Mii de Dolphin es uno de los pocos saint que conocemos de apellido.
La historia que hay detrás es muy curiosa.
Nicolò Cacciatore en el Palermo catálogo de estrellas (1814) bautizó a las dos estrellas principales de la constelación del Delfín como 'Sualocin' y 'Rotanev'.
Durante cincuenta años, los otros astrónomos se han devanado los sesos sobre el origen de estos nombres; en realidad era la traducción latina de su nombre, anagrama al revés.
Gracias a este engaño, fue el único hombre que dio directamente su nombre a una estrella.