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Saint Seiya - Un mundo diferente

Caballeros Dioses Athena Seiya Fanfic

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#1 Estrellas en Papel

Estrellas en Papel

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Publicado 31 agosto 2019 - 17:32

La diosa Ker jugó con el destino y produjo todo los acontecimientos del universo principal de Saint Seiya conocido
¿Qué pasaría si la pequeña broma de Ker se ve arruinada? ¿Y si Saga no llega a asesinar al patriarca? ¿Aioros seguiría vivo? ¿Los 5 caballeros de bronce legendarios encontrarían de todas formas su camino hasta Athena?

En esta historia se plantea un mundo diferente, lo que hubiera sucedido si la maldad de Saga hubiera sido erradicada mucho antes de que causara cualquier incidente irreparable.

 
 
Prologo: El Ciervo Del Destino
 

PARTE 0: Quien Altera El Curso

 
Las olas golpeaban con fuerza la base de Cabo Sunion durante esta oscura noche en el santuario. Ker estaba en el acantilado del cabo a la espera de que el lemur, un espíritu maligno, que tomó posesión de Saga de Geminis por fin apareciera e hiciera su gran movida, asesinar al patriarca y a Athena para hacerse con el santuario.
 
- Este será el fin del santuario, así la Tierra por fin será de mi dios Hades…
 
- Las cosas no saldrán como deseas, Ker.
 
Desde las ruinas cercanas aparece un hombre con una capucha y ocultando su rostro. Se detiene a unos cuantos metros de la diosa, listo para hacerle frente.
 
- No eres la indicada para manejar el destino.
 
- ¿Cómo osas? Soy una dios al servicio de uno de los tres grandes, hermana de los dioses gemelos y la diosa maligna que controla el destino, no creas que puedes decirme qué hacer. - La diosa se sintió desafiada, pero no flaquearía, menos frente a un hombre. - ¿Quién eres?
 
- Soy solo un enviado de las Moiras, vengo a impedir el drástico cambio en los hilos del destino que buscas provocar.
 
Por un segundo Ker sintió un leve tono amenazante en el sujeto, debía acabar con él si no quería que sus planes se viesen arruinados. Alzó la mano violentamente en dirección del encapuchado y miles de espíritus malignos emanaron de su mano, arremetiendo contra el desconocido. La técnica de la diosa solo logró arrancar la capucha del enviado de las Moiras, revelando una armadura gris que cubría la mayor parte de su cuerpo y un cabello desaliñado y corto del mismo tono que su ropaje sagrado.
 
- Soy Fatum, el ciervo del destino, el representante de las Moiras.
 
- … - Ker podía ver en los plateados ojos de Fatum la tranquilidad de sus acciones, pero a su vez la hostilidad que emanaba era preocupante, incluso para ella. - Ya está hecho, he movido los hilos del destino hace 15 años y solo es cuestión de minutos para que el destino del santuario sea sellado.
 
- No eres la única que ha movido aquellos hilos, Ker. - Fatum dio un par de pasos más hacia ella, lo suficiente para estar a centímetros el uno del otro. - Las cosas no sucederán como deseas. El destino siempre encuentra su propio cauce.
 
Ker se giró para ver en dirección de Star Hill, donde el lemur debía asesinar a Shion y dónde Saga se sentiría como el caballero maldito y tomaría el puesto de patriarca en el santuario.
 
 
 
 
 
 

Me presento, soy un simple chico que busca escribir sobre la serie que tanto ama y de cosas que no podría ver nunca dentro de una animación. Espero les guste la idea de la historia y nos vemos en una próxima actualización.
Dejo el otro espacio donde mantengo actualizaciones de la historia: https://www.wattpad....mundo-diferente



#2 Shiryu

Shiryu

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Publicado 01 septiembre 2019 - 10:12

Suerte con el proyecto

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#3 Kael'Thas

Kael'Thas

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Publicado 02 septiembre 2019 - 18:59

Esta interesante y espero lo continues


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#4 Estrellas en Papel

Estrellas en Papel

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Publicado 03 septiembre 2019 - 21:39

Holaa, gracias Kael'Thas :D espero estar a la altura y continuar con actualizaciones constantes, que a mi también me ilusiona seguir con esta historia jajajaja
Bueno, el "prologo" con el que estoy comenzando constará aproximadamente de 3 o 4 capítulos, pero a todos los llamaré prologo, pues es lo que son.
 
Prologo: El Nuevo Cause De Las Estrellas
 
Las estrellas se veían intranquilas y titilaban de manera misteriosa, al menos según la experiencia de Shion. Se encontraba Star Hill desde hace algunas horas, tratando de leer las estrellas, pero parecían llenas de movimiento, como si los propios dioses hubieran interferido. Shion, como patriarca, sintió a alguien detrás suyo.
 
- Este lugar está destinado únicamente para el patriarca. - Sus palabras se mantenían firmes mientras hablaba y sin siquiera tomarse la molestia de voltearse. - Eso deberías tenerlo más que claro, Saga.
 
- Patriarca… - El caballero dorado se mantenía arrodillado con la cabeza baja. - ¿Por qué no soy el próximo patriarca? ¡No considero ser inferior a Aioros!
 
El patriarca Shion veía en el rostro de Saga una expresión poco común en él, una que expresaba una ansiedad y celos tremenda por la elección de que Aioros fuera su sucesor.
 
- Es cierto que la gente te adora como a un dios - Dijo sin ningún tipo de duda. - Sin embargo, siento que en tu alma se esconde un mal terrible.
 
Saga por un segundo se vio asustado, apenado y decepcionado, entonces se puso en pie y su expresión volvió a cambiar, a una mucho más triunfal mientras su cabello se tornaba color gris.
 
- Parece ser que has descubierto mi secreto...
 
- ¿Q-Quien eres en verdad Saga?
 
- ¡Muere! - Saga acumuló de su cosmos en su puño y lanzó su golpe al patriarca.


 
- ¿Que hiciste Fatum? - Le preguntó la diosa Ker
 
- Un par de cambios que definitivamente neutralizaran el tuyo Ker - Dijo fríamente. - El destino de Athena y sus caballeros es inamovible.
 
La diosa maligna miraba la lejanía con una profunda preocupación, viendo como su “pequeña broma” se iba abajo junto a todo su plan para que el santuario y Athena quedaran indefensos frente al ejército de su dios.
Cuando el golpe estuvo a punto de enterrarse en el pecho del patriarca, un muro de cristal se cruzó entre ambos, deteniendo el movimiento de Saga.
 
- Muro de Cristal
 
El muro de cristal estalló en mil pedazos, sin haber podido aguantar del todo el golpe de Saga. El impacto y explosión de cosmos derribó al patriarca y a un joven Mu que portaba su armadura dorada. El caballero estaba lleno de rasguños y magulladuras, pues el camino para llegar hasta Star Hill es peligroso, incluso para los caballeros dorados.

- ¡Mu! - Gritó Shion
 
- Parece que ha llegado alguien a entrometerse…
 
- Maestro Shion, ¿Se encuentra bien?

El pequeño caballero de Aries se acercó a su maestro arrastrándose por el piso, ambos en el suelo y un tanto heridos. Saga estaba dominado por la maldad y miraba con desprecio a la pareja de alumno y maestro.

- Mu… ¿Qué haces aquí?
 
- Tuve una premonición maestro… una sombra se anteponía en el santuario y el peligro lo amenazaba a usted…
 
- Pues que bonito reencuentro, ahora maestro y alumno morirán bajo mi mano - Saga se paró frente a ambos y comenzó a elevar su cosmos.

Mu se colocó frente a su maestro, listo para volver a lanzar su muro de cristal y defenderlos a ambos. Shion trató de ponerse en pie sin éxito e inevitablemente limitándose a observar como su alumno tendría que encargarse de defenderlos. Saga cruzó y elevó sus brazos por sobre su cabeza, listo para lanzar su ken, pero así se quedó, estatico. Involuntariamente, Saga ya no podía moverse, entonces el patriarca notó que había una flecha enterrada en la sombra del caballero.

- Flecha Sombría - En las orillas de la colina se encontraba Aioros con su mano extendida hacia Saga. Había ejecutado su técnica con éxito y en el momento justo.

Saga, sin poder moverse, miraba de reojo a quien era hasta entonces su compañero de armas. Shion trataba de levantarse con la ayuda de Mu, se quitó su casco y mostró su viejo rostro después de varios años. Su rostro expresaba pesar.

- ¿Qué estás haciendo Saga? - Le preguntó Aioros.
 
- Me están obligando a matarlos a los 3…

El caballero de Géminis se soltó del encierro de la técnica de Aioros y se abalanzó hacia este. Comienzan a intercambiar golpes, millones de choques e impactos a la velocidad de la luz. Mientras, Mu y Shion miran sin poder hacer nada, dos caballeros dorados portando sus armaduras luchando con todas sus fuerzas, si esto continuaba así, daría comienzo a una guerra de mil días. Finalmente ambos se separan, un poco heridos y cansados, a la espera de volver a arremeter contra el otro.

- ¡¡Relampago de Voltaje!!
 
La técnica toma por sorpresa a Saga, pero aún así llega a cubrirse y solo es arrastrado un par de metros hacia atrás. En las orillas de la colina ahora aparece un joven Aioria, lleno de rasguños al igual que Mu. Ambos jóvenes caballeros tuvieron que hacer valía de todas sus fuerzas para llegar hasta allí arriba y su inexperiencia resultaba ventajosa para Saga, pues sus técnicas y cosmos aún no estaban del todo desarrollados. No eran rivales para Saga.

La interrupción del caballero de Leo fue suficiente para que Aioros se armara con su arco y cargara una flecha apuntando hacia Saga.

- Este es el fin Saga, no me gustaría matar a un compañero, pero si no te rindes no tendré más remedio que hacerlo. - A pesar de que toda la atención de Aioros debía estar en su oponente, no pudo evitar mirar de reojo a su hermano. No se esperaba que apareciera así, no quería que estuviera allí, pues era una situación peligrosa.

Bastó ese momento de distracción y Saga se movió a la velocidad de la luz, tomando a Aioria como prisionero. Colocó su mano en punta y la acercó al cuello del joven Aioria.

- Será mejor que bajes ese arco o tu hermano morirá - El caballero de Géminis estaba listo para atravesar el cuello de Aioria de ser necesario.

El caballero de Sagitario sudaba, no sabía qué decisión tomar, pues no podía dejar escapar a Saga o este mataría a Athena, pero si disparaba, sería Aioria quien moriría.

- Si me disparas, salvarás al santuario, salvarás a Athena, pero tu hermano… - Una pequeña carcajada se salió de sus labios. - ¡Tu hermano de sangre morirá! ¡¡Y no habrá más culpable que tú!! JAJAJAJAJAJA
 
- ¡Hermano! Debes… - A Aioria le costaba trabajo respirar en el aprisionamiento de Saga. - ¡Debes matarlo! No dejes que asesine a Athena...
 
- Aioros... - Murmuraba el patriarca Shion mientras trataba de acercarse a tropezones.

Aioros tomó su decisión y bajó su arco, mirando con cierto dolor a su hermano, entonces Saga le lanzó a Aioros a sus brazos e hizo explotar su cosmos.

- ¡¡Explosión de Galaxias!!
 
El caballero de Sagitario atajó a su hermano y lo cubrió con su cuerpo, protegiéndolo de la devastadora técnica. Shion, a su vez, desplegó su cosmos y protegió a Mu de los daños colaterales que pudiera llegarles.

La explosión pasó. Disipándose el polvo, Shion pudo ver a Aioros inconsciente en el piso junto a Aioria. Saga miraba a Shion con la intención de acabar con su trabajo. Extendió su palma en dirección a él y lanzó su siguiente técnica.

- Otra Dimensión
 
- ¡Saga! - Gritó Shion con desesperación.

De alguna forma u otra, Shion atrapó la técnica con sus manos, pero no resistiría mucho ese poder y la potencia de esta rasgaba los mantos que lo cubrían. Saga reía con malicia mientras observaba como un decrépito Shion trataba de contener aquella técnica y como el inexperto caballero de Aries se encontraba conmocionado sin saber qué hacer.

- Hasta nunca


El patriarca ya casi no aguantaba aquel cosmos que lo superaba con creces y sin perder ya el tiempo, Mu se levantó y ayudó a su maestro a disipar la técnica. Ambos envolvieron con sus manos y cosmos la técnica hasta convertirla en luz de estrellas. Saga había desaparecido y ya no sería mucho tiempo hasta que llegue a los aposentos de Athena. Habían fallado en detenerlo.


 
- Fatum...
 
El enviado de las Moiras miraba la incredulidad de Ker. Sus planes habían sido arruinados y estaba llena de preguntas sobre qué pasó, cómo fue que todo terminó en esto.

- Simplemente coloqué en aquellos tres caballeros dorados algunas visiones y presentimientos - Fatum hablaba con sus ojos cerrados, con una confianza ciega de que Ker no sería capaz de asesinarlo. - Puse en el caballero de Aries la premonición del asesinato de su maestro. Al caballero de Sagitario lo hice tener visiones sobre los extraños comportamientos de Saga y dejé que aquellos movimientos incentivaran al caballero de Leo a seguir a su hermano.
 
- Este día aún no termina… Saga ha escapado, asesinará a Athena, ¡Y eso es suficiente para que el señor Hades gane esta guerra!
 
- Pues sigue mirando - La voz de Fatum se fue haciendo cada vez más débil. - No podrás intervenir más…

Entonces el llamado ciervo del destino se hizo polvo y comenzó a formarse un torbellino gris de polvo de estrellas. Ker no notó cuando aquel torbellino la envolvía y desaparecía junto a él.


 
Ambos, maestro y alumno, se acercaron lentamente a Aioros, temiendo lo peor. Cuando Shion lo voltea nota una débil respiración en el caballero de Sagitario, causando alivio instantáneo. Aioria parecía un poco mareado, pero estaba bien. Shion respiró profundamente y miró a ambos jóvenes caballeros.

Mu ayudaba a Aioria a volver en si, pues toda esta situación aún no acababa y con tantos caballeros fuera del santuario sería muy fácil para Saga llegar hasta Athena, en especial si engañaba a los únicos tres caballeros que siguen en sus casas, Mascara de Muerte, Shura y Afrodita.

- Aioria, Mu, vayan tras Saga. Aioros y yo los alcanzaremos pronto y recuerden - Miró con cierta decepción al inconsciente caballero de Sagitario y prosiguió. - La protección de Athena es nuestra prioridad.


Editado por ♋ Marcus ♋, 16 febrero 2020 - 14:12 .


#5 Cannabis Saint

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Publicado 08 septiembre 2019 - 00:09

Muy buen fic EeP, buen cambio de la historia, se ve muy interesante y bien narrado, un gusto leerlo, pd: podrías cambiar el color blanco de las letras, gracias

#6 Kael'Thas

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Publicado 08 septiembre 2019 - 14:01

Epico prologo

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#7 Shiryu

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Publicado 13 septiembre 2019 - 04:21

Espero tu historia

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#8 Estrellas en Papel

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Publicado 16 septiembre 2019 - 20:48

Gracias por los comentarios y lamento el color de la parte anterior, supongo que aún no me manejo muy bien aquí jajaja. Aquí va la siguiente parte del prologo, tengo planeado que sean 5 en total.

 

Prologo: El Camino a La Diosa

 

Saga no había perdido el tiempo, y se encontraba ya atravesando las primeras casas del santuario. Como era de esperarse, las casas de Aries y Tauro estaban vacías, pues la mayoría de los caballeros de oro se habían retirado del santuario para completar sus entrenamientos. Al llegar a la casa de Cáncer se encontró a DeathMask, que estaba sentado al pie de la escalera esperándolo.
 
¿Acaso me detendrás? - Saga ya no perdería más el tiempo. Su plan de asesinar al patriarca ya había fallado, peor aún podía tomar la vida de Athena y apoderarse de Nike y el escudo Aegis, solo eso sería suficiente para apoderarse del santuario. 
Jeje - Se rió. - Veo que el poder te ha consumido Saga.
 
La mirada entre ambos se mantenía constante en un silencio natural cómplice. El caballero de Cáncer se levantó y le dio la espalda a Saga.
 
Si demuestras tu poder… seré fiel a tus ideales, Saga.
 
Saga no respondió, solo rió con malicia y continuó su camino a toda velocidad. No dejaría que nadie se interpusiera en su camino, el mundo sería suyo.
 
 
 
 
 
A pesar de la emergencia de la situación, los soldados rasos no habían sido informados de la situación, ni nadie además de los presentes en el momento de la rebelión de Saga. Aioria y Mu atravesaban la casa de Aries.
 
Tranquilo Aioria, tu hermano estará bien - Mu podía sentir la preocupación de su compañero.
Lo sé… ¿Pero qué le sucederá después? 
 
Mu sabía perfectamente a lo que se refería. Un caballero, de cualquier tipo, era entrenado para que en situaciones de emergencia siempre diera su vida por la diosa Athena. El trabajo en equipo y compañerismo era fundamental, pero Athena siempre sería prioridad, incluso dar la vida para que otro compañero de armas sea capaz de defenderla de la amenaza.
 
Aioros, él… - Mu no tenía claro que sería de él y que tipo de sanción le daría su maestro Shion. No era una situación común. - Él estará bien.
 
Aioria no tenía claro si confiar en aquella vaga respuesta, pero decidió concentrarse en lo que debían hacer ahora. Detener a Saga y salvar a Athena.
 
Cuando llegaron a la casa de Cáncer no se encontraron con nadie, cuando DeathMask tendría que haberla estado resguardando y a lo sumo haber retenido a Saga. Ambos caballeros intercambiaron miradas y decidieron continuar, no se retrasarían buscando a DeathMask.
 
Los dos pequeños caballeros dorados se encontraban exhaustos, el camino a StarHill y la corta batalla contra Saga los había dejado cansados y heridos, sin embargo, sus cosmos no flaqueaban, incluso como recién nacida podían sentir el cosmos de la bebé Athena alentandolos a continuar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ya habían pasado unas cuantas horas. Saga se encontraba a las afueras del templo de Capricornio, consciente de que lo seguían, debía apresurarse o estaría en problemas.
 
Saga - Gritó Shura de Capricornio. - ¿Qué está sucediendo? Sentí choques de cosmos en Star Hill
 
Saga continuó caminando haciendo caso omiso a quien era su compañero de armas. Al acercarse más, Shura pudo ver que su amigo estaba diferente, su pelo se había tornado de otro color y podía sentir la amenaza en su andar.
 
¿Que pretendes Saga? - Dijo a su vez mientras instintivamente alzaba su brazo preparando a Excalibur. 
No podrás detenerme… - Un poderoso cosmos comenzó a emerger desde lo más profundo del interior de Saga.
 
El caballero de Capricornio sintió el peligro de forma inmediata y se preparaba para dar un potente estoque con su Excalibur, pero inesperadamente se vio rodeado por un universo y en la pura inmensidad de este, Shura pudo darse cuenta que se trataba del cosmos de Saga. No tenía oportunidad de detenerlo.
 
Me alzaré con el poder y tu me ayudarás a ello. - ¡Satán Imperial!
 
Apuntando con su dedo índice, un rayo de luz atraviesa la cabeza de Shura. El ambiente vuelve a calmarse, en especial ahora que el caballero de Capricornio cooperaría con las ambiciones de Saga.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ni siquiera lograron poner un pie en las escaleras que daban a la casa de Capricornio cuando un corte gigante separó el piso en dos. Aioria y Mu se separaron para esquivar el corte.
 
No pasarán de esta casa.
Shura… - Murmuró Aioria.
No parece ser él mismo. - Analizó Mu al ver la perturbación en el cosmos de este.
 
Ambos podían ver en Shura algo diferente, lo sentían mucho más agresivo y su ojos y expresión delataban la maldad que ahora invadía su corazón.
 
¡Excalibur!
 
La técnica esta vez fue lanzada directamente hacia Mu, quien con un pequeño destello se teletransportó esquivando nuevamente el ataque. Shura mientras tanto se había movido para quedar cara a cara con Aioria, preparado para cumplir las órdenes dejadas por Saga. Asesinar a todo aquel que intente cruzar la casa de Capricornio.
 
¡Danza de Excalibur, Mil Cortes! - El caballero cruzó y alzó ambas manos al cielo, dejando que miles de cortes golpearan al caballero de Leo.
¡Aioria! 
 
Aioria recibió cientos de cortes con la espada Excalibur que no fue capaz de esquivar y luego cayó al suelo, desbordando sangre de cada uno de los cortes. 
 
No somos rivales contra un caballero de oro formado en su totalidad… - Dijo Mu con lastima, casi asumiendo que moriría allí.
 
El tiempo pasaba y eso solo quería decir que Saga se acercaba a los aposentos de Athena. A este paso la diosa no podría vivir otro día, Saga la mataría antes de darle aquella oportunidad.
 
Sin siquiera darse cuenta, Shura se paró frente a él y lo golpeó con una fuerte patada en el rostro, derribandolo a un par de metros de donde estaba recien. Shura alzó su brazo al cielo y con la luna a sus espaldas elevó su cosmos de manera monstruosa.
 
Hasta nunca caballero de Aries.
 
Mu no se rendiría. Por Athena y por su maestro, no podía simplemente abandonar así su vida. Usó su telequinesis y lanzó un pilar cercano hacía Shura. 
 
Fue inútil. En un abrir y cerrar de ojos el pilar fue cortado a la mitad de manera limpia. El poder de Shura no era nada que envidiar. No hizo más trámites y bajó su espada al cuello de Mu.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tres rosas rojas se clavaron en el suelo enfrente de Saga, cortando su paso por la casa de Piscis. Afrodita se encontraba sentado en uno de los pilares de mármol derrumbados de su casa mientras observaba la belleza de la rosa carmesí que sostenía en su mano. 
 
Sabía que pronto llegaría aquel que estaba causando tanto alboroto - Dijo mientras acercaba la rosa a su nariz. - No esperaba que fueras tu, Saga.
 
Saga ignoró cada palabra que Afrodita dijo y continuó su camino. El caballero de Piscis lo seguía con la mirada hasta que finalmente le lanzó una rosa diabolica real, una única rosa que para Afrodita probaría las habilidades de Saga.
 
Una simple rosa, Saga pensó en simplemente atajarla con su mano y continuar el paso, pero no cayó en el juego de Afrodita. Antes de que la rosa llegara lo suficientemente cerca a donde estaba, Saga lanzó un golpe de luz desmantenandola en el aire.
 
No caeré en un truco infantil como ese - Dijo de manera tranquila. - Sé que si toco esa rosa inmediatamente caeré ante su veneno.
¿Qué buscas hacer Saga? - Afrodita se encontraba confundido, cómo es que alguien tan justo como Saga ahora se veía tan contaminado por maldad.
Si sabes lo que te conviene… me seguirás al nuevo mundo que regiré.
 
Afrodita no sabía de qué estaba hablando Saga, pero entonces vio como este elevaba su cosmos, cómo el ambiente se veía sumido en galaxias explotando. Un cosmos capaz de rivalizar con los dioses. Una belleza que no había visto en su vida.
 
Es un poder… un cosmos precioso, nunca había visto nada igual. 
 
Mientras el caballero se mantenía absorto, Saga continuó su camino, sabía que no podría mantener mucho tiempo despistado a los caballeros que dejó atrás. Mientras se iba,  Afrodita le dirigió la palabra una vez más.
 
Demuestrame si acaso tienes un poder que vale la pena seguir… Saga...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Naturalmente la espada Excalibur tendría que haber atravesado todo a su camino, asesinando sangrientamente a Mu, pero algo lo detuvo. Alguien detuvo la espada Excalibur entre sus manos, una técnica defensiva que hace frente a espadas con las manos vacías. No muchos guerreros tenían conocimiento de ese tipo de habilidades y aún menor los que con ella podían detener su espada. Shura saltó hacia atrás, tomando distancia de su nuevo contrincante.
 
¿Q-quién? - Balbuceó Mu en medio de la confusión.
 
El caballero recién llegado se alzaba con confianza. Estaba vestido con una armadura de plata, reconoció Mu, por lo que estaba sorprendido de que este haya podido hacerle frente a un caballero dorado como Shura.
 
Soy Aeson de Crateris.
Aeson un caballero de plata que se dice que puede rivalizar incluso con los dorados… - Mu se sentía impresionado. Hasta ahora, durante todos sus años en el santuario, nunca se había cruzado antes con el caballero de la copa.
 
Desde más abajo en las escaleras, una poderosa técnica fue lanzada en dirección a Shura, quien optó por recibirla con sus manos.
 
¡Alas Destellantes Danzando Hacia Los Cielos! - Una poderosa rafaga de viento y cosmos se estrelló en el caballero de Capricornio.
 
Un poco de polvo se levantó, pero ningún daño especialmente visible afectó a Shura. Quien lanzó aquella técnica se acercó a donde se encontraban Aeson y Mu.
 
Parece que no soy rival para él - Era una saint femenina. Mu podía ver como una cinta cubría la visión de la máscara que ella llevaba puesta.
Así que Mayura del Pavo Real - Espetó Shura.- Los insectos no hacen más que juntarse.
 
“Caballeros de plata”, pensó Mu. La mayoría de caballeros de plata tenían un nivel correspondiente a su clase, pero no podía negar que Mayura y Aeson superaban ese margen, en especial Aeson.
 
Los rebanare en miles de pedazos ¡Excalibur!
 
Los tres caballeros esquivaron la espada y luego Aeson se acercó a intercambiar golpes con Shura. Claramente en desventaja, el caballero de Crateris comenzó a recibir más y más cortes en su cuerpo y armadura, a pesar de todo no era rival para un caballero dorado.
 
Mayura, ¡Ahora!
¡Exorcismo Destellante! - La saint del Pavo Real extendió la palma de su mano en dirección de los otros dos caballeros, creando un vórtice de luz que envolvió a Shura.
 
Mu se acercó y vio a Shura luchando por liberarse de la técnica, mientras que Aeson se había acercado a Aioria que yacía en el suelo inconsciente. Se quitó su armadura y esta tomó su forma object, una copa gigante de la cual los mitos cuentan que era capaz de curar cualquier herida de quien bebiera de ella. El caballero de Crateris vertió agua de su cantimplora en la copa y luego dio de beber a Aioria.
 
Aeson… Apresúrate…
 
El caballero de Aries miraba la situación sin entenderla del todo, a lo que Mayura le explicó en pocas palabras mientras mantenía a Shura en su técnica.
 
El Exorcismo Destellante es una técnica que es capaz de purificar el alma… Shura fue golpeado por el golpe del Satán Imperial de Saga. No se detendrá hasta que asesine a alguien, pero… tal vez pueda purificarlo con mi técnica antes…
 
Se veía exhausta. Contener a un caballero dorado no era tarea fácil. Aeson volvió a unirse a ellos, nuevamente con su armadura en su cuerpo, y seguido por el caballero de Leo que se encontraba ya en mejores condiciones. 
 
Aioria, Mu - Los llamó Aeson. - El santuario se encuentra en estado de alerta, pero somos pocos quienes pueden ir tras Saga… ustedes deben seguir ese camino mientras contenemos a Shura.
 
En ese preciso instante la luz que envolvía a Shura estalló en una luz mucho más intensa. La luz dorada de un caballero dorado. Un corte a la velocidad de la luz surcó el espacio que los separaba y cortó la máscara de Mayura junto a partes de su armadura y dejándola con un considerable corte en el pecho. Cayó inconsciente al suelo sin ya poder hacer nada.
 
Malditos… caballeros… - Shura mantenía una mano alzada con Excalibur, mientras con la otra sostenía su cabeza. Parecía ser que la técnica de Mayura funcionó parcialmente. 
 
Esta vez fueron Mu y Aioria quienes se colocaron delante de Aeson, listos para enfrentar al caballero dorado quien era su enemigo ahora.
 
No volveré a caer ante su técnica, ¡Relámpago de Voltaje!
 
Una onda de choque de luz y relámpagos choca en Shura sin que este haya podido siquiera reaccionar debido a su cabeza que lo atormentaba por al debilitado Satán Imperial. Shura se estrelló contra una columna y luego cayó inconsciente. 
 
Caballeros, es su momento de continuar, yo me aseguraré de que Shura haya disipado el Satán Imperial y que Mayura esté bien…
 
Los dos caballeros dorados asintieron y se fueron enseguida. Cuando pasaron a un costado del caballero de Capricornio no pudieron evitar mirarlo. Un compañero de armas que había sido puesto en su contra. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Hasta la proxima!

Editado por Estrellas en Papel, 16 septiembre 2019 - 20:51 .


#9 Shiryu

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Publicado 18 septiembre 2019 - 03:47

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#10 Kael'Thas

Kael'Thas

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Publicado 18 septiembre 2019 - 19:03

Muy muy interesante esta segunda parte del prologo


Editado por Kael'Thas, 18 septiembre 2019 - 19:04 .

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#11 Cannabis Saint

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Publicado 19 septiembre 2019 - 08:01

Me gustó lo de Shura y los traidores, bien llevado y ajustado a la historia principal, saludos y sigue con tu fic!

#12 zaktiel

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Publicado 24 septiembre 2019 - 22:32

 hola como estas.  esta bien tu fic

una cosa. ojo con los pacings, aveces termina un dialogo e inmediatamente empieza otro en otro lugar. como que es muy cortante para el lector, deberías narrar en el cambio de escena lo que sucede antes de meter un dialogo, eso te ayudaría a separar las escenas.

con respecto a personajes nuevos que inventaste, deberías describirlos, por lo menos físicamente. No deberías dejar que un lector se imagine como son y el otro se imagine otra cosa. El personaje nuevo es como tu lo describas y ya, no hay que dejar este tipo de cosas libradas a la imaginación.

Espero leer mas para ver como se desarrolla el argumento.

Saludos.



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Publicado 29 septiembre 2019 - 14:15

Interesante puedes pasarte por mis fics
El Fenix en Zona Fanfic
En el Templo del escritor los de Naruto
Gracias

Siii, de hecho ya comencé a leerlo pero aún no llego a la útlima publicación. Se ve interesante, sigue así! Gracias por leerme

 

 

Muy muy interesante esta segunda parte del prologo

Muchas gracias ;) 

 

 

Me gustó lo de Shura y los traidores, bien llevado y ajustado a la historia principal, saludos y sigue con tu fic!

Graciaas, la verdad espero crear una historia que sea fiel al tipo de sucesos que ocurren en la historia principal y otros spin offs, pero desde mi punto de vista de un universo alternativo.

 

 

 hola como estas.  esta bien tu fic

una cosa. ojo con los pacings, aveces termina un dialogo e inmediatamente empieza otro en otro lugar. como que es muy cortante para el lector, deberías narrar en el cambio de escena lo que sucede antes de meter un dialogo, eso te ayudaría a separar las escenas.

con respecto a personajes nuevos que inventaste, deberías describirlos, por lo menos físicamente. No deberías dejar que un lector se imagine como son y el otro se imagine otra cosa. El personaje nuevo es como tu lo describas y ya, no hay que dejar este tipo de cosas libradas a la imaginación.

Espero leer mas para ver como se desarrolla el argumento.

Saludos.

Holaa, muchas gracias por los consejos y por leer. En las proximas partes trataré de hacer ese cambio que mencionas del cambio de escena.

Por cierto, el único personaje que inventé fue Fatum, a quien describí brevemente, tal vez pueda mejorarlo de todas maneras como dices. Mayura y Aeson son personajes sacados del spin off Saintia Sho:

https://saintseiya.f...i/Aeson_de_Copa

https://saintseiya.f...ra_de_Pavo_Real

 

En general trataré de no crear personajes en esta historia, usaré los que creó Kurumada y otros autores de spin offs.

Saludos! Nos vemos en otro post



#14 Estrellas en Papel

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Publicado 13 octubre 2019 - 21:40

Prologo: El Escudo de Athena

 

 

La noche estaba cerca de dar a su fin y Saga ya cruzó las doce casas. El último lugar por el que debía pasar antes de llegar hasta Athena era la cámara del patriarca. Al poner un pie en la estancia pensó en como, si hubiera logrado asesinar al patriarca actual, podría haberlo suplantado y tener bajo su mando a todos los caballeros de Athena. Una realidad que ya no podría vivir. 
 
- ¡Alto!
 
Un fuerte grito detuvo a Saga antes de que saliera del gran salón. Desde donde provenía la voz se alzaba orgulloso un caballero de plata, no era alguien que hubiese visto muchas veces, pero de igual manera lo reconocía.
 
- Nicole de Altar, el perro faldero del patriarca.
- ¿Que pretendes Saga? - Respondió ignorando la burla del caballero dorado.
- Estoy aburrido de que intenten detenerme, Nicole.
 
El caballero de plata tragó con dificultad. Sabía que algo pasaba en el santuario, habían entrado en estado de alerta. Podía notar como el mal que obraba la emergencia en el santuario era Saga, también sabía que no sería capaz ni siquiera de ponerle un dedo encima, los caballeros dorados eran de temer.
 
- ¡Pues deberías atender a nuestras razones Saga! - Entonces Nicole lanzó desde la lejanía golpes a la velocidad del sonido, esperando golpear a su enemigo. O al menos entretenerlo. 
 
El objetivo de Nicole era inútil. Ni siquiera podía ver como Saga se movía. se veía como si se mantuviera quieto, pero ningún golpe acertaba. Estaba claro que el caballero de Géminis se movía tan rápido que Nicole no podía seguirlo a la vista.
 
- No negaré que me agrada tu valentía o tal vez sea estupidez - Se burló. - Ahora desaparece de este mundo. ¡Otra Dimensión!
 
Nicole desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Saga se había desecho rápidamente de él. Ahora esperaba que no hubiese nadie más que se interpusiera en su camino y vaya que equivocado estaba.
 
 
 
 
 
El resto del camino por las doce casa fue extrañamente tranquilo. Mu y Aioria no se cruzaron con nadie más, ni siquiera en la casa de Piscis donde debía estar Afrodita resguardandola. 
 
Cuando ya estaban llegando a las puertas de los aposentos del patriarca se encontrar con la sorpresa de que las dos grandes puertas estaban cerradas y no solo eso, sino que habían dos caballeros protegiendo el paso. Afrodita de Piscis y DeathMask de Cáncer.
 
- Afrodita… DeathMask… - Se lamentó Aioria.
- ¿Los mocosos de oro intentan pasar? - Les pregunta en tono de burla el caballero de Cáncer.
- Está claro que están con Saga - Intuye Mu.
 
Afrodita mira a ambos pequeños caballeros dorados sin decir palabra alguna, como si parte de él lamentara la situación en la están ahora, pero aún así no traicionaría la belleza que le mostró Saga. Una belleza como esa era digna de seguir, mientras que hasta ahora Athena y los demás dioses nunca le han demostrado nada. 
 
- Acabemos con esto rápido - Dijo tranquilamente. - Rosa Sangrienta.
- Como sea - Respondió su compañero elevando su cosmos de la misma manera. - ¡Ondas Infernales!
 
Una rosa blanca se clavó instantáneamente en el corazón de Aioria, atravesando limpiamente la armadura dorada, mientras que las Ondas Infernales golpearon a Mu, que en un grito de dolor desapareció del plano en el que estaba, siendo transportado al Yomotsu Hirasaka.
 
- M...Maldición - Bramó débilmente el caballero de Leo mientras luchaba por mantenerse en pie.
 
DeathMask dio un paso hacia adelante, con el propósito de rematar al débil caballero dorado, pero Afrodita lo tomó del hombro y lo detuvo.
 
- No arruines una tranquila y hermosa muerte que puede entregas mi Rosa Sangrienta, DeathMask.
- Tsk - Movió su hombro con brusquedad quitando la mano de Afrodita y volviendo a apoyarse en las puertas, viendo como Aioria sucumbia y se quedaba sin sangre en su cuerpo. Pronto la rosa se teñiría de rojo, anunciando la muerte del caballero.
 
Los pensamientos de Aioria eran dedicados únicamente a su hermano y Athena, los arrepentimientos de no haber logrado hacer nada. Su consciencia no estaba tranquila. Su cosmos no estaba tranquilo.
 
En medio de lo que sería su muerte sin reparo, Aioria elevó su cosmos, lo elevó como no había hecho nunca, al punto de que llamó la atención de Afrodita y DeathMask, preocupandolos.
 
- Este cosmos… 
- El Séptimo Sentido - Completó Afrodita.
 
Aioria mantenía la cabeza gacha mientras su cosmos crecía y crecía, a un límite desconocido por el mismo y luego puso todo su corazón y cosmos en su puño.
 
- Plasma Relámpago
 
El golpe dio de lleno a los otros dos caballeros dorados, cientos de golpes a la velocidad de la luz que no fueron capaces de esquivar. Ambos cayeron al suelo, pero se levantaron de nuevo sin mucha dificultad.
 
- Pensar que activaría el séptimo sentido en este punto… - Comentaba Afrodita.
- Aún así fue inútil, a penas si nos hizo daño - DeathMask parecía orgulloso.
 
Aioria cayó al suelo, finalmente inconsciente. Un fuerte ruido interrumpió entonces la situación, las puertas que llevaban a los aposentos del patriarca estaban destrozadas y comenzaban a derrumbarse. La técnica de Aioria había apuntado principalmente a las puertas. 
 
- ¡No es posible! - Gritó DeathMask.
 
Una vez el paso quedó libre, desde la entrada del templo apareció Aioros de Sagitario vistiendo su armadura y sin prestar atención a los caballeros dorados traidores, saltó sobre ellos batiendo sus alas y atravesó los aposentos del patriarca.
 
- ¡Aioros! - Volvió a gritar el caballero de Cáncer.
- Ustedes no lo detendrán.
 
Desde el mismo lugar por donde llegó Aioros, ahora estaba el patriarca. No llevaba el casco que siempre cubría su rostro, dejando ver las arrugas de los años. Vestía únicamente la túnica que demostraba su título. 
 
- Ustedes no merecen ser caballeros dorados - Shion hizo un movimiento con su mano hacia su costado y haciendo uso de su cosmos devolvió a Mu al santuario.
- ¿C…Cómo? Mis Ondas Infernales… ¡Ese mocoso debería seguir atrapado en el Yomotsu!
- ¡He vivido más de doscientos años! No es difícil para mi revertir una técnica como esa, una técnica que ya he visto muchas veces antes… - Por un segundo fue como si Shion se hubiera perdido en sus recuerdos, pero enseguida volvió a mirar con rencor a los traidores.
 
Mu estaba inconsciente y Aioria se acercaba más y más a la muerte. El patriarca se acercó al pequeño caballero dorado y arrancó la Rosa Sangrienta de su pecho, salvando su vida.
 
DeathMask y Afrodita no esperaron a que el patriarca hiciera algún otro movimiento o podrían ser derrotados, así que corrieron hacia él, listos para lanzar sus técnicas a quemarropa.
 
- ¡Idiotas! - Alzó sus manos al cielo y su cosmos golpeó a ambos caballeros, lanzandolos hacia arriba, estrellándose en el techo del templo, para final caer de cabeza contra el suelo.
 
Los caballeros de Leo y Aries continuaba inconscientes, incapaces de ayudar o presenciar este evento tan poco común, el ver al patriarca del santuario usar su fuerza para detener una catástrofe.
 
- Es… demasiado poderoso… - Se lamentaba Afrodita mientras se levantaba con dificultad.
- A pesar de ser un maldito viejo…
 
Shion cerró los ojos con lastima, ellos habían sido seleccionados por el mismo para ser caballeros dorados y ahora lo traicionan a él y a Athena, siguiendo a un caballero que busca la muerte de la diosa a la que deberían proteger.
 
Ambos caballeros dorados se levantan, un poco más heridos que antes, pero nada grave, sus armaduras de oro los protegieron, mientras que Shion no tiene nada que lo proteja más que sus mantos.
 
- Intenta resistir a esto, patriarca - DeathMask levantó su dedo hacia Shion. - ¡Ondas Infernales!
- ¡El veneno de mis rosas acabará con esto! - Afrodita también alzó su cosmos hacia el patriarca. - Rosa Demoníaca Real
 
Shion abrió los ojos al mismo tiempo que liberaba toda su energía cósmica, elevó su mano al cielo juntando todas las estrellas y luego también lanzó su ken.
 
- ¡Revolución de Polvo de Estrellas!
 
Las técnicas se estrellaron entre sí, causando una devastación de cosmos en todo el templo del patriarca. Los caballeros traidores quedaron deslumbrados por el poder del patriarca y luego una explosión de cosmos inundó toda la estancia. 
 
 
 
 
 
A sus espaldas Aioros pudo sentir como el cosmos del gran patriarca era llevado al límite y luego explotaba, estaba preocupado por él, por Mu y Aioria, pero no podía darse la libertad de volver sobre sus pasos para asegurar el bienestar de ellos, ya había puesto a su hermano como prioridad y aquello lo había llevado a esta situación. Decidió confiar en que se encontraban a salvo, que Aioria estaba a salvo.
 
Cuando cruzó el umbral de entrada a los aposentos de Athena enseguida sintió una presión en el pecho. Había cuerpos tirados por todo el pasillo hasta la recámara de la diosa. Las doncellas de Athena, las saintias, habían sido masacradas, se encontraban todas muertas por la mano de Saga de Geminis.
 
- Maldición…
 
Sin tomarse más tiempo, tuvo que pasar entre los cadáveres de la orden de las saintias, esperando que cuando esta situación termine poder brindarles una ceremonia funeraria adecuada. En la puerta al final del pasillo se encontraba la líder de las saintias, Aioros se había topado un par de veces con ella. Se llamaba Olivia. El caballero tuvo que tomarla entre sus brazos para sacarla del camino y atravesar la puerta, mientras la recostaba en el suelo a un lado, se dio cuenta que a Olivia aún le quedaba un suspiro de vida.
 
- El… el escudo de Athena… Aegis…
 
Aioros miró sus ojos y se dio cuenta que habían miles de cosas más que quería decir, pero las fuerzas de la vida la abandonaban.
 
- Protege a la diosa…
 
Olivia cerró los ojos, dejando ir su vida y confiando al caballero dorado de Sagitario la protección de Athena, él sería la única esperanza en estos momentos de locura en el santuario.
 
- Yo la protegeré… te lo prometo.
 
 
 
 
 
En la habitación de Athena, la pequeña diosa dormía plácidamente, ignorante de que en frente de ella se encontraba Saga, con las claras intenciones de asesinarla.
 
- Una diosa como tú nunca podrá defender la Tierra, no tienes el poder ni nunca lo haz tenido - Sus ojos inyectados de una ira desconocida la miraban fijamente. De entre su armadura reveló el arma que usaría, la daga dorada asesina de dioses. - Este es tu fin.
 
Saga bajó la daga con el filo apuntando al pecho de la bebé, pero a mitad de la acción, otra mano frenó el arma. Aioros había llegado en el momento justo y detuvo la daga con sus propias manos, un poco de sangre brotaba de la herida que se le formó y el caer de las gotas sobre la bebé la despertaron. 
 
- No dejaré que cometas tal acto Saga
- Aioros… Pensé que te había quedado claro que sucede cuando se meten en mis planes
- ¿Porqué haces esto? - El caballero sostenía ahora a la pequeña entre sus brazos, y se alejó unos cuantos pasos de --- Saga, acercándose a la ventana contigua. - Pensé que tus intenciones de luchar por la justicia eran puras
- ¿Quien dijo que esto no se trata justicia?
- ¿Ah?
-Athena nunca ha podido detener las guerras que atormentan a la tierra, y los humanos siempre estamos al margen de estas disputas de los dioses, luchando a su gusto - El caballero de Géminis lanzó la daga al suelo y luego volvió a mirar fijamente a Aioros. - Haré justicia con mis propias manos, gobernaré al mundo y derrocaré a todos los dioses.
- Saga…
- ¿No entiendes acaso el poder al que podemos llegar Aioros?  Con las armas de Athena, Nike y Aegis, y el poder de los 88 caballeros, podríamos revelarnos contra los dioses, ya no necesitariamos que dicten nuestro destino como lo han hecho desde la era mitológica.
- Saga, haz perdido la cordura.
- Si no eres capaz de entenderlo, entonces tendré que eliminarte.
 
El cosmos de Saga se elevó de un segundo a otro, de la misma manera que en Star Hill, Aioros tenía claro lo que venía, la técnica que distingue a Saga como el caballero dorado más poderoso en estos momentos.
 
- ¡Explosión de Galaxias!
 
Aioros saltó por la ventana impulsado por la explosión, protegiendo a la pequeña Athena del impacto, protegiendo su vida con la propia. 
 
La explosión lo llevó a la parte trasera de los aposentos de Athena, el lugar más profundo del santuario. Frente a él se erguía con orgullo la estatua de Athena, la cual se encontraba allí desde la era del mito. Sobre sus manos llevaba a Nike y Aegis, las armas que ansiaba Saga.
 
Recordando las palabras de Shion y Olivia, Aioros sabía que la solución yacía en el escudo de Athena. Con la diosa acurrucada en sus brazos se levantó y a tropezones se empezó a acercar a la estatua. El haber recibido una técnica tan poderosa como aquella dos veces la misma noche y en ambas ocasiones usando su cuerpo para proteger a alguien más.
 
- ¡Sé que no recibiste de lleno mi técnica Aioros! 
 
De un poderoso salto, Saga se estrelló unos cuantos más atrás de donde estaba el caballero de Sagitario. Si antes se le veía enojado, ahora el caballero de Géminis lucía furioso, parecía incluso un poco ansioso de no lograr llevar a cabo sus planes. 
 
Desde lejos lanzó un golpe rafaga de cosmos que golpeó a Aioros en la espalda, haciéndolo tropezar y casi soltar a Athena. Eso no lo detuvo, el caballero siguió caminando, ignorando a su agresor.
 
- Bien, no esperaré a torturarte, esto debe acabar ahora. - Saga juntó sus manos y luego las separó mostrando un universo en medio de ellas. - ¡Otra Dimensión!
 
El espacio que los rodeaba a ambos se convirtió en un diferentes universos y dimensiones, el cosmos en su mayor esplendor, el cual empujaba a Aioros a perderse entre las estrellas, no podría escapar esta vez.
 
Una luz cálida comenzó a nacer desde los brazos de Aioros, aquel cosmos daba la sensación de la divinidad. Comenzó a iluminarse de manera infinita hasta que cubrió la técnica de Saga y la destruyó. El cosmos de luz y bondad de Athena había salvado la vida de Aioros.
 
- No es… posible…
 
Ante la incredulidad de Saga, Aioros aprovechó su oportunidad, dejó a Athena en el suelo y se preparó para dejar inmóvil a Saga de una vez por todas.
 
- Esa fue la luz de Athena, siempre nos protege y lo seguirá haciendo, ¡Saga! - Preparó su puño y elevó su cosmos - ¡Trueno Atómico!
 
Los golpes eléctricos golpearon incansablemente a Saga hasta derribarlo, entonces Aioros se armó de la fuerza de voluntad brindada por Athena y arremetió hasta el escudo de la estatua. 
 
- Aegis… - Lo puso entre sus manos y sintió como el artículo infundía un tremendo poder a su interior, por un segundo entendió la ambición de Saga, la posibilidad de gobernar su propio destino.
 
El cosmos de la pequeña diosa Athena respondió al del escudo Aegis y Aioros percibió a su vez el sentimiento de pertenencia entre el escudo y la diosa. Aegis nunca lograría ser tan fuerte si no es en manos de Athena. 
 
Caminó a paso lento hasta la diosa y entonces apuntó el escudo a su compañero de armas. Una rebosante luz golpeó a Saga desde el escudo y todo su cuerpo se iluminó. El caballero de Géminis se mantuvo inconsciente y un espíritu oscuro abandonó su cuerpo, perdiéndose en el cielo. Su cabello volvió a ser de color azul como antes y su expresión se volvió más tranquila.
 
- Lo he logrado… Athena…
 
Aioros cayó desfallecido, habiendo cumplido su misión, salvado a Athena y purificado el espíritu de Saga, por un segundo sintió que las cosas desde ahora irían mejor, tan solo no esperaba las múltiples batallas y guerras que vivirían todos los caballeros desde ese momento.

Editado por Estrellas en Papel, 13 octubre 2019 - 21:45 .


#15 Kael'Thas

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Publicado 14 octubre 2019 - 11:55

Genial que Aiioros haya purificado a Saga y a la vez raro 


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#16 Estrellas en Papel

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Publicado 27 octubre 2019 - 16:24

Prologo: Un Nuevo Curso

 

Ha pasado más de una semana desde el incidente de los traidores en el santuario y el intento de asesinato de la diosa Athena. Los caballeros de Aries, Leo y Sagitario que lucharon valientemente enfrentando a los traidores fueron gravemente heridos en batalla, pero ahora volvían a estar en pie, regresando a sus funciones normales y entrenamientos diarios.

 
Los caballeros de plata Mayura del Pavo Real y Aeson de Crateris, quienes también contribuyeron a los caballeros dorados, tuvieron los reconocimientos respectivos por parte del patriarca. Mayura y Aeson eran amigos cercanos de Olivia y lamentaron profundamente su pérdida y la del resto de la orden de las saintias. A pesar de que Mayura se considera una saint, decide tomar el mando de las saintias y entrenar a la nueva generación, tomando bajo su tutela a las hijas huérfanas de Olivia. Shoko y Kyoko.
 
Así como se prometió Aioros, después de todo lo ocurrido y aún con heridas preocupantes en su cuerpo, rindió el homenaje necesario a las doncellas y saintias asesinadas por Saga, con la esperanza de que la nueva orden de las saintias se levante sobre las cenizas de las caídas. 
 
El santuario volvía de a poco a la normalidad y el resguardo de Athena ahora correspondía directamente al patriarca Shion, pues había perdido la confianza en dejársela a alguien más. El resto de los caballeros dorados que habían salido del santuario a completar sus entrenamientos tuvieron que regresar, pues el patriarca había hecho un llamado a todos los caballeros de Athena para sus próximos anuncios sobre la situación del santuario.
 
En el coliseo del santuario se vieron reunidos todos los caballeros y guerreros del ejército de la diosa de la guerra, el patriarca se erguía con orgullo y llevaba a la bebé Athena entre sus brazos. Nicole, el caballero de Altar que había sido derrotado por la Otra Dimensión de saga, también había vuelto a sus funciones después de un par de días de recuperación y ahora servía de apoyo al patriarca durante esta situación extracurricular. 
 
Los once caballeros dorados presentes en el santuario eran los que se encontraban más adelantes que todos, pero incluso entre ellos, quienes estaban más cerca del patriarca eran los caballeros traidores.
 
- Guerreros de la diosa Athena, nuestro santuario se vio amenazado por nuestros propios caballeros de armas… algunos siendo manipulados - Dijo mientras observaba claramente a Shura. - Mientras que otros siguieron las ambiciones de Saga.
 
Aquello último era dirigido a Afrodita y DeathMask. Ambos habían mantenido hasta ahora su status de caballero dorado, pero era algo que podía cambiar de un momento a otro. Afrodita había decidido mantenerse del lado de Athena y el patriarca, pues el poder de luz estelar que el patriarca Shion logró crear fue equiparable a lo realizado por Saga, no le molestaba seguirlo. Mientras que DeathMask se sintió amenazado de una manera diferente a como se sentía con Saga, el poder del patriarca era algo que nunca había visto antes, tenía cierto toque de un conocimiento infinito que podría derrotarlo en cualquier momento.
 
- Saga, con toda la experiencia y conocimientos que he adquirido a lo largo nunca he visto un ser humano que albergue tanta maldad como lo demostraste hace unas semanas.
 
Saga se había arrodillado frente al patriarca, esperando su sentencia, pues el acto cometido era causal de muerte en el santuario. La vida de Athena era la causa de los caballeros, y si había alguno con la intención de asesinarla… pues no era difícil la decisión a tomar. La situación de Afrodita y DeathMask era similar, pero estos se negaban a aceptar que podían morir.
 
- Nunca pondría a Athena bajo tal peligro… pero he podido comprobar que podría haberse tratado de la maldición de Géminis - Todos quedaron expectantes a la explicación del patriarca, mientras que Saga levantó la cabeza un tanto sorprendido, pues no había escuchado en su vida sobre aquello. - Desde la era mitológica los dioses siempre juegan con el destino de los nacidos bajo la constelación de Géminis, es muy probable que por ello hayas tenido aquel conflicto de doble personalidad Saga.
 
Los murmullos comenzaron correr por todo el coliseo, las miradas a Saga no se hicieron esperar e incluso el propio Saga se sintió invadido, los propios dioses habían obrado sobre su destino y casi comete el peor acto que puede cometer un caballero de Athena.
 
- No pienso ejecutarte ni mucho quitarte tu puesto de caballero dorado, sin embargo las oportunidades que tenías para ser sucesor de patriarca ahora son nulas - En ese momento el patriarca se quitó el casco que siempre ocultaba su rostro y se reveló frente a todo el santuario. - No puedo confiar en alguien que trató de asesinarme a mí y a Athena y que puede ser manipulado de esa manera por los dioses. 
 
Nicole se acercó al patriarca Shion y recibió a la pequeña Athena para cuidarla mientras Shion continúa anunciando sus decisiones a todo el ejército. 
 
- Se que ahora que tu corazón ha sido purificado por el escudo de Athena, no deberían haber especiales preocupaciones en tu accionar. Has sido perdonado por el santuario Saga.
 
Saga volvió a agachar su cabeza, arrepentido, avergonzado, pero aceptando el perdón que le brindaba el patriarca. Para sus adentros estaba jurando que nunca más volvería a dejar que los dioses jugaran con su destino. Protegería a Athena con su vida y se enfocaría únicamente en ello.
 
- Pero eso no quita que tus manos se han manchado de sangre, las saintias han sido asesinadas y junto a ello el santuario a perdido parte importante de su cultura - Todos esperaban atentos la condena. - Hasta nuevo aviso serás condenado a vigilar el monte Etna en caso de la aparición de un nuevo enemigo. 
 
Saga sabía que aquello siempre era una amenaza, Tifón había sido sellado allí y cuando el resurgiera, todos sus gigantes lo harían con él. Tal vez era un condena que podía impedir su nuevo objetivo de proteger personalmente a Athena, en especial cuando es una condena indefinida, no sabía cuándo podría volver a ver a la diosa de la guerra.
 
- Acepto con gusto la condena, Patriarca.
 
- DeathMask, Afrodita - Los miró con cierta lástima. - Han seguido ciegamente a Saga y al poder que ostentaba y prometía.
 
Afrodita se arrodilló, aceptando su error, mientras que DeathMask miraba desafiante al patriarca. Solo podía pensar en que el error que cometió no era algo que fuera a ser perdonado, era una traición pura y no se arrodillaría esperando que lo perdonaran. 
 
- Por los proximos 13 años serán sentenciados a resguardar las islas de entrenamiento más importantes para el santuario. Afrodita, irás a la isla de Andrómeda para ser un apoyo en la próxima generación de caballeros, estarás bajo vigilancia por Albiore de Cefeo.
 
Afrodita reconocía a Albiore de Cefeo como un reciente guerrero que terminó su entrenamiento y recibió su armadura de plata como cualquier otro, aunque el resto de guerreros afirman que su poder supera al de los caballeros de plata comunes.
 
- Entiendo patriarca - Dijo de forma elegante el caballero de Piscis. - Agradezco que me permita conservar mi lugar en la orden dorada y el perdón que me es otorgado
 
- Esto es solo palabrería… - Susurra DeathMask silenciosamente. 
 
El caballero de Piscis se levanta nuevamente y ocupa se coloca a un lado de Saga que hasta hace poco se encontraba en la misma posición que el. 
 
- DeathMask, tu irás a la isla de la reina muerte. Puede ver que ni siquiera agradeces el perdón como tu compañero - Lo miró de manera más dura. - Pues en esa isla vivirás el mismísimo infierno y entenderás el tipo de autoridad que tiene el santuario.
 
- ¿Y acaso después de 13 años creen que vendré con el rabo entre las piernas a volver a servir a Athena? Ya la traicioné una vez, podría hacerlo de nuevo, no?
 
Los susurros por todo el coliseo volvieron a escucharse, solo que la multitud parecía mucho más molesta que cuando fue Saga quien estaba siendo juzgado. Todos sabían sobre las crueldades por las que el caballero de Cáncer de esta generación era reconocido.
 
- Pero no lo harás - Todos se quedaron en silencio ante esta declaración del patriarca. - No volverás a traicionar a Athena, porque ahora te has dado cuenta quien es el que tiene más poder en este mundo. El ejército de Athena. 
 
DeathMask solo colocó una cara de duda, no sabía qué pretendía el patriarca con perdonarlo, pero hasta cierto punto tenía razón, no le gustaría estar en la mira del santuario, el ejército más poderoso sobre la tierra en estos momentos. Pensó que tal vez podía jugar un tiempo más a ser caballero dorado, quizás en un futuro la balanza vuelva a inclinarse hacia sus intereses.
 
- Aceptaré la condena, Patriarca.
 
A todos les pareció un tanto deshonesto, pero decidieron por sobre todo creer en las palabras del patriarca, si él decía que DeathMask no podría volver a traicionarlos, creerían en él.
 
- Ahora… Aioros - Anunció el patriarca.
 
Dentro de toda esta reunión, lo que la gente menos se esperaba era un llamado al caballero de Sagitario, reconocido como uno de los guerreros más valientes del ejército y aún más, quien detuvo a Saga en última instancia de asesinar a la diosa. Mayura estaba sentada en las gradas con un bebé en cada brazo. Shoko y Kyoko se mantenían más tranquilas de lo que pensaba a pesar de que su madre ya no se encontraba en este mundo. 
 
- Has luchado de forma valiente, pero en el inicio de este conflicto dudaste entre sí salvar la vida de tu hermano Aioria o lanzar tu flecha a Saga para salvar la vida de Athena y el santuario, bajaste tu arco y eso casi permite que Saga asesine a Athena - Su voz sonaba cansada, desgastada, demostrando que aquella situación, el actuar de Aioros, lo decepcionaba. - En el proceso Saga asesinó a todas las doncellas y saintias protectoras de la diosa, mucha sangre ha sido derramada por tu decisión. 
 
Aioros se arrodilló, esperando así como el resto de sus compañeros de armas, su condena. Los demás caballeros dorados eran jóvenes aún, pero no podían negar que una de las figuras que los inspiraba era Aioros, la decisión del patriarca impactaría en todos. 
 
- Tu puesto como sucesor del patriarca es revocado - Los caballeros que rodeaban a Aioros se sorprendieron y una pequeña expresión de pena se vislumbró en el rostro de Aioria. - Alguien que no fue capaz de tomar la decisión de proteger a Athena por sobre todo no merece tener el puesto de patriarca del santuario. 
 
- Comprendo… - Fue la única respuesta de Aioros.
 
- Joven Aioria, joven Mu, ambos lucharon con valor a pesar de la edad y poca experiencia que tienen. Sus esfuerzos siempre serán recordados y recompensados. Gracias. 
 
Ambos caballeros se arrodillaron un segundo, recibiendo las felicitaciones del patriarca, por algo que más bien era su deber como caballeros. 
 
- Por último debo anunciarles que dado lo sucedido, seguiré ejerciendo como patriarca por varios años más, hasta que encuentre nuevamente a alguien digno de dicho lugar.
 
Con aquello, la reunión del santuario acabó, cada uno se fue por su lado mientras que algunos grupos se formaron, conversando de lo recién ocurrido. Aioros se acercó a Mayura, acarició el rostro de ambas bebés. 
 
- Mayura, te acompañaré en la educación y crecimiento de estas niñas, se lo debo a Olivia.
 
- Creo que es una buena decisión, ella estaría feliz.
 
- Puedo ver que las estrellas favorecen sus futuros… -  Decía Aioros mientras acariciaba el poco pelo que la pequeña Kyoko tenía en su cabeza.
 
Entonces a ellos dos se acercó alguien más, Aioria, el pequeño caballero de Leo, quien llevaba pegada la vista al suelo, lleno de vergüenza.
 
- Será mejor que los deje solos - Mayura se levantó y comenzó a subir las escaleras del coliseo para salir de este, llegando hasta donde se encontraba Aeson esperándola.
 
- Hermano… - Balbuceó Aioria.
 
- No hay nada que decir hermano.
 
- Pero… fue mi culpa que no dispararás esa flecha… yo nunca debí estar allí arriba en primer lugar…
 
- Si no hubieras llegado puede que Saga nos hubiese derrotado - Aioros solo podía pensar con cariño sobre su hermano, en especial dado que tenían una vida por delante. - Viendo que no fuiste asesinado por Saga, disfruta de tu futuro y recuerda que por sobre todo debes proteger a Athena…
 
Aioros no se arrepiente de haber salvado la vida de su hermano, pero es una carga que debía llevar solo, una decisión que tomó y que no encargaría nunca a su hermano. Aioria a pesar de eso llevaba consigo el remordimiento de todo lo que perdió su hermano por haberse preocupado de salvarle la vida en vez de la de Athena, de a poco comenzó a formarse un pensamiento de que recuperaría todo lo que su hermano perdió y además, priorizaría la vida de Athena. 
 
En medio de la arena Saga continuaba pensativo sobre lo ocurrido, pero había hecho que Afrodita y DeathMask se quedaran un poco más con él, para poder pedir disculpas y recordarles el papel que tienen como caballeros de Athena. Afrodita coincidió parcialmente con Saga, mientras que DeathMask no se veía muy interesado. De la nada Alguien más llegó a su pequeña conversación, Shura de Capricornio.
 
- Saga… - Lo miró con cierto desprecio. - Aunque haya sido aquel lado maligno tuyo quien hizo todo… no perdonaré que hayas jugado con mi mente, el haber levantado mi espada contra mis propios compañeros que buscaban proteger a Athena… no me lo perdonaré nunca, así como tampoco te perdonaré a ti.
 
Shura se retiró sin esperar respuesta de Saga, no suponía que algo se pudiera arreglar con eso y Saga tampoco se esforzó en seguirlo, no tenía palabras para explicar lo sucedido y la vergüenza se apoderaba de él cada vez que recordaba lo sucedido.
 
- ¿Y acaso a ti no te parece denigrante la decisión del patriarca? - Preguntaba DeathMask a Afrodita. - Tener que esperar el perdón de él… esto es ridículo.
 
- Creo en el poder del perdón que se nos otorgó - Fue su respuesta. - Además el cosmos que vi en Athena y el patriarca… es una belleza que vale la pena proteger. 
 
El caballero de Cáncer sólo gruñó ante la respuesta de su compañero, sabía al igual que Afrodita que el poder del patriarca resultó ser más grande de lo esperado, pero se negaba a estar de acuerdo en algo con este.
 
- Al menos no fuimos condenados a Cabo Sunion - Dijo Afrodita y entonces la expresión de Saga cambió.
 
No esperó a terminar su conversación con sus compañeros y Saga se fue corriendo, empujado por la culpa y preocupación. Mientras se iba, llamó la atención de Aioros, quien continuaba junto a Aioria conversando.
 
 
 
 
 
Saga llegó lo suficientemente rápido a Cabo Sunion, la cárcel destinada a los criminales del santuario. Allí había encerrado a su hermano Kanon en parte para detener sus ambiciones de asesinar a Athena y en parte por que el lado maligno que influenciaba a Saga le decía que debía quitarlo del camino, encerrar a su hermano donde no molestara más. Ahora que Saga se había deshecho de aquel lado maligno, recordó que influenciado por este, había encerrado a su hermano. Tenía que liberarlo.
 
Al bajar hasta lo más profundo de la costa se encontró con que la cárcel donde estaba Kanon ahora estaba vacía. No podía entender como se había liberado, pero tenía claro que las ambiciones de Kanon no deben de haber cambiado y ahora el rencor sería más grande. 
 
Las olas golpeaban la costa mientras Saga miraba el vasto océano. Kanon debía estar en alguna parte y no podría darse el tiempo de salir y detener cualquiera que sea su plan, ahora estaría condenado a vigilar el monte Etna.
 
- Saga
 
El caballero se volteó y vio a Aioros. Después de todo lo que había ocurrido apenas si habían llegado a hablar.
 
- Aioros yo…
 
Aioros no dijo nada y se plantó frente a saga, extendiendo su mano en un saludo, que a su vez ambos sabían que también sería una despedida. Puede que no se vean en mucho tiempo, hasta que la tierra necesite que los caballeros dorados se reunan de nuevo. Saga estrechó su mano con la de Aioros con fuerza.
 
- Espero volver a luchar a tu lado, Saga.
 
- Es algo predestinado, lucharemos de nuevo, pero esta vez codo a codo contra lo que amenace a Athena.
 
Así, dos de los caballeros dorados más poderosos se despidieron después de una situación que puso en peligro la vida de Athena y el bienestar de toda la Tierra. Las siguientes amenaza no se harían esperar y el choque entre el bien y el mal ocurriría incontables veces antes de encontrar la paz.
 
 
 
 
 
 
Este capitulo marcaría el fin de todo el prologo que empecé y del cual espero escribir una gran historia del tipo "What If"
Dado los hechos de este prologo, la historia de como se desarrollan las demás batallas y guerras cambia mucho. Espero la historia siga siendo de su agrado y nos vemos!


#17 Cannabis Saint

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Publicado 27 octubre 2019 - 18:26

Buen prólogo, largo, muy largo pero para nada cansón, muy bueno, a esperar como seguirá la historia desde este punto y que has preparado para las batallas, lo que me genera más dudas es Deathmask, jaja llegara a conocer a cierto caballero de bronce? Saludos

#18 Kael'Thas

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Publicado 27 octubre 2019 - 20:48

Ahora quien sera el sucesor de Shion si pasara cualquier cosa 

 

Si Saga va seguir con esa idea 


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#19 zaktiel

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Publicado 28 octubre 2019 - 23:31

Por ahora lo vengo siguiendo y va bien. Me gustó el prologo, no soy muy partidario de los what if pero tiene dinámica la forma en que esta escrito. 

Vas bien.
Espero mas.


Gracias por tu esfuerzo.



#20 Estrellas en Papel

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Publicado 04 noviembre 2019 - 17:16

Holaa. Bueno, tal vez si me extendí un poco con el prologo jajaja, supongo que aún no sé resumir bien este tipo de cosas. Me alegro que les haya gustado de todas formas :D 

 

No puedo negar que una de las principales razones por las que me gustan los fanfiction del tipo what if es por la historia del "Un Mundo Sin Athena", fue la primera de saint seiya que leí y me fascinó.

 

Aquí comienza el primer arco de la gran historia que busco escribir y de pasada les recuerdo que en esta historia busco incluir de una o de otra forma la mayoría de los spin off de la serie, así como algunos personajes exclusivos del anime.

 

 

Parte 1: La Titanomaquia

 

Capítulo 1: Preludio a la invasión

 

Han transcurrido siete años desde el intento de asesinato de Athena por parte de Saga. El ejército de la diosa Athena ha ido creciendo durante esta nueva generación, naciendo así nuevos caballeros y comenzando el entrenamiento de otros. 

 
La joven Athena ahora es una niña de siete años que a pequeños pasos va despertando a la deidad que duerme dentro de ella. El patriarca, a pesar de la desconfianza que nació en él después de todo lo ocurrido, ha permitido que Athena recorra el santuario, así como también las cercanías de este, incluyendo el pueblo cercano. 
 
El patriarca había tomado la decisión de hacer tabú los sucesos de la traición de Saga y el resto, Athena no debía enterarse de ello, no podía desconfiar ni por un segundo de sus caballeros y el enterarse de que fue traicionada siendo tan solo una bebé, plantaría la semilla de la duda y desconfianza en ella.
 
Los caballeros dorados ya habían completado sus entrenamientos en estos últimos años y ahora mantienen sus puestos como guardianes de las doce casas. 
 
Aioria creció confiando en que su vida debía dedicarse a la protección incondicional de Athena, logrando ser de una forma u otra un acompañante digno de la diosa, siendo encargado su cuidado y protección en algunas ocasiones por el patriarca. Aioria se había vuelto el compañero más cercano de Athena, aún cuando tenían una marcada diferencia de edad.
 
A pesar de que la libertad de la diosa se veía restringida por la sobreprotección del patriarca, Athena logró crear cierto vínculo con cada uno de los caballeros dorados que habitaban el santuario, siendo estos los encargados de su protección personal.
 
La tranquilidad reinaba, a pesar de que los entrenamientos y los esfuerzos por sobresalir eran constantes, todos sabían que la gran guerra santa para la que se estaban preparando aún tardaría unos cuantos años más, tiempo que usarían para fortalecer el ejército. No avecinaban que antes de aquel combate mítico con Hades tendrían que pasar por un sin fin de guerras con otros dioses. Desafíos para poner a prueba a la humanidad y Athena. Dioses que deseaban reinar sobre la Tierra y quitarle su lugar a Athena.
 
El patriarca fue el primero en sentir aquel movimiento inusual de cosmos, lo sorprendente fue que ni siquiera tuvo que estar en Star Hill para sentirlo, tal magnitud de poder podría sentirse en cualquier lugar de la Tierra. Se dirigió apresuradamente a la recámara de la Athena, quien se había tomado el día para reposar de sus actividades por el santuario y el pueblo. Allí se encontró con Camus de Acuario, haciéndole compañía.
 
- Diosa Athena…
 
Ambos en la habitación también se sentían intranquilos. Habían sentido aquella perturbación en el cosmos, una inquietud que no habían sentido antes, pero que de cierta manera resultaba familiar para Athena. Sus memorias pasadas reaccionaban, pero no lo suficiente para identificar de qué se trataba. 
 
- Camus, necesito que vayas a la cámara del patriarca… - Shion lucía inseguro bajo su máscara habitual, pero se esforzaba por hacer sonar su voz llena de confianza y tranquilidad. - Debes bajar a la zona subterránea y seguir recto por el pasillo, al final de él encontrarás una habitación sellada.
 
- Patriarca… ¿Que sucede?
 
- Debes congelar toda la habitación a un frío más allá del cero absoluto.
 
Camus quedó boquiabierto, lo que le estaba pidiendo era una locura. No hace mucho que terminó su entrenamiento, y si bien ahora es capaz de acercarse al cero absoluto, aún no lo domina, mucho menos puede crear una temperatura más baja que ello. 
 
- No… no soy capaz de llegar completamente al cero absoluto…
 
A pesar de que el patriarca trataba de lucir un poco tranquilo, nada se le escapaba a Camus y sabía que algo grave debía estar a punto de ocurrir.
 
- ¿Acaso hay una amenaza para el santuario? - Pregunta nuevamente Camus.
 
- ¿Qué es este cosmos que sentimos? - Interviene esta vez la diosa.
 
- Probablemente la mayor amenaza que vayamos a enfrentar si es que no detenemos esto a tiempo…
 
El patriarca se inundó en sus pensamientos y no respondió más acerca del mal que se avecina. Athena era solo una niña aún, no podía manejar su cosmos con naturaleza, aún no lo despertaba del todo.
 
- Camus, ¡Ve!
 
El caballero de Acuario confió en las palabras del patriarca y se dirigió al salón de este. Probablemente sus preguntas serían respondidas pronto, debido a que aquella perturbación en el cosmos parecía acrecentarse cada vez más.
 
- Mi diosa, necesito que también se dirija a la cámara del patriarca y se quede allí hasta que la amenaza desaparezca - La tomó de los hombros. - No debe exponerse al peligro cuando aún no puede luchar.
 
- Antes de irme… me gustaría saber a que nos enfrentaremos… - Incluso Shion podía ver el miedo que sentía Athena, aquel cosmos que se formaba encima del santuario era inquietante y a estas alturas todo el santuario debe estar en estado de alerta.
 
- Puede que nos enfrentemos a una nueva Titanomaquia… la guerra contra los titanes…
 
Athena había estudiado desde que tiene memoria sobre los diferentes mitos que crearon al mundo y a la actualidad en la que viven. Sabe que uno de los primeros conflictos que vivió este mundo fue el de la Titanomaquia, la guerra de los titanes contra los dioses. Si una nueva guerra contra los titanes estaba a punto de comenzar, entonces el cosmos que se cierne sobre el santuario debe ser…
 
- Kronos… - Dice Athena en susurro.
 
- Si, el dios de todos los dioses.
 
- ¿Cómo es posible?
 
- Alguien debe haberlo despertado de su sueño al que fue confinado hace eones - Shion sabe que no es algo de lo que podría haber despertado solo. - Alguien debe haber quitado el sello, pero no hay dios ni mortal que tenga el poder para ello… a menos que…
 
- Una deidad primordial - Respondió la diosa. - Son los únicos quienes tienen el poder de despertar a los titanes, quienes pueden empezar una nueva titanomaquia. Solo Gea y Urano han caído en un sueño eterno, debe ser alguien más.
 
El patriarca había olvidado cuánto había crecido la diosa Athena, aún siendo una niña fue criada y educada de la manera correspondiente. Contaba con cierta madurez que no se ve en los seres humanos comunes al menos hasta los treinta años y sus conocimientos sobre la mitología se equiparaba casi a la de él.
 
- ¿Será que acaso buscan dominar la tierra nuevamente como dioses primordiales que son, así como en la primera era? - Se pregunta a sí mismo el patriarca.
 
- ¿Quieren arrebatarle la paz a la Tierra? - Athena ahora parecía nuevamente preocupada. - Eso significa… ¿Que quieren asesinarme?
 
Incluso ella sabe que las deidades se rigen en base a asesinatos. Cada vez que un dios busca algo que pertenece a otro, termina en un mar de cadáveres.
 
- Eso no ocurrirá mi diosa, ahora váyase, debe permanecer a salvo.
 
Solo asintió, esperando a que sus caballeros la protejan, sabiendo que desde la era del mito han sido ellos quienes la han protegido en cada vida. 
 
 
 
 
 
 
 
El pasillo parecía tan viejo como el santuario mismo, si es que no más. No había indicios de que alguien haya bajado aquí hace años. Camus encontró el pasadizo para llegar a este pasaje subterráneo en una pared cercana a la zona oculta detrás del trono que hay en la cámara del patriarca. Nunca había escuchado hablar sobre este lugar, debía ser uno de los secretos que guardaba el patriarca, pero, ¿Qué era tan importante para ser un secreto incluso para los caballeros dorados? A tal punto de que tampoco pueden saber qué se esconde y ahora ha recibido la orden de congelar toda la habitación, esperando sellar con aún mayor seguridad su interior.
 
Llegó a la puerta indicada por el sumo sacerdote. Un sello de Athena está pegado en lo alto de la puerta. A pesar de no poder ver el interior, puede sentir la convergencia de tres diferentes cosmos, puede reconocer el de Athena, pero los otros dos…
 
Ahora Camus debía prepararse para llegar a un nivel cósmico al que nunca ha llegado, al cero absoluto. Su cosmos ya había sido reconocido como aquel más cercano al cero absoluto en la actualidad, nadie puede acercarse tanto a ese nivel como él en la actualidad, pero puede que sea insuficiente para sellar completamente la habitación. El patriarca le ordenó sellarlo a un frío más allá del cero absoluto, pero ni siquiera puede alcanzar completamente esa temperatura.
 
 
 
 
 
 
 
A esta altura todos en el santuario se encontraban alertas, notando como una nube negra comenzaba a cubrir desde el templo de Athena y parte de las doce casas doradas. Los caballeros dorados, a pesar de todo, decidieron quedarse en los templos que protegen hasta recibir órdenes directas del patriarca, pues no saben desde donde podría aparecer su enemigo. Confiaban en que Camus, de quien sabían que se encontraba custodiando a la diosa, lograría protegerla de cualquier cosa mientras tanto.
 
En la casa de Leo Aioria se encontraba lleno de preocupación por lo que sucedía, una cosmoenergía como la que está apareciendo sobre el santuario no era algo común, claramente representaba un peligro para la diosa Athena y el patriarca no dictaba orden alguna aún. Se estaba preparando para salir de su templo y dirigirse corriendo a la protección de Athena, cuando recibió una onda telepática.
 
- Aioria no te muevas.
 
- Esta voz… Shaka - Intuye el caballero de Leo.
 
- El patriarca no ha dado la orden de movernos y en el estado de emergencia en el que nos encontramos debemos permanecer en nuestros templos - Shaka hablaba desde el punto de la razón y era de los pocos caballeros con la habilidad de hacer entrar en razón al resto. - Hay que confiar en Camus quien se encuentro junto a nuestra diosa.
 
- Pero la señorita Athena…
 
- El patriarca no sería capaz de ponerla nuevamente en un peligro tan mortal, no después de la última vez.
 
- …
 
Aioria se mantuvo en silencio, sabía que para el patriarca se culpaba por todo lo que ocurrió hace siete años. La traición de Saga era algo que debió ver en las estrellas, pero no reaccionó a tiempo. Ahora se preocupaba constantemente de la seguridad de Athena. Aunque la seguridad de la diosa era lo que más preocupaba a Aioria en estos momentos, decidió aguantar, debían esperar la orden del patriarca.
 
 
 
 
 
 
 
Desde todo el santuario era visible aquella bruma que comenzaba a invadirlos. Los soldados se preparaban para lo peor y los caballeros que se encontraban dentro del santuario también se preparaban para luchar, hasta que uno de ellos vio a alguien sentado en el trono del patriarca que se encontraba en el coliseo de batalla.
 
El caballero de Cristal fue el primer en ver al intruso. Este caballero era parte de los Sonota Saints, un pequeño grupo de caballeros sin constelación que se encargaban de ser un apoyo al ejército de la diosa de la guerra. 
 
- Marin, Shaina - Llamó este a los caballeros que se encontraban más cerca, quienes resultaron tener de rango armaduras de plata. - Este sujeto… apareció de la nada, pero no siento ningún tipo de energía en el… ni siquiera el cosmos de un ser humano… simplemente nada, un vacío.
 
Ambas se miraron, tratando de pensar sobre que se podría tratar. Coincidieron en que definitivamente debía estar relacionado con el cosmos maligno que comenzaba a invadir en lo alto al santuario.
 
- Cristal - El caballero miró un tanto preocupado hacía Marin. - Atacaremos los tres al mismo tiempo… no sabemos qué nos espera, pero debemos atacar juntos.
 
Shaina y Cristal asintieron, cada uno se posicionó en diferentes puntos del coliseo, dejando al intruso en medio de los tres. Cristal lanzó su polvo de diamantes, mientras que Shaina y Marin se abalanzaron hacia el enemigo, cada una con sus técnicas, Garra de Trueno y Destello de la Garra del Águila, respectivamente.
 
El sujeto en el trono continuó mirando el cielo, observando como se arremolinaba el cosmos del mal sobre la estatua de Athena, como pronto cubriría todo el santuario. Omitió el intento de ataque que habían organizado hacia el. El polvo de diamantes desdobló su corriente y fue devuelto al propio caballero de Cristal, quien fue derribado por ello. Marin y Shaina quedaron suspendidas en el aire centímetros antes de llegar al cuerpo del intruso, entonces fueron impulsadas hacia atrás y se estrellaron en las gradas, dejando grandes destrozos en el milenial coliseo.
 
- Que… que rayos… - Shaina intentaba levantarse, pero no podía negar que la fuerza con la que fue lanzada era impresionante.
 
- Pronto la tierra renacerá. - Hablaba para si mismo.
 
Las palabras del extraño intrigaban a los caballeros. De a poco a lo alto del coliseo se comenzaban a congestionar más soldados y algunos pocos caballeros.
 
- ¿Quien eres? - Gritó Marín al sujeto.
 
No respondió. Como si se tratase de hormigas, las ignoró y mantuvo su atención en el espectáculo que tanto deseaba ver. El comienzo de la caída de los dioses, empezando por la diosa Athena.





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