes - confía en mi...




En eso un golpe de una enorme luz que ambos reconocimos, golpeo de lleno al tal Brontes lanzándolo hacia atrás, destrozando varias bodegas del muelle, carros, edificios y todo lo que se le atravesaba al ser lanzado varios metros, por el golpe que había recibido....en eso fue que vimos a quien le había lanzado el golpe : Thanatos, (que apareció con todos los apellidos encima como diría mi welly), quien enfadado y bufando del coraje, después de golpear al cíclope, nos volteo a ver.....




- Oh! lo siento....¿Interrumpí su cita tortolitos?.....- lo dijo con burla y enfado, volteando a ver a los otros 2 cíclopes...- ¿Y ustedes que? - dijo resoplando de furia.



Los otros 2 cíclopes salieron corriendo, pero al hacerlo chocaban constantemente entre si gritando despavoridos...


- THANATOS...THANATOS!!!!





En eso Ikki materialmente me llevo al templo marino por la entrada que le había enseñado.....al vernos venir los centinelas dieron la alarma por "mi estado"....al llegar al templo central, Welly tenia todo listo en una de las recamaras....


- Recuéstala - dijo mientras hacia que las nereidas le ayudasen - VAMOS FUERA, FUERA, - lo decía empujando a Ikki, sin dejar que dijese algo prácticamente le echo del cuarto y cerro la puerta de un golpe...



- ¡ME PUEDES DECIR QUE RAYOS HACÍAS CON ELLA Y PORQUE NO ACUDISTE AL ENTRENAMIENTO!!! - Thanatos lo miro con furia tomándolo por el cuello.


- Calma Thanatos - le dijo tratando de calmar a su hermano Hypnos - tal vez era una cita progra.....


- QUE CITA NI QUE NIÑO MUERTO!!! - rugió Thanatos - TE DIJE QUE A LAS 0600 DE HOY Y NO APARECISTE!!!


- ELLA ME INVITO DE ACUERDO - Ikki tampoco se acobardo al hablar y quitando las manos de Tahanatos de el cuello de su camiseta al enfrentarlo - Y TENGO DERECHO A ESO!!


- Ves ella lo invito - aclaro Hypnos 


- QUE INVITACIÓN NI QUE NADA!!!, ¿CREES QUE EL RESTAURAR EL EQUILIBRIO CÓSMICO Y VENCER AL HADO ES UN JUEGO NIÑO IDIOTA?


- UN MOMENTO YO, ÓIGANLO BIEN YO NO PEDÍ SER EL GRAN MAESTRE DE NADA!!!, ¿ESTA CLARO? - Ikki estaba perdiendo la poca paciencia que tenia al decir eso -JAMAS PENSÉ ESTAR EN UNA SITUACIÓN COMO ESTA!!!


- Y TAMPOCO PEDISTE EL SER PADRE, ¿EH? - recrimino Thanatos - PERO TE TENGO UNA SORPRESA!!,  EL MOCOSO YA ESTA AQUÍ..O BUENO CASI!!!....Y TODO EL FUTURO DE ESTE MUNDO DEPENDERÁ DE EL!!!!Y DE TI SI ES QUE REALMENTE ERES EL FÉNIX RESPONSABLE DE ENTRENARLO!!!!


- YO....- en eso lo medito....si el no esperaba eso....ser padre del futuro caballero que salvara a la humanidad en un futuro.... - yo...no esperaba esto.... - su voz bajo de tono camino al decirlo y se recargo en un pilar al sentir sus piernas aflojarse. Y se deslizo hasta caer sentado en el piso...cubriéndose el rostro con ambas manos...sentía el peso del mundo en sus hombros...el que debía sentir Atlas al cargar el mundo, eso según el mito...el fénix del futuro...una obligación que no esperaba en su camino..



- Serás un buen Maestre Fénix - al hablar Hypnos volteo a verlo - se que lo harás muy bien....y tu - dijo señalando con un dedo a Thanatos - bájale la espuma a tu chocolate, fue un incidente pequeño y nada mas...

 

- SI COMO NO!!! - refunfuño Thanatos - SI NO HUBIÉSEMOS LLEGADO ELLA Y EL NIÑO YA ESTARÍAN CON EL HADO ESE!!!



 En eso lo oyó un fuerte y claro chillido....el bebe había llegado.......empezó a respirar agitado, de miedo e inseguridad....¿De veras seria buen padre?....¿Un ejemplo para ese niño?....las piernas le temblaban, Ikki podía desafiar a Dioses, caballeros, y cualquier otro enemigo sin inmutarse de su poder, cosmos o tamaño....pero en ese momento, sus piernas flaqueaban y el corazón le latía a mil por hora.....la puerta del cuarto se abrió y.....


- Ya puedes entrar - la abuela Solo sonrió al dejarle pasar - es un niño precioso......





Entro pero se quedo paralizado al ver que ya tenia a nuestro niño en mis brazos, respiro de nuevo agitado, como temiendo romper el momento entre el y nosotros......en eso Hypnos le empujo para que se adentrara mas al cuarto....



- Oye eso es trampa - le recrimino Thanatos al verlo hacer eso


- Es primerizo - Hypnos le sonrió al decirlo - comprende es primerizo





Los veía a ella con el pequeño....su pequeño, tan frágil, dormido entre los brazos de Paloma, no parecía temer e imaginar que corría un gran peligro al ser un futuro caballero del Fénix...
 
 
 
 
 
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 - Hey....hola papá... - sonreí al verle enfrente de nosotros - ¿Quieres cargarlo?.....
 
 
- ¿Eh yo?.... - me miro aterrado al decirlo, puede pelear con los ojos cerrados, desafiar a los dioses sin inmutarse... pero ahora vi que le aterraba cargar a nuestro hijo, sonreí....
 
 
- Ven.... - le puse a nuestro bebe en sus temblorosos brazos, lo miro....tenia los ojitos cerrados y los puños cerrados y firmes...la pequeña carita levantada, como si desafiara al mundo...sonrió y ....
 
 
- Es...es....es nuestro - me sonrió al decirlo, nos reímos
 
 
- Si es nuestro....nuestro Kin..... - me miro
 
 
- ¿Kin?...¿Y ese nombre..?
 
 
- Es maya, el nombre del sol....me gusta para el.... - en eso mi pequeño hizo un pequeño ruidito como si supiese que ese era su nombre - el sol siempre sale después de la tormenta....
 
 
- Kin.... - sonrió con orgullo viéndolo al decirlo y sonriendo a medio - me gusta.....Kin caballero del Fénix - lo miro con orgullo reflejado en sus ojos.....
 
 
                     













Apuntes de viaje del Gen. Io de Scyla
Bahía de Yokohama, Japón
4 de Diciembre de 1874
8:45 am
Miércoles




Al fin la costa del puerto se veía a pesar de estar con bruma por ser un día un poco nublado, pero al comenzar a salir el sol, el puerto de Yokohama se vislumbro, tal y como debía ser en esta época, una pequeña villa de pescadores


- Bueno - dijo Jabu  mientras instalábamos las bases de observación junto a los Científicos - ya se esta despejando, para cuando sea el paso de Venus tendremos muy buena visibilidad

- ¿Crees que el clavo brille o algo así? - Bud lo miro al decir esto

- No lo sabemos Bud - dije mientras Sorrento y yo terminábamos el techo del primer observatorio - así que debemos de tener los ojos bien abiertos para...

- CUIDADO CADENA!!! - Isaac lo dijo tirando a Shun al suelo y en eso lo vimos un pequeño ser vestido de negro a la usanza samurai, dar un salto espectacular y lanzar un golpe con su espada, que brillo en ese momento dejando ver lo filosa que era....

- Déjenmelo a mi - dijo en eso Haggen poniéndose enfrente de nosotros al ver caer cerca al misterioso samurai... listo a presentar batalla....

- HAGGEN QUE RAYOS CREES QUE HACES!!! - Bud lo dijo asombrado....

- No se preocupen - nos miro sonriendo al decirlo y volteando a ver al samurai - he jugado mucho Street Fighter, Bud, prende mi mp3, si ya se que no debí traerlo, pero me concentro mejor para pelear....¿Listo chaparrito? - el samurai se lanzo al ataque al igual que el....


Bud lo prendió en eso se escucho .. Let The Groove Get In de Justin Timberlake, justo en el momento que los 2 corrían hacia una inminente pelea... ambas armaduras chocaron causando un estruendo, la pelea fue pareja tanto Haggen como el misterioso guerrero no se daban tregua, parecía una batalla sin fin, hasta que ambos....de nueva cuenta chocaron los golpes de frío de Haggen y el extraño golpe que emitía el pequeño guerrero...una cosmo energía que salia de la punta de su katara...

Ambos cayeron a metros de distancia, pero de frente listos en posición de ataque...pero note que el guerrero resoplaba....también note que los labios de Haggen cantaban la canción que sonaba en el mp3 que trajo de contrabando.....

- Are you comfortable? - canturreo bajito al estar frente a su adversario.

El guerrero se enfureció, eso era una provocación abierta de Haggen a su parecer....se lanzo en ristre con la Katanna lista para enterrar en el pecho de Haggen, pero este salto hacia atrás y...


-RAYO DE FUEGO!!!! - Haggen lanzo su ataque de calor, pero el pequeño samurai lo esquivo, aunque el golpe le provoco un rozon que parecia le habia echo trastabillar... parecia que se caeria. pero en eso....


- PAVONIS!!!! - la voz que se escuchaba.....parecía la de una voz muy vieja...bueno eso pareció, Haggen libro por poco el ataque del que creíamos un samurai...ya que este era muy poderosa, una luz muy fina como plumas de...

- ¿Pavo real? - Jabu parpadeo al ver ese ataque - ¡NO PUEDE SER! - se incorporo y corrió a quedar en medio de los 2 combatientes....y extendiendo los brazos....

- ¡JABU QUE RAYOS HACES! - tanto Haggen como nosotros lo mirábamos incrédulos ante lo que hacia


- Magnus es tu et qui pavonem? - Jabu lo miro fijamente al decirlo, el guerrero se desarmo al oír eso y dejando su pocision de ataque....


- Qui interrogant? - respondió el guerrero, fue cuando oí su voz mas anciana, este retomo la pocision de ataque al decir eso.

- Summi numinis militem Templi - Jabu le reverencio al decirlo, lo cual desarmo al guerrero y....

- Hace tanto espere por esto - al decir esto el guerrero se quito la capucha y vimos su rostro... - demasiado tiempo esperando este día....

- ¿UN ANCIANO? - Sorrento lo dijo al igual de asombrado que nosotros.

- Seré anciano, pero casi le pateo el trasero a tu amigo - respingo el guerrero, y haciendo un saludo templario - Miyamoto Mushashi, guerrero samurai y Senecho templario

- OH POR DIOS!!!, OH POR DIOS!!! - Haggen se le ilumino el rostro al escuchar ese nombre, cayo de rodillas -MIYAMOTO MUSHASHI, EL GRAN MAESTRE DE TODOS LOS TIEMPOS PELEO CONTRA MI!!!! - le comenzó a hacer caravanas al decirlo, Sorrento le cayo encima

- EL ESCRIBIÓ EL LIBRO DE LOS 5 ANILLOS -al mirarse tanto Haggen como Sorrento, ambos gritaron de la emoción como niños en una jugueteria, y siguieron reverenciando al maestro Miyamoto - HE LEÍDO TANTO EL CAMINO DE LOS 2 CIELOS!!!

- ¿Eh...esos 2 están cuerdos? - el maestro nos miro extrañado al ver a aquel par....

- Si maestro - dije haciéndole la reverencia de respeto a un senecho - es la emoción de conocerlo lo que los pone así....


 

Editado por blackdragon, 30 marzo 2016 - 16:44 .


#5 ALFREDO

ALFREDO

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Publicado 06 abril 2016 - 14:44

Bueno el dia no termina todavia, así q creo q aún se puede participar no...

 

1.- Personaje Marino: Draciel de Sea Dragon.

2.-Link del capitulo: http://saintseiyafor...hena/?p=1442978

(En este capitulo comienza aparecer, pero sigue saliendo en los siguientes)

 

Una pequeña duda, creo recordar q se podia recortar algunos capítulos para dejar solo las escenas donde aparecía el personaje, ya que así lo hice. 

 

3.-Resumen: Esta historia transcurre en los tiempos mitológicos, la segunda generación del santuario, donde surgen muchos cambios en las leyes establecidas, como ascensos entre caballeros, y remover esos decretos tan antiguos trae consecuencias globales para el orden del mundo. En especial la mas trascendente es la búsqueda de 3 reliquias antiguas que separan los reinos de los dioses. Ubicadas muy lejanas las unas de las otras, la primera es un espejo-escudo escondido en la cascada de Rozan donde Enoc, antiguo santo del escultor, quien tiene un ascenso como el santo de Libra es enviado en la búsqueda del primer tesoro imperial.

 

En ese lugar, sucederán muchas cosas y distintas ordenes surgirán para hacerse con el tesoro, usándolos tanto para el bien como para el mal. Uno de esos personajes sera el general marino sobreviviente de la guerra santa anterior, quien inculcará algunos valores básicos, pero esenciales para Enoc.

 

 

 

CAPITULO VI.- LA HERMANDAD DEL HOMBRE

 

Mientras que el dios del terror se estaba yendo, se había quedado con la duda de donde pudo haber huido el santo de Libra, quien había escapado con el espejo sagrado. Sin embargo debajo de la gran cascada es donde había ido a parar, pues había sido teletransportado nuevamente al reino submarino por el mismo espejo y ocultado su cosmos. Enoc nuevamente había caído frente a las escalinatas del templo submarino del rey de los mares.

 

Nuevamente estoy acá, este espejo es más raro de lo que me imaginé decía Enoc al ponerse de pie—. ¿Qué fue eso?

 

Se preguntaba el santo de Libra, cuando un sintió una perturbación en la armonía del silencioso lugar. Por un momento, le pareció sentir un gran cosmos emanar en el recinto en ruinas, tanto así que decidió investigar, adentrándose en el templo. Después de todo, ahora que tenía el espejo, debía salir nuevamente para sellar el reino submarino.

Cuando entró en el templo, notó lo oscuro y destruido que estaba, en la sala central no parecía sentir nada sino más arriba, en donde estaba el trono, fue cuando vio ocho pedestales que sostenían como trofeos a las escamas de los generales caídos, se podía apreciar que las escamas habían recuperado su fortaleza con el tiempo. Sin embargo algo parecía andar mal, pues faltaba una.

 

¿Qué extraño, donde esta las escamas de este shogun?

 

Cuando Enoc vio, como más adelante se encontraba un recipiente gigante de agua de donde parecía venir el cosmos perturbador que Enoc sintió. Aquel recipiente detrás del trono, a medida que Enoc se acercaba pudo ver como alguien estaba flotando en una burbuja gigante, aquel hombre vestía las escamas que faltaban. Sin embargo lo más inquietante, era que al parecer el espejo empezó a resplandecer con un aura muy pacifica que parecía arder con armonía con el recipiente del marino, el cual se encontraba en una especie de estado de animación suspendida.

 

No puede ser el cosmos de este hombre, responde con el espejo de Seiryudecía Enoc.

 

En ese instante fue que el cosmos del interior de la burbuja gigante explotó, liberando al marino de su letargo. Aquel general, tenía un yelmo que le impedía ver su rostro y sus escamas parecían nuevas, de alguna forma había recuperado su vigor.

 

Me he recuperado finalmentedecía el marino. Cuando se dio cuenta de la presencia de Enoc—. Caballero de Oro, que sorpresa al parecer el escudo-espejo me ha terminado de sanar

Es imposible, el escudo-espejo solo tenía rastro del cosmos de Seiryu del Dragónreflexionaba Enoc, cuando lo miró—. ¿Por qué te ayudaría?

Ya veo, te sorprenderá saber que mis escamas fueron restauradas con la sangre de Seiryu, es por eso que el escudo-espejo reaccionó y junto con el espejo, que se encarga de proteger a su guardiánle respondió el marino.

¡No puede ser!... ¿cómo es posible que Seiryu haya derramado su sangre para ayudarte a ti?, un marino. ¿Quién eres tú y por qué dices que ahora el espejo te ayudo?

Mi nombre es Draciel de Sea Dragón, último sobreviviente de los Atlantes. Conocí a Seiryu cuando era un joven santo de bronce, es algo complejo de explicar, pero en el final de la guerra logro convencerme de desertar y termine convirtiéndome en un aliado y la sangre suya que porto ahora es la prueba de nuestra alianza. Por eso el tesoro imperial de alguna forma me ve como un guardián también, por lo cual desde ahora en adelante velaré.

No puedo creer algo como eso, esto solo quiere decir que Seiryu es un traidor al haberte ayudado dijo el joven santo de oro, al ponerse en guardia—. ¡Solo me queda derrotarte! ¡Para que no haya otra guerra santa con Poseidón!

 

Enoc se lanzó para encajarle un golpe de luz al atlante, quien se sorprendió del ataque y no pudo defenderse, produciendo que el haz de luz le sacara el casco, revelando un rostro de piel nítida, de largos y finos cabellos de color negro, con una mirada longeva y unos característicos ojos rasgados.

 

Espera no busco una pelea, te digo la verdad.

¡Caya!... eres un enemigo dijo Enoc.

Cuando intento darle otro puñetazo, este lo detuvo y le hizo bajar lentamente. Sin embargo, Enoc continúo con una serie de golpes a la velocidad de la luz, pero sorprendentemente su oponente los detuvo todos, dejándolo muy impresionado.

¡Rayos, eres muy fuerte! exclamó Enoc.

Detente, te digo que no deseo combatir reiteraba el marino.

Ya te dije que no puedo confiar en alguien como túrespondió Enoc, alzando el brazo—. Prepárate, porque ahora iré con toda mi fuerza.

 

Sin embargo cuando Enoc intentó golpearlo una vez más, sintió como Draciel lo esquivó y con facilidad, entonces volvió a darle otro puñetazo, pero un mareo lo hizo detenerse.

 

¿Qué me sucede, no parece que pudiera atacar a la velocidad de la luz?

Al parecer las cloth de los santos no se especializan para resistir la presión submarina como las escamas le respondió Draciel.

 

Eso aclaraba las dudas de Enoc, quien después de haber viajado dos veces al reino submarino, los estragos empezaron hacerse sentir en su cuerpo y su entorno lo empezó a ver borroso. Cuando el espejo reaccionó y resplandeció para trasladarlos hacia el exterior de la superficie nuevamente.

Ahora todo parecía ser más a gusto para el joven santo dorado, quien pudo respirar mejor al regresar a su mundo. Una vez más estaban a los pies de la gran cascada de Rozan.

 

El espejo te ha protegido, me parece justo. Si deseas un duelo para creerme, entonces te complaceré.

Muy bien, pues entonces continuemos.

 

Enoc encendió su cosmos intensamente, al acumular su energía al máximo en la palma de sus puños, disparó una gran esfera de energía de luz dorada contra él. Quien respondió con una fuerza de igual intensidad, produciendo un choque equivalente de energías.

 

No está mal para ser un santo de Oro dijo el atlante, liberando otra onda de energía—. Sin embargo en el pasado me enfrente muchos caballeros y eran mucho más fuerte, por lo que esto nunca me vencerá.

Draciel empezó hacer retroceder a Enoc, en el choque de poderes, quien apenas y podía soportar el núcleo de fuerzas, quien lentamente fue cediendo hasta llegar impactarle ferozmente contra la pared y cayó al suelo, derrotado. Sin embargo el marino se sorprendió que a pesar de que Enoc había usado su máximo cosmos. Se puso de pie lentamente, a lo que Draciel aprovecho el momento...

 

                                                                               ¡Sea Dragónthorns!

                                                     (Espinas del Dragón Marino)

 

Draciel extendió sus brazos, cargándose de un verdoso cosmos hasta extender la punta de sus codos, los cuales tomo como hojas filosas y las lanzó para clavarlas como lanzas y en el proceso, estas se multiplicaron, haciéndose más finas y filosas, perforando puntos entremedio de las extremidades de Enoc, quien quedo parado y a merced del atlante, ya que las espinas quedaron clavadas al suelo rozando sus puntos desprotegidos como el antebrazo y las piernas y cerca del cuello.

 

¡Maldición! exclamó el joven guerrero de Libra—. Me ha vencido.

 

En ese instante, Draciel se quedó en silencio y espero un momento a lo que mientras Enoc reflexionaba, durante el combate él siempre se vio superior y no cambiaron las cosas en la superficie, Enoc se dio cuenta que él pudo haberlo matado desde el principio y en realidad decía la verdad.

 

Creo que finalmente empiezas a sentir la confianza en mí, muy bien. Ahora puedo decirte todo vociferó el de ojos rasgados, sonriendo—. Sobre la alianza sagrada.

—¿Qué dices?

Yo luche en la última guerra sagrada y fui el único que logro sobrevivir entre mis camaradas, para darme cuenta de la verdad. Junto con unos cuantos santos de Athena, quienes me abrieron los ojos al final del conflicto, nos dimos cuenta que los dioses solo nos estaban utilizando para instaurar sus propias utopías personales que no eran más que falacias que ellos mismos decían a sus ejércitos, cuando en verdad solo querían esclavizarnos explicaba el general. Mirando el arroyo de la cascada.

No puede ser verdad, de mi puño de mi letra he escrito  la historia del santuario de como surgió para liberarse de la tiranía de Poseidón y de cómo los santos empezarían una nueva era para ser el escudo de la humanidad, al convertirse en una orden de guerreros que pelearan por la justicia respondió Enoc.

La historia es un engaño que se afiló como armas por personas que reprimieron la verdad. Ha siglos de distancia, tu propia historia igual será reprimidahablaba como un sabio, después comenzó liberarlo de las espinas.

No puedo entenderlo.

La historia la escriben los vencedores, solo escribiste lo que se te permitió por tus líderes, que la misma Athena escogió para continuar sus conquistas al final de la guerra, los que realmente defienden ese propósito que dices, murieron y los santos que permanecieron neutrales se convirtieron en santos exiliados y son con quienes hice una alianza, convirtiéndonos en una nueva orden secreta, que seguiría ese propósito original, nos llamamos la Hermandad del hombre explicaba el marino, de finos mechones negros—. Para evitar traicionarnos nosotros mismos hicimos un juramento irrompible que nos recordara nuestra misión, tomando cada uno un nuevo símbolo guardián.

Draciel reveló un símbolo negro, marcado en la piel de su brazo derecho que ocultaba en sus escamas, aquella marca parecía una serpiente alrededor de un caparazón.

Es el símbolo del norte, de donde yo vengo. Era la tierra de la Atlántida, víctima de la ira los dioses. El símbolo me recuerda mi antigua patria extinta reflexionaba nostálgico en su rostro, mirando el símbolo de color negro—. Ese espejo que tienes en realidad forma parte de una trinidad de reliquias sagradas que nosotros mismos dispersamos en las fronteras de cada mundo para mantenerlos por siempre como sellos imperiales y que ninguna civilización vuelva a desaparecer por las guerras de los dioses.

Entonces  Dante tenía razón, no debí removerlo, y fue el patriarca quien me mando aquí en primer lugar deducía el antiguo escriba al recordar el santo de Cáncer—. Sin embargo ¿por qué yo fui designado para esto?

Para eliminarte de seguro, el papa solo sigue los designios de Athena y seguramente vaticino de alguna manera vuestra sucesión como el siguiente guardián del espejo, y así apropiarse del espejo imperial, después de todo quien tenga esas tres reliquias desencadenará una cadena de tragedias para todos los reinos.

Ahora entiendo porque Seiryu no quería que nadie lo removiese, pero acaso él sabía que yo sería el siguiente guardián. Entonces debo dejarlo donde pertenece.

Cuando inesperadamente unas estrellas fugaces cayeron del cielo, haciendo cráteres consecutivos que hicieron un gran ruido al aterrizar violentamente. Cuando los dos abrieron los ojos, presenciaron a seis guerreros de ropajes negros, quienes tenían un aspecto muy irritable con sus miradas.

¡Vosotros seis de  donde salieron! exclamó el santo de oro.

Supongo que ustedes son los que derrotaron a nuestro líder dijo uno de los seis acercándose—. Debieron haberlo matado, pues lamentaran no haberlo hecho. Ya que los daimons si sobreviven a una derrota, pueden regresar convertidos en un verdadero asesino.

 

 

          ***

 

El general marino se encontraba en posición de guardia, parado en uno de los cinco antiguos picos, mientras que los otros tres estaban al frente de él, en la montaña central.

 

―Vosotros tres, creo entender que solo pelean por la fuerza y deseos personales, por lo que son totalmente distintos a los santos de Athena. Sin embargo, codician un cloth, no es así… ¿Por qué? ―les preguntó el shogun de ojos rasgados.

―Las cloth aunque representan la dignidad de la justicia, para mi Alfard de la Hidra Negra, representa solo una herramienta para ser más fuerte ―decía el más bajo de los tres santos Negros.

―Son las más fuertes armaduras, con ellas Athena pudo invertir la situación y ganar la guerra con Poseidón ―decía Unuk de Serpiente―. Imagina que haríamos nosotros con ellas, quienes somos más fuertes que cualquier santo de Bronce o plata.

―Así que solo los mueve la ambición del poder, que deseos tan mundanos ―dijo Draciel, realizando una maniobra de brazos cruzados―. ¡Acabaré con ustedes!

―¡Siente las Garras de la Hidra Negra! ―exclamó Alfard, haciendo que de sus puños salieran grandes garfios que le llegaban hasta el suelo―. Con tan solo un rasguño, mi veneno hará que tus arterias exploten, causando una serie de hemorragias internas que te paralizarán en un instante.

Draciel esquivó el ataque de las Garras de Alfard, con facilidad, fue cuando sintió venir unos dardos oscuros por detrás, que logró evadir saltando muy alto, para caer en otra montaña.

―Eres muy veloz general marino, pudiste eludir mis colmillos de Víbora por la espalda ―dijo Unuk―. Si te hubiesen alcanzado, tus puntos vitales se hubiesen contaminado con mi esencia y hubieras muerto en cuestión de segundos.

―Puedo combatir con los dos al mismo tiempo ―Afirmó muy seguro de sí.

―Entonces te colocaré un desafío más grande ―añadió Logan de Lince Negro―. Veamos si puedes con mi velocidad la cual es la mejor entre todos los santos Negros ―se engrandeció a si mismo, incendiando su cosmos.

―Adelante.

―Estúpido pelear contra los tres es una muerte segura, incluyendo a Logan. Del cual se dice su velocidad es casi igual a la de un santo de Oro ―comentaba Unuk.

 

          ―¡¡ Lynx Claw Night!! ―

        (Las garras del Lince Nocturno)

 

 

Logan atacó al vacío con un movimiento de sus manos, como si estuviera rasgando el espacio, proyectos grandes barras finísimas como rayos ken que se extendieron por todo el espacio sin dejar hueco que no cubrieran en el aire. Aunque Draciel detuvo cada golpe, contestándole de igual velocidad, logrando detener sus dos puños.

 

―Te lo dije. Ni siquiera en la guerra santa con todos mis oponentes que tuve lograron superar mi velocidad ―se jactaba Draciel.

―Fantástico, pero no pudiste evitar los demás ataques de Unuk y Alfard ―vociferó Logan con una sonrisa.

Cuando Draciel noto que su cuerpo había sido alcanzado en una pierna por los colmillos Negros de Unuk de Serpiente y en su antebrazo, tenía un roce desangrado por las garras de la Hidra de Alfard.

―Ya veo, solo me distrajiste para que ellos atacaran. Pero no creas que por haberme rasguñado levemente sus ataques lograron ser efectivos.

―¿Qué dices?

―La biología de mi raza es distinta a la de los humanos de la superficie como ustedes. Mi piel es un poco más gruesa, sus técnicas demorarán el doble en hacerme efecto. Suficiente para acabarlos ―explicaba Draciel.

 

       ―¡¡¡Space Triangle!!!―

     (Triangulo Espacial)

 

El Shogun Dragón de los mares se encontraba colocándose una postura erguida formando un triángulo con las manos a la altura de rostro, fijando su vista en el interior de ese espacio, donde veía a los tres santos negros, desde ahí abrió una puerta dimensional en el firmamento con forma triangular.

El espacio tridimensional capturó a los tres santos Negros aparentemente, arrojándolos a puntos distintos dentro del abismo, haciendo  que desaparezcan una vez que el general cierra la puerta del triángulo del tiempo.

 

―Ahora sus cuerpos caerán en la dimensión más abismal del reino submarino, donde solo unas escamas podrían soportar tal presión. Seguramente terminarán despedazados y desaparecerán en la corriente del abismo ―suponía Draciel.

 

Cuando este se tranquilizó demasiado rápido, sintió una fuerte ráfaga desde atrás la cual pudo esquivarla con dificultad al ser ligeramente alcanzado. Cuando miro hacia atrás, vio como Logan, había logrado escapar del triángulo espacial.

 

―No creí que pudieras esquivarla, ya que para evitar mí triangulo espacial. Hubieras tenido que alcanzar la velocidad de un caballero de Oro ―decía Draciel, recorriéndole una gota de sudor en su rostro―. Parece que mi cuerpo comenzó a fatigarse un poco.

―Jajaja… tu cuerpo ya comenzó a sentir los efectos de las técnicas de mis compañeros, tarde o temprano te alcanzaré y te hare más que unos simples rasguños ―le aseguró el santo del Lince.

―Tendré que acabar contigo de una vez por todas, ahora que estoy aun con energías, con mi técnica especial te pulverizaré ―afirmó Draciel, chocando sus puños, mientras acumulaba su cosmos.

―No bromees, crees que podrás vencerme. Morirás antes, por mis garras de la noche.

 

El santo Negro, ataco con su ken desgarrador. El cual desgarraba el viento y el espacio, pero sorpresivamente Draciel no las esquivo y las resistió, soportando las  rasgaduras  en su posición.

 

―¡No puede ser,  no logré moverlo! ―dijo Logan, comenzando a sentir temor.

 

Una figura de una plesiosaurio “Un reptil marino de cuatro extremidades” apareció detrás del general marino, cambiando la atmósfera, tornándose azul oscura. En ese instante Draciel comenzaba a liberar su más grande técnica.

 

―¡Ahora lo recuerdo! ―exclamó Logan enérgicamente―. Tú traicionaste a Poseidón en el final de la guerra, aquello que fue decisiva pues se dijo que ningún santo pudo derrotarte, sino hubieras traicionado a tu dios, es posible que Poseidón hubiera ganado, ahora entiendo tu gran destreza, no imaginaba de quien se trataba realmente.

―Demasiado tarde…

       ¡¡Storm Leviatán!!

       (Tormenta de Leviatán)

 

El general liberó una onda demoledora que ascendió el cuerpo de Logan en una intensa corriente, destrozando su armadura en pedazos. Cayendo abruptamente a sus pies.

 

―Formidable, general marino. Sin embargo todo fue un tributo como sacrificio a Longinus, nuestro líder. Con estas peleas, el resucitara más fuerte que nunca, convertido en un demonio ―decía en sus últimas palabras Logan, cuando con el brazo que le quedaba arranco su ojo derecho de una forma sangrienta, con sus dedos afilados―. Me aseguraré  que nuestro líder te derrote.

 

 

En ese instante arrancó su circular órgano visual, el cual desapareció misteriosamente, sin que su oponente entendiera sus últimas acciones.

 

―¿Qué estás haciendo? ―le preguntó, cuando vio pequeños puntos rojizos   que parecía un polvo suspendido en el aire―. Y este rastro de cosmos.

 

Muy pronto vio como la capa de humo rojiza se tornó violenta y comenzó arremolinarse con intensidad, comenzando a descender hacia abajo. Como si alguien la estuviera absorbiendo.

 

―¿Por qué no sentí antes esta aura?... Una gran cantidad de energía comienza a acumularse, es un cosmos extremadamente agresivo. De alguna forma le dimos energía este hombre que estaba  al borde de la muerte ―dijo Draciel, mirando hacia abajo.

 

 

                                                                                              ***

 

El término de los combates con los santos negros parecían haber terminado, pero el daimon, Longinus de Homados, había resucitado prácticamente con un cosmos mucho más agresivo y fuerte que antes. Frente Enoc que se encontraba inconsciente y Draciel, quien era el único que se mantenía en pie.

 

―Yo Longinus de Homados, espíritu del fragor de la batalla he despertado el satsui no cosmos, ahora me he convertido en un ser sin límites ―decía el daimon de ropaje carmesí.

―¿Satsui no cosmos?

―Cosmos Asesino. Fue todo gracias al sacrificio de guerra, que ustedes mismo me ofrecieron.

―¿De qué estás hablando?

―Cuando un daimon es derrotado, puede volver a la vida mucho más fuerte, como un demonio asesino para derrotar a su oponente en una nueva oportunidad, solo si se le brinda un sacrificio de guerra. El cual es un ritual sangriento, en el que nuestra armadura Makhai, absorbe las energías sutiles de los combates a su alrededor para despertar el cosmos asesino. Así nos referimos a nuestra etapa más fuerte, donde podemos hacer arder nuestro cosmos sin un desgate físico, donde nuestro espíritu se convierte en un demonio salvaje, solo con ganas de pelear ―explicaba el daimon de cabellos grises.

―Ya veo, sin embargo. Tú oponente ha desaparecido y solo estoy yo, Draciel de dragón marino.

―Seiryu del dragón, lo subestimé en un principio, no creí que la experiencia de un guerra lo haya vuelto tan fuerte, pero ahora estoy seguro que puedo vencerlo, a él o cualquier sobreviviente ―añadió Longinus muy confiado con su nueva fuerza―. Supongo que tendré que confórmame con asesinar a su amigo, el santo de libra.

―Ellos te perdonaron mientras tú estabas inconsciente, ahora tú tienes la oportunidad  de devolverles la mano, correspondiéndole igual ―añadió Draciel.

―¡Que idiotas!... Nosotros los daimon no tenemos piedad.

―Entonces yo tampoco la tendré… Recibe mis colmillos afilados.

 

Draciel extendió sus brazos, los cuales se cargaron de un verdoso cosmos hasta extender la punta de sus codos, los cuales tomo como hojas filosas y las lanzó para clavarlas como lanzas y en el proceso, estas se multiplicaron, haciéndose más finas y filosas, perforando las extremidades de la víctima.

 

―Nadie es capaz de moverse con todas esas espinas perforando su cuerpo, si lo intentas,  solo aumentaran las hemorragias internas, produciendo una muerte por desangramiento.

 

Pero por muy difícil que pareciera, el daimon se movió sin siquiera derramar una gota de sangre. Longinus se movía lentamente, como si no sintiera las espinas del dragón interrumpiendo su organismo muscular.

 

―Es como si no sintiera  dolor ―expresó Draciel asombrado.

―Exactamente, como te dije. Es una de las habilidades nuevas, una vez despierto el satsui no cosmos, no sentimos el dolor sensorial ni emocional. Por lo tanto no tengo vulnerabilidades físicas o psicológicas que me afecten…  ¡Observa esto! ―exclamó el daimon, levantando sus brazos, cuando expulso un gran poder, haciendo qué una onda expansiva desintegrara las espinas.

―Te enseñare como se debe perforar el cuerpo de un oponente, aunque perdí mis armas. Ya no las necesito, ahora puedo usar sus habilidades sin necesidad de transformar mi cuerpo en un arma ―dijo el daimon, sonriendo.

―Tendrás que demostrarlo con hechos y no con palabras.

―Siente mi nueva variante de mis técnicas mortíferas.

 

                 ¡¡Spears Demons!! 

              “Lanzas Demoniacas”

 

El guerrero de ropaje carmesí extiende su brazo hacia arriba de forma recta, para que del se liberen una gran cantidad de manos espectrales que vuelan alrededor del enemigo haciendo movimientos circulares, produciendo que este ataque se asemeje a un ciclón horizontal. Cuando se acercaron al cuerpo del atlante, todas las manos convergieron en un solo punto y pasaron a través de su cuerpo. Golpeándolo directamente, pasando a través de su armadura como si no estuviera allí.

 

―¿Qué es esto?... mi escamas no sirve de nada.

―Mi nueva técnica causa daño al enemigo en el interior, directamente a sus órganos internos y  en los vasos sanguíneos. Como unas dagas fantasmas ―le respondió el daimon.

 

El Shogun sintió como un líquido viscoso carmesí le recorría el cuerpo sin ninguna silueta de daño físico, sin embargo solo parecía con daños superficiales y no derramaba grandes cantidades de sangre, después de tantos golpes.

 

―¿Qué sucede? ―se preguntó el daimon, alegrándose demasiado pronto.

―Las escamas de un Dragón son como escudos de hierro, se dice que ningún arma puede perforarlas ―se mofaba el atlante de ojos rasgados.

―Ya veo, ahora recuerdo algo acerca de vosotros los atlantes. Alguna vez escuche que su cuerpo tiene un biología más densa que los humanos, ahora veo que es cierto ―reflexionaba Longinus.

―Es mi turno, para contraatacar…

              ¡Storm of Leviathan!

            “Tormenta de Leviatan”

 

Draciel cruzó sus brazos cargando sus codos de haces de luz esmeralda, produciendo una ráfaga que originó un intenso tornado horizontal acuoso, tal corriente parecía rebanarlo todo en una intensa velocidad.

 

            ―¡Imperial Shield!―

          “Escudo Imperial”

 

Longinus hizo que su cuerpo se recubra por completo de un cristal rojizo. En el cual, todo el metal de su armadura se extendió y cristalizó todo su cuerpo, fortaleciéndose virtualmente. Haciéndose inmune a al ken de Draciel, quien no pudo traspasar su defensa.

 

Ya conozco esa técnica, creas una corriente marina con el agua contenida en la atmósfera, para acelerarla a tal grado que desintegre cualquier cosa, después de todo se dice que el agua a presión  es capaz incluso de cortar el diamante, pero el sacrificio sangriento no fue lo único que me regalaron los santos negros ―tras descifrar la mecánica de la técnica del atlante, Longinus reveló lo que ocultaba en su mano. Un órgano ocular.

―¡Ese ojo, es del lince negro! ―exclamó enérgicamente el marina.

―Se dice que todo lo que ves por última vez, antes de morir queda atrapado en la retina. Gracias a este ojo pude comprender la mecánica de tus técnicas ―lo sorprendió el daimon sonriendo.

―Aunque tengas los ojos de un dios para predecir mis movimientos, te puedo asegurar que un dragón nunca muere solo.

―Entonces te extinguiré con el gran resplandor de mi escudo que lo pulveriza todo ―dijo el daimon, mostrando el símbolo de su escudo hexagonal, un pentagrama en un círculo en su abdomen.

 

             ―¡Imperial Excution!―

            “Ejecución Imperial”

                                     

Del pentagrama salió un gran resplandor rojizo que parecía desintegrarlo todo, en su devastador avance.  Inesperadamente, choco contra dos escudos circulares que amortiguaron el impacto.

 

―¡Enoc despertaste! ―exclamó Draciel.

 

El joven santo de oro hizo levitar los escudos, haciéndolos girar para desviar la ráfaga destructiva hacia los lados, pero tal improvisada defensa no fue tan efectiva ya que llego en el clímax de la ejecución imperial.

 

―Maldición creo que es muy tarde.

 

Enoc salió volando junto con Draciel, recibiendo el resto de la técnica que los estrelló ferozmente contra unos muros.

 

―Me ahorraste el tiempo Libra.

 

Draciel se puso de pie con dificultad para ponerse delante de Enoc, quien aún se encontraba debilitado. Ahora todo parecía haber acabado, solo restaba el golpe de gracia.

 

Enoc miraba con precisión al hombre de piel pálida y de cabellos grises, portando un ropaje carmesí, quien parecía otro hombre gracias a su nuevo cosmos, era como si Enoc intentara recordarlo con más detalle, pero no conseguía encontrar algún significado a tal mirada intrigante.

 

―Lonignus si es qué ese es tu nombre. Vosotros los daimon son seres muy avaros, a pesar de revelarse contra Athena como los caídos en la rebelión del santuario y convertirse en mercenarios, ahora aun quieren más poder, no puedo creer que hayas sido un aspirante a santo de oro ―le reprochaba Enoc.

―Veo que ahora sabes quienes somos, pero no tengo por qué explicarte mis motivos ni mi verdadera identidad a un mocoso recién ascendido inescrupulosamente ―le respondió el daimon.

 

En ese entonces Draciel, lo detuvo de seguir discutiendo y se puso delante del joven de Oro.

 

―Gracias, muchacho pero ya es suficiente.  No necesitaba de tu ayuda, aunque estoy debilitado y ya no puedo usar mi velocidad, tengo una faceta mucho mejor, la cual es la mejor defensa en un combate ―afirmaba el atlante.

―Estúpido esta vez mi ejecución imperial acabara contigo sin dejar rastro.

―Espera que harás Draciel, ni los escudos de libra pudieron resistir su ken ―le dijo Enoc muy preocupado.

Las armaduras doradas se fortalecen del sol, pero nuestras escamas se nutren de él agua más pura en la atmósfera ―comparaba Draciel las fortalezas de ambas armaduras, haciendo que su cosmos manifieste diminutas chispas azules en el aire―. El agua a presión,  es lo que fortalece el mejor de los metales.

―Las armaduras Makhai de los daimon, se alimentan de las emociones hostiles y los sentimientos negativos, por eso nuestra energía es eterna y es la mejor...

 

          ¡Imperial Excution!

          “Ejecución Imperial”

 

Nuevamente Longinus disparó su gran resplandor de luz carmesí, pero esta vez Draciel, levantó un muro defensivo de agua que ascendía muy rápido hasta el cielo.

 

            ―¡Fortress Dragon! ―

           “Fortaleza del Dragón”

 

―Increíble la presión es tan rápida que parece fundir el resplandor imperial de Longinus ―reflexionaba Enoc.

―¿Qué? Esa técnica no la reconozco ―chistó confundido al ponerse en guardia.

―No tuve necesidad de usar todo mi arsenal contra los santos negros hasta ahora ―respondió el atlante de ojos rasgados, pero rápidamente se disolvió su gran muro ascendido, que era como el fluido de una cascada invertida.

―Ya no tienes energía, el muy idiota solo fanfarroneaba ―añadió el daimon sonriendo.

―En realidad solo quería enseñar una última cosa a Enoc, con esto ya es suficiente, ya no necesito seguir extendiendo este combate ―respondió Draciel, cuando inesperadamente incendió su cosmos.

―Acaso planeas atacarme de nuevo, sabes que no podrás traspasar mi defensa, pero a diferencia tuya que has consumado tu energía, mi cuerpo no sufre del desgate del tiempo, gracias a mi nuevo estado ―explicaba el daimon―. Es lo que ha definido nuestro combate.

―El satsui no cosmos, estoy seguro que escuche eso antes ―añadió Enoc.

―Están condenados, es muy tarde para huir ―les aseguró el daimon.

―Es tarde para ti ―le respondió irónicamente el atlante, cruzando sus brazos.

―Esa pose, acaso intentarás nuevamente tu tempestad de Leviatan. Que insensato eres, será en vano ―se burlaba Longinus.

 

Una figura de un plesiosaurio de cuatro aletas gigantes se visualizó detrás del shogun, cuando Draciel intensificó la corriente que lo rodeaba, entonces de sus codos afilados de cosmos, lanzo como una cruz en el cielo que rompió el espacio, abriendo una apertura hacia otra dimensión.

 

―Es el triángulo espacial ―dijo Enoc.

 

Draciel se lanzó directamente contra el daimon, quien se revistió de su cristalizada defensa para soportar la corriente desgarradora que estaba acumulando el atlante en sus puños. Sin embargo, este fue tan veloz, que no lo atacó sino que lo sujeto por detrás.

 

―Idiota,  ¿qué haces? ―dijo Longinus, intentando zafarse, cuando la corriente de Draciel se manifestó rodeándolo en forma de torbellino―. ¿Intentas  asfixiarnos?

―Esta es mi última técnica…

  ¡¡Dragon's Descent!! 

 “El descenso del Dragón”

 

La corriente se maximizaba en un pequeño tornado, dejando el cuerpo del daimon inerte, sin que pudiera liberarse, mientras Draciel miraba el joven santo dorado.

 

―Enoc, ahora ya es tarde para mí, pero no para ti. Protege los tesoros imperiales de nuestros enemigos, así como nuestra hermandad del hombre, no se limita solamente a reclutar santos, sino cualquiera que siga nuestros principios, nuestros enemigos de nuestra hermandad, también están en todas partes ―le advirtió Draciel en sus últimas palabras.

 

Justo en ese entonces la corriente de Draciel se máximo en una especie de caparazón a presión que los encerró a ambos, haciendo que sus cuerpos comenzaran a hacer atraídos por la presión de la apertura dimensional.

 

―Estúpido… ¿acaso intentas suicidarte?

―La presión que nos rodea te tiene paralizado, por lo que seguiremos cayendo en un abismo sin fondo, mientras aumenta la velocidad, terminarás fundido por la terrible presión ―explicaba Draciel.

―¡¡Entonces tú, maldito…!! ―exclamaba el daimon frustrado.

Cuando finalmente la apertura dimensional se cerró, volviendo a la normalidad, dejando en solitario a Enoc, quien recogió el espejo imperial, escondiéndolo en su antebrazo.

―Quizás antes de volver deba prepararme…

 

Fin.


Editado por ALFREDO, 06 abril 2016 - 20:01 .

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FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:58 .

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Publicado 09 abril 2016 - 10:05

En cuanto al capítulo de Talaris, tiene un buen fondo, una historia interesante y atrapante (aunque confusa a ratos), un buen manejo de la acción y personalidades, además de mucha habilidad en el aspecto técnico (ortografía, gramática, etc); quizás solo hubo algunos puntos de más, pero poca cosa.

Lo que sí, se suponía que el personaje relevante era Glauco, pero el capítulo se enfocó casi exclusivamente en Hermes. ¿Tal vez hubiera sido mejor otro capítulo diferente? Además, los términos con lo que refieren los personajes al "acercamiento" entre hombres es algo que me llamó mucho la atención, pues en la Grecia clásica era muy común. Sin embargo, en general es una historia muy bien cuidada, lo previo son detalles, con excepción de que el personaje a evaluar fuera una "herramienta" para el desarrollo del mensajero.

 

Respecto a la historia de blackdragon... lo primero que me sorprendió al terminar de leer es que leí el nombre Eo/Io solo una vez. Ambas partes de la historia se me hicieron desconectadas una de otra, quizás debió omitirse lo de los cíclopes, y la acción fue algo confusa. Además, faltó cuidar un poco más la ortografía, y como suele pasar con las historias contadas en primera persona tuvo algunos problemas de coherencia y cohesión. En todo caso, la crítica principal sería que el personaje que debería evaluar... bueno, es que no sé dónde estaba, entendí que él estaba relatando esto (?), o no sé, me perdí la verdad al respecto.

 

La de Alfredo no estuvo nada mal, muchos problemas técnicos, pero en cuanto a la historia estuvo bien. Tal vez algo sobrecargado de acción y técnicas: estas, aunque bien descritas, dependieron mucho del diálogo, eso sí. Debiste describir más la acción en lugar de ponerla en la boca de los personajes, algo muy común en mangas, pero la narración te da mucho más libertad al respecto), pero logré "encariñarme" con el personaje de Dragón Marino. Draciel, a través del combate, demostró lo que prometía, pero no me pareció el personaje principal del capítulo, aunque sí uno lo suficientemente relevante como para que pase por el objetivo de este tema.

 

 

Así que voy a votar por esta última historia. Siento que presentó el mejor foco en el personaje en cuestión, y todavía con las dificultades técnicas, mostró una historia dinámica y llamativa, donde de desarrolló al personaje de Sea Dragon. Así que voto por ALFREDO.


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Publicado 09 abril 2016 - 11:28

Mi voto es para Talaris

Ella nos trajo una historia muy elegantemente escrito y con una trama que acaparo mi atencion de inicio a fin

La segunda historia de blackdragon se centro mas en ikki y paloma solo (no recuerdo el nombre) y muy poco en algun personaje que se pedia dejandolo como un personaje CASI SECUNDARIO

Y la tercera historia que es la de Alfredo, tuvo un gran desarrollo y buena trama aunque no me cautivo tanto comocomo la de Talaris


Mi voto va para Talaris

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Publicado 12 abril 2016 - 14:09

Mi voto es para  ALFREDO           P. marino:  Draciel de Sea Dragon


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Publicado 12 abril 2016 - 14:31

 
El ganador de esta dinámica es:      ALFREDO
 
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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:58 .

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Publicado 12 abril 2016 - 14:39

Soy subnormal, me leí las historias y se me olvidó votar...

 

En fin, mi más sincera enhorabuena al gran Alfredo, antes que se cierre el tema. Iba a votar por él, pues su personaje era el que más me transmitía, dando una explicación bastante escueta. 


Editado por ℙentagram, 12 abril 2016 - 14:39 .

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