Kitsune: OMG OMG OMG OMG OMG -!
Rina: *le pega con la Katana* QUE TE PASA MUJER U!
Kitsune: es que estamos devuelta .!
Rina: y de quien es la culpa ¬.¬?
Kitsune: mía, mía… Lo sé… no tienes porque repetirlo
Rina: ok… comenta un poco ¬.¬…
Kitsune: ok, Bueno, Damas y Caballeros, se que hemos pasado varios años y pico y aun el Fic está en sus primeros Capítulos. Tengo que admitir que esto es debido a mi culpa… deje el Fic por completo y eso trajo conflictos entre Rina y Yo… pero ahora haré lo posible para que cada fin de Mes (o un poquito más) haya por lo menos 3 nuevos capítulos, mil disculpas a todos… ahora los dejo con el 4to Cáp. X3!
"Capítulo 4: La Custodia Designada"
Eran casi las 8 de la mañana en Ciudad Central. Las Personas comenzaban a salir a sus trabajos mientras otros se quedaban a dormir un poco más, sin embargo, en una parte de Ciudad Central, el Hospital Principal, para ser exactos, un mayor se encontraba en una habitación junto con dos jóvenes, los hermanos Elric.
Alphonse ya se encontraba en mejor estado, pero sus heridas eran muy delicadas, por lo que evitaba moverse o salir de la habitación, mientras que Edward se encontraba tratando de hacer un "retrato".
-Es de cabello largo y negro, llevaba un vestido claro sin mangas y un sombrero de sol… - Alphonse estaba muy concentrado tratando de recordar a la chica con la que estuvo hablando antes del accidente, cada descripción hacia notar tanto al Mayor Armstrong como a Edward que Al estaba embobado con ella-
-Joven Alphonse, ¿algún dato más que pueda aportar?- Se dirigió Armstrong a Alphonse mientras también se encontraba haciendo un retrato de la joven-
-Sus ojos, eran hermosos, de un color marrón brilloso que realmente te llevaban a otro mundo… -suspirando mientras se acomodaba en la cama- hm… no puedo aportar nada más Mayor Armstrong…
-No se preocupe… -terminando con algunos detalles y luego mirando a Edward- ¿terminó, joven Edward?-
-Hm… si… creo que si… -mostrando su "retrato", que parecía como sus típicos dibujos, una mezcla de Lujuria con Pereza
(N.A. Kitsune: … nunca va a mejorar…. Rina: Pero sus Dibujos son originales xD melones!)
… ehm… Ed… eso no sirve… - Señalo Alphonse algo nervioso- ¿y el suyo Mayor Armstrong?-
-Espero no haberme equivocado… - Mostrando el dibujo, dejando a ambos hermanos sorprendidos-
Una bella chica de cabello largo y negro, sosteniéndose un sombrero de sol, con el rostro en ¾, llevando un vestido sin mangas semi largo podía notarse en el dibujo que Armstrong había hecho. Parecía un retrato exacto.
-Déjeme verlo, por favor – (Le pidió Alphonse mientras tomaba el dibujo para contemplarlo)- es ella, es bellísimo...-
-Tiene una gran mano para el dibujo, Mayor… -(le comentaba Ed mientras reía)
-Muchas gracias señor, es algo que herede de familia, pero volviendo al tema… - tomando el dibujo de las mano de Alphonse- Debemos ubicar a la joven e interrogarla, por favor señor Edward, necesito que me acompañe fuera de la habitación, joven Alphonse, usted por favor descanse, esta tarde llegará su nueva custodia-
-¿Custodia?- (Preguntó el joven adolorido)
-Me temo que deberá estar bajo cuidado hasta que logremos atrapar a los que intentaron asesinarlo… por el momento la teniente Ross y el teniente Brosh se encargarán de la guardia-
-Es lo mejor por el momento, Al, ten un poco de paciencia- (le decía Edward mientras salía de la habitación con Armstrong) – Volvemos en un rato –
Alphonse asiente con la cabeza y se recuesta en la cama, mirando hacia la ventana, contemplando el paisaje de la ciudad.
Por otro lado, el mayor y Edward discutían cerca de la salida del hospital sobre como buscarían a la joven.
-Lo mejor será que hagamos copias del dibujo y ponerla por toda Central, el que sepa algo de ella vendrá enseguida- (Pensaba Edward mientras se apoyaba en la pared, con los brazos cruzados)
-Es buena idea, pero, ¿y si la chica era cómplice en el ataque?-
-No lo sé, según Al, dijeron que a ella también trataron de lastimarla, pero también me contó sobre unos cristales rojos… -
-¿Cristales rojos?-
-Si… antes de desmayarse, vio muchos cristales, como los de la piedra filosofal, y también vio una sombra… pero nada más… ¿Qué habrá pasado realmente?- (respiraba hondo mientras movía su cuello)
-Lo mejor será esperar a que alguien encuentre a esta chica, y de tener cuidado con estos Caza Alquimistas- (le respondió el Mayor, colocándole una mano en el hombro de Ed y sonriéndole) -solo intente ser paciente…-
-Si Mayor… lo se… - Sonriendo mientras se dirigía nuevamente a la habitación de Al lentamente
Al se encontraba durmiendo en su habitación, cuando de la nada la puerta se abre lentamente, entrando una persona, la cual se acerca a la cama de Alphonse, para acariciar su cabello.
-¿Alphonse…?-
-Hm… ¿Quién…? – (Alphonse reacciona a las caricias, abriendo los ojos lentamente, encontrándose con una persona conocida) –No puede ser… ¿Kitsu? ¿Eres tu?-
-Si… lamento por todo lo que estas pasando, a penas supe que estabas en este hospital intente venir para verte, y disculparme… -mirándolo a los ojos, decaída-
-¿Por qué te fuiste?- (tomándole la mano suavemente)
-Lo siento, tenía miedo, solo pude llamar a una ambulancia y retirarme, mi Tutor me estaba buscando, y no puedo meterlo en problemas… realmente lo siento, Alphonse… - (limpiándose el rostro por las leves lagrimas que soltaba de sus ojos)
-No te preocupes, estoy… -(en ese momento, el beeper de Kitsu comienza a sonar, haciendo que ella se alerte y lo lea. Su rostro se torna algo preocupado, mientras se alejaba de Alphonse) – ¿Qué Sucede?-
-Lo siento Al, debo irme… me están llamando… perdóname, vendré lo más pronto que pueda para verte nuevamente, ¡recupérate pronto!- Saliendo de la habitación a las corridas, dejando a Alphonse desconcertado-
-¡KITSU! ¡VUELVE POR FAVOR!- (Gritaba Alphonse mientras trataba de levantarse de la cama)
En ese momento, Edward logra escuchar a su hermano gritar con fuerza, corriendo desesperadamente por los pasillos para llegar; chocándose en el camino a una chica, pero sin darle mucha importancia debido a los gritos de Alphonse. Al llegar a la habitación, encuentra se lo encuentra doblado en dos, en la cama, gritando con fuerza el nombre de la supuesta chica.
-¡Alphonse! ¡Alphonse detente! ¿Qué es lo que te pasa?- gritaba el rubio mayor mientras trataba de sujetar a su hermano mientras este intentaba levantarse de la cama.
-¡NO, ESPERA! ¡ELLA ESTUVO ACA! ¡KITSU ESTUVO ACA!- gritaba Alphonse desesperado, mirando a su hermano a los ojos.
-¿Cómo que estuvo acá? ¡Ross!¡Brosh! –grito con fuerza Edward, sujetando a su hermano para que no se levantara, mientras que la figura de Ross aparecía en la entrada de la habitación, con un gesto de preocupación en su rostro.
-¿Qué sucede señor Elric?- Hablaba la pelinegro con su distintivo lunar debajo del ojo izquierdo.
-¡La loca por la que este esta embobado estuvo en la habitación! ¿Cómo demonios la dejaron pasar y sin detenerla?- amenazaba con su brazo izquierdo en alto, con su puño cerrado, mientras su hermano seguía gritando el nombre de la chica.
-Le pedí al teniente Brosh que estuviese alerta mientras me ausentaba un momento, ¿Cómo no esta aquí?- miraba confundida la teniente, observando por toda la habitación sin encontrar rastros de Brosh.
En ese mismo instante, la puerta de la habitación, se abre violentamente, dejando a la vista la figura de un militar sosteniendo su arma reglamentaria, apuntando en dirección a la cama de Alphonse.
-¿Qué es lo que esta sucediendo?- gritó el teniente Brosh, para luego ser recibido por un puñetazo por parte del mayor de los Elric, dejándolo tumbado en el suelo. –Ahg!-
-¡ESO PREGUNTO YO! ¿DÓNDE DEMONIOS ESTABA? ¡TENÍA QUE ESTAR VIGILANDO LA ENTRADA DE LA HABITACIÓN!- Refunfuñaba Edward como era de su costumbre, mirando con enojo al joven en el suelo.
-Lo… lo siento señor, fui por agua, no pensé que alguien llegara a entrar en estos pocos minutos de ausencia-
-Eso significa que aquella joven estuvo vigilándonos hasta que la puerta quedara libre y tuviese la posibilidad de entrar- Habló la teniente Ross con firmeza, ayudando a su compañero.
-¡Diablos, voy a tener que llamar a Mustang para que traiga de inmediato a esa custodia de una buena vez, no puedo confiar en nadie!- Gritaba mientras se iba de la habitación golpeando con fuerza la puerta, dejando a los dos tenientes confundidos y preocupados.
-CENTRAL-
Pocas horas para que llegara el mediodía, en clima estaba lo bastante agradable para un entrenamiento al aire libre.
Se podía notar en los patios de los cuarteles de Central a Armstrong y a una joven de cabello negro, atado a una coleta alta enfrentándose en un combate de lo que parecía uno de los tantos entrenamientos que se hacen en dicho lugar.
Por una de las habitaciones, se podía escuchar un teléfono sonar, la figura de un hombre de cabellos cortos y negros atendía con tranquilidad, sin antes bostezar para desperezarse.
-¡MUSTANG!- se escuchó del otro lado del tubo del teléfono, provocando que retirara el tubo de su oreja, con un gesto de cansancio en sus ojos, suspirando.
-Acero… tranquilízate, aunque grites nos vas a llegar nunca a mi altura, y en todo el sentido de la palabra- río divertido, escuchando aun mas pataletas por parte de Edward, pasando unos minutos antes de que la conversación se pusiera seria. –Con respecto a la custodia, Armstrong la esta probando antes de enviarla al hospital. –Miró a la ventana mientras observaba a las dos personas peleando. -¿Cómo se encuentra Alphonse en este momento?-
-Estable, pero aun adolorido y nervioso por haber visto a la chica…- Se escuchaba un semblante de tristeza en la voz de Edward.
-Tranquilo Acero, todo pasará… Así que apareció la chica… estuve observando las características que Armstrong diseño… -Colocando el tubo en su hombro, poniéndose uno de sus guantes en su mano derecha, sin dejar de observar a los que entrenaban afuera, abriendo con cuidado la ventana de la oficina, chasqueando sus dedos, provocando la reacción de alquimia de fuego a dirección de la joven. Armstrong reacciona ante el chasquido, saltando hacia atrás, dejando a la joven a la merced del ataque de Mustang, evitándolo por poco centímetros mientras gritaba desde el patio.
-¡Comandante! ¡No es justo hacer eso en una pele…- no pudo terminar la oración, recibiendo un fuerte puñetazo por parte del General de Brigada, golpeándose fuertemente con el árbol que había detrás de ella.
-¡Recuerda que en una guerra no hay reglas de pelea y debes tener los ojos hasta por la espalda! –Hablaba orgulloso Armstrong mientras hacía una de sus tantas poses victoriosas.
La joven se levanta con algo de dolor, poniéndose en posición de pelea y corriendo hacia Armstrong, escuchándose la voz de Mustang:
-¡APURATE A TUMBARLO Y VEN ENSEGUIDA A LA OFICINA!- Hubo un silencio, retomando la conversación con Edward al teléfono- Como te decía, pronto tendrás la custodia, ahora tranquilízate y encárgate de pegar los afiches de búsqueda de la joven- quitándose el tubo del oído y terminando la conversación, mirando nuevamente la pelea.- ¡USA LOS PUNTOS DEBILES, EN UNA BATALLA TODO SE UTILIZA!- grita con fuerza, suspirando al mismo tiempo que cerraba la ventana, poniendo su mano en su frente y con cara de decepción.- ¿Por qué no hace lo que le enseñe en todo este tiempo?
Aquel ultimo comentario de Roy, hace reaccionar a la joven, cambiando la posición del puño a un codazo en las costillas derechas a Armstrong, haciendo que este pierda la atención, tomándolo con la mayor fuerza posible de unos de sus brazos, levantándolo y lanzándolo contra el suelo, dejando a Armstrong tumbado con una reacción de sorpresa, pero sin dejar de mirar a la joven que saltaba de alegría.
-Bien pequeña, ahora ve a la oficina que el Comandante te necesita… pasaste la prueba con éxito- sonrió con sus brillos en el rostro, mientras la joven hace una leve reverencia, corriendo rápidamente hacia dentro del edificio.
-Estos jóvenes de hoy, que rápido crecen…- decía el General de brigada con lagrimas en sus ojos y haciendo nuevamente una de sus poses ya de pie.
Luego de unos minutos, se escucha el llamado a una puerta
(N.A. Kitsu: nuevamente… / Rina: Toc Toc a la señora puerta xD) para luego escucharse una voz masculina dando la aprobación a abrirla.
-Con su permiso, señor….- decía la joven de cabellos oscuros, aun atado por su coleta alta, ingresando a la oficina. –Dígame, ¿Qué es lo que necesita? –
Los ojos oscuros del hombre se fijaron de manera intimidante hacia la chica, con su semblante serio en el rostro.
-siéntate…- la joven enseguida obedeció a la orden, observándolo. –Por lo que veo haz terminado con éxitos el entrenamiento que se te ha impuesto, ahora te daré tu misión… pero antes…- entrelazando sus dedos entre si, apoyando los codos en la mesa, sin quitarle la vista de encima- ¿Dónde estuviste esta mañana? Note a la perfección que tu presencia no estaba en los cuarteles desde antes que amaneciera, ¿me podrías explicar?-
La joven se tensa ante el comentario de Roy, comenzando extrañamente a balbucear, notándose muy nerviosa.
-eh… pues… yo… eh…- contesta rápidamente poniéndose firme- ¡Estuve en la biblioteca! Necesitaba leer para el examen.
La figura del hombre se estiro hacia la silla, mirando unos papeles a su costado, leyendo con cuidado.
-Ya veo… pero para tus exámenes faltan unos cuantos años…- Aquella mirada filosa se posaron nuevamente en la figura de la joven, sintiéndose una extraña aura asesina saliendo de él. – Dime donde estuviste antes de que te carbonice…
Nuevamente la joven se puse sumamente nerviosa, sin dar alguna respuesta concreta, hasta suspirar resignada.
-Lo siento Señor, me escape de las instalaciones para conseguir el primer lugar de la firma de autógrafos de mi autor favorito, le prometo no volver a retirarme sin aviso previo.-
Aquel comentario hace que la expresión de Mustang cambie a una más calmada, respirando hondo y poniéndose de pie, caminando en dirección hacia ella.
-Muy bien… solo espero que no se repita, ¿Esta claro teniente Naga?...Te designaré tu misión… -con unos papeles en sus manos, sentándose en un sillón frente a ella.- Debes custodiar y proteger la vida de una importante persona aquí en Central, hace unos días sufrió un grave accidente y al ser de un cuerpo débil, necesitará unos cuantos días de reposo, su misión será cuidarlo hasta que este en condiciones de poder manejarse solo, ¿esta claro?-mirando a la joven por sobre los papeles.
-Ah, ¡Si señor!- poniéndose de pie y firmemente, notándose el brillo en sus ojos de emoción y felicidad, ¿acaso será alguna figura de gran autoridad?¿un famoso artista o algún superior de los cuarteles? Muchas opciones aparecieron en su cabeza mientras que Roy la observaba con un semblante extraño en su rostro.
-"Quisiera saber que se esta imaginando esta chica… bueno, solo espero que pueda cuidarlos como se debe"- Pensó para sus adentros el Comandante, poniéndose de pie y saludándola.-Muy bien, Teniente, la mayor Hawkeye te dará toda la información que necesites acerca de esta persona, ahora retírate-
Sin dar muchas vueltas, la joven se retiro aun emocionada por aquella misión, caminando por toda central pensando quién podría ser la persona que debería cuidar.
Unos minutos después, en la oficina de la mayor Riza Hawkeye, la teniente golpea la puerta y entra a la misma, notando a la mayor leyendo algunos documentos importantes, y luego observando a la jovencita en la entrada.
-Buenos días Teniente Naga…- Dijo con su voz neutral, poniéndose de pie hacia ella, entregándole algunos papeles a la joven, sin dejar de hablar de manera tranquila, explicándole algunos detalles de la misión. –Debes asistir al hospital general de central…-
- ho… ¿¡Hospital general! –grito con sorpresa la pelinegro mientras tomaba los papeles. -¿Puedo saber cual es el nombre de la persona que debo custodiar?- preguntaba con algo de temor en sus palabras.
-Claro… es el hermano menor de los Elric… Alphonse Elric…- Miraba entre los papeles.
En ese mismo instante, los ojos de la teniente Naga se abrieron de par en par, sintiendo dentro suyo como un fuerte choque eléctrico la recorría, haciéndola volver a la realidad, dejándola sumamente pálida, llamando la atención de la mayor Hawkeye.
-¿Se encuentra bien, Teniente? Se la nota un poco más pálida de lo normal…- mirándola con atención.
-Ah, ¡no! ¡Estoy bien! Solo me sorprendió, ellos son muy conocidos en Central…- tratando de tranquilizarse sin dejar de mirarla a los ojos- …Me sorprende que me den semejante responsabilidad…-
(N.A. Rina: Claro nena! Son semejantes vidas en ese lugar! / Kitsu: U…u)
-Estoy de acuerdo, los hermanos Elric son personajes distinguidos en toda Central, será mejor que cumplas tus ordenes al pie de la letra, puede costarte mas que el uniforme…- sonriendo levemente pero con algo de malicia hacia la joven, la cual siente un fuerte escalofrió en su espalda al escuchar ese ultimo comentario.
-Si, mayor, lo tengo muy en claro… - una gota de sudor frió recorría por sobre el costado de su rostro mientras hacía una reverencia. –¡Partiré de inmediato! Con su permiso.- Cerrando la puerta de la oficina, caminando por los pasillos nuevamente pero esta vez con un semblante de preocupación y desesperación en su rostro, mordiendo uno de los guantes que llevaba puesto. -¿y ahora que hago? ¿Cómo puedo mirarlo a los ojos?... no le puedo decir que soy yo…- Sumergida en sus pensamientos con sus ojos cerrados, pero al momento de abrirlos, una figura conocida para ella aparece de la nada, abrazándola con fuerza al punto de levantarla del suelo.
-¡Princesitaaaa! ¿Cómo estas que no te pude ver en todo el día? ¿Cómo te fue en el entrenamiento?- Havoc la suelta pero sin soltarle las manos, mirándola con suma admiración y ternura.
-Ah… ¡AH! ¡Bien! Me designaron una misión y estaba a punto de retirarme hacia mi destino…- hablaba con algo de preocupación, notándose en ese mismo momento algo que llevaba en las manos el Teniente Segundo. -¿Qué es eso, Havoc?- hablándole con familiaridad, como si fuese un amigo de toda la vida.
-¿esto? ¿Viste que linda?- mostrándole una boina azul del mismo color del uniforme de Central, incluso con las insignias de los cuarteles. – Me pareció algo original para llevar, ¿no te parece?- en ese mismo instante, la joven toma la boina y con velocidad, se la coloca sobre su cabeza.
-¿Qué te parece? Me queda mejor que a vos… -sonreía por primera vez mientras le ponía ojitos de ternura- ¿me la regalas, Havoc? Por favor… como premio por aprobar el entrenamiento…-
Havoc queda maravillado por la mirada de la pequeña de ojos marrones, que brillaban como la luz de las estrellas, dejándolo prácticamente en estado de enamoramiento.
-ah… si mi princesa… te queda mucho mejor que a mi… te lo regalo…-tratando de no babear en el intento mientras sus mejillas se ponían completamente rojas.
(N.A: Rina: nos ahogamos en baba!/ Kitsu: alñjfdklsañfjdk –ahogada-)
-¡Gracias Havoc! ¡Sos un amor de persona! –Se acerca para abrazarlo con fuerza y darle un beso en la mejilla, corriendo hacia las escaleras y bajando rápidamente, dejando al joven teniente segundo en estado de shock, con su rostro sumamente rojo y soltando algún hilo de baba-
(N.A: Rina: ahhh, mucha babaaaa! lxasjfdl –se ahoga también-)
-AFUERAS DE CENTRAL-
En la ciudad, Edward se encontraba recorriendo los lugares que más solía Alphonse estar, dejando los volantes de "se busca" de la joven, preguntando a algunas personas conocidas para ellos y que tenían un poco mas de confianza al hablar.
(Cafetería)
-Mirell, ¿haz visto a esta joven por acá?- Preguntaba el joven de cabellos rubios y atado a una coleta, mientras la joven camarera observaba el papel, examinándolo con cuidado.
-hmm, no joven Elric, en este momento no se me viene a la cabeza, en estos empleos uno ve tanta gente que no se puede grabar en la cabeza a todos, sin embargo colgaremos el volante en la puerta, quizás haya suerte…- sonreía la camarera mientras tomaba el volante con cuidado- ¿Cómo se encuentra el joven Alphonse?
En ese momento, la mirada de Edward decae considerablemente, sin embargo, mantiene una sonrisa "discreta" y la mira nuevamente a los ojos.
-Al esta estudiando demasiado y esta descansando en la casa-
-Oh, bueno, envíele mis saludos y que todo le vaya bien- sonríe amablemente, haciendo que Edward le devuelva la misma sonrisa, levantando la mano a modo de saludo y dirigiéndose a otro puesto del lugar.
La joven antes de volver con sus tareas, mira nuevamente el dibujo que le habían pasado, pensando por un momento y mirando en dirección a donde Edward se había ido, ya desapareciendo de su vista.
-Que raro… ¿Por qué ahora me resulta familiar? ¿Donde la habré visto?- diciéndose a si misma, para luego seguir con lo suyo.
Durante un largo rato, en que Edward iba de negocio en negocio, preguntando a toda persona que pudiera saber algo de aquella extraña muchacha, en su mente intentaba responder muchas interrogantes.
-Es la primera vez en tantos años que Alphonse tiene interés en algo, y mucho menos en alguien que no fuera la alquimia, me alegra saberlo, pero…- mirando uno de los pocos volantes que le quedaban, apoyándose contra unas rejas bajas que había cerca de una plaza, levantando la voz de repente –lo mas importante… ¿CÓMO ALGUIEN PUEDE INTERESARSE EN ÉL?-
(N.A: -Ambas se quedan mirando a Edward con una gotita en la frente y cara de "celoso"-)
La gente en la plaza lo observaron por un momento, algunos sorprendiéndose, otros simplemente riendo en ocasiones y otra parte sin darle mucha importancia.
Edward trato de relajarse, respirando algo agitado mientras se tomaba la cabeza.
-Lo mejor será que vuelva al hospital, creo que la custodia de Al debería estar llegando- decía a si mismo al momento de ver que el sol se estaba poniendo, dando a entender que ya eran alrededor de las 18 hs. Sin mucha mas que decir, guardo pegó algunos últimos volantes y comenzó su camino hacia el hospital.
-Hospital Central-
Las luces de la ciudad empezaban a prenderse, mientras que a lo lejos, se podía divisar un auto con insignias militares. Dentro de este, la figura de una chica con uniforme y una boina en su cabeza, se movía de un lago para el otro, pensando y torturándose la cabeza.
-ay dios, ¿y si se dan cuenta que soy yo? Dudo mucho que sean tan estúpidos como para no darse cuenta, ¡ay no se que hacer! – gritaba desesperada en el asiento trasero, quitándose violentamente la boina para desarreglarse el cabello de la histeria, mientras que el conductor del auto, la miraba extrañado y en ocasiones con miedo.
-Teniente Naga, ¿Necesita algo? ¿Un calmante quizás?- preguntaba el señor de lentes oscuros y gorro militar, mirando por el espejo retrovisor.
-¡No!- gritaba eufóricamente, provocando que el auto se moviera en zigzag cada tanto –Estoy bien, solo nerviosa, es la primera misión en mi vida y tengo algo de miedo de fallar en ella-
-Tranquilícese, todos tuvimos la primera misión siempre y es algo común en todos nosotros –Sonreía levemente mientras doblaba para entrar en la rotonda frente al hospital, deteniéndose levemente –Solo piense que si la eligieron, es porque tiene potencial para ser una custodia, así que le deseo éxitos-
La joven de cabellos negros, sonríe ante el comentario, bajando lentamente del auto, mirando la entrada del hospital, respirando hondo y comenzando a caminar, no sin antes ser llamada por el conductor.
-¡Teniente! ¡Su boina, no se olvide de ella!-
Al darse cuenta de que tenía todo el cabello suelto, suelta un alarido de susto, agarrando la boina con desesperación, arreglándose el cabello de manera que pareciera corto, y así dirigiéndose a la puerta central, dejándose solo a vista al conductor mirando como la chica desaparecía de su vista, mostrando un rostro sonriente pero con nerviosismo.
-Cada día más jóvenes y más raros, dios…. Tengo que retirarme…- hablo a si mismo mientras se retiraba del lugar.
Una vez adentro, preguntó en recepción donde estaba la sala, para luego comenzar a caminar por los pasillos, al mismo tiempo que un joven rubio que caminaba un poco más adelante que ella.
Luego de unos minutos, este joven entra primero a la habitación, llamándole la atención a la chica. Allí, se escucho unos "pequeños" gritos de enojo.
Temerosa, la teniente trata de tomar la perilla, abriéndola con lentitud, notando la presencia de dos militares ya conocidos por ella, y de aquel joven que anteriormente vio en los pasillos del lugar.
-¡¿DONDE DEMONIOS ESTA LA CUSTODIA! SUPUESTAMENTE DEBERÍA HABER LLEGADO- moviendo sus brazos enloquecidamente mientras los otros dos militares trataban de calmarlo. –¡SE PERFECTAMENTE QUE NO LE CAIGO BIEN A ESE COMANDANTE DE CUARTA PERO NO LE PERMITO QUE JUEGUE CON ESTAS COSAS! ¡SEGURO QUE ESTE SOLDADO ES UNO MAS DE ESTOS INUTILES QUE TIENE EN CENTRAL!- mirando con enojo a los militares, los cuales trataban de hablar.
-estem… Joven Elric…- hablaba nervioso el teniente Furry, señalando hacia un costado de Edward.
-¡¿QUÉ!- gritó con fuerza, volteando violentamente hacia su costado, notando la presencia de la joven que se encontraba delante de él, posando firme y saludando en pose de Viena. En ese momento, el rostro de Edward se relaja a uno un tanto confundido, mirando nuevamente a los militares -¿Es una broma?-
Los militares sonrieron, con una gota en su cabeza, diciendo al unísono un "No señor", mientras saludaban también en la misma pose que la joven teniente frente a ellos.
-¡Teniente Naga, bienvenida!- dijo firmemente el Teniente Falman, esperando respuesta.
-¡Lamento el retraso Teniente!¡Soy la teniente Naga, reportándome señor Elric!-
-A ver, a ver… déjenme asimilar este momento…-colocando su mano en la barbilla, mirándola de arriba abajo a la chica- vos… sos… ¿la custodia?-
-Si Señor…- sin abandonar su pose firme, bajando la mano lentamente.
-Aha… ¿de donde te sacó el Comandante?- aun mirándola muy atentamente, casi amenazante.
-De los cuarteles generales de Central, señor…-hablaba con tranquilidad, aunque se le podía notar algo de nerviosismo.
-Joven Elric, la teniente Naga es pupila del Comandante y el General de Brigada desde que nació, fue educada y entrenada bajo sus normas y conceptos, por lo tanto fue enviada a esta misión por tener una de las mejores notas del cuartel y ser considerada como alguien digno de confiar-
En ese instante, Edward cambia su semblante a uno más a la defensiva, comenzando a imaginarse cosas en su cabeza.
-criada… ¿por Mustang y Armstrong? No, no, no, ¡es una pesadilla! –Retrocediendo mientras se sentaba en la cama donde estaba Alphonse ya sentado, mirando también sorprendido –¡Crearon un monstruo!- Gritaba Edward con las manos agarrándose la cabeza.
Hubo silencio por un momento, luego, se pudieron escuchar carcajadas por parte de Furry y Falman, tratando de no caer al piso de la risa, mientras que la teniente se mantenía en la misma posición, casi sin comprender lo que pasaba, pero sintiéndose de alguna forma insultada.
-jajajaja, no joven Elric, aunque todo el mundo piensa lo mismo, la teniente es muy diferente a ellos…- decía Falman.
-claro, si en eso se encargaba la mayor Hawkeye…- terminaba la frase Furry, mientras ambos se acercaban a la teniente Naga.
-Vamos de mal en peor…- decía el rubio mayor, tomándose la cabeza e imaginándose una extraña escena del trío de militares en un fondo negro, todos con una sonrisa macabra y "accesorios" un tanto fuera de lugar, mientras la teniente estaba en el medio, vestida de manera militar, pero con una apariencia completamente diferente, siendo como una mezcla de los tres, sonriendo a lo mustang, con pose de Armstrong y con la mirada fría y sin emoción de la Mayor Hawkeye- ¡ES UNA QUIMERA!¡HICIERON UNA QUIMERA EN VIDA!- gritando con los brazos moviéndolos como loco- ¡Y SIN ALQUIMIA!
Nuevamente la sala se lleno de risas, tanto de los militares como de Alphonse, que a pesar del dolor no podía evitar causarle gracia la actuación de su hermano.
-ehm, Edward cálmate…- decía Falman mientras posaba sus manos en los hombros de la teniente, la cual miraba aun igual de confundida y sorprendida –La teniente tiene un carácter muy diferentes a los tres, no tiene porque imaginarse cosas, solo esperamos que sea de ayuda en este momento tan difícil-
Nuevamente la calma volvió a la sala, Edward respiraba más calmado, tomándose la cabeza y mirando a joven, para luego acercarse y extender la mano.
-Muy bien… espero que cumpla con su trabajo, teniente Naga… soy Edward Elric, un placer…- mirándola, temiendo en como podría reaccionar la chica, sin embargo, esta tomo la mano de él, sonriendo de una manera que sorprendió al muchacho y a su hermano menor.
-El placer es todo mió, Señor Elric, estoy a sus servicios- sonriendo de una manera tal amable y tranquila, que a Edward le resultaba imposible que fuera una chica criada bajo el mando de Roy Mustang o de Alex Lois Armstrong.
-Ehem, bueno… -se arreglaba la garganta, soltando la mano de la joven, para luego señalar a su hermano- Esta bolsa con forma humana es mi hermano Alphonse-
-¡Oye!- decía alphonse, tomándose el hombro, tratando de volver a su posición media recostada.
-si, como decía…-mirando a Alphonse y luego a la teniente- él esta aquí por no saber cuidarse solo, así que tendrás que cuidarlo y vigilarlo, a pesar de sus heridas, esta decidido a escaparse de aquí para encontrar a su princesa perdida-
-¡OYE!- grito con fuerza pero sin moverse, su rostro estaba completamente rojo ante el comentario, para luego voltear la mirada, un tanto molesto- igual, yo no necesito que me cuiden, mucho menos de los perros del Comandante Mustang-
Los rostros de todos en la sala fueron de sorpresa, más por los militares Falman y Furry, que conocían a Alphonse desde hace tanto tiempo y jamás menciono algo tan negativo del Comandante como ahora. Edward simplemente se acercó a su hermano, tratando de no lastimarlo al momento de abrazarlo.
-¡Por fin me estas entendiendo, hermano! ¡Sabía que ibas a venir para mi lado!-
-Agh, hermano me lastimas!- tratando de soltarse.
-Sepa disculpar, señor…-interrumpió la teniente, acercándose a ellos- no me considero ningún perro de nadie, fui criada bajo el mando del Comandante y General de brigada, y jamás tuve que pensar de una manera tan negativa, es una falta de respeto a lo que acaba de decir hacia mis superiores- mirando con seriedad y tomando una actitud muy conocida para todos en la sala.
-si… ahí esta Hawkeye… ahora entiendo lo que decían…- decía Edward mientras soltaba a Alphonse, sonriendo de manera maliciosa- si, se nota que aun no conoces del todo a Mustang, ya tendrás oportunidad…- en ese momento, notaba la cara molesta de su hermano, tal parecía que no le había agradado para nada el comentario de la teniente, tratando de calmar el ambiente- le comento, teniente, que nosotros conocemos demasiado a sus tutores y estamos acostumbrados a hablar así de ellos, así que no tome siempre a mal lo que podamos decir… solo ocúpese de su misión de ser custodia y aceptar nuestros tratos hacia ellos-
-Teniente Naga, por experiencia, todos nosotros ya conocemos como son ellos, solo trate de aceptarlos como son, ya se va a acostumbrar- mencionaba Falman con una media sonrisa.
La joven simplemente respiro hondo, tratando de asimilar las palabras que le habían mencionado y tratar de no estar nerviosa por el momento.
-Muy bien señor, lamento mi comportamiento, no se volverá a repetir- haciendo una reverencia firme, mientras Edward la miraba y levantaba las manos a un costado y negando con la cabeza, teniendo una sonrisa decepcionante, a punto de decir algo pero siendo interrumpido.
-Típico comportamiento de los perros del ejercito…- mencionaba Alphonse con un tono medio molesto, ya sin siquiera mirar a la teniente.
Nadie en la sala dijo nada, Kitsu simplemente suspiro un momento, prefirió no decir nada para evitar malos entendidos y mantenerse en posición.
-oye Edward ¿seguro que quieres esto? Sabes que desde aquella vez no podemos confiar en ningún militar que nosotros no conozcamos, además, la señora teniente debe tener cosas más importantes que hacer…- decía Alphonse mirando a su hermano con seriedad.
-Ah…- intento hablar Edward, pero es interrumpido por la voz de la teniente.
-Señorita… Señor- hablaba con seriedad y tranquilidad hacia Alphonse, a pesar de que este no la miraba a los ojos.
-Perdóname que te pregunte pero, ¿Cuántos años tienes?- pregunta Edward mirándola confuso, tal parece que él también pensaba que ella era una "señora".
-16 años, señor…- sin cambiar ningún semblante en su rostro.
-¡¿QUÉ!- reaccionan ambos hermanos ante la sorpresa, eso hace que Edward se acerque a ella desesperado, comenzando a mirarla de arriba abajo, sobre todo de arriba.
-Listo, esto ya de por si es una broma…-tomándose la cabeza- ¡¿CÓMO PODES TENER 16 AÑOS Y SER MÁS ALTA QUE YO!-
Nuevamente los militares comenzaron a reírse, mientras que Alphonse se tomaba el rostro, como avergonzado y aun más molesto, o más bien decepcionado.
-Eso te pasa por no tomar leche, ya te dije que no vas a crecer más… no sería raro si toma la altura del General de Brigada- cruzándose de brazos con algo de cuidado.
-¡Ni de broma!- reaccionó la teniente, tomando por sorpresa a todos, para luego arreglarse la garganta y luego comportarse como antes –dudo mucho en eso, señor Alphonse, no creo que pueda crecer más-
-Más te vale…- mirando a Edward con molestia mientras caminaba a la puerta- muy bien, seguiré con mis asuntos…-en ese momento se da cuenta de algo, caminando nuevamente hacia la teniente, tomando un volante y pasándoselo –teniente, por casualidad, ¿no conoce a esta chica?-
En ese momento, la joven nota de entrada la mano del General de Brigada en aquella figura, notando que era ella con la vestimenta que usaba el día en que conoció a Alphonse. Guardó silencio por un momento, pensando un poco y luego moviendo la cabeza, negando.
-Disculpe Señor Edward, no la conozco…-
-Esta bien, esta joven la estamos buscando, si llega a verla por el hospital o que llegue a entrar a la habitación, no dude en avisarme y en detenerla, ¿esta claro?-
-Si señor- afirmó sin dudarlo, tratando de que no le agarrara un fuerte dolor de cabeza con todo lo que estaba pasando.
Luego de todas las ordenes designadas, las charlas y comentarios fuera de lugar, tanto Edward como los militares tomaron la decisión de retirarse a sus asuntos, dejando solamente en la habitación a la teniente y a Alphonse, que trataba de pelar una manzana, sin mucho resultado por el dolor.
-Señor Alphonse, déjeme ayudarlo…-tratando se acercarse, pero es detenida con la voz seria de él.
-Se cuidarme solo, teniente, no necesita tratarme como un bebé…- hablaba cortante el menor de los Elric, mientras seguía peleando con la manzana, a un punto de tirarla hacia un costado, siendo tomada rápidamente por la joven.
-Comprendo que no quiera ser tratado como tal, pero no puede moverse…-hablándole tranquilamente, tomando el cuchillo de la mano de él y comenzando a pelar- sin embargo, no es malo recibir de vez en cuando algo de ayuda… solo tenga paciencia hasta que pueda moverse y hacer las cosas por sus propios medios.-
Alphonse simplemente cerró la boca, mirando hacia otro lado, aun con su tono de molestia, pero ya más calmado que antes.
-…ok… -mirando hacia la ventana- Además de ser un perro de los militares, ¿Qué otra cosa más le interesaría hacer de su vida?-
La joven sonrió levemente, mientras cortaba la manzana en un plato, pasándoselo.
-Muchas cosas, señor… a pesar de ser parte de esta familia, quisiera recorrer el mundo, ser buena cocinera, leer muchos libros de interés, poder manejarme independientemente…- respirando hondo al decir esas cosas, mirando también la ventana- saber cada día más sobre la alquimia...-
Eso ultimo llamo la atención de Alphonse, mirándola por primera vez sin un semblante de molestia, tomando el plato pero aun sin comer.
-¿Alquimia? ¿Acaso te interesa la alquimia?-
-Si, desde que tengo memoria…-antes de poder continuar, recordaba las normas que Mustang le había indicado, y que no podía mencionar que era alquimista hasta el final de sus exámenes- …siempre me gusto, ya que veía al Comandante y al General de Brigada manejarse con ella, tengo muchos deseos de ser tan buena como ellos… pero fracaso considerablemente- un semblante de tristeza se dibuja en su rostro, ocultándose los ojos por la boina, provocándole a Alphonse algunos recuerdos del pasado, recostándose en la almohada pero aun sin acostarse, mirando la comida.
-se lo que es fracasar… más que nada en la alquimia…-mirando la ventana- pero si uno tiene esperanzas y fe en uno mismo, todo funciona… al final.-
La teniente levantó la mirada, escuchar las palabras de Alphonse le reconfortaba, a pesar de no poder decir nada de lo que realmente sabía.
Pasaron unas horas, Alphonse se había quedado dormido con el plato aun en sus manos, sin haber tocado bocado, a lo cual la teniente lo toma, dejándolo a un costado y sentándose en una silla cerca de la ventana, sin dejar de mirarlo.
-Esto va a resultar más difícil de lo que pensé… no se cuanto tiempo podré ocultarlo…-hablaba por lo bajo mientras se quitaba la boina, dejándose ver sus ojos llorosos- realmente lo siento, Alphonse…-tomándose el rostro, dejando escapar algunas lagrimas de su rostro.
La noche transcurrió tranquila y sin problemas, con Alphonse descansando, con las ventanas cerradas y la teniente fuera de la habitación haciendo guardia, nuevamente con la boina en su cabeza y una lagrima corriendo por su mejilla.
-
Continuará
Próximo Capítulo: "Residencia de los Elric"
Rina: Cuarto capitulo terminado! Wiiii! –Saltando y moviendo la katana como loca-
Kitsune: después de… cuanto?
Rina: perdí la cuenta en el 2009… -mirándola-
Kitsune: bueno, fueron muchos años, pero ahora le re volvimos y vamos a hacer todo lo que este a nuestro alcance para terminar esta historia que tenemos desde el 200…?
Rina: 2007…-contando- faaa, cuantos años! –la agarra del cogote- eso te pasa por colgada!
Kitsune: -peleando por su vida- ok, ok, perdón! –se suelta- ahora que nos juntamos para hacer los capítulos vamos a hacer las cosas mejor...
Rina: eso espero…-amenazante con la katana en mano- ya no nos va a colgar el editor T,T!
Kitsune: si! Así que seguiremos adelante!
-se abrazan y lloran de la felicidad-
Ambas: espero que nos sigan leyendo! Pedimos perdón por tanto tiempo de espera! No nos quemen la casa! (Ya que algunos nos iban a hacer piquete y a quemarnos los televisores (¿?)) Desde ya, muchas gracias y esperen para el próximo capitulo =D
Editado por Rina_Holic, 23 octubre 2011 - 23:37 .