SKIN © XR3X

Jump to content

* * * * * 1 votos

Saint Seiya - Sengoku Returns


  • Por favor, entra en tu cuenta para responder
115 respuestas a este tema

#101 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 28 febrero 2016 - 17:11

Capitulo 2:

 

La historia sigue pintando interesante. El santo de fenix al fin debuta en la historia y se va de viajecito a Jamir, quien lo hubiese dicho :lol:

Impresionante la forma en que les contactaste. Pero cuando llega a Jamir se dice que encuentra las armaduras de perseo y auriga, aunque eso me resuena un poco, ya que omo soy de los que vieron el anime unicamente puede que pase por alto algun detalle del manga.

 

Bueno, paso a otro punto para no abrumarte con ello :ninja: La orden de Athena si que es rara, y mas si no les permite reunirse en tre ellos, algo me dice que tengo que leer m{as para enterarme.

 

Saludos

Hola, compañero Sagen. Primero de todo, te agradezco mucho tu visita; mi historia no sería posible sin gente como vosotros, que la lee.

 

A la par que tú, yo no leí el Manga original y solo vi el Anime. Si te digo la verdad, las armaduras de Perseo y Áuriga las puse ahí únicamente por el combate que tiene Ikki contra Dante y Capella (creo que eran esos) para imbuir un sentimiento de conexión con la historia original.

 

La "no reunión" la entenderás a menudo que avances con la historia, lo prometo.

 

¡Un saludo, compañero!

 

“el agujero de su pecho no hacía más que sangrar, era lo normal, pues le faltaba una parte del pectoral, habiendo deshecho todo su pulmón” Leía el combate contra Electrión cuando una incoherencia lógica aparece. Haces bien en señalar la gravedad del combate por medio de los daños gráficos; los fickers más limitados se conforman con armaduras rotas o moretones, que añadido a los comentarios arrogantes hacen parecer un combate como un juego. Sin embargo tú vas al otro extremo, haces parecer una mutilación como cosa de risa.

 

¿Para qué pierdes el tiempo relatando la gravedad de una herida si tú mismo la tratas como un raspón? Incluso en el Universo SS, donde la gente camina sin sentidos y con todos los huesos rotos, las heridas graves significan por fuerza una limitante, como Shiryu sin ojos o Shun sin p*ne: afecta negativamente el combate.

 

“Déjanoslo a los viejos, que peleamos por las generaciones futuras, Hyoga…”. ¿Entonces Hyoga que es, un novato?, creí que esto pasaba después de Hades, Hyoga sería de la generación pasada.

 

Omitiendo a Maximo, el combate fue genial. El hielo y el fuego extinguiéndose uno a otro y Hyoga en búsqueda de la espada. Salvo el detalle de encontrar telarañas en un templo sagrado en las alturas, te luciste con el capítulo.

 

“un caballero mediocre, con poder muy inferior a la media del Santuario” ¿Cómo se puede ser mediocre y a la vez inferior a la media?, creí que mediocre era eso, alguien que está en la media.

 

“Fue el caballero de Tauro quien se levantó y se acercó a Andriev. Máximo sabía perfectamente lo que aquello conllevaba” Conllevar…?, qué tal vez se desmaye? Maximo corre, salta, canta, hace malabares y gana partidas de Call of Duty con un pulmón deshecho y recibiendo una paliza divina que, supongo, debe doler, ¿y matas a los doradines con técnicas suicidas? Ni siquiera les diste tiempo a que esperaran a Hyoga.

 

Me quedo aquí. La batalla fue buena, emotiva. Fue ese buey cucaracha inmortal y las decisiones suicidas las que enturbiaron el final.

 

Eres el autor más raro que leo actualmente, eres un escritor de batallas y con las charlas de Maximo y las participaciones de Sagitario demuestras que sabes hacer personajes. La trama me ha dado zancadillas en varias ocasiones, sorprendiéndome con giros que me son imposibles de ver venir. Entonces, si añadimos que también eres del club de los ortografóbsesivos compulsivos, mi único pero con Sengoku son esos pequeños detalles y tal vez el poco carisma de los villanos. Básicamente, tienes uno de los mejores fics del foro. 

 

Saludos.

No sé cómo lo haces, Tetza, pero siempre que te pasas por mi historia salgo un poco más inspirado.

 

Tienes razón: Máximo lo hace irreal e ilógico. Sinceramente, se sale del límite propuesto para que un caballero sobreviva y, por supuesto, siga combatiendo. Pero me pareció oportuno. Me gusta mucho Tauro, tiene una personalidad distinta a la de los demás caballeros, y quería hacer uno que fuese más o menos decente (aunque Harbinger también lo sea); sí... me pasé.

 

Lo de Hyoga fue simplemente altanería. Ya sabes, por ser un doradín infravaloran a los de Bronce... no hay nada más mítico en el universo de Saint Seiya.

 

Lo de la mediocridad es un fallo de lenguaje. Uno a veces no sabe lo que m*erda escribe.

 

Otro fallo de mi mente: maté a los Caballeros quizás de una manera algo singular. Es bastante j*dido, pero quería que quedara épico as fuck. Tienes razón que una vez lo lee la gente queda de una manera distinta a como esperabas. La fumada que se llevan los caballeros no es ni medio normal.

 

Sí, soy extraño, lo reconozco. Escribo batallas, básicamente, porque es de lo que vive este universo: de peleas. Me gusta inventarme una manera nueva de vencer a un enemigo, algo que sorprenda, que llame la atención. Eso me hace sentir bien con lo que escribo. Tienes razón, soy muy obsesivo con la ortografía, pero no es algo que me disguste: creo que para llegar al 100% en este rollo hay que tener un 100% de buena escritura (aunque hay historias buenas con muchas faltas). Y lo de los villanos cambia a partir de ahora, que ya me di cuenta de lo que hacía mal. Muchas gracias por los halagos, Tetza, viniendo de ti, verdaderamente me los creo.

 

Un saludio,


ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#102 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

    Miembro de honor

  • 1,064 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 03 marzo 2016 - 13:21

¿Por qué Kiki no usó la ambrosía en sí mismo? Es que si él la tenía y sabía usarla… bueno, solo me saltó la duda.

 

“Gruñidos y palabras malsonantes, era eso lo que salía de los labios del Fénix” XD, cuando te dije que eras un escritor de batallas me refería a esto, tus escenas de combate son bastante buenas, deberías concursar en la dinámica de mejor combate.

 

Tienes una forma rara de hacer descripciones. “A pesar de ser tan mayor (unos cincuenta años, aproximadamente)” Pudiste omitir los paréntesis, pero no voy a eso; es la forma estandarizada que tienes de hacer las descripciones, es buena, pero siento que es un colchón, ¿me entiendes?

 

“Llamas danzaban de un lado a otro mientras un viento sibilino recorría constantemente la oreja del caballero” XD, viento sibilino.

 

“No pudo más que abrir la boca como un tonto Ikki” Linguo, muerto ._.

 

u3EyRKK.png

 

“frotándola ligeramente para desatontarse por haberse incluso desmayado” Linguo revivió y volvió a morir con esto ._.

 

Hiciste este cap cuando estabas distraído, ¿verdad?, solo menciono dos pero creo que leí cuatro. Da igual, fue un capítulo de transición, donde se explica que el secreto de la ambrosia son los sentimientos y las emociones, algo bastante gay y especialmente complicado para el santo más frío y pragmático de todos los 88, de todo Saint Seiya, de todas las eras. Viejo, Kiki es nefasto a la hora de hacer un plan, de haberle dado la ambrosia a Shun, el entrenamiento estaría chupado.

 

Sigo con el siguiente cap: Noble savage… tu beta es una c*ca y Sol es nombre propio.

 

“Músculos contorneados y pectorales definidos que se marcaban en la camiseta que llevaba puesta delataban el increíble poderío corporal del que aquel hombre estaba dotado” XDDD, ¿así son las oraciones que me cuentas de Carnaval?, toma, te regalo una coma (,) XDDD

 

¿Apartheid?, viejo, una palabra algo fuerte para usarla de ejemplo, ¿no crees?. A continuación mencionas un grito como la razón que alerta a Reale, pero hasta donde entiendo, una AK-47 produce más decibeles que un grito de mujer. La línea final lo dice todo:¿Reale de Leo?, que su ataque es de león menor.

 

Buen capítulo, emocionante y entretenido. No convence la segregación a la que es sometido el nigga, en mi vida me he enterado que apesten a alguien por sus cicatrices, en ninguna cultura. Por lo demás, el 19 es uno de los mejores caps que he leído... de entre todos los fics que reviso; un personaje diferente, un maestro fail estandarizado que se muere XD, una situación de riesgo original y emocionante (que la situación paramilitar y el terrorismo de guerrillas son plaga allá) y un reconocimiento rápido y efectivo de la armadura y su portador.

 

En fin, una presentación entretenida de un personaje prometedor, te felicito. Ya continua el fic.

 

Saludos.


qP07E5F.png?1


#103 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 marzo 2016 - 06:09

¿Por qué Kiki no usó la ambrosía en sí mismo? Es que si él la tenía y sabía usarla… bueno, solo me saltó la duda.

 

“Gruñidos y palabras malsonantes, era eso lo que salía de los labios del Fénix” XD, cuando te dije que eras un escritor de batallas me refería a esto, tus escenas de combate son bastante buenas, deberías concursar en la dinámica de mejor combate.

 

Tienes una forma rara de hacer descripciones. “A pesar de ser tan mayor (unos cincuenta años, aproximadamente)” Pudiste omitir los paréntesis, pero no voy a eso; es la forma estandarizada que tienes de hacer las descripciones, es buena, pero siento que es un colchón, ¿me entiendes?

 

“Llamas danzaban de un lado a otro mientras un viento sibilino recorría constantemente la oreja del caballero” XD, viento sibilino.

 

“No pudo más que abrir la boca como un tonto Ikki” Linguo, muerto ._.

 

u3EyRKK.png

 

“frotándola ligeramente para desatontarse por haberse incluso desmayado” Linguo revivió y volvió a morir con esto ._.

 

Hiciste este cap cuando estabas distraído, ¿verdad?, solo menciono dos pero creo que leí cuatro. Da igual, fue un capítulo de transición, donde se explica que el secreto de la ambrosia son los sentimientos y las emociones, algo bastante gay y especialmente complicado para el santo más frío y pragmático de todos los 88, de todo Saint Seiya, de todas las eras. Viejo, Kiki es nefasto a la hora de hacer un plan, de haberle dado la ambrosia a Shun, el entrenamiento estaría chupado.

 

Sigo con el siguiente cap: Noble savage… tu beta es una c*ca y Sol es nombre propio.

 

“Músculos contorneados y pectorales definidos que se marcaban en la camiseta que llevaba puesta delataban el increíble poderío corporal del que aquel hombre estaba dotado” XDDD, ¿así son las oraciones que me cuentas de Carnaval?, toma, te regalo una coma (,) XDDD

 

¿Apartheid?, viejo, una palabra algo fuerte para usarla de ejemplo, ¿no crees?. A continuación mencionas un grito como la razón que alerta a Reale, pero hasta donde entiendo, una AK-47 produce más decibeles que un grito de mujer. La línea final lo dice todo:¿Reale de Leo?, que su ataque es de león menor.

 

Buen capítulo, emocionante y entretenido. No convence la segregación a la que es sometido el nigga, en mi vida me he enterado que apesten a alguien por sus cicatrices, en ninguna cultura. Por lo demás, el 19 es uno de los mejores caps que he leído... de entre todos los fics que reviso; un personaje diferente, un maestro fail estandarizado que se muere XD, una situación de riesgo original y emocionante (que la situación paramilitar y el terrorismo de guerrillas son plaga allá) y un reconocimiento rápido y efectivo de la armadura y su portador.

 

En fin, una presentación entretenida de un personaje prometedor, te felicito. Ya continua el fic.

 

Saludos.

Hola, compañero Tetza. Primero de todo, muchas gracias por pasarte por aquí.

 

Paso a responderte dudas.

 

¿Por qué Kiki no usó la ambrosía en sí mismo? Es que si él la tenía y sabía usarla… Eso se responde más adelante. No te quieras adelantar a los hechos, compañero. 

 

Tienes una forma rara de hacer descripciones. “A pesar de ser tan mayor (unos cincuenta años, aproximadamente)” Lo de los paréntesis es una manía que me viene de pequeño, cuando mis profesores me decían que cuando se hacía una descripción de alguien, esos datos podían ponerse anexos en paréntesis. Difícilmente corregible.

 

“No pudo más que abrir la boca como un tonto Ikki” Linguo, muerto / “frotándola ligeramente para desatontarse por haberse incluso desmayado” Linguo revivió y volvió a morir con esto Frases largas que castigan la coherencia... Si lo que digo para los demás también se puede aplicar en mí.

 

Hiciste este cap cuando estabas distraído, ¿verdad?, solo menciono dos pero creo que leí cuatro. Da igual, fue un capítulo de transición, donde se explica que el secreto de la ambrosia son los sentimientos y las emociones, algo bastante gay y especialmente complicado para el santo más frío y pragmático de todos los 88, de todo Saint Seiya, de todas las eras. Viejo, Kiki es nefasto a la hora de hacer un plan, de haberle dado la ambrosia a Shun, el entrenamiento estaría chupado. No te voy a decir que este sea mi mejor capítulo porque, la verdad, a veces meto una cantidad estúpida de relleno ilógico. Ese capítulo lo terminé para seguir con la serie. La razón por la que Ikki tiene ese alimento de los dioses es porque es el protagonista. Los protagonistas siempre tienen suerte.

 

Sigo con el siguiente cap: Noble savage… tu beta es una c*ca y Sol es nombre propio. Aquí sí que tengo que explicar algo. La poco conocida frase Noble Savage hace referencia al buen salvaje, al que no ha sido corrompido por la civilización. Sale en muchos libros modernos, como Tarzán El libro de la Selva. Aquí, hace referencia a Reale. El término está bien escrito (aunque yo lo saqué de un álbum de Virgin Steele). Respecto a lo de sol... no recuerdo en qué parte estaba. Lo revisaré.

 

¿Apartheid?, viejo, una palabra algo fuerte para usarla de ejemplo, ¿no crees?. A continuación mencionas un grito como la razón que alerta a Reale, pero hasta donde entiendo, una AK-47 produce más decibeles que un grito de mujer. La línea final lo dice todo:¿Reale de Leo?, que su ataque es de león menor. Apartheid quizás no sea la palabra idónea en este caso, pero creo que simboliza perfectamente lo que intento reflejar. Lo del grito es más bien cómo se entiende: lo que yo quería comentar era que antes de que nadie disparase la gente gritaba por miedo a los mercenarios. La masacre empieza luego. No sé si se refleja de esa manera. Lo del León Menor lo explicaré aparte, quizás; es una trama al margen de esta la que tengo pensada para explicar por qué cada uno es lo que es.

 

Buen capítulo, emocionante y entretenido. No convence la segregación a la que es sometido el nigga, en mi vida me he enterado que apesten a alguien por sus cicatrices, en ninguna cultura. Por lo demás, el 19 es uno de los mejores caps que he leído... de entre todos los fics que reviso; un personaje diferente, un maestro fail estandarizado que se muere XD, una situación de riesgo original y emocionante (que la situación paramilitar y el terrorismo de guerrillas son plaga allá) y un reconocimiento rápido y efectivo de la armadura y su portador. Ya sabes, cada pueblo tiene sus costumbres. Entre las tribus de África hay mucho de eso. La cultura indígena es distinta e interesante. Quería desentonar un poco con las peleas que suelo narrar. Además, hay que tener en cuenta que, como bien dices, la situación paramilitar en África (como es en este caso, por oro) es desesperante.

 

Un saludo, compañero.


ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#104 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

    Miembro de honor

  • 1,064 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 marzo 2016 - 14:38

“Eso se responde más adelante. No te quieras adelantar a los hechos, compañero. “ ¿Dónde?, para leerlo.

 

“Lo de los paréntesis es una manía que me viene de pequeño, cuando mis profesores me decían que cuando se hacía una descripción de alguien, esos datos podían ponerse anexos en paréntesis. Difícilmente corregible.” Entiende de una vez que no soy un lector complaciente. Lo de los paréntesis me da igual, es la estructura de tus descripciones las que me parecen artificiales.

 

“Aquí sí que tengo que explicar algo” No tienes que explicar nada, conozco la frase y debiste ponerla en cursivas.

 

“Lo del grito es más bien cómo se entiende: lo que yo quería comentar era que antes de que nadie disparase la gente gritaba por miedo a los mercenarios.” No se reflejó, por eso lo mencioné.

 

“Ya sabes, cada pueblo tiene sus costumbres” No lo sé, a pesar de ser psicólogo trunco soy asiduo a la antropología, y no me he enterado de ninguna conducta social que relegue a alguien lastimado en batalla al ostracismo.

 

Mira, tu fic es bueno, es genial. No quiero j*derte ni portarme espeso contigo, son solo opiniones mías que no deben inferir en tu creatividad. Solo creo que debes pensarte dos minutos las circunstancias que preceden los hechos de tu obra.

 

Saludos.


qP07E5F.png?1


#105 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 07 marzo 2016 - 16:46

Tetza:

 

¿Dónde?, para leerlo. Cuando lo escriba, porque eso lo tengo pensado.

 

Entiende de una vez que no soy un lector complaciente. Lo de los paréntesis me da igual, es la estructura de tus descripciones las que me parecen artificiales. Es algo que tengo que pulir. A mí tampoco me convencen del todo pero a veces no sé cómo mejorarlas. P*ta porqueria, cierto.

 

No tienes que explicar nada, conozco la frase y debiste ponerla en cursivas. Creo que en el título no merece la pena ponerlo en cursiva. Creo.

 

No se reflejó, por eso lo mencioné. Cierto: no se refleja. Fallo técnico, es verdad que un AK47 hace más ruido que una mujer gritando. No lo había pensado (aunque es obvio).

 

No lo sé, a pesar de ser psicólogo trunco soy asiduo a la antropología, y no me he enterado de ninguna conducta social que relegue a alguien lastimado en batalla al ostracismo. Esto es solo una copia, una parodia, de las tribus tan "clasistas" que hay por ahí abajo. La verdad es que no quería hacer referencia a ninguna en especial. Solo como ejemplo. 

 

Lo hago lo mejor que puedo. Hay veces que se me ocurren tramas excelentes y por cosas del azar luego no las apunto o las desecho. Una lástima. En fin, Tetza. Eres muy amable al pasarte por aquí tanto, pues ya que sé que no eres complaciente para nada.

 

 

En el capítulo XIX vimos a un Reale novato que se encuentra la Cloth de oro de Leo porque su maestro lo manda allí, pues sabía que era su única oportunidad de sobrevivir.

 

Capítulo XX: Tóxico

 

Para cuando Reale salió del templo del Rey de la sabana ya era de día. Los destellos del sol se mezclaban con el dorado de la armadura creando una mezcla homogénea de brillos centelleantes.

 

Tras haber dejado atrás con facilidad a sus persecutores, el joven moreno se dispuso a la caza del responsable de las muertes de su aldea.

 

«Treinta personas… por este estúpido trozo de oro…»

 

Mejor que nadie, la gente africana conocía las masacres que causaban las ansias de materiales preciosos como el oro o los diamantes, pero esto era ridículo. Una armadura hecha de metal blando como el oro puro no tenía ninguna lógica.

 

Para su sorpresa, no estaba solo. Un hombre reposaba sentado en una piedra a la salida de aquella oscura cueva; aquel vestía otra armadura de color dorado chillón pero diferente a la que el mulato llevaba puesta, ya que tenía alas.

 

—¿Quién eres tú?—el joven africano se adelantó y preguntó al recién llegado.

 

—Me llamo Lynch, y soy el caballero de Sagitario.

 

—¿Caballero de Sagitario?

 

—Me alegra ver que la cloth sagrada de Leo al fin ha encontrado un portador.

 

— ¿Este trozo de metal?—Reale se señaló a sí mismo, refiriéndose a la armadura.

 

Sagitario negó al escuchar aquella triste referencia sobre una de las vestiduras de la orden de Atenea.

 

—¿Acaso eres tú el que ha mandado matarnos a todos? —Reale levantó la guardia bajo la tranquila mirada de Lynch; sus ojos verdes transmitían seguridad, pero el moreno no podía estar seguro de si podía confiar en alguien así.

 

El Sagitario le dio la espalda a su «compañero», sin responder a su pregunta. Aquello enfureció al portador de la armadura de Leo, que se lanzó contra él de forma violenta al grito de «¡Responde!»

 

Para la sorpresa de Reale, golpeó al aire; su rival se había desvanecido ante él sin dejar rastro.

 

—¿Pero qué caño?

 

—No, no he sido yo, compañero. Pero sí sé quién fue. —Su figura se materializó tras el Leo, que lo miraba incrédulo.

 

«¿Cómo ha hecho eso?» se preguntó.

 

—Ven conmigo —continuó Lynch— si quieres saber quién ha sido el artífice de esta macabra acción.

 

Sin decir nada más, ambos se pusieron a caminar atravesando la calurosa sabana. Sus armaduras doradas relucían por el choque de los rayos de sol contra su superficie. El silencio que había entre ambos era incómodo, casi hiriente a ratos cuando uno de los dos intentaba iniciar conversación pero siempre llegaba a un callejón sin salida.

 

Reale ni siquiera sabía a dónde le estaba llevando. A pesar de su conocimiento de aquellas tierras, pocas veces había pasado por allí. Las pocas sombras que había se retorcían de una manera siniestra y los animales evitaban aquella zona. Al atravesar cierto punto, el pasto amarillento se oscurecía, como si hubiese una línea divisoria.

 

Al final llegaron a una estructura que el joven moreno nunca antes había visto. Estaba hecha de madera y tenía al menos dos pisos. En la parte superior había una atalaya. El edificio estaba rodeado por una verja eléctrica que impedía el paso tanto a humanos como a animales salvajes. Ninguna resistencia tras aquella defensa.

 

Los caballeros se miraron y decidieron entrar al edificio por la fuerza. Saltaron la cancela sin ninguna dificultad y se adentraron en el misterioso lugar. La puerta voló por los aires y entraron raudos, cubriéndose tras lo que pudieron. En la primera planta no había ningún tipo de luz, todo estaba a oscuras; allí dentro tampoco encontraron a nadie.

 

—¿Qué demonios? —preguntó Reale mientras encendía una llama con su mano derecha, iluminando la estancia.

 

Sagitario frunció el ceño ante aquel vacío total. Caminó tres pasos, observando con atención aquel lugar. La base de la sala era un cuadrado perfecto, en la que había máquinas cuyos botones parpadeaban al son de un chirrido mecánico producido por algún engranaje oxidado. En el centro del todo había una mesa con un montón de papeles desordenados, un cenicero y varias cajetillas de tabaco.

 

Lynch se acercó a la pared; un cuadro colgaba de una alcayata. En él salían retratados los asaltantes que unas horas antes habían atacado el poblado del Caballero de Leo. Allí estaban, apoyados en sus fusiles, sonriendo mientras a sus pies yacían varios cadáveres. Alguno de los soldados hacía muecas graciosas con las caras de los muertos.

 

Reale se acercó por detrás y miró la imagen por encima del hombro de su compañero. Los rostros de los mercenarios, marcados con un gesto de felicidad, repugnaban al Leo. Con rabia, golpeó la foto con su puño cerrado y la destrozó en mil pedazos; el vidrio se quebró y cayó al suelo partido en fragmentos diminutos. La pared se agujereó y la estructura tembló.

 

—Putos monstruos —susurró el moreno con los ojos cerrados y llorosos, maldiciendo por lo bajo.

 

Lynch no dijo nada, se limitó a guardar silencio; aquel era un momento demasiado delicado. Apoyó su ancha espalda, cubierta por aquella placa de oro guardada con dos enormes alas, en la pared más cercana. Dedicó una mirada furtiva a su compañero.

 

—Es sabido por todos que los negros sois violentos —En el umbral de la puerta cercana se podía vislumbrar una sombra fornida y alargada; la voz resonó austera por toda la sala, atrayendo la mirada de los caballeros.

 

El ruido de unos tacones chocando contra el suelo metálico puso alerta a los dorados, que retrocedieron un par de pasos. El que había llegado vestía una chaqueta gris con textura lanosa; en la manga derecha llevaba un parche rectangular con la bandera inglesa, y en la izquierda, otro, pero este redondo y con una insignia de una calavera y un avión. Encima del abrigo llevaba una trincha con granadas y un arma corta. Sus pantalones eran de camuflaje, con mil tonos de verde impresos.

 

A pesar de la ropa, su rostro tenía gestos asiáticos: ojos rasgados, tez amarillenta y nariz pequeña.

 

—¿Y bien, chicos buenos? —El recién llegado inclinó la cabeza unos milímetros y miró a los intrusos.

 

El gesto tranquilo de aquel soldado hizo que Reale perdiera los nervios; se lanzó contra él con su puño henchido de cosmos. El soldado, lejos de amedrentarse, esquivó con agilidad pasmosa los ataques. Sin siquiera hacer ademán de contraatacar, dio un paso atrás para salir del alcance del Leo.

 

El caballero, embutido en sudor, respiraba agitado y apoyaba sus manos en las rodillas, como sujetando su cuerpo.

 

—No quería ser descortés, pero… —El soldado chasqueó los dedos; se apagó la luz de la habitación y la estancia comenzó a llenarse de un perfume profundo y penetrante.

 

Los ojos de los caballeros comenzaron a pesar; intentaron ver algo a través de las tinieblas, pero fue inútil.

 

Sus músculos se relajaban y sus mentes se nublaban.

 

«¿Qué… qué es esto? Me siento como en… como en si no pesase nada.» balbuceó Lynch como si fuese un idiota.

 

En cuestión de segundos, ambos cayeron al suelo.

 

*****

 

Anaximandro de Cruz del Sur daba giros sobre sí mismo, bamboleándose en un movimiento hipnótico y estúpido, mientras que un furioso Ikki asestaba golpes sin ton ni son.

 

A pesar del rostro anciano del caballero de plata, este se movía con soltura y habilidad, deteniendo todos los golpes que el joven Fénix le lanzaba.

 

El sol ya había dado sus últimos chispazos de vida y la luna comenzaba a brillar. Las estrellas centelleaban como aviones y formaban las constelaciones que daban vida a los ochenta y ocho caballeros; podía verse a simple vista que algunas habían perdido su fulgurante luz, ya que hacía noches que no destacaban en el firmamento como antes. Aquel era el caso de Acuario o Tauro.

 

El choque de extremidades sonaba con fuerza entre las colinas cercanas y creaba un eco ensordecedor que espantaba a todos los animales del bosque. El polvo que se levantaba creaba una cortina alrededor de los hombres, que luchaban sin cuartel a pesar de ser aliados; para encontrar la fuerza de la Ambrosía debían ser constantes.

 

Los puños colisionaron y la batalla finalizó. Ikki, sudoroso y lleno de heridas, hincó la rodilla izquierda en el suelo, intentando no caerse. Con fuerte respiración, el Fénix apoyó su mano derecha en el firme; por su brazo se deslizó una gota de sangre que se mezcló con el polvo de la tierra.

 

Anaximandro, por el contrario, estaba de pie, expectante al próximo movimiento de su nuevo aprendiz. Su rostro apenas tenía un par de cortes producidos por algún golpe certero del bronce.

 

—Joven —habló el viejo—, no te ofendas, pero pareces hecho porqueria.

 

Aquel comentario sentó a Ikki como un disparo en pleno estómago. Intentó levantarse y lanzar un golpe, pero su magullado cuerpo le impedía siquiera tenerse.

 

—Mañana seguiremos —concluyó Anaximandro, dando la espalda al Fénix y yéndose de la llanura.

 

«Espero que las piedras manchadas de sangre por miles de años de guerra me recuerden por este esfuerzo. Pensó Ikki a la par que hacía acopio de todas sus fuerzas; sus piernas temblaban y la cabeza le daba vueltas al ritmo de una Samba»

 

Tan pronto como intentó dar un paso adelante, cayó de espaldas. Perdió la mirada en el cielo, en los cientos y cientos de estrellas que formaban algo tan bonito, casi de manera involuntaria.

 

«Estoy en la…» cerró los ojos sin terminar la frase y se durmió debido al cansancio.

 

Diez minutos después, en la extensa llanura en la que Ikki descansaba, se escuchó un taconeo veloz. Una mujer vestida con un peto morado cargó en sus hombros al exhausto Fénix.

 

 

Bien, al fin el capítulo XX de esta historia. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que publiqué que se me ha olvidado hasta de qué iba. He estado ocupado con los exámenes y, además, mi creatividad estaba en un pozo. Gracias a mi Beta Reader por tomarse la molestia de corregir este nuevo capítulo y espero que os haya gustado. Hasta más leer.


Editado por Gemini No P., 07 marzo 2016 - 16:48 .

ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#106 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 07 marzo 2016 - 22:05

Capítulo XX: Tóxico

 

-Reale y Lynch, y soy el caballero de Sagitario. me recuerda un poco

el nexo que existe entre los dorados de leo y sagitario

 

-Es sabido por todos que los negros sois violentos -----y luego dicen que el escritor racista es uno XD

 

-Que Reale caiga en una trampa siendo un novato es posible pero que a un dorado

también le suceda lo mismo es extraño

 

-Ikki siendo tratado  como aprendiz es algo muy fumado,esta bien que necesite entrenar

pero tampoco hay que exagerar


Editado por T-800, 07 marzo 2016 - 22:06 .

fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#107 SagenTheIlusionist

SagenTheIlusionist

    Ocioso las 23:59 horas.

  • 7,422 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 11 marzo 2016 - 21:44

Perdón por la demora, Gemini, acá está el comentario prometido :lol:
 
Capítulo 3
 
Desde un inicio pinta muy bien, mostrándonos a un fénix solo, vagando por el lugar. De pronto encontrándose con un enemigo. 
He de decir que me gustan las descripciones de los combates (creo que es porque no se hacerlas xD). Bueno, se presenta Mitsunari, un nuevo portador de espada (no quise volver a subir la página para ver el nombre correcto del rango, lo siento).
 
La espada del Mar de Llamas parece un gran arma. Su portador muy confiado; no voy a traer las estadísticas que dejaste en mi fic, pero creo que se entiende.
Muy buena la forma de sacarle la información al enemigo, ¡con el ataque de Ikki! xD 
 

 ...ni siquiera le había dado tiempo a ponerse la armadura en su cuerpo...[/size]

Es un poco redundante, ¿no te parece? :ninja:
 
PD:
Y sí, a quienes se enfrentó Ikki fueron a Capella y a Dante; pero estos tenían las cloths de Auriga y Cerbero respectivamente :ninja:


Si deseas leer un fanfic, puedes echarle un vistazo a mi historia, se agradecería:

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

                              "Los Reinos de Etherias"      Ya disponible hasta el Cap. 34

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

5GyqLYT.png


#108 ALFREDO

ALFREDO

    Miembro de honor

  • 2,665 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Libra
Desde:
Arica, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 20 marzo 2016 - 12:17

Que tal gemini-no P he leido el capitulo 4. Avanzando un capitulo al mes al menos juju, trato de no perder el hilo ya q he estado ocupado y desanimado, tanto como fiker como lector XD, pero ahora estoy regresando..

 

El capitulo fue muy intrigante, trataste de mantener la perscusion sobre la amenaza de los dos guardias imperiales en plena ceremonia q no esperaban al final se enfrentasen al santo de geminis, castor. Es un clasico nombre para los gemelos, veamos como lo desarrollas. 

 

Me llamo la atencion la mencion a Deuteros, eso quiere decir q en tu fic, la guerra santa del pasado fue la del LC y no el ND, por cierto supongo q en la tumba esta vacia, pues el cuerpo de Deuteros si mal recuerdo explotó por el choque de explosion de galaxias XD

 

Bueno trataré de  q la siguiente visita no sea tan demorosa nos vemos por tu fic o el mio.


fics2017_escena_sadica_by_bytalaris-dazo

FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes


#109 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 abril 2016 - 16:20

Primero de todo, paso a responder.

 

Sagen: Antes estaba bastante más orgulloso de mis capítulos anteriores. Ahora que he ido cogiendo soltura y cada vez escribiendo mejor, creo que puedo mirar con objetividad mi obra pasada. Todo lo que yo digo sobre otras obras también se puede aplicar a la mía, compañero. Tengo bastantes fallos, y se ven mucho más fácil en las obras ajenas que en las propias.

 

Soy muy seco para responder a comentarios, pero siempre os agradezco que paséis por aquí.

 

Mil gracias compañero.

 

Alfredo: Hola Alfredo. Ya veo que te has pasado, y no te preocupes por la regularidad. De hecho yo te debo una buena visita a ti, que ya me estoy pasando de listo. Y respecto a tu desánimo, no te preocupes, hay etapas buenas y etapas malas. Eres bastante bueno y confío en que puedes avanzar a paso de gigante.

 

Del capítulo IV estoy parcialmente orgulloso. La temática es bastante buena pero la narración tiene mucha flojera. Me fastidia mucho, pero atribuyo esto a errores de novato (ahora voy algo mejor). 

 

En esta historia habrá bastantes referencias a LC y el MO. Al fin y al cabo, son los reclamos de la gente jajajaja.

 

En fin compañero, un saludo y nos vemos por The Doom, que me toca ya.

 

 

 

Capítulo XXI: Zíngara

 

El viento aullaba lejano entre los árboles, que eran mecidos con suavidad, como una madre que acuna a sus hijos y les canta una nana para que se duerman. En el medio del bosque había una pequeña cabaña, construida con madera de pino viejo. Por sus ventanas se filtraba una luz tenue, proveniente de una chimenea en el interior de la estancia.

 

A pesar de no ser muy grande, la casita estaba amueblada con artículos caros: sillas de roble, cortinas de seda y encimeras de mármol hacían juego con el marrón acartonado de la pared. La cocina era amplia y limpia, ordenada con tesón, y el salón acogía una mesa de comedor enorme.

 

En una de las habitaciones descansaba Ikki. Los ojos de Fénix se abrieron despacio. Parpadeó tres veces y se frotó los ojos antes de intentar averiguar dónde se encontraba. Aquel lugar estaba a oscuras, y solo a través de las persianas bajadas se filtraban los rayos de la luz lunar.

 

Se apoyó en el cabecero de la cama y buscó en la pared algún interruptor para encender la bombilla. Sus brazos aún le dolían, lo que le hizo recordar que había combatido con Anaximandro. Antes de que encontrara lo que buscaba, la puerta de la habitación se abrió y la luz se encendió. Los ojos de Ikki, acostumbrados a la oscuridad, se cerraron de golpe por la molesta e incisiva luz. Fue abriéndolos poco a poco, haciéndose a la nueva situación.

 

—¿Ya estás mejor? —dijo una voz desconocida para el caballero.

 

Cuando pudo abrir del todo los ojos, contempló a una mujer con un peto morado que llevaba una bandeja de aluminio entre sus manos; en ella traía una botella de agua y un pequeño bote de alcohol.

 

Sin embargo, Ikki se quedó mudo ante el rostro y el físico de aquella chica: era igual que el de alguien que él conocía muy bien.

 

—Esmeral… —susurró en voz baja, perplejo ante la similitud.

 

«Pero no puede ser, ella está muerta y no tenía hermanas…» atormentado, Fénix clavó sus ojos color tierra en la figura femenina.

 

A pesar del claro parecido, aquella chica tenía tez oscura y pelo corto. Sus ojos marrones y su color contrastaban con unos dientes blancos que destacaban en su rostro. Su cuerpo, menudo y esbelto, se adornaba con unas curvas definidas y un físico admirable.

 

—¿Esmeral?, ¿qué es Esmeral? —La mujer dejó la bandeja en la mesita de noche y sacó de aquella una toalla; no le dio demasiada importancia a las palabras del caballero, ya que pensaba que deliraba.

 

La joven vertió el alcohol que traía en la toallita y la refregó contra las heridas infectas del caballero de Bronce. Aquel hizo un pequeño gesto de rechazo al tacto que creaba aquel líquido en su frente. Sin embargo el dolor no le importaba tanto como el escalofriante parecido de aquella mujer con el de la que una vez tanto amó: Esmeralda.

 

—¿Quién eres tú? —musitó el caballero con timidez, eso que a él tanto le faltaba.

 

—¿Yo? —respondió la chica inmersa en sus tareas de curación—. Aquí todo el mundo me llama Marie Curie, Marie Curie de Sextante.

 

—¿Marie Curie? —Ikki alzó una ceja, intentando averiguar el porqué de un nombre tan técnico.

 

—¿Qué? —cuestionó sin mirar a los ojos del caballero, enfrascada en la toalla y el alcohol—. Es una gran referente femenina.

 

Marie Curie había descubierto muchos años atrás el radio y el polonio, y era una de las mujeres más conocidas de toda la historia de la química moderna; desde luego que era una gran referente.

 

—¿Dónde estoy?

 

—En una cabaña al sur del Santuario —Marie dejó el trapo en la mesita y puso su mano en la frente de Ikki, apretando la herida—. No te muevas, durará tan solo unos segundos.

 

Deslizó sus dedos hasta dejar el índice sobre la herida que antes había curado. Después apretó con fuerza sobre la llaga, provocando una reacción dolorosa en Fénix. Cuando cedió la presión, el corte brillaba como si tuviese una película protectora encima.

 

—Ya está. Ahora, hasta que se cure del todo tendrás ese brillo extraño —La chica se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación, no sin antes mirar al joven a los ojos—. ¿Vienes a cenar? He hecho coles de Bruselas.

 

*****

 

Se escuchó un golpe seco que resonó por todo el templo de Aries. Podía verse un fulgor intermitente de vez en cuando, acompañado de un sonido metálico ensordecedor.

 

—¡¿Por qué?! —Argos chillaba como un loco mientras pisaba la cabeza del joven Kiki, que no podía hacer nada ante la presión; su cara, ensangrentada, enrojecía el mármol pulido del suelo del templo—. ¡¿Por qué le diste el poder de los Dioses a Fénix?!

 

Los ojos del caballero de Escorpio se habían teñido de un rojo carmín profundo; sus pupilas, dilatadas a más no poder, se clavaban con furia en el carnero dorado. La uña escarlata del Saint rozaba el cuello de Kiki, amenazando con cortárselo si no respondía.

 

Pero el carnero dorado no se amedrentaba ante la amenaza de su “compañero”. Sin contraatacar siquiera, encajaba con valentía los golpes enrabietados de Argos. Tras diez minutos de castigo intenso, Kiki había desfallecido sin poder resistir más; así había llegado a aquella situación tan desfavorable.

 

—¡Responde, estúpido niñato, o te convertiré en cabra troceada! —Enfurecido, Argos dio un pisotón limpio en pleno cráneo de Aries; un crujido, acompañado de un berrido atronador, hizo salir volando a los pájaros de los alrededores.

 

Apartó su pie de la cabeza del joven y le pateó el pecho, lanzándolo contra la pared del templo; unos guijarros mal sujetos en las bóvedas del templo cayeron ante la sacudida.

 

Apoyado en aquella pared, malherido y sangrando, Kiki veía, a causa de los golpes en la cabeza, el mundo distorsionado. Las columnas se deformaban de forma grotesca y lo que antes eran claraboyas o ventanas, rebosantes de luz, ahora las interpretaba como sombras o brillo gris. El dorado de la armadura de Argos se convertía en amarillo chillón burlesco, y su pelo negro ahora era azul marino.

 

El taconeo metálico que producían las botas del caballero de Escorpio resonaba por la estructura mientras aquel se acercaba al derrotado Kiki. Agarró al carnero por el cuello y lo suspendió en el aire mientras lo apretaba contra la pared, cortándole la respiración. De entre los labios de Argos se desprendió un hilo de sangre: tenía la mandíbula cerrada con tanta fuerza que sus encías no podían soportarlo.

 

—Es la última vez que te lo pregunto, ¿por qué se lo diste a él?

 

El carnero rogó con sus ojillos temblorosos que la paliza cesase. A pesar de ser un dorado, Kiki era un crío de once años poco curtido en batalla; el menos experimentado de la orden.

 

—Argos, ya es suficiente —Una voz que venía desde las sombras del templo distrajo la mente del escorpión celeste, que soltó de golpe al su presa. Kiki cayó al suelo dando un culazo, después fue deslizando su espalda por la pared hasta llegar al suelo; su cuerpo quedó completamente horizontal en el firme.

 

Escorpio se giró de manera abrupta. Buscó con sus ojos enrojecidos a la persona que hablaba. »Otra vez tú —pensó el pelinegro mientras dirigía la mirada a cualquier escondrijo que pudiese ocultar a alguien.

 

—¡No te ocultes, sal de las sombras! —Argos dio la espalda al maltrecho Kiki, que lejos de poder levantarse, observaba aquella escena—. Ya son muchos años de estar escondido…

 

El escorpión comenzó a caminar. De nuevo, el metálico taconeo de sus pasos creaba un eco que, acompañado de un silencio mortal, crispaban los nervios de cualquiera.

 

—¿No lo ves, Argos? —habló de nuevo la misteriosa voz; el eco del templo era tal que las ondas de sonido se propagaban por todas partes, siendo complicado para el Escorpio encontrar la fuente—. Te has convertido en lo que una vez juraste defender: eres un asesino, un monstruo.

 

—¡Cállate! —intervino el escorpión; pero de nada servían sus gritos, implorantes de silencio, de no escuchar de nuevo aquellas mismas acusaciones.

 

—A lo largo de los años —continuó la voz— he visto cómo asesinabas a gente inocente con esa armadura, manchada con sangre de niños, de ancianos, de mujeres.

 

Argos se puso las palmas de las manos en los oídos y comenzó a gritar, intentando no escuchar ninguna palabra más. De pronto se arrodilló y comenzó a llorar. Sus alaridos se transformaron en agudos sollozos; sus mejillas se humedecieron y unas lágrimas gordas se desprendieron por su mentón, cayendo al suelo.

 

—¡Eso es mentira, calla! —Cuando al fin pudo articular palabra, su voz se quebró como la de un niño que habla mientras llora—. ¡Yo no soy un asesino!, ¡soy un héroe!

 

Argos elevó su cosmos y con sus Agujas Escarlata arremetió contra todas las columnas de Aries, intentando silenciar a aquel que lo martirizaba. Mas fue inútil; no hubo ningún atisbo de movimiento. El escorpión se secó las lágrimas con la muñeca y se levantó hincando la rodilla derecha en el suelo.

 

—Solo quiere hacerme daño —susurraba el dorado con sus manos puestas en los ojos—, pero no lo conseguirá… ¡No! No lo harás… —Sonrió lúgubre mientras sus ojos de serpiente se volvían a fijar en Kiki.

 

*****

 

Hacía un día hermoso en Holanda. Los pájaros cantaban, el sol brillaba y los tulipanes, teñidos con miles de colores, hacían aún más vistosos aquellos campos infinitos. En medio de los extensos prados cubiertos de flores había un camino de tierra. Era imposible ver su final. Se alargaba más allá de los horizontes.

 

En medio de aquel hermoso paisaje había una pequeña cabaña hecha de madera. En su porche adornado con un pequeño cartel que ponía Atenea bendiga este hogar y una mecedora, también estaba el dorado de Piscis, Doro. Miraba con detenimiento una rosa azul, casi tan bella como el propio caballero.

 

»Tan insignificante y aun así tan bella… —Piscis rememoraba los viejos tiempos: su entrenamiento, su vida adolescente, así como también a su maestro.

 

Un chiquillo de pelo rubio corría por las calles de un pueblecito en Alemania con una margarita en la mano. Su sonrisa, falta de algunos dientes, le daba un aspecto tierno, como si, solo con verlo, diesen ganas de abrazarlo.

 

El cielo aturbonado reflejaba una tormenta inminente. El viento comenzaba a levantarse con fuerza; las hojas de los árboles eran mecidas con suavidad al principio y emitían un sonido relajante y ligero, para, a medida que aumentaba el vendaval, convertirse en un ensordecedor trueno que era capaz de romper tímpanos.

 

—Debo apresurarme —dijo el pequeño, agarrando el cuello de su camiseta, intentando protegerse del aire frío que se escurría bajo sus pobres ropas. Por más que el niño corría, la potencia del viento le empujaba hacia atrás, impidiéndole casi avanzar; su menudo cuerpo no era rival para las fortísimas ráfagas—. Mamá me reñirá si llego tarde.

 

En un momento, el viento elevó del suelo al crío. Asustado, no pudo más que patalear de manera inútil. Comenzó a llorar, intentando regresar al firme, pues le daba miedo estar suspendido en el aire. Mas sus esfuerzos eran en vano. Su cuerpo, sujeto a las leyes de la física, no podía hacer nada.

 

Aun llorando como un loco, el niño percibió en el aire el aroma de las rosas, esas que crecían en los prados alemanes en primavera. No se detuvo a pensar el porqué de esa fragancia en un frío día de noviembre; el miedo que tenía le impedía ser racional. Pataleaba con torpeza, intentando regresar al suelo. Para su desgracia, una vez que el viento se lleva algo, rara vez lo posa con delicadeza.

 

—¿Tan joven y ya queriendo volar del nido? —El perfume embriagador se hizo aún más cercano. El crío no asimilaba nada, tan solo pataleaba y lloraba. Pero se detuvo cuando frente a él, en el aire, había una figura cubierta por una capa oscura. En tan solo un instante, tanto el niño como aquella misteriosa persona se encontraron en el suelo de nuevo. El joven estaba en los brazos de un hombre que le había salvado estando en el aire.

 

»Qué bien huele —pensó para sí el zagal, observando el pelo azul celeste que se desprendía por el agujero de la capucha.

 

—¿Estás bien, enano? —preguntó el extraño mientras con su mano libre se dejaba la cara a la vista. Era una mujer, ¡no, un hombre!, pero era tan hermoso que se le podía confundir con facilidad.

 

—S… sí… —tartamudeó aún petrificado por el miedo, mirando con estupefacción el rostro perfecto de su salvador. Levantó la mano para tocarlo, pero enseguida desistió, controlando sus deseos primarios—. ¿Quién es usted?

 

—¿De veras quieres saber mi nombre? ¡Ah, qué honor, me siento como un famoso! —El hombre dejó al crío en el suelo a la par que le dedicaba una sonrisa socarrona—. Me llamo Afrodita —La capa dejaba a la vista una especie de vestidura, algo metálico que relucía como el oro. Llamó tanto la atención del pequeño que dirigió su mirada hacia ella con descaro, sin reparar demasiado en las palabras de su salvador.

 

—¿Eso que lleva usted es una… camiseta de oro? —La prenda hizo que la curiosidad del joven se despertase. Con ojos vivarachos, el relucir de aquel ropaje se convirtió en la principal ambición de un niño que solo había leído sobre tan preciado metal.

 

—Oh, ¿esto dices? —Afrodita se arrancó la capa con fuerza, como intentando darle más emoción al asunto. Aquella situación le hacía sentir como un auténtico superhéroe. Era tan vanidoso que incluso posaba para hacer aquella situación más moralizadora; simplemente le subía el ego—. Sí, es una armadura dorada —El dorado hizo especial hincapié en aquellas dos últimas palabras.

 

Al chiquillo se le caía la baba solo con mirar el relucir de aquella magnífica vestidura. Incluso veía su reflejo en el brillante oro que componía la armadura. Extendió una mano para tocarla, pues necesitaba sentirla con sus propios dedos. Era tan hermosa que no podía apartar su mirada de aquella maravilla. En cuanto la mano del chico se acercó a la Cloth lo suficiente, Afrodita le dio un golpe en ella.

 

—¡Quita! No sabes lo que cuesta mantener esta monada limpia —Aunque parecía ofendido, se notaba que Afrodita disfrutaba con aquella situación. No le importaba que el chico tocase la Cloth, pero sí quería sentirse superior, importante, como si fuese un superhéroe.

 

*****

 

Doro sonrió. Se había sumergido en su pasado mirando aquella magnífica rosa azul. La giró por su tallo, observando con admiración una creación divina. Algo tan hermoso como el cielo, el mar o la naturaleza.

 

De pronto sintió un ruido en el interior de la cabaña. Sin mover un músculo siquiera, dirigió su mirada a la puerta adornada con unas pintadas.

 

—El joven Pegaso debe de haberse despertado.


Editado por ℙentagram, 04 abril 2016 - 16:21 .

ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#110 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 abril 2016 - 19:26

Capítulo XXI: Zíngara

 

-asi que Marie Curie de Sextante se parece a Esmeralda,eso es algo curioso

 

-Argos actua como un demente,pobre kiki

 

-me extraña bastante que el fail de afro no haya muerto por esa tormenta XD

 

-al parecer seiya ya desperto


Editado por T-800, 04 abril 2016 - 19:26 .

fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#111 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

    Miembro de honor

  • 1,064 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 10 julio 2016 - 13:50

“Reale ni siquiera sabía a dónde le estaba llevando. A pesar de su conocimiento de aquellas tierras, pocas veces había pasado por allí. Las pocas sombras que había se retorcían de una manera siniestra y los animales evitaban aquella zona. Al atravesar cierto punto, el pasto amarillento se oscurecía, como si hubiese una línea divisoria.” Escribes de las pocas escenas que se leen con agrado en este foro, eso no lo olvides.

 

“—Es sabido por todos que los negros sois violentos”

 

 

200.gif

 

 

“—Esmerashundromeda negro… —susurró en voz baja, perplejo ante la similitud.” A estas alturas, debería estar acostumbrado. Que Esmeraldas y Esmeraldas con manubrio hay para aventar pa’rriba en el universo SS.

 

Argos es muy bueno, felicidades. Nigga de Leo promete bastante también. No puedo decir más, porque básicamente fue correcto. Iba a hablar más del encuentro con el asesino africano, pero cuando llegué al recuerdo de Doro encontré lo mejor que he leído de ti, de hecho, de lo mejor que he leído en la red.

 

El demonio, que no sé a bien que fue, que confronta a Escorpio; la paliza que recibió Kiki, la trampa en la que cayeron Leo y Sagitario, todo eso pasó a segundo plano con el flashback de Doro. Tan profundo, emotivo, enternecedor. Así veo a Afro, como un héroe vanidoso fiel a sus ideales. Así debe ser un encuentro entre un maestro y su pupilo. Te luciste, viejo; fue una grata sorpresa pararme por aquí después de tanto tiempo. Gracias.

 

Saludos.


qP07E5F.png?1


#112 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 21 agosto 2016 - 17:17

“Reale ni siquiera sabía a dónde le estaba llevando. A pesar de su conocimiento de aquellas tierras, pocas veces había pasado por allí. Las pocas sombras que había se retorcían de una manera siniestra y los animales evitaban aquella zona. Al atravesar cierto punto, el pasto amarillento se oscurecía, como si hubiese una línea divisoria.” Escribes de las pocas escenas que se leen con agrado en este foro, eso no lo olvides.

 

Pero viejo... ¿Te han echado? No veas cómo me jode, chico. Pero bueno, ya que fuiste tan cordial de dejarme tu último comentario (espero que vuelvas) en mi historia, estaré más que encantado de hacerte la respuesta.

 

“—Es sabido por todos que los negros sois violentos”

 

 

200.gif

 

 

“—Esmerashundromeda negro… —susurró en voz baja, perplejo ante la similitud.” A estas alturas, debería estar acostumbrado. Que Esmeraldas y Esmeraldas con manubrio hay para aventar pa’rriba en el universo SS.

 

Argos es muy bueno, felicidades. Nigga de Leo promete bastante también. No puedo decir más, porque básicamente fue correcto. Iba a hablar más del encuentro con el asesino africano, pero cuando llegué al recuerdo de Doro encontré lo mejor que he leído de ti, de hecho, de lo mejor que he leído en la red.

 

Gracias, Tetza. De hecho, Escorpio, en todas sus... ramas, es un tipo bastante impulsivo. Pero eso no me sirve. Necesito más, sacarle jugo a un signo que vale muchísimo la pena. Argos es alguien difícil de explicar con palabras, al menos ahora. Está claro que no es un tipo normal, y que necesita... una motivación.

 

El demonio, que no sé a bien que fue, que confronta a Escorpio; la paliza que recibió Kiki, la trampa en la que cayeron Leo y Sagitario, todo eso pasó a segundo plano con el flashback de Doro. Tan profundo, emotivo, enternecedor. Así veo a Afro, como un héroe vanidoso fiel a sus ideales. Así debe ser un encuentro entre un maestro y su pupilo. Te luciste, viejo; fue una grata sorpresa pararme por aquí después de tanto tiempo. Gracias.

 

Tus palabras me honran, Tetza. De verdad que recibir una crítica tan buena de alguien que se esmera tanto haciendo sus reseñas me llena de orgullo. Quiero "limpiar", si se puede decir así, el nombre de Dita, pues es un caballero bastante infravalorado. Todos piensan que es un tipo odioso e innecesario, pero yo quiero ver más allá en ese olvidado signo de Piscis, que tiene muy buenos representantes (para mí, Afrodita es el caballero más original de los doce originales).

 

Saludos.

 


ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#113 ALFREDO

ALFREDO

    Miembro de honor

  • 2,665 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Libra
Desde:
Arica, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 19 septiembre 2016 - 15:50

Como estamos gemini no-p.
Cuanto tiempo. Finalmente he podido retormar mis lecturas después de meses.

He podido avanzar dos capítulos mas. Tratare q para la prox visita sea en menos tiempo.

La trama no avanza mucho. Pero aprendemos a conocer mas a los nuevos personajes como castor de géminis y el samurai yakimura de la espada adyacente.

El geminiano me pareció bastante arrogante, no tenia respeto ni por sus antecesores. Ni por ikki q es un santo legendario. Me parece ilógico q lo vea como un bronceado. Pero en el final de la pelea reconoce su poderío y hasta le pide q le haga curasiones jaja. Así q hiciste bien en q agachara el moño en su primera pelea.

En cuanto al samurái en verdad q resulto ser duro de roer. Pero no note si puede pelear sin la espada...

Pues ikki y castor se unen para detener su espada y este quedo vulnerable a su merced Jeje.

Bueno espero no perderme tanto pa la prox. Nos vemos por tu fic o el mio.

Editado por ALFREDO, 19 septiembre 2016 - 15:52 .

fics2017_escena_sadica_by_bytalaris-dazo

FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes


#114 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

  • 7,050 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Geminis
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 septiembre 2016 - 14:31

Alfredo: Muchas gracias por tu pasada, compañero Alfredo. Hacía muchísimo que no actualizaba, desde... abril, probablemente. Tuve unos meses muy malos para la inspiración y la verdad es que perdí muchas ideas que tenía en la cabeza.

 

No te quiero decir nada más pues a medida que avances te irás encontrando con cosas nuevas. Muchas gracias por tu visita compañero.

 

 

Capítulo XXII: Impotente

 

Había pasado una semana desde que las constelaciones de Acuario y Tauro se habían apagado. Sus correspondientes guardianes habían dado la vida por conseguir la Hoja del Olimpo, el arma legendaria con la cual Zeus, el rey de los dioses, había terminado con la titanomaquia en los años de la Gran Guerra, que había enfrentado a Olímpicos contra Titanes.

 

La mayoría de dorados habían sentido la desaparición de los cosmos correspondientes a Andriev y a Máximo. Las Gold Cloths habían regresado a sus respectivos templos, guardando reposo hasta que un nuevo elegido, digno de vestir las armaduras sagradas, las equipase para defender al mundo de cualquier maldad.

 

Por el este del Santuario se alzaba el sol un nuevo día. Salía con timidez entre dos riscos, iluminando la piedra desgastada de los templos. El perfume de las rosas que rodeaban el Santuario llenaba el aire de una relajación impropia de aquella situación. La tensión podía respirarse. Los guardias vigilaban, lanza en mano, todos los accesos que llevaban al primero de los templos. Caballeros de bronce y plata, liderados por el Sumo Pontífice, formaban y se entrenaban en el Coliseo todos los días.

 

Apenas eran las siete de la mañana y ya se podía sentir el bramido del cosmos chocar en forma de puños capaces de romper el cielo, así como de patadas con fuerza para destrozar la tierra a su paso. El chirrido del bronce contra el bronce hacía eco en el coliseo, silenciando cualquier otro ruido.

 

En medio de la arena, el Patriarca daba órdenes a los jóvenes que, con gran entusiasmo, escuchaban lo que aquel hombre decía. Su melena roja danzaba al ritmo que les enseñaba los pasos básicos para defenderse y atacar. A pesar de estar embutido en aquella toga ataviada e incómoda, cuya antigüedad se remontaba a más de doscientos años, el Pontífice se movía con gran agilidad y estilo. Su casco dorado, adornado con una máscara igual a la que Saga había usado hacía ya cerca de quince años, se ajustaba a la perfección en su cabeza; por muchos movimientos bruscos que ejecutase, el yelmo no se desprendía.

 

—Pero, Gran Patriarca —interrumpió uno de los críos que escuchaban con detenimiento las palabras. Los demás le miraron con gesto de molestia; querían que aquel hombre terminase su explicación—. ¿Cómo se supone que se enciende el cosmos? —Pero al instante, los jóvenes asintieron y reiteraron la pregunta, algunos entre murmullos, otros gritando, deseosos de conocer el poder que los caballeros dorados tenían.

 

Aquella pregunta era justo la que estaba esperando el Pontífice. No se pudo ver por la máscara, pero había esbozado una sonrisa. Las miradas intrigadas de aquellos jóvenes, además de sus rostros ansiosos por conocer un secreto capaz de destrozar los átomos, le llenaban de satisfacción y de orgullo; estaba haciendo bien su trabajo. Sabía sin ninguna duda que los chicos que tenía justo en frente serían, algún día, afines al régimen de Atenea. Que incluso darían la vida, si fuese necesario, por defender a la diosa, o a cualquiera de sus compañeros.

 

—El cosmos —comenzó a hablar con voz grave y haciendo más recta su figura, poniéndose firme como un militar— es la concentración de la fuerza, el espíritu y la mente en el punto exacto en el que vas a golpear.

 

Todos cruzaron miradas de incertidumbre. Para ellos, aquellas palabras eran como la filosofía: simplemente no había quien se las aprendiese. No bastaba para saciar la curiosidad juvenil que albergaban en sus mentes, capaces de imaginarse cualquier cosa.

 

—Pero, Gran Patriarca, —De nuevo, otro chico saltó para preguntar, ante la pasividad de sus compañeros—, ¿qué significa eso?

 

El Kyōkō[i] suspiró. Tan fuerte lo hizo que algunos hasta se asustaron, por si se había enfadado debido a la corta comprensión de los chavales. El Patriarca cerró el puño y lo apoyó en una de las muchas columnas que había repartidas por la arena. Con solo el tacto de su piel con la fría piedra, el pilar se rompió en mil trozos que se desperdigaron por todo el suelo bajo la mirada iluminada de aquella decena de jovenzuelos.

 

Tras unos segundos de estupefacción, el coliseo estalló en aplausos. El sonido de las palmas opacó cualquier otro. Todas las miradas se enfocaban en el Sumo Pontífice, que, aparentemente, había “descubierto América”.

 

—Esto —dijo el Kyōkō, dirigiéndose de nuevo al grupo de aprendices—, esto es el cosmos para jóvenes ilusionados como vosotros. Pero en su control hay mucho más, mucho más que destruir rocas y matar malos porque “eso es para lo que estáis aquí” —Su tono reflejaba crudeza, queriendo hacer hincapié en la responsabilidad que inquiría aquel poder—. ¿Pensáis que la guerra es divertida, que es fácil? Pues no: la guerra es una porqueria, ¿sabéis? Muere gente que no debería por motivos que no alcanzaríais a comprender, ¡ni siquiera yo puedo!, ¿y sabéis qué es lo peor? Que no podéis hacer nada para evitarlo. —En el coliseo se había hecho un silencio sepulcral, solo el graznar de los cuervos y el sonido del viento, que silbaba con ganas, quitaban algo de incomodidad a aquel momento. Los que antes habían aplaudido, que eran la gran mayoría, ahora bajaban la cabeza, avergonzados por su comportamiento infantil—. Así que sabed que vosotros no sois el centro de este mundo, ni yo tampoco. Solo sois actores en un escenario, y vuestro papel no dura para siempre. El cosmos es algo más que “un instrumento para romper rocas y matar malos”.

 

Las palabras que el Sumo Pontífice había dicho, verdades para unos, mentiras y falacias para otros, calaron por igual en los corazones. Todos enmudecieron, sin atreverse a contradecir las duras declaraciones del líder, que tanto sabía y al que tanto respetaban. Alguno hizo atisbo de querer decir algo, pero pronto reculaba y bajaba la cabeza, dándole vueltas a todo lo dicho.

 

—Está bien. Volved al entrenamiento. —Finalmente, el Patriarca le dio la espalda al grupo y se dispuso a salir de allí. Todos asintieron y regresaron a sus puestos. Bajo murmullos y miradas discretas, el Kyōkō abandonó el coliseo.

 

Cuando se encaminaba a las escaleras que dirigían al templo de Piscis, un joven le detuvo.

 

—¡Señor, señor! —gritaba mientras se acercaba corriendo—. Disculpe usted mi atrevimiento, señor, pero…

 

—Yo te conozco —interrumpió el Patriarca con voz grave—, tú eres el hijo del mensajero… ¿Cómo te llamabas…? ¿Carlos…?

 

—¡Me llamo Carlomagno, señor! —Emocionado porque un hombre tan importante se supiese su nombre, el joven pegó un pequeño salto, haciendo aún más efusiva su respuesta.

 

—Cierto, cierto —respondió sin darle demasiada importancia; no era la primera vez que un aprendiz le paraba para preguntarle algo. Aunque fuese el hijo de una persona relevante en el Santuario, no podía perder su tiempo—. Lo siento joven, pero tengo prisa.

 

Carlomagno era un chico menudo y enérgico. Su rostro estaba lleno de pecas juveniles que le daban una apariencia gentil y vivaracha. Aquel joven tenía un algo especial, que hacía que te sintieses atraído por su simple manera de ser.

 

—Lamento ser molesto, pero tengo que insistir, señor. —El chico se plantó frente al Patriarca, frenando su avance—. Mi padre me ha dicho que le dé esto. —Con una gran sonrisa, Carlomagno sacó del bolsillo de sus pantalones, rotos hasta el hastío, una hoja de papel doblada muchas veces. El Kyōkō la cogió y la abrió.

 

Al momento de terminar la carta, el Patriarca ya estaba corriendo en dirección a la cámara, seguido de cerca por el joven.

 

*****

 

En China, el sol brillaba en su punto más alto. Los buitres danzaban alrededor de una ardilla muerta; su olor putrefacto atrajo a más de un animal oportunista, que, sin la piedad que caracterizaría una situación como esa, había roído las entrañas sanguinolentas del fallecido roedor.

 

El agua fluía por la cascada de Rozán, produciendo un sonido estridente y continuo cuando llegaba abajo y se mezclaba con la del lago, creando una espuma densa y blanca como las nubes.

 

En un saliente de la tremebunda cascada estaba Shiryu, sentado en posición de loto, con los ojos cerrados y vestido con una chaqueta de Judo blanca, abotonada hasta el cuello. Con sus brazos apoyados sobre sendas rodillas, y con los dedos pulgar y corazón hacía dos círculos.

 

«Maestro —se decía en su meditación—, la armadura de Libra sigue desaparecida. Hasta ahora nadie ha sido capaz de encontrarla, ni siquiera yo… —Shiryu frunció el ceño como fruto de su descontento.»

 

Unos pasos pesados, con ruido metálico, interrumpieron la concentración del santo de Dragón. Al estar ciego, no tuvo problemas en escuchar aquel sonido, que se distinguía bastante bien de los demás que había en el entorno. El no sentir ningún cosmos cerca le produjo un sentimiento de recelo. Giró la cabeza hacia la izquierda; sus pupilas blancas se clavaron en el lugar del que venía aquel inquietante avance.

 

—¿Quién va? ―balbuceó en un tono no muy alto, pero sí lo suficiente como para que aquel que avanzaba pudiese oírle sin problema; a pesar de la clara pregunta del joven dragón, no hubo ninguna respuesta.

 

El chino, molesto ante aquella intromisión tan desconcertante, se levantó. El agua caía por la cascada de Rozán, en un sonido constante y relajante, estampándose de forma brutal contra el suelo en una caída de al menos cien metros; la espuma se arremolinaba en su base gracias al torrente sin pausa de la cristalina y fresca agua que se deslizaba con parsimonia por aquella colina. Algunas gotas se perdían en el trayecto y acababan estampadas contra la espalda desnuda de Shiryu. La melena del dragón, mecida por un suave viento, iba de izquierda a derecha en un baile constante.

 

—¿Quién va? —volvió a preguntar, esta vez en un tono más restrictivo y amenazador. Y de nuevo, no obtuvo ningún tipo de respuesta—. Si sigues avanzando me veré obligado a atacar.

Pero el intruso hizo caso omiso de las advertencias. El avance de los pasos no se detenía, sino que se acercaba cada vez más y más al borde del risco. El dragón, ya alerta, decidió poner a prueba a aquel que se atrevía a entrar en sus dominios.

 

—¡Rozan Sho Ryu Ha! —exclamó el caballero de bronce con ímpetu. Una ráfaga de cosmos con forma de dragón salió de su puño derecho y se estrelló contra el suelo, dejando un boquete donde se podían escuchar aquellos molestos pasos.

 

­­­«¿Ya está? —se preguntó Shiryu, aguzando el oído para notar alguna perturbación en el ambiente, algo que delatase a aquel hombre o mujer que había penetrado en aquel lugar de culto».

 

Pero no; el taconeo metálico volvió a aparecer, y esta vez mucho más cerca: justo a su lado. Una gota de sudor frío recorrió la frente del dragón y murió en su ceja. Su respiración se agitó de forma súbita; había superado su velocidad en tan solo un instante y había logrado esquivar su ataque, y no solo eso, sino que estaba a un palmo de distancia. Shiryu, nervioso, golpeó donde escuchaba, pero de nuevo se topó con el aire que le rodeaba, como si su enemigo fuese invisible.

 

«Ha superado mi velocidad en dos ocasiones, con el segundo golpe a la velocidad de la luz… ¿Acaso este sujeto es capaz de superar la velocidad máxima en el universo? —El joven tragó saliva y se echó un paso atrás, girando sobre sus piernas y de frente a la cascada. Hasta aquel momento, su ceguera no le había impedido combatir; era la primera vez que sucedía algo similar. Colocó sus puños a la altura del pecho, creando una guardia».

 

Los pasos se detuvieron al borde del risco, a pocos metros de donde fluía el torrente de agua. Allí donde meditaba el viejo maestro…

 

—Siente esto, caballero legendario del dragón. —La tierra tembló de golpe, se fundió con un estruendo que levantó las rocas y el polvo del suelo. Shiryu, desorientado, alzó la guardia, pensando que en breves recibiría un ataque de aquel misterioso desconocido. Sin embargo, no fue así, y pronto comprendió el sentido de aquellas seis palabras.

 

—¿Has… invertido el sentido de la cascada… de un solo golpe? —exclamó el caballero de bronce sorprendido, sintiendo cómo, en efecto, el agua fluía en dirección contraria, consiguiendo lo que pocas personas a lo largo de su vida habían logrado: hacer que el agua fluyese en dirección contraria. Sin embargo, aquel hombre lo había hecho con un solo golpe, ni siquiera usando su propio cosmos—. ¿Quién eres?

 

—Me llamo Hwoarang, y soy el mensajero del Santuario, así como su actual santo de Libra. —La voz ronca de aquel hombre llamó la atención del joven, pero no tanto como la frase que había pronunciado.

 

—¿Has dicho… caballero de Libra?


[i] Palabra que hace referencia al Patriarca.


ib5Zs2uw_o.gif

Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#115 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 septiembre 2016 - 14:45

-Fue extraño que el Sumo Pontífice explique que es el comos no se supone que

cada aprendiz debe tener su propio maestro

 

-Es intrigante la escena de la  la carta

 

-Hwoarang parece tener un poder heroico XD


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#116 Tsakam Chuch

Tsakam Chuch

    Visitante

  • 8 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 25 enero 2017 - 15:05

interesante capitulo






0 usuario(s) están leyendo este tema

0 miembros, 0 invitados, 0 usuarios anónimos


Este tema ha sido visitado por 46 usuario(s)

  1. Politica de privacidad
  2. Reglas generales ·