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Cronicas del caballero de Vivar


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30 respuestas a este tema

#1 Ares The Destroyer

Ares The Destroyer

    Fucking God of War, hermanito de la neordenada caótica

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Publicado 29 enero 2011 - 13:10

Hola acá traigo la Odisea de uno de mis personajes, acá un breve resumen de su vida contada por sus palabras, el proximo el primer cap del fic.

PROLOGO:

Hay momentos… en que un hombre, nunca puede olvidar… su primer beso… su primer duelo… pero sobre todo… el momento en cual descubre cual es su misión en esta vida…

Ese momento… lo descubrí hace 1 año…

Año 1194, tras la finalización de la 3ª y seguramente la más conocida cruzada de la cual el hombre recordará, Europa ha estado en un mundo de paz política, pero engañándonos como los sermones que puede dar un monje sobre la verdad absoluta.

Nada es Verdad, Todo está permitido… esa la razón de mi existencia ahora, la existencia que guió a alguien que pude querer como mi propio hermano… en un siglo de guerras producido desde mi nacimiento allá hace más de 1 siglo he enfrentado solo a la muerte muchas veces…

En Consuegra me dieron por muerto, incluso mis padres así lo creyeron, renuncié al nombre que la historia me recordará para recuperar el mío propio, un nombre de pobres que alzaran con la justicia manchando el camino con sangre, sangre de la traición que el Dios que esté en los cielos nos ha dado.

Ahora, yo con 25 años me he rodeado de una guerra que ni intuya que existía, por un lado Templarios y Asesinos, por el otro Santos y Marinas como otra seria de seres que siguen a un Dios patético que cree merecer que le de mi pleitesía.

Nací en 1076, en Burgos bajo la corte del aun reinante Sancho II, pero rápidamente siendo un bebé me arrebataron de mi madre, los almorávides, los enemigos de mi padre Rodrigo, y me abandonaron en Toledo, la ciudad que recuerdo de cuan tengo memoria, pero en 1081, con 5 años, se dieron revueltas en la ciudad de esta Taifa.

Un asesinato político puso nervioso a tanto cristianos como a musulmanes y los asesinatos se daban, por este momento estaba abandonado, sobreviví por las miserias que me daba la gente pero tuve suerte… por ironía del destino el nuevo Rey de Castilla y León, Alfonso envió al conocido héroe castellano a apaciguar la revuelta aunque más bien pareciera que quería dominar la taifa y extender su reino.

La gracia de esto que en el momento en cual iba a morir, un hombre montado en un caballo y alzando una espada me salvó de los revolucionarios, un hombre grande con cabello castaño rojizo y un poco de barba, y al ver que estaba solo como suspicacia me recogió y me crió como si fuera su hijo… aunque realmente tal vez quisieron las parcas que padre e hijo se reunieran.

Bajo el nombre de Diego, fui forjado en el arte de la espada por mi padre, pero en mi crecimiento mi ego se subió, y aun así no pude evitar lo invevitable, como el destierro de mi padre de la cual le acompañé fielmente pero aun así todo fue inútil.

Tras perder en 1098 a mi padre y heredar su espada me embarqué a propósito a un viaje para morir en la cruzada que se empezó a dar en oriente, en Tierra Santa, en ese momento tenia 21 años, pero en el camino por el Mediterráneo salido de la bella Valencia que tanto le costó obtener a mi padre…

Entre el naufragio sobreviví y llegué a las costas del Egeo, en Athenas y allí fui salvado por un hombre, un hombre que me iba tapado su rostro con un casco de oro y llevaba vestimentas ceremoniales, me dijo que su nombre era Flavio Aecio, y que era el Patriarca del Santuario de Grecia.

La amabilidad de este hombre me sorprendió gratamente, el mismo me explicó la realidad de las cosas, también dijo que como yo llegó por accidente y que además gracias a eso encontró un nuevo camino más que la muerte.

En los meses que me quedé, me enseñó a controlar mi cosmos, el cosmos, una energía proveniente de cada uno de nosotros, retenida en el microcosmos que se encuentran en los átomos y hacer que nos sincronicemos con el universo y ser capaces de llegar hasta las estrellas y hacer que ardan.

Al cabo de ese tiempo fui capaz de controlar algo que otros tardarían años, tal vez fue una señal de que seria elegido de algo, pero ahora lo dudo, y aun así logré equiparme con una protección que brillaba como el oro, aunque no veía con interés al ponerme esta armadura cambió esto, fui nombrado uno de los 12 caballeros de oro y el primero tras cientos de años y gracias aun encuentro con alguien muy particular, Apolo, el Dios del Sol que me apoyo y me quiso mostrar la manera de avanzar.

Craso error, pues lo que tuve de admiración ahora es un odio irracional contra todo lo que el represente, yo mismo.

Terminada esta prueba me embarqué a Tierra Santa y apoyé en la captura de Jerusalén y rodeado de algunos caballeros medievales como Hug de Payns, el que seria después conocido como el creador de la Orden del Temple, allá en una gruta en el desierto 9 caballeros del cual yo y Hugo se encontraban encontramos las que serian las reliquias conocidas como el Santo Grial.

Hubo un enfrentamiento entre los que estaban a favor de usar este objeto para el beneficio de la humanidad y los que deseaban guardarlo para si, los que se dieron a favor acabaron llamándose los Prioratos de Shion, y el otro grupo los pobres caballeros de Cristo, yo no decidí en cual entrar, me quedé callado mientras había una lucha entre los dos grupos, yo mismo que portaba la caja de oro a mis espaldas oculté la armadura dorada y vi una presencia observándonos.

Una presencia que nos atacó, solo Hugo y un caballero pudo escapar de morir por esta esencia que se autonombró Boreas, el protector de estas reliquias, yo mismo esquivé su ataque congelante y la caja dorada se abrió para vestir mi cuerpo sobre mi armadura de caballero castellanes y alzando la espada de mi padre luché contra el.

Mi pelea fue desigual ya que ni el luchó con su poder real debido que era un fantasmas sin cuerpo y mis ataques de luz no le hacían daño alguno y en el momento exhaló una ventisca que cubrió mi cuerpo y el de mi caballo que vino en mi rescate.

Pasaron tal vez 90 años en el cual quedé en un estado de hibernación, en fines de 1191, con la cercanía a la batalla de Arsuf continué mi camino y conocí al hombre por el cual ahora mismo tengo la idea de arribar contra el Santuario, se llamaba Altair y me dijo que era un Asesino vestido como un monje y llevando una capucha de pico blanca, ese hombre iba desesperado, viajando continuamente e para acabar con la vida de un hombre, el Gran Maestre Robert de Sable de los Templarios, al principio me quedé medio asombrado de que pasaron años desde mi lucha con Bóreas pero aun así apoyé desde las sombras a Altair para acabar con Sable y después debido a que parece ser el Maestre de este hombre, Al-Mualim en la ciudadela de Masyaf.

Al llegar a este lugar el cielo gris remarcaba poco con la expresión de la gente que veía mientras Altair iba atrás mía, adelantándome por el camino de unos hombres que estaban poseídos por una acción divina al llegar al palacio me enfrenté con el anciano que portaba una manzana o al menos un objeto con forma redonda plateado que por fisuras o lo que parecían fisuras brillaba oro.

Increíblemente, yo que podía luchar a velocidades que ese anciano jamás soñaría fue derrotado por el influjo diabólico de este objeto que me confundió y me paralizó, solo pude ver desde el césped del lugar como Altair y su maestro se ensalzaban en una pelea y de la cual el discipulo venció al maestro.

Cuando ese hombre murió pude levantarme, el objeto en la estocada final de Altair se fue rodando y cuando iba a ser destruido por el guerrero encapuchado brilló el objeto y reflejó la Tierra, me quedé asombrado por el hecho.

Tras esto regresé solo a Grecia, pero al llegar solo había destrucción, de la cual al ver el resultado una niña vestida con ropas de batalla envió a otro caballero de oro, del signo de Leo al abismo del Tártaro. Ella al verme me dijo que era Athena.

Aunque el tiempo pasó y entré en las filas del Santuario bajo el mismo Patriarca, bastante anciano como ya era cuando lo conocí fui en misión a investigar unos sucesos y junto a Altair conocimos a una santo de bronce con cabellos dorados, y nos dijo que se llamaba Seshat de Apus y además protegía uno de esas armas que me paralizaron y que ella dijo que le perteneció a uno de sus ancestros y que llamamos Fragmentos del Edén.

Y juntos, los 3 enfrentamos a Hécate, la bruja de la luna, que tenía una apariencia de mujer joven, de la cual yo arrogantemente como era mi actitud fui vencido, esa santo de bronce de Apus derrotó con la arma de su ancestro, la Espada del Edén que perteneció nada menos que a Carlomagno, el Patriarca de Francia y el Sacro Imperio.

Tras la victoria regresamos, Altair con sus investigaciones con el Fruto del Edén hizo un codice del cual le apoyé en sus investigaciones cuando iba a Tierra Santa de la cual en base a las armaduras de Athena creó una versión a la que sus compañeros Asesinos llamaron Armadura de Altair, y entre otras cosas.

Las misiones de después se volvieron algo… peligrosas, en primero en Bluegard yo y Seshat paramos los pies al señor de Bluegard de nombre Dratchen, y le convencimos a acompañarnos a nuestra causa, después detuvimos un primer avance de Temujin que nos robó un tiempo la Espada del Edén pero la recuperamos y convencimos a ese hombre que no era el momento.

Al cabo de un tiempo siendo ya 1193 nos enfrentamos a Dionisios que buscaba como los otros Dioses un respeto, yo, Altair como santo de Águila y Seshat nos enfrentamos a este ser de la cual nos derrotó muy fácilmente, cuando el momento iba a ser clave el Fruto del Edén por gracia del destino rodó hacia mi y vi que era la única solución es de usar sus poderes.

Grave error, al tocar el objeto empezó a dominar mi mente como si así lo quisiera, y en un estado de locura con mi Tizona en la derecha y el fruto en la izquierda empecé a destrozar lo que me encontraba, Altair tuvo que apuñalarme en el cuello para pararme, era o yo o el mundo, y en el momento que la hoja oculta de su brazalete atravesó mi cuello tuvimos una revelación los dos.

Era de una pareja, que parecía desnuda corría por un jardín y por unos edificios muy futuristas, pero la gracia es que era de un pasado lejano, en el camino del cual esta pareja de humanos pasaban escalando y saltando por este edificio se veía la sombra de alguien usando otro Fruto del Edén y obligando a los humanos a trabajar y después al llegar a la cima la mujer sacó el Fruto y exclamó “Adán lo tengo”, el hombre exclamó su nombre “Eva” y la mujer viendo algo a sus espalda gritó “Cuidado”.

Eso fue lo ultimo que vimos cuando mi vista se nubló y caí en la oscuridad cercana a la muerte, lejos del influjo del Fruto Altair rabioso atacó a Dionisios, con el milagro de esto le consiguió herir aunque levemente y el Dios prefirió huir de la ira de un hombre que acababa de atacar a quien consideró su hermano.

Semanas después me recuperé asombrosamente de una herida en plena yugular, y en principios ya de 1194 junto a Athena fuimos a Chipre por un asunto algo extraño que pasó allá y que le fue añadido a que la mujer de Altair que acababa de darle hace pocas semanas una pareja de mellizos, aun así, María fue secuestrada, cuando fuimos a una de las murallas dónde se dio una represión por parte de alguien que creímos muerto.

Al-Mualim no había muerto o al menos eso parecía, pero parecía algo cambiado, Altair se enfrentó a el y para su sorpresa cuando atravesó con su hoja oculta el cuerpo, la imagen del anciano se volvió borrosa y tomó la forma de una mujer, la de aquella a que Altair amó.

El Asesino como yo y Seshat no pudimos creer lo que vimos, a sus manos el cuerpo muerto de María yacía ensangrentado, y como no Altair no pudo expresar un grito de dolor y rabia mientras la voz se tornaba por el alrededor.

La voz venida de la ciudadela era del anciano Al-Mualim que se burlaba de su antiguo discípulo, yo vi en ese momento como Altair mostraba o empezar a mostrar una mirada deseosa de venganza y lo peor pasó cuando Athena intentó calmarle esta le dio un golpe con su puño en una locura y por maldiciones dadas por el destino ahora la cabeza de Athena chocó fuertemente contra el suelo y la mató mientras un poco de la sangre cayó en mi espada y en mi armadura de oro.

No creímos en nuestra mala suerte, Seshat y yo, ¡no pudimos hacer nada! Y tampoco pude detener a Altair, desapareció, buscando venganza contra el hombre que le había arrebatado a quien más amaba.

Tiempo después lo seguí, una fila de cadáveres de soldados encontraba, algunos de ellos decapitados, cuando llegué a una plaza se estaban enfrentado nuevamente maestro y discípulo, en una pelea que a diferencia de la primera era entre un dos seres de cosmos, yo mismo no pude evitar cubrir mi rostro y apretando los dientes intenté avanzar.

Aun con todo intenté apoyar a Altair peor no estaba seguro, mi mente me prohibía apoyarle ya que mató a Athena, pero mi corazón me pedía que interviniese, que tenía un mal presentimiento y así fue, el anciano que se auto-nombró como Némesis el semidios de la venganza no pudo evitar que recibiera una estocada tremenda de la hoja oculta junto al cosmos de Altair que reventó el cráneo del anciano y el cuerpo decapitado cayó al suelo.

La victoria no fue dulce, Altair se hundió casi al instante de rodillas, exhalando un leve llanto, el hombre que admiré se hundió completamente, y no todo acabó ahí, nunca podría olvidar esto.

Una voz venida de trueno se escuchó en el lugar, acusó a Altair del desacato a los Dioses, atacando a Dionisios, matando a Athena y a Nemesis, y la voz con gran furia dijo con arrogancia “¡Por tus pecados te condeno ser malvado al… TÁRTARO!” y una especie de agujero negro se abrió delante de mi amigo, de mi hermano y absorbiendo lo que podía.

Yo grite un sonó no, cuando vi que era absorbido, rápidamente corrí hacia el que se elevó, saqué a Tizona y la clavé al suelo para evitar que me absorbiese a mi también y con la izquierda sujete la mano de Altair que quedó mirándome medio ido por el sufrimiento, sin saber que le ocurriese.

Yo supliqué que reaccionara, que no pudiera dejar caer en la oscuridad, que no se soltara y empecé a arrastra para atrás con Altair en cuanto podía pero la potencia del Vórtice se incrementó y temí que si Tizona se rompiese no habría forma de escapar y planee un plan.

Maldito sea el momento que lo pensé, preferí soltarlo y destruir el Vórtice, y así lo hice cuando retrocedí la distancia suficiente para poder atacar sin que antes Altair fuera absorbido, haciendo eso solté la mano y en la fracción de segundo del cual para mi el tiempo se empezó a cortar inundé mi mano de energía pura de mi ataque y cuando iba a atacar del cielo un rayo fue lanzado y me impactó de gran manera que no pude lanzar mi ataque y a centímetros de poder sujetar la mano a Altair otro ataque venido de la oscuridad me interpuso alcanzarlo… alcanzar la vida de mi hermano y entre el dolor y la desesperación de mi rostro vi como Altair era tragado por el Vórtice y cerrándose.

Después de esto caí al suelo, y dí un puñetazo al suelo apretando los dientes de gran manera, gritando un no sonoro que se paralizó cuando una presencia estaba delante mía en la noche que brillaba como el sol.

Sentí que esa presencia fue la voz de trueno y me levanté con el sentimiento de cólera para encarar a este ser, y me quedé paralizado cuando observe quien era.

El Dios del Sol, Febo Apolo con la mirada seria me observaba y me cogió del cuello y me dijo con desprecio que no puede detener lo hecho ya, me dijo que Altair pecó contra los Dioses y ese era su castigo y después me tiró contra el suelo diciéndome que ahora que Athena ha muerto por nuestras acciones tuvieron suerte.

Mientras me levantaba escuché que el Dios convenció al padre de lo existente, que fuera el mismo quien impartiera el castigo mientras no les lanzase hacía los humanos el diluvio de Gigabreak por esta afrenta y a cambio Apolo gobernaría el Santuario con dureza.

Apreté los dientes sin más, y cogí la espada con desprecio, sabía que era una mentira, todo lo contado, de vuelta al Santuario Flavio Aecio tuvo que aceptar esto y darle el mando, pero yo no pude más, mientras mis compañeros dorados se postraban yo me quedé de pie, osé solo contra la autoridad.

Me negué a servirle, y acusé con seguridad que era falso, Apolo sintió cierta molestia e intentó eliminarme, pero el Patriarca se interpuso y severamente como nunca le había visto me regañó para convencerme pero ya harto le interrumpí y le contesté que no estaría bajo nadie y menos con ese hombre que condenó a mi amigo, a mi hermano con injusticia.

Entonces la sentencia fue clara, el Patriarca ordenó haciendo que Tauro y Acuario me sujetaran los brazos en contra de mi voluntad el destierro, solo podía irme afuera con mi caballo Babieca y mi espada Tizona, quitándome el grado de santo de oro y irme fuera del lugar sin recibir ayuda de ninguna clase bajo pena de muerte, de este momento me di cuenta que solo podría irme no tenía nada más que hacer y quitándome mi armadura les advertí que este no era el final, me iba hoy pero regresaría con una potencia que ninguno podría detener.

Los caballeros dorados estaban algo rabiosos por mis actos pero no hicieron nada, cogí mi caballo y mi espada y puse encima de mis ropas de caballero castellano una capa con capucha y una bolsita que guardaba algo en su interior, algo que ni Apolo o el Patriarca podría pensar de que se trataba pero daba igual, ni siquiera Seshat pudo detenerme y me embarqué con Babieca a un camino sin retorno.

Algo cambió en los meses que pasé solo, mi arrogante actitud, se volvió una serena y seria mirada, mi ojos se taparon con la oscuridad de la capucha y solo reflejaban la callada expresividad de mis labios al frío del Invierno a principios de 1194 hasta llegar a vísperas de la primavera de la cual los campos empezaron a florecer por los alrededores de Grecia.

Al cabo de las primeras semanas de primavera, con 25 años empecé a seguir extraños sujetos portando protecciones escamosas parecidas a las armaduras, pero eran de escala menos como las de un caballero de bronce.

En un castillo cerca de Serbia una gran multitud de estos hombres y mujeres se arrodillaron hacia un hombre de cabellos largos castaños con mirada despiadada de la cual una de las baderas tenía la imagen de Poseidón, el rey de los Mares, de la cual se confirmó cuando una extraña armadura dorada y anaranjada con un tridente vistió a ese hombre, yo presencié desde un montón de pila de escudos el hecho y quedé pensativo y escuché la conversación.

El hombre llamado Arsen Solo, ahora Poseidón explicó un plan del cual era que con Athena muerta no había nada que le impidiese que Atlantis resurgiera a la superficie de la tierra y con esto el hecho de que produciría maremotos y olas gigantes que arrasarían la tierra excepto el reino de Poseidón.

Aun que después fuera descubierto y rodeado por las marinas como ellos mismo se auto-nombraron solo observe mi alrededor con la menor preocupación, mi mirada se centró en Poseidón que me observaba con curiosidad y me preguntó con quien iba, si era fiel a Apolo o a Athena.

Yo le respondí “Solo soy fiel a quien considere justo… soy el mensajero de Helios”, mi respuesta pareció entrar bien directo a turbar la tranquilidad de Poseidón que intentaba imponerse a mi y hacerme entrar miedo pero suspirando con cierta preocupación me dio la espalda y me dejó libre.

Ya fuera del campamento alrededor de este castillo, quedé seriamente pensativo sobre las opciones, si no hacia nada en pocos días o semanas estaría todo inundado, y por mucho que pensara al final tuve que aceptar que necesitaba de mi armadura y los santos de oro para poder vencer a las Marinas y a Poseidón y detener sus planes pero me costó días en tener que resignarme e ir al Santuario.

En eso Seshat y yo nos encontramos y le conté la historia, en el tiempo de 2 semanas fuimos a Valencia y me enteré de lo sucedido en los últimos 100 años, y descubrir que mi madre fue tratada mal apenas 5 años que me fui, por esto juré que tal vez yo no pero uno de mis descendientes recuperaría Valencia de los musulmanes.

De esto regresé a Athenas, pero no fue fácil entrar ya que era considerado un traidor pero convencí al Santuario y mi cara como la del Patriarca y Apolo se cruzaron, con desgana y con tono arisco conté lo sucedido, la verdad me importaba poco que me creyeran, ya este había dejado de ser mi hogar y si yo tenía que morir ellos lo harían conmigo pero decidí volver por Seshat, ella a quien protegería con mi vida, por ello le pedí a regañadientes que me permitiera ir yo mismo a luchar contra Poseidón y con suerte morir en el intento.

Conseguí mi objetivo de recuperar mi armadura pero tuve que ir acompañado por 2 sujetos, uno de ellos era Ptolomeo de Tauro, el perro faldero del Patriarca y Apolo y el otro para mi sorpresa era Dratchen, el señor de Bluegard que se ofreció en ir para apoyarme en la causa.

No tomé con mucha alegría que me acompañasen, pero lo hecho ya estaba y llegué a las costas del Egeo dónde cuenta una leyenda una gruta submarina llegaba a Atlantis, una prisión bajo el Cabo Sunión, de la cual entramos y unas olas nos llevaron consigo hacía el fondo del océano.

Al despertarme estaba en un lugar con las aguas como cielo, los 3 dimos un plan, acabar con los Generales de Poseidón que protegen los 7 pilares, un comentario sarcástico de Tauro me dio desconfianza sobre el pero no le tomé en cuenta, por ahora, así uno por uno nos enfrentamos a los 7, y estando yo solo iba a embarcarme al templo cuando un 8 general Marino por sorprendente que fuera me impidió llegar hacia Poseidón.

Un rival de cuidado pues no era humano, o al menos homo Sapiens Sapiens aunque tenia apariencia humana, sino pareciera su piel humana como escamosa y con un tono verdoso al color carne, con grandes mandíbulas afiladas, ojos amarillos como las serpientes y apenas pelo, como me dijo que pertenecía a una dimensión de la cual los homínidos no evolucionaron y fueron los reptiles que no se extinguieron quien lograron esto y gracias a los Dioses del cual Poseidón en ese mundo es el rey, evolucionaron con el uso de los Fragmentos del Edén a ser Tyrannosaurus sapiens neanderthalensis.

El combate fue duro pero el hombre llamado Rex, parecía tener una armadura por piel, me costó de verás matarlo, de la pelea quedé algo agotado pero pude matarlo porqué al parecer el único punto débil estaba en el cuello que no tenia las escamas de su piel protegiéndole.

Terminado el trabajo entré en el Palacio del templo Submarino, en las salas enmarcadas con un estilo griego representando a Poseidón llegué a una gran puerta con el emblema del tridente, pero de una patada las abrí de par en par y la sala abierta con el fondo el Pilar Central estaba interpuesto por el trono del Dios, sentado en este.

Con cautela empecé a dar mis primeros pasos a la sala, sujeté el mango de Tizona que brillaba con intensidad su filo en llamas y iluminaba mi cuerpo, por esto Poseidón aplaudió mi osadía y se levantó cogiendo el tridente y diciendo que ya que ha llegado se merece reconocer mi mérito de haberme enfrentado y sobrevivir a los Generales, e incluso al 8º pero que mis andanzas iban a acabar a sus manos.

No temí en el momento ni lo hago ahora, el combate fue tremendo, la fuerza del hombre usando los poderes de un Dios me superaba con creces comparado a Dionisios o Boreas, no eran nada pero con valentía me levantaba y atacaba con Tizonas y con mis ataques de llamas y luz.

Pero se puso cuando de mis incontables ataques el verdadero Poseidón despertó y me aplastó con su poder en un pilar, del cual vi que su potencia era extremadamente alta y pensé en un plan para derrotarlo y vi un ánfora cerca de mi con un sello escrito en sangre.

Mientras tanto Poseidón se acercaba a mi alzando el tridente vi que era necesario acabar con el de una vez por todas o moriría pero me pregunté ¿Acaso no era eso lo que buscaba?, ni caso, tomando valor incrementé mi cosmos con gran fuerza y lancé mi ataque más potente, “las Saetas de luz de Helios” contra Poseidón que sin esperar la tremenda fuerza que realicé destrozó sus escamas y salió volando hacía el pilar pero si un impulso asesino me entrará cogí el tridente y puse el sello en el ánfora y grite lanzándole el arma.

Esta se clavó en su vientre y quedó empalada en el Pilar, condenado a estar sellada el alma de Poseidón en el cadáver de su avatar, así conseguí detener al emperador de los mares, pero acabé agotado.

Pero tenía fuerzas para andar, vi el cuerpo de Poseidón aun vivo sonriendo a pesar de su derrota que mi misión era hacer temblar a aquellos que vinieron antes, ya que yo era descendiente de una pareja de humanos que se rebelaron contra los Dioses, después de eso murió.

Quedé callado y recordé a Adán y Eva, y pensé que por ello no podia ser dominado por el fruto a no ser que lo tocara, solo me podían confundir, ¿Acaso podría ser cierto? ¿Podría yo ser heredero como Altair de esta pareja? Esas preguntas me las hice hace una hora.

Ya acabada la batalla camino por los restos de Atlantis solo y apenas me encontré con Ptolomeo de Tauro, el momento era clave.

Aunque no tenía intención alguna de escuchar sus tonterías el mismo me confirmó que el plan original de Tauro era matarme por orden de Apolo, me confirmó que fue el quien envió a Altair al Vórtice, quien me atacó cuando intenté salvarlo de ese destino.

Quedé contrariado y apreté los dientes, mientras Tauro se lanzó hacia mi y me atacaba con los golpes, intenté calmar mi rabia con serenidad, pero las palabras que me decían cada vez hacían que perdiera más el control, esquivaba los golpes de este hombre mientras me provocaba confesándome algunas verdades.

Todo lo hizo a propósito Apolo, desde que yo nací ha puesto trampas para matarme, me odia por razones que desconozco pero ya buscó lo que quería ahora mismo siento un odio hacía el, y cuando más no pude resistir agarré el mango de Tizona y paré con la mano el puño del santo de oro mientras el suelo mismo irradiaba energía por mi enfado.

Ptolomeo retrocedió cuando grité al cielo y el suelo empezó a estallar a nuestro alrededor hasta ir hacía los mares que hay en el cielo de Atlantis, ahora sé cual es mi misión, cual es mi objetivo, debo ir al Santuario y matar a Apolo, hacerle pagar caro todo lo que me hizo.

Mi nombre es Ioseph de Virgo, y esta…es mi historia.







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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)

#2 Lunatic BoltSpectrum

Lunatic BoltSpectrum

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Publicado 29 enero 2011 - 15:10

Muy Bueno Eichi, muy fumada pero esta buena la historia

una cosa no pero tengo la impresion de algo no cuadra en cuanto a la redaccion XD

aunque igual no soy un experto en eso laugh.gif


esperando a ver que se viene laugh.gif
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Editado por Espectro1986, 29 enero 2011 - 16:06 .


#3 Gerrard

Gerrard

    Baneslayer Angel

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Publicado 14 febrero 2011 - 14:52

Simplemente excelente.

Muy buen relato.

Sólo una duda Diego = Ioseph?????

Saludos,

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#4 Ares The Destroyer

Ares The Destroyer

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Publicado 14 febrero 2011 - 15:48

CITA(Gerrard @ Feb 14 2011, 08:52 PM) <{POST_SNAPBACK}>
Sólo una duda Diego = Ioseph?????


Con esto te explicará el igual entre Diego y Ioseph (José)

http://es.wikipedia......jo_de_El_Cid)

Ioseph de Virgo es este personaje histórico.

^^

Gracias por el comentario.


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#5 Gerrard

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Publicado 14 febrero 2011 - 18:47

Bueno, seguro que después explicaras por qué se cambió de nombre.

Saludos,

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#6 Efebo Abel

Efebo Abel

    Miembro de honor

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Publicado 03 marzo 2011 - 17:55

saludos

excelente histori9a
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#7 Ares The Destroyer

Ares The Destroyer

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Publicado 12 marzo 2011 - 08:25

Gracias por los comentarios, acá el cap 1 de mi fic.

Capitulo 1: Batalla de Sangre



Finas gotas de lluvia caían sobre el entorno del valle de coral que existía por todo Atlantis, el aire era turbulento a más no poder, como el llanto de un niño resonaba levemente yacía el filo de una espada erecta en forma horizontal contra algo.

Se escuchaba tronar el cielo de mar, como si empezará a volverse más turbulento, una secundada tristeza en el ambiente se formó ante la presencia de la arma filosa que mostraba un brillo de luz.

Con algo escrito en su filo, tapado por una pequeña corriente de sangre que gotea del arma blanca debido a algo…Algo que atravesaba una protección dorada, una armadura, de la cual la sangre emergía y se escurría en el peto de oro del hombre fortachón quien la llevaba.

Quien portaba el mango de la espada tenía tendido en una mano sujetando esta misma con otra protección dorada con hombreras grandes, el rostro del hombre era tapado por sus cabellos castaños, ante la seriedad de la imagen que porta.

Una inexpresividad seria, fría, con puro odio reflejado entre el aire nervioso del cual inspiraba y expiraba, cuando esto seguía así sucediendo unos pasos que se escuchaban del fondo se pararon.

El hombre que llegó portaba una armadura propia del líder de Bluegard, el señor de Bluegard, Dratchen abrió los ojos y exclamó en silencio una mirada horrorizada y asombrada por el acto que veía, el cual el ejecutor sacó sin remordimiento el filo que atravesó el peto de oro del caballero del cual cayó muerto con la boca abierta y llena de sangre, empezando prontamente a formar un gran charco de sangre.

El ejecutor no dudó en limpiar la sangre con la capa que llevaba puesta encima de las hombreras y después guardar el filo en la vaina colgada en su cintura y girarse hacía el recién llegado, los ojos de este mostraban el odio mismo y un sentimiento de desprecio ante lo que haga movimiento alguno y Dratchen le responde:

-¿Por qué? ¡¿Por qué lo hiciste Ioseph?!-Exclama el señor de Bluegard.

El hombre, Ioseph, caballero dorado de Virgo no le hizo el menor caso, anduvo por encima del cuerpo del caballero de Tauro, llamado Ptolomeo y mientras caminaba hacía Dratchen se colocaba su capucha y tapó su rostro por altura de la nariz y al pasar al lado del señor de Bluegard se dieron la espalda por unos segundos y después intentó continuar Ioseph andando su camino.

Pero Dratchen le sujetó con la mano la hombrera y lo detuvo, nervioso, el señor de Bluegard, y jefe de los Guerreros Azules apretaba los dientes con firmeza, pero el caballero de Virgo giró la cabeza a un lado mostrando la expresión de frialdad que remarcaba.

-No te irás de acá hasta que me respondas… Asesino-Responde Dratchen.

Ioseph no respondió sino que el aura de su alrededor empezó a arder y Dratchen tuvo que retirar la mano para evitar quemarse la mano pero se puso ofensivamente para atacar y lo hizo dando un golpe por la espalda.

Pero lo que nunca pudo esperar es que Virgo se girara y parando con su mano el golpe clavó la rodilla en el estómago y lanzó al hombre contra una estructura de roca que se rompió en mil pedazos con una violencia que el mismo suelo se agrietó cuando la roca se partió.

Y entre los escombros Dratchen con sangre en la boca y sujetándose el vientre con ambas manos se retorcía de dolor mientras escuchaba los pasos metálicos que se acercaban hacía el, con rostro temeroso y preocupado abre los ojos y ve la luz en estos tapado por la sombra producida por el cuerpo del caballero de Virgo que lo miraba con prudencia.

Dratchen nunca vio a este caballero castellanes, recordando el pasado cuando se conocieron y el líder de los jefes azules se enfrentó al Santuario por inspiraciones políticas tuvo el encuentro contra el joven que tiene ahora delante, aunque era un experto guerrero la arrogancia le superaba pero la humanidad del mismo hacía confiar en su experiencia y confiar su vida.

Pero ahora solo encontraba una carcasa vacío de sentimientos positivos, los ojos castaños reflejaban una tonalidad roja de deseo de destrucción, el odio hacia aparecer en su cosmos dorado y el puño derecho con la sangre de su victima Ptolomeo goteaba por los dedos hasta caer al suelo.

-¿Quién… quien eres tú?-Pregunta Dratchen.

Pero Ioseph no le responde sino que pasa sobre el y empieza a caminar, el señor de Bluegard se levanta con algo de dolor y le exige que le responda por el cual Virgo se para y girando su cabeza oculta en la capucha se le veía la sombra del ojo y le responde al final el caballero de oro de la sexta casa:

-Al Santuario…

El Olimpo

El legendario monte de la mitología, hogar de los 12 Dioses del Olimpo desde el casi principio de las Eras humanas se resplandece ante la luz del sol que antiguamente le perteneció a Helios y ahora al Dios regente y reinante del Santuario de Grecia hace que el Olimpo sea una cima inexpugnable.

En la cima de esta celestial montaña, en el hogar perteneciente al Templo de Cronion lugar dónde Zeus y Hera reinan según se cuenta, se da una semejante sala al aire libre con columnas de las cuales pájaros hacen brincar con su canción ante la plenitud y el gozo de la soberana del Olimpo que sentada en su trono, lleva en la mano una copa de oro con un zafiro incrustado del tamaño de una nuez.

Las noticias no podrían ser más agradables para Hera, ha estado observando los acontecimientos cercanos al Santuario y no duda en hablar sola consigo misma sobre los sucesos producidos:

-Milenios llevamos sin Zeus, aun en su lecho durmiendo, cuando se haya producido la gesta, uno de los 3 soberanos de la Tierra, el estupido de mi hermano Poseidón fue vencido por ese mortal, ahora aunque me repugnó la idea de que Apolo gobernase el Santuario de Athena está saliendo como yo predecía gracias al Oráculo en Delfos.-Responde Hera.

En el seno de una familia de guerreros, sobresaldrá uno que portando el arma de su padre abrirá camino entre mortales y no mortales, su sed de sangre y venganza será imparable y acabará uno a uno con quienes han jugado con su alma hasta que al final, solo quedará el Caos reinante.

“Sonriendo de oreja a oreja”-Puedo sentirme segura, el estupido de Apolo jugó con su alma desde que nació, e incluso intervino directamente mientras se adiestraba para ser santo, el mortal que ahora dirige su proeza contra sus antiguos hermanos, aun así… “deja de sonreír” Sigue siendo el ultimo heredero peligroso de los vástagos de… esos dos asquerosos mortales que se atrevieron ir contra nosotros… sería conveniente cual de los dos debe de morir primero… ¿el mortal o el Dios?-Responde Hera.

Hera dejó la copa en los reposabrazos de su trono y entre sus dedos un gorrión se sentó y empezó a piar mientras la reina de los Dioses acariciaba con sus dedos el animalillo y cuando levantó la cabeza murmura:

-Será interesante ver que el mortal embaucado por Helios vaya contra el Dios actual del Sol, si la profecía es correcta un gran espectáculo se celebrará.

La salida de la prisión de Cabo Sunion

La prisión de la cual inundada se encuentra estalla en una luz dorada por un camino que la misma forma de su interior y de el emerge el hombre, el caballero de oro de Virgo, caminando sobre las aguas, con el rostro tapado por las vestimentas encima de su armadura de oro.

Seguido, le acompaña Dratchen que medio cojea, pero ambos se paran y Ioseph levanta la vista a una multitud de hombres que le esperaban en tierra, como un grupo de fanáticos religiosos, los hombres con cota de malla, poca protección de metal y la capucha blanca puesta otro no con aspecto de oriente medio de pelo corto y poco de barba observan a los recién llegados.

El caballero de Virgo no se intimida y sigue su camino pasan por el grupo de hombres que hace un pasillo por el cual cuando Virgo pasa hacen una reverencia, Dratchen se siente extrañado por esta extraña multitud que parecía venida de Tierra Santa y cuando ve al fondo del pasillo un hombre vestido con una

Este hombre que le espera, faltándole el brazo derecho, con el tono de piel oscuro como la de los Asirios, pelo corto casi rapado de color negro azabache le mira con seriedad y ambos se observan mutuamente por unos segundos.

-Pensé que mi labor había concluido… pero me equivoqué… Malik…-Responde Ioseph.

-La noticia de tu destierro del Santuario llegó hasta Masyaf, teníamos la certeza de que habías muerto tú también… “le señala” ¿Qué pretendes hacer?-Responde Malik.

Ioseph camina al lado y ambos se dan la espalda mirando ambos al horizonte que tienen hasta que responde él castellanes:

-Una vez más… debo entablar batalla… Al recuperar mis fuerzas… me armaré para destruir a los que han seguido ciegamente a ese falso Dios.-Responde Ioseph.

“Girándose”- No… tu solo no debes hacerlo… Ahora eres el líder de los Hassassins (Asesinos), únelos Ioseph Rodríguez de Vivar, y recupera con ellos el Santuario de Grecia.-Vocifera Malik con prudencia.

El caballero de Virgo exhaló una silenciosa expiración por la nariz y negó con ello la cabeza, los ojos oscurecidos por la capucha veía enfrenta la presa que le aguardaba en el horizonte del día que se estaba dando, aquellas ruinas griegas que pasaban desapercibidas por los demás hombres.

Dratchen endureció la mirada, rodeado por los fanaticos que estaban firmes, mascullo en su expresión una imagen de decepción y los ojos seguían al caballero de Vivar mientras aguardaba silencio y escuchó las palabras de Ioseph:

-No enviaré a nadie a hacer el trabajo por mí… “se gira con el rostro furioso” Está es mi guerra, ¡no la tuya! Vuestra Orden tiene como misión preservar la libertad del hombre, volved a Masyaf, proteged el Códice para las generaciones futuras y la Armadura que fue creada por Altair, quizás esa protección guarde esperanzas en un futuro… y por ultimo Malik, mi orden antes de dejar de ser el líder de nada es que evites por todos los medios que Seshat me acompañe cuando se entere… no quiero malditos estorbos… “respira de una vez y exhala un comentario frío y aterrador como la expresión de frustración y desprecio” La codicia… la corrupción… y la tiranía que mi enemigo ha extendido… “endurece los ojos” Serán aplastadas… “coge tierra polvorienta del suelo y abre la mano dejando que corra lentamente por el viento” Y de las cenizas de la venganza… “se gira hacía dirección al Santuario” ¡Una nueva Roma… nacerá!-Responde el caballero de Virgo.

Los fanáticos retrocedieron, algunos ocultaban sus rostros sumidos en el miedo por las capuchas y otros bajaron la vista al suelo, el caballero de Vivar se limitó a no hacer caso a esto, y se dio la vuelta a seguir su camino hacía el Santuario.

Andando firme, seguro como así mostraba su respiración, una época de sangría iba a iniciarse y según la decisión de este hombre, producirá una venidera paz o más derramamiento de sangre que un futuro puede que sea el causante de la extinción humana.

Solo queda esperar, mientras desde las sombras una figura se muestra, la oscuridad tapaba su cuerpo de hombre vestido por capa y capucha, y su gran sonrisa lobuna brillaba, mientras los ojos picaros observaban con tonalidad amarilla y piensa para sus adentros:

-Veremos el inicio del ocaso de los Dioses, el… forjado de los brazos del odio, nacido entre los hombres, irá en contra de los Dioses, al fin podré dar mi venganza.-Piensa el sujeto y entre sus manos hay una especie de reloj astral.

Tras esto desaparece de la escena sin dejar rastro.

En la cima del Santuario. En la Estatua de la Diosa de la Guerra justa.

A lo alto del Santuario griego, por encima de las 13 casas que representan las constelaciones en la elíptica del Solar, a la cima del sagrado templo dónde reside el Patriarca se halla una pequeña plaza, rodeada de columnas de estilo jónico, y al extremo imponente se halla la hermosa estatua de la Diosa Athena, protectora de la Tierra.

Pero hay que indicar que actualmente Athena está muerta, el Santuario ya no es lugar de aquellos santos que protegían a su diosa y… en menos medida a los hombres, sino que meses atrás, un acontecimiento que fue el precursor de que el guardián de la 6º casa se dirija hasta este lugar hizo que otro Dios tomara las riendas del sagrado lugar.

Un ente codicioso como muchos de su mismo linaje de sangre, con aspiraciones ocultas que las que ha querido mostrar, un ser que expande una aura reluciente en forma de esfera que brilla como el Sol mismo, sobre el cielo azul está tornado rojo como las llamas de fuego que el Sol posee.

El pelo de este parece tomar la forma de llamas rojas, con una túnica griega morada y encima una capa que cubre con una hombreras de oro brazos y una diadema en el pecho que representa los rayos de sol.

Sentado en su trono mientras observa con detenimiento sosteniendo en una mano la cítara y en la otra una espada dorada que daba impulsos de luces lineales aun oculta en la vaina de plata, y él, sonriendo con soberbia a la Estatua de la Diosa de la Guerra, guia de los santos de Athena está este Dios, este ser nacido gracias a la ayuda de su hermana gemela Artemisa, la Diosa de la Luna y la caza mostraba lo contrario de los dos astros.

Apolo, el que fue llamado al nacer observaba con sus ojos después al Santuario, su ensombrecido rostro se iluminó cuando de la palma de la mano dónde sujetaba la espada apareció una esfera y en ella se reflejo la imagen del santo de oro de Virgo y musitó:

-Hasta qué punto son vanas vuestras esperanzas…
Hasta qué punto inútiles los planes que con tanta perfección trazamos,
Hasta que punto reina la ignorancia en la tierra…
La muerte, la amante de todos vosotros, podrá responderoslo.
Los hay que pasan sus días deleitándose con canciones, bailes y torneos,
Los hay que consagran su talento a las artes amables,
Los hay que desprecían el mundo de todas las maneras posibles,
Los hay que ocultan los impulsos que mueven su corazón.
Vanos pensamientos y deseos, desvelos de todo tipo
Prevalecen sobremanera en esta agraviante tierra y…
Su diversa presencia supera el saber de la naturaleza.
La fortuna actúa con mentalidad inconstante.
Las cosas son acá efímeras, bajas y frágiles,
Sólo tu muerte se mantendrá eternamente firme.

El Dios sonríe mientras termina el poema que relató, y dejando su instrumento musical apoyado a las patas del trono del Sol responde:

-Años pasaron y ya llegó la hora, ¿Qué prevalecerá Ioseph? ¿Tu afán de venganza o el afán de protección de tus antiguos hermanos? ¿Crees que tú solo serás capaz de vencerlos a todos?... jujuju… creo que quieres llegar a ser algo que solo un humano fue capaz de hacer… y por supuesto ese mortal era hijo de Zeus, ¿Qué eres tú?... jujuju… ah… el heredero de Adán, pero sigues siendo el hijo de un simple caballero medieval… será interesante ver si serás capaz de llegar acá.-Responde Apolo.

En el eterno astral

En el eterno lugar dónde todo y nada existe, en un sitio dónde alguien y nada está o no está se ubica un personaje muy particular, con armadura griega antigua que muestra el emblema del sol, pelo corto castaño y corona de laurel que tiene en su protección de brazo un escudo de luz.

-Το μέτρο του ανθρώπου είναι αυτό που κάνει με την εξουσία …-Musitó este personaje.

Él, reconocido anteriormente como Helios, Dios verdadero y personificación del Sol, observa los hechos con una especie de esfera en pleno espacio del lugar dónde se encuentra, la seria mirada le acompaña en todo momento al escuchar el comentario de Apolo.

Y también observa en otra especie de portal al caballero de Virgo andar hacía el Santuario y se le ve peleando con unos soldados rasos a los cual vence rápidamente y por ello Helios murmura:

-Ioseph…

En su mente recuerda el lugar cuando se encontraron…

Hace varios meses

Se encontraba cerca de un riachuelo el caballero de vivar con ropas de caballero castellano, agachado, tomando un poco de agua que recogió del río mientras Babieca, su caballo pastaba tranquilamente.

Pero la tranquilidad del animal se turbó cuando este ser apareció del cielo y descendió hasta posarse en las hierbas, Ioseph dándose cuenta se levantó y se giró, su expresión callada y fria no pasó desapercibida y mientras observaba con sus ojos al recien llegado no hizo falta preguntar quien era, pues este ser le respondió:

-Calma santo dorado, no voy a atacarte, traicionarte o engañarte.-Responde Helios.

-Como los hijos del Olimpo… ¿no?-Vocifera levemente Ioseph.

-No… al igual que tú ando frustrado pero he visto lo que te ha pasado y creo conveniente que tienes razón, has sido traicionado, te tendieron una trampa y sobretodo para expulsarte de la orden y después dejar que murieras, aunque el plan principal es que hubieras muerto si no es que el Patriarca interviniese…-Responde Helios.

Ioseph levantó la mirada y curioso le exigió explicarle lo que quiere decirle y Helios le respondió:

-Al igual que tú fui traicionado y expulsado y mi puesto fue ocupado por un usurpador, este ser… el mismo ente que hizo que nuestra existencia fuera una desgracia… Apolo... “endurece su mirada” Fui traicionado por quien una vez me consideraron mis iguales, expulsado de la misma tierra dónde una vez fui adorado y tener que desfallecer en las garras del olvido…-Responde Helios.

-¿Eres… un Dios caído?...¿El Dios caído del Sol… acaso eres?-Pregunta Ioseph.

-Mi nombre es Helios… Ioseph… al igual que tú Apolo organizó un plan, Zeus en persona me despojó de mis poderes divinos y se los dio a ese traidor, después de que yo enseñara el camino a Abel, Zeus me encerró en el eterno astral… de dónde tengo limitado tiempo de salir…Pero ahora… he observado tu vida desde que naciste Ioseph, te he acompañado en los sucesos de tu vida pero… ya no pude simplemente observar… quiero guiarte y ayudarte a matar a Apolo… el precursor que planeó contra ti…-Explica Helios.

-“Endureció su mirada” ¿Qué hizo Apolo contra mi además de exiliarme y despojarme de lo que una vez creí en la humanidad?-Pregunta ansioso el hijo del Cid.

-Solo en partes… te puedo confirmar que la muerte de Athena y el encierro de tu hermano, de tu amigo fue planeado por el Dios del Sol, ansiado con su sed de poder, quiso esto y al final… le ha salido excelentemente para nuestra desgracia el plan… aunque solo falló en una cosa… “queda en silencio y tras un rato responde”… En tu muerte Ioseph, su plan habría salido del todo bien si hubieras muerto, el te enseñó el camino a controlar tu cosmos, te mostró el camino, y cuando vio que su plan se iba cumpliendo te quiso quitar a tus seres queridos, y después tu en la locura de su perdida haberte matado y excusándose que levantaste la mano contra un Dios y al final tu alma hubiera sido destruida.-Explica Helios.

Ioseph ardió su cosmos, se enfureció al escuchar las palabras y cogió su espada de su vaina y se montó en Babieca pero Helios se interpuso:

-¡Aparta Helios! ¡LE MATARÉ POR LO QUE HA HECHO!-Grita Ioseph.

-Espera Ioseph, cálmate, lanzarte ahora contra el Santuario solo haría que murieras sin remedio, escucha atentamente Ioseph, te dije que te guiaría en el camino, he visto sucesos futuros y creo conveniente que nuestra venganza se cumpla… a su debido tiempo… “acaricia el caballo” Permíteme ayudarte, permite que la furia de los Titanes, la furia de los caídos por el Olimpo alimente tu ira y pronto… “empieza a desvanecerse” Muy pronto… la cabeza de Apolo rodará por los suelos y al fin… Su justo castigo… se hará y una nueva Utopía y paz… llegará.-Responde Helios.


Los recuerdos del caído Dios del Sol terminan y abre los ojos y observa la imagen del caballero de Virgo que se ha parado, su espada está llena de sangre y continua su camino y Helios murmura seriamente:

-Paciencia Ioseph… terribles pruebas se te ciernen en el futuro… tu futuro de acá en adelante es borroso…pero sé que la voluntad del Campeador reside en ti… la voluntad del guerrero que en la mitología Apolo mató… es hora de… la destrucción…-Responde Helios y sonríe seriamente.

En la entrada las 12 casas, en las escaleras que se dirigen al Templo del Carnero dorado

El paso llega firme, el caballero encapuchado de Virgo tiene el cuerpo manchado de sangre, la capa gotean lineales corrientes finas del líquido carmesí, el filo de la espada igualmente como la armadura de oro de la Virgen.

Al elevar la vista hacía arriba y observar entre los ensombrecidos ojos por la capucha ve el 1º templo del Zodiaco, cuya protectora está en la entrada observándole muy seriamente, Dratchen igualmente observa seriamente al caballero de Virgo pero estas miradas son ignoradas por el hijo de Rodrigo Dían y sujetando la vaina guarda a Tizona.

Y empieza a subir escalones a paso lento, sin ninguna prisa, mientras es seguido del señor de Bluegard a paso lento pero cabizbajo, cada paso más hace que la respiración de Dratchen se acentúe y aligere con cierto nerviosismos pero al punto de llegar al templo se calma de forma extraña.

Mientras tanto la santo dorada de Aries, que tiene cabellos largos verdes, los labios pintados de un violeta brillante, y unos ojos azules cristalinos como la de las aguas que miran al renegado santo de oro que tiene delante.

-Ioseph… de Virgo…-Murmura la santo dorada.

-Anairis… de Aries…-Murmura el santo de Virgo.

El circulo de ambos se torció por el choque de los cosmos de ambos santos de oro, una guerra de mil días amenazaba darse mientras el desprecio de uno por el otro se incrementaba exponencialmente hablando y la santo dorada se gira y se adentra en su templo.

El caballero de Virgo observa desde sus oscurecidos ojos este hecho y le sigue igualmente hacía el interior pero sin ser seguido por Dratchen que se queda callado, algo que no extraña a Anairis y sigue su camino a los adentros del Carnero dorado.

En el templo del Carnero dorado.

En el interior del templo, iluminado por los rayos del sol del medio día, solo brillaba tambien el fulgor de las armaduras de Virgo y Aries, ambos portadores de estas protecciones sagradas se observaron nuevamente.

La santo de Aries no evito mostrar su desagrado escupiendo a un lado, haciendo gesto de la repugnancia de lo que ella considera sacrilegio puro y tirando el casco dorado que se pierde entre detrás de las columnas levanta la mirada y le responde:

-¿Así que ese es tu plan?... ¿Piensas atacarnos?... Al final se confirmó mis sospechas… jamás fuiste un santo… seguiste tus intereses, osas usar la sagrada armadura que nuestro Patriarca y nuestra pobre señora Athena, que Zeus la acoja en su lecho, se te concediera… Eres el mayor traidor del Santuario.-Responde Anairis.

El caballero de Vivar observa con detenimiento a la santo de Aries y empieza a caminar hacía un lado a avanzar al siguiente templo, pero la santo de Aries se interpone por esta falta de respeto hacía ella y le dice enormemente contrariada:

-¡Responde traidor! Es una falta de respeto ignorar mi presencia… seré una mujer… pero hasta tu conoces el potencial de una mujer con cosmos, y no deberías confiarte contra mi… siendo tu igual en poderes y protección y rango… tu vida pende de hilo y no sabes que puedo destruirte fácilmente.-Responde Anairis.

-¡De todas las vidas que debas preocuparte Anaris… la mía es la que menos ha de importarte!... ¡Si no me dejarás pasar pues luchemos y que gané el que mejor controla el cosmos… para que así…!-Responde Ioseph pero no logra acabar de responder.

¿Por qué es esto debido? Anairis levantó el brazo y su cosmos ardió y exclamó mientras la luz de polvo de estrellas se formó a su alrededor y una lluvia de luz estelar se lanzó contra el cuerpo del caballero de oro de Virgo de forma tan rápida que no pudo esquivarla o hacerle frente.

Y lanzar su cuerpo hasta chocar contra una columna del templo que se derrumba sobre el, dejando una pira de escombros.

Anairis se encamina hasta el lugar dónde yace el cuerpo de Ioseph y comenta en voz baja:

-La Revolución de Luz Estelar… finas como el polvo que producen las estrellas del cielo para acabar con mis enemigos y con quien amenace la vida de mis señores… “ve la entrada del templo y entristece la mirada” Dratchen…

Pero de repente la pira de escombros empieza a calentarse y ponerse al rojo vivo y de una leve explosión, los escombros salen disparados hacia todas las partes, la santo de Aries se mueve a distintos lados y esquiva el ataque.

En mientras, entre la destrucción, de rodillas y poniendo las manos en el suelo, Ioseph se levanta cabizbajo y vocifera con tono arisco y despreciable:

-Tu misma sentenciaste tu vida pues… “levante la mirada y aun ensombrecidos sus ojos brillan con el fuego de la venganza” El inicio de… mi venganza… “separa los brazos y expande la destrucción y de un golpe de luz lanza a Anaris a gran distancia y rodando por los suelos”… De acá en adelante, el sufrimiento y la muerte será nuestra consejera eterna.-Responde Ioseph.

El caballero de Virgo observa como la santo de Aries tose sangre por el golpe de luz que ni ella misma previó y empieza a caminar hacía ella con paso seguro, al tanto que ella se levanta y se prepara para empezar la lucha, pero a 4 metros de distancia Ioseph se para y le responde con una calmosa y escalofriante voz mientras la capucha oscurecía su mirada:

-Todos estos años… he observado… el Santuario de Athenas… he aprendido… me he adiestrado… y he matado dentro de sus muros… y con el tiempo… la he visto moldearse… le he visto dándose forma…-Responde Ioseph.

Un gran silencio se da en el templo, Dratchen convenciéndose del todo levanta la mirada y escucha lo que Ioseph tenga que decir:

-No hay lugar en el Santuario… dónde se halle un hombre como yo… “Anairis se enfurece por la arrogancia que muestra” Un alma… con el anhelo de matar en nombre del destino… y capaz de reclamar… lo que por derecho le pertenece… “Dratchen empieza a caminar dentro del templo ausente a la atención de Ioseph que continua.” Tan valiente… como para mirar cara a cara a la muerte… y con el carisma necesario para dirigir un ejercito imparable que podría reconquistar toda Europa…-Responde Ioseph.

Anairis se levanta y expande su cosmos con mayor tranquilidad y seguridad lanzando su ataque, Ioseph utiliza sus manos para defenderse y carga con energía anaranjada luminosa para contrarrestar el poder de luz de su adversaria y empieza a hacerle retroceder.

Pero de repente su espalda es impactada por otro ataque y desconcentra al caballero de Vivar que recibe los ataques tanto por delante y por detrás y explota todo a su alrededor por un agudo grito de dolor.

El templo tiembla por este hecho.

Desde el humo hasta que se deshace el caballero de Virgo exhala un profundo jadea, mientras siente como su cuerpo se siente herido, no solo por un franco sino por dos y a la vez, apretando los dientes gira su rostro y endurece sus ojos al descubrir al ejecutor:

-¡Dratchen!-Exclama el caballero de Vivar.

El señor de Bluegard yacía con la ano levantada en dirección al caballero de Virgo, y empezó a avanzar al templo mientras decía que no le permitirá que avance a más de este templo, y que juntos a su amada Anairis protegerán de Ioseph al Santuario.

Ioseph hace referencia a lo de amada y piensa para sus adentros que las razones de lo cual Dratchen se enfrentó hace tiempo al Santuario era reclamando a su amor y con deductiva forma el caballero de Virgo ve la respuesta en Anairis que de la cual el dorado deduce que ella nació en Bluegard.

-Lo siento Ioseph, me salvaste una vez pero ahora debo matarte o sino destruirás a todo lo que me hiciste creer en el Santuario… Es necesaria tu muerte para que la paz continúe.-Responde Dratchen.

-¿Y lo harás atacando por la espalda?-Pregunta Ioseph y se levanta.-¿Así planeas tú vencerme, luchando 2 contra 1? “Desenfunda la espada” ¡Muy bien! Luchemos y que gane el mejor, Dratchen y Anairis no pienso tener piedad con ninguno de ustedes… yo ya desconozco ese término y ahora solo sé que el efecto de la carne quemarse y de las corrientes de sangre es el camino… ¡La verdad… está escrita en sangre! ¡y en sangre se describirá! ¡¡¡EXPLOSIÓN… “Su mano izquierda se incendia y levanta hacía arriba”… DE LUZ SOLAR!!

Desde las afueras del templo, se iluminó enormemente pero para la sorpresa e redujo la luz que emitía y se concentró a un pequeño punto.

Ioseph extrañado ve como la energía iba a encerrarse a su alrededor y amenazando su vida, cubiertas por una especie de espejos luminosos de cristal productos de Anairis que cierra el puño y se concentra la luz y estalla dentro sin producir daños a la estructura del templo.

-Y ahí quedaste… Ioseph.-Responde Anairis.

Cuando Anairis cierra los ojos confiada y retira el cubo de cristal que encerró el poder del santo dorado de Virgo los abre al igual que Dratchen se prepara en forma ofensiva en una semi cupula de luz solar emergente del suelo y que protege al hijo del Cid.

-¡¿Cómo?!-Responden Dratchen y Anairis.

Al deshacerse, el caballero de Vivar levanta la mirada con su capucha intacta y responde en voz baja y seria:

-No eres la única que tiene el poder de usar escudos para protegerte… ¡¡SUN SHIELD!!

Al levantar y producir nuevamente su defensa de energía, levanta el brazo y el escudo se expande sin límite mientras comenta que la energía que produce su escudo emite el calor del exterior del Sol y quien lo toque puede resultarle tremendamente dañino.

Es por este hecho que Anairis separa los brazos y exclama con esfuerzo:

-¡¡MURO DE CRISTAL!!

Un choque eléctrico parece producirse y ambas defensas que protegieron a los 3 personajes se deshacen en unas chispas que hace que la estructura tiemble y empieza a nublarse el entorno con un humo denso, producto del vapor del calor de la técnica del hijo del Cid.

Entre tanto, los dos compañeros, Dratchen y Anairis se reúnen, ambos se miran y se asienten con seguridad haciendo que el miedo de ambos se cese y miren el vapor que les rodea mientras Anairis comenta que el poder del caballero castellanes se incrementó de gran manera.

Hecho que Dratchen no hace falta confirmar pues de la sombras del vapor un tajo de luz flamígera ataca con gran rapidez, ambos esquivan saltando de un lado mientras Dratchen arde su cosmos azulado y exclama:

-¡¡IMPULSO AZUL!!

La energía se estrella en la nada, pues en nada choca o recibe y se pierde en la distancia, extrañado por la inmensa velocidad, Dratchen no prevé otro ataque desde otra dirección y a pesar de la advertencia lo hiere un poco en el costado y Anairis es la que ataca ahora produciéndose el mismo efecto.

Los dos se ponen espalda contra espalda para evitar un ataque indiscriminado por cualquier dirección, hecho que consiguen cuando logran deshacer distintos ataques desde varios ángulos y es cuando por idea de ambos unen sus cosmos y expansionan sus poderes en un destello.

El efecto consiguiente es que el templo se libera del humo, y el templo queda en calma… pero extrañados ambos, ven que están en solitario.

-¿Cómo? ¿Dónde se ha metido?-Pregunta Dratchen.

En la alcoba del Patriarca

En el espacioso lugar dónde se encuentra sobre las 12 casas, urgido del profundo Chaos, venido de la gracia de la madre Gaia, lugar dónde Athena reposó y formó un pequeño reino dónde la cima el lugrar dónde su lider se encuentra.

Este hombre no es simplemente un hombre, o un Patriarca, su historia es conocida por muchos, el del guerrero que en su juventud logró detener al Azote de Dios, el que comandando a los visigodos junto a sus tropas derrotaron a los Hunos en la Batalla de Chalons, o como mucha gente conocerá… la gran batalla de los Campos Catalaunicos.

Pero ahora ese guerrero es un anciano, un anciano con cabello medio-largo canoso, con el rostro cubierto por el casco dorado del Sumo Pontifice, que sostiene en sus manos una pequeña llave rodeada de llamas, capaces de matar a mortales como inmortales como según cuenta la leyenda.

La llama del Olimpo, aquella que dio vida al monte que abriga a toda la existencia, el Monte Olimpo, pero no el Olimpo que conocemos a kilómetros de Athenas, sino al Olimpo de los cielos, venido de otro plano astral, otra dimensión que constantemente vigila la Tierra y da el calor con esta pequeña llama.

Pero… ¿para que puede servir este objeto? ¿Qué puede abrir? El Patriarca observa con detenimiento el objeto que flota sobre la palma de su mano y suspira y se levanta del trono.

-Poder… para matar a un Dios-Responde el Patriarca y no puede evitar observar el camino que dirige a la plaza dónde se ubica la estatua de Athena.

Pero tras unos segundos silenciosos muestra su mirada al ir directa a la salida del Palacio y observar las 12 casas con sus ojos tristemente y murmura:

-¿Deseas esto Ioseph? ¿Deseas destruirnos? ¿Deseas tomar venganza?... Entiendo que tan fuerte era tu lazo con tu amigo, con tu hermano, pero no comprendiste que no pudiste salvarlo, que no protegiste a Athena tampoco, el mató a nuestra Diosa y tu buscas venganza contra el que desterró el alma del asesino… Fuiste entrenado para ser un guerrero que diferenciara bien del mal, pero ahora ciegamente te enfrentas a nosotros, tus compañeros… Tal vez hayas cambiado y perdieras tu humanidad, pero… sigues siendo el mismo inocente… solo conseguirás tu muerte.-Responde el Patriarca.

El Patriarca cierra los ojos y enciende su cosmos, que vuelve armonía con el alrededor y unas palabras se hacen escuchar a su alrededor, por las palabras del Patriarca, estas muestran al corazón del caballero de Virgo que hablan con suma tristeza:

-Hay momentos en la vida de un hombre, que nunca puede olvidar… Su primer beso… Su… primer duelo… “Se endurece la voz” Y sobre todo, nunca puede olvidar eso… en el momento en cual descubre cual es… su misión en esta vida.

El Patriarca niega la cabeza con decepción, y expira aire mientras se pone de brazos cruzados y se gira para meditar pero continúa la voz y se para:

-Yo… “se pone tensa la voz” Descubrí ese momento… hace ya casi 100 años… “se torna un silencio y la voz angustiosa exclama” ¡PADRE!

El Patriarca se queda conmocionado por la referencia que hizo, el conocía poco la historia del joven caballero pero sabia perfectamente quien era el progenitor del que hoy busca la destrucción del Santuario y una ultima referencia del entorno exclama furioso:

-¡TE MATARÉ POR LO QUE HAS HECHO!

-Ioseph…-Murmura el Patriarca.

En el eterno Astral

Helios pensativo por las palabras que ha escuchado el Patriarca se sienta y murmura para sus adentros:

-Ciertamente el alma del caballero de Vivar ha sido manejada de diversas formas, los Dioses abusaron de ella, la hicieron pasar el peor de los sacrificios… Ningún ser sea Dios o hombre merece tener el derecho de hacer esto, ciertamente fue una idea excelente unir mis fuerzas con Ioseph.

Helios se levanta y empieza a observar todos los portales que tiene a su alrededor, los distintas divinidades y comenta levemente:

-La venganza se sirve en plato frío, y tiene que ser que tú Ioseph sigas mis ordenes, pues dudo mucho que solo seas capaz de lograr detener a Apolo, el sentimiento de venganza produce efectos sorprendentes cuando sientes que de ti separaron algo muy querido, pero también como dijo ese mortal, ese sentimiento envenena… como esos males… encerrados y que fueron liberados dejando lo más precioso dentro…-Responde Helios y endurece su mirada.

El Dios caído se cruza los brazos y responde:

-Debes hallar ese objeto… debes llegar hasta la estatua y liberar los secretos que dentro se encuentran.

En el templo del Carneo dorado (Aries)

El silenció sepulcral se aplicó en el templo del caballero dorado de Aries, a pesar de que la luz entraba, y que de espaldas a espaldas Dratchen y Anairis se vigilaban la retaguardia, el lugar, andaba desierto.

Los dos santos se extrañaron y miraron para todos los lados, era imposible que desapareciera repentinamente el santo de oro de Virgo, sin motivo alguno se esfumara como la niebla, y que no haya proyección alguna de su cosmos en el recinto sagrado de la 1ª constelación dorada de Athena.

Nada parecía tomar calma, los dos santos se miraron y suspiraron, y se preguntan a si mismos, ¿Se han salvado? ¿Acaso Ioseph continuó su camino hacia el templo que custodiaba el fallecido Ptolomeo? Ambos se tranquilizan.

Lo que no sabían estos dos es que las sombras ocultan lugares inesperados, el techo mostraba solo un leve y casi nulo brillo metálico de una sombra que observa a los 2 protectores de Athena, hoy día de Apolo.

Estas sombra montada en una viga de madera sujeta lo filoso en mano y se abalanza contra los dos santos, Dratchen y Anairis que se miran a si mismos, sin esperarse el posible ataque.

Pero Anairis segundos antes de recibir el ataque empuja Dratchen y lo que los atacó ataca el suelo, del humo se ve la espada y la figura oscurecida por el polvo producido y agachado separa los brazos poniéndolos frente a los rostros de Dratchen y Anairis.

Al subir el rostro revela su identidad, es el mismo caballero de Virgo que arde su cosmos deshaciendo el polvo y exclamando al instante mientras sus manos se enfunden de llamas:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

Las caras de ambos reciben en sus cuerpos una gran ráfaga de energía solar, el templo despide los rayos en las 2 direcciones, tal es su poder que la estructura cedió por una parte, la entrada se derrumbó, la mitad del templo cayó mientras la otra mitad seguía en pie.

Ioseph ante tal destrucción divisó con sus ojos castaños el fino cosmos de sus adversarios en los escombros producidos, en vez de tomar la opción de continuar y aprovechar la incapacidad el hijo del Cid sacó a Tizona del suelo dónde yacía clavada en forma idéntica a la legendaria Excalibur.

Al sujetarla con la mano, el filo se incendió, los ojos del caballero de Vivar ardieron también, y empezó a dar paso, amenazante hacia su presa, Dratchen que salía de los escombros jadeando.

Cuando la figura del santo de oro se presentó ante el señor de Bluegard endureció su mirada y levantó el brazo con la espada Tizona y amenazó con segar la vida del Bluegardiano.

Pero Anairis salida gritó un no y levantando sus brazos expresando un cosmos dorado que brilló como el Sol de la mañana y polvo dorado consumió su cuerpo al que tras unos segundos con una agresividad de un demonio fue lanzado hacia el santo del sexto signo dorado del Zodiaco mientras exclamaba:

-¡¡REVOLUCIÓN DE POLVO ESTELAR!!

Ioseph atento por este hecho no se giró si quiera a pesar de la amenaza que era lanzada contra su espalda, y siguió fijado en su presa y cuando iba a atacar recibe el golpe de Aries… o eso pareció.

Cuando parecía que iba a impactar, el cuerpo del santo de oro desapareció y para sorpresa de Anairis, su propio ataque impactó en su amado compañero de batalla que salía disparado con la boca abierta, su armadura azul reventó en casi su totalidad y cayó sobre los escombros tras ascender a gran altura.

Para la santo de Aries era terrible, pero perspicaz observó a la sombra al lado de Dratchen, y movió con temblores la cabeza al ver al santo de Virgo, que tenia a sus pies al señor de Bluegard, la capucha tapó nuevamente su expresión y mientras tanto observaba a su excompañera dorada con los ensombrecidos ojos y después levantó la espada en sentido contrario y clavó su filo en el abdomen de Dratchen.

De la boca del señor de Bluegard salió una bocanada de sangre por unos instantes, y su mandíbula se llenó de expresión de sangre y dolor, sus ojos temblaban con un tono lloroso y apretando los dientes vio un brillo en los iris de Anairis.

Ioseph observó esto con seriedad y después observó que en una fracción de segundo tenia abalanzada a Anairis que le dio un golpe en el rostro, después otro y sucesivos golpes productos de la desesperación, hasta un golpe con la suela de sus botas doradas que arrastró hacía atrás al santo de Virgo.

Pero se reincorpora al instante, la espada seguía clavada en Dratchen, y al ver que Anairis intentaba sacarla, hizo un gesto de satisfacción en su boca, iluminada junto a la punta de su nariz, mientras su rostro era tapado por la capucha de nuevo.

La confianza era explicada, al tocar Anairis el mango de Tizona dio producto que una chispa se mostrara y empezara a electrocutar tanto a Dracthen como a la misma santo de Aries y otra chispa produjo una leve explosión que hizo que la Ariana saliera despedida por los aires y caer rodando por los suelos.

Totalmente confundida por los hechos y dolorida por todo el cuerpo la santo de Aries abre sus ojos esmeralda, la sangre se escurrió por la boca, y miró a Ioseph que el cual a paso se volvió a poner al lado del señor de Bluegard y al tocar el mango no pasó nada de nada y sacando la espada de cuajo hizo que Dratchen gritara de dolor nuevamente y dirigiéndose a Anairis le explicó mientras caminaba hacía ella:

-Cuando la sangre de Athena cayó sobre Tizona hizo un efecto extraño, solo aquellos que sean descendiente de Adán, puedo sujetar este arma, aquellos que no lo sean, tanto mortales como inmortales sufriran las consecuencias de haberlas utilizado, Tizona jamás será objeto de vuestras maldades… ella pelea… por la justicia.-Responde Ioseph.

-¡¿Justicia?! ¡¿Acaso llamas justicia lo que haces?! “Ioseph la observa callado mientras se para a 1 metro de ella” Nos has traicionado, nos has atacado, vas en contra de aquello a que Athena defendió, a lo que defendía, nosotros somos los santos de la esperanza, y tú intentas destruirla con venganza, trangiversas las palabras justicia con venganza.-Vocifera Anairis.

El santo de Virgo no responde por unos instantes, pero decide responder a las palabras de la santo dorada:

-Yo nunca dije que sea justicia en general… yo traigo… mi justicia… ¡¿No puedes verlo Anairis?! ¡¿Qué vas a saber tu de justicia?!... ¡En un campo de batalla siendo un simple caballero al servicio de mi padre y de Alfonso VI la única ley es vivir o morir, matar o ser matado, ¡los santos de Athena sois mezquinos y patéticos y en la hora de la verdad preferis dudar que hacer algo! “aprieta los dientes con fuerza” ¡Yo traeré mi justicia! Nadie podrá acabar con mi voluntad, la voluntad de aquel que porta la sangre de Rodrigo Díaz de Vivar, ¡yo… el hijo del Campeador lucharé solo y mataré a quien se interponga en mi camino contra el Dios del Sol!-Exclama el caballero de Vivar.

El aura de Ioseph empieza a incendiarse, la capucha sale para atrás mostrando la rabia de un demonio, la ira de un León que acaba de despertar, y pasando a Tizona a su mano izquierda lanza un tremendo puñetazo en el abdomen de Anairis que no esperó ataque que superó la velocidad de la luz.

Mientras escupía sangre, la santo no logró reaccionar mientras otro golpe en la cara la lanzó por los aires, pero no salió despedida pues su pierna fue sujetada por el hijo del Cid y la estrelló contra el suelo abriendo una gran grieta y de una patada la lanza rodando para atrás.

Fue tremendo, la misma armadura dorada estaba agrietada y con quemaduras por el golpe, el ojo izquierdo de la santo sangraba y la mejilla tenia una quemadura tremenda que estaba al rojo vivo, el dolor fue tal que la mujer se retorcía por los suelos mientras observa la sombra del caballero de Virgo que le aplasta contra el suelo usando su pie.

-La verdad… está escrita en sangre.-Murmura Ioseph.

Cuando iba a acabar con su vida Anairis reacciona y se teletransporta, el santo de Virgo se muestra molesto por esto y exclama:

-Escapar solo prolongará tu sufrimiento… “al ver que no aparece exclama de nuevo” ¡Un guerrero de verdad no se esconde Aries! ¡Sal de las sombras y ven a luchar!-Responde Ioseph.

Al ver el poco resultado el santo de Virgo clava la espada en el suelo y musita “como desees” y empieza a formar un aura de llamas de nuevo, los ojos nuevamente se incendian con fulgor de un demonio, su cuerpo empieza a despedir también llamas, y el pelo castaño se eriza un poco.

-¡¡SUN SHIELD!!

Pero antes de hacer que el escudo mande todo a ser destruido se escucha un golpe resonador y todo se calma, extrañado Anairis aparece y cae de rodillas mientras abre los ojos y observa que el santo de Virgo ha sido golpeado por Dratchen en la cara, el rostro de Ioseph mostraba apretar los dientes.

Dratchen salta girando su cuerpo y da una patada giratoria que lo lanza por los suelos atravesando piedra y columnas y exclama al reincorporarse el señor de Bluegard:

-Realmente no eres tú, es como si el mismo demonio te hubiera poseído, tu cosmos como tu fuerza son demasiado poderosas para como eras, antes no eras ni la mitad de poderoso que como eres ahora… ¡¿Quién eres tú?!

De los escombros estalla todo y el entorno que rodeo a los 3 empieza a rodearse de llamas altas, el aire empieza a descender por dióxido de carbono y haciendo inaccesible el respirar por cada tiempo menos.

El cuerpo de Ioseph yacía incendiado, dando sus pasos se veían su cuerpo ardiendo, pero no era herido por esto y después lo organiza todo en un punto de sus manos y lanza una gran llamarada de energía pura de color rojo anaranjado:

-¡¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!!

Ambos santos se protegieron por sus brazos mientras la energía pasaba sobre ellos, y sin poder hacer más salieron disparados por los suelos con la potencia de su enemigo que se acercaba de un salto hacia su espada y al sacarla del suelo se incendió igualmente y empezó a correr contra la pareja que se levantaron al instante.

Intentaron defenderse con sus ataques pero Tizona los cortó en dos y frente a frente, Ioseph lanzó un tajo de luz horizontal a la santo de Aries que logró pasar por la coraza dorada y mostrar un chorro de sangre mientras Ioseph al mismo tiempo con energía en su puño izquierdo clavó en el abdomen desprotegido de Dratchen y lo atravesó de cuajo y después de apretando los dientes el caballero de Virgo gritó inhumanamente estallando todo a su alrededor en forma de una supernova de energía.

El templo del carnero blanco desapareció de la faz de la Tierra.

En el palacio del Patriarca

Tal es el efecto de la exposición que toda la montaña tembló, de nuevo…

El Patriarca airado por los sucesos se sujetó al trono papal y el casco dorado se movió de tal manera que por poco iba cayéndose y mostrando su rostro, pero se reincorpora mientras la especie de terremoto se estabiliza y empieza a calmarse.

Pero entre tanto empieza a todo los objetos a caerse, con amenaza de derrumbar el Palacio sobre el mismo anciano Patriarca y ardiendo su cosmos evita este hecho y rápidamente se sienta en posición de loto y se eleva unos centímetros del suelo.

-Debo…

En las ruinas del templo del Carnero Dorado (Aries)

Todo cesa, pero desde la colina dónde se hallaba el antiguo templo de Athena, sale un rastro de humo, acercándose es producto del cuerpo del santo de Virgo que levanta la mirada a sus dos enemigos.

Un camino de sangre se muestra a dónde están Anairis y Dratchen, sangrando por todo su cuerpo de forma continua, derrotados al fin por un ataque directo del hijo del Cid, tiemblan mientras el castellanes empieza a caminar hacía ellos y se abrazan.

-No importa cuantos santos acabaran cayendo… porqué siempre aparecerá otro santo que se enfrentará a ti.-Responde débilmente Anairis.

“Caminando hacia ellos con la espada en mano”-Todos acabaran cayendo.-Responde Ioseph.

Al estar frente a los dos santos tirados en el piso, Ioseph los observa con ansia asesina mientras escucha las palabras de Dratchen de forma muy débil respirando por sobrevivir:

-La muerte de Apolo…será la muerte de todos nosotros.-Responde Dratchen.

Ioseph levanta la palma de la mano en dirección a Anairis y Dratchen y responde mientras su mano se carga de energía:

-Pues entonces prepárate para morir… señor de Bluegard.-Responde Ioseph.

Otro ataque de energía impacta en ambos, la armadura de oro de Aries sale en pedazos por acción de Anairis protegiendo con su espalda a Dratchen, en el impacto ambos se dan un tierno beso mientras ruedan juntos por el suelo un poco más.

Ioseph le produce molestia esto y corre hacía los dos para matarlos de una vez, pero una luz cae del suelo y es inmovilizado.

-¡¿Qué?!-Musita Ioseph.

El palacio del Patriarca/ Ruinas del templo del Carnero dorado

Por acción del Patriarca que usa su cosmos inmoviliza al santo de Virgo, este con perspicacia descubre quien es y aunque sabe que solo es su cosmos exclama:

-¡Aecio!

Ioseph empieza a arder su cosmos contra el que le rodeaba de color dorado rojizo y empiezan a colisionar en su cuerpo, el Patriarca endurece su mirada y expande desde el Palacio su poder y responde con su voz, escuchada en las ruinas de Aries:

-No permitiré que sigas destruyendo todo.

-¡Muéstrate Flavio Aecio! ¡¿Algún truco de los tuyos?!-Vocifera Ioseph.

El santo de Virgo se pone en posición fetal y empieza a concentrar sus fuerzas como en forma de implosión, sus energías regresan a el y empieza a brillar su cuerpo como su armadura, la espada de la misma manera muestra fuego y su cuerpo de nuevo se incendia.

-Nada de lo que hagas será útil, no te soltaré hasta que te vayas del Santuario o te destruiré como oses matar a alguno de mis santos.-Responde Flavio Aecio.

El santo de Virgo no hace caso a la advertencia y empieza a retorcerse desde su prisión de cosmos, tal es la fuerzas que chispas le rodean y mientras exclama expande para sorpresa del Patriarca sus brazos y piernas en una mini explosión de cosmos de fuego.

El Patriarca desde el Palacio siente la fuerza y es lanzado contra el suelo, en las ruinas de Aries, Ioseph levanta Tizona y se posa frente a Dratchen y Anairis que se abrazan al ver su final, Ioseph abre los ojos y parece dudar por lo que va a hacer, cuando escucha de nuevo la voz del Patriarca:

-Siempre fui tu maestro, ¡escúchame! No lo hagas, te lo ordeno, detén tu hoja y vete… “Ioseph se niega a si mismo respirando con nerviosismo” Mi única intención fue la de protegerte, ¡vete!... “el tono de suplica del Patriarca continua” ¡Era tu hogar! ¡¿Cómo puedes hacer esto?! ¡¿Acaso el dolor de esta tragedia no te tortura sin cesar?! Estas hiriendo a inocentes que ahora sufren… ¡por tu orgullo y terquedad!-Exclama el Patriarca.

El santo de Virgo traga saliva, siente un poco de temor en las palabras, su respiración se incrementa de manera creciente y responde a la voz:

-¡¿No eras tu mi amigo?! Dime ¡¿Por qué no invocar un golpe más?!-Pregunta nervioso Ioseph mientras parece que el Patriarca logra convencerlo poco a poco a base de su voz y su cosmos.

-¡Dale libertad!-Suplica el Patriarca.

Ioseph da un tremendo grito hacia el cielo, trastornado por la voz que escucha en la cabeza que le pide que no les mate, que no abandone su humanidad por venganza, por odio y destrucción, su cosmos a su alrededor se apaga y se enciende como una sobrecarga de si mismo y parece obedecer al anciano.



El Patriarca sonríe, parece que logró convencer al santo de Virgo pero siente un escalofrío en el cuerpo sin saber el porqué de este hecho, y cuando parece que su cometido es logrado… algo sucede.

Alguien más interviene en la mente de Ioseph, la voz de Helios le dice:

-Aquel que te suplica condenó a tu hermano… ¿Vas a obedecer y olvidar todo lo que te ha hecho? ¿¡A que domine tu mente?!

Ioseph abre los ojos, sujeta la espada de forma contraria en su mano para apuñalar.

-¡No le escuches! ¡preserva tu corazón Ioseph!-Responde el Patriarca.

El caballero de Virgo aprieta los dientes y entrecierra los ojos mientras para su ataque pero escucha de nuevo la voz de Helios:

-¡Hazlo y demuestra tu valia Ioseph!

El caballero de oro levanta su cosmos pero de nuevo el Patriarca interviene:

-¡Eres humano, los humanos perdonan y tienen compasión, no pierdas tu humanidad caballero!-Responde el Patriarca.

Ioseph cierra los ojos y aprieta de nuevo sus dientes, sus pelos se elevan por su cosmos y aguantando su ansia destructiva, cuando va a apagar la voz de Helios responde con voz firme:

-¡Por tu padre y por tu hermano! ¡Matalos, se lo merecen! ¡HAZLO Y DESTRUYELOS!

Ioseph abre sus ojos, su aura estalla en fuego y gritando mostrando la furia concentrada se escucha su grito de guerra:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

¡¡NOOOOOOO!!-Suplica el Patriarca.

En el Palacio del Patriarca

La cara del anciano se desencaja, su mirada se vuelve temblorosa, su rostro se vuelve húmedo y empiezan a caer de la oscuridad del casco lágrimas del antiguo general romano que logró detener a Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos.

Empieza a negar y exclama:

-¡¿POR QUÉ LO HICISTE?!

En el Palacio del Patriarca/ Las ruinas del templo del Carnero Dorado (Aries)

La hoja Tizona gotea sangre, el filo que muestra grabado [i]UN MILLE DE AN ERA CUARENTA[/B] anda manchado de sangre, en casi toda su totalidad.

El caballero de Virgo queda cabizbajo, muy serio por el acto hecho, a sus pies, los cuerpos muertos de Anairis y Drachen, con el pecho atravesado por la espada que perteneció una vez al Cid Campeador.

Ioseph aprieta los dientes, siente el cosmos leve del Patriarca y responde con frustración, ira y odio:

-¡¿No eras tu mi maestro?! ¡¿Cómo es que tú odias mi creación?! ¡¿ESTO ES LO QUE QUIERES…?!... “se agarra con la mano el peto” ¡Mi alma se endurece… y nada importa lo que costará ya…! ¡Esta es la verdad…! ¡¡NUNCAS OS DARÉ LA LIBERTAD!!

Ioseph guarda en su vaina a Tizona y mientras camina hacia las escaleras para ir al templo de Tauro responde con desprecio:

-Prepárate Aecio… ¡ten esto por seguro! Que tu recibirás… ¡el filo de mi espada en tu corazón!... ¡Sufrirás… mi venganza!-Exclama el caballero de Vivar.

En la plaza de la estatua de Athena

Apolo desde el lugar sonrie desde su trono, juega con una moneda de oro entre sus manos y vocifera en voz baja con una sonrisa de soberbia pura:

-3... ya han muerto... quedan 8 más... jujuju.-Responde Apolo.

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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)

#8 Lunatic BoltSpectrum

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Publicado 12 marzo 2011 - 23:38

Muy buenc apitulo eichi

un poco con "esteroides" el personaje principal, pero la historia es llamativa

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eseprando el proximo capitulo

Editado por Espectro1986, 12 marzo 2011 - 23:40 .


#9 Gerrard

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Publicado 14 marzo 2011 - 09:18

Buaaaaaaaaaaaaaaa

Excelente capítulo!!!!!!!!!!!!!!!

Valió la pena la espera y.y

Saludos,

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///La firma excede el tamaño permitido///

#10 Talaris

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Publicado 16 marzo 2011 - 15:31

Querido Ioseph! estoy perdida con tanta acción y personajes XD
te voy a enviar un cargamento de tila para que compense y relaje esa imaginación laugh.gif

un abrazo

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#11 Talaris

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Publicado 09 abril 2011 - 18:12

Bueno dos veces publico pero ésta es por una buena razón: Ya está el caballero Ioseph de Virgo diseñadito y terminado

pincha para ver a Ioseph de Virgo

s65.gif

Saludos al autor de este tema.

PD: Tambien a sus lectores

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#12 Ares The Destroyer

Ares The Destroyer

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Publicado 10 julio 2011 - 16:51

Bueno, acá traigo el 2º cap de Diego, perdon por la tardanza pero se me jodió en semana santa el ordenador y el nuevo me ha estado dando guerra.xD

Debo agradecer a Talaris por el detalle de dibujarme y a Espectro por la firmita pa el fic, (ahora no tengo que hincharme a busca el fic,xD) y a todos los comentarios.

Prox más cap. =)

Allá va =)

__________________________________

Capitulo 2: Escaramuza contra el Gémelo

Los agigantados pasos era lo único que se escuchaba en las escaleras hacía el templo del Toro, hogar del caballero de Tauro, pero a instancias de un duelo con el segundo protector, no hace falta pues el hijo del Cid ya lo mató hace poco tiempo en el templo de Poseidón mientras le revelaba lo que significa hoy día su cruzada contra el Santuario.

Dejando atrás su vida, solo ante un desafío de los cuales casi nadie ha sobrevivido, pues la leyenda de los santos de oro persisten hasta estos días organizado en finales del Siglo XII, pero también es cierto que Ioseph no es el mismo hombre que un día fue exiliado de este lugar por negarse a servir a otro Dios más que a Athena.

Al llegar a la entrada de este recinto terrenal, el santo de Virgo asciende su rostro, cubierto en su capucha y ve en sus oscurecidos y encolerizados ojos el símbolo del toro dorado, protector celestial de aquellos que nacieron bajo su estandarte.

Al igual que Aries, Ioseph gira la cabeza y ve los restos del humeante edificio que fue el templo del Carnero Celeste, dónde hoy reposan el cuerpo de su protectora y su antiguo amigo Dratchen, señor de Bluegard.

Ioseph entre su mezquina mente comprende que el al igual que los otros 11 santos de oro, el tiene un deber, y es la protección de aquellos que nacieron bajo el sol reflejaba su constelación, ese es su deber ante el cosmos además de servir a la Diosa Athena y se pregunta a si mismo un momento.

¿Acaso mis actos harán mella en la vida de personas inocentes?

Aunque claro está, el no incluyó dentro de estas vidas a los nacidos bajo el Santuario, sino que remodeló esta idea recordando los sucesos de su pasado, mientras pone su mano en su cabeza, recordando años atrás, años de cuando era un simple caballero a las ordenes de Alfonso VI de Castilla y León, llamado “El Bravo”.

Recuerdos de la batalla de Consuegra, cuando por poco pierde la vida mientras defendía con sus tropas a los atacantes almorávides de que le obligaron a refugiarse en el castillo de Consuegra, viviendo penurias y otras cosas, intentando solo sobrevivir contando solo con 21 años allá el día 15 de Agosto de 1097.

Otros recuerdos le agolpan en julio de 1098, mientras salía con sus tropas de Valencia a atacar a los almorávides, y siendo apresado y torturado en un campamento de la armada sarracena de Yusuf, y en el momento que su padre fue a rescatarlo con las tropas.

Aquel momento terrible que hace que caiga de rodillas en el templo de Tauro, el momento de cual una flecha de un arquero musulmán se clavaba en el pecho de su padre, poniéndose frente suya protegiéndole.

El momento del cual se vio solo, rodeado de enemigos y con el cuerpo de su padre en el suelo, en los últimos instantes de vida, algo que no notó pues sus ojos se centraron en el hombre que dañó esto y cogiendo la Tizona de manos de su padre se abalanzaba paso a paso, quitándose a soldados de en medio y acercándose a cada paso al hombre que andaba distraído en el combate.

AL momento que se diera cuenta, era atravesado por la espada del Cid, ante su rabia, y desesperación, al tiempo de soltar el cadáver por los suelos, regresó corriendo hacía el lugar del cuerpo de su padre, defendido por la infantería, en como podían, muriendo muchos valientes.

Y cuando el mismo pudo llegar ,arrancar la flecha y poner a sus espaldas el cuerpo de su padre, y levantar la mirada se sintió rodeado por soldados sarracenos con lanzas, y toda la tropa castellana muerta, el hijo del Cid tragó saliva mientras supervisaba el alrededor con Tizona en mano.

De esto los recuerdos de Ioseph vieron salir a un hombre con turbante, un fanático que gobernaba el campamento y ordenaba los traslados desde África y el estrecho de Gibraltar, las conocidas Columnas de Hércules, este hombre de rostro cubierto rió y respondió:

-Diego Rodríguez, que osado al enfrentarte tú solo a mi… que osado y que necio… “se queda en pausa unos segundos” Cristiano…-Respondió Yusuf.

En aquel momento de la vida que Ioseph creyó que era su fin, escuchó el sonido de un águila en los cielos y sonrió con determinación, mientras una lluvia de flechas caía sobre los lanceros que rodeaban al Cid y a su hijo y cayendo muertos al instante.

El líder almorávide se sintió contrariado, en sus ojos veían cierta frustración hacía los enemigos y ordenó a un caballero que atacasen, pero Ioseph rápidamente de una patada subió a su mano izquierda una lanza y la disparó al pecho de este hombre cayendo muerto al suelo y parándose el caballo al lado suyo, mientras otra lluvia de flechas caia sobre una pequeña parte de la infantería almorávide.

Cuando pensó aliviado el hijo de Rodrigo el líder almorávide exclamó:

-Mamelucos!-Responde y sonríe Yusuf.

Mientras un grupo de fanáticos musulmanes, montados a camellos y llevando múltiples de espadas usadas para lanzarse aparecía al recinto, los arqueros que ayudaron se enfrentaron a esta tropa y el hijo del Cid vio que su suerte ya se había acabado y entre el caos se montó al caballo y huyó rápidamente con el cuerpo de su padre.

Horas después, a la noche, en el castillo de Valencia, Rodrigo Díaz, el Cid Campeador murió junto a su mujer y sus hijos, pero esto no era el final, pues Ioseph se vio obligado a colgar el cuerpo de su padre sobre el caballo Babieca para demostrar a sus hombres que el Cid seguía vivo.


Al terminar los recuerdos, Ioseph se levantó del suelo, sus mejillas estaban húmedas por la caída sus lágrimas mientras apretaba los dientes, y mientras caminaba en el templo pasaba con sus pensamientos hasta llegar a la salida del templo del Toro dorado.

Levantando su mirada, observó el siguiente templo, hogar de los gemelos, Cástor y Polux, el santo de Géminis era su guardián, un tipo misterioso que nunca salía del recinto de los gemelos celestes, hogar del santo de oro…

-Bullova… de Géminis.-Murmura Ioseph.

El camino fue ascendido por los pasos del caballero castellano, hacía su próximo objetivo, aquel que controla el espacio dentro del mismo tiempo, sabe que su rival es difícil de vencer, pero su voluntad puede sobrepasar límites insospechados, tal cual el sabe que puede lograrlo a base de su esfuerzo personal, ya que con esto derrotó a un Dios.

Al llegar a la entrada del templo al cabo de unos minutos que parecieron horas, observó el símbolo de los gemelos y después avanzó a paso seguro dentro del oscuro templo, que a pesar de la luz de la mañana, no era iluminado.

Ya dentro, la poca luz pareció desaparecer, cerrarse en un lugar cerrado lleno de columnas, un tímido silencio se notaba a su alrededor, y solos los pasos metálicos de las suelas de la armadura de Virgo se escuchaban de fondo como un eco trascendental.

El camino se hizo interminable a los pocos minutos, y parecía que no avanzaba en lo más absoluto y entonces el santo de oro apretó el puño y comprendió que acababa de caer en una trampa muy común del santo de Géminis, una histórica leyenda de lo que se conoce en el Santuario como “EL laberinto de Géminis”.

El laberinto de Géminis era la prisión dimensional construida por el santo de oro de Géminis de la cual convertía todo el templo de los Gemelos en lo que el nombre lo llama, un laberinto sin salida de la cual el prisionero iba cada vez adentrándose en el y alejándose de la salida.

Un truco muy usual para el santo de Géminis, pensó Ioseph, pero no muy preocupado observó que el suelo existía una especie de agujero negro en forma de galaxia espiral que parecía absorber lo que le acercase a su ojo.

No hizo falta explicar ese fenómeno pues ni el santo castellano lo comprendía, el era muy ignorante de las artes de la física ya que su vida se complementó a la lucha ni tampoco se sabía en estos años tal experiencia salvo de santos como el de Géminis que conocía este hecho, pero existía algo que si lo sabía, algo sujeto y cubierto en una pequeña bolsa de cuero que brillaba un poco.

Al sacar la esfera que parecía una pelota plateada con grietas que brillaban doradamente sobre la mano del santo de Virgo en forma de líneas de luz, que al extenderla en su mano y levantar el brazo incrementó este brillo y todo el lugar cambiando de forma y viéndose la salida del templo.

Ioseph cerró los ojos con satisfacción pero un disparo de luz impactó en su mano y la esfera salió por los aires y cayó en una mano mientras en el entorno nuevamente se volvió el laberinto sin salida, el santo de oro de Virgo abrió los ojos de gran manera cuando se vio rodeado de planetas y no le dio tiempo de accionar nada cuando exclamó:

-¡¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS!!

Todo el alrededor estalló.

En el salón del Patriarca

En la habitación que reina sentado en su trono el anciano Patriarca Aecio medita sentado los acontecimientos del templo de Aries y ahora los desarrollados en el templo de Géminis sobre el ataque al hijo deL Cid.

Pero el no está solo, a sus espaldas una figura lo vigila constantemente al anciano, cubierto su rostro bajo el casco dorado, y no hace falta que murmure el nombre del ser que atento le mira:

-Dios del Sol y la luz, Apolo… ¿Qué deseas de mí?

El Dios del Sol hace una leve risa silenciosa y camina con calma por el lado del trono papal observado por el anciano Patriarca de forma seria, el hijo de Zeus se acaricia la barbilla con las manos, su mirada altiva y sus ojos sarcásticos y profundos pero a la vez de un color iluminoso como la llamas del Sol parecen interesados en el duelo ocurrido en Géminis.

-Quien se enfrenta a ese niño es tu discípulo ¿no… Patriarca?-Responde Apolo.

Aecio se quedó callado un instante pero asintió confirmando al príncipe de los Dioses la duda que tenía, algo que interesó de gran manera a este, Aecio no dudó en preguntar porqué se sentía tan feliz por este hecho ya que el mismo se sentía tremendamente preocupado por las acciones del santo de Virgo.

Algo que no pareció importarle demasiado a Apolo, ya que le dio la espalda mostrando su cosmos luminoso y le respondió:

-Deseo ver que puede hacer tu discípulo contra el producto que yo mismo formé…-Responde.

-¿Cómo?-Pregunta extrañado Aecio.

-Aquel que conocías como Ioseph, cuyo nombre real es Diego Rodríguez ha nacido bajo una mala estrella… cuando era un simple recién nacido le arrebataron de su madre en Vivar en 1076 y a vivir en sus 5 primeros años de vida como un marginado y como un vagabundo sin que nadie le ayudase siendo apenas un niño de 4 o 5 años… y irónicamente en esta edad fuese rescatado por su padre biológico aunque pasasen años creyendo que era adoptado y no el real a perder de nuevo a su padre por su orgullo… ahora que ha perdido lo que había logrado con tiempo, amigos, esa mujer y ese hombre que fue condenado por matar a Athena… el Maestre de los Hassassin y esa niña, Seshat de Apus…-Explica Apolo.

-¿A dónde quiere llegar Dios del Sol?-Vocifera Aecio.

El Dios Apolo le muestra una sarcástica mirada y tras segundos largos de mirada entre ambos este le responde:

-¿No es evidente? Quiero ver si tu discípulo es capaz de detener al mal que yo produje desgraciadamente, Ioseph de Virgo aquel que lleva los males de Pandora… los males del mundo que mi padre Zeus guardo tras la terrible guerra contra nuestros predecesores, los Titanes… “Sus miradas se cruzaron de nuevo mientras Apolo pasaba de vuelta al recinto de la estatua de Athena” Quiero su muerte… ¿será Bullova de Géminis capaz de matarlo Patriarca?-Responde Apolo.

El Patriarca asiente, entonces el Dios del Sol se retira a sus aposentos de nuevo, pero la mirada de Aecio es preocupante, ¿los males? ¿Acaso será posible?

En el templo de los Gemelos

De la gran explosión, Ioseph sale, retirado a una gran distancia y agachado, protegido por sus brazos, la capa de su ropa se anda algo chamuscada, pero no es eso lo que le preocupa, pues los brazos, aun protegidos por los brazales de Virgo humean de gran manera.

El santo de Virgo se levanta, mientras su rostro es visible apretando los dientes con cierto temor en el cuerpo, recuerda lo sucedido hace unos instantes, algo le atacó de frente tras perder el Fruto, una especie de Galaxia parece haber colisionado delante suya.

Y… realmente sintió como si el cosmos en si pasaba a través de su cuerpo, toda la energía que pueda existir en una Galaxia estallando delante de el mismo, si no fuese por la armadura de Virgo estaría terriblemente herido o algo mucho peor, pero eso no es suficiente, pues siente un terrible dolor en sus antebrazos.

El caballero se muestra racional al hacer de un movimiento de la mano una ventisca que deshace toda la bruma del ataque y tras de el hay una sombra en la oscuridad que sujeta el Fruto en su mano, Ioseph aprieta levemente los dientes y mira de forma fugaz y seria al enemigo.

-Interesante, no solo has sobrevivido a una técnica mortal para simples santos, y responder para contarlo, que menos del conocido egocéntrico y orgulloso Ioseph de Virgo… y además “observa el objeto a sus manos” Lo que llevabas guardado… una pieza de escasa vista.

La mirada del caballero de vivar se abrió de gran manera y encendió su cosmos a la sombra que sujetaba este singular objeto y respondió con una calma irreconocible por el que deberia devolver este objeto pues no sabe los peligros que conllevan.

Algo claro está que no fue hecho caso la advertencia, pues la sombra empezó a estudiarla con su cosmos y esta empezó a brillar constantemente revelando la apariencia dorada del adversario del hijo de Rodrigo, portando una de las 12 armaduras de oro, Géminis.

-El caballero de Géminis…-Murmura Ioseph.

Con el rostro cubierto por el extraño casco de 2 caras de Géminis, este abre la mano manteniendo una esfera dorada de energía y la dispara hacía Ioseph de Virgo que ve como su alrededor se reúne nuevamente de planetas en colisión y mucho más ante el grito:

-¡¡EXPLOSIÓN PLANETARIA!!

La luz resultante hace que el castellano salga disparado hacia un pilar y caer de rodillas, otro golpe mortal, no tan fuerte como el primero pero bastante doloroso, pero al levantarse se queda estático de mirada cuando observa que Géminis ha activado el Fruto y su mirada siente temor.

Ioseph comprende que algo le está revelando el fragmento, este objeto, creado por los Dioses para esclavizar a los humanos contiene infinita información sobre el mundo y el universo, pero también tiene el poder de doblegar las mentes más débiles de quienes lo portan… algo que probó el mismo Ioseph en el pasado.

De repente la mirada de Géminis se acentuó al caballero de Vivar y respondió que este maléfico objeto debería ser destruido pues ha visto cosas horribles, cosas inimaginables, el santo de Virgo casi no prefirió preguntar pero lo hizo y Géminis respondió:

-He visto… un pasaje de muerte… el chaos esparcido en el universo… todos nosotros los santos dorados, el Patriarca… los mismos Dioses asesinados… la humanidad temía por su muerte, cuando catástrofes naturales se abalanzaban contra ellos, sin dejar a nadie vivo… y solo arriba, en la colina sagrada… un hombre solitario observando el mundo con ojos despreciables portando espada en cada mano… “Ioseph le pregunta quien es ese hombre por lo que Géminis le contesta” Tú mismo…-Responde con cinismo y seriedad

Ioseph abre los ojos de asombro pero los entrecierra de forma muy seria y al instante Géminis se arranca la capa y responde:

-Yo evitaré que eso suceda de toda manera, Ioseph de Virgo cae bajo las manos de…¡¡Bullova de Géminis!! ¡¡EXPLOSIÓN PLANETARIA!!

El terrible ataque lanzando ya no sorprende a Ioseph, pues arde ambas manos en fuego y luz que reflejan la luz del sol y la pura energía se concentra en la mano derecha que lanza un disparo de poder impresionante al grito de Virgo:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

La terrible colisión impacta de rebote a los 2 contrincantes que la reciben de lleno con ambos poderes, Ioseph no puede evitar saltar por los aires por la potente fuerza de los 2 santos dorados contra si mismo, y al llegar por los suelos, además de romper el mármol rueda masivamente a un grupo de columnas destrozándolas con la espalda.

El santo de oro tose, mientras su cuerpo es apoyado sobre los escombros que el mismo ha reventado de forma violenta, y al abrir los ojos queda paralizado al ver la sombra de Géminis sobre el y ardiendo el puño con intención de atacarlo.

Rápidamente y como acto reflejo Ioseph exclama y ejecuta el Sun Shield, su coraza protectora de cosmos para detenerle y extenderla para arrasar con su adversario, pero al tocar a la imagen de Géminis su propia defensa le es devuelta y le aplasta contra el suelo.
Ebullece sangre por la boca, disparada por la presión ejercida a su cuerpo pero no ha sido demasiado grave comparado a haber estado sin su armadura, en cambio su adversario se encuentra fresco, demasiado fresco para su gusto y al observar, ha desaparecido y está a una distancia, jadeando mientras sostiene el fruto.

Ioseph comprende que lo que vio era la ilusión de Géminis y se levanta con dificultad mientras siente dolor en el costado y arde su cosmos como sus ojos de forma flameante como la luz del Sol de mediodía.

-La ilusión de Géminis hace que cualquier ataque le será devuelto, pues ataca a la nada y eso es inconstante… cada vez que me ataques, tus ataques serán devueltos hacía ti… porqué estas en mis territorios…“Sonríe entre sus dientes” Caíste en mi trampa, necio caballero de Vivar… al igual que la tela de araña atrapa a las moscas, yo te he atraído a la parte más recóndita del laberinto y de la que nunca jamás podrás escapar.-Responde Bullova.

Además el santo de Géminis separa sus brazos y deja caer el Fruto al suelo, seguido por la vista de Virgo al momento que los ojos de las caras del casco brillan, el entorno alrededor del santo de Virgo empieza a deformarse, las columnas, el suelo mismo y a mutar, las manos de Géminis se tornan negras cortadas por hilos de luz.

Ioseph retrocede cuando ve que el suelo se agrietó y se empezó a abrir, ante sus ojos ve como la realidad se abre, como una puerta que lo lleve a un lugar tan tétrico como la muerte mientras Géminis dice con voz rígida, silenciosa y tenebrosa:

-En los confines del universo caerás… te perderás por toda la eternidad por la prisión que ejerceré sobre ti… caballero de Vivar, Ioseph de Virgo… En el espacio y en el tiempo, piérdete santo dorado de Virgo y que no quede nada de ti…-Musita Bullova.

Tal es la fuerza de atracción de esta puerta, que a contra de su voluntad, Ioseph siente como es atraído, hacía las fauces de la muerte, de su existencia, de una cárcel de la cual le será difícil escapar, una lágrima de sudor le cae por su frente cuando se abre de repente para atraparlo totalmente:

-¡¡OTRA DIMENSIÓN!!

El alrededor de Ioseph se abre y ante sus pies el vacío espacial esperando a su presa, que no puede hacer nada para escapar, solo gritar mientras se pierde en el continuo espacio dimensional observado por Bullova de Géminis que hace gesto con las manos en forma de cruz y lo despide de tal manera.
Y después de esto el portal se cierra definitivamente, quitando las esperanzas definitivas de rescate mientras Bullova murmura que pasará la eternidad encerrado, por los actos que se le imputan.

En la entrada del Santuario

Ante la aparente puerta que hace mostrar su llegada al Santuario de dedicado a Athena, conocido antes por el explendedor de sus ruinas, de la brillantez del sol que reflejaba a sus tierras y de la firmeza de aquellos que vivían y lo custodiaban con fuerza, valor y determinación que hacía mostrar la admiración de mucho de los suyos.

Hoy, esa vista casi utópica ya no existe, las ruinas se encuentra cercenadas y manchadas de sangre, el suelo parece estar pobre ante la poca vista de un sol que ya no parece brillar y sobre este emplazamiento, una multitud innumerable de cadáveres de soldados rasos y santos de bronce y plata con mirada perdida y aterrorizada.

Una sombra los observa en silencio y en silencio parece llevar un calvario de desfachatez y melancolía por este acto, de funesta mirada la santo de bronce Seshat de Apus, mujer poco reconocible a otras, con el pelo dorado largo y flequillos erizados con unos brillantes ojos esmeralda que ven la desolación del campo de entrada del Santuario.

Al dejar su caja de bronce, la mujer, con su armadura de bronce rosada puesta hinca la rodilla en el pie y observa a los muertos, comúnmente asesinados por armas de filo y fuego, pero la santo de bronce conoce muy bien quien pudo haber sido el responsable de este suceso que le llena de amargura su conciencia.

-Ioseph… ¿te dejaste llevar por la ira?... “Baja la cabeza” He estado contigo para consolarte de la perdida de nuestro hermano, pero has decidido atacar por tu cuenta el lugar que una vez fue tu hogar… “las lágrimas caen de su bello rostro” No es que sea Helios, tu mismo sabías que esto pasaría… que lo haría tarde o temprano, pero… Perdiste la desilusión por ti mismo…-Responde la santo de bronce.

Esta joven levanta su mirada al cielo, y ve las imagen del santo de Virgo, ve su parecer, ella que acompañó a Diego en sus aventuras a lo largo de su participación hace casi 3 años, lo ha visto madurar, del chico guerrero y orgulloso a una persona que se dedica a pelear, a pesar de no abandonar su extravagancia hacía confiarse, era buena persona pues el no podía matar a alguien desarmado, a alguien que no podía luchar.

Pero esa imagen desapareció y en el cual apareció otra imagen, más tenebrosa de si mismo, que nunca pensó la santo de bronce que llegase a existir, pero lo prueba los actos que ve en sus ojos y esto lo destroza emocionalmente.

-Incluso su cosmos… ha cambiado… Ya no es el… “Murmura y se levanta mientras se coloca en la cabeza la tiara de Apus” ¡Entonces no me queda otro remedio que detenerte yo misma! Seré un santo de bronce, pero siempre he podido dominarte, Altair me enseñó también muchas cosas y sé que puedo vencerte…-Vocifera Seshat.

La joven decidida se adelanta pero se para y coloca su mano en su vientre y respira hondamente para señalar su mirada hacía la montaña del Santuario y sin más se lanza a correr hacía las 12 casas.

En el plano Astral

Helios sonrie en silencio ante la aparición de la nueva pieza que entra en el suceso ocurrido en el Santuario, no duda que la participación de esta pueda influir mucho las cosas ya que conoce a esta joven mujer de 24 años y responde:

-Ah, la chica que domina el maná del cosmos, una sorpresa poco inesperada, pues ya me temía que apareciese, siempre ha estado en medio de mis planes con Diego, intentando convencerlo, pero no… “se pone serio” No tiene derecho a cambiar el rumbo de las cosas.

Helios se pone de brazos cruzados y camina pensativo hasta una de las esferas en el lugar que se encuentra que representa los distintos universos, ocurridos en sucesos muy distantes, algo interesante para un buen observador pero que no llama mucho la atención al Dios caído del Sol.

-De todas formas ni ella cambiará el destino, Ioseph y yo nos merecemos nuestra venganza, y ya no hay vuelta atrás, desde que el santo de Virgo mató a Aries ya no tendrá motivos de cambiar su objetivo y es cortar la cabeza a ese usurpador…-Musita Helios.

La intrigante divinidad muestra en su mano la esfera que vista el templo de los Gemelos, con un Géminis sonriente ante su apacible victoria, algo que no prueba compartir el hijo de Hyperion de la misma manera pero cuando va a intervenir se detiene por algo que observa con detenimiento.

Una nueva sonrisa se dibuja en su mirada, idealizada con un extravagante sarcásmo y cerrando los ojos y sentado en forma de loto en el aire asciende su cosmos flamígero.

En el templo de los Gemelos

El santo dorado de Géminis no había movido de su sitio, aun en plena armonía con la victoria hacía su adversario, absorbido y encerrado en la Otra Dimensión de la cual vagaría por siempre y sin poder escapar jamás de esta prisión.

Bullova no oculta su encanto al dar una soberana carcajada y responder que tampoco el santo dorado de Virgo era para tanto ya que no le ha costado en lo más mínimo vencerlo, un trabajo de niños, como el mismo especifica por la poca resistencia que el hijo de Rodrigo puso en el combate.

Pero recuerda el extraño objeto que llevaba y piensa que fue buena idea arrebatarselo, pues era lo único que podría haberlo salvado, provisionalmente y está feliz de haber evitado tan nefasto futuro para la humanidad, de por si su pensamiento egocéntrico se autoproclama el salvador de la humanidad.

El santo intenta girarse pero extrañamente se siente paralizado unos segundos, pero al arder su cosmos logra recuperar el movimiento, algo raro que nunca le había sucedido pero reconoce que esas meras necedades eran simples pues debía entregar tan terrible pieza a su maestro.



Y se gira para recogerlo pero queda estático ante la mirada que tiene y traga saliva ante el brillo de un hilo de luz formado en un puño levantado, y retrocede con cierto temor:

-Tú… es… imposible…-Murmura Bullova.

Ante el, dándole la espalda y con los ojos cerrados y el puño levantando como habiendo atacado con el, Ioseph de Virgo se encontraba y al girar la cabeza entreabre sus ojos con cierta indiferencia ante el asombro de Géminis y le observa unos segundos.

Ioseph después mira el suelo, hacía sus pies, dónde se hallaba la esfera dorada que parecía un fruto, y agachándosele la recogió y la observó con cierta ironía, y sin responder nada se levantó de nuevo guardándosela en la bolsa de cuero colgada en su cintura junto al cinturón que llevaba atado a Tizona.

Bullova logra recuperar la compostura y le ataca con su puño para aturdirlo, pero rápidamente Ioseph se gira y lanza un golpe rodeado de sus llamas que impacta en el vientre del santo de Géminis y le hace retroceder varios metros.

Después de esto el hijo del Cid se reincorpora, con mirada extremadamente seria, al endurecerla su cosmos de fuego le rodea y responde:

-Decide… el orden…-Responde Ioseph.

-¿Cómo?-Pregunta extrañado Bullova.

-Decide el orden… en que quieras morir… “Queda en silencio un instante” Ya se terminaron los juegos, que empiece de una vez el combate.-Responde el santo dorado de Virgo.

Géminis siente como un escalofrío ante las frías palabras de Ioseph, ¿a que se referirá con su juego? Pero queda rápidamente convencido pues su cosmos es ahora 100 veces más poderoso al que sintió antes y no duda en preguntar de qué juegos trata de hablar.

Lo cual Ioseph, ve que es justo que explique a su adversario y le responde que le ha estado probando todo el tiempo, el mismo redujo sus poderes a niveles muy inferiores para lograr observar con detenimiento que es capaz de hacer el santo dorado de Géminis, todo lo ocurrido ha salido según cuenta el castellano bajo sus planes.

El dejarse perder el instrumento, el recibir sus ataques y perderlos y hacer parecer que perdía para estudiar la forma de pelear de Géminis y al cabo de un momento el mismo asombró con esforzarse un poco al mismo santo de las Ilusiones como Virgo anunció a la cara de Bullova.

-¿Quieres decir que me hiciste ver algo? ¿A mi?-Preguntó algo furioso Bullova.

-Solo… he estado probándote, me he burlado de ti, te crees que porqué hayas sido entrenado por el Patriarca eres todopoderoso pero para mi eres un niño indefenso que no puede más que llorar para lograr su objetivo y que su mejor arma es lanzar una piedra mustia que no sirve para nada… ¿controlar dimensiones? No ha sido muy difícil esquivar tu ataque y engañarte…-Responde Ioseph.

Bullova se sintió contrariado por palabras tan agresivas y estalló en furia junto a su cosmos, rodeándose de planetas que empezaron a autodestruirse y convertirse en energía pura de la que concentrada en la mano de Géminis en esfera de luz la lanzó contra Virgo exclamando:

-¡¡EXPLOSIÓN PLANETARIA!!

El suelo y el alrededor empezó a ser arrasado, y el poder chocó contra el santo de Virgo que solo hizo observar mientras recibía, y estalló todo a su alrededor, cubriéndose de una gran mata de humo y cenizas.

El santo dorado de Géminis con energía en su otra mano lanzó otra descarga de energía de su ataque, Explosión Planetaria contra el humo y una nueva explosión se formó y hizo que el templo temblara ante este hecho.

Al detenerse, algunos escombros del templo de los Gemelos caian mientras el humo y ceniza seguían su curso, Bullova de Géminis se convenció que acabó con la vida del castellano Ioseph de Virgo y sonrió con bravuconería ante este significativo hecho que dejase de sentir el cosmos de Virgo.

Pero su euforia fue escasa pues en el humo una sombra apareció y Géminis sin creérselo al deshacerse todo el humo expuesto por su ataque, un Ioseph de Virgo, sin daños aparente lo observaba y Bullova aun sin comprender este hecho retrocedió cuando Ioseph retrocedió su puño derecho mientras levantaba a la altura superior a su cabeza el izquierdo.

Y lanzó su ataque, que se convirtió en una corriente de energía que impactó de forma tan rápida que pareció un rayo amarillo, saltando por los aires el santo de Géminis, y cayendo al suelo de forma brusca, boca abajo mientras el casco saltaba por los aires y mostrando su rostro.

Bullova era un hombre de 20 años, con pelo a punta morado, y ojos celestes, aunque su mirada sudorosa estaba resintiendo el dolor en su cuerpo, hecho sin que el mismo se percatase, pero al intentar levantarse no logra hacer pues algo le aplasta contra el suelo y ve que es el castellano que ha colocado la suela de su pie derecho en su espalda, mientras se pone de brazos cruzados y responde:

-Nada… no eres nada, solo un fantasma de lo que yo hubiera sido si hubiera seguido con esa miserable actitud orgullosa y confiada… “Dice mientras Bullova empieza a enfurecerse”- Mi padre tenía razón y sabía con gran idea que seguir por ese camino me hubiera llevado a la ruina y tu me lo confirmas.

Bullova estalla y consigue levantarse con su cosmos de forma activa y destructiva alzando su puño con su poder y de forma violenta responde con un golpe extremo, pero Ioseph lo para fácilmente con la mano derecha mientras el suelo alrededor salta por los aires y después Virgo clava el derecho en el vientre de Géminis como respuesta.

El santo de Géminis siente un tremendo dolor y mientras escupe sangre salta disparado hacía el techo y choca con este, y mientras cae y abre los ojos obseva que Virgo yace encima suya, juntando las manos y dando un golpe de martillo en el peto dorado tirando de forma violenta hacia el suelo al santo dorado.

Después Ioseph llega al suelo de forma simple y arde su cosmos, la suela de su pie empieza a agrietar el suelo, un golpe de su puño parece que ha desgarrado el mismo aire, de una pisada hacía adelante hace partir la tierra en 2 y al separar sus manos parece que el mismo cosmos se junta en su cuerpo.

Al levantar la mano se ilumina de llamas y luz y exclama lanzadora como descarga de energía pura al santo de Géminis tirando en el suelo:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

Arrasando a su paso en forma de un ciclón, Bullova contempla ante sus ojos el poder de una supernova estallando contra si mismo, y levantándose pone las manos para detenerlo con su máxima potencia.

Al contacto el choque es mínimo, el santo dorado de Géminis siente como un calor de 6000º C recorre su cuerpo, un dolor insufrible para un ser humano, tal como el calor que emite el sol de forma exterior, la armadura de Géminis no cede pero el portador es incapaz de detener tal poder y es cubierto por el en su totalidad.

Al ceder, esta fuerza Ioseph observa que Bullova yace de pie, humeante con los ojos muy abierto y la boca desencajada, el santo dorado de Virgo camina lentamente y pone su dedo entre los ojos y lo empuja lentamente y con poca fuerza logra derrumbar al santo dorado hacía el suelo.

Sobre el mármol del cual Bullova yace tirado, con el cuerpo herido, ve con inexpresiva mirada el techo, Ioseph levanta la mirada y ve a los lados y observa que el laberinto de Géminis aun no ha desaparecido, algo que le confirma este hecho cuando escucha los latidos del corazón del hombre que está a sus pies, que es el único intrigante que se atreve a desafiar el silencio del templo de los Gemelos.

Ioseph sin más remedio sujeta del brazo izquierdo del santo dorado y lo levanta, quedándose colgado de su manos, con la cabeza bajada, eyectados por la mirada flameante del santo dorado de Virgo que responde que se despida de una vez por todas, acto que hace que suelte al dorado y mientras cae le de un semejante rodillazo que lo lanza a volar seguido del grito de dolor de Bullova que llega al suelo nuevamente.

El dolor es grande pero Bullova comprende que morir significaría un paso más hacía l funesto futuro para la humanidad y debe aprender a hacer frente a un rival así, aunque sigue sin creerse tal cambio en personalidad y fuerza del sano dorado entiende que debe pensar un plan, organizar una ofensiva y acabar con el guerrero que tiene delante de el:

-Es increíble, su poder no es humano, no parece un santo dorado, pelea con una agresividad en cada golpe que da y una fuerza que deja atrás a casi todos nosotros… pero puedo ver tranquilamente que no domina el uso de todo sus ataques, o sea solo es capaz de lanzar sistemáticamente 1 y andar atento a mis movimientos, realmente desconfía de cada paso que doy… pero a base de mis poderes ilusorios y la fuerza de la Explosión planetaria con toda mi fuerza “sonríe confiado” Puedo vencerle a base de estrategia… gracias a las explicaciones de mi maestro Aecio sé que puedo vencerle, lograr una ruptura de su concentración organizada en ataque y defensa… es fácil.-Piensa Bullova.

Ioseph ante de hacer algún gesto ofensivo prefiere decir unas palabras:

-Tu deber ante Athena te impide dejarme pasar por ti mismo a sabiendas que no eres capaz de vencerme, lo has intentado… pero no lo lograrás, pues jamás podrás derrotarme, te digo esto porqué sé que no me dejarás pasar aunque te lo diga, pero te lo advierto Géminis, ¿crees que merece la pena sacrificar tu vida por alguien que no es Athena?-Responde Ioseph.

Bullova cambia su expresión a una seriedad suprema, pues el siente que sus creencias son dañadas y señalándole responde bravamente:

-Tú… que nos has traicionado no tienes el menor derecho a hablar sobre Athena… “sus palabras se le notan el odio” Tú, que te atreviste a revelarte ante quien nos dio clemencia… tú, que te atreviste a ayudar a quien asesinó a nuestra señora… ¡¿Cómo te atreves a hablar sucio bastardo?!... “Ioseph mantiene la calma y le observa fijamente sin responder ante el irracional sentimiento de cólera de Géminis” Por la culpa de tu amigo casi morimos y nos arrebataron a nuestra Diosa… Apolo nos cedió su mano y juró proteger el Santuario, el busca la armonía para la humanidad, muestra que nos protegió ante la cólera de los Dioses… por tanto confiaré y confiaremos nuestra vida a protegerlo de ti, sucia escoria de Hades, perro sarnoso que se atreve a venir tras asesinar a Ptolomeo y a Anairis y a muchos hermanos en busca de la destrucción de nuestro hogar… Por eso, los santos dorados restantes pelearemos hasta matarte y observaremos encantados como tú maldita alma hace compañía al cerdo de tu amigo Asesino en el Tártaro.-Responde Bullova.

Eso ultimo referido al Asesino hace que Ioseph apriete los puños, ve que mediante estas palabras que cegado por su devoción casi fanática y vocifera en voz alta:

-Esas respuestas me repugnan de gran manera, ¿piensas que los otros santos dorados piensan igual que tú? “Bullova se lo confirma y le hace recordar como los santos dorados lo retuvieron antes de exiliarlos meses atrás” Ya veo, con más motivo lanzo mi cruzada a una nueva escala pues vosotros, cerdos fanáticos os habéis puesto del lado de un belicoso Dios que solo quiere pleitesía, por tanto a causa de ti Bullova de Géminis, no tendré piedad con ninguno de los santos dorados restantes, ni con el Patriarca que aun más tengo motivos para matarlo…-Exclama el hijo del Cid.

-¿Qué? ¿Crees que solo tú podrás hacerle frente a los otros 6 santos dorados más mi mismo y el Patriarca también? Imbecil, jamás lograrás tal hazaña pues nosotros somos los santos de la esperanza… cuando se abrió la Caja de Pandora solo quedó la esperanza dentro de ella, y Athena la dividió en 88 partes de nuestras armaduras y tenemos ese poder… además tú mismo dices que nos hemos puesto al lado de los Dioses cuando peleamos por el hombre, pero… ¿tu por qué luchas Virgo? Solo por venganza.-Responde Bullova.

El santo dorado Virgo yace en silencio por un gran rato por la pregunta ejercida, cuando Bullova iba a continuar probando que su motivo no es justo Ioseph le interrumpe con palabras determinadas:

-La codicia… la corrupción… y la tiranía que mi enemigo ha extendido… “endurece su mirada” ¡Será aplastadas! Y de las cenizas de la venganza… Una nueva Roma… nacerá… “Bullova queda contrariado pero Ioseph agrega además” Los que aquí ves en el Santuario dedicáis vuestras vidas según tus palabras a proteger la libertad del hombre… “Logra dar una mirada tenebrosa” Ahora… yo me ofrezco de aquí en adelante a arrebataros esa vida…-Responde Ioseph.

El santo de Géminis no dice más palabras pues comprende que es inútil entablar conversación con este sujeto que enfrenta de forma arraigada y aunque sigue estando en desventaja Bullova arde su cosmos dorado y levantándose usando su puño se limpia la sangre de la mejilla y extiende las manos tomando en forma de cruz.

Ioseph observa fijamente a su enemigo, cuando de repente exclama con pavor su ataque de “Explosión planetaria” hacia el mismo santo dorado de Virgo que le pasa sin hacerle mucho efecto, pero todo su alrededor su nubla y hace inaccesible el templo salvo la imagen borrosa de Bullova que parece lanzarse hacía el.

El caballero dorado se pone a la ofensiva, mientras arde su cosmos de fuego y aprieta los dientes hace un semejante grito y lanza un golpe hacia la sombra de Bullova, pero se desvanece la imagen cuando el puño atraviesa el cuerpo de Géminis.

Ioseph se sorprende por este hecho, y cuando se gira recibe en el rostro un golpe que lo lanza por los aires de forma agresiva, pero Ioseph reacciona entre la dolencia del ataque y haciendo una voltereta queda clavado en la pared y agachándose en esta se impulsa hacía la imagen de la bruma y exclama:

-¡¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!!

La corriente de energía pasa a través de la sombra pero la atraviesa sin impactar más que en la nada, Ioseph aprieta levemente los dientes y en el aire cierra los ojos y apareciendo otra sombra se gira y da una bofetada a esta con agresividad pero solo logra rozarla pues su enemigo y ambos se atacan de un puñetazo haciendo que salgan despedidos para atrás.

Al llegar al suelo de nuevo, el santo dorado observa como la sangre emerge de la boca y usando el pulgar se lo limpia y separa brazos y piernas y observa hacía los alrededores de lo que le rodea y al momento de atacar decide cesar de este intento y hacer impulsivamente y recuerda unas palabras que su padre le confesó hace muchos años.

Año 1084 En la Taifa de Zaragoza.

En un combate de espadas, un joven Ioseph, llamado Diego Rodríguez cae al suelo mientras la espada que lleva salta disparada por el suelo, el joven lleva unas vestimentas que parecen trapos, pero su mirada es determinante, y objetiva.

Al levantar la mirada un hombre musculoso de unos 40 años portando una cota de malla y un traje sin manga que le llega hacía las rodillas de forma vertical hacia la derecha rojo y de izquierda blanco y en el centro del pecho el símbolo de un león rampante de tela dorada, el rostro es de un hombre con el pelo semilargo de color castaño rojizo y un poco de barba que le observa inflexivamente.

-Diego… no deberías atacar a lo loco hacía un enemigo, verás pequeño, en cada combate un guerrero debe pelear con cierta astucia pues en el campo de batalla un hombre se juega constantemente la vida, debes tener cuidado pues si un rival más experto que tú lograse esquivar un golpe de tu espada tendría una oportunidad clara de matarte.-Responde el hombre.

El joven Diego se levanta y se limpia la suciedad en la ropa y cerrando los ojos le responde:

-Lo comprendo padre pero tampoco debo quedarme si hacer nada, un enemigo podría aprovechar y rodearme con sus compañeros, es más sencillo cegar los herejes cortándoles rápidamente el cuello. Tal vez mis métodos sean poco ortodoxos pero en la época que vivimos es necesario que luchemos con destreza y agresividad que dejar que otros tengan el don de atacar, ser una bestia.-Explica el joven Diego Rodríguez.

El Cid cierra los ojos mientras gira la cabeza hacia los lados en forma de decepción ante la respuesta y con suma tranquilidad hinca la rodilla en el suelo y pone la mano en la cabeza del joven Diego y le responde:

-Verás pequeño, cada vez que me enfrento a los moros y a los enemigos de Castilla, siempre tomo la idea de que lo hago por el bien del reino, por el bien de sus justas gentes y por el bien de mi familia, cuando regreso de cada batalla empapado en la sangre de mis enemigos no dudo en abrazar a tu madre y a tus hermanas… lo erróneo de tu respuesta es que debes luchar con coraje pero jamás te conviertas en un monstruo mata personas, nosotros actuamos en un combate para servir a la luz y al conocimiento de quienes protegemos, a las personas… transformarnos en un demonio feroz solo hará que te pierdas como persona.-Responde El Cid.

El joven de 8 años de edad parpadea y mira a la figura de su padre como un modelo de honor, valentía y respeto, ciertamente el Campeador cuando regresa de sus terribles batallas no duda en primero estar con su familia y le pide perdón a su padre y bajando la cabeza.

Pero El Cid con ternura le acaricia la cabeza y sonriendo placidamente le responde que no debe preocuparse, pues es normal que un muchacho como el tenga pensamientos así, y más sabiendo que es lo que vivió siendo apenas un pequeño de 5 años en Toledo, Diego aparta la mirada con melancolía pero al momento parece borrar esta expresión negando y respondiéndole:

-Pero padre, no logro comprender porqué el rey Alfonso le hizo esto a usted, si es su más fiel guerrero, no comprendo porqué usted no defendió su honra y le hizo frente a ese bravucón como ya mostró haciéndole jurar ante las sagradas escrituras que el no es el asesino de su hermano, yo en su lugar hubiera reunido a mis fuerzas y hubiéramos expulsado a ese asesino de las tierras que el mismo se quedó. ¿Por qué no hizo nada al respecto? El mostró que es nuestro enemigo.-Dijo Diego.

El Cid se sentó a su lado y bajo la cabeza suspirando, pensando un gran rato ante la atenta mirada de su hijo parece querer escoger las palabras claras para explicarle al joven aprendiz de caballero y obviamente con el tono de experiencia y sabiduría de su rostro le responde:

-Diego… debes saber que si el rey fuese o no el causante de la muerte de Sancho, pero como hombres de honor el jurar esto ante las Sagradas Escrituras me vale, en cuanto a la etapa de mi exilio, el rey tal vez sintiera recelo ante mi cuando entré en Toledo en 1081, aun así aunque mandarme al exilio, yo soy un caballero de Castilla, un leal servidor del rey de Castilla y ese es ahora Alfonso, incluso ahora y estando acá pienso con certeza que el rey no es nuestro enemigo… sino que es un hombre equivocado… consumido por las patrañas de sus consejeros… yo aun así jamás levantaré mi mano contra Castilla. ¿Lo entiendes?-Responde El Cid.

Diego refunfuña pero entiende las intenciones de su padre, realmente Rodrigo Díaz es un mártir de esta guerra, aun traicionado por su señor y echado fuera de lo que una vez fue su hogar cree firmemente en su lealtad hacía el reino y eso hace que incluso en el exilio, El Cid siga expandiendo el imperio de Alfonso, como ya le mostrase a Al-Mutamid un pacto para que la Taifa de Zaragoza empezara a ser parte de Castilla y como beneplácito, beneficiarse de esta alianza.

El experimentado guerrero además le muestra al joven Diego, que las apariencias a veces engañan, al igual que los enemigos que le enfrenten y ante esto el Cid se aleja y le responde que le dará un pequeño consejo que podría beneficiarle en el futuro al son de esta charla:

-Cuando estés peleando contra un adversario, ten la cautela de observar atentamente cada uno de sus elementos, si su fuerte son sus brazos, evítalos y destrózalos, si fueran armas como Espadas, Hachas recuerda que el peso de estas hace que no puedan usarse adecuadamente en combate en contra de un guerrero que lleve armas más ligeras, en cambio en un duelo igual la prudencia de uno de los 2 y el estudio de los movimientos del adversario es lo que da la clave de la victoria de uno u otro… “y agrega en forma de broma” Y si por casualidad tu enemigo tuviera poderes extraños venidos del mismo demonio vigila cada uno de sus movimientos y a la minima certeza mátalo.-Explica El Cid.


De vuelta al templo de los Gemelos, Ioseph abre los ojos y rodeado de la espesa bruma del alrededor que nunca cesa escucha de fondo la voz de Bullova que le dice que mientras la ilusión esté presente jamás le impactará, que malgastará sus fuerzas inútilmente y al final morirá.

El santo dorado de Virgo baja la cabeza y empieza a arder su cosmos, sus ojos se mueven a diversas partes, observando con detenimiento cualquier movimiento, y las palabras del Cid se le resultan en su mente.

Si su fuerte sus brazos, evítalos y destrózalos

Haciendo caso de esta primera advertencia, Ioseph con cosmos encendido y con un presentimiento se mueve al lado para ver la imagen de Bullova atacándole por la espalda y entre la sorpresa de su adversario de la evasión tan rápida.

Y con la orden directa mete con el codo un golpe tremendo al antebrazo de Bullova de tal manera que la protección del brazal estalla en varios trozos y entre el horror y el tremendo dolor del santo dorado de Géminis, su brazo es agresivamente dislocado.

-¡¡AGHHHHHHHH!!

Bullova agachado y sujetándose con la mano izquierda el antebrazo derecho dislocado, observa que Ioseph decide atacarle con un puñetazo pero lo esquiva y desaparece de la vista del santo dorado de Virgo nuevamente.

Aunque de nada le sirve pues Ioseph de forma seria y serena arde su cosmos y lo expande al alrededor de la bruma que le ciega las vistas de su enemigo, pero una cosa es la ilusión y otra en tanto es detectar lo que es real, lo cual con alguien con cierta experiencia es capaz de hacer si logra comprender a lo que se enfrenta.

Por lo tanto en su mente, Ioseph analiza la situación y observa que no solo el Laberinto de Géminis, sino la bruma ilusoria forjada por Bullova para usar el ataque sorpresa hacen efecto en un elemento, la vista que la cual es el sentido que más fácilmente podría ser engañado.

Si fueran armas como Espadas, Hachas recuerda que el peso de estas hace que no puedan usarse adecuadamente en combate en contra de un guerrero que lleve armas más ligeras, en cambio en un duelo igual la prudencia de uno de los 2 y el estudio de los movimientos del adversario es lo que da la clave de la victoria de uno u otro

Ya con el templo rodeado por su templo cierra sus ojos y correr hacia la derecha y saltando lanza una patada hacía una zona dónde algo entre la bruma lo esquiva, pero Ioseph no cesa, y para no perder el equilibrio poniendo la mano en el suelo gira su cuerpo en la velocidad de su golpe y se impulsa hacía dónde escapó el enemigo hacía el techo del templo.

Ya ahí, observa varios ataques de luz, de lo cual lo esquivas medio planeando y con alto riesgo de recibir alguno de estos, pero confiando en su cosmos evita de forma magistral los golpes y lanza varios también, convirtiéndose en varias líneas de luz que chocan de distintos lados.

Y con esto, Bullova aparece en la bruma recibiendo golpes por todas partes, sin poder hacer nada más que llevarse en su cuerpo dolor, y después de esto y tarde se da cuenta que Ioseph extiende la mano y su cuerpo está rodeado por un aura de llamas incandescentes y al abrir los ojos que brillan como el fuego exclama:

-¡¡SUN SHIELD!!

El escudo de energía se expandió, la defensa de llamas se convirtió en una bola ofensiva terrible que impactó de lleno en el cuerpo del santo dorado de Géminis, cada fibra de su ser, cada átomo sintió todo el poder de su adversario y sin más desvelos su cuerpo empezó a caer hacía el suelo.

Pero en el ultimo momento, Ioseph observó a su alrededor lleno de planetas y pequeños soles, y ya rodeado tomó su atención al terrible cosmos que giraba a su alrededor y entre tanto Géminis levantó el brazo iluminando su palma de la mano y gritó de forma inhumana haciendo que todo empezase a resquebrajarse en el templo de los gemelos:

-¡¡¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS!!!

Ahora si, un ataque totalmente de lleno empezó a dar en el santo dorado de Virgo que usó sus antebrazos para protegerse en forma de X en mitad del aire pero toda la energía del cosmos de su adversario lo tenía a su merced, no había solución alguna de sobrevivir pues una auténtica supernova estaba traspasando sobre el mismo pero oyó en su mente nuevas palabras:

” Y si por casualidad tu enemigo tuviera poderes extraños venidos del mismo demonio vigila cada uno de sus movimientos y a la minima certeza mátalo.

El caballero de Vivar comprendió que tenía razón y entre el poco tiempo que tenía antes de acabar gravemente herido pensó que la única manera de contrarrestar el poder de una supernova es… con el poder de otra supernova y ardiendo su cosmos retrocedió el puño queempezó a brillar de forma a los rayos del sol.

Y esperando unas milésimas de segundos vio el centro del poder de todo el ataque de cosmos y lanzando su devastadora ataque de energía gritó también de forma inhumana:

-¡¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ…SOLAAAAAAAARRRRR!!!

Cuando el disparo de luz chocó con el centro de gravedad del núcleo de energía, fue tan desastroso que el alrededor empezó a corromperse de gran manera, a colisionar todo lo que pareciese real, el mismo Ioseph no comprendía que acababa de suceder, mientras pareciera que todo empezase a estallar llegó al suelo.

Y extrañado vio que Bullova había cambiado, yacía en el aire quieto, sus ojos completamente en blancos, sus pelos terriblemente erizados y una corriente de relámpagos y electricidad magnética se visualizaba alrededor de su mismo.

Por el momento el hijo del Cid no comprendía lo que estaba sucediendo realmente, todo era Chaos y nada era estable, los escombros permanecían en el alrededor y se podía notar en el cosmos de Géminis que como un demonio se hubiese apoderado de si mismo, tenida chocada frente su pecho sus manos.

-“Con voz tenebrosa” Muy bien humano, has llegado demasiado lejos… Lo que ves ahora mismo es el destino que nos espera “Ioseph abre los ojos de gran manera y ve que las manos chocadas de Géminis irradian electrizad negra” Veo que no sabes lo que pasa, ¿recuerdas aquel pequeño agujero negro que había en el suelo del templo antes de empezar nuestro combate? “El santo dorado de Virgo recuerda este elemento y asiente inconscientemente mientras endurece la mirada” Es un método de último recurso que yo… Bullova de Géminis he preparado para intrusos demasiado poderosos…-Responde Bullova.

Ioseph no se lo piensa 2 veces y lanza una Explosión de Luz solar a su adversario pero inconscientemente esta energía es repelida con facilidad por la protección electroestática del santo de Géminis y algunos truenos impactan en Virgo que retrocede sintiendo en sus carnes miles de voltios de potencia.

-No tengas prisa en morir Ioseph de Virgo, tu destino está sellado… debido a tu inexplicable poder, me veo obligado a liberar el Chaos Dimensional… “Virgo le pregunta sobre este poder y Bullova accede a explicarle” Es justo que sepas su desarrollo, el Chaos dimensional es una técnica que yo solo he desarrollado como medida de defensa como ya sabes, en ella el agujero negro que viste antes se expandirá de tal manera y su poder de atracción a lo largo del terreno que confina el templo sagrado de Géminis… absorberá todo el templo con nosotros dentro y desapareceremos de la existencia para siempre… “separa las manos y una chispa aparece entre ambas” Es una técnica de sacrificio que el Patriarca, mi maestro… me prohibió pero por el bien del Santuario y de Apolo la haré cumplir.-Responde Bullova.

Ioseph aprieta los dientes y se pone en posición defensiva, ve que la situación se ha puesto demasiado peligrosa, sabe que en el momento que esa chispa entre las manos de su enemigo llegue al suelo, se despedirán y murmura:

-La broma ya ha durado demasiado…

Ioseph se lanza hacía el, desenvainado a Tizona y sujetándola por la vaina con ambas manos mientras hace arder su cosmos al límite que el conoce mientras con su cuerpo choca con el escudo electromagnético y intenta pasar, entre tanto Bullova sonríe y levantando las manos exclama:

-Exacto… ¡Adiós Ioseph! ¡¡CHAOS…!! “Ioseph grita mientra su cosmos estalla” ¡¡DIMENSI…!!

-¡¡NOOOOO!! “Milagrosamente Ioseph rompe el escudo y lanzado con espada exclama con todas sus fuerzas mientras el acero de Tizona estalla en llamas” ¡¡¡SUN… SWORRRRRRRRD!!!-Vocifera Ioseph.

Logrando dar un golpe con su espada flamígera, todo se ilumina con el golpe recibido…

Al deshacerse la luz, el aspecto de ambos es que Ioseph agachado a una distancia, dando la espalda a Bullova yace en posición de haber atacado con su espada mientras Géminis queda en la postura de las manos levantadas sin hacer mínimo movimiento.

Al cabo de segundos, Ioseph debe hincar la rodilla como gesto de cansancio y apoyado en Tizona que es clavada en el suelo gira su rostro un momento y observa que Bullova sigue sin hacer movimiento alguno.

En cambio, el santo de Géminis yacía cabizbajo, sus ojos ensombrecidos, mirada inerte no es muestra suficiente de su estado, pero el santo dorado piensa “Perdóneme… maestro” y de repente un hilo de sangre cae de los labios del santo dorado de los Gemelos, el laberinto de Géminis desapareció totalmente, Ioseph ante esto se levanta y sujetando con la mano izquierda su vaina con la derecha la guarda en esta de forma lenta… y antes de totalmente guardarla se para unos segundos y… la cierra logrando que…de repente el peto se agrieta un poco y empieza a salir chorretones de sangre.

Ioseph se gira y ve como el cuerpo de Géminis cae al suelo, para no moverse nunca más, y el casco de Géminis es notable observar que las máscaras pierden su brillo, sin mirar nada más el hijo de Rodrigo Díaz camina hacía la salida del templo de los Gemelos y ve hacía arriba pero no antes advirtiendo el porqué de su victoria:

-El cosmos apoya a quienes creen fielmente en su cometido… cuando aquellos hombres lo utilizan de forma mal, arrogante y errónea, no logra adquirir sus cometidos y menos aun cuando pelea de forma nefastamente noble… el cosmos no apoya a los cobardes que se arriesgan a una sola baza de un sacrificio… he aquí el porqué de tu derrota y el porqué de mi victoria… “Gira su cabeza y al ver al cuerpo responde” Requiescat In Pace-Responde el santo dorado de Virgo.

Acto seguido toma rapidez hacía el próximo templo y entre la veloz carrera Ioseph murmura:

-Hacía el próximo templo… del cangrejo… hogar de… la amazona dorada de Cáncer, Lucy de Cáncer.-Murmura el santo dorado.

EPIOLOGO

En el terreno con escombros que dónde se situaba uno de los 12 templos zodiacales, la amazona de bronce de Apus llega y queda horrorizada ante la vista que tiene en sus ojos, no simplemente por la destrucción del templo dorado de Aries sino por quien está a sus pies.

-Dratchen… No… “Cae de rodillas” No puedo creerme que haya acabado contigo también, eras… su amigo, ¿Por qué?-Responde Seshat.

La joven guerrera no evita que una lágrima se le caiga de la mejilla pero una terrible furia se apodera de ella y levantándose exclama:

-Matas a tus enemigos pero también a tus amigos, a tu familia… es demasiado Ioseph, no te permitiré que hagas más daño por tu enfermiza causa de honrar a tu padre o vengar a Altair…-Expresa furiosamente Seshat.

La amazona lanza de rápida forma su camino hacía el templo del Toro dorado pero no estaba sola, en la sombras un grupo de soldados observaron como esta mujer brillaba por unos momentos con un aura azul.

El dirigente de estos, fanáticos ya conocidos como Nizaries o Hassassayin, Malik Ibn La Ahad detiene el paso, estas preguntas porqué detiene el avance de un sujeto peligroso y este les responde:

-Atacarla solo significaría perder sus vidas, nosotros no podemos luchar contra este tipo de gente que no son humanas, pero… debemos evitar que llegué hacía Ioseph, realmente esta mujer es capaz de detener a nuestro maestre… soldados… amigos… debemos intervenir.-Responde Malik.
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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)

#13 Talaris

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Publicado 11 julio 2011 - 17:05

Aunnque la mezcla del hijo del Cid y SS es curiosa. Como creo que ya he opinado alguna vez... tiene tu sello esa mezcla que llamas fumada.

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Una pequeña crítica: los saltos que das al pasado o los recuerdos del personaje dan cierto desorden y rompen un poco el ritmo. Pero me gusta como te expresas y describes las batallas! mejorarás
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y tengo curiosidad por ver a Lucy en acción.


un saludo

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#14 Gerrard

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Publicado 12 julio 2011 - 00:57

Excelente capítulo José.

Saludos,

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#15 Ares The Destroyer

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Publicado 15 agosto 2011 - 04:02

Paso por acá para pasar un acta de información por el día de hoy que debe ser importante en este fic.

Hace hoy 914 años en la tarde del 15 de Agosto de 1097, el buen Diego Rodriguez, nuestro Ioseph cayó en combate en la Batalla de Consuegra (Sur de Toledo) luchando contra los Almorávides de Yusuf Ibn Tasufin y capitaneado por Mohammed Ben al Hach, a la edad de casi 21 años, dejando al Cid sin descendencia posible (Lo cual en SS no pasa, pues Ioseph está vivito y coleando,xD)

Para más información paso este enlace...

http://es.wikipedia....la_de_Consuegra

Y una imagen del buen Diego =)



Asi que Requiescat In Pace Diego y que estes en un lugar mejor sleep.gif

Saludos
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#16 Efebo Abel

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Publicado 30 diciembre 2011 - 00:47

hola

saludos mi estimado amigo

excelente el ultimo capitulo publicado, aunque reitero lo que siempre te he dicho, son demasiado largos, jejeje

saludos
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#17 Ares The Destroyer

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Publicado 10 febrero 2012 - 13:01

jajajaja perdon, no es mi intención.

Aca el nuevo capitulo

________________________________

Capitulo 3: Almas


Sea del cual el avance fue muy rápido apenas habían pasado 3 horas desde que se adentró en las 12 casas, el santo dorado de Virgo yacía plantado a la entrada del 4º templo del Zodiaco, Los Cangrejos, lugar de custodia de la persona que rige el control de las almas de los muertos.

El hijo de Rodrigo duda en entrar en esta estancia, no es temor precisamente lo que sienta, pues el es un hombre valiente que ha enfrentado cara a cara a los Dioses pero hay algo que le inquieta demasiado y que pasa por su cabeza continuamente no le deja encontrar una solución.

Y como única posibilidad prefirió dar un rodeo pero una voz le detiene y le responde que entre, ya que es la única posibilidad si desea continuar, Ioseph en todo momento desconfía pero sabe que no tiene otro remedio que confiar en la voz que proviene dentro del templo del Cangrejo Celeste y decide entrar.

Templo del Cangrejo celeste

Dentro del templo de las 4ª constelación protectora del cielo se hallaba como un entorno de ultratumba, junto a la sensación de que habías desaparecido del mundo real y acababas de entrar en la colina de Yomotsu Higarasaki, lugar del pozo dónde caen las almas, pero cubiertas con la imagen de columnas y paredes de piedra.

Aun con esto, aun se escuchasen de eco voces pidiendo socorro y ayuda, el santo de oro de Virgo no se intimidó por esta imagen, ya que estaba meramente acostumbrado a sentirla en sus carnes cuando era un simple caballero al servicio de Alfonso VI el Bravo allá hace 100 años.

La imagen de llamas que rondan alrededor de las paredes es muestra de la atención del hijo de Rodrigo que mientras camina hasta lo más adentro de la estructura de piedra, es paciente de escuchar los lamentos de aquellos a quienes pertenecían, al pararse un momento acarició con su mano una llama y al cerrar los ojos vió reflejada la vida de la persona que emanaba.

Un sentimiento de tristeza de ver perder a su familia a manos de un terrible rey en las estepas del Rin, al mero descuido Ioseph no puedo evitar derramar una lágrima de tristeza por las visiones que le trajeron gran nostalgia y puso su mano en su pecho recordando sus propios malos augurios.

Sin poder evitar recordar la muerte de su padre, en incluso de valientes compañeros de batallas que pelearon fieramente junto al Campeador en vida y que dieron si vida por salvar a la de su lider, alla en 1098.

Cuando iba a regresar a sus recuerdos una voz le desconcentra y abriendo los ojos con la cautela necesario giró su mirada ante la sombra de una persona sentada en una columna más tenebrosa que las otras, pero con además la suficiente malicia para cubrir a las demás que existen en dicho templo.

Ioseph no se retrocedió ni tampoco se puso a la defensiva, observó con detenimiento a la figura que hizo un gesto, y respondió:

-¿Aun persigues los fantasmas de tu pasado…?-Pregunta.

El santo de virgo no respondió, pero cuando la figura se levantó, Ioseph como método debería haberse puesto a la defensiva, pero un aroma le embriagaba con bastante fuerza para no hacer nada más que observar a la figura femenina que existía y cuando salió a la luz para Ioseph mostró una imagen muy conocida.

En el momento el santo de Virgo abrió los ojos al observar a la mujer con un vestido azul y blanco parecido a las ropas de una mujer religiosa de su época, con mirada hermosa, piel blanca con ojos azules como los de un precioso lago y portando un precioso cabello largo negro azabache.

Tal fue la expectación que Ioseph no pudo evitar apretar un poco los dientes y musitar:

-Ma… ¿madre?

El santo de virgo no podía creer lo que veían sus castaños ojos, ante el la imagen de Jimena Díaz, estaba, Ioseph se sentía estático del asombro y la expectación de ver ante él a su amada madre que él tristemente dejó el gobierno de Valencia en 1099 para irse a pelear en la Primer Cruzada.

El caballero de Vivar aun así con el brazo se limpió o hizo el intento de limpiarse los ojos, cuando levantó la mirada la imagen de su madre se borro y apareció otra conocida ya para el, muy conocida.

Portando la armadura de Cáncer, con un esbelto cuerpo de mujer, el rostro cubierto por una máscara dorada, símbolo de las amazonas de Athena y cabello largo de color castaño oscuro, ante el la santo de Cáncer se presentaba, rodeada de almas que parecían pedir consuelo a esta mujer.

El santo dorado de la Virgen no hace nada, ni siquiera se prepara para un ataque, sino obstinado en una fija mirada embriagadora de la mujer que tiene delante baja la cabeza con respeto y responde:

-Lucy de Cáncer…

La amazona de Cáncer no responde, solo hace una reverencia el mismo Ioseph bajando la cabeza mientras la mujer se coloca frente a el, no es probable saber lo que piensa pero no es difícil cual seria el decante del encuentro, al igual que en los 3 anteriores casos, Anairis de Aries, Ptolomeo de Tauro en Atlantis y Bullova de Géminis.

El santo dorado, le respondió que hacía tiempo que no se veían pero la mujer extendió la mano, Ioseph se puso en postura de desenvainar la espada al mínimo acto de ataque, pero para su sorpresa, la mujer puso con dulzura sus manos en su rostro.

-Veo que sigues llamándome erróneamente por mi nombre al principio… ¿Qué ha sido de ti bravo caballero castellano?-Respondió la amazona dorada.

El hijo del Cid, como reacción se apartó, y encogió de hombros, su mirada seria se tapó por otra mirada desconsolada y respondió que demasiadas cosas han pasado desde el fatídico día en que Apolo llegó al poder del Santuario tras la muerte de la Diosa y su exilio por orden del Patriarca.

Agregó que durante los meses que había pasado en el exilio, no pudo olvidarla a ella, la única que le abrió de brazos cuando ingresó en el Santuario en Septiembre de 1191, tras despertarse de su sueño por el hielo que Boreas le había encerrado a el y a su fiel corcel, montura antiguamente de su padre, Babieca.

Aunque, también muchas cosas cambiaron en el mismo, y aquel que recuerda de aquellos placenteros tiempos ya no volverá…

-¿Qué es lo que planeas?-Pregunta Lucy.

Ioseph caminó hacía un lado y vio la estructura del templo, como excusa para poder pensar lo que iba a responder, pero obviamente un hombre como el, guerrero y táctico como su padre no tuvo más remedio que decir palabras fijas.

-¿Acaso no es obvio? “A pesar de lo evidente, Lucy agrega que nota que la muerte de Apolo no es solo el único objetivo que tiene en mente, Ioseph por tanto aparta la mirada y responde” Solo eso… no hay otro motivo que me retenga en este lugar… “Piensa” Debo tener cuidado, no debo mostrar claramente mis intenciones… nadie debe saber lo que realmente pase… aun así… “Se queda en silencio y responde” Sea cual fuese mi objetivo o lo que ande pensando, la meta es clara. “Señala a la salida del templo” Y es proseguir hacía la cima del Santuario, pasando por los templos sagrados de la Diosa y llegar hasta su altar… por ello, Lucy de Cáncer, te pido cordialmente que me dejes pasar… “Lucy no responde nada sino que escucha lo que agrega el castellano” No quiero hacerte daño… a ti no… así que déjame proseguir.-Responde Ioseph.

Ioseph se dispone a caminar hacía la salida, como era su legitimidad si el guardián del templo no se lo impidiese, Lucy yacía pensativa, en su interior recuerda al joven que hace 3 años en 1191 llegó al Santuario portando la perdida armadura de Virgo.

Un joven que no fue muy aceptado en las cortes del reino de Athena, pues nadie le daba el titulo de santo de Virgo debido a que nadie creyó que era el portado que desapareció con la armadura hacía casi 100 años, pero solo 1 hombre sabía que el castellano no mentía, y ese era el Patriarca, ya que fue el mismo que le concedió esa armadura.

Aun así Lucy fue la única que le dio la mano y no la espalda, aunque conocía la faceta orgullosa del joven santo castellano que era la más extendida a su figura, nadie sabía la faceta tierna de santo dorado, sus aspiraciones y sus tristezas, aunque siempre Ioseph habia canalizado y equilibrado sus sentimientos, ahora a ojos de la amazona, el caballero de Vivar era la pura tristeza personificada, reforzada por una coraza de odio y ira.

Entre tanto Ioseph estaba frente a la salida, se giró y observó unos segundos a la mujer que era rodeada de su cosmos, ciertamente se extrañó pero cuando se giró hacía la salida abrió los ojos ante la presencia de un hombre de seis brazos de 3 metros, calvo y con un pantalón oriental y una máscara de Tengu.

A la mínima lanzó un ataque con sus sexteto afilado que dio de golpe al santo dorado de Virgo que salió despedido por los aires hacía el mismo lado de la amazona, y el suelo empezó a dejar una pequeña mancha de sangre.

Antes de levantarse por el dolor, abrió los ojos ante la figura que le había atacado que estaba de brazos cruzados, y un brillo rojo salió de los ojos de la máscara. Antes de que Ioseph pudiera preguntar, Lucy respondió:

-Asura…según la mitología hindú, existen una serie de deidades llamadas Devas, que se consideran benefactoras y otras denominadas Asura que son demoníacas, yo como la portadora de la sagrada armadura de Cáncer tengo la llave que abre el Pesebre, aquel que es la entrada en la colina de Yomotsu… y por tanto tengo el deber de guiar las almas hacía esa entrada… para este trabajoso cometido tengo a mi lado 3 espiritus acompañantes… Asura es uno de ellos… es mi fuerza.-Explica la amazona de Cáncer.

El espiritu guerrero se acerca, deja su postura de brazos cruzados y sujetando su sexteto de espadas se acerca al caballero castellano que logró apoyado en Tizona andar de rodillas, al visualizar, se sentía enano en el ser que tenía como enemigo.

Pero como guerrero se levantó y sujetó por la vaina con dos manos y exclamó que viniera para atacar, lo cual el espíritu obedeció y atacó al unísono, lo cual el hijo del Campeador se defendió con su propia espada y resistía la terrible y monstruosa fuerza de Asura, e incluso apretando los dientes, sintió como el suelo se estaba agrietando a sus pies.

Cuando menos se pudo observar, Ioseph fue hundido en el suelo, y un golpe de una de las espadas lanzó por los aires a Tizona y las otras 5 fueron lanzadas para atravesar al santo de oro que a suma rapidez exclamó:

-¡¡SUN SHIELD!!

Las esfera que le rodeó fundió el mármol y liberó las piernas del santo dorado mientras chispas producían los golpes de las espadas de Asura, ante el asombro de Virgo, la fuerza del demonio estaba debilitando su eficaz protección, capaz de fundir armaduras doradas y pensó “Desde luego, no es de este mundo…”

A la mínima de resistencia de su protección, Asura atacó, pero Ioseph desapareció a sus ojos, y apareciendo por detrás usando la velocidad luz tenía en su mano una esfera de energía anaranjada que echaba chispas alrededor de su mano y ardiendo su cosmos se incrementó y empezó a arder su extremidad y exclamó:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

La gran corriente de energía cubrió el cuerpo de Asura por completo, su cuerpo se desintegró a la mirada del santo de Virgo que usaba su poder verdadero, al final solo había una pequeña llama en dónde estaba Asura.

El santo dorado se tranquilizó por un momento cuando dejó de sentir el cosmos de su enemigo, pero la llama se acercó rápidamente al mismo Ioseph y tomó la apariencia de Asura que cogió desprevenido al santo dorado, y usando sus 6 brazos desprotegidos empezó a lanzar contra su cuerpo una andanada de puñetazos terribles y devastadores que hacía retroceder al caballero, dejando el suelo destrozado, solo producido en simples milésimas.

Al pasar 2 segundos, Ioseph quedó quieto, sin moverse, mirando el suelo, y a la mínima escupió sangre y salió disparado por los aires, con el peto de su armadura con algunas grietas, y cayendo hacía el suelo nuevamente como una hoja de un árbol.

En su pensamiento, además del dolor, pudo percibir que aun con la protección de su armadura, alguna costilla se habría roto por tales golpes, en cambio, en vez de rematarlo, Asura quedó quiero y es cuando Lucy se puso a su lado y respondió que nada puede acabar con el símbolo de la violencia y la ira.

Entre tanto, Ioseph levantó la mano desde el suelo y poniendo la otra en el suelo se levantó sentado, después apoyando la rodilla al suelo, usó la otra para levantarse cabizbajo y poniendo su mano en la zona dónde yacía el dolor en su peto, Lucy respondió que las acciones que produjan solo traerán dolor a pesar de lo que el crea y respondió Ioseph con sangre en la boca:

-Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo.-Responde Ioseph.

-¿Qué quieres decir?-Pregunta la amazona.

-Vamos Lucy, tu misma eres prueba de ello… Has visto mi desnuda vileza con viejos restos de una ideología impuesta por un desquiciado Dios del cual crees que es correcta solo porqué el lo ha impuesto y en cambio mírame a mi y supongo que por tus ataques juzgas mi error, creyendo que llevas razón solo, ¿por ser una amazona de Athena? De una Diosa que ya no está acá y te has arrodillado como todos en este Santuario al primer Dios que ha aparecido, y repito “le señala” ¿crees que hacer lo correcto por ser una santo de Athena?… mírame a mi…parezco ser un santo cuando en realidad encarno el papel del diablo.-Responde Ioseph.

Lucy no se perturbó por estas palabras, sino que se puso a pensar sobre lo que le había dicho el santo dorado de Virgo, mientras este continuó hablando señalándose a si mismo:

-A primera vista un humilde veterano de Consuegra en el papel de victima para unos pocos y de villano para casi todos en este Santuario por vicisitudes del destino. Este visage, ya no más velo de vanidad, un vestigio de la vox-populi, ahora desfallecido. “Hace gesto con la mano y Tizona regresa a su mano y su tono es más brusco” Sin embargo esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada, que velan por los violentos viciosos… ¡Y por la violación de la voluntad! “Lanza varios cortes hacia una columna y la parte en escombros más pequeños que una mano humana y con voz sombría gira su mirada cabizbaja y ensombrecida hacía Lucy” El único veredicto es… venganza, vendetta, como voto y no en vano, pues la valía y veracidad de esta, un día vindicará al vigilante…y al Victorio…-Responde Ioseph.

La amazona de Cáncer no dijo nada, la gran masa guerrera y violenta dejó su postura de brazos cruzados, al mismo modo que desenvainaba sus sexteto de hojas de acero, el santo dorado de Virgo, bajó levemente la cabeza y rió en silencio mientras de sus labios goteaba sangre.

Asura no tardó en atacar en un modo de acribillar a hojazas al santo dorado, pero esté desapareció a su vista, el demonio observaba a todos los lados, para hallar a su objetivo, pero este llegó antes, colocándose en su cabeza, Ioseph sujetó por el mango de Tizona con la hoja en dirección al suelo y gritando intentó clavársela al monstruo.

Pero para asombro del dorado, el cuerpo de Asura se volvió incorpóreo y el hijo de Rodrigo cayó al suelo sin remedio, cayendo hincando las rodillas, al levantarse no le dio tiempo a girarse cuando el guerrero enemigo de una semejante patada lanzó al santo de Virgo a volar y clavarlo en la pared.

El caballero de Vivar, quedó en posición de cruz, con los ojos muy abiertos, con el dolor resentido del ataque, y cayó desprovisto de boca hacía el suelo, y con esta mirando al mármol apretó los dientes.

Como guerrero que es, se levantó, a pleno esfuerzo, pero se levantó de nuevo, jadeando con una mirada seria, mientras el sudor caía de su frente magullada y la intrigas eran palpables en su rostro castellano, aun los ojos castaño rojizos del santo de Virgo reflejaban sus 2 objetivos, Asura y Lucy de Cáncer.

Pero reincorporado en una pose guerra, poniéndose de lado y sujetando a lo alto con la mano derecha a Tizona, apretó los dientes mientras sus cabellos se erizaron al son de su cosmos de fuego, como si el demonio dentro de el hubiera despertado.

Se dio un flash de luz, que brilló el tétrico templo de Cáncer, a la imagen de un aura en forma de llamas caldeantes, alrededor del caballero de Vivar, ante esto Lucy hizo un gesto leve de asombro, a pesar de tener cubierto su rostro, es plausible que el cosmos que emitía el hijo de Rodrigo era mayor que la que ella recordaba.

-Veo que durante tu exilio te has hecho bastante fuerte, ahora comprendo como es que derrotaste a Anairis, Ptolomeo y Bullova, pues siendo el de antes, no podrías haber llegado en el estado el cual llegaste, sino malherido o ni siquiera hubieses llegado, por dentro debo confesar que me siento orgullosa de ti Ioseph.-Responde la amazona dorada.

-Pues aun no he sacado el máximo potencial que tengo, pues… cuando mi deber me lo exige, y mi querer lo desea, mi cosmos llegará a las estrellas.-Musita de forma poética el hijo del Campeador.

Como un resplandor de luz, el santo de Virgo aparece frente a Asura, y lanzando un tajo de luz exclamando la “Sun Sword” arranca de cuajo el brazo superior izquierdo del monstruo a su asombro, que emite mucha sangre, incluso Lucy se asombra.

Cuando el demonio pensaba hundir a Ioseph con sus puños, el caballero de Virgo con sus manos sujeta la presión al máximo de su cosmos, pero empieza a ser hundido por la aplastante fuerza del vengativo adversario que le tocó, a ser obligado a encogerse de hombros por los todopoderosos brazos de Asura.

Aun así nada acabó, pues el cosmos dorado de fuego afloró ante el asombro de Asuro que le es abierto sus 5 brazos con la fuerza de un simple humano, separados, ambos no pueden mover los brazos, pero Ioseph se eleva, retrocede la pierna y ataca clavando en el pecho un rodillazo de gran magnitud que lanzó al diablo a atravesar medio templo de Cáncer.

Ante esto, Ioseph descendió al suelo, aun con Tizona en mano, se puso en cautela y con prudencia a su adversario.

-Ya veo, es como imaginé, si esa cosa es herida de momento antes de que vuelva a ser un simple ectoplasma le hago mucho daño, aunque la verdad ahora que veo que su potencia radica en sus brazos, pero tampoco es eso en su totalidad, pues el es prudente, espera a que yo ataque inconscientemente para asestar su gran gama de habilidad y infligirme un duro golpe…Por lo tanto…-Pensó el caballero de Vivar.

Ioseph de Virgo empezó a caminar hacía su adversario, pasando al lado de la amazona sin tomarla alguna atención, a pesar de que esta al instante de de pasar lo detiene poniendo su mano, el santo dorado giró la cabezal.

La amazona de Cáncer le preguntó por qué instigaba tanto para lograr vencer a sus enemigos, de arriesgar su vida hasta ese extremo si la victoria no es en nombre de Athena, lo cual Ioseph musitó caminado hacía Asura que se levantaba.

-Venganza.-Musita Ioseph.

-¿Venganza?... No me termina por convencer…-Piensa la amazona.

Ante todo, el demonio empezó a gruñir, tras su máscara de tenbu, humo salió de sus músculos mientras las venas aparecían en ebullición, el santo de Virgo se para de repente al sentir al gigante de 3 metros frente a el, en plan mole arrasando lo que le rodeaba.

El hijo de Rodrigo, se encoje de hombros y baja la cabeza mientras la masa de fuerza y venganza ataca con sus 5 puños, empieza sin observar a lanzar andanadas de golpes dónde se halla Ioseph, el suelo dónde se encontraba el joven castellano se agrieta y se abre, y se fragmenta en muchos pedazos.

Pero el demonio extrañado para el ataque, y ve que estuvo atacando al vacío, no puede evitar preguntarse dónde estaba pero a su cuerpo un hilo de luz dorada pasa en un Angulo de 70 grados y pasa por el brazo central derecho.

La sangre sale a borbotones mientras es extirpado y sale por los aires, el monstruo exclama un gruñido de dolor, y a su espalda el caballero de vivar aparece dándole la espalda, con los ojos cerrados, cubierto de su cosmos flamígero, Lucy aun en tensa serenidad se impresiona de haber visto lo que estaba viendo, alguien estaba derrotando a Asura.

Asura, al levantarse de nuevo hace arder su cosmos al unísono que los ojos de la máscara brillan, mientras desenvaina las espadas, Ioseph se huele algo raro y se gira poniéndose a la defensiva, pero cuando ve que el monstruo lanza ataques con sus 4 espadas, pero de forma individual Un tajo que del cual aparece un símbolo chino en llamas, después otro que aparece otro distinto, otro de nuevo con un nuevo símbolo y el último de un tajo que muestra el último símbolo.

Ioseph los esquivó sencillamente, pero se sintió extraño, de repente una gran presión sintió en su cuerpo por un aplastante golpe que apareció en su cuerpo tomando la forma de los 4 símbolos y vió como el peto de la armadura de Virgo se agrietó y pequeños trozos dorados saltaron por los aires.

Cayendo de rodillas se preguntó de que se trataba, y lucy explicó que cada golpe representaba los 4 símbolos, furia, terror, odio y violencia, plasmado de un sentimiento de agresividad y venganza que el sintió en sus carnes.

-Jejeje, ya veo, así que este dolor que siento es el desprecio que tu espectro siente por mi.-Responde Ioseph.

El monstruo lo intentó nuevamente, intentando tomar desprovisto y lanzando de forma individual el 1º tajo (furia), el 2º tajo (terror), el 3º tajo (odio) y el 4º tajo y ultimo (violencia) se dirigieron hacía el hijo de Rodrigo.

Este, con cautela esquivo de nuevo los golpes, observó todo, el espacio, el tiempo, la velocidad de las brisas del viento y haciendo arder a Tizona la puso sujeta con ambas manos por el mango de la espada del Cid, delante de su rostro y de repente se dio un choque frente a la hoja.

Una luz de 4 colores chocaba con la espada de Virgo, el santo dorado resistía la potencia del ataque de Asura apretando los dientes, realmente era una potencia desigual d alguien que no era humano después de todo, aun así Asura se quedó pasmado por como el hijo de Rodrigo Díaz de Vivar detuvo su poder.

-Veo que estás anonado, pero deberías saber de sobra que un ataque como este no surte efecto alguno por 2ª vez a un Santo de Athena.-Exclama el dorado.

Ioseph usando su cosmos devolvió el ataque añadiéndole su potencia, Asura no pudo preveer algo que era su fuerza más la de Virgo, y 2 de sus brazos fueron cortados de cuajos nuevamente ante su asombro y tremendísimo dolor, ya solo tenia la apariencia de un hombre humano con máscara endeblada.

Acto seguido, Ioseph se lanzó al ataque cubierto de su cosmos dorado y poniendo a Tizona frente su rostro, convirtiéndose ambos en una estrella fugaz que traspasó de golpe al diablo a una gran velocidad, dejándolo unos instantes quieto, pero después saltó por los aires.

Pero esa estrella fugaz, pasa por todo el templo con una velocidad pasmosa, digna del mejor santo de Athena, y apareciendo finalmente sobre Asura, el santo dorado de Virgo da un severo puñetazo en el pecho del monstruo, lanzándolo contra el suelo, y cuando este llega, se escucha un grito de dolor de nuevo ante una ebullición de sangre.

Lucy de Cáncer deja su postura serena cuando ve, que su espíritu, cayendo de espaldas al suelo, emergió de su pecho 4 hojas, y entonces vió que en velocidad luz antes de que Ioseph diera el golpe buscó las 4 espadas de Asura, clavó sus mangos en el sueño y las convirtió en perfectas estacas siendo empalado el monstruo por sus propias armas.

El santo dorado de Virgo al llegar al suelo observa, que aunque esas espadas debieron clavar y atravesar puntos vitale, como el corazón,, ambos pulmones y el estómago, pero claro, como piensa Ioseph, ese ser sigue sin ser humano, pero parece que realmente asi parece, pero esto no acaba.

Y eso es porqué, Asura usando sus 2 últimos brazos y usando sus espadas, cortó las que tenía clavadas, y se reincorpora, el estado de su cuerpo es bastante herido, emanando sangre por doquier, con una gran rapidez intenta clavar con su espada izquierda, pero solo llega a clavar al suelo.

Asura saca esta arma y se extraña por la velocidad pero también le revienta esto, pero cuando se fija, Ioseph está montado en el brazo izquierdo dando una sonrisa desafiante, con el rastro de sangre seca de su boca, esta mirada enrabiieta mucho más a Asura que ataca de desprovisto con la espada derecha pero Ioseph de un salto esquiva el golpe y obtiene lo que buscaba, el mismo Asura se clava su espada en el brazo izquierdo.

Al momento, Ioseph con sus brazos, gira el izquierdo y clava la espada izquierda en el brazo derecho y cierra ambos brazos, haciendo que se los extirpe el mismo, amputando definitivamente, Ioseph da un salto para atrás y arde su cosmos reflectado en Tizona, el monstruo ahora es indefenso, o eso parece.

Como ultimo intento intenta embestir, pero Ioseph se mueve a un lado, y lo esquiva, cuando Asura se gira, el hijo de Rodrigo no espera más, con la Tizona en mano derecha clava en el cuello del monstruo la espada, y girando el santo dorado su cuerpo hace que como palanca el brazo derecho haga que gire Tizona alrededor del cuello, haciendo que la cabeza de Asura quede a espaldas.

Cuando Ioseph de espaldas, saca a Tizona del cuello, la cabeza cae sin menor tiempo al suelo, el cuerpo decapitado de Asura cae de rodillas, y empieza a brillar más y más, hasta explotar en llamas azules que cubren por un momento todo el templo del Cangrejo Celeste, al mismo modo cuando se disipa estas llamas, solo quedan de nuevo Lucy y Ioseph.

Ioseph se gira y se da aun a metros de distancia un choque de miradas. El primer adversario del encuentro en la casa de Cáncer está vencido, derrotado y decapitado, solo queda la jefa ante el, pero el estado físico del santo de Virgo es lastimoso, con algunas grietas en el peto de Virgo, y magulladuras en el cuerpo, y sangre seca en labio, y sobre la frente, pero aun el santo dorado podía pelear, aun así no dudará en permitirse repetir unas palabras.

-Nuevamente te ofrezco vivir, no me hagas perder más el tiempo, no deseo hacer daño a la única persona del santuario que me dio la mano y no la espalda, permíteme seguir mi camino.-Responde Ioseph.

Lucy niega, responde que el deber de un santo dorado es proteger el templo zodiacal que le fue encomendado por Athena y el patriarca, es de notar que cuando nombra al Patriarca se le da un tono de afecto, algo que extrañó mucho a Ioseph, y más cuando Lucy agrega que no permitirá que llegara ante el maestro del Santuario.

-Además muchacho, para llegar a mi aun te queda por derrotar a mis espíritus, venciste a Ashura, pero ahora toca pelear contra otro de mis 3 espíritus… “señala el índice y el corazón lo cual brillan por una llama azul” ¡Liberación del sello, nivel 2! ¡¡DEVA NO SEINTO!!-Exclama Lucy.

Hace la mujer con el fuego de los dedos una circunferencia en el espacio, con el símbolo de Athena, el báculo que brilla y se abre una compuerta dimensional, lo cual emerge de ella una figura de metro ochenta, con cintura para abajo, descalzo, con bombachos, de cintura para arriba va desnudo, con pulseras de oros, como arma un báculo dorado, el hombre o ser que aparece levitando sentado en posición de loto tiene pelo corto rubio oscuro, y las orejas andan estiradas al estilo hinduista o budista.

Ioseph parpadea un poco inquieto ante el aura que emite, casi divina, un alma con forma humana pero que con ese cosmos, le hacía sentir malas vibraciones, en ese instante el ser espiritual que se presentó ante el hijo del Cid dejó su posición de loto, abrió los ojos, del cual eran color miel e hizo una referencia.

-Me presento señor Rodriguez, soy de los servidores de la excelentísima señora, Lucy de Cáncer, Devas, la divinidad espiritual del bien, contraparte de mi compañero hoy caído, Asura, deidad física del mal…-Responde Devas.

-¿Sois 3 espíritus? ¿De que va esto?-Pregunta Ioseph.

-Veo que sos impaciente mi buen señor Rodríguez, le explicaré que las 3 almas que acompañamos a la shaman dorada Lucy, fuimos anteriormente hombres como vos que al morir por sus actos alcanzaron el estado y la forma que hoy día somos por acto de los Dioses y de Athena… De los 3 espíritus, servimos a los intereses de Cáncer, por voluntad propia o oprimida…Pero bueno, eso es otra historia mi buen señor, usted no logrará vencerme a mi.-Responde Devas.

-“Alzando Tizona” ¿Y eso por qué? Nadie es invencible, así que tú tampoco, solo creer en tu victoria hará que esa arrogancia sea el motivo de tu caída.-Responde Ioseph.

-Por mil razones justificadas hijo del Campeador que pronto descubrirá… Soy el eterno visualizador de las almas humanas, de los deseos y recuerdos que estás guardan, yo puedo saber las intenciones de los humanos y pronto descubriré la suya.-Musita el espíritu.

-¡Inténtalo!-“Vociferá Ioseph.”-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

El ataque de luz pasa a través de la divinidad espiritual sin que haga nada para defenderse, cuando el ataque pasa, Ioseph al levantar la mirada ve que el ser celestial quedó ahí, sin ninguna herida, como si ni siquiera lo hubiera afectado.

El celestial, tenía una sonrisa algo pícara y burlona, y al dar con su báculo al suelo, empieza a emerger un disparó de rayos eléctricos, que sino fuese por el Sun Shield de Ioseph, lo habría dejado mal parado, aun así el santo dorado quedó sin palabra cuando observó que la electricidad cubría la superficie de su esfera de cosmos y la disipaba.

Acto seguido de un movimiento del báculo, vertiginosas ventiscas aparecían con una potencia desigual, típicas a las de un huracán a gran escala, el santo dorado clavó en tierra Tizona y evitó salir asi disparado por los aires, al menos por unos instantes, pues su brazo sintió un calambre, su mano soltó a Tizona y salió volando hacía las afueras del templo de Cáncer.

Plaza de de la Estatua de Athena

El Dios del Sol yacía en su constante ámbito de meditación sentado en su trono, atrás de el la antigua líder de los que hoy son vestigios suyos, los santos de Athena, la Diosa se halla con rasgos dominante, pero Apolo no queda intimidados por su presencia, sino que por cosmos parece tener un contacto de comunicación con la estatua.

Ante él, el sagrado patriarca, Flavio Aecio, exsanto dorado y gobernante del Santuario, el Dios abre sus ojos ante su presencia, se denota algo de desconfianza del mortal hacía el Dios, pero la representación de la luz, la medicina y las artes toma la palabra.

-Observo que hay duda en tu mente Patriarca, ¿de que se trata y te la responderé firmemente, porqué veo también que buscas la verdad.-Responde Apolo.

-Lo sabes de sobra señor, quiero saber la verdad, que relación hay entre este ataque de Ioseph hacía los Dioses, el porqué de esa relación entre el y usted, quiero saber la verdad de todo ello.-Comenta el Patriarca.

-Mmm bien, es justo que tengas tus preguntas y que además tengas tu respuestas anciano… Te explicaré que en eones atrás, desde la era mitológica un oráculo dictó una sentencia cuando acabó la Guerra Santa contra Hades la cual decia que… “Aquel nacido bajo una familia de guerreros se alzará contra los suyos y los Dioses, sangre hará caer con la santa espada de su padre, llevando el estandarte de crisol de venganza, odio contra aquellos que jugaron con su alma y al final… solo quedará el, en medio del Caos que el mismo liberó…” Si ves… hay muchas similitudes… se alza en venganza contra mi y ustedes santos de athena por la condena a ese hombre sirio asesinó a mi venerada hermana…-Explica Apolo.

-¿Pero como estar seguros de si Ioseph es de esa profecía?-Pregunta el Patriarca.

-No me seas ignorante romano… Hijo de una familia de guerreros, que porta la santa espada de su padre y buscando venganza contra aquellos a quien una vez fueron amigos… demasiadas similitudes, ¿no te parece? Además no olvides que ese hombre, Ioseph de Virgo está atentando no solo contra mi, sino contra la paz, la justicia y el amor que los santos de athena y la misma Diosa predicaban, empañándolos en un manto de sangre… es necesario que muera, evitar que libere al Caos… En cuanto la relación de ese mortal y yo… digamos que… “su mirada se vuelve tenebrosa” Tenemos cuentas pendientes…-Explica el Dios del Sol.

El Patriarca quedó extasiado antes las palabras, en tanto vió que el Dios del Sol llevaba razón, el santo dorado de Virgo, solo buscaba empañar todo de sangre, dolor y pérdida y ahora, estaba en Cáncer, algo que a Flavio Aecio no le hizo nada de gracia, porqué…

No… o asi pensó el Patriarca, esos sentimientos han de ser dejados al lado, confía plenamente que Lucy de Cáncer moriría antes de dejar pasar a un enemigo del Santuario de Athena, incluso siendo Ioseph, considerado por la amazona como un hijo para ella, solo queda esperar que pasará.

Templo del Cangrejo Celeste.

Amazona dorada de Cáncer a un lado, espíritu celestial al otro, ambos observaron como de la entrada al cabo de unos minutos, apareció una llama, un fulgor de fuego incandescente que iluminó el templo dorado, en la 3ª constelación rodeada por el solo. A cada paso que daba, a cada movimiento que hacía, los fragmentos de piedra caliza se elevaban y quedaban suspendidos alrededor suyas.

Los ojos castaños rojizos del hijo de Rodrigo brillaban como si una llama fuesen, al tener a su lado a Tizona clavada en el suelo, puso su mano en el mango de la espada Bastarda cuyo filo estaba escrito el grabado en una cara IO SOI TIZONA Q FUE FECHA EN LA ERA DE MIL E QVARENTA y en la otra cara AVE MARIA GRATIA PLENA DOMINUS MECUM

Al sacarla de la piedra, la hoja de la espada se incendia al son de la mirada fija del santo dorado, y de un gesto del brazo, todos los restos de piedra que estaban flotando a su alrededor se disuelven y formados en ceniza pura. El santo dorado de Virgo lanza un tajo de luz contra el espíritu.

Este se puso serio, y usando su báculo dorado en horizontal defendió contra la fuerza de la espada del Cid Campeador, ambos quedaron expuestos en una explosión de la cual el suelo a su alrededor saltó por los aires, Ioseph de Virgo usaba su cosmos para derrotar y con la fuerza al espíritu contra el suelo pero este sonrió y al asombro del castellano, el mismo Ioseph lo traspasó. Como si no existiera… como si se volviera un espíritú.

No tuvo tiempo Ioseph de girarse cuando Deva clavó su báculo en la espalda del hijo de Rodrigo, no resquebrajó la armadura, la pasó como si el Báculo no existiera, pero Ioseph sintió dolor y quedó paralizado mientras apretaba los dientes. No entendía porqué sentía ese dolor si no le produjo esa herida.

-Te preguntarás el por qué ese malestar ¿no? Te dije que soy muy distinto a mi compañero, Ahsura, yo soy el regidor de los espíritus, mi poder es espiritual y el dolor que sientes es espiritual y no físico, pues es tu alma la que sufre, no el cuerpo…-Explica Deva.

Ioseph hinca la rodilla al suelo y apoya su mano en Tizona, que también la clava en el suelo, le dice en su dolor que este dolor que siente no es nada comparado con lo que ya había sentido antes, y apretando sus dientes de gran manera arde su cosmos y se levanta poco a poco y libera el Sun Shield.

Surte efecto, al menos momentáneo, pues Deva debe alejarse un poco y sacar su báculo del cuerpo del santo dorado, lo cual este se gira e intenta dar un tajazo en vertical para herir a su adversario, pero nuevamente lo traspasa a su asombros, mientras que un golpe de Deva en su rostro lo lanza hacía atrás, a una considerable distancia.

El caballero castellano lo intenta una vez más, y libera en su mano la Explosión de Luz Solar para impactarlo, pero este ataque de luz solo toca el cuerpo de Deva que parece que resiente en forma de ondas marinas, pero sin ningún efecto alguno.

-Lo siento muchacho, pero no puedes derrotarme, pues aunque ataques con tu mejor merito, yo soy luz, y tu aura es de luz… No puedes derrotarme, rindete y te daré clemencia… aunque eso ya es cosa de mi maestra, no mía.-Responde Deva.

-¿Clemencia? ¿Por qué quiero yo clemencia? “levanta la mirada” Yo ya no tengo nada por lo que vivir… Solo me queda una cosa por hacer…Y ni tú ni nadie en este Santuario sabéis nada de nada.-Responde Ioseph.

-¿Qué quieres decir Ioseph? Explícate.-Exige la amazona de Cáncer.

-“Sonríe de forma seria pero jadeando”- Es tarde…Mucho más de lo que crees…Tarde para salvarnos.-Responde Ioseph.

Lucy sabía de sobra que Ioseph no mentía, el nunca fue alguien que se basase del engaño para conseguir sus objetivos, pues el mismo le explicó que su padre le enseñó que la verdad va por delante, pero claro obviamente siempre es bueno saber las razones, la cual alguien como el Hijo del Campeador se atrevió a hacer lo que hace.

-¿A quien Ioseph? Explicate…-Responde Lucy.

-“Jadeando”- El no es quien crees que es…Todo lo que esperáis que ocurra…todo lo que anheláis…ya se ha acabado… Y es por mi culpa…-Responde Ioseph.

-Pero explícate por favor… ¿Cual es el peligro? ¿Qué buscas? No es venganza, que añoras, que anhelas con todo lo que haces… por favor…”se queda extasiada al ver con sus ojos el alma de Ioseph” No puede ser…-Responde Lucy.

El cuerpo de Ioseph ahora visto por los ojos de Lucy se veía my demacrado, era el alma del santo dorado de Virgo, del peto dorado salía mucha sangre en la zona del costado derecho, sus ojos sangraban a mares de llanto y desesperación su cuerpo parecía rígido, con tonalidad blanca, fría y rodeado de un aura de pesimismo, tristeza, desesperación y llanto.

La amazona vio que su estado había empeorado, ella recordaba cuando conoció a Ioseph, que a pesar de su actitud orgullosa y confiada su alma decantaba el color de la nostalgia y tristeza, pero ahora, era mucho peor… Es como si su alma desease desesperadamente la muerte, el deseo de desaparecer de la existencia, pero guiado de un blasón de odio, o al menos eso parecía.

-Ioseph, da igual por lo que hayas pasado, nadie merece vivir como tu lo haces, tu no eres el monstruo que dices ser… ¡Tu conoces de sobra el sufrimiento humano!...detente-Suplicó la amazona.

-De todas formas, yo ya no tengo lugar al que regresar… mi Toledo… mi Valencia, ambas están perdidas, mi familia está muerta…-Musitó en voz baja el santo dorado de Virgo cabizbajo.

-¡Pero puedes vivir! Aun puedes, hay más cosas que el dolor Ioseph, compasión, esperanza… y amor… sobretodo Amor.-Exclama Lucy.

“Gira la cabeza y ríe en silencio”-¿Amor? El amor solo me ha traído sufrimiento… amor por un mujer, amor por una persona que jugó en el pasado con mis sentimientos, los destruyó y aniquiló… El amor no existe…y la esperanza… se perdió hace mucho ya…-Gruñó el santo dorado de Virgo.

Empezó a recordar, recordar en un pasado, en 1095 con Valencia ya conquistada tras la batalla de Quarte, el Cid conquistó Valencia, en esa época, Ioseph de Virgo, aun conocido como Diego Rodriguez con 19 años y en sus inicios como caballero castellano tuvo un romance con una mujer de su edad llamada Laura. Una hermosa dama de cabello largo castaño, y ojos verdes, familiar del Conde de Barcelona. Ramon Berenguer.

Todo era placentero, el hijo de Rodrigo incluso le pidió su mano para un noviazgo, parecía todo genial, amor se daba entre ellos… Pero en esa instancia un noble infante aragonés llamado Francisco Ramírez sobresalió, dentro de las huestes de su padre, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.

Era un joven alto, de 21 años, con el pelo negro rizado y corto, y ojos azules, tenía un cuerpo atlético y fuerte y muy apuesto. Rápidamente los ojos de la joven se fueron hacía el caballero castellano, a pesar de que ante todo el joven Diego Rodríguez de Vivar no se percató de esto. Como decían el amor se hizo ciego.

Hasta tal el punto que un fiel amigo de Diego Rodríguez, García Fernández descendiente del legendario Conde Fernán González, le dijo unas serias palabras que marcaron a Diego.

-Te quiero demasiado compañero para que te enteres más tarde y sufras más… Tu amada lleva desde hace rato coqueteando con el caballero Ramírez, y creo que van para algo más serio... y te ha utilizado como quiere…-Explicó.

Diego se sintió contrariado, y salió en busca de esto, al encontrar a Laura, está le dijo frías palabras, era cierto… todo, las palabras que le dijo la muchacha de 19 años se le clavaron como puñales en su corazón, en el cuerpo del hijo del Cid empezó a deslumbrar un sentimiento de pena y rabia y salió de las estancias muy enfurecido.

En las afueras de Valencia, en un prado cercano, el caballero Francisco Ramírez, al alba de la noche divisó un caballo y se puso alerta de que se trataba quizás de los moros, pero era un solo hombre, Diego Rodriguez de Vivar lo cual iba montado en su caballo de esa época, el caballero castellano se tranquilizó que era el hijo de su señor, pero cuando Diego bajó del caballo desenvainó la espada.

El caballero aragonés pronto supo de que se trataba, el no estaba muy reacio a pelear contra el hijo del Cid, pero su honor le impedía dejar el combate y desenvainó también su espada, ambos caballeros se enlazaron en un combate desigual.

Mientras esquivaban aspadazos o chocaban sus espadas empezaron a tener una conversación:

-Sé porqué estas aquí y porqué deseas mi muerte hijo del Cid… pero no tienes derecho a hablar sobre el asunto, porqué en realidad ella… jamás fue tuya.-Respondió Francisco.

-Maldito, pagareis vos todo el daño que hayáis cometido, pues has pecado, en nombre de Dios mi espada segará tu vida maldito.-Respondió Diego.

Los 2 caballeros chocaron sus espadas, y ambos giraron de nuevo, cada cual se miró fijamente mientras sujetaban sus armas de filo con ambas manos, andaban lentamente en círculos, esperando la acción del otro, de saber quien atacará primero, este fue Diego que cegado por la ira atacó pero su adversario lo esquivó y de un codazo lo tiró para el suelo, haciendo que girara por los suelos mientras su espada salió volando por los aires.

El hijo del Cid cuando levantó la mirada vio que la filosa espada de su adversario estaba frente a él, y el aragonés no dudó en clavársela, pero Diego cogiendo tierra se la tiró a los ojos, se levantó rápido, de un golpe al antebrazo hizo que Francisco dejase su espada, Diego le devolvió varios golpes en el estomago, en la cara y muchos más, teniendo puestas sus grebas de acero en su mano.

El caballero castellano de un golpe lo lanzó contra un árbol y el aragonés se quedó sentado apoyado en este árbol, con la cara llena de sangre, vio como Diego, cubierto por la oscuridad de la luna se acercaba con su espada. Su final estaba cerca.

-Ahora muere por todo el deshonor que has causado.-Dijo Diego.

Pero el castellano se detuvo, de repente Laura se interpuso entre los 2, abriendo los brazos, el castellano se sintió contrariado y exigió que se apartase de su camino, que iba a dar muerte a un indeseable, pero la mujer le respondió que el único indeseable era el mismo Diego.

-Siempre considerado, tus alardes de grandeza te son demasiado grandes, pero siempre has sido un estupido inocente que cree realmente en la paz de moros y cristianos, entérate bien, de los 2, Francisco es un verdadero hombre de honor que pelea por restaurar a los cristianos el territorio que nos merecemos, tu en cambio no eres nada, ni siendo el hijo del Cid has sido nunca nada y en nada serás, porqué solo eres un bastardo de Toledo… jamás te quise, y jamás nadie podrá querer a alguien como tú… Y si quieres matarle hazlo, pero deberás matarme a mi también sucio traidor.-Exclamó la mujer.

Esas palabras hirieron hondadamente al hijo de Rodrigo, no solo no le quiso, sino que se rió de el, le hizo creer que le amaba cuando en realidad solo le utilizó, nunca sintió tal dolor, algo dentro de el, se marchitó, tenía el corazón vacio. Ninguna arma podía haberle herido tan profundamente como aquellas palabras.

Se la quedó mirando. Aún estaba allí, en ese prado con él, pero su espíritu se había marchado hacía mucho rato. No sabía hacía cuánto, tal vez nunca había estado allí de verdad. Tal vez sólo había esperado que así fuera o se lo había imaginado. En aquel momento, sintió que estaba mirando el cadáver del amor, aunque se negaba a creer que estuviera muerto. Pero como cualquier otra muerte, vio que no le quedaba más remedio que acostumbrarse a la realidad.

Pero era una afrenta demasiada dura, demasiado para dejarlo pasar, su mano temblaba, y la venganza movía esta, y dijo unas últimas palabras antes de ejecutar a ambos con mirada medio apenada.

-"Prométeme que intentarás dejarlo todo atrás, porque yo elegí el infierno al mentirme a mi mismo... Requiescat In Pace, ambos…-Vociferó Diego.

Pero unos brazos sobresalieron de espaldas de Diego, que le abrazaron, continuados en un no sonoro que hizo abrir los ojos al hijo de Rodrigo, era una voz de una joven de 18 años, con pelo castaño, ojos marrones cubiertos de lágrimas. El castellano reconoció la voz, que pertenecía a María Rodriguez, hermana pequeña del mismo Diego, e hija del Cid.

-Hermano, te lo suplico, no los mates… tú… ¡TU NO ERES ASÍ!-Suplica entre sollozos la joven hija del Cid.

Diego tenía un conflicto mental, por un lado deseaba venganza pero por otro, el ver llorar a su hermana de esa manera, le daba mucha culpa que su querida hermana, su niña pequeña sufriese por el. Su cuerpo temblaba de gran manera, pero… a la larga obedeció y bajó la espada.

No dijo palabra, se giró agarrando de la mano a su hermana, se acercó a su corcel, y montado con esta en el caballo lanzó el galope de regreso a Valencia, pero no dijo ninguna palabra, para el, el amor murió… se marchitó… y se hizo cenizas.


Los recuerdos de Ioseph terminaron en un blasón de lágrimas de sangre, al volver a la realidad estaba frente a la amazona de Cáncer y el espíritu sagrado Devas. El musitó en voz alta que el amor para el murió, nada… el único amor que tenía era el inspirado a sus padres y a sus hermanas, sobretodo a su hermana pequeña, cuyo final traumatizó de gran manera a Ioseph de Virgo.

-Sigamos el combate.-Dijo con tono apagado.

-No… He visto lo que has recordado muchacho, te daré un consejo, es verdad que fue duro lo que pasaste, te utilizaron como quisieron, pero jamás debes dejar de perder la fe en el amor, pues el amor es el pródigo de paz.-Explica Deva.

Ioseph no dijo palabra, algo dentro de él despertó, sus ojos se perdieron en su somnolencia…El aura dorada de su cuerpo emergió en cuan chispas de llamas s su alrededor, un remolino de fuego le cubrió por completo, y al disiparse en su cosmos dorado, el pelo castaño con brillos dorado yacía algo erizado mientras concentraba en su puño su poder.

Parecía a ojos de Deva y Lucy como si el universo apareció en el, su mente se volvió perdida por un momento, y una colosal fuerza cósmica hizo cubrir el templo mientras que detrás del santo de Virgo apareció el aura de un hombre barbudo, con piel cubriéndole el pecho, con maza y arco en mano.

Ambos, maestra y espíritu hicieron un gesto de sorpresa por esta aura, de repente el golpe de luz que lanzó el caballero castellano cubierto de llamas se cubrió de un aura eléctrica, cual potencia fue que impactó en ambos, maestra y espíritu a tal magnitud que salió la energía fuera del templo y chocó contra la montaña del Santuario, la cual tembló en su extrema dureza.

Templos de Libra/Escorpio/ Sagitario/ Capricornio y Acuario.

El temblor fue tal que los protectores de las distintas casas zodiacales se alarmaron a tal extremo que salieron a las afueras de sus casas, en total 5 santos dorados aparecieron a la misma entrada de los templos de la Balanza, Escorpión Celestial, del Centauro, de la Cabra Montés y de la Urna dorada.

De entre los santos dorados había 3 mujeres y 2 hombres…

-¿Qué fue ese temblor?-Preguntó alarmada la amazona de Libra, que llevaba puesto el casco de Libra y le impedia el rostro pero no llevaba máscara.

-Parece ser que fue provocada por el traidor del Santuario que hizo que se apagasen los cosmos de 3 de los nuestros, los santos de Aries, Tauro y Géminis, provocados por el santo de oro traidor Ioseph de Virgo.-Vociferó el santo dorado de Acuario que tenía una apariencia de hombre de pelo corto negro, poca barba y musculoso.

“Levantando el brazo en forma que brillo el filo dorado”-El castellano es el causante de esto? ¿Cuáles son sus demandas?-Pregunta el santo de oro de Capricornio, con apariencia de hombre, con un leve bello facial en forma de sombra, pelo largo negro frondoso hasta la espalda y de estatura alta.

“Sosteniendo un báculo dordo con forma de luna creciente”-¿Qué más dará que haya sido ese mortal el causante de este desastre? Tarde o temprano morirá… Asi lo dictó no solo nuestro señor Apolo sino que la señora Artemisa dio esa misma orden.-Dijo la amazona de Escorpio, pero la mujer no le era visible el rostro pues andaba oculta en su templo.

-Pero oid y sentid santos dorados, este cosmos es muy distinto al del Virgo que conocimos y que exiliamos… ya 3 hermanos de los nuestros han caido, y antes incluso otros hermanos dorados cayeron a mano de otro santo dorado… “Se nota la rabia en la voz al decir el otro santo dorado pero recupera la calma” Sugiero que vayamos todos al templo de Cangrejo y aniquilemos a ese santo traidor.-Responde la amazona de Sagitario cuyo imagen tapada el rostro por la máscara de oro lleva un frondoso pelo rizado con color algo anaranjado.

Todos los santos dorados menos Escorpio están deacuerdo con dejar sus puestos, pero derepente una voz suena en todas las casas zodiacales.

-Les prohibo intervenir en la pelea.-Exclama una voz.

-¡¿Patriarca?!-Exclaman todos los dorados presentes al darse cuenta que el mismo Flavio Aecio desde su trono les habla mediante telepatía.

- La pelea que se está ocasionando está respaldada por la amazona de Cáncer, nuestra Lucy, de ella es el deber de proteger su templo, gane o pierda es solo cosa de su habilidad en el combate.-Responde el Patriarca.

-¡Pero Patriarca! Ya han caido 3 de los nuestros por mano de ese hombre, si dejamos a Lucy sola le puede pasar el mismo destino… Somos una hermandad, y debemos apoyarnos cuando alguno de nuestros hermanos anden caidos… Y no solo eso, hermanos de bronce y plata también cayeron bajo las manos de Virgo, no solo eso… Athena… nuestra Diosa la dejó morir… Es una afrenta de que ese hombre siga aun vivo… Si usted lo hubiese matado en su momento ahora mismo Anairis de Aries, Ptolomeo de Tauro y su discipulo Bullova de Géminis andarían vivos.-Exclama el santo de Capricornio.[/i]

-Es cierto, las vidas de nuestros compañeros cayeron, y Ioseph va superando los obstáculos de Cáncer, debemos apoyarla y por muy poderoso que se haya vuelto ese hombre, contra 6 santos de oro no podrá hacerle frente.-Responde con prudencia la amazona de Sagitario.

-Annia de Sagitario, Rómulo de Capricornio, ¿Acaso olvidan las leyes dictadas por la Diosa Athena hacía sus santos dorados?-Pregunta el Patriarca.

Los dos santos dorados bajan la cabeza, las ordenes eran claras, el deber de un santo dorado era el de custodiar ante todo momentos los templos zodiacales de las invasiones, la muerte era fiel compañera de los dorados, ya que el dorado que le toque enfrentarse tendrá ante todo a su lado la honra de su compañero caído.

La amazona de Escorpio, aun cubierta en las sombras se pone de brazos cruzados y hace una sonrisa en silencio, los ojos que muestra en las sombras son mortales, parece disfrutar del momento, pero no solo ella, el santo de Acuario pone una mirada maquiavélica, las ordenes eran claras. Nadie deberá bajar.

En el plano astral

El mismo Helios se sorprendió de cómo los santos dorados no intervinieron en la batalla de Ioseph contra Lucy y sus espíritus, pero ese ataque tan devastador, esa aura, fue lo que realmente dejó perplejo al mismo Dios caido del Sol.

-¿Qué era esa apariencia que tuvo el cosmos de Ioseph de Virgo?-Pregunta Helios.

En el altar de Athena.

Apolo en su meditación tras los sucesos ocurridos, sentado en su trono dorado bajo la estatua de la Diosa Athena no puede evitar dar una sonrisa complacida, el aire que traía era de tranquilidad pero a la vez esa calma parecía tensa.

-Parece que en su esencia… Ioseph de Virgo anda despertando… después de todo… el es…-Responde Apolo

En el templo del Cangrejo Celeste.

En el templo se denotaba el candor de la batalla, tras disiparse el ataque de luz producido por Ioseph, volvió la visibilidad en la casa zodiacal, el santo dorado de Virgo quedó perplejo de lo que acababa de hacer, ¿fue instinto? Ni el mismo lo sabía, solo hizo lo que su cuerpo le respondió, sin que el lo notase. Algo que le extrañó mientras veía su puño.

Pero dejó eso a lado cuando percibió el cosmos del espíritu Deva, cuan al levantar el dorado la mirada observó que el hombre o espíritu tenía frente a el su báculo dorado, realmente serio, sobrevivió de gran manera al ataque.

Ambos se cruzaron la mirada, el espíritu observó ya con seriedad lo que podría provocar el santo dorado de Virgo, una gran potencia, digna de un autentico santo de oro de Athena, se iba a disponer a atacar, y Ioseph de la misma manera, pero algo en forma de gotas cayó e inundo con su sonido el ambiente del templo.

A continuación, 2 restos de trozo dorado cayeron y al llegar al suelo, cuando Ioseph y Deva se percataron, ambos abrieron los ojos que la amazona de Cáncer, Lucy se hallaba apoyada a una columna, con la cabeza hacía arriba, la máscara era los restos rotos, y de su frente salió un hilo de sangre, que manchó los preciosos ojos y el bello rostro de la amazona, ahora visible.

-¡Maestra!-Exclamó alarmado el espíritu.

Lucy se reincorporó pero ese ataque le afectó algo, el espíritu se enfureció de este hecho y le devolvió una mirada asesina hacía el castellano que vio tarde como una ráfaga de fuego se lanzaba a sus ojos.

El santo de Virgo fue cubierto por todas esas llamaradas y salió despedido hacía atrás, de repente, relámpagos en forma de zigzags empezaron a ocurrir, y impactaron en el cuerpo del santo dorado de Virgo que exclamó un grito ante el ataque que hizo que cayese de rodillas apoyado en Tizona mientras la electricidad le dañaba.

Al levantar la mirada vió como el espíritu usando el báculo parecía que controlase los elementos, primero aire, luego fuego… ahora electricidad… Ioseph se sintió contrariado pero a la vez se preguntó si de verdad este espíritu tenía la habilidad espiritual que tanto el mismo despreció hace mucho afirmando que su cosmos ofensivo era suficiente… es más se preguntó si ese adversario dominaba los elementos naturales.

Asi lo descubrió cuando haciendo girar entre sus manos el báculo simbolizó al agua y de repente a sus espaldas una marea de gran violencia impactó en el cuerpo del hijo del Cid que fue llevado por medio.

Dentro de esta sintió las corrientes dispares chocando, era como un colador dónde su cuerpo era magullado asi seguido, pero lo extraño era que no había moratones, no había daños en su piel, pero el dolor era previsible. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué le dolía tanto? Eso se preguntaba Ioseph de Virgo, y liberando su Sun Shield deshizo el agua.

Nuevamente cayó de rodillas, jadeando… sentía un gran dolor y puso su mano en su pecho, mientras el dolor era continuo. El espíritu iba a atacar de nuevo pero la mano de la amazona de Cáncer junto a un autoritario basta detuvo al espíritu.

-Estoy bien Devas, fiel sirviente, solo es un rasguño sin importancia… pero realmente nos impresionó tanto a mí como a ti, no dejes que la rabia inunda tu mirada mi fiel compañero, eres el espíritu del bien y no debes dejar que te consuma la desesperación.-Responde Lucy.

El alma se tranquiliza y su apariencia se vuelve de nuevo celestial, al girar su mirada hacía Ioseph aun resistiendo el dolor le explica mientras camina hacía él, que sus ataques no son físicos, sino espirituales, pues afectan directamente al alma, al espíritu del oponente. Tu alma está demacrada por la tristeza, pero ahora está también herida. Y las heridas espirituales son difíciles de sanar.

-Pero ahora, creo que es necesario conocer la verdad… veré en tu alma los verdaderos motivos que te traen acá.-Dice Devas.

Ioseph exclama un sonoro “No” y lanzando un ataque de la Sun Sword para atacar a a Deva, pero el ataque le es traspasado de nuevo, Ioseph aprieta los dientes de nuevo por fallar el ataque y las miradas de ambos se cruzan.

-Muchacho, la luz jamás podrá herir a la luz, y yo soy un espíritu de luz, no podrás herirme jamás de ninguna manera y ahora… “clava el báculo en el cuerpo de Ioseph” Estas a mi merced… ¡¡Gaharī nīnda kē rilīja (liberación de sueños profundos)!!

El cuerpo de Ioseph brillo de gran forma, mientras sus ojos se iluminaron, numerosos recuerdos aparecieron en su mente, numerosas situaciones, tanto buenas como trágicas sucumbieron.

El santo dorado cayó de rodillas y se puso las manos en la cabeza, gritando, recordando… Recordando sus miserias a sus 4 años en Toledo, recordando como su padre le salvó la vida en 1081, recordando el exilio de su padre por el rey Alfonso VI, recordando su estancia en la Taifa de Al-Mutamid en Zaragoza, recordando la convivencia en este lugar con su hermana meno María Rodriguez, recordando el segundo exilio de su padre y acompañándole en la batalla de Cuarte, la conquista de Valencia en 1094, el desamor de la jovenzuela Laura frente al aragonés Francisco Ramirez, recordando la Batalla de Consuegra que casi acabó con su vida en 1097 lo cual todo el mundo le dio por muerto pero que en realidad quien cayó fue si amigo Garcia Fernández, su captura por los Almorávides en 1098 y como su padre en un intento de salvarle era herido de muerte, la posterior huida de Ioseph con su padre a lomos de Babieca… el recuerdo de cómo su padre momentos antes de expirar le cedió Tizona… Recordar como poniendo al cuerpo de su padre atado a Babieca y el comandando los ejércitos de Valencia derrotó a Yusuf y mató a este y a su hijo en Valencia.

Después empezó a recordar como en un barco en 1098 se despidió de su madre Jimena y de sus hermanas Cristina y María, de cómo la mano del caballero se separa de la de su hermana para partir hacía la primera cruzada, el posterior choque en Grecia y lo que propino a conocer al Patriarca Flavio Aecio y su posterior entrenamiento con este para volverse en santo dorado, lo cual también conoció a Apolo. Recuerdos de cómo en la primera cruzada se horrorizó del asedio de Jerusalén en 1099 y su posterior enfrentamiento con Bóreas en esa gruta en el desierto de Tierra Santa que lo mantuvo a el y a Babieca congelados por casi un siglo en 1191. Lo cual conocería a Altair.

Su regreso al Santuario, las misiones con Altair y con Seshat contra el señor de Bluegard, contra Eris, contra Dionisios… la muerte de Athena por mano de Altair en fines de 1193, desesperado por haber matado a su amada Maria, recuerdos de cómo el no pudo salvar a su amigo Altair de ser enviado al Tártaro y de la subida al trono del Santuario a Apolo, Dios del Sol como opción de que los Dioses del Olimpo no aniquilaran a la humanidad por la afrenta contra Athena. Recuerdos de cómo se opuso, solo en el salón del Patriarca contra Apolo, contra los demás santos dorados y su posterior exilio del Santuario.

Recuerdos de como pasó el exilio, recuerdos de cómo en esos meses su actitud cambió, el volver momentáneamente a Valencia y descubrir que su preciada ciudad fue aniquilada en 1103 por los almorávides, de cómo que su amada hermana María murió en 1105, y su madre se recluyó en un monasterio y murió posteriormente. De cómo abandonó a su familia y ahora estaba solo… Solo en un mundo que le busca dolor y sufrimiento. Una vida que no merece ser vivida.

El encuentro con Helios y la investigación de las huestes de Poseidón que le conllevó a regresar al Santuario, y lograr que le concedieran de nuevo su armadura de Virgo, mientras era enviado en misión a Atlantis junto a Ptolomeo de Tauro y el señor de Bluegard Dratchen. Los enfrentamientos con los generales de Poseidón y el mismo enfrentamiento colosal del hijo del Cid contra el Dios de los Mares. La posterior charla con Ptolomeo de Tauro que le confesó que tenía ordenes de Apolo de matarlo y de la verdad que le dijo y que le ocasionó a iniciar esta cruzada personal contra Apolo.

El santo de Virgo se levantó, pero Devas observó que lo único que vio fueron recuerdos primarios, que los deseos ocultos no había llegado aun, y cuando iba a atacar de nuevo, Ioseph paró con la mano el báculo del espíritu celestial y apretándolo empezó a agrietarlo al asombro del fantasma que al ver la mirada del hijo de Rodrigo emanaba una oscura mirada de seriedad absoluta que despedía un terror absoluto.

Emanaba un aura tenebrosa, nunca antes vista en el caballero castellano, parece que se había vuelto otra persona.

Cuando Devas intentó decir algo pero se escuchó un golpe, Lucy abrió los ojos y se sorprendió cuando observó ella y el mismo fantasma, que Ioseph clavó en el vientre del Fantasma su puño.

-Muchacho, recuerda que tus ataques físicos no me heriran, y menos por supuesto tu cosmos, pues es luminoso y la luz no puede acabar con la luz.-Responde Devas.

-¿Y quien dijo que luz iba a usar?-Preguntó irónicamente Ioseph con la mirada tenebrosa apretando los dientes.

El espíritu celestial se extrañó por las palabras del santo de oro de Virgo que manteniendo esa mirada aterradora, lo observaba, de repente la sangre emanó un poco de los labios del espíritu y de la herida ocasionada por Ioseph empezó a emitirse una pequeña luz negra, tan oscura como el chaos.

-¿Qué estás haciendo?-Pregunta Devas.

-Se dice… que el cosmos se produce cuando ardemos nuestros corazones y asi obtenemos nuestra comunión con el universo, algunos usamos el fuego, el hielo, cualquier elemento… Yo siempre me guié por el fuego incandescente del Sol y la luz que provenía, la luz de mi corazón, la luz que hacía invocar mis ataques de llamas… pero al igual que existe el bien y el mal… existe la luz y la oscuridad.-Responde Ioseph.

La luz del vientre empieza a hacerse aun más destellante al asombro de Lucy de Cáncer que ve como el mismo cosmos dorado de Ioseph se volvió oscuro por momentos, al unisono que el espíritu abrió los ojos y negó con la cabeza.

-¡NO! ¡No puedes!-Exclamó Devas.

-Devas, comprendí que al igual que no existe nada que sea totalmente bueno ni tampoco totalmente malvado, todos los seres, mortales y Dioses, humanos y animales estamos compuestos de bien y mal…Que incluso el Sol tiene su cara oscura… La Explosión de Luz Solar se basaba en el fuego que ardia mi cosmos en luminoso corazón, pero…de la misma manera… la oscuridad existe en mi… ahora mismo… siente en tu existencia la oscuridad del corazón de Ioseph de Virgo… ¡¡LA ANTITÉSIS DE MI TÉCNICA!!-Vocifera Ioseph.

-¡¡DETENTE!!-Suplica Devas.

-¡¡EXPLOSIÓN DE OSCURIDAD SOLAR!!

El cuerpo de Deva empezó a brillar con oscuridad mientras en su grito desolador estalló su cuerpo en un fulgor de luz oscura que se rodeó a varios metros y que cubrió a Ioseph en la misma oscuridad que el mismo ocasionó. El templo rugió y empezó el mismo a arder en llamas negras sin más preámbulos junto a la luz negra que cegaba la imagen de la estructura.

Cuando todo se calmó, Ioseph quedaba en pie, solo, de su adversario solo quedó un fuego fatuo, derrotado que se dirigió ante Lucy y desapareció de su lado para no quedar nada, el santo de oro de Virgo había vencido, hizo un leve jadeo por lo que acababa de hacer pero aun no acababa, pero tuvo el rato de pensar un momento sus recuerdos, de todo aquello que ha perdido y después observó a Lucy y dijo:

-La oscuridad de mi alma iluminará mi camino… Al igual que la luz de mi alma oscurecerá el mismo…-Respondió Ioseph

Estas cínicas palabras hicieron que Lucy dejase su pasividad a un lado, Ioseph le preguntó que lanzase lo que viniese o que fuese ella misma la que lo hiciera, que acá estaría, aunque no evitó pedirle una vez más que le dejase avanzar, la cual Lucy se negó repentinamente a esta petición.

La amazona respondió que se siente sorprendida y en cierta forma orgullosa de cómo el santo de oro de Virgo mejoró de esa manera, pero no iba a derramarse más sangre en este sagrado templo, lo cual las estructuras ya fueron dañadas y ardiendo.

Lucy de Cáncer señalo su dedo ardiendo, levantó la mano cerrada con el dedo y con su cosmos dorado ardiendo empezó a dar ondas que rodeó todo el alrededor de ambos santos dorados, mientras Ioseph agarraba a Tizona, que yacía en el suelo y se puso a la defensiva por cualquier ataque.

-Cáncer según la mitología china se dice que se halla el preasepe dónde se dirigen las almas cuando mueren, la leyenda dice que la constelación del Cangrejo es la puerta hacía el infierno o hacía la transmigración de almas de un mundo al otro…prepárate santo de Virgo… conocerás el Yomotsu… ¡¡SESKISHIKI MEKAIHA!!!-Exclama Lucy.

Las ondas se incrementaron en una potente fuerza psíquica que hizo que Ioseph de Virgo se protegiese un momento con si Sun Shield, pero fue inútil, su defensa no lo defendió, vió como su cuerpo entero se elevaba y desaparecía a sus pies el templo del Cangrejo Celeste, sintió como se separaba del mundo, de cómo se separaba el cuerpo y su alma.

Yomotsu



La parte más superficial del Meikai (Inframundo) debe ser con toda probabilidad la Colina del Inframundo (Yomotsu Hirasaka), frontera entre la Tierra de los Muertos y el de los seres vivos. Allí es donde las almas de los muertos se dirigen en procesión a la Tierra de los Muertos. Aquellos que caen en su pozo no pueden renacer de nuevo, están destinados a sufrir por toda la eternidad en la Tierra de los Muertos.

De un destello un cuerpo cae en una de los huecos de sus montañas, el santo de oro de Virgo, sangrando por todo el cuerpo llegó al Yomotsu, al levantar los ojos se siente herido, rodeado de paredes de piedra negra y un camino, su cuerpo que era su alma herida por el combate de Devas era notable y empezó a andar medio cojeando poniendo la mano en su costilla.

Con la espada en la otra mano se guiaba apoyando en la pared, seguía el camino apretando los dientes con sus heridas, paso a paso y a esfuerzo al ver que salía que las montañas altas que no dejaban ver el paisaje empezó a divisar la salida de la gruta, dar unos pasos lentos pero continuos, sin detenerse, hasta llegar a una colina de muerte, con el cielo morado oscuro, lleno de montículos y colinas dónde se nota un aire a muerte, llantos de escuchables y de fondo a su lado a una mediana distancia la gran fosa del Infierno.

-La legendaria colina de Yomotsu… el purgatorio de las almas antes de caer al Infierno.-Responde para si mismo Ioseph de Virgo.

Aunque estaba algo herido por los ataques de Devas, las heridas a las almas no son humanas, y aun Ioseph podría combatir aun más, pero observó como se daba de fondo una especie de procesión de personas, dirigiéndose a la gran fosa.

Dando saltos rápidos entre los montículos, llegó cercano a estos, eran quizas centenares de personas, cada cuales de distintas edades e incluso vestimentas que el mismo santo de oro vió en su vida, como si no fuese de su época, sintió pena por estos muertos que iban sin descanso hacía su final pero quedó intrigado en uno de ellos.

Era un joven de algo más de menos de 15 años, con el pelo castaño, que llevaba ropas que Ioseph no reconoció, unos vaqueros y una camiseta roja con las mangas sobre los hombros recogidos, en su brazo lleno de vendas rojas estaba un brazalete de flores que emanaba un cosmos que fue lo que intrigó a Ioseph.

Cuando el santo de oro de Virgo intentó poner la mano en el hombro del muerto una luz apareció a sus espaldas seguido de un cosmos y se puso en guardia.

-¿Quién vive?-Pregunta Ioseph.

-Santo de Virgo no debes interponerte en el camino de ese joven.-Dice una voz femenina.

Voz que Ioseph reconoce.

-¿Athena? ¿Eres tú?-Pregunta perplejo el santo dorado.

La voz toma la forma del alma con la apariencia de una joven con vestido blaco y cabellos cortos pero morados, algo que Ioseph lo deja algo perplejo y responde:

-Eres Athena, tu cosmos es inconfundible, pero no eres la Athena que conocí… ¿Por qué estas acá? ¿Y que pasa con esta pobre alma?-Pregunta Ioseph.

-Santo de Virgo, este joven es el santo de Pegaso…-Responde Athena.

-¡¿Pegaso?! ¿El santo legendario que hirió a Hades hace milenios?-Pregunta asombrado Ioseph.

-Si y no… es su reencarnación… es el Pegaso de dentro de 800 años su nombre es…-Dice Athena.

-Seiya…-Responde simultáneamente Ioseph interrumpiendo a la Diosa Athena.

-”se queda perpleja unos instantes por la respuesta pero recupera la compostura” Este santo fue herido en la ultima guerra santa, dentro de 800 años, desgraciadamente la maldición de Hades hizo que le esté matando poco a poco… en 3 días de mi época morirá… por eso he llevado un plan para salvar a Seiya de eso… hace nada detuve a mi acompañante el santo de Andrómeda.-Explica Athena.

-“Asombrado” ¿Andrómeda? Pero…no lo entiendo… si he de ayudar, lo haré Athena, permítame apoyarle.-Responde Ioseph.

-”Poniendo su mano en la hombrera dorada” No puedes inmiscuirte en esta guerra mi fiel Ioseph, si tu abandonas ahora el combate y me acompañases, algo imposible porqué lo que es mi cuerpo es de un bebé ahora mismo, y si me acompañaras el futuro cambiaría y Apolo gobernaría, por ello… debes seguir, sé tus convicciones y sé que si sigues fiel a ti mismo harás que todo por lo que estoy peleando ahora valga la pena…Además, muerta en esta época yo ya estoy contigo…-Responde la Diosa

La imagen de la Diosa se deshace en una luz mientras Ioseph mira con tristeza como desaparece la luz y como deja ir al hombre que en un futuro será el causante de muchas guerras que el no verá por desgracia, pero debe confiar plenamente en el juicio de Athena, pues la calma que tiene se disipará en pocos segundos.

Ioseph se aleja del grupo de un salto y camina por las colinas de Yomotsu, hasta que en un montículo una sombra se hace visible con su cosmos, Ioseph sabe quien es y la sigue, muchos caminos pasa hasta llegar a una parte de Yomotsu dónde la sombra toma forma de la amazona de Cáncer.

Al llegar a esta zona alejada de camino de almas se oyen llantos de fondo, más altos de los muertos que van de camino a la fosa del Infierno, son lamentaciones de dolor, tortura y miedo, y al mover el rostro y seguirlo tras un montículo al lado de amazona de Cáncer abre los ojos y queda extasiado por lo que con ellos ve.

-No…¿Qué diablos?-Dice Ioseph.

-He acá la tortura de los condenados de Cáncer.-Musita Lucy.

Delante de Ioseph ve una autentica cámara de tortura, personas vivas sufriendo en el yomotsu, al menos un grupo de 50 personas y otras mas encerradas en un calabozo que eran puestos a tortura continua, algunos estaban crucificados, otros eran flagelados, otros se le imponían en una mesa con esposas de brazos y pies y una rueda para torturar, otros andaban colgados por el cuerpo sobre una fogata y muchos metodos de tortura más, todo producido por pequeños seres diabólicos con forma humana.

Estos seres disfrutaban del dolor que producían, se regocijaban del sufrimiento de esos pobres hombres, mujeres, niños, ancianos que pedían clemencia, algo que horrorizo incluso al más bravo guerrero que era Ioseph que dio una fulminante mirada vengativa hacía Lucy que miraba hacía aun lado.

-¿Por qué? ¿Por qué estos hombres, mujeres y niños sufren? ¡¿Qué mal hicieron para estar en este lugar entre la vida y la muerte y seguir con esta tortura eterna?! ¡Me llamas monstruo, pero jamás pude imaginar que hagas algo así!-Exclama furioso el santo de Virgo.

-No soy yo… yo los encerré pero… no fui yo quien los puso en este eterno sufrimiento…-Dijo Lucy cabizbaja con mirada tenebrosa.

-¿Qué? No te entiendo… No quiero entenderte.-Exclama Ioseph ardiendo su cosmos dorado.

-“Le lanza una fulminante mirada”-¡Tu te lo buscaste Ioseph de Virgo! Te pedí que te fueras, que no peleases, que dejaras de combatir contra mi o contra mis espíritus! Ahora si que es tarde para ti… Porqué… Porqué el…-Dice Lucy.

-Me da igual tus razones… “se gira en dirección a la terrible vista que observaba” Los liberaré cueste lo que cueste… son personas inocentes… Y NO LES DEJARÉ QUE SUFRAN-Exclama Ioseph.

El cuerpo de Ioseph se volvió una estrella fugaz dorada que chocó contra los torturadores, tajos de luz apareció simultáneamente a ojos de Lucy que tenia mirada perdida pero algo atemorizada, no sabía porqué, pero sus manos giraron y un sello rojo con el pentagrama en el centro se apareció y brilló unos instantes.

-¡Liberación del sello, nivel 1! Basker…ville…-Murmura Lucy.

A instancias de este gesto Ioseph masacró con rapidez con los demonios que torturaban a esa gente inocente, rompió las cadenas, las cuerdas, liberó a todos los que pudo, abrió la puerta de las celdas y apagó las piras de fuego. El gran grupo de personas aun andaban atemorizadas.

Pero la mirada de Ioseph seria, les dijo que corriesen de este lugar, que no se les ocurriese ir a la gran colina dónde vaya esa gente porqué serían lo peor que podrían hacer, que se alejasen porqué se iba a dar toda una pelea y que el no podría asegurar que estén a salvo.

Unos niños pequeños agarraron sus manos y le dieron las gracias, por un momento Ioseph sonrió con ternura, pero rápidamente con su resolución les ordeno nuevamente que se fueran de este lugar, el gentío hizo caso y salió corriendo a ojos de Ioseph que mostraba un aire calmado.

Sintió en ellos un aire de esperanza, de libertad, de alegría por poder librarse de esas miserías que estaban atormentando, Ioseph por dentro se sintió bien, la libertad es incuestionable y todos merecemos ser libres, o asi pensaba Ioseph, la seguridad de esas personas le importaba y lo relajó.

AL menos, por momento, porqué se sintió extraño, un escalofrío corrió por su cuerpo sin saber porqué, algo intrigante que hizo que le hiciera sentir inseguro…Detrás de el una oscuridad apareció simultáneamente con rostro con sonrisa cínica y malvada.

-No deberías líberar aquellos que me pertenecen… Pues sus almas son mias… y solo… mías-Dice una voz calmosa, fria y escalofriante.

Ioseph exclamó un que cuando una niebla negra pasó por su cuerpo, sintió que todas sus esperanzas se desvanecían, que la angustia se apoderaba de el a niveles demasiados altos, el llanto de su alma de búsqueda de clemencia.

Al menos eso sintió cuando la niebla negra fue dirigida hacía ese grupo de personas que escapaban de la tortura, no vieron lo que les pasó, a ojos de Ioseph la niebla cayó sobre ellos como si transformándose en un masa negra y tomaba bultos de esas personas que empezaban a gritar, pidiendo auxilio, ayuda al santo dorado que se veía impotente, incapaz de moverse, ni si quiera podía levantar el brazo o activar su cosmos.

A la larga esos gritos cesaron y los bulto se aplanaron, la masa negra empezó a organizarse en una especie de capa cerrada dónde sobresalió 2 piernas y 2 brazos,, un cuerpo de espaldas, de un hombre con grandes hombreras que cubrian sus hombros, el pelo largo negro y la piel blanca como la de los huesos.

El santo de Virgo quedó boquiabierto que no quedó nada de esas pobres almas, desaparecieron de la faz de Yomotsu y en su lugar apareció ese sujeto, los ojos del santo de Virgo no presenciaron acto tan macabro, nada, no quedó nada, solo ese sujeto. Y al final logró moverse de nuevo exclamó.

-¡¿Quién eres tú?!-Respondió Ioseph.

Ese sujeto no respondió, dio un terrible salto gigantesco hacía atrás, la capa se abrió de par en par señalando que iba vestido con ropa de cuero ajustado de color negro, la mirada con una sonrisa cínica era cubierta por sus cabellos negros y cayó entre Lucy de Cáncer y Ioseph de Virgo.

El santo de Virgo se giró y se puso a la defensiva, pero el sujeto de lado observaba el pozo del infierno, ahora su rostro era visible, con rasgos andalusíes, que eran típicos de aquellos musulmanes de que habitaban en la Península Ibérica desde el siglo octavo, con un poco de bigote y barba alrededor de sus labios. Los ojos de este hombre despedían una tonalidad roja como la sangre. Su mirada irradiaba la sanguinaria actitud y el terror que solo eran típicos del mismo demonio.

-Tu debes de ser el hijo del conocido hombre llamado Rodrigo Díaz de Vivar… Cid Campeador…lo que en árabe se traduciría como “Mi señor el conquistador”…Interesante.-Responde el sujeto.

-¡Responde maldito! ¡¿Quién eres?!-Exclama Ioseph.

De un gesto del brazo el sujeto separa la capa que cubría sus brazos, los extendió en lo alto con una mirada de sonrisa tenebrosa que hizo que el mismo castellano se sintió algo atemorizado, algo poco usual en el, pues este nuevo enemigo le despedía unas malísimas vibraciones.

-Mi nombre digamos según mi señora Lucy de Cáncer es… Baskerville…espíritu de la oscuridad… jujuju.-Responde el sujeto.

Ante los ojos del hijo del Cid, el último de los espíritus de la amazona dorada de Cáncer, pero este era muy distinto a Ahsura o a Devas, inspiraba miedo su persona, inspiraba terror su actitud, inspiraba pánico lo que acaba de hacer, segar de la existencia en pocos segundos a muchas personas que el mismo dorado acababa de liberar de sufrimiento.

Pero algo dejó extrañado a Ioseph, como Baskerville tornaba alrededor de una Lucy que parecía como poseída, sus ojos estaban perdidos, como si no viese la realidad y su rostro denotaba un pesar y una preocupación extrema, cuando el espíritu observó esto de su ama se le acercó.

Empezó a acariciar su pelo mientras la observaba, hablándole a Ioseph que está mujer era su maestra, pero incluso ella le tenía miedo a él, porqué si Devas no le explicó, las 3 almas que acompañan a Lucy de Cáncer son almas que ella cosechó derrotando, y que el mismo Baskerville era la última victoria, pero que jamás pudo domarle, por eso llevaba mucho rato encerrado.

-Gracias a ti puedo deslumbrar de nuevo lo exterior al sello 1º del fuego fatuo cancerígeno, ahora en este momento tengo libertad de moverme, de ser responsable de mis actos y no andar en esa mazmorra mágica, pero sobretodo y lo mejor e que parece que tenga un buen contrincante… cristiano.-Responde Baskerville.

El santo de Virgo le dice que no dejará de lado una batalla, sea quien sea, que no descansará hasta saber que ocurrió con esas personas que el acaba de liberar, que peleará aunque no le queden fuerzas, pues la vida del ser humano se merece de la libertad de acción y de pensamiento. Del libre albedrío

El espectro se ríe ante tales afirmaciones, el mismo responde que no deba preocuparse por las vidas de esos humanos, pues desde el principio le pertenecían... Explica que el deber del Santo de Cáncer fue el recolectar las almas de todos aquellos que vió el santo dorado de Virgo y que se esfumaron. Ioseph da una mirada punzante a Lucy.

-¡No puedo creer que hayas hecho tal cosa! Tu no eras esa que tenía como amiga, ¡como madre que siempre me recordaste!-Exclama Ioseph.

-Jejeje no tienes porqué juzgar a mi ama, cristiano, ella tuvo sus motivos como tú los tuyos al dejar morir a tu padre, a tus hermanas y a tu madre.-Exclama maliciosamente Barkerville.

Ioseph antes estas palabras estalla, lanzandose contra el espíritu que andaba encima de Lucy, le lanza un puñetazo, pero el espectro esquivó con gran rapidez el golpe de luz, y de un codazo clavó contra el suelo al santo dorado de Virgo.

Sorprendido, el hijo del Cid por como lo evadió, al sentir la presencia del espectro, giró a un lado y evitó un terrible pisotón del mismo que a sorpresa de Virgo, el suelo del sendero de los muertos se abrió y saltó por los aires varios trozos de tierra, con una agresividad increible que Ioseph no se esperó.

Sin más preámbulos, impulsandose con el brazo dio un salto hacía atrás, y cuando se puso a la ofensiva, a su sorpresa Baskerville ya yacía frente a el con una sonrisa realmente lobuna y sus ojos rojos hicieron que desconcentrara al santo de Virgo que el golpe fue nuevamente evadido por el espectro que rió, cogió del cuello por detrás al Castella no y lo lanzó por los aires.

En este sentido, Ioseph tomó forma fetal, y girando su cuerpo cayó de rodillas al suelo, y sin girarse sintió de nuevo al espectro a su espalda, no puedo girar a tiempo para atacar pues cuando giró vió una luz emana de su vientre al cruzar las miradas de ambos, el santo de Virgo bajó la cabeza y al unísono exclamó:

-¡¡SUN SHIELD!!

Fue demasiado tarde, pues su protección se combinó a la esfera cosmica produciendo una explosión que hizo dar en pleno cuerpo al santo de Virgo, que sintió como su carne era quemada, como el cosmos de el mismo y del de su todopoderoso adversario pasaba a través de él.

Una gran estela humeante apareció delante de Baskerville, el espectro sonreía complacido, no había sido muy difícil derrotar al santo de Virgo, ante esto Lucy de Cáncer no podía seguir manteniendo esa mirada perdida, algo que denotó rápidamente Baskerville y le produjo una gran satisfacción.

La calmosa calma se detuvo cuando del humo una mano sobresalió llevando una esfera de luz en ella, de esta acompañada de un Ioseph gritando, con quemaduras en la cara, exclamó al unísono junto a su dorado cosmos flamígero poniendo la mano en el pecho del espíritu espectral.

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

Ahora fue otro destello fulgurante apareció, sin descanso mientras el santo dorado usaba su cosmos, en la luz dorada que expulsaba de sus manos, una sombra seguía latente, Ioseph apretó los dientes y aumentó su ataque como gran disparo de energía que llegaba a distancías insospechadas.

Pero, de la luz, emergió quizás cientos de brazos negros a su sorpresa y le impactaron un severo golpazo de tal magnitud que interrumpiendo el poder generado del santo de Virgo lo lanzó a mucha distancia, de la misma manera que cayó en las cercanías del Pozo del Infierno.

El santo dorado, se apretó con los brazos las costillas por el terrible golpe que recibió, vaya fuerza pensó Ioseph, perose levantó, aun no se rendía, y usando la velocidad luz se lanzó como estrella fugaz contra la zona dónde se ubicaba Lucy.

Pero en mitad del camino, la estrella fugaz dorada chocó con otra en negra, tomando entre ambos una esfera de chispas dónde Ioseph y Barskerville detuvieron sus manos con las del otro,, el espectro intentó lanzarlo, pero de un rodillazo del santo dorado de Virgo en el mentón lo lanzó por los aires. Cuando ambos llegaron al suelo…

-No esta mal, demuestras el furor de tu padre en combate, sin rendirte… cristiano… Me recuerdas a un hombre.-Responde Baskerville.

Ioseph no dijo palabra, ardió su cosmos y se puso en el modo de llamas vivas y como un rayo impactó un severo puñetazo en el rostro de Baskerville, mientras la sangre del espectro saltó por los aires un momento. El santo dorado se extrañó que no reaccionara, sino que el espectro cabizbajo y con una sonrisa entre sus dientes, emanaba sangre de su nariz.

-Interesante… no hubo muchos hombres en tu península que pudieron hacerme esto cristiano.-Musita Baskerville.

Ioseph no hizo caso a sus palabras, lanzó varios golpes que el espectro no hizo nada, a cada cuan brutal dónde el hijo del Cid esforzado estaba, de un puñetazo lanzó a volar al espectro contra un montículo de piedras y lo destrozó de lleno.

El espectro se rió, de nuevo, esa risa parecía traumatizar la mente del santo dorado de Virgo, le daba realmente furor y rabia oírla, no sabía porqué, quizás por lo de las almas de aquellos que desaparecieron sin respuestas, tal vez por lo que respondió sobre sus padres y sus hermanas, o tal vez porqué era cruel de por si, o quizás por las palabras que decía refiriéndose a él como cristiano, algo que solo un hombre en el pasado le llamó, y ese era Yusuf ibn Tašufin, jefe de los musulmanes que asaltaron décadas atrás la península.

-Cristiano, hombres tan valientes como tú ya me intentaron derrotar, soy un espectro pero sigo siendo yo mismo… Tu determinación me recuerda mucho a la de ese Conde que se atrevió solo con su pequeño ejercito a hacerme frente… eres igual que el, te admiro por eso, y por ello me siento satisfecho de tal bravo guerrero pero… ¿Podrás derrotarme?-Dije tenebrosamente Baskerville.

Ioseph entró en calma, no iba a lanzarse a lo desespero por esas palabras, planeó una táctica, pero por más que pensaba la idea del odio y el temor que sentía extrañamente por ese hombre le desconcentraba, pero no perdió la idea de que siendo o no poderoso, ya esta muerto y el esta vivo y su cosmos es más fuerte.

Con sus ojos castaños, Ioseph veía con cautela a su enemigo, que yacía a metros de el sonriéndole, sin hacer nada, cuando de repente por una ventisca extraña, el cuerpo de Baskerville se empezó a disipar y desvanecerse, algo que lo sorprendió de gran manera al castellano.

Cuando de repente recibió en pleno rostro un golpe del espectro que apareció de las sombras, tal fue el golpe que el hijo de Rodrigo Diaz cayó en picado de cabeza y quedó en el suelo, a pies del espectro.

-Yomotsu es mi territorio, soy el segador de las almas, de aquellos a que mi ama trae acá son mis presas, juguetes del cual me divierta, tu eres mi distracción cristiano, pero vamos, acribíllame con tu cosmos de fuego y sol, párteme en pedazos como hiciste con Ahsura, reviéntame mis entrañas como hiciste con Devas… vamos… levántate, atraviesa mi corazón. Cristiano.-Exclamó Baskerville.

Haciéndose presa de la rabia Ioseph se levantó y lanzó un terrible puñetazo al pecho de su adversario atravesándolo de cuajo, ante la tranquila mirada de este con los ojos cerrados, como se observaba que la sangre fluya por el brazo del hijo del Cid.

Ioseph se preguntó, ¿había ganado? No lo sabía, el espectro no respondía pero era lógico que sí, pues el corazón es de los puntos vitales y el había destrozado el suyo, o sea, que en teoría estaba muerto, al menos eso parecía.

Pues al asombro de Ioseph de Virgo, el espectro oscuro Baskerville abrió los ojos, el mundo se le cayó encima al santo dorado, pero aun no perdía la esperanza, a pesar que sentía derrotado, atacó de nuevo desenvainando a Tizona pero el espectro lo evadió y de una patada dio en su costado derecho lo cual saltó sangre por los labios del santo de oro que de un salto se separó del espectro, puso su mano izquierda agarrada a su costado derecho, cabizbajo y jadeando de dolor… ante esto Baskerville le preguntó:

-Dime cristiano, sigues intentándolo pero no lo logras… ¿Por qué no caes ya como muchos de tu cultura hizo antes ante mí? ¿Por qué no cesar en tu vano intento de seguir templo por templo y llegar hacía ese tal Apolo? ¿Por qué no te rindes?-Preguntó el espectro.

Ioseph ardió su cosmos, serio como era ya típico de el a instancias de su antiguo yo orgulloso, dio una mirada fijada y respondió:

-Porqué no sé como hacerlo.-Responde Ioseph.

Estas palabras certeras, valientes hizo que Lucy de Cáncer, aun ajena en sus pensamientos, levantará el rostro, era increíble que aun herido, seguía luchando, no dejaba de levantarse una y otra vez, no era cabezonería como otros habrían echo, sino porqué tenía en mente un ideal, algo por lo que luchar, algo por lo cual debería pelear incluso ahí, en Yomotsu Hirasaka.

De repente en una acción de cosmos, Lucy levantó su dedo y detrás de Ioseph se abrió una especie de portal dimensional, dónde las almas salían y entraban, el santo de Virgo como Baskerville se extrañaron ante la acción extraña de la amazona. Y ambos al momento dieron una mirada sería a la amazona.

-Ioseph no importa cuanto lo intentes, Baskerville es invencible… el se alimenta de las almas que Sega, para el mismo, sus energías, todo es para él… nada puede dañarle, ni siquiera mi seskishiki pudo derrotarlo… utiliza ese portal, regresa a tu cuerpo, huye del santuario…ten tu vida y deja la venganza a un lado… por favor…-Responde Lucy.

Ioseph queda muy callado, ve la postura de la mujer que aun con el sentimiento de temor que parece tenerle a su propio espíritu, se da parte de dejarle volver a la Tierra, a su cuerpo, pero solo dejando para dejar todo su campaña atrás, abandonar el combate, por un lado vió el portal y por otro vio de nuevo a la amazona medio cabizbajo, meditando que hacer, luchar y quedarse o huir.

-Esto no era lo que teníamos acordado mi ama, sabes perfectamente que las presas que me traes hace que eviten lo que tu y yo sabemos… pero bueno, ya da lo mismo… “mira a Ioseph” ¡Porqué ya no queda adónde huir!-Exclama el espíritu oscuro.

Ioseph miro fijamente mientras aun se sujetaba con la mano las costillas y dejaba colgando su brazo derecho con tizona en mano, vio de nuevo una ultima mirada a Lucy y a Bskerville…

-¡Ni a mi… “se gira y levanta la espada” ¡Ni tampoco a ti!-Exclama Ioseph lanzando un tajo de luz hacía el portal del seskishiki, cortándolo en 2 y destruyéndolo por completo.

Ante el asombro de la amazona del gesto incauto del santo dorado, quizas fue por orgullo como la amazona le reprendió por el gesto que hizo pero el hijo del Cid, el castellano santo dorado de Virgo Ioseph Rodriguez respondió reincorporándose y girándose:

-Mi padre me enseñó a que a una pelea jamás se le da la espalda, a que un reto jamás ha de rendirse incluso la vida te esté acabando, mi padre antes de morir en su máxima y ultima vana fuerza me cedió la espada que hoy llevo en mi mano, la hoja que un día el usó para defender sus ideales… rendirme sería manchar el buen nombre de mi padre y la de mi amada Tizona… Lucharé aunque no haya fuerzas… Ante mi ultimo respiro.-Exclamó Ioseph.

-“Haciendo gesto de asombro y complaciendo” Oh… “sonríe” Los cristianos a veces sois tan…interesantes…-Responde Baskerville.

Ioseph separa sus brazos, mientras arde su cosmos de fuego, y lanza un tajo de fuego con su Tizona, que el espectro esquiva, este devuelve con una descarga de energía oscura, pero el santo de Virgo usando a Tizona y girandola hace que el disparo negro tome forma de remolino y sea devuelto al espectro a su asombro que salió disparado a pocos metros de altura hacía atrás.

EL santo dorado apareció cuando el espectro se reincorporo, el santo clavó la suela de sus botas doradas en el espíritu negro y le hizo despedir para atrás por un momento, el mismo Baskerville parecía apretar los dientes ante este.

Entre esto, Ioseph ardió su cosmos, sujetando por la empuñadura de Tizona con ambas manos con el filo en vertical frente a sus ojos, lo cual con su cosmos dorado empezó la hoja a arder de fuego, y impulsándose dio un tremendo salto contra Baskerville, aun aturdido, en forma de que el hijo del Cid iba a cortar por lo sano de arriba abajo exclamando:

-¡¡SUN SWORD!!

Se dio un choque de luz que se sintió en un temblor por todo los alrededores de la colina de Yomotsu, de la misma manera una chispa se dio al mismo tiempo, como si algo metálico se habría tocado… Lucy al momento al igual que Ioseph abrieron los ojos.

¿Y por que? Porque el espectro Baskerville aun cabizbajo, levantando su ano detuv a Tizona usando… ¡Una espada!, aun se daba signos del choque de ambos cosmos, la espada luminosa y flamígera al unísono fue parada en seco por un arma, y de forma sencilla.

El santo dorado parpadeó un momento, dio un salto para atrás mientras el espíritu se reincorporó sujetando su espada, el santo dorado de Virgo abrió los ojos al ver el arma, al ver la espada que utilizó el espíritu, que desenvainó para detenerle.

Era una hoja no lineal como la típica usada lineal con empuñadura en forma de cruz, como era Tizona, sino que la hoja tenia forma de curva de casi media luna con inscripción puesta “El Victororioso” en árabe y la empuñadura, de oro con el signo en arabe que ponía “Espada de Al-Andalus”.

-Muy bien cristiano, si de verdad tu espada es tan poderosa, permiteme enfrentarla a la hoja que hizo caer a muchos de tus compatriotas.-Responde Baskerville.

Ioseph perdió su paciencia y exclamó:

-¡Ya está bien! Basta de llamarme cristiano, ¿Quién te crees que eres con esos aires de grandeza? No eres un tipo común, pues de alguna forma conoces mi tierra, el lugar dónde nací dividido entre musulmanes y cristianos… conoces la naturaleza de los antiguos Condes de Castilla, desaparecidos cuando Fernando I de León subió al trono convirtiendo Castilla en un reino… no solo eso, parece saber más de lo que hablas… ¿Quién eres?-Exclama Ioseph.

Baskerville empezó a reír en silencio unos segundos y después soltó una gran carcajada mientras separando sus brazos su gran capa se abrió, Ioseph observó como se oían lamentos del cuerpo del espectro, pidiendo ayuda, auxilio.

-Muy bien muchazo, haces tus deberes… exacto conozco la Península que naciste, pues yo también nací en esa misma tierra, en Algeciras… “Ioseph se sorprendió de gran manera” Devas tal vez no te dijo que antes de ser espíritus, fuimos hombres como tú que al morir, tanto el, como Ahsura y como yo por nuestra naturaleza tomamos estas formas… Ahsura era un guerrero persa que sobresalió por su brutalidad sin pelear ni nada, Devas por ser un gran monje hinduista que se dijo que al morir alcanzó la iluminación… y yo… por todas las muertes de cristianos y musulmanes que dejé… de todas las conquistas y ríos de sangre que fluyeron tras mi paso… emergí por lo que soy…-Explica Baskerville.



-Entonces estaba en lo cierto… ¿Quién eres en realidad?-Pregunta Ioseph.

El espectro sonrió y quedó callado unos momentos pero accedió a responderle al santo dorado de Virgo.

-أبو عامر محمد بن أبي عامر ابن عبد الله المعافري) “Responde Baskerville”- Asi es mi nombre en arabe, en mi lengua materna…, pero pronunciado en tu nombre, en tu cultura…como…Abu ʿAmir Muhammad ben Abi ʿAmir al-Maʿafirí.-Responde Baskerville.

En la capa, empiezan a emerger decenas de rostros ante el asombro de Ioseph, es realmente terrorífico, pero lo que realmente atemorizó al hijo del Cid fue el nombre de su adversario, de lo que significaba ese nombre para el, lo que significó ese nombre para su padre el Cid, lo que significó ese nombre para Castilla, lo que significó ese nombre para toda la España cristiana del siglo X.

-No… tú… no puede ser…Tú no…-Murmura el santo dorado apretando los dientes.

-Aunque… vosotros los cristianos me llamasteis… Almanzor.-Exclama el espectro.

Ante el santo dorado de Virgo una efigié de maldad se presentaba, con los ojos desorbitados, con el rostro desencajado, tenía quizas frente a el, al peor adversario que pudo haberse imaginado. Un enemigo sin temor, cruel entre los suyos y sus enemigos. Los ojos del espectro de Baskerville se centraron en la imagen del santo… solo quedaba una cosa… luchar o morir…

Ioseph no cedió ante la batalla, apretó Tizona y ardió su cosmos, sea lo que fuese no dejaría de luchar. Aunque se encontrase solo contra un hombre no… sino contra el peor monstruo de sus pesadillas…

Editado por Ioseph de Virgo, 10 febrero 2012 - 13:05 .

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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)

#18 Ares The Destroyer

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Publicado 11 febrero 2012 - 17:55

CAPITULO 4: Decisiones del caballero

Año 1085 Zaragoza

En la capital de la taifa de Zaraagoza, año 1085 en el calendario cristiano, Rodrigo Díaz el Cid salía del palacio de su buen amigo y señor Al-Mitamid, señor de Zaragoza. El porte del guerrero hacía que todos los hombres y mujeres, tanto cristianos, musulmanes como judios se apartaran de su camino.

Solo un niño de escasos 9 años estaba frente a el, no vestía como un mendigo, de pelo castaño, pero mirada inocente y nostálgica. El caballero medieval le echó una mirada autoritaria un momento por cruzársele en su camino, y puso la mano sobre el niño, lo levantó del suelo y lo sentó sobre sus hombros y dio una sonrisa con ternura al seguir su camino con el niño sobre el.

-¿Qué te preocupa Diego? Te veo preocupado por algo.-Respondió Rodrigo Díaz de Vivar.

El pequeño y futuro santo dorado de Virgo se estremecía en sus pensamientos, algo que en parte le preocupó al Cid Campeador. Diego era la única familia que le quedaba, su padre Diego Laínez había muerto décadas ya. Su mujer Jimena y sus 2 hijas Cristina y María se quedaron con su madre en Castilla. Solo Diego fue con el al exilio.

-Mi pequeño, ¿cuentamente a que le temes? ¿O acaso no confías en el raudo de tu padre? Si tienes miedo a alguien dimelo, ya sabes que te protegeré con mi vida si fuese necesarío.-Responde el Cid.

-Padre… yo… he oido historias… historias de un demonio que asoló nuestra amada Tierra, cuentos de que los rafikis árabes y otros niños me dijeron de un cruento guerrero… es más, he visto algo escrito en el Palacio y tengo miedo…-Explica el pequeño Diego.

-¿Quién es ese terrible demonio que tiene aterrado a mi niñito?-Preguntó con ternura el Cid.

-Almanzor…-Musita el joven Diego.

El Cid de repente cambió la cara, se paró de repente, su rostro feliz y con ternura se cambió a uno de seriedad, de preocupación extrema ante el nombramiento del nombre que Diego Rodriguez dijo, un nombre que en cierto modo haga que el legendario guerrero perdiese la tranquilidad que siempre portaba.

-Ciertamente ese nombre es odiado tanto por musulmanes como por cristianos… ¿Sabes Diego? Te contaré la historia de ese hombre… Almanzor fue un militar y político andalusí, caudillo del Califato de Córdoba y hayib o chambelán de Hisham II…En épocas cuando aun existia el Califato de Córdoba hace 100 años… de dónde ese hombre empezó como modesto moderalista en la Mezquita de Córdoba acabó luego como escriba de la sala de audiencias del cadí jefe de la capital… a llegar a la corte califal bajo el reinado de Alhakén II ocupado cargos administrativos de este como tesorero a llegar a ser administrador del heredero al califato, Hisham dónde poco después se convirtió en una de las figuras más importantes del Califato.-Explica el Cid.

-¿Y que pasó luego padre? ¿Por qué tan oscuro nombre hace temer tanto a cristianos como musulmanes?-Pregunta Diego.

-Ya en 976 cuando Alhaken II murió, y tras muchos pasos políticos Hisham fue nombrado Califa, nombro delegado del hayib a Almanzor, pero poco después se deterioraron las relaciones entre Hisham y Almanzor… lo cual el segundo usando estratagemas como ganarse el apoyo del general Galib, entre otros y al cabo del tiempo encerró al mismo Hisham en un palacio Medina Alzahira., encerrado y dio un golpe de Estado llevando a Almanzor al poder. Fue terrible lo que hizo después, asesinó o apartó del poder a aquellos que una vez le ayudaron a llegar al mismo trono califal, como un caudillo… Pero eso no fue ni lo mínimo que hizo…-Explica el Cid totalmente serio.

-¿Qué hizo padre?-Preguntó algo asustado Diego.

-Almanzor fue un hombre sin limites establecidos, orgulloso y codicioso como ninguno, hizo mucho mal a los 2 frentes… al suyo propio, pero a los reinos cristianos del nortes, fue terrible… Logrando organizar un ejercito terrible arrasó contra todo lo que vino a su paso, Simancas, la ciudad dónde fue nuestra primera gran victoria tras Covandonga, fue asolada, todos los reinos, León, Navarra, el Condado de Barcelona y el Condado de Castilla… nada pudo parar el poder de este hombre… Arrasó cuanto pudo, nuestra Santiago de Compostela la asoló y la redujo a cenizas, a Barcelona más de lo mismo… Solo un hombre le hizo frente cuando los demás se arrodillaron ante el para evitar su destrucción.-Responde el Cid.

-¿Quién padre? ¿Quién fue ese bravo guerrero?-Preguntó Diego.

-El Conde de Castilla, el legendario hijo de Fernán González, García Fernández, le hizo frente a Almanzor, mientras todos le rendian avasallaje, como héroe como pocos resistió con su mermada fuerza y hombres al ejercito ciclópeo de Almanzor… pero ni el pudo detener a ese hombre… Pues incluso el hijo del Conde, Sancho García le dio espaldas a su padre, se rebeló contra el en apoyo de Almanzor y en 994… y el 15 de mayo de 995 el legendario Cónde hijo de Fernan Gonzalez fue herido de muerte, capturado como presa de los musulmanes y llevado ante Almanzor, aunque el Conde murió antes de llegar a su destino… terrible como un hombre puso a un hijo en contra de su propio padre… Pero la culpa fue mella en Sancho, pues al poco tiempo y ya nombrado Conde de Castilla… Se rebeló contra Almanzor, pero este lo derrotó en la batalla de Cervera… al final de todo ese demonio murió por causas naturales hace 70 años, pero nos destrozó, asesinó a quien quiso, solo en aras de su propias ambiciones, nada le importó más que su poder… Como un demonio que segó a todos sus enemigos…-Explica el Cid.


Yomotsu

Los recuerdos del santo de oro de Virgo acabaron rápido al tener frente a él al terrible enemigo de sus recuerdos, el espectro Baskerville, cuyo verdadero nombre era el terrible Almanzor estaba frente a él, un autentico asesino y monstruo, aunque tragando saliva el temor le allegaba a su alma el hijo del Cid no retrocedió ante su enemigo, tal cual fuera.

-Veo que conoces mis historia, te la habrán contado… hace hoy digamos 200 años, si estamos en 1194, en el 994 logré que un padre se rebelase ante su padre… ohh que triste, que eso haga un hijo…-Responde Almanzor.

-Si… y también toda la muerte y destrucción que dejaste en mi tierra, en mi hogar…Zamora, León, Barcelona, Coímbra, Sahagún, Eslonza, Braga y Santiago de Compostela y Pamplona y muchos lugares más… todo por poder.-Respondé el santo de Virgo.

-Jajaja, muchacho, fue mi destinos, al igual que aquellos que oyes… ¿sabes quienes son? ¡¿SABES QUIENES SON ESTOS ROSTROS?! Aquellos que se atrevieron a levantar su mano ante mi… mira, reyezuelos de tu origen, condecitos que se creyeron todopoderosos, oir sus lamentos me da gusto, de no olvidar el aire y el aroma de la guerra… ¿Ves muchacho?-Exclama Almanzor.

Ioseph no dijo palabra alguna, solo quedó callado un momento y vociferó:

-Solo veo a un maníaco que aun siendo un espectro, una sombra de su antiguo yo, tortura a los pobres que ya masacró… no dejar de darles descanso… solo veo a un monstruo… Al monstruo que todos veían de ti… el monstruo que yo vi de ti…-Responde con mirada fulminante el santo dorado.

-Jajajaja, ¿y que harás cristiano? ¿Detenerme? ¿Quedarte ahí parado, resistiendo todo los golpes que te pueda asestar y darme uno certero?-Pregunta con osadía el espectro.

Ioseph no dijo palabra alguna, bajó la cabeza un momento mientras cerrando los ojos unos momentos quedó callado, levantando cerca de su rostro, en dirección de Tizona hacía el suelo, abriendo los ojos encendiendo su cosmos dorado al unisono que la espada de luz y llamas se incendió, los ojos de Virgo se inundaron de ese fuego.

-No voy a detenerte… Voy a matarte… de una vez por todas.-Exclama Ioseph.

La respuesta soltó de por si una gran carcajada en Almanzor, Lucy de Cáncer retrocedió unos pasos, la crueldad que despedía le hacía sentir la intranquilidad que momentos antes tenía Virgo, pero al observar que Ioseph no mostró ese miedo, sino que observó de frente, sin temor a la esencia maléfica que iba a enfrentar.

El santo dorado separó su brazo a un lado, abrió el puño y una estela de llamas y enegía empezó a circular en su mano, concentrarse en chispas naranjas que giraban alrededor de esta, del mismo modo la espada del Cid, la Tizona empezó a emerger llamas aun más colosales.

Y lanzándose en carrera ante Almanzor, despidió un aura convirtiéndose de nuevo en una estrella fugaz de llamas, apareciendo de forma brusca y en postura agresiva con la Tizona en plan de dar una estocada terrible, junto a su mirada totalmente con un motivado rostro de apretón de dientes y ojos muy serios.

-¡¡SUN SWORD!!

Almanzor en su complacencia se mueve a un lado y el corte de luz y fuego pasa al lado de el sin rozarle, el espectro pues en su sonrisa y su fajada mirada intentó asestar un tajo con su propia espada, pero el santo de Virgo esquivó saltando encima de él, pero al asombro de Almanzor una línea de luz pasó de su cabeza a sus pies.

Ante los ojos, su cuerpo se separa en 2, y un charco de sangre proveniente emerge de las 2 grandes partes, Ioseph de rodillas y serio aun con el brillo de llamas en su mano izquierda se gira y grita:

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

El destello de luz impacta en los 2 restos, que son consumidos sin remedio alguno, el disparo pasa por encima de la fosa del Infierno, tomando forma encima de esta de un pequeño Sol que brilla unos grandes instantes este efímero lugar de vida y camino de perdición durante unos instantes.

Hecho está, el santo dorado de Virgo derrotó a su enemigo, usando todo su poder, levantándose guarda en su vaina a Tizona y se gira caminando hacía Lucy de Cáncer, al poco que ambos quedan frente a frente.

El santo de Virgo le dice que no ha de temer más, ya finalizado el reino de terror de Almanzor acabó, la amazona se mantuvo en silencio sin decir palabra alguna, pero era obvio que su temor no se canalizó y desapareció como mismo le ocurrió al santo dorado de Virgo, algo que extraño de gran manera a Ioseph.

-¿Por qué temes aun? ¿Acaso me temes a mi?-Pregunta Ioseph.

-No… pero esto… aun no se ha acabado…-Murmura Lucy.

Ioseph no le da tiempo a poder un qué cuando de repente brazos emergieron de Yomotsu y le rodearon de gran manera, brazos y piernas,, otros brazos se agarraron por el cuello e inmovilizaron unos instantes al santo de Virgo que no espero tal acto.

No fue muy continuo, pues ardiendo su cosmos y estallándolo deshizo esos brazos, pero a su asombro emergió una serie de cadáveres del suelo, en un tumulto que se lanzaron contra él… El hijo del Cid dio un salto para atrás y desenvainó a Tizona, al bajar del santo dio un impulso a sus atacantes y de un tajo de luz los cortó en pedazos.

Pero una presencia nuevamente apareció a metros detrás de Ioseph en forma de sombra, parecida a la muerte y lanzó una lanza que se clavó en la espalda del santo dorado, que empañados, su mandíbula cayó sangre. Si no fuese por la armadura de oro, habría atravesado su corazón de lleno.

Girándose lanzó otro tajo a la sombra que apareció, pero esta se deshizo como ilusión, así pues el santo dorado giró su cuerpo con la Sun Sword activada, formando un disco de luz cortante que se extendía más y más disipando las múltiples sombras y cadáveres que aparecían. Lucy para evitar ser alcanzada salta y cae sobre un montículo y ve como el ataque de Ioseph hace que todo el alrededor quede en llamas.

Pero lo que afecta a Lucy como cuando Ioseph se da cuenta es que entre el paisaje de llamas una figura, de pelo negro largo estaba como si nada, como si no le afectase, ambos exclamaron asombrados, como de la capa de ese hombre emergió una oscuridad que hizo que las llamas se extendieran, y se organizase lanzadonse en flecha llameante pero de color negra y azules como la de las almas contra el santo dorado.

Ioseph se puso en cautela, y gritó antes de que la colosal llama le impactará exclamando de forma desesperada:

-¡¡SUN SHIELD!!

La flecha de llamas negras cubrió a la esfera de llamas rojas y luminosas por unos cuantos segundos, pero al increible que pareciese la pequeña protección de Ioseph se mantuvo mientras el dentro de su protección y hincando la rodilla en el suelo, puso la mano frente a su protección proyectando su cosmos en forma de defensa.

Y estallando su cosmos hizo que la defensa se expandiera por el alrededor chocando con la sombra que sonrió cuando empezó a ser consumido por las llamas de un calor de 6000 ºC, pero nuevamente la oscuridad emergió del sujeto y cubrió toda la esfera al asombro de Ioseph que sentía como su defensa se fracturaba. Había logrado hacer un gran espacio defensivo dónde moverse.

Pero ahora la luz de su poder estaba cubierta de oscuridad absoluta, y al quebrar su técnica se abalanzó contra el toda una marea negra, de la cual emergió un cuerpo, como existente de esta marea, que sorprendió a Ioseph, pues era el mismo Almanzor en su climax de su poder y al unisono clavó un severo puñetazo al santo dorado.

Tirado contra el suelo Ioseph, toda la oscurida pasó a través de su cuerpo, sintió como era devorado por la oscuridad, ¿había llegado su final? ¿Esto es lo que les ocurrió a esas personas? Pero no se rindió, la armadura de oro empezó a dar un destello que abrió un camino de la oscuridad y de este Ioseph con puño de luz dorada sobresalió de la marea con todo sus esfuerzos y cayendo a unas distancias de rodillas.

-“Jadeando” Diablos… casi me atrapa…-Responde Ioseph.

La marea empieza a organizarse en ojos de Ioseph en un cuerpo humano, en la imagen de Almanzor, o Baskerville, ya da igual el nombre, y respondió:

-No sabía cuan era el dolor de ser cortado por esa manera… interesante…-Vociferó Almanzor.

-Ni cuan asfixiante eras tú… He de reconocer que ando impresionado musulmán.-Exclamó Ioseph levantandose.

-¿Ah si? Es todo un honor que un santo dorado me diga esas cosas.-Responde Almanzor.

-Si, pero hemos llegado a una parte que parece que es un camino sin salida… Pues parece ser que eres invulnerable, pero tu oscuridad jamás podrá apagar la luz proveniente de mi armadura de oro, que ha pasado milenios bañada por la luz del Sol.-Exclama Ioseph.

-Jajajaja, muchacho… no me subestimes… al igual que el frío espacial persiste en el universo y un agujero negro puede absorber la luz de todo un sistema estelar… Mi oscuridad puede apagar la pequeña llama que emite tu cosmos y tu armadura dorada… al cabo del tiempo la armadura de oro dejara de ser de oro, se apagará el dorado de su cuerpo y se volverá negra… y entonces ya no tendrás salvación… sino mira… ya no resplandece ese dorado tan brillante como antes, está algo más… Apagado.-Responde Almanzor.

Tenía razon, al verse de si, Ioseph vio que los filamentos dorados de su armadura, brillantes y con esperanza, habían perdido ese clamor, ese brillo, andaba más apagado para su asombro, antes las palabras de su enemigo lo cual parece ser que como dice él, se alimenta de las esencias de vida de todos los seres vivís para poder así persistir, ser más poderoso.

Ioseph le reclama que es una locura, nadie puede hacer eso, entonces Almanzor le pregunta ¿Qué es entonces esos lamentos que oíste de mi?, algo que dejó callado a Ioseph, muy callado y impactado.

-Ahora muchacho… ve quien soy… ve como soy el monstruo que tu mismo hablas.-Responde Almanzor.

El cuerpo de Almanzor empezó a brillar con tono morado y azulado, de repente de su cuerpo emergió una gran marea hacía todas partes del alrededor de la zona de Yomostu que estaban, una gran marea que surgían rostros, brazos, piernas, cuerpos… una gran marea de muerte que empezó a moverse, las piezas de cuerpo emergieron.

A los ojos de Ioseph, que no creía lo que veía una gran masa de multitud emergió de la oscuridad de, cientos de hombres, quizas miles de ellos, mujeres, niños, con vestimentas dispares, de distintas época y lugares salían, llorando sangre, emanando un llanto descontrolado, lo cual al final Ioseph comprendió:

-Así que es por eso que no te he podido matar… por eso les pasó a esa gente, por eso desaparecieron… Cristianos… musulmanes… ¡Tus propios hombres y mujeres! ¿Qué eres? ¡¿Quién eres para atreverte a dale tal castigo!?-Exclama Ioseph.

-Jajaja, muchacho, te lo dije ya… estas armas me pertenecen… todos aquellos a quien masacré, todos aquellos que me sirvieron… ¡Eran míos! Yo hago con ellos lo que quiero, han de servirme…-Responde Almanzor.

-¿Y tu sabias de esto no?-Pregunta Ioseph dirigiéndose a Lucy.

-Jajaja no hay que reclamar nada cristiano, Lucy de Cáncer y yo tenemos un trato hecho… ella me entregaba almas a Yomotsu para alimentarme y así yo no iba por los más preciado para ella… El deber de los santos de Cáncer consiste en que tenga espiritus catalizadores que le acompañen en batalla, cuando tu querida Lucy era una novicia reclutando espiritus como Ahsura y Devas, se encontró conmigo… Necesitó la ayuda de su amado amadisimo Patriarca para poder encerrarme, pero con una condición claro y te la acabo de decir…-Explica Almanzor.

¿Razón? No hay razón que justifique el sacrificio de miles de personas para alimentar el alma de un monstruo como tú.-Exclama Ioseph.

-Si que la hay…-Murmura Lucy.

Ioseph no alcanza a reclamarla, pues se vé rodeado de las almas que parece que seguirán a su señor, contra el, soldados musulmanes y cristianos a su asombro, Almanzor grita que si quiere llegar hasta él, primero deberá vencer a sus acólitos.

Ioseph no dice nada… al ver como se lanza contra el, el santo dorado tranquilo se arranca los trozos de su capa con capucha, y los deja al suelo, se lanza correr y pasa por encima de unos pocos tirándolos contra el suelo. De espaldas a otro guerrero hace zafarse al lado de el haciendo un gesto de impulso con la espalda de este y lanzando a este con un grupo de 5 soldados.

Otro intenta con una lanza clavarle, pero el santo dorado detiene con sus brazos la lanza, se zafa y clava un puñetazo en el rostro del hombre, otro divisa intentando con un hacha impactarlo pero con la lanza de su compañero Ioseph, esquiva el hachazo se coloca a espaldas de su agresor y le clava la lanza.

Otros 2 se lanzan a darles un aspadazo, pero agarrandole a uno con rapidez por el brazo hace que la espada de este le defienda a Ioseph la de su compañero, dándole a continuación una patada a este y al dueño del arma clavársela de lleno.

Divisa de nuevo a otro que planea cortarle de cuajo la cabeza, pero se agacha con rapidez, se levanta, coge con ambas manos el cuello de su agresor y se lo rompe, ante esto un soldado le agarra por detrás, para inmovilizarle, y otros 2 intentan clavarle otros hachazos, pero Ioseph despidiendo su cosmos se separa a base de fuerza del que lo sujetaba desapareciendo de un salto y estos soldados matando al otro.

Ante esto y desde los cielos observa que solo no da abasto, y lanza un resplandor de luz solar contra todos aquellos a sus pies haciendo que sean reducidos a cenizas… Y al llegar al suelo ve que tiene aun una marea de soldados y de personas y detrás de ellos observando agraciado el espectáculo del combate, Lucy se asombra como desarmado, el santo de Virgo hacía frente a todo un ejército.

-Bravo cristiano, nunca vi tal determinación, haciendo que mis propios soldados se maten entre ellos… jajaja, pero vamos aun queda mucho camino… vamos demuéstrame que puedes atravesar mi corazón.-Responde Almanzor con mirada de sonrisa siniestra.

-Soy el hijo del Cid… no dejaré de luchar… repito que no sé como hacerlo y ahora… no lo haré tampoco.-Exclama Ioseph desenvainando a Tizona.

Lo que aconteció luego a ojos de Lucy fue mítico, el santo de oro de Virgo se lanzó en un plan de masacre, en el acto más sangriento que recuerda haberle visto, empezó a base de tajazos a continuar poco a poco contra los cadáveres de aquellos sirvientes e inocentes que Almanzor de Baskerville encerró para si.

Cada cual y ataque hacía que más sangre vertiera, más rió de muerte apareciesen, el santo dorado iba en su camino ya cubierto de sangre de quien mató, apretando los dientes, para seguir su camino. Nada había porqué detenerle, debía llegar como sea hasta Almanzor, llegar como sea, clavarle a Tizona en su corazón.

Que cada golpe que recibiera de sus enemigos, que cada muerte que ocasionada y cada estallido de luz que hiciera dar un charco inmenso de sangre era necesario, para llegar a la meta, que cuestionándose aun en muy dentro de él mismo, esto era necesario, todas estas muertes era necesarias, que el Deber de derrotar a Almanzor estaba ligado a acabar de nuevo con estas vidas aunque por dentro que no quiera.

La estela de luz dorada que estaba empañada en sangre, era observada por Almanzor que empezaba a dar una mirada algo sería, se preguntó… ¿realmente este hombre podría detenerle? Nadie pudo… ¿Por qué este cristiano si?... Así se le pasó por la mente, cuando delante de el a pocos metros emergió el santo de Virgo.

La imagen de Ioseph de Virgo era, que su armadura dorada estaba teñida en su mayoría de sangre, su cabeza y todo, la espada Tizona de la misma manera… Aunque algo cansado, el santo de oro mantenía la compostura.

-Aquí estoy… liso para cumplir mi destino…-Responde Ioseph de Virgo.

Dio una sonrisa el santo dorado que impactó de forma terrible a Almanzor, apretó los dientes, sabía que esa sonrisa no lo derribaría, que le estaba diciendo que cualquier cosa que el hiciera contra el santo de Virgo sería ineficaz, porqué seguiría luchando… Una dulce venganza que da Ioseph con una simple sonrisa.

-¡Maldito!-Exclama Almanzor.

El símbolo de la agresividad estalló delante de Ioseph de Virgo, el espectro de Baskerville, se lanzó contra el mismo, lo lanzó contra el suelo, encima de el empezó a masacrarlo a golpes, dando golpes sin detenerse, a cual más brutal.

Cuando iba a clavar su puñetazo a Ioseph, este liberó el Sun Shield que hizo que el espíritu negro tuviera que separarse para evitarlo, pero se lanzó aun con la protección de Virgo, las chispas hacían quemar su puño, pero al asombro de Ioseph, el espíritu lo traspasó y le agarró del cuello.

El dorado intenta atacar con Tizona, pero de un golpe hace que la espalda salga disparada por el alrededor. Almanzor levanta a Ioseph y lo lanza contra una montaña negra, y le lanza una descarga de energía negra que pasó por Ioseph de lleno, y al cesar ese poder hizo que caiga de rodillas y empezó a jadear.

Pero no hubo descanso, pero Almanzor de nuevo le agarró contra el cuello y lo puso contra la pared mientras apretaba con todas sus fuerzas el cuello de Virgo, que apretaba los dientes y sujetaba con sus manos la de Almanzor para liberarse sin éxito.

-¿Qué es ver que tu vida este a punto de acabarse a mis manos? Es terrorífico, ¿A que si? Nadie puede detenerme.-Exclama sonriente Almanzor.

-Tú… tu presunción es… tú debilidad.-Responde Ioseph.

-Y tu fe en tus ideales la tuya… veo que no recapacitas que soy superior a ti…en primer lugar te echaría por la fosa del Infierno, la tenemos cerca… pero haré algo más drástico… “Con su mano libre la extiende de gran manera, a buscar algo entre el terreno negro” Tu Tizona la aprecias mucho… que morir empalado con tu propia espada… ¿no crees?-Dice Almanzor.

Ioseph abrió uno de sus ojos observando como la mano está punto de llegar hasta Tizona, como está aproximándose a su amada espada, Almanzor le responde que mejor que morir por un arma enemiga sea la tuya misma la que lo haga…Ioseph seguía observando sin oír las palabras de Almanzor, que sus dedos se aproximaban ya al mango de la espada.

Pero algo asombroso ocurrió… Pues nada más rozar la espada, está soltó una chispa que atacó la mano de Almanzor, tal fue el dolor que sintió que soltó a Ioseph y se agarró la mano en llamas, entre tanto Ioseph cayó de rodillas y observó como sufría, con su cosmos de nuevo hizo atraer a Tizona a su mano.

-No… no lo entiendo… ¿Por qué este dolor?-Pregunta el espectro.

-Porqué solo yo en esta Tierra puedo coger esta espada…mortales e inmortales que osen osar tocar su mango y usarla para sí serán atacadas por la furia del campeador… Esta es la espada de mi padre, El Cid Campeador.-Exclama Ioseph.

Ioseph en cambio reconoce en sus pensamientos que cuando murió Athena hace meses la espada tuvo este cambio, siempre se ha preguntando porqué a el no pasa lo mismo pero cree saber la respuesta.

-La sangre de Athena que cayó cuando ella murió salpicó a Tizona junto a mi sangre… solo yo o mi familia podremos portar a Tizona.-Exclama Ioseph.

Almazor exclama que esos es rídiculo, y ataca con su espada, pero Ioseph centra su cosmos en la espada, y de un tajo partió en 2 la espada del caudillo a su asombro, y de otro cortó la mano que sotenía esta y dando una patada lo lanzó hacía atrás.

No comprendía el dolor que sentía, no lo podía entender, antes esa espada no le hizo tanto daño como ahora, ¿sería verdad lo del misterio de la espada? Regeneró su mano e intentó atacar con el disparo de luz negra de nuevo, pero Ioseph se lanzó contra esta y lanzó un tajo de luz que partió en 2 la corriente negra al asombro de Almanzor.

Después fue Ioseph el que lanzó su Explosión de Luz Solar, Almanzor repitió ataque y luz y oscuridad chocaron unos instantes, pero el cosmos del santo de oro de Virgo se incrementó y exclamó que como la luz vencía a la noche, la luz derrotaba a la oscuridad, siempre, y su luz no desaparecerá.

Almanzor fue impactado por el ataque, Lucy que se acercó a la batalla y abrió los ojos asombrada como realmente el hijo del Cid le daba batalla y hacía verdadero daño a su espíritu, la apagada amazona dentro de ella se encendió una llama de esperanza.

Entre tanto Ioseph se acercó al cabizbajo Almanzor, le observó unos instantes, y el espíritu empezó a reír, algo que le extrañó un poco, pues aun derrotado como se le veía parece que tenía otra baza y así fue…

Del pecho del espíritu salió una garra negra que traspasó la armadura de oro de Virgo y sujetó algo, Ioseph quedó rígido, sintió un dolor increíble, y no sabía porqué, Almanzor le dijo que los cuerpos están compuestas por almas y estas por las esencias de las mismas.

-Tu cuerpo está en el templo de Cáncer, y eres un alma más como yo… si te arranco el alma quedará la esencia y eso es muy sencillo de aniquilar, pues es frágil… la separaré de tu alma y te disiparás…-Responde Almanzor.

Empezó a salir una imagen luminosa del cuerpo del santo de Virgo, mientras este gritaba Lucy quedó desorbitada de lo que estaba haciendo, Almanzor con fuerza empezó a arrancar eso que su garra iba sacando poco a poco, el cuerpo de Ioseph empezó a tomar fracturas poco a poco.

¿Era su final? No… algo extraño ocurrió… Pues de repente Almanzor se vió rodeado de planetas y otros cuerpos celestes, girando lindamente alrededor…

-¿Qué son estos astros que han aparecido?... Es como si provinieran de la esencia de ese cristiano… ¿Qué?...-Responde extrañado Almanzor.

Pero de repente una situación caótica prosigue, el aire empezó a calentarse más y más… estos astros circulantes empiezan a convertirse en energía y estallar como una autentica explosión con grandes dosis destructivas que nunca antes se había divisado, Almanzor fue cubierto por esta explosión, mientras la garra negra desaparecía del cuerpo de Ioseph que empezó su alma a reconstruirse.

Cegado por la explosión Ioseph invoca su Sun Shield por el caos que se desarrolló de esta manera repentina, esa explosión le recordó a la Explosión de Galaxias, o a las técnicas que usaba Bullova de Géminis y se extrañó y se preguntó… ¿Acaso ese dorado aun seguía vivo y lo había salvado? ¿Otro guerrero con la misma habilidad lo había protegido? Ioseph miró a todos los lados pero solo andaba Lucy y estaba tan sorprendida como él.

-Es como antes en el templo del cangrejo… invocó una técnica que el no usa… ¿como es posible?-Se cuestiona Lucy en sus pensamientos.

Tras el final de lo sucedido, un humeante Almanzor se quedó contrariado, sus ojos aun con el semblante de su cínica mirada tenebrosa respondió:

-No hay manera… solo me queda una cosa…-Responde Almanzor.

-¿Una cosa? ¿A que te refieres?-Pregunta Ioseph.

El espiritu errante de Baskerville, Almanzor dirigió su mirada hacía la colina de Yomotsu, sus ojos observaban el camino del largo recorrido que aun le quedaba a alguna fila de almas, y respondió que necesitaria del poder de más almas para poder vencerlo y que solo le haría falta una.

Un alma que tiene el cosmos más poderoso, algo que el presintió nada más aparecer antes en Yomotsu, un alma que si devora podrá lograr cualquier cosa.

-¡¿No se referirá a Seiya?!-Piensa exaltado Ioseph.

El espíritu se lanzó en dirección a esas almas, Ioseph de Virgo sabe que si ese monstruo segaba y obtenía el poder legendario de Pegaso, sería invencible, y no solo eso, Athena y Andrómeda fracasaran en su intento, el futuro cambiará, recordó las palabras de la Diosa antes.

Almanzor llegó de un salto a la fila de los muertos, tenía a poca distancia al alma de Seiya de Pegaso, con el brazalete o cadena de flores, el espectro alzo los brazos para hacerse con el alma de Pegaso, como hizo antes con los otros pero una luz sobresalió de los cielos oscuros de Yomotsu.

-¡¡DETENTE!!-Grita Ioseph dando un golpazo al espíritu que fue separado de forma brusca del alma de Pegaso.

Cuando Almanzor se reincorporó rápidamente realmente ardido por el gesto, observó al santo de Virgo en postura ofensiva con Tizona en mano delante del alma de Seiya que aún andaba cabizbajo, el santo de Virgo ardía su cosmos como nunca y lanzando su Explosión de Luz Solar hizo que retrocediera el espíritu.

-¡Antes de que puedas apoderarte del alma de Pegaso tendrás que pasar por encima de mi! ¡¡SUN SWORD!!-Exclama Ioseph.

Almanzor esquivó el tajo de luz, pero Ioseph agarrandole del brazo lo lanzó por los aires, se lanzó pero el espíritu se reincorporó y le devolvió el puñetazo de antes, entre tanto Almanzor toma forma de sombra sobre Seiya pero alrededor del alma de Pegaso aparece Ioseph e invoca el Sun Shield que protege a ambos de que el espíritu absorbiera el alma de Seiya.

Usando su cosmos en su escudo, explotó este y hizo que Almanzor fuera despedido hacía cerca del filo de la gran boca de la Fosa del Infierno. Ioseph apareció poco después ardiendo su cosmos dorado.

-No terminarás de fastidiarme maldito humano… Tu no puedes matarme…-Exclama Almanzor.

Ioseph entiende que tiene razón, cuan ataque que le está lanzando a su enemigo le hiere pero no le mata, así que no le queda otra solución drástica, aunque eso signifique una cosa, y es su muerte… Así que arde su cosmos hasta sus mismos límites, empezando a iluminar toda la gran fosa.

Y se lanzó como estrella fugaz contra él, dándole una embestida de las grandes de la cual lo lanzó a gran distancia sobre la fosa… el espíritu vio como su final se acercaba, pues si caía ahí no volvería pero intentó algo y extendió sus brazos al filo para agarrarse, pero no fue así, pues fueron cortados por 2 tajos de luz.

Con un que de asombro levantó la mirada, y vio a Ioseph encima de él, lanzándose con ambas manos agarradas a Tizona, sobre su cabeza, pero en dirección contraria para dar una puñalada, que fue impactada en el pecho del espíritu de gran manera, e hizo que el impulso del santo dorado en forma de estrella fugaz los hiciera a ambos caer dentro de la fosa del Infierno.


ucy abrió los ojos por lo que observó, Ioseph decidió tirarse voluntariamente con Almanzor de Baskerville, la amazona de Cáncer negaba asombrada el gesto último que hizo el santo de oro de Virgo.

-Caer en la fosa del infierno significa no volver más al mundo de los vivos… “se gira” Adiós santo de oro de Virgo…-Responde Lucy y desaparece de Yomotsu.

Entre tanto mientras caían en la oscuridad de la Fosa del Infierno, y empezando las 2 almas a arder, se dieron un cruce de las caras.

-Hace falta un Asesino para matar a otro Asesino…-Responde Ioseph.

-¡IDIOTA! Me has matado, nos estaremos consumiendo y morirás conmigo… al final toda esa míerda de peleas que has dado no ha servido para nada.-Grita Almanzor.

-¡¡PUES PREFIERO CAER LLEVANDOME A ALGUIEN TAN MÁCABRO E HIJO DE PU.TA COMO TÚ!! ¡¡AHORA!! “le agarra en plan abrazo de oso mientras se incendían” ¡Cosmos de mi corazón mientras aun perviva dame las fuerzas! ¡Que tal vez no haya cumplido el poder llegar hasta ti Apolo pero que mi sacrificio no sea en VANOOOOOOOOOO!!-Grita Ioseph en su agonía haciendo estallar su cosmos hasta su límite.

Ambos desaparecen en el fondo del foso del Infiernos, consumidos hasta la existencia de sus almas.

Plano Astral

Helios se levanta de repente y queda con mirada desencajada por lo que acaba de presentir de repente.

En el camino hacía el templo de Géminis

Seshat de Apus, seguidora del camino tambien tiene ese presentimiento, no se lo cree aun, se para de repente y cae de rodillas mientras una lágrima cae en su bello rostro.

En el salón del Patriarca.

De la misma manera, el Patriarca deja su meditación, se levanta de repente de su trono, al igual que aparece Apolo en forma de llama, ambos se dan un encontronazo de sus miradas, la cual del anciano es preocupante y de Apolo reconfortante.

Plano Astral/En el camino hacía el templo de Géminis/ Salón del Patriarca

-Su cosmos…-Murmura Helios.

-El cosmos de Ioseph…-Responde el Patriarca.

Cayendo de rodillas agarrando sus pelos, negándolo completamente en las escaleras hacía el templo de Géminis.

-No, el no… el no pudo haberse rendido… no pudo haber…-Responde Seshat entre lágrimas.

El Dios del Sol sonríe y exclama:

-Es una pena, pero así es… Ioseph de Virgo faltó a su palabra, y… ahora… ¡¡HA MUERTO!!-Exclama en forma de celebración el Dios del Sol.

En el templo del Cangrejo

Lucy aparece de repente, tras volver de Yomotsu con su Seskishi Mekai Ha, en el entorno del templo aun en llamas por el ataque del santo dorado de Virgo, Lucy ve el cuerpo inerte e inmóvil de Ioseph, con los ojos cerrados.

La amazona se acerca a el, y lo recoge entre sus brazos, estaba frío, su corazón dejó de latir, ya no había marcha atrás, el cuerpo era solo un cadáver, Lucy evitó coger a Tizona, la dejó en el suelo y llevó el cuerpo de Ioseph a una especie de altar del templo.

Lo recostó en este con sumo cuidado, puso sus manos pegadas a su pecho y unas lágrimas gotearon del rostro de la amazona sobre la cara del santo de oro de Virgo, que tenía ya la mirada fría, no estaba en un rostro impactado, era de serena paz.

-Lo siento mucho Ioseph, ojala… Ojala hubiese habido otra manera de solucionar esto… “más lágrimas caían de sus ojos” Pero que tu sacrificio no sea en vano, gracias por librarme de ese maldito de Almanzor… Gracias por ser fiel a tus principios, se que no lo hiciste por odio, que sabía que no habría hecho todo lo que viste si no estuviera ligada a ese bastardo… ahora Ioseph, ahora eres libre… Ojala hubiera otra manera…Descansa en paz…-Responde la amazona de Cáncer.

En el Salón del Patriarca

El Dios anda complacido, el Patriarca ante todo no se siente muy contento de cómo hubo porqué acabar el encuentro, a pesar de que era algo que buscaban, después de todo era un traidor que se lanzó contra el Santuario.

Pero no le gustó que acabase todo así, al final Apolo llevaba la razón, o así pensó el Patriarca de forma apagada mientras se sentaba en su trono cabizbajo.

-¿De que te apenas viejo? Ahora está muerto pero aun no ha acabado… su alma pronto será torturada por todos los pecados que cometió… Ahora es cosas de Hades, no nuestra.-Responde Apolo.

Los márgenes del Río Estigia, Inframundo.

Ioseph abre los ojos lentamente… por segunda vez consecutiva ha sufrido un traumático viaje y nuevamente se encuentra en un lugar desconocido…y completamente solo. Se da cuenta de que no lleva ni a Tizona ni a su armadura de Virgo. Está con sus ropas de caballero castellano. Se levanta con la cabeza entre sus manos tratando de ordenar sus pensamientos.

-Adonde…sólo recuerdo…Ah si… decidí sacrificarme para llevarme conmigo a Almanzor… pero… ¿dónde estoy?... Esto es… ¿El inframundo?-Se pregunta Ioseph.

Frente a Ioseph, se encuentra una enorme puerta de piedra con una inscripción en griego antiguo, que Ioseph de Virgo, hijo del Cid Campeador siente escalofríos al leer.

-“Vosotros que entráis aquí, abandonad toda esperanza.”

-Asi que abandonad toda esperanza… aquel que haya muerto lo único que le queda es esperanza pero… en realidad esa pequeña chispa esta ya disipada en el corazón de los hombres hoy en día…-Murmura Ioseph.

Ioseph de Virgo atraviesa la puerta a toda prisa y sube a una colina…lo que ve lo deja sin aliento. El gigantesco Río Estigia domina todo el panorama con un tétrico paisaje, dónde se haya al fondo, muy al fondo de forma pequeña un templo.

Según lo que el Patriarca le explicó, el Infierno o Inframundo de Hades se encuentra distintas mazmorras dónde se destinan a los muertos, la 8ª el Cocytus era la más cerca de Judesca, el palacio de Hades.

-¡Oye tú! ¡Deja de soñar y págame!-Dice una voz.

-¿Qué? Quién es? *Sorprendido, Ioseph se da cuenta de que un extraño personaje se dirige hacia él. Un siniestro hombre vestido con sapuri de Hades parado sobre una barca en la orilla, le habla a Ioseph con gran desparpajo y familiaridad.* EH… ¿Quién eres tú? ¿Un espectro de Hades?-Pregunta Ioseph.

-Ahh! Es verdad, que he olvidado presentarme…mi nombre es Caronte de Aqueronte, Espectro de la Estrella del Cielo del Espacio, y soy quien conduce las almas de los fallecidos a través del legendario Río Estigia, hacia la otra orilla…*Caronte hace una caravana, y después añade con voz siniestra.*…aunque por supuesto, todo servicio tiene un costo, y un pago que hacerse… pero… “se queda observando a Ioseph” No se porque esta acá… emites un aura de vida.-Responde Caronte.

-¿Aura de vida? Estoy muerto, cai por la fosa del Infierno…-Explica Ioseph.

-¿En serio? “se rasca la cabeza” Pues debes ser el primero que sobrevive a la Fosa, se denota una chispa de vida y cosmos en tu interior, lo sé porqué los muertos son seres sin poder alguno a menos que mi señor se lo conceda, cosa poco posible... Por ejemplo, ese tal Almanzor que debía haber estado acá hace 200 años fue atrapado y llevado hasta el Palacio del Juicio dónde el señor Lune le estará juzgando, y ese espíritu ya no tenía poderes…-Explica Caronte.

-Pero no puedo ser yo la excepción a la regla, debería estar muerto, debe haber alguna explicación…-Responde Ioseph con dudas.

-La hay… “Ioseph le exige que se la explique” Es porqué debiste haber despertado el 8º Sentido… Y para evitar que me preguntes, el 8º sentido es el sentido que va más allá del 7º sentido, lo cual hace que esté vivo acá… ¿Debes de ser un santo de athena o una marina de Poseidón cierto?-Responde Caronte.

-Si… soy el santo dorado de Virgo… Ios… No… mi nombre es Diego Rodriguez de Vivar… Hijo del Campeador… y por favor… te suplico que me expliques si hay alguna manera de volver a la Tierra, no puedo quedarme acá haciendo el tonto.-Responde Ioseph.

-La hay… “señala a la puerta del Infierno” sólo debes cruzar la Puerta del Infierno de forma inversa…si realmente has adquirido el Octavo Sentido… pero te prevengo santo de athena, es duro volver allá arriba pero aca abajo no es mejor, resiste y no mueras… consejo de enemigo… ya que en un futuro cuando mi señor Hades regrese pelearemos… Así que mucha suerte…-Responde Caronte.

Ioseph le da las gracias y sale corriendo contra la puerta del Infierno, de repente su cuerpo se desdobla, pierde el conocimiento al mismo tiempo que sale su alma disparada hacía el cielo estrellado de tonalidad roja.

Todo el Santuario

Todos tienen de nuevo ese presentimiento, una chispa de inmenso cosmos dorado cayó sobre el templo de Cáncer. En el palacio del Patriarca, el mismo Flavio Aecio no puede evitar una sonrisa de esperanza a pesar de que en el Dios del Sol se vuelve una mirada de asombro.

-¡Imposible! Estaba muerto… ¡No es posible!-Exclama el Dios del Sol.

-Parece ser mi señor que tendremos a Ioseph por rato.-Responde el Patriarca.

-¿Te alegras de que este vivo?-Pregunta con cierta rabía el Dios.

-No… pero tampoco estoy triste.-Murmura el Patriarca.

En el camino hacía el templo de los Gemelos, la amazona de Apus, se transforma en una sonrisa entre su rostro enlagremizado, aunque por otro lado sabe que eso significa otro regadero de sangre innecesario y no para dar la alegría sino seguir el camino del Santuario.

Templo de Cáncer

Lucy tuvo ese presentimiento, pero no evitó girarse cuando vió que el cuerpo de Ioseph se movía, y del altar dónde estaba, andaba sentado observando a la amazona, apoyando su rostro en su mano y su brazo en su muslo con mirada entrecerrada.

-Estas… vivo… ¡No puede ser!-Responde Lucy.

-¿Acaso te sorprendes? El infierno no es un lugar hecho para mi, ni el mismo Hades me quiere… Además, se está mejor sintiendo el dolor físico de mi cuerpo que el dolor de mi alma…-Responde Ioseph y se levanta.

Ioseph caminado lentamente se acerca a Tizona y la recoge, entre tanto se levanta y mira el rostro de la amazona de Cáncer y responde:

-¿Por qué lloras? Ya no tienes nada que temer, Almanzor está muerto y seguramente esté ahora en una de las fosas del Inframundo, sufriendo el castigo que se merecía… Deberías andar feliz, o al menos antes de saber de que estoy de nuevo vivo… “guarda Tizona” Pero bueno, he de continuar mi camino hacía el siguiente templo, ya perdí mucho tiempo acá... “se gira hacía la salida del templo” Adios amazona de Cáncer.-Responde Ioseph.

Pero una estela de almas se cruza delante de la salida, Ioseph baja la cabeza, al girar su rostro ve que el cosmos de la amazona de Cáncer está encendido.

-Lo lamento Ioseph, pero el deber de la amazona de Cáncer es evitar que los invasores, ahora que derrotaste a mis espíritus, yo misma te haré frente de la manera que sé… Pues soy de las amazonas más poderosas, pero tu no eres el mismo chico que conocí, eres ya todo un hombre y haré métodos para detenerte a que llegues ante el Patriarca.-Responde Lucy.

Ante los ojos de Ioseph, Ahsura y Devas aparecen sobre la amazona de Cáncer, que es rodeada de almas y de repente ambos se convierten en llamas fundiéndose al cuerpo de la amazona mientras la estela del Cangrejo aparece detrás de ella, el cosmos del cangrejo inunda todo el templo en llamas.

Ioseph comprende que debe hacerle frente ya definitivamente a la autentica adversaria, pero ya estaba cansado de pelear en este lugar, ardió su cosmos al límite, ambos se lanzaron sus ataques de energía que chocaron en una esfera.

-Lucy, ahora no estoy con ganas de empezar una batalla de 1000 días contigo… Tengo aun que echarle cuentas a cierto Dios, por eso regresé…-Responde Ioseph.

-Me da igual, no permitiré que llegues al Patriarca Aecio… antes tendrás que pasar por encima de mi cadáver.-Exclama Lucy.

Increíblemente el poder de Lucy superó al de Ioseph de Virgo, que recibió el podr de ambos y salió disparado hacía atrás, arrastrando su cuerpo por el mármol, no pudo levantarse, pues Lucy saltó sobre el, y clavó la suela de su bota dorada en el peto de Virgo.

-Demuéstrame realmente que eres el santo de Virgo, el hijo del Cid…-Exclama la amazona señalándole con el dedo.

El santo dorado la verdad tenía una mirada poca motivadora, realmente no tenía muchas ganas de más combate en esta casa, estaba algo ya cansado de las almas y el templo de Cáncer, así que murmuró:

-Lánzame el mejor ataque que tengas mujer, no… lánzame todos los ataques que tengas, si sobrevivo a ellos déjame pasar, sino puedes entregar mi cabeza al Patriarca…-Responde el hijo del Cid.

Lucy parpadea extrañada, pero accede y deja libre al santo de oro para que pueda levantarse, pero la amazona dice que el también debe demostrar su valía si quiere pasar al siguiente templo, el del León, Ioseph parece que no tiene otro remedio que acceder a esto y le dice:

-Es una pena que debamos matarnos tu y yo por ese Dios… pero el destino así lo quiso, cuan fuese nuestras vidas, el cosmos decidirá el destino…-Vocifera en tono sereno Ioseph.

Ante esta respuesta ambos arden sus cosmos y se lanzan a darse un golpe, que el choque hace una esfera, los 2 saltan para atrás para evitar la explosión del choque, Lucy ahora se encuentra de espaldas a la salida del templo del Cangrejo. Pero indiferente a esto levanta el dedo con su cosmos encendido.

Ioseph al contrario cae de rodillas y escupe sangre, mientras se agarra las costillas de dolor, no se las han partido de milagro pero el dolor ha hecho mella en el, y vamos tras regresar del miso Inframundo era lo menos que esperaba.

-Acubens, mi técnica física unida al poder físico de mi espíritu físico, Ahsura, del sello de nivel 3… tuviste suerte de llevar una armadura de oro, porqué normalmente las pinzas del cangrejo celeste te habrían cortado de cuajo por dentro y habrías tenido una hemorragia interna…-Explica Lucy, concentrada en su cosmos.

Ioseph comprende este dolor, pero ya sabe de sobra que todo dolor que reciba no puede superar su resistencia, y que debe levantarse una y otra vez, para poder lograr la meta que el tiene en mente, meta que solo el conoce y que es suficientemente importante como para que ande peleando.

-Me impresionas de verdad Ioseph y mi corazón lamenta mucho el tener que dañarte, realmente te he querido, fuiste como un hijo para mi, y me duele de verdad hacerte todo este daño, que sufras este daño.-Responde Lucy.

-Y yo que hayas pasado el mismo sufrimiento con ese bastardo de Almanzor… atemorizada y haciendo encerrar a esas almas en Yomotsu… pero ya no hay marcha atrás mi querida Lucy, uno de los 2 deberá sobrevivir… es la ley que se imparte cuando un traidor se lanza contra su antiguo reino… enfrentarse a los suyos.-Responde Ioseph con una sonrisa triste.

-Que así sea… recibe santo de Virgo el poder de las almas del santo de Cáncer, de la amazona de Cáncer… ¡¡ SESKISHIKI SOUEN!!-Exclama Lucy.

El efecto que invoca Lucy es increíble, según las palabras de la amazona, todo, hojas de los árboles, llamas del templo, la misma tierra emite una energía que es como el alma de esta, animales y plantas por igual, su técnica hace que se conviertan en poderosas flamas, ventiscas, riadas o erupciones de tierra que al impactar al enemigo dañan su alma.

Y así fue, Ioseph fue consumido unos momentos por las llamas de almas que parecen ingresar en su cuerpo, el santo de oro de Virgo cae de rodillas resistiendo el dolor de su interior, pero llega a caer al suelo inerte.

-Vaya Lucy… este es el dolor que tienes en tu corazón… te comprendo en parte… pero desgraciadamente… “se levanta cabizbajo” Me ataques con todo lo que me ataques no me retiraré, tengo motivos suficientes para saber que si yo pierdo, no habrá más… “desenvaina a Tizona” Esperanza…-Responde Ioseph.

La amazona de Cáncer no puede dar una mirada de sorpresa, no quiere seguir haciendo daño al santo de Virgo, pero no le queda más elección que usar la técnica más poderosa que tiene, terrible hasta más no poder.

Ioseph levanta su mirada ciertamente cansado de esta pelea, el quiere también acabar asi que arde su cosmos con gran intensidad, responde que ahora es el momento de acabar, pero Lucy levanta las 2 manos al cielo y empiezan a organizarse todo un conjunto de almas, Ahsura y Devas observan a la amazona y le ayudan a concentrar el poder mientras Cáncer aparece detrás de ella.

-¿Qué es eso?-Pregunta Ioseph.

-Esto es la Aniquilación de almas… es una técnica que concentra el poder tanto físico y espiritual de mis 2 espiritus, lo cual dañan el cuerpo y el alma del adversario, utilizando el poder de las llamas de las almas que nos rodean, si uno no sucumbe, otro lo hará, esta técnica es la prohibida para Cáncer… por Athena, porqué ella misma considera que todos nos merecemos reencarnar en este mundo pero esta técnica destruye el espiritu y evita eso… No quiero utilizar este poder contra ti Ioseph… pero es necesario…Perdoname…-Responde Lucy.

-No tienes porqué disculparte, ya lo dije… los traidores deben morir ¿no? Lanza tu técnica, me defenderé lo mejor que pueda, y si caigo, prefiero que sea a tus manos.-Responde Ioseph con una sonrisa franca aunque triste.

La amazona le devuelve la misma mirada, pero una lágrima se le cae de su rostro, no desea hacerlo pero exclama lanzando una gran esfera giratoria de llamas que toma la forma del cangrejo celeste contra Ioseph exclamando:

-¡¡ANIQUILACIÓN DE ALMAS!!

Ante esto Ioseph usa su cosmos, ve el peligro acercarse a su rostro, cierra los ojos unos momentos cargando su cosmos y exclama:

-Cosmos… ahora o nunca… dadme ese don… ¡¡¡SUN SHIELD!!!-Grita el santo de oro.

La esfera se formó, y el ataque de Lucy chocó contra el escudo de energía, Ioseph gritaba controlando todo su poder en su mano que hacía vigente que su protección se mantuviese en pie, que resistiera con todas sus fuerzas, pero la presión era inconcebible, imparable para el mismo Ioseph.

Al cabo del tiempo Lucy exclamó lanzando todo su poder y la defensa de Ioseph se destruyó, y el ataque entró dentro del cuerpo del santo de oro de Virgo, Lucy en su gesto exclama un No, por lo que había echo… Pues Ioseph empezó con mirada perdida a perder el color unos instantes.

Y parece como brillase su cuerpo, algunos chorretones de sangre salieron de su cabeza, pero… en un estallido de luz que pasó luego y que cubrió el templo en llamas de Cancer, Lucy divisó como el cuerpo del santo dorado andaba cabizbajo, de rodillas y llevando a Tizona recostaba en sus muslos.

La amazona se preguntó unos instantes… ¿Había muerto? Dio unos pasos pero se paró ante la fuerte presión que sucumbió, algo le impedía llegar al santo de oro de Virgo, una especie de llama le rondaba, Lucy parpadeo y vió que esta tomaba forma de un caballero castellano, de gran porte, cabello castaño rojizo y barba.

-¿Quién es esta alma que ronda a Ioseph?... “Pero unica rapida la respuesta” Tu eres…-Responde Lucy.

El alma se disipó y entró en la armadura de oro de Virgo, y Ioseph empezó a jadear, estaba vivo, y se levantó de repente, cabizbajo y serio caminó hacía Lucy, que bajo la cabeza, ¿habría llegado su fin? Pero el dorado pasó a un lado sin decir palabra alguna, solo cuando estuvo a espalda contra espalda habló.

-Entiendo perfectamente el sufrimiento que debe ocasionar el de una madre de no poder ver a su hijo cuando puede… Además Lucy de Cáncer… ¿Quién soy yo para quitar a un niño la vida de su madre?-Responde Ioseph.

-¿Qué?... Acaso tú… ¿Lo sabías?-Pregunta asombrada Lucy.

-El que tenías un hijo? Lo sospechaba… oí rumores, pero no creia que eran ciertos… además de la identidad del padre… aunque eres Milanesa tu familia está en Rodorio, y ese pequeño está ahí… Parece ser que después de todo la victima del enfrentamiento fuiste tú… Almanzor sabía de esto y amenazó con matar a tu hijo si no le concedias almas… ¿no es cierto?-Responde Ioseph.

Lucy baja la cabeza y asiente con tristeza. Ioseph de Virgo a su asombro le abraza por la espalda con una ternura que nunca se le vió, la amazona quedó impactada por lo que hizo, por lo que estaba haciendo.

-Siempre fuiste una madre para mi, porqué te pareces demasiado en tu forma de ser a mi madre… al igual que yo te recuerdo a tu hijo, ciertamente… fuiste mi segunda madre… y jamás podría hacerte daño… porqué si te hiciera daño, haría daño no solo a ese niño que le dejaría sin madre… sino que rompería la memoria de mi madre Jimena… Ahora mi deseo… “se separa de ella” es que vivas con tu hijo… que disfrute de la compañía que se merece cualquier niño… tener a su madre a un lado… y si su padre… que está en la cima del Santuario, está tan ocupado organizando el Santuario, ya le reclamaré lo mal que hizo… y si, también sé quien es el padre, después de todo le tienes devoción…-Responde Ioseph y se gira.

-¡Ioseph espera!-Exclama Lucy.

El santo de oro de Virgo se para y gira su cabeza, esperando sus palabras y ve como la amazona le sonríe.

-Gracias… gracias por abrirme los ojos… gracias por darme la oportunidad de conocerte… Ten cuidado y sobretodo… nunca dejes de ser tú mismo…-Responde Lucy.

Ioseph de Virgo le da una sonrisa sincera y mientras camina hacía la salida del templo, levanta el brazo y hace gesto de signo de la victoria, después de eso se lanza a correr hacía el templo del León Dorado, hogar del santo dorado de Leo.

Pero Lucy se queda tranquila, dirigiéndose a la entrada del templo para bajar por las escaleras piensas en su felicidad una cosa:

-No debo temer por el… después de todo, tiene alguien que desde el cielo le protege y vela por el…-Piensa Lucy.

De camino hacía el templo de Leo

De la gran caminata que le espera lanzándose en el recorrido, el santo de oro de Virgo se lanza hacía el proximo objetivo, Leo hogar del santo de oro de grandes velocidades y la electricidad.

-Allá vamos…-Exclama Ioseph.


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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)

#19 Poseidon The Sea King

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Publicado 09 marzo 2012 - 10:31

amolar.. no puedo creer que me lei todo esto jeje.. ps que te puedo decir amigo mio.. tiene una imaginacion que da miedo.. yo recien estoy empezando y mi fic a tu lado es una basura de apolo XD.. me gusta mucho tu personaje... la historia engancha pero bien.. tu fic es tan bueno como "The Walking Dead" la comparacion es porque esa serie, ademas del anime me fascinan..

espero el proximo capitulo..

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#20 Ares The Destroyer

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Publicado 28 marzo 2012 - 12:50

Gracias Rick ^^

CAP: PRUEBA DE CORAJE

En el camino hacía el siguiente templo dorado de Leo, el santo dorado de Virgo, el victorioso de ya 4 peleas, Ioseph de Virgo, en un deplorable estado físico corre hacía el siguiente templo dorado, el 5º en la lista, hogar del santo de oro de Leo.

Aun quedaba muchas escaleras que subir mientras tanto Ioseph corre como podía agarrandose las costillas, resistiendo el dolor que llevaba dentro, casi no podía seguir, pero era su voluntad y resistencia lo que le mantenía en pie, pero realmente este dolor no le preocupaba mucho, sino al santo dorado que debería haber en el templo de Leo.

Tras un arduo camino de subida, el santo de oro de Virgo, veía los 2 leones al lado de la gran entrada, con aspecto terrible, la cual representaban la furia y potencia del santo de oro que permanecía en dentro del templo, pero por poca sorpresa que se le pasase a Ioseph, dentro no se sintió cosmos alguno.

-Afortunadamente… ya no hay santo de oro de Leo…-Piensa Ioseph con cierta intranquilidad.

De repente sin previo aviso un rayo cayó sobre muy cerca del templo del León dorado, cuyo acto no espero Ioseph que dio un salto para atrás y con Tizona en mano, realmente fue un susto que tuvo, pero vio que serían solo imaginaciones suyas, ¿Por qué sentir intranquilidad si dentro no se siente el cosmos de un enemigo? Piensa Ioseph y acto seguido guardando Tizona accede a la entrada, aunque con cierta cautela.

En el templo del Gran León Dorado

EL hogar del héroe más legendario de la mitología, el hogar de Hércules, el templo dónde se custodiaba las pieles doradas del León de Nemea, pieles que Hércules o Heracles se puso, según cuenta la mitología. Y según las leyendas de esas pieles se dio origen a la armadura de oro de Leo. Lo cual quien vestía esos ropajes dorados era digno sucesor de Hércules, primer santo de oro de Leo.

Lo que pensó una vez Ioseph que quizás el debió ser el santo de Leo y no Virgo, pero por designios de nacimiento y destino, fue la Virgen y no el León quien invistió al hijo del Cid Campeador.

Pero los pasos que dá, queda extrañado pues un aura eléctrica parece sentirse, es ténue, y a simple vista indetectable, pero así es, una luz amarilla se apreciaba al fondo del templo, Ioseph parpadea cuando vé de que se trata.

-¿Armadura de oro de Leo?-Dice con extrañeza Ioseph.

¿Y por que esta extrañeza? Porqué llevaba tiempo que observaba la armadura de oro de Leo, cuando entrenaba hace casi 100 años en el Santuario, observaba la armadura, y desde que despertó en septiembre de 1191 de ese bloque de hielo solo la vió una vez más… Pero envestida por el hombre que debería andar acá.

Ioseph empieza a recordar el pasado… cierra los ojos un momento y de la oscuridad empieza a visualizarse unos recuerdos, que para nada eran placenteros…

Atenas, Grecia. Año Romano: 1191*

Era septiembre de 1191, el santo dorado de Virgo, Ioseph, había escapado de una situación traumática… Para hace 4 días solo, solo eso… Estaba en 1099, finalizando la 1ª Cruzada, con varios caballeros cruzados dónde encontraron las reliquias del Santo Grial. Lugar dónde en esa gruta un espíritu divino se apreció como espectro de hielo, el ser que domina el Viento de Norte, Boreas apareció ante ellos.

Ioseph rápidamente se vistió con la armadura de Virgo y le hizo combate al Dios, lo cual de la afrenta solo Hugo de Payens escapó, en el enfrentamiento del cual incluso Bavieca el caballo de Ioseph y anterior corcel de su padre fue congelado por la ventisca helada de Boreas.

Cuando despertó, creyendo que fueron pocas horas con Babieca, al salir de la gruta se encontró con Altair Ibn La Ahad, lo cual cuando le explicó toda la historia, y el también, le extrañó que estaba en principios de septiembre del año 1191, todo era muy extraño pero acompañó a ese hombre por Arsuf a matar a Robert de Sable Gran Maestre Templario, y luego al lider de los Hassassins, Al-Mualim. En esa refriega el mismo Ioseph se vió derrotado por el Fragmento del Eden, la manzana que el viejo utilizaba y lo dejó medio incosciente.

Cuando Altair mató a su maestro, y tomó el liderazgo de Masyaf, en Siria, el santo dorado se despidió de su compañero Altair y regresó al Santuario. En 2 días a barco llegó a las orillas de Grecia y a galope llegó a la entrada del Santuario, pero lo que encontró lo dejó perplejo y sin palabra que decir.

Todo lo que había eran cadáveres, bajando del caballo, Ioseph se acercó a un soldado que aun vivo, respiraba con dificultad. Ioseph le preguntó que había pasado, que era el santo dorado de Virgo y quería saber que había pasado en su ausencia, el hombre solo dijo unas palabras…

-Sala-ahl Alí… de… Leo…-Dice antes de ahogarse con su sangre y caer muerto.

El inexperto santo dorado de Virgo tragó saliva ante esto, cuando de repente se vió rodeado de una multitud de hombres armados, el santo dorado se levanta mientras con una sonrisa orgullosa ve a sus alrededores, a los enemigos, en parte quiere saber que ocurrió.

Virgo les pregunta si fueron ellos rasos soldados musulmanes y cruzados quienes hicieron este estropicio, lo cual con una mirada confiada se prepara a hacer frente a estos, pero la cara le cambia cuando de la multitud sobresale una risa algo malvada, cubierta de un cosmos dorado muy poderoso.

De la multitud de soldados aparece uno que parece el General, con armadura dorada que Ioseph reconoció, con forma de León en el cuerpo de un hombre, de estatura alta, luce una enorme cabellera que le da la apariencia de un león verdadero, mientras sus ojos inyectados de sangre recorren a a su presa… con forma impetuosa y agresiva que le da apariencia de un león verdadero.

Ioseph se le cambió la cara mientras ponía su mano sobre Tizona y la desenvainaba respondiendo:

-¿Quién eres tú y por qué portando la sagrada armadura de Leo te lanzas contra el Santuario?-Pregunta Ioseph.

A cada paso que daba, los soldados le dejaban paso con cierto miedo, la sombra de ese hombre mostraba la de un león mientras apoyaba su pierna sobre un cuerpo de un soldado del Santuario, agachaba la cintura y apoyaba su codo en su rodilla.

-Un santo dorado, ya tardaban en aparecer… pero no reconozco tu armadura… ¿Quién erés?-Responde Leo.

-“sonriendo” Mi nombre es Ioseph de Virgo bastardo, y responde mi pregunta si tienes honor.-Exclama Ioseph.

“rie unos momentos por la respuesta” Así que Virgo, o sea que tu eres el discípulo de ese santo de oro que hace 100 años robó la armadura ¿no? Total que más da… A tu información doradito de poca monta, estas ante Sala-ahl Alí de Leo, el León del Desierto y pronto nuevo señor de la Tierra.-Exclama el Santo de Leo.

El nombre de León del Desierto conmociona a Ioseph, pues en su mente escuchó alguna historia de su recién conocido amigo Altair, sobre un hombre que hizo correr ríos de sangre y mares de sangre de Tierra Santa con un poder sobrehumano, el dorado ve ante él a esa leyenda en persona pero su orgullo le precede.

-¿Así que León del Desierto no? Que más da, y te diré algo, no soy el discipulo de nadie, SOY EL AUTENTICO SANTO DE VIRGO, ahora paga tus pecados de sangre bajo la espada del Campeador… ¡¡SUN SWORD!!

El tajo de luz es lanzado contra Leo, pero este sin más remedio cerrando los ojos a punto de ser impactado ante el asombro de Virgo agarra con su mano el tajo de luz, el santo de Virgo no pudo creer lo que veía y quedaba boquiabierto ante lo que había hecho el santo dorado de Leo.

-¿Es esta la velocidad de tus ataques? Parece que te has limitado únicamente a controlar frágilmente la velocidad de la luz.-Responde el impetuoso Leo.

-¡¿Qué?!-Exclama Ioseph al ver como Sala-ahl Alí con su mano reviente el ataque.

-Que débil eres… creo que ya no vale nada ver lo que eres capaz de hacer…-Responde Sala-ahl Alí.

Sala-ahl Ali enciende su cosmos que inunda todo el lugar con una presión aplastante, mientras la efigie de un león infernal se dibuja a sus espaldas mientras los soldados se retiran del alrededor de Ioseph..

-¡Pero si eso es…!-Vocifera Ioseph.

-¡¡¡¡¡¡ضاءة, كتلة!!!!!!! (LIGHTING BOLT)-Exclama Leo.

Con un soberbio manejo del cosmos, un electrizante tornado de arena surge de la nada, envolviendo a Ioseph con su voltaje y elevándolo muchos metros hacia el cielo. Cada partícula de arena que se incrusta en las micro fisuras de la armadura de oro de Virgo hacen mella a Ioseph mientras ve en el mismo tornado como un león de electricidad la dá un zarpado, haciendo que reviente la hombrera izquierda de Virgo de lado abriendo una herida en forma de garra en su hombro izquierdo.

Mientras tanto, Sala-ahl Alí es testigo de cómo Ioseph se estrella finalmente contra el piso, de espalda al suelo, a una distancia Tizona. El hijo del Cid queda aparentemente inconsciente mientras Sala-ahl Alí de Leo está envuelto en un impresionante cosmos electrizante, mientras el suelo a espaldas de Ioseph empieza a emerger un charco de sangre proveniente de su hombro y de pequeñas fisuras de su armadura.

-Al final… demostraste que no eres nada más que un charlatán egocéntrico… perro ladrador poco mordedor…-Sentencia Sala-ahl Alí de Leo.

El santo dorado de Leo y su ejercito de soldados se retiran del lugar dejando a Ioseph cerca de la muerte, pero al cabo de poco tiempo después los ojos del santo de oro de Virgo se abren al unísono, como aturdido y desorientado. Intenta levantarse pero siente un gran dolor por todo su cuerpo. Y busca desesperado a Tizona su amada espada.

La divisa lejos, pero ni arrastrándose puede llegar, entonces ve como a su lado Babieca se encontraba, como protegiéndole, así pues levantando su mano agarra la correa de su corcel y se levanta, pero poniendo su mano en su costado mientras parece que su caballo le guía en el camino.

Recogiendo la espada, el santo de oro, cubierto de heridas y sangrando por la boca se cuestiona dónde pudo haber ido el bastardo y todopoderoso adversario que le derrotó con tanta facilidad, lo cual siente un gran choque de cosmos.

-Ahí está…-Dice Ioseph.

Mientras montado en Babieca llega rápidamente cerca de la entrada del Coliseo del Santuario y cercano a la entrada de las 12 casas del Santuario de Athena, ve con horror antes de llegar como un cosmos explota contra otro tenue y menor.

Cuando llega Ioseph, oculto en un árbol mientras soporta los dolores observa que en el fondo cae desmembrado el cuerpo de otro santo dorado, con alas tan brillantes como el sol, pero ahora cubiertas de un aura electrizante que acabó con la vida del santo dorado en cuestión. A sus pies el todopoderoso Leo con sonrisa maligna fija en el cadáver, con el puño aun rodeado de electricidad.

-¡No!-Grita en sus pensamientos el santo de Virgo.

Al ver como los soldados del Santuario temen, como ha cubierto de sangre, un aura asesina le entra a Ioseph ante tan macabro y frío acto, se presta a ir contra el dorado, pero se para, pues observa con ello además que ante los ojos placenteros de Sala-Ahl Alí los soldados retroceden atemorizados.

Pero pronto se da cuenta que en realidad han retrocedido para dar paso a alguien mucho más importantes que ellos mismos… una niña de escasos 11 años, vestida con una majestuosa armadura de batalla, más no su legendaria armadura, pero empuñando a Niké y al escudo de oro con maestría.

-¡Athena!-Exclama el León del Desierto.

-¡¿Athena?!-Piensa sorprendido Ioseph.

-“Sonríe cínicamente” Athena, me has evitado el trabajo de buscarte, ¿has venido personalmente a rogar clemencia y rendirte ante mi ejército?-Responde con osadía Sala-Ahl Alí de Leo.

La joven Athena sin perder la compostura ante tal comentario, se presta a responder a la pregunta.

-Te equivocas, Sala-ahl Ali. He venido aquí a acabar con tu vida.-Exclama Athena.

-¡¿Qué?! ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿A mí, que soy un dios entre los hombres, al cual los dioses tiemblan ante mi presencia? Athena, tú que eres sólo una niña, ¿cómo te atreves? Miles de hombres han muerto por ese desparpajo tuyo.-Responde con cierta rabía Leo.

-Sala-Ahl Ali, yo te confíe la vida de la mitad del hemisferio para que pudieras resolver el conflicto de Oriente Medio…en vez de eso, ¡has cubierto al mundo de sangre! ¡No puedo perdonarte por eso! ¡A partir de este momento, quedas expulsado de la orden de los Caballeros Dorados y del Santuario de Athena!-Exclama la Diosa.

Cállate, estúpida! ¡Mejor muere de una vez para que yo pueda dominar el mundo! ضاءة, كتلة!!!!-Exclama el dorado.

Sin que los soldados pudieran hacer nada, el torrente eléctrico abate contra la Diosa sin piedad por unos instantes pero al asombro del León, toda la energía cósmica lanzada por el mismo santo dorado traidor se concentra en la punta del bastón de Niké, brillando como si fuera una estrella, aunque la ropa de la Diosa se desgarró un poco esta quedó intacta y levantando a Niké responde.

-Sala-Ahl Ali… que esta luz te ilumine en tu camino de recorrido hasta el otro mundo, y que tu alma encuentre paz…porque es al Tártaro donde yo te condeno.-Sentencia la Diosa de la justicia.

Aunque el santo dorado intenta detener su propio ataque con todas sus fuerzas, es materialmente imposible contener el devastador ataque de regreso, que brilla hasta cristalizar el suelo…El León del Desierto es traspasado por la luz eléctrica con los ojos abiertos y gritando de par en par mientras la carne empieza a ser desgarrada, la sangre a emerger de su cuerpo.

A ojo de Ioseph cuando termina la luz, solo queda una armadura de Leo severamente dañada, el León fue vencido por la Diosa que empieza a caer inconsciente, el dorado se acerca rápido y sujetarla entra su brazo para evitar que cayese, pero el mismo Ioseph no resiste el dolor de sus heridas y cae de rodillas pero manteniendo a salvo a la joven.

Para cuando el Patriarca y el resto de santos dorados llegan hasta dónde Athena encuentran el fragor del combate y a Ioseph sentado teniendola sujeta entre sus hombros, aun desmayada. Los santos dorados como no reconocían a este dorado se prestaron a atacar a Ioseph pero el Patriarca les detuvo:

-Ioseph de Virgo, ¿eres tú? Por todos los Dioses, hace 90 años que no se sabía de ti, ya creí que habías robado la armadura de oro o habrías muerto… nadie supo que te pasó… Y sigues igual de joven que hace 90 años… ¿Qué ocurrió?-Responde el Patriarca Aecio.

-Es… una larga historia Patriarca… pero veo que en mi ausencia han pasado muchas cosas… 2 cruzadas más… guerras en el mundo, más sangre ha caido sobre nuestra Tierra, y en parte producida por los santos de athena… es terrible como un santo de oro como Sala-Ahl Ali de Leo haya producido tanto dolor y sufrimiento… Lamento no pude haber detenido a ese monstruo pero gracias al cielo que nuestra Diosa nos protegió… lamento no pude haber hecho algo por Sagitario… pero… estoy listo para regresar a las filas de Athena y pelear por la justicia.-Exclama Ioseph.


Los recuerdos del Santo dorado de Virgo terminan, tras esos acontecimientos Ioseph ingresó hace 3 años en la Orden de Athena pero la efigie del dorado que le derrotó está aun latente, cubierto en la armadura de oro de Leo que ahora sobre unas losas que simbolizan el símbolo de la constelación dorada, anda cuberta de cadenas que contienen el poder de la aun rebelde armadura.

Como si recordara a su antiguo dueño, algo que da cierta intranquilidad a Ioseph, que lo deja pensativo… Pero debía seguir su camino, hacía el templo de Virgo, su hogar.

El salón del Patriarca

En la instancia del Sagrado Patriarca del Santuario, lugar de decisión del reino de Athena, ahora de Apolo, el anciano Patriarca pero aun vigoroso Flavio Aecio está sentado pensativo tras el combate de Cáncer, sentir las últimas palabras del santo de Virgo.

y si su padre… que está en la cima del Santuario, está tan ocupado organizando el Santuario, ya le reclamaré lo mal que hizo

El Patriarca abre sus ojos y piensa entre su consternación que no es tan sencillo, dirigir las élites del Santuario es un trabajo arduo, pero cual fuera la situación Virgo no tenía el derecho a juzgar pues el traidor era el castellano y no el Patriarca, ve con suma intranquilidad que Ioseph tras Leo tendrá Virgo, lo cual es una casa de descanso y Libra es el destino próximo, cada vez más cerca.

Esos pensamientos se turban cuando siente la cosmoenergía divina de Apolo a sus espaldas, el Dios sonriente observa al anciano Patriarca que levantado está a la defensiva, pero se calma un momento.

-¿Qué deseas Dios del Sol?-Pregunta el Patriarca.

-“Moviendose al lado de brazos cruzados” Veo que nuestro pequeño santo dorado ha llegado hasta el 5º templo y sigue vivo, veo que los santos dorados de Athena no son tan excepcionales como recordaba de los tiempos mitológicos… que un simple dorado pueda con 4 es absurdo… ¿Tan debiles son tus huestes Aecio?-Responde Apolo.

-¡No te permito que hables así de mis soldados Dios del Sol! Seamos tus subditos ellos te son fieles y han muerto defendiendo tu causa… criticar sus muertes te dá mala imagén…-Exclama un valiente Patriarca.

El Dios del Sol observa consternado al Patriarca que con vigoroso y determinante porte está frente al hijo de Zeus, el Dios debe evitar el castigo pero claro, ha sido una falta que ese humano le levante la voz, ya que después de todo están en el mismo bando.

-Muy bien, si tan seguro estás de tus queridos mortales… quiero que utilices el ken de almas que dominas… el Seskishiki legendario, para convocar un alma de un santo de oro que hoy yace torturado… en el hogar del León de Nemea.-Vocifera el Dios.

-¡No puedo hacer eso! Ese hombre es un traidor contra Athena, su hermana… Ríos de sangre ha cubierto sobre la Tierra, su castigo está impuesto.-Comenta el Patriarca.

-Mortal, los Dioses decidimos que hacer con los vestigios humanos como ustedes, si nosotros decimos que un mortal ha de ser liberado, pues lo es, nuestra palabra es ley y te ordeno que lo hagas… además ya no hay Athena, ¿contra quien se rebelaría? Y sobretodo, su poder es capaz de tumbar a santos de oro, precisamente lo que buscamos… Asi que hazlo.-Ordena el Dios.

El anciano, contrariado debe hacer caso a la orden directa de su señor, aunque advierte a Apolo que se arrepentirá y acto seguido hace arder su cosmos dorado elevando el dedo hacía arriba, ardiendo en llamas de almas.

-INVOCANTEM IMPURUM ANIMAS!

Ante esto el Dios desaparece del lugar en un resplandor de luz flamígero, hecho está, nuevo horror aparecerá en la Tierra.

En el templo del Gran León Dorado.

Ioseph está caminando hacía la salida, su paso es firme, sin detenimiento, a ritmo de esfuerzo por las heridas que tiene, pero aun con la fuerza para seguir caminando, de repente escucha un ruido de forma a la de un rayo.

El santo de oro se extraña, y se gira al ver que el templo seguía vacio, pero raro es que el cielo azul se empezó a nublar, el templo empezó a oscurecerse de gran manera solo brillando la rebelde armadura de Leo y su armadura de Virgo, como si el sol se hubiese apagado, el ambiente alrededor del templo se volvió sombrío.

-¿Qué diablos pasa?-Murmura Ioseph.

El cielo empieza a rugir, se avecinaba tormenta o así pensó Ioseph, pero se dio cuenta que el ambiente andaba electrizado, su armadura de oro emitía chispas, algo que extrañó al santo de oro de Virgo, cuando el cielo rugió de gran manera, parecía que el Apocalipsis se inició en la Tierra de fines del siglo XII.

Un rayo cayó sobre el templo, pero no uno efímero, pasando y traspasando el techo cayó sobre la armadura de Leo, Ioseph no pudo evitar cerrar los ojos y poner el brazo para evitar ser cegado, mientras era arrastrado para atrás por una fuerza que el no comprendía, sobrenatural poco vista en el mundo que habitaba.

Cuando paró tras minutos desconcertantes, Ioseph cayó de rodillas, empezó a girar la cabeza para volver de si, ciertamente se sentía algo aturdido por lo que había ocurrido, y volviendo de si a la realidad fuera de su cabeza levantó la mirada, abrió los ojos lentamente, sin prisa alguna y visualizando el mundo.

Pero quedó rígido por lo que veía, se levantó y caminó hacía el interior del templo zodiacal, con esmero y extrañado, su mirada al caminar era de desconcierto, hasta que paró de repente, frente a un aura eléctrica emanaba en el ambiente.

-La armadura de Leo… no está…-Respondió Ioseph.

Así era el caso, frente a sus ojos, dónde la armadura de Leo estaba sujetada a las cadenas, y sobre el sello de la constelación dorada, ahora se encontraba electrizada, las cadenas tiradas por el suelo, desperdigadas sin descanso. Ioseph camina para inspeccionar el lugar pero el aura eléctrica que se notaba le impedía avanzar más.

¿Qué pasó? Se preguntaba a sus adentros Ioseph de Virgo, mientras se cuestionaba que diablos ocurrió, como apareció ese fenómeno extraño, el templo seguía oscurecido, muy oscurecido debido al tiempo nublado, aun se escuchaba el tronar de los rayos, de los cuales empezaban a caer de vez en cuando cerca del templo.

La tranquilidad era plausible en el ambiente, pero Ioseph empezó a oir ruidos alrededor suyos, como de algo que se moviese, el oido de un animal rondando alrededor de las columnas y vigilando con sus ojos el porte de Ioseph, como el sonido de un animal que rugió de gran manera.

El santo dorado de Virgo sin temer observa que del lugar de esos sonidos empieza a brillar con toque dorado, el hijo del Cid se gira desenvainando a Tizona al ras de instante, sube la cabeza lentamente para ver a su enemigo, con ojos de diablo buscando la siguiente pelea, pero se vuelven al de desconcierto.

A sus ojos, alguien porta la armadura de Leo… Alguien endiablado para Ioseph… otra pesadilla retorna frente a él… oscurecido su rostro, este hombre sale de la oscuridad y muestra su rostro… mostrando una sonrisa algo cínica que hace que salga la intranquilidad de la mirada de Ioseph de Virgo.

El Salón del Patriarca

El Patriarca anda sentado por lo que acaba de liberar de nuevo a la Tierra, un ser que la misma Athena castigó con la prisión máxima, el Tártaro, el hogar de fuego incandescente, tortura inimaginable a aquellos que hicieron la falta más grave que podría cometerse, ir contra los Dioses del Olimpo.

El anciano se agarra las manos con suma preocupación de lo que acaba de verse obligado a hacer, todo por acción del Dios del Sol, que ordenó esto, para el anciano un error inimaginable porqué la sangre volverá a correr por la Tierra.

-Al menos… tuve la precaución de sellar su poder solo al templo, fuera del templo del Gran León no podrá continuar, su cuerpo se evaporará y regresará rápidamente al Tártaro…-Piensa Flavio Aecio.

En el camino hacía el templo de Cáncer

En el vigoroso camino que se encuentra hacía el templo del cangrejo, la amazona de bronce Apus, el ave del paraiso, Seshat de Apus, cuyos cabellos dorados y cuyos brillantes ojos esmeraldas hacen que resuenen en el Santuario, además de su impetuosa actitud de no llevar máscara, pero eso es cosa del pasado.

Ahora estaba parada frente a alguien, alguien que resonaba con la armadura dorada frente a ella, la santo de bronce ya había presenciado este grosor dorado antes, en los cuerpos de Anairis de Aries y Bullova de Géminis, pero esta estaba frente a ella, de píe.

-La amazona dorada de Cáncer… la terrible Lucy, señora de Yomotsu.-Exclama Seshat.

La amazona observa con seriedad a la bronceada, y responde diciendo el nombre de la bronceada, Seshat de Apus, heredera del trono del rey Carlos… y le pregunta que hace en las 12 casas, hogar de los santos de oro de Athena.

-Tengo una misión en mente… detener a Ioseph de Virgo de su empeño de vengar a Altair Ibn-La Ahad de hace varios meses… ya produjo mucha sangre por medio, esparció a esta Tierra con la muerte de 3 santos de oro que luchaban por la justicia, quiero cambiarle de opinión y que regrese conmigo al exilio.-Responde Seshat.

Lucy de Cáncer queda callada unos momentos, cerrando los ojos como pensativa y le dice que en ningún momento la prioridad principal de Ioseph fue la de vengar a Altair, lo cual deja desconcertada a Seshat y pregunta por qué decía eso.

-¿No lo has notado tú que has estado meses en el exilio autoimpuesto con el?... Su mirada refleja muchas emociones, angustia, dolor, rabía… pero no rencor, cierto es que odía a Apolo por lo que hizo, pero el mismo se le nota aunque claro no a simple vista, que esos sentimientos negativos se los lanza sobre si mismo, él está marcado por la muerte de su padre, por la muerte de aquellos a los que no pudo salvar, y está enfadado con el mundo por su debilidad… Por eso ya no es el orgulloso e impetuoso santo que era, la muerte de vuestro amigo le marcó profundamente, porqué pudo haberlo salvado pero no pudo…-Explica Lucy.

-¿Entonces… que busca? ¿Por qué hace todo esto?-Pregunta Seshat.

-No lo sé… creo que en la mente de Virgo se inmiscuyen más objetivos que masacrar a los otros santos de oro restantes, como si buscase algo, pero claro… desenvaina a Tizona mostrando una máscara de venganza…-Supone Lucy.

Sienten el rayo cayendo en el templo del Gran León y ambas quedan paralizadas por lo ocurrido, Seshat pregunta que pasa, pero en Lucy se muestra el horror al sentir ese cosmos terrible, conoce de quien pertenece, de alguien más monstruo que humano, alguien que Athena misma repudió.

-Ioseph está en peligro.-Piensa Lucy.

En el templo del Gran León.

La persona estaba frente a Ioseph, que abre los ojos de sorpresa, pero no es muy alegre que se diga, sino de intranquilidad, un sueño de su pasado estaba frente a él, otra pesadilla, cubierta del blasón de la armadura de oro de Leo, la cual el admiraba, portando un impetuoso y agresivo aspecto, con larga cabellera simulando a la de un auténtico rey león, ojos inyectados en sangre lo cual estaban rodeados de cuencas negras,, piel de aspecto árabe del cual las mejillas bajo sus ojos, los brazos y sus piernas simulaban tener grabadas cadenas negras.

-Sala-Ahl Alí de Leo… El león del Desierto… Imposible… Te vi morir…-Responde Ioseph

El santo infernal de Leo ríe en silencio, ve sus brazos, su mano con estás marcas que simulan cadenas, un cosmos emiten de estas y comprende que son sellos impuestos por el Patriarca, pero vuelve su mirada cínica hacía el castellano.

-Oh… tiempo pasó desde mi ultima estancía en la Tierra… “Ioseph responde que no el suficiente” ¿No el suficiente? Baños de sangre que se han evitado por mi ausencia, pero lo cual me asombra que tú, ese perro ladrador poco mordedor sigues vivo… Parece que no eras debil de todas formas… pero veo que sigo en las mismas… Estas herido, debil por los combates, y yo he sido invocado del Tártaro para enfrentarte, aunque estoy gratamente sorprendido que ahora no está Athena gobernando este Santuario y tu, fiel santo dorado eres un traidor… después de todo no somos tan diferentes.-Responde Sala-Ahl Alí.

-Si que lo somos, tu solo matas para conseguir poder mientras que yo solo mato por una causa mayor…-Responde Ioseph.

-¿Cuál? ¿La venganza? Interesante, pero no vamos muy distanciados castellano… eh como era? Ah si, Ioseph o en castellano también dicho, José de Virgo… Tú alzas tu espada contra el Patriarca y yo alcé mi puño contra el Patriarca, ahora ni Athena está, tenemos un objetivo común, pero bueno, después de todo fui revivido para matarte asi que… espero que sepas darme ahora tras 3 años, un buen combate…-Exclama Leo poniéndose en posición de ataque.

Ambos ardieron sus cosmos dorados, detrás del León, emergió una figura de un enorme León endiablado, oscuro y carnicero, detrás de Ioseph no apareció ninguna figura, su cosmos resonó en la espada Tizona en la mano izquierda y la luz flamigera en la derecha y se lanzó contra Sala-Ahl Ali de Leo.

Y lanzó el primer ataque, que era la Sun Sword, usando una agresividad que nunca se había visto en el rostro de Ioseph, tal cual el santo de Leo esquivó de suma rapidez hacía el lado, mientra el suelo del templo era cortado en 2, pero Ioseph no terminó, aún le tenía en mano su segundo ataque y frente al peto de Leo emergió la luz anaranjada al grito de…

-¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!

La luz emergió e iluminó el sombrío templo del León, del cual saliendo arrastrado para atrás, el santo de oro de Leo, el asesino y guerrero Sala-Ahl Ali, Salali como diminutivo, sobresalió notablemente complacido por lo que había logrado Ioseph, pero sin daño aparente y aplaudió la fuerza del santo de Virgo.

Pero antes de que Ioseph se relajase, sintió todo electrizarse a su alrededor, de repente emergió alrededor del santo de oro de Virgo un tornado de arena que empezó a echar chispas por doquier, pero el santo de Virgo no cayó en esta trampa tan fácilmente y exclamó.

-¡¡SUN SHIELD!!

El escudo de energía solar protege al santo de Virgo aparentemente está logrando su labor, que es la defensa del hijo del Cid, pero Salali responde:

-No será suficiente… ضاءة, كتلة!!!!-Exclama Salali.

Cuando el tornado de arena se electrizó, elevó por los aires la esfera protectora de luz con Ioseph dentro, pero al asombro del castellano, la esfera se fractura por la potencia eléctrica del ataque, y ante un sonoro no en el pensamiento de Ioseph, el Sun Shield se desvanece.

Lo ocurrido a continuación es terrible, descargas de electricidad pasan por Ioseph, ante sus ojos entre abierto resiste como puede el dolor atenuante de varios de miles de voltios pasando por si mismo mientras es elevado más y más hacía el techo del templo de Leo, otra vez esa sensación de angustia y casi muerte.

Cae sin más opción al suelo, y empieza a rodar al lado, a espaldas contra el suelo, nuevamente se repite, mientras el suelo a espaldas de el emerge un poco de sangre, sus ojos resisten el cerrarse, mientras aprieta sus dientes empañados por sangre y saliva, quemaduras por su rostro y rodeado de un aura eléctrica.

-Es interesante… 2 veces que te lancé mi ataque y 2 veces que has sobrevivido, incluso ahora que estabas herido, tu corazón late aun… eres un gran ejemplo de resistencia santo de Virgo, ¿o debería llamarte Caballero de Virgo? Porqué después de todo eres un caballero… entre nosotros los santos que llevamos armaduras, el término caballero no existe, pero permíteme nombrarte como el primer Caballero de Athena de la Historia, por tu valentía, tu temeridad y tu resistencia… y por portar espada.-Responde con soberbia Salali.

-¿Qué… pretendes?-Pregunta Ioseph.

-¿Qué pretendo? Mi motivo es la diversión, y creo que esto para nada es divertido, ¿te diviertes solo? Pero bueno… antes de seguir esparciendo tu sangre por mi templo sagrado te propongo un trato.-Responde Salali.

-¿Qué clase de trato?-Pregunta Ioseph.

-Ayúdame… tu y yo tenemos la misma idea, ir contra el Santuario, matar al Patriarca, ahora que está Apolo pues me alzaré contra Apolo… solo necesito que me ayudes… Y lo lograrás, si ves mi cuerpo, está llena de señales que parecen cardenales, son sellos que ha hecho ese anciano para evitar que salga del templo pero hay una solución… “señala la bolsa que tiene Ioseph atado en la Cintura” Utiliza ese objeto en forma de manzana o esfera dorada y libérame de este tormento…-Responde Salali de Leo.

-“Sorprendido y levantándose lentamente” ¿El fruto del Edén…? ¿Quieres que use el Fruto del Edén para liberarte y poder esparcir de nuevo mares de sangre?-Pregunta Ioseph.

-Más que esparcir mares de sangre, es impartir justicia… pero claro eso es viéndolo de la manera de cada persona… quiero justicia por todo el dolor que pasado en el Tártaro y los Dioses caerán… y juntos lograremos asentar y demostrarles quienes somos, a los Dioses y a ese anciano al que llamamos una vez maestro… “Ioseph queda muy pensativo por las palabras de Salali, lo cual lo capta y agrega” Recuerda como trataron injustamente a tu amigo, y como lo torturaron al Tártaro… cuando fue engañado… y obligado a hacer lo que hizo… recuerda como el Patriarca te repudió a ti.-Responde Salali.

Ioseph se queda muy pensativo de las palabras de su acérrimo enemigo, empieza a meditar todo lo que ha dicho, de cómo trataron injustamente a Altair, de cómo alguien engañó al Assassin y este mató sin quererlo a su amada esposa María lo que le llevó a la locura y de un gesto de improviso embistiera a Athena que por desgracia murió de un golpe en la cabeza… de cómo regresaron él y Seshat con un Apolo al Santuario y le contó lo ocurrido…

Ioseph empieza a recordar lo que le cambió radicalmente su vida…De cómo Apolo conquistó el trono del Santuario.

Hace varios meses, finales de diciembre de 1193

El Santuario de Athena había sufrido un duro golpe, su amada Diosa que había regresado hace apenas 12 años, había muerto, por acción de uno de sus santos de plata que se sumió a la locura tras perder a su esposa, el Asesino fue condenado por los Dioses, por la falta grave de levantar la mano a estos, y de matar a Nemesis y a la Diosa de la justicia, pero nadie podía solucionar la pérdida irreparable.

Flavio Aecio junto a sus santos de oro en el templo de Aries y multitud de santos de bronce y plata observan como Ioseph cabizbajo deja en el suelo el cadáver de la Diosa de la Justicia, el horror se veía del rostro del Patriarca que se quitó el casco y cayó de rodillas por lo ocurrido, apretando los dientes, los santos emergieron de la misma manera, pero el Dios del Sol, presente en la reunión empezó a hablar.

-My bien, como dicta a vuestra incompetencia, mi hermana, la magna Athena ha muerto y sin mayor demora mi padre, el todopoderoso Zeus me ha ordenado vuestra ejecución por lustra inutilidad a lo que deberías haber hecho que es custodiar la vida de mi amada hermana… Pero por suerte para vosotros, me apiadé y le rogué al señor del Olimpo que no os ejecutara a ti ni a los humanos, con la condición de que desde ahora yo dirija estas huestes y me sirváis…-Responde Apolo.

Un gran murmullo empezó a correr por los devotos servidores de Athena, los santos dorados, los santos plateados, los santos de bronce, e incluso los soldados rasos que fuera quedaron del templo hablaban, el Patriarca sabía lo que se jugaba en juego, en un momento se levantó y observó con su rostro de 797 años a los soldados, santos de Athena.

No tuvo remedio alguno, se arrodilló frente Apolo y levantó al báculo Niké ofreciendoselo al Dios, como acto de servidumbre, los santos que habían en esa reunión, Anairs de Aries, Ptolomeo de Tauro, Bullova de Géminis, Lucy de Cáncer, Annia de Sagitario, Rómulo de Capricornio y Octavius de Acuario se miraron entre si.

De algunos miradas de insatisfacción, de otro de acordanza a esto, siguieron al Patriarca, hincaron la rodilla y le mostraron avasallaje, después todos los santos de Athena restantes, solo un hombre quedó en pie, solo un santo no prestó juramento a Apolo, Ioseph de Virgo que andaba serio y mirando fijamente al Dios.

-¿No te arrodillas Virgo?-Pregunta Apolo.

-Ioseph de Virgo, te ordeno que acates la orden y te vayas a la servidumbre de Apolo, Dios del Sol.-Ordena el Patriarca.

-Jamás… reniego de ti y de tu poderío Dios del Sol-Exclama el Santo de Virgo.

Todo el mundo contuvo la respiración ante la respuesta del santo de oro de Virgo, tal vez se tratase de la típica arrogancia que poseía el hijo del Cid, pero era demasiado, por su orgullo estaba retando al único ser que les ha prometido el cobijo de apoyarles, que ha dado la cara por ellos cuando su señora Athena está muerta.

-No me arrodillaré ante el ser que condenó a mi amigo a la peor de las condenas, si he de ser castigado por lo que hago ahora mismo lo haré, pero al menos sé que no me arrodillaré ante ti Dios del Sol… Como me llamo Ioseph de Virgo.-Exclama Ioseph.

-Ioseph de Virgo, te ordeno que te calles y acates lo que se te ordena.-Ordena con dureza el Patriarca.

-Maestro entiéndeme, no puedo dar la espalda a mis principios y lo que he visto, usted es un hombre racional y sabrá que en parte llevo razón, apoyeme en esto…-Responde el santo dorado.

La multitud toma una actitud tensa, el Patriarca se levanta y se gira, sus ojos irradian una furia inconmensurable jamás antes vista por los presentes mientras a ojos de Apolo, que parece atento a lo que ocurra, a lo que esté pasando.

-¡¿Qué te apoye?! ¿Acaso perdiste la cordura santo de Virgo? No voy a permitir que por tu maldito orgullo pongas en peligro a cientos de personas por tus malditos valores, acata las ordenes o sabrás las consecuencias de tus actos.-Amenaza el Patriarca.

El santo de Virgo se sorprendió de estas palabras, antes el Patriarca y el habían llevado una relación muy cercana de confianza mutua, pero ahora en el climax de lo ocurrido, del cual la multitud se muestra nerviosa a que el Dios tome represalias de esas palabras y en dónde Virgo más ha necesitado a su mentor y su amigo, le falla y le pone entre la espada y la pared, ya no es por orgullo sino por principios y contesta con firmeza.

-No lo haré… seguiré el blasón de mi padre.-Responde Ioseph.

La respuésta fue más que sufiente, Ioseph de Virgo se mantendría rebelde ante Apolo, el Patriarca solo hizo gesto de brillar sus ojos, cuando la armadura de Virgo empieza a brillar de forma extraña a ojos de todos, y se separa del cuerpo del hijo del Cid para tomar su forma desarmada de la Virgen rezando al lado del Patriarca.

Ioseph se queda perplejo por lo que ha pasado, y se pregunta que ocurrió, pero el Patriarca ya había tomado una decisión. Jamás había visto esa faceta autoritaria, decepcionada y enrabietada del anciano jefe del Santuario.

-Muy bien, tu has decido, yo también… Has cometido una falta muy grave, no solo te has puesto en contra de los Dioses, que son los que nos crearon, los que nos dieron vida, sino que has arriesgado por tu maldito sentido del deber a personas inocentes y encima osas con orgullo blandiendo las ideas de tu padre el negar a retractarte… A seguir ese maldito camino…-Responde el Patriarca con cierta rabia contenida.

-¿Qué quieres decir Aecio?-Pregunta Ioseph extrañado.

-“De forma serena pero autoritaria” Cuando llegaste aca hace 3 años pediste que fueses juzgado…Ahora voy a hacerlo… “el ambiente del templo era cada vez más y más tenso, todos tomaban atención y esperaban lo que el Patriarca iba a decir, al igual que el exsanto de Virgo”… ¡DESTERRADO!-Exclama el Patriarca.

La palabra resuena por todo el templo, Seshat se levanta y exclama un No, mientras Ioseph aun no se cree lo que está oyendo… el Patriarca no solo le ha dado la espalda, sino que además lo acaba de mandar al exilio por seguir los ideales que siempre tuvo frente a él y que el Patriarca le animó a seguir.

Muchos sentimientos se agolpan en Ioseph, y mirando a todos los santos les piden que ellos si reaccionen, que peleen por los ideales, por la justicia y el bien, que no dejen que esto pase, pero los santos dorados no respondieron, todos le miraron de forma seria, no compartían lo que el tenía, giro su rostro boquiabierto que nadie le apoyaba.

-¡¿No oiste Ioseph Rodriguez de Vivar?! ¡Vete… huye… o morirás…! Vete, huye lejos y no regreses jamás…-Responde Aecio.

Ioseph queda boquiabierto, empieza a comprender que iba en serio, no solo el lo está repudiando sino que además al ver a los santos, algunos alejan a Seshat de Ioseph que anda desprotegido, ve como algunos plateados con su cosmos ardiendo se acercan de forma agresiva hacía el.

El hijo de Rodrigo retrocede a la puerta del templo lentamente, oye entre los murmullos de los plateados y bronceados palabras como desgracia, desprecio y desden hacía su persona, bajando las escaleras del templo de Aries, sabe lo que ocurre si se queda, el solo no podría hacer frente, es más estaba muy conmocionado por lo que estaba ocurriendo.

Al llegar al límite de la escalera, rodeado de soldados, esquiva cada uno de los golpes con rapidez e intenta escapar hacía el Coliseo, mientras desde las montañas gritando los soldados, maldito traidor, que se vaya agitador, le lanzan piedras, la cual esquiva de nuevo, entre tanto siente dolor dentro de él como le estaban atacando.

Sin visualizar nada, el Patriarca salió a la entrada del templo de Aries junto a las tropas, mientras del cielo emergieron cuervos negros mandados por el santo de Cuervo, que empiezan a picotear al caballero de Valencia, y a atacarle sin descanso mientras Cuervo grita que esto mostrará lo que debe, por lo que ha hecho y que no tendrá perdón.

Estas palabras marcaron a Ioseph que llega a la salida del Santuario, cerca de un gran charco dónde Babieca su caballo le esperaba, el cae sobre el agua y gira la cabeza con dolor y ve al Patriarca y al ejercito de Athena desde el templo de Aries observan con detenimiento esto, no había marcha atrás.

Ioseph dio una mirada triste, entrecerró sus ojos con tristeza y bajó la cabeza con culpa, desgarro y dolor, su mundo se le cayó encima, ve el agua que marcaba su reflejo, ahora frio y hostil, las aguas con su presencia emitieron varias olas y no permanecían quietas, el hijo del Cid vió como la imagen de su cuerpo estaba cambiando, tomando la forma de Apolo sonriente por su clara victoria y la clara derrota del castellano.

No pudo más el ex-santo de Virgo, se montó en Babieca y salió al galope, como las palabras del Patriarca, huye y no regreses nunca más… este no sería más su hogar, siguió galopando, siguió avanzando fuera de los límites del Santuario de Athena, hasta llegar al borde exterior fuera de la zona hasta llegar hasta varios kilómetros, pararse y girarse a ver la montaña del Santuario.

Su mirada ya no sería reconfortante, el y a no era uno más, le habían traicionado, prefirieron vivir con cobardía a seguir sus ideales, para Ioseph todo fue tan repentino, tan rápido, Athena, Altair, todo ya estaba perdido, esto marcó a Ioseph de Virgo después, mientras cabalgando y dejando atrás sus alegrías, sus actitudes orgullosas y decepcionado iba hacía el horizonte de esa tarde, dónde no retornaría jamás el antiguo joven hijo del Cid, y nacería lo que hoy es…


Estos recuerdos dolorosos terminan y nuevamente regresaba al templo del León frente a Sala-Ahl Alí de Leo, su mirada parecia inmersa en sus pensamientos, debatiendo en su cabeza, todo lo ocurrido, el porqué luego de ese exilio cambió radicalmente, bajando la cabeza quedó callado.

Y por gran rato meditó y meditó, mientras la impaciencia del León del Desierto se hacía poco a poco más visible, y exigió con prudencia, sorprendentemente, que le diera respuesta el santo de Virgo.

-Recordé… recordé los motivos que impulsaron mi exilio… recordé el clamor de perder a mi amigo, a mi hermano delante de mi, engullido por un agujero negro, cayendo a la prisión definitiva… el Tártaro… recordé como el anciano Aecio me dio la espalda… y como fracasé a la memoria de mi padre al tener que huir por mi vida…-Responde Ioseph.

-Entonces… ya sabes que es lo que…-Musita Salali.

-Pero!... “interrumpe a Leo y levanta la cabeza” Recordé el dolor que produjiste hace 3 años en el Santuario, “arde su cosmos dorado” A ese santo de Sagitario que redujiste a un simple charco de sangre… ¡A la humillación de haber sido tan débil y imprudente de enfrentarte y ser derrotado! Tal vez tú y yo tengamos caminos parecidos…pero… ¡Mi meta va más allá de las aspiraciones egoístas que tengamos Yo o Tú! Por tanto… ¡ENFRENTARÉ AL LEÓN DEL DESIERTO CON LA ESPADA DE VIVAR PARA EVITAR A MI MUNDO DE TU YUGO!-Grita Ioseph.

El aire empezó a calentarse de gran manera, cuan seguido del cosmos de fuego y luz de Virgo emergió del suelo la apariencia de un León dorado y de llamas, que llevaba el blasón del Rojo, Amarillo y Morado, alrededor de este estaban 2 columnas, el animal rugió cuando el santo de Virgo se lanzó contra Salali de Leo y le clavó un puñetazo de fuego.

El resultado fue asombroso, El golpe fue certero ala cara, la tiara o diadema del santo de Leo salió despedida por los aires y cayendo al suelo mientras giraba sin descanso, mientras que el León tenía incrustado en su mejilla el puño de Virgo, aparentemente asombrado por el acto del caballero de Vivar, los ojos inyectado en sangre de Leo empezaron a brillar.

Ioseph separó su puño de la cara del León, mientras apretaba los dientes se sintió seguro por lo que hizo, pero no hubo descanso, pues el cosmos eléctrico empezó a rodear a ambos guerreros, el santo de Virgo retrocedió un solo paso mientras se ponía a la defensiva, y miró fijamente a su adversario que levantaba la mirada sonriente, mientras una fina corriente de sangre salía de sus labios.

-Tu has decidido… morirás por tu insensatez Caballero de Virgo… ضاءة, كتلة!!!!-Exclama Salali de Leo.

Ioseph se vio rodeado de ese implacable tornado de arena eléctrico, mientras es elevado en contra de su libertad, gritó a Tizona, mientras levantaba a esta y brillaba su hoja de fuego incandescente de gran manera junto al la luz que emergió de su cosmos, y lanzó un tajo vertical contra el ataque de electricidad.

Ambos ataques chocaron mientras, Ioseph se protegía conjuntamente con su Sun Shield, la presión de ambos ataques eran desiguales, tarde o temprano se iba a iniciar un estallido de cosmos que haría arrasar a todo lo que se encontrase a su alrededor, ambos santos de oro no se rindieron.

Pero Ioseph sin remedio lanzó a Tizona como cuan lanza fuese, que atravesó todo el tornado de arena eléctrico clavándose en el vientre de Salali de Leo, haciendo que salga despedido para atrás, mientras el Sun Shield era destrozado y recibía el ataque eléctrico que hizo que chocase contra el techo y cayera sin remedio al suelo.

Ambos quedaron quietos sin remedio, Ioseph en otro charco de sangre, emanando mucha sangre por la boca escupió, mientras se levantó, su sangre caía al suelo, cojeando caminó dejando tras de si un camino de sangre, hasta llegar hasta un Salali de pie, cabizbajo con la espada clavada en su vientre, finamente atravesado.

El santo de Virgo paró en su camino y levantó la mirada resistiendo todo el dolor, se lamentaba por pensamientos el como no pudo defenderse esta vez de ese ataque, no entendía tampoco porqué le afectaba en el cuerpo tal descarga eléctrica, pero no podía ceder, debía seguir luchando, aunque su cuerpo estaba muy herido ya.

-Debo acabar lo más rápido posible este combate, o no duraré mucho más en mi estado… si al menos no hubiese salido tan herido de la pelea con Lucy y sus espíritus, podría darle una batalla decente a este bastardo, pero debo vencerlo como sea, porqué si yo muero acá… Todo se habrá perdido y ese Dios de la Luz y el Sol se saldrá con la suya… Debo protegerlos como sea…-Piensa Ioseph de Virgo.

Pero una risa beligerante y osada proveniente del Santo de Leo, alertó al hijo del Cid, que luchaba porque sus ojos no se cerraran, apretando sus dientes manchados en sangre, pero quedó gratamente sorprendido cuando Leo se reincorporó y puso su mano sobre el mango de la Tizona.

-¡Cualquiera que ose tocar a Tizona será castigado sin remedio! Solo yo y mi familia podemos coger esa arma… “Salali empieza a sacarla mientras chispas, pero el León las resistía” ¡Imposible! “exclama Ioseph mientras el León saca a puro esfuerzo la Espada del Cid y respondió a dominar las chispas abrasadoras del arma filosa con su electricidad que cubrió el arma y la dominó” ¡Es absurdo, nadie salvo yo puede cogerla y ha sobrevivido a la Sun Sword que hace que Tizona tenga el calor del Sol a 6000 ºC!-Exclama Ioseph.

-“La tira por los suelos” Ah, sin duda me ha hecho daño… “muestra su mano chamuscada” Sin duda un arma de Dioses, que hiere a humanos… “da una mirada inquietante y tenebrosa como aterradora” Yo no soy más un humano… Soy un monstruo… Mi cuerpo resiste a todos tus ataques, yo ya estoy muerto y las dolencias humanas no e afecta… Haré preveer ríos de sangre con o sin tu ayuda, y dominaré la Tierra… ¡Y el mundo conocerá mi venganza por haber estado encerrado 3 años en el Tártaro! “arde su cosmos y levanta su mano en dirección a Ioseph” Ahora verás caballero de Virgo, mi tormento…-Exclama Salali de Leo.

A espaldas de Ioseph, las cadenas que aprisionaban la armadura de Leo, se levantaron como serpientes, impactadas en un cosmos eléctrico, sin que Ioseph de Virgo se diera cuenta, estas agarraron y sujetaron los brazales de Virgo, se enlazaron alrededor del peto dorado, y sobre las grebas del santo de Virgo.

-¡¿Qué diablos?!-Exclama asombrado Ioseph.

-Las cadenas de Prometeo, aquellas utilizadas por Zeus para encerrar durante 10000 años al Titán por entregar el fuego sagrado del Olimpo a los hombres, durante un castigo que el Titán sufrió todas las tardes, siendo devorado sus instentinos por un Águila, y por la noche regenerándolas, sin descanso… Un dolor que yo tuve que soportar durante 3 años…-Explica Salali de Leo.

-Mal-maldito.-Murmura Ioseph.

-Mientras estas cadenas retenían mi cosmos en mi armadura dorada, mi cuerpo y mi alma eran brutalmente devoradas, por un monstruo alado igual que Prometeo, ahora tu y tu armadura caeréis sobre las cadenas de Prometeo… Esa fue la orden que dio Athena sobre mi y esta recae sobre ti ahora... Tus movimientos serán ahora acortados, hasta que no puedas moverte… con esa pesada armadura…-Responde Salali.

-¡Eso lo veremos! ¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!-Exclama Ioseph.

El ataque de energía es esquivado fácilmente a un lado por Salali, mostrando una velocidad increíble, Ioseph vio que era superior a la luz y se preguntó si eso era posible, pero Salali de Leo ardió su cosmos en su puño eléctrico, los cardenales empezaron a brillar y a sangrar junto a estigmas de sangre emergieron de sus ojos.

-ضاءة, كتلة!!!!-Exclamó el León del desierto.

El ataque de energía pasó por Ioseph de nuevo, la electricidad nuevamente le hizo mella, no pudo esquivarlos, pues las cadenas le limitaron los movimientos, y cayó sobre el grabado del Signo de Leo, su dolor era inexplicable, casi no podía ni levantarse.

Mientras pensó en voz alta, el porqué este dolor, puso su mano sobre su pecho, sentía un gran dolor, en su corazón, resistía como podía este, con los ojos ojos desorbitados, mientras Salali de Leo responde:

-Te preguntas el porqué te afecta esos ataques? Mira muchacho, tu cuerpo tiene limites establecidos, el poder eléctrico de mi cosmos tarde o temprano hará que tu corazón reviente y poco después seguramente lo hará tu cuerpo entero, como le pasó al santo de oro Perceval de Sagitario, años atrás… Además no olvides que el oro y todos los metales en su mayoría es conductor de la electricidad, algo que da más a mi favor.-Explica el León del Desierto.

Ioseph quedó desencajado, realmente Sala-Ahl-Alí de Leo tenía toda la razón, su cuerpo no resistirá más ataques eléctricos, por eso ese dolor en el pecho, pero entonces… ¿Su preciada armadura de oro será la causante de su derrota? No solo eso, Tizona tambien era causante... Pensó entonces en algo que se le ocurrió, aunque podría ser peligroso…Sin pensarlo más tomó una decisión, pero meditada…

Y un estallido de luz a los ojos del Santo infernal dorado de Leo, las partes de la armadura dorada salieron desperdigadas alrededor del símbolo de Leo, rodeada de las cadenas, formaron pues a la derecha y arriba del símbolo los brazales, de izquierda y abajo las grebas de oro y en el centro dorado el peto y el faldellín de Virgo, rodeados por las cadenas.

Delante de estas piezas doradas, Ioseph de Virgo, sin armadura y llevando sus atuendos de guerrero castellano hacía frente, mientras portaba la espada Tizona en mano, su actitud era un reto hacía Sala-Ahl-Alí que se sintió contrariado y confuso.

-¿Qué diablos haces Caballero de Virgo? Ahora sin armadura dorada estás más a mi merced que nunca, he de reconocer que tu resistencia es digna del más bravo guerrero que ha debido existir, pero pronto tu cuerpo reventará por mis ataques… ¿Por qué sigues luchando incluso deshaciéndote de tu armadura?-Responde Salali.

-Cierto es que mi armadura ha sido una de las causas de que tu electricidad me afectase de esa manera, de poder atravesar mi Sun Shield… pero estoy acá, como humano frente al monstruo, la bestia del Tártaro, y mi voluntad podrá más que tu ego y arrogancia Sala-Ahl-Ali de Leo…-Responde el santo de Virgo.

-¿Sin rendirte eh? Idiota… me alegrará ver como estallas ante mi poder… Vamos caballero Ioseph de Virgo, alias el Hijo del Campeador.-Responde Salali lanzando un ataque de energía eléctrica venida de su puño.

Ante su asombro, Ioseph esquiva el ataque saltando, y cayendo de espaldas de Salali, cuando este se gira, el hijo del Cid sin girarse le clava un severo codazo que hace que salga retrocedido para atrás a su asombro, cuando Ioseph se gira lanzado cuan flecha de oro y llamas se para frente a Leo.

La reacción del dorado infernal fue devolverle un golpe de electricidad, pero Ioseph a su asombro esquiva a un lado el ataque y clava un severo puñetazo en el vientre de Leo, que por lo visto en su mirada le hizo efecto, y respondió con un golpe de martillo en la cabeza del castellano.

Pero sin rendirse, respondió simultáneamente con un golpazo en el mentón de gran brutalidad y violencia que saltó por los aires a Sala-Ahl-Ali de Leo, entre seguido que mientras ascendía y de un salto, Ioseph embistió contra el León del desierto clavándole un rodillazo.

-Dominas la velocidad de la luz de gran manera, pero yo tampoco me quedo atrás, y sin armadura te enfrento León del Desierto… mira mi el poder del cosmos de mi corazón Sala-Ahl-Ali… ¡MIRALO!-Exclama Ioseph.

Pero de repente el tornado eléctrico cubrió a ambos en el aire, al unísono del grito de la técnica del santo de Leo, pero Ioseph no quedó atrás, ardiendo su cosmos dorado y apretando sus dientes de gran manera exclamó:

-¡¡SUN SHIELD!!

Increíblemente el poder de fuego de Ioseph de Virgo esta vez si resiste todo el tornado de electricidad, mientras remite todo lo demás a un severo golpe hacía Salali de Leo, que es estrellado contra el suelo, precisamente sobre el peto dorado de Virgo.

Cuando se dio cuenta era demasiado tarde, su cosmos colapsó por el ataque de Ioseph, y cubría todo el suelo, y empezó a cubrir las chispas sobre su cuerpo, pero de repente notó que en el cuelo algo sobrevolaba y la electricidad total seguía complacidamente, y al abrir los ojos vio en el aire a Ioseph con Tizona en mano.

Del mango de Tizona se enredó una de las cadenas de prometeo que estaban unidas a las otras atadas en las piezas de la armadura de oro de Virgo, alrededor de Salali que no le dio tiempo a levantarse, cuando Ioseph clavó en la herida del vientre a Tizona de nuevo, y en el suelo, dejando empalado al León del desierto y siendo cubierto de electricidad de forma que estaba siendo electrocutado.

-Prepárate León del Desierto de recibir tu propia fuerza soportadas por 2… por mi armadura de Virgo concentrando y absorbiendo tu poder que se dirigió a la cadena incrustada en mi Tizona… espero que quedes chamuscado… “da un salto para el cielo y exclama” ¡¡EXPLOSIÓN DE LUZ SOLAR!!-Exclama Ioseph.

Salali solo vio mientras era atacado por su propio cosmos eléctrico por 2, es como una masa de luz solar y llamas de energía cubrían su cuerpo, y iluminaban el oscuro templo del León dorado, mientras Ioseph cayó al suelo jadeando y siendo cegado por lo que había hecho, lo que había producido su plan.

Monte Olimpo

En la sagrada montaña residente de los 12 Dioses del Olimpo, en el Templo de Cronión hogar del todopoderoso Zeus, en la cima de este misterioso lugar para ojos humanos, la Diosa maestra, Hera esposa de Zeus, sentada en su trono observaba los sucesos ocurridos en el Santuario de Apolo.

A su lado, apoyando su frente en sus manos juntas en forma de rezo, mientras sentado en su trono, un hombre que aparentaba tener la treintena de años, con pelo largo rubio, en la frente el símbolo del rayo y los ojos de tonalidad roja estaba como meditando lo sucedido, aunque el no estaba para nada alarmado.

-Mi señor Zeus… usted ve lo ocurrido en el Santuario, no es por preocuparle, pero se está cumpliendo esa profecía que dictaminó aquel oráculo de Delfos, finalizada la Guerra Santa contra Hades hace más de 4000 años, dónde usted hirió a nuestro hermano.-Responde Hera.

-Habladurías Hera, yo no hice nada de lo que dices… pero acaso estas asustada? De un mortal?-Pregunta el Dios supremo.

-No mi señor, pero usted probó, no hay humano normal y corriente que siendo santo de oro de su hija Athena pudiera hacerle frente a tantos de su clase sin morir, míralo usted mismo que despertó el Arayashiki cayendo por el mismísimo pozo de Yomotsu, algo improbable porqué el poder de Hades le habría matado, y aun así lo despertó… ¿Quién dudaría que superaría también al octavo sentido y se vuelva algo más que un humano?-Vocifera la Diosa.

-“rie en silencio entre su meditación” Si logra despertar el poder siguiente al 8º sentido… o sea, lograr fundir su alma y su cuerpo con su cosmos… fundir el 7º sentido en su máxima potencia con el 8º sentido y lograr adquirir el Big Will no me extrañaría en absoluto, pues en su sangre está la de volverse algo más que un humano, recuerda Hera… recuerda esa pareja de humanos que hace miles de años se rebelaron contra nosotros y lograron que mis amados humanos se fueran en nuestra contra… el hombre no solo era hijo mio… sino que de sus descendientes quedan hoy día 5 personas…-Explica Zeus.

-¿5 personas? ¿Quiénes mi señor? Mi amor?-Pregunta Hera.

-Una de ellas es nuestro santo de oro de Virgo, Ioseph Rodríguez de Vivar… el otro es Altair Ibn La-Ahad, residente ahora en el Tártaro por matar a mi hija Athena… el hijo de este hombre sirio, un simple infante recién nacido, llamandose Darim… y… personas más que ahora mismo están en el Santuario de Athena y Apolo…-Responde Zeus.

-¿2 personas más? ¿En el Santuario? ¿Cómo es que Apolo no erradicó su existencia?-Pregunta alarmada la Diosa.

-Porqué una de esas 2 personas aun ni ha nacido, está gestándose dentro del vientre de una mujer… y la otra es de una joven que está en las 12 casas, una joven de cabellos gráciles y rubios templados que lleva el blasón del león rampante más el legado de una mujer muy cercana al castellano… en fin… aunque Apolo deba matar a los herederos de esa pareja de humanos, séase esos 5 seres, creo que Ioseph aun es de utilidad, además de Darim Ibn La-Ahad para mis planes y a lo mejor ese niño que aun no ha nacido… pronto como hace miles de años, prosperaremos de nuevo mi amor… solo dejemos que pase las horas y saber si ese castellano merece hacer suyo su destino, aunque ni yo sé que es lo que busca… pronto a pronto si esa profecía se hace realidad… pronto vendrá ante mi…-Responde Zeus de forma muy seria.

En el templo del Gran León (Leo)

Tras el magnánimo estruendo guerrero producido por la treta arduada por el castellano Ioseph Rodriguez, santo dorado de Virgo, una gran calma como tenue luz mostraba el silencioso templo del Gran León tras el desarrollo de los combates, la calma en si era en cierto modo inquietante.

Dentro del templo, el cosmos dorado de Ioseph de Virgo era lo único que brillaba, pero ese brillo era débil, observando el cráter, tapado de escombros dónde antes estaba el sello de la Constelación de Leo, lugar dónde yacía enterrado tanto las partes de su armadura de Virgo, su espada Tizona como el cuerpo, ya humeante de Salah-Ahl-Ali de Leo, el León del Desierto.

Ioseph intentó dar un paso, pero sintió un calambre por todo su cuerpo, hincando su rodilla en el suelo, su cosmos se apagó mientra el guerrero se agarraba el pecho, con muestra de dolor, apretando los dientes, sabía lo que significaba… su corazón no resistiría por mucho tiempo más, los ataques del guerrero del Tártaro empezaron a hacer su efecto.

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Aun en lo que parece ser el crepúsculo de su vida, Ioseph sonrié:

-Definitivamente ha sido difícil enfrentar al destino, pero estoy satisfecho… Porqué he dado lo mejor de mi… ¿No crees padre?... lamento no poder seguir… pero ya ves que ni yo mismo puedo seguir adelante… mi cuerpo no lo resiste… Perdóname, discúlpame por no poder haber detenido a ese detestable Apolo…-Responde Ioseph.

El santo de Virgo a mucho esfuerzo se levanta, pero nuevamente cae de rodillas, mientras aprieta los dientes en una sonrisa forzosa, entre cabizbajo resiste el dolor de su cuerpo, de las numerosas arcadas que su corazón está haciendo por latir de gran manera.

-He vivido mi vida lo mejor que he sabido, pero no he podido escapar a mi destino… al dolor… al odio… al desprecio…al resentimiento… y acá y ahora como el mayor traidor de este lugar haya conocido, en busca de mi justa venganza… y de algo más… me hallo en el fin del camino… no puedo quejarme… seré el único hombre que seguramente haya llegado hasta la quinta casa zodiacal… pero al igual que no soy un Dios… tengo mis límites y estos han llegado ahora… siento no haber podido llegar a mi templo de Virgo y allí morir como se debe, pero hice lo que quería hacer, morir… peleando, como tú, Rodrigo Díaz lo hiciste en vida, peleando… aun muerto combatiendo… Pero en el crepúsculo de mi vida me pregunto… ¿Quiénes somos? ¿Quién hizo que toda esta historia se escribiese?... ¿Quién fue el que me reunió contigo padre… o con ese muchacho…?... Athena… sé que vos dijiste que finalizar mi camino traería vida, lo que yo anhelaba… pero que bien puede traer de una campaña de venganza… ¿Acaso el fin justifica los medios? No hay nada de heroico en quitar la vida a otro ser vivo… Pero hice lo que debía, aunque no lo quisiese…-Responde Ioseph.

El santo de Virgo baja la cabeza, cierra los ojos lentamente y respira con dificultad, sus lágrimas caen de sus ojos, entre que recuerda esas palabras <<No hay nada de heroico en quitar la vida a otro ser vivo>> irónico pensamiento para un caballero medieval, pero en si el sabía que su final estaba ya próximo… o eso parecía.

De repente, piedras del suelo alrededor del cráter empezaron a elevarse lentamente, mientras el alrededor empezó poco a poco a echar chispas de forma continua, el santo de Virgo abrió los ojos y los mantuvo de forma entrecerrada unos momentos y se preguntó a si mismo que es lo que estaba pasando frente a sus ojos.

Los abrió de gran manera cuando vio sobresalir del cráter una sombra, con brillo dorado siendo acompañado de un mar de sangre, el santo de Virgo abrió también la boca de gran manera, asombrado y horrorizado, el reflejo de sus castaños ojos era previsible, de esa figura… cuando un gran león de luz y electricidad emergió del suelo, eclipsando a la figura.

-No… es posible…-Murmura Ioseph.

La figura con pelo largo emergiendo en forma de melena de León rey era muestra, al mismo tiempo que la Tizona caía al suelo con restos de trozos del peto dorado del León dorado de Nemea, la armadura de Leo. En si la figura que emergió de la luz de ese León que de un gesto de su brazo desapareció.

Salali de Leo estaba vivo!! Su rostro mostraba una sonrisa endiablada, pero lo escalofriante de su porte es que su peto estaba resquebrajado y se veía como su pecho herido estaba rodeado de las cadenas de cosmos que se movían alrededor de su pecho, en la zona de su corazón, brillando de forma macabra, un rojo intenso.

El santo de Virgo se levantó de nuevo, a esfuerzo sobrehumano e intentó dar un paso pero nueva arcada sintió en su corazón y se tuvo que detener, apretó los dientes pero no dejó de dar su mirada guerrera, contra su enemigo.

-Sin duda, debo admitir que no hay humano que me haya provocado esta herida… te felicito caballero de Virgo, hace 3 años seguramente me habrías matado con esta treta pero ahora… no soy más un ser humano… mi cuerpo corrupto por la muerte y el Tártaro… será imposible que tú me mates… porqué soy invencible… no soy un frágil humano… nunca más… Y por eso… morirás… como tu cuerpo le está ocurriendo…-Responde Salali.

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El santo de Virgo intenta ponerse a la defensiva de cómo puede, pero se siente algo inmovilizado por el dolor, y le cuesta moverse, algo que Salali observa con sus ojos negros y rojos con cierto interés.

-Pensaba que me sería útil unirme a ti, pues ambos teníamos en mente masacrar el Santuario, pero ahora veo que eso no sería posible, porqué Virgo… tú no eres ningún traidor.-Responde Salali.

-¡¿Qué quieres decir?! ¡¿Acaso no lo ves?! He matado a hombres y mujeres por igual en este Santuario en apenas seis horas, he hecho correr la sangre de inocentes para saciar mi sed de venganza… ¡Soy un traidor y merezco el peor de los tratos!-Exclama el santo de Virgo.

El león del desierto sonríe y empieza a soltar una gran carcajada por esas palabras, Ioseph le grita pidiendo explicaciones de porqué se burla, de que lo decía muy en serio, lo cual el santo infernal de Leo se para de reír y le observa con detenimiento.

-Aunque en ti haya algo de rencor, tú no buscas venganza… Porqué Ioseph de Virgo, yo he sido un comandante del ejercito de Athena hace tiempo y he sabido juzgar a los hombres que he liderado por sus actos y por sus ideas y pasiones… y saber sus intenciones…-Responde Salali.

-¿Mis… intenciones?-Pregunta inquieto Virgo.

-Si… y según mi opinión no eres un traidor… al contrario, eres un hombre entre hombres que respeta la justicia…la humildad, la honradez y esos sentimientos cálidos que los humanos poseemos… Aun así estas teñido por un aura de culpa… Y realmente parece que estuvieses caminando por un camino de espinas tú solo… Marcándote como traidor a tus espaldas… dejando todo atrás… odiado por enemigos y por amigos… con un cuerpo lleno de heridas… Buscando algo, realmente algo importante… para redimirte, para quitarte esa culpa… algo que está en la cima del Santuario…-Responde Salali.

El santo de Virgo aprieta los dientes, pero no puede hacer nada, solo el dolor que siente le es bastante batalla que dar, mientras Salali le responde que esos sentimientos nobles no le ayudaran pues no valieron la pena, que su lucha era sin ningún valor pues iba a morir en ese momento.

El cosmos de Salali se hizo gigantesco en un momento, Cruzando los brazos, el León del desierto no responderá con palabras sino con el más peligroso de sus ataques, concentrando todo su cosmos en una sola técnica, un solo poder…

-Este es tu final… caballero de Virgo… ¡¡¡¡ضاءة, كتلة!!!! (COLMILLO DORADO DE PODER)!!-Grita Salali.

Mientras un gran león de energía emergía a espaldas del santo de Leo, un verdadero torbellino de energía eléctrica concentrado en el puño del santo infernal de Leo, que se hizo inmenso, mientras Ioseph veía como se abalanzaba sobre el mismo, sin hacer nada, sin esquivarlo, era inútil, no porqué ese ataque superase la velocidad de la luz, su cuerpo ya no se movía.

Siendo rodeado por esa terrible energía, abriendo la boca y sangre salía, en un sonido silencioso solo escuchaba sus pensamientos…

-Je… ¿sin… ningún valor…? ¿Eso… dijo?... Pero… he escuchado eso antes…-Piensa Ioseph.

Ioseph emerge de la luz cuando se disipa, saliendo disparado contra una columna, no la rompe, solo se agrieta, pero en el choque este material se encharca de sangre, los ojos del santo dorado de Virgo no demostraban nada, estaban vacíos, mientras se arrastraba de la columna caía al suelo sentado en esta, cayendo en u sangre.

-Quizás… tenga razón… y… mi lucha… no tenía en si… ningún valor…-Piensa Ioseph.

Sus ojos empezaron a pesarle, y no pudo resistir esa carga, perdido en su yo, en su derrota, cerró los ojos y su cabeza quedó cabizbaja, apoyándose en su pecho, no más lucha, no más enfrentamiento… el ya no podía hacer más… su cuerpo inmovilizado estaba. La carga era demasiada y tal vez ya era hora de descansar…

En el Plano Astral

Helios, el caído Dios del Sol observa los sucesos ocurridos, como de costumbre, sin poder hacer más que mirar, la pérdida de fe de Virgo le irrita de gran manera, pero en si lo comprende, era demasiado pedirle a un mortal hacer tal proeza de vencer a los santos dorados y después a hijo de Zeus.

-Después de todo, ha sido un completo fracaso… Pero mi venganza no puede esperar, maldito sean los hados por esta injusta situación… si al menos yo pudiera pelear otro gallo cantaría… pero pronto…-Responde Helios.

Su divino cosmos empezó a cubrir todo el Plano Astral, que empezó a temblar, a resquebrajarse, a hundirse, todo empezó a arder, a estallar ante el todopoderoso cosmos del antiguo señor del Sol, cubierto de su kamei solar.

Miraba sus manos con suma impotencia, deseaba partirlo todo, destrozar el universo entero si era preciso, al dar un paso todo empezó a hundirse a sus pies, a destruirse continuamente, su cuerpo empezó a brillar de gran manera, ¿que ocurría? Ni el mismo lo sabía, no sabía porqué ocurría esto… solo parecía que algo iba a liberarse.

-La profecía… No se cumplió…-Exclama Helios levantando su brazo.

El clímax apareció ya cuando su cosmos empezó a explotar como si fuese una supernova de una gigante roja al momento de morir, los ojos se le pusieron en blancos, una calma se dio unos pocos segundos y al momentos, el caido Dios del Sol gritó:

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!

Acto seguido estallo arrasando con todo el Plano Astral, sin dejar nada, al caos reinante que emergía sin descanso.

Plazoleta de Athena.

Tras los sucesos ocurridos y en el templo de Leo, Apolo Dios del Sol, de la luz y de muchas cosas más tiene en una esfera y observa la repentina y extraña muerte de Helios, con gran complaciente sonrisa chasquea los dedos mientras apaga su cosmos.

-Bien, ese necio de Helios o me molestará más… ha llegado su final, y el de ese mortal, Ioseph de Virgo también, no quedan enemigos y he triunfado…La victoria es mía Hirieo de Orión, después de todo te gané… gané tu juego, jajajaja.-Responde el Dios del Sol mirando al cielo.

El Dios del Sol observa la estatua de Athena, mientras se levanta de su trono solar, arde su cosmos de fuego y levanta la mano en dirección a la figura milenaría de la Diosa, que empezó a llorar lágrimas de sangre.

-Oh hermana, ¿lloras? La verdad, ¿en serio pensabas que ese necio bronceado con sus tretas lograría vencerme utilizando a Ioseph de Virgo? El fue un necio hace 3000 años en tu guerra santa y ahora lo es tu doradito por pensar que podría vencerme… ahora hermanita estas muerta, Ares está desaparecido, Hades está sellado aun y Poseidón fue erradicado por tu doradito de Virgo antes de llegar al Santuario a iniciar esta revuelta… Zeus me da permiso de gobernar, y tus queridos santos me obedecen, ¿Qué piensas hacer?... ¡Nada! Es más, te enviaré los restos de tu armadura contigo…-Responde Apolo.

La estatua empieza a liberar cosmos agresivo mientras un cambio extraño empieza a producirse y toma la forma de la armadura de Athena, pero en su tamaño de estatua y empieza a brillar chocando con el cosmos del Dios del Sol.

[I]Aunque tú digas que todo está perdido, aun tengo fe que los humanos lograrán superar la adversidad en que se encuentran.[/]-Exclama la estatua.

-¿Adversidad? Los humanos son débiles, ¿¡que pueden hacer tus mortales contra mí?! ¡¿Qué puedes hacer tú contra MÍ?!-Grita Apolo

El cosmos de fuego eclipsa al dorado de la estatua y empieza a agrietarse, el Dios del Sol nuevamente tiene su victoria al alcance, nada le puede detener ya, el todopoderoso hijo de Zeus logrará quizás su victoria… o eso parece…

De repente todo el entorno empieza a calentarse, el aire erradica como caldearse y una explosión de astros rodea a Apolo y la estatua ante la impresión del Dios del Sol que escucha a sus oídos…

-¡¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS!!

Toda la cima del Santuario desprendió un destello de una estrella estallando hacía los cielos, cuando todo se da en calma, Apolo con su cosmos hace desaparecer la humeante bruma de polvo y ceniza ocurrido por la técnica del sujeto que la ocasionó, el divino dios se siente ultrajado.

Busca por el alrededor, y por fin lo encuentra, con la mano abierta en su dirección, con largos cabellos grises, barba semi-larga gracia y casco de oro tapándole el rostro con un ave dorada incrustada, que tras de este sujeto se encontraba el camino hacía el templo del Patriarca.

Apolo queda conmocionado por el personaje y exclama:

-¡¡FLAVIO AECIO PATRIARCA DEL SANTUARIO!!

Así parece, el Patriarca del Santuario mismo lanzó el ataque contra quien considera su señor, la actitud del casi milenario general romano parece tan determinada como su leyenda de haber detenido a Atila, rey de los hunos y azote de Dios, en la batalla de los Campos Cataláunicos en junio de 451, ahora en junio de 1194, el antiguo santo dorado de no se sabe que constelación y Patriarca del Santuario hizo su gesto.

-¿Cómo te atreves a levantar tu mano ante mi anciano?-Pregunta osadamente el Dios.

-No te permitiré que destruyas la estatua y también la armadura de mi señora Athena, me enfrentaré a ti si es necesario “mi señor”, haré que las almas del inframundo de mis antiguos ejércitos se lancen contra ti y tus huestes, haré caer sobre ti todos los males que existen en mi Tierra y haré si es necesario explotar en su clímax la misma realidad para hacerte pedazos… Seas… Dios… o seas… el mismo Demonio.-Responde el Patriarca quitándose el casco y apretando los ojos con desprecio absoluto.

Las bravas palabras del anciano Patriarca eran realmente valientes, no solo estaba haciendo mostrar que no es ningún anciano indefenso sino que le hacía frente a su nuevo jefe por defender sus ideales de santo de Athena, aunque eso le acarreé la muerte.

El Dios del Sol estaba extrañado por este gesto, pero increíblemente rió ante el anciano que no cambiaba, desafiante hasta el final, entonces el Dios del Sol le respondió que baje la guardia, no destruirá la estatua de Athena por mostrar ese coraje, pero que no se vuelva a repetir pues el como los santos restantes morirán.

Para el anciano, poco convencido, acata la orden, peor ya nada es como antes, mientras se dirige hacía el Palacio del Patriarca entre sus pensamientos Apolo se dice:

-Creí que no había lugar en la ciudad un hombre como yo… un alma con el anhelo de matar en nombre del destino, capaz de reclamar lo que por derecho le pertenece, tan valiente como para mira cara a cara a la muerte y con el carisma necesario para levantar un ejercito imparable que podría conquistar toda Europa… pero… me equivocaba, y ese anciano es la prueba… A fin de cuentas, el tiene ese secreto milenario y se lanzase a combatir, mis planes se derrumbarían… Aun Ioseph no es mi único rival en este lugar… Flavio Aecio, uno de los 12 santos de oro legendarios de athena…-Piensa Apolo.

El Dios del Sol siente de repente un presentimiento, y ve el Santuario, su cara nuevamente se cara a impresión, parece que en el templo de Leo aun no ha acabado.

-Esa mujer… Seshat de Apus…-Murmura Apolo.
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No tengo intención de acariciarte la mejilla y decir que me he equivocado... No lloraré preguntandome por lo que pudo ser, sé que lo entiendes... Y, en cierta forma, estoy orgulloso de ti... Has mostrado gran convicción...Fuerza, valor, cualidades nobles... Deberia haberte matado hace mucho... (Haythan Kenway)




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