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El Mito del Santuario


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805 respuestas a este tema

#421 Kael'Thas

Kael'Thas

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Publicado 26 enero 2016 - 14:58

Claro que si lo seguire leyendo, tocayo (Yo igual me llamo Felipe). Aunque sea mucho y algun día pondre al día 


Editado por Mystoria de Acuario, 26 enero 2016 - 14:58 .

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#422 Patriarca 8

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Publicado 26 enero 2016 - 22:46

HYOGA V

 

-Este..........ya se que dirán que soy muy inteligente pero................no entendí de que se trataban 

las memorias de Milo, excepto que Camus dice que no le importa luchar contra gente cercana

 

-me agrado la valentía de Kiki

 

-en teoria la batalla entre  Hyoga e Isaak  deberia ser bastante emotiva por ser de

de dos antiguos amigos convertidos en enemigos pero la realidad es

que estamos hablando del cisne que siempre mata directa

o indirectamente a sus conocidos.

por cierto ¿ que paso con Jacob ? XD

 

fueron muy misteriosas las ultimas palabras del general

 

Fue un capitulo regular comparado con los anteriores


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#423 Presstor

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Publicado 27 enero 2016 - 13:48

pues siguiendo el tema de nex dimension y lo mucho que ningunean a ikki es mas culpa

 del mal guion de kurumada que del personaje en si....a estas alturas y despues de haber pasado

todo lo que han pasado ninguno de los protas deberian tener tantos problemas con un rival

por muy dorado  que sea... a todos los han puesto muy tontos.

 

en un capitulo como este,ya se ve que el es fuerte...ya no necesitas que le reconoscan

ningun otro dorado...tengo muchas ganas de leer cuando pongas a tu ikki en una misma habitacion con milo

o arioria y a ver cual es mas bad-ass .

sobre el capitulo interesante,yo particularmente no veo mal que haya una especie de rivalidad con los geminis

debo decir que me parecio horrible el desenlase de esta batalla en el manga y el anime ahora mismo no me acuerdo

espero mucho de este combate,

 

sobre el de hyoga....te ha salido el combate mas dinamico hasta ahora en mi opinion...me gusta el personaje de hyoga

y sus habilidades son muy esteticas,con muchas posibilidades. me ha gustado el desenlase

aunque me parecieron un tantito raras las motivaciones de isaak....

 

bueno un saludo y nos seguimos leyendo...



#424 Piscis no Afrodita

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Publicado 27 enero 2016 - 15:54

Bueno aca vamos con hyoga -_-

Bueno, sin duda el heroe de este capitulo fue kiki, heroico y sensual, y no como el ya firmado eslogan de los dragones, si no como el de un ariano unico en su raza

Isaak, bueno... concuerdo con hyoga (¿contigo?), que su "motivación fuera algo tan vacio como el superar a Camus, a donde lo llevaría eso? No entiendo, eso es lo que no me gusta de los guerreros que normalmente luchan contra hyoga, es como si el sentimentalismo fuera un requisito específico para enfrentarle; eso me quita, la diversion que me proporciona un enemigo que no dude en sus objetivos, en esa parte Kurumada se quedaba corto, porque si se crea un enemigo que tenga un pasado que lo haga ser lo que es ahora, debe tener una razon de pesó, algo que jamas me dio, y por lo tanto se convierten en enemigos vacíos, y Isaak, tanto en el clásico como aca, me pareció que forma parte de este lote, que mal

Quizás sea yo que no veo mas alla de donde intento ver, pero no lo comprendo con sinceridad

Hyoga, bueno, cumplió con su cometido y logro hacer que su enemigo se redimiera, antes de volver a caer en el sentimentalismo, pero bueno, asi pasa

Entonces, dado a lo que acabo de leer, Isaak no posee 0 absoluto, ya que no logro congelar la armadura de Hyoga, al menos que tu concepto, dentro de tu historia, sea que el 0 absoluto es mas fuerte de lo que es no? Posiblemente sea eso, asi que bueno...

Buen capítulo, me da igual, porque en si, Hyoga y su participación dentro de la historia en general es bastante sosa

Quiero leer el siguiente que es el que verdaderamente me interesa, asi que nos paso un capitulo, que en si, solo fue deber, porque no lo puedes dejar por fuera :(

Saludos!!!

Pd: se esta cocinando algo, ya me conocerás como escritor, no porque sea necesariamemte bueno, ya que me consideró mas lector que otra cosa, pero como dices tu ¿porque no?

Pd2: lo que si puedo decirte es que no tiene nada que ver lo que normalmente ves aca ;)

#425 -Felipe-

-Felipe-

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Publicado 29 enero 2016 - 13:21

Bueno... esto es incómodo. Resulta que había un capítulo que tenía en otro documento, porque lo hice antes que los demás, y le corresponde ir justo ahora, así que lamentablemente el capítulo ese al que le vengo haciendo publicidad tendrá que esperar.

 

Sin embargo, no me demoraré una semana en publicar el siguiente, sino que unos cuantos días. Además es un capítulo tan largo que igual lo voy a tener que separar xD

 

Pero primero, los reviews.

 

Claro que si lo seguire leyendo, tocayo (Yo igual me llamo Felipe). Aunque sea mucho y algun día pondre al día 

Gracias! Sí, he escrito harto, pero no soy ta complejo para escribir, no creo que tardes taaaanto en ponerte al día.

 

 

HYOGA V

 

-Este..........ya se que dirán que soy muy inteligente pero................no entendí de que se trataban 

las memorias de Milo, excepto que Camus dice que no le importa luchar contra gente cercana

Tranquilo, no se supone que entendieras el flashback de Milo, ya que el fondo es algo que se revelará en el spinoff que publicaré después de Poseidón (y que ya empecé a escribir), pero puedo darte algunos indicios. Tienen que ver con (ojalá los recuerdes) algunos comentarios de Shaina y otros personajes sobre una batalla que ocurrió tres años antes de la historia principal, una batalla contra una diosa donde los Santos de Plata (los Cuatro de Oro Blanco) destacaron. Ya se han hecho referencias a tres de ellos en el fic (Daidalos, Orphee y Mayura); pues el cuarto es el del flashback de Milo. En todo caso, no falta mucho para que entiendas bien la historia.

 

A Jacob lo usé en un solo capítulo, en el volumen 1. Nunca me pareció un personaje interesante, pero quizás lo recupere al principio de la saga de Hades... y probablemente lo mate xD

 

Lamento que te haya parecido un capítulo regular, aunque al menos no fue malo. La fuente original es pésima, así que hice lo mejor que pude para hacer la batalla más dinámica y darle alguna motivación a Isaak, así que estoy más o menos conforme jaja.

 

Gracias, T :)

 

 

pues siguiendo el tema de nex dimension y lo mucho que ningunean a ikki es mas culpa

Sí, en sí no creo que Kuru sepa muy bien lo que está haciendo, y por eso pasan las cosas que pasan. Ja ja, sería divertido ver a Ikki, Milo y Aiolia en un solo lugar, pero la verdad es difícil que pase jaja

 

Hice lo posible con las motivaciones de Isaak. En sí está un poco loco, pasó por mucho, así que es cosa del lector creer o no si siempre fue su motivación el querer vencer a aquel que admiraba o fue solo algo que se le ocurrió después del incidente en Siberia. Depende de como interpretes sus acciones, pero al menos quise darle alguna motivación, por más exagerada que sea.

Aunque me alegro que te gustara el desarrollo de la batalla y las habilidades gélidas de Hyoga.

 

Saludos, gracias por el review :)

 

 

Bueno aca vamos con hyoga

Lamentablemente así es, y no puedo quitarlo mucho de la trama, el sentimentalismo gira en torno a Hyoga. En la obra original, Isaak se vuelve malo simplemente porque sí, así que traté de darle una motivación (igual que a los otros Generales), y esa fue la más original que se me ocurrió. Isaak admira mucho a su maestro, lo ve como un padre, y en su forma "extrema" de ver las cosas en blanco y negro, como se ve en los flashbacks de Hyoga con conversaciones sobre la justicia, él sabe que solo puede haber un amo del hielo. Y admira tanto a Camus, quiere ser tanto como él, que la única forma de lograrlo es adquirir la fuerza necesaria para vencerlo, pero como es Hyoga quien lo mata (e Isaak duda que Camus haya ido en serio), perdió su oportunidad de demostrarle al mundo que vale la pena, y eso es lo que lo frustra. Pero como dices, puede que no haya funcionado, lo siento :(

 

También, como dije en otro post, Isaak es como Suikyo. Puede que ambos lleguen al cero absoluto, o puede que no, o solo uno de ellos, pero no es importante, porque no usan el hielo para congelar, sino como arma perforadora. Cuando le dispara a Hyoga el ataque final, probablemente alcance el cero absoluto, séptimo sentido, y todo, pero simplemente fue superado por el ataque de Hyoga, igual como pasó con Camus, que estaba sin armadura e igual no murió. O sea, el ataque en sí nunca alcanzó la armadura de Cisne de lleno.

 

Lamento que el capítulo que esperas va a tardar unos días más. Lo que sí, espero con ansias eso que vas a publicar, ojalá sea bueno, aunque si te consideras más lector que escritor, no es obligatorio que te "fuerces" a hacer las dos cosas. Haz lo que más te guste o te sientas más cómodo.

 

Como siempre, un gusto leer tus comentarios :)

 

 

 

*********************

Ahora sí, el capítulo. Por primera vez veremos a Poseidón en acción, así que no crean que es un capítulo de relleno antes del de Ikki xD

 

 

SHAINA IV

 

Aproximadamente trece horas desde el encierro de Saori Kido.

—Salem de Dragón Marino irá tras ella. Corre el rumor.

—S-sí, señora, p-pero por favor…

—Cobarde.

Lo electrocutó un poco más hasta que le obligó a correr al sur con el selecto grupo que sobrevivió a su Trueno. Lo mismo había hecho unos minutos antes con una banda que envió al norte, donde se rumoraría que Shaina de Ofiuco sería interceptada por Sorrento de Sirena. Así se sacaría a ambos Generales de su camino un buen rato mientras entraba al Templo.

Salem de Dragón Marino era intrigante. Si era la persona detrás de todo lo que Poseidón hacía, solo restaba probar que también había vivido en el Santuario, ya que todos sus instintos le decían que era la misma persona que Saga encerró en el cabo de Sunión dieciséis años atrás, lo que explicaba que los Marina conocieran los caminos secretos del Santuario que llevaban a la Fuente, y que provocó la muerte de tantos hombres.

Pero enfrentarlo no era buena idea. En teoría era el más poderoso de los siete Generales, y por culpa de otros cinco ya no sentía los Cosmos de los Santos de Bronce, aunque éstos habían derribado los Pilares; el último temblor se sintió unos cinco minutos atrás. No sabía si podría vencer o siquiera dar problemas a Salem de Dragón Marino, así que optó por acabar con los Marina que estaban a punto de salir a la superficie por el cabo de Sunión en los alrededores del Templo (junto con los más raros corceles, azules, con colas retorcidas como hipocampos y aletas en las crines), y aprovechar el revuelo que provocó para disfrazarse con algunas Escamas que se robó y entrar al Templo sin que nadie la detuviese.

 

Las paredes estaban adornadas con zafiros y los caminos con estatuas de fantásticas criaturas antiguas y héroes de leyenda. También algunas mezclas como tritones o sirenas. A veces se escondía detrás de cataratas para que los guardias no la vieran, y casi la captan cuando pisó uno de los riachuelos, las venas laberínticas del Templo.

No sentía el Cosmos de Poseidón por ninguna parte, pero sabía que no podía bajar la guardia. Si un Santo de Plata era poca cosa comparada con uno de Oro, ni siquiera existía en relación a un dios. Recordó cuando el tonto de Jamian raptó a una pensando que era una impostora, y ella reveló su Cosmos para salvar… a uno de sus Santos. Athena la paralizó como nadie antes, pero era un aura gentil y plácida; la hizo sentir más humana de lo que ya era: débil, lenta, torpe, pero también en paz, como si soñara algo hermoso, grata con su insignificancia que no era tal.

¿Qué se encontraría con Poseidón? No lo sabía, pero no podía retroceder. Era la única que quedaba, los Santos de Oro probablemente nunca podrían salir a menos que terminara la guerra y los demás Santos de Plata y Bronce enfrentaban criaturas milenarias y carruaje tirados por caballos con aletas, así que iba a hacer todo lo posible para remediar la situación. Era eso o el exterminio.

 

Había una larguísima y muy empinada escalera, en completa oscuridad de no ser por un par de antorchas a medio camino. Cada paso que daba se le hacía una eternidad, su corazón latía a mil, hasta podía escuchar su bombeo incesante junto al golpeteo acompasado de sus botas sobre las escalas de piedra.

Se topó con una gigantesca puerta. Parecía de metal dado el intenso brillo y las sombras, pero éstas parecían moverse como aguas estancadas, y Shaina podía verse reflejada de forma difusa, como a través de una cascada. Ni siquiera habría asegurado que era una puerta y no solo una cortina de no ser por el emblema del tridente, cuyo diente central alcanzaba el techo a casi diez metros de altura. Shaina puso la mano en la superficie y descubrió que era sólida.

«Bien, aquí voy. Si Salem está manipulando todo esto, entonces Poseidón sigue siendo un joven de alguna parte, un humano». No podía decir si de verdad pensaba eso o era para darse valor, pero poco importó desde el momento en que aplicó fuerza y abrió la puerta, descubriendo que era tan pesada como empujar a través de una ola.

 

El interior era amplio, pero solo tenía un objeto: el trono, además de un par de columnas que lo bordeaban. El sillón estaba decorado con joyas preciosas y tenía una forma irregular, como si corales de piedra salieran de los ángulos.

Y sentado sobre él un joven apuesto que se veía menor que ella, de cabellos castaños, ojos azules tan brillantes como las gemas en las Escamas, porte refinado y un semblante tranquilo, tanto o más que el de Muu, como alguien que no se ve afectado por las preocupaciones mundanas… Pero que seguía viéndose humano y no desprendía ninguna energía muy intimidante, nada más peligroso que un joven entrenado en artes marciales o algo así. En su mano derecha sostenía un tridente increíble, se veía mucho más grande de lo que percibían sus ojos, pues calzaba lógicamente entre sus dedos, pero lucía al mismo tiempo tan largo y grueso como el propio salón, algo imposible. Era el arma que los Cíclopes robaron en Sudáfrica y que Aiolia y Seiya no pudieron recuperar, lo que había causado terremotos y una serie de desgracias en todo el globo.

Pero sin ese tridente…

 

«¿Este es el Emperador de los océanos?» No bajó la guardia, deteniéndose en caso de que atacara, o hiciera algo. Pero Poseidón no daba más muestras de vida que un pestañeo casual y la respiración pausada… Se veía demasiado humano.

—¡Poseidón! —llamó sin alzar demasiado la voz, después de cerrar la puerta tras de sí. El supuesto dios ni siquiera si inmutó—. Se suponía que Athena estaba contigo… ¿¡Dónde está!?

—Ju —fue la breve, silenciosa y única respuesta de Poseidón. Bajó la mirada, golpeó el brazo del trono con uno de sus dedos y sonrió levemente, como alguien que ha olvidado todo el riesgo y el temor de la vida.

—Te pregunté dónde está la diosa Athena, bast… —Y no pudo decir nada más. Se le paralizó la lengua apenas dio un paso adelante, ni siquiera podía tragar saliva; sus piernas tambalearon y una sombra empezó a crecer delante de ella.

—¿Quién eres? —preguntó Poseidón, y su voz fue como el rugir de miles de olas contra un arrecife, tan intensa que hizo pedazos las Escamas que llevaba para disfrazarse y parte del Manto de Plata, ya dañado, que llevaba debajo.

—Ugh… agh…  —Se le llenó la boca de agua y empezó a llorar aunque no estaba triste. Se sentía impotente, pero no para reaccionar así; las lágrimas cayeron como cataratas al interior de su boca abierta, y no podía levantar los brazos como para limpiarse.

 

Estaba aprisionada por el Cosmos más increíble que hubiera sentido, solo comparable con el de Athena, pero esta vez no la hacía sentir bien, sino muy angustiada, pequeña, sucia, diminuta como un grano de arena entre millones más, todos igualmente inútiles para resistir el oleaje y las pisadas de los seres superiores.

Era un aura tan grande que abarcaba todo el salón, y apareció de forma repentina, como la llama de una vela al encenderse, iluminando las paredes de un azul casi mágico, muy diferente al de Seiya, parecía tener tonos que sus ojos no acababan de captar, como ver algo que no se puede reconocer o recordar. Era el Cosmos de un dios al que ningún humano podría acceder…

—Un Santo. ¿Por qué estás aquí, mujer?

Shaina usó todas sus fuerzas para levantar el talón de su pie derecho, y lo siguiente que supo fue que el dolor era algo que poco conocía, dado lo que sufrió cuando el tobillo se le rompió en pedazos. Trató de gritar pero tenía la garganta entumecida y llena de agua, se atragantó con sus propias lágrimas y cayó al piso, confundida, aterrada y extremadamente adolorida.

—¿Qué… ra…?

—Responde, mujer —ordenó tranquilamente y casi con compasión el dios, como al ver una criatura patética.

«No. Su Cosmos es poderoso, pero sigue siendo humano. Apias también me quitó la respiración con sus técnicas, y Aiolia me noqueó de un solo golpe… Hasta Shaka es capaz de producir estas sensaciones con sus ilusiones… Este tipo es todavía humano…»

—Athe… Athena, ¿d-dónde está?

—No puedes hacer nada por ella, mujer, aunque respeto esa lealtad. Largo.

—¿Q-qué? —Cojeando y con un dolor ardiente, Shaina se puso de pie, pero era como estar sumergida al fondo del mar, aguantando la respiración y con las extremidades atadas a gigantescas rocas, intentando subir hasta la superficie.

—Te permitiré un solo movimiento: retroceder. Moverás el pie hacia atrás, girarás la cadera y te irás por donde viniste sin decir ni una palabra, es todo lo que puedes hacer en mi presencia. —Los ojos de Poseidón se entrecerraron, su dedo golpeó dos veces más la silla—. Cualquier otro movimiento, por más mínimo que sea, será considerado como pecado. Arquea la rodilla, adelanta uno de tus dedos, inclina el pecho, desafíame con la mirada… Haz algo similar y perderás la vida.

 

Shaina cuidó de mantenerse quieta, controlando sus impulsos, jamás había estado en una situación tan peligrosa en toda su vida.

—A-acabo de lle-llegar, no puedes… pe-pedirme que me vaya. —Le costaba mucho hablar, y su voz se oía extraña, como si no pudiera modular bien.

—Arriesgas tu vida sin ninguna razón. Qué estúpidos son los humanos.

Levantó la mano y Shaina fue arrastrada hacia atrás como si la hubieran jalado con una cadena, casi cae de no ser por la asistencia de su brazo.

—¿Qué demonios?

—Vete ya, mujer, este no es lugar para ti.

—¡No me iré hasta que acabe contigo! —Shaina levantó el brazo y cubrió sus dedos con las chispas de Al-Marsik, el Trueno que producía al quemar el Cosmos con la proyección de los impulsos eléctricos de su interior, después de un año de soportar descargas de ese tipo en su piel.

—¿Piensas atacar a un dios? —preguntó Poseidón, visiblemente contrariado.

Shaina gritó cuando se le quebró la mitad de los huesos de la muñeca, y luego el cúbito en la región del codo. Nuevamente todo tipo de líquidos cayeron en su pecho y no podía estar mucho de pie; pero con toda su determinación no bajó el brazo, que siguió cargando.

—¿Sabes cuánta gente ha muerto por tu culpa? ¿Sabes cuántos inocentes ya están bajo tus malditas lluvias? ¿¡Sabes cuántos han muerto protegiéndolos!? —No sabía si Poseidón se lo estaba impidiendo o era su propio inconsciente, pero no era capaz de estirar los dedos y liberar el Trueno o el Fragor de Asclepios. Necesitaba mucha más fuerza, y no dudaría en usarla, no le importaba nada más.

—No ataques, no lo intentes.

 

¿De verdad Athena se había enfrentado a ese monstruo? Intentar algo así contra él era como una incoherencia natural, el universo se ponía en contra suya para que no atacara a esa divinidad. ¿Acaso la había asesinado? ¿Tan terrible era la situación que la protectora de la Tierra, la única persona con una real opción para vencer a aquel que Shaina había subestimado, había enfrentado? No era humano, sino algo más allá de su entendimiento.

La diosa tenía que estar bien. No solo porque habría fallado a su deber, no solo por lo que representaba y podía hacer por el mundo, sino porque… pondría triste a alguien que tampoco podía estar muerto.

—Dime dónde está Athena, Poseidón, ¿¡dónde está Saori!?

—Mujer, si liberas esa descarga, morirás. No hay pecado más grande que el atacar a un dios.

—¡¡¡Dónde está Athena!!! —repitió a pesar del balbuceo por debajo con toda la fuerza de sus pulmones. Su brazo ya no se sostenía por sus músculos o huesos, sino por pura fuerza de voluntad.

—Se sacrificó por ustedes —admitió el dios con el mismo tono de voz que si dijera la hora—. Si fueras más lista, no cometerías el mismo error que ella.

—¿Q-qué? —Finalmente se le rompieron las falanges, pero al mismo tiempo liberó todo el poder de su Cosmos, el máximo que su espíritu de combate y alma de guerrera podía dar, con un grito desesperado acompañado de una explosión de sangre que vomitó por el esfuerzo corporal.

 

«¿Ves? Pude atacarte, monstruo», pensó, satisfecha de al menos conseguir desafiar el poder divino. Cayó de rodillas mirando sus rayos azules dirigidos a toda velocidad sobre su presa.

De pronto tomaron un color celeste y se detuvieron justo frente a los ojos brillantes de aquel que consideró humano. Se transformaron en esferas de luz, y con un movimiento casual del tridente, estallaron tornándose en una lluvia de cazadores desenfrenados que encontraron una presa más débil y accesible.

Sus Truenos la atravesaron una y otra vez, algunos volviendo por su espalda y electrocutándola de pies a cabeza, perforando el busto, las manos y los hombros. La armadura de Plata se quemó y Shaina descubrió, paralizada por el horror, que no era su propio Cosmos, sino parte del de Poseidón que manipulaba los rayos y la atacaba sin cesar para castigarla por su pecado.

El pecado de enfrentar a una divinidad. El juicio para aquellos que desde el principio no tuvieron oportunidad de defenderse. Contemplaba atónita como su enemigo no se había movido de su lugar, con los ojos luminosos controlando el Cosmos que tanto le había costado arder, para atacarla con el mismo. Poseidón se fue alejando a medida que ella iba cayendo, ya sin gritar ni llorar; toda su sangre manchaba el interior de Ophiucus y sus lágrimas la habían abandonado por sí sola.

—Muere, mujer.

—No… no… ¡Seiya!

Un resplandor celeste surgió de lo que alcanzaba a ver de la cabeza dorada del Emperador de los Mares, pero una mujer vestida de blanco con largos cabellos almendrados reemplazó esa luz por una completa oscuridad donde solo existían ellas dos. Se acercó a ella y abrió los ojos, verdes como hojas de verano.

—Descansa, Shaina, todo saldrá bien.

—¿Athe…?

—Descansa un poco. Esto todavía no termina.

La oscuridad dio paso nuevamente al salón del trono, y Shaina, que pesaba varias toneladas, cayó sin remedio al piso. El resplandor celeste se había apagado como la llama de una vela, y había sido reemplazado por una lluvia de estrellas fugaces que salió desde el portón, más azules que cualquier sangre divina.

Cerró los ojos y comprendió que todavía había esperanza.


Editado por -Felipe-, 29 enero 2016 - 15:48 .

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#426 Patriarca 8

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Publicado 29 enero 2016 - 15:44

SHAINA IV

 

 

Lo bueno:

 

-fue inteligente por parte de la amazona disfrazarse para poder infiltrarse en el templo

 

 

-la valentía que demuestra al querer luchar contra Poseidon

 

 

 

 

Lo no tan bueno:

 

-no entendí la introduccion

 

-la parte en que piensa en saori y se menosprecia a si misma

 

-la escena que Poseidon destruye una armadura usando solo su voz fue

un poco extraña.....me hizo recordar algunos comentarios de los shakistas XD

 

-¿los dioses en tu fic tienene el poder de hacer sentir mal a los seres

humanos? o simplemente shaina tiene muy pero muy baja autoestima

 

-no entendi lo de la lluvia de estrellas fugaces

 

 

 


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#427 Piscis no Afrodita

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Publicado 30 enero 2016 - 11:27

Pues tus métodos son bastante vistos caballero, llenas de espectativas a tus lectores para luego usar un capitulo que, en una situación normal, no seria muy interesante... deberias ser presidente XDDD


Bueno, el capitulo no estuvo nada mal, pero debo decir que, como T-800 no entendi un caraj* la introduccion, osea Shaina que hacia o que... no se no entendí

Cuando ya entra el momento de su encuentro con Poseidon, valla, le das esa divinidad que hacia falta, estamos de acuerdo en que Kurumada no logro plasmar eso en ninguno de sus dioses, ellos fueron de una u otra forma tan accesibles que no daban la impresion de que fueran dioses si no mas bien, enemigos von un poder muy muy alto nada mas; pero eso ya lo veremos cuando enfrente a los verdaderos adversarios de este, osea los bronce.

Cosa que por cierto ansio ver, porque el del MO parece hasta mas débil que Thanatos (WTF) osea uno de los 3 dioses mas poderosos del Olimpo menos poderoso que un dios menor (kurutroll :troll: al ataque)

Se vio magnánimo me gusto como simolemente despojo a Shaina de toda posibilidad, la dejo como simple basura, esto se va a poner bueno

Bueno Felipe, no hay mucho que decir claramente, Shaina solo fue conejillo de India para mostrar el poder de Poseidon, porque en realidad fue poco lo que Shaina aporto al capitulo o a la historia en si, asi que el protagonista de todo esto dejo una buena impresion

Saludos!!!

#428 Kael'Thas

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Publicado 31 enero 2016 - 11:29

Que me tomo mi tiempo, para leer cada capitulo y a veces no tengo muchas ganas


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#429 -Felipe-

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Publicado 01 febrero 2016 - 12:57

 

SHAINA IV

Gracias. A mí la verdad me gusta escribir capítulos de Shaina, así que es grato cuando quedan cosas bien.

 

En cuanto a lo negativo...

1. La introducción no se supone que la entiendas completa hasta la introducción del capítulo de hoy. Pero básicamente obligó a la mitad de los guardias a correr la voz de que iba a andar por el atlántico norte (protegida por "Salem"), y a la otra mitad por el atlántico sur "protegida por Sorrento). Ahora vas a ver los frutos de su plan.

 

2. Sí, en esa escena me pasé un poco. Se supone que recuerda lo que pasó en el... creo que tercer capítulo de Shaina del volumen 1, donde se siente muy poca cosa al sentir por primera vez el Cosmos de Athena, pero de buena manera, como un leal siervo ante un rey, un Patroclo ante Aquiles. Pero hay algunos adjeetivos que necesitaré cambiar, claramente.

 

3. Creo que no me expliqué bien en esa parte, pero nunca puse que Pose usó su voz para atacar. Destruye la armadura de Ofiuco con los Truenos que ella misma le lanzó, y luego despliega un poco de su Cosmos para terminar el trabajo hasta que es salvada por Saori. En todo caso, si bien es "Julian", ya los efectos de su poder son peores que los de Shaka.

 

4. Los dioses en mi fic no son simplemente "humanos poderosos", o "tipos más fuertes que los dorados": Son más que eso, son una cosa diferente. Recuerda que solo por tratar de bajar el Olimpo, meterse a las dimensiones para salir por el ánfora produjo terremotos por todo el globo, guiado por el tridente. Cuando un humano mira a un dios y siente su Cosmos, incluso si es un Santo, descubre que hasta la naturaleza de su energía es distinta, aplastante y hasta a una frecuencia superior. Shaina tiene cualquier cosa menos baja autoestima, pero frente a los dioses, no solo ella, sino CUALQUIER personaje se siente poca cosa.

 

5.Usa tu imaginación... ¿Quién es un fanático de lanzar estrellas fugaces azules, justo después de que Shaina pronuncia cierto nombre?

 

Gracias por el review :)

 

 

 

Pues tus métodos son bastante vistos caballero, llenas de espectativas a tus lectores para luego usar un capitulo que, en una situación normal, no seria muy interesante... deberias ser presidente XDDD

Soy diabólico jaja

 

Copio y pego la explicación a T (por si no la leíste ya):

La introducción no se supone que la entiendas completa hasta la introducción del capítulo de hoy. Pero básicamente obligó a la mitad de los guardias a correr la voz de que iba a andar por el atlántico norte (protegida por "Salem"), y a la otra mitad por el atlántico sur "protegida por Sorrento). Ahora vas a ver los frutos de su plan.

 

Sí, Rexo me plantó un desafío hace tiempo, y trato de dar la respuesta poco a poco, a medida que el personaje de Julian va "creciendo". Los dioses, como bien dices, no pueden ser solo tipos muy fuertes, sino que deben ser entes distintos a los humanos en todas sus formas; no solo intimidantes por su gran Cosmos, sino por el mismo hecho de ser dioses. La idea (en principio) es que no importa qué tan Shaka o Saga seas, puedes ser el humano más poderoso de la historia, pero ante un dios olímpico sigue siendo poca cosa, no por una cosa de "fuerza" o nivel de Cosmos solamente, sino también por naturaleza.

Como vengo poniendo desde el primer volumen, "Solo un dios puede enfrentar a otro". Y este es el Julian en su "primera fase", pero ya es lo suficiente como para dejar esa impresión en Shaina, aunque tiene algunos defectos convenientes que verás más adelante.

 

Lamentablemente sí, Shaina fue la primera víctima, el Yamcha de SS, para mostrar el poder de un dios. Y si sobrevivió (porque no sé por qué diablos no murió en el manga original) fue por intervención de otra diosa, la que está encerrada y cuyo Cosmos acaba de explotar.

 

Saludos! Gracias por pasar. Soy afortunado de todavía tener mi cuenta xD

 

 

 

Que me tomo mi tiempo, para leer cada capitulo y a veces no tengo muchas ganas

Cosa completamente comprensible, y casi un requisito en el mundo de los fickers xD Tómate el tiempo que gustes, los fics permanencen por eones jaja

 

Saludos.

 

 

***************************************************

Ahora sí. El capítulo al que venía haciéndole publicidad... pero, verán, lo normal es que cada capítulo que he escrito tiene en promedio 7 u 8 hojas del Word. Algunos han tenido solo 3 hojas, mientras que otros (creo que dos o tres en todo el fic) han llegado hasta las 13, y aun estos quedaban demasiado largos.

El tema es que el de hoy tiene 25 xD Así que, por primera vez, me voy a ver en la necesidad de cortarlo, lo publicaré en tres partes y trataré de que no pase mucho tiempo entre uno y otro (esto es, menos de una semana).

 

Vamos. Como aclaraciones:

"Toahk" es "Saludos"

"Gah" es "Qué"

"Nishlish" es "Sirena"

"Shomdewil" es "Dragón Marino".

 

KANON

LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA

 

Primera parte.              

 

Aproximadamente trece horas desde el encierro de Saori Kido.

Un Pilar más fue derrumbado, y otro de los Generales pereció. Una pena, pero al menos ya todo había terminado. A Athena había que darla por muerta, su cuerpo era humano, no aguantaría más, y su esencia iría al inframundo a enfrentar a su otro tío; sería castigada por ayudar tanto a los seres de la Tierra esta vez; no se debía ir contra el curso natural de las cosas.

Seiya de Pegaso y Shun de Andrómeda ya tenían muchas heridas cuando llegaron al Antártico, y Kaça solo tuvo que rematarlos. Hyoga de Cisne aguantó más, pero su Cosmos se apagó junto con el de Isaak. La presencia de Shiryu de Dragón llevaba varias horas extinta, y luego de que se deshiciera personalmente de Ikki de Fénix, solo Shaina de Ofiuco podía dar problemas, pero había escuchado que Sorrento estaba cerca de interceptarla.

«Ikki de Fénix… Ja, ja, Saga, ¿de verdad ese te causó tantos problemas?» Si alguien tan violento como Fénix despertaba al dios, su plan se haría polvo. Eso es lo que Saga nunca supo hacer, ser más precavido y paciente.

Inicialmente estimó que el segundo plan tardaría más de veinte años en concretarse, pero la aparición temprana de Athena en el Santuario aceleró tanto la Guerra Civil como sus deseos. Desde el descubrimiento de la manzana habían ya pasado veinticuatro años, pero solo dieciséis desde el segundo plan.

Al fin lo había conseguido. Y no solo se haría con la Tierra, sino también con el reino de los mares cuando todo terminara. Solo le bastaba ajustar un par de detalles más para asegurarse de que ni la Oscuridad que temía todo hombre en el Santuario apareciese.

«¿Ves, Saga? Era solo cosa de tener paciencia. Sin embargo, tu prisa fue de mucha ayuda, ja, ja». No pudo evitar reírse en serio mientras las corrientes marinas acariciaban su rostro, allí en el único océano que no había sufrido ni temblores ni lloviznas. Idea suya también, claro. Asignar a los más poderosos kokas a guardarlo para tener una zona segura, en caso de una dificultad premeditada.

 

Una melodía alegre y de ritmo rápido hizo eco profundo en las rocas y los  cerros. La Flauta Mágica que Julian Solo amaba escuchar en sus momentos de ocio, una que Athena tarareaba como si desafiara su sufrimiento. ¿Pero tan rápido había acabado con Ofiuco?

—Sorrento —saludó al General, que le miraba sonriente. La Flauta se había transformado en un segundo Sorrento que tocaba, apoyando sobre una roca.

Toahk, Salem —Era el único de los Generales que no anteponía un señor a su nombre. Bajó las escaleras y se detuvo a su altura—. ¿Puedo preguntar por qué no estás en el Pilar del norte?

La Flauta soltó una larga nota aguda.

—El Santo de Fénix iba hacia el Templo directamente, así que tuve que salir a interceptarlo. Poco importa, pues todos los Santos han sido eliminados ya, se acabó la amenaza para nuestro Emperador.

—¿Tú crees?

—¿Qué?

El General de alas doradas cortó su sonrisa, y la Flauta Mágica hizo una pausa algo molesta, para continuar al mismo tiempo que Sorrento habló.

 

—Nos reunimos en el mundo submarino bajo la voluntad suprema del dios Poseidón con el objetivo de limpiar un planeta demasiado mancillado; construir sobre sus ruinas húmedas una civilización utópica poblada solo por personas justas de corazón, comparable en su esplendor a la era mitológica. No hay nada que yo deseara más. —Sorrento abrió grandes sus ojos dorados y los clavó en aquel que conocía como Salem, sin pestañear. La música tomó un ritmo grave y monótono—. Para realizar esta misión parecía irremediable el enfrentamiento contra los Santos del Santuario liderados por Athena, entregados por completo a la corrupción de esta hermosa Tierra.

—Por eso los eliminamos, Sorrento, para que nuestro deseo se cumpla en favor del Makit —dijo Kanon, tras un silencio incómodo de su compañero. La música se tornó muy desagradable; la ilusión le daba la espalda como si se burlara.

—Sin embargo, después de lo que ha pasado estas últimas horas, la caída de cinco Pilares, la muerte de Santos, Bipan y kokas… No puedo evitar pensar que tal vez la idea de iniciar esta guerra no vino del Emperador Poseidón.

—¿Gah? —preguntó en atlante. ¿A qué se debían todos esos comentarios?

—Luché contra uno de los Santos, y ya viste lo que fueron capaces de hacer en estas horas, no deben ser subestimados. Resultaría hasta lógico pensar que una guerra entre ambos bandos terminaría en su mutua destrucción. —La Flauta soltó un chirrido como si se hubiera desafinado, y Sorrento mostró una sonrisa astuta, confiada, y hasta algo temeraria—. Para alguien interesado en la conquista de tanto la Tierra como los Mares, sería como matar dos pájaros de un tiro.

—¿Hasta dónde quieres llegar con tu argumentación, Nishlish? —preguntó Kanon, comenzando a impacientarse. Se preguntó fugazmente cuán difícil sería matarlo por sorpresa.

 

Sorrento caminó por su lado, y le habló de espaldas, tal como la ilusión que entonaba su melodía desesperante.

—¿Quién eres, Shomdewil? ¿Quién eres de verdad? Substituiste a Poseidón como el líder de este ejército, y acatamos tus órdenes pues eran de él. Pero ahora toda esta batalla se me antoja como algo que tú urdiste, incluida la reencarnación del Emperador.

—¿Qué te hace pensar algo así, Sorrento? ¿Qué te hace preguntar quién soy si me estás mirando?

—Antes no me importaba como lucieras realmente, mientras la justicia se impusiera sobre la Tierra, pero ahora creo que sería bueno discutirlo. No eres el único que maneja ilusiones, Salem. —La última palabra la dijo con un ligero tono despectivo a pesar de su sonrisa permanente.

Kanon se volteó y se acercó a su oído.

—No pienses más de la cuenta, Sorrento. Alguien podría pensar que estás haciendo una amenaza, y eso podría costarte la vida.

—¿Sí? —Sirena también se dio media vuelta, y de sus ojos salió un tranquilo fuego y chispas fulgurantes.

Se mataron varias veces en esos segundos que se hicieron horas. Cada uno de ellos debió calcular cómo resolver el problema en todas las formas posibles, pero Kanon cortó el momento para no hacer algo que lamentaría, pues Sorrento era útil, al final

—Qué más da. Nos ocupamos de todos los Santos, terminaste con la última, así que concentrémonos en la siguiente fase de la conquista.

—¿La última? ¿De quién hablas?

—Ofiuco. La Santo de Plata que derrotó a tu discípula.

—Oí que habías salido a interceptarla.

—Yo escuché que lo hiciste.

Se miraron con horror unos instantes. ¿Sería posible que ambos fueran engañados con tanta facilidad? Antes que hicieran el movimiento obvio hacia el Templo, ambos se detuvieron y corrieron en las direcciones contrarias dentro de un milisegundo.

La Flauta Mágica al fin se calló cuando dos Cosmos se manifestaron cerca de ambos extremos del Atlántico, y no necesitaron pensarlo demasiado para ir con prisa a proteger sus Pilares. El mismo Poseidón podía encargarse de Ofiuco, esto era más urgente.

«Son dos presencias muy poderosas. ¡Es absurdo! Todos habían muerto o estaban agonizantes. Si los derrumban, todo mi plan…»

 

Arribó antes de una hora al Pilar. Su territorio estaba sobre una colina alta, y era el más cercano al Templo. Los corales formaban grandiosas barreras púrpuras alrededor del coloso, y los edificios cercanos se sostenían sobre losas irregulares de color azul.

Había un nivel de piedra muy alto respecto del suelo, solo adornado con un dosel de rombos en todo lo largo. Allí estaba esculpida la empinada escalera central, bordeada por tres pares de columnas y techos, imitando un túnel gris. Encima del bloque pedregoso estaba el Pilar en medio de dos filas de enormes rocas, y delante del templo cónico que servía como habitación. De telón de fondo había una bonita pero ruidosa cascada submarina.

El Pilar era plomizo como una polvareda, contaba con una base con forma de cúpula de cuyo vértice salía un primer cilindro dividido en tres anillos; planos los de arriba y abajo, y el del medio, de unos diez metros de altura, parecía estar tallado con figuras en bajorelieve de soldados en medio de una guerra, portando lanzas y montando caballos marinos.

Tras un cuarto anillo de menor diámetro surgía la parte principal del Pilar, con su propia base que se inclinaba hacia adentro, decorado con insignias diversas. Luego continuaba lisa y pulida hasta que se perdía en el mar.

 

No veía nada aparte de todo eso. Pero no significaba que no hubiera nadie. Había una presencia cerca, pero no conseguía descifrar su ubicación.

—Maldito sea, ¿quién demonios es? —Se quitó el yelmo y lo arrojó al suelo para quitarse el cabello blanco, falso, de la cara. Podía ocultarse casi tan bien como Kanon de los enemigos, y con su inmovilidad, parecía estarse burlando. «Tantos han hecho lo mismo antes, y todos se han arrepentido»—. ¡Sal de una vez!

¿Debería atacar a Poseidón ahora que está descubierto? —dijo una voz enfermiza en su mente, como un chirrido de uñas sobre un vidrio.

No supo por qué respondió en voz alta.

—No te atrevas. Enfréntame, te haré lamentar hacer otra cosa.

Poseidón es un dios, nadie puede enfrentarlo, solo sucumbir. ¿Por qué lo protegen sus Generales? —preguntó el murmullo agudo. Luego, su Cosmos tomó rumbo nuevamente al Templo desprotegido. Era una presencia violenta, un aura muy peligrosa.

—No lo hagas, ¡muéstrate! —ordenó a viva voz, buscando a toda velocidad el origen de esa energía, alejándose a paso rápido del Pilar—. Si alguien despierta al dios por completo, todo se someterá al caos. ¡No te atrevas a despertarlo!

 

Y en ese momento lo comprendió. ¿Por qué estaría confesando todas esas cosas si eran parte de su plan de tantos años? La respuesta era que solo lo haría frente a alguien del que supiera que estaba enterado de todo el asunto, a través de reconocer su Cosmos inconscientemente. Eso lo confirmó un segundo después.

Muy interesante —dijo la voz, esta vez mucho más grave y joven, llena de fuego—. Me pregunto qué puede intimidar tanto a un Marina como tú. ¿Me lo vas a explicar, Salem de Dragón Marino? O mejor dicho, ¡Kanon!

—Así que eras tú esa presencia poderosa aquí, ¿verdad? —le preguntó a un punto en el aire del que salían ascuas vívidas. El fuego empezó a tomar forma de a poco—. ¡El hombre inmortal!

—¿Te costó mucho encontrarme? —se mofó el Santo de Fénix, Ikki, tras aparecerse de la nada. Su Manto Sagrado estaba seriamente dañado, pero no así su espíritu de combate, el cual percibía algo separado del cuerpo, como si ambos estuvieran en frecuencias diferentes. También se veía increíblemente tranquilo, como si tuviera alguna ventaja ilusoria. ¿Acaso el fuego estaba afectando a ambos?

—Te envié a la dimensión del Triángulo, deberías estar envejeciendo allí, en soledad. ¿Cómo es que volviste?

—Tu técnica no es tan diferente de la Otra Dimensión de Saga, y en batalla contra él descubrí el truco para escapar de agujeros dimensionales. Solo tuve que tomar consciencia de mi propio tiempo, y el espacio se reveló solo. —Ikki levantó un dedo, y éste se envolvió con llamas doradas—. Admito que me costó mucho encontrar el camino de regreso y rastrear el Cosmos de Athena, pero creo que hasta se me hizo más difícil con Saga que ahora.

—¿Qué intentas, miserable? ¿La Ilusión Diabólica? —Escupió al suelo y le miró con orgullo, pero por alguna razón, no era capaz de intimidarlo y hacerlo retroceder como antes—. No me hagas reír, yo ya dominaba la técnica cuando tú todavía no nacías, puedo bloquearla con… ¡Ah!

 

Se dio cuenta de su gran error al no evaluar bien la situación. Con un fuerte dolor en la nuca, giró el cuello hacia atrás mientras la ilusión llameante que tenía enfrente desaparecía como al soplar una vela, y encaraba al verdadero Ikki, que sudaba copiosamente y estaba más lejos de lo esperado para una pelea, pero que había acertado eficientemente.

En su corazón solo había odio por ese chico.

—¡M-miserable… gusano cobarde! —Le dolía muchísimo la cabeza, e intentó quitarse con su fuerza de voluntad los efectos de la Ilusión Diabólica, pero era como un virus, uno muy bueno, y ya lo había infectado.

—Por supuesto que sabía que la dominabas, por eso me vi forzado a atacar por la espalda. Hay muchos misterios alrededor de Salem de Dragón Marino, y otros tantos con respecto al mismo Saga y al Santuario, ¿verdad? —Ikki encendió su Cosmos, punto de inicio para que la técnica se completara, y Kanon ya estaba paralizado como para evitarlo—. Vas a contarme todo.

—¿Q-qué es lo que quieres… sa…? —«Maldición, no puede saber, ¡nadie debe saber nada!».

Se golpeó la frente, pero no obtuvo ningún resultado. Ikki corrió aprovechando el momento de debilidad, y lo golpeó de nuevo en la frente. Luego, diez veces más, y cien en el siguiente segundo, siempre con llamas en los dedos que lo debilitaban progresivamente, hasta que al final lo derribó.

Kanon gritó con todas sus fuerzas, de impotencia e ira, pero era como si le quemaran por dentro a fuego lento, y todos sus pensamientos se iban convirtiendo en imágenes de su memoria, vivencias muy reales de su pasado.

—¡Todo! Golpee cada fibra de tu cerebro que tenga que ver con memoria muchas veces, Dragón Marino, era necesario contra alguien con tu poder. Así que vas a decirme todo lo que has hecho hasta ahora. ¡Muéstrame todas las manchas de tu pasado, Kanon!

 

***

No pudo negarse, esa era la gracia de la Ilusión Diabólica. Con cualquier Santo de su nivel sería fácil anularla, pero no era el caso cuando el rival se apartaba a una dimensión sin espacio para encender el Séptimo Sentido, como era el caso, obviamente. Así que a medida que rememoraba su pasado, su lengua perdía más el control.

Una zona montañosa, un sol rojo ocultándose en el lejano mar, un fuerte viento y dos chicos conversando, ignorantes a su presencia, a fines de los ochenta.

—Dicen que el Santo de Sagitario es el encargado de guiar la luz contra la oscuridad —dijo su hermano, robusto y alto para su edad. Era el hábil, el fuerte, el resistente, el bondadoso, el persistente; algunos ya lo llamaban semidiós.

Pero nunca era el astuto. Ese término grotesco lo reservaban para Kanon, acompañado de una mirada de reprobación y una sonrisa bufonesca, como si lo tomaran por una mente maestra maligna.

—Ja, ja, ja, es por la flecha, ¿no? No sé, no es importante, todos apuntamos al mismo blanco —respondió el otro joven, sonriente. Tenía ojos verdes, cabello castaño claro y brazos desproporcionalmente robustos con respecto al resto del cuerpo flacucho. Vestía una armadura de entrenamiento y llevaba un carcaj en la espalda; el arco reposaba sobre una roca iluminada de naranjo por el sol—. Me han entrenado como arquero, pero en realidad prefiero pelear con mis propios puños. ¿Qué hay de ti, Saga? El Santo de Géminis siempre ha tenido mucha fama.

Kanon escupió y se escondió tras un monte, más adelante. Saga todavía no era el Santo de Géminis, quizás nunca llegaría a serlo, igual que Aiolos tal vez no sería el guardián del Centauro. Sí era aquel con más posibilidades, lo admitía; con un amplio margen. Al igual que Saga, ahí con sus cabellos oscuros y ropas negras, Aiolos ya era conocido en toda Grecia como un prodigio. Bajo el cuero llevaba una camisa blanca y pantalones claros, todo en él indicaba luz.

«El día y la noche que se complementan».

—Me da igual, es solo un título —replicó Saga, mirando hacia la montaña del Santuario muy a lo lejos. El centro de entrenamiento de Kanon y Saga estaba en un área desolada, recóndita y rocosa del norte de Atenas, pero ese día su maestro pidió que lo acompañaran al Santuario para una reunión, y allí al fin conocieron al virtuoso Aiolos, principal candidato para ser el arquero de Athena.

—Un título con una historia importante —comentó Aiolos, tomando su arco para evaluar la tensión de la cuerda—. Ha habido grandes personajes guardando el tercer palacio: héroes, Pontífices, líderes, mártires, estrategas, grandes del Cosmos, e incluso traidores reconocidos.

Olvidó mencionar un detalle curioso: el Santo de Géminis tiende a tener un gemelo, y estos están destinados a pelear entre sí. La mayoría ha estado a punto de matarse, y otros cuantos lo han logrado. Así había sido desde la era mitológica, en cada ocasión en que Géminis tenía un hermano.

—Lo único que me interesa es la justicia, Aiolos, y el bienestar de la gente —dijo Saga, sin cambiar un ápice su expresión de hierro—. Lo demás son detalles, a la población solo le interesa estar a salvo.

—¿Esa será la base de tu reino de terror como Santo de Oro? —bromeó el arquero con una sonrisa pícara.

 

Kanon no pudo reírse de la ironía mientras seguía recordando.

—Si es que me convierto en Santo de Oro. No des las cosas por sentado.

—¡Oh, vamos! —Aiolos golpeó la espada de su compañero. Por lo que sabía se habían visto pocas veces, pero el postulante a las alas doradas parecía confiar demasiado rápido en los demás. Saga solo soltó un gruñido—. No seas así, todo el Santuario sabe que eres el principal candidato a ser un Santo de Oro. El otro sería tu hermano, tan fuerte como tú.

«Estúpido Aiolos». Casi tan fuerte. La gente nunca los tomaba por iguales, sino que anteponían la palabra casi. Al menos aquellos que sabían de su existencia; Saga era demasiado famoso para que alguien percatara en Kanon, y además, el método de entrenamiento de su maestro Nicole de Altar, asistente del viejo Sumo Pontífice, definía que no era importante cuán fuerte se mostrara alguien, incluso superior a noventa y ocho de cien guerreros, si el restante era superior. Bastaba con eso para que todas las cámaras de Grecia lo enfocaran. Solo el mejor de los mejores estaba destinado a convertirse en guerrero de Athena.

—Si Kanon se convierte en Santo de Oro me uniré a la guardia. No importa el rango mientras peleemos por la misma causa. —A Kanon le pareció por un momento que Saga tornaba los ojos hacia su escondite, pero rápidamente los clavó en el horizonte otra vez—. Ese es el deber de los Santos.

—Espero que él tenga los mismos ideales de justicia que tú, Saga —meditó Aiolos, poniendo una flecha en la cuerda.

—Lo importante es que tú, yo y él siempre luchemos del mismo lado, por el bien de Athena. Todo debe ser por ella.

 

«Por favor…» rezongó para sus adentros en esa ocasión. Las llamas azotaron su cabeza de lado a lado, y tuvo un segundo recuerdo, su memoria viajó algunos años hacia adelante.

***

 

Los otros candidatos yacían en el suelo, agotados. Debían escoger entre dos opciones: unirse a los guardias o abandonar el Santuario. En cualquier caso debían esperar a que la ceremonia terminara, cuando uno de los dos únicos candidatos en pie se quedara con el Manto de Gemini.

El entrenamiento fue especialmente extenuante; el viento, pesado, soplaba con fuerza violenta. Estaban sedientos, pero no les permitieron beber. Aún faltaba el último desafío.

—Utilizaré contra ustedes una de las técnicas perdidas de Géminis, para que el propio Manto Sagrado evalúe quien es más digno —dijo Nicole, ya de más de sesenta años, vestido con su ceremonial armadura de Altar con su característico óvalo de cristal en el centro del peto. Era alto, de músculos gruesos y rostro jovial a pesar de las arrugas. Sus ojos eran negros igual que su cabello antes de las canas, y sus labios, oscuros, poco se daban a las sonrisas—. Han mostrado sus aptitudes una y otra vez durante estos años, pero solo uno se convertirá en Santo de Oro de Athena. Resistieron toda la mañana sin beber una gota de agua, pues los Santos nos alimentamos del Cosmos, pero hoy aplicarán ese Cosmos en su interior.

Ninguno de los dos sabía lo que iban a enfrentar, pero se miraron una vez más, desafiantes. En todos esos años, Saga siempre lo había superado por poco, siempre lograba ponerse por encima y ganarse los elogios de todo el mundo. Esta vez sería diferente. Kanon pensó en llevarse todos los honores al tiempo que Nicole alzaba los brazos, y dos esferas de energía negras, tan grandes como ellos, se creaban sobre sus palmas abiertas. En su interior se veían pequeños relámpagos blancos que desprendían un Cosmos aprehensivo.

—¡Arco de Geminga! (Arc Geminga) —gritó Altar, y las arrojó con todas sus fuerzas hacia ellos. Ni siquiera pudieron intentar esquivarlas, y los atraparon. En unos segundos se vieron rodeados de electricidad y una presión sublime, parecía como si quisieran prensarlos vivos.

—¿Qué demonios es esto? —dijo Saga, y su voz pareció distorsionada por algo similar a resonancias magnéticas.

—¡Me está aplastando! —gritó Kanon, intentando extender la esfera para que no se achicara, pero el Arco de Geminga mantenía el mismo diámetro. Él era el que era absorbido hacia adentro, a un punto de máxima gravedad.

—No podrán escapar con sus propias fuerzas, necesitarían de un Cosmos extraordinario para romper el Arco. ¿Qué piensan hacer, entonces? —dijo Nicole, que se acercó mientras los otros testigos retrocedían ante la intensa fuerza que se desprendía del campo magnético.

 

Si lo alcanzaba el centro de gravedad, sabía que se haría pedazos. No. Ni siquiera eso, se haría polvo, el agujero negro se lo tragaría y lo convertiría en solo energía. Encendió todo el fuego de su Cosmos para expandir la esfera negra y controlar los rayos que le hacían daño, pero era incapaz de cambiar su forma. Solo le quedaba…

Miró hacia su lado, donde la segunda esfera flotaba. A centímetros de la nariz de Saga se estaba cortando el aire con el poder de su mente. Formaba una apertura dimensional, habilidad que todos los Santos de Géminis pasados habían adoptado como arte principal. La Otra Dimensión era la técnica maestra de los guardianes del tercer Templo, y con solo llevar la armadura un tiempo la acababan aprendiendo. Pero ellos dos se habían adelantado.

Kanon abrió bien los ojos y buscó algún punto sensible del entorno. Lo encontró rápidamente a cinco centímetros de su mejilla derecha, así que unió su Cosmos con el próximo canal, y lo conectó a un punto X lejos de allí. Pudo haber elegido el destino de no ser porque estaba demasiado concentrado en evitar que el Arco lo pulverizara; era cosa de un milisegundo de error y sería su fin.

¿Pero sería posible que Nicole los dejara morir? Saga, a su lado, sudaba copiosamente, se esforzaba por escapar, y no lucía como si tomara un riesgo. Así que él tampoco lo haría.

La dimensión que abrió lo arrastró justo cuando sus fuerzas se acabaron. ¿Por dónde había pasado el canal? ¿Cuánto tendría que recorrer? No importaba mientras saliera, pensó esa vez. Lo único que importaba era convertirse en un Santo de Oro y cuidar la justicia del mundo, proteger a los débiles que no pueden defenderse de las adversidades, pensó también. Debió pensarlo mejor.

 

Cuando abrió los ojos y salió al aire pesado de Atenas, Saga ya estaba de rodillas frente a Nicole de Altar, quien le dedicó unas palabras que Kanon no se molestó en memorizar. ¿Había salido antes que él? ¿Había encontrado una ruta más corta a través de las dimensiones? ¿Ambas?

No importaba. Saga siempre era mejor.

 

 

 

 

 

*****

EDIT: Hace tiempo que no ponía imágenes, pero ésta me agradó como quedó...

 

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Editado por -Felipe-, 01 febrero 2016 - 13:00 .

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Publicado 01 febrero 2016 - 18:31

Por fin, despues de que estos dias fuesen semanas, al menos lograstes hacer que mi lunes tubiera algun punto interesante, dado a que mi dia ha sido por demas aburrido, ni siquiera clase tube... que aburrimiento -_-

Bueno, este a sido un capitulo bueno, pero corto, hubiese sido mejor cortarlo en dos partes que en tres jaja pero bueno momento de dejar mis impresiones.

Buen comienzo, no se hizo esperar la intriga y no senti pesado y forzado la primera parte por lo que me gusto como Sorrento de alguna forma, formo parte del capitulo, bien

Con que eso hacia Shaina ahaha vale ya XD

Asi que, la razon por la cual sorrento de cierta forma comprendio que algo iba mal era porque, de alguna forma, siente que la confrontacion con Athena no estaba dentro de los "planes" de su señor? Eso fue lo que comprendi, aunque rapidamente el mismo contesta esta duda, eso parecio ser no?

En que momento Kanon volvio a ser Salem? Comprendo que acababa de luchar contra ikki, y este esperaba que Sorrento estubiera deteniendo el paso de Shaina, y dada la aparicion de "Nishlish", que fue bastante repentina, en que momento volvio a ser Salem O.o

Ya entrando en la confrontación, bastante mortifera y sutil la forma en que Fénix destroza el orgullo de Kanon, obviamente no le gusta las comparaciones (mas porque siempre sale perdiendo ... igual que yo XD), y básicamente hizo eso... e incluso toma su entrada y los hace sentir igual...

Ikki usted es diabólico

Tomando ya los recuerdos de kanon, no noto en ese momento la mardad que este evoca rapidamente ahora, usaras a alguien parecido a Youma en tu historia? O usaras a Youma como tal? Porque una ves acabe estas revelaciones, mas alla de el plano mitológico seintseiyero de la lucha contra hades, son pocas las cosas interesantes aca (mas alla de lo de Shun, eso si me impresiono en su momento) uniras de cierta forma estos hechos?

Esto parece mas una entrevistas que otra cosa, pero no puedo parar de preguntar XD

Interesante lo de el metodo que usa Nicole (no sabia que usabas lo de la Gigantomachia... tambien haras esa saga? A tu modo claro? o la pasaras por alto?), aunque Tampoco es que a ha ha que entrenamiento que cosa

Y aca se supone que empieza lo bueno... en blanco no hay nada Felipe malvado

Espero el proximo pa' continua baja Saludos Felipe

Pd: no era presidente era malvado, pero en ese momento quede en blanco y se me habia olvidado la frase, ahora que la leo ni siquiera tiene mucho sentido XDDD.

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Publicado 01 febrero 2016 - 21:13

KANON
LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA
 
Lo bueno:
 
-Cuando piensa en los defectos de su gemelo
 
-Sorrento demostro ser inteligente o por lo menos muy desconfiado
 
-la aparicion badass de Ikki
 
-el dialogo ente Saga y Aiolos
 
-Casi tan fuerte--jajaja
 
 
PD: Me agrado tu fans art

 

 

Spoiler


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Publicado 04 febrero 2016 - 11:18

Por fin,

Vaya, qué lata que tu día haya sido tan malo. Espera, ¿estás en clases...? o_O

 

Creeme, en principio intenté cortarlo en dos partes, y fue imposible. Tanto así que esta segunda parte está "forzada" a quedar más cortas, porque la tercera es básicamente una sola escena muy larga, pero el meollo y origen del asunto va en el de hoy.

 

Me alegro que resultara bien el capítulo, es al final el sustento de lo que viene. En sí, ahí no pasa mucho, pero planta la idea. Y sí, esto estuvo haciendo la italiana xD

 

Sí, Sorrento comenzó a meditar que algo raro estaba pasando cuando los Generales empezaron a morir, los Pilares a caer, y nadie hizo nada por ello. La discusión también ocurre en el manga contra Kanon (y en el anime), pero ahí Sorrento se acobarda y no da muchos argumentos. En este caso, Sorrento le muestra que siempre supo que no era el real, pero no le había importado mientras se cumplieran las metas en el mundo; por eso "Salem" nota que es el único que lo tutea, y todo. Aquí, Sirena hasta lo desafía.

 

Kanon vuelve a su máscara de Salem apenas envía a Ikki al Triángulo. Recuerda, en el mar no solo hay generales, ¿qué pasa si un soldado raso por ahí lo ve con pelo negro en vez de blanco? Siempre debe mantener su fachada. Espera, ¿tienes un gemelo? Cool! jaja

 

No, no usaré la Gigantomachia. No se si has leído los volumenes 1 y 2, pero Nicole ya ha salido mencionado muchas veces en la novela, era el asistente de "Sion" hasta que en el 2000 (3 años después del nacimiento de Saori), se dice que murió en una misión a África, y desde ahí, "Shion" no ha tomado asistentes. Aunque claro, no había revelado hasta ahora que también era el maestro de Saga y Kanon.

 

La verdad sabía que era "usted es diabólico", traté de seguir el juego pero no tenía sentido lo que pusiste xDD

 

Bueno, saludos :)

 

 

 

 

KANON
LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA
 
Lo bueno:
 
-Cuando piensa en los defectos de su gemelo
 
-Sorrento demostro ser inteligente o por lo menos muy desconfiado
 
-la aparicion badass de Ikki
 
-el dialogo ente Saga y Aiolos
 
-Casi tan fuerte--jajaja
 
 
PD: Me agrado tu fans art

 

 

Spoiler

-Ese es el punto. Para Kanon, Saga no tiene defectos, aparte de su poca paciencia.

 

-Sí, Sorrento es mucho más "lúcido" aquí que en la obra original, solo que no le importó mientras se cumplieran las metas, pero ahora cree que la cosa se ha salido demasiado de control.

 

-Imaginaba que te iba a gustar jaja

 

-Mi parte favorita, y uno de los diálogos que más me ha gustado escribir. Me gusta relatar el pasado, más si el arquero está involucrado.

 

-Siempre anteponen la palabra "casi". Kanon odia la vida jaja

 

-Gracias! Como hace tiempo que no dibujaba, temía que no hubiera quedado decente.

 

Sobre lo malo.

-Paciencia y verás, paciencia... Lo del segundo plan se revelará en la tercera parte, pero lo de la manzana vendrá en el de hoy.

 

-Temeroso!! Está prohibido que no te guste Shaina  :ph34r:

 

-Sé que es difícil, pero a veces tienes que tratar de olvidarte de los personajes del manganime con este fic, algunos son diferentes, unos a niveles bajos como Hyoga, y otros a niveles extremos, como Marin, que no te imaginas cuan distinta es. Piensa, si quisiera que fueran todos iguales, no habría hecho un fic remake. Efectivamente en la Gigantomachia Nicole solo se muestra como sabio, pero era un Santo de Plata muy famoso, como se menciona en capítulos pasados, al ser el más viejo. De ahí le seguía Sirius, con 30 años menos.

 

Saludos, T :)

 

 

***************************************************************

Se que a algunos no les va a gustar que cambie tanto la historia original (mientras que a otros puede agradarle mucho), pero quiero darles razones más creíbles a los personajes para que hagan ciertas cosas, además que conectaré con el spinoff que estoy escribiendo y con una saga que iría después de Hades. Por favor, sean considerados y abiertos de mente xDDD

 

KANON

LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA

 

Segunda parte.              

Dolía, dolía mucho. Un estrechón de manos que pasó fugazmente frente a sus ojos los hizo arder en llamas. Maldito Fénix, ya se habría librado de la Ilusión si solo lo hubiera golpeado una vez, pero había utilizado un recurso que nadie aconsejaría, pues se decía que dañaba el alma: atacar más de una vez.

Lo siguiente que recordó fue felicit…

Lo siguiente que recordó fue decirle a Saga y a su maestro que no se uniría a la guardia del Santuario. Quería encontrar su propio objetivo, su propia misión, su propio destino en el mundo. En Grecia solo sería uno más, nadie lo reconocía ni lo recordaría; ni siquiera lo relacionaban a Saga, quien irradiaba demasiada luz, tanta como el Santo de Sagitario.

—Se supone que si algo me pasa, tú serás mi sucesor, Kanon —le recordó su hermano, ya vestido con la maravillosa armadura de Oro.

—¿Por qué te pasaría algo? ¿No eres el semidiós? —se mofó al tiempo que se colgaba un bolso al hombro.

—Basta —intervino Nivole antes que iniciara una pelea, aunque Saga no hizo ademán de hacerlo—. Kanon, no importa donde vayas, siempre que sigas una ruta recta; el camino de la justicia debe marcar tu destino, así es para todos los Santos.

—Yo no soy un Santo —replicó con la mirada en una de las lunas en relieve del peto de Gemini.

—No llevar un Manto Sagrado no significa que no seas un Santo, Kanon. Lo eres en el corazón, y en el ideal de justicia que te inculqué. La única razón de que no estés ahora protegiendo uno de los doce Templos, es porque solo existe una armadura de Géminis. No lo olvides.

 

Recordó viajar por muchas partes. Ayudó a muchísimas personas que no le daban nada a cambio, e incluso se enfrentó a soldados y ejércitos por mantener la paz de los pueblos. Fue a principios de los 90’ cuando se vio involucrado en un primer conflicto armado, destruyendo unos misiles en la frontera iraquí.

No entendía por qué se había iniciado esa “Tormenta del Desierto”, pero el Santuario nunca apareció, así que tuvo que resolverlo por sí mismo. Se contaba que Kuwait había sido invadido por Irak, pero si bien había algunos antecedentes de interés económico, no le parecían razones suficientes para iniciar una guerra a esa magnitud en todo el golfo, donde murió tanta gente. Se comenzó a dar cuenta que el mundo se estaba pudriendo…

Después de sacar a un grupo de familias del fuego cruzado, los llevó a una base militar de la coalición, a las afueras de Arabia Saudita, a pesar de todas las trabas que le pusieron las autoridades; pero no pudieron negarse cuando recreó lo que esas personas sufrían, a punta de golpes. Pelear por su bien, pero no ayudarlas cuando los necesitaban era un absurdo, y no tenía paciencia para tolerarlo.

Esa noche, cuando dejó la base para regresar al campo de batalla, vio una estrella fugaz tomar una parábola dorada en el cielo; aunque no era primera vez que veía una y tenía otra responsabilidad, no pudo evitar seguirla.

Se estrelló al otro lado de Kuwait, en el fondo de un precipicio. Descubrió allí el más extraño de los meteoritos, pues no era sino una manzana. Una manzana pequeña, hecha de oro, más brillante que cualquiera de las armaduras de Athena, rodeada por un aura enigmática y atractiva, enterrada en perfectas condiciones a pesar de la caída. Como si ver una manzana caer del cielo dejando una estela así ante las estrellas no fuera ya lo suficientemente sorprendente.

 

El viento sopló y casi lo derriba cuando se acercó a la fruta. Tocó el tallo de oro y una sensación agobiante lo arropó, como si se sintiera ahogado, como si por días hubiera estado perdiendo el tiempo, como si estuviera al borde de la muerte sin hacer lo que realmente deseaba.

De las piedras alrededor y especialmente del cráter surgieron raíces oscuras y espinosas, gruesas como cadenas, desprendiendo nubes de gases negros como la noche. Lo lógico era retroceder ante esas cosas que seguían creciendo, alargándose y extendiéndose como tentáculos de un kraken; y lo intentó, todos sus instintos le indicaban que se alejara, pero hizo todo lo contrario sin controlarse, y acarició la hoja antes de tomar la manzana en la mano.

Oh… Eres interesante… —dijo una voz femenina, pero tan grave que hizo temblar el piso ya lleno de enredaderas.

Kanon miró a todos lados, pero lo único que veía era las raíces que seguían creciendo y amenazaban por escapar del precipicio y extenderse hasta el desierto. Divisó unas aves y un par de serpientes alejarse a toda prisa de las raíces, pero él no era capaz de soltar la manzana. Tenía un color tan hermoso…

—¿Quién está ahí? —preguntó en voz baja, sin dejar de mirar el fruto.

Soy la fuerza que libera el corazón de los hombres, aquello que revela la verdadera naturaleza de los seres humanos —respondió la voz, se oía desde cada una de las raíces, no tenía sentido buscarla—. ¡Soy la Discordia!

 

Se hizo un tenebroso y largo silencio tras la presentación, hasta los dioses parecían haberse callado; solo oía su respiración, agitada.

—¿Discordia? —preguntó solo para confirmar que no había muerto.

¿Cómo te llamas? —inquirió a su vez la presencia ancestral que vivía en la manzana y esas raíces que se habían detenido.

—Kanon —respondió, tratando de calmar su corazón—. Kanon Laskaris.

¿Hm? Qué extraño; por lo que sabía, los Santos abandonaban su apellido y adoptaban el de la constelación…

—No soy un Santo.

—¿En serio? ¡Imposible! Siento tu Cosmos, Kanon Laskaris… Tienes olor a Grecia, al Santuario, y posees todas las cualidades para ser el más poderoso Santo de Oro. ¿Cómo es eso de que no eres un Santo?

—Mi hermano gemelo se convirtió en Santo de Oro. Me superó. —¿Por qué diablos estaba hablando con esa cosa?

Las raíces volvieron a mecerse de un lado a otro, y a crecer convirtiéndose en ramas y espinos. El sonido que hicieron fue como una burla grotesca que hizo hervir su sangre.

Eso es ridículo. Déjame verlo… —La Discordia se calló unos segundos, y cuando volvió a hablar, su voz era todavía más gruesa y profunda, como el rasguño de un árbol o el golpeteo de un ave sobre una semilla—. Saga de Géminis, ¿no? El signo de los gemelos… ¿Pero qué tan poderoso puede ser si ni siquiera está aquí?

—¿Qué?

Hay guerra en los alrededores. Tú eres astuto, valiente, feroz, y estás aquí ayudando a las personas, mientras que él, a quien llaman semidiós, está cómodo, cenando en el comedor del Santuario con un joven con alas. Puede que seas una pizca menos fuerte que él, pero te mereces su puesto mucho más.

 

¿Qué estaba tratando de hacer? No iba a dejarse manipular.

—Saga era el más indicado, así lo indicó el destino. —Por fin apartó la vista definitivamente de la manzana, y miró a la más gruesa de las raíces, que ya llegaba hasta la base del suelo, arriba—. No desafíes la voluntad divina, bruja.

¿Voluntad divina? —En ese momento, una de las ramas se desplazó a toda velocidad hacia abajo, y se posó brutalmente sobre su cuello como un puñal—. ¡Yo soy la voluntad divina! Yo lo sé todo. Yo veo los motivos de Saga.

—¿A qué te refieres? —volvió a preguntar, cuando debió simplemente irse—. Saga es uno de los protectores de la humanidad.

—Y por eso mismo no está aquí, porque conoce la verdad. Tú también eres inteligente, Kanon Laskaris, deberías saberlo.

—¿Saber qué? ¡Demonios! —Comenzó a impacientarse, apartó de un golpe lo que lo amenazaba.

Que no lo merecen. Los Santos saben que la gente no merece ser cuidada de su propia humanidad. —Las ramas se mecieron tan bruscamente que parecían bailar, cada vez más rápido—. Observa este país, en guerra por ninguna razón; y los Santos solo buscan tener un reconocimiento, protegen una paz falsa para tener orden y control.

—¿¡Qué rayos quieres!? —gritó al fin.

Darte un regalo, Kanon Laskaris. —Una de las raíces arropó la manzana dorada y la elevó a la altura de Kanon—. Llévale esta manzana a tu hermano, y te darás cuenta que eres el más indicado para ser el Santo de Géminis.

—¿Qué es esto?

—La Manzana de la Discordia, una de las muchas que caen a la Tierra cada cierto tiempo para revelar los verdaderos sentimientos de los humanos, para quitar sus máscaras. Un tiempo viviendo con la manzana, y Gemini Saga será consumido por su propia oscuridad.

—¿Oscuridad? Es Saga, ¡no tiene oscuridad!

—Todos los humanos tienen oscuridad, Kanon Laskaris, incluyendo a Saga. Además… ¿No era evidente cuando era más joven?

 

¿Así que lo sabía? Era una divinidad, por supuesto que sí lo sabía. Tras la muerte de sus padres en un atentado, Saga sufrió un trauma que le generó una segunda personalidad, una grave esquizofrenia. Cuando niños, en el orfanato, bien podía decirse que eran tres hermanos y no dos; Saga cambiaba constantemente de lugar con el otro, quien era expresivo, intenso, impulsivo, la representación de todo lo que su reservado hermano reprimía.

Pero el otro yo de Saga se había esfumado un año después de comenzar el entrenamiento, cuando dominó el poder sobre su mente. ¿Acaso esa oscuridad de la que la Discordia hablaba era la otra personalidad? ¿Podía intensificarse?

¿Podía… manipularse?

 

—¡No! —exclamó con todas sus fuerzas y corrió de vuelta a la base, dejando el molesto sonido de las ramas detrás, que no intentaron perseguirlo. La profecía sobre la eterna disputa entre los hermanos de Géminis… No iba a afectarlo, él iba a ser la excepción, el que enfrentaría ese destino cruel.

Saga era la representación de la justicia y la bondad, realmente buscaba el bien de las personas, confiaba en que la gente era buena en naturaleza. Sufrían las tentaciones y pruebas de todo hombre, pero siempre buscaban la paz, no el caos.

Y entonces, Kanon recordó lo que vio al entrar al campamento. Un grupo de jóvenes soldados encima de una de las chicas que había salvado de los misiles horas antes, desgarrándole la ropa mientras se les subían los colores a la cara y ella gritaba, desesperada. Había gente cerca, otros soldados de diversos países, incluso un par de familiares, pero nadie hacía nada.

En el piso, bajo una mesa de vidrio, brillaba una pelotita dorada que nadie parecía notar. Sentado sobre la mesa, iluminado por la pelotita, estaba uno de los capitanes, que sonreía con lujuria ante la escena.

 

«Es verdad. El mundo es basura». Después de matarlos a todos, regresó al desierto, al precipicio donde la manzana esperaba pacientemente. Las ramas y las raíces lo recibieron con una sonrisa invisible, a sabiendas de que Kanon ya había decidido su destino.

La Discordia tenía razón. En el Santuario todos confiaban ciegamente en la bondad de los seres humanos; el benevolente Saga era admirado por todo el mundo, pero no aparecía para ayudar a los que más sufrían, no se daba cuenta de lo cruel que era la vida, lo injusto que podía parecer el destino. Kanon iba a destruir ese destino, iba a aplastar esa vida cruel, iba a aprovechar la astucia que le dieron los dioses para lanzar la basura a la Tierra y desarrollar al máximo su propio bienestar.

¿Y bien, Kanon Laskaris? —preguntó la Manzana, que tomó y guardó inmediatamente en el bolso.

—Lo comprendí —respondió Kanon, ganándose otra risa de las raíces.

—No puedes comprender lo que no te corresponde, humano.

—Voy a necesitarlo —le dijo, haciendo caso omiso de la ofensa, a sabiendas de que entendería su intención—. ¿Algo que me sirva?

—Isla Reina de la Muerte, Kanon Laskaris, allí debes empezar. No. Kanon, Kanon de Géminis.

Y él no pudo evitar sonreír.

 

¿Qué sentido tenía proteger a los demás, entrenar para hacerse más fuerte por otros, si el más tonto, el más cruel, el más popular, el más adinerado, o el más ambicioso gobernaban a las masas? Los dioses iban a aprovecharse pronto de esa suciedad en las personas, y los gobernarían con mano de hierro.

La única forma de escapar de ese destino era que el líder de los humanos, a través del Santuario, no solo fuera un maestro del Cosmos, un ser lleno de fuerza y justicia, sino que tuviera ambición para alcanzar la cima a través del poder y la astucia, fuera inteligente, seguro de sus capacidades, un hombre a quien respetaran incluso obligados, y que buscara su propio beneficio para así sostener a los demás, desde arriba. Que se dieran cuenta que no se permitiría ninguna injusticia, que el mal humano era castigado con la máxima pena. Había una suerte de profecía en la humanidad, un dicho vago que todos conocían en mayor o menor medida.

“Aquel que mate a un dios, se convertirá en un dios”. Para llevarlo a cabo iría contra todo lo que ellos dictaron prohibido a los humanos. ¿Por qué no lo era para ellos?

Crueldad y Poder. Era la única manera en que el mundo podría ser algo más que un cúmulo de cucarachas que los dioses aplastaran; la única manera de que funcionara como correspondía; la única manera de demostrar que, al final, era más apto que Saga y cualquier otro semidiós en el Santuario. Pero para eso iba a necesitar a su hermano una vez más.

 

***

Dejó la manzana molida dentro de la Caja de Pandora en el tercer Templo de la Eclíptica, sin que nadie lo notara, aprovechando el revuelo por la rebelión del ejército del Sol, en Egipto. Kanon conocía mejor que nadie los pasadizos del Santuario, y eso quizás sería útil.

—Por eso los Marina entraron tan fácilmente —dijo Ikki, desde muy lejos.

—¡Cállate, malnacido!

—Sigue hablando.

Se golpeó la cabeza y anuló algunos recuerdos, como el empezar a ejercer influencia sobre Nicole de Altar, o vigilar los movimientos de Saga, cada vez más paranoico. También algunas conversaciones “casuales” que tuvo con su hermano, donde sutil y astutamente plantó algunas dudas que la Manzana dorada solo tenía que explotar cuando volviera a casa o cuando portara la armadura.

Pero nada de eso era un recuerdo importante. No como los que seguían, que no pudo evitar contarle a Ikki.

 

Como el llegar a Reina de la Muerte, una isla en medio del océano pacífico sin comunicación con ninguna parte, considerado el peor de los infiernos sobre la Tierra, deseando aprender el arte prohibido, el más oscuro del Santuario, solo accesible a aquellos con el alma podrida. Era ventajoso que empezara a dudar que el alma siquiera existiera.

Allí habitaba la peor basura de la humanidad, era la escupidera de todas las prisiones del mundo, donde iba la peor calaña que no podía ser controlada, o que no merecía ni siquiera la muerte. Su líder era un aprendiz de Santo que asesinó a su maestro un Santo de Plata, y a todos sus compañeros mientras dormían, tras enterarse que a pesar de su talento no lo consideraban digno para convertirse en uno de los Santos. Durante la persecución dirigida por Santos de Plata, hizo una carnicería en Rodrio y se presentó ante el Sumo Sacerdote gritando a viva voz que era culpable, y que le fascinaba odiarlos a todos. Un grupo de Santos de Bronce le dio una golpiza, prácticamente lo torturaron mientras esperaba la sentencia dada la poca facultad de decisión de Sion, pero se rio y siguió aullando que era libre, feliz de ser culpable. El hermano del maestro asesinado le cortó la cara, escribiendo la palabra “Culpable” en su frente. Entonces abandonó su nombre humano y se hizo conocido solo como “Guilty”, el demonio oscuro.

Fue enviado a Reina de la Muerte, donde fue hecho líder gracias a su fuerza sobrehumana, su extrema crueldad, y su odio desmesurado hacia la vida misma, tras matar al líder previo. Por su nuevo rango entre las Sombras (así se llamaban todos esos hombres y mujeres que se ganaban la vida como sicarios contratados en las islas aledañas), empezó a usar una máscara grotesca que, se decía, se aparecía solo a quien eligiera, y lo convertía en el representante de la Muerte en la Tierra; se clavaba en el rostro del elegido para sellar su destino, la Muerte le entregaba un misterioso aumento de poder y dominio de habilidades.

Si ese era el caso, la Muerte era una debilucha. No le costó nada doblegar a Guilty en un combate y obligarlo a que le enseñara las artes oscuras antiguas de la isla Reina de la Muerte. La principal, una llamada Ilusión Diabólica.

 

***

—¿Sufres mucho, Kanon? Esta es la parte importante, ¿verdad?

—No… No te diré… nada, ¡te mataré! —E Ikki también sabía eso. Era parte de la mecánica de la técnica, activaba todas las defensas y reflejos del organismo en ese estado, bajo la Ilusión. Si Ikki intentaba atacarlo otra vez, sería destruido en un parpadeo—. Te haré… sufrir…

—Probablemente, pero antes de eso vas a decírmelo. ¿¡Qué hiciste con la Ilusión Diabólica!?

Lo recordó, se lo relató. Todo se basaba en el refrán. Aquel que mate a un dios, se convertirá en un dios. Porque solo un dios puede contra otro.

 

Desde ese momento, solo tuvo que esperar el advenimiento de Athena. Era cosa de tiempo, y mientras, seguiría en los alrededores en silencio, entrenando sus habilidades mentales y especialmente su manejo de ilusiones, que debían superar el de todos para que su plan se cumpliera. Su plan de llegar a la cima, la más alta de ellas, por sobre los humanos, al nivel de los dioses. Aparte de Saga, Nicole y Aiolos, nadie lo conocía, probablemente se habían olvidado de él o lo recordaran solo como un viajero cada vez que fuera mencionado. Que Saga fuera tan famoso tenía sus ventajas.

Finalmente ocurrió. 1º de septiembre de 1997, cinco años después de dejar la Manzana en el Templo de los Gemelos. Cerca de las cuatro de la tarde cayó una estrella fugaz en lo alto del Ateneo; Nicole se lo informó por teléfono, y a las cinco Kanon ya había llegado. El anuncio oficial probablemente sería en la noche, así que tenía mucho tiempo todavía.

 

El primer paso fue reunirse con su antiguo maestro a las afueras de Rodrio. El viejo estaba feliz como un niño en Navidad, decía que no habían recibido tan buena noticia en el Santuario desde hacía más de dos cientos años. ¿Qué tenía de sorpresivo eso si era la costumbre? La diosa de la sabiduría volviendo a la Tierra para enfrentar a la oscuridad… Una que no aparecería si no fuera por la misma Athena que gobernaba como una idiota.

Pero en caso de alguna dificultad, de que su meta no se cumpliera ese día y Athena continuara reinando, debía tener un plan de respaldo. El objeto que servía para canalizar el poder de la diosa, que era prueba de su autoridad en la Tierra y que, se decía, otorgaba la victoria en combate a quien la tuviera en la mano: la estatuilla de la diosa Niké en la gran estatua de Athena del Ateneo. Era también la llave para acceder al oráculo en Delfos, la puerta al futuro de las estrellas que él deseaba tanto cambiar.

Utilizó la Ilusión Diabólica en Nicole con el primer descuido, en medio de una conversación perfectamente normal sobre el estado de una capilla de Rodrio. Era una técnica que afectaba la mente, podía dominar las acciones de las personas, cambiar la percepción de su realidad, hacerle delirar con ilusiones o revelar las memorias de la víctima. Solo necesitó el primer efecto.

La orden: Robar la estatuilla de Niké y llevársela. Después de eso, era muy posible que olvidara todo lo que hizo. Una técnica demasiado poderosa, tanto que solo algunos, muy pocos, podrían usar.

 

—¿Niké? Esa estatua fue convertida por Mitsumasa Kido en el báculo que Saori Kido suele llevar. ¿Tú se la entregaste? —La pregunta de Ikki no era casual, sino que iba atada al destino de los que manejaban la Ilusión Diabólica. Kanon no podía evitar responder.

—No t-tengo idea cómo llegó… a… sus ma-manos… Nicole falló…

—Ah. Continúa.


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#433 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

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Publicado 05 febrero 2016 - 06:22

Por fin X2 (si has visto esto verdad? XD)

bueno Felipe, este ha sido un capitulo bastante instructivo y revelador, me ha gustado bastante y como el anterior fue corto :p

Asi que fue Eris mmmm, esta va de alguna forma a ser participe en hades? O (según recuerdo) haras una saga a parte?

Asi que infiero, dado a los acontecimientos, que kanon laskaris fue influenciado sin el darse cuenta por la manzana dorada, la discordia, verdad? Porque me parece un cambio radical desde que comenzó a tocar la manzana, y la risa invisible, solo me da mas incapie a pensar esto pero al final solo tu puedes confirmarlo

Y aca entramos a el desarrollo de la parte del santuario, fue un plan bastante astuto y meticuloso, cuanto tiempo le llevo hacerlo O.o caracho eso es mas de lo que fue algunas ves kanon en la serie clasica
E
Algo que me llamo la atencion, es que en el relato de Kanon, este habla sobre Guilty, a ikki no le intrigo un poco eso? Ni un poco?

Oye en el primer dialogo del capitulo, cuando interviene Nicole, pusiste Nivole, deberias arreglar ese dedazo

Nike Nike Nike, venga necesito saber sobre esto, pero hay que esperar el siguiente cap para eso no? O ys lo hicistes con los primeros capitulos que yo aun no he podido leer? ^_^u

Bueno felipao (XDDD no puedo con esto es demasiado para mi, es que suena tan... XD), esto es todo por hoy, posiblemente se me escapo algo porque voy de pasó, bai, arrivederchi, nasmate chao, me apagan el wifi DX

Pd: rápidito, si Felipe, yo estudio, yo tengo 18 años, cuantos pensastes que tenia? Pa que veas que naci el año en que sucede un hecho importante en el fic, casi 3 meses despues XD

Pd: si no tiene sentido y me quede en blanco otra ves, no es malvado es diabólico XD

#434 Patriarca 8

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Publicado 05 febrero 2016 - 11:20

Lo bueno:
 
-el viaje de reflexión de Kanon por el mundo
 
-que ayude a los civiles de las zonas de guerra
 
-lo del motivo de la maldad de Saga influencia por un objeto divino es aceptable ya que se desconoce realmente porque se volvió malvado
 
-la reflexion de kanon sobre la maldad humana convirtiéndolo en un villano o antiheroe  que se guia al parecer por el lema:el fin justicia los medios
 
-la historia de vida de Guilty
 
-la parte en que llama idiota a  Athena XD

 

Lo................ no tan bueno:
 
-que un caballero o un aspirante a caballero se entrometa directamente en batallas libradas por 
humanos comunes podria desnivelar el resultado
 
-en verdad era necesario ponerle apellido a Kanon?
 
Se estrelló al otro lado de Kuwait, en el fondo de un precipicio. Descubrió allí el más extraño de los meteoritos, pues no era sino una manzana. Una manzana pequeña, hecha de oro
 
Soy la fuerza que libera el corazón de los hombres, aquello que revela la verdadera naturaleza de los seres humanos—respondió la voz, se oía desde cada una de las raíces, no tenía sentido buscarla—. ¡Soy la Discordia
 
La Manzana de la Discordia, una de las muchas que caen a la Tierra cada cierto tiempo para revelar los verdaderos sentimientos de los humanos, para quitar sus máscaras. Un tiempo viviendo con la manzana, y Gemini Saga será consumido por su propia oscuridad.
 
Osea que la casi-enamorada del pato Erii Aizawa solo tuvo mala suerte de encontrarse con una y bien podria haber una secuela donde se encuenta con otra manzana
 
Tras la muerte de sus padres en un atentado, Saga sufrió un trauma que le generó una segunda personalidad, una grave esquizofrenia
 
 
ya estas como kurumada contradiciendote a ti mismo decídete de una vez fue la manzana o fue una enfermedad cuyos origenes ni los propios "especialistas" se ponen de acuerdo
 
 
Y entonces, Kanon recordó lo que vio al entrar al campamento.En el piso, bajo una mesa de vidrio, brillaba una pelotita dorada que nadie parecía notar.
 
al parecer Kanon llego a un sitio donde cultivan esas manzanas ,se las topa a cada momento XD
 
-el nexo entre Kanon y Guilty no me cuadra del todo es algo demasiado forzado
 
-creo que el interrogatorio esta durando demasiado se supone que Kanon tiene
cierta experiencia sobre el control mental y ya deberia haber anulado la tecnica del fenix

 

 


Editado por T-800, 05 febrero 2016 - 16:07 .

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#435 Rexomega

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Publicado 05 febrero 2016 - 18:23

Saludos

 

Ahora mismo no estoy en posición de hacer un comentario como corresponde. Eso me lo reservo para cuando publiques la tercera parte de este capítulo de Kanon, pero desde que publicaste el capítulo de Shaina tengo una pregunta en mente: ¿llegaremos a un punto en el que la maestra de serpientes sea algo más?

 

Entiendo que es difícil, si no es que imposible, darle un papel a la altura del quinteto maravilla, pero teniendo en mente la saga de Hades y ND, me pregunto si puedo esperarme sorpresas. Que la participación de la amazona pueda ser más relevante en momentos en los que su inteligencia juegue un papel decisivo donde no sirve el poder, o porque de tantas situaciones adversas a las que sobrevive su propio poder crece. No me quejo con lo que ya tengo, disfruto de cada capítulo escrito desde el punto de vista de la serpentaria hasta más que los de algún protagonista en según qué momentos, pero uno siempre quiere más.

 

Sí, yo soy un tipo raro. Pudiendo interesarme por la hercúlea fuerza de Geki mata-osos o las portentosas hazañas de Nachi y Ban (tan veloces que ni siquiera son captados por las viñetas del manga o los frames del anime), voy y me pregunto si puedo tener más Shaina :lol:.

 

No tienes que responder en todo caso. No es un reproche ni nada, solo algo que me apetecía comentar.


Editado por Rexomega, 05 febrero 2016 - 19:22 .

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#436 -Felipe-

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Publicado 07 febrero 2016 - 11:26

Paso a responder los reviews. En algunos voy a explicar cosas que podrían responder algunas dudas que les hayan quedado, completamente válidas, por cierto, ya que pueden tener que ver con los primeros capítulos que no tienen por qué recordar (o incluso haber leído).

Por fin

No, no me refería a la edad xD Es que en realidad no sé como será en Venezuela, pero acá el periodo Enero-Febrero es de vacaciones, por eso me extrañó.

 

-Ahora, las respuestas. Este capítulo, como bien dices, es corto, tanto como el primero, aunque el de hoy es más largo.

 

-Voy a hacer una saga aparte, pero no tendrá que ver con Hades, estará ambientada en el 2010, 3-4 años antes de la historia principal.

 

-Eh... no sé de qué estás hablando  :ph34r:  Diablos

 

-Le llevó poco tiempo, en realidad. Por eso lo llama su "primer plan", ya verás como le resultará tomarse tan poco tiempo.

 

-En el borrador original había una pequeña intervención de Ikki, pero después lo quité porque, en realidad, a este Ikki poco le importa Guilty jajaja, y como está tan traumado, cada vez que lo recuerda se pone a pensar en cómo mató a Esmeralda y todo eso, no me convenía alargar esa parte, además de que eso debilitaría la técnica sobre Kanon.

 

-Gracias por notarlo, arreglado para la versión siguiente :)

 

-En los primeros capítulos se narra que Mitsumasa Kido encontró la estatuilla flotando en la playa, poco después de encontrar a Aiolos y la bebé. La verdad sobre por qué llegó Niké a posesión de Mitsumasa Kido (y al agua) la voy a revelar, tal vez en el spinoff, pero lo más probable es que sea después de Hades :(

 

-Felipao, jaja. A drogba se le ocurrió llamarme así aquí, creo xD Bueno, gracias por el review, saludos :D

 

 

 

 

Lo bueno:

Sobre lo bueno:

-Kanon tuvo algo que Saga no, pero nunca le tomó el peso: estaba de vacaciones. Y ayudó a algunas personas de tanto en tanto jaja

 

-Saga tenía doble personalidad, el problema es esa cosa negra que salió de su cuerpo cuando le llegó la luz del escudo. Por eso le di la explicación de la manzana, y así tener una conexión con el spinoff de la saga de Eris a la que he hecho referencia algunas veces en el fic; aunque, como dice Kanon, él sí tuvo doble personalidad, solo que ahora le empeoraron.

 

-En esta parte sí, es como un antihéroe (o antivillano, más bien), pero en la pelea contra Ikki ya es todo un villano.

 

-Guilty, Guilty. Había tenido otra historia originalmente, sobre que él era un ser sobrenatural como esos de los que habla Esmeralda al principio del fic, estos ángeles que se cubren el rostro... pero eso no explicaría por qué Ikki pudo vencerlo, así que lo dejé simplemente como un demente xD Pero la máscara, esa sí tal vez vaya más allá y le de aguna importancia más adelante. Tal vez.

 

-No es como si no estuvieramos de acuerdo, ¿o sí? jaja

 

 

Sobre lo no tan bueno... por primera vez estoy en desacuerdo con todas xD

-El manga en el volumen 1 estipula que los Santos se han metido en batallas de humanos desde la era mitológica. Se menciona a Napoleón, las guerras mundiales, etc, así que no es algo que inventé yo :)

Tienen que mantener la paz, y eso incluye las matanzas entre humanos, no pueden esperar a que vengan solo dioses para actuar. Recuerda las primeras misiones a las que Aioria es enviado en el G, o las de Manigoldo y Degel en los gaidens del Canvas.

 

-No veo por qué no. Son humanos, tienen apellidos, pero como se menciona en el capítulo donde Seiya obtiene la armadura (de mi fic), lo reemplazan por las constelaciones. Así, el nombre legal de Seiya es actualmente Pegasus Seiya, pero antes fue Seiya... no sé, Kurumada, o algo así. Y en Kanon es relevante porque "no es Santo", es lo que lo diferencia de su hermano, él desea ser "Gemini Kanon", no "Kanon Laskaris", por eso era importante.

 

-En este fic la manzana no transforma en avatar de Eris a quien toca la manzana, sino que son muchas las que "la Discordia" arroja desde el cielo al azar, y cada una genera "ondas" en un amplio, MUY AMPLIO radio (como vas a ver en el spinoff) que saca la maldad de las personas.

 

-Saga siempre tuvo doble personalidad, pero la otra no era un tipo malvado que quería dominar el mundo, era simplemente más impulsivo, y, como dice Kanon, expresaba lo que Saga reprimía. Con el entrenamiento de Nicole aprendió a controlar la otra persona y lo anuló, pero la manzana lo sacó a relucir otra vez e hizo extremos al máximo sus deseos.

 

-El que haya otra "pelotita" ahí no es casualidad. Fue premeditado.

 
-Recuerda, en este fic la Ilusión Diabólica es la misma técnica para las Sombras, Ikki, Saga y Kanon, y como se explica en los primeros capítulos (la saga de los Caballeros Negros, por así decirlo) viene de la isla Reina de la Muerte. Ikki la aprendió allí, y para que Kanon también la aprendiera, debía ir allí, así que fue "obligación" que tuviera que conocer a Guilty, el carcelero de la isla. Saga también la aprendió de allí, porque no hay otro lugar de donde aprenderla, es una técnica demasiado oscura, olvidada y prohibida.
 

-En "tiempo real" el interrogatorio no está durando casi nada en comparación con lo escrito, yo simplemente amplio lo que Kanon ve. Recuerda que los pensamientos son MUCHO más veloces en la mente que si los llevaras a la boca, puedes pensar una frase y decirla en tu mente cien veces más rápido que si la dijeras físicamente. Ikki está obteniendo la info más a través de las imágenes mentales que lo que Kanon dice, que es bastante resumido.

Además, justamente por eso Ikki lo golpeó tantas veces, para que el efecto durara más, lo que tiene tres consecuencias: Mientras esté así, si Ikki lo ataca, muere, porque sus reflejos defensivos están más allá de la humanidad; cuando se acabe el efecto, Ikki va a estar frito xD; y que el alma de Ikki se daña más por usar una técnica tan oscura, se va a acercar otra vez a su estado de cuando apareció en el fic, como un "muerto viviente".

 

 

Saludos T No temas poner críticas positivas y negativas :)

 

 

 

Saludos

Me atrapaste. Mira, es difícil, en la historia principal siempre son los 5 protas + Saori, y Shaina es solo una secundaria (quizás la más relevante en todo caso). Lo cierto es que he estado dándole tantos capítulos a Ofiuco desde el vol 1, no solo porque sirve para explicar el "telón" de la historia, sino porque, tomándome tiempo, quiero convertirla en una prota, o el personaje más cercano a serlo. Posiblemente no esté bien y algunos se van a quejar bastante, pero no puedo evitarlo. Me gusta hacer PdV femeninos, especialmente de la femme fatale, y dar un poquito de heterogeneidad al asunto, además de tener un prota de plata. Nunca va a ser tan importante como el quinteto, pero sí va a ser muy relevante, y estoy construyendo al personaje para ello. You're welcome :)

 

 

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KANON

LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA

 

Tercera parte.              

 

Recordó pedirle a Saga, a través de uno de sus criados, encontrarse con él en el cabo de Sunión, lejos de los testigos curioso. Las olas bramaban con fuerza, el viento sacudía sus cabellos con violencia, y las gaviotas graznaban a viva voz, como si supieran que algo importante se avecinaba y ya lo celebraran.

Cinco años con la manzana en su poder, sin saberlo, oculta bajo el piso del salón principal de Géminis. Además, varias conversaciones. “Aiolos será el elegido como sucesor”, “Sion no te valora tanto como a él”, “el mundo no tiene el control de sí mismo”, “se necesita una mano firme”, “los dioses vencerán a Athena si solo es una niña”, “Aiolos es demasiado bondadoso”, “Sion es demasiado viejo”. La mayoría de las veces, como juego, ponía esas oraciones entre medio de otras, con las primeras letras de cada palabra, o escribiéndolas en el aire con los movimientos del dedo. Tal vez demasiado sutil, pero la Manzana terminaría el trabajo.

Para comprobar qué tan bien había funcionado, Kanon no se hizo esperar. Le pidió que asesinara al Sumo Sacerdote Sion. Apenas dijo aquel último nombre, el puñetazo que recibió casi le arranca la cabeza del cuello.

—¿¡Qué dijiste, miserable!? —rugió su hermano. El fuego salía como rayos de su armadura dorada.

«Tal vez necesitaré un poco más de tiempo», pensó, sonriente. No iba a ser tan fácil, eso ya lo sabía.

—Lo que oíste —respondió, limpiándose la sangre de los labios y el polvo de los pantalones—. Todos lo comentan: el viejo elegirá a Aiolos para cuidar a la diosa que acaba de nacer para ser el nuevo Pontífice, apuesto que lo dirá esta misma tarde. Sabes perfectamente que con Aiolos a cargo, el Santuario se irá al diablo.

—¿Quién te dijo que Aiolos será el elegido? —Saga lo tomó de la camisa, estaba rojo de ira, parecía que sus ojos iban a estallar—. No… ¿Qué importa si es él? Ambos somos Santos de Athena que luchan por la justicia, el otro lo asistirá, nada más importa si es por el bien del mundo.

«No, Saga, la primera era la pregunta con la que debías quedarte».

—Demasiado bueno, demasiada luz. El Santuario necesita un líder no solo poderoso y justo, Saga, sino alguien a quien no le tiemble la mano cuando todo se ponga feo, que no dude en sacrificar a uno de los suyos por el bien común. Y el Sumo Sacerdote lo apoya, lo sabes, recuerda cuando no te informó de la reunión hace tres años…

—¡Estás loco! Si él apoya a Aiolos o no, no es importante. E incluso si fuera el caso, ¿¡cómo se te ocurre pedirme que lo mate!? ¿En qué clase de basura te has convertido, hermano?

Lo último lo dijo con un pequeño temblor en la barbilla y ojos de cristal. En otras circunstancias se hubiera burlado de eso, pero ahora tenía que mantener la seriedad para que el plan funcionara. Tenía solo unas horas más hasta que Sion lo mandara a llamar junto a Aiolos.

—El único apto para convertirse en líder del Santuario eres tú, Saga, eso lo sabes muy bien. —Lo sabes. Lo debía repetir cuantas veces fuera necesario—. Sion elegirá a Aiolos, y éste hará que Poseidón, Ares, o el dios de turno que sea, invada fácilmente la Tierra. ¿Qué pasará cuando la Oscuridad nos invada de nuevo? Sabes que no falta mucho. Debes matar al viejo antes de que tome una opción que nos extermine, ¡o el mundo se llenará, aún más, de estúpidos sentimentales!

—¿Matar… al Sumo Sacerdote? —Saga lo soltó tras un breve titubeo. Tan breve como Kanon necesitaba.

—Así es. Yo mismo extenderé el rumor de que te iba a elegir a ti antes de que fuera asesinado en Rodrio, y el mismo Aiolos te apoyará. O si no… bueno, je, je, habrá que sacarlo del juego también.

—Ahora hablas de matar también a Aiolos. ¿Qué sigue? ¿Mataremos a los otros tres para que se cumpla la ambición que alimentas desde niño? —Lo tomó nuevamente de la camisa, y lo golpeó con tanta fuerza en el estómago que le quitó todo el aire. Pareció solo cuidar de no quitarle la vida—. ¡¡¡Estás enfermo!!!

—¿¡Yo lo estoy!? —Kanon se puso de pie y le dio un rodillazo en la nariz, rápido y eficiente. Lo convencería, pero tampoco iba a dejarse golpear así nada más—. ¿No recuerdas el pasado, hermanito? ¿O hermanitos, mejor dicho?

—¿Quién te crees que eres…? —Saga encendió su Cosmos, ya había dejado el verde de antaño y tomado tonos dorados como el sol—. ¿Qué demonios te ha pasado estos años?

—Cuando mates a Sion, te harás con lo que mereces por derecho, Saga —siguió, haciendo caso omiso a las preguntas—. Pero no bastará, deberás demostrar tu poder, porque obviamente Athena no será la líder, como sabes.

—¿Ahora quieres poner a un humano sobre nuestra diosa, estúpido?

—¡Abre los ojos, Saga! Mira como está el mundo, cada vez que viene a la Tierra la hace lucir color de rosa, pero después de la Guerra Santa el mundo se vuelve un caos, la gente sigue matándose, odiando, pecando, ¡lo sabes!

—Grr…

«Está funcionando» pensó Kanon, satisfecho, aunque justo en ese momento recibió un nuevo golpe, más fuerte que el anterior. Por alguna razón, también lo resistió mejor.

—Al final, desde que Zeus le entregó la Tierra a su hija, estamos viviendo en constantes guerras, interrumpidas por breves tiempos de paz, ¡no al revés! Ella no merece dirigir ni el Santuario ni el mundo, los demás dioses se superan cada vez más y terminarán con la diosa tarde o temprano, para siempre. Lo sabes.

—¡Esos tiempos de paz son los que hay que valorar! —Saga intentó un nuevo golpe, pero Kanon lo detuvo usando todas sus fuerzas. El choque de sus brazos causó una onda expansiva que dañó parte del templo del cabo.

—¡Esos tiempos de paz son una mentira! Los dioses vendrán más fuertes, y con solo sellarlos no bastará. —Lo miró fijamente a los ojos, liberó los poderes mentales que aprendió en la isla, proyectando la imagen de la manzana dorada en su subconsciente—. ¡Matarás al Sumo Sacerdote, Saga! Seguirás a Sion al Monte Estrellado y lo matarás. Luego te robarás la Daga de la que Nicole nos habló, es la única forma de terminar definitivamente con las invasiones divinas, ¡de mostrarles que la Tierra tiene alguien a su nivel!

—¿¡La Daga!? —El sudor corrió a raudales por el rostro de Saga; el efecto de la Manzana sí había resultado. El plan salía tal como lo había trazado.

Sabes muy bien de qué hablo. Aquella que los dioses primordiales dieron como regalo a una de las primeras reencarnaciones de Athena, una daga capaz de asesinar a los dioses. La Daga de Physis, la encarnación del Génesis.

—Esa Da-Daga… ¡estás demente! La Daga de Physis puede… enviar el alma de un dios al Tártaro definitivamente, y m-matar a una divinidad; pero su increíble poder asesinará a todo ser vivo en un radio de cientos o miles de kilómetros a la redonda… ¡Un poder sin igual que Athena jamás se ha atrevido a usar!

—Sí, esa misma, ja, ja, sabes que te quedaría bien junto con la Égida.

—Un arma que… que necesita icor de un dios para que funcione… Sangre de un dios… —Saga se llevó una mano a la cara y presionó tan fuerte que el aire se tensó y bien pudo romperse su propio cráneo—. Necesita icor…

 

«Te tengo, Saga. Tu esquizofrenia me ayudó, como esperaba. En realidad nunca te curaste de tu lado malvado. Al fin lo conseguí».

—Bueno, tendremos que buscar un dios para que manche la Daga, ¿no?

—Tú… —Saga separó los dedos índice y corazón, y Kanon pudo ver su ojo verde a través, a punto de llorar.

—Ve, Saga.

—El Sumo Sacerdote…

—Así es.

—Athena… Aiolos…

—Sí. Mátalos a todos, trae la Daga.

—Tú…

—¡Dame lo que merezco por derecho!

—Tú… ¡eres la encarnación del mal, gusano miserable!

—… ¿Qué?

 

Todo Sunión tembló cuando utilizó la Explosión de Galaxias, tal vez una de las técnicas más destructivas de la historia del Santuario. El primer asalto pudo evitarlo solo por conocer la técnica y reconocer la pose un milisegundo antes de que la completase, pero quedó descubierto ante el segundo, mucho más intenso. Se vio obligado a contraatacar con su propia explosión de Cosmos.

—¡Ah… maldición, Saga! —Y como estaba previsto desde la era del mito, los hermanos de Géminis se enfrentaron a muerte.

—¿Quieres matar a un bebé, infeliz? ¿¡Quieres asesinar a Athena, maldito traidor!? —Saga estaba enrojecido de ira y su vieja justicia… ¿Acaso la Manzana no había sido suficiente, al final?

—¡Solo una gota de sangre bastará! —La verdad, matar a Athena no era parte temprana del plan; apenas clavara el puñal todos en el Santuario morirían, y tal vez en toda Grecia también, incluyendo a Saga y Nicole. Pensaba hacerlo cuando aquellos que fueran útiles estuvieran lejos del radio, y tras formar un buen plan para excusar esa muerte repentina; había pensado en una plaga, pero si la situación se ponía fea y lo descubrían, o Nicole no llegaba con Niké, tendría que matarlos a todos, sin remedio. Cualquier cosa era ideal para cumplir con la profecía.

Pero esa batalla tan ruidosa que estaban teniendo… eso no era parte del plan. Iban a terminar atrayendo miradas curiosas que no le convenían para nada. Si el Santuario sentía ese choque de Cosmos que se mantenía al centro del cabo, haciendo estallar las olas como monstruos marinos y provocar vientos de cientos de kilómetros por hora, el Santuario se terminaría presentando. ¿Sería el correcto soldado espadachín? ¿El leal y orgulloso manipulador de las plantas? ¿El tétrico enfermo que olía a sangre? A esos quizás podría controlarlos…

 

Pero podía ser peor… Aquel de alas doradas. ¡Debía terminar!

—¡Saga, ya basta! No debemos estar uno contra otro, sino juntos. ¡Nosotros somos los más aptos para defendernos de las invasiones divinas y terminarlas para siempre! ¡¡Los mejor preparados para combatir la maldad y dirigir el mundo!!

—¿Tratabas de usar la oscuridad en mi alma, malnacido? ¡No te servirá, soy un Santo de Athena!

El iris de sus ojos era rojo, la Manzana sí había hecho su trabajo, pero su deseo de justicia y su voluntad estaban luchando contra su oscuridad, al mismo tiempo que peleaba con Kanon. Debía admitir que era impresionante. Él siempre había sido el más fuerte…

Pero no el más astuto. A la larga Kanon no iba a poder ganar, ni siquiera llevaba armadura para protegerse, así que dejó que la Explosión de Galaxias lo golpeara. Como esperó, Saga anuló su ataque apenas vio a su hermano indefenso, muestra de la bondad predecible que sería su perdición.

En ese momento aplicó la Ilusión Diabólica. No habría podido usarla en otras condiciones, pero ese era el momento más preciso. Sin embargo Saga había tenido un entrenamiento intenso en defensa mental, el efecto no duraría mucho, así que debía dar la orden rápido.

—¡Ma-maldito seas, Kanon! —gruñó Saga, agarrándose la cabeza con ambas manos—. ¿Qué me…?

—Se llama Ilusión Diabólica, hermano, no te resistas. Ahora… ¡ve a matar al Sumo Sacerdote! ¡Roba la Daga de Physis! ¡Dámela para que mate a los dioses! ¡Conviérteme en un dios, Saga Laskaris! —«Seré superior a ti, y a todos los demás. Lo prometo».

 

Pero Saga se golpeó con fuerza la frente, y todo acabó ahí, tan rápidamente que pareció una pesadilla. Con una intensa llamarada de Cosmos lo derribó y dejó inmóvil, y sin decir una palabra lo arrastró a una armería de Rodrio, cubriéndole la cara para no levantar sospechas y atándole la boca para que no hablara durante el camino hacia allá.

Siempre en silencio, le colocó una máscara de hierro y lo llevó de vuelta al cabo de Sunión. Kanon se convirtió en su pequeño secretito, uno que no se atrevía a eliminar.

—¡Eres un cobarde! —gritó a través de la celdilla en la máscara, pero Saga no se hizo el entendido.

—¿Señor Gemini? —preguntó uno de los guardias de la prisión bajo el cabo.

—Llévanos a la más profunda de las celdas, una donde no se vea la luz del sol —dijo Saga, sin emociones.

—S-sí —respondió el hombre a la orden, sorprendido por el enmascarado, como todo aquel que se cruzaron en el camino después de nadar hacia la prisión de la diosa Athena. Lo tenían atado de pies y manos, nada podía hacer.

—¡Tienes la misma oscuridad que yo!

—Silencio. —Lo cierto era que nadie más podía escucharlo aparte de Saga, culpa de la maldita máscara.

—Algún día te darás cuenta… ¡Descubrirás que yo tenía razón!

—Silencio —repitió su hermano.

—No te sirve de nada disfrazarlo, te conozco mejor que tú mismo, lo sabes. ¡Me liberarás cuando te des cuenta de tu error!

—Silencio.

—¡Mandarás el mundo al infierno por no hacerme caso!

—¡QUE TE CALLES!

Tras ese grito, lo único que recordaba era un Cosmos violento, oscuro y lleno de ira acumulada, aparte de un puñetazo en el estómago que lo apagó. ¿Era esperable algo distinto, en realidad? Debió recordar los registros históricos.

Las estrellas de la constelación de Géminis son las del conflicto. Aquellos gemelos nacidos bajo Géminis estaban destinados a pelear hasta la muerte. Pero nunca se consideró seriamente en el escenario en que él sería el perdedor…

 

***

—Pasaron unos días hasta que me enteré de lo que ocurrió esa noche en el Santuario. Aiolos fue culpado de tratar de matar a Athena.

—No te lo creíste —dijo Ikki. Ya no tenía caso resistirse a la Ilusión, había dicho ya demasiado. Solo debía hacer tiempo hasta que el efecto pasara…

—Claro que no, el tipo era un ángel sin cerebro, lo conocía desde niño. Eso significaba que el plan había funcionado: Saga había asesinado al Sumo Sacerdote bajo mi hechizo y el de la Manzana, y pensé que había culpado a Aiolos de ello. Lo que de verdad pasó lo deduje una semana después.

—Lo culpó de matar a Athena.

—Y se hizo pasar por el viejo, sí. Un plan arriesgado, hacerle creer a todo el Santuario que era Sion y disfrazar su Cosmos requeriría un manejo ilusorio de alto… altísimo nivel; y también dimensional para que el Santo de Géminis no se esfumara así como así. Yo no hubiera podido fingir eso, ja, ja.

—¿Entonces comenzaste a planear lo de Poseidón?

—Me había apresurado demasiado. Pero el problema persistía, pues si tuvo que culpar a Aiolos y perseguirlo así de desesperado hasta que Shura lo mató, solo podía significar que no había podido asesinar realmente a la niña. Había cometido un error, pues ni él ni yo pensamos que Aiolos de Sagitario aparecería.

Y volvió a relatar. No debía faltar mucho para disfrutar matar al Fénix.

 

***

Las celdas del cabo de Sunión impedían el uso del Cosmos del interior, pero eso no era totalmente cierto. Anular la naturaleza misma del ser humano era imposible. Kanon apostó por el viejo método de los Santos de Virgo para entrenar el Cosmos: no conversó con nadie, apenas comió o se movió más que de la cama hacia la pared, que golpeaba periódicamente para no perder la cordura.

Acumuló su Cosmos mientras pensaba en un plan mejor. Si Aiolos y la niña habían muerto en la persecución, entonces Saga de Géminis se había hecho con el control del Santuario, haciéndose pasar por Sion. Pero entonces, ¿por qué no había cambiado la estructura del refugio o su organización? ¿Por qué no había presencia de un nuevo dios cerca? ¿Por qué no habían muerto todos en Grecia?

Kanon concluyó que Athena seguía viva, y que era la legítima gobernante del Santuario, aquella que solo con existir lo mantenía en pie, lo que bloqueaba las aspiraciones de Saga. Eso significaba que algún día crecería y podía empezar una guerra civil con el refugio… Algo que debía aprovechar. Un tercero en disputa era la mejor opción, incluso si tenía que esperar décadas para que el nuevo plan se cumpliera y pudiera obtener lo que le correspondía por derecho.

Para confirmar sus sospechas, decidió acumular energía por tres años que se hicieron eternos, y la hizo estallar la Noche Buena del año 2000, cuando todos los efectivos de la prisión estaban celebrando.

Se disfrazó y tomó rumbo a Rodrio para informarse de la situación en el Santuario. Tal y como había supuesto, el Santo de Oro Aiolos de Sagitario había sido acusado de raptar e intentar matar a la diosa Athena, pero perseguido por los Santos de Oro fue asesinado por Shura de Capricornio, y la diosa traída de vuelta por DeathMask de Cáncer.

«DeathMask… Ja, ja, muy buen plan, Saga». Athena estaba en el Ateneo y el Sumo Sacerdote no permitía que nadie la viera. Eso confirmaba su teoría de que Aiolos la había salvado, que Saga nunca pudo usar la Daga, y que tampoco había encontrado su paradero. Cuando ella creciera y descubriera su verdadero origen, iniciaría una guerra contra el Santuario, y para eso faltarían más de veinte años.

 

Así que lo siguiente era aprovechar esa disputa con una tercera fuerza antes que la Oscuridad descubriera la presencia de Athena y decidiera atacar.

Mientras concentraba su Cosmos, en esos tres años, descubrió presencias extrañas bajo la prisión, en el fondo del mar Mediterráneo. Entidades misteriosas que no pudo reconocer, pero sabía que estaban allí. Si era lo que creía que era, entonces debía conocerlo.

Kanon se sumergió usando su Cosmos hasta el límite de una explosión, con todas sus fuerzas, enfrentando la intensa presión submarina. El cabo de Sunión seguía extendiéndose por abajo como una montaña inversa impenetrable, pero en ese momento le pareció que podía ser otra cosa.

Tras una hora de nadar, se dio cuenta que la presencia extraña que sentía no se acercaba, se mantenía exactamente igual de lejos, como si estuviera en una dimensión que no quería descubrirse. Así que, sin pensarlo dos veces, se quitó la escafandra y respiró. Si resultaba, llegaría a su destino; y si no…

Perdió la consciencia en pocos segundos, y al despertar se encontró con el Templo de Poseidón, abandonado quizás desde hacía miles de años. El único con el poder (y las ganas) de enfrentar al vencedor de la batalla entre Athena y Saga era el Emperador de los Mares, que apareció por última vez en Asgard, doscientos años atrás.

Cuando sus ropas se secaron con la luz que de alguna forma penetraba en ese mundo azul, oscuro y enorme, entró al Templo sin que nadie lo detuviera, el sitio estaba totalmente desolado. Había cascadas que caían de ninguna parte, pisos de cristal, decenas de estatuas sobre la era mitológica, y lo más importante: el tótem del poder de Poseidón, el Sustento Principal, que en la superficie se tornaba en el cabo de Sunión. Kanon pensó que podría ser de utilidad alguna vez.

El último lugar que visitó estaba en el ala este, tras una gran puerta de algo similar al oricalco, aunque de menos pureza y más densidad. Adentro había una sala circular con quince altares, y una gigantesca armería en la puerta trasera. Era el Salón de Escamas, donde reposaban sobre los altares las siete Superiores de los Generales, y las siete Medias de los Guías. En el centro, espléndida y majestuosa, estaba la armadura que pertenecía al Emperador del océano, las Escamas del dios Poseidón, que lo representaban de cintura para arriba, con una máscara dentro del yelmo con ojos de zafiro y una larga barba de piedra.

«¿Y ahora?», se preguntó mientras contemplaba la belleza de esas Escamas. El plan era muy bonito, pero nunca consideró qué iba a hacer en ese punto. ¿Los planes le iban a seguir saliendo mal?

 

Un fuerte viento que salió de la nada cerró la puerta tras de sí, y el salón se llenó inmediatamente de agua. Eso parecía, sus sentidos empezaron a jugarle una mala pasada desde que el Cosmos más impresionante que enfrentó en su vida se presentó al interior de esa habitación.

Se sentía mareado como si mirara el vaivén del mar de cabeza, pero sus ojos seguían puestos en las Escamas; se sentía empapado, incluso percibía sal en sus labios, pero sus ropas seguían completamente secas; sentía que un sinfín de olas enormes y violentas lo golpeaban y arrastraban hacia atrás, pero al mirar abajo descubrió que no se había movido de su sitio; sentía que se ahogaba, aunque todo lo que había a su alrededor era aire; y se sentía pequeño, infinitamente pequeño.

Las Escamas del Emperador estaban rodeadas de un aura azul terrorífico, tan grande como el océano, tan brillante como el zafiro más puro, tan sagrado que le hizo caer de rodillas cuando su cuerpo no pudo sostenerse. Ya no estaba solo, había alguien más ahí, muy superior a todo lo que conocía.

¿Galeh Dulin? —preguntó una voz tan brava como el mar y tan atronador como un terremoto, que se oía desde todos lados al mismo tiempo, e incluso al interior de su mente.

—¿Eh? —Kanon no pudo evitar asustarse; el sudor corría por su frente y una gota colgaba incómodamente de su mentón, pero no era capaz de mover el brazo para quitársela.

¿Galeh Dulin? —repitió la voz, aún más asombrosa, en un idioma que no conocía. Probablemente atlante.

Sintió que el Templo se le caería encima en cualquier momento, ¿acaso se había equivocado? ¿Se había dado demasiadas virtudes? ¿Cómo iba a manipular a esa bestia tan antigua?

 

«No. Debo mantener la calma. Es lo que merezco». Aquel que mate a un dios, se convertirá en un dios, no podía olvidarlo. ¿Qué estaba diciéndole ese ente de otra dimensión? No era «vete de aquí», era como una pregunta. Quizás «¿qué haces aquí?». Sí, podía ser, pero a pesar del gran poder en la voz no sonaba tan furiosa. La pregunta que te hace alguien, cuando un polizón entra así a tu templo, debería ser…

«¿Quién eres?»

—Mi-mi nombre e-e… —Tragó saliva y se repitió una vez más que no se iba a ahogar ni una ola lo iba a aplastar, solo era la sensación de estar de pie frente a una divinidad—. Mi nombre es… Jano, Emperador Poseidón.

—¿Jano?

—S-sí. Soy el cuidador de su Templo, mi señor.

—Jano… Ya veo. —El estruendo se calmó un poco, pero el mareo, el ahogo y el sentimiento de inferioridad continuaron—. Estoy durmiendo en el Olimpo, he dormido por miles de años desde que Athena me encerró en la vasija, excepto una vez que me forzaron a despertar hace dos siglos, pero en mis sueños descubrí un intruso en mi Templo. Ese intruso dice ser el cuidador de mi Templo. ¿Por qué debería creerte?

«¿Está durmiendo? Ya entiendo. Se dice que su alma está en un ánfora en las tierras de Asgard, pero desde ahí va a parar al Olimpo, y ahora está soñando. O sea que es más fácil de manejar».

—Lamento interrumpir su sueño, mi señor. La verdad es que no tiene razón para creerme, no valgo nada, no tengo importancia.

—¿Entonces?

—Solo creí… —«Vamos, vamos, ¿qué debería decirle a un dios como él?»—. Creo que debe entrar en acción, Emperador. El mundo es un desastre, nada en la inmundicia, la envidia, la lujuria, la guerra, la depravación, la ira, el dolor, la guerra y la muerte. En todos estos años, la protectora del mundo no ha conseguido su misión de salvarnos, pensé que despertarlo sería…

—¡Yo decido cuando volver a la Tierra!

 

El grito le hizo tambalear, sintió que se le llenaron los pulmones de agua y que le explotaban los oídos, pero se recuperó lo mejor que pudo.

—¡S-sí!

—El sello de Athena ya debe haberse debilitado lo suficiente. Si lo quisiera podría despertar en Asgard, donde está el ánfora, e iniciar el Mabelmok, pero no tengo prisa. Lo que hizo esa niña desde el principio no tuvo importancia.

—Tiene razón, mi señor… —dijo Kanon, y bajó la cabeza con respeto a la vez que ocultaba una sonrisa. ¿Así de mimados eran los dioses?—. Y, sin embargo, me veo en la obligación de informarle que Athena acaba de llegar a la Tierra.

—¿Qué dices? —Por un breve instante, el Cosmos de Poseidón disminuyó de golpe, y Kanon se preguntó si había dejado de soñar. ¿Había despertado en el Olimpo? No, por algo estaba sellado en el ánfora. ¿Soñaba con otra cosa? ¿Tal vez buscaba algo o alguien? Pero solo tuvo que esperar un minuto para que el dios regresara en todo su esplendor—. Es extraño —dijo, como si nunca se hubiera ido y la conversación hubiera seguido su curso natural—, ¿será acaso que ya se enteró de mis intenciones para volver a la Tierra? ¿Busca una batalla conmigo?

—Es… probable, mi señor.

Hemos luchado tres veces a través de las eras. Su primera guerra como humana fue contra mí, pero desde la última ya ha pasado muchísimo tiempo. En mi sueño ya estaba pensando volver, ¿y justo ahora ella también? Hace doscientos treinta años me obligaron a despertar brevemente, y cuando tomé el control de mi avatar pensé en combatir con ella, pero no lo hice. Volví a dormir.

—¿No combatió con ella?

Ahora que recuerdo ella ya estaba en medio de una batalla, por eso no interferí, no convenía a ninguna de las partes. Estaba peleando con… ja, ja, pero claro, con él, la obligó a usar el límite de sus fuerzas y vidas, ¿verdad? —Poseidón no le dio tiempo a responder. Como en un sueño, parecía estar luchando con sus recuerdos reales—. Imagino que el tiempo se acabó y él volverá, por eso Athena ha regresado también.

—¿Ha-habla de…?

Escucha, Jano —interrumpió Poseidón, como solo un dios puede hacerlo, sin parecer irrespetuoso—. No tengo intenciones de esperar más tiempo, acabo de mirar el universo que Athena debía guardar, y tenías razón. ¡Hubo dos Guerras mundiales en dos décadas! Esto debe acabar.

—Sí, se hará lo que ust…

Pero para volver necesito atravesar el universo dimensional que separa su mundo del Olimpo en que duermo, y para llegar a donde necesito, requiero de mi arma guía, la que Athena escondió en las tierras de Mu.

—La traeré aquí, mi señor.

—No. Como dijiste, eres solo el cuidador y no tienes importancia. Pero con mi despertar, el primero de mis Generales, el Mok Bipan, se alzará y llegará aquí guiado por sus Escamas. Puedes decirle lo que sabes, si tanto quieres ayudarme.

—Sí —«…Malnacido dios de m*erda».

—Saldré a través del ánfora de Athena que permanece en Asgard. Cuando el momento llegue, deben destaparla, o quedaré entremedio de las dimensiones y no podré tomar control completo de mi avatar, será un humano con mis poderes y voluntad, pero no será Poseidón. Y yo solo podría aparecer si el humano queda al borde de la muerte, pero con mi poder sería imposible, así que deben destapar la olla donde esa chiquilla me encerró.

«Claro. Estar dormido por tantos años le ha hecho pésimo a tu juicio, dios tarado. El mundo se ha vuelto mucho más desleal y miserable desde que estuviste aquí por última vez, fracasado».

—¿Su avatar? —pregunto tragándose sus pensamientos, haciendo como que no sabía de qué hablaba.

Nuestro poder está más allá de la imaginación humana, no podemos estar en su mundo con nuestro verdadero cuerpo, o lo destruiríamos con solo pensarlo, y yo amo este mundo. El avatar que ocuparé esta era es el heredero de la fortuna Solo, la familia más importante del Mediterráneo. Se llama Julian. Cuando cumpla diecinueve años despertaré en su cuerpo y comenzaremos la limpieza del planeta. Hasta ese día quiero que cuiden de Julian Solo. El Mok Bipan se hará cargo.

—¿Es de confianza?

Por supuesto que sí, me es leal incluso sin saberlo.

—¿Qué pasará con Athena?

Dijiste que acaba de llegar a la Tierra, así que es solo un bebé, no tiene ninguna significancia. Por lo pronto, reúnan a los Marina y prepárenlos para la Guerra Santa. ¿¡Entendido!?

—¡Sí, señor! —respondió Kanon, pero al pronunciar la última sílaba, volvió a respirar con normalidad, recuperó el equilibrio y la movilidad; el Cosmos absoluto que parecía abarcar todo el universo se desvaneció como si nunca hubiera estado allí. Eso significaba que pronto atravesaría el espacio-tiempo para llegar a la Tierra cuando Julian Solo cumpliera diecinueve años—. Ja, ja, ja, pero nunca lo harás.

 

Decidió dejar que el destino siguiera su curso.

El Mok Bipan llamaría a los Marinas de Poseidón, mientras que Athena crecería y maduraría hasta poder enfrentar a Saga en el Santuario.

Vigilaría los movimientos de los Santos y también de los Generales, hasta hacerse con el puesto justo antes de que se reunieran en el Templo. También iba a entrenar, a aprender más de las profundidades del Cosmos y la manipulación de la realidad misma. Retrasaría el despertar del Emperador hasta que la Guerra Civil terminara. No importaría quien ganaría, ya que Julian Solo y su Armada acabarían con ellos aprovechando su debilidad. A la Oscuridad solo le interesaba enfrentar a la luz de Athena, sin ella no haría nada; así que si ella derrotaba a Saga, haría que Poseidón la asesinara lo más pronto posible. En condiciones normales, solo un dios podía vencer a otro dios.

Y cuando Saga y Athena fueran cadáveres, se aprovecharía de la confianza de Poseidón y lo asesinaría con la Daga de Physis o con la flecha de Aiolos, que estaría desprotegida. El plan tardaría mucho en completarse, pero era perfecto, y después de tres años sin hacer nada había aprendido a tener paciencia. Además, muchas cosas pasarían por sí solas, como la aparición de monstruos marinos por la presencia interdimensional del dios.

 

Robó un anillo de entre las reliquias del Templo que absorbió parte del Cosmos de las Escamas de Poseidón cuando se manifestó, y se lo dio a un viejo idiota de Asgard a quien le ofreció el Santuario, a cambio del ánfora. Después de mostrarle la Otra Dimensión por primera vez, salió al invierno eterno del norte, y contempló como su sueño estaba por cumplirse.

—Me convertiré en un dios, nadie podrá resistirse a mí, seré invencible. ¿Lo ves, Saga? ¡Así era como se hacían las cosas, ja, ja, ja!

—Me temo que no puedo permitir que se cumpla ese deseo, Kanon.

—¿Qué? —Se volteó rápidamente cuando sintió ese Cosmos tan familiar a su espalda, y descubrió que todo era una trampa de los dioses—. ¡No puede ser!

—Manipular a Poseidón, Athena y a mí. ¿Crees poder salirte con la suya así de fácil? —preguntó Saga de Géminis, vistiendo su maravillosa y resplandeciente armadura de Oro, y con sus naturales ojos verdes—. Lamentablemente ese tipo de pecado se castiga con la muerte.

—Soy mucho más poderoso ahora, hermano, enfrentaré lo que quieras. —Se puso en guardia y encendió su Cosmos, pero no salió ni una sola llama de sus poros—. ¿¡Qué demonios!?

—Yo no voy a castigarte, Kanon. Los dioses ya lo están haciendo.

—¿Qué? —Y al pronunciar la palabra, la lengua se separó de su garganta y cayó al suelo, convertida en un gusano. Cuando se llevó las manos a la boca, sobre ellas cayó uno de sus globos oculares, plagado de hormigas, justo antes que se le empezara a quemar el cuerpo y los cuervos se arremolinaran a su alrededor para comerse su piel.

 

***

Un estruendo remeció todo el fondo submarino. Venía del Templo.

—¡¡¡MALDITO SEAS, FÉNIX!!! —gritó cuando descubrió la treta. Se puso de pie y encendió su Cosmos, tan alto como pudo.

—Lo último fue un añadido personal para que entiendas lo poco que eres, pero el resto es lo importante —dijo Ikki, debilitado, no habían pasado ni diez minutos porque sus heridas no habían sanado—. Antes que se acabara el efecto de mi Ilusión, me contaste todo lo que necesitaba.

—Que lo sepas no sirve de nada, vas a morir aquí de todas maneras. —Algo malo estaba pasando en el Templo, probablemente Ofiuco estaba allí, o tal vez uno de los otros Santos. Si la situación se salía de control, todos sus planes se irían por el desagüe.

—Estás debilitado por mi Ilusión, no podrás…

—¡Silencio, Fénix! —Kanon hizo estallar su Cosmos y chocó ambas muñecas con todas sus fuerzas.

Era la Explosión de Galaxias que pertenecería a un dios.


Editado por -Felipe-, 07 febrero 2016 - 11:27 .

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#437 Piscis no Afrodita

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Publicado 07 febrero 2016 - 12:46

Excelente capítulo Felipe, y rápido al parecer que bueno :)

Comenzemos con el principio (dah), aca solo puedo traer a colación la dichosa frase, "del apuro solo queda el cansancio", este tipo tiene paciencia pero eso lo llevo a un exito casi perfecto si no fuera por la pandilla de entrometidos de Scooby Doo y su combo ¶Bv

La escena de el enfrentamiento que marca el destino de todo geminiano, a sido bastante bueno enfrentamiento simple, aunque tal parece que era necesario hacerlo asi, mas sin cintar lo de "lo sabes" fue bastante bueno, no se porque pero eso me gusto

Ya cuando es encerrado en cabo sunion, pues fue extraño, no pude evitar pensar que seria una buena conexión que Athena lo salvara (aunque es incoherente de todas maneras, dado a que para aquel entonces Athena vendria siendo una bebe, hablando del MO, y no se porque vendria a importarle alguien como kanon y si quiera saber de su existencia, osea nunca entendi eso en la obra original :v), y por eso es que la influencia de la manzana iría poco a poco desvaneciendose y asi es como este tendria su "reivindicación", pero no fue asi, me trolleaste :v rata :v

Bueno, cuando cae al mundi submarino, se vuelve a evidenciar el increible poder de un dios (hablemos de manera general, ya que me imagino que todo harán algo parecido pero a su estilo, ya quiero ver como hace sentir Hades, ya que si este te hace sentir ahogado y azotado, mmmmm, hades te debe de pudrir que se yo, ya veremos y Ería pues no se que haras con ella, pero sigue siendo una divinidad por lo que algo debe de hacer), fue bastante buena la escena, y el dialogo, en este segundo caso, no comprendí si estaba entre lo planes de Kanon usar a poseidon de alguna forma, o no las estaba? Me confundí :v

Bueno, el plan de Kanon fue meticuloso y preciso hasta que aparece el tipico sin cerebro que lo arruina dado a que nadie esperaría de verdad que hiciese algo, a ha ha que haríamos sin ellos :3

Bueno ya deberia el siguiente capitulo centrace en tu querido Shun de Andromeda, veamos si puedes sacarme de la duda que me dejo el Manga Original sobre si este fue afectado por el poder de la sirena si o no, kurumada desgraciado haciéndonos pensar mas de la cuenta -_-

Saludos Felipe

Pd: nuestro periodo es agosto-septiembre XD

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Publicado 07 febrero 2016 - 14:56

KANON
LA AMBICIÓN DE UNA SOMBRA
 

Lo................ no tan bueno:

 
-la conversación entre los gemelos fue un poco regular
 
-lo del efecto secundario de la daga me pareció algo............bastante.............exagerado<_<
 
-Kanon imitando a los dorados de Virgo...............tienes suerte que los
sagistas o shakistas no lean muchos fic............mejor ve haciendo tu testamento XD:s55:

 

 
 

Spoiler

 
 
 

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Publicado 11 febrero 2016 - 12:21

Excelente capítulo Felipe, y rápido al parecer que bueno :

Gracias!!

El plan de Kanon era muy bueno, pero esos cinco mocosos siempre están ahí molestando, arruinando buenas ideas. Son desesperantes.

La pelea tenía que ser simple, porque como él mismo piensa, si duraba más habría atraído miradas curiosas, y no quería eso. De haberlo hecho sin alargar la escena, tendría que dar explicaciones de por qué no llegó gente del Santuario a ve qué estaba pasando en Sunión jaja

 

La escena de Athena salvando a Kanon es una de las más GRANDES incoherencias de Kurumada que se sacó de la manga al final de la saga de Pose. No tenía ningún sentido (y de hecho Kanon lo menciona tanto en manga como en anime). Ella era un bebé, ¿cómo iba a ayudar a Kanon? Más aun, ¿¡por qué!? Ella no lo conoce, no sabe lo que tenía planeado, ¿pero aun así lo salva? Aunque claro, todo eso fue según Ikki, quizás fue por efecto de los golpes en la cabeza. Posiblemente Kanon se salvó por pura suerte no más... En cualquier caso, como aquí no iba a estar unos días, sino 3 años, fue más fácil. Además, recuerda que esta prisión no se hunde, es una cárcel real, con reos guardias y todo, que apareció en los capítulos de Shaina antes de Poseidón. Lo de la manzana... todavía puedes tener razón, ya verás xD

 

No tengo idea cómo hacer a Hades todavía. Piensa que este Pose es solo el alma que se le apareció a Kanon desde su sueño en el Olimpo a través de un ánfora y una multidimensión. Contra Shaina estaba en un cuerpo humano, sellado. Hades,en cambio, va a estar en su cuerpo real (a menos que lo cambie también). No tengo idea cómo lo voy a hacer ahí. Eris es un caso diferente, no solo porque es menos poderosa que estos dos, sino que son otras cosas. Las verás en el spinoff (que ya lleva 3 capítulos, pero reconozco que me está costando seguir la trama en algunas partes jaja)

 

El plan de Kanon es manipular a Julian, que solo tiene algunos recuerdos/conocimientos y parte de los poderes de Poseidón, gracias a su cargo de Gran General. Todos los planes son suyos, pero le hace creer a Julian que son de él y su "voluntad divina". Ese es su plan. Luego la cosa era esperar a que Saori o Saga murieran, que Julian matara al sobreviviente cuando estuviera débil, y finalmente terminar con Pose con la Daga.

 

Ahora verás la primera parte del Shun vs Sorrento, y lamentablemente las respuestas que quieres irán en la segunda parte.

Saludos!!!

 

 

KANON

-la forma en que encontró el templo de poseidon fue.......aceptable

-la conversación entre Don pose y Kanon,el gemelo tiene suerte de
que el olimpico no sea telepata,Al parecer Saori no es la unica tonta de su familia XD

-la ilusión final del fenix en donde aparece Saga

-pobre fenix parece que lo van a convertir en pollo frito[/spoiler]

- La conversación fue rápida, sí, no me compliqué mucho la vida con ella, aunque alargué mucho la del manganime. Así que lamento eso, trataré de hacerlo mejor para la próxima versión.

- ¿Se te ocurría algo mejor para una daga que podría solucionar todos los problemas de la vida en un santiamén? xD Es un arma que puede matar dioses, algo que en la historia pocos han hecho, y esos fueron otros dioses, y en una época muy, muy previa de la historia. Incluso los Titanes fueron sellados en el Tártaro de nuevo. Si tienes un arma así, no habría Guerras Santas, pero Athena nunca se ha arriesgado a usarla por la matanza humana que causaría el acabar con un dios, y porque confía en sus Santos ciegamente. No es cualquier cuchillo.

- Kanon busca atención, por eso imita a sus dos rivales jaja Solo le faltó Aiolos!

 

- Gracias por todos esos aspectos positivos que le viste.

- Lo de DM es ya casi un gag de Mito jaja Saga, Shaina, Shiryu, Shura, el mismo DM y ahora Kanon han hecho ese comentario de "¿DM la salvó? ¿Cómo pude creerme eso?" Y voy a seguirlo usando xD

- En mi fic, el templo del Poseidón no es algo a lo que puedas acceder simplemente nadando, ni con el mejor submarino. Tienes que rendirte al poder de Pose, intentar ahogarte, no forzar a nado. Recuerda, el Sustento Principal ES el cabo de Sunión, hay mucho Cosmos concentrado allí, tanto de Pose como de Athena.

- Lo de la estupidez de Poseidón, imagina responder una importante llamada telefónica a las 4 de la mañana, todavía algo ebrio jaja

- A Ikki le va a caer la noche, sí jeje

 

Muchas gracias por el review T :D

 

 

***********************************

 

SHUN VI

 

Aproximadamente catorce horas desde el encierro de Saori Kido.

Ciento doce veces cayó desde el océano Antártico hasta el Atlántico; las heridas de las peleas con Ío y Kaça no hacían más que empeorar, su brazo estaba casi negro de tanto limpiarse la sangre de su cara, aun olía su piel quemada, y los cortes de los animales se negaban a cicatrizar. Su reloj había sido devorado por el lobo, así que no sabía cuánto había tardado desde que Kiki lo despertó hasta que se topó con la sombra del Pilar.

Estaba en la cima de un monte rodeado por los más hermosos corales que hubiera visto, de un tono índigo tan plácido que se olvidó de sus heridas por unos segundos. Estaban repartidos a lo largo y ancho del patio de azules y cuadradas losas, también formaban altísimos muros de arrecifes, o salían de un barranco tras un templo parecido a una capilla, con estatuas de hadas con alas de mariposa en la cima, alrededor de una figura que representaba a Pan, el dios que protegía los bosques; los corales incluso adornaban la columna dando vueltas alrededor como un árbol de navidad.

También había un sinfín de flores de tono violeta flanqueando la escalera que llevaba hasta el monumento. Allí el piso se convertía en mármol blanco con reflejos lilas, y contaba con un relajante estanque decorado con la estatua de un ángel pequeño que rezaba con las manos juntas, y las alas apuntando al Pilar. Éste era de tono rosáceo, casi blanco; tenía una base cuadrada, subdividida en gradas ordenadas una encima de la otra como las pirámides, sobre la que iba la segunda base cilíndrica, adornada con dibujos en relieve de ángeles, hadas y sirenas. Luego seguía un anillo muy grueso, también decorado, del que surgía la superficie pulida de la columna hasta que se perdía en las aguas.

¿Cómo podía una vista tan bella representar algo tan horrendo como la exterminación humana?

 

La más bella de las melodías le hizo estremecer y caer por vez ciento trece; dio al ambiente un aire de melancolía, tranquilidad, pureza e infinita quietud, el sonido de una flauta dulce desde algún lugar oculto de la zona.

—No veo al guardián —dijo Shun al llegar arrastrando los pies a la base de la escalinata. Su cadena no reaccionaba a presencias enemigas, y no percibía otra cosa que el aroma a fragancias florales y la incesante tonada de flauta.

Cayó otra vez al piso, agotado todavía más. Era como si alguien succionara sus fuerzas, lo hundía poco a poco en la modorra.

«No… no puedo rendirme aquí». De alguna forma sus piernas lo levantaron y miró nuevamente al Pilar, tras otra seguidilla de escaleras que no tenía ganas de subir. No sabía cuánto tiempo había corrido, pero estaba exhausto y muy herido, solo su Cosmos lo mantenía vivo. Éste llevaba a cabo una tarea impresionante: en lugar de apagarse, se elevaba cada vez más.

Solo le quedaba esperar a Kiki y…

—Así que tú eres la presencia enemiga que sentí —dijo una voz, detrás de él.

Shun se volteó y se encontró con un joven con alas subiendo las escaleras mientras tocaba una flauta traversa de tonos dorados como los de sus Escamas, un sinfín de piezas pequeñas unidas sin saber cómo, dándole una figura intimidante en su elegancia. Iba con los ojos cerrados y las alas plegadas, y no emitía ningún tipo de aura violenta.

—Tú… eres el guardián de este lugar. —A menos que se equivocara, eran cinco los temblores que ya habían remecido el mundo marino, por lo que restaban dos Pilares por destruir. Ikki, Hyoga y Seiya habían partido del océano Antártico antes que él, por lo que uno de ellos debió destruir alguno, probablemente Hyoga, ya que sentía la ínfima presencia de su hermano al otro lado del océano, y el débil Cosmos de Seiya igualmente lejos, hacia el Mediterráneo.

—Eres Andrómeda ¿no? —advinió el General con voz muy clara, a pesar de ir tocando una flauta mientras lo hacía—; te felicito por llegar aquí y sobrevivir a las heridas que te provocaron el Tolgwelig y el Sihkaden. Mi nombre es Sorrento, el Nishlish, Sirena en tu idioma.

—Sorrento de… Sirena. —Sus piernas temblaban, y la melodía era casi una canción de cuna, no le estaba ayudando nada.

—Mírate, estás pálido, a duras penas puedes mantenerte en pie. —Sorrento bajó la flauta, y la preciosa sonata al fin acabó. Lo estaba subestimando—. No eres capaz de dar batalla, ¿por qué viniste aquí, entonces?

—Tengo una misión que cumplir. —Shun soltó las cadenas, pero ninguna de ellas emitió intenciones de pelear. Hizo caso omiso—. Debo destruir el Pilar, no te interpongas, por favor.

—Je, je —rio el General como quien disfruta de un buen espectáculo, sus rizos castaños danzaron para seguir la canción que dejó la flauta—. Lo que digas, pero nada cambiará el resultado de esta guerra. Lo mismo con nuestra pelea, que imagino iniciará eventualmente, pero que concluirá en solo un posible resultado.

—Es imposible saber el resultado de una batalla hasta q... —Shun no quería que lo subestimaran, pero un repentino calambre en el cuello le hizo callar y sonrojar, avergonzado de su propia debilidad.

—Vaya, vaya. —Sorrento se acercó y pasó junto a su lado, como si no tuviera importancia. Sus ojos dorados y astutos estaban fijos en el Pilar—. No tengo ningún interés en pelear con alguien medio muerto. Retírate, o tocaré otra vez.

—Mientras uno de nosotros tenga la intención de combatir, entonces no se dará fin a la pelea. —Nuevamente levantó las cadenas, pero estas parecían pesar varias toneladas y se estrellaron desanimadas—. Mientras arda mi Cosmos voy a pelear por la paz.

—Ajá, como digas. —Sorrento cerró los ojos y ni siquiera se puso en guardia.

—¡Vamos, cadena! ¡¡¡Ahhh!!! —gritó Shun, cuando se le abrió una herida en el estómago tras utilizar sus fuerzas físicas. Las cadenas no tenían intenciones de pelear, y el General, si bien sonreía con confianza, no parecía hacerlo de malvado y arrogante. Viendo como salió su sangre cuando arrojó la cadena, comprendió que la postura de Sorrento era perfectamente válida.

—No hagas eso —repuso su enemigo, y con un rápido giro de mano, golpeó la cadena con la flauta y la regresó hacia Shun. Fue incapaz de evitarla y quedó enterrado en el piso llevado por el Cosmos impreso en el retorno.

 

—Ah… Im-imposible… ¿Qué me…?

—Ya te lo dije. —Sorrento abrió los ojos y se acercó a Shun, sin aires de amenaza. Esos ojos no emitían nada negativo, llegaba a ser desesperante—. No te quedan energías; por más que tu mente desee pelear, tu cuerpo tiene límites. Mi obligación es asesinarte, pero no quiero matar a un indefenso.

—¿Y qué hay… con los inocentes de la superficie? ¡Los están matando con sus olas y sus monstruos! —Trató de levantar, pero sus brazos no eran capaces de sostener el peso de su cuerpo.

—Por eso dije indefensos. Eres peculiar, Andrómeda, tus ojos indican algo anormal, una ausencia de manchas evidentes; no pareces un guerrero. Pero no se necesita llevar armadura para ensuciar tu alma.

—¿También eres de los que repiten que las personas son malvadas? —Shun se puso de pie y usó otra vez la Cadena Nebular tras explotar su Cosmos. Ambas armas parecieron decidirse a pelear, pero Sorrento se llevó la embocadura de la flauta a los labios y emitió un breve silbido como respuesta.

La breve nota hizo estremecer a Shun y le volver las rodillas al suelo con graves dolores. Cuando abrió un ojo, lo primero que vio fue un eslabón con forma de pirámide que le perforó el peto, y una esfera que lo arrojó al piso de espaldas con un duro golpe en la cabeza desprotegida desde que el Gran Tornado destruyó el yelmo de Andrómeda.

 

El General de Sirena no parecía haberse esforzado más que para acariciar la superficie del agua en el estanque junto al Pilar.

—No me corresponde a mí juzgar, sino al… Emperador Poseidón. —A pesar del cansancio hasta en sus ojos, Shun notó un breve titubeo en el rostro de Sirena, uno que dudó antes de nombrar a su dios, y se preguntó los motivos de ello—. Si eres malvado, las olas te acabarán, y si eres bueno, te salvarás. Y ahí entra esta rara contradicción, Andrómeda.

—¿Contradicción? ¿De qué estás…?

—Se me dieron tres misiones primordiales —interrumpió con una cortesía sinigual—.  La primera, llevar a Athena al Templo.

—¿Qué? —Shun se puso de pie de un salto. Uno extremadamente doloroso que le hizo trastabillar y volver a tocar el piso con la rodilla—. ¿Tú trajiste a Athena aquí? —«Pero Aldebarán estaba haciendo guardia»—. ¿Acaso tú causaste la muerte de Aldebarán de Tauro?

—Segundo, eliminar a los intrusos —siguió Sorrento, haciendo caso omiso a su pregunta—; y tercero, proteger a los buenos de corazón que las olas no ataquen. ¿Pero qué hacer contigo? Peleas, has derrotado Marinas, te infiltraste en nuestro territorio, pero tus ojos no son los de un guerrero, sino los de aquel que no mata ni una mosca. —Sorrento le dio la espalda y bajó el brazo con su flauta, ni siquiera alcanzó a encender su Cosmos antes de menospreciarlo así—. ¿Cuál de mis tres obligaciones se ajusta a tu situación? No puedo eliminar  a un intruso que las olas no destruirán; pero tampoco puedo proteger a un enemigo. Llegué a la conclusión de que lo mejor será que te retires. Vuelve a la superficie, de seguro te salvarás, y dadas tus habilidades, después podrás unirte al ejército de… Poseidón.

 

Otra vez el titubeo, el rastro de duda en Sorrento. En Shun, la recurrente sensación de humillación y debilidad. Y no era solo las heridas acumuladas o el agotamiento, sino que podía saber, solo con mirarlo un poco, que Sorrento no era un General común y corriente; era poderoso, y extremadamente peligroso, era obvio que lo había dañado muchísimo con solo emitir una nota de su flauta. Y había vencido a Aldebarán de Tauro también, aquel Santo que se enorgullecía de la potencia de su ataque.

¿Debía usar la Tormenta Nebular? Esa técnica drenaba todo el poder que le restara para usarlo como ataque, había asesinado a Aphrodite con ella… ¿Pero sería lo mejor? Ni siquiera sabía si le quedaban fuerzas suficientes, ¿y qué pasaría si no lograba derrotarlo? Habría desperdiciado su vida en vano, no siempre sería salvado por un milagro. Además sentía que Sorrento de Sirena no merecía morir. No así, al menos. Quizás solo con la Corriente bastaría para amedrentarlo.

No pudo ponerse de pie, pero liberó la energía transformada en un viento rosáceo que salía de cada poro de su cuerpo, que se extendió por la zona como un tifón y rodeó a Sorrento. Paralizarlo, no podría llevarse la flauta a los labios.

 

Sorpresivamente la melodía se escuchó en cada rincón de la plaza, aunque Sorrento no parecía estar tocando. Era una tonada suave, triste y muy bella, pero que parecía escalar progresivamente en una misa de réquiem, con notas más altas y una velocidad mayor.

Junto con su propio Cosmos, una infinidad de pétalos azules cayó desde el cielo, tan alto como la cima del Pilar, arrojados por seres luminosos imposibles de definir. Los corales alrededor empezaron a danzar.

—¿Qué es lo que pasa?

—Lo que oyes es la Sinfonía sin Escapatoria.

—¿Sinfonía? Pero… ¡Ah! —Sus oídos le dolieron mucho de pronto, aunque la música no era especialmente fuerte ni estridente. Era un timbre muy hermoso, pero al mismo tiempo parecía arrebatarle el espíritu. Se sentía tan débil que hasta abrir los ojos se hacía difícil.

—No debiste atacar, Andrómeda —advirtió Sorrento, sonriendo como un niño, pero no uno malo, sino como con inocente compasión—, me obligaste a escoger entre mis misiones, y no elegí la que te convenía. Algo está ocurriendo en el Templo, parece que alguien se infiltró, así que no puedo perder tiempo aquí.

—¡No! ¡No voy a escuchar esta música! —Shun se tapó los oídos con tanta fuerza como podía en ese estado, pero oía esas notas bellas y peligrosas tan nítidas como antes—. ¡¡¡Rayos!!!

La Corriente Nebular no fue capaz de contener a Sorrento de Sirena, y éste caminó hacia él evaporando su Cosmos con sus gigantescas alas doradas.

—Cubrirte los oídos es completamente inútil, Andrómeda. El sonido de esta Flauta Mágica resuena directamente en tu cerebro, no a través de tus orejas. —El General abrió muy grandes los ojos y atravesó su alma con ellos—. ¡Desde que esto comenzó, el final estaba claro! Solo hay una salida posible, no hay otra opción, ¡no se puede escapar del destino!

—Siempre hay más opciones… ¡ah! Es-es posible salvar a la gente… y-y por eso debo… ¡¡ahh!! Des-destruir ese Pilar… —Shun cayó de espaldas, y se olvidó de la cuenta de caídas. El dolor era más espiritual que físico, casi reconfortante. En otras condiciones podría ser hasta envidiable morir de esa manera, con esa música tan hermosa de fondo. Cada nota parecía tomarlo de uno de su mano, guiándolo hacia el mundo de los muertos y el descanso final.

—Para eso tendrías que detener esta Sinfonía, y como ves, es imposible. Ni siquiera Aldebarán pudo resistirse y se rompió los tímpanos con sus dedos en un intento de salvación. —Sorrento bajó la mirada con tristeza, y a Shun le pareció ver un brillo como el de una lágrima bajo el yelmo alado del enemigo—. Desde que empiezo a tocar el destino de mi contrincante es sellado.

—No… ¡¡no será así!! —Shun trató de desencadenar la Tormenta, su mejor técnica, pero su Cosmos no se dignaba a salir, se quedaba casi inmóvil flotando a su alrededor, como hojas de otoño mecidas por el viento.

 

La Sinfonía empezó a acelerarse y se acercó peligrosamente a su punto de inflexión, el que tiene toda obra musical; Shun tuvo un mal presentimiento, temor indescriptible ante esa situación potencial.

—Es inútil. Mi último compás es el Clímax, el cual termina matando a quien escucha la melodía —reafirmó Sorrento—. Las almas malvadas oyen un horrible chirrido antes de irse al infierno, como tantos en este mundo que han arruinado familias, hogares, vidas a lo largo de los siglos y siguen impunes. —Había un tono de horror e ira muy bien disfrazado bajo sus palabras enriquecidas por la melodía, un corazón sufriendo que no deseaba—. En cambio, los buenos de corazón van al Más Allá con la más bella de las canciones, y descansan de este mundo tan injusto.

—Sorrento… ¿Acaso tú…? —Había algo más. Una pena interna, una herida del alma sin cicatrizar.

—¿Por qué peleas, Andrómeda?

—¿Qué? —Shun se detuvo justo cuando comenzaba a erguirse, y el esfuerzo que usó fue anulado por lo súbito de la pregunta. ¿Qué era eso tan repentino? Era como si hubiera leído sus pensamientos.

La Sinfonía se transformó en una sola nota aguda que se congeló mientras conversaban, intensificando la tensión.

—Eso es lo que debes responderte. ¿Para qué tratas de levantarte de nuevo? Mira todo lo que ha pasado hasta ahora, recuerda a todas las personas con las que has combatido, a aquellos a quienes has arrebatado la vida, y pregúntate si algo cambió con todo eso.

—¿De qué estás…? —Pero Shun recordó. Las Sombras, Aphrodite, Ío, los Cetos, y los hombres que habían asesinado sus compañeros. De un momento a otro, Sorrento se había metido en su mente, e hizo entristecer a su corazón. ¿Para qué había servido tanta sangre, en todo caso? ¿Sería por eso que las cadenas no habían atacado? ¿Se habían rendido?

Athena trataba de mantener el equilibrio en el mundo, ¿pero cuál era el costo de eso?

—Las batallas causan otras batallas, y la muerte causa otra muerte. Solo un dios puede cambiar eso, Andrómeda, así que no tiene caso que te levantes. Si no tienes una respuesta a la pregunta que te hice, entonces no tiene sentido que sigas entregado a la guerra.

—No puede ser… —¿Por qué había estado peleando? ¿Por qué se arrastró desde un océano a otro para cumplir una misión, si tras ella solo vendrían otras muertes? ¿De qué servía el esfuerzo si las mejores intenciones no eran suficientes?

—Despídete de este mundo, Andrómeda, tu destino era encontrar la muerte en mis manos.

 

Culminó un verso y la primera nota del estribillo fue como una puñalada en el alma. Shun sintió paz y quietud en su interior, aunque su garganta gritaba de dolor, y todo mientras duraba esa larga redonda.

Pero una segunda melodía se impuso sobre la original, muy diferente esta vez. Parecía el canto de un ángel, la oración de una niña a los dioses, la más pura de las palpitaciones, el más tranquilizador suspiro. Cortó su grito y alivió su dolor, además de acallar a la flauta y al Cosmos de Sorrento, del que Shun fue consciente por primera vez. También desaparecieron las hadas, se esfumaron los pétalos y el vaivén hipnótico de los corales.

¿Was ist es? —preguntó Sorrento, aterrado, mirando hacia todos lados. A diferencia de Shun parecía completamente desesperado ante esa intensa aura que surgió de pronto y cubrió todo el mar como una cobija cálida.

Era un Cosmos familiar que parecía estar explotando para brindar ayuda a sus seres amados, y la única reacción que pudo tener el cuerpo de Shun fue el caer de lágrimas por sus mejillas.

—Ya… veo…

—¿Quién está cantando? No puede ser, parece una oración, ¿acaso alguien posee una emoción tan gigantesca? —La capa de Sorrento ondeó y el músico miró hacia el Mediterráneo—. ¿Está ayudando a los Santos con este increíble Cosmos? Nunca he… No puede ser. —Shun escuchó el castañear de dientes de Sorrento, y logró ver que se doblaba casi en una postura de reverencia, como también habría hecho si pudiera mover su cuerpo—. J-jamás había sentido algo así, es una melodía tan pacífica, reconfortante, gentil… Pero tan amenazante… ¡Siento el mismo pánico que esa vez!

—No… no tiene caso… —se dijo Shun. Lo que ella hacía era alargar esa idea, no servía de nada seguir peleando.

«¿Por qué estás haciendo esto?», se preguntó. ¿Sería que Seiya, Shiryu o Hyoga tuvieran una respuesta a la pregunta de Sorrento? ¿O Ikki, o June? Quien fuera que se metiera en una batalla probablemente tendría la misma respuesta: el vacío. ¿Cómo se podía responder eso si los Santos estaban destinados al combate? Más aún… En caso de que lograran su cometido y vencieran a Poseidón y a los Marina, ¿de qué serviría? ¿Qué harían ellos con sus vidas? Pelear y pelear por un mundo que al mismo tiempo querían en paz. ¿Qué lógica tenía eso?

Los humanos no podían responder la pregunta de Sorrento, al menos no los que vivían en el campo de batalla. Tal vez solo un dios podía acceder a esos conocimientos tan profundos.

—Res-respóndeme, Saori —suplicó con todas sus fuerzas mientras Sorrento seguía girando la cabeza de un lado para otro.

 

Y ella respondió.

 

 

********************************

Por si las dudas, sí, adapté un diálogo de otra escena de SS, porque sentía que no debía perderse.

 

Y lo que pregunta en otro idioma es: ¿Qué es eso?


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#440 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

    Miembro de honor

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Pais:
Venezuela
Sexo:
Masculino
Signo:
Sagitario
Desde:
Caracas, Venezuela
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Cosmos:
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Publicado 13 febrero 2016 - 17:00

Saludos Felipe, como vas? espero que bien, ok pasemos a comentar

Este fue un buen capítulo, creo recordar que dihistes que Sorrento seria uno de los personajes que le darías mas trasfondo junto con Io no? Veamos si es cierto

Este pilar es bastante bonito, muy femenino pero tiene sentido creo, aunque no es de mis favoritos, no se porqué pero bueno, fue un buen pilar, oye eso de Pan, esta bien? No se, este formar parte de el linaje de Posesión? O algo asi, no sabría decirlo porque no conozco mucho la mitologia griega, pero cuando lo leí me par ció raro que tuviera un pequeño templo en territorio ehehe enemigo? No se, cuéntame eso

Sabes que siento? Que aveces exageras el dolor o los daños en los protas, es que lo leo y siento como falsas esperanza de que estos puedan ganar, precisamente porque pareciera que estuvieran un pie ya en el cocytos, si no fuera porque se como sigue capaz y siento que aca quedan, no es malo, pero chamo eres malo amigo muy malo

Aun no hay batalla, porque este capitulo se fue en tratar de dar a Shun una razon, tal parece este ya estaba a punto de dejarse ir, pero al final obtuvo la repuesta que necesitaba y pues ahora es que viene la cuestión no? Ya veremos, pero el capítulo en si bastante bueno, la actitud de Sorrento es buena, pero no mi tipo, me gusta mas Io

Entonces Shun fue afectado si o no por lo de 10% y la cosa o no? No comprendí esa parte

He terminado, en general un capitulo bueno, ando medio cansado y no pude dar un buen comentario, cuando la universidad quita tiempo, te lo quita y hasta sin alma te deja, quisiera no estudiar, despues recuerdo que si no me tocaria bachaquear y se me pasa -_- ok no, pero igual debo hacerlo jeje

Saludos felipe




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