Bueno acabo de "ler" - :lol: - La conjura de los necios de John Kennedy Toole.
Es un texto lento, exacerbado, con digresiones forzadas. Es un buen texto. Su argumento no se devela sino hasta el penúltimo capitulo, así que cuesta trabajo avanzar en la lectura puesto que el autor no ofrece entretenimiento. Dicen que es una novela muy divertida. No niego que hay momentos jocosos como cuando al protagonista lo acusan del cargo de pornografía y de hecho disfruto su extraño apego a las consolaciones de la filosofía de Boecio. Pero, no es una zambullida al texto filosófico -cosa que me habían prometido- y terriblemente no la disfrute como se supone que se debe disfrutar. Solo hay guiños propios de un literato, pero pues a un lector que llega al texto por recomendación, el texto queda a deber. La razón principal de que no la pude disfrutar es la forma en la que se tortura a la madre del protagonista que me parece tan vivaz que obstruía esos vistazos de diversión que le adjudican a la novela. La novela es un melodrama como rupturas de patetismo explosivo, pero la diversión no es el alma del texto. Uno sabe que está leyendo la mordacidad de escenas de ridículo, pero pocas veces se ríe, porque lo chistoso se disuelve en el enojo, la inconformidad o el sentimiento de sentirse fuera de lugar incrementan el dolor. Y como lo patético se disuelve en la desgracia, el tono general de la obra es más bien el escarnio.
Agrego otra inconformidad personal y tiene que ver con la traducción y es que hay personajes de color que en el original no hablan bien inglés, y los traductores para resolver esa exigencia del original, pues traducen el ingles de afrodescendientes, al español de andaluces en drogas, o de cubanos con un grado de alfabetización mínimo. Personalmente nunca logre escuchar en el texto un acento de afrodescendientes de Nuevo Orleans que viven cerca del golfo de México. Cosa que a lo largo de la lectura siempre me hizo tronar el avance del texto. Sin duda el problema es difícil de resolver porque los traductores trabajan en favor del publico del castellano ibérico. Pero, al momento de traducir "acentos", pues estos se van de las manos. Que yo sepa, si uno quiere hacer notar por ejemplo de acento de un chileno... pues no se recurre a la dicción ibérica o a la de un mexicano que vive en Tijuana. Ahí el texto me provocaba un desfase que me hace replantearme constantemente y recontextualizar al grado de repetirme "están en Nuevo Orleans, están en Nuevo Orleans". ¿Cuantos acentos habrá para afro-descendientes que hablan castellano en Nuevo Orleans? Seguramente ninguno. y ¿cómo lo va a haber, si ya hablan mal el inglés de Nuevo Orleans? ¿No hay diferencias de acentos en el inglés, entre diferentes épocas? bueno la imposibilidad de esto -es decir acepto que el problema no se puede resolver-, rompía mi lectura y me exigía volver a plantearme en el escenario de la novela.
¿Recomendaría esta novela? Claro, pero aplicaría el criterio preventivo de que la mitad de la novela podría tener un desarrollo más directo. Para mi experiencia literaria, tiene paja. y en ciertos momentos me decía a mi mismo. "¡Claro, por eso no querían publicarle la novela a JKT, tiene insalvedades!". El final al menos es consecuente y se agradece. De hecho es lo mejor de libro. El giro de tuerca tiene al menos cierta condescendencia que no se tiene en el resto del texto. Pero si está uno buscando "interrogantes de la vida" este libro no generará mayor inquietud que la historia que nos ofrece. Se trata de una historia con personajes en "situaciones". JKT no es un autor que intente aleccionar, ni es un autor de ideas de larga exposición. La novela de JKT no aspira a ser un monumento literario como un texto de Balzac o Cervantes. El argumento del texto es enteramente "situacional". Y cuando la situación termina, termina la novela.
Ya veremos después en qué texto me sumerjo.