Capítulo Octavo: El Encapuchado.
Hephaistos apuntaba hacia el volcán Láscar, el Volcán activo mas cercano que tenían, en idioma Quechua significa Lengua, aunque llevaba algunos años sin presencia de fumarolas.
El dios de la metalurgia medio alzo el brazo y en señal de despedida desapareció transportándose directamente al volcán. Al llegar se posó encima del cráter y dijo con leve sonrisa – Es momento de despertar, te lo ordena, Hephaistos, dios de los herreros – mientras hacía aparecer en su mano derecha un enorme y macizo martillo con el que inmediatamente golpeó el centro del cráter produciendo un temblor con tal intensidad que se sintió hasta el campamento de Athena, y eso que se encontraban a varios kilómetros. Acto seguido el volcán se activó y Hephaistos se adentró en el hasta la parte mas profunda donde empezaba a brotar magma, seguidamente invocó su sagrado yunque, tan sólido como la roca más antigua y al igual que el martillo estaba adornada con figuras de bellas ninfas mitológicas. Debido al calor que yacía allí se quitó su bata amarrándola a la altura del cinturón tras lo cual se notaba que portaba un relicario dorado que normalmente no dejaba a nadie ver. Tomo un gran trozo metálico que invocó con la mano izquierda tras lo cual preguntóse a si mismo - ¿Que forjaré hoy? . . . . Ah claro! - y de esa forma inició el martilleo.
En el campamento conversaban Athena, Hermes y Artemisa quien decía - No entiendo porque Hephaistos hace las cosas a ultima hora, según el es porque le encantan los retos – luego de lo cual Hermes respondió – Tienes que aceptarlo es el excéntrico de la familia. Athena quien solo hacía caso omiso a la conversación dijo – Para que puedan luchar como equipo nuestros caballeros deberían presentarse los unos a los otros – seguidamente Artemisa dijo – estoy de acuerdo pero las chicas que trajo Ares no están aquí. - entonces Hermes intervino – Las traeré, empiecen ustedes.
Athena inició presentando a Shiryu su patriarca, y luego los caballeros dorados y plateados que habían llegado con en primera instancia, luego siguió Artemisa presentando a Calisto luego a Lascoumoune y otras 8 satellites de nombres, Amira, Pariya, Morioka, Lily, Ritsuka, Ani, Yui y Teresa, 6 de ellas vestían ropajes negros y las otras dos vestían de blanco.
Entre tanto llegó Hermes con las guerreras de Ares quienes se presentaron a si mismas – Yo soy Hitomi – Dijo la que parecía la líder quien tenia el cabello blanco y ojos marrones luego – Yo me llamo Elsa – Dijo una chica con dos coletas y la tercera - Y-yo me llamo Inaba – dijo tímidamente una chica de cabello rosa. Hitomi dijo por último – Nosotras somos las Amazonas del dios Ares.
Para finalizar se presentaron los guerreros de Hermes – Yo soy Azel, y ellos son: Alí, Shiki, Mage, Joruk, Umar y Lowen. Nosotros somos conocidos como Los Errantes.
Hermes tomó la palabra y con un bostezo dijo - Bien, con esto terminamos las aburridas presentaciones, ya que estamos podríamos hacer algunas competencias.
Athena lo interrumpió diciendo con seriedad – Todos han venido para entrenamiento conjunto no a competir entre si.
Hermes solo rodeó los ojos y dijo finalmente – Oh, la diosa guerrera desea paz, en ese caso tal vez deberías dejar de lado tus otros apelativos – Athena simplemente lo miraba seriamente sin decir nada – Ok no se puede hacer nada por ahora – dijo encogiéndose de hombros luego miro hacia Azel - Ya saben que hacer – luego miró nuevamente a sus medio hermanas – Iré a entregarle el reporte a nuestro padre, regresaré – dijo esto último con una leve inclinación tras lo cual alzo el vuelo desapareció entre las nubes.
Artemisa tomó la palabra – Hermes nunca cambia – Solo exhaló y cambió de tema – Athena mis Satellites son especialistas en lucha a distancia, sus flechas no fallarán ningún objetivo ni aún en movimiento. Francamente estoy en contra de mezclar las satellites con caballeros varones y aunque la situación lo amerite preferiría que guardaran la distancia.
Athena la escuchaba atentamente evaluando – Como acabas de decir hermana, la situación lo amerita, hasta que Hephaistos regrese somos tres grupos. Los líderes de cada ejercito se reunirán para discutir su entrenamiento conjunto. - Artemisa no se encontraba nada convencida pero aprovecho para decir – Esta bien, pero antes debo hablar sobre un asunto importante en privacidad. - Athena ya se esperaba esa conversación, así que solo asintió no sin antes darle algunas instrucciones al patriarca, y de la misma manera Artemisa lo hacía con Calisto, finalmente Athena llevó a Artemisa a sus aposentos.
Una vez allí Artemisa inició - ¿Athena tu sabes algo sobre Hades? - Athena guardo calma y dijo - ¿Acaso padre no te ha dicho sobre él? - Artemisa respondió – No, En el Olimpo no sabemos nada. Intenté que Iris consultara con Perséfone pero no hubo respuesta, es demasiado raro, desde que Perséfone gobierna el inframundo ha perdido más el contacto con nosotros, Deméter se ha abstenido de opinar al respecto, si Hades ha reencarnado ya tendría que haber retomado su puesto, además Thanatos e Hypnos tampoco aparecen, Eris mete cizaña, como siempre, argumentando que quizás Hades este pensando en aliarse con “Los Otros” para derrocarnos, por supuesto muchos conocen a Eris y hacen caso omiso, pero hay quien empieza a dudar. ¿De verdad no sabes nada? - Athena miró y respondió a su hermana – Yo no creo que Hades piense traicionarnos pero sí creo que pronto aparecerá. No te angusties, no caigas en su ardid. - Artemisa prosiguió – Puede que tengas razón, después de todo es hermano de nuestro Padre, Poseidón se encuentra en el Olimpo ahora mismo, no creyó necesario venir pues solo tiene dos Generales Marina. Y los ángeles . . . se mantienen en guardia. (N/A: Te acordaste de Toma verdad, pillina?? XD)
Athena lo sopesó un momento y luego respondió lo siguiente – Perséfone ha tenido un trabajo muy duro reconstruyendo el inframundo, cuando mandé a mi santos a reparar parte del inframundo ella los recibió de manera cordial, pero pronto rechazó nuestra ayuda, y ella sola con su cosmos continuó, sin regresar al Olimpo para continuar con su trabajo, Deméter debe estar entristecida por no ver a su hija, he notado las estaciones mas crudas.
Artemisa respondió entonces – Si, tienes razón, Oh! ya es tarde, debo cumplir mi deber, regresaré mañana. - dijo y luego desapareció.
Mientras tanto en el santuario.
Alexander subía las escaleras hacia los aposentos de Athena, quería despedirse de Seika a quien siempre vio como una hermana mayor, le habían aconsejado partir a la fundación Graud, pero el la conocía lo suficiente como para saber que ella se quedaría junto a Seiya hasta la partida, era su hermano después de todo. Al entrar a la habitación de Seiya encontró a Seika en una posición defensiva delante de Seiya para evitar el ataque de una persona encapuchada quien al verse descubierto apuro su ataque hacia Seiya, siendo Seika quien recibió el golpe lo que la hizo caer al suelo inconsciente mientras brotaba sangre de la comisura de sus labios. Al ver esa escena Alexander corrió velozmente y logró empujar hacia el suelo al encapuchado poniéndose luego delante de Seiya y Seika – ¿Quien eres? - preguntó Alexander pero no hubo respuesta. El rostro del encapuchado estaba oculto por vendajes, solo podían verse unos intensos ojos rojos, aunque Alexander hubiera podido jurar que divisó llamas en ellos. El encapuchado se paró y decidió atacar a Alexander, quien logró bloquear su primer ataque, ya que Alexander sabía algo sobre defensa personal, pero no le sirvió de mucho ya que el encapuchado era muchísimo mas fuerte y a base de golpes lo dejó sangrando en el suelo y casi sin fuerzas, Alexander no sabía como pedir ayuda, todo pasaba tan rápido por la mente de Alexander, se sentía débil, a su lado seguía inconsciente Seika, quien lo cuido con mucho cariño toda su vida, y el caballero pegaso, su amigo, a punto de recibir un golpe mortal, el en cambio no podía hacer mas que observar como mataban a sus seres queridos, en ese momento ambicionó poder, poder para proteger, poder para vencer, poder para matar, Poder, PODER, PODER!!!
En menos de un segundo el ambiente se volvió denso, tanto que el encapuchado detuvo su ataque a la mitad, el muchacho en cambio se levantó pero tenía la mirada inconsciente, sin embargo el encapuchado percibió un gran aura asesina y por primera vez en su vida sintió temor, inmediatamente se puso en posición de pelea. Hades/Alexander miró hacía Seiya y con su mano izquierda arrancó con fuerza algo invisible del pecho del caballero pegaso, un objeto etéreo que desde su empuñadura tomaba la forma de un espada corpórea y brillante, mientras lo apunto directo hacia el encapuchado. Momento en que entraron Hypnos y Thanatos/Theron, Aunque el encapuchado se disponía a pelear en serio al verse superado en número atinó a huir raudamente por el balcón.
Ambos gemelos se arrodillaron y dijeron – Mi señor – Hades/alexander no dijo nada, aun su mirada estaba vacía pero apunto su espada a Seika – Una gota rodó por la mejilla de Hypnos quien dentro de sí dijo Lo siento Mi Señor, Eternal Drowsiness (Somnolencia Eterna), apuntando su cosmos a Hades/Alexander como a su hermano gemelo, quienes cayeron inconscientes al suelo.
Segundos después despertaron, Theron por alguna razón que no comprendía se sentía algo irritable, en cambio Alexander despertó agitado. Miró a su costado y socorrió a Seika, busco sus signos vitales tras lo cual con alivio suspiro al notar que se entraba bien. De pronto escuchó la silla de ruedas moverse levemente, cuando volteó a mirar, Seiya levantaba lentamente su cabeza.
Por otro lado el encapuchado se decía a si mismo - ¿Como pude fallar? Mi líder no lo perdonará, tsk. No importa, el caballero pegaso sigue inconsciente, de todas formas tendré que adelantar los planes, . . ., Aunque ahora que lo pienso ¿Que es ese muchacho?, ¿Que era esa aura? Ya sospechaba que no era normal. Es peligroso, debo investigar más.