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Saint Seiya: COSMO WARS

Guerra Santa del Siglo XVI

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#61 Cástor_G

Cástor_G

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Posted 15 July 2021 - 19:25 pm

CAPÍTULO 12:

El Ejército de Lionel

 

 

¿Qué es el miedo? El miedo es una emoción… una sensación de angustia o nerviosismo por algo real o imaginario… un sentimiento  de naturaleza desagradable por cosas que ocurren, que han ocurrido o que pueden ocurrir… un malestar que advierte peligro y genera terror.

 

1. Uji

Las ruinas de un viejo y deteriorado templo en medio del Santuario, fueron testigo del sufrimiento de un pequeño joven, quien no dejaba de sollozar y derramar lágrimas… hasta que un joven de hermoso ropaje dorado, y larga cabellera verde, se acercó a él.

 

¿Por qué lloras, pequeño? preguntó el de ropaje dorado, al momento de colocar su diestra sobre el hombro de aquel joven de cabello celeste. ¿Qué te ha ocurrido que te ha hecho llorar de forma tan lastimosa?

Oh… ¡pero si usted es el señor Lionel de Leo! exclamó el pequeño e inmediatamente se levantó, haciendo reverencia en señal de respeto. Lamento que me haya encontrado en esta situación tan vergonzosa. Soy Uji del Pez Volador agregó mientras limpiaba las lágrimas de su rostro.

Olvida eso dijo el de la melena verde y ropaje dorado. Dime qué es lo que te ha ocurrido agregó y sonrió.

Es sólo que… hace tiempo, cuando aún no me convertía en Caballero de Bronce, tenía miedo respondió el chico. El entrenamiento que se recibe es muy duro. No dejaba de pensar que quizá podría morir, y eso me angustiaba. Con el pasar de los días, meses y años, creí superarlo, pero ahora que ya me he convertido en Caballero de Athena, nuevamente siento temor. El sello que mantenía dormido al señor del Inframundo ha perdido su efecto, y aunque su cuerpo terrenal aún no aparece, algunos espectros ya han provocado alborotos en la Tierra. La guerra contra Hades sin duda está por comenzar. El momento de pelear, y quizá morir, está cerca…

Pequeño Uji… musitó Lionel, al momento tumbarse de trasero sobre el suelo, recargando su espalda en una de las columnas que yacían en aquel templo destruido. Cuenta una vieja fábula, que había un ratón que vivía siempre angustiado, por el miedo que le infundía el gato. Fue entonces que, un hechicero conmovido por los lamentos de aquel pequeño ratón, decidió convertirlo en  gato, para que así dejase de sentir temor por el audaz felino.

¿Y fue así? ¿El ratón dejó de sentir miedo del gato? cuestionó Uji.

Sí, así fue respondió Lionel de Leo. Pero siendo gato, empezó a sentir miedo del perro. Era un terror indescriptible el que sentía por aquel animal agregó. Nuevamente conmovido, el hechicero decidió transformarlo una vez más, pero ahora en un perro… “Tal vez así no vuelva a sentir temor”, pensó. Sin embargo, siendo perro empezó a sentir miedo de la pantera, por lo que el amable hechicero lo transformó por tercera ocasión, ahora en una pantera.

¿Y finalmente dejó de sentir miedo? curioso preguntó el pequeño Uji.

No respondió Lionel. Puesto que siendo pantera, empezó a sentir miedo del cazador.

Uhm… no entiendo señor Lionel murmuró el pequeño. Esto que me ha contado ¿Me ayuda de alguna forma? No entiendo…

Jejeje. Aún no he terminado, Uji. Después de ver que siendo pantera tenía miedo del cazador, el hechicero se dio por vencido y lo transformó por última vez… dejándolo tal como era en un principio, como un pequeño ratón. “Nada que haga por ti podrá ayudarte, porque quien tiene alma de ratón, sea lo que sea, siempre tendrá miedo de alguien”, dijo el hechicero.

Señor Lionel…

Hades no es el problema, Uji. El verdadero problema eres tú mismo. Dejarás de sentir miedo el día que tu percepción de la vida y la muerte cambie, de otro modo, seguirás siendo como un pequeño ratón asustado.

 

2. Draco de Wyvern

El poder de la Explosión Cinética fue devastador, la fuerza destructora que Lionel liberó fue tal, que en aquel lugar se levantó una gruesa cortina de polvo que fácilmente podía verse a kilómetros de distancia.

 

¡Señor Lionel! gritó el pequeño de cabello celeste, Uji del Pez volador, acercándose al león dorado. ¿Se encuentra bien? preguntó al momento de colocar la diestra sobre el hombro del exhausto guerrero.

Estoy bien… respondió Lionel, agotado. El poder de la Explosión Cinética es tan potente como desgastante… me tomará un momento reponer fuerzas agregó, respirando con cierta dificultad.

¿Eh? ¿A dónde ha ido Yago? preguntó Equus del Caballo Menor, mientras giraba su cabeza de un lugar a otro. ¿Acaso ese cretino ha escapado?

Yago ya ha entrado al castillo respondió el Caballero de Oro. Aprovechó la densa cortina de polvo para escabullirse y entrar al castillo sin que nadie se percatase de ello… pero obviamente no podía escapar de mis ojos, yo sí le vi entrar.

¡Bien, pues entremos nosotros también! exclamó emocionado Uji.

No tan rápido, Caballeros de Athena proclamó una voz misteriosa, no muy lejos de allí.

 

El manto de asfixiante polvo que cubría el lugar, poco a poco empezó a disiparse,  dejando al descubierto la figura espectral de un hombre, posado en lo alto del lúgubre castillo.

Pero aquel misterioso hombre no estaba solo, pues bajo su brazo izquierdo cargaba a un malherido guerrero que hasta ese momento, todos creían muerto, Sarpedón de Garuda.

 

Parece que he llegado justo a tiempo alardeó el recién llegado. Yo, Draco de Wyvern, Estrella Celeste de la Ferocidad, me encargaré de hacerles pagar su insolencia, Caballeros de Athena agregó, al momento de saltar desde lo alto del castillo, aún con su compañero en brazos, para caer justo frente a Lionel de Leo.

Qué rápido olvidaste que fuiste uno de nosotros, traidor dijo el de cabellera verde y ojos ámbar, Lionel. Además, ¿No te parece de mala educación intervenir en combates ajenos? ¡Eso no lo aprendiste en el Santuario! Si no hubieses interferido, ahora tu compañero estaría muerto… ¿Sabes lo que me costó realizar dicha técnica?  ¡Idiota!

¿Traidor? preguntó el Espectro. ¿Cómo te atreves a hablarme así? Qué insolente eres. No se puede considerar traición si jamás me hicieron sentir uno de ustedes.

—Además el color negro de tu ropaje no te sienta nada bien dijo Lionel, riendo descaradamente. Athena es una diosa que solo tiene amor para el prójimo. Suplica perdón y ella te lo concederá.

—¿La misma Athena que permaneció pasiva en su templo, ignorando las humillaciones de las que éramos objeto mi hermano y yo? —preguntó Draco, molesto. A su mente llegaron los malos tratos y humillaciones que tuvo que aguantar por culpa de su origen.

—Dime Draco… ¿Aquí si han sido bien aceptados tu hermano y tú?

—Cierra la boca —Aunque Draco y su hermano Novak habían cambiado de bando, la verdad es que entre los Espectros tampoco eran particularmente populares. Realmente nadie confiaba en ellos por haber sido Caballeros de Athena en el pasado. Muy a pesar, la historia volvía a repetirse, aunque Draco era demasiado orgulloso para aceptarlo frente a Lionel.

—¿Toqué alguna fibra sensible?

Ya entiendo… musitó Wyvern. ¿Sólo estás haciendo tiempo, verdad? El ataque que has ejecutado, seguramente te ha dejado exhausto, y necesitas reponer fuerzas. Por eso es que no paras de decir tonterías. ¡Pero se acabó el juego! ¡Los mataré a todos! gritó Draco, enérgico—.Tanto a ustedes, como a esos dos insolentes que han logrado entrar al castillo.

¿Dos? preguntó Beagle de Unicornio. Pero, sólo ha entrado Yago…

No… musitó el león dorado. Desde hace tiempo alguien venía siguiéndonos y logró colarse al castillo justo detrás de Yago. Ustedes no se han percatado de ello, pero así fue.

Pero… ¿Quién es esa otra persona? preguntó Beagle desconcertado.

Alguien que siente un profundo interés por Yago, tan profundo que le ha perseguido hasta éste lugar, como una sombra respondió Lionel.

Prepárense para lo que les espera, Caballeros de Athena alardeó el espectro de Wyvern.

¿Cuál es tu prisa por matarnos, Draquito? preguntó Lionel sonriente. ¿Es sólo porque es tu deber? ¿O estás molesto por tu ala rota?

 

Draco ni siquiera se había percatado, pero el ala derecha de su surplice, había sido seriamente dañada durante el rescate de Sarpedón de Garuda. La fuerza destructora de la Explosión Cinética fue tan grande que ni siquiera Wyvern pudo salir ileso de ella.

 

Infeliz… gruñó el de ropaje oscuro.

¡Wyvern! exclamó un hombre  al momento de salir por la puerta principal del castillo. Sarpedón debe ser atendido inmediatamente ¿Podrías encargarte de él? Yo, Aslan de Grifo, Estrella Celeste de la Nobleza, me haré cargo de estas sucias y pestilentes ratas.

 

3. Equus

Velozmente, un joven Caballero corría por los accidentados caminos del Santuario. El paisaje cambió, cuando inesperadamente se topó con un enorme, verde y frondoso jardín, como si fuese un oasis en medio del desierto.

 

¿Eh? ¿Qué es esto? preguntó el muchacho alto.

Cannabis Sativa respondió un hombre de ropaje dorado y larga cabellera, que se asomó de entre la verde vegetación.

¡Oh… pero si usted es el señor Lionel! exclamó el muchacho alto. Yo soy Equus del Caballo Menor, Caballero de Bronce agregó, haciendo la correspondiente reverencia de respeto hacia su superior. Señor Lionel, permítame decirle que yo lo admiro.

Jejeje. Así que tengo un admirador dijo el Caballero Dorado jocosamente. Muy interesante… agregó. Estimado discípulo, de ahora en adelante tú serás el encargado de proveer a este jardín de agua… estas preciosas plantas son sensibles a la falta de tan preciado líquido. Mis deberes como Caballero de Oro… JAJAJA… no, en serio, tengo deberes, y por ello no puedo estar pendiente de mi cultivo como se debe.

¿Eh? ¿Cómo? preguntó el joven broncíneo, un poco confundido. Digo… ¡Será un honor! exclamó, cambiando totalmente su expresión.

Por cierto, mi estimado discípulo… dijo el de ropaje dorado. Cada día domingo celebro una importante reunión en templo del León, estás cordialmente invitado.

¿De verdad? preguntó emocionado el Caballo Menor. ¡Uaaaah, es fantástico! Muchas gracias señor Lionel. Pero… ¿Hay algo que deba saber antes de asistir a dicha reunión? No quisiera parecer subnormal. ¿Cuál es el objetivo de la reunión?

¿El objetivo? confundido, preguntó Lionel. Mmmm, bueno, son tres objetivos en realidad. Número uno: fumar hierba. Número dos: hablar pestes de Denon de Acuario. Número tres: fumar más hierba.

 

4. Goliat del Escarabajo Mortal

Gracias a la densa cortina de polvo que la Explosión Cinética había levantado, Yago pudo colarse dentro del Castillo. Presuroso corría el joven de rostro vendado, recorriendo los siniestros pasillos de aquella fortaleza, hasta que un ser monstruoso le cerró el paso.

 

¡Hasta aquí has llegado, Caballero de Athena! gritó aquel gigantesco hombre, con una singular y aguardentosa voz. Soy Goliat, del Escarabajo Mortal, Estrella Celeste de la Repulsión agregó el Espectro.

Admiro su entusiasmo, señor Goliat dijo Yago de Cisne. Pero no he venido aquí como enemigo de Hades. Este ropaje sagrado que visto ahora, es lo único que puede relacionarme con Athena y sus Caballeros, pero mi lealtad es para el señor del Inframundo, y he venido a ofrecerle mi ayuda.

¿Eh? ¿Qué dices? ¿En qué podrías ayudar tú al señor hades? Eres sólo un niño… ¡deja de decir estupideces!

No son estupideces… ¿Ves esto? preguntó Yago al levantar el brazo izquierdo, señalando la pulsera de perlas negras que llevaba en su muñeca. Me la ha regalado Carmilla de Sanguijuela… esa mujer Espectro infiltrada en el Santuario.

¡No te creo! gruño el gigante.

 

Al no creer en las palabras del Caballero de Bronce, Goliat del Escarabajo Mortal decidió poner fin a la discusión. De forma totalmente imprevista, un pequeño hueco se abrió en el suelo, justo entre aquellos dos guerreros. Pronto, aquel hoyo se vio envuelto en una espiral de tierra que en pocos segundos había formado un cono sobre la superficie. Y, en un instante, miles de escarabajos negros empezaron a emerger cual hormigas de un hormiguero.

 

¿Escarabajos? desconcertado preguntó Yago, al verse rodeado por miles de estas pequeñas y repulsivas criaturas.

Jujuju. Parece que mis pequeños amigos están emocionados contigo, Caballero dijo el hombre de ropaje oscuro y figura grotesca. Ellos están hambrientos.

—¿Amigos? ¡Qué ridículo eres! ¿Acaso pretendes que estas cosas me devoren? preguntó el Cisne. Qué estupidez…

Si respondió Goliat, muy confiado. En Egipto, mi tierra natal, estas criaturas existen desde épocas remotas. Lamentablemente mis pequeños amigos prefieren  alimentarse de carne muerta… ¡Así que tendré que matarte para que ellos puedan darse un festín!

¿Matarme? preguntó cínicamente el joven de Bronce. ¿Tú? ¿A mí? preguntó nuevamente, al momento de aplastar con su pie derecho a uno de los escarabajos que le rodeaban. ¡Qué risa!. Tú eres tan insignificante como cada uno de tus pequeños amigos agregó, mientras con el pie remolía los restos del escarabajo que había aplastado.

 

El caparazón de los escarabajos es una corteza muy dura que al romperse provoca un tronido muy peculiar, como romper un trozo de madera. El sonido de aquel escarabajo siendo destrozado molestó enormemente al Espectro.

 

¡Desgraciado! gritó el hombre de ropaje oscuro. ¿Cómo te atreves?

 

¡hajmat alkhanfisa' alsawda'!

(Embestida del Escarabajo Negro)

 

Los miles de insectos que cubrían el pasillo, pronto abrieron paso, dejando que aquella bestia saliera disparada en contra del muchacho de bronce. La intención de aquel gigantesco hombre era ensartar los enormes cuernos de su casco en el cuerpo del joven Caballero. Pero Yago, hábilmente pudo evadir el impacto; saltó sobre el Espectro, golpeó la cabeza de éste con el pie izquierdo para tomar impulso y saltar nuevamente,  cayendo justo al otro lado.

 

¿Qué? ¡No es posible! exclamó desconcertado Goliat del Escarabajo Mortal.

Eres un estúpido dijo Yago, riendo cínicamente. Estuviste tan preocupado de no aplastar a estos insectos, que tu intento por matarme ha sido completamente inútil. 

 

¡Freezing Arrow!

(Flecha Congelante)

 

Un frio e intenso aire rodeó el cuerpo de Yago, concentrándose principalmente en la palma de sus manos. Pronto, dicho aire tomó la forma de un arco y una flecha de hielo, que rápidamente Yago empuño. Sin perder tiempo, Yago disparó aquella flecha, que fue a clavarse justo en el pecho de Goliat del Escarabajo Mortal.

 

Freezing Arrow… esta es la más poderosa de mis técnicas alardeó el Cisne. Ahora tus pulmones empezarán a enfriarse, pronto sentirás un dolor intenso en el pecho, y no podrás respirar con normalidad. Los vellos de tu cuerpo se erizarán y tu piel se endurecerá al momento de tornarse cada vez más pálida. Después, la temperatura de tu cuerpo descenderá de forma drástica, pues el corazón ya no estará bombeando sangre… esto te provocará una desesperante parálisis corporal. Y finalmente, tu corazón se detemdra. Sin duda una muerte lenta y dolorosa, pero preciosa al mismo tiempo.

Maldito… moribundo, gimió el Espectro.

Cuando mencionaste a Egipto como tu tierra natal, recordé una historia que cuando niño leí en el Santuariodijo Yago. Era sobre un dios egipcio, al cual representaban con forma de escarabajo… Jepri era su nombre, si mal no recuerdo. Lo interesante es que en tu natal Egipto,  a estas repugnantes criaturas se les considera como algo sagrado… algo divino. Supuse que aplastando a algunas de ellas podría ofender tus creencias, así lograría distraerte y entorpecer tus movimientos. Jejeje. Creo que soy muy listo… o quizá tengo demasiada suerte. En cualquier caso, eres tú quien ha terminado muerto. Pronto tu cuerpo empezará a hincharse… y mientras te pudres, emanarás un fétido aroma que será irresistible para tus pequeños amigos… al final serás tú el banquete.

 

5. Aslan de Grifo

Frente al castillo, una terrible pelea estaba a punto de empezar. Aslan de Grifo, el tercer Juez del Inframundo, había aparecido en el campo de batalla, dispuesto a desaparecer a todos los presentes.

 

Es una lástima que Sarpedón y Draquito se hayan ido alardeó el león dorado. Era una buena oportunidad para mandar a los tres jueces de regreso al infierno agregó y sonrió sutilmente.

Pobre estúpido dijo Aslan, también entre risas. Mi poder es suficiente para ponerte en ridículo. ¿Realmente crees que tendrías oportunidad contra los tres?

Averígualo tú mismo, Aslan. Vamos… ¡Ataca!

 

La intención de Lionel era utilizar la energía cinética de Minos, tal cual lo había hecho en su enfrentamiento con Sarpedón, para así poder ejecutar nuevamente la Explosión Cinética y aniquilar completamente al Juez. Lionel había quedado seriamente lastimado, y se encontraba visiblemente exhausto, por lo que no podía ejecutar dicha técnica con su propia energía.

 

Antes de mandarte al otro mundo, me gustaría que respondieras a una pregunta, Caballero de Athena dijo Aslan de Grifo, acercándose lentamente al león dorado. ¿Qué es lo que provoca que no seas afectado por el campo de fuerza que cubre al castillo y sus alrededores?

¿Campo de fuerza? preguntó el de la armadura de oro, visiblemente sorprendido ante tal cuestionamiento. ¿De qué porqueria hablas?

Éste castillo se encuentra protegido por un campo de fuerza invisible respondió el Espectro. Todo aquel que llegue hasta aquí, y sea ajeno al ejército del señor del Inframundo, será afectado por dicho campo.

¿Ah sí? ¿Y en qué afecta el dichoso campo? preguntó Lionel.

La fuerza de aquellos pobres infelices que tengan el infortunio de ser afectados por esta energía, se verá disminuida considerablemente respondió el de ropaje oscuro y ostentosas alas negras. Es decir, serán tan vulnerables como un bebé.

Es imposible… musitó el joven león.

Vaya… parece que realmente no lo sabías sarcásticamente, dijo el Espectro. ¿Has venido a la cueva del lobo sin ningún tipo de información? De ser así, obviamente tampoco sabrás por qué razón tú y tu compañero no son afectados por el campo.

¿Mi compañero? ¿De qué hablas?

Uno de esos dos infelices que entraron al castillo… uno de ellos tampoco es afectado por el campo de fuerza. Aunque por la energía que puede percibirse, debe ser un guerrero de baja categoría… un Caballero de Bronce.

Yago… musitó Lionel, confundido como nunca antes. ¿Acaso Yago me ha traído a este lugar, sabiendo que podría ser afectado por el campo de fuerza? ¿Sabiendo que todos nosotros podríamos morir, excepto él? ¡Hijo de cain!

No te preocupes, Caballero de Athena… pronto volverás a ver a tu compañero y podrás ajustar cuentas con él. Después de que los mate a ambos ¡Se reunirán en el Inframundo!

¡Detente Aslan! exclamó el más prudente de los Caballeros de Bronce, Beagle de Unicornio. El señor Lionel no está solo… no permitiremos que se aproveche de su estado para atacarlo.

¡Beagle, largo de aquí! gritó el león dorado. No tienen oportunidad contra ese sujeto… ¡Regresen al Santuario!

¡De ninguna manera! proclamó el más pequeño de los Caballeros, Uji del Pez Volador. Hace tiempo hicimos una promesa… ¿Lo recuerda?

Uji… musitó  Lionel.

Prometimos que, el día que llegara la hora de morir… ¡lo haríamos juntos! Como hermanos proclamó el más alto de los Caballeros, Equus del Caballo Menor.

Escucha bien, Aslan profirió el Unicornio, rebosante de furia. Para hacerle daño al señor Lionel… ¡Tendrás que pasar sobre nuestro cadáver!

Haberlo dicho antes dijo Aslan, al momento de sonreír perversamente.

 

De forma inesperada, la cabeza de Beagle se desprendió de su cuerpo. Todo había sido muy rápido, al principio sólo podía distinguirse una mancha de sangre suspendida en el aire, y poco después, ya podía verse una cabeza volando y girando de forma grotesca, hasta caer al suelo. La sangre no había dejado de correr, cuando las cabezas de Uji y Equus igualmente fueron cercenadas. Era una escena totalmente siniestra, los cuerpos decapitados de aquellos jóvenes guerreros, no dejaban de manar sangre.

 

Cosmic Marionetion musitó Aslan de Grifo, sonriendo obscenamente. Qué estúpidos… desde hacía un momento que hilos invisibles rodeaban sus cuellos. Sólo he tenido que mover un dedo para decapitarles.

HIJO DE PERRA! gritó Lionel, al momento de derramar lágrimas de furia y dolor. Pagarás por esto… ¡Te lo juro! agregó furioso, mientras Aslan no dejaba de sonreír.

 

 

6. Beagle

Habían pasado algunos días desde que Lionel tuvo un sanguinario enfrentamiento con Winnifred de Alraune, y un par desde que había dejado la prisión de Abbadon después de que esta fuese destruida por un misterioso dragón.

 

¡Oh! Pero si es el más cuerdo de mis discípulos… ¡Beagle! exclamó Lionel, apenas vio al joven unicornio entrar al Templo del León.

Señor Lionel… parece que he llegado justo a tiempo la reunión dijo el joven broncíneo.

¿Cómo sigue tu herida? preguntó el joven peliverde. Justo el día en que el dragón misterioso destruyó la prisión de Abbadon, Beagle había acudido a dicho lugar para visitar a su amigo Lionel, por lo que resultó herido en el derrumbe del edificio.

Aún duele un poco, pero está mejorando respondió Beagle.

Para el dolor,  no existe mejor remedio que usar Cannabis Sativa.

 

Lionel creía que tan atractiva planta podía curar casi cualquier padecimiento. Alguna vez obligó a su amigo Lysander de Sagitario a consumirla, después de que éste le había comentado que tenía un fuerte dolor de cabeza. De igual forma, Fëanor de Aries se vio obligado a consumir la hierba, después de haber manifestado un leve malestar estomacal.

 

Señor Lionel, antes de que Equus y Uji lleguen… me gustaría agradecerle por haber salvado mi vida. Si no fuese por usted, en este momento mi cuerpo muerto estaría bajo los escombros de Abbadon.

No tienes nada que agradecer, Beagle. Cuando era más joven, cuatro Caballeros de Oro y yo, formábamos parte de un grupo. Éramos los mejores amigos, pero con el tiempo las cosas han cambiado. Seguimos siendo amigos, pero las distintas responsabilidades que como Caballeros de Oro tenemos, nos han alejado un poco. Equus, Uji, tú y yo, ahora formamos un nuevo grupo… y como prometimos en alguna reunión pasada, si morimos, lo haremos juntos, como hermanos.

 

7. Lionel

El ejército de Lionel había sido decapitado… no había nada que los Caballeros de Bronce pudieran hacer, Aslan de Grifo era el más terrible oponente que hubiesen enfrentado… el sadismo y bestialidad de aquel hombre era incomparable, sin duda era un demonio salido del infierno.

 

Hijo de puta… musitó Lionel, mientras observaba a sus compañeros tendidos sobre el suelo, decapitado. ¡Te mataré! prometió furioso, dirigiendo la mirada hacia el despiadado asesino.

 

¡King of Beasts!

(Rey de las Bestias)

 

El puño de Lionel pronto se vio envuelto en resplandeciente energía, que en un instante fue lanzada en contra del Juez del Inframundo, tomando la forma de un imponente y fulguroso león dorado… pero bastó que el hombre de ropaje oscuro extendiera los brazos hacia el frente, para poder detener aquella energía destructiva con la palma de sus manos.

 

¿Qué ocurre, Caballero? ¿Te has quedado sin energías? preguntó Aslan, evidentemente haciendo mofa de los esfuerzos de aquel Caballero de Athena. Deberás esforzarte un poco más si es que quieres mantener la cabeza unida a tu cuerpo.

Aslan… si mi energía no es suficiente para acabar contigo, intentaré otra cosa. No importa la forma… lo único seguro es que vas a morir… hijo de perra.

 

A pesar de que a Lionel no le agradaba del todo utilizarla, en ésta ocasión no tenía otra opción. Lentamente Lionel llevó la diestra hacia su espalda, y tomó una resplandeciente flauta de oro, la Flauta Celeste.

 

¿Una flauta? curioso preguntó Aslan. Parece que los ataques de Sarpedón te han hecho perder la razón… ¿O acaso fue por ver morir a tus compañeros? ¿O quizá simplemente quieres tocar una bella melodía, por ser hoy el día de tu funeral?

Esta flauta, es la Flauta Celeste informó Lionel. En tiempos remotos,  cuando las guerras entre dioses no existían, los dioses del Olimpo entregaron valiosos regalos a Athena… once increíbles objetos con poderes sorprendentes. Con el tiempo, Athena decidió entregar estos objetos a los guerreros más poderosos de su ejército, los Caballeros de Oro, siendo el regalo número doce brindado por ella misma. Morirás al ritmo de una bella y mortal melodía, Aslan. Siendo esta flauta un Regalo Olímpico… ¡Acepta tu muerte como un castigo de los dioses!

Idiota… murmuró Aslan.

¡Aaaaaaargh!

 

Justo cuando Lionel colocó la flauta en su boca, el brazo con el cual la sostenía fue arrancado violentamente de su cuerpo. La sangre empezó a emerger a chorros, provocando a Lionel un terrible dolor.

 

¡Cosmic Marionetion!

(Marioneta Cósmica)

 

Miles de hilos invisibles brotaron de los dedos del sádico Espectro. Cada uno de estos hilos entró al cuerpo del Caballero de Oro, sellando sus movimientos casi en su totalidad.

 

Cosmic Marionetion musitó Aslan. Lionel, a pesar de que no puedes verlos, en éste momento miles de hilos invisibles cubren tu cuerpo,  no hay parte de ti que no esté bajo mi control. Con solo mover un dedo, ahora mismo podría arrancarte la cabeza agregó, mientras de forma bizarra y misteriosa movía sus manos, como si estuviese jugando con una marioneta.

Maldito… gruñó el joven Caballero. ¿Qué esperas entonces? ¡Mátame!

Debo confesarte algo, Lionel dijo el Espectro. Disfruto torturando a mis víctimasagregó, sonriendo sádicamente. Tus compañeros eran muy poca cosa para mí, por esa razón tuvieron una muerte rápida. Pero tú… tú eres un Caballero de Oro, tú mereces un trato especial. Maldice tu destino Caballero de Athena, porque has tenido el infortunio de toparte con aquel conocido como “El Maestro de las Marionetas”.

 

Apenas Aslan pronunció aquellas palabras, y el brazo izquierdo de Lionel empezó a girar sobre sí mismo, hasta desprenderse. El dolor que el joven peliverde sentía era indescriptible.

 

Ahora ya no tienes brazos dijo Aslan. ¿Qué perderás a continuación? ¿La pierna izquierda? ¿La pierna derecha? agregó, mientras al mover sus dedos retorcía las piernas de Lionel sin compasión.

¡Jódete desgraciado! gritó el joven león. ¡Que te jodan! agregó, al momento de forzar su cuerpo, intentando escapar de aquella tétrica prisión de hilos invisibles.

¡Es inútil! Mientras más te resistas, más heridas provocarás en tu cuerpo advirtió el Espectro, justo en el momento en que la pierna izquierda de Lionel fue cercenada.

¡Uuaaaah!

Jajaja. Debo admitir que hace mucho tiempo que una marioneta no me provocaba tal diversión… tal placer dijo el Espectro, al momento de arrancar violentamente la pierna derecha del joven peliverde.

¡Uaaaah! ¡Maldito hijo de cain!

Ahora que puedo observarte detenidamente, Lionel, me doy cuenta del color de tus ojos… ámbar, justo como los míos dijo Aslan. Jamás había conocido a otra persona con ojos color ámbar, creí ser el único. ¿Y sabes qué? Me agrada la idea de ser único.

 

Aquellas palabras parecían haber sentenciado un acto cruel y despiadado, digno de la peor de las bestias. Fue algo confuso, Aslan realizó un movimiento extraño con sus manos, y en un instante, los ojos de Lionel habían salido disparados fuera de su órbita. En medio de un grito espeluznante, chorros de sangre empezaron a emerger de aquellas cuencas oculares. Lionel había perdido brazos y piernas, y ahora también sus ojos.

 

¡Hijo de cain! gritó Lionel, sumido en una terrible agonía.

Antes de arrancarte la cabeza, te informo que la Flauta Celeste como tú la llamas, fue aquello que impidió que fueses afectado por el Campo de Fuerza del castillo. Siendo un regalo de los dioses, te protegió. Te lo hago saber, para darte las gracias… esa flauta es un objeto de gran valor, y ahora me pertenece. Dicho eso… ¡Muere!

 

Aslan decidió poner fin a la vida del joven León, pero éste parecía no querer morir… mientras Aslan trataba de hacer girar la cabeza del peliverde hacia el lado izquierdo, Lionel hacía un esfuerzo sobrehumano para girarla hacia el otro.

 

¡Estúpido! exclamó Aslan. ¿Por qué te resistes? ¿No entiendes que dejarás de sentir dolor cuando ponga fin a tu existencia? ¿Acaso tienes miedo a morir? No te preocupes, el miedo desaparecerá con tu último aliento ¡Así que deja de oponer resistencia!

Te equivocas, Aslan… musitó el malherido Caballero de Athena. Hace mucho tiempo que dejé de temerle a la muerte. Se escuchará muy raro, pero cuando ese Espectro llamado Kojiro me cortó el cabello, supe que pronto iba a morir. Y aún así decidí seguir adelante… porque nadie puede escapar a su destino. Y tú tampoco escaparás del tuyo, Aslan. Algún otro Caballero de Athena te dará tu merecido… y yo te estaré esperando en el infierno… hijo de cain.

Mhu… ya me aburriste profirió es de la Estrella Noble. Sigues siendo un insolente ¿No te das cuenta de la posición en la que te encuentras? Ahora mismo te cortaré la cabeza.

¡QUE TE JODAN ASLAN!

 

Así fue como Lionel pronunció sus últimas palabras. Tal como Aslan lo había advertido, la cabeza del león fue arrancada violentamente. Y en un instante, una fuente de sangre empezó a emerger furiosamente de aquel cuerpo inerte. La cantidad fue tal, que incluso Aslan fue salpicado por ella.

 

Esta sangre… murmuró el espectro al mirar la palma de su mano, poco después de limpiar la sangre en su rostro. Qué calidez…

 

La mente de Aslan fue invadida por miles de imágenes que velozmente pasaban frente a él… imágenes confusas, sin sentido alguno, pero que le hacían sentir un calor que nunca antes había sentido, o que quizá había olvidado. ¿Acaso tras la piel de aquel hombre cruel, se escondía un triste pasado? ¿Quizá la sangre caliente de aquel valiente guerrero, le ha mostrado que él también es un humano? Es algo que quizá jamás pueda aclararse.

 

8. Yago

Mientras jóvenes y valientes guerreros perdían la vida frente al castillo, dentro de éste alguien había seguido su camino. Después de haber asesinado a Goliat del Escarabajo Mortal, Yago fue interceptado por dos soldados rasos, quienes inútilmente trataron de matar al Cisne con el filo de sus guadañas. Esta cuchilla era el símbolo que caracterizaba a la defensa básica en el ejército de Hades, pero no fue suficiente para detener al intrépido intruso.

 

¡Fuera de mi camino basura! gritó el joven de cabello oscuro y rostro deforme.

 

¡Diamond Dust!

(Polvo de Diamante)

 

El puño de Yago pronto fue cubierto por una intensa energía glaciar que velozmente fue lanzada en contra de uno de aquellos soldados que le habían cerrado el paso. Aquel pobre infeliz no pudo soportar el intenso frio, y murió casi instantáneamente. Al ver la muerte de su compañero, el segundo soldado intentó escapar, pero Yago tenía algo preparado para él. La fuerza y velocidad de un simple soldado raso no podía compararse a la de un Caballero de Bronce, por lo que el Cisne fácilmente pudo alcanzar a aquel cobarde: le tomó del cuello y utilizando una increíble fuerza, digna de un Caballero, lo rompió.

 

De esta forma será más sencillo llegar ante Hades pensó el joven broncíneo, mientras perversamente observaba el cadáver de aquel soldado.

 

La intención de Yago era asesinar a aquel desgraciado de tal modo que su ropaje oscuro no resultase dañado, de esta forma podría utilizarlo en él mismo para llegar hasta Hades como uno de los suyos, sin que nadie pudiera cerrarle el paso.

 

Después de un largo recorrido, finalmente, Yago disfrazado como un soldado raso, llegó al salón principal, donde el dios del Inframundo descansaba tranquilamente en el trono real, acompañado de una bella y enigmática mujer, Pandora.

 

Esqueleto… ¿Qué puedes decir acerca de lo que está ocurriendo frente al castillo? —preguntó de forma seria y totalmente autoritaria, la bella mujer, Pandora. Has demorado… ¿Acaso has tenido algún imprevisto? agregó, dirigiendo una fría mirada hacia el soldado raso que yacía arrodillado frente a ella.

Tú no eres uno de mis soldados… musitó Hades. ¡Revela tu verdadera identidad!

 

El ropaje oscuro de aquel soldado fue destruido en un segundo, dejando ante la vista de todos al impostor que había tenido el atrevimiento de urdir semejante engaño, Yago de Cisne.

 

¡Un Caballero de Athena! exclamó la mujer de gran belleza y larga cabellera negra. Infeliz… ¿Has venido hasta aquí pretendiendo atentar contra el señor Hades? ¡Ahora mismo tendrás tu merecido!

¡Espere por favor! exclamó el joven broncíneo, arrodillándose inmediatamente. Mi intención no es lastimar al señor Hades… he venido de tan lejos para mostrarle mi lealtad, señor. Soy Yago de Cisne.

¿Acaso has traicionado a Athena? preguntó Hades.

Nunca he sido apreciado dentro del Santuario, señor respondió el Cisne. Además, considero que Athena es una diosa inútil que no merece tener el control de nuestro planeta. Las personas son cada día más corruptas, violentas y perversas. Bajo su mando, en algunos años la humanidad estará completamente perdida. Señor, le aseguro que yo podría serle de gran utilidad, sólo tiene que confiar en mí…

¿Por qué habríamos de confiar en tu palabra? preguntó la mujer al interrumpir. Tú palabra no vale nada. ¿Acaso piensas que el hecho de haber reclutado a dos Caballeros de Athena para convertirlos en Wyvern y Basilisco, abre la puerta para cualquiera que venga ante nosotros? Qué impertinente.

Esto me lo ha regalado Carmilla de Sanguijuela respondió el joven broncíneo, mostrando la pulsera de perlas negras que llevaba en su muñeca. Estoy enterado de todo… esa mujer es un Espectro, ha permanecido oculta en el ejército de Athena por muchos años, aparentando ser la amazona de Ofiuco, actuando desde las sombras agregó el muchacho de rostro deforme cubierto de vendas. Ella ha confiado en mí, me ha regalado esta pulsera como prueba, además me advirtió que éste objeto me protegería del campo de fuerza que rodea al castillo.

Quizá deba confiar en ti… musitó Hades, aparentemente convencido por las palabras de Yago.

Señor Hades… —profirió la mujer de enigmática belleza. Todos confiamos en su infinita sabiduría. Si realmente considera prudente aceptar a éste Caballero de Athena como uno de los suyos, nadie objetará su decisión. Sin embargo, le ruego me permita someter a este hombre a una prueba, una prueba de lealtad. Para así poder confirmar la claridad de sus intenciones.

¿Una prueba? preguntó Hades. Haz lo que consideres pertinente, Pandora, tienes mi aprobación.

Gracias, señor.

 

En ese momento, Pandora levantó el tridente que poco antes le había entregado uno de los soldados. Yago no entendía qué era lo que pretendía esa mujer, cuál era la prueba. Pero pronto lo descubrió… cuando repentinamente apareció frente a él una mujer enmascarada, Corinne del Zorro.

 

¡Corinne! exclamó el joven broncíneo. ¿Qué porqueria haces aquí?

¡Yago! gritó la chica enmascarada.

Yo la he traído hasta aquí dijo Pandora, mostrando una leve y sutilmente descarada sonrisa. Al igual que tú, esta mujer entró al castillo, pero viendo tu reacción, al parecer no lo sabías ¿Verdad?

Yago… musitó Corinne. Lo siento, te he seguido desde que saliste del Santuario con el señor Lionel. Lo lamento, no quería ocasionarte problemas… sólo quería estar cerca de ti.

Corinne…

Yago, parar mostrar tu lealtad a Hades, tendrás que cortar la cabeza de esa mujer —ordenó Pandora. ¡Vamos! toma la guadaña que llevabas contigo al entrar a este lugar, y hazlo.

 

¿Realmente Yago sería capaz de hacer tal cosa? Corinne del Zorro no era cualquier chica, ella siempre estuvo enamorada de él, y estuvo a su lado todo el tiempo. Cuando Yago estuvo herido, ella estuvo allí para atenderlo. Cuando Yago estuvo enfermo, ella estuvo allí para cuidarlo. Cuando Yago estuvo triste, ella estuvo allí para consolarlo. Yago nunca fue popular dentro del Santuario, en realidad, todos le odiaban, excepto dos personas: Corinne del Zorro y Abel del Cisne. La envidia y la ambición hicieron que Yago terminara con la vida de Abel… ¿Ocurriría lo mismo con Corinne?

 

Corinne… musitó Yago, al momento de tomar la guadaña que yacía en el suelo. No tengo alternativa agregó al empuñar la mortal cuchilla.

Yago… musitó la chica enmascarada. Por favor…

¡Lo siento! gritó el joven de bronce, abalanzándose contra la indefensa muchacha.

 

En medio del rastro luminoso que la guadaña dejó a su paso, la cabeza de  aquella joven Amazona fue desprendida de su cuerpo. Con un movimiento sumamente violento, Yago arrancó la cabeza de aquella persona que le había entregado todo en la vida; su amor, su inocencia, su lealtad.

 

Lentamente Yago caminó hacia el cuerpo inerte de Corinne, la sangre que no dejaba de brotar, había cubierto gran parte del salón. Al estar frente a la cabeza decapitada de aquella chica, se inclinó, le retiró la máscara que aún tenía puesta y pudo ver las lágrimas que la joven había derramado.

 

Lo siento Corinne… pero antes que tú y antes que todos, estoy yo dijo el cisne. Gracias a tu sacrificio, podré tener el poder que siempre he ambicionado… y al mismo tiempo, podré vengarme de todos aquellos que me han humillado agregó, al momento de incorporarse.

 

Yago tomó la máscara de Corinne y la colocó sobre su rostro deforme. Yago era ahora un guerrero enmascarado… con la máscara no sólo dejó atrás su repugnante y nauseabundo rostro amorfo, sino todo rastro de humanidad en él.

 

9. Cinco Cabezas

En una región poco conocida de Grecia, existe un pueblo llamado Anthea, famoso por el tétrico y peligroso bosque Dysthe, habitado por demonios y monstruos horribles según creía la gente. Detrás de aquel bosque macabro, Hades levantó un enorme y ostentoso castillo, rodeado por un campo de hermosos tulipanes. A la entrada de aquel campo floral, un hermoso arco esculpido a base de mármol y piedra caliza  fungía como entrada a los dominios del señor del Inframundo. Ahora, de aquel arco colgaban de forma espeluznante cinco cabezas, pendientes de finos hilos atados a la construcción. Las cabezas decapitadas de aquellos Caballeros de Athena que se atrevieron a entrar al territorio enemigo, fueron exhibidas a la entrada, mostrando lo que pasaría con cualquier infeliz que quisiera seguir su ejemplo, e ir en contra del todo poderoso Hades.

 

¿Qué es el miedo? El miedo es una emoción… una sensación de angustia o nerviosismo por algo real o imaginario… un sentimiento  de naturaleza desagradable por cosas que ocurren, que han ocurrido o que pueden ocurrir… un malestar que advierte peligro y genera terror. Pero… ¿Qué es el miedo para un guerrero? El miedo para un guerrero es su peor enemigo… es por eso que, no importa cuál sea la situación, nunca debe mostrarse o la pelea se habrá perdido antes de iniciar.

 

 

 “Un guerrero nunca se preocupa por su miedo” —Carlos Castañeda.


Edited by Cástor_G, 15 July 2021 - 19:29 pm.


Capítulo 15: La Flor Sangrienta
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#62 Taurus_Gold007

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Posted 20 July 2021 - 15:20 pm

Gran fic, en verdad, tus personajes son buenos; pero veo algunos puntos a recalcar, como la edad de los personajes, no están sus edades, aunque en algunos si noto que superan los 23 o 25 años años, por favor, no cometas lo mismo de Kurumada, hacerlos muy jóvenes, edades como en The Lost Canvas y la Película La Leyenda del Santuario, quedarían precisas, igual con Ionia y Micenas, y que el menor tenga 20 años, como Hárbinger y Aiolia, por ejemplo

 

Tampoco le das énfasis a los combates cuerpo a cuerpo, solamente observo que se van a los golpes de puño, das descripciones generales, y en escenas muy escazas, mientras que la mayoría de "combates" consiste en lanzarse poderes, eso, en verdad, aburre, hermano lindo, caso diferente es incorporar artes marciales, o si un personaje es francés, pues, incorpora el Savate, por ejemplo, te dejo video para que recuerdes esos combates mano a mano.

 

[video]https://www.youtube....h?v=Rt3qAllzyJk[video]

 

 

También, dales una mayor resistencia física para que puedan combatir sin armaduras, aunque sea por unos minutos; porque ya lo sabemos todos, en el dibujo animado y el manga clásico - si no tengo armadura, no puedo pelear, si no fuera por mi armadura, estaría muerto -  <_<  <_<  <_<

 

Escribe capítulos cortos donde los personajes entrenan para poder aumentar su fuerza física y su energía, eso suena mejor a que superan sus límites por la amistad, justicia y derrotar al mano de turno, que es, más fuerte y lo mostró en cada batalla  <_< <_<

 

Por favor, que los Dioses hayan siendo entrenados en combates cuerpo a cuerpo, que la reencarnación de Atenea no sea una niña de 13 años, ni debilucha, ni enana, ni delicadita, ni llorona, ni humillable, ni insultable, como Saori, quizá, una tipo Juana de Arco, por el carácter y que iba a la lucha, estaría buena para seguirle, Sasha de Lost Canvas era un carácter parecido, y que físicamente sea imponente.

 

Ah, que no se vuelva una novela de llorones, por favor.

 

Saludos y abrazos fraternos desde Perú  ^_^  ^_^  ^_^  ^_^ .


Edited by Taurus_Gold007, 20 July 2021 - 15:20 pm.

Visiten mis crossovers, espero sus comentarios, abrazos fraternos desde Perú, y que Papá Dios les bendiga  ^_^ 


#63 Cástor_G

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Posted 27 October 2021 - 17:36 pm

CAPÍTULO 13:

Pandora

 

¿Se puede confiar en alguien que suplica por ayuda? ¿Realmente podemos reconocer a un lobo disfrazado de oveja?

 

1. Yago y Pandora

El silencio sepulcral que imperaba en el salón principal del castillo de Hades, se desvaneció con el sonido de unos escarpes broncíneos sobre las baldosas de mármol, avanzando hacia el centro de la habitación, en la cual descansaba sosegadamente la dama del Inframundo, Pandora. Esta enigmática mujer de lúgubre belleza, permanecía sentada y pensativa sobre un taburete de madera fina y piel aterciopelada.

 

—Yago de Cisne —profirió la mujer al ver al recién llegado—. La reunión que tendríamos con el señor Hades se ha pospuesto para el día de mañana. Los acontecimientos recientes a las afueras del castillo le han provocado jaqueca, por lo que hoy no podrá atenderte.

—He esperado mucho tiempo para poder servir al señor Hades, por lo que un día más será como un breve pestañeo —Yago estaba ansioso por revelar los más profundos secretos del Santuario, secretos que estaba seguro le garantizarían un lugar importante dentro del ejército de Hades.

—Espero que en verdad la información que tienes para compartir, sea beneficiosa para la causa, de lo contrario, tu cabeza terminará colgada en la entrada del castillo junto a la de tus antiguos camaradas —advirtió la mujer, que aunque tuviese un aspecto fino y delicado, en realidad era despiadada e implacable.

—Le aseguro señorita Pandora, que la información que tengo, definirá el resultado de esta recién declarada… guerra.

—Eso espero, no me inspiras la más mínima confianza, Yago de Cisne —confesó la mujer, mientras con el pulgar jugaba el anillo serpentino que adornaba uno de sus dedos.

—Si me permite hacerle un comentario señorita Pandora, su rostro me es familiar —dijo el joven enmascarado—. Toda mi vida la he vivido en el Santuario, no conozco a gente de otro lugar. Será posible que usted…

—El tiempo que tenías conmigo se termina justo ahora, Yago de Cisne. Te puedes retirar. Alguno de los esqueletos en la puerta te indicará cuál será tu habitación mientras estés aquí.

 

2. Pandora y Keriot

Hace algunos años, cuando Pandora era una niña de entre siete y ocho años, vagaba por Rodorio, una villa cercana al Santuario, junto a su hermano mayor Keriot, dos años más grande. Ambos hambrientos y desaliñados, vagaban sin rumbo aparente pues eran huérfanos desde hacía meses. Una tarde, en el mercado de Rodorio, Pandora aprovechó el bullicio de la muchedumbre para tomar una suculenta manzana y esconderla entre su desgastado, roto y pequeño vestido. Era una práctica común en cada mercado al que acudían; Keriot preguntaba el precio de las manzanas al vendedor, y Pandora aprovechaba su distracción y el ruido en el ambiente para tomar un par sin pagar absolutamente nada por ellas. Esa vez no corrieron con la misma suerte, pues el vendedor descubrió el engaño y se abalanzó de forma violenta sobre los pequeños delincuentes.

 

—¡Ladrones! —gritó el hombre calvo y gordo—. ¡Les voy a enseñar a ser personas honestas! —gritó y sacó un látigo que guardaba en su cinturón.

 

El hombre gordo no dudo en lanzar el látigo hacia los pequeños ladrones, pero antes de que este alcanzara la piel de los niños, se detuvo totalmente tieso en el aire, posteriormente se desprendió de sus manos y fue a dar a las manos de un hombre de blanca túnica y rostro enmascarado.

 

—¡Comerciante! —Resonó la imponente voz de aquel hombre de blanca túnica—. Toma estas monedas de oro —dijo, mostrando en su diestra tres monedas con el símbolo de Nike grabado en ellas—. Empaca en un costal suficiente fruta para que estos niños pierdan el hambre que acarrean consigo. Los llevaré al Santuario.

—Gran Patriarca —musitó el hombre gordo, ya arrodillado—. Lamento el espectáculo. Estos niños son unos ladrones.

—Un par de manzanas no ameritan una golpiza, comerciante.

 

Avergonzado, el hombre gordo empacó aquello que se le pidió, y vio partir rumbo al Santuario al gran Patriarca y a los niños hambrientos. El gran patriarca no solo era la máxima autoridad en el Santuario, sino en todas las aldeas que rodeaban a éste.

 

—Parece que usted es un hombre muy respetado en este lugar —dijo Keriot, curioso—. ¿Quién es usted?

—Soy el gran Patriarca del Santuario.

—¿El Santuario?

—Es el lugar donde viven los Caballeros de Athena.

—¿Y quiénes son los Caballeros de Athena?

—Los guerreros que defienden a la diosa Athena, y a este mundo. El movimiento de las estrellas me ha guiado a Rodorio en el momento justo en que ustedes llegaron. Una estrella fugaz en dirección de la constelación de Virgo, ha anunciado el arribo de un Caballero de Oro. Tú.

 

3. Lysander y Alrisha

En lo alto de una escarpada aunque no muy alta montaña, muy cerca del Santuario, aún permanecían en pie las ruinas de un antiguo templo, no era muy grande, pero sí acogedor, y en la entrada aún figuraba un viejo letrero de madera que recitaba “Los 5 Invencibles”.

 

—Imaginé que estarías aquí —dijo un hombre de resplandeciente ropaje dorado al entrar a aquella casa ruinosa; cargaba un cántaro de barro bajo el brazo—. Lysander —Aquel viejo templo era la guarida secreta de Lysander y sus amigos durante su niñez y adolescencia.

 

Lysander permanecía tumbado en el suelo, recargado sobre una enorme caja dorada, vestido de civil.

 

—Alrisha, escuché que cinco armaduras llegaron volando al Santuario, entre ellas la armadura de Leo —musitó Lysander con ojos llorosos y voz entrecortada.

—Nuestro amigo Lionel murió en batalla frente al castillo de Hades —dijo Alrisha de Piscis, también con voz melancólica. Después, puso la diestra sobre el hombro de su amigo, y apretó con fuerza—. La fuerza de su voluntad consiguió traer de vuelta al Santuario su armadura y la de otros que también cayeron en batalla.

—Acaba de partir y ya lo extraño ­—musitó Lysander—. Ni siquiera tuve la oportunidad de despedirme de él —agachó la cabeza y soltó el llanto.

—Lionel siempre fue un atrabancado —Alrisha subió la diestra hacia la cabeza de Lysander, y empezó a masajear su cabello a manera de consuelo—. Simplemente se ha adelantado a nosotros, como siempre. En algún momento todos podremos reunirnos nuevamente en el más allá.

 

Por un momento, Lysander sonrió, recordando todas aquellas veces en que las ocurrencias de Lionel le habían hecho reír a carcajadas.

 

—Vamos, límpiate esos mocos y sécate esas lágrimas —instó Alrisha. Aunque era más joven que Lysander, actuaba con madurez cuando la situación lo requería.

—¿Qué es lo que llevas en ese cántaro de barro? —preguntó Lysander, un poco más tranquilo.

—Pulque —respondió Alrisha.

—¿Pulque?

—También se le conoce como “Néctar de los Dioses” —Alrisha destapó aquel cántaro y empezó a oler lo que había en él—. Es una bebida alcohólica que tiene su origen en el recién descubierto para el hombre común, nuevo mundo —Buscando entre un mueble viejo, encontró un par de jícaras hechas a partir de una calabaza seca, y vertió aquel liquido embriagante en cada una.

—¿De dónde lo has sacado? —preguntó Lysander  al momento de tomar con ambas manos una de las jícaras.

—Hace un par de días, Lionel me comentó que había logrado elaborar pulque a partir del aguamiel de un maamigo que plantó en los alrededores del Templo del León. Quería que lo bebiéramos todos juntos, los cinco.

—Siempre encontraba cosas nuevas e interesantes en cada viaje que hacía —dijo Lysander y bebió un sorbo.

—La vida útil de esta bebida es de tres días, así que debemos beberla toda el día de hoy —advirtió Alrisha—. De haber tenido la oportunidad de despedirnos de Lionel, habría sido de esta manera ¿no crees?

—¿Sabes qué es lo que me sorprende? —preguntó Lysander—. Que teniendo tan mala memoria, hayas recordado el camino hasta aquí.

—Es mi lugar favorito.

 

4. Pandora y la Gárgola

Hace años, el movimiento de las estrellas guio al gran Patriarca del Santuario hacia un Caballero de Oro, en un principio, el niño se mostró incrédulo, pero casi al instante comprendió la teoría del cosmos, y como todo niño, sus ojos y su mente se abrieron a la fantasía y a lo sobrenatural. Keriot había nacido bajo la protección de la constelación de virgo, y le esperaba un largo camino para convertirse en uno de los doce Caballeros de Oro.

 

—¡Hermano! —gritó emocionada la pequeña niña de larga cabellera oscura.

—¡Pandora! —respondió Keriot al grito de su pequeña hermana—. ¿Qué haces aquí?

—He venido a verte entrenar hermano.

 

Keriot entrenaba fuerte y prácticamente todo el día, por lo que desde su arribo al Santuario, vivía separado de su hermana; él vivía dentro de uno de los doce templos del zodiaco, y ella vivía en una cabaña cercana bajo el cuidado de una joven doncella. Aun así, ella se las ingeniaba para verlo entrenar en algunas ocasiones, cuando este acudía a un páramo a las afueras del Santuario.

 

—Pandora, recuerda que no debes acércate mucho mientras entreno —advirtió Keriot—. Puedes jugar por ahí hasta que termine, y regresamos juntos.

 

Pandora jamás desobedecía a su hermano mayor, por lo que inmediatamente se alejó una distancia considerable para no interrumpir el entrenamiento de su hermano.

 

—¿Qué es eso? —se preguntó Pandora al ver lo que parecía ser una mariposa, solo que a diferencia de las mariposas comunes, esta tenía colores brillantes y traslúcidos, parecía estar hecha de cristal.

 

La extraña mariposa siguió su camino, y tras ella, corría la curiosa niña. En un instante, Pandora salió del terreno yermo y se adentró en una zona ruinosa de templos destruidos. La mariposa terminó su viaje, y se posó sobre una vieja y mohosa gárgola de piedra.

 

—Un hada del Inframundo… ¿Qué hace aquí? —preguntó una voz enigmática y lejana.

—¿Quién dijo eso? —preguntó Pandora al aire.

—¡Imposible! ¿Acaso esta niña puede escucharme? —dijo la voz, proveniente de la gárgola de piedra—. Soy yo niña, la gárgola de piedra. ¿Puedes escucharme?

—¡La estatua puede hablar, qué miedo! —Completamente espantada, Pandora huyó del lugar.

 

Aquella figura de piedra tenía un aspecto terrorífico, aun así, la curiosidad de un niño es inmensa, por lo que días después, la pequeña Pandora volvió al lugar.

 

—Acércate niña, no temas —decía la gárgola—. ¿Cómo te llamas?

—Pandora —respondió temerosa.

—¡Pandora!

—¿Quién eres tú y por qué puedes hablar?

—Yo soy un Espectro al servicio de Hades, soy el Espectro de la Gárgola. Hace mucho tiempo tuve una pelea con un despiadado Caballero de Athena, me convirtió en piedra y me dejó abandonado en este lugar inhóspito.

—¿Los Caballeros de Athena son malas personas?

—¡Oh sí! Son muy malos. Nuestro señor Hades tiene el ideal de acabar con todas las personas malas de este mundo, y dejar que vivan solo personas buenas. ¿Te gustaría que en este mundo solo hubiera personas buenas?

—Mi hermano y yo hemos conocido a muchas personas malas, nos han lastimado mucho. Las personas malas no deberían existir.

—¡Exacto! Los Caballeros de Athena protegen a las personas malas, por esa razón peleamos con ellos.

—Pero mi hermano está entrenando para convertirse en un Caballero de Athena. ¿Él se convertirá en una mala persona?

—Podemos ayudarlo para que no sea así. Pero primero debes ayudarme a mí.

—¿Cómo? Solo soy una niña.

—Puedes escucharme y además tu nombre es Pandora, esto no puede ser una coincidencia. Tu destino es convertirte en la comandante del ejército de Hades. Solo escucha con atención, esto es lo que haremos.

 

5. Eros y Alrisha

Pasaron algunas horas desde que Lysander y Alrisha bebieron el llamado “Néctar de los Dioses”. Lysander quedó literalmente inconsciente por tal borrachera; solo era capaz de balbucear algunas frases aleatorias e incoherentes tumbado en el suelo. Alrisha por su parte, no había bebido tanto, aunque aun así, sentía la cara caliente y tenía cierta sensación de mareo.

 

—¿Lysander? —preguntó Alrisha, palmeando la pierna de su amigo sin obtener respuesta alguna—. ¿Amigo estás dormido?

 

Lysander estaba tumbado en el suelo cual costal de papas, completamente ebrio, con una jícara vacía junto a su cabeza. Su camisa se abrió a la altura del pecho, mostrando parte de un bien delineado torso masculino. Con precaución y cierto miedo, Alrisha retiró por completo el cordón que amarraba la camisa y la abrió, dejando el torso totalmente descubierto. Con la yema de sus temblorosos dedos, palpó de arriba a abajo el cuerpo de Lysander; estas eran sensaciones nuevas para el Caballero de Oro, el corazón le palpitaba como nunca antes. A pesar de que la vida sexual en el Santuario no estaba del todo prohibida, tampoco era algo de lo que se pudiera gozar plenamente y con libertad. Los Caballeros de Athena están muy ocupados salvando el mundo como para preocuparse por su vida sentimental.

Para un Caballero de Athena era difícil mantener una relación sentimental con alguien dadas sus múltiples y peligrosas  responsabilidades, y lo era todavía más para un Caballero que era diferente al resto.

Cuando Alrisha terminó de explorar por primera vez y con sus manos, el cuerpo de otro hombre, decidió seguir adelante y dar un paso más: besar a Lysander.

Alrisha ni siquiera estaba seguro si era él el que estaba moviendo su cuerpo en ese momento, o el espíritu del dios Quetzalcóatl y la diosa Mayahuel a través del pulque que corría por sus venas.

Cuenta una vieja leyenda prehispánica del nuevo mundo, que una hermosa diosa llamada Mayahuel, vivía encerrada bajo la protección de su abuela en un palacio de piedra y nubes, cuidando una planta mágica que podría brindar felicidad y otros dones al ser humano.

Un día, los dioses encomendaron a Quetzalcóatl la misión de obtener dicha planta para compartirla con los seres humanos. Siendo muy astuto, este dios con gentiles palabras la convenció de huir con él, sin importar el riesgo de la furia de la abuela.

En la huida, los dioses se enamoraron y decidieron vivir su amor eterno, sin embargo, dicha felicidad terminó cuando se dieron cuenta que los hermanos de Mayahuel los perseguían y para no ser encontrados, Mayahuel decidió que tanto ella como Quetzalcoatl tomarían la forma de su planta mágica: el maamigo. Justo como las plantas que Lionel sembró a la afueras de su templo, y de las cuales obtuvo el aguamiel para elaborar pulque.

 

—¿Qué estoy haciendo? Ni siquiera se besar —pensaba Alrisha—. ¿Quizá solo tenga que pegar mis labios junto a los suyos?

 

Con el cuerpo tembloroso, acercó su rostro lo suficiente al de Lysander que los labios de ambos finalmente rosaron. Alrisha estaba por introducir su lengua en la boca de Lysander cuando la de éste se introdujo en la suya. El caballero de Piscis pegó un salto brusco y corrió fuera del templo hasta perderse entre las montañas.

 

Alrisha corrió tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando ya estaba en la entrada del Santuario. Estaba completamente aterrorizado y lleno de vergüenza por su comportamiento.

 

—No puedo creer que haya besado a Lysander —musitó Alrisha—. Nuestra amistad se va a romper ¡Maldita sea!

—¡Vaya! ¡Vaya! —exclamó un hombre encapuchado desde las sombras—. Así que has besado a Lysander de Sagitario ¡Qué descaro! son un par de sodomitas —agregó, dejando su rostro al descubierto.

—¡Imposible! —exclamó Alrisha—. ¡Tú eres Eros de Piscis, uno de los prisioneros que escaparon de Abaddon!

—Así es, soy Eros de Piscis —aceptó el hombre de larga y hermosa cabellera, y de rostro aún más bello—. Esa armadura que llevas puesta, me pertenece.

—Eres un prófugo, ya no puedes vestir esta armadura.

—Tienes razón, de momento soy un prófugo —dijo Eros, al momento de mostrar una rosa roja en su diestra—. He andado deambulando por aquí y por allá, cerca y dentro del Santuario —agregó, blandiendo la rosa de izquierda a derecha—. Pero no podía marcharme sin antes hablar contigo.

—Eres un traidor, tus palabras son veneno, no tengo nada que hablar contigo.

—¡Pero yo sí! —gritó el antiguo Piscis—. Escúchame muy bien impostor, en este momento me encuentro en desventaja, eres tú quien viste la armadura de Piscis, pero tarde o temprano encontraré la manera de recuperar lo que es mío, te lo prometo.

—¡Ni siquiera te dejaré ir de aquí traidor!

—JA JA JA —La carcajada cínica de Eros no palidecía aun después de años de encierro en Abaddon—. Pobre niño estúpido.

 

Entre un remolino de pétalos de rosa, Eros desapareció sin dejar rastro.

 

6. La Gárgola y el Escudo de Medusa

Además del duro entrenamiento, Keriot tenía otras responsabilidades asignadas. Cada semana, debía limpiar y pulir aquellas armaduras que aún no tenían dueño.

 

—¿Por qué Pandora me pidió el escudo de medusa? —se preguntaba el niño mientras con un trapo viejo limpiaba una de las armaduras—. Ese artefacto pertenece a la armadura de plata de Perseo. Ciertamente puedo sacarlo de aquí sin que alguien lo note. Pero… ¿será lo correcto? Pandora me lo ha suplicado. Además ¿Por qué sabe de la existencia de este objeto? Todo es muy extraño. Aunque pensándolo bien, Pandora es mi hermana, ella es más importante que cualquiera en este lugar, debo complacerla.

 

Después de pensarlo con detenimiento, Keriot finalmente decidió llevar consigo el escudo de medusa. Lo tomó, y lo llevó hasta el lugar donde Pandora le había indicado.

 

—Pues ya estamos aquí hermana —Frente a la gárgola de piedra, se encontraban Keriot y Pandora.

—Muy bien Pandora —dijo la gárgola—. Lo has hecho muy bien. Ahora debes pedirle a tu hermano que destruya ese escudo. Solo así podré ser libre.

—Keriot, debes destruir ese escudo.

—¿Qué dices? —preguntó Keriot sorprendido—. No puedo hacerlo.

—Confía en mí hermano, es para ayudar a alguien. Con tu poder de Caballero, puedes hacerlo fácilmente.

—Si el gran Patriarca se entera, va a matarme.

 

Después de dudarlo por un rato, finalmente Keriot encendió su cosmos, y de un puñetazo destruyó el escudo de plata.

En ese instante, la gárgola se liberó de su prisión pétrea, y volvió a la vida ante la atónita mirada de los niños.

 

—Muy bien hecho Keriot, estoy en deuda contigo —dijo el Espectro de negro ropaje—. El señor Hades sabrá recompensar tu contribución a la causa. Respecto a ti, pequeña Pandora. Cuando tengas la edad suficiente, regresaré y te llevaré conmigo. Aguarda con paciencia, mi misión será reclutar al ejército que un futuro tu comandarás.

 

No todos aquellos que suplican ayuda, son víctimas en realidad, y no todos aquellos que ayudan son buenas personas.

A veces los lobos se disfrazan de ovejas, y estando disfrazados, ni entre ellos se reconocen.

 

Si te dan la opción de ser pastor u oveja, sé el lobo

Josh Homme.


Edited by Cástor_G, 27 October 2021 - 17:49 pm.


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#64 Rexomega

Rexomega

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Posted 08 November 2021 - 17:22 pm

Saludos Cástor

 

Me encuentro en un descanso de la publicación semanal de mi historia, al haber completado la primera etapa/temporada, así que aprovecho para dejarte un breve review del capítulo 8. Reunión Dorada.

 

Ah, pero primero: "éste aire frío", "éste templo" (en esos casos no se tildan), "El algún", "aguitado", "Athena acompañada", "Sustituirme como Patriarca" son los errores que vi en este capítulo, además de alguna raya que faltaba en los diálogos. Dado el tiempo que ha pasado desde que se publicó el capítulo 8 quizá sobre la mención, pero es la costumbre.

 

Creo que una de tus habilidades es la de poder contar mucho con pocas palabras. La forma en que vas presentando a los santos de oro, con breves descripciones y diálogos, sienta muy bien. Denon, aunque le pese a Lysander, ayuda mucho a esto. ¿El santo de Capricornio estará relacionado con el océano? Curiosa elección, me deja intrigado ver cómo se desenvuelve en batalla. En general, este concepto de Reunión Dorada siempre es entretenido de ver, aunque no es fácil presentarlo sin que se sienta artificial. Lionel, con su jardín y su personalidad extravagante ayuda a romper un poco la sensación de monotonía, lástima que tenga el destino de Mufasa grabado a fuego en su rincón del telar. Como de costumbre, ver a Yago sufrir es divertido, ese muchacho merece todo lo malo que le pasa, incluido el cosplay gratis de Dos Caras. Pobre de la muchacha que vela con él. (¡Había olvidado que conservabas la Ley de las Máscaras en tu historia! Mal de mí.).

 

Como a Lionel lo veo venir, no fue él quien me hizo sonreír, ni la necesidad imperiosa de Denon por criticar a alguien cada minuto, sino ese comentario que casi rompe la cuarta pared sobre pasar por el jardín más famoso del mundo, ese que en tu historia iniciara Samael de Piscis. Porque tener un jardín en el sendero de una montaña es buena cosa cuando te atacan, pero mala cuando va a haber reunión del martes, o viene el cartero, o traen la pizza comunal. Un misterio más para la galería, mientras nos sumergimos en la mentada reunión donde, debo admitir, imaginé al Sumo Sacerdote con un cubo enorme de palomitas en cuanto Lysander y Denon empiezan a pelear donde debió haber una cena amistosa. Al final se explica: según entiendo, Atenea piensa que Denon sería un Sumo Sacerdote genial, cosa con la que el actual Sumo Sacerdote no está de acuerdo; deja que Denon y Lysander choquen para revelar que la actitud del santo de Acuario no es la adecuada para un líder del Santuario, lo que me parece así a bote pronto una razón bastante mala, pero son sus costumbres y hay que respetarlas.

 

Mala porque, en realidad, una reunión para arreglar todos los problemas en 12 horas debería incluir al menos el intento de solucionar la incapacidad de dos santos de oro por cooperar sin estarse atacando todo el rato. Entiendo las dudas que tiene el Sumo Sacerdote, y conociéndote, podría ser tanto que Atenea ve lo que nosotros no podemos ver como que para Atenea el Santuario es suyo y hace con él lo que quiere. Pero es que la actitud de Denon aquí es la que siempre tiene, no es como si tratara de ocultarla, es un poco servil, pero no un hipócrita al que nadie haya calado. Del otro lado, Lysander es un poquito exagerado aquí. En realidad, el único que lo ha atacado y que tiene una actitud terrible para con él es Denon, ¿qué tiene en contra de los demás? ¿O es que la actitud de Lionel también le molesta? ¿O es el hecho de que la cena de los defensores del mundo parezca sacada de una reunión de reyes? (Nunca he podido sacarme la idea de los santos de oro como monjes célibes que comen frugalmente, por lo que esta cena tan copiosa se me hizo rara. ¡No es crítica! Creo que ni yo mismo seguí esa peregrina forma de ver el Santuario, por esa vida espartana que parecen seguir mientras se convierten en santos de Atenea.). Hay más ahí, seguro, pero solo con lo que leí en este capítulo sentí que Lysander, al abandonar su papel de santo de oro (¡pero no el manto de oro!), pecó de exagerado, aunque gran parte de la culpa es... No, señor Sumo Sacerdote, no de Denon, ¡suya!

 

Ha sido un buen capítulo, con un buen elenco de santos de oro. Fëanor para un santo de Aries sigue quedando tan bien como la primera vez que lo leí, aunque son Lancelot, por su relación en el océano, y Endor, por su estilo, los que más me llaman la atención. Y al tiempo, Denon es el alma de la fiesta, solo que mientras que al inicio ayuda a que las presentaciones se sientan dinámicas, como que son personajes que se relacionan entre sí y no NPC de videojuego, al final interrumpe la trama bruscamente. De todos modo, de tu vieja versión sabía que Deos tenía que irse a seguir su camino ateniense. 

 

Me despido por ahora, Cástor, felicitándote por seguir esta historia y pidiendo disculpas por tantos "santo de oro". Me obligué a escribirlo así en vez de "caballero de oro" con mi historia y soy incapaz de evitarlo.

 

¡Mucha suerte! 

 

Adeus


Edited by Rexomega, 08 November 2021 - 17:24 pm.

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Posted 11 November 2021 - 20:14 pm

Gran fic, en verdad, tus personajes son buenos; pero veo algunos puntos a recalcar, como la edad de los personajes, no están sus edades, aunque en algunos si noto que superan los 23 o 25 años años, por favor, no cometas lo mismo de Kurumada, hacerlos muy jóvenes, edades como en The Lost Canvas y la Película La Leyenda del Santuario, quedarían precisas, igual con Ionia y Micenas, y que el menor tenga 20 años, como Hárbinger y Aiolia, por ejemplo

 

Tampoco le das énfasis a los combates cuerpo a cuerpo, solamente observo que se van a los golpes de puño, das descripciones generales, y en escenas muy escazas, mientras que la mayoría de "combates" consiste en lanzarse poderes, eso, en verdad, aburre, hermano lindo, caso diferente es incorporar artes marciales, o si un personaje es francés, pues, incorpora el Savate, por ejemplo, te dejo video para que recuerdes esos combates mano a mano.

 

[video]https://www.youtube....h?v=Rt3qAllzyJk[video]

 

 

También, dales una mayor resistencia física para que puedan combatir sin armaduras, aunque sea por unos minutos; porque ya lo sabemos todos, en el dibujo animado y el manga clásico - si no tengo armadura, no puedo pelear, si no fuera por mi armadura, estaría muerto -  <_<  <_<  <_<

 

Escribe capítulos cortos donde los personajes entrenan para poder aumentar su fuerza física y su energía, eso suena mejor a que superan sus límites por la amistad, justicia y derrotar al mano de turno, que es, más fuerte y lo mostró en cada batalla  <_< <_<

 

Por favor, que los Dioses hayan siendo entrenados en combates cuerpo a cuerpo, que la reencarnación de Atenea no sea una niña de 13 años, ni debilucha, ni enana, ni delicadita, ni llorona, ni humillable, ni insultable, como Saori, quizá, una tipo Juana de Arco, por el carácter y que iba a la lucha, estaría buena para seguirle, Sasha de Lost Canvas era un carácter parecido, y que físicamente sea imponente.

 

Ah, que no se vuelva una novela de llorones, por favor.

 

Saludos y abrazos fraternos desde Perú  ^_^  ^_^  ^_^  ^_^ .

 

Hola, gracias por comentar =)

 

-Respecto a las edades, no recuerdo exactamente de cuantos personajes he mencionado la edad exacta en el fic. Lo que si te puedo decir, es que el rango de edad si es un poco mayor a los que maneja Kurumada. Por ejemplo, Lysander de Sagitario es de los Caballeros de Oro más jóvenes y tiene 24 años, Denon de Acuario tiene 26 por citar otro ejemplo.

 

-Las peleas fisicas se me complican bastante, por eso son escasas jejej

 

-Creo que lograr metas en base a la fe y la amistad es un pilar fundamental en la franquicia, sin embargo, en mi fic trato de mostrar que aunque este punto siga presente en mi historia, no es la única forma de ganar una pelea. Los personajes de mi fic de hecho son "muy" oscuros de cierta manera.

 

-La Athena e mi fic será algo muy diferente a lo visto en los spinoffs o el manga/anime clásico, o por lo menos esa es mi intención. Sin embargo no prometo que sea parecida a Sasha de Lost Canvas porque a mi ese personaje me parece bastante gris, aunque haya estado "activa" en la guerra. jejeje

 

Saludos desde México!



Capítulo 15: La Flor Sangrienta
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Posted 11 November 2021 - 20:33 pm

Saludos Cástor

 

Me encuentro en un descanso de la publicación semanal de mi historia, al haber completado la primera etapa/temporada, así que aprovecho para dejarte un breve review del capítulo 8. Reunión Dorada.

 

Ah, pero primero: "éste aire frío", "éste templo" (en esos casos no se tildan), "El algún", "aguitado", "Athena acompañada", "Sustituirme como Patriarca" son los errores que vi en este capítulo, además de alguna raya que faltaba en los diálogos. Dado el tiempo que ha pasado desde que se publicó el capítulo 8 quizá sobre la mención, pero es la costumbre.

 

Creo que una de tus habilidades es la de poder contar mucho con pocas palabras. La forma en que vas presentando a los santos de oro, con breves descripciones y diálogos, sienta muy bien. Denon, aunque le pese a Lysander, ayuda mucho a esto. ¿El santo de Capricornio estará relacionado con el océano? Curiosa elección, me deja intrigado ver cómo se desenvuelve en batalla. En general, este concepto de Reunión Dorada siempre es entretenido de ver, aunque no es fácil presentarlo sin que se sienta artificial. Lionel, con su jardín y su personalidad extravagante ayuda a romper un poco la sensación de monotonía, lástima que tenga el destino de Mufasa grabado a fuego en su rincón del telar. Como de costumbre, ver a Yago sufrir es divertido, ese muchacho merece todo lo malo que le pasa, incluido el cosplay gratis de Dos Caras. Pobre de la muchacha que vela con él. (¡Había olvidado que conservabas la Ley de las Máscaras en tu historia! Mal de mí.).

 

Como a Lionel lo veo venir, no fue él quien me hizo sonreír, ni la necesidad imperiosa de Denon por criticar a alguien cada minuto, sino ese comentario que casi rompe la cuarta pared sobre pasar por el jardín más famoso del mundo, ese que en tu historia iniciara Samael de Piscis. Porque tener un jardín en el sendero de una montaña es buena cosa cuando te atacan, pero mala cuando va a haber reunión del martes, o viene el cartero, o traen la pizza comunal. Un misterio más para la galería, mientras nos sumergimos en la mentada reunión donde, debo admitir, imaginé al Sumo Sacerdote con un cubo enorme de palomitas en cuanto Lysander y Denon empiezan a pelear donde debió haber una cena amistosa. Al final se explica: según entiendo, Atenea piensa que Denon sería un Sumo Sacerdote genial, cosa con la que el actual Sumo Sacerdote no está de acuerdo; deja que Denon y Lysander choquen para revelar que la actitud del santo de Acuario no es la adecuada para un líder del Santuario, lo que me parece así a bote pronto una razón bastante mala, pero son sus costumbres y hay que respetarlas.

 

Mala porque, en realidad, una reunión para arreglar todos los problemas en 12 horas debería incluir al menos el intento de solucionar la incapacidad de dos santos de oro por cooperar sin estarse atacando todo el rato. Entiendo las dudas que tiene el Sumo Sacerdote, y conociéndote, podría ser tanto que Atenea ve lo que nosotros no podemos ver como que para Atenea el Santuario es suyo y hace con él lo que quiere. Pero es que la actitud de Denon aquí es la que siempre tiene, no es como si tratara de ocultarla, es un poco servil, pero no un hipócrita al que nadie haya calado. Del otro lado, Lysander es un poquito exagerado aquí. En realidad, el único que lo ha atacado y que tiene una actitud terrible para con él es Denon, ¿qué tiene en contra de los demás? ¿O es que la actitud de Lionel también le molesta? ¿O es el hecho de que la cena de los defensores del mundo parezca sacada de una reunión de reyes? (Nunca he podido sacarme la idea de los santos de oro como monjes célibes que comen frugalmente, por lo que esta cena tan copiosa se me hizo rara. ¡No es crítica! Creo que ni yo mismo seguí esa peregrina forma de ver el Santuario, por esa vida espartana que parecen seguir mientras se convierten en santos de Atenea.). Hay más ahí, seguro, pero solo con lo que leí en este capítulo sentí que Lysander, al abandonar su papel de santo de oro (¡pero no el manto de oro!), pecó de exagerado, aunque gran parte de la culpa es... No, señor Sumo Sacerdote, no de Denon, ¡suya!

 

Ha sido un buen capítulo, con un buen elenco de santos de oro. Fëanor para un santo de Aries sigue quedando tan bien como la primera vez que lo leí, aunque son Lancelot, por su relación en el océano, y Endor, por su estilo, los que más me llaman la atención. Y al tiempo, Denon es el alma de la fiesta, solo que mientras que al inicio ayuda a que las presentaciones se sientan dinámicas, como que son personajes que se relacionan entre sí y no NPC de videojuego, al final interrumpe la trama bruscamente. De todos modo, de tu vieja versión sabía que Deos tenía que irse a seguir su camino ateniense. 

 

Me despido por ahora, Cástor, felicitándote por seguir esta historia y pidiendo disculpas por tantos "santo de oro". Me obligué a escribirlo así en vez de "caballero de oro" con mi historia y soy incapaz de evitarlo.

 

¡Mucha suerte! 

 

Adeus

 

 

Hola Rex! Me alegra verte por aquí nuevamente!

 

-Efectivamente, el santo de Capricornio esta relacionado con el agua, aunque también con Excalibur. En la primera versión de este fic no alcancé a mostrar sus habilidades, pero esta vez será diferente! Yago apenas empezará con sus fechorías!

 

-Samael de Piscis no solo será importante por este jardín en el fic, sino por otras cosas que se van a revelar más adelante .

 

-Noté la referencia al Canal Random jajaj. La Athena de mi fic será un poco peculiar tomando en cuenta a las Athenas oficiales vistas en la franquicia hasta ahora. No sé si sea una buena manera de presentarla, pero será diferente a lo visto, de eso estoy seguro xD. Sin embargo su aparición está prevista para después de la primera invasión a las 12 casas.

 

-Tienes razón, Lysander puede verse muy exagerado en esta ocasión. La respuesta a esto es que él en realidad nunca quiso ser un Santo, por lo que a la menor provocación, siempre "renuncia", ya que no es la primera vez. Tengo la intención de escribir un spinoff basado en la guerra negra que ocurrió "fuera de cámara", donde se verá a un Lysander más joven y rebelde. Un fic de no más de 10 capítulos, pero aún lo tengo en planeación. Respecto a la cena, yo por el contrario, siempre me imaginé que los santos viviendo con toda clase de lujos y comiendo los más exquisitos manjares jajaja. Aún así, incluso a mí me pareció raro escribir esta parte, porque realmente se han visto cosas así muy pocas veces en la franquicia.

 

-Gracias por seguir aquí!

 

-Por cierto yo mismo me arrepiento de haber utilizado el término Caballeros en lugar de Santos, pero ya es muy tarde... o no? Quizá simplemente lo cambie de un capítulo a otro. Si alguien pregunta, un hechicero lo hizo.


Edited by Cástor_G, 11 November 2021 - 20:36 pm.


Capítulo 15: La Flor Sangrienta
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Posted 22 March 2022 - 22:25 pm

CAPÍTULO 14:

El Conejo de la Luna

 

La ira, el hartazgo, la decepción y la culpa, son algunas de las emociones que pueden nacer en el hombre y se pueden propagar como maleza en un solar. Son tan poderosas que incluso podrían derrumbar al más grande de los héroes.

                                                                                                                                                                        

1. Santuario Lunar

Hace diez años, después de haber finalizado La Segunda Guerra Negra, la paz parecía haber regresado al Santuario de Athena y a toda Grecia. Habían iniciado labores de reconstrucción así como el adiestramiento de los nuevos Caballeros que ocuparían el lugar de aquellos que cayeron en batalla.

 

—Realmente las aguas de este lugar confortan el cuerpo y el alma —musitó un muchacho de actitud relajada dentro de lo que parecía ser un enorme estanque—. Las historias que escuché eran ciertas.

 

Realmente no era un estaque, sino decenas de ellos por todo el lugar. En realidad ni siquiera eran propiamente estanques, eran enormes cráteres similares a los que podían verse en el astro lunar, pero desbordantes de agua cristalina.

 

Absorto en sus pensamientos, el muchacho echó la cabeza atrás a la orilla de aquel cráter inundado, y pudo ver como a lo lejos le observaba fijamente un hermoso conejo blanco. Inmediatamente dio la vuelta y llamó con voz suave al tímido animal.

 

—Ven conejito —musitó el muchacho.

 

Asustado, el pequeño conejo pegó un brinco y se perdió entre la hierba del bosque cercano. El muchacho salió del agua, se colocó rápidamente el faldón de una armadura y unas grabas de oro, y con el torso desnudo corrió en busca del rápido animal.

 

—¡Es muy rápido! —pensó el muchacho, intrigado. Evidentemente aquel no era un conejo ordinario, pues ni siquiera la velocidad de la luz parecía suficiente para darle alcance.

 

Cuando parecía que finalmente le había alcanzado, el conejo se perdió entre la hierba alta y la bruma que cubría gran parte del bosque.

 

—No deberías estar aquí —susurró una voz delicada proveniente de la hierba alta.

—¿Quién eres? —preguntó el muchacho, intrigado.

 

De entre la hierba, emergió la figura de una hermosa y delicada joven, vestida con un diminuto palio blanco que apenas cubría sus partes pudorosas, y unas sandalias de piel de cordero.

 

—¿Quién eres? —preguntó nuevamente el joven castaño—. ¿Acaso eres una ninfa?

—Soy una Sattelite, guardiana de estas tierras y de la diosa Artemisa—respondió la bella muchacha—. Estás infringiendo dos importantes reglas del Santuario Lunar, y es mi deber comunicártelas. Aunque este Santuario esté casi en ruinas, y nuestra diosa no lo habite, las reglas deben respetarse. Número 1: Está estrictamente prohibido el acceso a cualquier hombre. Número 2: La cacería de animales está prohibida a menos que esta sea autorizada por nuestra diosa.

—Suenas demasiado formal para ser una jovencita igual que yo.

—¿Qué tan joven eres? —preguntó la guardiana, observando de pies a cabeza el cuerpo del muchacho, especialmente los músculos de su torso desnudo—. Tu cuerpo es el de un hombre, no el de un muchacho.

—Eso es porque soy un Caballero de Athena, el entrenamiento es bastante duro. Pero tengo catorce años. Mi nombre es Lysander de Sagitario. ¿Cuál es el tuyo?

—Mi nombre es, Selene.

 

Lysander quedó impresionado con la belleza de aquella muchacha. Quizá era su hermoso, largo y rizado cabello rubio lo que le había hechizado, o quizá era el brillo plateado en sus ojos esmeralda que parecía reflejar la luna. Y de alguna manera, Selene también había quedado impresionada con el apuesto muchacho. Como guardiana del Santuario Lunar, no estaba acostumbrada a tratar con hombres, quizá era el primer hombre que veía en su vida. Y con este encuentro, su cuerpo empezó a experimentar nuevas y prohibidas sensaciones.

 

2. Selene y Lysander

Con aquel encuentro fortuito hace algunos años, Lysander de Sagitario y Selene, la Sattelite guardiana del Santuario Lunar, habían iniciado una relación amorosa que no había menguado con el pasar de los años. Cada vez que había oportunidad, mantenían encuentros románticos tras las murallas de aquel Santuario casi abandonado.

 

—Han pasado muchos días desde la última vez que viniste, Lysander —dijo la hermosa dama de largo, rubio y rizado cabello—. Te extrañé demasiado.

—La guerra contra Hades inició, he estado ocupado mandando Espectros de regreso al Inframundo —respondió Lysander—. Además, mi amigo Lionel de Leo perdió la vida luchando contra uno de ellos.

—Ya tendrás oportunidad de obtener tu revancha, amado mío —confortó Selene, se acercó y delicadamente pasó la diestra sobre la mejilla del joven Caballero.

—Querida Selene, renuncié a ser un Caballero de Athena —informó Lysander, con rostro cansado.

—¿Eso es posible?

—Estoy cansado de luchar por luchar —confesó Lysander y una lágrima rodó por su mejilla—. Estoy cansado de que Denon de Acuario me recuerde mis errores del pasado una y otra vez. Estoy cansado de ver cómo la gente que estimo muere. Estamos peleando en una guerra que no va a terminar nunca, solo se tomará un descanso de doscientos años, y después de ese tiempo una nueva generación de Caballeros tendrá que hacer lo mismo otra vez.

—Los Caballeros de Athena no luchan para ganar una guerra Lysander, luchan para mantener la paz en la Tierra.

—¿Prefieres que regrese al Santuario y luche hasta morir en lugar de quedarme aquí contigo? ¿En el Santuario Lunar?

—¿Has observado alguna vez la luna llena? ¿Has visto alguna vez la figura de un conejo en ella?

—Claro.

—En el nuevo mundo, existe una leyenda hermosa que habla sobre eso. Cuentan que un día el dios Quetzalcoatl salió al mundo a caminar como los hombres, caminó tanto que la noche cayó, las estrellas cubrieron el oscuro firmamento y la luna se alzó coronando la bóveda celeste. Agotado, se sentó a la orilla del camino para descansar cuando vio a un conejito que había salido a cenar. “¿Qué haces?” Le preguntó. “Estoy comiendo pasto”, le respondió el conejo, “¿Quieres un poco?” Le preguntó a continuación, pero Quetzalcoatl respondió que él no podía comer pasto. El conejo preocupado porque aquel hombre pudiera morir de hambre y de sed, se ofreció a sí mismo como alimento, “cómeme”, le dijo. El dios Quetzalcoatl conmovido, lo acarició y le prometió que su generosidad sería recordada por siempre. Entonces, tomó al conejo entre sus manos y lo alzó muy alto, tanto algo que llegó a la luna y su imagen quedó grabada en ella por siempre.

—Es una historia muy bonita, Selene.

—Es necesario que existan personas que se sacrifiquen para que otras puedan seguir con su vida común y corriente. Quizá en otro momento me habría alegrado tu decisión, en el Santuario Lunar podemos vivir tranquilamente el resto de nuestras vidas, Hades no se metería con nuestra señora Artemisa, pero si tú no luchas contra Hades, y Athena pierde la guerra, este mundo ya no será tan hermoso como lo es ahora, y nuestro hijo no tendrá la oportunidad de conocer esa belleza.

­—¿Nuestro hijo? —preguntó Lysander sorprendido—. ¿Acaso tú?...

—Lysander… —musitó Selene, tomó la diestra de Lysander y la llevó a su vientre con delicadeza—. Seremos padres de un hermoso bebé.

 

 

3. Los Dioses Gemelos

En el lúgubre Castillo de Hades se había llevado a cabo una importante reunión. Yago de Cisne ahora pertenecía al ejército de Hades, por lo tanto, tenía que mostrar su utilidad de alguna forma.

Lo que se habló en aquella reunión, dejó preocupada a la dama del Inframundo, la enigmática señorita Pandora.

 

—Pandora —dijo un hombre de ostentoso ropaje oscuro, justo al momento de entrar al salón principal, donde ya lo esperaba la hermosa mujer de larga cabellera negra—. ¿Finalmente me dirás lo que se habló en la reunión que tuviste con el señor Hades y ese Caballero de Bronce?

—Aslan… —musitó la mujer—. Ese tal Yago nos ha dado información sumamente valiosa.

—¿Ah sí? ¿Qué información?

—El lugar en el que los dioses gemelos se encuentran sellados.

—Los dioses gemelos…

—Para ganar la confianza del señor Hades, Yago de Cisne ha revelado el lugar en el que Hypnos y Tánatos se encuentran confinados, después de haber sido sellados por Athena en la anterior guerra santa. Ese lugar es… el undécimo templo del zodiaco en el Santuario, el Templo de la Preciosa Urna. Incluso ha dado detalles bastante explícitos.

—¿A qué te refieres, Pandora?

—Durante tu pelea con Lionel de Leo, descubriste la existencia de doce objetos… los 12 Regalos Olímpicos. Uno de ellos es la Flauta Celeste que has obtenido al derrotar a ese Caballero. Pero hay once más… otro de ellos es la Urna Sagrada.

—Y es ahí donde… —ansioso, adelantó Aslan.

—Sí. Es en la Urna Sagrada donde los dioses gemelos se encuentran sellados —respondió la enigmática mujer.

—Pandora… obviamente no debemos permitir que los dioses gemelos sean liberados. Si esto llega a ocurrir, serán ellos quienes tomen el control de esta guerra… y nosotros perderemos lo que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado, el dominio sobre el poder de Hades.

—Así es. Por esa razón he pedido al señor Hades que seas tú y tu ejército quienes vayan al Santuario. Aslan, debes llegar al undécimo templo del zodiaco y apoderarte de la Urna Sagrada.

—Por supuesto que lo haré, querida Pandora.

—Yago se ha ofrecido como guía. Siendo un Caballero de Athena conoce muy bien el Santuario. Sin embargo, una vez que la Urna esté en tus manos, deberás matar a ese Caballero de Bronce, y desaparecer ese Regalo Olímpico.

—Entonces le diremos al señor Hades que todo fue un engaño del tal Yago… ¿No es así?

—Así es —dijo la mujer, esbozando una delicada sonrisa—. Y nuestro triunfo será doble, ya que los dioses gemelos no despertarán, y al mismo tiempo nos desharemos de ese intruso.

 

Por ser un Caballero de Athena, Yago era objeto de desconfianza entre el ejército de Hades,  principalmente entre Aslan de Grifo y Pandora, quienes no solamente veían a alguien que en cualquier momento podría traicionarlos, sino que aun siendo totalmente fiel a Hades, Yago podría presentar conflictos para sus intereses personales.

 

—¡Señor Aslan de Grifo! —profirió el joven enmascarado, Yago de Cisne, al ver salir del salón principal al estricto Juez del Inframundo—. Me siento profundamente emocionado por ser su guía en la próxima invasión al Santuario… no encuentro palabras para describirlo, es…

—Cierra la boca —interrumpió Aslan, torciendo los ojos hacia arriba y suspirando profundamente—. Conmigo no tienes que fingir, no confío en ti, sucio Caballero de Athena.

—Señor Aslan… le aseguro que puede confiar plenamente en mí. Incluso he preparado un plan para que no haya una sola baja en su ejército.

—Soy un Juez del Inframundo, no necesito que un niñato estúpido me diga lo que tengo que hacer —dijo Aslan, intimidante—. Deberías preocuparte por elaborar un plan que te permita seguir con vida una vez que ya no seas de utilidad para nosotros. El señor Hades es muy compasivo, y agradece los favores que puedan hacerle. Pero yo no. Así que… te recomiendo tener cuidado, Cisne —agregó y se marchó del lugar, no sin antes retirar la participación del cisne en la invasión próxima—. De hecho, creo que no será necesario que me acompañes. Dudo que sea muy difícil dar con los famosos “Doce Templos” en el Santuario.

—Idiota —pensó Yago—. Intenté hacerte un favor… ya te arrepentirás por haber rechazado mi ayuda.

 

La ira, el hartazgo, la decepción y la culpa, son algunas de las emociones que pueden nacer en el hombre y se pueden propagar como maleza en un solar. Son tan poderosas que incluso podrían derrumbar al más grande de los héroes. Sin embargo, aún en la maleza pueden surgir hermosas flores que merezcan un último esfuerzo por seguir adelante.

 

 

 

“El valor de un sentimiento se mide por la cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él” John Galsworthy.


Edited by Cástor_G, 22 March 2022 - 22:38 pm.


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Posted 25 March 2022 - 16:35 pm

Saludos 

 

Aprovecho que publicaste para comentar un capítulo, en este caso el 9, Tumba de las Luciérnagas. 

 

Algunos errores (aunque ha pasado tanto tiempo que quizás esté de más estar señalándolos, me dices si es así):

"¿Nuestros padres también hermano?" (falta una coma)

"éste lugar/truco/portal" (no lleva tilde si va detrás de un sustantivo)

"En cambio ustedes", sería "En cambio a ustedes"

"naturqaleza"

"Venus, que alegría" (el que lleva tilde en este caso, aunque no estoy seguro al 100%)

 

Si bien han pasado muchos años y no sabría decir qué hubo de nuevo y qué se mantuvo, recuerdo este capítulo de la vieja versión. Hebi de Luciérnaga funciona bastante bien como espectro, en su pasado, en la amenaza que representa para los soldados y los santos de bronce, y en la batalla final que sostiene contra Lysander. 

 

También recuerdo a Snail/Lupin (en una ocasión le dices Snail), y su bochornoso romance con Venus, que lo dejó con las ganas. ¡Piensa con la cabeza, Lupin, que estás en guerra! A ver si espabila y se convierte en un Popp que nos sorprenda a todos.

 

En general el capítulo me gustó y no tengo qué criticar, pero sí que comentaré dos cosas muy buenas que tiene.

 

La primera es su carga emotiva, por supuesto. Está el pasado del espectro, pero además de eso, vemos el miedo de un santo de bronce, la impotencia en la guardia y el deseo de una santa de bronce por ayudar, aunque no sirva de nada. Vemos un breve choque entre los ideales de los que luchan por Hades y Atenea, en el cual me gustó el intento de Lupin por hacerse el listo y saber por qué los espectros pueden luchar con tanto ánimo. No es por el engaño de una vida imperecedera, sino porque trabajan justo para el que decide a dónde van las almas de los muertos. Quizá me hizo ruido lo de que las muertes fueran dolorosas, en contra de las palabras de Hebi, aunque asumí que podía deberse a que una muerte sin dolor existe para los que no se resisten. Más adelante tenemos al rebelde Lysander (¿esto ocurre antes, o después de la Reunión Dorada del capítulo anterior?), que tiene las cosas claras. Puede ser algo típico de nuestros tiempos que el santo de oro salve el día, pero aquí funcionó, lo que me lleva a la segunda cosa que quería comentar...

 

La segunda virtud del capítulo es la batalla. Creo que logras transmitir, a falta de música y dibujo, la vibra de las peleas de la serie clásica, con sus elaboradas técnicas partiendo de curiosas explicaciones y sus intercambios de ataques e ideales, siendo además breve y conciso. Ayuda mucho al enfoque episódico del capítulo, prácticamente auto-conclusivo, y al menos en mi caso lo hizo ameno. ¡Incluso me alegré por Lupin y Venus, de que esta pudiera salvarse! (Pasé buena parte del duelo de Lysander pensando por qué estaban pensando en ella, si ya había muerto.). Y qué decir de Hebi, quien muere creyendo sinceramente en que la promesa de Hades se cumplirá, para él y su hermana. No me gusta el Hades de la obra original, capaz de juzgar hasta al humano que mata insectos y aplasta flores, a la vez que orquesta un eclipse solar que matará también a esas flores y los animales. Siento que simplifica demasiado el conflicto, a diferencia del que hay entre Poseidón y Atenea. Pero queda en tus manos mostrarnos cómo piensan los dioses en tu historia. Yo soy un mero observador. Algo que me llamó la atención fue que, aunque en Cosmo Wars los combatientes son humanos, capaces de ser valientes, cobardes y crueles, Lysander actuó y habló como todo un santo de Atenea. ¿La parte de la flecha? Puro Saint Seiya. Ojo, no es crítica, ¡quedó muy bien!

 

Ah, se me olvidaba. Un gusto ver a la Abominación de la Desolación. De repente me siento solo al meter (además de los típicos guerreros sagrados) monstruos en Juicio Divino, pero entonces leo Cosmo Wars y recuerdo que no, que no es solo cosa mía. ¡Bien hecho!

 

Con esto me despido. ¡Cuídate y sigue adelante con esta historia, Cástor! ¡No nos abandones!


Edited by Rexomega, 25 March 2022 - 16:37 pm.

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#69 Cástor_G

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Posted 09 February 2023 - 22:06 pm

CAPÍTULO 15:

La Flor Sangrienta

 

Desde tiempos remotos, el hombre ha estado fascinado con la belleza. La belleza del cuerpo humano… la belleza que nos brinda la naturaleza en bosques, ríos y selvas… la belleza de la música, la escultura o la pintura… pero… ¿Quién define lo que es bello y lo que no?

 

1. Rodorio

La aldea Rodorio era uno de los pueblos ubicados a las afueras del Santuario de Athena. Los habitantes del Santuario, sean guardias, escuderos, doncellas o Caballeros, se abastecían de él.

La unidad monetaria usada en la economía de estos pueblos, era el Rublo Ateniense. Se usaban tres monedas de diferente valor; la moneda de bronce era la de menor valor, en el anverso tenía la imagen de un búho, mientras que al reverso tenía grabado a Niké; la de valor medio era la moneda de plata, el anverso mostrada al gran patriarca del Santuario, mientras que el reverso mostraba a Niké; la de mayor valor era la moneda de oro, y el anverso mostraba el rostro de Athena, mientras que el reverso, igual que las dos anteriores, a Niké.

 

Después de algunas horas, Aslan de Grifo logró llegar a Rodorio, la villa más cercana al Santuario, acompañado de su temible ejército; cerca de veinte hombres envueltos en mantos oscuros, listos para masacrar a todo Caballero de Athena que encontraran en su camino.

 

—No falta mucho para llegar al Santuario, señor Aslan —profirió el Espectro albino de larga cabellera, divisando la fortaleza de Athena a lo lejos.

—Mi vista funciona perfectamente, Gothrin —dijo el Grifo, brindando una mirada sumamente  fría a su subordinado—. Cuando necesite escuchar tu opinión, te lo haré saber. Mientras tanto, permanece en silencio.

—Lo siento, señor… —musitó Gothrin de Balrog, mostrándose totalmente apenado, mientras la rabia por haber sido humillado de tal forma le consumía por dentro.

—Ese estúpido de Yago no hubiera servido de nada, ha sido bastante sencillo llegar hasta  aquí —pensó Aslan—. En fin, ya sabemos dónde está nuestro objetivo. Ya lo mataré después.

—¡Alto allí, Espectros! —gritó un hombre al momento de arribar al lugar, acompañado de una docena de hombres más.

 

Aquellos guerreros que de forma abrupta cerraron el paso a Aslan y su ejército, eran soldados rasos del Santuario. ¿Realmente estos hombres podrían hacer algo en contra de los temibles Espectros?

 

—Parece que hicimos bien al permanecer en Rodorio —dijo el más alto de los soldados—. De haber partido rumbo al Santuario, la presencia de estos intrusos habría pasado desapercibida.

—Esto es realmente patético —musitó el Espectro de largas y hermosas alas negras, Aslan de Grifo—. El ejército de Hades ha decido atacar al Santuario… ¿Y son simples y vulgares soldados rasos lo que obtenemos como respuesta? Me siento un poco ofendido.

—Señor Aslan… —profirió uno de los Espectros—. Permita que yo, Nymue de Belladona, Estrella Celeste del Prestigio, me haga cargo de estos insolentes —agregó, mostrándose ante los presentes.

 

Lentamente, un hombre empezó a sobresalir de entre el ejército de Aslan, caminando hacia los inoportunos soldados rasos. Era un joven de cabello misterioso, era casi imposible identificar el color de su cabellera: por momentos parecía ser azul, pero después adquiría un enigmático y herbal tono verde. Sus ojos violáceos resaltaban gracias a las largas y risadas pestañas que adornaban sus párpados,  esto y su delgada figura, le envolvían en un halo de misterio, feminidad y delicadeza, siendo en realidad un hombre violento y sanguinario.

 

—Adelante, Nymue —dijo Aslan—. Termina con esa basura.

 

Los soldados rasos del Santuario estaban ligeramente confundidos, aquel guerrero de Hades era un hombre bello. ¿Quién podría esperar algo violento de una persona tan agraciada?

 

—Cuando los dioses permitieron al hombre vivir en este mundo, jamás pensaron que llegarían a provocar tanto daño —recitó el Espectro Nymue de Belladona, dirigiéndose a los soldados—. Mientras el hombre se reproduce sin control, la flora y fauna que le sirve de alimento, se acaba. Los campos y bosques poco a poco desaparecen, siendo devorados por ciudades sucias y corruptas que crecen de forma arbitraria, ocupando espacios que podrían albergar una infinidad de hermosas especies vegetales. Esta villa debe ser purificada, al igual que el Santuario de Athena. Una vez que hayamos terminado con la vida de todos sus habitantes, levantaré sobre esta tierra un hermoso jardín, y después de ver el color verde en cada rincón de éste lugar, me sentiré orgulloso de haber borrado todo rastro de la peor plaga que ha tenido éste mundo… el hombre.

—¿Qué dices? —preguntó el más alto de los soldados—. ¿Acaso no eres tú un hombre como nosotros?

—Pero qué comparación tan estúpida —respondió Nymue, sonriendo sutilmente—. Yo fui elegido por los dioses… no soy un humano cualquiera, mi alma es pura. Pero eso es algo que seres tan inferiores como ustedes jamás podrían entender. Hombres como ustedes han nacido sólo para morir… yo he nacido para vivir eternamente —agregó, al momento de extender el brazo derecho en dirección a los guerreros de Athena.

 

¡Bloody Seed!

(Semilla Sangrienta)

 

En un instante, miles de puntos luminosos salieron disparados de la palma de Nymue, cayendo sobre el ejército de Athena cual hermosa lluvia de estrellas. Aparentemente, los soldados habían recibido totalmente el impacto de aquella técnica, pero no parecían estar heridos.

 

—¿Qué? ¿Cómo? —se preguntaba el más alto de los soldados, al momento de pasar las manos por todo su cuerpo, buscando alguna herida—. Parece que esos rayos de hace un momento no eran tan fuertes —agregó al corroborar con sus compañeros que, efectivamente, ninguno había sufrido daño—. ¿Qué porqueria fue todo ese espectáculo de luces? ¿Acaso fue una broma, Espectro? ¿Acaso estás jugando con nosotros, hijo de perra?

—Pero qué hombre tan ordinario eres —respondió Nymue de Belladona, regalando una mirada de fino desprecio—. Tu ignorancia y tu lenguaje soez, dejan en evidencia el grupo al cual perteneces, los guerreros de la clase más baja. Hombres como ustedes generalmente son feos, vulgares y estúpidos…. además huelen mal. Los soldados rasos como ustedes, jamás podrían apreciar la belleza de un ataque.

—¡¿Qué dices?! —exaltado preguntó el de gran altura.

—Me refiero a la lluvia de estrellas que hace un momento pudieron observar —respondió el Espectro, sonriendo sutilmente—. Tu nula capacidad para poder apreciar la belleza, no te ha permitido entender la verdadera naturaleza de este ataque —agregó—. Cada uno de aquellos puntos luminosos llevaba consigo una semilla, que ahora está dentro de ustedes, esperando florecer. En un momento más, vivirán en carne propia la más hermosa y dolorosa de todas las muertes.

 

Inesperadamente, cada uno de aquellos soldados empezó a gritar de forma espantosa, víctimas de un terrible dolor punzante. Las semillas que se habían alojado en ellos, habían empezado a germinar, llenando de raíces el cuerpo. Dichas raíces brotaban de sus entrañas y salían abundantemente por los orificios de la nariz, los canales auditivos y el ano.

El cuerpo sin vida de aquellos hombres cayó al suelo, cubierto de musgo, hierbas y raíces.

Finalmente, una hermosa planta creció dentro del cerebro y, atravesando el hueso, la carne y la piel, brotó del cráneo de aquellos infelices, revelando un delicado capullo a punto de abrirse.

 

2. Kratos vs Nymue

Cual paisaje de fantasía, parte de Rodorio se había convertido en un frondoso y siniestro jardín; hermosas enredaderas vivientes envolvían los cuerpos inertes, torcidos y ensangrentados de los soldados rasos que previamente sucumbieron ante el ataque de Nymue.

 

—Cuanta belleza —musitó el Espectro de delicada apariencia, Nymue, al observar detenidamente el jardín en el que los soldados rasos del Santuario se habían convertido.

—Ahora que los estorbos han desaparecido, debemos continuar —profirió el hombre de las alas negras, Aslan de Grifo—. Así que… ¡andando!

—¡No tan rápido! —gritó un hombre de gran altura al momento de arribar.

—¡Vaya! Parece que finalmente han enviado a la élite del Santuario, un Caballero de Oro —dijo el Grifo, sonriendo sutilmente.

—Te equivocas… nadie me ha enviado, he venido por cuenta propia —dijo el Caballero de Oro, al momento de caminar entre los cadáveres que cubrían el suelo—. He abandonado el templo del Toro Dorado para desplazarme a éste lugar, y enfrentar al dueño de ese cosmos tan agresivo y poderoso que he sentido desde hace un rato… ¡Tú! —agregó al detenerse, señalando con el índice a Juez del Inframundo—. Tus Espectros pueden largarse. Yo, Kratos de Tauro, no perderé mi tiempo con ellos… estoy impaciente por medir fuerzas contigo.

—En verdad me siento halagado —sarcásticamente dijo Minos, colocando la diestra sobre su pecho—. Pero así como tú no quieres perder el tiempo con mis subordinados, yo no pienso perderlo contigo. Tengo un asunto más importante que atender. Además, tú no estás a mi nivel.

—¿Qué dices? —cuestionó el Toro dorado.

—Tú pelearás conmigo, Caballero —interviniendo, dijo el Espectro de bello rostro, Nymue.

 

¡Flowering Vine!

(Atadura de Flor)

 

En ese momento, infinidad de raíces brotaron bruscamente del suelo, aprisionando el cuerpo de Kratos de tal forma que, sus movimientos quedaron completamente sellados.

 

—¿Qué porqueria es esto? —preguntó Kratos, envuelto en la mortal enredadera, al momento en que ésta florecía frondosamente.

—Esto es el poder de Nymue de Belladona —Dijo Aslan—. Derrota a mi subordinado, y entonces te consideraré digno de enfrentarte a mí.

 

Aslan y su ejercitó abandonaron el lugar, pasando justo al lado del Caballero de Oro, sin que éste pudiera detenerlos.

Frente a Kratos, sólo se encontraba Nymue de Belladona. Un sangriento combate estaba a punto de iniciar… ¿Quién saldría victorioso?

 

3. Kaiah de Gusano

Después del poco afortunado encuentro de Yago con Aslan, el joven enmascarado salió del Castillo, pero no iría lejos. Tan solo pretendía contemplar la belleza del campo de tulipanes rojos que rodeaba la morada del señor del Inframundo. Yago disfrutaba regodearse de sus planes malvados disfrutando del aire fresco de la naturaleza.

 

—La tierra en este lugar es realmente confortable —profirió una voz misteriosa, que sonaba como un lejano eco en una cueva.

—¿Quién ha dicho eso? —preguntó Yago.

 

Inmediatamente una extraña protuberancia brotó del suelo, parecía ser un tentáculo metálico dispuesto de una especie de ojo cristalino en la punta.

 

—Mi nombre es Kaiah de Gusano, Estrella Terrestre de lo Oculto ­—respondió. La voz parecía venir de aquel tentáculo.

­—¿Acaso te han enviado a espiarme? ¡Qué vulgares!

—Nadie me ha enviado, puedo desplazarme por debajo de la tierra, así que simplemente estoy en todas partes al mismo tiempo.

—¿Y qué quieres de mí? ¿O acaso solo has venido a presentarte?

—Esto es muy vergonzoso, pero has captado mi atención desde el día que viniste a este lugar junto a un grupo de Caballeros de Bronce —El Espectro parecía estar genuinamente nervioso, puesto que el tentáculo temblaba sutilmente.

—¿A qué te refieres? —preguntó Yago curioso.

—Desde aquel momento me pareciste un muchacho hermoso y con una personalidad atrapante —respondió Kaiah—. ¿Será posible que me haya atrevido a decir tal cosa? —pensó.

—¿Qué dices? ­—preguntó Yago sorprendido—. Tu voz suena como un eco, pero aun así es un poco grave para ser la voz de una mujer. ¿Acaso eres un pervertido?

—¿Pero qué estás diciendo? —preguntó Kaiah con molestia al momento que el tentáculo se escondió bajo tierra—. Soy una mujer —agregó con voz nerviosa.

—Cómo sea —profirió Yago con desdén—. Ahora tengo el rostro desfigurado, así que no queda mucho de la belleza que captó tu atención aquella vez.

—He escuchado que el señor Hades tiene la habilidad d otorgar cuerpos nuevos ­—dijo Kaiah. El tentáculo nuevamente salió a la superficie pero de forma apenas perceptible—.Si tus aportes son de gran utilidad a nuestra causa, el señor Hades podría brindarte un cuerpo nuevo y hermoso, tal cual lo era antes.

 

4. La Belleza de la Muerte

Mientras tanto en Rodorio, la lucha a muerte entre el toro dorado y la flor sangrienta del Inframundo seguía.

 

—¡Idiota! —gritó el de ropaje dorado y prominente estatura, al momento de hacer trizas la enredadera que cubría su cuerpo—. ¿Creíste que estas delicadas hierbas podrían mantenerme paralizado eternamente?

—En realidad, imaginé que podrías liberarte en cualquier momento —respondió el hombre de ropaje oscuro y delicada apariencia, Nymue—. Mi intención era mantenerte quieto mientras el señor Aslan y los demás se alejaban.

—¿Así que querías quedarte a solas conmigo, eh? ¿Cuánto tiempo crees que puedes durar enfrentándote a mí? Flacucho.

—La verdad es que he decidido hacerte frente por una razón —musitó Nymue de Belladona—. Tu actitud pudo haber ocasionado molestias al señor Aslan. El señor Aslan es un hombre de carácter muy especial, y cuando se enfada, no solo las cabezas de sus enemigos pueden rodar, sino también las de su propio ejército. El poder de un Juez del Inframundo no tiene comparación, él podría hacerse cargo de todos los caballeros de oro si así lo quisiera, por lo que nosotros sus subordinados no somos indispensables para él. De ser otra la situación, jamás habría sentido interés por enfrentarme a ti, Kratos de Tauro. Eres demasiado feo como para tenerte en consideración.

—¡Deja de decir estupideces! —exclamó alterado el Caballero de Oro—. En un combate, la apariencia física no tiene lugar, lo único que importa es la fuerza… y ahora mismo te lo voy a demostrar. ¡Sentirás la embestida del toro indomable!

 

En ese instante, el  Caballero dorado se abalanzó sobre el delicado Espectro, esperando poder golpear el rostro de aquel enigmático guerrero con su enorme puño, pero antes de que pudiese hacerlo, el cuerpo de Nymue fue completamente cubierto por una fina enredadera que lo hizo desaparecer del lugar.

 

—¿Qué? ¿A dónde rayos se ha ido? —preguntó Kratos desconcertado, volteando de un lugar a otro en busca de su oponente.

—Aquí estoy —profirió el Espectro, quien tal como se había esfumado antes, de pronto apareció a espaldas del toro dorado, envuelto por instantes en una hermosa enredadera de flores.

 

¡Flowering Vine!

(Atadura de Flor)

 

Del brazo de Nymue, se desprendió la misma enredadera de ataques anteriores, pero esta vez en forma de un bello y mortal lazo que, en un instante, rodeó el cuello de Kratos de Tauro.

 

—Parece que he lazado al toro indomable —dijo Nymue de Belladona entre risas.

—Gghh mm-maldito… gggh —dijo el de ropaje dorado mientras inútilmente trataba de romper con sus manos la hierba que rodeaba su cuello, y que lenta y angustiosamente le asfixiaba.

—Kratos… —musito el Espectro—. Hace un momento dijiste que en un combate la belleza no importa, que lo primordial es la fuerza de un guerrero. Ciertamente no estás del todo equivocado. Sin embargo… ¿Sabes realmente de qué lado está la fuerza? Sólo tienes que observar detenidamente tu hogar, el Santuario. Así como toda Grecia, seguramente estará adornado con antiguas figuras esculpidas en honor a los dioses, y a los valerosos guerreros de la mitología.  Si pones atención, te darás cuenta que todos ellos han sido esculpidos con rostros bellos y cuerpos perfectos. Por lo tanto, la fuerza está con la belleza, no con la fealdad. Los verdaderos guerreros que han inspirado a tantos artistas a través del tiempo, son así, hermosos. La historia no tiene cabida para personajes feos y grotescos… y me temo que tú entras en la primera categoría, así que despídete de la vida, porque ahora mismo te la voy a arrebatar.

—Ggh gh ¿Crees que lo… voy a permitir?

 

Kratos entendió que era inútil romper la enredadera, por lo que llevó sus manos a la nuca, tomó las hierbas y velozmente hizo girar al Espectro por los aires, con el impulso de su propia hiedra.  Al final, con toda la potencia que caracterizaba a sus fuertes brazos, impactó violentamente a Nymue contra el suelo. En ese momento, la planta se volvió notablemente frágil, así que Kratos ya no tuvo problema en destrozarla.

 

—Im-imposible… —musitó Nymue de Belladona, aún tenido sobre el suelo—. Éste hombre… no puedo ser derrotado por él… no debo… —agregó al momento de incorporarse lentamente, dejando ver un hilo de sangre que bajaba por su rostro.

—Nymue… ahora no luces tan bello como antes —dijo el Caballero de Oro, sonriente, confiado—. Tu ropaje oscuro está dañado, estás cubierto de polvo y la sangre en tu rostro no se ve nada bien. ¿Qué se siente recibir una paliza de alguien tan feo como yo? ¿Sigues creyendo que la fuerza está del lado de la belleza?

—Estúpido… —dijo Belladona, sonriendo maliciosamente—. La pelea aún no ha terminado… aún tengo algo que estoy seguro te va a sorprender. Ahora sabrás por qué me llaman “La Flor Sangrienta del Inframundo”.

 

¡Bloody Seed!

(Semilla Sangrienta)

 

Miles de pequeños puntos luminosos fueron lanzados del brazo de Nymue. Tal como había mostrado con el ejército de soldados rasos, cada uno de aquellos puntos llevaba consigo una semilla, ansiosa por crecer dentro del cuerpo del Caballero de Oro.

 

—¡Florece! —exclamó el de ropaje oscuro.

—Necesitarás más que esto para derrotarme.

 

¡Golden Horn!

(Cuerno de Oro)

 

Extendiendo sus brazos, Kratos de Tauro creó un intenso resplandor dorado que rápidamente cubrió el lugar. Las semillas de belladona literalmente fueron tragadas por aquella luz, sin dejar rastro alguno de su existencia.

 

—Quizá esta técnica haya funcionado con los soldados rasos —profirió el de armadura dorada—. ¿Pero de verdad creíste que funcionaría conmigo?

—De hecho, ha funcionado —respondió el Espectro—. No te has percatado pero una de las semillas ha logrado entrar a través de tu oído derecho.

—¡¿Qué dices?! ¡Uuaaaah!

 

Kratos había destruido miles de semillas, pero una de ellas consiguió entrar en su cuerpo. Ahora, empezaba a germinar, produciendo un terrible dolor punzante en el Caballero, quien no podía hacer más que presionar su cabeza con las manos, buscando disminuir la intensa dolencia.

En poco tiempo, la semilla alojada en su oído interno… muy cerca del tímpano,  echó raíces, cubriendo rápidamente el conducto auditivo externo. La hierba siguió creciendo hasta invadir por completo la trompa de Eustaquio, así como el conducto endolinfático y el nervio acústico. Una vez que la hiedra mortífera invadió la parte interna del oído, las raíces y hierbas empezaron a emerger a través de la cuenca auditiva, dejando ver una vistosa ramificación junto a la oreja.

 

—Ggh gh tengo que… gh sacar esta cosa de mi cabeza… —gemía el hombre de prominente estatura y ropaje dorado, al momento de tomar con la diestra la hierba que salía de su oído.

—Deja de oponer resistencia, Caballero de Athena —aconsejó el Espectro—. Deja que esta hermosa planta cubra tu cuerpo… y florece con ella. En la muerte tendrás la belleza que no tuviste en vida.

—Gggh… vine hasta aquí… para enfrentar a un Juez del Inframundo ggh. ¡Tú no eres rival para mí!

 

Haciendo honor a la fuerza que le caracterizaba, Kratos concentró la potencia del cuerpo en la palma de su mano, y violentamente jaló la planta que salía de su oído. El tirón fue tan fuerte, que arrancó de tajo la raíz, sacando incluso la semilla germinada.

 

—¡Imposible! —exclamó sorprendido Nymue de Belladona. ¡Éste hombre está loco! ¿Cómo ha sido capaz de hacer eso?

—Se necesita más que esto para domar al toro dorado —dijo Kratos, mientras chorros de sangre salían de su oído a borbotones. Has logrado destruir uno de mis oídos, y has logrado cegar uno de mis ojos… siéntete orgulloso de ello, has llegado más lejos que cualquier otro de mis oponentes. Pero definitivamente tienes que morir.

 

¡Great Stampede!

(La Gran Estampida)

 

En un acto sorprendente, Kratos invocó a una manada de búfalos cósmicos envueltos en un intenso fulgor dorado. La estampida luminosa impactó violentamente al Espectro, arrastrando su cuerpo sin piedad en medio de un mortal resplandor. La potencia fue tal, que al caer al suelo, Nymue de Belladona se encontraba en un estado tan lamentable que difícilmente podría incorporarse de nuevo.

En aquel momento, y como si la naturaleza sintiera el deceso del bello Espectro, los capullos que adornaban la planta que emergió del cráneo de los soldados rasos, se abrieron, revelando hermosas flores acampanadas de color purpúreo, sin duda eran belladonas. El polen que salió de ellas, rápidamente cubrió el lugar. Estas partículas blancuzcas danzaban de tal forma, que cualquiera podría caer hechizado ante su belleza.

 

—Nymue… —musitó el toro dorado—. Finalmente has entendido que la belleza no hace la fuerza. No considerabas al hombre digno de vivir en éste planeta, querías cubrir al mundo con vistosa vegetación y hermosas flores. Pero nunca entendiste que el hecho de vivir, sufrir y cometer errores en esta vida… también es bello, porque es bello vivir. Si no hubieses estado tan centrado en tu apariencia física, quizá hubieras entendido que hasta en la fealdad podemos encontrar belleza, belleza verdadera —agregó y dejó el lugar.

—Gggh… idiota… —musitó Nymue en su agonía—. El polen de estas flores ha entrado a tu cuerpo… gggh… al momento de aspirarlo, has firmado tu sentencia de muerte —agregó, y murió.

 

 

Desde tiempos remotos, el hombre ha estado fascinado con la belleza. La belleza del cuerpo humano… la belleza que nos brinda la naturaleza en bosques, ríos y selvas… la belleza de la música, la escultura o la pintura… pero… ¿Quién define lo que es bello y lo que no? Realmente la belleza única no existe, pues esta depende de los ojos con que se mire.

 

 

 

Es difícil juzgar  la belleza… la belleza es un enigma”. —Fiodor Dostoievski.


Edited by Cástor_G, 09 February 2023 - 22:22 pm.


Capítulo 15: La Flor Sangrienta
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Saint Seiya: COSMO WARS
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#70 Cástor_G

Cástor_G

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Posted 09 February 2023 - 23:06 pm

 

Saludos 

 

Aprovecho que publicaste para comentar un capítulo, en este caso el 9, Tumba de las Luciérnagas. 

 

Algunos errores (aunque ha pasado tanto tiempo que quizás esté de más estar señalándolos, me dices si es así):

"¿Nuestros padres también hermano?" (falta una coma)

"éste lugar/truco/portal" (no lleva tilde si va detrás de un sustantivo)

"En cambio ustedes", sería "En cambio a ustedes"

"naturqaleza"

"Venus, que alegría" (el que lleva tilde en este caso, aunque no estoy seguro al 100%)

 

Si bien han pasado muchos años y no sabría decir qué hubo de nuevo y qué se mantuvo, recuerdo este capítulo de la vieja versión. Hebi de Luciérnaga funciona bastante bien como espectro, en su pasado, en la amenaza que representa para los soldados y los santos de bronce, y en la batalla final que sostiene contra Lysander. 

 

También recuerdo a Snail/Lupin (en una ocasión le dices Snail), y su bochornoso romance con Venus, que lo dejó con las ganas. ¡Piensa con la cabeza, Lupin, que estás en guerra! A ver si espabila y se convierte en un Popp que nos sorprenda a todos.

 

 

 

Tomo nota xD

 

Tiene varios cambios, pero realmente el más significativo es la inclusión del Espectro Gárgola como reclutador de Espectros. Además de que el momento en el que ocurre es distinto, en la versión original es recién al inicio (Capitulo 5) cuando los Espectros son enviados a derribar las 4 tores que rodean al Santuario (Las cuales no existen en esta nueva versión).

 

 

Me pasó lo mismo que a Marge Simpson en su novela jajaja

 

 

En general el capítulo me gustó y no tengo qué criticar, pero sí que comentaré dos cosas muy buenas que tiene.

 

La primera es su carga emotiva, por supuesto. Está el pasado del espectro, pero además de eso, vemos el miedo de un santo de bronce, la impotencia en la guardia y el deseo de una santa de bronce por ayudar, aunque no sirva de nada. Vemos un breve choque entre los ideales de los que luchan por Hades y Atenea, en el cual me gustó el intento de Lupin por hacerse el listo y saber por qué los espectros pueden luchar con tanto ánimo. No es por el engaño de una vida imperecedera, sino porque trabajan justo para el que decide a dónde van las almas de los muertos. Quizá me hizo ruido lo de que las muertes fueran dolorosas, en contra de las palabras de Hebi, aunque asumí que podía deberse a que una muerte sin dolor existe para los que no se resisten. Más adelante tenemos al rebelde Lysander (¿esto ocurre antes, o después de la Reunión Dorada del capítulo anterior?), que tiene las cosas claras. Puede ser algo típico de nuestros tiempos que el santo de oro salve el día, pero aquí funcionó, lo que me lleva a la segunda cosa que quería comentar...

 

Ocurre después de la reunión.

Aun después de tantos años, sigo con la idea de presentar personajes humanos hasta donde me sea posible, ni malos tan malos, ni buenos tan buenos. Aun así no todos los antagonistas tendran un pasado porque consideró que eso sería cansado tambien. Trataré de buscar un equilibrio.

 

 

 

 

 

La segunda virtud del capítulo es la batalla. Creo que logras transmitir, a falta de música y dibujo, la vibra de las peleas de la serie clásica, con sus elaboradas técnicas partiendo de curiosas explicaciones y sus intercambios de ataques e ideales, siendo además breve y conciso. Ayuda mucho al enfoque episódico del capítulo, prácticamente auto-conclusivo, y al menos en mi caso lo hizo ameno. ¡Incluso me alegré por Lupin y Venus, de que esta pudiera salvarse! (Pasé buena parte del duelo de Lysander pensando por qué estaban pensando en ella, si ya había muerto.). Y qué decir de Hebi, quien muere creyendo sinceramente en que la promesa de Hades se cumplirá, para él y su hermana. No me gusta el Hades de la obra original, capaz de juzgar hasta al humano que mata insectos y aplasta flores, a la vez que orquesta un eclipse solar que matará también a esas flores y los animales. Siento que simplifica demasiado el conflicto, a diferencia del que hay entre Poseidón y Atenea. Pero queda en tus manos mostrarnos cómo piensan los dioses en tu historia. Yo soy un mero observador. Algo que me llamó la atención fue que, aunque en Cosmo Wars los combatientes son humanos, capaces de ser valientes, cobardes y crueles, Lysander actuó y habló como todo un santo de Atenea. ¿La parte de la flecha? Puro Saint Seiya. Ojo, no es crítica, ¡quedó muy bien!

 

 

Ah, se me olvidaba. Un gusto ver a la Abominación de la Desolación. De repente me siento solo al meter (además de los típicos guerreros sagrados) monstruos en Juicio Divino, pero entonces leo Cosmo Wars y recuerdo que no, que no es solo cosa mía. ¡Bien hecho!

 

Con esto me despido. ¡Cuídate y sigue adelante con esta historia, Cástor! ¡No nos abandones!

 

Me gusta hacer los capítulos de cierta manera auto conclusivos, siento que un inicio, desarrollo y clímax aplicado en un solo capitulo puede hacer la lectura mas apena como mencionas, también siento que es más fácil así visualizar los eventos, no sé, cosa mía xD. Y ahora que mencionas a los dioses, creo que esa será la parte mas difícil, escribir sobre dioses y que realmente parezcan dioses.

 

Me encanta la inclusión de criaturas. Siendo Saint Seiya una obra basada en la mitología griega, siempre me pareció extraño la escases de bichos raros!

 

Gracias por seguir al pie del cañón, aunque a veces me ausente un poco, no me iré hasta que termine este fic! XD


Edited by Cástor_G, 09 February 2023 - 23:07 pm.


Capítulo 15: La Flor Sangrienta
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#71 Rexomega

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Posted 21 February 2023 - 19:58 pm

Saludos

 

Pues son tres aspectos que me gustan de esta historia (episodios auto-conclusivos, personajes tridimensionales y el valor de hacer uso de la mitología en lugar de dejarla de lado), así que sigue haciendo uso de ellos mientras puedas. 

 

Se podría decir que escribir sobre dioses es una tarea... titánica. 

 

 

Gracias por seguir al pie del cañón, aunque a veces me ausente un poco, no me iré hasta que termine este fic! XD

 

 

Solo he terminado una historia de todas las que empecé, y está en proceso de publicación, así que quizá suene arrogante decirlo, pero te aseguro que aunque el trabajo de acabar un fanfic es duro, vale la pena verlo concluido. Quien sabe y un día pueda decir también, con conocimiento de causa, que vale la pena verlo publicado en la Red de principio a fin. (Por ahora, eso solo lo he experimentado con One-Shots, que no cuentan por lo mismo, porque son historias de un solo capítulo.). 

 

¡Mucho ánimo!


Edited by Rexomega, 21 February 2023 - 20:00 pm.

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