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ARCANGEL


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97 respuestas a este tema

#1 Talaris

Talaris

    En modo ermitaño y confinada

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Publicado 28 noviembre 2010 - 18:15

Bienvenidos a mi pequeño templo foreros. Lamento no presentarles la obra justo como la había pensado con un buen encabezamiento, pero debido a circunstancias ajenas no se ha conseguido todo. No obtante, quiero publicar hoy y no es por capricho algunas razones tendré.
Espero que disfrutéis la historia, y sobre todo, opinéis.
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El Colegio San Agustín es el más prestigioso internado católico de toda Suiza. Ubicado muy cerca de los Alpes, Se construyó inspirándose en la Catedral de Florencia, por mandato del Concilio de Trento. Estaba destinado a ser uno de los primeros seminarios de Europa. Posteriormente se convirtió en un convento y en la actualidad es un internado mixto dirigido por un joven y peculiar sacerdote llamado Thomas.
El alumno más reciente del colegio se llama Santiago y tiene 14 años. Sus padres adoptivos son los Condes de Saint-Major. Un matrimonio que no pudo engendrar hijos debido a un temprano cáncer de útero que dejó estéril a la Señora Saint- Major. Pasó por varias casas antes de ser adoptado definitivamente; pero muy pronto fue imposible que se entendieran bien con su rebeldía y decidieron internarlo en aquel edificio al que llamaban Colegio. Este era el único recurso viable para su educación.
En el comienzo de sus días, Santiago fue un precioso querubín de mejillas rojizas y ojos brillantes de entusiasmo. Despierto y alegre solía ser el niño Jesús o el ángel en las funciones navideñas del orfanato. Sin embargo, cuando creció, la ausencia de sus padres le hicieron mella, y su dulce carácter se agrió.

En los recreos Santiago suele ponerse a la sombra de un castaño y a sumirse en sus recuerdos, pero éstos no iban más allá del orfanato; ya que llegó allí con unos pocos meses de vida. Le dijeron las monjas que lo habían dejado en la puerta cubierto por una sucia manta. Pese a hacer un terrible frio, éste dormía tan plácidamente como si estuviera en una confortable cuna.
Sacó una medalla que colgaba de su cuello y la contempló una vez más. Se trataba de una cruz de Santiago custodiada por un ángel. Años atrás ese preciado objeto se extravió mientras él andaba jugando con sus compañeros de orfanato. Él solía esconderse en la copa de los árboles pues tenía desde siempre una extraordinaria capacidad física. Era ágil, fuerte y un gran atleta; ningún ejercicio duro se le resistía; dichas habilidades le habían hecho ganar el respeto de sus compañeros y le hacían el líder de todas las actividades. Santiago recordaba aquellos días en el orfanato con un gran cariño pese a las circunstancias.
El día que Santiago perdió la cruz de su cuello, pensó que el mundo se le caería encima. Se puso muy nervioso cuando en la comida se percató de que solo llevaba una parte de la rota cadena; ésta se le había caído en la sopa cuando se agachó hacia la cuchara. Recordaba perfectamente a la madre Virginia preguntarle que le ocurría al verle tan pálido. Santiago, que pese a su tendencia a ocultar sus sentimientos, se le veía perfectamente su preocupación, soltó la cuchara produciendo un fuerte ruido al caer ésta sobre el plato y salió corriendo al campo a buscar la medalla. Las monjas le detuvieron pues no les gustaba que salieran solos sus niños, pero Santiago corrió tan rápido que era imposible alcanzarle.
Hasta bien caída la tarde, Santiago buscó la cruz por todos los rincones por donde había estado jugando, pero era como buscar una aguja en un pajar. Las hojas que habían cubierto el suelo por el otoño no le dejaban encontrar nada pese a que él había hurgado con sus pies y manos entre ellas. Muy entristecido se fue a sentarse en el antiguo puente romano del río alzando sus ojos hacia la puesta del sol. El cauce estaba orientado hacia el oeste, por lo que podía ver perfectamente la naranja esfera perdiéndose en el horizonte. Se sintió totalmente desamparado, aquella cruz era lo único que le quedaba de sus padres biológicos. Se acurrucó sobre la balda del puente de piedra y fue una de las pocas veces que rompió a llorar cuando una voz le sorprendió diciendo: “¿Qué te ha pasado Santiago?”
Santiago se giró hacia su derecha; apoyado sobre la balda había un hombre muy extraño. Iba vestido con un pantalón ancho beige y unas botas Marrones corroídas. Le cubría un jersey azul marino y un forro polar verde militar. Un sombrero de lana negro le protegía del frío aire que sopaba del nordeste. Pese a que sus ojos los ocultaba un largo flequillo y las facciones eran tapadas por una espesa barba; Santiago tuvo la sensación de haber visto a ese hombre antes.
- ¿Cómo sabes mi nombre?.- Le dijo.
- Yo nunca me olvido de las personas que me han ayudado.- Abrió la mano y en la palma resplandecía el crucifijo que con tanta fatiga había estado buscando. Santiago se dirigió de un salto hacia el hombre.
- ¡Creía que lo había perdido!
- Debes guardarlo con mucho cuidado, algo tan valioso no puedes perderlo.- El hombre sacó de su bolsillo una cuerda de cuero por la que introdujo el crucifijo. Después hizo un par de nudos y se lo puso a Santiago.- El ángel que custodia la cruz de Santiago, te custodia a ti.- Santiago miró el crucifijo y cuando volvió a levantar la vista, el hombre había desaparecido.
Habían pasado once años desde entonces, y hasta ese momento, en la sombra del castaño en el colegio, no había caído en quien era ese hombre:
- ¡Ahora lo recuerdo! Aquella noche de invierno… ese hombre estaba en la nieve caído y muerto de frío. Yo le traje unas mantas limpias y una sopa caliente. Cuando fui a avisar a las monjas que nos cuidaban, el hombre había desaparecido. Desaparecido como en el puente… ¿Quién será?
Unos gritos alarmaron a Santiago. Éste fue a ver que ocurría. Se trataba del pelirrojo Daniel y sus matones que andaban molestando a unos chicos menores. Aquel Daniel sacaba de quicio a Santiago, nunca le volvió a ver desde los torneos de lucha que él solía practicar una vez adoptado. Era un luchador impresionante y al llegar a Suiza se había enterado que era campeón del país. Sabía de sus habilidades y arrastraba con eso a los más peligrosos del colegio para que le halagaran y le obedecieran. Dos de ellos, Christian y John eran los más temibles. Habían repetido dos veces tercer curso y se aprovechaba de ello para tener temerosos a sus compañeros. Se unieron a Daniel cuando vieron en éste las increíbles habilidades que tenía para que le siguieran y respetaran.
Daniel había quitado la consola a unos chicos. Entre las chicas que estaban viendo la situación estaba Ana. Ana era compañera de Santiago de clase y la única que se atrevió a decir a Daniel que dejara tranquilos a los chicos. Daniel se echó a reír. John se acercó a Ana y la contempló. intimidándola. Ella asustada mantuvo la compostura hasta que John le levantó la falda. Ésta se acurrucó humillada mientras que a Santiago le hervía la sangre.
- ¡Basta ya Daniel!- Gruñó. Daniel se giró hacia él. – Debería darte vergüenza tratar de ese modo a la gente.
- ¡Mirad amigos! Si es “el oscuro”. ¿por qué no vuelves a hablar con Cásper, tu mejor amigo?- Dijo Daniel. Santiago se enfureció. Detestaba que se metieran de ese modo con él.
- ¡Qué sabrás tú de mí! Deja a los chicos en paz y métete con alguien de tu tamaño.- Los chicos que contemplaban la escena estaban atónitos. Nadie había osado antes a desafiar a Daniel. Los matones se echaron a reír excepto Christian que se adelantó diciendo:
- ¡Cómo te atreves a decir eso al campeón de lucha del país!
- No me asusta ese título. Aunque seas el campeón no te mereces ni el pie de esa copa.
- Deja que le de su merecido, Danny…- Dijo Christian, pero Daniel le puso la consola robada en la mano y lo apartó suavemente.
- ¿Acaso crees que tú te la mereces más? entonces tendrías que ser mejor que yo luchando.
- ¡Me importa una porqueria la copa! Solo me importa que abusones como tú desaparezcan.
- ¡Chicos, tenemos a un héroe entre nosotros!.- Dijo Daniel riendo y los demás le siguieron.- Me parece que has leído demasiadas historias, la vida es así y nadie la puede cambiar.
- Devuelve la consola a ese chico y pide perdón a Ana, sino te las verás conmigo.
- Está bien! Ya me he hartado de ti. Chicos es todo vuestro.- Daniel tomó el aparatito y comenzó a jugar mientras Christian y John atacaban a Santiago, los dos fueron tumbados sin esfuerzo ante el atónito Danny.
- Ya te has olvidado Daniel.- Dijo Santiago jadeando.- Yo también sé luchar. El único que conoce lo que yo eres tú.
Daniel dejó la consola en el suelo y se dispuso a pelear. Se enzarzaron en una lucha ante la sorpresa de los demás que los miraban. Aquello era como ver un campeonato de kárate. Ana salió corriendo a avisar al padre Thomas asustada.
Daniel y Santiago se estaban atacando sin escrúpulo alguno, era espeluznante escuchar lo sonidos sordos que emitían los golpes. Uno muy fuerte fue dirigido hacia el pecho de Daniel éste se dobló muerto de dolor. Se llevó la mano al pecho rojo y con un sudor frío por sus sienes. Un calambre recorría su brazo izquierdo hasta el pecho, pero no podía dejarse derrotar o el respeto que le tenían desaparecería. Así que se levantó y pegó una patada a la parte de detrás de las rodillas de Santiago, después de esquivarle. Santiago cayó sobre el suelo golpeándose la ceja contra una piedra haciéndose una brecha y conmocionado miró a Daniel.
- Todavía no eres rival para mí, Santiago.
En ese instante llegó el padre Thomas que los separó inmediatamente.
- ¡Os habéis vuelto locos!- ¿Qué ejemplo sois de un Colegio como éste? No consentiré que se derrame una sola gota de sangre e ira en este santo suelo!- Santiago y Daniel miraron los dorados cabellos de Thomas agotados.- Dejad vuestras batallitas en el tatami. Ahora iréis a la enfermería y después estaréis castigados después de clase.
- ¡Adios chico adoptado!
- John!- Exclamó el padre Thomas.- Tú también estás castigado!
De vuelta a su habitación por la noche, Santiago miraba en el espejo los puntos de su brecha. Después se sentó en la cama y golpeó el cabezal.
- Chico adoptado…- Dijo lleno de rabia. Cuando sacó la mano del agujero del cabezal la vio toda ensangrentada y le dolía horrores. Sacó el crucifijo otra vez. Éste giraba sobre su eje dejando ver las dos caras del mismo. En la de atrás había una fecha: 1 de noviembre de 1995, el que todos fijaron como la fecha de su nacimiento.- ¿Por qué me abandonaron mis padres?
Se metió en la cama después de haber lavado y vendado con un pañuelo su puño. Una calidez notó en ese momento y le pareció distinguir una figura luminosa en la esquina de la habitación, se dibujó la figura de aquel ermitaño que le devolvió el crucifijo y su voz le dijo: “Recuerda que nunca estás solo”. Agitó su cabeza pensando que no era más que una visión de su imaginación. La imagen desapareció y cerró los ojos.

Editado por Talaris, 06 mayo 2011 - 11:40 .

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#2 Megarage

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Publicado 28 noviembre 2010 - 20:25

Saludos Talaris !!!


Bueh acabo de leer tu publicación y simplemente me parece una historia muy buena , la ortografía es también muy buena , espero que pronto publiques más s65.gif





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#3 Lunatic BoltSpectrum

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Publicado 29 noviembre 2010 - 21:00

genial Talaris

ya has atrapado a este devorador de escritos entre tus fieles lectores

esperando la proxima entrega

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#4 Lord Inverse

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Publicado 29 noviembre 2010 - 23:59

Bendita ortografía, da gusto ver que le pongas el esfuerzo al fic. Un saludo y vas muy bien!

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#5 Talaris

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Publicado 05 diciembre 2010 - 21:42

sinceramente este capítulo no me tiene muy convencida, sin embargo, me arriesgo y que sean los lectores los que se pronuncien.

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El padre Thomas tenía 35 años, pero sin embargo, parecía tener 25. Su rostro era muy terso y no tenía arrugas, no obstante, su mirada era penetrante y estaba llena de experiencia. Su aspecto era muy llamativo tenía el pelo largo rubio y ondulado, siempre andaba recogiéndoselo en una coleta baja que le cubría la espalda como las crines de un caballo. Los ojos los tenía azul claro y los rasgos eran en cierto modo aniñados. Los alumnos le adoraban, porque su juventud permitía pedirle consejos de todo tipo y éste los sabía dar. En el seminario había destacado por sus buenísimas dotes comunicativas y sus dotes para todo tipo de artes. Thomas pintaba, componía, interpretaba y dirigía a todos los demás sin la menor dificultad. Estas cualidades, le habían llevado a suceder a su predecesor, que había sido destinado a Roma. En el Colegio era el encargado de instruir ética, religión e historia e intentaba que las clases fueran lo más participativas posibles. Fuera del colegio impartía catequesis y oficiaba algunas misas; pero casi todo el tiempo se le encontraba por el colegio.

Por las mañanas el padre Thomas hace sus oraciones matinales frente al sagrario. Aquél día estaba reflexionando sobre la pelea de Danny y Santiago. Sabía que ellos habían sido contrincantes pero jamás pudo pensar que pudieran llevar sus diferencias al colegio. Si había algo que deseaba el sacerdote por encima de todas la cosas, era que los alumnos del Colegio se llevaran bien, pero eso era muy difícil dada la naturaleza de los hombres. Cerró los ojos y suspiró diciendo en voz alta: “Para qué estamos nosotros si ellos no nos quieren escuchar.”
Una voz contestó su pregunta diciendo: “Es nuestro deber seguir insistiendo en ello. Tenemos todo el tiempo del mundo y mucha paciencia para invertir.” El padre Thomas estaba habituado a escuchar esa voz sin parecerle extraño. Era su conciencia y su guía la que normalmente conseguía serenar sus inquietudes. Después de haber hallado la paz, se santiguo y se dirigió a la imagen de la Virgen, para comprobar que las azucenas no necesitaban agua limpia: “Todo está bien.”
Al entrar en su casa a recoger las partituras para los ensayos del coro, una presencia le invadió repentinamente. Se llevó la mano derecha sobre su entrecejo, percibiendo que ese era el comienzo de una de sus visiones.
Al alzar la vista frente a él vio un espíritu. Tenía el rostro barbudo y el aspecto de un mendigo. Cuando vio lo que este ocultaba en su corazón una inmensa fuerza y paz le envolvieron. Un aura azul irradiaba alrededor del espíritu y entonces éste dijo:
“Ve al Puente Norte de la ciudad, ahí encontrarás al hombre cuyo aspecto llevo. Dale la extremaunción y el resto lo hablaremos allí. Como ves estoy aún vivo pero me falta poco para regresar al seno de Dios.”
La visión se dispersó y el padre Thomas se sentó. Siempre solía quedarse exhausto después de estas vivencias. Sin embargo, estaba feliz, había encontrado a quien había buscado durante tanto tiempo.
Salió una vez recuperado de su casa y le entregó al portero las partituras cuando llegó a la puerta del Colegio. “Toma esto.”- dijo dejando sobre la mesa las partituras.- “Dile a la hermana Laura que dirija ella hoy los ensayos del coro. Yo vuelvo en cuanto pueda.”
Caminó a pie por el sendero del bosque hasta la parada del autobús, portando el libro de preces.

La comida acababa de terminar y los alumnos se encontraban en el recreo de una hora. Ana y sus amigas se solían sentar en el césped muy cerca del campo de fútbol. Sara había sacado una revista en cuya portada estaba el niño prodigio del momento. Se llamaba Alex y arrastraba miles de fans en todo el mundo. Todas suspiraban por él y tenían las carpetas forradas con sus fotos. Ana no prestaba atención a los comentarios de sus amigas, en su mente estaba algo intrigada por Santiago. No entendía el comportamiento de ese chico silencioso que pasaba las horas de clase mirando por la ventana o dibujando en sus libros y apuntes. No se le veía con amigos y siempre solitario. Sintió cierta lástima por él, pues ella estaba convencida de que no era un mal chico, solo debía tener problemas. Sara, interrumpió los pensamientos de Ana al preguntarle qué le pasaba.
- Yo creo que Ana no deja de pensar en “el oscuro”, para ella ha sido como un héroe.- Dijo Joan. Ana se ruborizó.
- Jajaja! “el oscuro” Es mono si no fuera porque diera un poco de miedo. Es insociable y espeluznante.
- Sí! Además, desde que se peleó con Danny, asusta más. Seguro que te lo encuentras un día en la calle y te ataca.- Cuando Joan y Sara subieron la mirada, Santiago se encontraba frente a ellas. Había escuchado todo lo que habían dicho, y, mirándolas fijamente su gesto parecía impasible. Más frío que el hielo. En su mano se encontraba un reloj que mostró a Joan. Joan miró que su reloj había desaparecido de su muñeca y miró a Santiago asustada.
- Se te ha caído en gimnasia. – Lanzó el reloj y Joan lo cogió en el aire. Se giró.- Pensaba venderlo a unos narcos por droga, pero lo cierto es que no tiene mucho valor.- Santiago echo a andar dando la espalda a las perplejas chicas con las manos en los bolsillos.
Ana se levantó corriendo y se puso delante de él.
- Santiago, ella no pretendía…
- ¿Crees que me importa algo lo que digan de mí? Una niñata que besa las fotos de una nenaza que se pinta los labios…- Echó a caminar agitando los hombros riendo.
- ¡Por qué eres tan desagradable!- Dijo Ana furiosa. Santiago se giró.
- Perdona, pero yo no he sido quien ha llamado delincuente a nadie. – Se alejó hacia el habitual castaño. Ana no supo que más decir.

El padre Thomas llegó al atardecer al puente del norte de la ciudad. Hacía bastante frío para ser otoño, se abrochó el abrigo y escondió su barbilla en la bufanda. Había sido imposible llegar antes a aquel lugar, pues mucha gente de la ciudad cuando le veían pasear, le paraban constantemente para saludarle o pedir que bendijera algo. Él no podía decir que no y les intentaba servir como buenamente podía. Finalmente, pese a los retrasos había llegado al lugar donde le había dicho la visión y se adentró en el arco del puente donde tres indigentes estaban preparando una hoguera en un bidón para evitar que la fría noche les congelara. Cuando vieron al sacerdote fueron a pedirle limosna y él les estregó algunas monedas.
- Sabes, donde vive un hombre con el pelo claro? Viste con un jersey azul y un chaleco verde.
- ¿Mario? Sí padre, llega a tiempo está en las últimas.- Echó a andar bebiendo a morro de una botella y tambaleándose.
El mendigo le llevó a una pila de cartones donde se encontraba un bulto cubierto por sucias mantas tiritando. Thomas le dio las gracias y se inclinó hacia el enfermo. Le ofreció la mano.
- Ya estoy aquí amigo mío.- El mendigo le cogió la mano y se giró hacia él.- Solo tú podías ocultarte tras ese aspecto.
- Miguel se ha ido
- Él no se ha ido está contigo. Si estás en las tinieblas llámale y te guiará.
- Me muero…
- No te morirás, sino que vas a resucitar en la otra vida. Aquí estoy yo para que os encontréis otra vez.- Thomas sacó el aceite y haciendo la señal de la cruz en su frente le absolvió.- Parte en paz, pues ya estás con Él, pero ¿qué mas has de decirme, amigo mío?
- Ya está aquí.- Dijo el mendigo.- Le veo.- una ráfaga azul expelió del cuerpo del mendigo y éste abrió los ojos y fijó la mirada en el sacerdote.- Gabriel…
- ¿Miguel?
- Quién sino.- dijo asomando una cansada sonrisa.- Has tardado mucho amigo en encontrarme.
- Lo sé… pero no he cesado en hacerlo.
- Este cuerpo y alma que protejo se extingue, pero la batalla no ha terminado.- Se incorporó. Arrancando el chaleco y desgarrando el jersey enseñó el pectoral a Thomas.- Debes encontrar al portador del símbolo.
Thomas vio resplandecer en la piel una cruz de Santiago azul.
- Es tu sello, Miguel.
- ¡Calla!- Dijo poniéndose el dedo en los labios. Los dos oyeron unos extraños ruidos. Unas alas se expandieron en la espalda del mendigo ocultando a Thomas. Frente a ellos había dos sujetos que se confundían en la oscuridad y reían malévolamente.- Gabriel, vete de aquí. Si ellos te ven estamos perdidos. Podían reconocerte, pues no has ocultado muy bien tu angelical aspecto.
- Lucharé a tu lado, estamos en el mismo bando.
- Tú no tienes la misión de luchar, ésa es la mía. Ve amigo, lejos de aquí. ¡Rápido!- Thomas salió corriendo deslizándose por entre los cartones. No tardó en encontrar los cuerpos del resto de los mendigos caídos. Solo uno se mantenía en pie y había sangre en sus manos. No le había visto, tenía los ojos ensangrentados y las venas azuladas trasparentándose en su pálido y deforme rostro.
- Los demonios han salido del infierno. ¿Cómo es esto posible?- Corrió por la oscuridad y se ocultó entre los arboles. El mendigo se plantó frente al poseído en su halo azul.
- Miguel.- Dijo el poseso.
- Reconozco tu rostro, Izquiel, principado de Astaroth. Ángel de la violencia.
- Vengo a llevarme el alma que portas en tu interior. El hombre que habitas ha derramado mucha sangre inocente. Ha hecho mucho daño a su familia.
- El hombre que habito, está bajo el “poder de Dios”. – Thomas encontró el alma del mendigo a su lado. Le extendió el brazo.
- Ven Mario, yo te cobijo hasta que llegue Azrael.-Dijo Thomas. El alma tomó la mano de Thomas.- Estás con nosotros así que no temas.
- Eso no es posible!.- respondió Izquiel.- él ha matado a gente. Debe estar al servicio de Astaroth.
- Te equivocas. La sangre que ha derramado ha sido la vuestra y ello estaba fuera de su alcance, porque fui yo el que lo hizo para liberar las almas que son poseídas por vosotros.
- Aún así es su brazo y no el tuyo el que empuña la espada.
- Recibió la gracia. No podéis hacer nada.
- Devuélvenos a esa alma Miguel!!
- Lo haré si es la voluntad de Dios!- Miguel alzó la espada y el poseído cayó al suelo por el resplandor.- Deja esa alma Izquiel.- Miguel le decapitó. Este cayó al suelo y la sombra fue expulsada del cuerpo.
- ¡Maldito seas tú y el que te creó, Miguel!- Uno de los mendigos que estaba caído se levantó y clavó una botella rota en el costado de Miguel. Éste cayó al suelo sangrando abundantemente. La sombra se dispersó.

El mendigo que atacó a Miguel era el que había mostrado a Thomas el lugar donde se encontraba Mario. Cuando vio su mano con el arma homicida cayó de rodillas llorando ante el cuerpo de su amigo.

Thomas había visto todo junto al alma de Mario. Giró su cuerpo hacia el alma y se apoyó en la pared.
- Tus amigos habían bebido demasiado, e Izquiel ha sabido aprovecharse de ello para llevaros a su terreno. Quería llevarte con él pero tu ángel, Miguel, te ha protegido.- Dijo Thomas.- No temas, tú vendrás con nosotros, porque has querido volver por el buen camino. Azrael, ya puedes llevártelo.- Mario vio otro ángel a su lado que le sonreía y se fue con él.
Thomas intentó regresar hacia el cuerpo muerto pero se le interpuso Miguel.
- No debes acercarte. Mario iba a morir de todas formas. La mala vida en la calle le habían hecho enfermar.
- Si ya no tienes un cuerpo donde cobijarte, Miguel, ¿Qué harás?
- Recuerda que te he dicho que encuentres al portador de mi símbolo. No he podido vivir lo suficiente para prepararlo. Gabriel, tú que habitas en el padre Thomas, deberás hallar al siguiente, entrenarlo y cuando llegue el momento despertarme en él. Tú como “poder de Dios”, eres el único que puede reunirnos a los Siete Arcángeles. – La llama azul de Miguel se dispersó repitiéndole: “Encuentra al portador de mi símbolo.”

Santiago se encontraba en la puerta del teatro del colegio. EL coro estaba terminando de cantar bajo las órdenes de la hermana Laura. Entre las cabezas del grupo se encontraba Ana mirando atentamente a la hermana y entonando entre las voces más agudas. Santiago la contempló por la pequeña ventana redonda de la puerta. Le gustaba mucho escuchar al coro porque le daba tranquilidad. Cuando silenciaron las voces el grupo se separó a recoger sus cosas. Santiago se dirigió hacia la salida principal del teatro, cuando se encontró de frente a Ana, que salía de una puerta anterior a la principal. Se quedaron mirando cuando Santiago le entregó las listas del día.
- Como tenías ensayo he rellenado yo las faltas de hoy.
- Gracias!- dijo Ana tomado el cuaderno
- Me lo mandó el profesor, así que no tienes que darme nada.
- No...,gracias por lo del otro día, Santiago. Sé que si peleaste con Danny no fue para medirte con él; pese a lo que diga la gente.

Ana salió por la puerta, mientras Santiago la veía alejarse sorprendido.

Editado por Talaris, 06 mayo 2011 - 11:41 .

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#6 Megarage

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Publicado 05 diciembre 2010 - 23:10

Felicidades Talaris happy.gif


La historia va muy bien y me ha parecido muy buena s65.gif


La ortografía sigue estando muy bien cuidada y el capitulo no es ni muy largo ni muy corto me parece que quedo justo a la medida


Saludos y esperare el próximo capitulo s65.gif

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Publicado 06 diciembre 2010 - 00:24

esta genial Talaris la historia cada vez mejor

cuentas con este fiel lector XD

esperando el proximo capitulo

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#8 Talaris

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Publicado 14 diciembre 2010 - 19:17

Hola foreros! perdonar el retraso de la publicación pero he estado muy ocupada y no tenía tiempo de terminar el capítulo en el que por fin llegaron los VILLANOS ... t271.gif
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Era el alba y la niebla comenzaba a dispersarse. El frio era inmenso y las primeras heladas del año estaban dejando escarcha en lugar de rocío en las flores silvestres del valle. En las ruinas de una Iglesia gótica, de un antiguo pueblo abandonado, en lo más alto del campanario, un búho fue a posarse sobre el brazo de su dueño y comenzó a mirar fijamente a las gafas de sol de su amo, quien pudo leer en los ojos del ave lo acontecido en la noche. “Izquiel ha sido vencido” dijo el amo del búho después de dejar al animal emprender el vuelo para ocultarse en su madriguera antes de que el sol cubriera el cielo. El hombre que ceñía un abrigo oscuro hasta las rodillas, soltó una carcajada:“Sí, Izquiel ha sido vencido, pero Miguel también. Mi señor Astaroth se pondrá muy contento.”
La noche había sido larga para Santiago. No había conseguido pegar ojo pensando en lo que había estado soportando los últimos días. Desde que se había peleado con Danny, escuchaba por todas partes comentarios fuera de lugar, diciendo que era un chico peligroso. Si antes nadie se había dignado a hablarle, ahora con menos razón. “¡Buah! No necesito a nadie.” Exclamó mientras se dirigía al comedor para desayunar. Bajando la vista a su pecho observó el crucifijo, para comprobar que seguía ahí; sin embargo, había algo distinto en él y extrañado lo tomó y lo miró. El ángel custodio que lo guardaba había perdido el brillo azul por el desgaste del tiempo, y aquella mañana lucía como nuevo, parecía que hubiesen sustituido la laca por unos zafiros. “No recuerdo yo este efecto.” Cuando llegó a su destino, vio que estaba abarrotado; se sirvió unos cereales con leche, zumo y una manzana. Le gustaba desayunar algo fresco, sin embargo, tomaba algún bollo que guardaba en la mochila y casi siempre lo sacaba espachurrado por el peso de los cuadernos, para el recreo de la media mañana o para merendar. Se sentó en el extremo vacío de una mesa, sacó un cómic y se puso a leer mientras los cereales le crujían en la boca. Después de un rato de lectura una sombra le tapó la luz y se giró para ver quien era. Se trataba de Ana.
- ¿Puedo sentarme aquí? No hay más sitio.
- La mesa no es mía, haz lo que quieras.- Ana se sentó y Santiago volvió a su lectura.
- Me he dormido. Como Sara y Joan madrugan más hoy para asistir a natación, no tenía a nadie que me despertara. ¡Casi no llego!
- Ya me extrañaba a mí que te sentaras aquí. A tus amigas no les haría gracia.
- Mis amigas no son tan malas como crees, Santiago.- Santiago cerró el cómic y la miró apoyándose en el respaldo de la silla detenido. Ana no sabía que se le pasaba por la cabeza en ese momento. Vio como fruncía el ceño y se levantaba de su asiento violentamente. La silla cayó al suelo, haciendo un estrepitoso ruido. La gente miró hacia Santiago y Ana.
- Ya he terminado de desayunar- Dijo. Puso la silla de pie y cargó con la bandeja y la mochila. Ana se quedó un poco sorprendida de su actitud.
Santiago dejó la bandeja en la encimera y se dirigió a la puerta, pero un cuerpo se interpuso en su camino. Al alzar los ojos vio a Danny. Se quedó mirándole.
- Tú tampoco es que seas muy cortés con las chicas, Santiago.- Christian y John se echaron a reír detrás de Danny. Cuando la gente los vio de nuevo frente a frente, silenciaron.- Por una chica que se te acerca y la espantas con tu amabilidad.
- ¿Qué tal está tu pecho, Danny?- Dijo Santiago.
- Perfectamente.- Santiago acercó su mano al pecho de Danny y este se encogió para que no le tocara.
- Yo no estaría tan seguro.- Santiago se marchó encendiendo la ira de Danny; efectivamente, éste aún andaba compareciente del enfrentamiento y su pecho estaba mal herido desde entonces. No estaba aun bien para luchar nuevamente.

Después de salir del comedor, Santiago se apoyó sobre la pared de ladrillo rojizo y respiró profundamente. “No sé si aguantaré dos años más aquí.”
-Santiago, ¿cuándo piensas entrar en clase?.- Santiago levantó la vista y vio al padre Thomas frente a él.
- Qué tal nunca.- Dijo. Thomas se acercó a Santiago y le puso la mano en el hombro.
- Sé que es duro para ti, pero deberías hacer un esfuerzo para integrarte. Eres un chico con muchas capacidades y debes enseñarlas a los demás. Estoy seguro que tus compañeros no son malos, solamente están en una edad difícil, como tú.
- Padre, ahórrese su sermón para la misa.- Santiago se apartó de Thomas, cuando éste sintió la débil y conocida presencia de alguien
- ¿Qué ha sido esa sensación?- Se giró hacia donde estaba caminando Santiago y le miró un poco aturdido. El sonido de la campana le despertó y se acordó de que tenía que acudir al seminario a darles una charla a los futuros predicadores.

En los suburbios de la ciudad, se encontraba una de las más peculiares tiendas que existen. Se llama “Devil ” y vendía todo tipo de camisetas, collares y ropa de cuero. Era muy conocida por sus armas antiguas de coleccionista, tenía su propia peluquería, y también hacían piercings y tatuajes. El dueño de la tienda se llamaba Barry y tenía una larga barba blanca de ermitaño, y no tenía un aspecto muy despejado. Los brazos los tenía llenos de tatuajes ya verdosos en su blanca y vieja piel, pero era bastante corpulento y estaba tuerto del ojo derecho, por lo que solía llevar un ojo de cristal que nunca se movía. Aamon entró en la tienda que en ese momento tenía dos clientes. Se deslizó por la encimera y tras haber asentido a Barry se metió en la trastienda. Después de pasar por la pequeña peluquería y el zulo donde se hacían los piercings y tatuajes, se dirigió a la puerta del fondo que ponía un cartel de “privado”. Abrió la puerta y la cerró tras de sí. Frente a él se encontraba un baño y dirigiéndose al muro de enfrente dibujó con el dedo en una de las baldosas un pentágono invertido. El muro se abrió apareciendo una doble pared oscura como un nicho. Se metió en ella y comenzó a descender las escaleras de piedra sintiendo la agobiante humedad de un pasadizo que llegaba hasta lo más profundo de la tierra. El calor era intenso en el fondo y la oscuridad cerrada. Aamon se quitó las gafas dejando que sus ojos pudieran ver mejor en la oscuridad. En seguida atravesó las distintas cámaras de la guarida donde los gritos eran estremecedores, y sin embargo, la soledad era absoluta. Llegó a un amplio atrio, sobre una pirámide de escaleras había una figura sentada sobre un altar y bajo éste un lobo negro, de grandes proporciones tumbado.
- Mi señor Astaroth, gran Duque del Infierno y General de las Legiones del Limbo.- Dijo Aamon reverenciándole.
- Tengo demasiado títulos como para que los digas todos.- Dijo la figura ofreciendo al lobo de sus pies su mano. El animal la lamió.- Ve al grano Aamon, y dime que traes buenas noticias.
- Las traigo. Izquiel ayer sacrificó su vida para librarnos del peor de nuestros enemigos. Miguel ha muerto de manos de un mendigo.- Aamon se echó a reír.
- Es cierto lo que dices.
- Totalmente, mis ojos que todo lo ven a través de mis búhos, me lo han dicho.
- Entonces, podremos ejercer nuestra influencia en el mundo humano. Lo has hecho bien, Aamon.
- ¿Qué misión me encomendáis ahora, señor?.
- Envía a Razquiel y asegúrate que hace de las suyas.
- En seguida.
Aamon se marchó. Astaroth miró con sus ojos a su lobo sonriente.
- Miguel ha sido expulsado de la tierra y ya no se interpondrá en nuestro camino. - Las carcajadas ensordecieron toda la estancia.
Eran más de las seis de la tarde y la noche ya había caído en San Agustín. Santiago había salido de su habitación y se había sentado en las gradas del campo de fútbol a ver entrenar al equipo del colegio. El transcurso era tranquilo, el centrocampista era realmente bueno manejando el balón por los laterales y había captado la atención de Santiago en el entrenamiento. Una persona se sentó más abajo de él. Iba vestido con un largo abrigo negro, por lo que Santiago dedujo que se trataba de otro sacerdote pero no llevaba alzacuello. Volvió a mirar tan tranquilo el partido hasta que el extraño dijo para sí “"Este partido es realmente aburrido, voy a meterle un poco de acción". El sujeto se levantó y aprovechando el leve descanso de los jugadores que estaban por el banquillo, se acercó al centrocampista y le dijo algo al oído. El chico miró a su compañero de equipo que llevaba el mono naranja de oponente y su rostro se tiñó de cierta agresividad. Cuando salió al campo, le arrebató el balón a base de un fuerte codazo y el oponente se enfadó diciendo:
- Eres un maldito tramposo, Mark.
- No te he hecho nada James, así que no seas llorón
- ¿A quién llamas llorón tú?
- Esto me gusta más.- Dijo el extraño volviendo a su sitio riendo de forma maquiavélica.
Santiago bajó las gradas hasta el extraño y lo miró fijo. Cuando éste se giró tenía los ojos sanguinolentos y las venas se le transparentaban en su cara pálida y cadavérica. Santiago se echo para atrás impactado.
- ¿Quién diablos eres tú?- Dijo Santiago.
- ¿Acaso me puedes ver?
- Sí.
- ¡Eso es imposible! solo los ángeles somos capaces de ver nuestras auténticas identidades.- contestó el monstruo levantándose furioso.
- ¿Un ángel dices?.- Santiago se echó a reír.- Yo creo que se te ha olvidado quitarte el disfraz de Halloween.
- ¡Maldito mocoso impertinente!- Dijo abalanzándose sobre Santiago, que lo esquivó de un salto con inaudita agilidad.- Voy a enseñarte de lo que es capaz un Principado como yo.
Todo el equipo de fútbol se giró hacia Santiago, estaban todos ellos con el mismo aspecto que el extraño, y se dirigían como zombis hacia Santiago para atacarle. Santiago se defendió luchando pero no podía con ellos.

Thomas corría hacia el campo de fútbol a toda velocidad.
- ¡Maldita sea! Eran estas malas energías las que percibí por la mañana. Aquí hay un súbdito de Astaroth, puedo sentirlo y siento un alma en peligro.

Santiago cayó al suelo y el extraño se dirigió a él para matarlo. Puso sus pié sobre su pecho y presionó.
- Sigues si creer que mí.- Santiago miraba las alas negras de su atacante y se intentó defender, pero era inútil y se desmayó a causa de la falta de aire.
Thomas llegó en ese momento y vio las dificultades en las que se encontraba Santiago. Sin pensarlo dos veces alzó el vuelo para plantarse frente al monstruo que se alejó, liberando a Santiago, cegado del resplandor que expelía Thomas.
- ¡Razquiel! Angel de las Influencias.-Dijo Thomas.- ¡Te ordeno que abandones el cuerpo que ocupas!.- En extraño miró a Thomas y reconoció su forma.
- Ga…Gabriel! Deberías estar en los cielos alabando y glorificando al Altísimo.- Dijo Razquiel cuando recuperó la visibilidad.
- Estoy aquí porque el soberano me envía. Sabe que os estáis moviendo para adelantar el Apocalipsis antes de la venida de Dios. Estoy aquí para evitar eso.
- La providencia es tu mayor poder, por eso te has presentado aquí; pero has de saber que tu poder no puede ir más allá de tu misión, como siervo del Soberano.- Se echo a reír.- ¿Qué piensas hacer sin Miguel, el brazo armado de Dios?. – Razquiel fue a dirigirse otra vez hacia Santiago pero una intensa barrera de luz hizo que rebotara en la nada.
- Jamás atravesarás mi luz de pureza que protege a estas almas, Razquiel.
- ¡Maldito seas Gabriel!- Razquiel se dirigió hacia él y Thomas le propició un golpe en la frente que le hizo retroceder.
- Yo no lucho a hierro sino a cuerpo.
Razquiel intentó pegarle un puñetazo que Thomas que lo esquivó. Después lo intentó por la izquierda pero también fue esquivado. Volvió a intentar golpear con la pierna y fue detenido por Thomas con lo brazos.
- ¡¿A qué juegas esquivándome y no atacándome?!- Razquiel intentó hacer un placaje pero Thomas le hizo una llave y le tumbó en el suelo. Después puso su pulgar en la frente de Razquiel y le hizo la cruz mientras recitaba unas plegarias. Razquiel emitió unos gritos desgarradores mientras sentía arder su cuerpo.
- Te ordeno, que abandones este cuerpo Razquiel.
Una sombra fue expulsada del cuerpo, que recuperó su forma original.
- Esto no es el final, Gabriel. Sigue caminando por aquí, intentando aconsejar a las almas de los hombres para que no nos sigan, pero nosotros seguiremos pululando alrededor de ellos para que sepan el auténtico conocimiento de la libertad.
Entre carcajadas la sombra se dispersó. Thomas respiró hondo mientras miraba al cielo aliviado. Al bajar sus ojos vio el cuerpo de Santiago a sus pies e hincando una rodilla en el suelo lo miró.
- Este chico siempre haciéndose el valiente. Un día me dará un disgusto. – Le apartó el flequillo para ver si estaba herido. En ese instante percibió un resplandor azul bajo la ropa. Tiró la cuerda del cuello y apareció la cruz de Santiago que resplandecía gracias al ángel de zafiro que lo custodiaba. – ¡El símbolo de Miguel! Él es el siguiente portador…
Santiago se despertó en ese instante y miró a Gabriel.
- Qué bello es…- Thomas le pasó la mano por la cara y Santiago volvió a dormir. Lo cogió en brazos y alzo el vuelo mientras contemplaba a los miembros del equipo de fútbol tendidos en el suelo.
- Mi luz de pureza os borrará los recuerdos de lo que hayáis visto hoy. No puedo alterar el libre albedrío.
Mientras Thomas en la forma de Gabriel se alejaba, los miembros del equipo de fútbol se levantaron y siguieron jugando como si nada hubiese pasado.

Editado por Talaris, 06 mayo 2011 - 11:42 .

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Publicado 14 diciembre 2010 - 19:43

como siempre esta genial, el capitulo Talaris

tengo una duda me gustaria aclararla si es posible hacerlo sin generar algun adelanto innecesario de la historia

bueno angeles y demonios usas portadores: Miguel usa escogidos y los malos almas espiritualmente "debiles" pero Gabriel parece que fuera directamente Gabriel osea como si hubiera encarnado o creado un cuerpo que no posea un alma humana o esa impresion me dio por un momento

gracias

Editado por Espectro1986, 14 diciembre 2010 - 19:45 .


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Publicado 14 diciembre 2010 - 20:04

CITA(Espectro1986 @ Dec 15 2010, 01:43 AM) <{POST_SNAPBACK}>
como siempre esta genial, el capitulo Talaris

tengo una duda me gustaria aclararla si es posible hacerlo sin generar algun adelanto innecesario de la historia

bueno angeles y demonios usas portadores: Miguel usa escogidos y los malos almas espiritualmente "debiles" pero Gabriel parece que fuera directamente Gabriel osea como si hubiera encarnado o creado un cuerpo que no posea un alma humana o esa impresion me dio por un momento

gracias


Esa pregunta que me haces es el hilo de la historia, espectro. lo sabrás al final.
Lo siento, pero tengo que mantenerte enganchado, eres uno de mis pocos lectores s46.gif

un besote!

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Publicado 14 diciembre 2010 - 21:50

Bueh como ya es costumbre un gran capitulo turtle9yu.gif

El dibujo es excelente y me encanta el desarrollo de los acontecimientos happy.gif

Aunque en esta ocasión encontre un par de errores en la escritura ^^U pero bueh al final no es tan grave ya que puede resolverse


Saludos s55.gif s65.gif

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Publicado 14 diciembre 2010 - 23:18

Bueno Talaris!, me encanta tu obra, el contexto religioso que le das es sumamente interesante y cada capitulo me deja con ganas de leer el siguiente, como ya te comenté por chat siento una particular preferencia por Thomas!, espero mucho de él!!!!, aunque me intriga Santiago (me recuerda un poco a Ichigo) y los proximos personajes!

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Publicado 15 diciembre 2010 - 16:24

CITA(The Ön€ Rage Magnus @ Dec 15 2010, 03:50 AM) <{POST_SNAPBACK}>
Aunque en esta ocasión encontre un par de errores en la escritura ^^U pero bueh al final no es tan grave ya que puede resolverse


Gracias Rage! Ya corregí las faltas para que estuviera presentable. Fueron errores de mecanografía y las horas tardías en las que publiqué. s46.gif
Me alegro que os haya gustado

¡hasta le próximo capítulo!

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PD: Quien es Ichigo??

Editado por Talaris, 18 diciembre 2010 - 14:18 .

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#14 dead mask 2

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Publicado 15 diciembre 2010 - 23:31

orale talaris te luciste


me encanto


ya espero con hancias el cap 4
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#15 Talaris

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Publicado 23 diciembre 2010 - 22:21

Hola y Feliz Navidad! Ha sido otra semana complicada y carecía de tiempo para presentar el capítulo, además, este capítulo lo hice bastante largo y pese a reducir y reducir, lo he tenido que dividir; de ahí que lo he titulado "tiempo de espera", porque el siguiente es quizá más significativo, ya que parte de éste.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>



-¡Estúpida ave de rapiña!- Exclamó Astaroth agarrando el cuello de Aamon y estrellándolo contra la pared- ¡Otro de mis principados ha desaparecido! ¡¿Cómo es posible eso si no está Miguel vivo?!
- Mi, mi Señor Astaroth… es cierto que Miguel ha muerto, pero quien atacó a Razquiel fue otro…
- ¡¡Habla inmediatamente si no quieres que te envíe a torturar!!- Dijo soltándolo. Aamon cayó al suelo tosiendo con una mano en el cuello.
- Fue el primero de los Arcángeles después de Miguel, el que gobierna o el guarda su poder.
- ¡¡Gabriel!!- Dijo abriendo los ojos.- ¿Me estás diciendo que Gabriel ha descendido también del Cielo? entonces hay algún plan trazado. La aparición de Gabriel entre los hombres no nos lleva más que ha fracasos a nosotros. La última vez que apareció entregó al mundo a alguien que dio esperanza y fuerza a los mortales, el que desde entonces ha ido mermando nuestro poder en las almas de los hombres y ha creado a miles de sacerdotes. Ese tal Mesías capaz de vencer la muerte del espíritu y el cuerpo.
Pronunció un espeluznante grito y derribo de una patada una columna de la estancia. Parte del techo se resquebrajó.
- ¡Hay que destruir a Gabriel, antes que sea demasiado tarde, Aamon!
- Sí, mi señor. Debemos encontrar al portador del espíritu de Gabriel y matarlo. Es la única forma de frenar lo que sea que intenta.
- Entonces ya sabes que hacer. Encuentra a ese portador aunque tengas que peinar con tus búhos toda la tierra. Que los búhos sean tan numerosos como las palomas y las ratas. Si no lo haces te echaré a las penurias y torturas más dolorosas que existan.
- Sí…sí mi señor.
Aamon salió corriendo de la estancia. Astaroth se sentó en su trono y su lobo reclamó sus caricias.
- Gabriel… qué te traes entre manos…

El padre Thomas se encontraba en la sacristía del oratorio rezando el rosario frente a una inmaculada policromada colocada sobre un pequeño poyete. Iba por las letanías, pero antes de terminar comenzó a sentir una de sus visiones. Se llevó las manos a las sienes, pues cada vez que recibía un mensaje del cielo su cuerpo se resentía ante las inmensas energías que le embargaban. Frente a él volvió a aparecer Miguel.
- ¿Qué mensaje me das ahora?- Dijo Thomas cuando desapareció su malestar del principio.
- Has encontrado a mi portador, ¿verdad?
- Sí.
- Entonces has de entrenarle cuanto antes. No podemos permitir que te expongas nuevamente a los demonios. Si te encuentran intentarán destruirte como lo hicieron conmigo. Eres uno de los más poderosos Arcángeles, Gabriel, pero también eres el más vulnerable. Sin ti ninguno de los seis podremos descender.
- Lamento haber tenido que luchar, pero no tuve más remedio.
- Lo entiendo. Hiciste bien, pero comprende que luchar es mí misión.
- Sí.
- Entrena cuanto antes a Santiago, amigo mío. Dependo tanto de ti como tú dependes de mí.
Miguel desapareció. Thomas se apoyó en el respaldo y respiró profundamente mientras terminó de rezar.
Santiago estaba leyendo los campeonatos anunciados en el tablón del gimnasio. La educación física era su asignatura favorita ya que se le daba excepcionalmente bien y siempre sacaba muy buenas notas. No vio anunciado nada sobre lucha y decepcionado se retiró bajando las escaleras; a los pies de éstas, un chico le ofreció un panfleto sobre el equipo de fútbol; Al parecer estaban buscando nuevos miembros y pensó que tal vez sería una buena opción. Cogió el bolígrafo de su estuche y rellenó el casillero que tenía detrás el papel. Mientras rellenaba sintió un zumbido en su mente y se apoyó al perder el equilibrio. “fut…bol…” se dijo y un recuerdo le invadió la mente. Su rostro se puso amarillento y un sudor frío le empapaba. En pequeños flashes pudo ver vagamente retazos de lo que había ocurrido la noche anterior. Cayó de espaldas y Ana impidió el choque contra el suelo interponiendo su regazo como una acto reflejo.

Cuando abrió los ojos se encontró al padre Thomas mirándole
- ¿Qué tal te encuentras?
- ¿Qué me ha pasado?
- Te ha dado una bajada de tensión por falta de azúcar. Me han dicho que no bajaste a desayunar hoy, no debes hacer eso antes de gimnasia; sé lo exigente que es el profesor y todos los ejercicios que os manda hacer. Si no has desayunado bien puedes quemar demasiadas energías y quedarte sin fuerzas.
Santiago miró a Thomas y entornó los ojos, el rostro del sacerdote guardaba casi tanta belleza como el ángel que recordaba de la noche anterior.
- No llegaba a clase así que corrí a gimnasia.
- Entiendo.- Thomas sacó el papel de la inscripción al equipo.- Me alegra que te hayas apuntado. Seguramente harás amigos ahí y serás una gran ayuda para ellos, ya que eres tan bueno en los deportes.
- Preferiría que fuera un campeonato de lucha.- Thomas se echó a reír.
- Bueno, tengo entendido que el próximo no tardará en llegar, así que tal vez puedas presentarte a él.
- ¿Cuándo?
- Creo que en primavera. – Thomas le ofreció un plato con leche y galletas.- Me ha dicho Murice, el doctor del colegio, que no te devuelva a clase sin haberte tomado esto y así contrarrestar el azúcar que no has tomado esta mañana.- Santiago comió la leche con galletas con apetito. Thomas miró el crucifijo que colgaba del pecho del chico.- Veo que llevas la cruz de Santiago. El chico encerró la cruz entre sus dedos.
- Sí, es lo único que tengo de…
- Tus padres biológicos.- Santiago asintió.
- ¿Sabes que Santiago fue el primer Apóstol mártir? Cuando comenzó a predicar se dirigió hacia el oeste y predicó por todas la regiones. Cuando llegó a España se desesperó tanto porque nadie le escuchaba que se sintió una gran frustración y se sentó a descansar; en ese instante tuvo la visión de la Virgen sobre un pilar y supo que sería la Virgen la que sostendría la fe y conversión española. Desde entonces España ha sido un país fundamentalmente mariano.
- No conocía esa historia.
- Cuando regresó a Jerusalén, Santiago no se rindió ante las dificultades y no atendió la orden que le dieron junto a Pedro y Juan de que dejara de predicar, entonces, un soldado se le acercó y le degolló a golpe de espada, por eso su cruz tiene esa forma tan particular.-Santiago miró la cruz impresionado.- Desde entonces el apóstol pasó a ser un importante foco de peregrinación, siendo su entereza y vocación dignas de adorarse.
- Es una historia interesante, pero… ¿por qué me la cuenta, padre?
- Llevar su nombre y su símbolo significa una gran gracia. Fue el mismo Arcángel Miguel quien dignó de honores al Apóstol al morir, utilizando esa cruz como su más fiel defensa y lucha.
Santiago se comió atónito la última galleta. Miró al padre fijo y dejó el plato en la mesa.
- Debería ir ya a clase.- Dijo levantándose de la cama.
Muy bien. – Dijo sonriente el padre Thomas. Sus ojos brillaban de bondad.- Mañana a las siete hay entrenamiento de fútbol. Entrega la inscripción y comienza a participar. - Santiago salió de la enfermería bastante impresionado de la historia.
Por la tarde Santiago salía de la clase agotado. Había sido un largo día y el desvanecimiento de la mañana le había dejado hecho polvo todo el día. A ello se sumaba la historia que le había contado Thomas y que le tenía la mente ocupada en clase. Después se sentó en el castaño antes de volver a su habitación. Ya estaba anocheciendo pero aún había luz suficiente para ver así que sacó el cuaderno de dibujos y siguió trazando al misterioso y bello ángel que le venía de vez en cuando en un vago recuerdo. Después pensó si ese no sería el Miguel que Thomas le había contado.
- ¡Santiago es precioso!- El chico se llevó el cuaderno al pecho y se giró nervioso. Era Ana.
- Pintas muy bien.- Ana se había sentado frente a él con una agradable sonrisa.- ¿Me dejas verlo otra vez?
- No… no está terminado.- Dijo tímido. Ana nunca había visto ese gesto en Santiago y le sonrió con más fuerza.
- ¿Entonces, me lo enseñarás cuando lo termines?- Santiago no respondió.- Bueno… de todas formas cómo estás.
- Bien.
- El padre Thomas me ha dicho que te has apuntado al equipo de fútbol y me parece genial!! Seguro que contigo ganamos los campeonatos.
- Ana.., y tus amigas.
- Han salido antes que yo, como sabes tengo que rellenar las listas hasta que elijamos un delegado. ¡A ver cuando se hacen las votaciones! Llevamos casi un mes de clases y seguimos sin delegado. Es un rollo esto. - Santiago se levantó.
- ¿Ya te vas?
- Tengo cosas que hacer.
Santiago se alejó frente a los ojos de Ana. Ella estaba un poco disgustada porque no parecía querer hablar con ella.

Aamon apoyado sobre una de las pequeñas torretas del edificio central del colegio, examinó con detenimiento los alrededores. Como ya había anochecido se quitó las gafas de sol dejando asomar sus redondísimos, grandes y amarillos ojos inexpresivos. Detrás de él se deslizó otra persona de tez pálida, ojos sanguinarios y ramificaciones verdosas por las sienes.
- No tentarás al Señor tu Dios…-Dijo Aamon sonriendo malévolamente.- Pero nosotros, Azaquiel, no seguimos sus mandatos ¿verdad?. Ve y tentemos a su mensajero para descubrir que mortal oculta el bello rostro del “poder de Dios”- Azaquiel descendió con sus alas negras hacia el suelo y caminó por la fresca hierba. Se detuvo ante dos chicos que jugaban con dos tirachinas a tirar unos botes al suelo, haciendo diana. Se acerco al que iba a tirar distrayéndole. La china fue a dar a la cara del otro chico. Después de recibir disculpas, Azaquiel hizo lo mismo con el otro chico.
- Lo has hecho a propósito!
- No es cierto.
- Sí lo es!- Dijo tirando la china.
Así se comenzaron los dos a tirarse mutuamente con mucha rabia y cuanto más rabioso era el tiro más dolor se propiciaban. Azaquiel riéndose miró a Aamon, quien levantando el pulgar siguió inspeccionando el terreno girando sobre sí mismo como el faro de un puerto. Sus ojos amarillos parecían las bombillas. No parecía ver nada que saliera de lo normal.
Santiago que pasaba por ahí escuchó el escándalo y se asomó a ver qué pasaba. Cuando vio el panorama corrió a separar a los chicos llenos de magulladuras. Uno de ellos se frotaba el ojo pues una de las chinas le había dado ahí.
- ¿Acaso os queréis desgraciar?- Los chicos se giraron hacia Santiago ya poseídos de la violencia de Azaquiel. Cuando Santiago miró sus rostros comprobó que eran muy parecidos a los que recordaba en sus flashes.- ¿Por qué narices me andan persiguiendo estos zombies?- Levantó la vista y descubrió a Azaquiel.- ¡Tú otra vez!
Azaquiel alzó el vuelo y se plantó frente a Santiago.
- Me parece que me confundes con Razquiel.- Azaquiel cogió por el cuello a Santiago.- Eres tú el portador de Gabriel, mocoso? ¡Entonces muéstrate para que pueda destruirte en nombre de Astaroth!
- ¡Él no es!- Azaquiel se giro hacia su espalda y descubrió al resplandeciente Gabriel.
- ¡Maldición!.- Exclamó Aamon.- ¡Ha aparecido ya transfigurado!.
- Azaquiel, Ángel del conflicto… deja a los chicos en paz si me buscas a mí.
- Voy a hacer girones tu cara bonita Gabriel, por haber destruido a Razquiel.
- Inténtalo, y tal vez descubras el cuerpo que me acoge en su interior.
Santiago vio como Azaquiel se abalanzó sobre Gabriel para propiciarle una patada. Gabriel tomó la pierna por el tobillo y la giró haciendo girar a Azaquiel en el aire. Éste se volvió a poner en pie sobre el suelo muy rabioso. Echó a correr a toda velocidad contra Gabriel. Una y otra vez, sucesivamente y muy rápido Azaquiel intentaba golpear a Gabriel con ambos puños pero éste se escurría de ellos como una abeja esquiva las flores. Santiago estaba impresionado por lo imperceptible de los movimientos de ambos.
Gabriel encontró un hueco y detuvo los puños de Azaquiel. Hubo un pulso entre ambos que hizo enterrar los talones en la arena de la fuerza que ejercían. Gabriel soltó a Azaquiel aprovechando la fuerza de éste, que perdiendo estabilidad se desplazó sobre las alas de Gabriel. Éste aprovechó haciéndole zancadilla cayendo Azaquiel contra el suelo. Gabriel colocó su rodilla en el lumbago poniendo todo su peso para evitar que Azaquiel se levantara por el dolor. Tomó los brazos del mismo y los inmovilizó en la espalda; tal y como hace un policía al esposar al delincuente. Así quedó totalmente apresado Azaquiel.
- Azaquiel, principado de Astaroth, te ordeno que abandones el cuerpo que habitas.- Dijo Gabriel poniendo su mano derecha sobre la coronilla de éste, mientras con la izquierda aguantaba los brazos.- Azaquiel, en nombre de Dios vete del cuerpo que posees.- Dijo unas oraciones en latín que repetía una y otra vez “in nomine patris, et filis, et espiritu sanctis…”
Mientras pronunciaba las palabras, Azaquiel decía resitiéndose pese a su sufrifiento. “yo no obedezco tu Palaba!” Hasta que finalmente dijo Gabriel.
- Yo te creé, yo te amé y tú te retiraste de mí; mientras estés en esta alma que me adora yo debo purgarlo de tu espíritu.
La sombra de Azaquiel abandonó el cuerpo furiosa. Miró con ojos rojos de odio a Gabriel y dijo:
- Te encontraremos, cueste lo que cueste y mataremos a tu portador. Así ya no nos causarás más problemas.
La sombra se dispersó. Gabriel se levantó del cuerpo ya sanado y alzó la vista a la torreta del colegio, donde los fríos y amarillos ojos de Aamon le observaban.
- Aamon… coronel de Astaroth….- Dijo Gabriel levantando los brazos y tomando una intensidad desmendida.su luz.
Aamon saltó la torreta en dirección opuesta a Gabriel, reduciéndose la energía de éste.
Santiago, petrificado miraba a Gabriel con los ojos abiertos como platos. Gabriel se giró y lo miró.
- ¿Me recuerdas de ayer, verdad Santiago?- Santiago asintió.
- Qué...
- Si quieres saber por qué estoy aquí dame tu mano y lo verás.
Santiago se dirigió lentamente hacia Gabriel hasta tomarle la mano. En un resplandor desaparecieron los dos.

Editado por Talaris, 06 mayo 2011 - 11:44 .

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Publicado 23 diciembre 2010 - 22:38

Muy buen capítulo happy.gif


Cada vez se pone más interesante , espero publiques un nuevo capítulo antes de que termine el año


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Publicado 23 diciembre 2010 - 23:49

sencillamente genial Talaris

cada vez mejor la historia, vamos a ver que le dice Gabriel a Santiago

esperando el proximo capitulo

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Escorpion
Energia:
Cosmos:
Ataque:
Defensa:
Velocidad:
Victorias:
0
Derrotas:
0
Total:
0

Publicado 09 enero 2011 - 18:40

Hola! después de las vacaciones de Navidad se vuelve a la rutina. Puesto que ya no hay compras ni celebraciones tan seguidas, esperemos que vuelva todo a normalizarse en este nuevo año 2011. Espero que hayáis entrado bien en él.jeje!
Os dejo el capítulo 5 que como ya os dije iba incluido en el 4, pero por razones de espacio tuve la obligación de dividir. Creo que este capítulo me quedó de lo más surrealista y místico. Admás como 5 capítulos es un buen número os he hecho un dibujillo a ordenador para celebrarlo con el precioso logo que Pandy hizo.
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¡MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO!

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Aamon emprendió la carrera como alma que lleva el viento. Sabía que no iba a ser fácil enfrentarse cara a cara con Gabriel y en caso de atreverse a ello, necesitaba aún encontrar el punto flaco del Arcángel.
- ¡Pobre Aamon…!- escuchó a su alrededor.- Desertar de esa forma tan cobarde del combate…- El tono de la voz era burlona y humillante.
- ¡Pruslas! Sé que eres tú.- Entre las sombras apareció un tipo vestido igual que él.
- ¡Debería darte vergüenza!Un Coronel de Astaroth dando la espalda a su señor.
- ¡Calla tu estúpida bocaza!- Dijo Aamon cogiendo de las solapas del abrigo a Prusias.- Olvidas que a mi mando están treinta legiones de principados.
- Sí unos cuantos.- Dijo sacudiéndose el abrigo mientras reía sarcásticamente.- Pero dentro de poco serán menos si los mandas a morir inútilmente. ¿Cómo vas a explicar a nuestro Señor tan enorme fracaso?
- Mi señor Astaroth no lo sabrá aún. Si escupieses algo por tu babosa lengua, juro que te la arranco de un tirón. Hay que hallar la manera de encontrar a ese portador…
- Olvidas que intentas atrapar a uno de los arcángeles más poderosos y prudentes.
- ¡Qué arcángel no lo es! Pero Gabriel debe tener un talón de Aquiles y lo voy a encontrar, aunque tenga que sacrificar mi vida.
- Está bien, pero como desiertes nuevamente no dudaré en ejecutar las órdenes que Astaroth me ha dado.
- ¿Qué ordenes?
- Sabes perfectamente lo terriblemente violento que es el General de los Infiernos…
Pruslas se desvaneció cuan niebla en las montañas dejando a un inquieto e irritado Aamon en la cerrada noche.
Ana asomada a la ventana. Había visto algo que la había intrigado. Joan se acercó y le deshizo las trenzas del pelo.
- ¿Tú lo has visto, Joan?
- ¿El qué?
- El relámpago de la profunda arboleda.
- ¿Relámpagos?- rió- ¡Es imposible! No ves lo despejado que está el cielo.
- Tal vez haya sido mi imaginación.
- ¿Cuánto de bello será un ángel, chicas?- Dijo Sara sentada en la cama. Estaba leyendo una página en su portátil sobre leyendas de ángeles.
- ¿A qué viene eso?-Dijo Joan.
- Cuentan en esta página autenticas maravillas de ellos. Las obras que realizan por las almas que guardan no pueden ser más que el objeto de una enorme bondad.
- Ya andas con tus extrañas aficiones, Sara.- Decía Joan riendo.
- Yo he visto uno!- Dijo Ana
- ¿Qué?- Dijeron Sara y Joan.
- Santiago estaba dibujando uno, y era tan bonito, que no podía parecerse más que a los verdaderos. Si un ángel es bello, sin la menor duda, Santiago lo reflejó bien.
- No puedo creer que “el oscuro” tenga la sensibilidad de dibujar.
- Creo que ese es vuestro problema juzgáis a las personas antes de conocerlas.
- Huy! Aquí me huele a A-M-O-R.- Ana se ruborizó.

Una luz cegadora envolvieron a Gabriel y Santiago. El segundo estaba absorto contemplando al arcángel sin poder apartar sus ojos de él. “Tienes miedo Santiago.” Dijo Gabriel recibiendo como respuesta una negación de cabeza. “Entonces, confías. Harás un viaje que solo yo puedo Revelarte.” Gabriel puso la mano sobre la frente de Santiago y éste cayó en un profundo trance.
Como si se tratara de una pluma, Santiago se liberó del peso de su cuerpo y ascendió experimentando una agradable sensación de vacío y bienestar. Una luz le cubrió por completo obligándole a cerrar los ojos. Cuando los abrió vio frente a él una inmensa llama rosa, que pese a tocarle no le quemaba. Alrededor de ella seis más de distinto color. Una azul avanzó a la altura de la rosa, y comenzó a hablarle con una voz profunda.
- Bienvenido Santiago.
- ¿Quiénes sois?- Preguntó el adolescente.
- Somos las siete llamas que están a los pies frente a nuestro Creador. La siete más poderosas y fieles, y yo soy la que guarda tu corazón en la tierra, porque eres mi custodio.
- Mi custodio… ¿mi ángel guardián, quieres decir?
- Así es. Yo soy tu ángel guardián y mi nombre es Miguel.
- ¡Los siete arcángeles!
- Tú lo has dicho.
Santiago sintió un pavor tremendo de pronto. Como si hubiera perdido toda cordura de sí mismo. Todo aquello parecía una alucinación y se había vuelto loco.
- Pensé que confiabas.- Dijo la llama.- Es normal que temas pero no que dudes en lo que estás viendo. Tienes que tener fe pues se te ha revelado la verdad. Nosotros existimos y estamos aquí para protegeros, pero aún no ha llegado el final y debemos devolver todo a su cauce. Ahora debemos hacernos uno y llevar a cabo la misión.
- ¿Qué misión?- Dijo desconcertado.
- Salvar las almas y sellar a los protegidos.- La llama se alejó después de que una de sus brasas le tocara la espalda.- Ve y prepárate; pronto nos volveremos a ver.
Una violenta caída hundió a Santiago en una inmensa oscuridad y con velocidad vertiginosa, como el avión que se estrella sintió un golpe, pero no le dejó secuelas físicas.
Al despertar estaba respirando angustioso. Intentando beber a enormes bocanadas el aire que por un instante, que parecía una eternidad, le había faltado en los pulmones. Cuando ceso el engarrotamiento de sus miembros, se giró por el suelo hasta tropezar con los pies de Gabriel, que lo auxilió tomándolo en brazos.
- Respira despacio y con tranquilidad o te provocarás un edema o un fuertísimo flato. – Santiago miró el rostro de Gabriel mientras sentía serenarse, después mirando por encima del ángel descubrió una bóveda que los cubría.- Estás en la cripta del oratorio y has sufrido lo que se llama “viaje espiritual” provocado por mi técnica de la Revelación. Has viajado a la segunda dimensión de este mundo, la llamada transición, entre la dimensión espiritual y la real. En la dimensión transitoria o de transición, solemos encontrarnos los arcángeles cuando el Altísimo nos envía a daros mensajes. En muy pocas ocasiones solemos descender hasta la Tierra. Esperaba que Miguel se te presentara tal y como lo conoces, en la forma física de Mario, el mendigo barbudo que encontró la medalla que portas; pero tu trance ha sido muy profundo y has ascendido solo sin haber necesidad de descender hasta tierra firme ninguno de nosotros para darte el mensaje.
- No…so…tros.- dijo Santiago con dificultad.
- Yo soy Gabriel, el segundo de los Arcángeles por orden de coros. El querubín de más alto rango. El que fue bautizado por mi Señor, como “poder de Dios” y que alaba con ceguera su sabiduría, pureza y santidad.- Gabriel hizo brotar de su mano una llama rosa y Santiago comprendió que era la llama rosa que no le había soltado durante su trance.- No debiste temer, yo estaba contigo y sigo estando ahora.
Santiago, ya bastante recuperado se incorporó con ayuda de Gabriel hasta quedarse sentado sobre sus talones. Miro a su alrededor y vio dispuestas en el perímetro de la cripta siete capillas con las imágenes de siete ángeles. A la derecha había uno que tras el cristal de su peana, reposaba una antorcha del curioso color rosa. Gabriel se acercó hacia esa imagen.
- Yo soy el único que ha descendido a la Tierra de forma permanente, y por eso parte de mi espíritu se encuentra en esta reliquia y este cuerpo que me porta. Los ángeles gracias a carecer de cuerpo, podemos estar en muchos lugares.- El arcángel se llevó las manos hacia sus sienes y se dispuso a retirar la diadema que reposaba sobre ellas y provocaba el destello de su frente, pero pensó que tal vez sería mejor que Santiago solo le conociera como Gabriel y no como Thomas.
Se giró hacia él después de alejar sus manos de la diadema y juntarlas a la altura de su pecho. Santiago ya estaba de pie sin apartar sus ojos de él con gesto de intriga. Él no pudo evitar reír.
- Sigues sin creer lo que ves. ¿no es cierto? Escucha bien. Los siete arcángeles hemos sido llamados a descender hasta la tierra porque los demonios están invadiendo el mundo de los hombres sin control. Te has tropezado con dos Principados, Razquiel y Azaquiel que bajo el mando de Aamon han invadido las almas puras de los hombres en contra de su voluntad. Hay algo que se llama libre albedrío, del que tanto ángeles y demonios tenemos la gracia de tener, como vosotros; pero no está aún previsto que demonios asciendan del infierno para precipitar el fin del mundo. Estamos aquí para frenarlos.
- ¿Los demonios, los zombis que me perseguían, están saltando del infierno a la tierra para precipitar el fin del mundo?
- Así es, lo has entendido muy bien.
- Y eso qué tiene que ver conmigo.
- Las almas custodiadas por los Siete Arcángeles son los únicos que pueden ayudarlos. Tú Santiago, como alma custodia de Miguel, has de ayudarle como él te ha ayudado en estos 15 años. Sé su portador para poder luchar contra los demonios que invaden las almas inocentes.
- Pero habrá más almas que custodie.
- La única alma que custodiaba era Mario, pero su tiempo ya ha cesado aquí. Has sido elegido por Miguel, al entregarte él su símbolo.- La cruz de Santiago flotó por el aire hasta las manos de Gabriel, como atraídas por un imán. – Es el símbolo de una nueva alianza de almas, y eso no es razón de vergüenza o locura, sino de honorabilidad y enorme fe en ti por su parte.- El crucifijo desplegó una potente luz azul que invadió la cripta como el aurea de una aparición y una espada apareció en su lugar.- Miguel te entrega su espada como el rey que nombra caballero a su general.
Tómala y acepta su regalo para contigo.
Santiago cogió la espada absorto por su belleza pero el peso de la misma le quebró los bazos. Gabriel se echó a reír.
- Requieres de mucho entrenamiento hasta que seas capaz de levantarla.- Le puso la mano sobre el pelo y lo frotó cariñosamente.- Para eso estoy aquí. Seré tu maestro.- La espada se redujo hasta volverse otra vez el crucifijo y Gabriel se lo volvió a poner.
- Estoy muy confuso yo…
- No tienes que entender nada, solo creer. ¿Qué mas pruebas quieres de la Verdad? Ésta se te ha revelado, sabes tu misión.
- Pero solo soy un chico de 15 años, mi única preocupación ahora es ser aceptado por mis compañeros y aprobar los exámenes para no quedarme sin vacaciones.
- Es cierto, si vas a hacer esto deberás madurar antes, ¿pero realmente crees que el Cristo no tuvo dudas de lo que tenía que hacer? Hasta la mismísima noche de su prendimiento temió pero una y otra vez supo levantarse y terminar su misión en el mundo. Me recuerdas a Él aquella noche en el Getsemaní.
- Fuiste tú…
- Eso no es importante ahora. No has de saber más que lo que se te ha revelado. ¿Aceptarás?
- Debo pensarlo…
- Eso no es posible. Debes elegir ahora, no tienes que temer nada, yo estaré contigo.- Dijo poniéndole la mano en el hombro.
Santiago miró detrás del ala derecha de Gabriel y se dirigió a la capilla del fondo. En ella había la imagen de un ángel con una espada pisando a un dragón. Se giró hacia Gabriel que lo miraba levitando sentado sobre su aurea rosa, dijo éste:
“Dentro de ti esta el mismo espíritu de fe y redención que todos seguimos y adoramos, pero tienes que creer. Cree como Miguel.”

Gabriel señaló la imagen del Ángel que observaba Santiago. Éste lo miró diciendo.

“LO HARE”

- Eres digno Santiago. Ahora ve a descansar y mañana ven al oratorio después de tus entrenamientos de fútbol.- Santiago se giró hacia Gabriel extrañado, como si aquella frase le sonara.
- ¿Cómo sabes que yo…?
- Los ángeles leemos en las almas. Ve en paz Santiago.- Gabriel giro su brazo lentamente. Tras Santiago se abrió una puerta que no había visto antes.- Te llevará directamente a tu habitación y recuerda tu palabra. Te estaré esperando.
- Aquí estaré.
Santiago corrió hacia el pasadizo. Gabriel lo vio alejarse en la oscuridad hasta que cerró la puerta. Después se quitó la diadema, que se colocó a los pies de llama rosa de la imagen que lo representaba y Thomas volvió a su forma.
- Creo en ti Santiago…
Santiago llegó directamente hacia su habitación abrumado de todo lo que le había acontecido en esa noche. Era tarde, pero aun así decidió darse una ducha para poder asimilar y reflexionar lo que le había dicho Gabriel.
El vapor invadía la habitación de lo caliente que estaba el agua, pero lo cierto es que el adolescente andaba destemplado desde su experiencia y la temperatura le reconfortaba. “Yo… el portador de Miguel… No lo puedo creer.” Miró las palmas de sus manos y eran tan humanas como cualquier otra. Su cuerpo no translucía ni tenía la belleza de Gabriel, menos todavía con la brecha de su ceja que endurecía más su rostro.
Salió de la ducha y se miró al espejo. Sintió una pequeña molestia en la espalda por la zona cervical y los omoplatos. Se rascó y entonces descubrió en su piel un tatuaje. Lo miró absorto. Se trataba de la cruz de Santiago que ardía como una llama azul.
- Ya has sido tocado por mi fuerza.- Al girarse al frente vio a Mario - Cuando completes tu entrenamiento ya no será un mero tatuaje, sino la señal de nuestra unión.
Será la medalla tu arma y habrás de aprender a usarla, Santiago. Me hubiese gustado entrenarte personalmente pero no me ha sido posible, sin embrago, no te preocupes, si tienes fe estaré contigo luchando corazón con corazón.
La figura se desvaneció dejando a Santiago solo en su habitación. Tenía tantas preguntas que hacerle a Miguel, que no fue capaz de hablar debido al colapso. Tirándose en la cama resolvió ordenar su mente y preguntar al día siguiente a Gabriel, quien sería su maestro en adelante.

Editado por Talaris, 22 mayo 2011 - 19:30 .

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#19 Lunatic BoltSpectrum

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    ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!

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Publicado 09 enero 2011 - 20:36

esta genial como siempre

lo del trance donde le explicaban todo esta fantastico

ahora si entendi una parte de lo de Gabriel XD

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esperando el proximo capitulo

esta genial

#20 Megarage

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Publicado 09 enero 2011 - 21:17

FANTASTICO !!!


Este ha sido un gran capítulo , la historia cada vez se vuelve mejor , no queda mas que felicitarte !


Y como siempre estare ansioso esperando el siguiente capitulo


Saludos s55.gif s65.gif

:sonaro: ¡¡¡ Sindicato de los iluminados !!! :sonaro:
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