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6.Dinamica de Fics-2016:El Mejor personaje del Reino de Asgard

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11 respuestas a este tema

#1 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

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Publicado 28 febrero 2016 - 20:44

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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:54 .

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#2 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

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Publicado 28 febrero 2016 - 21:17

 

 
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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:54 .

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#3 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

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Publicado 29 febrero 2016 - 22:12

Voy a probar suerte en esta dinámica a mejor personaje de Asgard, aunque solo tengo un personaje de ese lugar...

 

1.- Nombre del personaje del Santuario: Hrafnkell, viejo dios guerrero de Odín y actual Señor Sacerdote de Sinigrado.

2.- Link al capítulo: Capítulo  17 (partes 1 y 2) [son solo pasajes del mismo capítulo. Creo que no debe haber problema con esto]

3.- Resumen del fic:

 

"A finales del siglo XV, los santos dorados arrastran una maldición que les hará morir por su egoísmo. La única solución parece ser someterse al juicio de una diosa desconocida. ¡Sin saber cómo deben actuar, nuestros héroes tendrán que enfrentarse a una red de amenazas que jamás en su vida habrían podido imaginar!"

 

En este capítulo, el Santo de Piscis acude junto a Cisne al palacio de Sinigrado para avisar al Señor Sacerdote Hrafnkell de una posible traición de los Caballeros Azules. La sorpresa llega cuando descubren la poca disposición para ayudar del líder de Sinigrado.

 

4.- El capítulo en cuestión:

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Kishut: el Sumo Sacerdote del Santuario de Atenea y caballero de Capricornio. Aficionado al vino y la lectura.

Nerites: santo dorado de Piscis. Uno de los llamados "Cuatro Grandes".

Baltsarós: santo dorado de Leo. Impertinente, irritante, pero muy poderoso. Conocido como el Príncipe Desertor.

Ístvan: antiguo santo dorado de Escorpio y hermano del actual, Iskandar. 

Ivánovich: santo de bronce de Cisne y encargado de avisar al Santuario de la posible rebelión en Sinigrado.

Fionn: santo de plata de Ballena y presunto rebelde. 

Laura: santa de bronce de Delfín. Es feucha, pero tiene ojos bonitos. Es llamada Raulita por el Señor Sacerdote.

Néstibebida santo de bronce de Osa Mayor y hermano de Medveditsa. 

Medvedista: santo de bronce de Osa Menor y hermano de Nésti.

Hrafnkell: Señor Sacerdote de Sinigrado. Un viejo demente y enfermo a cargo de la ciudad azul.

El soldado sin nombre: soldado al servicio de Hrafnkell que perdió los dedos tras intentar robar lascas de lapislázuli.

 

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(Capítulo 17)

 

(...)

 

En el palacio de Sinigrado, la sala del trono se mantenía en una tensa quietud. A lo lejos se escuchaban los lloriqueos de una niña, pero cada vez eran más lejanos. La joven que acababa de llegar acompañada de dos hombres se inclinó ante su señor. Ellos la imitaron sin darse cuenta de que, con la cabeza agachada, una lágrima le surcaba el rostro. El cabello marrón, largo, le resbaló hacia delante.

 

—Se presenta Laura de Delfín, señor.

 

—Nésti de Osa Mayor —añadió el muchacho de la derecha, con voz aguda. Debía tener veinte años o más, pero aún no asomaba un solo pelo por su barbilla.

 

—Medveditsa de Osa Menor —completó el otro varón, aún más aniñado y muy parecido al primero. Su voz sonó trémula.

 

—¡Bienvenidos a casa, mis carceleros! Nésti y… ¿Medqué? No te esfuerces, no me voy a acordar de tu miserable nombre, Osita —se mofó el viejo, cuyos dientes se asomaron, negruzcos, entre su carcajada asmática—. Alza el rostro, Raulita —ordenó el tosco hombre, acomodado en su solio de piedra—. Vosotros no, que sois muy feos, osas. —Remató la orden escupiendo a la fría piedra que tenía a sus pies—. Además, no me gustan los chicos, prefiero a las niñitas tiernas, aunque la cara de mi Raulita me vuelve loco. Bueno, no exactamente a mí —rio entre ruidos guturales—. Aunque ya esté mayor, me sigue gustando cómo me… —insinuó— bueno, nada.

 

Obediente, la chica alzó el rostro. No era demasiado guapa, pero había cierto atractivo en sus ojeras cansadas, en su nariz caída, la piel pálida y, sobre todo, en los hermosos ojos que tenía, en cuyos iris bailaban los colores verde, azul y amarillo. Sus labios lucían apretados con fuerza, como ocultando la rabia que sentía; el asco que le daba el Señor Sacerdote Hrafnkell.

 

—Así me gusta, bonita. —El viejo hizo un amago de sonrisa que tornó en un gruñido al ver la lágrima que había resbalado por la mejilla de Laura—. ¿Por qué lloras? ¿Por qué lloráis todas? ¿Tan grande es mi… —ahogó una risilla babosa— presencia?

 

—Señor —comenzó Medveditsa—, las puertas de la ciudad han sido completamente destrozadas. La muralla ha caído encima y se han encontrado los cuerpos de tres soldados. Ya casi se ha…

 

—¡Silencio! —gritó, malhumorado—. Osita, ¿te he preguntado acaso? No quiero escuchar tu voz, no quiero ver tu cara, no… —Una tos áspera agitó al arrugado hombre, a quien le exasperaba la inutilidad de aquellos guerreros de Atenea—. ¡Cállate, solo cállate! —siguió gritando entre golpes de tos, con los ojos inyectados en sangre y un hilillo de baba cayéndole por la comisura de la boca.

 

—Lo… lo siento, señor —musitó, atemorizado.

 

«¿Por qué le tienes tanto miedo, hermano? —se preguntó Nésti, el mayor, aguantando la compostura. En el fondo a él también le aterraba. —Si tan solo es un maldito viejo a punto de morirse…»

 

—Tampoco pienses, Nésti —como si le leyera el pensamiento, señaló con su dedo huesudo, teñido de un líquido marrón ya seco. De inmediato, se lo llevó a la nariz y lo olfateó—. Aún huele a sangre. Es tan dulce… —deliró entre risas entrecortadas—. ¡No pienses, solo no pienses! ¿Crees que no puedo leer en tu cara lampiña, estúpido? —gritó, con los nervios perdidos de nuevo. Otro golpe de tos le hizo doblarse. Esputó al suelo una mucosidad sanguinolenta.

 

Una hoja de las puertas al otro lado de la sala gris se abrió parcialmente. Las llamas azules en los candelabros bailaron, proyectando sombras irregulares. Un soldado tembloroso entró a la sala, y desde la distancia, habló en voz alta, pero trémula.

 

—S- Señor Sacerdote, el santo de Cisne ha regresado. —El eco reverberó.

 

—¿Regresado? —susurró el viejo— ¿Cuándo se marchó? ¿Por qué no me pidió permiso? —Al ver que no obtenía respuesta, señaló a Laura haciendo un gesto con la cabeza. La muchacha preguntó lo mismo que había dicho él instantes antes, pero con voz lo suficientemente alta como para que la escuchasen.

 

—No lo sé, Señor Sacerdote, pero ha venido acompañado de… de un caballero dorado.

 

—¡¿Cómo?! —exclamó Hrafnkell—. ¿Otro parásito más? ¿Cuántas cadenas me va a poner el Santuario en el cuello? —Su voz ahora resonó imponente, pero rápido, se desinfló por otro ataque de tos. Hizo una señal con la mano que el soldado interpretó como que entrasen.

 

»Odín, Odín, deberías aplastarlos a todos —canturreó antes de que el soldado se retirara para dar la orden—. Tus aliados quieren mi ciudad, quieren a mis niñas… —murmuraba, con la mirada perdida—. Pero no se las daré. No lo haré aunque tenga que usar eso —musitó, escupiendo en la dirección de Osa Menor, Medveditsa, quien pudo escucharle perfectamente mientras miraba la viscosa mucosidad rojiza.

 

El soldado abrió por completo la lama de madera, apostando su espalda sobre ella e invitando a los santos a entrar en la cámara. Ivánovich se adelantó; Nerites asintió al soldado, sonriéndole con amabilidad.

 

«Desde luego, tanto lujo por fuera y esto es… —Piscis no encontraba la palabra para definir la mala impresión que le dio el interior del palacio, tan frío y austero, con olor a rancio.»

 

La sala del trono, que se suponía por lo general la parte más lujosa de una fortaleza, era en este caso una enorme habitación con hileras de pilastras de bloques de piedra basta, sin tan siquiera pulir, a ambos lados. No había alfombra, el trono tampoco se encontraba alzado, pero sí encajado en una de las paredes; de hecho estaba esculpido en ella. Allí vio sentado Nerites al Señor Sacerdote, respaldado y con los labios apretados, como evidenciando molestia.

 

Le llamó la atención el trío de santos de bronce que había ante él; dos muchachos de aspecto ingenuo y una chica, poco mayor que ellos, de cara triste.

 

«¿Estos son los Caballeros Azules? Son muy jóvenes… —suspiró, algo decepcionado.»

                                              

—El soldado de la puerta —masculló Hrafnkell, que se mesaba la sucia barba—. Que venga también. —Dio un torpe chasquido con los dedos de la otra mano.

 

Nésti, obediente, aunque algo disgustado, alzó la voz y pidió al hombre que también se acercase. El soldado, al oír la orden, se quedó mirando un instante hacia el trono. Tragó saliva y, después de cerrar la puerta, avanzó con piernas temblorosas hacia el grupo.

 

—M- mi señor… —Casi podía escucharse cómo le castañeaban los dientes.

 

—No te he pedido que hables —cortó el viejo, secante—. Quítate el guante. Ya sabes cuál —rio. El soldado, pálido como la nieve, acató la orden. Nerites vio que bajo la prenda de cuero faltaban tres dedos: la mano izquierda solo tenía pulgar y meñique.

 

»Veo que te gusta el oro, enclenque —observó el Sacerdote, que miraba a Nerites con desprecio—. Este cretino fue sorprendido robando lascas de lapislázuli de mi muralla… Le corté los dedos —escupió una vez, dos y tres—. Y su hija… recibió el resto del castigo. ¿Cuántos años tenía? Da igual; aún tenía dientes de leche…

 

Hrafnkell comenzó a desternillarse con un hilo monótono de voz ronca que acabó en otro golpe de tos. La boca abierta mostraba la podredumbre en sus dientes, torcidos y negruzcos. El olor que salía de ella no era más agradable.

 

«¿De verdad este tipo es el sacerdote de la ciudad? —Piscis no daba crédito a sus sentidos.»

 

—Usé uno de los dedos de su papá para… hacer que madurase —explicó, con la mirada perdida. Quedó en silencio unos instantes antes de romper en un grito ensordecedor—. ¡Y le obligué a verlo todo! —La risa histriónica heló la sangre de los Caballeros Azules. El pez dorado, por su parte, le miraba con asco—. ¿Cómo te llamas, nuevo?

 

—Nerites. Soy el santo dorado de Piscis. —Aunque trataba de mantener las formas, en su fuero interno bullía el desprecio: «Si es verdad que hay rebeldes en esta ciudad, no me extraña nada… ¿Cómo demonios puede este tipo ser un sacerdote de Odín? ¿Por qué?»

 

—¿Nerites? Qué decepción, podrías haber sido mujer… ¡Fuera de mi vista! No hay nada que quiera escuchar de un perro del Santuario. —Hubo silencio ante la impasible mirada del pez—. ¿No me has oído? ¡Fuera! ¿O es que eres marica? Si no te ablan el pene, no me interesas —balbuceó, tosiendo—. ¿Ves mi dedo? Todavía huele a hembrita. Me encanta hacerlas llorar. Es precioso ver la sangre resbalando… Ju. Ju. Ju. —Hizo una pausa para alzar la cabeza.

 

»Ellas me desprecian por ser viejo, pero tienen que obedecerme. Soy Sacerdote de Odín. Yo las castigo por la insolencia de tenerme asco. ¡Y no quiero que me apeste a mi*rda! ¡Así que fuera! ¡Ya! ¡Lleváoslo! —ordenó con la mirada a Osa Mayor y Osa Menor.

 

Los muchachos, nada más oír la tajante sentencia de su señor, miraron al santo dorado. ¿Cómo iban a echarle? ¡Era una de las máximas autoridades del Santuario! ¿A quién debían obedecer? Ante la indecisión, el viejo empezó a gruñir, jugueteando con los dedos. Una voz altiva llamó a todos la atención antes de que el demente gritase de nuevo.

 

—Señor Sacerdote, no podéis tratar así a un santo dorado. Somos aliados, ¿recuerda?

 

En el umbral de una puerta del ala este, a la izquierda de Nerites, apareció un hombre alto, rozando la treintena, con cabello cano, ondulado y amplias entradas sobre la frente. Recogía su melena en una cola de caballo que le llegaba hasta media espalda. Sus facciones, adustas, se mantuvieron rígidas mientras se acercaba.

 

—¿Aliados? —esputó Hrafnkell—. Aliados, sí. Y yo me chupo el dedo. ¿Dónde has estado estos días, jefe carcelero? —inquirió—. Pensaba que habías muerto. Si no fuera por ti, estos estarían ya ejecutados. Todos menos mi Raulita… para ella tengo algo mejor… mucho mejor… je, je.

 

—Sí, aliados —reafirmó el santo Fionn de Ballena, el recién llegado, cuya armadura de plata destacaba por los cuernos en las rodilleras, su tono grisáceo y las dobles hombreras escalonadas que tenía.

 

—¿Tratado de paz? ¿Quién ha hablado de esa porqueria? Poseidón fue sellado bajo el risco de Sachenka, que está bajo mi ciudad… casualmente. —El viejo tosió un par de veces antes de continuar—. Acércate, soldado sin dedos… Tienes nombre, pero te prohíbo decirlo. ¡Os los prohíbo a todos! Es una rata que no lo merece. —Cuando el soldado estuvo a un metro del viejo, este le escupió en la cara con desprecio. El hombre volteó el rostro con una mueca de asco y se limpió rápido con el guante que se había quitado instantes atrás—. Eso es vuestro tratado de paz.

 

»Creéis que somos tontos aquí en Asgard, pero no… lo que tenéis es miedo. Miedo de que usemos su poder; de que le liberemos. Y por eso están aquí los Caballeros Azules, ¿verdad? ¡Tú debes saberlo —tosió—, rata dorada!

 

Nerites tuvo que suspirar y rogarse paciencia. Prefería diez veces a Ístvan antes que a aquel carcamal enfermo. Negó con los ojos cerrados, insistiendo en que el viejo estaba equivocado. El tratado de paz del Santuario implicaba protección mutua, y debía explicárselo:

 

—Si lo que decís fuese cierto, señor… Señor Sacerdote, yo no estaría aquí. Precisamente he venido porque alguien avisó al Santuario de una posible rebelión de nuestros hombres en vuestra ciudad.

 

Ahora era el momento. No supo por qué, pero Nerites decidió ser directo y no contarle mentira alguna. Tenía la corazonada de que con aquel viejo no habría posibilidad de cooperación, por lo que tendría que confrontar a Fionn ahora que le tenía delante.

 

—¿Una rebelión? ¿Y dónde está el problema? Si alguno de estos estúpidos amigos tuyos levantase un dedo contra mí, se rompería el supuesto tratado de paz y podría mandaros a vuestro santuario, del que no debisteis salir… Por mí, quemad la ciudad… —Como siempre, tras la risotada llegó la tos, y tras ella un esputo sanguinolento.

 

A pesar del comentario del Sacerdote, Cisne pareció comprender las intenciones de Piscis. Se giró un poco hacia el santo de plata para mirar con atención su cara. Solo se topó con una sonrisa confiada. Cuando Nésti, Medveditsa y Laura se dieron cuenta, le miraron también. Nerites fue el último en girar, clavando sus ojos en los de Ballena ante el divertido rostro de Hrafnkell.

 

—¿Qué ocurre? —dijo el de plata— ¿Un rebelde? —inquirió Ballena, enfatizando la primera palabra con la misma sonrisa amplia que antes. Cuando Nerites iba a acusarle, comenzó a hablar Cisne.

 

—Señor Fionn, te- tengo motivos para pensar que está intentando iniciar una rebelión en Sinigrado. Puedo demostrarlo.

 

Nada más terminó de hablar, del otro lado de la sala del trono aparecieron tres jóvenes: uno de piel tostada, otro oriental y el último casi tan pálido como la santa de Delfín. Los tres llevaban puestas sus armaduras de bronce; eran los Caballeros Azules restantes, que se colocaron en triángulo respaldando a Ivánovich.

 

(...)

 

La tensión se mascaba en la sala del trono del palacio. No era así para Hrafnkell, que lo miraba todo, divertido: un santo de oro y cuatro de los guerreros azules acusando a Fionn de Ballena de traición. ¡De eso solo podría salir algo exquisito! ¡Con suerte, se zafaría de todos ellos por fin!

 

—No sé de qué hablas, Ivánovich —respondió Ballena, que ladeó la cabeza.

 

—¿Le suena haber hablado con alguien en sus aposentos?

 

—¿Hablar con alguien? Yo siempre he estado solo.

 

—Es cierto. Era como si hablase solo, señor Fionn. ¡Solo y con una voz que no era la suya! —acusó por fin el santo de Cisne, que pareció ganar valor al estar respaldado por sus compañeros.

 

—¿Y qué si así fuera? —el caballero de plata se mofó de la suspicacia de Ivánovich—. Tengo alma de escritor. A veces imagino escenas y… ¡las interpreto! —rio. Parecía como si aquel hombre no se estuviese tomando en serio la inculpación.

 

—¿Cómo? Le vi a través del espejo… ¡Usted no era usted! Dijo cosas terribles…

 

—¿No te han dicho que espiar a alguien es de mala educación? —regañó Fionn sin perder la sonrisa—. Eres tonto, Cisne. Piensas que soy un traidor y lo único que tienes para respaldarlo es que hablo solo en mis aposentos. —El hombre de cabello cano se encogió de hombros, distraído—. Además, ¿quién no habla solo a veces?

 

—¿Y qué hay de su cambio de actitud? —preguntó uno de los santos que acababan de llegar: el de piel tostada y ojos verdosos.

 

—Kisrak de Caballo Menor, ¿vas a dejarte llevar por la tontería que ha inventado Cisne? —respondió el de plata—. ¿Qué es exactamente un cambio de actitud? ¿Acaso  que no he estado haciendo bromas estos días? ¿O te refieres a que he decidido pasar más tiempo a solas? No sé… ¿qué hay de malo en ello?

 

Desmontado. Todo desmontado. Nerites negó con la cabeza un par de veces. Sentía vergüenza ajena. Era cierto: ¿hasta qué punto aquel hombre podría ser un rebelde? Aunque había algo que seguía sin encajarle, los argumentos de los Caballeros Azules eran tan débiles que se desmoronaban solos. De alguna forma, tenía que llegar a lo más hondo del asunto, pero ¿cómo?

 

«No quisiera tener que dar la razón a Ístvan… —pensó el dorado mientras contemplaba la sonrisa bobalicona del Señor Sacerdote.»

 

Monile de Corona Boreal y Biǎo Zi de Zorra dieron sendos pasos al frente para colocarse ante su camarada de Cisne.

 

—No. ¡Usted no es el santo de Ballena que conocemos! —El primero, pálido y con barba desaliñada, acusó señalando con el índice.

 

—Maestro Fionn, puede engañar a los demás, pero no a mí —dijo el oriental. Ni Laura de Delfín ni los hermanos Osa Mayor y Menor terminaban de comprender qué estaba ocurriendo.

 

—¡Habló la zorra! —se empezó a desternillar Hrafnkell. Como de costumbre, su risotada acabó en tos—. ¡Esto es maravilloso! ¡Ma-ra-vi-llo-so!

 

—Bueno, ya que veo que todo va perfecto en la ciudad. Os lo pondré fácil para perder menos tiempo —declaró el santo de plata—. Es cierto. Soy un traidor. Y vosotros imbéciles por no haberos dado cuenta hasta que os he dejado evidencia ante vuestros mismísimos ojos.

 

»¿La puerta abierta y el espejo señalándome justo a mí? Sí, Ivánovich. Eso fue para ti. Sabía que me espiarías. Siempre estás metiéndote donde no te llaman. Te elegí como mi chivato. ¡Los camaradas bolcheviques siempre fueron de lengua suelta! Ah, que no hay bolcheviques aún… ¡Perdón! —divagó.

 

»¿Dejar la patrulla con los soldados? Ese era nuestro rato de conversación, Biǎo Zi. Algo que sabes que me encanta… Tanto patrullar como hablar contigo. ¡Eres muy divertido! Y sin duda mi favorito. Sabía que eso haría saltar las sospechas… ¡El amable Fionn ha dejado de ser amable! ¡Ja!

 

»¡Soy culpable de rebelión! ¡Sí! ¡Soy culpable! ¿Y ahora qué? ¿De qué se me acusa? Es decir… ¿qué tipo de rebelde soy según vosotros? Veamos si acertáis… ¡Pero daos prisa, que tengo otros asuntos que atender afuera!

 

Fionn seguía con cara de chiste. No temblaban ni él ni su voz. Con los brazos extendidos, parecía estar retando a los santos de bronce que tenía delante. A Nerites no le gustó nada aquello: ¿cómo podía un santo de plata declararse traidor delante de uno de oro?

 

—Os lo diré yo —declaró Ballena, quien comenzó a dar vueltas sobre sí mismo, fingiendo estar loco—. ¡Se trata de Poseidón! ¡Él es mejor señor que Atenea! ¡He decidido cambiarme de bando! ¡¿Qué os parece?! —La carcajada del final coronó su teatrillo.

 

—El maestro se está riendo de nosotros. Tened cuidado, ¡él no es Fionn!

 

—Bien, ya es suficiente —dijo Nerites, con calma—. Esto se acaba aquí. No sé qué ocurre, no sé a qué juegas, Fionn de Ballena, pero ya está bien. Se te acusa de intento de traición. De hecho, la sola voluntad de traicionar a Atenea ya es traición. Vendrás al Santuario y serás juzgado. No… serás juzgado aquí mismo, pues el Sumo Sacerdote viene de camino —se corrigió.

 

—¿El Patriarca? —se alegró el santo de plata, que recuperó la posición firme. Se escuchaba a Hrafnkell murmurar algo a espaldas de todos.

 

—Sí, eso es… —empezó a chillar— ¡Mataos entre vosotros! —ordenó el Señor Sacerdote, aplaudiendo—. Luego hablaremos de Poseidón. ¡Je!

 

—Sus deseos son órdenes, señor Hrafnkell —asintió Fionn con la cabeza.

 

—¿Cómo? —El fornido Ivánovich no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Alzó la guardia junto a los otros tres santos de bronce que le apoyaban: Caballo Menor, Zorra y Corona Boreal.

 

Laura, Medveditsa y Nésti se alejaron rápido hacia el ala oeste de la estancia, junto al soldado al que el Señor Sacerdote había escupido, sin pretender unirse a la posible pelea. La chica miraba al santo de Piscis, como pidiéndole que actuase.

 

—¿Cuatro santos de bronce contra uno de plata? —interrumpió Nerites—. Es absurdo. No podréis con él. Además, no es necesario pelear. Él ya es preso del Santuario.

 

—¿Así sin más? —Fionn miró con desprecio al caballero dorado—. ¡Exijo un juicio por combate! ¡Si les aplasto, seré inocente!

 

—Si les aplastas, cosa que no voy a permitir, te aplastaré yo a ti. No habrá combate, Ballena —dijo, rotundo. «Esto es como un mal sueño.»

 

—¡Claro que sí habrá combate! —contradijo Hrafnkell, levantándose de su trono con emoción—. ¡Aquí mando yo, y estos caballeros están bajo mis órdenes! Esas eran las condiciones de vuestro tratado… ¡No pretendas cambiarlas a tu antojo, marica!

 

»¡Santos de bronce, yo os ordeno detener al traidor que es vuestro líder! ¡Protegedme o todo Asgard sabrá de esto! ¡Todo Asgard se enterará de que incluso han mandado a un santo dorado para destronarme! ¡Ja, ja, ja!

 

Nerites chistó. ¡Sería sencillísimo matarle ahí mismo! Pero entonces sería él el traidor. No podía hacerlo, y era cierto que la alianza del Santuario ponía a los Caballeros Azules a las órdenes del líder de la ciudad. A menos que Kishut de Capricornio, el Patriarca, decidiese lo contrario, él no era nadie para desautorizar al viejo delirante. ¡Cuánto le hastiaba la diplomacia! Menos mal que en unas horas llegaría…

 

—Está bien, luchad —dijo Piscis, admitiendo su derrota—. Pero si ganas tú, Fionn, yo seré tu oponente.

 

—Eso lo decidiré yo, rata —tosió el decrépito anciano—. ¡Pero qué maravilla! Santos de Atenea matándose por mí… ¡Qué feliz soy! ¡A más muertos, más feliz! ¡Mátalos a todos y luego suicídate, Ballena! ¡Es una orden! ¡Una orden absoluta! —reía— ¡Tan solo hazlo!

 

—Por mí no hay problema —asintió Fionn, como siguiéndole el juego a su demente señor. Sin demora, arqueó el brazo a la derecha, generando una ráfaga de cosmos que obligó al trío de bronces a saltar hacia atrás y alejarse del trono—. Pero peleemos lejos del sacerdote Hrafnkell: él no debe ser más que un espectador.  

 

—No os preocupéis por mí. Si yo quisiera, comeríais suelo todos, azulitos —dijo el viejo tras escupir—. No olvidéis que tengo el poder de undios guerrero. Ah, y el de convertir en mujeres a las niñas… pero eso es otra cosa —tosió.

 

«Y si yo quisiera, tú serías el primero en morir —pensó Nerites, volcando todo el asco que pudo en la mirada de reojo al sacerdote de Sinigrado.»

 

—¡Oh! ¡Ya están los ocho listos! Rapidísimo… —dijo Fionn. Aunque para los demás no significó nada, Ivánovich palideció; el santo de Cisne había escuchado el día en que espió a su líder algo relacionado con ese número: "por qué ocho si él ya estaba ahí". ¿Tendría algo que ver? Pocas dudas tenía ya…

 

El santo de plata caminó de lado hasta dar la espalda al trono de la cámara. Los cuatro guerreros de bronce le siguieron el ritmo, girando para colocarse delante de él. Había apenas cuatro metros entre los contendientes.

 

Nerites, ofuscado y con los brazos cruzados, caminó despacio hacia el trío de caballeros azules que no se había unido a la lucha. Entre ellos, el soldado sin dedos parecía asustado, pero atraído por la posibilidad de ver en acción a tan poderosos hombres.

 

—¿Es tu primera vez viendo una pelea así? —le preguntó Piscis, al notar aquella atracción temerosa.

 

—S- sí —asintió el hombre, nervioso.

 

—Pues ponte detrás de nosotros, o puede que no vivas para contárselo a tu hija.

 

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[3] Podría traducirse por algo así como "recuerda que también eres mortal y morirás". 


Editado por Killcrom, 29 febrero 2016 - 22:13 .

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#4 Ivan de Virgo

Ivan de Virgo

    El Caballlero Dorado Legendario de Virgo

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Publicado 02 marzo 2016 - 11:26

No es uno de los mejores capítulos que haya tenido pero veamos que sale con esto

 

 

 

 

1--- Nombre del Personaje de Asgard: Yohana (diosa guerrera e hija de Locky humano)

 

2--- Link del Fic: http://saintseiyaforos.net/topic/77254-saint-seiya-ultimate-generation/

 

3--- Resumen: Después de la batalla entre Koga y Saturno una nueva generación de caballeros dorados surge para salvar a Athena de los nuevos dioses malvados.

 

En este capítulo Yohana, hija de Locky humano y diosa guerrera se opone a los planes de su padre y decide pelear contra su maestro.

 

4---

 

Cambio de Bando

 

 

Nordekai llegó a la casa de Piscis y se encontró con Yohana.

 

Nordekai: Que gusto encontrarla, señorita Yohana he venido para cruzar esta casa y cumplir con las ordenes de su padre Locky.

 

Yohana físicamente era: pelo negro ondulado, blanca, ojos caramelo, delgada con 1.72 y 70kg y usaba lentes.

 

 

Yohana: No lo harás.

 

Nordekai: ¿Qué dice señorita Yohana?

 

Yohana: Que no lo harás Nordekai.

 

 

Nordekai: ¿Por qué lo dice?

 

Yohana: Athena, ni este mundo deben ser destruidos, la Tierra es muy hermosa.

 

Nordekai: ¿Acaso los humanos hicieron que su parecer cambie?

 

Yohana: Esta es mi decisión.

 

Nordekai: Muévase.

 

Yohana (seria): ¡No!

 

Nordekai: Entonces, “Ataque de la destrucción Violeta”.

          

Un martillo gigante cayó encima de Yohana.

 

Yohana: “Ballet Sangriento”.

          

El ataque de Yohana bloqueó la técnica de Nordekai, luego, él le tiro un puñetazo a Yohana que la derrumbó al piso.

 

Yohana (en el piso): ¿Qué pasó con los demás?

 

Nordekai: Géminis eliminó a Tauro y un compañero mío, Virgo eliminó a Cáncer, Leo y dos compañeros míos, Escorpio eliminó a un compañero mío y yo elimine a Sagitario y Capricornio.

 

Yohana (levantándose): Pero eran tus subordinados.

 

Nordekai: Los eliminé para que no cometan la tontería de Jonar y Zendaya que se pasaron al bando de Athena y parece que tú también.

 

Yohana: Así es.

 

Nordekai: Muere, “Piedras Oscuras”.

        

   Piedras violetas hicieron volar a Yohana.

 

Nordekai: Tú no te mueves a la velocidad de la luz aún poseyendo sangre de Diosa.

 

Yohana (molesta): ¿Y eso qué? “Piedras azules”.

        

  Varias piedras azules atravesaron a Nordekai.

 

Nordekai (levantándose): ¿Qué fue eso?

 

Yohana: Las “Piedras azules” hacen que pierdas los sentidos poco a poco.

          

Nordekai se levantó cogió a Yohana de la cabeza, la levantó por los aires y la votó al piso, ella neos podía mover.

 

Nordekai: “Explosión Violeta”.

          

De la mano de Nordekai salió un rayo violeta mediana y Yohana se quedo aturdida por el ataque.

 

Yohana (levantándose): ´´Puño Letal´´.

        

   El puño de Yohana se dirigió a Nordekai súper rápido pero este lo detuvo con una mano.

 

Nordekai (apretando el puño de yohana): Débil, tu padre debería estar.

        

   Nordekai doblo el puño de Yohana, ésta gritó de dolor luego él le tiro in rodillazo en la barriga a Yohana que le hizo votar sangre e hizo que se choque con la pared finalmente ella cayó.

 

Yohana (llorando): Mi padre siempre dijo que era débil porque me preocupaba por los pobres de Asgard y por la naturaleza de Asgard que era escaza por eso mi padre me mandó a la Tierra con mí madre acá en la Tierra vi lo hermoso que ésta poseía.

 

Nordekai: ¿Y qué me dices de las cosas malas de la Tierra?

       

    Nordekai lo golpeo en la barriga y tiro un rayo que hizo que Yohana se arrodille de dolor.

 

Yohana (llorando): También me di cuenta de eso las guerras, contaminación, corrupción pero Asgard también tiene cosas malas: esclavitud para los pobres, penas de, muertes dolorosas, una monarquía muy corruptista, etc.

 

Nordekai: ¿Es por eso que decidiste luchar para los humanos?

          

Nordekai quiso tirarle un puñete en la barriga a Yohana pero ella lo agarro doblo su puño y lanzo su técnica.

 

Yohana (levantándose): ´´Puño Oscuro´´

        

   Nordekai se golpeo con el piso.

 

Yohana: Así es.

 

Nordekai (riéndose): Pero ni siquiera eres la caballera de Piscis, no tienes séptimo sentido  y por ultimo no has tirado ningún ataque de Piscis hasta ahora.

 

Yohana: Ríete si quieres pero igual peleare ¡elévate cosmos!

         

 

Nordekai: Vaya, tu cosmos es impresionante para una persona que no posee séptimo sentido.

 

Yohana: Si no fuera porque soy mitad Diosa no estaría con vida.

 

Nordekai: Correcto pero morirás aquí “Estrella Violeta”

                 

  Yohana esquivo el ataque de Nordekai fácilmente.

 

Yohana: ´´Puño Letal´´.

         

  Cuando  Nordekai recibió el puño éste voto sangre.

 

Yohana: ´´Piedras Azules´´

          

Nordekai cayó al piso aturdido.

         

  De pronto se aparecieron Ivan y los demás.

 

Bella: ¿Te ayudamos?

 

Yohana: No gracias esta es mi batalla.

 

Nordekai: ´´Destello Violeta´´

         

  Yohana retrocedió un poco y aprovecho el destello para atacar a Nordekai sorpresivamente.

 

Yohana: ´´Puño Oscuro´´

         

  El cuerpo de Nordekai fue atravesado pero él siguió de pie.

 

Nordekai: Nada mal.

 

Ivan: A pesar de no poseer el séptimo sentido, su cosmos esta alto.

 

Miranda: La sangre de Diosa que corre por sus venas la está ayudando, ella es mitad humana y mitad Diosa.

 

Bella: Con razón.

          

Yohana estaba azotando con sus puños a Nordekai pero él reacciono y elevo su velocidad e hizo que Yohana cayera al piso, Nordekai se dejo caer para pisar la cara de Yohana que gritaba de dolor.

 

Nordekai (saltando varias veces): Muere “Estrella Violeta Máxima”.

         

  Yohana se hundió aun más pero de pronto Nordekai se arrodillo al piso de dolor.

 

Nordekai (arrodillado): ¿Qué pasa? Mi cuerpo me pesa, no respiro bien y me estoy mareando.

 

Yohana: Es el ataque de mis piedras que te hace perder los 5 sentidos poco a poco ahora toma “Ballet Sangriento”.

          

Nordekai voló y gran parte de su armadura se rompió sin embargo se volvió a parar.

 

Nordekai: Yo soy el más fuerte de los cinco subordinados de Locky y tú lo sabes.

 

Yohana: Claro que lo sé pero igual luchare para vencerte, “Puño Letal”.

           

   Nordekai lo esquivo y en el aire pateo el cachete de Yohana, sin embargo ella pateo su mentón y volvió a usar el “Puño Letal” pero Nordekai cayó arrodillado.

 

Nordekai: Estas consciente de que si te enfrentas a mí más adelante te tendrás que enfrentar a tu padre ¿no?

 

Yohana: Claro que estoy consciente de eso lamentablemente por este mundo tendré que hacerlo aun acosta de mi vida.

 

Nordekai: Eres una traidora y como traidora te matare, “Ráfaga Violeta”.

       

    Yohana cruzo sus brazos y no le paso nada pero Nordekai lo golpeo  por detrás.

 

Yohana: Nordekai tú siempre fuiste leal a mi padre.

 

Nordekai: Así es.

 

Yohana: Solo por estar más cerca de mi padre no te hace fuerte.

 

Nordekai (molesto): ¿Qué estupideces hablas?

 

Yohana: Para ser el más fuerte no solo se necesita lealtad y fuerza, se necesita también humildad, misericordia, bondad y sobre todo reciprocidad.

 

Nordekai: ¡Cállate! Mi armadura estará rota en grandes proporciones pero te matare por revelarte ante mi señor Locky, toma esto “Aullido Interestelar Violeta”.

          

Varias ondas sonoras hicieron que Yohana retroceda.

 

Zendaya: ¡Que increíble poder!

 

Jonar: ¡Tiene un cosmos poderoso!

 

Ivan: Yohana planea algo.

 

Nordekai: Mis ondas te aturden y cada vez morirás.

          

Yohana se liberó de las ondas sonoras e hizo una técnica.

 

Yohana: “Puño Destructivo”.

         

  La armadura de Nordekai se rompió por completo pero él siguió de pie.

 

Nordekai (escupiendo sangre): Parece que aprendiste bien, aprendiz.

 

Bella: ¡¿Qué?! ¡¿Acaso dijo aprendiz?!

 

Yohana: Así es, Nordekai como era el más cercano a mi padre recibió la misión de entrenarme y así lo hizo por un tiempo hasta que mi padre me envió a la Tierra a vivir con mi madre cuando tenía 12 años, es por eso que soy su aprendiz.

 

Nordekai: Las “Pierdas Azules” ya están haciendo efecto, solo me queda invocar mi último ataque para irme al infierno contigo.

 

Yohana: No lo harás, yo aún tengo que defender la Tierra, la naturaleza y a Athena.

 

Nordekai (sonriendo): Entonces enséñame que estoy equivocado querida aprendiz. “Roshan Violeta”.

 

Yohana: Claro que te venceré Nordekai, “Pierdas Violetas”.

         

  Los  dos ataques chocaron.

 

Yohana: A pesar de no ser la caballera de Piscis, conozco las rosas que ese signo ose pero no lo puedo realizar: Rosas Rojas, hace que un veneno se adhiera a tu sangre; Rosas negras, destruyen todo a su paso y las Rosas Blancas te matan desangrándote. Muere Nordekai.

 

Nordekai: Antes de que mi corazón sea destruido quiero decir que pelearas hasta morir en una batalla, recuérdalo.

         

  Luego de decir esto, el ataque de Yohana destrozo el corazón de Nordekai junto con su cuerpo. 


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#5 Patriarca 8

Patriarca 8

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Publicado 11 marzo 2016 - 14:48

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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:55 .

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#6 Killcrom

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Publicado 11 marzo 2016 - 16:06

Sé que es tirar piedras contra mi mismo tejado, pero habiendo votado en las anteriores dinámicas, no iba a dejar de hacerlo por participar en esta. Es obvio que como el único candidato a quien puedo votar es Iván, mi voto irá para él. Pero quiero justificarlo. 

 

Sobre el contenido, cumple los requisitos, que es traer a escena un personaje de Asgard (aunque en este caso hay más de uno). La elegida para participar fue Yohana, que aunque es una "traidora", funciona bien. Además, aunque el capítulo es una pelea, esta tiene algo de trasfondo. No lo suficiente para desarrollar un personaje, pero sí para lo que se pedía. Además, con un solo capítulo no se puede hacer más. Yo mismo he tenido ese problema al publicar mis capítulos en la dinámica.

 

Ahora, de cómo está ejecutada la idea de Iván, me complace decir que la veo algo mejor que la de sus últimas participaciones. Sigue habiendo errores, alguna palabra mal escrita o que no termina de encajar. Además, a los personajes les falta una pizca de naturalidad (sobre todo en frases como "mi armadura está rota en grandes proporciones"). 

 

Si tuviera que puntuarlo, le daría un 5/10. 

 

Y eso es todo en lo que respecta a la dinámica de Asgard. Por defecto, mi voto va para Iván, a quien le puedo decir que siga trabajando y avanzando, que las cosas se consiguen poco a poco y con constancia. 

 

Espero poder hacer comentarios de todos los relatos de la otra dinámica. Si no, tan solo me limitaré a votar a un candidato (que ya tengo elegido, por cierto). 

 

¡Abrazos!


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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#7 Sekiam

Sekiam

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Publicado 11 marzo 2016 - 17:44

Mi voto es para Ivan y su asgariana Yohana, me gusto bastante la actitud de este personaje y su fuerza. Es ademas una lectura agradable aunque me parecieron muchas tecnicas, pero esta muy bien llevada toda la accion.


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#8 Ivan de Virgo

Ivan de Virgo

    El Caballlero Dorado Legendario de Virgo

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Publicado 13 marzo 2016 - 20:08

Por defecto mi voto es para killcrom

He tenido la oportunidad de leer algunos capitulos de su fic y lo q mas me gusta es la trama con la que se desenvuelve su historia ademas describe las acciones y los lugares tan precisamente que me hace sentir dentro de la historia

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#9 Talaris

Talaris

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Publicado 15 marzo 2016 - 10:49

¡Hola participantes! aquí estamos en medio de un duelo Kill vs Ivan ^^ bueno ya he leído vuestros escritos. Como hice en la otra dinámica una pequeña valoración a cada uno y doy mi voto. Es bueno que los que votamos dediquemos un tiempo a comentar porque siempre es muy útil para los que escriben. :) 

 

Killcrom      P.de Asgard: Hrafnkell, Sacerdote de Sinigrado.

 

Has presentado un personaje que sin duda es un villano y bastante repugnante  con tanto escupitajo y ese gusto que tiene por las jovencitas.  Me gusta porque así deben ser los malos.  Nada que decir de tu buena ortografía,  redacción y puntuación. Me gusta como has elegido a los caballeros azules :) pero comparándolo con tu buen desarrollo de Nieguel en la Dinámica Mejor Presonaje del Santuario, este se me ha quedado un poquito corto. Sé que deberían valorarse las dinámicas de manera independiente pero a veces es un poco complicado. Estoy segura que puedes hacerlo mucho mejor y lo sabes.

 

Ivan de Virgo    P.de Asgard:  Yohana (diosa guerrera e hija de Locky )

 

Ivan has presentado una batalla y a veces es mejor presentar momentos más intimos para conocer a un personaje. En la otra dinámica de Mejor personaje del Santuario eras mi segundo favorito. Como me ha gustado mucho que tu personaje sea una chica y además de fisico tan peculiar, (has hecho una precisa descripción que me ha hecho ver mejor tu capítulo).  Quiero felicitarte. No ha sido una batalla insípida como yo llamo a esas batallas donde solo hay una técnica tras otra y acción, Yohana ha dejado muy claro sus sentimientos y su motivación por luchar en ese pequeño párrafo donde menciona las miserias de Asgard. Demuestra así que es una buena heroina, justa y comprometida. a veces con tan solo un diálogo corto, ya se presensenta a un personaje bien y has dado en el clavo. Así que quiero felicitarte esta vez.Vigila un poquito más tu escritura, aunque tienes faltas leves, hace que el escrito decaiga ¿ok?

 

Por tanto voy a dar mi voto a Ivan de Virgo esta vez y con muchos ánimos para que siga escribiendo y mejore sus fics, porque como he dicho siempre, cuanto más se practican las cosas mejor se hacen. Intenta hacer una segunda leída a lo que escribes y seguro que muchos de los errores que tienes, desaparecerán. ;)

 

¡Saludos libranos!


Editado por Talaris, 15 marzo 2016 - 11:01 .

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#10 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

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Publicado 17 marzo 2016 - 13:45

Es bueno que los que votamos dediquemos un tiempo a comentar porque siempre es muy útil para los que escriben. :) 

 

 

Te apoyo, princesa dragón.

 

 

Hace poco que mi portátil murió y toca dejar critica en la máquina de escribir con televisor impulsada por un hámster.

Estos concursos en particular son entre personajes, por lo que dejaré de lado si está perfectamente escrito el capítulo, si la historia es buena o si la tipografía es bonita; me enfocaré exclusivamente al monito en cuestión y su repercusión en su universo.

 

 

Hrafnkell

 

Hraquel es un personaje construido en dos tiempos, eso se nota de lejos. En la primera parte se muestra a un personaje infantil, chistosito; carente de escrúpulos y bondad, como seguramente el autor intentó reflejar, pero también sin dignidad.

 

“¿Tan grande es mi… —ahogó una risilla babosa— presencia?” ¿Por qué se contiene?, si es tan miserable y pudiente, no tendría reparo en decir lo que piensa.

 

Se complementa esta parte con su lado gollumesco donde su maldad queda atenuada por su locura senil.

 

“Si no te ablan el pene, no me interesas —balbuceó, tosiendo—. ¿Ves mi dedo? Todavía huele a hembrita. Me encanta hacerlas llorar. Es precioso ver la sangre resbalando… Ju. Ju. Ju. —Hizo una pausa para alzar la cabeza.” Ni siquiera es capaz de reír bien, es raro ver este tipo de personajes en el universo SS, por lo que el autor hace un trabajo excepcional. Aun estoy buscando el verbo ablar.

 

“»¡Santos de bronce, yo os ordeno detener al traidor que es vuestro líder! ¡Protegedme o todo Asgard sabrá de esto! ¡Todo Asgard se enterará de que incluso han mandado a un santo dorado para destronarme! ¡Ja, ja, ja!” No encuentro motivo para que a Asgard le preocupe. Hraquel es malo y demente, sin ejército propio, con una fuerza exterior encadenándolo, y no tiene mayor fuerza que la de Poseidón dormido. No entiendo la base del temor de los santos. La diplomacia sigue el camino de Sun Tzu: a falta del emperador, el comandante toma las decisiones en el campo de batalla.

 

La segunda parte la pone el contexto, el universo que se tuerce alrededor del Hraquel. No existe ninguna justificación plausible para la manutención del personaje en el mundo, no existe lógica alguna para que el viejito sea tolerado. Según sus palabras y la posición del Santuario, el es un prisionero, depende su condición de la autoridad del patriarca en turno. Gran parte de su maldad y los actos que presume son consentidos, por lo que no entiendo el desprecio general. A este viejito ya lo he visto en Eris, Luci Fernandez, Abel, etcétera,   

 

Es un personaje que nunca he visto en este sitio, felicidades Kill. Es un sujeto que se detesta más por hocicón que por malvado, pero cuando se lee, se odian más a los personajes secundarios por aguantarlo.

 

 

 

Yohana

 

 

“No es uno de los mejores capítulos que haya tenido pero veamos que sale con esto” Tienes razón, te he leído personajes y capítulos más interesantes.

 

Puedo elegir un fic al azar de la pagina 3 en delante del  forofic  y puedo encontrar un personaje similar, genérico.

 

Un combate rara vez es ideal para exponer a un actor como se debe y te arriesgaste con tu elección. Yohana no consigue trascender al personaje cliché que lucha porque es lo correcto ni se siente su conflicto al enfrentar a su padre ni a su maestro.

Eres bueno exponiendo a tus personajes, lo sé pues entre todos los fics que leo, eres de los pocos que maneja los sentimientos humanos y la vida cotidiana. Viejo, te felicito porque eres constante, participas de estas dinámicas ofreciendo lo que tienes.

 

Lamento no haberte dado puntos cuando lo merecías, pues estaba en suspensión. No dejes de competir, que estoy seguro que en algún momento tendrás ocasión de brillar.

 

 

Mi voto va para el injustificado Hraquel de Killcrom.


Editado por Tetzauhteotl, 17 marzo 2016 - 13:53 .

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#11 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

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Publicado 17 marzo 2016 - 14:02

Brujita mi amor, borra este mensaje, plz


Editado por Tetzauhteotl, 17 marzo 2016 - 14:15 .

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#12 Patriarca 8

Patriarca 8

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Publicado 17 marzo 2016 - 15:12

                  

 

 

 

El ganador de esta dinámica es: Ivan de Virgo  

 

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Editado por T-800, 29 diciembre 2018 - 11:56 .

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