SKIN © XR3X

Jump to content

* * * * * 2 votos

Némesis Divino I: El juicio de las Horas


  • Por favor, entra en tu cuenta para responder
549 respuestas a este tema

#241 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 24 abril 2015 - 15:32

como siempre un excelente capitulo

 

me gusto mucho el nivel que demostraron Leo y Virgo

 

saludos

 

Muchas gracias, amigo. Al rato publico la nueva entrega. 

 

Abrazos.

 

EDITO: No publicaré hasta dentro de un rato la segunda parte del capítulo once. Ando terminando un trabajo que debo tener listo para esta noche. Si me da tiempo, esta misma noche lo subo. Si no me da tiempo, mañana a primera hora estará listo. 


Editado por Killcrom, 24 abril 2015 - 15:54 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#242 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 05 mayo 2015 - 14:03

Siento añadir un post más sin añadir contenido nuevo. Un amigo mío tuvo un problema y está mal de salud. No tengo ganas de corregir los fallos de mi fic como comprenderéis. Espero que me deis un poco de tiempo, como una semana o dos más. Tras eso, volveré a publicar. 

 

No me pasa nada, simplemente estoy desanimado y preocupado por él. Un abrazo a todos, amigos.  :s96:


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#243 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 05 mayo 2015 - 21:29

Siento añadir un post más sin añadir contenido nuevo. Un amigo mío tuvo un problema y está mal de salud. No tengo ganas de corregir los fallos de mi fic como comprenderéis. Espero que me deis un poco de tiempo, como una semana o dos más. Tras eso, volveré a publicar. 

 

No me pasa nada, simplemente estoy desanimado y preocupado por él. Un abrazo a todos, amigos.  :s96:

 

 

-Ojala tu amigo pronto se recupere

-sobre tu fic tomate el tiempo que sea necesario,la familia y los amigos siempre son primero

 

 


Editado por T-800, 05 mayo 2015 - 21:30 .

fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#244 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 26 mayo 2015 - 17:30

Siento la enorme demora. Volvemos a retomar el ritmo de publicación habitual, los días 4 de cada mes. Es cierto que hoy no es día *4, pero no quería postponer esto más. Disculpadme, pero he tenido algún problema con un amigo, que tuvo un accidente, como os comenté. Además, mi motivación ha estado por los suelos.

 

Sin más, aquí dejo la segunda y última parte del capítulo 11. Gracias por vuestra paciencia.

 

-------------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 11 (PARTE 1)

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Astrea: recién nombrada santo de Virgo. 

Therón: santo de plata de Perseo. Mula de carga de Astrea. 

Baltsarós: caballero desertor de Leo.

Kishut: el Patriarca del Santuario.

- Ístvan: Anterior santo dorado de Escorpio.

- Evander: Anterior santo de plata de Águila y primer maestro de Astrea.

Ánfora y Ave: las dos horas enviadas por Diké para sentenciar a los santos de Virgo y Leo con el Juicio de las Horas.

 

1509235_680527542076216_7048695183243778

(Capítulo 11: Parte 2 de 2)

 

*  *  *

 

El Juicio de las Horas. Al final lo recibió… ¿Qué sucedería ahora que había perdido conciencia de sí y se encontraba en mitad de un mar de oscuridad? ¿De verdad sería purificada? De alguna forma, lo dudaba.

 

—¿Dónde estoy? —Al hablar, su voz retumbaba en las paredes invisibles de aquel lugar. Cuando quedaba en silencio, podía escuchar un latido incesante y una corriente que se movía como a saltos y se detenía antes del siguiente latido. Era una danza repetitiva, parecida al repiqueteo de la lluvia—. ¿Estoy muerta?

 

—¿Por qué deberías estar muerta? —Aquella voz empezaba a serle familiar a Astrea. ¿Sería el hombre de aspecto enfermizo, su predecesor, Iarcas? Las palabras se disolvían entre ecos acallados por los latidos del lugar.

                                                                                                        

—¿Iarcas? ¿Eres tú?

 

—Iarcas está muerto. Yo solo soy tu deseo de saber la verdad, encarnado. ¿Quieres saber por qué has perdido el control? —preguntó. La chica asintió con la cabeza, pero no le llegaba respuesta alguna. Se forzó a decir con solemnidad.

 

—Porque lo sabes todo. Astrea no está tan loca como parece. ¿Quién perdería el control tan solo porque quisieran usarlo como peón? Hay gente que incluso lo prefiere, ¿no te has dado cuenta?

 

—¿Que lo sé todo? ¿A qué te refieres? ¡Claro que no quiero ser un peón! ¡No he luchado toda mi vida para ser sacrificada!

 

—Tu corta vida —acotó la voz—. Y sí. Tu propio maestro Evander era uno de aquellos que prefieren ser meros peones. Su deseo era tan patético como la vida que llevó… Merecía morir así, a manos de su propia discípula.

 

—¡Pero yo le quería! —se defendió la joven.

 

—Y esa es la razón de tu furia, Astrea. Porque tú lo sabes todo; sabes que Baltsarós de Leo y Therón de Perseo fueron la ruina de tu querido Evander. Ahora, cállate —tras unos instantes de quietud, la voz volvió a resonar en el vacío—. Cállate y viaja conmigo al pasado. Acepta el abrazo de este Juicio que te he otorgado, hija de los hombres…

 

—¿Hija de los hombres? —Pero no pudo seguir pensando. Sus palabras se diluían entre vaivenes de viento; un oleaje que la relajaba, pero a la vez aceleraba el ritmo de su corazón. Entonces la oscuridad se abrió como un telón de negro terciopelo revelando tras de sí un Santuario pequeñísimo bajo su silueta. Fue cayendo a tierra despacio, como si se tratase de una hoja de papel soplada por el viento.

 

Recordaba aquella plaza. ¿Había tanta nieve entonces? Estuvo allí sentada con Stavros mientras esperaba a su maestro, que se retrasaba. Cuando este llegó, lo hizo herido y desfalleció ante sus infantiles ojos, preocupados. Stavros corrió hacia la biblioteca y apareció junto al león dorado. No llevaba armadura. No tenía forma de haberle reconocido cuando era niña, entre otras cosas porque ni siquiera le conocía, pero ahora estaba segurísima: el hombre que se llevó a su maestro a la Fuente de Atenea[1] fue el mismo Baltsarós al que acababa de conocer.

 

De pronto, Astrea se encontró en el interior de la Fuente de Atenea, el oscuro y silencioso templo en cuya habitación central, apenas alumbrada por un par de antorchas, brotaba de una ornamentada escultura con forma de ánfora un líquido rojizo. Aquel líquido recorría, guiado por canales estrechos, todas y cada una de las estancias como si fuera un pequeño riachuelo travieso.

 

—Eso es ícor[2], pero tú no estás tan grave como para necesitar reposo aquí —dijo Baltsarós a Evander mientras le estudiaba con esmero—. La sangre divina cuyo cosmos inunda este lugar. ¿Sabías que el cosmos de Atenea surge de él? Es gracias a esta anomalía del Santuario que nuestras heridas sanan rápido al permanecer entre sus muros.

 

—Y si no necesito estar aquí, ¿por qué me has traído?

 

—¡Oh! ¿No puedes imaginarlo? —La Astrea espectadora se topó con la misma sonrisa retorcida en el rostro de Leo—. Pretendo salvar una vida. Pero la Fuente de Atenea está bastante vigilada, y venir aquí sin una herida resulta… sospechoso. Lo lamento, pero mi pequeño plan ha salido mejor de lo que esperaba.

 

—¿Plan? ¿Pretendes robar este… icor? —El herido santo de Águila retrocedió apretando su herida. No le gustaba aquello—. ¡Yo no puedo…!

 

—¡Cállate, maldita sea! ¡Quieras o no, ya me has ayudado!

 

—¿Y por qué me lo cuentas entonces? ¡Podrías haberlo tomado sin que yo lo supiera!

 

—Claro. Y si alguien se entera de que robaron ícor, preguntarían al único santo entre sus muros. Y tú explicarías alegremente que quien te acompañó a la Fuente fui yo, ¿correcto? —Leo siguió hablando—. Además, nos han visto a los dos entrar. Si te pongo al corriente de mis planes, serás cómplice. ¿Vas a enfrentarte a mí así, herido? —Lo tenía entre sus garras. No podría decir que no. Aunque Baltsarós no planeaba matar a nadie, eso no tenía por qué saberlo el ingenuo Águila.

 

—De acuerdo. Tómala. Yo no sé nada. ¿A qué esperas? —A Evander le costaba entender por qué el león no cogía simplemente lo que había venido a buscar.

 

—Esto que ves aquí tan solo es agua bendecida por el ícor de Atenea. El ícor, es decir, su sangre, se encuentra bajo esta fuente en una cámara sellada. Por suerte, tendremos ayuda. Un buen amigo tiene cierta autoridad en este lugar. ¿No te diste cuenta cuando le saludé? ¡Ah, no! Aún estabas medio inconsciente…

 

Tras hablar, un hombre alto con armadura de oro entró en la habitación iluminándola. Su aspecto severo intimidó a Águila, cuyo rostro palideció.

 

—He venido a interesarme por el caballero de Águila. O eso piensan los soldados a quienes ordené hacer guardia esta noche. ¡Qué ingenuos! —dijo el dorado. El yelmo, acabado en una especie de cola de escorpión, llamó la atención de Evander.

 

—Usted es…

 

—Ístvan de Escorpio. Es innegable supongo. Pero según el plan de mi buen amigo Balt, todo está controlado. Él solo necesitaba un pretexto para venir —explicó rascándose el mentón—. Pensó en que haría falta un mártir; alguien herido a quien traer. Herirte fue fácil, Águila. Lo complicado fue mantenerte consciente hasta que llegaste al encuentro de tu pequeña alumna. ¡Ah, y saber qué planes tenías y dónde estarías! Pero eso es otra historia… ¿Vamos a la cámara?

 

—Ístvan —interrumpió Leo, que dio un paso adelante y le abrazó—, no sabes lo que significa esto para mí. Muchas gracias, amigo.

 

Cuando los tres hombres descendieron por un angosto pasillo que llevaba a una escalera de caracol estrechísima, llegaron al rellano en que la puerta metálica aguardaba. Gracias a la armadura de Escorpio podían ver. ¡Qué hermoso era su resplandor! O eso parecía reflejar el rostro de Evander…

 

El santo de Leo empujó la puerta, que cedió fácilmente. El detalle dejó perplejo a Águila, quien se quejó:

 

—¿No se suponía que estaba sellada? —comentó señalando la puerta.

 

—¿Lo estaba? Lo dije antes para darle dramatismo —rio Baltsarós—. Ahora entenderás por qué no puede estarlo.

 

Ante la tríada, apareció una habitación pequeña en cuyo centro, un pequeño cántaro flotaba sobre una fuente de piedra. El cántaro, inclinado, giraba en sentido de las agujas del reloj vertiendo una gota de líquido de color extraño (entre rojo y azul) sobre el agua translúcida que brotaba bajo él. Cada vez que una de las gotitas chocaba con la superficie del agua, un resplandor amoratado palpitaba alumbrando los muros con más intensidad que la propia armadura de Ístvan.

 

—La gota de sangre nunca llega a mezclarse con el agua. En el momento del contacto, el agua queda marcada por el don de la vida de la sangre de Atenea. Y esta desaparece para volver al cántaro que hay sobre la fuente. Es pura magia de los dioses. —Baltsarós estaba visiblemente emocionado—. De aquí saca el agua de la vida el caballero de Copa, y gracias a él conocemos la historia.  —Sin esperar más, sacó un pequeño vial cristalino de un bolsillo cosido por el interior de su camisa verdosa y lo acercó al cántaro, calculando el momento en que vertería otra gota. Cuando chocó con el fondo del frasco, no desapareció—. Pero es posible anular el hechizo poniendo otra superficie que no sea el agua bajo el cántaro. —Al momento, el león consideró que tenía ícor suficiente y retiró el vial, tapándolo con un corcho.

 

—Lo único que tienes que hacer —dijo Escorpio con su voz más autoritaria—, es permanecer aquí hasta mañana. Daré un aviso a los soldados para que te asignen a una de las sacerdotisas de Atenea. Recuerda: te atacó una sombra, y aunque tus heridas no son graves, te duelen. ¿De acuerdo?

 

—De acuerdo —asintió Águila. De pronto, Astrea vio con los ojos de su maestro. Más allá de la cámara de la Fuente, una sombra le llamó la atención: ¡alguien les había visto! ¿Alguien?

 

—¡Alto en nombre de Atenea! —La voz era familiar tanto para Astrea, que observaba desde algún lugar remoto de otra dimensión, como para los presentes, que se giraron, impactados.

 

—¡porqueria! —La expresión de Baltsarós no pudo ser más explícita—. ¿Cómo no nos hemos dado cuenta?

 

—Es sencillo —respondió una segunda voz. Los dos desconocidos caminaron al interior de la estancia donde aguardaban los tres traidores—. No puedes engañar a alguien que te conoce, Baltsarós.

 

—Son Therón de Perseo y… ¡el Sumo Pontífice! ¡Kishut de Capricornio! —Ístvan se arrodilló. Baltsarós y Evander de Águila quedaron paralizados.

 

—Ocultar la presencia propia y la de un aliado es algo fácil para un santo dorado —explicó el Patriarca mientras caminaba hacia Leo—. Este hombre —añadió señalando con el pulgar a Therón, que estaba detrás de él—, ha sido mis ojos y mis oídos. Sabía que ibas a hacer una estupidez, Baltsarós. Y Perseo me advirtió tras escuchar una charla con tu princesa. Pero no imaginaba que de verdad fueras a ser tan estúpido como para robar el ícor. ¿Sabes que esto se paga con la vida? La de los tres. Evander de Águila, Baltsarós de Leo e Ístvan de Escorpio.

 

»Puedes retirarte, Therón de Perseo. Serás recompensado por esto.

 

«Serás recomendado por esto… Serás recompensado por esto… —Astrea escuchó varias veces aquella frase. Sus ojos se abrieron como platos. El corazón se le aceleró tanto que parecía que iba a reventarle. Eso que estaba viendo debía ser causa del don de Virgo del que le había hablado Iarcas al llegar a Melitón—. Serás recompensado por esto…»

 

—Como ordenéis, Su Santidad. —Perseo reverenció al líder del Santuario y clavó sus ojos en los de Leo para después escrutar los de Águila y Escorpio—. Vos sabréis qué hacer con estos traidores. —Sin más dilación, se retiró perdiéndose en la penumbra más allá de la cámara prohibida.

 

Estuvieron hablando un rato, pero Astrea no fue capaz de concentrarse en sus palabras. El Patriarca se marchó dejando al trío de hombres solo.

 

—Así que una forma de evitar la pena de muerte… —observó Escorpio tras la marcha de su líder—. No puedo. Me marcharé del Santuario antes de reunirnos con él.

 

—Nos ha citado mañana en sus aposentos. Además, si descubren que desertas —añadió Leo—, será aún peor que la pena de muerte… No tenemos más opción.

 

—No te confundas, Leo. Si he accedido a ayudarte a profanar el ícor de Atenea es por algo a cambio: queráis o no, me ayudaréis a escapar esta misma noche del Santuario. Iba a hacerlo aunque este plan fuese un éxito… ¿Un motivo? Lo sabes. No soy el legítimo caballero de Escorpio. Ese papel corresponde a Iskandar, como quedó claro cuando nació. Toda mi vida ha sido una mentira…

 

El silencio de Baltsarós resonó como una afirmativa. Evander tembló y pensó en su querida Astrea. Pero no tenía más remedio que callar. Therón de Perseo les había delatado y ahora tendrían que acarrear con las consecuencias.

 

Los gritos de angustia fueron transformándose en alaridos iracundos. El cosmos de Virgo tornó en un huracán de vientos opresivos que encogía el corazón de los presentes ráfaga tras ráfaga. La mirada de Baltsarós saltaba entre la figura de su compañera, que se retorcía entre espasmos, y la Hora Ánfora, quien había caído de rodillas al suelo y parecía agotada tras conjurar el juicio.

 

«Therón de Perseo. Baltsarós de Leo. Ellos fueron los culpables. ¡Solo ellos!»

 

—¿Qué ocurre? —preguntó Therón alzando la voz para que no se la llevara los incesantes aullidos de rabia de Astrea—. ¡Sabía que no se podía confiar en vosotras! ¡Malditas seáis! —Pero el gesto agotado que le devolvió Mesembria penetró su corazón y le hizo dudar; aquella mirada no era la de alguien victorioso. La Hora debía estar sufriendo.

 

El león dorado, por su parte, no comprendía nada de lo que sucedía. Empezó a sospechar que el Juicio era una trampa mortal tal y como había declarado Escorpio. Entonces recordó las palabras que había leído momentos atrás:

 

«Presiento que el Santuario será atacado, pero desconozco la naturaleza del enemigo. Iskandar de Escorpio se enfrentó a él, y según dijo, utilizó una técnica que desata el egoísmo y la maldad de su objetivo. Los efectos son irreversibles, afirma, pero sé que hay algo que omite; al fin y al cabo, él aparenta ser el de siempre.»

 

«¿Iskandar omitió algo? ¿Tiene que ver con las Horas? —El santo dorado se replegó junto a su camarada, Therón de Perseo, quien no dejaba de ver la escena con la mandíbula desencajada y los ojos desorbitados.»

 

El grito que exhaló Astrea penetró como un clavo oxidado en los tímpanos de los presentes. El tono chirriante de su voz, la carga de desesperación en ella, y cómo forcejeaba contra las cadenas de magma que la apresaban pusieron alerta al santo de Leo.

 

Therón de Perseo se adelantó y dirigió sus movimientos hacia la Hora Ánfora, que casi no podía sostenerse ni agachada.

 

—¡Explícate, mujer! —Pero no recibió respuesta. Mesembria parecía drenada no solo de su cosmos, sino de su propia vida. Su tez se había vuelto grisácea y el cabello lucía entre mechones apenas más oscuros que la nieve—. «¿Ha envejecido?» —Aquello no tenía sentido.

 

Las cadenas llameantes empezaron a agrietarse. La fuerza de los brazos de Astrea estaba siendo suficiente para aflojar el ardiente amarre. Incluso los anclajes del suelo empezaban a tener holgura.

 

—Baltsarós de Leo. Therón de Perseo. La ruina de un héroe. Os mataré… —La muchacha parecía hablar a través de una voz que no era suya, pues sus labios no se movían—. ¡Os mataré! —Pero el grito que finalmente articuló les hizo enmudecer.

 

Los ojos de Virgo lucían cargados de odio e ira. Un deje de locura en la expresión de la muchacha le quitaba toda dulzura que hubiera podido tener antes. La adolescente se estiró quebrando con la fuerza de su cosmos las cadenas de Leo, que cayeron al suelo evaporándose de igual manera que habían convertido en vapor la nieve momentos antes del juicio.

 

Eslabones partidos, llamas que se apagaban. El león dorado se vio amenazado ante la intensidad de la cólera que proyectaba el cosmos de Astrea. Y allí estaba ella, por fin libre de aquella vil técnica con la que había sido paralizada mientras sufría visiones del pasado.

 

—¡La justicia caerá sobre vosotros! —Hasta ese mismo momento, Baltsarós no había temido la velocidad de Astrea. Cuando la guerrera se colocó ante Therón y Ánfora en menos del lapso de un parpadeo, supo que el Juicio de las Horas era una farsa, y que ahora tendrían que derrotar a un demonio—. ¡Balanza del Juez!

 

Un mástil de oro bruñido brotó del suelo nevado, destrozándolo y alzándose hacia el cielo, imparable. Parecía un obelisco de luz cargado con todo el odio de Astrea. Los grabados de su enorme y delgada superficie, que debió incluso rasgar las nubes, tornaron en figurillas antropomorfas que rezumaban líquido negro. De su cima, nació una vara horizontal de igual tamaño, de cuyos extremos colgaron sendos platillos de plata de diámetro colosal. Era la representación de una balanza gigantesca, descomunal.

 

Uno de los platos cayó sobre el débil cuerpo de Ánfora, que fue aplastada con el mero impacto del metal. Bajo la superficie brillante de la plata, una masa rojiza con trozos de armadura se empezó a esparcir y a evaporar la nieve en derredor.

 

—La Balanza del Juez. Una técnica ofensiva y defensiva —declaró Astrea, que parecía poseída por algún espíritu iracundo—. Es la herencia que Marduk de Libra, mi segundo maestro, me enseñó para castigar a los pecadores. Vosotros fuisteis la ruina de Evander de Águila, mi primer maestro —explicó ladeando la cabeza, con una sonrisa tan llena de resentimiento como sus ojos—. ¡Moriréis aplastados!

 

La vara horizontal de la balanza basculó hasta casi ponerse en paralelo con el mástil. El segundo platillo estuvo a punto de caer sobre Therón de Perseo, que se salvó gracias a los reflejos de Leo. Ambos acabaron tirados en el suelo, entre los ventisqueros.

 

—¡Levanta! —ordenó Baltsarós. No pudo volver a hablar, pues ya tenía ante sí a la guerrera dorada, que le había lanzado una patada que a duras penas pudo parar con el antebrazo. El golpe fue duro. Notó cómo sus huesos apenas pudieron mantenerse de una pieza. Pero no pudo contraatacar. Otra patada, otra más, un puñetazo que luego venía seguido por otro.

 

La lluvia de golpes era incesante. Solo podía esquivar algunos de ellos; otros le alcanzaban exponiendo aún más su cuerpo. El último puño aprovechó que estaba agachado para golpearle la nuca con violencia. Astrea clavó su Espada del Juez en el suelo, en un intento frustrado por Therón de apuñalar el cuello de Leo.

 

—Te debo una, Therón —asintió el hombre. Gracias a la habilidad de Perseo de dar enormes saltos, contemplaban desde lejos, cayendo ya sobre uno de los techos de la urbe destruida, la figura de aquella Astrea furiosa.

 

—No puedo pelear así. No tengo armadura y ella es mucho más rápida y fuerte que antes. Además… —Virgo había acortado distancias a velocidad insólita. No habían tocado suelo los dos santos cuando esta ya estaba blandiendo su espada de cosmos, que les arrojó al vacío sin contemplación.

 

Del pecho de Baltsarós brotó una nube de sangre; había sido golpeado de lleno. Therón corrió más suerte, pues la coraza de su armadura de plata había mermado el impacto. A pesar de todo, esta quedó agrietada. Ambos cayeron en la nieve.

 

«Debes vengarme, Astrea.»

 

—Te vengaré, maestro —masculló para sí.

 

«Mátales a ambos. ¡Mátales a ambos!»

 

—¡Mátales a ambos! —La muchacha se llevó las manos a la cabeza y gritó como si un latigazo de dolor violase los parajes más ocultos de su mente.

 

Desde la distancia, Baltsarós de Leo lanzó una bomba de llamas contra la joven. El impacto evaporó toda la nieve y se llevó consigo las ruinas de los edificios circundantes generando un estruendo apabullante. Toda la ciudad fue iluminada por el mar de fuego que se desató tras el impacto, y una humareda densa creó una pantalla entre la joven y los dos caballeros.

 

No había tiempo que perder. Baltsarós corrió hacia donde Therón yacía tumbado, le agarró de la mano y lo forzó a levantarse, y corrieron rápido todo lo lejos que pudieron.

 

—¡Omite tu cosmos! ¡Si no lo haces, nos va a encontrar en nada!

 

Tras el estallido flamígero que causó el león, una calma inusitada pareció adueñarse del campo de batalla. Por donde corrían ahora los santos apenas quedaba una casa en pie. Debían estar acercándose al cráter de Melitón, donde seis años antes ocurrió la tragedia.

 

La pareja se detuvo al lado de un alto y ruinoso muro sobre el que Baltsarós se dejó caer. Tenía la mano en el pecho, pero la sangre le brotaba abundante.

 

—Está herido…

 

—¡Muy observador, Perseo! —gruñó el león, sonriendo. El ceño fruncido y el murmullo que acompañó sus palabras evidenció más de lo que le hubiera gustado—. Sí. Estoy aguitado. Estamos aguitados, ¿sabes? —En el horizonte, la Balanza del Juez se difuminó hasta desaparecer en una lluvia de plumas doradas—. El juicio era una farsa tal y como sospechaba Kishut.

 

—El Patriarca lo sabía todo, ¿no? —preguntó el santo de plata.

 

—Más o menos. Ese sobre lacrado que me disteis al llegar tenía otras órdenes para mí… Como a estas alturas debes saber, se me ordenó que, en caso de que apareciesen las Horas en Melitón, dejase que Astrea sufriera el juicio. —El sudor caía por el hosco rostro del león. Su respiración parecía entrecortada—. ¡Es tan fácil dar órdenes!

 

—Entonces lo de matarla iba en serio, ¿no? —Therón suspiró sin saber muy bien qué más decir. No le agradaba aquella orden que había dado el Patriarca, pero viendo cómo estaba transcurriendo todo, no le quedaba más remedio que unirse a Leo ya no para cumplirla, sino para poder sobrevivir. Ahora se trataba de sobrevivir, y no albergaba muchas esperanzas al ver cómo la joven había dañado su coraza con tanta facilidad.

 

—Alégrate, porque esto podría ser mucho peor… —apuntó el herido—. ¿Sabes lo que habría ocurrido si Astrea tuviese un par de años de experiencia? Con este aumento de cosmos y enloquecida, nos había triturado como a la Hora —explicó moviendo los dedos como si estuviese aplastando un tomate—. Por lo que he podido ver, aún no sabe controlar todo su poder… mucho menos emplearlo.

 

—¿Eso quiere decir que podemos…?

 

—No. Las cosas podrían ser mucho peor, pero ahora mismo lo tenemos todo en contra. Lo siento, Therón —el tono apesadumbrado de las palabras inquietó a su interlocutor—, pero no puedo utilizar mi armadura. En el estado en que está, no serviría ni para aguantar el ataque de un santo de bronce. Está muerta. Cuando fui a buscarla, no fue por la armadura, sino por lo que oculto en la caja…

 

—Entonces… ¿tendré que usar el Escudo de Medusa? —Perseo no quiso preguntar más.

 

—Es una opción, pero no me gustaría matarla ni petrificarla, la verdad… —A la vez que decía aquellas palabras, Leo alzó el rostro con nostalgia, recordando cuando hacía poco más de un lustro, Marte apareció sobre Melitón—. Esta ciudad fue destruida por mi culpa, Perseo. ¿Recuerdas el ícor que robé aquella vez?

 

—¿Cómo olvidarlo?

 

—Ojalá me hubieras detenido mucho antes. Ese ícor dio nacimiento a una aberración y me hizo perder a la persona que más amaba. Es una sensación horrible, créeme. No quiero volver a repetirla. No amo a Astrea. ¡Ni tan siquiera me gusta! —acotó recuperando parte de su humor ácido—. Pero al fin y al cabo, es injusto sacrificarla por el capricho del viejo. Es una orden, a todas luces, injusta.

 

—¿De verdad piensas eso? —inquirió el de plata—. Cuando te oí amenazarla, pensé que eras un bastardo que solo quería el perdón del Santuario.

 

—El perdón del Santuario me importa una porqueria, porque desde el principio nunca fui un desertor —reveló. La mirada de Therón tornó severa. Ya lo había oído antes, pero no se atrevió a replicar—. De hecho, siempre he sido un idiota sin remedio: robé el ícor para sanar a una mujer. Todos mis votos para nada. No tuve más remedio que aceptar la misión que me trajo a Melitón. Esa misión fue encubierta como mi deserción. Hay un motivo, créeme. Pero no es eso de lo que tenemos que hablar ahora.

 

Con esfuerzo, el león mellado se despegó de la pared y dio unos pasos. Apenas podía mantenerse en pie; se había agotado preparando aquella huida.

 

—La haremos entrar en razón.

 

—¿En razón? ¡Pero si no sé ni qué demonios le pasa! Es normal que le afecte lo que dijo, pero…

 

—Está loca, Therón. No, no me mires así, lo digo en serio… Le falla algo en la cabeza. Pero da igual, quiero salvarla…  Cuando le demos la paliza de su vida… —no pudo evitar reírse al decirlo—, si es que podemos tocarla, no tendrá más remedio que entrar en razón.

 

—¿Cree que podremos?

 

«Ni en el mejor de nuestros sueños.»

 

—¡No te preocupes! Mi prometida era como ella. Estaba muy, muy mal de la cabeza. Pero hablando nos entendíamos… salvo cuando decidió que matarme y hacer desaparecer la ciudad era lo mejor. Therón —repuso—; no soy un asesino de inocentes.

 

»Siempre es más fácil matar que salvar, pero debe haber una forma de contener a Astrea y hacerle ver que está fuera de sí. Sin mi armadura, no puedo luchar cuerpo a cuerpo, pero sí que puedo acumular cosmos para noquearla de un golpe, sin matarla. Sabes lo que significa eso, ¿verdad?

 

—Que seré el primero en morir —afirmó con solemnidad Perseo.

 

—Es probable, pero tú eres un santo con mucha experiencia. Solo necesito que hagas tiempo. ¿Es reversible el hechizo de tu escudo?

 

—Solo con mi muerte.

 

—No voy a sacrificarte a ti por salvarla a ella. No lo uses. Si hemos de morir, lo haremos luchando para traer de vuelta a nuestra compañera.

 

—Así sea. Por Atenea. ¿Cuánto tiempo necesitarás?

 

—Todo el que puedas darme. Cuéntale un cuento o algo… Dile que su maestro era un perdedor. ¡Seguro que eso la tranquiliza! —Se echó a reír, tras lo que se quejó por la herida en el pecho—. Me está bien empleado. Ahora en serio, Therón, confío en ti.

 

Tras asentir, el santo de Perseo caminó en la oscuridad sin revelar su presencia. Quizá fuera su última misión, pero decidió afrontarla con valentía; con coraje. Los santos de Atenea eran heraldos de la justicia, y él no sería menos. ¡Traería a Astrea de vuelta del mundo de la locura!

 

Baltsarós quedó en soledad. No pudo más que suspirar y murmurar. Therón no sabía ni la mitad de lo que le ocurría a Astrea. De hecho, él mismo no acababa de entender qué demonios era aquello llamado Juicio de las Horas. De cualquier forma, su oponente no era ya Astrea de Virgo, sino la bestia que había nacido de ella.

 

Sin duda alguna, supo, una nueva guerra santa se aproximaba.

 

-----------------------------------------------

[1] Lugar que hace las veces de hospital para los santos de Atenea. Las heridas sanan más rápido de lo normal en él.

[2] La forma correcta de escribir la palabra es sin tilde, pero para ser consecuente con cómo la he ido escribiendo hasta ahora, la mantendré. Asimismo, el color del ícor suele ser azul, pero me resultaba extraño que la sangre de Atenea tuviera ese tono, por lo que mantendré una mezcla entre rojo y azulado como se verá más adelante. 

 

-------------------------------------

 
Ea, esto es todo. Para la próxima entrega, el día 4 de junio, podría poner todo el capítulo 12 para compensar un poco esta pérdida de tiempo. 
 
Un abrazo a todos y gracias por vuestra paciencia. Seguiré paseando por vuestros fics. Los comentarios siempre ayudan.  :lol:

 


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#245 unikron

unikron

    el iluminado

  • 5,760 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Iquique, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 26 mayo 2015 - 19:39

buen capitulo hasta que van en contra de los deseos de su manipulador patriarca me pregunto si podran salvar a la santa de virgo y si luego se revelaran contra el patriarca por usarlos como peones



#246 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

    Miembro de honor

  • 1,064 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 28 mayo 2015 - 19:12

Buen fic, amigo. Sigue así! :)


qP07E5F.png?1


#247 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 28 mayo 2015 - 20:29

me pregunto como funciona el juicio de las horas

 

en verdad muestra lo que sucedio al 100% o manipula y altera la realidad ligeramente

porque en la vision los caballeros de perseo y leo se vieron muy mal

 

 Astrea demostro tener un poder terrible,pobre Ánfora XDD

 

No se porque pero recorde la pelicula carrie XDD

No es buena idea provocar la furia de una mujer Jajaja

 

Este es un fic muy intrigante ya que los dorados no solamente deben emfrentar a un enemigo

fisico y a su ejercito sino mas que nada  a lo que ellos guardan en su interior


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#248 Vulcanus no Kentha

Vulcanus no Kentha

    Miembro de honor

  • 388 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Desde:
Copiapó, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 mayo 2015 - 02:28

Te cuento querido amigo, llevo como una semana leyendo tu fic :D la última vez quedé en el capítulo en que Astrea recibe su armadura, luego los astra planetas xD y todo eso hace muuucho tiempo. Son las 4:00 am aqui en Chile y estoy trabajando de guardia, me descargado un programa que te lee los documentos txt. y con unos audifonos puesto ya me he puesto al día con tu fic hahahahahha para esos que dicen que no hay tiempo para leer, son sólo excusas aahahahh te cuento esto para que veas que aprecio esta obra :P Lamento no poder dejarte un comentario de capítulo por capítulo, pero bueno... haré lo mejor posible con la memoria que tengo xD 

 

El primer capítulo me pareció bastante bueno, lo que sí aquí te jugaron bastante en contra las descripciones, en muchos casos fueron innecesarias. Lo que me sucedió con este capítulo fue que al leer el resumen que pusiste de él en el capítulo siguiente, pudiste decir todo lo que pasaba en sólo cuatro líneas xD  Hace poco leí también un tema donde le preguntabas a tus lectores si es que querían que hicieses los capítulos más dinámicos. En verdad a mi si me gustaría xD ahahahha pero algo que te puedo decir con toda honestidad, es que lo mejor es que hagas tu fic como se te de la gana, como más te guste, lo importante es que te diviertas con esto y que no sea algo que dependa de los demás. Se nota que te gusta mucho hacer esto y para que se mantengan tan buenas tus líneas es necesario que te sigas divirtiendo. Se nota cuando una escrito está muerto, debido a que su autor ya siente cariño por su obra, espero que eso nunca le pase al nemesis divino. Por eso si quieres hacer capítulos con tantas y tantas descripciones como este xd hazlos, y q bienvenidos sean aahahahahah 

 

El segundo para serte franco así desde el fondo de mi corazoncito de Tauro (porque sí... los tauro tambien tenemos corazón hahahah) no me gustó, y creo que es primero de tus capítulos que no me gusta. (si quieres saltarte este párrafo puedes hacerlo xD hahahaha) Quizás será porque estaba muy expectante por saber que pasaría con Astrea que lo leí algo... rápido, esperando poder llegar lo antes posible a la aventura de la guerrera. La historia de la nueva hora la encontré un tanto... X-men hahahahha asi como en el colegio me molestan por ser mutante pero ahora seré reconocida y bla bla hahahahaha. Aunque si debo reconocer que la forma en como salió su armadura fue bastante innovadora ¡No me hubiera gustado estar en el lugar de Istvan! xD

 

De aquí en adelante, todo ha sido en verdad una grandiosa obra de arte. No sé muy bien como van separados los capitulos ya que pasé todo a un solo un word ¡Como 50 hojas! ahahahahaha de partida aquí si las descripciones fueron de lo mejor, ya que entraron a un nuevo escenario donde una vez dentro, otro escenario más xD en el pasado de virgo. La personalidad quedó muy bien definida tanto como la de Astrea como la Theron ¡Para que decir de Baltsaros! Un verdadero idiota como todos los leo siempre han sido aahahahahhaha está de más decir que lo comparo con Timos xd pero siendo el tuyo un verdadero dorado, creo que se llevaría la victoria hahahhahaha aunque en arrogancia diferenciar a los leos es un caos cientifico xD. La historia del pasado me gustó mucho, me impresiona el estado de Beatrice y la verdad no pude deducir lo que más adelante se explica XD Aqui en la soledad de este edificio lo único que se escuchaba era mi risa al saber que le había puesto también así al gato ahahahhahaha y su respuesta fue lejos la mejor xD

 

Creo que cuando va a buscar su armadura comienza el sgte capitulo. El enfrentamiento verbal que hace con las horas me parece estupendo, demostrando siempre determinacion, ni una pisca de miedo... aunque no tenía mucho del por que sentirlo xD Los recuerdos del pasado de astrea con su maestro se me hacen un poco dificil de leer xD pero eso si es algo más personal, creo que sufro de ansias ahhahahahaha pero veo que ha sido muy importante dentro de su vida y bueno... se entendía que por ahí iba a picar el juicio de las horas.

La muerte de Ave fue rápida y sin escrúpulos xd me sorpendió los poderes que decidiste asignarle a Astrea, se que muchos dirán que son propios de Capricornio xD pero en verdad... tu eres el que decides hahahhahaha

 

Con el último capítulo vi muchos descuidos, no sé si será por que estás publicando menos, pero habían bastantes reiteraciones y palabras mal empleadas, si lo lees de nuevo te darás cuenta. La verdad me encantó las visiones de Astrea luego de recibir el juicio. Me pareció espectacular como hilaste las ideas y conseguiste formar una historia que almenos a mí me pilló desprevenido. El combate posterior también muy bueno, mucha dinamica y los dialogos precisos, no soy muy partidario de las tecnicas que hacen que ciertas cosas se materialicen, pero aun asi me gustó este combate. Ahora veremos como termina esto, me sorprende que Baltsaros no quiera matar a virgo, se ve que aun hay bondad en su corazon :D 

 

La actitud de la joven me pareció muy infantil xD es que tu sabes hahahahahaha yo soy de esos algo militares para mis cosas xd si estuviera en el lugar de aquella joven ¡Encantado muero por estar a sus servicios! despues de todo, era por un bien en común :P 

 

El sueño me agobia un poco en este momento xd asi q no recuerdo si me salté alguna parte importante o si escribí cosas muy enredadas hahahahaha pero necesitaba comentar para saber que estoy al tanto del nemesis divino ¡No se te vaya a ocurrir dejarlo! que viajo hasta donde estes y te mato al estilo Kentha hahahahahahha ¡Un gran abrazo! 


                                           if0ldt.png
                                 FanFiction: El Mito del ALCAESTO                                                                                2hs45cj.jpg35mnl0i.png

                               FanFiction: Zephar, Señor de los Infiernos


#249 -Felipe-

-Felipe-

    Bang

  • 11,541 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Virgo
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 29 mayo 2015 - 11:17

Gran capitulo, que bueno que hayas regresado. Se revelaron muchas cosas sobre el pasado de varios personajes, y queda en duda si va a salir de esto mi querida Astrea.

 

Es bueno darle importancia a Santos de  plata, sabiendo que has dicho que no los consideras mucho xD Faltaria un poco mas de Bronce,  pero no me quejo. Imagino que esta historia sera como el Canvas donde el  prota dorado va cambiando por turnos (Escorpio, Virgo, etc...)

 

Veo que el corrector te ha atacado dos veces con la palabra M.ierda. Es una lastima, me ha sucedido tambien, la idea no queda clara, ni tan manifiesta la forma de ser del leon.

 

Tambien hay dos veces en que el dialogo se repite para el mismo personaje, cuando le tocaba hablar a otro.

 

—Iarcas está muerto. Yo solo soy tu deseo de saber la verdad, encarnado. ¿Quieres saber por qué has perdido el control? —preguntó. La chica asintió con la cabeza, pero no le llegaba respuesta alguna. Se forzó a decir  con solemnidad.

Esto odria haber ido en otra linea.

 

—Porque lo sabes todo. Astrea no está tan loca como parece. ¿Quién perdería el control tan solo porque quisieran usarlo como peón? Hay gente que incluso lo prefiere, ¿no te has dado cuenta?

 

 

Y esta es la otra..

 

—Te debo una, Therón —asintió el hombre. Gracias a la habilidad de Perseo de dar enormes saltos, contemplaban desde lejos, cayendo ya sobre uno de los techos de la urbe destruida, la figura de aquella Astrea furiosa.

 

—No puedo pelear así. No tengo armadura y ella es mucho más rápida y fuerte que antes. Además… —Virgo había acortado distancias a velocidad insólita. No habían tocado suelo los dos santos cuando esta ya estaba blandiendo su espada de cosmos, que les arrojó al vacío sin contemplación.


1376228121_bezymyannyy2.jpg


#250 Tetzauhteotl

Tetzauhteotl

    Miembro de honor

  • 1,064 mensajes
Pais:
Mexico
Sexo:
Masculino
Signo:
Tauro
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 04 junio 2015 - 20:20

Buen fic, sigue asi!!... no, espera... hoy no publicaste :(


qP07E5F.png?1


#251 ATONIC

ATONIC

    ♏ The Almighty Mafionic ♏

  • 2,367 mensajes
Pais:
Venezuela
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Caracas, Venezuela
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 11 junio 2015 - 16:48

Esta muy bueno tu tema pasate al mio y opina esta nuevesito.


Le has puesto un monton es largo y el mio pinta para largo también muy largo, pero bueno se que sera bueno ahora tu fic simplemente es una obra de arte. Suerte con tus demás fics, saludos.


FYKal7R.gif

 

Ulquiorra%20Atonic.gifSoy su majestad para ti ¡The almighty Mafionic! Axatonic.gif


#252 ALFREDO

ALFREDO

    Miembro de honor

  • 2,665 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Libra
Desde:
Arica, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 13 junio 2015 - 16:03

Como estas Kill, por lo q veo no tan bien según vuestros comentarios, ojala todo mejore por allá, como no visitas, acá vengo a dejar mi huella, para q sepas q aun sigo el fic, estaba esperando q lo aumentaras un poco, como tus capítulos son cortos, aunque también por problemas de mi trabajo me ausente un rato. Sin más q decir, Comencemos…

CAPITULO 7. PARTE 1

Comencemos con lo q menos me gusto, que fue q la reunión de los astrales que no tiene nada q ver con el título del capítulo, por qué no lo hiciste un capítulo aparte y un poco más largo, para darle más presentación a estos antagonistas?

Bueno siguiendo la segunda fase del arco, con la reunión de los futuros rivales de los gold juju. Recuerdo vagamente estos astrales por el fic de rex q leí hace eones y también el q apareció en el tuyo justo en siningrado.

No se puede especular mucho sobre ellos solo meros rasgos de su personalidad y nada trascendente se vio en este capítulo salvo la presentación de los personajes. Espero con ansias haber como serán los combates, espero que tengas pensando  como se llaman y que representan sus armaduras y que de que están hechas, casi siempre en los spin off olvidan esos detalles.

A todo esto donde diablos estaban teniendo la reunión?... Tampoco estaba presente vuestra Atropos, me imagine antes q terminara el capitulo q podía aparecer con el resto de sus hermanas, quizás por medio de un objeto como una esfera de cristal XD.

El único detalle q note, es q vi q escribiste Caron en vez de Caronte y nose si fue intencional o no?

 

7. PARTE 2

Bueno creo que este capítulo aunque transitivo, nos presenta brevemente a todos los dorados, pero más que nada a la joven Astrea de Virgo, muy bonita su ceremonia, también me gusto el detalle de que fuese en la torre del reloj siguiendo al G. Pero no le hayo relación con la primera parte q era la reunión de los astrales, insisto q aquí debió empezar el capitulo 7.

Lo q si esperaba algo acerca de sus inicios, como es mujer. No sé, de cómo fue, q logro ser aceptada como santa femenina y quizás la primera dorada me imaginaba un camino muy duro como las mujeres q les cuesta destacar en esa época, q por cierto creo q no mencionaste si portaba mascara, me dio la impresión q no. Solo empezaste afirmando q ya era un hecho q se convertiría en una gold.

Otra cosa aparte q me llamo la atención eran los nombres de los gold, parece q fueron intencionales, pero en algunos como no son muy fáciles de recordar como el caso de cáncer XD.

7 PARTE 3

Esta parte me pareció la más amena, será porque estoy acostumbrado a q haya siempre su gota de acción o sucesos que levanten la trama, solo conocemos mas del pasado de astrea, y una breve interacción con geminis, juju. También se vio por ahí a Libra XD.  Porque le habrás colocado el nombre de un dios mesopotámico, el es como el equivalente a Ra de Egipto o Ares griego.

Veamos cómo le va en su primera misión en búsqueda de Leo, q por cierto no me agrado el nombre XD… No tiene nada q ver con Baltasar el q quedo libre en la cruz en vez de Jesús verdad?

Sin más preámbulos nos vemos…


fics2017_escena_sadica_by_bytalaris-dazo

FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes


#253 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 junio 2015 - 13:49

¿Que yo soy perezoso? ¿Que soy más vago que Kurumada? Vale, es cierto... ¿Que yo me retraso al publicar? También. Y lo peor, no hay excusa. Necesito recuperar la disciplina. Os pido disculpas y un poco de crédito.

 

Como debí haber hecho la semana pasada, aquí vengo a publicar la primera parte del capítulo 12. Esta será corta, pero la que cierre el capítulo será quizá la más larga publicada hasta el momento. El motivo: no podía dividir el capítulo justo a la mitad, por lo que decidí hacer un corte tras el primer tercio. 

 

Antes de publicar el capítulo, decir que usaré el spoiler de abajo para responder los comentarios que me habéis hecho y que tanto os agradezco. Cuando estén listos, escribiré un post.

 

Spoiler

 

Ahora sí os dejo con la primera parte del capítulo 12. Gracias por seguir creyendo en este aspirante a escritor vago y sin disciplina. ¡Pero me levantaré!  :lol:

 

 

------------------------------------------

 

RESUMEN DEL CAPÍTULO 11, PARTE 2

 

Spoiler

 

PERSONAJES RELEVANTES

 

Astrea: recién nombrada santo de Virgo. 

Therón: santo de plata de Perseo. Mula de carga de Astrea. 

Baltsarós: caballero desertor de Leo.

Kishut: el Patriarca del Santuario.

Ístvan: Anterior santo dorado de Escorpio.

Evander: Anterior santo de plata de Águila y primer maestro de Astrea.

Ánfora y Ave: las dos horas enviadas por Diké para sentenciar a los santos de Virgo y Leo con el Juicio de las Horas.

 

a8c31675db1bf8ff4b9b298dd42abf66o.jpg

(Capítulo 12: Parte 1 de 2)

 

Capítulo 12: Calamidad naciente

22 de enero de 1492

 

Tras separarse de Leo, Therón corría por las estrechas y nevadas calles de Melitón. La ruina era palpable en cada esquina, ¡pero lo sería aún más de no detener a Astrea! A cada zancada que daba, el santo tenía la extraña certeza de avanzar hacia los brazos de la muerte. ¿Cómo se habían podido poner las cosas tan difíciles? Y sobre todo, la gran duda que asaltaba al hombre: ¿serían capaces de traerla de vuelta?

 

—¿Qué es esto? —El suelo comenzó a temblar con violencia. Perseo tropezó y a punto estuvo de caer—. ¿Ese es el cosmos de Astrea? —Una espiral de energía giraba sobre la urbe, tiñendo el nublado cielo de color de oro y negro. Nada más alzar la cabeza, comprendió la amenaza—. No nos puede sentir… ¡¿acaso va a destruir toda la ciudad?! —Sin alternativas, Perseo se vio obligado a concentrarse y avanzar a toda velocidad hacia el cráter de la ciudad, sobre el que parecía girar el núcleo.

 

Ante sus ojos, casas y ruinas se desdibujaron en infinitas líneas paralelas. Corría y corría, y apenas percibió la forma de nada hasta que salió al raso. Por fin llegó al epicentro de la catástrofe que devastó Melitón seis años atrás; un agujero de diámetro y profundidad descomunales. Allí estaba ella, en lo más profundo, con los brazos alzados y proyectando su energía.

 

—¡Astrea de Virgo! —gritó el plateado. Lo tuvo que repetir varias veces hasta que fue escuchado.

 

—Sabía que vendríais… pero eso no cambiará el hecho de que moriréis. —La joven febril, tal y como advirtieron tras el juicio, se había transformado: su rostro lucía completamente congestionado y salpicado de sangre reseca; sus ojos verdes parecían desorbitados. Incluso la figura esbelta que lucía con elegancia se asemejaba ahora a una lanza enhiesta, ansiosa por atravesar a sus enemigos. Por su parte, la armadura de Virgo ya no brillaba como el oro bruñido, sino que parches negros ocultaban parte de su belleza. Incluso la larga cabellera de la muchacha se agitaba entre ráfagas oscuras, despeinada y nerviosa.

 

—¡Señorita Astrea, podemos hablar! ¡Esto es absurdo! ¡Deténgase!

 

—¿Que me detenga[1]? ¿Como tú te detuviste antes de arruinar a mi maestro? ¡No! ¡Él quiere veros muertos! ¡Él quiere que os mate! ¡Os romperé el cuello, como le hice a él! —después de hablar, gritó llevándose las manos a la cabeza. Varias sacudidas de cosmos, como si fueran olas marinas, arrastraron a Perseo hacia el exterior del cráter. La nieve era esparcida en todas direcciones—. "Serás recompensado por esto"… ¿Y cuál fue tu premio, Therón de Perseo? ¿Qué te dieron al vender a mi maestro?[2] —El tono desquiciado de sus palabras evidenciaba lo difícil que sería razonar con ella.

 

—¡Hice lo que se espera de todo caballero de Atenea! —Conforme hablaba, Perseo se dio cuenta de que Baltsarós había empezado a acumular cosmos. Si tan solo pudiera seguir hablando con Astrea hasta que estuviese listo… Debía ganar tiempo de la forma que fuese.

 

—Le entregaste. ¡Le entregaste! —La rabia rezumaba por cada poro de Astrea.

 

Un trueno restalló en el centro del vórtice de energía sobre sus cabezas. Junto con la nieve, empezó a llover agua negra. La joven enloquecida extendió el brazo, que fue abrazado por la ya característica niebla azul que le servía para conjurar su arma: la Espada del Juez. Esta brilló en tonos celestes desde la empuñadura hasta la afilada punta.

 

Therón no pudo evitar darse cuenta de cómo la nieve se retractaba ante la lluvia oscura, que fluía hacia Astrea, en el centro del cráter. Esta, con la espada en ristre, desapareció de su vista para aparecer a escasos centímetros de su rostro. ¡Aquella era la velocidad de un santo dorado!

 

Perseo recibió un golpe que no esperaba; chocó de espaldas contra el inclinado suelo del cráter. Algo se clavó en su muslo, perforándolo al instante. Aunque reprimió el grito, el plateado notó un dolor agudo que le paralizaba como a un muñeco inerme.

 

—¿Duele? —cuestionó la adolescente. Astrea inclinó la cabeza de forma súbita para mirarle por encima. Le resbaló el pelo por los hombros, tapándole el rostro casi por completo—. El dolor del corazón puede ser mucho más intenso —rio—, tanto como para volver loco al más devoto santo de Atenea. ¿Quieres comprobarlo?

 

—¿Qué?

 

—¡Sentencia de Furia! —Uno de los rayos que empezaban a palpitar sobre el vórtice cayó en la hoja la espada celeste. Generó un estallido ensordecedor y un resplandor que cegó por completo a Perseo. De pronto, algo le apuñaló el pecho. Lo notó perforar coraza, piel y carne. ¿Acaso le había atravesado con la espada? No, aquello era distinto… Era como si su corazón hubiera sido tocado por el más puro e intenso dolor.

 

Los gritos de Perseo fueron haciéndose más y más estremecedores. Arañó con los dedos el suelo, rompiéndose y ensangrentándose varias uñas. La desesperación se marcó en su rostro, desfigurándolo.

 

Astrea contempló a su presa unos instantes. Therón yacía derribado en el suelo, con los ojos en blanco, sangrando por la boca abierta, la pierna izquierda, y a través de las grietas en su pechera. Le pareció tan apropiado que no pudo reprimir la carcajada histérica.

 

—Queda uno —se dijo. Tras otear en derredor, clavó la mirada en la dirección exacta en que el león acumulaba su energía—. ¿Escondido entre ruinas? —se mofó—. Este me durará aún menos.

 

Pero una mano se aferró a su talón impidiendo que pudiera avanzar. Por más que la muchacha hacía fuerzas con el tobillo, no podía levantar el pie. Se dio media vuelta para contemplar cómo el santo de plata se había girado y la agarraba mientras trataba de erguirse. Esta le pateó el rostro con la otra pierna, hecho que acabó con Perseo resbalando cuesta abajo por la cuenca nevada que era el cráter. Se formó una pequeña polvareda en torno a su cuerpo, fue disipada por la lluvia negra (que siguió alejando la nieve) en un instante.

 

—¿Aún vives? —De nuevo alzó la espada, con ansias de propinar la estocada final.

 

Therón de Perseo acumuló toda su energía, generando una explosión de cosmos a su alrededor, y logró ponerse en pie a pesar de perder sangre abundante. Se llevó la mano al corazón y gimió.

 

—No me detendrá tan fácilmente, señorita… —Therón se forzó a sonreír y recordó a Baltsarós: «quizá me ha pegado la estupidez»—. ¡Abra los ojos! Si es este el dolor que siente —alegó golpeándose la agrietada coraza un par de veces—, no le queda más que el perdón… ¡Si no, se perderá en el odio!

 

—Odio… ¿qué me queda? —replicó ella con el ceño fruncido, entre gritos—. ¿Qué me habéis dejado, malditos? ¡Os lo habéis llevado todo! ¡Ahora pedís mi vida! —Una ráfaga de la Espada del Juez arremetió contra el maltrecho santo, que pareció recibir una descarga eléctrica. No fue partido en dos como Ave, pero cayó al suelo de rodillas, extenuado. De alguna manera, parecía como si Astrea no se atreviese a rematarlo…

 

Con rostro sombrío, negó. Therón se aferraba a la vana esperanza de salvar a la muchacha, pero…  ¿desde cuándo le importaba tanto? Estaba seguro de haber hecho lo correcto en el pasado, aunque ello llevase a la ruina a Evander de Águila. Y a pesar de todo, el corazón, entre latidos de dolor y espasmos angustiosos, parecía decirle que era en parte responsable de la desgracia de Astrea.

 

—Si le hace sentir mejor, máteme —dijo—, pero vuelva a ser usted cuando lo haga. No se pierda, Astrea… ¡No se pierda, por favor! —Aunque su voz empezó débil, entonó las palabras con fortaleza conforme acababa de hablar—. ¿De qué serviría entonces que Evander…? ¡Abra los ojos!

 

La duda anegó el corazón de Virgo un instante. Bajó la espada y miró al santo de plata que tenía ante sí maltrecho, herido y agotado. ¿Por qué estaba haciendo aquello? ¿De verdad quería tanto a Evander como para acabar con la vida de quienes le arruinaron? Y de ser así… ¿era justo hacerlo? ¿No debería acabar con su propia vida al haber sido su asesina?

 

—Yo… —La joven bajó la cabeza—. Yo lo comprendo, pero no puedo… —añadió—, no puedo perdonarte, ni a ti ni a Baltsarós. ¡No sé por qué! Lo único que sale de mí es esta rabia que… —De nuevo, el cosmos oscuro hizo caer a la joven de rodillas. Gritó, se golpeó la cabeza varias veces y se tiró del pelo. ¡Los martillos retumbaban por dentro de su cráneo como arietes iracundos! Tras cada golpe, podía escuchar un eco leve que iba ganando fuerza por instantes: «Mátalos, véngame. ¡Mátalos, véngale!»

 

—¡Astrea! —A pesar de estar malherido, Therón trató de avanzar hacia la joven, que desfalleció un momento. Pudo ver la sonrisa astuta en su rostro antes de que una ráfaga de energía le tajase la maltratada pechera. Therón gritó llevándose la mano al hombro: aquella estocada le había seccionado una hombrera y bajaba hasta casi el pubis. La sangre chorreaba sobre el esmalte lila de la armadura de Perseo, goteando y goteando sobre la lluvia negra que tiznaba la tierra del cráter.

 

—No hay esperanza —Los agrietados labios de Astrea se movían, pero no era su voz la que expulsaban, sino un tono mucho más lóbrego: las palabras se articulaban entre una danza de sonidos sombríos, turbios y penetrantes. ¡Era como si un demonio se hubiese introducido en su cuerpo!

 

Astrea, ahora corrupta, se irguió con movimientos erráticos. Sus iris tornaron en esferas tan rojas como rubíes infinitos. Cargados de una malicia inaudita, escrutaron cada centímetro del malherido santo de plata, embadurnado en su propia sangre. Al mismo tiempo, la armadura de la joven, hasta el momento brillando entre dorado y negro, cedió por completo hasta que su color fue el de la misma noche. La armadura empezó a llorar lágrimas de oro, que se disolvieron al tocar el agua impía del suelo. ¡Aquel espectáculo era la purga de la santidad de Virgo!

 

«¿Esto es el Juicio de las Horas? —comprendió—. Baltsarós, no podemos ganar. —Las descargas eléctricas que iluminaban el vórtice de energía en el cielo comenzaron a sucederse mucho más rápido. Apenas un destello empezaba a apagarse cuando otro, acompañado del crujido de la electricidad, resplandecía de nuevo.»

 

Perseo retrocedió arrastrando su pierna herida al comprobar cómo de la espalda de Astrea empezaban a brotar pequeños chispazos anaranjados. 

 

—La luz y la sombra. Un tópico… Pero vosotros me lo arrebatasteis —La misma voz desconocida siguió hablando a través de la joven, que parecía la marioneta de una fuerza muy superior. Las palabras, roncas y profundas, hicieron eco en los tímpanos de Therón. No podía creerlo—. El rencor en todos y cada uno de vosotros será vuestra condena. El sueño que me negasteis antes de nacer será el némesis que ahogue vuestra insolencia en mares de muerte.

 

El cosmos del vórtice sobre Melitón empezó a aglomerarse en la incipiente figura de algo parecido a un rostro. Parecía algo salido del mismísimo infierno: era una cara distorsionada; una figura aberrante que no dejaba de girar rodeada de luces rojas y azules. A veces, parecía entreverse un ojo, una nariz, una boca… pero no dejaba de ser una confusión de facciones desdibujadas entre líneas de plata y carmín.

 

Un bramido angustioso se expandió por toda la urbe. Cuando Therón alzó la cabeza para ver aquel infierno, le flaquearon las piernas de puro miedo y cayó de rodillas.

 

—¿Qué… eres? —Ante aquella mera manifestación, el santo de plata sentía un peso y un cansancio como jamás en su vida había experimentado. Además del dolor de la Sentencia de Furia, notaba una presión creciente en sus órganos internos. No podía dejar de temblar, las lágrimas empezaron a resbalarle por la cara. Deseó morir con todas sus fuerzas antes que continuar viendo aquello. Era el pavor, la desesperación, lo que recorría cada fibra de su ser.

 

—Yo soy la causa de todo mal. La calamidad. Vuestro maleficio. Soy el cosmos corrupto que acabará por ahogaros en vuestra propia miseria. —El cuerpo de Astrea seguía haciendo de médium—. El Juicio de las Horas no será más que la corona de la calamidad.

 

Con esas últimas palabras, el rostro espiral perdió la cohesión y se convirtió en una nube opaca que acabó por difuminarse. Tras un destello que lo tiñó todo de oscuridad, el vórtice del cielo volvió a girar recargando el cosmos de odio de Astrea.

 

Al bajar la mirada, Therón se encontró con la bestia de Virgo. Los ojos le ardían; apretaba tanto los dientes que la sangre le resbalaba por la barbilla. Sentía el deseo de asesinar que circulaba por aquellas venas adolescentes. Para sorpresa del santo, también había algo nuevo en la armadura: alas de plumas negras. Ya sin duda alguna, el Juicio de las Horas era una maldición en toda regla.

 

--------------------

 

 

[1] Esta nota no debería estar aquí. Era tan solo para aclararme a mí un detalle, así que la eliminé. 

 

[2] Chiste de Rexomega sobre la respuesta de Perseo: "Señorita Astrea, la recompensa fue… ¡tener un papel protagónico en Némesis Divino sin ser santo dorado!"

 

------------------------------------------

 

Ea, hasta aquí llegó la primera parte del capítulo 12. Una buena noticia: la próxima parte traerá la verdad sobre el Juicio de las Horas. ¡No os la perdáis!

 

Abrazos a todos y gracias. ¡Espero vuestros comentarios con ilusión!

 

Reviews respondidos

 

Unikron -->

Tetzauhteotl -->

T.-800 -->

Abyss -->

Felipe -->

Atonic -->

Alfredo -->


Editado por Killcrom, 14 junio 2015 - 16:43 .

f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#254 unikron

unikron

    el iluminado

  • 5,760 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Desde:
Iquique, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 junio 2015 - 14:15

vaya asi que al santa fue poseida y el juicio de las horas si era una farza a ver que pasa ahora



#255 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 junio 2015 - 16:35

vaya asi que al santa fue poseida y el juicio de las horas si era una farza a ver que pasa ahora

 

Gracias, Uni. Nunca fallas.  :lol:

 

En la próxima publicación se revelará todo sobre el Juicio de las Horas. Cuando sepas la verdad, quizás te sorprendas. O quizás no...  :unsure:

 

¡Abrazooooo!


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#256 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

    Miembro de honor

  • 358 mensajes
Pais:
Venezuela
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Desde:
Caracas, Venezuela
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 14 junio 2015 - 18:46

Que buen fic, bastante epica la manera en que planteas las batallas, ademas que me gusta que uses dioses nunca usados, como las Moiras y ahora con lo de los Astra Planetas, como enemigos no dioses alparecer, buen toque quiero verlos en accion

Saludos!!!!

#257 Killcrom

Killcrom

    Paso a paso

  • 1,805 mensajes
Pais:
Espana
Sexo:
Masculino
Signo:
Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 junio 2015 - 14:23

Que buen fic, bastante epica la manera en que planteas las batallas, ademas que me gusta que uses dioses nunca usados, como las Moiras y ahora con lo de los Astra Planetas, como enemigos no dioses alparecer, buen toque quiero verlos en accion

Saludos!!!!

 

¡Muchas gracias por comentar, Piscis no Afrodita! Tengo una buena noticia: pronto habrá un combate con un Astra Planeta. Antes de que acabe la actual temporada, que terminará en torno al capítulo 19. ¿Es eso un spoiler? Bueno, prometo no revelar nada más. 

 

¡Abrazos!


f4b1235c42d3e1e735fa062d9b8b9e0ao.jpg

d1626a3d216e9b4c7b4a02e4f6831eeao.jpg

(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#258 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

  • 16,112 mensajes
Pais:
Peru
Sexo:
Masculino
Signo:
Cancer
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 junio 2015 - 16:23

me agrado el capitulo

 

 

al parecer  el  misterio del juicio de las horas  aun no termina

 

 me pregunto si se salvara Astrea

 

PD: pobre Therón ,alguien deberia decirles a los postulantes a las armaduras

de plata que siempre seran ellos los que la pasen peor en las batallas, XDDD

 

 


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#259 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

    Miembro de honor

  • 358 mensajes
Pais:
Venezuela
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Desde:
Caracas, Venezuela
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 junio 2015 - 19:05

Valla ultimo capitulo ya leido, bastante increible las narraciones que muestras, es toda una danza que vale la pena disfrutar.

La historia de este capitulo ha sido intenso, los sueños profundos de la señorita son bastante fuertes, quiero en que acaba, y aun no me ha quedado claro cual es el punto de realizar el juicio de las horas y si de verdad los que dan dicho juicios son malos osea Dike y su legado. Quiero ver en que acaba posiblemente sea el señor Baltasaros quien acabe con todo, solo deseo ver que sera de Astrea.

En fin buen fic espero ver mas pronto

#260 ALFREDO

ALFREDO

    Miembro de honor

  • 2,665 mensajes
Pais:
Chile
Sexo:
Masculino
Signo:
Libra
Desde:
Arica, Chile
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 15 junio 2015 - 21:48

Y el amigo Leo... pues dile a Leni que no te gustó su nombre. ¡Seguro que te da un golpe de remo! Ella fue quien creó tanto el aspecto físico como quien le dio nombre. Y no, no te preocupes. No se refiere a ese personaje bíblico.

 

Pues de hecho es lo contrario me hubiera gustado q fuera por referencia biblica, gran mayoria de mis personajes tienen nombres asi, inclusive el prota, Enoc XD.


fics2017_escena_sadica_by_bytalaris-dazo

FANFIC: La condenación de los caballeros de Athena

Capitulo final N°66.- Publicado!

Fichas de personajes





0 usuario(s) están leyendo este tema

0 miembros, 0 invitados, 0 usuarios anónimos


Este tema ha sido visitado por 104 usuario(s)

  1. Politica de privacidad
  2. Reglas generales ·