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Concurso de Fics one shot: "La titanomaquia"


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38 respuestas a este tema

#1 ♓ Lεothepunish ♏

♓ Lεothepunish ♏

    sutil castigador

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Publicado 11 agosto 2017 - 18:22

Buenas tardes compañeros foristas que gustan de la escritura de fics.

Algunos ya deben saber quien soy, otros incluso saben porque aparezco en esta sección con este tema en particular, pero para los que no, la cuestión es simple:

No soy de leer muchos fics que digamos (he leído algunos, pero mas que nada, aquellos que son de corta duración), pero siempre me intereso la idea de leer un fic (es mas, tenia pensado escribir uno, pero prefiero que lo hagan "los profesionales en el área que hay en el foro"... ) cuya historia se centrara en la titanomaquia, la primer gran guerra entre dioses de la mitología.

 

saint-seiya-3.jpg

 

¿Hay algún requisito para hacerlo?

Si, que sea una historia auto-conclusiva, o como comúnmente se denominan, "un one shot", que no exceda las 10000 palabras.

¿Algún otro requisito?

No, eso es todo, simplemente poner un limite, para que no se transforme en una historia muy extensa, y que llegue a una mayor cantidad de foreros.

Pueden inspirarse en algunos sucesos contados en el episodio G y en las características de los titanes allí mostrados, o sencillamente, arrancar todo desde 0.

Se agradecería que se agregara algún tipo de imagen (sea propia, o pedida a algún compañer@/amig@ que dibuje) o firma que acentúe la visualización de la historia.

 

Me imagino lo que deben estar pensando algunos:

"¿Pero y este tipo de donde salio, mira si me voy a poner a escribir lo que a el se le cante?".

Bueno, los que me conocen, saben que yo no soy de pedir nada sin dar algo a cambio...

Y como prometí hace poco en otra sección del foro, habrá puntos para aquellos que realicen una buena historia.

El premio puede ser:

 

-5000 puntos al ganador

-3000 puntos al ganador, 1500 al segundo lugar, y 500 al tercer lugar.

-2000 puntos al ganador, y 3000 puntos a repartir entre todos los que hayan participado.

 

Eso lo decidiremos a medida de que los participantes se vayan anotando (si quieren ir al todo por el todo, o que se premie el tiempo de cada uno..)

 

¿Como se elegirá el ganador?

Obviamente, con una votación popular, en la cual se evaluaran el enfoque de la historia, su dinámica, su gramática y ortografía, el empeño en la presentación (si agrego dibujos/firma), entre otras cosas.

 

Bien, si les interesa participar, habrá una semana como plazo para inscribirse, y luego, dos semanas mas para entregar el fic.

 

Sin mas que decirles, espero que les guste la idea...


Editado por ♓ Lεothepunish ♏, 11 agosto 2017 - 18:36 .


#2 ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

ℙentagrλm ♓Sнσgōкι

    The Digger

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Publicado 11 agosto 2017 - 19:11

Bien, Leo, para algo que se me da bien de verdad, me meto en ello. Pondré a prueba mis conocimientos del G y mis dotes narrativas.

 

Y nomino a ñ.


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Pincha en la foto para leer Rosas desde el Siglo XVIII

Ranking de resistencia dorada


#3 Patriarca 8

Patriarca 8

    Miembro de honor

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Publicado 12 agosto 2017 - 08:34

suena interesante

 

creo que participare


fwoTpjp.pngd2846x5-c33eb060-952a-40e4-b79b-ac99f8b9

 

 

 


#4 ♒ Armagedon ♒

♒ Armagedon ♒

    Haz que tu presente y tu futuro brillen.

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Publicado 12 agosto 2017 - 22:34

Me anoto.

 

Estoy pobre y me hacen falta puntos, motivo suficiente. :jo:


       inHm6Vn.png  

                Muchas gracias por la firma, mi Andrea, te amo!                

 

 


#5 SagenTheIlusionist

SagenTheIlusionist

    Ocioso las 23:59 horas.

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Publicado 12 agosto 2017 - 22:41

Bueno, bueno, bueno... ¿Penta y Arma aquí?... Esto no me lo pierdo.

 

Me anoto. Quería pensármelo un par de días más, pero por si acaso me apunto... conociéndome seguro que se me pasa el limite de tiempo de inscripción y me quedo afuera (como cierto survivor del que me olvide 2 rondas seguidas)... 


Si deseas leer un fanfic, puedes echarle un vistazo a mi historia, se agradecería:

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                              "Los Reinos de Etherias"      Ya disponible hasta el Cap. 34

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#6 -Felipe-

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    Bang

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Publicado 15 agosto 2017 - 18:44

Me anoto.

 

 

 

 

Kukuku.


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#7 girlandlittlebuda

girlandlittlebuda

    Souldgodiana de corazón

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Publicado 16 agosto 2017 - 16:37

Antes que nada: Bienvenido Leo a la zona de fan fic!

 

Para mi se extraño encontrarte en estos lares. 

 

Al igual que tú no soy escritora (bueno, estoy intentando hacer mis primeros pininos en el arte de la escritura); pero, si soy una lectora viciosa de fantasìas; aìì que,  me encanta tu propuesta.

 

 

Les deseo mucha suerte a tì y a todos los participantes :lol:


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"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final"


#8 ♓ Lεothepunish ♏

♓ Lεothepunish ♏

    sutil castigador

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Publicado 19 agosto 2017 - 12:47

Bueno, habiendo pasado mas de una semana desde el inicio de la propuesta, creo que seria hora de finalizar la inscripción.

Siendo los inscritos:

 

1) Pentagram

2) T-800 (confirmado por MP)

3) Armagedon

4) Sagentheilusionist

5) Felipe

 

Creo que lo mas justo seria donarles 500 puntos a cada uno cuando presenten los Fics, y luego, darle 2500 puntos al ganador ¿les parece bien?

 

Habra tiempo de entregar el Fic (vía MP) hasta el día 31 de Agosto.

 

Si algún interesado mas quiere realizar su fic, no hay problema, siempre y cuando se respete la fecha de entrega del 31/8 y me avise previamente.

 

Saludos y suerte a todos!



#9 Resistance

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Publicado 19 agosto 2017 - 15:41

suena interesante, dependiendo como vaya de tiempo intentare hacer algo, solo por intentarlo jaja


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#10 Shiryu

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Publicado 20 agosto 2017 - 14:58

Deseo participar con mi historia porfavor

   Shiryu_Libra_perfil.gif


#11 ♓ Lεothepunish ♏

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    sutil castigador

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Publicado 23 agosto 2017 - 17:05

Shiryu, cuando quieras podes enviarme la historia.

Recorda que debe ser antes del 31 de agosto-

 

 

suena interesante, dependiendo como vaya de tiempo intentare hacer algo, solo por intentarlo jaja

 

Intente señor, intente.



#12 Shiryu

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Publicado 28 agosto 2017 - 13:58

Te la escribiré y te la copio en un mensaje para poder participar porque me da problemas el correo con tu usuario

   Shiryu_Libra_perfil.gif


#13 ♓ Lεothepunish ♏

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Publicado 31 agosto 2017 - 11:16

Hasta la fecha (la cual actuaria como limite de entrega, mas precisamente en unas 12 horas), solo dos personas han entregado sus fics...

¿Necesitan prorroga el resto, o simplemente desistieron de concursar? 

Avísenme por acá o por MP.

Saludos



#14 Shiryu

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Publicado 31 agosto 2017 - 13:12

Perfecto por que si no avisan es que se quedan fuera del concurso

Editado por Shiryu, 31 agosto 2017 - 13:37 .

   Shiryu_Libra_perfil.gif


#15 ♓ Lεothepunish ♏

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Publicado 02 septiembre 2017 - 11:56

Si, solamente hubo 3 participantes que enviaron su fic...

Solo una persona me dijo que no tuvo tiempo para enviarlo, y los demás, no me dijeron nada...

Así que arrancaremos en menos de 24 horas con las votaciones.

Si para el momento en que estoy por hacer el tema, apareciera un fic mas, lo sumaria, sino, iremos con los 3 que hay nomas...



#16 Resistance

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Publicado 02 septiembre 2017 - 14:20

yo tengo la idea, pero en estos dias no he tenido tiempo, y aun hoy me voy cortisimo e tiempo, asi que no podre participar, con suerte para la proxima, espero poder leerlos y ver que tal les quedo.


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#17 ♓ Lεothepunish ♏

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Publicado 06 septiembre 2017 - 20:34

Bueno, habiendo pasado bastante tiempo mas del estipulado...

Les dejo los fics presentados sobre la titanomaquia, para que los lean y deliberen cual es el que les agrado mas (por favor, fundamenten el voto):

 

FIC N° 1:

 

El capítulo heroico de Zeus
Lugar: Los Cinco Picos

El sabio y anciano maestro Dohko se encuentra sentado junto a la gran cascada de Rozan, mientras contempla el paisaje va ingiriendo gran cantidad de sake, bebida alcohólica, y pensando en la larga vida que ha tenido
De pronto escucha la voz de su hija adoptiva llamándolo para cenar

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—Shunrei: maestro ,la comida ya esta lista
— maestro Dohko: ya voy ,no dejan a uno embriagarse a gusto

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El anciano maestro se sienta a la mesa al lado de su discípulo Shiryu y de Shunrei
— maestro Dohko: ¿Shiryu alguna vez te he contado sobre la Titanomaquia?
— Shiryu: no venerable sensei
— maestro Dohko: es una historia plagada de heroísmo
—Shunrei: pero maestro no debería contar historias estando ebrio ya que a veces se confunde y cuenta cosas demasiado fumadas y difíciles de creer
— Shiryu: Shunrei no deberías de ser tan irrespetuosa
— maestro Dohko:veo que tu mente está plagada de “temor” Shunrei pero no importa de todas formas relatare mi historia.
— Shiryu: ilumínenos con su sabiduría

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— maestro Dohko: El Titan Cronos era un tirano, y su hijo Zeus se puso en su contra. La guerra que siguió, conocida como "Titanomachia" se extendió por más de 10 años, enfrentando a los Titanes contra los olímpicos que se convertirán en dioses.Cuenta la leyenda que la derrota de los Titanes fue causada por la traición de Mnemósine que ofreció en secreto a Zeus el Keraunos, gracias a esto, la derrota de los titanes fue rápida. Los Olímpicos encarcelaron a los Titanes en el Tártaro, y estos fueron olvidados durante miles de años.
— Shiryu: Que buen relato maestro
— maestro Dohko: silencio joven aprendiz, que el relato aún no ha acabado, la leyenda cuenta que el Keraunos fue una arma originalmente creado por el Titán Koios durante la Titanomaquia, pero se aterro del poder de su creación y la resguardo en su memoria, tratando de olvidarlo por completo. Sin embargo Mnemósine traicionó a los Titanes y le proporcionó el Keraunos a Zeus, con quien mantuvo un romance. Desde entonces el Keraunos se transformo en el arma representativa de Zeus, y con ella ganaría la guerra mantenida con Cronos y los demás Titanes.Sin embargo la leyenda olvida que el Keraunos solo fue uno de los 2 elementos que permitio a Zeus obtener la victoria.

Albiero-Mnemosyne.jpg


— Shiryu:¿Cuál fue el otro elemento?
— maestro Dohko: el Keraunos era una arma extremadamente poderosa pero se necesitaba tener el “Cosmos heroico” para poder controlar dicho poder
— Shiryu: ¿El cosmos heroico?
— maestro Dohko: Es un cosmos que va más allá de los límites de la imaginación ,es un cosmos que permite al usuario sobrepasar el poder de los olímpicos y titanes
— Shiryu: suena increíble ¿Cómo fue que Zeus adquirio ese cosmos?
El anciano maestro bebio otra botella de sake antes de continuar el relato
— maestro Dohko: yo se lo enseñe
— Shiryu: ¡Queeeeeeeeeeee!!!
— Shunrei: acaso pretende decir que ha vivido desde la época mitológica
— maestro Dohko: ¡hip! claro que no ,pero en una ocasión cuando era joven viaje al pasado por algunos días y después de que las diosas del Olimpo me hicieron una oferta que no pude rechazar para ayudar a su bando ,decidí entrenar a Zeus y después de un duro entrenamiento Zeus logro despertar dicho cosmos y vencer al líder de los titanes ,fue de esa forma que surgio la época de los Olimpicos

Hera.jpg


— Shiryu: en efecto es una historia plagado de heroísmo ,¿Cree que algún día me pueda enseñar a usar el cosmos heroico?
— maestro Dohko:te lo enseñare cuando considere que estés preparado pero aun falta mucho para eso.

shiryu_saint_seiya.jpg



El anciano maestro Dohko se levantó de su sitio y tambaleándose llego a su cuarto para dormir ya que tenía mucho sueño
— Shiryu:No cabe duda de que el maestro fue un guerrero heroico y legendario en su juventud
— Shunrei: en mi opinión debería dejar de embriagarse

FIN

 

 

FIC N° 2:

 

EL HIJO AMADO


Los dioses estaban heridos pues la guerra había sido muy dura y nadie sabía el alcance que tendría, los tres hermanos estaban tan heridos que parecían que estarían al borde de la misma muerte, mientras tanto los otros dioses se pusieron a conversar.


- Que cansancio mas abrumador tenemos, ¿Qué es lo que podríamos hacer en estos momentos?- dijo la señora Athenea al grupo de dioses allí reunidos.

- Nuestros hijos queridos están heridos que es lo que realmente haremos, pues cada ved se complicara mas la cosa – dijeron los demás dioses reunidos.



Los titanes observaban con odio y enfado a los dioses que les habían vencido, cuando en una época anterior a los Olímpicos todos los que estaban reunidos eran hermanos entre ellos, sin saber bien que pensar ahora que su destino fue escrito tras el alzamiento de los dioses convirtiéndose en Olímpicos y observarlos desde las alturas con desprecio. Nadie sabía que uno de los dioses estuviera embarazado de un titán.



El joven muchacho descubrió la verdad de labios de su tío que hablo de los titanes como mera fantasía y mito del pasado, el verdadero poder no residía en los dioses sino en los humanos que creían en ellos además el joven dejo el hogar conocido decidiendo descender a la tierra y buscar a su padre a través de las leyendas y mitos que se guardaban en el museo del capitolio.



Cuando descendió descubrió que la gente estaba empezando a olvidarse de los dioses y estos por ese motivo empezaron a perder poder, el se rio de la desgracia de los dioses, sabiendo que el único dios que no perdería su poder seria su madre.



- ¿Por dónde empiezo a buscar en la biblioteca? No sé que estoy buscando – dijo el joven en tono de preocupación.

- Empieza a escuchar lo que cuentan los humanos, podría serte de utilidad – dijo una voz misteriosa.


Los humanos hablaban de un lugar cerca del centro de la tierra donde fueron enterrados los titanes según cuentan las leyendas solo que la puerta al centro de la tierra se había perdido, en ese mismo momento el joven observo atentamente a un ser que no le perdía de vista observando sus movimientos, el joven empezó a dar grandes zancadas lo que parecía un paseo tranquilo se convirtió en una carrera para así poder salvar a su padre del olvido y tenerlo cerca para los momentos duros, cuando llego a un descampado abandonado el cielo obedeció sus deseos pues deseaba encontrar a su padre, la tierra se abrió permitiendo el camino a las celdas donde los titanes estaban enfurecidos y con ganas de venganza.


Mientras buscaba su padre entre los titanes las celdas donde estos estaban se rompieron por un rayo que cayó de un arco y que un ser humano desesperado utilizo para adquirir poder, los titanes inundaron la tierra y así obligaron a los olímpicos a descender para la lucha, la diosa que solo deseaba el amor de su hijo bajo en medi

la batalla y ayudo a su hijo a salvar a su padre y asi poder vivir como uno mas entre los humanos

 

FIC N°3:

 

La justicia de las llamas oscuras.

Las historias deben ser contadas, y esta es una que comenzó mucho tiempo atrás, marcada y decidida por el destino. Para todo inicio hay un final, y para todo final hay un inicio, un principio. Quien me dio la vida, Gea, era ese inicio.
Sola en el mundo, ella dio a luz a otra celestial existencia, cuyo nombre era Urano, para que fuera su acompañante, su rey con quien engendraría estirpes. Sin embargo, el nuevo Dios del mundo, creador de incontables cosas como las montañas, los océanos, los cielos, era un tirano.

Insatisfecho con sus propios hijos, sin importar nada, los desechaba, enviándolos a lo más profundo del llamado inframundo. Ese era el tártaro, lugar que en un futuro se convertiría en el final. Ciclopes, Hecatónquiros, ni otros Dioses, todos fueron exiliados.

Gea no lo soportó. Aún siendo una Diosa que existe desde el principio de todo no podía olvidar cierto sentimiento, un sentimiento que por naturaleza poseen todas las madres sin excepción, el amor de madre. No lo pudo seguir tolerando y con convicción decidió oponerse a Urano.

Yo sinceramente no puedo recordar si alguna vez sentí personalmente ese afecto, pero, observé el momento que marcaría un antes y un después, que me demostró que ese afecto sí existía. El concepto de arma, las armas son creadas con dos fines, matarse y defenderse. Mis ojos, los de un Dios, quedaron atónitos al fijar la vista en el hermoso constructo divino que mi diosa madre le entregó al más joven de nosotros, hijos de Urano, mi hermano y aquel que se convertiría en nuestro Rey, Cronos, para derrocar a ese tirano y otorgarnos la libertad.

Megas Drepanon.

Un arma divina construida con un único y primordial objetivo, asesinar a Urano. Su nombre era imponente al igual que la presencia que emanaba. Era hermoso, puede parecer contradictorio tildar de hermoso a algo hecho con el fin de matar, pero no importaba. Los tonos negro y purpura, divinos, de aquella guadaña claramente no me permitían retirar mis palabras.

Soma.

Todavía sorprendido por el aspecto de Megas Drepanon, lo siguiente aumentó mi asombro. Nuestra madre, específicamente a doce de nosotros, nos otorgó a cada uno un arma. Soma era el nombre de los objetos destinados a matar, proporcionando defensa y ataque en un mismo ser. Como una armadura, el respectivo soma se ensamblaba en los cuerpos divinos, dándonos la posibilidad de irrumpir en el campo de batalla.

No pasó mucho tiempo hasta que, encabezados por Cronos, Urano fue derrotado, castrado y humillado por su propio hijo.


Lo decidí en ese preciso instante, cuando miré su imponente figura, equipado con megas drepanon, menor que yo y con una apariencia pueril, específicamente su rostro. Al observar su espalda brillando con un tono negro, irradiando un deslumbrante heroísmo propio de aquel que es mi hermano menor, nos liberó. Le juré lealtad absoluta, definitivamente era nuestro nuevo rey, el Rey Cronos.

Obtuvo mi completo respeto y lealtad, y esa era mi razón para luchar.
Proteger al rey Cronos.

¿Por qué? Pensarás tú. La respuesta es bastante simple, su figura que era la representación de la libertad de todos nosotros, no podía permitir que fuese manchada. Es por eso que empuñare mi espada, Gurthang, como el dios del sol, y seré el último y principal muro que lo defienda hasta el final.

Las últimas palabras de nuestro padre fueron un inesperado augurio. Tal vez si en ese entonces le hubiéramos dado mucha más importancia, el futuro y el presente serían distinto.

Así como yo fui asesinado por mi propio hijo… Tú también serás asesinado por tu propio hijo.

No eran simples palabras, eran el destino que fue decidido desde un inicio, el que marcaría a nosotros doce:

Cronos.

Ceo.

Crios.

Japeto.

Themis.

Rhea.

Tethys.

Océano.

Phoebe.

Theia.

Mnemosyne.

Y yo, Hyperión.


Estos doce nombres principales posteriormente serían conocidos como la estirpe de los Titanes. Éramos los gobernantes del nuevo mundo guiados por el rey Cronos. Iba inesperadamente bien hasta que Cronos fue afectado por la locura. No pudo olvidar el augurio. Desesperado, impaciente, frenético, para oponerse a su padre tomó una obstinada decisión.

Si no hay hijos, no hay rebelión.

Probablemente fue su pensamiento. Corrompido por el miedo, se deshizo de cada uno de sus hijos, transformándose inconscientemente en la existencia que una vez derrotó, en otro tirano. Mi hermana, Rhea, amaba profundamente a Cronos, no por nada era su esposa. Pero, el amor que sentía Rhea por sus hijos no se quedaba atrás.

Como una medida para evitar el acto de locura de Cronos, Rhea engañó a su esposo. Un niño divino fue salvado, ocultado de la vista de su padre. Enviado a una isla, un tesoro resplandeciente, Zeus quien poseía la sangre destinada a acabar con su progenitor. Fue criado por ninfas y se hizo fuerte, esperando impaciente por el día en que liberaría a sus hermanos y abdicara al rey Cronos.

El ciclo se repetía, y como era de esperarse, Zeus atacó a Cronos obteniendo de recompensa la liberación de sus hermanos. La intuición me advertía de la sangre que se derramaría por el derecho a gobernar. La nueva generación de deidades, facción que se hacía llamar los olímpicos, con una ilimitada voluntad le declaró la guerra a la antigua, a nosotros los titanes, dando inició a la Titanomaquía.

Mi hermano y amigo, Ceo, me aconsejó estar listo para cualquier acontecimiento inesperado, después de todo él es Aquel que todo lo ha comprendido. Era en quien más podía confiar aparte del rey Cronos, portador de un inconmensurable poder que no tiene nada que envidiar a cualquier olímpico.

Algo de Ceo me preocupaba, podía sentir una gran inquietud en él, como si hubiera descubierto algo que no tuvo que ser descubierto, pero no le di mucha importancia, pensamientos innecesarios afectarían mi desempeño en la guerra.

Dunamis.

La fuente de poder de todos nosotros, los dioses, nosotros somos existencias más allá de lo mortales, quienes no saben hacer nada más que destruirse a sí mismos. Eso significa que si ellos destruyen, el dunamis nos da la fuerza para crear y dar vida. Esa es la prueba de que somos dioses, en el icor de los cuerpos divinos corre el todopoderoso dunamis y es lo que servirá para erradicar a los que se oponen a nosotros… O eso pensaba.

— ¡Inaudito! ¿¡Cómo piensas deshonrar de esa manera a todos con semejantes actos!?

—Los problemas de otros no son mis problemas. En primer lugar, toda esta situación fue causada por la incompetencia de Cronos al querer evitar su destino con actos intolerables que evidentemente provocarían una rebelión, o mejor dicho, guerra como esta, ¿No es así?

Mi otro hermano, Océano, Océano de las corrientes, vestido con una armadura de aspecto amenazante, de un color purpura casi llegando a negro, me hablaba con un tono sereno, una cualidad marcada de él. Se negaba a participar en la batalla y prefirió mantenerse en una posición neutral. No podía estar de acuerdo, conocía su poder, dos dagas y manipulación de todo tipo agua, la fuente de la vida, y su apoyo era fundamental. Este debate se llevó a cabo en el laberinto de Cronos, ubicado en el monte ortris.

—No me malinterpretes, Hyperión, yo soy fiel a todos ustedes, les tengo respeto pero, tener que participar. Derramar sangre divina por un motivo que no me concierne del todo, no lo aceptaré, ¿Tú estás de acuerdo, Thethys? — Dijo volteando la mirada.

—Por supuesto. No me opongo a la decisión de Océano y pienso similar, me abstendré de la guerra.

—¡!

Las palabras no eran capaces de salir de mi boca y ser escupidas. Un sentimiento de frustración me llenó en ese entonces. Era su decisión y no podía cambiarla, Océano y Thethys no participarían.

—Menudos Cobardes.

Interrumpiendo hizo acto de presencia el Espadachín celestial. La soma representante de las estrellas brillaba con un fulgor ardiente, un violento espíritu de pelea de su portador. Mi manejo con la espada era impecable, no obstante, el de Crios era uno en que su propia vida es su espada. Con los ojos ardiendo procedió a soltar palabras.

— ¿Abandonar la batalla por no estar involucrado? No me hagas reír con una excusa tan patética, desde el momento en que todos nosotros compartimos la misma sangre es que nos involucra a todos, y querer abandonarlo por simple capricho es inaceptable. Zeus y todos sus aliados no son débiles, llevan una gran cantidad de tiempo preparándose ¿y planean, tú y tu esposa, evitarlo?

—Así es, ¿Qué harás si no cambio de opinión?

—Mediante la fuerza será la única solución, después de todo mi espada lleva tiempo sin ser manchada por la sangre de alguien digno.

El aire increíblemente tenso, dos dioses amenazándose irradiando voluntad de pelear era sinónimo de caos y destrucción, comenzaron a prepararse. Yo queriendo interrumpir con una voz fuerte la posible batalla. Él se me adelanto e irrumpió.

—Suficiente, si desean abandonar, que lo hagan.

— ¿Rey cronos?

Susurré, no esperaba tal reacción, el rey vestido con su túnica característica.

—No me interesa en lo más mínimo si estoy solo o no, creo en mi poder y seguramente podré encargarme del berrinche de ese niño, quienes me sigan al campo de batalla solo aseguraran el resultado.

—Es tal y como dice nuestro señor, mis hijos finalmente se rebelan, y no queda más alternativas que luchar, naturalmente no estoy capacitada para hacerlo en el campo de batalla, cargo con la culpa… más no dejaré de estar al lado de Cronos, no tiene importancia si más de uno no quiere seguir.

La titánide Rhea, esposa de Cronos, y hermana. La culpable del problema hecho por Zeus, cuando lo dejó escapar. Pero, sigue al lado de Cronos, fiel, a pesar de sus actos justificados, a ninguna madre le gustaría ver cómo sus hijos son desterrados. Su bella apariencia era el exacto reflejo de sus actitudes.

No repliqué, porque mi ideal no me lo permitía. No es cuestión de que me traicione mi pueblo o camaradas, lo importante es que yo no los traicione a ellos y me mantenga imbatible. Si no hay nadie que quiera defender a Cronos, yo seguiré dispuesto a ser el muro.

—Jajajaja, justo cuando mi aburrimiento desaparecía. Eso fue cruel Cronos, sin embargo, pienso igual que el señor espada aquí presente, es de cobardes querer abandonar así.

—No seas insolente con el rey Cronos, Japeto, dirigirse a él con esa falta de respeto es inaceptable.

—Tranquilízate, no era mi intención ser maleducado pero no me digas que mis palabras no son una verdad, tú también deseas luchar por conseguir un gran futuro, ¿No es así, Themis?, y sabes que con la irresponsabilidad de esos insensatos no será posible—Los reclamos de Japeto tenían su razón de ser.

—Japeto, mi voluntad de pelear no decaerá, el planetes está listo, no obstante, todos los presentes somos hermanos y aún con la discordia en nuestras opiniones, luchar entre nosotros cuando el enemigo se encuentra más allá en el olimpo no es válido.

La primera voz provino de Japeto de las dimensiones, la mayoría de las veces era un poco burlesco para tratar con todos pero que eso no engañe, es extremadamente peligroso por su peculiar habilidad dimensional y manejo con la “espada”. Y la segunda voz era de su esposa, Themis de la justicia, como su nombre indica era alguien justa, aunque su actitud y estilo de batalla era temible.

— ¿Qué harás, Hyperión? Yo tampoco pienso luchar, no por ahora.
Mi amada, Theia, con quien tuve hijos, dijo esas palabras, palabras que por un momento me destrozaron. Permanecí con mi espíritu inquebrantable y hablé en voz alta.

—Hace incontables años que hice un juramento a mí mismo frente a la derrota de nuestro padre a manos de Cronos, ¡escúchenme hermanos! , un dios debe proteger a lo que creen en él, y a sus camaradas que comparten el mismo deseo de crear un mundo ideal, en cualquier mundo tiene que existir algo en qué creer y en todo futuro debe haber algo que proteger, no hay ni habrá felicidad en un mundo carente de sentimientos, sigue sin importar quién traicione ni quién muera y desaparezca para toda la eternidad, los sentimientos no desaparecerán, los que quieran permanecer no arrastraran tristeza… Todo lo contrario, grabaran ese sentimiento en sus corazones… Y no temerán arriesgar la vida por aquellos a quienes deben proteger… Ese es el deber de un Dios.

Esas mismas palabras, las repetiría en un futuro lejano, a alguien que solía ser una camarada, que mientras yo decía ese discurso, se mantenía en silencio, con ojos vacíos transmitiendo una sensación de desprecio, mis palabras esa vez fueron dirigidas a todos, la siguiente a ella… Y a un dios necio y patético.

—Las palabras de Hyperión contienen una extremada cantidad de valor, apoyo a nuestro hermano, y les pido por favor, ahora o nunca, decidan sus próximos objetivos y qué desean hacer.

Haciendo honor al título de aquel que todo lo ha comprendido, Ceo habló, directo al grano, respecto a lo que todos querían saber.

—También, tengo una petición para ti, esposa mía, Phoebe.

— ¿Qué ocurre, Ceo? Te dije que lucharía.

—Precisamente, para dar inicio a un futuro es que debes sobrevivir por nuestros próximos descendientes, por las nuevas vidas, el mensaje de Hyperión me terminó de convencer, y es por eso que nosotros lucharemos, tú vivirás.

— ¿Y tú no vivirás?

—No es lo quise decir, pero en la guerra uno debe hacer sacrificios, obtener poder, la fuerza necesaria, todo eso conlleva un riesgo…

Mnemosyne, que siempre estuvo callada, parpadeó sorprendidae cuando escuchó las palabras de Ceo, como si hubiera visto más allá de esas palabras que contenían un gran significado, y una leve sonrisa que nunca antes había visto, apareció en su femenino rostro. Pero, mis pensamientos en ese entonces fueron interrumpidos por el rey Cronos.

—Entonces está decidido, en el ocaso, se dará verdadero inicio a esta titanomaquía, los Ciclopes y Hecatónquiros no están de nuestro lado, e incluso más hermanos y hermanas nuestros están de parte de Zeus, y varios presentes no participaran. Sin embargo, aún si somos minoría, tenemos la fuerza suficiente para oponernos y no dejar que lo que conseguimos con tanto esfuerzos se nos sea arrebatado, el dunamis está ardiendo y no dejará de arder… ¡hasta ver decapitada la cabeza de Zeus!

***

Planetes.

Somos dioses, el poder que poseemos es definitivo. La parte oscura del universo está hecha de un poder que solo se nos otorga a nosotros, el propósito de este poder escondido en el universo es provocar que se expanda indefinidamente. También tiene otro fin que nos involucra, es la fuente de poder los que nos llamamos dioses.

Cosmos es una energía que se encuentra en lo profundo de todo ser vivo, un ínfimo universo en el cuerpo que se asemeja al Big Bang. La cosmoenergía se puede describir como una fuerza cuya motivación es la destrucción de los átomos. Nace de la consciencia mediante el séptimo sentido.

Pero eso es una falsificación del poder real.

Aquella fuerza que solo se nos entrega a los dioses, es algo superior a todo lo definido con el nombre cosmos.

Eschatos Dunamis.

Los titanes ostentamos este poder, el motivo de nuestra existencia es el mismo que el del mundo. Por lo tanto, los dioses existen junto al mundo. Eso es el Planetes. El poder de un Dios es el mundo, específicamente los titanes, cada uno de nosotros tiene diferentes mundos que proteger.

Un universo compuesto de planetas, asteroides, satélites, estrellas. Un universo que le da poder al Titan que le brinda protección. Entonces, cuando el Titan lo recibe, el poder se extiende hasta el infinito sin detenerse, al igual que el universo.

El poder de los titanes es capaz de reducir por completo cuerpos celestes y aplicarlos en el campo de batalla. Por ese motivo, tras casi diez largos años, no me encontraba sorprendido por blandir mi sagrada espada gigante de dos manos impregnada con el poder del sol negro.

Mi planeta, o mejor dicho, estrella es una constante llama manifestada con ímpetu que no permite el brillo producto de su ilimitada oscuridad, negro como el ébano. Mi espada se baña con su poder convirtiéndose en una espada mortal que lo quema todo hasta no dejar in un rastro de cenizas, vida y cosmos de cualquiera que pueda considerar mi enemigo.
Entre el Monte ortris y el Monte olimpo, ese es el lugar donde se definió todo. Un terreno desesperanzado repleto de cadáveres, cielo cubierto de nubes con una lluvia sin mostrar señales de detenerse. Donde efectuaba cortes con dos intenciones, que en el fondo eran la misma.

Eliminar a mis enemigos, aquellos que compartían sangre con nosotros, queriendo desterrarnos. La otra era el motivo que le daba significado a mi vida, proteger al rey Cronos.

—Helios Prominence.

Pronunciado con tranquilidad, dije el nombre de un ataque. Gracias al poder de mi sol negro, serpientes de fuego y protuberancias arrasaron a los ciclopes en frente mío. Necesitaba finiquitar sin rastro de piedad.

—Helios Vortex.

Cargando el nombre de mi hijo, produje el viento solar. Una corriente de aire de aproximadamente setecientos kilómetros por segundo. Sería más que suficiente para limpiar la senda.

— ¿¡DÓNDE ESTÁ ZEUS!?

Perdí la calma, cortando todo que se cruzaba, llamando al responsable. Quería asesinarlo con mis propias manos. En ese instante, únicamente en la batalla se encontraban, sin que yo pudiera saber su exacta ubicación, Crios, Ceo, Japeto, Themis, y por supuesto, el rey Cronos. Otro par de hermanos quienes no tuvieron la bendición de recibir un souma de la madre Gea, Atlas y Menecio, tampoco podían tolerar las acciones de Zeus y se unieron a la batalla.

A lo lejos, podía escuchar las explosiones que desgarraban los cielos, convertían en polvo las estrellas, partían en dos la tierra y las montañas. Esto era una guerra, mis anteriores rivales, individualmente no se comparaban, arremetían en montonera y no me quedaba más opción que amputar sus miembros con cortes eficientes sin mostrar emociones innecesarias.

— ¿Qué te sucede, Dios del Sol? No esperaba ver a mi tío con una cara de tanta impaciencia, ¿Es qué piensas que puedes derrotar a Zeus? Si es así, lamento decepcionarte, pero no puedo permitirlo. Zeus en este último encuentro debe mantenerse ileso, al menos hasta que esté cara a cara con Cronos.

— ¡Hades!

La majestuosidad que irradiaba, aún en medio de un campo de batalla repleto de sangre, era eminente. El otro hijo de Cronos liberado por Zeus, sus ojos hermosos que reflejaban el misticismo de los dioses, su largo cabello negro, él, vestido con una armadura negra de cuerpo completo, seis pares de alas se encontraban en su espalda y en su mano derecha, una espada larga de una mano con grabados de origen celestial en su hoja.

—No haces más que demostrar la cobardía de Zeus, su hipocresía por no querer revelarse así mismo. Basta de estupideces, ¡perecerás aquí mismo!

—Si yo estuviera en tu lugar, no me atrevería a subestimar de esa manera a mi enemigo, ¿Diez años no fueron suficientes para aceptar la realidad? Éramos superados en un principio, pero deberían tener más cuidado con aquellos en quienes confían.

— ¿¡qué dices!?

La voz de Hades, sin emociones, soltó palabras que no comprendía. Estaba seguro que eran importantes, pero el Dios frente a mí, no me dio el tiempo de profundizar en mis pensamientos, más bien era una estrategia para confundirme y maximizar el porcentaje de definir la lucha, uno a uno, que se aproximaba, a su favor.

Un cometa oscuro surcando los cielos, Hades blandió su espada y aceleró en un único movimiento con dirección predestinada. Mi sexto sentido que casi rozaba la cognición actuó antes que mis pensamientos, y con las dos manos me preparé para recibir el impacto, el corte profundo de esa deslumbrante espada negra.

Inconmensurables chispas saltaron, el cosmos y el dunamis se desbordaba de aquel choque. La montaña a kilómetros detrás de mí se fragmentó, y Hades no se apartó. Continuó efectuando el primer golpe en un constante concurso de fuerza física arrastrándome a alta velocidad. El sonido del impacto era suficiente para exterminar cientos de oídos.

Lo miré, su rostro no tenía ni la más mínima pizca de duda, él quería matarme aquí.

Terminando de ejercer fuerza, osciló la espada en diagonal hacia arriba con el fin de alejarme y volver a embestir.Recobré mi postura en el aire y apunté la espada en su dirección.

— ¡Helios Vortex!

El viento abrasador de origen solar brotando de la espada salió disparado, consciente de que este ataque no acabaría con él sino que me permitiría adelantarme unos pasos más.

La confusión que provocaron sus palabras le otorgaron una ventaja, pero yo no sería derrotado por tal idiotez. Si Hades disipaba el viento con miles de cortes por segundo de su espada. Yo aceleraba a su encuentro.

Seguro pensarás, ¿Qué beneficio tendría manejar una espada gigante de dos manos, que reduciría mis movimientos, contra alguien que maneja una espada de una mano, que aceleraría sus movimientos?

No importa.

En casos comunes, una espada de este tamaño no me dejaría realizar cortes continuos, únicamente podría efectuar golpes potentes. Pero algo tengo a mi favor, es la experiencia adquirida en batalla, experiencia que afilaba y agudizaba mis habilidades.

Hades es menor que yo, por lo tanto, el primer combo de ataques que se aproximaban, lo tomarían por sorpresa. Hades tiene la sangre de Cronos, tengo que luchar con todo, ¡No hay forma de que un hijo de Cronos sea un oponente fácil!
Me acerqué con toda la potencia disponible.

Un corte.

A través de la fuerza de este potente corte de mi espada, Gurthang, Hades no tuvo tiempo de reaccionar ofensivamente sino que se pondría a la defensiva. Con esta espada no podría cubrirme en el hipotético caso de una estocada desde un ángulo muerto hacia mi costado.

Hades previó ese ángulo y se dispuso a apuñalar ahí mismo.

Una espada empuñada con la fuerza de dos manos siempre será superior a una mano.

Dos cortes.

Mezo la espada por segunda ocasión. La igualdad entre estilos existía, si yo era lento y potente, Hades era rápido y preciso. La espada que corta con velocidad divina, es repelida con velocidad divina.

Cierra la distancia, y se retira en un parpadeo. Lo mismo que duró ese parpadeo, también duró el tiempo que demoró en cargar una vez más.

Aprovechando la energía cinética de este intercambio ofensivo, giré completamente en sentido anti-horario para oscilar de nuevo de manera horizontal, la encarnación de la oscuridad frente a mí contraatacaba con su propia espada.

Tres cortes.

Hades liberó su cosmos en un estallido. Siendo acorralado y para evitar riesgos, por la desventaja en fuerza física, él quería distanciarme. Lo logró, el cosmos de un dios como él nada tenía que envidiar al mío y me alejó.

El ángulo muerto era su objetivo. El tiempo se detenía, mi intuición me permitía analizar con claridad. Y la espada amputa mi brazo con una estocada.

O al menos eso creería cualquiera que haya visto la velocidad celestial de su filo apuñalando rectamente en lo que, se supone, era mi costado.

Cuatro cortes.

El primer ataque de esta seguidilla de movimientos con Gurthang era un señuelo. La capacidad del sol negro impregnado en mi sagrada espada tenía una útil habilidad para compensar mis debilidades respecto al blandir una gigantesca espada de dos manos.

La tremenda fuerza me permite destellar las protuberancias que están a mi alrededor, para formar una cortina de luz, un fiel reflejo mío que actúa como un engaño e ilusión.

Hades no fue capaz de alcanzarme.

Cinco cortes.

Mezo de nuevo. Se anulan.

Seis cortes.

Balanceo de nuevo. Se cancelan.

Dos figuras que niegan la luz moviéndose con extrema rapidez. Una es mi adversario, un cometa negro golpeando desde cualquier dirección posible, asemejándose a una estrella obscura. Pero, Un cometa es pequeño ante un sol.

Me enfrenta a mí. Derribar la guardia que poseo no será posible mientras tenga esta espada. Arraigándome en el suelo superando la esgrima.

No tiene importancia la velocidad que le proporciona portar una espada más corta para atacar ángulos muertos. Las desvío con solo balancear a Gurthang asemejando una fracción de sus movimientos. Similar a mi planetes, soy un sol negro que consume cualquier objeto que se acerque. ¡Un cometa es efímero frente a un sol!

Veinte cortes.

Sin permitirle escapatoria, tarde o temprano él averiguaría las direcciones de mis ataques y los predecirá, será efímero pero no deja de ser un Dios que adquiere maneras de contraatacar a medida que asimila nuestro enfrentamiento.
Es por eso que no lo dejaba huir. Si podía mermar lo suficiente sus capacidades físicas, estaría propenso a recibir el ataque definitivo.

Treinta cortes.

¡¡Cuarenta cortes!!

Alta velocidad y cortes sin cesar. No hay momento en que se vea mermado. La capacidad de regeneración cotidiana gracias al dunamis permite evitar preocupaciones por sufrir rasguños, heridas insignificantes.

Si no usa todo su cosmos no podrá enfrentarme, pero eso también va para mí. Perder el ritmo equivale a ser decapitado. Varios segundos pasaron desde que modificó su defensiva a ofensiva. La igualdad cada vez era mucho más notoria.
Aumentando la velocidad, a sabiendas de que con fuerza física no podrá superarme. El tiempo no paraba de extenuarse y la paciencia se agota. No sucumbía a la presión.

Somos Dioses, la fatiga no existe. Ninguno ha logrado alcanzar limpiamente al otro sin pasar de daños superficiales. Siendo así, si perdía la euforia de los cortes sería derrotado. Si Hades abandona su velocidad en contraste con mi espada gigante, única ventaja, la muerte era su destino.

¡¡Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta, Corta!!

Existía una forma de romper la equivalencia. Solo esperar el momento. Ataco a Hades, analizo cada movimiento, en mis recuerdos busco entre mis versátiles habilidades que ostento. El cielo lloraba, la tierra crujía. Devastador era el escenario. Perdí la noción del tiempo, no recuerdo si fueron segundos, minutos u horas en el que un torbellino caótico estremecía la tierra, El suelo se resquebrajaba, con cada impacto, cerca y a cientos de kilómetros de nosotros.

Estando en una situación crítica, la expresión serena de Hades no cambiaba, se concentraba en repeler y evadir, buscando el momento oportuno para, probablemente, liberar toda su fuerza y el por qué es digno de hacerse llamar un auténtico Dios. Somos seres cuya existencia es inalcanzable, las palabras no tenían lugar aquí.

Ese pensamiento cruzó por mi cabeza y Hades lo desmintió segundos después.

—Keraunos… Ese es el nombre de que ha creado tu hermano, ¿O me equivoco?

— ¿¡De qué estás hablando!?

Por segunda vez en esta batalla, fui mandado a volar. Mi oponente aprovechó mi desconcentración para finalizar con mi andanada. Empuñando su espada, por primera vez, con dos manos, Hades entonó una frase que no había escuchado antes.

—Espada mía, desbórdate con mi cosmos, muestra la luz del inframundo.


Me detuve, observando la capacidad de mis reservas de energía para afrontarlo. La razón de la existencia de esa inefable espada era esta. Lo supe en un instante.

Amplificando el cosmos de Hades para liberarlo en un estallido en modo de onda expansiva. Pero este ataque dará de lleno, sufriría irreparables daños si me alcanzaba directamente. La condición en la que me encontraba no era ideal para tomar contramedidas.

Pero solo en esa condición.

Conozco mis límites, y todo lo demostrado hasta ahora, efectivamente, no era todo. Mi dunamis tenía que arder igual como el cosmos de Hades, no, más allá.

¿Quién soy yo?

La respuesta siempre está presente. Alberga en mí tanto mi constelación como mi leyenda.

El Dios de las llamas oscuras.

Experiencia adquirida desde los años hasta la actualidad, el verdadero origen fundamental de nuestra fuerza y desempeño en batalla.

Protección del Soma entregado por la madre tierra. Habilidades destacadas en el cuerpo a cuerpo. Dunamis, fuente de poder de los Titanes. Ebony Vortex. Espada divina de dos manos, Gurthang. Planetes, Sol negro, las llamas negras que prohíben el brillo. Manejo de la espada, completo experto empuñando. Helios Vortex. Helios prominence.

Técnica definitiva, el símbolo del infinito que destella con la protuberancia, mi fuerza real que me otorga la victoria en los momentos de desesperación. La serpiente que devora su propia cola. Las llamas infinitas y la regeneración permanente absoluta.

Sobrepasando mis límites. Sin desorientarme y me enfoqué en mi oportunidad.

Ouroboros.

Clavé mi espada a un lado, no es momento de contenerse e iría con mi máximo poder. Fundiéndose con mi brazo derecho, el Ouroboros emplearía su labor principal. Si hades representó la ofensiva que niega la esperanza, yo representé la defensiva que da origen al futuro. La naturaleza original de Ouroboros no es el ataque, es la defensa. No hay manera en que no pueda frenar el poder Hades.

Finalmente, elevó su voz y bramó. Su noble rostro se deformó por la ira. El cosmos se materializaba.

—¡¡¡Cae en la desesperación, húndete en las profundidades del tártaro!!!

—¡¡¡Te espero, muéstrame tu verdadero poder!!!

Él se aproximó y su espada fue balanceada con inmedible fuerza, desatando todo su cosmos. Lo sabía, era su movimiento final de muerte segura. Pero, yo, que soy el último muro, el muro que defenderá toda la eternidad a mi hermano, al rey Cronos, no puedo caer.

Los ideales en los que confío, la justicia en la que creo, un Dios debe proteger a sus camaradas y a aquellos que comparten el mismo deseo.

El deber de un Dios.

Inaceptable renunciar a todo, y me planté en el suelo, firme, observando la espada llenada con un cosmos violento, incontrolable, uno pensaría que no pertenece al Dios de rostro hermoso con ojos profundos.

Dos milisegundos.

Ese era el tiempo en que su espada me asaltaría. Levante mi brazo, lo extendí y abrí mi puño, mostrando la palma de mi mano. Ahora, envuelta con las llamas ilimitadas del Ouroboros. Me concentré, el eschatos dunamis que poseo sería concentrado con un único fin. Listo y preparado.

Un milisegundo.

Con la mano completamente extendida al igual que mi brazo, el dunamis comenzó a desbordarse de mi cuerpo engendrado por los primordiales de este mundo. El suelo bajo mis pies se quebró, los cielos tronaban. La defensa imbatible, el muro que no caería, obedeciendo a esas palabras lo desvelé.

— Ouroboros Prominence…
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Lo recibí.

Todos los colores, sin excepción, fueron borrados del mundo. La brillante luz alcanzó puntos críticos. Una explosión lo suficiente como para borrar, en tus términos, países completos en un infame segundo. Las llamaradas calcinaban todo a su paso. No me moví, me mantuve en pie, disputando la superioridad de la igualada colisión divina.

Había una manera de compensar la diferencia. La espada clavada no era un adorno. Aros de oscuridad giraban en torno a ella.

Gurthang Vortex.

Una técnica secundaria, un ordinario vórtice de Magma y Oscuridad a velocidad suprema. Pero su razón de existir no era esa.

Un soporte con el fin de potenciar la defensa de las interminables murallas de fuego del Ouroboros. La forma física de la espada se disolvió transformándose en dunamis puro, posicionándose frente a mi mano, uniéndose. El convulsionante vórtice drásticamente incrementó su velocidad avivando las llamas. En otras palabras, Ouroboros era mucho más fuerte y resistente por el frenético agregado.

—¡¡Ouroboros Gurthang!!


Aguantar.

Soportar.

Superar.

La conclusión fue inesperada. La armadura de Hades, que antes era hermosa, fue casi destruida en su totalidad. Al igual que yo, no cayó y se quedó ahí con una mirada desafiante, demostrando insatisfacción de no lograr lo que te propones.
Yo pensaba algo similar, pero más que insatisfacción era decepción mezclada con emoción. Por un lado, insatisfacción por quedar casi igual, mi soma con grietas en todas partes, algunos sectores como toda la protección de mi brazo derecho incluso fueron exterminados.

Por otro lado, emoción al haber detenido su ataque definitivo, si hablamos de quien efectivamente cumplió su objetivo, ese fui yo. La ventaja me pertenece, todavía me quedaba la suficiente fuerza como para darle el golpe de gracia al fatigado Dios portador de la espada con grabados únicos.

No obstante.

Algo irrumpió con violencia tronando los cielos. Pude sentir como todos, aún sin estar presentes en este combate, se voltearon a ver esa deslumbrante, absoluta, justiciera luz. Una luz que destrozaba cualquier lógica aún para los estándares divinos. Pudo divisar, en los cielos, al rey Cronos equipado con Megas drepanon en su forma final.

Cronos era único en lo que respecta a luchar. La mayoría de nosotros los titanes usamos armas para combatir. Cronos desataba su máximo combatiendo con los puños mientras estaba equipado con la hoz que sega toda existencia, Megas drepanon.

Pero esa luz cegadora no pertenecía al Rey Cronos.

La luz, como una gran estrella en el firmamento, pertenecía al causante de toda esta guerra. Zeus, al que yo buscaba para castigar, apareció en el campo de batalla frente a Cronos. El largo cabello plateado ondeaba gracias al violento viento, como una premonición avisando que se liberaría lo que no debería ser liberado.

Era irónico, Zeus estaba desnudo y no poseía equipada ningún tipo de Armadura. Sin embargo, la luz con las que todos quedaron anonadados, emanaba un poder único. Concentrada en su puño, se disponía a combatir con su padre, cumpliendo el augurio.

—Te lo advertí… Hyperión… Deberían tener cuidado en quien confían… El origen de esa luz ni siquiera pertenecía originalmente a nosotros pero uno de los tuyos cometió el error de jugar con lo prohibido, liberar el keraunos y querer esconderlo por su peligro, ciertamente, es sabio, pero no esperabas que la amante de Zeus estuviera de nuestro lado, ¿Cierto, Dios del Sol?

— ¡No entiendo!

—Fufufu, si te lo digo es porque ya no queda esperanza para ustedes, a mí no me gustaría quedarme con dudas en mi final. Pero, esa luz brillante es el arma definitiva que exterminará y condenará a cada uno de ustedes, si estuvieran todos tal vez no resultaría pero ustedes mismos se traicionaron, pagarán las consecuencias.

—No puede ser…
Impresionado por aquellas palabras no pude reaccionar. Me limite a sentir y ver como en los cielos se desencadenaba la última batalla de esa guerra.

Lo comprendí.

Sabía que Ceo estaba raro por algo en especial, en su momento no lo supe, pero con las palabras de Hades todo era claro al igual que un amanecer.

Keraunos.

Sabía que Ceo estaba en busca de un poder que revirtiera nuestra situación y obtuviéramos la completa victoria, más no me dio mayores detalles. Keraunos, su significado hace referencia a los relámpagos, esa luz en el cielo definitivamente era la de los relámpagos.

Si Ceo, que es aquel que todo lo ha comprendido, descubrió el poder para asesinar los dioses, mi amigo, hermano, ¿Por qué ese poder lo tiene Zeus? Ceo estaba de nuestro lado, no había duda, entonces, si no lo teníamos en nuestro poder debió tratarse de algo absolutamente poderoso capaz de aterrorizarlo y no revelárselo nadie.
Esto explicaba su actitud.

En un principio no cuadraba, pero cuando las palabras “amante de Zeus” fueron dichas, eso significaba que una entidad en específico, de origen femenino, nos traicionó. Si mi deducción no fallaba, probablemente se trató de la que es capaz de observar y manipular las memorias, ella, con sus ojos vacíos que vio el significado oculto de las palabras de Ceo hace tiempo. Confirmado en un futuro.

—¡¡¡Maldición!!!

Aceleré mi velocidad y me lancé hacia el encuentro final.

***

 

En la guerra solo existen dos opciones. La victoria o la derrota. Con esa idea en mente, era obvia mi elección.

Poder.

Lo que necesitábamos era tan simple como eso. Siempre los aventajamos en cada enfrentamiento sin embargo, no encontrábamos manera de ganar y decidirlo todo de una vez.

Por eso lo creé.

Somos Dioses, seres inmortales que sin importar cuánto daño recibamos, no pereceremos tan fácilmente. Y basándome en esa lógica, investigué sin parar por tantos años y llegué a una respuesta.

Keraunos.

La hermosa luz de los relámpagos, el arma capaz de sellar, asesinar a los Dioses y condenarlos. La felicidad que sentí rápidamente, por haber descubierto un poder que nos otorgaría la victoria sin derramar más sangre, se transformó en miedo.

Aterrorizado, lo oculté.

Poseía un completo dominio sobre mis memorias y lo sellé ahí, en mis recuerdos, sin que nadie más pudiera encontrarlo. Era un poder que no debía ser manipulado, hubiéramos conseguido derrotar a nuestros enemigos pero nada me aseguraba que, un día, ese poder no sea usado en nuestra contra.

La guerra, esta Titanomaquia, se extendería.

No me importaba.

Los años de experiencia acumulados, fortaleciéndonos, desde que Urano fue abdicado estaban a nuestro favor. Habría mucho dolor y sufrimiento, pese a que a este ritmo, ganaríamos. Para iniciar un buen futuro, no quise que mi querida esposa luchara en esta guerra por el derecho a gobernar.

Ella tiene que vivir. No es necesario que lasdeidades femeninas, únicas con la capacidad de dar a luz descendencia, caigan en batalla. Había excepciones, como Themis, un dunamis fulgoroso que ardía por proteger lo que les pertenece. U otras, como Mnemosyne, ella era especial, no tenía interés alguno en esta crisis.

En la reunión dentro del laberinto de Cronos hablé directamente sobre los futuros planes expresando mi apoyo hacia Hyperión, sus ideales nobles llenos de orgullo. La mirada vacía de la Titánide al escuchar mis palabras y verla sonreír por primera vez, era inquietante.

No me opuse a mis otros hermanos y hermanas pero mi esposa tenía que seguir viviendo, soy sentimental, no cambié de opinión. Hyperión me enseñó eso, luchar junto a los camaradas que comparten tus deseos y proteger tus ideales de justicia.

Estaba impresionado.

Gran parte de nosotros no participó. Tenían sus motivos personales y eso supuso una desventaja que no esperaba. Los rebeldes que se dirigían desde el monte olimpo cambiaron, su confianza creció en demasía y como el estado de ánimo influye en tu desempeño, la igualdad se revelaba en los intercambios continuos estremeciendo el planeta.

Los relámpagos negros incrementan mi velocidad. A mi lado, Crios de los Astros, el incandescente filo de su espada brillando en un azul místico, el mismo color de nuestro icor, sangre divina. Corriendo, saltando y partiendo el suelo. Una persecución marcada por las explosiones encadenadas cada determinado tiempo.

Dos persiguiendo a otros dos.

En la distancia remota, Poseidon, otro hijo que fue salvado de las garras de Cronos, portaba algo nuevo. Conocía de antemano la apariencia de su armadura, Scale, envuelta en colores dorados y anaranjados, con tonos cegadores honrando ser un compuesto divino.

Lo nuevo era esa lanza en sus manos, eso parecía si se le observaba desde la distancia a pesar de que estaba equivocado, era un tridente.

Usando los dos brazos, Poseidon ejecutaba miles de estocadas, repelidas o evadidas, a su vez que retrocedía para asegurar la distancia que los separaba a él y Crios. Cada trueno y onda residual reverberando era el resultado de un encuentro entre la hoja en la que Crios depositó su vida y el tridente simbolizando la majestuosidad de Poseidon.

Ciento cincuenta veces en menos de cinco segundos. La cantidad de encuentros se aproximaba a ese número. Impactante también era la distancia, que cubría cientos de metros, entre los estruendos incesantes.

Crios era más completo en la mayoría de ámbitos. El soma no era lo único protegiéndolo. Su planetes ejercía su rol al máximo, usado para defender a quien le otorgo la defensa de su mundo, el planeta se compactaba formando un escudo lleno del cosmos de sus habitantes.

Aster Shield.

Diestro espadachín, defensa y ataque en intervalos. Sin embargo, el tridente de Poseidon abarcaba más espacio, los tres dientes creados para atravesar. La imparable persecución se veía obstruida por el camino de Orichalcum, material divino, creciendo del poder de Crios para frenar al Dios de cabello celeste.

Un tridente se asemeja a una lanza en cierto modo. Pueden usarse de la misma forma, estocadas para perforar al rival y mantenerlo a distancia pero el verdadero potencial de cada una no se encuentra en el cuerpo a cuerpo, sino que se desata al ser un arma arrojadiza.

El duelo frente a mis ojos correspondía a eso.

Crios acorralaba a Poseidon con el fin de evitar el desencadenamiento del máximo potencial desconocido del constructo divino.

Poseidon retrocedía apartando a Crios con andanadas de estocadas, para liberar la verdadera original naturaleza del tridente.

Soshinken.

La propia vida de Crios, una espada formada por la sangre divina, icor por apuñalarse a sí mismo, la empuñaba en su mano derecha. Los choques con el tridente liberaban la ira de los Dioses. Era cuestión de tiempo para finiquitar la batalla.
Entonces, ¿Qué estaba haciendo yo?

Lo mencioné al inicio. Yo perseguía a alguien más trazando en mi camino recorrido una estela de relámpagos negros. La encontraría más adelante, a ella, a la personificación de la hermosura y legitima esposa de Zeus. Hera.

—¡¡Ebony Rapier!!

Grité, enfocando la estocada imbuida en relámpagos oscuros dirigiéndose a su pecho. Pero fue bloqueado, el cetro que sostenía emanó una resistente barrera de cosmos. Su largo cabello rosa revoloteaba, y el flequillo cubría ligeramente sus ojos dorados.

—¡¡AAHHHH!!

Ella pateó el suelo y con rapidez guiándose por un vector en línea recta aceleró destrozando el sitio donde se encontraba parada en dirección hacia mí. Vestida con una armadura que dejaba al descubierto parte de su cuerpo y solamente cubría el abdomen, brazos, piernas, pechos y hombros.

El cetro rojo, blandido vertical hacia abajo fue soportado con mis dos brazos cruzados, enterrando mis pies. Un estallido enorme para partir cordilleras cercanas y un estruendo infernal repercutiendo. La defensa del Soma dado por Gea me permitió soportar este embate.

—¡¡Jura tu lealtad, imbécil!!

Le femenina voz, corrompida y modificada por la sed de venganza no era amenazante para mí. Me quedaría quieto hasta que su fuerza disminuyera, aunque la causalidad lo adelantó.

La causa.

Dándose cuenta de mi estado, y con el objetivo de aumentar mi probabilidad de victoria. Utilizó una habilidad especial del Aster Shield. Como es un Dios espadachín que basa todas sus habilidades en duelos con espadas que requieren acercamientos, es imposible que no descubriera la manera de restringir a su enemigo. Arrojando su defensa.

El efecto.

Su Aster Shield sobrepasando la velocidad de expansión inicial del universo se desensambló y voló desde su brazo izquierdo. Golpeando con fuerza, encarnando la destrucción pura, en el costado derecho de Hera, liberándome.
La oportunidad me fue dada y salté, golpeando el estómago. El rayo negro atravesó y quemó pese a que una Diosa de su calibre no caería con eso.

Recuperé la distancia. El cosmos del cetro, de su centro innumerables destellos de poder divino eran dirigidos.
El planeta, la estrella del trueno oscuro, mi planetes fue invocado activando su rotación girando a una velocidad impensable para cualquier mortal. Manipulando lo que no me pertenece absorbí uno por uno los destellos.

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—Las acciones de Zeus no pueden ser permitidas… El derecho de este mundo nos pertenece a nosotros desde el momento en que Urano fue derrotado ¿Y tú, Hera, te atreves junto con tus hermanos en un vano intento de quitarnos lo que hemos conseguido?

Evidente indiferencia se hacía notar en ella, un rostro bello como el suyo ciertamente se veía mal.

—Muy hipócrita de tu parte, Ceo, si la culpa es de alguien, es del patético Cronos alocado por el miedo. Los tiempos cambian y la nueva generación sobrepasa a la antigua ¿eh? Esto no será diferente, también veo que las decisiones equivocadas son comunes en ustedes.

— ¡¿?!

El encanto que transmitía, irradiando las ganas de matar de la diosa que no cae. Volteé en un abrir y cerrar de ojos observando a mi hermano, boquiabierto por el deslumbrante cosmos azul de Poseidon sosteniendo el tridente sobre su hombro, listo para lanzar.

— ¡Arrepiéntete ante la gloria del olimpo!

Las pasionales palabras del Dios portando un tridente.

Lanzado, una estrella fugaz viajando a través de los billones de galaxias. El sentimiento escondido, ahora soltado aproximándose a la cabeza del Espadachín. Su escudo no regresaba, su capacidad de reacción disminuyó por la sorpresa. El error cometido por ayudarme.

No podía hacer algo. La estrella del trueno rotaba absorbiendo, el desconcentrarse permitiría el avance de los destellos fusilándome. No quedaba tiempo y acepté el destino unos segundos hasta su llegada.

—¡¡Khora Temnein!!

Una pequeña ruptura en el espacio detuvo, o más bien transportó la estrella fugaz cuando faltaban centímetros para pulverizar la cabeza del Titán.

¿Dónde aparecería?

Fluctuando, atrás de Poseidon otra brecha del espacio interfirió. Concentrándose en el frenado de su propia arma, el olímpico recibió el lanzazo. Obteniendo de resultado el estallido que frenaría las luchas cercanas.

—Oye, me debes un gran favor, ¿Qué harías sin mí?

—Silencio, eres un ingenuo pensando que se detendrán, prepárate para la siguiente ronda.

El breve intercambio de palabras de Japeto, quien reapareció en medio desviando un ataque fatal, y Crios, el espadachín que estuvo a poco de perder.

— Cierto, cierto ¿Qué dices, Themis?

Sentada en su magistral trono, Meles planetes se veía a lo lejos, y ella con las piernas cruzadas no desvió su mirada de la Diosa en un punto muerto conmigo. Pronto la estrella del trueno no absorbería más.

—Si los olímpicos desean reclamar lo que no les pertenece, no es más que un deseo influenciado por la rabieta de Zeus. Los niños necesitan lecciones cuando es necesario y puedo asegurar mis palabras como Madre que soy, los sentimientos me acompañan y es lo que me da fuerzas, entonces… ¿Te gustaría sentir la justicia del planeta?

Brabeus Talanton.

La extraordinaria balanza que carga los pecados del mundo descendió sobre Hera. Paralizando los destellos de su cetro, se forzó a crear consecutivamente la gran barrera de cosmos. Congelando la balanza.

— ¡Las balanzas son fáciles de inclinar hacia cualquier lado, perra! Mucha palabrería pero pocos resultados. Ni tres de ustedes podrán inmovilizarme con facilidad.

La balanza cedía, más no la voluntad de Themis.

— Tu propuesta no es solicitada. Los millones de vidas que hacen arder el dunamis, La diferencia entre tú y yo, es que yo tengo a un mundo dispuesto a pelear por mi voluntad. Perece.

Seis espadas nacieron del meles Planetes, adyacente con seis colosales. Cada uno empuñando una espada, enfocando hacia la misma ruta, enarbolaron hacia abajo.

Hex Aster Xiphos.

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Oscilaron con destino idéntico al sector, la balanza de la Titánide. Empujada hizo trizas la barrera.

— ¡Imperdonable!

Observando lo ineludible, Hera replegó percibiendo únicamente la onda expansiva de la coordinación.

—Fufufufu…

Farfullando, con una mirada similar a la de una gata rabiosa con ojos dorados. Confiada tras soslayar un gran impacto, segura de que su siguiente celeridad liquidaría a los seis gigantes, esperó que el polvo y humo se disipara.

— ¿¡Qué!?

Cometiendo un grave error por pensar en que Themis sería tan misericordiosa. Sin que nadie se percatara, se levantó de su trono y se impulsó desde allí. Abarcando cientos de metros en un santiamén, frente a frente, le susurró mirándola fijamente.

—Mi universo es impenetrable, ¿De verdad pensaste que yo dejaría que ellos se encargaran de exterminarte? Eso me arrebataría entretenimiento.

Un escalofrío, inaceptable para los Dioses, recorrió a la esposa de Zeus.

—Una niña irrespetuosa como tú merece un castigo.

Brabeus Blade.

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—¡¡ugh!!

La seductora pierna de la Titánide, afilada con dunamis, perpetró un corte empinado. El brazo izquierdo de Hera fue cercenado desde su raíz. Si no hubiera reaccionado lo suficientemente rápido, la partiría en dos.

Themis se disponía a decapitarla con la pierna izquierda. Sin embargo, antes de llegar, un fuego embravecido rodeó a la Diosa sin una extremidad para protegerla. Eligiendo la retirada para eludir quemaduras, habló.

— ¡No desvaríen! Las dos que faltan están aquí.

A lo lejos en una colina, la representante del fuego sagrado debutó. Los sentidos de los Dioses, afinados, permitían percibir detalladamente incluso a kilómetros de distancia. Allí se encontraba de pie.

—Por mis hermanos y el prosperar de este futuro edén, yo ofreceré esta limpieza. Las estrellas caerán y librarán de todo pecado. El fuego providencial incinerará y dará bienestar a las almas desgraciadas de nuestra sangre…

El fuego en sus manos esplendoroso centelló. Un arco de cosmos creado. La primera a quien le fue quitada la libertad por culpa de su Padre. La hermana mayor de los Olímpicos.

— ¡Hestia!

Agarra y extiende el cosmos del arco ardiente. Las estrellas fulgurantes precipitaron. Su cabello negro corto hasta los hombros, suave a simple vista no era afectado por las llamas. Dominante de un fuego sagrado peligroso, su armadura similar a la de Hera, era bermellón.

—Rompe el planetes, es mi turno. —Guardando silencio, La esposa de Japeto asintió y procedió a destrozar su planeta. Poniendo al límite a los seres habitantes del Planetes por “afrontar la muerte” el estallido de emociones influían en el cosmos desbordándose de manera más provechosa.

La Atmosfera se rodea del cosmos, si los matan su poder crece. Japeto funciona como un imán atrayendo este poder pasando a ser parte de su cuerpo.

El Dios de lo heteromorfo pisó este mundo gracias a este arreglo.

Khaos Kyclos.

Estimulado, dio un salto. Grietas dimensionales en el espacio se abrieron tragando a las estrellas ardientes de Hestia en frecuencia. Con dinamismo seguía tragando y enviándolas a algún otro lugar en conjunto con la invocación de su espada oscura.

Estirando y juntando los dos brazos, Japeto reveló.

Khaos Blade.

La espada oscura formada por Eschatos Dunamis puro, con más parecido a una lanza, voló recto destinado a Hestia.
Otro centelleo divino se exhibió cargando una hoz.

La hoz, maniobrada con dos manos, interceptó la espada caótica. Esta no era como la hoz de Cronos, una hoz que modifica su apariencia pasando a ser una armadura. Esta hoz dorada era acarreada por una beldad de ojos verdes y cabello blanco. Usando su propia armadura, Demeter descendió para anular la espada de dunamis.

—Impertinente, no te atrevas a creer que nuestra hermana mayor estaría tan desprotegida.

— ¡Claro! Lo mismo va para ustedes.

Atento a sus palabras, una grieta se abrió frente a mí. Corrí y al instante me encontraba en el aire, a un costado de Demeter.

— ¡Sparkle Rapier!

Multitudes de brazos etéreos perforaron el torso. Un ataque de esta magnitud a una distancia casi cero es inesquivable. Ella no puede morir por algo así, el motivo del ataque es para obligarla a retirarse.

Pero, mi deducción era equivocada.

Sin quejas, la punta de la hoz osciló clavándose en mi brazo. Comenzamos a caer y mi objetivo fue completado, Japeto tenía vía libre. Lo que me quedaba por hacer era acabar con ella, la prelación del golpe final la tengo yo.
Aterrizando violentamente, se encuentra apoyándose en la hoz. La situación no podía intranquilizarme. Demeter atinó a iniciar una breve conversación.

— ¿Por qué te opones a la libertad? Ustedes pasaron por lo mismo abdicando al marido de la madre tierra, y aún así… ¿¡aún así quieren arrebatarnos lo que por derecho nos pertenece!?

La pasión inculcada en sus oraciones. Todo salió de ella, algo de verdad había ahí pero…
—Te equivocas.

Es el mundo que nosotros, esta estirpe, consiguió derramando cientos de toneladas de sangre. —El olimpo no consiguió nada. Las palabras que utilizas, los sentimientos orgullosos, es honorable pero ustedes jamás consiguieron ni conseguirán nada guiándose por las ideas rebeldes. El mundo tiene que ser ideal y luchamos por él, solo en manos de los que derrotaron a Urano y son descendientes directos del origen del universo podrá brillar con verdadero resplandor. Zeus no tiene la capacidad.

—Hablas mucho… ¡pero demuestras que ustedes que son unos hipócritas!

Un asalto empuñando la hoz. Sus condiciones terribles, no le importaba.

—Acabemos con esto.

De acuerdo, mantuve el silencio y me adelanté al cruce.

Eludía cada balanceo de la hoz enorme. A medida que empleo mi velocidad, golpeaba su mano agarrando el arma y si la suelta, se acaba. Las reuniones de los agresivos movimientos provocan ilimitadas repercusiones.

Requería tiempo la regeneración de mi brazo. No importó. Una batalla es una batalla, no hay tiempo para descansar.
La deidad femenina luchó sin pensar en sus heridas, yo no podía darme el lujo de hacerlo.

Una colisión.

Los relámpagos negros se apoderaron del devastador terreno. Yo creé el keraunos y no lo utilizaría, ganaría esto y comprendía que el keraunos no era la manera.

Hasta que el trueno reverberó en el espacio.

Me di cuenta, mi error. La luz de aquel lugar, de alguna manera me la arrebataron. El tiempo se detuvo, los presentes en el escenario de la guerra final observaron. Algunos con asombro y confusión, otros con confianza y esperanza.
Sin embargo, era obvio por qué ocurrió esto. Solo existe una divinidad con el don de manipular las memorias.
Las dos figuras, una desnuda y la otra envuelta en megas drepanon. Chocaron y todo el mundo se iluminó, es ahí donde acabaron mis recuerdos.

***
Corrí, salté y volé. Pero no pude dar un paso más.

El honor de Cronos sería manchado si le ayudaba. Interferir en un conflicto que no requiere mi presencia no es una alternativa, porque la sangre maldita fluye en ellos. Observé al padre y al hijo.

No existía forma de que se volviera una lucha a larga distancia. Matar con tus propias manos.

Lo único que podían hacer es conducir sus puños hacia el otro descargando el odio. Sin técnicas ni estrategias envueltas. El presagio de la sangre condenada por Urano.

El padre necesita matarlo para proteger aquello que ha conseguido.

El hijo necesita destruirlo para conseguir la libertad arrebatada.

No pueden morir, son Dioses. La tensión indica que una cuenta regresiva está iniciando, determinará quien se extinguirá.
—¡¡Un espectáculo de luces no es suficiente!!

—…

Tras ese grito del Demonio Negro, voló, golpeando el rostro blanco con todo lo que tiene.
Lo esquiva bajando su postura. Y arremete clavando el puño en el plexo solar cubierto por el Soma. Más no es suficiente.

Cronos tiene el Soma. El resultado era el esperado, el golpe de Zeus solo lo alejó unos metros. La existencia de tez oscura originó al blanco, permitirse ser superado tan fácil es imposible.

La habilidad de teletransportar instantáneamente golpes para conectarlos mermando el cosmos por efecto del megas drepanon es única de Cronos. Con su máximo poder, un ataque basta para reducir la capacidad de respuesta de Zeus.

No se detiene, carga otra vez trascendiendo la velocidad de la luz. Está riendo, disfrutando lo que más ansiaba, castigar al rebelde.

Traza una trayectoria con el puño. Atraviesa el aire obligando a la luz plateada a moverse eludiendo por centímetros la destrucción.

Corta el espacio con una patada usando el talón. Cae en la cabeza del blanco y lo estrella contra el suelo, la tierra se parte en dos produciendo una onda que pulveriza los alrededores.— ¡Guh…!

Cosmos contra Dunamis.

Una imitación no puede vencer al origen. Sin ser suficiente, irrumpe sin protección. No pensé que Zeus fuera tan confiado, sin embargo, las palabras de Hades se mantenían en mi cabeza. Esa luz no debía brillar por completo. Oculté mi presentimiento y seguí observando, sin mencionar nada, creía en el poder del Rey.

La dirección del siguiente golpe de Cronos apunta hacia el diafragma.

Zeus se quedó quieto, respirando pausadamente. Lo que la oscuridad destructiva interpretó como subestimar.

— ¡No te pases de listo! Mutilaré cada parte de tu cuerpo.

Frente a frente, golpea.—¿¡!?

Cronos se sorprende. Era obvio, el blanco agarró el brazo, lo levantó junto con el cuerpo completo y lo aplastó contra las piedras.

Furioso, se suelta pateando el costado de Zeus.

El brazo izquierdo del Hijo fulguraba cada vez más, eran relámpagos. Cronos perdía la paciencia, invocando sus tres planetes guardianes presumiendo del alcance de su poder.

NefritisHoplisma, Electrontéru y MargaritesDrakon. Los tres gigantes guerreros marcaron su objetivo.

Zeus incrementó la distancia preparándose para recibir el dunamis completo.

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— ¡Dunamis Pelekus!

— ¡Dunamis Odous!

— ¡Dunamis Pneuma!

Al mismo tiempo impactarán en Zeus… Y este último seguía sin inmutarse. El ataque cooperativo no es para asesinarlo, es para darle la opción a Cronos de perforar a su hijo luminoso con su brazo.

No obstante, el presagio se desencadenó.

— ¡No es posible! —Gritó Cronos.

Relámpagos, rayos cayeron de los cielos tronando y reverberando. Una fortaleza de relámpagos cubre a Zeus y anula el Dunamis.

Acto seguido, fríe uno por uno a los tres gigantes en un caos indefinible. Relámpagos controlados a la perfección, lo que decía Hades y lo creado por Ceo. No pude acercarme, me frenaba el torrente de poder.

—¡¡Acabaré contigo, bastardo!!

Oscuro y blanco colisionaron más de cientos de veces, dejándose llevar por la ira uno, y el otro midiendo y actuando sin mostrar emoción. Ondas expansivas sin parar, retumbando en el mundo.

Es triste. Los padres deben amar a sus hijos, y los hijos a sus padres. Esta batalla era todo lo contrario, desde un principio, condenados a matarse el uno al otro. Desde casi el mismo origen del universo, estaban malditos y no se podía evitar.

Y lo que es peor, los ojos de cada uno no muestran arrepentimiento.
Se detuvieron para dar el golpe final.

Guadañas se manifestaron en los brazos de Cronos, como medio del Dunamis Pteryx. El brazo izquierdo de Zeus concentró todo el brillo cegador en su puño.

Dividieron el aire en un solo movimiento casi exacto para matar. Y así, las últimas palabras fueron dichas.

— ¿Sabes? Yo nunca sentí un odio profundo por ti… En el fondo, solo tenía el deseo de proteger a mis hermanos quienes pensaban y aceptaban la infelicidad por nunca ser capaz de volar más allá… Años confinados sin deseos de vivir… Y así, te denominaron como un rey, yo creo que eso no lo es lo que debería ser un rey, tú lo único que hiciste fue ser un tirano. Un tirano con el que solo bastaron unas pocas palabras para llevarlo a la locura…

Los relámpagos proporcionaron una velocidad superior por un mínimo, usándolos al límite pudo acelerar y llegar antes que la guadaña, la falta de la armadura ayudó a incrementar más su aceleración. Solo quedaba algo por decir, el tiempo frenó y lo miró a los ojos.

—Alguien como tú no puede gobernar.

Un golpe. Un simple golpe en el pecho de Cronos.

El mundo fue cubierto por la luz de los horribles y bellos relámpagos.

Es ahí donde acabó todo. No logró recordar lo que sigue, pero la estirpe completa fue sellada. No pude protegerlo. A pesar de todo lo que dije, todo lo que prometí, todo lo que se derramó en la Titanomaquia, no pude protegerlo.

Mucho tiempo después, descubrí que fui sellado en un Dios de otro mundo, casi eliminado por el fulgor con alas doradas. Se me dio otra oportunidad de cumplir con mi deber, salvado por el Dios primordial de las aguas oscuras.

Juré que la próxima vez que me encontrara con la luz de esos relámpagos, Keraunos, la extinguiría para siempre sin cometer el mismo error.

Pero, esto es diferente, estoy seguro de que es el mismo brillo. De pie, adelante, un león dorado resplandece con la misma luz de Zeus.

Da un paso al frente.

Quiere defender y proteger a los suyos pero a diferencia del actual Rey de los Dioses, con la esperanza también quiere proteger a nuestra gente y desea creer que podamos caminar por el mismo sendero.

Dioses y Humanos.
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Bien, el ultimo, como era bastante extenso, fue en dos partes...

Nada mas que decir salvo...

A leer y votar se ha dicho!



#18 Heisei Rules

Heisei Rules

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Publicado 06 septiembre 2017 - 21:28

Bueeenas, solo pasaba a avisar que las imagenes del fic 1 no se ven
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#19 girlandlittlebuda

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Publicado 07 septiembre 2017 - 00:06

Hola Leo! Cuál es el plazo para las votaciones? Pregunto porque todavía no acabo de leer el one shot tres.

Y sobre fundamentar mi voto, no sé si los participantes estén interesados en saber mi opinión. De ser así, los voy a destrozar! Ñaca ñaca. Es broma ^^.

Editado por girlandlittlebuda, 07 septiembre 2017 - 00:10 .

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"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final"


#20 ♓ Lεothepunish ♏

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Publicado 08 septiembre 2017 - 12:56

Hola.
Creería que lo más adecuado, sería dejar hasta el día 15 de septiembre como tiempo para votar... Más que nada, por la poca actividad foril que se ve últimamente...
Si les parece mucho, me avisan, y acortamos el plazo.

PD: Destroce al que guste, siempre que no exceda las reglas del foro...




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