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EL ASESINO DE LA ILUSION
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Guest_saintgeorge_*
, feb 28 2004 10:42
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#1
Guest_saintgeorge_*
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Publicado 28 febrero 2004 - 10:42
Estamos en los primeros siglos del segundo milenio de nuestra era. Nos encontramos en una época de caos y confusión, de persecuciones y muerte. El dolor y la peste atormentaban a la humanidad. Sin embargo, en Grecia, en una zona perdida, se encuentra el Santuario de Atenas, que aun lucha por conservar sus tradiciones. Una terrible lucha se desarrolló entre Atenea y sus Santos contra los malvados Gigantes, teniendo como resultado la total destrucción del continente de los alquimistas de Mu, quienes diseñaron los 88 ropajes originales. Sin embargo, un poder mas maligno amenaza a la Diosa Atenea y a la humanidad. Un poder capaz de acabar con la alegría y los sueños de la gente.
EL ASESINO DE LA ILUSION
Episodio 1: Las Lágrimas de Atenea
Santuario de Atenea.
Un Santo de Bronce ingresa al Templo de la Diosa Atenea, con restos de su ropaje, incontables heridas y a punto de colapsar en el suelo. Era el Santo de Bronce de Eridano, o lo que quedaba de él.
Eridano: “¡Tengo... tengo que ver a la Diosa!” “¡Es una... emergencia!”
El Santo de Bronce se desploma en la puerta de Templo de Atenea. En la puerta del Templo se encontraba uno de los doce Santos de mayor poder... ¡El Santo de Oro de Libra!
Libra: “¡Santo de Bronce!” “¡¿Quién te causó semejantes heridas?!”
Eridano: “¡¡Están muertos!!” “¡Todos están muertos!”
Libra: “¡¿A qué te refieres?!”
Eridano: “¡Sus cuerpos mutilados yacen lejos de aquí...!”
Libra: “¡¿Cómo?!”
Eridano: “¡Debo llegar hasta donde Atenea!” “¡Guardo mi último aliento para ello!”
Libra (dentro de si): “El Santo de Eridano no puede ni con su alma.” “¿Quién o qué ha atacado a los Santos de Bronce?”
Eridano: “¡...Atenea!”
El Santo de Oro de Libra ayuda a Eridano a ponerse de pie y lo conduce hasta el templo de Atenea. La Diosa se encontraba sentada en su trono, aun cansada por la lucha contra los malignos gigantes. Era alta y con los cabellos del color de oro, sus ojos verdes y hermosos no ocultaban el sufrimiento que sentía por los que murieron en Mu.
Finalmente Eridano llega hasta donde se encontraba la Diosa. Al verla se desploma.
Eridano: “¡Atenea!”
Atenea: “¡Santo de Bronce!” “¡¿Quién te ha atacado?!”
Eridano trata de levantarse, pero todo intento es inutil.
Eridano: “Señora... este es un estado de emergencia.” “Una nueva Guerra Santa esta a punto de empezar.”
Atenea: “¡¿Cómo dices?!”
Eridano: “¡Soy el único Santo de Bronce que queda con vida!” “¡Nueve de mis compañeros han sido cruelmente asesinados por los Guerreros Sanguinarios!”
Libra queda impactado al escuchar las palabras de Eridano.
Libra: “¡¿Cómo dices?!”
Eridano: “¡Los han mutilado ante mis ojos!” “¡No ha quedado nada de ellos!”
Atenea: “¡Santos de Bronce!”
Eridano: “¡El maligno enemigo se llevó sus cabezas decapitadas!”
Libra: “¡¿Pero tu sobreviviste, no es así?!”
Eridano: “Es porque ellos desearon que lo hiciera.” “Atenea, los Berserkers quieren beber tu sangre para lograr la inmortalidad.”
Libra: “¡¡Los Berserkers!!”
Eridano: “¡Tan solo tres de ellos asesinaron a mis compañeros!” “¡Quieren destruir nuestro Santuario en nombre del Señor de la Guerra!”
Eridano cayó al suelo y comenzó a gritar ferozmente.
Eridano: “¡¡Ahhh!!” “¡¡Ellos tan solo querían que te diera ese mensaje!!” “¡¡Ahora van a acabar conmigo!!”
Al decir esto el cuerpo de Eridano explota en mil pedazos.
La Diosa Atenea se queda consternada, y el Santo de Oro de Libra perdió el habla.
Libra: “Entonces, después de luchar contra los Gigantes, debemos derrotar al Señor de la Guerra.”
Atenea no soporto mas y golpeó el suelo. Incontables lagrimas cayeron de sus ojos.
Atenea: “¡¡Diez Santos de Bronce han muerto por el poder de los Berserkers!!” “¡¡Tal parece que la sangre no deja de correr en el mundo!!”
Libra: “¡Atenea!”
Atenea: “¡¡Es suficiente!!” “¡¡No permitiremos mas muertes!!”
El poderoso cosmos de Atenea empieza a brillar en la oscuridad de la habitación.
Atenea: “¡Si quien el esta detrás de esto, tendremos un combate mas cruel, incluso que contra Poseidon.”
Libra: “Pero nosotros tus Santos siempre estaremos de tu lado.”
Atenea cierra los ojos y mira el techo del templo.
Atenea: “Puede que este sea nuestra ultima batalla.”
FIN DEL EPISODIO 1
#2
Zeusu no Edoarudo Tenkai no Ou
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Publicado 28 febrero 2004 - 17:48
Hola saintgeorge!!
Interesante, muy interesante el comienzo de este fic...
Espero que sea tan bueno como el de The Saints.
Hasta el momento va bien la historia, ya estoy intrigado en ver si los Berserkers alcanzan el nivel de los santos dorados.
Saludos desde el Olimpo!!
ATTE: Zeusu no Edoarudo, Tenkai no Ou.
Interesante, muy interesante el comienzo de este fic...
Espero que sea tan bueno como el de The Saints.
Hasta el momento va bien la historia, ya estoy intrigado en ver si los Berserkers alcanzan el nivel de los santos dorados.
Saludos desde el Olimpo!!
ATTE: Zeusu no Edoarudo, Tenkai no Ou.
#3
Thong_Hu
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Titan Dorado
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Publicado 01 marzo 2004 - 11:00
Cuando publicas otro capitulo!!!!!!
Este tiene que ver algo con The Saint?????, son historias alternas????
Esta recién comenzando, pero se nota que va ser una historia interesante!!!
ezo!!!
Este tiene que ver algo con The Saint?????, son historias alternas????
Esta recién comenzando, pero se nota que va ser una historia interesante!!!
ezo!!!
Ki ki : Vas a usar la armadura de libra seiya?
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
#4
Guest_saintgeorge_*
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Publicado 01 marzo 2004 - 20:32
Hola muchachos:
Esta historia, no va a ser muy larga. Puede estar relacionada con The Saints, solo que sucede muchos siglos antes.
Desde ya les digo va a ser una historia oscura, cruda y con algo de dramatismo, muy distinto a lo que han visto de The Saints. No les aseguro que les guste, pero tiene un toque muy personal, y eso la hace algo especial.
Esten al tanto de un nuevo capitulo.
Jorge
#5
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Publicado 08 abril 2004 - 10:48
Estamos en los primeros siglos de nuestra era. Nos encontramos en una época de caos y confusión, de persecuciones y muerte. El dolor y la peste atormentaban a la humanidad. Sin embargo, en Grecia, en una zona perdida, se encuentra el Santuario de Atenas, que aun lucha por conservar sus tradiciones. Una terrible lucha se desarrolló entre Atenea y sus Santos contra los malvados Gigantes, teniendo como resultado la total destrucción del continente de los alquimistas de Mu, quienes diseñaron los 88 ropajes originales. Sin embargo, un poder mas maligno amenaza a la Diosa Atenea y a la humanidad. Un poder capaz de acabar con la alegría y los sueños de la gente.
EL ASESINO DE LA ILUSION
Episodio 2: Los Ejércitos del Odio
En una de las colinas apartadas de Atenas un joven se encontraba arrodillado desde hace muchos minutos frente a una cruz de madera. El llevaba puesto uno de los ropajes que distinguen a los Santos de Atenea.
Su nombre era Joseph. Se trataba de un Santo de Bronce: del Signo de Pegaso.
Joseph: “Hermanos de bronce.” “Puedo sentir sus lamentos desesperados desde el fondo de la tierra.” “¡¿Quién o que los despedazó de una forma tan terrible?!”
Joseph: “Llegue retrasado a la reunión.” “Tal parece que esa tardanza salvo mi vida.”
Las lagrimas comienzan a caer de los marrones ojos de Joseph.
Joseph: “¡Cómo quisiera tener el poder suficiente para destrozar a esos miserables!” “¡Acabaron con mis hermanos!”
De pronto un cosmos brillante y poderoso aparece. Un hombre con un cofre tras la espalda se hace presente.
Hombre: “Hubiera sido en vano Pegaso.” “Tu también hubieras muerto.”
Joseph: “¡Gabriel!”
Gabriel: “Puedo entender tu rabia Pegaso.” “Yo también siento un profundo dolor por la muerte de los Santos de Bronce.” “Pero entiéndelo, tu con tu minúsculo poder no puedes hacer nada.”
Joseph: “¡¿Desde cuando has regresado al Santuario?!” “¡Se decía que habías desertado de la Orden de los Santos de Atenea después de la lucha contra los Gigantes!”
Gabriel: “Asi es.” “Jure no luchar nunca mas como Santo de Atenea después de la destrucción del continente de Mu.”
Joseph: “Se dice que eres uno de los Santos mas poderosos.” “¿Por qué abandonas al Santuario?”
Gabriel: “La respuesta es muy simple.” “Pero tu con tu mente tan limitada no lo podrías entender Santo de Bronce.”
Joseph: “...”
Gabriel: “No le veo sentido a proteger este mundo.”
Joseph: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “La tierra esta infectada de gente malvada y ruin que quiere hacer sufrir a los mas débiles.” “Eso siempre ha sido así y por mas que nosotros luchemos nada cambiará.”
Joseph: “¡Gabriel!”
Gabriel: “Que mas da que alguien poderoso como Poseidon o Apolo destruya la tierra.” “Este mundo ya no tiene sentido.” “Y no voy a desperdiciar mi vida por el.”
Joseph (dentro de si): “Entonces era cierto.” “El había perdido las ganas de vivir luego del combate contra los Gigantes.” “Es alguien sin ninguna esperanza en el ser humano.”
Joseph: “¡¿Entonces vas a abandonar a la Diosa Atenea?!”
Gabriel: “Atenea es una mujer muy valiente y noble, creo que ya no debe sufrir mas por nosotros.”
Joseph: “¡Eres un cobarde!” “¡¿Cómo puedes darte por vencido luego de ver lo que hicieron con nuestros amigos?!”
Joseph se enfurece y lanza un golpe contra Gabriel quien lo detiene con un solo dedo.
Joseph: “¡¡Imposible!!” “¡Con un solo dedo!”
Gabriel: “Esta será la última pelea.” “Después todo terminará, definitivamente.”
Joseph: “¡No entiendo!” “¡¿Qué quieres decir?!”
Gabriel: “Los asesinos que mataron a nuestros hermanos.” “Voy a matarlos a todos, a cada uno de ellos.”
Joseph: “¡¿Sabes quienes los atacaron?!”
Gabriel: “Fueron los Berserkers.” “Si es que han venido es que una nueva guerra santa va a empezar muy pronto.” “¡Voy a derrotarlos yo solo!” “Será la última vez, lo juro”
Gabriel se aleja del Santo de Pegaso. Un cosmos dorado rodea al resentido santo.
Joseph: “No cabe duda.” “Se trata de uno de los doce mas poderosos.”
En un lugar perdido en el Reino Unido se esconde una fortaleza en la que ningún hombre ha entrado, porque se dice que encierra maleficios a todo aquel que se aproxime.
Dos hombres, armados por unos vistosos ropajes del color de la sangre ingresan por la puerta del castillo. Uno de ellos es de estatura normal y su cabello es negro y bastante largo, el otro tiene el cabello rubio y es alto como un árbol. Este ultimo lleva un saco agarrándolo por dos dedos. Detrás de estos hombres había un tercero, su cabello era rojo y se encontraba muy intranquilo desde hace varios minutos.
Los tres hombres ingresan a la fortaleza. El mas robusto coge el saco y lo golpea contra las paredes.
Colosus: “¡Aun no han sufrido lo suficiente!” “¡¡Quiero que lo sigan haciendo aun en el otro mundo!”
Colosus golpea, patea y pisotea el saco. El hombre de cabello negro se divierte ante lo que hace Colosus pero el tercero parece no prestar atención.
Luego Colosus vacía el saco y aparecen nueve cabezas decapitadas.
Colosus: “¡Pronto habrán mas cabezas de Santos de Atenea en este saco!” “¡Lo juro por mi señor!” “¡Aquelao y yo vamos a acabar con todos ellos!”
Aquelao, el hombre del largo cabello negro sonríe maliciosamente.
Aquelao: “Eso si es que nuestro jefe nos lo permite.”
El hombre que venia atrás, de cabello rojo hace un gesto con la mano, en señal de aprobación. En eso aparece un cuarto hombre desde uno de los cuartos del castillo, quien recibe con una expresión muy molesta a los Guerreros del Odio. Su cabello era blanco y estaba cubierto por un manto negro.
Este ignora a Colosus y a Aquelao y se dirige hacia su líder.
Hombre: “Eres un idiota, Caio.” “Tu y tus hombres.”
Caio: “¿Asi me recibes despues de años de no vernos, Simeon?”
Simeon: “¡Nadie te ordeno que tus hombres asesinaran a los Santos de Atenea!” “¡No es el momento para eso!”
Colosus: “¿No es el momento dices?” “¿Acaso nuestro Señor no ha anunciado su aparición en la tierra por primera vez desde la epoca mitologica?” “¡Debemos hacerle un recibimiento como se merece!”
Caio: “¡Colosus, callate!”
Caio: “Simeon, como lider de uno de los Ejercitos del Dios de la Guerra, yo decido las acciones que tomen mis hombres.” “Y yo respondo por sus actos.”
Simeon: “Caio...”
Caio: “Si bien nuestro Señor jamas ha aparecido en el mundo de los mortales, eso no significa que jamas haya estado dormido.” “Por el contrario, siempre ha sembrado el odio y la guerra en la tierra de Atenea.” “¡Ahora que los Santos se encuentran dolidos por el ataque de los Gigantes es el momento de exterminarlos para que este mundo pase a los dominios de nuestro Dios!”
Simeon: “¡El no ha autorizado ningún ataque contra el Santuario hasta su aparición!” “¡Y ahora con tu acto irresponsable los Santos de Oro sobrevivientes van a querer venir a atacarnos!”
Colosus: “¡Será una gran oportunidad para acabar con los pocos que quedan Señor!”
Caio levanta un dedo y crea una esfera de energía la cual va a explotar contra la barriga de Colosus, quien se arrodilla de dolor.
Caio: “¡¡Te dije que te callaras Colosus!!”
Colosus: “¡¡Auhhh!!” “¡Si, señor!”
Caio: “Quédate tranquilo Simeón, ninguno de mis hombres va a ejercer alguna acción ofensiva contra el Santuario, hasta dentro de seis días, al cabo de los cuales nuestro señor se hara presente.”
Simeón: “Eso espero.”
Simeon se retira del cuarto muy preocupado.
En eso un soldado raso ingresa al castillo y se arrodilla frente a Caio.
Soldado: “Señor hemos ubicado a uno de los Santos de Bronce en la zona en que asesinaron a los Santos de Bronce. Estuvo acompañado por un hombre muy poderoso, tal vez un Santo de Oro.”
Caio: “¡¿Un Santo de Oro?!”
Soldado: “Así es Señor.” “Cumplo con informarle.”
Colosus: “Señor si Usted dispone a bien, Aquelao y yo podemos encargarnos de esas basuras.”
Caio: “Humm no lo se, estaríamos poniendo nervioso al pobre Simeón.”
En la colina ateniense...
Joseph: “Amigos juro que nunca los olvidare.” “Peleare en su nombre y siempre defenderé a Atenea.”
Joseph: “¡Adiós!”
Joseph esta retirándose de la colina cuando su cuerpo es golpeado por una extraña onda de energía que lo hace caer al suelo.
Joseph: “¡Maldita sea!” “¡¿Quién fue el que me atacó?!” “¡Fue un cosmos impresionante!”
Dos figuras se aparecen del polvo que creó el ataque. Llevan ropajes rojos, como la sangre y pesados cascos.
Colosus: “Que decepción solo es un Santo de Bronce.” “¡Me basta con un dedo para destrozarlo!”
Colosus: “¿Qué dices Aquelao?” “¿Cuántos segundos crees que me demore en descuartizar a este indefenso niño?”
FIN DEL EPISODIO 2
EL ASESINO DE LA ILUSION
Episodio 2: Los Ejércitos del Odio
En una de las colinas apartadas de Atenas un joven se encontraba arrodillado desde hace muchos minutos frente a una cruz de madera. El llevaba puesto uno de los ropajes que distinguen a los Santos de Atenea.
Su nombre era Joseph. Se trataba de un Santo de Bronce: del Signo de Pegaso.
Joseph: “Hermanos de bronce.” “Puedo sentir sus lamentos desesperados desde el fondo de la tierra.” “¡¿Quién o que los despedazó de una forma tan terrible?!”
Joseph: “Llegue retrasado a la reunión.” “Tal parece que esa tardanza salvo mi vida.”
Las lagrimas comienzan a caer de los marrones ojos de Joseph.
Joseph: “¡Cómo quisiera tener el poder suficiente para destrozar a esos miserables!” “¡Acabaron con mis hermanos!”
De pronto un cosmos brillante y poderoso aparece. Un hombre con un cofre tras la espalda se hace presente.
Hombre: “Hubiera sido en vano Pegaso.” “Tu también hubieras muerto.”
Joseph: “¡Gabriel!”
Gabriel: “Puedo entender tu rabia Pegaso.” “Yo también siento un profundo dolor por la muerte de los Santos de Bronce.” “Pero entiéndelo, tu con tu minúsculo poder no puedes hacer nada.”
Joseph: “¡¿Desde cuando has regresado al Santuario?!” “¡Se decía que habías desertado de la Orden de los Santos de Atenea después de la lucha contra los Gigantes!”
Gabriel: “Asi es.” “Jure no luchar nunca mas como Santo de Atenea después de la destrucción del continente de Mu.”
Joseph: “Se dice que eres uno de los Santos mas poderosos.” “¿Por qué abandonas al Santuario?”
Gabriel: “La respuesta es muy simple.” “Pero tu con tu mente tan limitada no lo podrías entender Santo de Bronce.”
Joseph: “...”
Gabriel: “No le veo sentido a proteger este mundo.”
Joseph: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “La tierra esta infectada de gente malvada y ruin que quiere hacer sufrir a los mas débiles.” “Eso siempre ha sido así y por mas que nosotros luchemos nada cambiará.”
Joseph: “¡Gabriel!”
Gabriel: “Que mas da que alguien poderoso como Poseidon o Apolo destruya la tierra.” “Este mundo ya no tiene sentido.” “Y no voy a desperdiciar mi vida por el.”
Joseph (dentro de si): “Entonces era cierto.” “El había perdido las ganas de vivir luego del combate contra los Gigantes.” “Es alguien sin ninguna esperanza en el ser humano.”
Joseph: “¡¿Entonces vas a abandonar a la Diosa Atenea?!”
Gabriel: “Atenea es una mujer muy valiente y noble, creo que ya no debe sufrir mas por nosotros.”
Joseph: “¡Eres un cobarde!” “¡¿Cómo puedes darte por vencido luego de ver lo que hicieron con nuestros amigos?!”
Joseph se enfurece y lanza un golpe contra Gabriel quien lo detiene con un solo dedo.
Joseph: “¡¡Imposible!!” “¡Con un solo dedo!”
Gabriel: “Esta será la última pelea.” “Después todo terminará, definitivamente.”
Joseph: “¡No entiendo!” “¡¿Qué quieres decir?!”
Gabriel: “Los asesinos que mataron a nuestros hermanos.” “Voy a matarlos a todos, a cada uno de ellos.”
Joseph: “¡¿Sabes quienes los atacaron?!”
Gabriel: “Fueron los Berserkers.” “Si es que han venido es que una nueva guerra santa va a empezar muy pronto.” “¡Voy a derrotarlos yo solo!” “Será la última vez, lo juro”
Gabriel se aleja del Santo de Pegaso. Un cosmos dorado rodea al resentido santo.
Joseph: “No cabe duda.” “Se trata de uno de los doce mas poderosos.”
En un lugar perdido en el Reino Unido se esconde una fortaleza en la que ningún hombre ha entrado, porque se dice que encierra maleficios a todo aquel que se aproxime.
Dos hombres, armados por unos vistosos ropajes del color de la sangre ingresan por la puerta del castillo. Uno de ellos es de estatura normal y su cabello es negro y bastante largo, el otro tiene el cabello rubio y es alto como un árbol. Este ultimo lleva un saco agarrándolo por dos dedos. Detrás de estos hombres había un tercero, su cabello era rojo y se encontraba muy intranquilo desde hace varios minutos.
Los tres hombres ingresan a la fortaleza. El mas robusto coge el saco y lo golpea contra las paredes.
Colosus: “¡Aun no han sufrido lo suficiente!” “¡¡Quiero que lo sigan haciendo aun en el otro mundo!”
Colosus golpea, patea y pisotea el saco. El hombre de cabello negro se divierte ante lo que hace Colosus pero el tercero parece no prestar atención.
Luego Colosus vacía el saco y aparecen nueve cabezas decapitadas.
Colosus: “¡Pronto habrán mas cabezas de Santos de Atenea en este saco!” “¡Lo juro por mi señor!” “¡Aquelao y yo vamos a acabar con todos ellos!”
Aquelao, el hombre del largo cabello negro sonríe maliciosamente.
Aquelao: “Eso si es que nuestro jefe nos lo permite.”
El hombre que venia atrás, de cabello rojo hace un gesto con la mano, en señal de aprobación. En eso aparece un cuarto hombre desde uno de los cuartos del castillo, quien recibe con una expresión muy molesta a los Guerreros del Odio. Su cabello era blanco y estaba cubierto por un manto negro.
Este ignora a Colosus y a Aquelao y se dirige hacia su líder.
Hombre: “Eres un idiota, Caio.” “Tu y tus hombres.”
Caio: “¿Asi me recibes despues de años de no vernos, Simeon?”
Simeon: “¡Nadie te ordeno que tus hombres asesinaran a los Santos de Atenea!” “¡No es el momento para eso!”
Colosus: “¿No es el momento dices?” “¿Acaso nuestro Señor no ha anunciado su aparición en la tierra por primera vez desde la epoca mitologica?” “¡Debemos hacerle un recibimiento como se merece!”
Caio: “¡Colosus, callate!”
Caio: “Simeon, como lider de uno de los Ejercitos del Dios de la Guerra, yo decido las acciones que tomen mis hombres.” “Y yo respondo por sus actos.”
Simeon: “Caio...”
Caio: “Si bien nuestro Señor jamas ha aparecido en el mundo de los mortales, eso no significa que jamas haya estado dormido.” “Por el contrario, siempre ha sembrado el odio y la guerra en la tierra de Atenea.” “¡Ahora que los Santos se encuentran dolidos por el ataque de los Gigantes es el momento de exterminarlos para que este mundo pase a los dominios de nuestro Dios!”
Simeon: “¡El no ha autorizado ningún ataque contra el Santuario hasta su aparición!” “¡Y ahora con tu acto irresponsable los Santos de Oro sobrevivientes van a querer venir a atacarnos!”
Colosus: “¡Será una gran oportunidad para acabar con los pocos que quedan Señor!”
Caio levanta un dedo y crea una esfera de energía la cual va a explotar contra la barriga de Colosus, quien se arrodilla de dolor.
Caio: “¡¡Te dije que te callaras Colosus!!”
Colosus: “¡¡Auhhh!!” “¡Si, señor!”
Caio: “Quédate tranquilo Simeón, ninguno de mis hombres va a ejercer alguna acción ofensiva contra el Santuario, hasta dentro de seis días, al cabo de los cuales nuestro señor se hara presente.”
Simeón: “Eso espero.”
Simeon se retira del cuarto muy preocupado.
En eso un soldado raso ingresa al castillo y se arrodilla frente a Caio.
Soldado: “Señor hemos ubicado a uno de los Santos de Bronce en la zona en que asesinaron a los Santos de Bronce. Estuvo acompañado por un hombre muy poderoso, tal vez un Santo de Oro.”
Caio: “¡¿Un Santo de Oro?!”
Soldado: “Así es Señor.” “Cumplo con informarle.”
Colosus: “Señor si Usted dispone a bien, Aquelao y yo podemos encargarnos de esas basuras.”
Caio: “Humm no lo se, estaríamos poniendo nervioso al pobre Simeón.”
En la colina ateniense...
Joseph: “Amigos juro que nunca los olvidare.” “Peleare en su nombre y siempre defenderé a Atenea.”
Joseph: “¡Adiós!”
Joseph esta retirándose de la colina cuando su cuerpo es golpeado por una extraña onda de energía que lo hace caer al suelo.
Joseph: “¡Maldita sea!” “¡¿Quién fue el que me atacó?!” “¡Fue un cosmos impresionante!”
Dos figuras se aparecen del polvo que creó el ataque. Llevan ropajes rojos, como la sangre y pesados cascos.
Colosus: “Que decepción solo es un Santo de Bronce.” “¡Me basta con un dedo para destrozarlo!”
Colosus: “¿Qué dices Aquelao?” “¿Cuántos segundos crees que me demore en descuartizar a este indefenso niño?”
FIN DEL EPISODIO 2
#6
Thong_Hu
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Publicado 12 abril 2004 - 06:56
Realmente será una historia digna del Dios de la Guerra!!!
Muy buena!!, espero que los capítulos sean cada vez más intensos!!
Salu2
Muy buena!!, espero que los capítulos sean cada vez más intensos!!
Salu2
Ki ki : Vas a usar la armadura de libra seiya?
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
#7
SuSpIrItO-D-ViRgO
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Publicado 30 abril 2004 - 21:58
muy interesante espero tu proxima publicacion
TIEMBLEN ANTE EL AIRE CONGELADO QUE LO DESTROSA TODO
#8
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esta entretenida tu historia
#9
Guest_saintgeorge_*
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Publicado 03 junio 2004 - 22:07
Estamos en los primeros siglos de nuestra era. Nos encontramos en una época de caos y confusión, de persecuciones y muerte. El dolor y la peste atormentaban a la humanidad. Sin embargo, en Grecia, en una zona perdida, se encuentra el Santuario de Atenas, que aun lucha por conservar sus tradiciones. Una terrible lucha se desarrolló entre Atenea y sus Santos contra los malvados Gigantes, teniendo como resultado la total destrucción del continente de los alquimistas de Mu, quienes diseñaron los 88 ropajes originales. Sin embargo, un poder mas maligno amenaza a la Diosa Atenea y a la humanidad. Un poder capaz de acabar con la alegría y los sueños de la gente.
EL ASESINO DE LA ILUSION
Episodio 3: La Furia Contenida
Joseph, el joven Santo de Bronce que viste el ropaje de Pegaso, ha sido atacado de improviso por dos misteriosos guerreros, conocidos como Berserkers. Sus nombres son Colosus y Aquelao.
Colosus: “Que decepción solo es un Santo de Bronce.” “¡Me basta con un dedo para destrozarlo!”
Colosus: “¿Qué dices Aquelao?” “¿Cuántos segundos crees que me demore en descuartizar a este indefenso niño?”
Joseph: “¡¿Quién eres tu?!” “¡¿Acaso fuiste tu quien atacó a los Santos de Bronce?!”
Colosus: “Ja, ja, ja...” “Fue una gran cantidad de sangre vertida niño.” “¡Únete con ellos en el infierno!”
Colosus concentra su energía vital en su puño y golpea fuertemente en la barriga al Santo de Pegaso.
Aquelao: “Vaya, Colosus tal parece que lo vas a hacer sufrir un rato antes de matarlo.”
Joseph: “Este hombre solo ha utilizado una mínima parte de su fuerza para golpearme...” “¡Ahora entiendo porque asesinó a los Santos de Bronce!”
Colosus camina lentamente hacía donde se encontraba el caído Joseph.
Joseph: “¡Detente!” “¡Si continuas tu camino te pesara!”
Colosus: “Maldito niño...”
Joseph: “¡Vas a conocer mi poder!”
Colosus: “Ja, los otros Santos de Bronce que asesine eran mas poderosos que tu.”
Joseph se levanta del suelo y traza con sus puños las estrellas de su constelación protectora.
Aquelao: “Pobre tonto, esta tratando de frenar el avance de Colosus con us nimio cosmo.”
Joseph: “¡¡Ahhhhhhhh!!” “¡¡Estrellas Fugaces de Pegaso!!”
Colosus: “¡Oh!” “¡Que interesante!”
El poderoso Colosus detiene con un rápido movimiento de sus dos manos todas las Estrellas Fugaces de Pegaso.
Joseph: “¡No puede ser!”
Colosus coge del cuello a Joseph y lo levanta.
Colosus: “Voy a estrangularte niño.” “Y tu cuello se triturara tanto... que tu cuerpo sin cabeza terminara cayendo al suelo.”
Joseph: “¡Nooo...!”
Colosus: “Me preguntaste quienes somos y te lo diremos.”
Colosus: “Somos los Guerreros del Dios de la Guerra, Ares.” “Hemos venido, a este mundo por primera vez desde la creación del mundo de los hombres, por una decisión divina de nuestro Señor.”
Joseph: “... ¿Ahh?”
Colosus: “Si, hoy dentro de seis días, el Dios Ares vendrá a la tierra y dirigirá su ejercito de berserkers para destruir el Santuario de Atenea y tomar el control de este planeta.”
Joseph: “...Maldito...”
Colosus: “Dime pequeño... ¿qué puedes hacer tu en contra de ese destino?”
Aquelao: “Colosus, ese niño esta al borde de la muerte.” “Mátalo ya.”
Colosus: “Bien, voy a exprimir tu cuello.”
Colosus aumenta la presión en el cuello de Joseph, cuando emana un gran chorro de sangre.
Aquelao: “¡¿Quién fue?!”
Joseph cae al suelo tosiendo y tocando el cuello, mientras que Colosus quien fue golpeado sorpresivamente, se levanta.
Colosus: “¡Sentí una fuerte cosmoenergia que me atacó!” “¡Era como la garra de un poderoso león que me rasgaba el cuerpo!”
Joseph: “¡Es el cosmos de un poderoso Santo!”
Un hermoso brillo dorado aparece frente a los dos berserkers y al Santo de Pegaso. El hombre que llevaba una capa, tenia un ropaje de oro.
Aquelao: “¡Tu...!” “¡Tu eres un Santo de Oro!” “¡Y llevas el emblema del León Dorado!”
Joseph: “¡Gabriel!” “¡Has regresado!”
Gabriel, el Santo de Oro de Leo se presenta ante los Berserkers.
Colosus: “¿Asi que un Santo de Oro?” “Esto se pone emocionante.”
Gabriel: “Ustedes fueron las basuras que asesinaron a los Santos de Bronce.” “Tal vez me hunda con ustedes en el infierno, pero juro que antes les haré pagar todo el sufrimiento que ocasionaron a mis hermanos menores.”
Colosus: “¡¿Qué estas diciendo idio...?!”
Colosus no termino su pregunta porque un poderoso ataque de Gabriel de Leo impacto contra su rostro, destruyendo en pedazos su casco.
Colosus (dentro de si): “De verdad que es muy fuerte...” “Me recuerda al Señor Caio.” “No... no puede ser tan poderoso.”
Gabriel: “Si sabes rezar, entonces comienza a hacerlo.” “Te digo que pronto morirás...” “¡Y no solo tu sino todos tus compañeros...”
Colosus: “¡Deja de hablar tanto!” “¡¡Prueba mi Tornado Feroz!!”
Los dos poderosos puños de Colosus generan una corriente de aire y una poderosa corriente eléctrica, sin embargo tras ella... Gabriel se mantiene incólume...
Aquelao: “¡No puede ser!” “¡Nadie había resistido antes el feroz tornado de Colosus!”
Aquelao: “¡¿Quién es este Santo de Oro de Leo?!” “¡En su mirada percibo rencor... y odio mucho odio!”
Joseph: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “¡Te dije que ibas a morir!” “¡Y voy a cumplir mi promesa!”
Gabriel hace un rapido movimiento con sus dos manos y genera finismos haces de luz que penetran por el cuerpo de Colosus.
Colosus: “¿Con eso me ibas a matar?” “¡Ja, ja, ja!” “¡Ha sido muy refrescante!”
Gabriel: “Mira en que estado se encuentra tu cuerpo... idiota.”
Colosus: “¡Ehhh!”
Colosus observa que en su cuerpo aparecen pequeñas heridas causadas por los rayos de Gabriel. De estas comienza a emanar mucha sangre. Empezando de la tapa de los sesos, el cuerpo de Colosus y su rojo ropaje empieza a partirse en pedazos... en muchos pedazos.
Aquelao tiembla al contemplar el terrible poder de Gabriel.
Aquelao: “¡Increible!” “¡Hi... hiciste pedazos a Colosus en solo segundos!”
Gabriel: “Es el poder de los Santos de Oro...”
Aquelao: “Maldito...”
Gabriel: “No te preocupes... no te matare.”
Aquelao: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “¡Llévate los restos de tu compañero y diles lo que has visto a los otros berserkers!” “¡Yo desafió a todos ustedes!”
Aquelao: “¡No podras...!” “¡Por mas poderoso que seas... tu no... no podras!”
Gabriel: “¡Yo había decidido dejar de portar esta Tunica de Leo, pero ante su ofensa no puedo evitarlo!”
Aquelao no lo piensa dos veces y se retira del lugar donde se encontraban. En ese momento Gabriel ayuda al adolorido Joseph que sigue tocándose el cuello.
Joseph: “¡Has acabado muy fácilmente con ese guerrero!”
Gabriel: “Ese berserker ha huido hacía el norte.” “Muy bien entonces le perseguiré.”
Joseph: “Pero tu lo dejaste con vida para que alertara a los demás berserkers.”
Gabriel: “Lo hice con otra intención.” “Pronto sabrás porque.”
Gabriel: “Regresa al Santuario, y protégete.” “Dile a Atenea y al Santo de Oro de Libra que la Guerra Sagrada contra el cruel Ares ha empezado.”
Joseph: “Es muy difícil que lo alcances.” “Ya te lleva mucha ventaja.”
Gabriel: “Es posible...” “Pero igual...”
Rápidamente el poderoso Santo de Oro de Leo parte en persecución del derrotado berserker; el cual se encontraba en esos momentos mas cerca de su fortaleza, que de ser alcanzado por Gabriel.
Joseph: “Gabriel, de verdad que tu conducta me intriga.” “Desde la última batalla contra los gigantes algo ha cambiado en tu mirada.”
Joseph: “Como dijo ese berseker, hay mucho odio en tu mirada... odio y dolor, por todos los que murieron.”
Joseph: “Y miedo... por todos los que tal vez pronto morirán...”
Fin del Episodio 3
EL ASESINO DE LA ILUSION
Episodio 3: La Furia Contenida
Joseph, el joven Santo de Bronce que viste el ropaje de Pegaso, ha sido atacado de improviso por dos misteriosos guerreros, conocidos como Berserkers. Sus nombres son Colosus y Aquelao.
Colosus: “Que decepción solo es un Santo de Bronce.” “¡Me basta con un dedo para destrozarlo!”
Colosus: “¿Qué dices Aquelao?” “¿Cuántos segundos crees que me demore en descuartizar a este indefenso niño?”
Joseph: “¡¿Quién eres tu?!” “¡¿Acaso fuiste tu quien atacó a los Santos de Bronce?!”
Colosus: “Ja, ja, ja...” “Fue una gran cantidad de sangre vertida niño.” “¡Únete con ellos en el infierno!”
Colosus concentra su energía vital en su puño y golpea fuertemente en la barriga al Santo de Pegaso.
Aquelao: “Vaya, Colosus tal parece que lo vas a hacer sufrir un rato antes de matarlo.”
Joseph: “Este hombre solo ha utilizado una mínima parte de su fuerza para golpearme...” “¡Ahora entiendo porque asesinó a los Santos de Bronce!”
Colosus camina lentamente hacía donde se encontraba el caído Joseph.
Joseph: “¡Detente!” “¡Si continuas tu camino te pesara!”
Colosus: “Maldito niño...”
Joseph: “¡Vas a conocer mi poder!”
Colosus: “Ja, los otros Santos de Bronce que asesine eran mas poderosos que tu.”
Joseph se levanta del suelo y traza con sus puños las estrellas de su constelación protectora.
Aquelao: “Pobre tonto, esta tratando de frenar el avance de Colosus con us nimio cosmo.”
Joseph: “¡¡Ahhhhhhhh!!” “¡¡Estrellas Fugaces de Pegaso!!”
Colosus: “¡Oh!” “¡Que interesante!”
El poderoso Colosus detiene con un rápido movimiento de sus dos manos todas las Estrellas Fugaces de Pegaso.
Joseph: “¡No puede ser!”
Colosus coge del cuello a Joseph y lo levanta.
Colosus: “Voy a estrangularte niño.” “Y tu cuello se triturara tanto... que tu cuerpo sin cabeza terminara cayendo al suelo.”
Joseph: “¡Nooo...!”
Colosus: “Me preguntaste quienes somos y te lo diremos.”
Colosus: “Somos los Guerreros del Dios de la Guerra, Ares.” “Hemos venido, a este mundo por primera vez desde la creación del mundo de los hombres, por una decisión divina de nuestro Señor.”
Joseph: “... ¿Ahh?”
Colosus: “Si, hoy dentro de seis días, el Dios Ares vendrá a la tierra y dirigirá su ejercito de berserkers para destruir el Santuario de Atenea y tomar el control de este planeta.”
Joseph: “...Maldito...”
Colosus: “Dime pequeño... ¿qué puedes hacer tu en contra de ese destino?”
Aquelao: “Colosus, ese niño esta al borde de la muerte.” “Mátalo ya.”
Colosus: “Bien, voy a exprimir tu cuello.”
Colosus aumenta la presión en el cuello de Joseph, cuando emana un gran chorro de sangre.
Aquelao: “¡¿Quién fue?!”
Joseph cae al suelo tosiendo y tocando el cuello, mientras que Colosus quien fue golpeado sorpresivamente, se levanta.
Colosus: “¡Sentí una fuerte cosmoenergia que me atacó!” “¡Era como la garra de un poderoso león que me rasgaba el cuerpo!”
Joseph: “¡Es el cosmos de un poderoso Santo!”
Un hermoso brillo dorado aparece frente a los dos berserkers y al Santo de Pegaso. El hombre que llevaba una capa, tenia un ropaje de oro.
Aquelao: “¡Tu...!” “¡Tu eres un Santo de Oro!” “¡Y llevas el emblema del León Dorado!”
Joseph: “¡Gabriel!” “¡Has regresado!”
Gabriel, el Santo de Oro de Leo se presenta ante los Berserkers.
Colosus: “¿Asi que un Santo de Oro?” “Esto se pone emocionante.”
Gabriel: “Ustedes fueron las basuras que asesinaron a los Santos de Bronce.” “Tal vez me hunda con ustedes en el infierno, pero juro que antes les haré pagar todo el sufrimiento que ocasionaron a mis hermanos menores.”
Colosus: “¡¿Qué estas diciendo idio...?!”
Colosus no termino su pregunta porque un poderoso ataque de Gabriel de Leo impacto contra su rostro, destruyendo en pedazos su casco.
Colosus (dentro de si): “De verdad que es muy fuerte...” “Me recuerda al Señor Caio.” “No... no puede ser tan poderoso.”
Gabriel: “Si sabes rezar, entonces comienza a hacerlo.” “Te digo que pronto morirás...” “¡Y no solo tu sino todos tus compañeros...”
Colosus: “¡Deja de hablar tanto!” “¡¡Prueba mi Tornado Feroz!!”
Los dos poderosos puños de Colosus generan una corriente de aire y una poderosa corriente eléctrica, sin embargo tras ella... Gabriel se mantiene incólume...
Aquelao: “¡No puede ser!” “¡Nadie había resistido antes el feroz tornado de Colosus!”
Aquelao: “¡¿Quién es este Santo de Oro de Leo?!” “¡En su mirada percibo rencor... y odio mucho odio!”
Joseph: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “¡Te dije que ibas a morir!” “¡Y voy a cumplir mi promesa!”
Gabriel hace un rapido movimiento con sus dos manos y genera finismos haces de luz que penetran por el cuerpo de Colosus.
Colosus: “¿Con eso me ibas a matar?” “¡Ja, ja, ja!” “¡Ha sido muy refrescante!”
Gabriel: “Mira en que estado se encuentra tu cuerpo... idiota.”
Colosus: “¡Ehhh!”
Colosus observa que en su cuerpo aparecen pequeñas heridas causadas por los rayos de Gabriel. De estas comienza a emanar mucha sangre. Empezando de la tapa de los sesos, el cuerpo de Colosus y su rojo ropaje empieza a partirse en pedazos... en muchos pedazos.
Aquelao tiembla al contemplar el terrible poder de Gabriel.
Aquelao: “¡Increible!” “¡Hi... hiciste pedazos a Colosus en solo segundos!”
Gabriel: “Es el poder de los Santos de Oro...”
Aquelao: “Maldito...”
Gabriel: “No te preocupes... no te matare.”
Aquelao: “¡¿Cómo dices?!”
Gabriel: “¡Llévate los restos de tu compañero y diles lo que has visto a los otros berserkers!” “¡Yo desafió a todos ustedes!”
Aquelao: “¡No podras...!” “¡Por mas poderoso que seas... tu no... no podras!”
Gabriel: “¡Yo había decidido dejar de portar esta Tunica de Leo, pero ante su ofensa no puedo evitarlo!”
Aquelao no lo piensa dos veces y se retira del lugar donde se encontraban. En ese momento Gabriel ayuda al adolorido Joseph que sigue tocándose el cuello.
Joseph: “¡Has acabado muy fácilmente con ese guerrero!”
Gabriel: “Ese berserker ha huido hacía el norte.” “Muy bien entonces le perseguiré.”
Joseph: “Pero tu lo dejaste con vida para que alertara a los demás berserkers.”
Gabriel: “Lo hice con otra intención.” “Pronto sabrás porque.”
Gabriel: “Regresa al Santuario, y protégete.” “Dile a Atenea y al Santo de Oro de Libra que la Guerra Sagrada contra el cruel Ares ha empezado.”
Joseph: “Es muy difícil que lo alcances.” “Ya te lleva mucha ventaja.”
Gabriel: “Es posible...” “Pero igual...”
Rápidamente el poderoso Santo de Oro de Leo parte en persecución del derrotado berserker; el cual se encontraba en esos momentos mas cerca de su fortaleza, que de ser alcanzado por Gabriel.
Joseph: “Gabriel, de verdad que tu conducta me intriga.” “Desde la última batalla contra los gigantes algo ha cambiado en tu mirada.”
Joseph: “Como dijo ese berseker, hay mucho odio en tu mirada... odio y dolor, por todos los que murieron.”
Joseph: “Y miedo... por todos los que tal vez pronto morirán...”
Fin del Episodio 3
#10
Thong_Hu
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Publicado 04 junio 2004 - 08:54
Que bueno que continuaras con la historia, este capítulo estuvo genial!!, hubiese sido muy extraño que el Santo de Pegaso derrotara a los dos Berserkers, ya que ellos derrotaron a una gran cantidad de Santos de Bronce!
Espero que pronto publiques un nuevo capítulo
Espero que pronto publiques un nuevo capítulo
Editado por Thong_Hu, 04 junio 2004 - 12:26 .
Ki ki : Vas a usar la armadura de libra seiya?
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
Seiya: No lo hare, solo hay una persona en este mundo que merece llevar la armadura de libra, el es el principal personaje de los 88 caballeros y esa persona es el maestro, esa armadura puede dividirse en 6 diferentes pares de armas, 12 armas en total. Atena nunca ha aprobado que usemos armas desde la mitologia, pero hay una excepción, que es cuando el caballero libra, el maestro, piensa que es necesario, entonces si nos permite usar armas, solo por la justicia!!!
#11
Guest_Camuseiya_*
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Publicado 04 junio 2004 - 11:30
Solo te tengo una pregunta.
Por lo que veo esta historia parece sera un poco larga.
Pero tu dijiste que no va aser muy larga.
Pero esta tan buena y con tan buena trama que espero que sea larga
Entonces que tan larga sera???
Hasta ahora tu historia esta padrisima!!!!
Pero como que siento que seria una desepcion que sea corta!!
Salu2
#12
Guest_-Hk-_*
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Publicado 04 junio 2004 - 14:19
la historia ta muy wena... sigue adelante!
#13
Guest_HugoDegeminis3_*
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Publicado 15 junio 2004 - 16:35
En vez de empezar otra historia deberias terminar esta y despues comenzar con otra camuseiya por que la verdad tienes buenos principios pero no tienes un final.
Saludos
Saludos
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