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Némesis Divino I: El juicio de las Horas


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549 respuestas a este tema

#301 Vulcanus no Kentha

Vulcanus no Kentha

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Publicado 04 septiembre 2015 - 15:22

Dicen que lo mejor se deja para el final. Bueno en este caso no es así ahahhaahhaha como T-800 y Alfredo actualizan más rápido, te he dejado para el final Killcrom… si es un castigo ya lo has escuchado! Ahahahahahhaa ya aquí llego de nuevo después de no sé cuanto tiempo ):

 

12: En la primera parte el suspenso era el protagonista de la lectura. Saber si en verdad Theron moriría o no, me motivaba a leer cada vez más rápido ahahahahaha

 

Me intrigan un poco los sentimientos de Baltsaros, es bastante pesado e inclusive humillante con sus bromas, pero se nota que es una buena persona, hasta el momento es mi personaje favorito.

 

Con respecto a Astrea, ya se veía venir que había “algo” detrás de la corrupción del juicio de las horas. Ya siento ansías por saber quién es el enemigo final del fic, o al menos de esta primera temporada. La parte que más me gustó fue cuando Perseo tomó el pie de la chica, me imagino su cara de hombre herido y triste en plan “¿Por qué tengo que estar yo aquí?” aahahhahhaha

 

Fue un capítulo bastante largo y a la vez corto, sentí que fueron muy pocas cosas las que sucedieron, me hubiera gustado una paliza más extensa y con más movimientos xd pero bueeeno supongo que ahí si que se nos muere el buen Theron ahhahahaha

 

La segunda parte ¡Que te puedo decir! Fue impresionante. Esta vez el comentario no le he ido escribiendo a medida que avanzo que la lectura para aprovecharlo al máximo, porque en verdad es uno de los capítulos que más me ha gustado hasta ahora.

 

Todo el tema de Noctis (que entendí que era un fragmento de Nyx ¿O al revés?) me pareció muy bueno, aunque cuando se mencionaron las lenguas negras que salieron de los espejos pensé que terminaría… de otra forma… ahahahahahahhahahaha ya quiero ver las nuevas decisiones que tome, el cambio del nombre de horas a calamidades fue de los mejor.

 

El flashback de Astrea ya me es tan repetitivo como el recuerdo de Homero cayendo a un precipicio aahahhaahahha. Por otro lado el flashback de Niké, me pareció también muy conmovedor aunque debo reconocer que ya lo había predicho xD

 

Después con el tema de la batalla, ya te he dicho varias veces que las técnicas de Astrea no me gustan xD sin embargo esta vez mi opinión cambió bastante. De las peleas hasta ahora esta es mi favorita; sobretodo la parte donde el peso se compartía tanto para Theron como para Baltsaros. Ahí compruebo que te gusta torturar a tus personajes tanto física como psicológicamente ahhahahahah

 

Cuando llegó la armadura de Leo fue como… ¿Es una broma? Recuerdo como si fuera ayer cuando reclamaste porque en la batalla contra Timos apareció la armadura de Sagitario milagrosamente y gracias a eso no murieron todos xD (esta vez será un poco diferente jijijiji). No pero en serio, aunque fuera lo más predecible del mundo… aun así consideré que fue épico, inclusive más que el reencuentro de Death Mask con su armadura.

 

Lamentablemente no puedo seguir leyendo ahora, pero si pudiera creeme que lo haría que he quedado muy enganchado con la historia xD felicidades killcrom. Nos leemos pronto!!


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#302 -Felipe-

-Felipe-

    Bang

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Publicado 04 septiembre 2015 - 18:12

Hm... bueno Killcrom, verás, hago clases a niños de 8-9 años en el colegio. Escribo esto justo después de despedir a los niños a sus casas. Así que este capítulo me llegó.

 

Y como es tan breve, creo que voy a dejar unas palabras sencillas, pocas, con respecto a lo que puedo conservar en mi memoria de este capítulo, palabras que salgan del fondo de mi alma inexistente, y que puede que se contradigan irónicamente con la opinión negativa que tengo del manipulador personaje que es víctima en esta ocasión:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Enana HDP!

 

 

 

 

 

 

Sí. Creo que eso lo resume bien :)


Editado por -Felipe-, 04 septiembre 2015 - 18:13 .

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#303 Killcrom

Killcrom

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Publicado 06 septiembre 2015 - 18:04

-Empiezo a comprender porque la mayoría de patriarcas intentan eliminar a las reencarnaciones de athena cuando apenas son unas bebes,Ellos saben lo que les espera cuando tengan que educarlas

de niñas.XD y todo estos años pensando que saga era un malvado XDDD :s96:  :lol:

 

Ya sabes el dicho: "Educa a Atenea, decían... será divertido, decían...". XD 

La verdad es que es una auténtica *****. Es mala. Eso ya no son ni travesuras... 

La próxima parte será mucho mejor y más larga. A los pro-géminis podría gustarle... 

 

Gracias por comentar, amigo. 

 

(...)

 

Lamentablemente no puedo seguir leyendo ahora, pero si pudiera creeme que lo haría que he quedado muy enganchado con la historia xD felicidades killcrom. Nos leemos pronto!!

 

Me alegra leerte, amigo. La verdad es que me estoy comiendo algunas semanas. No es castigo, comprendo que prefieras leer antes los fics con más continuidad. Aun así, muchas gracias por pasarte. ¡Ya era hora de que vinieses! Pensaba que te había pasado algo, hombre... 

 

El día en que decida matar personajes no os lo vais ni a oler... Tengo alguna muerte pensada que va a ser... ¿WTF? 

 

El león tiene bastante trasfondo. Ya te digo que me salió demasiado guasón; debería haber sido más hiriente y menos chistoso. Pero bueno, le usaré como comic relief por ahora.

 

Con respecto a Therón de Perseo, el "sabía" a lo que se exponía. Firmó un contrato conmigo donde aparecía en letra pequeña lo que iba a sufrir a cambio de tener un papel protagónico en la saga. Algún día mostraré al mundo el contrato de Therón-Killcrom. XD

 

Nunca infravalores a un caballero de plata de Lord Killcrom de la Niña Atenea. Son mis favoritos y no los uso como carne de cañón... casi nunca. Veremos lo que sucede con él. 

 

Noctis es un fragmento de Nyx. En mi historia, Nyx es una fuerza no autoconsciente. Al desarrollar una consciencia, Noctis se desprendió de Nyx. Profundizaré más en esto cuando llegue el momento. Sí puedo confirmar, aunque es obvio, que Noctis es el enemigo de esta primera temporada.

 

Eso de las lenguas negras que imaginabas que terminaría de otra forma... ¿lo dijiste porque prometí tentáculos? Al final tendré que meter algo de esas cochinadas... ya verás.  :t420:

 

El cambio de Diké a Noctis y de Horas a Calamidades va a traer muchos problemas a los santos. Lo más grave es que ellos no tienen ni idea...  

 

Creo que ya es la última vez que tendrás que leer el flashback de Astrea. Sé que soy un pesado, pero te prometo que si lo repito es porque es MUY, MUY importante para la trama general de la historia.

 

Si aún no llegas al capítulo 13, puedo decirte que el combate ni empezó. Disfruta con garantías de que habrá mejores combates. Astrea se vuelve un poco sádica cuando se pone "malita". Pero eso es solo una excusa. Llevas razón en que me gusta torturar a mis personajes. Ya pronto viene la peor tortura. Creo que hasta yo lloraré re-redactándolo. 

 

Ah, lo sé... la armadura apareció y salvó el día. Es un maldito deux ex machina. Pero confía en que eso no ocurrirá contra ningún dios. Si no, que se lo pregunten a Iskandar. 

 

Lo de DM y su armadura fue hermoso, hombre. De lo "mejor" de SoG. Espero poder superarlo. El contenido de SoG es bastante mediocre, pero tiene algunos detalles muy buenos. 

 

No te preocupes. En este tema siempre serás bienvenido. Además, sabes que te debo miles de comentarios. Sé que tu reversión del Alcaesto será aún mejor. Cuando lo lea, te dejaré un comentario de esos largos y dolorosos. 

 

¡Abrazos y gracias, amigo!  :lol:

 

Hm... bueno Killcrom, verás, hago clases a niños de 8-9 años en el colegio. Escribo esto justo después de despedir a los niños a sus casas. Así que este capítulo me llegó.

 

¡Enana HDP!

 

 

¿De veras eres profe? Ya somos dos. La única diferencia es que yo doy clase a adolescentes de 13-17 años (secundaria). Y bueno, que estoy parado ahora mismo...

 

Me alegra mucho que un capítulo tan breve te haya llegado. Pensé que vuestra reacción sería "menuda porquería". Y no es para menos: mil míseras palabras, avance de trama muy escaso. Aunque es una parte que escribí con mucho cariño, sé que no es muy apasionante para el lector ver la vida diaria de Atenea-chan. Por eso me alegra en especial que te tocase esta parte.  ^_^

 

Ahora, sobre Alisha... sí, es una enana HDP y era mi intención reflejar eso en esta parte. Parece que lo logré, aunque Alisha siempre me lo pone fácil. La tercera parte del capítulo ahondará más en ello cortesía de Piscis. Es otro spoiler... maldición.

 

A propósito de Alisha... Si ella es capaz de tratar así a su "papá adoptivo", ¿cómo tratará a los enemigos cuando tenga que enfrentarlos? En los próximos capítulos os ofreceré más "joyas" de esta terrible cría. ¡Es adorable!

 

Gracias y un abrazo. Nos leemos pronto. ¡O en tu templo o en el mío!

 

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Editado por Killcrom, 06 septiembre 2015 - 18:45 .

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#304 unikron

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Publicado 06 septiembre 2015 - 18:45

buen capitulo



#305 Killcrom

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Publicado 07 septiembre 2015 - 18:09

Muchas gracias, Uni. Un gran abrazo. Aquí sigo.  :lol:


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#306 ALFREDO

ALFREDO

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Publicado 13 septiembre 2015 - 20:31

Acabo de leer el 12 por completo y la verdad, aunque fue muy revelador y emocionante leerlo, me dejo con algo de incertidumbre, como que no entendí algunas cosillas..

Primero nada, decir q de la narración y el dinamismo de estos últimos dos capítulos han estado muy bien. En cuanto a la trama, me agrada Dike se ha vuelto uno de mis personajes favoritos aunque para ti sea secundario, tratándola como una marioneta humana q casi me recuerda algo a pandora del clásico, creo q incluso yo la incluiré por ahí si es q me da espacio en mi fic.

Lo q si me llama la atención en como describes a dike de una forma muy sexy hasta con escote y vestida de rojo XD. No se supone q es una diosa virgen de la justicia, debería ser mas recatada. Aclárame esa duda, si es q lo interprete mal.

Otra cosa es q estaba leyendo vuestras respuestas  para comprender mejor el capitulo 12 y leí el mini spoiler q le diste a Felipe, pero como q lo encontré al revés el sentido q le das, Noctis reclama la justicia por no poder manifestarse en Laila, pero si Evander era plateado por qué corromper el juicio en contra de los golds. Como q me suena q hicieron lo correcto al cumplir con las ordenes en vez de perdonar al receptor de un dios, como suele suceder para evitar la guerra santa se asesina al receptáculo, pero siempre fallan, acá no lo hicieron y esta vez fue algo egoísta... wtf?

Los personajes q me desagradan son las horas XD, parecen la carne de cañón de tu fic. Por otro lado me sorprendió el alargue de Theron y Baltasar, como q esperaba q alguien los salvara me hubiera sonado más congruente q resistir toda la ira de astrea. Quizás sea un sanguinario y me creas q quería q sucumbieran como víctimas, pero me suena más congruente eso a q un plateado resista tanto a una dorada y otro no tanto al estar sin su cloth mas encima deteriorada. Aclárame el nivel de Theron...

Por último ahora Dike atrapada por las circunstancias se convirtió en aliada de Noctis-Nix. Si fuera el dios de la justicia yo no le hubiese encontrado la razón, pero haber como se desenvuelve esto. 

Saludos y disculpa si soy algo tosco, no olvides que tú puedes serlo también cuando leas mi fic, pero tenme consideración XD.

 

Nos vemos.


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FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes


#307 Killcrom

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Publicado 14 septiembre 2015 - 06:24

Acabo de leer el 12 por completo...

 

Buenas, Alfredo. 

 

No me molestas para nada. Estos son los comentarios buenos y de los que se aprende. Voy a tratar de resolver todas tus dudas. Ya prontito me paso a darle un vistazo a tu fic.  :lol:

 

1.- Intentaré que los próximos capítulos, sobre todo los de acción, sean más dinámicos aún. Creo que es fundamental en una pelea. No voy a hacer como mr. Kurumada que solo lanza intercambios de técnicas. 

 

2.- No es que Diké sea personaje secundario; tiene su papel en la trama, pero digamos que no se entera demasiado bien de lo que ocurre. Es una diosa encarnada en el cuerpo de una humana, y solo tiene dos datos:

       a) Un santo dorado le pidió ayuda.

       b) se cometió una injusticia con una diosa. 

Ante eso, Diké se decanta por hacer justicia en favor de la diosa. 

 

3.- Sobre la forma de vestir de Diké y su porte "sexy", es intencionado. Se supone que es la diosa de la justicia, sí, pero que yo sepa no hay alusión alguna a que sea virgen, y mucho menos a que deba ser... recatada. Ya me entiendes.  ^_^ Si lo has encontrado en algún lugar, compártelo conmigo, porque es un dato que desconocía. Aunque no creo que afecte demasiado, pues Diké no va a hacer cosas marranas. 

 

4.- ¿Es Diké una marioneta?

      a) En primer momento, creyó estar haciéndolo bien. Escuchó el lamento de un santo dorado, que rogó, desesperado, por ayuda. Todos sus camaradas habían muerto por su propio egoísmo. Pero como se intentará explicar en el futuro, no es un egoísmo maligno. Sería, por ejemplo, sacrificarse por salvar a un niño en vez de dejarlo morir y poder seguir peleando contra el mal. 

 

Imagínate: si los 12 santos dorados mueren por salvar cada uno a un inocente, salvarán a 12 personas que terminarán muriendo porque nadie podrá enfrentar al mal, ¿no? Eso fue lo que sucedió... más o menos.

 

      b) Ahora, aparece Noctis diciendo que los santos que le rogaron justicia fueron sus asesinos (la orden de guerreros de Atenea, en general). Mataron a Layla, que iba a ser su cuerpo, el ÚNICO cuerpo capaz de albergar a la noche, pues en este fic es tratada como una divinidad especial. Lo explicaré más adelante.

 

      c) Diké es una diosa, y para ella, que los hombres levanten la mano contra un dios es una afrenta. Como diosa de la justicia, acepta que la humanidad se defienda (Hades, Poseidón...) pero NO que ataquen de forma preventiva, que fue lo que hicieron contra el cuerpo de Noctis. Asesinaron a Layla antes de que esta tuviera oportunidad de defenderse. Y eso es injusto.

 

No fue un combate justo; ni tan siquiera se plantearon los santos si esa Layla les hubiera enfrentado en guerra santa. Fue un asesinato a traición, sucio. Y ante una ofensa así, Diké decidió apoyar a Noctis y condenar a los mortales, cosa que ya estaba haciendo porque desde el principio, Noctis estaba manipulando el Juicio de las Horas. 

 

Con respecto a la pregunta: ¿después de leer todo este ladrillo piensas que Diké es una marioneta? ¿Crees que Noctis confiará en Diké, o acabará por actuar de forma independiente? Eso no puedo decirlo...  :unsure: Pero como bien has dicho, las Horas son... carne de cañón.  :lol:

 

5.- El tema de la resistencia de Therón y Baltsarós es peliagudo. El santo de plata es una bestia; aguanta todo, como has visto. Un santo de plata convencional ya habría muerto. Pero él, no. Ahora, que no haya muerto no quiere decir que, si sobrevive, pueda volver a luchar... Baltsarós de Leo es otro mundo: su resistencia física es la segunda más alta entre todos los santos dorados (sin contar técnicas, obviamente). 

 

Aquí te pongo las fichas de Therón, Baltsarós y Astrea para que veas sus estadísticas. Podrás ver que Therón, como plateado, es bastante fuerte; Astrea, como dorada, es inexperta y es muy débil; y Leo es un santo sobresaliente. 

 

Spoiler

 

Que me he excedido con Therón: sí. Pero bueno... eso me lo tienes que perdonar.  :t420:

 

6.- Diké cree que está haciendo justicia, pero no olvides que Atenea es también diosa de la justicia, por lo que nuestra amiguita Alisha tendrá un papel muy importante ante este dúo de diosas: Diké y Noctis. 

 

Muchas gracias por tu comentario. No te has excedido, no te preocupes. Al contrario, te agradezco que me hagas ver los puntos donde no soy coherente. 

 

¡Abrazos y hasta dentro de un rato, que me toca actualizar!


Editado por Killcrom, 14 septiembre 2015 - 06:28 .

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#308 Killcrom

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Publicado 14 septiembre 2015 - 07:17

14 de septiembre, buen día para publicar la segunda parte del capítulo 14. Como ya he respondido a todos los comentarios, no diré mucho más. Disfrutad de esta parte, que viene con más revelaciones e incógnitas. Como prometí, es bastante más extensa que la primera.

 

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RESUMEN DEL CAPÍTULO 14, PARTE 1

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Alisha: llamada a ser Atenea en esta era, es una chiquilla algo caprichosa y malintencionada, pero entrañable.

Kishut: el Sumo Sacerdote del Santuario de Atenea y caballero de Capricornio. Aficionado al vino y la lectura.

Baltsarós: santo dorado de Leo. Conocido como el Príncipe Desertor.

Astrea: santa dorada de Virgo. Bastante Novata, pero con malas pulgas.

Therón: santo de plata de Perseo. Se dice que firmó un contrato con el autor de la obra para tener protagonismo, pero no leyó la letra pequeña y, a cambio, recibió una paliza de órdago. 

 

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(Capítulo 14: parte 2 de 3)

 

 

*  *  *

28 de enero de 1492

 

La Cámara de los Espejos era una de esas estancias que muy pocos conocían. Lo cierto era que apenas se utilizaba; se trataba más bien de un lugar reservado para los Sumos Sacerdotes. El Patriarca, Kishut de Capricornio, atravesó su umbral, ubicado en el corredor trasero del Ateneo. Tras cerrar la puerta, se halló en el centro de una habitación circular cuyo techo era una cúpula de piedra con una lámpara de araña colgante. Alrededor de esta había grabados de las ochenta y ocho constelaciones en dorado. El suelo, de mármol azul marino y vetas negras, pretendía imitar los tonos del cielo nocturno.

 

Los quince espejos circundantes, que hacían las veces de pared, reflejaban a Kishut por cada uno de sus ángulos. Él, conocedor de la mayoría de secretos del Santuario, palpó el cinturón de la toga papal y separó una parte de la hebilla dorada. Su forma de aguja encajó perfectamente en el lateral de uno de los espejos, que emitió un resplandor azulado e inundó la estancia en un mar de luz cálida.

 

El Patriarca avanzó a través del cristal, llegando a un corredor angosto apenas iluminado por una vela tímida, que colgaba de un candelero en la pared. Cuando la tomó entre sus dedos, la llama ardió entre vaivenes dorados, irradiando un resplandor más que suficiente para ver dónde ponía los pies.

 

Conforme caminaba, el corredor iba descendiendo y ensanchándose junto a la deprimente sobriedad con que había sido escarbado. Acabó por llegar a uno de esos rellanos que tan poco le gustaban.

 

«Escaleras de caracol. ¿Cómo no?»

 

El descenso era agotador, cuando no interminable. De hecho, aquella senda de escaleras daba vueltas, vueltas y más vueltas, hasta ubicarse bajo la falda de la parte trasera de la montaña de las doce casas, más abajo aún que el Coliseo, el templo de Aries y la cercana villa Rodorio.

 

Habiendo conquistado los incontables escalones, el Sumo Sacerdote se halló ante otro pasillo. Continuó la marcha por el único camino posible y llegó a lo que parecía ser un punto muerto. Allí tan solo había otro espejo; una pantalla de cristal reflectante y solitaria sobre la que había inscrito un círculo con caracteres griegos.

 

—En nombre de Atenea —invocó—, te ordeno que me permitas el paso. —El guante dorado de la armadura de Capricornio, bajo la toga papal, entró en contacto con el cristal, que se estremeció antes de iluminarse y desaparecer. Raudo, el Patriarca cruzó el umbral y se halló bajo el cielo, en el valle del Santuario. Un instante después, el espejo volvió a aparecer, esta vez al otro lado, entre rocas.

 

El pasaje de los espejos, como conocían muy pocos la ruta que acababa de hacer, era un acceso secreto que conectaba el Ateneo, cúspide de la ciudad santa, con el Bosque de los Susurros, en pleno valle. Cualquiera podría pensar que ese acceso supondía un peligro para la integridad de Atenea, pero para poder atravesarlo era necesario tocar el espejo-puerta con una armadura dorada y proferir el conjuro que Kishut acababa de pronunciar. Solo entonces la puerta, tan resistente como la más sólida de las armaduras, se abriría.

 

La noche se hallaba en apogeo cuando el Patriarca miró las estrellas. Debía ser ya de madrugada, pero desde el jardín previo al bosque era imposible ver la torre del reloj. Sin dilación, el hombre retomó la marcha, penetrando en la densa frondosidad de encinas, chaparros y arbustos. Tras un trecho de pasos sobre hierba y ramas secas, llegó por fin a un pequeñísimo claro en cuyo centro se erigía un pequeño mausoleo. Sus paredes eran apenas distinguibles a causa de la hiedra y el follaje, pero la oquedad que había en el lugar de la puerta no engañó al Pontífice, quien la atravesó.

 

Gracias a aquella vela mágica, cuya luz se alimentaba de forma exclusiva del cosmos de quien la llevaba, Kishut pudo distinguir la solitaria tumba que había en el centro. Sintió un nudo en el estómago y notó cómo la saliva se le acumulaba al fondo de la garganta. Se arrodilló y dejó la vara de luz a su lado. La oscuridad se hizo y le envolvió en un manto íntimo.

 

—Alisha —susurró—, mi salvadora, no sabes cuánto te añoro. ¿Qué harías tú en mi lugar?

 

Aquel era el pequeño secreto a voces del Patriarca, pues quien más y quien menos, había escuchado la historia de la mujer que había allí enterrada. En Rodorio ya se había convertido en el cuento con el que madres y abuelas quitaban el miedo a los niños: si por algún motivo se quedasen solos, la sacerdotisa Alisha les llevaría al Santuario, donde serían amados; donde podrían convertirse en santos al servicio de la justicia:

 

Érase que se era una sacerdotisa amable, tan buena y dulce, que no podía soportar el sufrimiento de los niños. Siempre devota a Atenea, recorría cielo y tierra llevando la buena nueva de que la diosa de los hombres había descendido y buscaba, con su amor, salvar a los desdichados.

                  

Un buen día, encontró a un pequeño solitario en un reino cruel y despiadado al sur de la Corona de Castilla. Iba a ser juzgado por ladrón. A nadie le importaba que aquella criatura, huérfana, no tuviera qué echarse a la boca.

 

La sacerdotisa Alisha pagó sus deudas y así le salvó la vida, pero fue aún más lejos llevándose al pequeño a vivir con ella. No sólo impidió que se le ejecutase, sino que le dio una nueva oportunidad: la de convertirse en santo de Atenea. Todos conocen a aquel niño, ahora el Patriarca del Santuario. Y es que la madre Atenea no olvida a los que sufren.

 

«Yo soy quien no te olvida —pensó Kishut—; quien te necesita cada día más. ¿Qué harías tú en mi lugar? ¿Cómo podría hacer que la señorita sintiese el mismo amor que tú me diste? Cada día la veo separarse del camino que tú me mostraste. ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Acaso no la quiero lo suficiente?

 

»Lo que ha hecho es tan solo una travesura más, pero de muy mal gusto. ¿De verdad la trato tan mal? Unas veces es tan dulce que tengo ganas de abrazarla, pero otras es sencillamente maligna. ¿He fracasado?

 

»Caph y Elvashak son dóciles y serviles. Teris es algo más revoltoso, pero sigue siendo un muchacho muy atento. Alisha es un terremoto: me rompe el corazón con su desprecio día tras día. Los quiero a los cuatro como si fueran mis hijos; los educo a todos, les enseño la importancia de amar, y solo los chicos parecen comprenderlo. ¿Por qué, mi salvadora? ¿Qué harías tú en mi lugar?

 

»Tengo ganas de llorar, pero no puedo. Soy el Sumo Sacerdote. En mis hombros recae la labor de convertirla en una diosa, y sin embargo… —una lágrima resbaló por la mejilla del cansado hombre—, sin embargo, me preocupa más que no sepa amar como tú.

 

»Soy un imbécil —concluyó tras enjugarse el rostro.»

 

Arrodillado y rezando como estaba, no sintió los pasos metálicos contra la fría piedra hasta que casi sonaron a su lado. Acompañados por un resplandor dorado, revelaron la inconfundible presencia de uno de los doce elegidos de la diosa: un santo de oro. ¿Era posible que le hubiesen seguido sin darse cuenta? Kishut levantó y se dio media vuelta para encontrarse con el visitante inesperado.

 

—Como imaginaba, se trataba de ti —dijo—. Licaón de Géminis. ¿Por qué me has seguido? ¿Acaso no puede tener un hombre un momento privado de reflexión? ¿Tenías que interrumpir mi ofrenda a esta humilde sacerdotisa?

 

—Como imagináis, no estoy aquí sin un motivo, Su Santidad. —El recién llegado se postró de rodillas para mostrar respeto, y agachó la cabeza—. Tengo un mensaje para vos.

 

Géminis siempre actuaba igual. Su quietud, su sola presencia, irradiaba un aura de malestar incluso entre quienes eran sus aliados. La lealtad que procesaba a Atenea era incuestionable, pero había algo en él que crispaba a quienes le rodeaban, fuesen santos o meros ciudadanos de Rodorio. El rostro tampoco le ayudaba a paliar la intranquilidad en quienes le trataban, pues sus ojos rojos, rasgados y siempre penetrantes, parecían buscar en lo más hondo del alma de aquello que mirasen, fuera animado o inanimado. Sus facciones, afiladas y rectas, le daban ese aire altivo tan suyo.

 

—¿Tan importante es tu mensaje que no puedes esperar a mañana? Estamos en la madrugada de un nuevo día, ¿no? ¿Por qué no simplemente esperas a que amanezca?

 

—Porque de hacerlo, mis noticias ya no serían noticia.

 

Áspero como la roca. Desde luego, Licaón era pésimo tratando con la gente —así lo decía todo el mundo––. No solía medir sus palabras y llegaba a ser directo e hiriente en ocasiones. No lo hacía con maldad, pero el caso es que lo hacía, y en más de una ocasión, Kishut había deseado responder con una buena bofetada a aquel impertinente joven. Aunque quizá joven no fuese la palabra adecuada, pues Géminis había sido así desde que Kishut llegó al Santuario siendo un niño, y al parecer desde muchísimo antes. Sin duda era mayor que él, ¡y eso que aquel mismo día cumplía los 54 años!

 

—¿Y qué es eso que no puede esperar? —Aunque molesto, la curiosidad le llamó a escuchar. Se fijó en los dos puntos morados y simétricos que había en la frente del santo. Se decía que era muviano. ¿Podía ser esa la causa de su aparente juventud eterna?

 

—Astrea, Therón y el Príncipe regresan. Hoy al amanecer, estimo, atravesarán las puertas del Santuario. Probablemente les recibas antes del mediodía. Es una buena noticia, ¿no?

 

—Así es. Astrea ha cumplido su misión. Me pregunto sí… —La duda hizo que su voz, endeble, se deshiciera en un murmullo casi silencioso.

 

—Hay algo más. ¿Era ella tan débil? —interrumpió—. No recuerdo que su cosmos fuese tan ridículo como el de su acompañante de plata.

 

—¿Ridículo? ¿A qué te refieres? —Kishut se encogió de hombros—. Tienes que comprender que es joven y apenas acaba de recibir la armadura de Virgo. Está muy verde aún, Licaón —las voces sonaban con eco en la pequeña y solitaria cripta, en penumbras—, aún tiene mucho que aprender.

 

—Se me da bien leer cosmos ajenos. El de Astrea no era así. Esa era la otra noticia que quería daros.

 

—¿Estás seguro?

 

—Sabéis que no suelo equivocarme. —Licaón asintió con la cabeza y tosió—. ¿Por qué os da miedo? Porque eso que siento en vos es miedo… No —se corrigió al instante—. El miedo es más salado. Diría que sospecháis de algo… o de alguien.

 

—¡Ya basta! —El Patriarca y santo de Capricornio estalló, enfurecido. No le gustaba que andasen hurgando en sus emociones—. No recuerdo haberte dado permiso para tratarme con esa confianza, Licaón. ¿Acaso ahora somos amigos? ¡Soy la cabeza del Santuario!

 

—Con el debido respeto, un líder que tiene que recordar a sus subordinados quién es, me avergüenza. Además, no recuerdo haberos aceptado nunca como Patriarca —añadió—. A pesar de todo, os tengo mucho aprecio, Su Santidad. Os conozco desde que vos erais un niño y esa mujer a la que rezáis, hermosa. Pero el tiempo pasa para todos, y ahora sois casi un viejo que no tiene más que dudas en el corazón.

 

»Os estoy ofreciendo consejo y me gritáis. ¿Es esa la sabiduría del Sumo Sacerdote?

 

Kishut guardó silencio y agachó la cabeza con el ceño fruncido. A pesar del tono rudo de las palabras, no halló maldad en ellas. Admitió para su fuero interno lo que intentaba negar cada vez que trataba con aquel hombre pelirrojo: no sabía nada de él; ni quién era realmente, ni por qué servía a Atenea como uno más, a pesar de tener la sabiduría de cien ancianos.

 

—Tus modales no anticipan tus intenciones, Licaón —recriminó Capricornio, molesto.

 

—Con el paso de los años he aprendido a decir lo que siento. Mis disculpas si os he ofendido. No quiero que penséis que no os tomo en serio. Es cierto que nunca apoyé vuestro ascenso a Sumo Sacerdote, pero por respeto a Atenea, os obedeceré. Al menos mientras vos sigáis siendo fiel a Atenea —aclaró—. Porque lo seguís siendo, ¿no?

 

—¿Qué estás insinuando, Licaón de Géminis? —Kishut le señaló con el dedo. Su rostro severo, cargado de rabia contenida, buscó los ojos rojos en la faz del muviano. En este solo encontró una sonrisa despreocupada.

 

—Creo que me pedisteis que no leyese vuestro cosmos. Hacerlo ahora sería desobedeceros —dijo, impávido—. ¿Debo hablar, o callar? Tened en cuenta, Su Santidad —enfatizó el título de Kishut—, que de vuestra respuesta depende que os ayude o no.

 

«¿Qué demonios quieres, Licaón? —Capricornio no dejaba de pensar, pero por más que lo intentaba, las palabras y las ideas se mezclaban con las imágenes en su mente. No comprendía—. ¿Ayudarme? ¿Qué ocurre? ¿Por qué me preguntas si soy leal a Atenea?»

 

—No entiendo. —El Patriarca optó por ser sincero. Jugar a las adivinanzas era divertido, pero solo cuando él mismo no era la marioneta—. ¿Podemos empezar a hablar claro?

 

—Como siempre, respondéis lo más sensato, Su Santidad.

 

—Tengo una petición. Es sencilla. Dejemos descansar a los muertos y salgamos al exterior, por favor.

 

El muviano asintió con un gesto solemne antes de dar media vuelta y caminar hacia el claro del bosque. Alumbrando todo a su alrededor gracias a la prenda de Géminis, detuvo sus pasos bajo una de las frondosas encinas. Apoyó la mano en el tronco y alzó la cabeza, como tratando de escuchar la voz de los árboles. Solo había silencio. Kishut le siguió con la vela mágica entre los dedos y paró a un par de pasos de él. Sombras enhiestas bailaban ante los constantes pálpitos de la luz que emitía Licaón.

 

—Queríais mucho a esa mujer, ¿verdad?

 

—Así es. Por eso llamé Alisha a nuestra señora Atenea.

 

—¿Por qué no simplemente llamarla Atenea? Al fin y al cabo, es su encarnación.

 

—Lo es —admitió; Capricornio no tenía intención de negar la verdad en las palabras de su interlocutor—, pero me pareció injusto no dejarla vivir como humana. Porque además de diosa, es humana. La bondad de Atenea proviene de haber experimentado la realidad de ser mortal.

 

—Dioses y humanos son seres antagónicos —declaró el pelirrojo—. Siendo así, Alisha es una diosa. Por mucho que haya encarnado en un cuerpo mortal, su naturaleza es diferente de la nuestra.

 

»Permíteme que te hable como a un amigo y no como a Su Santidad. Cree que puedo comprenderte, porque yo también me he sentido como tú; he visto a Atenea nacer, luchar y morir. Más de una vez. ¡No me mires de esa forma! —se mofó Géminis. Kishut era bueno fingiendo, y habría podido engañar a uno, doce u ochenta y ocho santos con la mueca de sorpresa que esbozó. A Licaón, no.

 

»¿Crees que no sé que has investigado sobre mí? Te lo diré ahora, solo para que lo escuches de mis labios. Será más agradable que mirarlo en los censos de la biblioteca, ¿no crees? ¿Cuántos has consultado? ¿A qué generación de santos te has remontado para encontrarme? —Ante el silencio que recibió por respuesta, volvió a preguntar—. ¡Vamos, dímelo! De verdad que te comprendo, Kishut.

 

—Voy por el año seiscientos quince —admitió el Pontífice—. Es la segunda lectura. ¡No he encontrado tu nombre ni una sola vez! El llamado Licaón no existe, y a pesar de todo, sirve a Atenea como el más devoto de los santos.

 

—Licaón existe, de hecho. Lo tienes delante de ti. De todas formas, no has podido consultar todos los Compendios Generacionales[1] porque más de uno se ha perdido… o directamente no existe —reveló.

 

—¿Quién eres? —El Patriarca ya no sabía qué pensar. El momento que había evitado por más de quince años estaba ante sí. ¿Descubriría por fin la identidad del caballero al que tanto recelo tenía? Dudaba que fuese un traidor, pero… tampoco tenía certeza de que no lo fuese.

 

—Dejémoslo en que he luchado en un par de guerras santas. Mi nombre no aparece en los anales del Santuario porque no soy un caballero legítimo. Soy una sombra, un sustituto —admitió. Aquello sonaba como una verdad a medias, pero Kishut dejó que siguiese hablando—. Bronce, plata, oro… me da igual.

 

Géminis chasqueó los dedos. El ruido súbito que emitió hizo que la armadura de Capricornio, bajo la toga papal que vestía el Pontífice, brillase.

 

—La armadura me reconoce. —Un segundo chasquido hizo que la prenda dorada empezase a vibrar sobre el cuerpo de su portador, que empezó a temblar a la vez que palidecía. El manto de oro destelló, y cerca de una veintena de saetas de luz se proyectaron hacia el cielo.

 

¡Kishut no podía creerlo! ¡Capricornio ya no estaba bajo sus ropajes! Cuando todas las flechas de luz se unieron sobre sus cabezas en una gran esfera brillante, el último destello desveló la efigie de la prenda sagrada, que flotaba descendiendo hacia el suelo y ensamblada en su característica forma de cabra.

 

¡Aquello era insólito! En su más de medio siglo, el Sumo Pontífice no había visto jamás algo parecido. Cuando la representación de Amaltea posó sus patas doradas en la hierba, Kishut miró estupefacto al mago Licaón.

 

—¡No es posible! ¡Tú eres… un alquimista! —La sorpresa hacía que sus palabras se atropellasen—. ¡Un alquimista!

 

—Así es —Géminis caminó hacia la efigie y posó la palma de su mano sobre la cabeza—. Supongo que sabiendo esto, no volverás a sospechar de mí.

 

El Sumo Pontífice del Santuario, avergonzado por todos los años que había estado ante un ser tan superior, se arrodilló, tomó la mano de Licaón entre sus dedos, y la besó. ¡Ahora lo comprendía todo! La inseguridad de hallarse ante él, lo pequeño que se sentía siempre que le hablaba, la aparente fidelidad hacia la diosa que veía en él… y el motivo de que no le hubiera encontrado en los Compendios Generacionales. ¡Era uno de los padres de las ochenta y ocho armaduras! ¡Un vestigio del conocimiento perdido de la era del mito!

 

—¡He sido un estúpido! ¡He sido un estúpido! —repetía una y otra vez—. ¿Cómo puedo compensarte… ¡No! ¿Cómo os puedo compensar por el trato que os he dado todos estos años?

 

—Levanta —ordenó el muviano—. Yo te estoy tratando como a un amigo, ¿no es así? Haz lo mismo.

 

A la vez que flexionaba las rodillas para erguirse, un sinfín de ideas se pasaron por su cabeza. Licaón decía ser torpe con las palabras, y no era precisamente el mejor hablando a otros, pero a la hora de orientar una conversación, era justo lo opuesto. El Patriarca se dio cuenta que ya desde el principio, cuando apareció a su espalda en el mausoleo de la sacerdotisa Alisha, el alquimista había previsto la charla que iban a tener.

 

—Escúchame bien, Kishut, al margen de ti y cierto bibliotecario, muy pocos saben quién soy en realidad. Si te he confesado esto es porque sé que una nueva guerra santa se avecina; porque sé que conviene que un líder conozca bien a sus soldados. Nadie —y reiteró con más énfasis aún—, nadie, absolutamente nadie, debe saber esto. Cuando llegue la hora, yo mismo se lo diré a la señorita Atenea.

 

—Lo comprendo.

 

—Era de ella de quien quería hablar antes de revelarte este pequeño secreto.

 

Un escalofrío recorrió el espinazo del Patriarca. Ahora que no vestía su armadura, sino que podía verla ensamblada ante sí, estaba expuesto a sentir en su propia piel las inclemencias del tiempo.

 

—Lo siento mucho, pero aunque no te guste, hay algo sobre ti y ella que quiero que sepas.

 

—¿De qué se trata? —Otro espasmo le sacudió raudo desde la rabadilla a la nuca. ¿Era posible que se hubiese dado cuenta? A pesar del frío, las axilas le sudaban, como descargando la tensión que padecía en aquel momento—. «No, por favor, que no sea eso…»

 

—No pensé en que fueses el mejor candidato para ser Sumo Sacerdote. Sabes que me opuse. No te pongas más en evidencia. Se te está yendo de las manos. La educación de Atenea corre a tu cargo. ¿Lo sabes? —Capricornio asintió y tragó saliva. No se atrevía a mover un músculo mientras esperaba la respuesta—. Estás fracasando. Lo estás haciendo mal.

 

—¡Yo mismo no comprendo lo que pasa con la señorita! —respondió aliviado. Por suerte, no había descubierto su pequeño secreto—. Mis pupilos lo aprenden todo, son educados, saben guardar la compostura… pero ella es diferente. A pesar del enorme talento que tiene, hay algo en ella que la convierte en… en una desobediente. —Kishut negó con la cabeza y suspiró—: «Es malhablada, altiva, prepotente, se duerme en clase, le gusta enfadarme, y creo que a veces disfruta haciendo daño a los demás» —añadió tan solo en sus pensamientos.

 

—La desobediencia se cura con disciplina. Es eso lo que quería decirte. Eres muy blando con ella. Como Sumo Sacerdote, debes tener mano dura —Licaón se veía serio—. ¿Sabes lo que puede ocurrir si nuestra diosa, la cabeza del Santuario, no actúa como es debido?

 

—La destrucción de la humanidad. La pérdida de toda esperanza —Kishut lo sabía. La última guerra santa contra Hades había sido una catástrofe. Tan solo un milagro fue lo que permitió que acabase en una tregua. Esa fue la lección que aprendió siete años atrás, cuando viajó a Sinigrado en una misión. Pensó que quizá debería contárselo a la señorita Atenea en una de sus lecciones…

 

—Sé más estricto. Cuéntale lo que ocurrió si quieres —sugirió Géminis, como si le leyera el pensamiento—. Quizá aprenda algo de ello.

 

»Su Santidad —dijo, recobrando el tono formal—, nuestra relación debe seguir como ha sido hasta ahora. Pondré mi confianza en vos… por el momento. Me marcho a dormir. Deben ser ya casi las cinco de la mañana. Dormid vos también, o estaréis cansados para recibir al Príncipe.

 

El muviano pelirrojo se alejó del Patriarca y caminó por el bosque hasta que incluso la luz de su armadura se perdió tras la frondosidad. Kishut quedó de pie, mirando a Capricornio y ensimismado en sus pensamientos. Había pasado miedo, mucho miedo. Lo que descubrió aquella noche resultó ser una revelación inesperada… y estaba el pequeño detalle que acababa de dejarle aún más extrañado:

 

«Todos conocen a Baltsarós como el Príncipe Desertor, pero él le ha llamado Príncipe, a secas. ¿Acaso sabe que fue orden mía que abandonase el Santuario?»

 

Licaón, el alquimista, era alguien con quien debía tener mucho cuidado. Tenía que repasar demasiadas cosas de la conversación, por lo que permaneció un rato a la luz de las estrellas antes de volver a sus aposentos. Sin duda, no conciliaría el sueño esa noche.

 

--------------------------------------

 

[1] De acuerdo con Licaón, este es el título que reciben todos y cada uno de los censos existentes de Santos de Atenea.

 

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¡Listo! Sólo una parte más para terminar este capítulo de transición, que espero os esté gustando. Aún queda la aparición de otro groso, como dirían los amigos de Argentina.

 

¡Abrazos para todos!


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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#309 -Felipe-

-Felipe-

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Publicado 14 septiembre 2015 - 18:39

1. Interesante lo del pasaje al bosque. Por lo que entendí, en tu montaña las doce casas no están dando vueltas a su alrededor, sino que están todas en la cara de adelante, como en el animé clásico o el Canvas, ¿verdad?

 

Pero no entiendo, ¿no se puede llegar a ese bosque por alguna otra parte del valle tras la montaña? ¿Solo se puede acceder subiendo y bajando todo el cerro?

 

2. Aún más interesante esta sacerdotisa llamada Alisha. También. ¿Por qué está enterrada en esa parte tan oculta del Santuario? ¿Cuál es el trabajo de una sacerdotisa, fue algo así como una Sumo Sacerdote femenina?

 

3. Ah... la niña que es tan dulce que dan ganas de abrazarla y revolverle el cabello, pero a veces tan mala que dan ganas de cortarle el cuello. Tengo unas cuantas así bajo mi cargo xD

 

4. No entendí (o no recuerdo, lo lamento si es así), ¿Quién son Caph, Elvashak y Teris, y porque las cuida el Kyoko?

 

 

5. Espera, ¿Géminis tiene más de 54 años? Eso significa que es el Dorado más viejo del Santuario... y en la historia de la franquicia, solo superado por Ionia y Dohko, pero esos son casos especiales xD

Ok... terminé la lectura. Licaón es viejo, por lo que entendí. MUY viejo, ¿quisiste dar a entender que es uno de los constructores de armaduras? Eso significa que es más viejo que Dohko, Shion, Ionia y Krest juntos xDDD

 

6.

Licaón era pésimo tratando con la gente —así lo decía todo el mundo––

No estoy seguro, ¿pero el "así" no debería ir con mayúscula y tras un punto -después de gente-?

 

Así es. Astrea ha cumplido su misión. Me pregunto sí…

Se te quedó una tilde de más ahí, parece.

 

 ¿Qué demonios quieres, Licaón? —Capricornio no dejaba de pensar, 

No es ningún error, pero creo que suena mejor "no dejaba de pensar Capricornio".

 

Cree que puedo comprenderte, 

"Creo".

 

7. Géminis es un personaje extraño -como 7 de 8 géminis en la franquicia-, pero muy interesante y atractivo de leer, aunque ya hubo indicios en capítulos pasados cuando se encuentra con Astrea. "El miedo es más salado"... Ok...

 

—Con el debido respeto, un líder que tiene que recordar a sus subordinados quién es, me avergüenza. Además, no recuerdo haberos aceptado nunca como Patriarca —añadió—. A pesar de todo, os tengo mucho aprecio, Su Santidad. Os conozco desde que vos erais un niño y esa mujer a la que rezáis, hermosa. Pero el tiempo pasa para todos, y ahora sois casi un viejo que no tiene más que dudas en el corazón.

OMFG! O.o

 

Igual, da para preguntarse por qué eligieron a Kishut como Pope y no al más viejo. De hecho, ¿quién eligió a KIshut, y hace cuánto? ¿O es spoiler?

 

 

 

 

 

En fin. Impresionante y muy interesante capítulo, uno de los mejores que te he leído. Curioso que en este universo, Virgo sea la más joven, dulce, novata y humana; mientras Géminis (su contraparte natural en SS), es el más viejo, serio, frío, sabio y... muviano. No sé, tiene poco de humano este tipo, estoy ansioso por saber más de él. Podría convertirse en mi favorito del fic junto con Astrea.

 

Saludos.


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#310 Lunatic BoltSpectrum

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Publicado 14 septiembre 2015 - 18:53

como siempre muy buen capitulo  muy interesante la  conversacion en esta parte del capitulo

 

saludos

 

:s50:



#311 Patriarca 8

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Publicado 14 septiembre 2015 - 22:15

-Asi que el geminis de tu fic le quito el puesto de mayor edad a Ionia,dohko y Krest XD

 

-Aunque haya revelado parte de su pasado sigue siendo intrigante es la clase de personaje que puede ser un poderoso aliado o un terrible adversario

 

-Concuerdo con sus consejos,la athena de tu fic por muy humana que sea debe empezar tomar conciencia de sus responsabilidades o de lo contrario tendrá peor fama que saori jajaja

 

Spoiler


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#312 unikron

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Publicado 15 septiembre 2015 - 14:21

buen capitulo ese geminis es muy intrigante



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Publicado 19 septiembre 2015 - 11:22

Por fin me gusta un géminis :o Sugoi!!! Licaon tiene ese aire de seriedad que impacta y de una u otra manera su falta de filtro me gusta, buen toque. Conozco a alguien como Alisha capaz de hacer llorar hasta el mas rudo... mocosa

Buen capitulo, no hay mucho de que hablar pero sin dudas excelente capitulo, esperando con ansias el siguiente. Un abrazo psicologico Killcrom

#314 Tetzauhteotl

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Publicado 24 septiembre 2015 - 12:54

ALISHA RLZ XDDD!! Es lo que le falta a muchas obras, tanto amateur como profesionales: personajes encantadores. Esta mini harpía es un encanto y podría leer sus travesuras por horas.

 

Estaba embelesado con tu hija, mi buen Kill, cuando noté el detalle de la luna, ¡tienes razón!, hubo luna nueva a finales de enero de ese año. Esos detalles poco se notan pero hablan bien de tu compromiso con tus letras.

 

«¿Y ahora qué?» XDDD, ¡es que esta niña es única!, es igual de irresponsable que Saori solo que con encanto.

 

«Me ha pillado.» ¡Nooo, si parecía el crimen perfecto! Viejo, no me había reído tanto desde la patada de Saga en SoG.

 

¡Era el reloj de mis padres! Veamos… si Kishut tiene como 1000 años y el reloj era de sus padres… supongo que el reloj fue construido por Arquímedes y en la marca de registro se lee “made in Siracusa” :v

 

Las escaleras de caracol parecen interminables, suena cansado andarlas. Vamos, que hasta pesa imaginar el viaje de regreso XD.

 

Es interesante el saber el origen del nombre de Ali, te diste la oportunidad de explicarlo y eso es algo que se ve poco (solo lo he visto en tu obra por el momento :v) en el mundo de los fics.

 

Licaón es un higadito, ya mátalo o de menos ponlo a hacer accesorios para las armaduras, como alitas y joyas.

 

Saludos.


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#315 Killcrom

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Publicado 24 septiembre 2015 - 13:05

FELIPE

 

Buenas tardes, Felipe. Siento no haber respondido antes a los reviews, pero estaba atrapado dentro del World of Warcraft... ¡Jo, jo, jo!

 

Vamos a ver si puedo responder a tus dudas:

 

1.- Hay una descripción más detallada de la parte alta de las 12 casas. Ahora mismo no estoy seguro si decidí que los templos rodearan o no la montaña. Según recuerdo, NO la rodean; serpentean ascendiendo por solo un lado de la misma. Como en el anime clásico, pero con más detalles. Correcto.

 

Al bosque sí se puede llegar por otros lugares, pero digamos que el acceso está "prohibido". Eso no quiere decir que esté rodeado de soldados, sino que se considera una zona sagrada y ni la gente ni los santos lo visitan a menudo. Estoy por decidir la ubicación exacta de la Fuente de Atenea, y podría ser justo a la entrada del bosque. 

 

Más adelante podrás ver que sí puede entrar cualquiera. Las puertas de seguridad tienen un único propósito: que del bosque no pueda accederse al Ateneo sin tener el rango adecuado.

 

2.- La sacerdotisa Alisha era una de las sirvientas de Atenea (aunque por aquella época no había nacido Alisha). Su papel era el mismo que el de la sacerdotisas de los dioses en los mitos: ¿rezar? ¿guardar celibato y rezar más? ¿servir a la diosa en tiempos en que esté entre los hombres? Probablemente. No es un aspecto que haya pensado lo suficiente, así que lo dejo así por el momento. 

 

Está enterrada en ese mausoleo por deseo de Kishut, que quiso darle un entierro digno por ser su salvadora. No fue Suma Sacerdotisa ni nada por el estilo. De hecho no fue ni santa; más bien una mujer normal y corriente.

 

3.- ¿Tienes muchas Alishas a tu cargo? Podrías contarme travesuras. Así tendré nuevos capítulos para Alisha. 

 

4.- Caph, Elvashak y Teris son los aprendices del Patriarca. A Kishut le gusta enseñar. Aparecerán más adelante. Esta mención es tan solo para "presentarlos". De hecho, en el capítulo 15 aparecerán. 

 

5.- Sí, Licaón es más viejo que el mismísimo Santuario. Fue uno de los que ayudaron a construir las armaduras. ¿Cómo ha sobrevivido tanto tiempo y, más aún, cómo no spoiler? Ya se verá. Pero es muy, muy peligroso para sus enemigos.

 

6.- El "así lo decía todo el mundo" habría quedado mejor entre paréntesis. Es una acotación mal hecha, pues se presta a confusión. Disculpas. 

 

La tilde del "si". Muchas gracias. No me di cuenta.

 

El "no dejaba de pensar Capricornio" queda mejor, sin duda. Buen apunte.

 

Ese "cree que puedo comprenderte" es intencional por extraño que suene. Si mal no recuerdo, lo dice Licaón, y Licaón suele utilizar hasta los últimos matices de las palabras, aunque la gente piense que es mal orador.

 

7.- Sí, el miedo es salado... ¿Está loco? ¡Ja! Es extraño, pero creo que llegará a gustar a la gente cómo se desarrolla la personalidad de alguien que ha vivido (casi) toda la historia de la humanidad.

 

El tema de la elección de Kishut no lo he pensado demasiado porque no creí que fuese necesario mencionarlo. Creo que haré un inciso en una saga de la segunda temporada para mencionarlo (simplemente mencionarlo). Sí puedo compartir que hubo otro candidato que aún está entre los santos dorados y del que se sabe poco: Tauro. Los pormenores de la elección... ¡déjame pensarlos!

 

Sí que puedo aclarar que, mientras Atenea no está en el Santuario, si no hay Sumo Sacerdote, los santos dorados son los encargados de elegir "democráticamente", y eso fue lo que ocurrió con Kishut.

 

Es interesante que hayas llegado a la conclusión de que Licaón es poco humano. Me has sorprendido. Es cierto que es poco humano porque ya está acostumbrado a vivir ciertos eventos y apenas le mueven por dentro. Sin embargo, y sin caer en spoiler gratuito, te digo que tiene una poderosa motivación para estar donde está.

 

Muchas gracias y un GRAN abrazo.

 

LUNATIC BOLTSPECTRUM

 

Muchas gracias, compañero. En el siguiente fragmento que publicaré tendremos otra charla. 

 

¡Abrazos!

 

T-800

 

¡El Géminis de mi fic le quita el papel de mayor de edad a todo el mundo! La verdad, sé que me excedí, pero hay motivos argumentales de este hecho. 

 

Hay otro santo dorado que está de acuerdo, y se verá en la parte que voy a publicar nada más responda vuestros reviews. ¡Espero que te guste!

 

Kishut es... así. O muy soberbio, o muy sumiso. Se vio desbordado ante los (probablemente) más de diez mil años de Licaón y se hizo pipí encima. Quizá hice que su reacción destacase demasiado. Lo tengo en cuenta. Gracias por el apunte.

 

UNIKRON

 

Gracias, Uni. Eso me recuerda que tengo que escribirte un PM. Ahora voy a ello.

 

Abrazo.

 

PISCIS NO AFRODITA

 

¡Vaya! Me alegro mucho de que Géminis te esté gustando. Tengo ideas para él, muchas ideas. De hecho, tengo tantas que podría convertirle en el protagonista de la historia. Pero no quiero un único protagonista, pues eso haría que no pudiese morir, y no quiero regalaros la tranquilidad de saber que al menos un personaje sobrevivirá hasta el final. ¡Nunca! ¡Géminis debe sufrir! ¡Mwahahaha!

 

Gracias por tu psicoabarazo. El capítulo que publico a continuación es de Piscis. A ver qué tal lo ves... 

 

¡Otro abrazo!

 

TETZA

 

¡Hombre, amigo! 

 

Te echaba de menos. Muchas gracias por tus palabras. Vamos a responderte:

 

Tus palabras me animan mucho y me enseñan el camino que debo tomar con mis personajes. Hay algunos con los que no se puede hacer eso, pero cuando cree protagonistas o antagonistas, debo darles ese toque "encantador" por el bien de la historia. Aprenderé de ello.

 

¿De verdad miraste si hubo luna nueva a finales de enero? ¡No me lo creo! Sí es cierto que lo miré, pero... ¿cuándo? Creo que lo revisé para la primera versión del fic y lo respeté en esta. Te prometo que ni me acordaba, y que los capítulos anteriores pueden estar equivocados. De ahora en adelante lo tendré en cuenta ya que veo que hay gente MUY observadora.

 

Esta Ali no piensa. Me sé de un santo dorado que va a darle una lección. En breve. Eso de crimen perfecto... realmente, es tonta. ¿Quién si no? ¿La viejita que lava la ropa? 

 

Sobre el reloj, debe tener en torno a 70 años. ¿Había relojes hace 70 años, es decir en torno a 1420? Diablos, no lo pensé... si es un anacronismo, disculpas. Igualmente ya cometo error al poner minutero a los relojes... 

 

Hay más tras el nombre de Alisha. Pero eso solo lo sabrás cuando el viejo se enfrente a sus demonios (AKA, primera saga de la segunda temporada). 

 

¿Qué es un "higadito"? No puedo matarle aún. Hará cosas... igual hasta se ennovia con Alisha. No, eso no. Todos sabemos que más tarde o más temprano tiene que haber un AteneaXPegaso. 50 Sombras de Alisha. 

 

¡Un abrazo!


Editado por Killcrom, 24 septiembre 2015 - 13:31 .

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(Parte 3 de 3)

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#316 Tetzauhteotl

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Publicado 24 septiembre 2015 - 13:18

Si, faltaban un par de dias para el comienzo de la luna nueva, osea que estaba oscurito. Había relojes de mesa a principios de 1400 y eran costosos. Relacionas a Licaón con Ali y te ganarás un enemigo en mi persona :)

 

Gracias por contestar tan rápido. Saludos.


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#317 Killcrom

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Publicado 24 septiembre 2015 - 13:34

3 in a row

 

Feliz entrada de otoño a todos. Ya es día 24, y vengo a terminar el capítulo 14. Este año he estado siendo un auténtico vago y tengo poco material en la recámara, así que tendré que ponerme la pilas para no quedarme atrás y poder seguir publicando a buen ritmo. 

 

Bueno, deseo que os guste esta última parte del capítulo. Dedicada especialmente a todos los Piscis.

 

----------------------------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 14, PARTE 2

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Alisha: llamada a ser Atenea en esta era, es una chiquilla algo caprichosa y malintencionada, pero entrañable.

Kishut: el Sumo Sacerdote del Santuario de Atenea y caballero de Capricornio. Aficionado al vino y la lectura.

Nerites: santo dorado de Piscis. Uno de los llamados "Cuatro Grandes".

 

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(Capítulo 14: parte 3 de 3)

 

 

El frío del invierno era intenso. Sus ráfagas heladas podían hacer estragos entre las milicias del Santuario, compuestas de los hombres más duros que alguien pudiera imaginar. Pero al lado de las brisas glaciales que surcaban la cúspide de la montaña, sus besos no eran más que una caricia de primavera.

 

Eso lo sabían muy bien en el Ateneo, templo que coronaba el lugar. Allí, los pasillos eran gélidos pasajes angostos donde ni las llamas de los candelabros se atrevían a quedarse quietas. En los dormitorios de la planta superior solía hacer tanto frío que, en ocasiones, la superficie de los muebles amanecía escarchada. Pero no había chimeneas. Las alcobas apenas cubrían con cortinajes bastos y ventanales delgados sus enormes balcones.

 

Aquella estancia no era la excepción, menos después de que una de las puertas acristaladas del balcón cediera a causa del aire tormentoso que se había levantado. ¡Seguro que se olvidó de asegurar el cerrojo antes de irse a la cama! Por suerte, la cortina la frenó, evitando el porrazo contra la pared. Pero empezó a penetrar el viento, llevándose con sus travesuras la escasa calidez que resguardaban los muros.

 

Una ráfaga más fuerte que las demás hizo caer la muñeca de trapo que había sobre la cómoda. Alisha abrió los ojos, asustada. Temblaba debajo de las mantas, pero no por el miedo, ya que comprendió al instante lo que estaba pasando. 

 

«El balcón. Todas las noches igual. Debería arreglarlo… —La jovencita bostezó y se dio media vuelta bajo las mantas. Trató de seguir durmiendo, pero supo que sería imposible—. No quiero levantarme…»

 

Contra sus deseos, se sentó en el colchón de plumas, bostezó por segunda vez, y se bajó de la cama. En la oscuridad total de la habitación, sus pies desnudos tocaron la piedra, helada, y no pudo más que chistar. Al erguirse y caminar hacia el balcón, respiró aquel aire cortante que parecía oler a quemado: «El olor del frío. Se parece a la madera ardiendo… me gusta». La señorita pubescente se aseguró de impedir que aquella puerta volviera a abrirse apoyando sobre ella la pesada silla de madera del escritorio. El aullido del viento cesó.

 

—¿Qué hora es? —se preguntó. Tomó el candelabro de la mesilla de noche y lo prendió para acercarse a la pared contigua, donde un pequeño reloj de pared negro decoraba la sobriedad. La llama le permitió ver que las agujas señalaban las dos y media de la madrugada[1]—. ¿Todavía? ¡Quiero que amanezca ya! —Al momento de exclamar, se acordó de Kishut y su reloj dorado. Agachó la cabeza y suspiró—. «Tengo que pedirle perdón. Me he pasado…»

 

En vez de volver a la calidez de su cama, colocó el candelabro en su sitio y se inclinó para que sus manos pudieran agarrar los bajos del camisón de seda. Se lo quitó, arrojándolo al colchón. Un escalofrío corrió a través de su espalda desnuda, erizándole tanto el vello de los brazos como la corona rosada de sus pequeños pechos.

 

El vestido que había usado todo el día esperaba, arrugado, a los pies de la ornamentada cabecera del lecho. Lo sujetó con firmeza para sacudirlo y se metió entre sus fibras de algodón. Le encantaba el rojo, pero más aún la figura ceñida que dibujaba sobre sus curvas incipientes. Se miró al espejo y sonrió.

 

«Ahora solo faltan los soldados. ¿Qué les puedo decir? —Recordando que debían ser los peores guardias del Santuario por haber dejado a su hermano e Iskandar de Escorpio pasar aquel día de diciembre, encontró la respuesta—. Cualquier cosa servirá. No se atreverán a detenerme. Son unos patanes…»

 

Tal y como había previsto, fue muy fácil. Una vez en el portón principal del Ateneo, saludó con su vocecita más amigable. Uno de ellos se acercó y le dijo que no podía salir, pero al cuestionarle, cedió de inmediato. ¡Incluso le propuso ser su escolta! Por supuesto, ella se negó. No necesitaba que ninguno de esos perdedores lamiera sus pies… ¡Para eso ya le tenía a él[2]!

 

Al descender por la senda de escalones que conectaban el Ateneo con el templo de Piscis, la joven se encontró en el jardín eterno de la duodécima casa. Se decía que desde el principio de los tiempos, había sido exactamente igual que ahora; ni el frío más cruel podía marchitar todos aquellos pétalos vívidos.

 

Aun en la penumbra de la noche, la fragancia que emitían fue suficiente para que Alisha se detuviese. ¡Qué olor tan dulce y agradable! ¡Era como saborear miel con los ojos cerrados!

 

—No va a llover —dijo alguien, sacando a la muchacha de su calmado ensimismamiento—. El viento se levantó y las nubes se volvieron rosas, pero parece que solo fue un aviso. —Ya desde la distancia, Alisha supo de quién se trataba. Su figura alta y erguida y aquella armadura de oro eran inconfundibles. Se trataba de Nerites de Piscis, el guardián del templo, que se acercaba dando pasos cortos y lentos, como dándole la bienvenida.

 

—No me gusta la lluvia —se limitó a decir la adolescente, llevándose la mano al cabello.

 

—Entonces eso lo explica todo —le sonrió. Aunque su rostro era un tapiz de líneas rectas, logró evocarle cierta ternura—. Al haber abandonado vuestra alcoba, debisteis espantar la tormenta. ¿A qué se debe vuestra visita, mi señora? —Piscis hincó la rodilla en el suelo, tomó la mano de Alisha, y la besó. Ella notó cómo el rubor en las mejillas luchaba contra el aire gélido.

 

—Tan solo estaba… paseando.

 

—Es muy tarde. ¿No dormís? El sueño es muy importante a vuestra edad.

 

—¿Q- qué insinúas? —replicó, girando la cabeza. Allí, postrado ante ella, se le antojó apuesto: aquel pelo corto y revuelto, más oscuro que el mismísimo negro; sus ojos profundos, entrecerrados; la uve que formaban sus labios al sonreír. Los brazos, musculosos… Era obvio que debía oscilar los cuarenta años, pero destilaba una presencia vigorosa e imponente que, de alguna forma, la cautivaba. No podía evitar los nervios que le sacudían el corazón.

 

—¡Ah, señorita! Debéis tener frío. ¿Por qué no me acompañáis a mi humilde templo y tomáis un té con este vuestro fiel servidor?

 

«¿Por qué habla así? ¿No se da cuenta de que es vergonzoso? ¡Es peor que el viejo! —Alisha notó que el rostro se le encendía aún más. A pesar de todo, asintió y caminó junto al santo hasta atravesar la entrada trasera de Piscis, un portón oscuro con un par de columnas dispuestas en diagonal a cada lado.»

 

La última casa parecía aislada del exterior. Apenas bastaron unos pasos entre sus muros para que la muchacha sintiese la agradable brisa cálida que brotaba de sus entrañas.

 

Aunque en el pasillo no había velas, podía ver sin problema alguno. Al llegar al recibidor circular, comprendió por qué: un enorme cristal clavado en el suelo irradiaba destellos verdosos; una luz baja, pero relajante. Otros cristalitos más pequeños, incrustados en las columnas y el techo, lo imitaban.

 

—¡Es hermoso! —exclamó la joven Atenea. Se sintió especialmente maravillada por el pequeño afluente que recorría los bordes de la estancia. El agua corría por ellos rápida, levantando un murmullo que le provocaba un agradable hormigueo en la cabeza.

 

—Es la primera vez que entráis aquí, si mal no recuerdo. Mi templo es grande —dijo el dorado, extendiendo los brazos—; esto no es más que la antesala de la salida, por decirlo de alguna forma. Detrás está la cámara central, que es rodeada por un pasillo circular. Y como podéis imaginar, se accede al otro recibidor por ese pasillo. Pero señorita —puntualizó—, no os he hecho pasar para enseñaros el templo.

 

Alisha vio un destello mágico en los ojos esmeralda del anfitrión de Piscis. Ella ladeó la cabeza y preguntó por lo que quería enseñarle. No tenía ni idea de qué podía tratarse…

 

—¿Qué es? —La curiosidad le arrebató otro trocito del corazón.

 

Nerites no respondió, tan solo tomó la mano de la adolescente y caminó guiándola hacia el pasillo anular que llevaba a las dependencias del templo. Tras pasar de largo por dos puertas negras, se detuvo ante la tercera, le soltó la mano y giró el picaporte, abriéndola.

 

—Si sois tan amable, mirad.

 

El tenue fulgor verdoso que emitían los fragmentos cristalinos, incrustados en los muros, penetró en la pequeña habitación que había tras la hoja de madera. Las cortinas de oscuridad cedieron ante el resplandor tenue revelando una cama, y en su interior, a una chiquilla de cabello plateado durmiendo. Se podía escuchar cómo respiraba, tranquila y apaciblemente.

 

—¡Ah! La conozco —susurró con cautela. No quería despertar a la niñita—. Creo haberla visto alguna vez. Es la hermana de tu discípulo, ¿verdad? —Piscis asintió—. ¿Para qué querías que mirase?

 

—¿Qué veis en ella?

 

—¿En ella? No sé… ¿Sueño? —dijo, señalando lo evidente.

 

—Más allá del sueño. Vamos, señorita, sé que sois más perspicaz. ¿Qué veis?

 

Alisha suspiró. Le costaba mucho entender algunas de las palabras que Nerites utilizaba. Quiso entender un elogio, aunque no estaba segura. ¿Le había dicho que era lista? Se apresuró a dar otra respuesta para no decepcionarle.

 

—Paz. Mucha calma.

 

—Eso es —asintió, satisfecho—. Para que esa paz exista, nosotros debemos defenderla. Pero defender no consiste solo en pelear, sino en amar y dar todo el cariño que las personas necesitan. Esa niña necesita ser querida, y para ser querida, a su vez, le hace falta un mundo en paz, defendido. Todo es un círculo virtuoso que se repite. ¿Me entendéis?

 

—Defender es amar. Amar es defender. —La adolescente asintió. Más o menos comprendía lo que le estaba diciendo. Nerites cerró la puerta y dio un toquecito cariñoso en la cabeza de su invitada.

 

—Vuestro futuro es mantener esa cadena. Por eso es importante que empecéis a pensar sobre la felicidad de las personas. Para lograrla, nosotros, los santos, seguiremos vuestras órdenes.

 

—¡Pero yo valoro la felicidad! —chistó. Nerites asintió con los ojos cerrados. Sendos sonidos guturales le sirvieron como respuesta.

 

—Sin embargo —matizó—, un pajarito me ha dicho que no os comportáis como una verdadera señorita debería comportarse. Sois algo… traviesa, ¿no? —La muchacha dio un saltito hacia atrás—. Poco antes de medianoche fui a visitar al Patriarca. Me dijo que habíais roto algo muy importante para él… ¿Es así?

 

—Sí. —Alisha bajó la cabeza, avergonzada. Sentía una bola de nervios en la boca del estómago, y tras suspirar, se sinceró con el santo dorado de Piscis, contándoselo todo—. Me va a castigar.

 

Explicó que el reloj dorado que estrelló contra el suelo la ponía muy nerviosa. La única vez que se quejó, Kishut le riñó. Estaba acorralada; no tenía otra forma de deshacerse del  incómodo objeto. Y en el fondo, se alegraba de haberlo hecho, aunque no podía evitar un sentimiento que la carcomía por dentro… como si hubiese hecho algo malo.

 

—La pequeña Nelia también es traviesa —respondió Piscis, aludiendo a la niña durmiente—. Pero vos no podéis serlo. No sois una joven corriente. Estáis llamada a ser no solo nuestra diosa, sino la diosa de todos los hombres. Por eso tenéis que ser la encarnación de la paz y el amor, no una persona vengativa.

 

»Señorita Atenea, creo hablar en nombre de todo vuestro ejército cuando digo que queremos a una líder fuerte. No necesitamos a una chiquilla caprichosa como Nelia, si me permitís la osadía.

 

—Lo comprendo —la muchachita sentía una culpa asfixiante conforme iba recibiendo el impacto de las palabras de Nerites. En otras circunstancias se habría molestado al ser llamada caprichosa, pero el santo de Piscis ejercía un magnetismo sobre ella que le impedía negar lo que le estaba señalando—. Perdón.

 

—No es a mí a quien tenéis que pedir perdón, dulce señorita —declaró. ¡Menuda sorpresa se estaba llevando Alisha! Detrás del rudo, aunque atractivo Nerites, se escondía una persona tan afable… Para su sorpresa, el hombre rebuscó algo bajo el guantelete dorado. Sacó un reloj de bolsillo de latón pulido y lo puso sobre las manos de la joven—. ¿Sabéis qué día es hoy? —No la dejó responder—. Tal día como hoy, hace muchos años, vuestro maestro y nuestro Patriarca nació. Pedidle perdón y dadle este regalo como obsequio. Pero prometedme que lo haréis de corazón.

 

—Lo haré —afirmó el avatar de Atenea mirando el reloj.

 

—Creed que él os quiere con locura. Solo busca lo mejor para vos. A veces es un poco duro y frío con todo el mundo, pero Kishut tiene un corazón tan dorado como su armadura. No lo olvidéis. Y no volváis a escapar, señorita. Cuando uno decide hacer algo, tiene que asumir las consecuencias.

 

Determinada, Alisha profirió un fuerte que satisfizo a Nerites. Al asentir con la cabeza, su melena castaña dio un brinco simpático. Se giró tras agradecerle el obsequio y corrió hacia la salida del templo. Una vez atravesase el jardín de flores y la escalera hacia el Ateneo, volvería a estar bajo el mismo techo que aquel hombre que tanto la quería. Al amanecer se disculparía con él. «Espero que pueda perdonarme…»

 

Nerites quedó de nuevo solo entre las paredes cálidas de su hogar. Aunque fuera consciente de lo lejos que estaba Alisha de acercarse a su ideal de Atenea, sabía que lo lograría. En ella puso toda su esperanza, y por ella lucharía contra lo que la amenazase. Al fin y al cabo, se convertiría en el símbolo de la paz para aquel mundo sin esperanza en que vivían.

 


[1] Anacronismo. Parece que en 1492 no había minuteros. Disculpas. Considerad la explicación oficial algo así como "en el Santuario conocen tecnología más avanzada a su época".

[2] Ese "él" no es Kishut.

 

-----------------------------------------------------------

 

Y esto es todo el capítulo 14. Sé que estos capítulos son algo lentos y transitorios. Y en realidad, el último arco de la primera temporada será la despedida de la "paz". Ya queda poco para la acción total, así que ruego paciencia. 

 

Un abrazo y hasta muy pronto. Amor y reviews para todos, que os los debo. A ti también, Andrómeda. Si llegas a leer esto, que sepas que no te olvido.


Editado por Killcrom, 24 septiembre 2015 - 13:35 .

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#318 Lunatic BoltSpectrum

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Publicado 24 septiembre 2015 - 14:05

como siempre muy buen capitulo

 

saludos



#319 Piscis no Afrodita

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Publicado 24 septiembre 2015 - 15:58

Lo siento... No te perdonó

Excelente capitulo, me ha gustado bastante este piscis, su amabilidad es bastante evidente y su manera hablar y todo es bastante relajante, solo espero que a la hora de demostrar que es uno de los "Cuatro grandes" su actitud sea un tanto diferente y hasta BadAss, ahora que lo pienso... este piscis me recordó a Afrodita de Saintia Sho... y si veo alguna relación con Afrodita... Listo ya es favorito

Ahora bien necesitó accion contra los Astra planetas ya!!!! Y sobretodo quiero ver un Neretis vs Venus (si mal no recuerdo era el elegante en aquella reunión no? Espero no equivocarme con el nombre XD ) o Neretis vs alguien pero que luche; aunque tengo miedo con lo de las tecnicas, una de las cosas que mas me gustaban de los piscianos era que luchaban con rosas, y tu de cierta formas has roto lo que estamos acostumbrados a ver solo espero que si cambias algo no sea tan radical como lo que has venido haciendo hasta ahora...

Espero que no se note mucho que me gustan los santos de piscis XDDD

Excelente fic, un abrazo psicologico como siempre!!!!

#320 -Felipe-

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Publicado 24 septiembre 2015 - 18:33

En vez de volver a la calidez de su cama, colocó el candelabro en su sitio y se inclinó para que sus manos pudieran agarrar los bajos del camisón de seda. Se lo quitó, arrojándolo al colchón. Un escalofrío corrió a través de su espalda desnuda, erizándole tanto el vello de los brazos como la corona rosada de sus pequeños pechos.

 

¡Aw, come on! Si quisiera ver loli sutil leería Fairy Tail xD

(Aunque en realidad, en otras historias... también he escrito cosas así jaja)

 

En todo caso, dijiste que con el tiempo nos iba a agradar la personalidad de Alisha, que iba a cambiar y todo eso... Supongo que todavía no ocurre, ¿verdad? ¡¡Enana desesperante!!

 

Además, Alisha, Alisha, Alisha, si algo nos enseñó Mu hace muchos años, es que Athena debe querer a todos los Santos por igual. Encontrar atractivo a uno más que otro nos deja consecuencias como un dios del tiempo trolleando con telómeros, y un aburrido manga remake de las 12 casas, y cosas así, así que cuidado!

 

 

 

Pedidle perdón y dadle este regalo como obsequio. Pero prometedme que lo haréis de corazón.

 

Eso es un poco difícil, ¿no lo crees, Pez? Obligar a la chiquilla caprichosa a regalarle el reloj "de corazón". No solo es contradictorio (como cuando le dices a alguien "pídeme disculpas, pero suena sincera"), sino que para hacer algo de corazón, se debe tener uno. Muy ingenuo, pescadito.

 

Pero en sí, me gusta muchísimo este Nérites. Tal como el compañero aquí arriba, a mí también me recuerda mucho al Afrodita de Saintia Sho, un varonil, amable, justo y hasta seductor (sin quererlo) Santo de Oro.

 

En resumen, excelente capítulo, Kill.


Editado por -Felipe-, 26 septiembre 2015 - 00:14 .

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