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Saint Seiya: Santuario sin escudo


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38 respuestas a este tema

#21 Αλάλα

Αλάλα

    Raissa Ozsari

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Publicado 15 junio 2016 - 01:32

T-800:

Al parecer no soy tan mala narrando batallas como creía xD Solo practica me faltaba :P

Y todo se le pone peor a Tâleb xD

 

Tetzauhteotl:

La verdad que casi siempre trato de que todo tenga un por qué. No me gusta que las cosas queden en el aire, si digo algo, ese algo por pequeño que sea va a tener su consecuencia. 

Auch, ese lo había releido y se me pasó xD En adelante, y desde el capítulo anterior, le pido a mi esposo que me haga de beta. Aunque en este voy a tener que saltarlo porque llevo mucho sin escribir xD se enfermó y lo están exprimiendo en el trabajo :v

Ay, otra cosa que me gusta es no hacer mis personajes perfectos xD En este caso los caballeros sí que tienen que ser amigables y eso es comprensible, nos cuidan :v pero cuando les pongo desperfectos (leerás en este) se arma una gorda xD Y así es, Tâleb está hecho para hacerse odiar (al menos en principio), qué bueno que se hace notar eso :D Antes de este fic llevaba mucho sin escribir xD Y me estoy arriesgando colocando cosas aquí.

Aunque hablaba de detalles, pues no, no he pensando en las relaciones que tenga Kamil por ahí xD

Por aquí hay más batallas, no mucha historia, al menos no este, en el siguiente ya aparece algo de esto, pero al menos sirve para conocer a los personajes que tengo que ir sacando. Espero te guste este :D

 

۩۞۩

 

Capítulo VI: Complicaciones.

 

Tigern de Libra, quien guiaba a Virgo, Aries y Tauro, sintió que algo extraño sucedía en el Santuario. Pidió a Witta de Aries comunicarse con Sonechka, y en ese momento se enteraron de lo que había sucedido.

Volvieron con rapidez, y en unos segundos allí se encontraban.

 

Ver que la estatua de Athena ya no se encontraba en lo alto de las doce casas les hizo sentir una sensación horrible en el estómago.

Piscis les comunicó que Sali fue quien causó tal hecho. Tigern dedujo que quizá esa era la razón por la que la sangre de Athena estaba derramada aquel día que desapareció. Sin embargo, no creía posible que un enemigo lograra usar la armadura de la deidad.

 

Con los caballeros de oro presentes allí reunidos, Tâleb apareció corriendo, atrajo con el ruido de sus pasos las miradas de los guerreros.

 

—Athena estaba aquí…—Señaló hacia donde estaba hace poco tiempo.

—No seas mentiroso—Asker apareció tras él, y justo al terminar su frase, le dio un golpe en la nuca, Flecha cayó sobre sus rodillas.

—¿Todavía sigues con esa historia?—con seriedad, preguntó Tigern, dio la vuelta para mirar al caballero arrodillado.

—Entiendo que es algo difícil de creer, pero allí estaba. Ella misma me indicó que vino a llevarse la armadura—Bajó la mirada, sabía que nadie le haría caso.

 

Asker, cansado, le lanzó una patada justo en el mentón. Tâleb de Flecha cayó sobre su espalda y se quejó del dolor con un gruñido. Ningún otro caballero le prestó atención a la situación, pues solo creían que era un niño que solo buscaba que le dieran interés a lo que decía.

 

—Vuelve a decir algo como eso y, no te desterraremos, te mataremos—Asker frunció el ceño tanto que parecía desfigurarle el rostro, y para enfatizar, le apuntó con el dedo.

 

Sonechka se aclaró la garganta, a él también le cansaba la situación.

 

—Hace poco los caballeros de Camaleón, Oso y Cuervo me comunicaron que, donde están los renegados, no se encontraba Athena. Lo único que se me ocurre es que ha de estar con Sali. Si utiliza su sangre para tomar la armadura, lo más probable es que también la tenga para sus otros propósitos, sean los que sean. Necesita de ella—Se cruzó de brazos y le dio una vista rápida a sus compañeros.

 

—Si están atacando varias ciudades es más difícil encontrarlas. Sin embargo, ha habido ataques a Rodorio. Con la protección del Santuario Sali tomaría ventaja, estoy seguro de que quiere tomar el lugar de Athena. Con esto, no debe estar muy lejos de aquí—Concluyó Tigern, esperando a que a su amigo y compañero de armas ideara un plan.

 

Algunos momentos de silencio pasaron, mas terminaron cuando Gad de Copa ofreció dividir a los guerreros en cuatro grupos para cubrir cada punto cardinal.

 

—Irán entonces acompañados por un caballero de oro—estuvo de acuerdo Sonechka. Organizó entonces con rapidez los grupos y evitar perder tiempo.

 

Witta de Aries fue con Asker, y en este grupo se ofreció Kamil sin importarle haber llegado hace poco de Brasil. Tigern fue con Alex de Cefeo y André de Cisne. Brynjar de Virgo marchó con Du de Tauro y Gad de Copa. Por último, fue Sonechka con Viveka de Lagarto. No había más caballeros disponibles, pues Milivoj de Oso estaba recuperándose del veneno, mientras Ethan de Cuervo le cuidaba. Géminis seguía desaparecido y de Tâleb nadie quería saber nada.

 

Todos estaban preparados para marchar, hasta que notaron que Asker tomó del cuello a Tâleb y le lanzaba una mirada llena de furia. Antes de que Brynjar pudiera decir algo, el joven de Flecha ya estaba rodando por las escaleras que daban hacia la casa de Piscis. Cayó un par de metros hasta que por fin pudo detenerse por su propia cuenta.

 

Asker continuaba con el camino, acercándose hacia el caballero de plata. Estaba dispuesto a encerrarlo él mismo. Igual que antes, nadie le detuvo ni comentó nada al respecto. Al cabo de un rato, el joven de Lira abandonaba a Flecha en la prisión de Cabo Sunión. El chico mostraba grandes lágrimas en sus ojos amarillos, pero eso a Asker no le conmovió.

 

—Espero que al regreso dejes de decir tantas estupideces—Pidió Lira antes de marchar.

 

Sin más que poder hacer, Tâleb se echó en una de las rocas para poder pensar y encontrar una salida a tan complicado tema.

 

Los cuatro grupos marcharon apenas Asker regresó. Witta y sus compañeros fueron hacia el norte, Tigern al sur, Brynjar al oriente y Sonechka al occidente.

 

Al sur viajó el grupo de Tigern. Llegaron a Chipre, al lugar que, por el idioma, Athena podría pasar desapercibida. Arribaron al norte de este lugar,  Kyrenia. Un lugar en la costa con vistosos barcos. El lugar era bastante turístico, por lo que, llevando sus armaduras, tuvieron que ir escondiéndose. Era lo mejor, pues así evitaban comenzar la batalla en un lugar abierto y ocupado por personas que no podían defenderse.

 

Alex de Cefeo dirigió su mirada café claro hacia el sur del lugar, hacia la cordillera de Kyrenia. Sintió un fuerte cosmos que emanaba de allí, por lo que hacía aquel lugar fueron.

En el monte Pentadáctylos, o ‘Cinco dedos’, había bastantes castillos y atalayas. Aquel lugar les pareció interesante, pues antiguamente algunos de estos lugares se usaban como punto de estrategia al poder divisarse, como ejemplo, carreteras importantes.

 

En el castillo de San Hilarión, el cual tuvo como centro una lucha por el control de Chipre, se intensificó un cosmos, sintiéndose pesado y oscuro. Era bastante similar a lo que Tigern recordó cuando vio por primera vez a Sali, por lo que sospechó que se trataba de ella.

Se adentraron. En ese momento caía la noche y poco podían ver. Sin embargo, a lo lejos y en el horizonte observaron el mar y las luces iluminar la ciudad. Era relajante y les recordó lo humanos que eran. Al dar la vuelta hacia el devastado castillo, el sentimiento se sintió lejano.

 

Del castillo no quedaba mucho, paredes destruidas, techos caídos y algunas figuras que los visitantes podían ver. Mas lo curioso de todo fue ver un agujero en el suelo. Se adentraron en este y notaron que era como si alguien hubiera construido un sótano, y muy reciente.

Tigern no podía creer la estupidez que cometió. Cayeron en el peor lugar para luchar. Para colmo, escuchaban cómo el agujero era cerrado.

Estaban a varios metros bajo tierra. Alguien apareció tras ellos, solo pudieron sentirlo, y no verlo.

 

—Tres caballeros. Bronce, plata y oro. Luego de matar a soldaditos y aldeanos, al fin podré poner uno de cada cual en mi colección. Vamos, ¿por qué no luchan?—Preguntó el desconocido. Por su voz se podía notar que era un hombre joven, más no un adolescente o un infante. Era alguien con experiencia, y el mayor de los tres, Tigern, logró notarlo.

 

Estaba oscuro, incluso más negro que la noche. Les quedaba guiarse por el ruido de los movimientos, por el cosmos y por lo que se les ocurriera.

Pero al instante notaron más problemas. El cosmos del hombre disminuyó, no se escuchaba ni el cómo respiraba.

De los tres, Tigern era el único que podía despertar el séptimo sentido, pero ni eso le estaba sirviendo de ayuda. Además, el lugar estaba reducido y ejecutar cualquier ataque lograría lastimar a los demás. Quedaba un combate cuerpo a cuerpo.

 

De repente un golpe se escuchó. André de Cisne fue golpeado en el abdomen y el desplomo hizo regresar a Libra de sus pensamientos. Estaba lento, odiaba cometer errores y peor tan básico como el que ocurrió hace poco. Pero logró controlarse y se concentró en evitar más equivocaciones.

 

—¡Vamos, hagan algo!—exclamó el enemigo. Golpeó de una patada a Cefeo en el pecho y trató de atacar en el costado a Tigern, pero el caballero logró detener el golpe con el escudo de su brazo—. Tú debes ser el de oro. Contigo será la batalla entonces, pues tus inútiles compañeros ya están en el suelo.

 

Cisne y Cefeo estaban levantándose. No hallaron qué hacer y Tigern no les dirigió.

El desconocido decidió atacar a los jóvenes. Notó a Cisne como el más fácil en derrotar.

El hombre tenía la ventaja total. Podía notar todo como si fuera de día y el sol estuviera allí. Su cosmos, concentrado en sus ojos, le permitía ver con claridad a los guerreros.

Vio los ojos naranja claro de Cisne clavados en él con angustia, el cabello azul pastel manchado con un poco de sangre y la piel blanca sucia de polvo.

De Cefeo vio su largo cabello castaño y los ojos cerrados. La piel morena clara y sudorosa por la falta de aire.

 

—¿Dos golpes y ya están derrotados?—Incitaba el hombre que portaba la armadura de Leo bañada en ese color negro. Tigern le atacó pero le detuvo con facilidad.

—No es posible que veas con tanta facilidad, apenas noto manchas moverse—murmuró el joven de Libra, ideando todavía qué hacer—. Déjalos—Pidió, esperando poder acabar con el asunto él solo.

—No. Los tres irán a mi colección. Uno de cada rango.

 

Dicho eso, el de armadura negra siguió con su ataque a Cisne. Ejecutó su ataque, que a pesar de sentirse presente en todo el lugar, no se vio nada de este.

André bramó tan fuerte que Cefeo se encogió del miedo. Tigern se molestó por no haberlo evitado.

 

—El terror de la oscuridad—indicó el nombre de su técnica el caballero de Leo—. Poco le queda de vida. El corazón pronto le dejará de latir.

 

Una descarga eléctrica, como si todos los rayos del mundo cayeran sobre el cuerpo, fue lo que recibió el pobre broncíneo. Gracias a la oscuridad, Alex y Tigern no pudieron ver cómo la figura del Cisne quedó quemada y ensangrentada. No solo eso, sino también el rostro desfigurado y los ojos fuera de sus órbitas. Apenas se le escuchaba cómo luchaba por respirar.

 

Cefeo era el siguiente de la lista. Tigern se abalanzó antes de que algo pudiera sucederle, pero Alex le gritó que no se entrometiera, pues él se creía capaz de luchar.

 

—¡Canto de la ballena!—Colocando sus manos al frente, el gorjeo fuerte generó una especie de barrera invisible que evitó que Cefeo fuera golpeado por el de armadura negra.

 

Un tanto desorientado, Leo no vio venir los golpes que Alex le imprimía. El canto le resonaba en la mente todavía y no lograba enfocarse en ver lo que hacía su enemigo.

Cefeo golpeó en la mejilla izquierda, el mentón y el corazón varias veces, dio una patada como remate en el rostro y con esto logró echarlo al suelo.

Esto hizo enojar a Leo, quien no pensó antes de atacar.

Un montón de finos rayos oscuros atravesaron la habitación, logrando cortes en Tigern y Alex, incluso en el lastimado André que evitaba fallecer en ese lugar.

 

Alex logró pasar entre medio del ataque y logró asestar un fuerte rodillazo en el abdomen de Leo negro. Con la cabeza inclinada, Cefeo vio la oportunidad de atacar la nuca y con la mano extendida, golpeó esta parte con la mayor fuerza posible.

El desconocido terminó en el suelo, pero no estaba herido para nada.

 

—¿Es acaso eso todo? Creí que los caballer…

 

Pero Leo se silenció de repente. Cefeo no entendía qué sucedía pues nada podía ver allí.

El enemigo se desplomó y el fuerte golpe se escuchó cuando chocó contra el suelo. Se oía cómo escupía sangre por la boca y luego el reposo llenó el lugar.

De haberlo visto, Cefeo se hubiera vuelto loco de enojo: Tigern había usado una de las armas para atravesar la cabeza del hombre.

 

—¿Qué ocurrió?—Preguntó desconcertado el joven de Cuba, Alex sentía que algo estaba pendiente y que algo raro sucedió.

—No lo sé—mintió Libra. Había desobedecido la regla de no usar las armas y el combate justo. Incluso se negó a la petición de Alex de no entrar en aquel enfrentamiento—. Ya terminó. Es lo que importa.

 

Tigern se echó al suelo, con la mirada hacia este y evocando lo que ocurrió a André de Cisne. Lo último que había escuchado era que apenas respiraba, y ahora él estaba en total silencio.

Regresaron a la superficie, con el cadáver del chico en sus brazos. Le dieron entierro y emprendieron camino hacia Grecia. Aunque la batalla no fue ardua, extenderse más hacia el sur sería perder tiempo. Quizá, al volver, alguno de sus compañeros tendría noticias.

 

Mersin, Turquía.

 

Brynjar de Virgo, Du de Tauro y Gad de Copa arribaron en la costa del sur de Turquía. En aquel lugar, estaba todo destruido. La hermosa ciudad estaba hecha añicos, las tiendas y cafeterías ahora eran el refugio de las ratas y otros animales que reclamaban el lugar a falta de humanos.

 

Las estrechas calles estaban vacías, los edificios destruidos y toda la vida que allí estaba, como los jóvenes reunidos o el gran comercio, estaban desaparecidos.

 

En medio de donde llegaron, estaba una pila de gente muerta amontonada. Arriba, en lo alto de una edificación no tan alta, estaba una joven portando la armadura de Pegaso. Con las manos llenas de sangre, sonrió a los caballeros y les saludó.

 

—Bienvenidos, caballeros en busca de Athena. Aunque Pegaso siempre ha sido quien le ha resguardado, en esta ocasión no se me ha asignado la tarea. Sin embargo, les puedo decir dónde se encuentra ella. ¡Está más cerca de lo que creen! Lo único que tienen que hacer: arrancarme la cabeza.

 

۩۞۩

 

Ay, se me fue un mes. ¿O dos? Ya se me olvidó xD No, no estaba ocupada. Estaba tan falta de inspiración que hasta me tardaba en dormir, me daban la una, las dos...

Pero ya con la historia más construida, ahora vuelvo a poner uno (o dos D:) capítulos por semana.

Espero sus comentarios y que les agrade ^^

 

Saludos.


Editado por Raissa, 15 junio 2016 - 01:33 .

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#22 Patriarca 8

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Publicado 15 junio 2016 - 15:02

-pobre Tâleb tiene peor suerte que casandra(la de la mitologia)

 

-esos caballero son unos troles,entiendo que no acepten de buenas a primeras lo que les dice

el caballero de flecha peron no ponerse a investigar esa acusacion y simplmente

encerrarlo ya es demasiado

 

-André de Cisne tuvo una muerte bastante sangrienta

 

-los fnales de los capitulos de tu fic siempre son.........................enigmaticos


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#23 Tetzauhteotl

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Publicado 10 julio 2016 - 13:53

¡Bravo!, la escena de Taleb y Asker es muy buena, te felicito; me recuerda al clásico.

 

“Géminis seguía desaparecido y de Tâleb nadie quería saber nada.” ¡Caramba!, te luciste con este momento. Se siente el desprecio de los santos y la frustración de Taleb. La acción, la contrariedad. Sabes montar escenas.

 

La isla de las serpientes, Chipre; eres muy buena en esto de describir locaciones. ¿Cuánto te toma investigar sobre un lugar para después narrar lo que necesitas?

 

Me gustó la pelea del león darks. Muy inteligente, y otra vez manejas el ambiente, esta vez como recurso de batalla. La decisión de Tigern me pareció lógica y me como las uñas de pensar en cuando harás que Cefeo se entere XD.

 

Y terminas con una yegua con alas. Me gusta como escribes. No profundizas mucho en los personajes y con dificultad puedo sentir aprecio por alguno (como Kamil, es un crack), pero los combates y los escenarios, no sé, me das envidia. Gracias por el capítulo, espero con ansia saber lo que pasará con la Pegasa.

 

Saludos.


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#24 Patriarca 8

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Publicado 18 julio 2016 - 20:58

Ojala te animes a continuar este fic


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#25 Αλάλα

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    Raissa Ozsari

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Publicado 09 agosto 2016 - 19:04

Hola.

 

Paso así rápido para comentar que ya que alcancé la cantidad de mensajes para poder editar los anteriores, agregué imágenes a los dos primeros capítulos y arreglé errores ortográficos que tenía, para que quede todo más consistente, la historia no ha cambiado nada.

En adelante a ver si saco inspiración para continuar con el capítulo VII, falta poco para terminar la ronda de peleas pero no quiero que sea solo golpes y ya, por lo que me atoro mucho a la hora de las peleas.

 

Tampoco he tenido mucha inspiración para dibujar, como dije antes en sí el fic ya está, pero el desarrollo se me viene complicando cada que termino un capítulo.

Del siguiente solo tengo un par de párrafos, pero intento no dejar el fic de lado, así me tarde lo continuaré >_<

 

Lástima que Tetza se retiró del foro :(

 

En fin, ojalá les den un ojo a los dibujos, también hay más en mi galería en la zona de Arte de los fans.

Pronto vuelvo con más.

 

Saludos :D


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#26 SoVre

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Publicado 24 agosto 2016 - 12:55

10/10 me encanto el capitulo 3.

 

Muy emocionante como describes el panorama mundial por parte de los caballeros negros, a muchos se les olvida pero en la serie eran un grupo terrorista con tanques y toda la cosa, muy involucrados en los eventos mundiales, y la forma en que lo narras me dejo embobado leyendo el resto de la historia xD

 

Hasta puse el tema de Child of Down mientras lo leia, excelente.

 

Me quedo esperando los demas capitulos.


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#27 Αλάλα

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    Raissa Ozsari

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Publicado 04 noviembre 2016 - 02:44

T-800:

Sí, pobrecito Tâleb xD Pero ya verás que no durará tan mala suerte tanto :P Con los buenos líderes que tienen pronto tendrán que saber qué ocurre.

Mis muertes son muy gráficas xD Vieras si las dibujara, que quizá no tarde en hacerlo :P

 

Tetza:

Bue, ya no andas :( No sé si sigas mirando el tema xD La verdad es que trato de darle ese toque del clásico, me gusta más que nada el clásico así que me voy mucho por esa onda. 

Al pobre de Tâleb no le brilla la buena suerte, y es que yo nunca he tenido una escenita xD pero siempre me gusta imaginarme situaciones que bueno, ya se ve cómo quedan.

Sobre el escenario no me gusta dejarlo tan de lado, para mí lo siento bastante importante, como ves, hizo parte de la batalla y es que me parece un poco fácil darle frasesotas a un personaje para hacerlo amar, no es un fic que vaya a ser largo por lo que no hago tanto énfasis en los personajes, pero en algún momento sí contaré parte de la historia de ellos, porque tampoco quedarán en las penumbras xD

Me gusta mirarme unas cuantas fotos y mirar en google y webs de viajes, como me gusta viajar pues me memorizo todo y me hago un rato para imaginarme que estoy allí, para hacerlo un poco más personal y así poderlo escribir :D

Ojalá puedas leer esto, que al final de los comentarios no tuvimos otros contacto.

 

SoVre:

Gracias por pasarte y ojalá sigas leyendo xD

Qué buen tema te escogiste, ese mismo me pienso yo en una escena épica cuando sale el malote a mostrar su poder xD Como no me gusta centralizarme en una cosa, sí, trato de globalizar a los caballeros, es que tampoco son tan escondidos queriendo hacer maldades, me acuerdo del eclipse de Hades, un eclipse para toda la Tierra e imposible si la gente no se asustara al saber que no tiene que pasar, me hubiera tomado un par de segundos para mostrar aunque fuera un astrónomo con los ojos salidos de la sorpresa.

 

 

Me tardé meses, vaya xD Antes era capaz de escribir 300 páginas en un año y tener un buen fic, ahora me tardo mucho, la verdad me faltó inspiración, estaba tan baja de ánimo que no tenía ganas de nada, ni me levantaba de la cama y estos días fue peor, pero como lo peor ya pasó como que se viene levantando, así que espero escribir o dibujar, o las dos cosas xD Como el fic no va a pasar de 20 capítulos, creo, será muy corto, espero ya animarme y dejar terminado el proyecto antes de acabar el año.

 

۩۞۩

 

CAPÍTULO VII: Una diosa.

 

Las manos llenas de sangre de Pegaso negro enfurecieron a Gad de Copa, quien había entendido que ella había estado asesinando gente hace poco.

La mujer descendió del edificio donde estaba dando un salto y una voltereta justo antes de caer. Alzó las manos y las puso frente a su rostro.

 

—Jamás me había divertido tanto. Aunque todos los renegados deseamos tener el poder, Sali ha logrado regalarnos un poco de este a todos. Todas estas personas nunca han sabido lo que es el verdadero sufrimiento—comenzó a avanzar, aplastando con los pies lo que se le atravesara en el camino—. No saben qué es soportar el frío, pasar hambre, ser golpeados a diario—pateaba los cuerpos sin vida, haciéndoles brotar todavía más sangre—. Son avaros, egoístas… Pero no soportan la idea de verlo en uno de sus semejantes, y ahora que el mundo está llegando a su fin, no logran trabajar en equipo y se comportan todavía peor.

 

Su rostro era serio pero sereno, como si en realidad todo lo que dijera no importara. Quedó a pocos pasos de los guerreros. Miró a Copa, luego a Tauro y finalmente a Virgo.  En sus ojos logró ver que ellos, fuera de su terrible entrenamiento, habían tenido una vida bastante cómoda, donde al terminar recuperaban su fuerza, tenían alimento y otras cosas que la misma Athena les dejaba para tener pocos apuros.

 

Brynjar estaba intranquilo con la vista de Pegaso Negro sobre él, algo había en ella que le hacía latir el corazón con rapidez, algo que lo llenaba de enojo total y que encendía su ánimo de lucha.

Brynjar de Virgo era conocido por usar su fuerza, algo que contrastaba con el último usuario que era sereno y mantenía la calma. Aunque tenían casi las mismas técnicas, el noruego era de poseer una gran fuerza, cada golpe era comparado con una explosión similar a la del Big Bang, como si de la Exclamación de Athena se tratara.

 

Pegaso lograba ver cómo Virgo comenzaba a desesperarse, Du y Gad estaban en espera de Brynjar que nada les decía. Du de Tauro era más joven y Gad de Copa estaba en medio en cuanto a edad. Los dos estaban tranquilos a diferencia de quien les lideraba, se miraban el uno al otro y solo se mantuvieron en silencio.

 

—Lo que no me es justo es que ataques a las personas que no pueden defenderse del poder de seres como nosotros, guerreros que han desarrollados habilidades y que los pueden matar—comenzó Brynjar, rompiendo el silencio.

—Ah, bla, bla, bla…—rodó los ojos la joven de cabellos rojizos y ojos café claro, cansada de la típica charla que daban los guerreros de Athena—Por favor, como si entre ellos mismos no llegaran con armas a acribillar a los pobres que no tienen ni tiempo de reaccionar, ¿no es igual? Incluso sin golpes han llegado a causar más daño que nosotros. Estamos en un modo de destruir para volver a crear… ¿Un mundo mejor? No es necesario, pero serán más fuertes para poder enfrentarse a lo que tengan en frente.

—No tiene sentido…—murmuró Du, deseoso de golpear a la mujer que estaba allí, soltando frases sin dirección alguna.

—¡Ya basta! Si el humano no encuentra el camino, este no es el modo de guiarlo, la exploración es lenta y llena de errores, darles la solución tampoco es lo correcto—intervino Gad, queriendo callar a la chica de apenas dieciséis años.

 

Una sonrisa se vio en el rostro de la chica, quien comenzó a reír de modo siniestro, soltando una única frase antes de comenzar el ataque.

 

—Entonces es mejor que no existan, ¡deben ser eliminados! ¡COTARD!

 

Como si ejecutara un Meteoro de Pegaso, exclamó mientras el puño se dirigía al centro del trío de hombres, quienes apenas trataron de esquivar el haz de luz.

 

—Con ese ataque tan lento, para nosotros caballeros de oro y plata no es nada—indicó sonriente Gad.

—¿Esquivar?—con la cabeza agachada y la mirada llena de orgullo, preguntó irónica la caballero negro.

 

Los tres se colocaron en posición de ataque, se miraron como si decidieran en qué orden atacar, cuando comenzaron a gritar. Gad se agitó tanto que comenzó a sudar, Du mantenía una mirada con los ojos a punto de salirse de sus cuencas, mientras que Brynjar respiraba de modo agitado.

El ataque de Pegaso les había alcanzado, había desarrollado una técnica que entraba en la mente del oponente y simulaba el terrible síndrome de Cotard, aquella enfermedad en la que el afectado cree estar muerto. Así, veían cómo su piel comenzaba a pudrirse y sentir lo mismo en sus órganos, sentían su cosmos descender y dejar de existir.

 

Gad se percibía como un esqueleto andante y Du creía ser una especie de muerto viviente con pedazos de carne colgándole, por su lado, Brynjar se notaba completo pero con el cosmos desaparecido y viviendo en otro plano.

Ver a Pegaso alejándose les hizo creer que ya estaban muertos, que la batalla estaba perdida y que era el fin.

 

Cerca de Atenas…

 

—¿Cuánto más tendré que seguir este estúpido juego?—Se quejaba Athena.

—Pronto terminará, mis caballeros se aburrirán y desearán algo más que asesinar inútiles humanos, querrán una verdadera batalla y así lograré conquistar la Tierra—miraba por una de las ventanas Sali, quien no tenía puesta su armadura y tenía el cabello suelto, el cual amarraba durante las batallas.

—Ejem, te equivocas si crees que la Tierra será tuya, el que seas parte de mi plan no indica que seas mi mano derecha o alguna cosa de esas—jugueteaba con el cabello la diosa, muy segura de lo que decía.

—Sí, lo olvidaba—no dejaba de sonreír la chica de Costa de Marfil.

—Odio verme como una inútil que fue secuestrada, ¡soy una diosa!

—Una diosa que necesita de humanos para ser protegida…—mencionó entre risas que quería evitar soltar.

 

Athena le dio una mirada severa, la cual Sali no vio pero que lograba sentir sobre sí.

Hubo silencio, momentos en los que la de piel oscura se tomó para sí misma, cerrando los ojos sin dejar esa sonrisa de lado.

 

—“Sí, Athena… Muy pronto seré también una diosa, y en ese entonces, la Tierra dejará de ser tuya, en ese momento me rogarás por ser ‘mi mano derecha’, o alguna cosa de esas…”

 

Mersin, Turquía.

 

Volviendo al edificio donde estaba antes de que los caballeros arribaran, Pegaso tomó asiento y vio cómo los caballeros se retorcían y perdían de a poco la motivación para luchar. Se echó sobre el techo y agitó la pierna cruzada mientras disfrutaba de los gritos llenos de horror de los guerreros.

Sin embargo, no contaba con Brynjar de Virgo. Aunque se llenó de miedo, logró recordar su entrenamiento. Como un guerrero que debía mantener su mente en blanco, se dispuso a meditar para encontrar una salida al ataque, ya que al final, supuso que era una ilusión y que debía tranquilizarse.

 

Cerró los ojos y se echó de rodillas al piso, Pegaso lo dio por muerto o por lo menos próximo a serlo. Incluso con los gritos de sus compañeros, se calmó y puso su mente en total silencio. Poco a poco se visualizó tal y como era, un hombre completo, fuerte, con el cosmos en niveles inimaginables, todo un guerrero. Incluso, ya reconociendo su energía, vio que el cuerpo de sus camaradas estaba también sin un rasguño.

Se puso de pie y abrió los ojos de par en par, mirando a Pegaso tan tranquila.

 

Alzó su cosmos y abrazó el de sus colegas, quienes poco a poco encontraron el camino para salir de la ilusión y verse de nuevo vivos y completos.

Brynjar alzó tanto su cosmos que la chica se levantó de repente y miró extrañada hacia donde estaban los hombres. Ni bien se levantó fue golpeada en el rostro a una velocidad fuera de su conocimiento. El edifico donde estaba se hizo añicos y a Virgo no le importó causar más destrucción.

 

—¡Yo soy Brynjar de Virgo, caballero de Athena y estoy para proteger a los débiles, proteger a los fuertes, y asesinar a los malvados!

 

Con el cosmos rodeando su cuerpo, lanzó una infinidad de patadas y puños a la distraída Pegaso, la cual tornaba su piel tostada clara a una morada y verde por la cantidad de puños que recibía.

Desde lejos, Du y Gad se sorprendían de ver cómo Brynjar ni siquiera pestañeaba a la hora de luchar, comenzando a sentirse inútiles, pero recordando que solo era un caballero negro, se tranquilizaron y dejaron todo a Brynjar.

 

La chica intentaba incorporarse, pero le era inútil, a cada parte del cuerpo que movía, era golpeada, como si Virgo evitara a toda costa que ella hiciera movimiento alguno. Incluso si intentaba hablar, le golpeaba en el mentón, pero también procuraba no matarla, pues aún necesitaba saber sobre el paradero de Athena.

 

Segundos después, Pegaso se vio incapacitada para luchar.

Brynjar la echó al suelo con fuerza y le puso el pie sobre el pecho, evitando así que lograra levantarse.

 

—Dime dónde está Athena—le dijo con seriedad.

—Está tan cerca que solo pierden el tiempo alejándose del Santuario, tú, como caballero de Virgo, deberías de aplicar a la paciencia—sin dejar de sonreír, comentaba.

—Dime el lugar exacto.

—No lo sé.

—¡Brynjar!—se acercaron Du y Gad.

—Caballeros… Creo que es hora de volver a Grecia, no tenemos nada que hacer aquí—miraba a sus compañeros, quienes no entendían nada.

—Es curioso que me hagas caso—murmuró Pegaso Negro con sangre escurriéndole por la mejilla.

—Encuentro raro todo esto, pero ya que sé dónde está Athena, haré lo que nos pediste, te arrancaré la cabeza.

 

La chica se sorprendió, había notado algo de serenidad en el caballero de oro que creyó que lograría salirse con la suya y quedarse con vida, pero su joven mente era en el fondo inocente, y aunque se creyera llena de maldad, lo único que tenía era odio y no era indiferente al miedo que sentía por la muerte, por lo que asustó, pero su temor no duró mucho, a la velocidad de la luz, Du le sacó la cabeza de un tajo y el dolor no lo notó.

 

Brynjar alzó la cabeza y la introdujo en un poste de madera, clavando este en el suelo.

 

—Caballero de Virgo, no encuentro la necesidad de tener que hacer esto—refiriéndose a clavar la estaca, miraba Du hacia atrás mientras se alejaban a paso lento.

—Es un mensaje para los caballeros negros, pronto vendrán más a causar miedo, es un recordatorio de que tienen enemigos que no los dejarán ganar fácilmente.

 

Santuario de Athena.

 

Todos habían vuelto ya.

En Macedonia fue derrotado Ofiuco Negro por Witta de Aries, Asker de Lira y Kamil de Camaleón. En Chipre, perdió la vida André de Cisne, pero derrotaron a Leo Negro, la reciente batalla de Mesin en Turquía no tuvo complicaciones, y Viveka de Lagarto junto con Sonechka de Piscis volvieron de Italia sin tener que luchar.

 

Brynjar comunicó lo que les dijo Pegaso Negro, justo al terminar, un soldado raso intervino diciendo que Tâleb de Flecha no paraba de gritar que Athena había estado allí momentos antes de que todos regresaran.

Algo les extrañaba, quizá lo que les decía el árabe era verdad, o que algo tendría que ver.

 

—Recuerdo sobre un guerrero de Poseidón que lograba engañar a los oponentes haciéndoles creer que veían frente a ellos un ser querido para lograr distraerlos y matarlos. No es de extrañar que uno de los caballeros negros logre una técnica similar y nos haga creer que Athena está por aquí actuando de modo extraño, cosa que hace Tâleb enloquezca y diga cosas y cosas, y para jugar entre nosotros, solo se le presente a él—mencionaba Witta, quien estaba tranquilo, pero hablando con un tono de modestia a pesar de su extrema belleza.

—Witta tiene razón, debe ser alguna jugarreta para dividirnos. Liberen a Tâleb y tráiganlo, entretanto, debemos organizarnos—indicó Tigern tomando el liderato.

 

Mientras el caballero de Flecha era liberado, los caballeros decidieron hacer recorridos por Atenas y las ciudades cercanas, turnándose para evitar dejar el Santuario solo.

Tâleb estuvo en el lugar momentos después.

 

—Discúlpame por no corroborar lo que nos decías, Tâleb—pidió Asker, bajando la mirada.

—No hay problema, pero, sé que Athena está cerca, siento su cosmos pero se está debilitando—sin perder tiempo, decía lo que pensaba el caballero de plata.

—¡Tengo una idea!—exclamó Gad, sacando su armadura de Copa y dándole la forma, le rellenó de agua y pidió a Tâleb que le diera una de las flechas que escondía su armadura, las cuales fueron incrustadas a petición del último patriarca—. Estas flechas que tiene ahora la armadura tienen un material que reaccionan con el cosmos de Athena, junto con el agua dentro de mi armadura, servirá como una brújula divina y nos llevará con Athena.

—No tenía conocimiento sobre esto—se acercaba Sonechka muy extrañado.

—¿Sabes algo sobre esto, Witta?—preguntaba Tigern, pues recordaba que quienes portaban la armadura de Aries eran quienes construían y reparaban las armaduras.

—Generalmente son los lemurianos quienes hacen estos trabajos, pero…—se calló, pues solo con verlo era evidente, entre sus filas actuales ninguno lo era, por lo que el trabajo se hizo mucho tiempo atrás y por eso nadie lo sabía.

—Así es, esas flechas se construyeron ya varios años antes, antes de que cualquier de nosotros llegara, pero es como si la armadura lo supiera—respondió Gad de Copa, tomando en su mano la flecha que le daba Tâleb.

—Está bien, veamos qué sucede…—miraron todos hacia la armadura, esperando a que pasara algo.

 

Todos se sorprendieron, la flecha comenzó a moverse, apuntó hacia el noroeste. Era un golpe de suerte, con esto, las batallas innecesarias se evitarían, era hora de ir a rescatar a Athena.

 

۩۞۩

 

Tengo ganas de hacer unos dibujillos, como veo que no se pasan mucho por la zona de fanarts, luego voy dejando fichas y dibujos de los personajes por aquí, espero les guste el capítulo, saludos!!


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#28 Patriarca 8

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Publicado 05 noviembre 2016 - 08:34

ese Pegaso Negro  es una resentida

 

 

Athena siempre sera secuestrada XD

 

 

Brynjar de Virgo es tan compasivo como shaka en las 12 casas

 

 

 

PD:

 

 

ojala publiques tus fans arts


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Publicado 23 febrero 2017 - 21:57

lastima que esta historia quedase inconclusa


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#30 Αλάλα

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Publicado 24 febrero 2017 - 14:54

Soy como cangrejo xD

Espero terminarla, se me pegan unos parones horribles pero igual quiero organizar un poco el cap que viene, tenía algo planeado pero leyendo ciertas cosas me dio por cambiarlo, y con los otros proyectos me hago bola, lo terminaré aunque me lleve otro año xD


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#31 Shiryu

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Publicado 26 febrero 2017 - 11:22

Muy buena sígueme

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#32 Αλάλα

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Publicado 04 marzo 2017 - 18:41

Bueno, al fin volvió la inspiración xD Este será un poco corto pero igual no falta mucho para terminar, sin embargo da paso a un capítulo importante y revelador.

 

۩۞۩

 

Capítulo VIII: El encuentro.

 

Los caballeros caminaron hasta un pequeño bosque no muy lejos de la capital. La flecha en la armadura de Copa les guió hasta un monasterio ortodoxo con una gran cúpula en la parte superior.

Les era extraño, pues no percibían el cosmos de la deidad, lo cual los alertó. Estaban un poco desesperados, y no tenían muchas pistas sobre lo que ocurría.

 

Varios de los caballeros se molestaron al ver el estado del edificio. Estaba totalmente destruido, cualquier evento lo haría venir abajo. Desde 1990 era patrimonio de la humanidad, y ahora, por culpa de los caballeros negros, era solo una pila de escombros. Quién sabe qué más logros de la humanidad habrán destruido.

 

Dejaron de lado su molestia. La flecha sobre el agua se agitaba cual pez y no se detuvo sino varios minutos después. Los hombres se dedicaron a buscar bajo las ruinas pero no hallaron nada. De nuevo, se preocuparon.

Brynjar se molestó, los caballeros negros no dejarían de jugar con ellos y los tendrían dando vueltas alrededor del mundo, perdiendo el tiempo mientras sus enemigos destruían el planeta.

 

—Athena debe estar en el Santuario—gruñó Virgo.

—¿Qué dices?—Preguntó Tigern.

—Pegaso Negro en Turquía nos advirtió que Athena estaba más cerca de lo que creíamos. No puede ser tan literal—se murmuró al final—. El Monasterio de Dafni está cerca, sí, pero quizá se refiere al mismísimo Santuario—Se cruzó de brazos, molesto, pero esperaba que esa fuera la respuesta.

 

Unos cuantos caballeros miraron a Tâleb, preguntándose si era posible que de verdad todas aquellas veces en las que dijo que Athena estaba en el Santuario no era mentira. Ni una ilusión, una jugarreta o cuentos del propio caballero.

 

—Entonces iremos allí—ordenó Tigern. El caballero de Libra, al igual que los demás, estaba agotado y enojado.

 

Habían recorrido casi todo el mundo, excepto unas cuantas islas ya muy lejanas e inaccesibles. La única opción era esperar allí en el Santuario y pensar en algún plan.

En pocos segundos, a la velocidad de la luz, llegaron a las doce casas.

 

El paisaje era tenebroso. A los pies de la casa de Aries, estaban soldados, doncellas, y varias personas en el suelo. Estaban hechos pedazos, con la sangre salpicada por el suelo y en las escaleras del templo del carnero de oro.

Cometieron el error de irse y no dejar guardia alguna creyendo que ya encontrarían a Athena, eso les dio oportunidad a los caballeros negros de adueñarse del Santuario.

 

—¡Ja, ja, já!—Desde lo alto de la recámara de Athena se escuchó el eco de una risa llena de maldad. Sin duda era Sali quien estaba ya apropiada del lugar.

 

Antes de continuar, miraron los caballeros a su alrededor y esperaron algún ataque sorpresa de sus contrapartes malvadas. Nada ocurrió, por lo que comenzaron a subir las doce casas, pasando por la sala del patriarca y finalmente arribaron a la recámara. Pero no lograron pasar más allá del lugar donde la estatua solía estar.

 

Caballeros negros, como si posaran, llenos de triunfo en su rostro, estaban a lado y lado del lugar. Algunos sonreían, otros ahogaban una risa y otros parecían indiferentes. Eran tantos que desde lo alto se podía ver una mancha negra por todo el lugar.

En medio de todos, estaban Sali y Athena.

 

— ¡Señorita Athena!—Exclamó el caballero de Aries, con el cabello blanco bailando con el viento que sopló en ese instante.

— ¡Silencio!—Gritó la diosa, como cansada de la situación. Los caballeros se asombraron, unos dieron un brinco en los hombros de la impresión—Esto se termina aquí. Yo soy Athena, diosa, ¡una diosa! Soy dueña de la Tierra y por fin me daré el placer de tenerla en manos como debió ser desde un principio. Los humanos están aquí para servirme. Después de tantos años protegiéndolos, ¡para nada!, deben cumplir todos mis deseos. Ustedes, caballeros, deben ser borrados de la faz y dejarme proseguir con mi plan de disfrutar de lo que es mío—Algo había cambiado sin duda en la deidad.

 

La joven tenía una mirada llena de odio, orgullo, y de otros sentimientos sin duda malos. Tras de ella los caballeros negros, hacían que su imagen se tornara todavía más siniestra.

 

—Me temo que no se unirán a nosotras, Athena—le dijo Sali volteando su mirada hacia la deidad, después de notar cómo los caballeros estaban sorprendidos por el actuar de su protectora. La típica sonrisa de la chica morena apareció, enfureciendo a los caballeros.

—¡Estás equivocada, Athena!—exclamó Du de Tauro, el joven de cabello azul oscuro y de brillantes ojos amarillos—Los humanos no tienen el gran poder que tienen los dioses, no saben enfrentarse a las situaciones, no pueden defenderse, ¡y por eso tienes que protegerlos!

—¡Ja, ja, já!—Rió la diosa, con el cabello lila volando—¿Yo? ¿Por qué? No es mi culpa que sean tan débiles, malagradecidos, inútiles y tontos. Basta con ver alrededor para ver que no vale la pena proteger a tan horrendos seres.

 

Los caballeros se miraron entre sí, dándose cuenta de que no sería fácil convencer a Athena de lo contrario. Sin embargo, les seguía siendo extraña la conducta de la joven.

 

—Athena, no queremos luchar contra usted—se dirigió de modo respetuoso Sonechka—, pero…

—Entonces no lo hagan—Interrumpió.

 

La situación se tornaba cada vez más tensa. De verdad los guerreros no deseaban comenzar una lucha y mucho menos contra su propia deidad. Aunque estaban ya en posición de ataque, se les notaba duda en dar el primer movimiento o responder a los ataques que les llegara de ella.

 

—Oh, vamos—fastidiada, murmuró Sali. Alzó el brazo y lo balanceó de un lado a otro. Aunque parecía un movimiento débil, este generó una fuerte ráfaga de viento negra que hizo retroceder un par de centímetros a los guerreros.

 

En los ojos de los hombres y mujer que estaban allí, se les notaba el poco ánimo de contraatacar siquiera a la caballero negro, pues temían que la deidad se interpusiera y la llegaran a lastimar.

Sali frunció el ceño, notando que sus enemigos no atacarían, por lo que ordenó a todos los caballeros que tenía atrás a hacerlo.

 

Sin dudarlo, todos los hombres y mujeres dieron un salto y se echaron sobre los caballeros atenienses.

Como queriendo acabar rápido con todo, cada caballero lanzó su ataque más fuerte, mientras que los engreídos guerreros de armadura oscura se limitaron a un ataque de rango medio. Algunos de estos cayeron muertos en poco tiempo, mientras que los que soportaron la ofensiva, se embistieron los unos a los otros.

 

Los ataques comenzaron a romper el suelo y toda estructura cercana, mientras Athena y Sali miraban con cierto aburrimiento mientras los cosmos y agravios iluminaban el lugar, a la vez que piedras saltaban y el polvo ensuciaba lo que tocaba.

 

Luego de un rato, aquella contienda terminó con todos los caballeros negros, con un par de oro lastimados, y otros cansados.

La respiración agitada de los guerreros era lo único que se escuchaba mientras se daban entre sí una mirada intensa.

 

—Ya basta, Sali. Estás sola en esto, todos tus compañeros están derrotados y dentro de poco tú también—casi como una orden dijo Witta, el caballero de Aries. Con la cara sucia, fijó su mirada en la joven africana.

—Bla, bla, bla. ¿Creen que yo dependo de tener otros guerreros a mi lado? Están equivocados, ¡pues yo tengo el poder de una diosa!—De nuevo se mostraba hastiada. Era como si los caballeros no tuvieran más frases para decir.

—Puedes ser poderosa, pero nunca tendrás tal nivel—refutó Sonechka.

—Ju, ju, ju—con la risa casi escondida, Sali extendió sus brazos.

—¿El poder de una diosa?—Se preguntó Dionne, la reencarnación de Athena. Algo se le hacía extraño, pero si Sali ganaba, su tarea únicamente sería acabar con los caballeros de oro y todo terminaría—Te dejo esto en tus manos, Sali.

 

La deidad fue a tomar asiento en una columna tumbada. La caballero no le prestó atención, ella estaba concentrada elevando su cosmos.

Los caballeros comenzaron a notar la perturbación y el poder de Sali.

 

—¿Qué es esto? Es similar al cosmos de Athena—se preguntó Gad de Copa, mirando al cielo, como si eso le diera la respuesta.

—Es imposible, no percibo que esta energía que siento provenga de ella—indicó Tigern, refiriéndose a la diosa que estaba sentada arreglándose el cabello, distraída de todo.

—¡Armadura de Sagitario!—Vociferó Sali. Todos se sorprendieron al ver la armadura del arquero elevándose sobre la cabeza de la chica, respondiendo a su llamado.

—¡No! La armadura solo responde a un ser en pro de la justicia—recalcó Du, tan atónito como sus compañeros.

 

La armadura de oro se desarmó y se encajó en el cuerpo de la joven. Esta tenía su típico brillo dorado, pero este se sentía turbulento, lleno de desprecio y una energía perversa.

 

—Es mejor que no se resistan, ¡ríndanse! Y les prometo darles una muerte honorable—Con porte elegante y firme, la presencia de Sali no pasaba desapercibida.

 

Todos entregaron una mirada de enojo a la joven que no dejaba de sonreír y tener una mirada soberbia.

 

—Mi armadura retumba, como pidiéndome lo que Sali dice—con la mano en el corazón, dijo Asker de Lira, demasiado extrañado.

—Y la mía—se adjuntó Gad.

—Es ahora, o nunca—amenazó Sali, lista para pelear.

 

۩۞۩

 

Con esto ya quizá, quizá xD me ponga a hacer unos dibujos para que conozcan a los personajes y espero poder continuar pronto. Espero les guste este capítulo, ¡saludos!


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#33 Patriarca 8

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Publicado 04 marzo 2017 - 21:10

Aries como de costumbre abandonando su casa----XD

 

Athena esta peor que Saga cuando era patriarca

 

que Sali  obtenga un armadura dorada fue inesperado

 

 

Este fic es muy bueno

 

 

PD:

 

TE SUGIERO QUE HAGAS UN PEQUEÑO RESUMEN DE

 

LO MAS IMPORTANTE ACONTECIDO HASTA HORA PARA

 

QUE ANIME A MAS USUARIOS A LEER ESTE FIC


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Publicado 20 mayo 2017 - 10:36

Ojala te animes a continuar este fic

 

esta mejor que la trama de next dimension---XD


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Publicado 05 agosto 2017 - 18:01

Interesante el fanfic entre todo y es una historia me llama mucha curosidad y espero que lo sigas 


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#36 girlandlittlebuda

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Publicado 09 agosto 2017 - 22:59

Me doy cuenta que varias de las observaciones que podría hacerte con respecto a tu fic para que puedas mejorar ya te las comentaron.

Sólo agregó dos cuestiones:

Por lo visto a algunos de los santos de este fic les falta perspicacia. Son tan crédulos cuando no deben e incrédulos cuando no.

Ojalá que en cuanto puedas retomes tu historia.

Saludos

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"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final"


#37 Shiryu

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Publicado 12 agosto 2017 - 09:25

Debes buscar la manera de que el lector te siga y se anime y aporte para que tu mejores

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#38 Αλάλα

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Publicado 01 septiembre 2017 - 14:55

¡Woah! Hace mucho que no me pasaba por la zona que no vi que tenía comentarios.

¡Gracias por pasarse!

Lastimosamente no tenía mucho ánimo de seguir el fic, más que nada porque terminaba pensando en otras cosas que no me dejaban concentrar xD

Sin embargo como ya terminé unas cosas, aproveché que tenía el resto del día y logré escribir un poco xD

La verdad, es que no es un desarrollo tan largo como haría en el pasado, pero creo que es interesante (???

 

Sin más, aquí lo dejo:

 

۩۞۩

 

Capítulo IX: La batalla.

 

Parecía increíble que Sali, con tanta maldad que demostraba, lograra portar la armadura de Sagitario, uno de los más fieles guerreros de la diosa.

Quizá por eso, sin importar la posición de la deidad, él le seguiría.

 

Sali se abalanzó con el caballero que tenía justo en frente, Tigern.

El joven sueco se cubrió con el escudo de su brazo dominante, evitando que la morena le diera un fuerte golpe en el rostro.

Forcejearon unos momentos, donde la energía se sentía por completo. Sali con el puño empujaba el escudo haciéndolo bajar, mientras que en el rostro de Libra se notaba que estaba sobre esforzándose para contenerla.

 

—Su estúpido códigos los hará perder la vida, la pelea uno a uno no tiene lógica en un momento como este, pues soy más poderosa que ustedes—Sonreía, sabiendo que Tigern era una especie de líder para los demás caballeros.

 

Los caballeros se miraban entre sí, pensando qué hacer. Sonechka desesperaba, pero debían de hacer todo lo posible por tener de vuelta a su diosa.

 

—¡Sali, si lo que quieres es que todos nos enfrentemos a ti al mismo tiempo, lo haremos!

 

El caballero de cabellos verdes exclamó, ordenando con un movimiento de su brazo que todos rodearan a la mujer que aún luchaba contra Tigern.

 

—¡Perfecto! Es el momento…

 

Sali murmuró sin dejar de ver a Libra, quien en un momento se asombró y, sin pensarlo, les gritó a todos que se alejaran.

 

Un fuerte cosmos apareció, echando a todos hacia atrás, pero más que una ráfaga de viento, se sentía como una explosión que retumbó en las entrañas de todo.

Era verdad, sin duda, que Sali había aumento su poder. Desde lejos, hasta la misma diosa se asombraba de sentir tal energía. Ella fruncía su ceño, pensando que había algo más dentro de la africana.

 

Apenas lograron alzarse, los caballeros se fueron en contra de la morena, atacando con sus puños y patadas. Más la chica dio un salto, y desde lo alto, con su mano abierta, lanzó una enorme bola de electricidad que alcanzó a todos, pues la velocidad con la que iba fue imposible de esquivar.

 

—Fui compasiva. Les doy la última oportunidad, no se opongan y se les permitirá vivir—Como si fuera alguna especie de reina, les dijo con un extraño rostro.

—¡Jamás! —Tosió Viveka.

 

Los caballeros estaban ya bastante heridos, algunos hasta sangraban ya y otros sentían todavía cómo la electricidad viajaba en su interior.

 

—Tigern, esto es arriesgado, si este ataque fue débil, no quiero imaginar lo que sigue—Sonechka se preocupó. Había batallas que duraban minutos y hasta horas antes de darse cuenta de que era un encuentro complicado, pero un ataque le bastó a Piscis para detenerse.

—Lo sé—respondió su amigo—, solo nos queda recurrir a ataques como la Exclamación de Athena, pero con todos los presentes.

—Sin embargo, siento que es peligroso, he sentido que Athena está algo débil y temo que la podamos lastimar—murmuraban entre sí mientras algunos caballeros intercambiaban golpes con Sali—. Sin contar la gran destrucción que causaríamos.

 

Sali se protegía, esquivaba y golpeaba todo lo que se le acercaba, sin embargo, sus ojos se posaban intensamente sobre los caballeros de oro que conversaban.

 

—Deberíamos de intentar la Exclamación…—Optó Tigern por hacer.

—Sí…—Murmuró Sonechka.

 

El caballero de Piscis le pidió a Brynjar de Virgo que se acercara, y sin pensarlo, le comentaron lo que tenían planeado y se posicionaron mientras sus cosmos se incrementaban.

 

—¡Largo! —Vociferó Virgo a todos sus compañeros, en ese instante el gran cosmos se comenzó a sentir y todos pegaron un brinco lo más lejos posible, detrás del trío de caballeros de oro.

 

Dionne se levantó de la columna en la que estaba y aplaudió, emocionada por fin ver algo de verdadera acción.

 

—¡La Exclamación de Athena! —Sali estaba también extasiada, sus ojos se abrieron tanto que parecía una demente y se quedó inmóvil en espera del ataque.

 

Los caballeros que no eran parte del poderoso ataque, se miraban preocupados, pues les era increíble que los líderes tomaran esa decisión de manera tan pronta.

 

—Si no es así, será el fin del Santuario—Murmuró Gad de Copa, con tristeza en sus ojos.

—No puede acabar así…—Se respondió Viveka, quien alzó sus brazos y ofreció su cosmos a la Exclamación de Athena—¡Vamos, todos!

 

Había varios guerreros ya tristes y dados por vencidos, pero todos dieron lo último que les quedaba, incrementando el ataque con su última esperanza.

 

Sin avisarlo, el trío de guerreros expulsó la enorme energía contra Sali, quien estaba allí de pie esperando el más poderoso ataque de los caballeros de Athena.

Una enorme bola de energía apareció, pintada de amarillo y tornándose blanca a medida que se hacía más grande.

El suelo se despedazaba y los restos salían a volar en todas direcciones. El esfuerzo se les notaba a los caballeros en sus rostros e inclusive la tristeza de pensar en que el ataque no funcionaría.

 

Varios segundos pasaron hasta que el agotamiento se apoderó de sus cuerpos y la luz que nada les dejaba ver se desvaneció.

Poco a poco sus ojos se acostumbraban al ambiente que les rodeaba y comenzaron a buscar a Sali en medio de todo el desastre.

Barrieron con sus ojos alrededor, pero su energía se podía sentir.

 

—¡Sali! —Exclamó Dionne. Los caballeros se alegraron de ver que la diosa no había salido afectada, pero se aterrorizaron al pensar que Sali tampoco.

 

La punta de las doce casas fue destruida totalmente, junto a las casas de Piscis y Acuario, ya no había rastro de la cámara del patriarca o del lugar donde había reposado Athena los últimos días.

Sin embargo, Sali apareció dando un salto, sin rasguño alguno, solo con su cabello suelto, pues la liga que lo amarraba fue lo único que sufrió daño.

 

—Gran muestra de poder, caballeros de Athena, pero no fue suficiente para acabar conmigo. Es una lástima que desperdiciaran su energía en vez de aceptar mi trato—Se acomodó en una pose con las manos sobre la cintura, con aires de victoria.

 

—¡Imposible! ¿Es que acaso de verdad tiene el poder de una diosa? —Se gritó Tigern, sin saber qué más hacer.

—Sin embargo, es tan similar al cosmos de Athena que no sospecharíamos de una deidad diferente—reflexionó Sonechka—. ¿Acaso es algún familiar de ella? —Se preguntó, refiriéndose a la deidad.

—Ju, ju, ju…—Sali rio tratando de contenerse.

 

Dionne miró de mal modo a la joven morena, pues sabía que algo tramaba.

Los caballeros se encogieron entre sí, ya estaban agotados y sin saber cómo proseguir.

El trío que estaba en frente ejecutando la Exclamación de Athena se logró poner de pie, como protegiendo a sus compañeros.

 

—Ah, Piscis, Libra, Virgo. Sabiduría, inteligencia y fuerza reunidos, y no pueden hacer nada contra mí—Se enorgullecía Sali, pues poco era lo que se sabía de ella y logró demostrar en un movimiento que era tan poderosa como una deidad.

—Podrás acabar con nosotros en este instante, pero habrá caballeros valientes que en el futuro estarán dispuestos a acabar con tu terrible reinado—Se pronunció Brynjar, quien parecía ser el que todavía tenía fuerzas para luchar.

—No sin humanos que lo logren… Despídanse caballeros, pues esta vez ni su diosa está de su lado…—La mujer se preparó y alzó su brazo derecho, acumulando gran energía en este—¡Aleteo de…!

 

Más justo antes de lanzar su ataque, justo después de que los caballeros se estaban dando por vencidos, agachando sus cabezas avergonzados por haber fallado a la humanidad, Dionne, la reencarnación de Athena, arrojó a Sali al suelo con un ataque que nadie vio venir.

 

—¡El vellocino de oro!

 

Athena se acercó a la confundida Sali y observó, bajo la falda de la armadura, la piel de oro del mítico carnero.

Sonechka de Piscis y Witta de Aries miraron asombrados, pues sabían lo que ocurría.

 

—Eres una maldita—Gruñó Athena agarrando a Sali bruscamente de los hombros.

—Eres una tonta por creer que un caballero negro trabajaría al lado de la diosa que los despreció. Desde un principio estaban bajo mis órdenes, fue una sorpresa para todos que nos dieras tu sangre como si nada…—Sonrió de manera engreída, como siempre lo hacía.

—La sangre que era para reparar las armaduras negras…—Murmuró Dionne decepcionada de sí misma.

—Funcionó. Bastó solo una gota derramada en el suelo para que el vellocino comenzara a recoger toda la energía, tal y como hacía en los ríos cuando buscaba oro con él—Recordaba Sali, diciéndoselo más que nada a sí misma.

 

Dionne, enfurecida, golpeó a Sali en el rostro una, y otra, y otra vez.

Con todo su cosmos de vuelta, bastaron los golpes para que Sali muriera a manos de Athena.

 

Los caballeros estaban sorprendidos, pues ver a su diosa en ese modo violento los perturbó bastante.

La joven africana ni siquiera tuvo oportunidad de resistirse, pues al parecer, el primer golpe hizo que se desvaneciera.

 

Una vez desahogada su ira, la joven de cabello lila se puso de pie y se arregló el cabello.

 

—Todo por una maldita piel de carnero… Ahora puedo pelear…

 

Una vez dichas estas palabras, un brillo envolvió el cuerpo de la diosa y su cloth se posó sobre su silueta.

Athena planeaba vencer a sus propios caballeros, y lo indicó observándolos con la mirada más siniestra.

 

 

Spoiler

 

Espero que les guste, saludos!


Editado por Raissa, 01 septiembre 2017 - 14:58 .

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Publicado 02 septiembre 2017 - 15:38

-Muy buena batalla grupal

 

-La athena de tu fic es muy misteriosa


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