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El Mito del Santuario


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#381 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

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Posted 12 December 2015 - 13:25 pm

Omaigaaaa a Thetys le gusta el p*rno XDDD

Excelente capitulo, debo decir(que a pesar de que jamas me gusto), que Ophiuco me gusta bastante, reúne cualidades interesantes y sabe usar la psicologia de manera tal que despisto a Nereida a tal punto que ni se dio cuenta de que habia logrado ocasionar cierto daño a Shaina, incluso romper su armadura, je quedado embobado con la manera en que este personaje logro recrear una teoría que en realidad comenzó con solo un comentario al azar muy bien Felipe eres un grosso

Creo que esto es lo mas destacado del capitulo, la pelea buena pero no deslumbrante, sin embargo dudo que ese halla sido el punto focal, si esto no fuera un remake, y que por lo tanto ya sabemos que pasara, me trendias atento con estas incógnitas...

Pero en fin, buen capitulo amigo esperando con ansias a ver como sigues

Saludos!!!!

#382 -Felipe-

-Felipe-

    Bang

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Posted 17 December 2015 - 14:42 pm

 

Hola!! esta tanda de capis que me leido de golpe han sido bastante interesantes

el primer lugar esta el esta el desarrollo del cambate de shiryo,un rival tremendo este crysaor.

al pobre dragon siempre le toca bailar con las mas fea XD.

leyendolo me hacia recordar lo increiblemente horrible que me parecia soul of gold, por que momentos

como este, una serie asi se los cargaba por completo.

nunca eh sido partidario de resucitar persoajes por puro fanservice.

 

del capitulo de julian, decir un capi bastante interesante, siempre me gusta ver el punto de vista del villano

aunque ese punto de vista sea  "todos somos malos y hay que erradicarnos a todos "  :lol:

ya podrian variar el discurso....Y puñetas quiero ver mas dioses de parte de la humanidad

nunca me parecio bien que todo el olimpo  quiera ver muerta a la humanidad a ecepcion de zeus

 

Y si.soy fan absoluto de tu shaina me encantantan las tias duras con corazon romantico

y buen capitulo este en la original nunca se supo como acabo esta lucha ,aun asi espero que esta no sea la ultima vez

que se ve a esa sirena que le eh pillado cariño  :wub:

interesante manera de ensamblar el rompecabezas que tiene la chica,aunque ir a por el dragon marino no me parece muy

sensato...aunque los caballeros nunca se han caracterizado por serlos...

 

la verdad todavia tiene que pasar tantas cosas que un capi a la semana se me hace corto  :lol:  :lol:

el desenlace de la lucha de shiryu,hyoga,la aparicion del fenix y las maquinaciones-idas de olla de poseidon

 

nada un saludo y sigue asi.

Hola, Presstor, un gusto que pases a hacer review como siempre :)

 

La verdad yo tampoco fui muy seguidor de Soul of Gold. De todas las series y spinoffs del manganime original, por lejos es el que menos me agradó, o el que más me disgustó, dependiendo de como veas el vaso. Demasiado obvio todo el fanservice. Me enorgullece saber que para al menos alguien uno de mis capítulos es considerado mejor que uno de los de una serie profesional xD

(Aunque sin falsa modestia, yo y cualquiera de los fanfiqueros de aquí podría haber hecho algo mejor con Inferno, por ej jaja) Pero bueno, me esforcé más con el capítulo del Índico que con los dos anteriores, me alegra que diera frutos.

 

Con respecto al de Poseidón. Primero, él no cree que TODOS sean malos, considera que hay un puñado de gente lo bastante pura como para que sean los nuevos "padres" de la humanidad, incluidos algunos bebés, y similares. Él cree que tiene el podeer en sus aguas para que éstas "definan" quienes son buenos y malos.

Sobre lo mismo, Jullian CREE que todos en el Olimpo odian a la hijita de Zeus. También los recuerda como imágenes de pinturas y estatuas famosas.

 

Me alegro que te haya gustado el Shaina vs Thetys, no sabes cuanto me entretuve escribiendo esa catfight jajaja Y mira, es relevante eso que dices, no es sensato ir tras la cabeza de Dragón Marino, pero Shaina es todo menos sensata, ese es el trabajo de Marin. Ahora, que al final reconsidere sus opciones está por verse (Ayer escribí el que corresponde a la secuela de estas aventuras de Shaina).

 

Estoy pensando seriamente en publicar, al menos por un tiempo hasta que vuelva a estar más ocupado, dos capítulos a la semana en vez de uno. Si publico uno el domingo, significa que acertaste y eso voy a hacer, pero todavía no estoy decidido. La verdad es que tengo como quince capítulos de adelanto, así que no habría problema en realidad.

 

Como sea, muchas gracias.

 

 

 

 

Omaigaaaa a Thetys le gusta el p*rno XDDD

Excelente capitulo, debo decir(que a pesar de que jamas me gusto), que Ophiuco me gusta bastante, reúne cualidades interesantes y sabe usar la psicologia de manera tal que despisto a Nereida a tal punto que ni se dio cuenta de que habia logrado ocasionar cierto daño a Shaina, incluso romper su armadura, je quedado embobado con la manera en que este personaje logro recrear una teoría que en realidad comenzó con solo un comentario al azar muy bien Felipe eres un grosso

Creo que esto es lo mas destacado del capitulo, la pelea buena pero no deslumbrante, sin embargo dudo que ese halla sido el punto focal, si esto no fuera un remake, y que por lo tanto ya sabemos que pasara, me trendias atento con estas incógnitas...

Pero en fin, buen capitulo amigo esperando con ansias a ver como sigues

Saludos!!!!

Como decía Misato... "Service, service" jaja

Sinceramente no fue solo por eso, sino que quería reflejar la actitud de las sirenas que sedujeron a los navegantes del Argos y la flota de Ulises. Ya había tenido sus momentos con Shun y Shiryu (con Seiya no, porque desde el principio lo encontró insoportable jaja), así que para mostrar que lo de ella no es tanto sentirse atraída, sino seducir como estrategia de combate, la puse con Shaina también. Su sexualidad o el tipo de películas que le gusta ver en internet no es lo importante, sino que utiliza tácticas poco convencionales, como dichas sirenas. Lo que no quita lo divertido de escribirlo jaja

 

Esa es uno, sino el más grande de los defectos de mi fic: todos saben de qué va xD Mira, en principio cada capítulo, desde el primero de Aiolos, siempre lo he escrito con la idea en mente de que los lectores NUNCA han visto SS. Por eso explico todo aunque sepa que es innecesario; y me metí harto en el personaje, razón de que nunca haya confirmado que el Sumo Sacerdote era Saga en respuesta a los reviews, porque iría en contra de mi propio plan. 

Se que no tiene sentido y es hasta caprichoso, pero también debo reflejar que si estuviera recreando todo SS sencillamente no haría un fic. Hay cosas que cambian (no tanto en particular en esta saga, lo admito, pero otras cosas sí, como todo el principio, la primera parte de Pose, y toda la saga de Hades el otro hermano de Zeus).

 

Así que nunca voy a decir si las sospechas de Shaina son correctas o no, hasta que se revele, porque puede que no sea lo que esperan ;) En lo posible siempre voy a tratar de mantener esa intriga que mencionaste, aunque al final resulte no serlo.

 

Pero en fin, muchas gracias por el review, Piscis :)

 

--------------------------------------------

 

 

 

Ahora vamos con la segunda parte del Shiryu de Dragón vs Krishna de Chrisaor!

 

 

SHIRYU IV

 

Aproximadamente ocho horas desde el encierro de Saori Kido.

Las llamas de Cosmos danzaban descontroladas en su brazo derecho. Eran verdes, como las hojas de los árboles, como la hierba del campo, como los ojos de su maestro. Frente a él, Krishna se volteó con lentitud como si no diera crédito al sonido de las gotas de sangre cayendo del torso de su torso, por estar de pie.

—¿Por qué no te quedaste en el suelo a esperar la muerte?

—No ha llegado mi hora.

—¿Por qué te pusiste de pie otra vez?

—Mi Cosmos no se ha apagado.

—¿Qué piensas hacer ahora?

—Romper tu lanza, por supuesto.

 

Y Krishna sonrió al cerrar los ojos, no con arrogancia ni malos sentimientos como antes, sino como alguien que reconoce un valor en otra persona, incluso si sus objetivos son totalmente opuestos.

—¿Cuál es tu nombre?

—Draco. Shiryu de Dragón.

—¿Shiryu, eh? Admiro tu gran espíritu de lucha, incluso cuando sabes, en tu interior, que no tienes oportunidad de vencer.

Shiryu se puso en guardia con el escudo por delante, las piernas separadas y el brazo derecho retraído, esperando su oportunidad.

—Te demostraré el poder de los Santos, el nivel del escudo resucitado por Muu de Aries y la espada que habita en mi brazo.

—Vamos, vamos… No me hagas pensar que la pérdida de sangre producto de mis Destellos te han llevado al delirio, ¿ahora dices que tienes una espada para cortar la Lanza de Chrisaor? —Krishna comenzó a girar su arma una y otra vez en sus manos, quizás como método de defensa o tal vez solo para impresionar, pero Shiryu ya sabía que su destreza era prodigiosa. La lanza emitía un silbido agudo, y generaba un viento que ya estaba arrastrándolo hacia atrás, poco a poco—. Es algo lamentable el contemplar a lo que puede llegar a rebajarse un guerrero cuando ha estado arrastrándose por el piso. ¡Acabaré contigo cuando atraviese tu corazón!

—¡Adelante!

 

«Shura tiene razón, ¿qué es tan desconcertante sobre esa Lanza? Hemos conseguido milagros antes, superamos nuestras propias fuerzas, derrotamos a los Santos de Oro y salvamos a una amiga, la diosa de la Tierra… El Cosmos de los Santos es indomable, y es hora de que lo confirme.»

—¿Listo, Shiryu? —amedrentó Krishna apenas inició la carga hacia él, como un toro al ver el capote escarlata. Su velocidad era la de la luz, su Destello haría su trabajo en menos de un segundo.

—Que mi Cosmos se eleve al nivel de los Santos de Oro. ¡Draco, demuestra el poder de la sangre en tu interior! ¡Dragón Eterno!

—¡Tu hora ha llegado!

 

A las palabras de Krishna siguió un ruidoso estruendo, y una encandiladora luz relució ante sus ojos. Shiryu no sintió dolor, su brazo solo se estremeció al recibir el impacto del choque, pero la hoja dorada no atravesó su cuerpo.

—¿Q-qué demonios pasa aquí? El escudo me frenó.

Pero una maldición de Krishna fue replicada por Shiryu en su mente, al descubrir que su legendario escudo de jade ya no tenía el tono verde de siempre.

Era dorado. Como el sol o el gamanio en su estado puro, deslumbrante como los doce Mantos de Oro. Desprendía destellos que las armaduras de Bronce jamás lograrían imitar. La punta de la lanza estaba enterrada en ella, pero no logró atravesarla por completo, ni siquiera se acercó a su brazo erguido.

—No. No solo es el escudo —comprendió Shiryu al percibir la mirada de asombro de Krishna, cuyos ojos negros y pequeños admiraban de arriba a abajo el Manto de Dragón.

—¡Imposible! También el resto de la armadura brilla como el oro, como las armaduras de la élite bañadas con polvo de estrellas, parece que Draco fuera una más de ellas, ¿cómo es posible?

—Nuestras armaduras murieron durante la guerra civil, pero después fueron resucitadas por la ardiente sangre de los Santos de Oro sobrevivientes, Muu de Aries en el caso de Draco. ¡Sus espíritus de lucha habitan en su interior! —Shiryu bajó el brazo, y con él, la lanza de Krishna, cuya fuera física no logró superar la de Shiryu—. Si no se hace hervir el Cosmos, la armadura no es más que un armazón pesado, y cuando se eleva al límite de nuestras almas, demuestran su verdadero poder. —Vio su nueva oportunidad y alzó el brazo derecho, llameante con fulgores esmeraldas—. Por eso, si llevamos nuestro Cosmos al mismo nivel que el de los Santos de Oro, al Séptimo Sentido, el poder de los Mantos Sagrados asciende a juego con el mismo, y nos ayudan a superar toda barrera.

—¿Q-qué estás tratando de…? —Krishna hacía uso de todas sus fuerzas, pero en ese momento estaba a merced de Shiryu. La lanza estaba abajo, y el General no era capaz de sacarla del escudo que seguía brillando como el astro solar.

—He llevado mi Cosmos al máximo nivel. Por mi honor, cortaré en dos la Lanza de Chrisaor, ¡admira el poder de la espada sagrada!

 

Y bajó el canto de la mano hasta que hizo un ensordecedor contacto con el bastón del tridente. Si antes le habían roto algunos huesos, ahora le siguieron los demás; la sangre manchaba el báculo indestructible, la espada dejó de llamear, y el esmalte dorado en su armadura dio paso al original verdoso.

—¿Q-qué? ¿Cómo es posible? Pasó lo mismo de antes…

—Bueno, Shiryu, admito que el juego de luces dorado fue interesante, y tus palabras algo atemorizantes, pero siguen siendo palabras vacías si no cumples con ellas —sonrió Krishna, y sacó el tridente con facilidad del escudo mancillado—. Es la Lanza creada por Hefestos para el hijo de Poseidón, no es algo que cualquiera pueda romper.

—Pero es… ¡Ahhhhhh!

Shiryu no alcanzó a empezar a defenderse cuando Krishna lo golpeó siete veces más con el bastón en el rostro, una de esas en el ojo izquierdo, otra en el tabique. Luego le rasguñó el peto y el abdomen, y finalmente le atravesó la rodilla con el Destello, todo en menos de un segundo que no alcanzó a percibir hasta que el dolor fue evidente y la sangre manifiesta. Shiryu sintió su pierna temblorosa y no pudo evitar caer de rodillas. Trató de ponerse de pie de inmediato, pero el límite de lo físico estaba más fuera del alcance que el de sus emociones.

—Aunque tu armadura tomara esos colores dorados, y su resistencia haya aumentado, sigues siendo un Santo de Bronce. Tus fuerzas no superan a las que te corresponden por naturaleza.

—¿Qué?

La Lanza de Oro se multiplicó, y solo vio luces y salpicones rojos frente a sus ojos. Su cuerpo estaba quieto, indefenso, solo servía para recibir los embates y las heridas profundas en cada esquina, mientras su Cosmos era vencido por el del General Marina.

 

Cayó derribado nuevamente. No entendía qué sucedía, ¿acaso se había solo limitado a tomar prestado el poder de los Santos de Oro? No era realmente de él, y su Séptimo Sentido era penoso comparado con el de Krishna. ¿Y la espada de Shura? Shiryu no había sido capaz de acercarse a imitar la destreza del Santo guardián del décimo Templo, de seguro lo había decepcionado.

Mientras el olor de la sangre se hacía más desagradable y los pasos de su enemigo se acercaban con lentitud confiada, Shiryu recordó el tiempo que pasó en la biblioteca del Santuario durante los meses de su recuperación. La Santo de Sextante, Yuli, era una aficionada a los libros, y le leyó muchas veces. Su interés particular era el Libro Dorado, un pergamino que recopilaba las hazañas de cada uno de los Santos de Oro que habían resguardado el Santuario desde la era de los mitos, y lo primero que le pidió el primer día no fue la lectura de la página de Dohko de Libra, sino la de Shura de Capricornio.

Decía que, durante la Titanomaquia, derrotó a uno de los Titanes sin llevar parte de su armadura, usando todo el poder de su espada afilada sin depender de la fantástica resistencia de la protección. También su predecesor durante la antigua Guerra Santa, El Cid, fue capaz de hacer el mejor uso de la técnica principal de la constelación de Capricornio cuando dejó de defenderse y se dedicó al ataque sin que nada importara. Una divinidad del sueño fue víctima de ello en su juventud, antes de la guerra.

Pero él utilizó el Dragón Eterno cuando las llamas ardieron en su espada, la que Shura le legó. Se arriesgó a bloquear el embate, y mientras lo tenía sujeto con ayuda de la resistencia brindada por la sangre de Muu de Aries, usó su otro brazo para tratar de cortar la lanza, y falló miserablemente. El escudo de Dragón lo había salvado en innumerables ocasiones, ¿pero sería posible que se hubiera vuelto dependiente de su compañero de pelea?

 

—Con este golpe todo terminará, Shiryu —resonó la voz de Krishna más allá de la oscuridad de sus recuerdos.

Escuchó el silbido de la hoja, y supo que iba dirigida a su cabeza. Shiryu se levantó rápidamente a pesar del dolor en su pierna, y rechazó el tridente con su escudo, sin arriesgarse al bloqueo.

—T-todavía… no…

—Vaya que eres terco, pero no me des una imagen tan penosa, Shiryu. ¿Vas a estar usando ese escudo y tu armadura para huir del filo de mi lanza hasta quién sabe cuándo? Solo retrasas lo inevitable, Shiryu, y harás de tu muerte algo mucho más doloroso. No tengo nada contra ti, solo cumplo con mi deber, pero pones difícil el no ser más sanguinario. ¡Acepta tu destino como un hombre!

—Hablaste mucho de mi armadura…, quizás tengas razón y deba sacármela.

—¿Qué dices?

—Draco, abandona mi cuerpo, por favor.

Y el dragón de jade obedeció. Junto a él, como una estatua impasible, se armó paciente, aunque al mismo tiempo atemorizante. Tenía muchos rasguños y severas perforaciones, pero tampoco se había dado por vencido. Sin embargo, en el resto de la batalla iba a tener que ser solo un testigo.

Shiryu solo quedó con sus pantalones negros, y se quitó la camiseta púrpura para que el tatuaje del dragón en su espalda brillara con más fuerza. En la zona abdominal la herida que lo atravesó no había empezado a cicatrizar, y la sangre todavía caía; el dolor tampoco se apaciguaba.

—¿Finalmente te volviste loco? Está bien que seas terco por usar tanto el escudo, pero es tu seguro de vida, el que te da una pizca de esperanza. Así que, ¿qué pretendes quitándote toda tu armadura?

—Por eso mismo —contestó Shiryu, dejando salir su Cosmos—. He usado demasiado ese escudo, y me volví dependiente del mismo. No podré entregarme de cuerpo y alma a esta batalla si sigo pendiente de la defensa de mi Manto. Debo arriesgarme de verdad, enfrentar a la muerte sin temor alguno, y dejar de lado mi arrogancia, pues el brillo de mi armadura no me hace invencible.

—Parece que te hablaras a ti mismo, pero sigues con palabras vacías. Ahora el golpe más suave de mi lanza te matará. —Krishna se puso en guardia y encendió su Cosmos, de tono índigo, uno muy poco común.

—Para liberar el poder del alma de Shura en mi brazo debo aceptar de todo corazón esa posibilidad. Con el próximo choque, si no consigo romper tu Lanza moriré, y de todas formas quizás moriré por falta de sangre, pero al menos deseo cumplir mi meta. —El Pilar detrás de su enemigo, inmóvil y atemorizante, según dichos indestructible. Shiryu hizo arder su Cosmos también, era como llamas que salían de sus poros e iluminaban el área delante de él con resplandor esmeralda—. ¡Será a vida o muerte, Krishna de Chrisaor!

—Los milagros no existen, Shiryu, y menos en esas condiciones. El poder de Poseidón, y los regalos que nos ha entregado, son absolutos. Tu muerte está ya decidida, te atacaré con todo el poder de mi Destello para premiar tu espíritu de lucha indomable.

 

Krishna atacó con la lanza en horizontal, y Shiryu brincó para sortearlo. El Cosmos se reunió en sus ojos para percibir y calcular los golpes potenciales de la lanza; su concentración debía estar al límite máximo, sus sentidos a tope, como cuando enfrentó a la muerte que Shura ofrecía. Esquivó tres, diez, cincuenta y dos, luego más de tres cientos embates por segundo, recibiendo innumerables cortes en su cuerpo, pero producto del aire cortante; nunca tocó la hoja, y se notó en el General la desesperación.

Shiryu saltó hacia uno de los edificios laterales, y Krishna rápidamente lo cortó en dos, así como miles de los hermosos corales que hacían de flora y fauna en esa zona. Brincó hacia el siguiente coloso, y repitió la maniobra hasta que todos los edificios cayeron, al igual que el pequeño templo en que Chrisaor habitaba.

—¡Su velocidad se ha incrementado! —exclamó Krishna.

Shiryu descendió hasta quedar tras el General, quien se volteó aplicando la fuerza rotatoria en su arma. Logró esquivarla agachándose, y con toda la velocidad que podía, ignorando el dolor horrendo en su pierna y estómago, se giró hasta atrapar el bastón del tridente.

«El poder de la espada sagrada, Excálibur, está en mí… Pero mi mano ya no me responde, ¿será posible que…?». No. No debía dudar. No debía pensar. Era el momento decisivo, la muerte golpeaba su puerta, lo evidenciaba el latido nervioso de su corazón. Pero Shura…

El alma de Shura estaba en su brazo. La espada que sacó de la piedra con ayuda del sacrificio del Santo de Capricornio. Excálibur.

 

No supo cuándo golpeó el bastón, ya que jamás sintió resistencia alguna. Su brazo se balanceó y acarició su muslo en el retorno, y sus ojos estaban fijos en el aterrado Krishna, quien sostenía solo la mitad de su tridente. El filo, las tres hojas de esa maravillosa creación de Hefestos, estaban en su brazo izquierdo, y las soltó rápidamente de sus dedos.

“El sol enciende el incensario, que exhala un vapor violáceo. Lejos, una cascada cuelga de la montaña; en un vertiginoso vuelo, rueda hacia abajo mil pies. ¿Estará la vía láctea cayendo desde lo más alto del cielo?”. Eso recitó Dohko de Libra cuando Shiryu invirtió la corriente de la Gran Cascada con la técnica del Dragón Ascendente, su primera hazaña. Las recordó de pronto al conseguir una más, la meta de destruir con facilidad la Lanza de Chrisaor.

Pero no debía dejar que las emociones lo nublaran. El Pilar sería mucho más resistente, aunque no debía dejar de lado la fe.

 

—N-no puedo… c-creerlo… Pa-partiste en dos mi lanza, sin tu armadura, la mano desnuda… y… —El sudor corría por el rostro de Krishna, y se estremeció cuando bajó la mirada y notó la fisura vertical en el peto de sus Escamas. Por eso se consideraba a Shura tan temible, pues su espada era capaz de rajar el gamanio en su estado puro, y dañar irreversiblemente el oricalco.

A Shiryu le dolía todo el cuerpo, y todavía no se detenían sus múltiples hemorragias, pero se permitió sonreír.

—Todo fue gracias a Excálibur, el arma que me legó Shura, el Santo de Oro de Capricornio.

—Sí, he oído hablar de él. Bien merece tu puño derecho… el ser llamado Excálibur también… —Krishna cerró los ojos, y arrojó con calma el báculo al piso.

—Sin la Lanza eres como un lobo sin colmillos, pero no soy un asesino despiadado. Por favor apártate, ríndete, y permíteme cumplir con mi misión.

Como respuesta, Krishna inmediatamente se sentó con las piernas cruzadas junto a su tridente quebrado. En actitud de infinita pasividad y relajo, el General Marina demostró ser un guerrero justo, de honor, un hombre digno en la derrota. Unió los índices y pulgares, y esperó en plegaria la acción de su vencedor.

—Muchas gracias, veo que… ¿qué es esto? ¡Oh, no puede ser!

 

Súbitamente un Cosmos impresionante salió del cuerpo de Krishna, y lo arrastró hacia atrás sin que pudiera oponer resistencia, casi hasta el límite del valle. El aura alrededor del General era como un sol de llamas violetas, e irradiaba un calor despiadado, una luz difícil de mirar.

Su iris desapareció, y bajo sus cejas solo había dos agujeros blancos, como los de una criatura divina, o un ser endemoniado, un espíritu inmisericorde.

—¿Qué pasa aquí? ¿Cómo es posible que un Cosmos tan exagerado salga de este hombre? —Shiryu trató de avanzar, pero se le hizo imposible—. También hay una especie de barrera que me impide moverme con facilidad, y…

Notó el temblor en su mano rota, pero no era producto de los golpes, así como tampoco lo era el vaivén de sus piernas. Era temor. Temor súbito, un miedo inesperado que le costó enfrentar.

—Rompiste mi Lanza, y eso me obligó a invocar la barrera del Kundalini —dijo Krishna, con un eco que no rebotaba en ninguna parte—. Shiryu, deja que el espíritu vengativo de mi interior te azote, espera la muerte.

—¿Q-qué dices?

—¡Gran Resplandor! (Maha Roshini) —gritó Krishna, y una luz antinatural explotó desde su cuerpo.

 

Shiryu cerró los ojos por instinto, pero no funcionó, pues sintió el ardor en ellos, producto del enceguecedor Resplandor. También, un grito hizo eco en sus oídos, sus piernas fallaron, cada músculo de su cuerpo le dolió, y cayó de espaldas sin poder hacer nada para evitarlo. Más que sentir un poco de dolor o desazón, Shiryu solo pudo describirlo como algo peor.

«Siento todo»


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#383 Piscis no Afrodita

Piscis no Afrodita

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Posted 17 December 2015 - 18:40 pm

Ummmm "Siento Todo"....  ̄ω ̄

Bueno, este capitulo fue bastante bueno, me gusta bastante que le des un lado mas histórico a la batalla, que Shyriu halla aprendido gracias a cierta teoría aprendida gracias a la biblioteca del Santuario (esto me gusta aun mas, que el Santuario posea este tipo de lugares, un esquema de tu santuario... que viene a ser, bastante parecido al de episode g, seria interesante). Sabes que cosa me fastidiaba bastante de Saint Seiya, la constante palabreria del amor, y entrenamiento y bla bla bla, llego un momento que era empalagoso me entiendes? Y lo que diferencia del original con este remake, ademas de lo obvio, es que es mas sutil esta parte, Glorioso :3

Excelente batalla, y excelente capitulo y el final...

Te cuento una anécdota, no? Bueno igual la pondre :p, cuando estaba mas pequeño, tenia yo mas o menos 7 o 8 años, este fue mi final en Saint Seiya, tenia estos DVDs piratas………… y ejem, jamas encontre la continuación de este capitulo y para aquel entonces no tenia internet, y no fue hasta dos años después que logre ver el desenlace de la batalla y Poseidon en si, luego de ver ya varios capitulo de Hades :'v que triste no

Bueno Saludos compañero excelente como siempre

#384 Patriarca 8

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Posted 17 December 2015 - 22:31 pm

SHIRYU IV

 

-Shiryu se puso en guardia con el escudo por delante, las piernas separadas y el brazo derecho retraído, esperando su oportunidad.

—Te demostraré el poder de los Santos, el nivel del escudo resucitado por Muu de Aries y la espada que habita en mi brazo.
 
--------------Aqui le falto el poder heroico del discipulo del caballero dorado
mas poderoso de todos los tiempos XD
 
—Bueno, Shiryu, admito que el juego de luces dorado fue interesante,y tus palabras algo
atemorizantes, pero siguen siendo palabras vacías si no cumples con ellas
 
-------------¿Krishna habla de la armadura de  Shiryu, o de las armaduras omega? Jajaja
 
Su interés particular era el Libro Dorado, un pergamino que recopilaba las hazañas de cada uno de los Santos de Oro que habían resguardado el Santuario desde la era de los mitos, y lo primero que le pidió el primer día no fue la lectura de la página de Dohko de Libra, sino la de Shura de Capricornio.
 
-------------aqui Shiryu cometio un grave error,si hubiera leido las hazañas de su maestro durante la ultima guerra santa,hubiera sabido como dohko mato a una leona gigante ,como elimino a un juez del imfamundo siendo un dorado novato,como derroto al dorado de ofiuco,como junto con con la ayuda de su amigo shion vencio a los dioses gemelos,como tuvo un duelo espectacular con el recipiente de hades y termino derrotandole poniendo fin a la guerra sagrada,como saori,,la athena de esa epoca y las otras diosas del olimpo se enamoraron de el al verlo luchar sin su armadura.como zeus y los otros dioses amenazaron destruir la tierra si no le disminuian ese poderoso cosmos que llenaba de temor a los inmortales y por eso actualmente lucia como un anciano
PD:beber bebidas alcoholicas en exceso es dañino para la salud
 
 
Decía que, durante la Titanomaquia, derrotó a uno de los Titanes sin llevar parte de su armadura, usando todo el poder de su espada afilada sin depender de la fantástica resistencia de la protección. También su predecesor durante la antigua Guerra Santa
 
------------un momento el shura del episodio G es un autentico carnicero que mataba a casi todo oponente que se le pusiera por delante ,en cambio el shura clasico no.su espada por muy afilada que fuera no logro eliminar a un caballero de bronce
 
El Cid, fue capaz de hacer el mejor uso de la técnica principal de la constelación de Capricornio cuando dejó de defenderse y se dedicó al ataque sin que nada importara. Una divinidad del sueño fue víctima de ello en su juventud, antes de la guerra.
 
--------no recuerdo que el Cid se haya quitado su armadura para atacar XD
 
—Draco, abandona mi cuerpo, por favor.
Y el dragón de jade obedeció
 
-------creo que empiezo a entender el motivo de su locura XDDD
 
Notó el temblor en su mano rota, pero no era producto de los golpes, así como tampoco lo era el vaivén de sus piernas. Era temor. Temor súbito, un miedo inesperado que le costó enfrentar.
 
------------esta escena es totalmente incanonica segun los expertos de saint seiya foros, es imposible que los discipulos del heroico sientan temor eso solamente les sucede  a los seguidores de shaka XDD
 
PD:Este capitulo fue muy entretenido,buen fic
 
 

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#385 carloslibra82

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Posted 18 December 2015 - 00:42 am

Hola, amigo Felipe, perdón por mi ausencia de comentarios, pero es q estuve un mes y medio de viaje y me desconecté de todo. Pero ahora me pongo al corriente con los reviews:

Seiya IV: Fue un gran desenlace para la pelea con el Caballo Marino. La verdad q me sorprendió y gustó tu idea de hacer las armaduras de los de bronce igual de resistentes a las doradas sólo cuando acanzaban el sèptimo sentido y se volvían doradas, no todo el tiempo. Y verdaderamente, como has maltratado al pobre Seiya, no sé como va a poder seguir. Aunque esto tiene más lógica q en el clásico, cuando lo maltrataban y después seguía como si nada. Una pregunta: en tu fic las escamas son más resistentes q en el clasico, verdad?? Pq señalaste q las escamas de Baian quedaron casi intactas. Me gusta de todos modos tu postura de hacer a los Generales tan fuertes como los dorados, hace las batallas más interesantes.

Shun IV: Amigo, la verdad, te ensañaste con el pobre Shun. No sé como se va a poner de pie y seguir, debe ser un despojo humano. Aún así, me gustó la pelea. Io demostró un honor como guerrero inapreciable, eso fue genial. Y confirmas en tu fic q los mantos de oro son más resistentes q las escamas. Es por el polvo de estrellas?? 

Julián II: Ese Julián es un arrogante, se cree mucho, pero Saori lo puso en su lugar. Creo entender porque recuerda tan vagamente y como retratos a los dioses del Olimpo, pq aun no ha despertado, y atribuye a sus conocimientos humanos sus supuestos recuerdos del pasado, q se manifiestan vagamente, pq aún es Julián. Por eso también cree devastar todo. No sé si estoy bien. Ahora, no sé pq pones dos veces q espera la conversación de Salem con Saori. Eso no lo entendí, espero me puedas explicar. Aunq se supone que ya todos sabemos quien es Salem, puede haber sorpresas, o no?? Lo dejo así, jejejejeje.

Shaina III: Un aplauso, amigo, siempre me pareció mal q hayan dejado inconclusa la pelea de Shaina y Tetis. Fue una entretenida pelea, y Shaina pasó un mal rato con el encantamiento de Tetis, pero como toda una reina de las cobras, supo salir victoriosa. Conociendo a Shaina, no me extraña q haya ido tras el Dragón del Mar o Poseidón.

Shiryu III y IV: Pobre Shiryu, le tocan siempre los rivales filosos, jajajajaja. Veo q la lanza de Chrisaor tiene aún más poder en tu fic, al igual q Krishna. Pero Excalibur resultó aún más poderosa. Perdón, amigo, por lo q voy a decir, pero al igual q en el clásico, no entendí pq al relucir de oro la armadura del dragón no pudo hacer nada Shiryu. No sé si lo puedes explicar más. Las escamas de Krishna sufrieron solo daño, o fueron destruídas por Excalibur? He ahí otra duda. Tengo ansias de ver el desenlace de esta pelea, para ver q pasa con los ojos de Shiryu.

      Bueno, ahí me puse al día, quiero ver q otros interesantes cambios harás. Un gran saludo,a migo Felipe, sigue así!!!



#386 -Felipe-

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Posted 21 December 2015 - 11:03 am

Y bueno... parece que tengo bastantes capítulos, así que creo que al menos esta vez puedo meter otro capítulo la misma semana :)

 

Pero primero los review:

 

Ummmm "Siento Todo"....  ̄ω ̄

Hola, Piscis. Gracias por pasar :)

Qué bueno que te haya gustado el desarrollo de la pelea. Sí, aprendió algunas cosas de la biblioteca, que es la que visita Shaina con Cassios y Yuli en el volumen 1 para investigar (Aunque no sé si al final leíste los primeros capítulos :p). Habrá un esquema, saldrá con el pdf del volumen 2, le pedí a alguien que sabe dibujar esa clase de cosas para que no quede con mi calidad de dibujo jaja

 

Y sí, no meto mucho esas motivaciones. No me gustan, y se siente poco humano que lo hagan siempre "por el amor, la paz y la justicia". Cada uno tiene sus propias motivaciones; Shiryu lucha porque Dohko le enseñó que había que hacer lo correcto por todas las personas por igual, sean como sean, y solo quiere descansar de ese "peso"; Hyoga se guía por lo que le diga su corazón que haga, después de lo de Camus dejó de seguir las leyes estrictas, por lo que puede considerar que algunos sí deben morir y que está destinado a pelear siempre; Shun es más "tradicional", pelea por defender la paz, porque busca desesperadamente un momento en que no tenga que pelear; Seiya lo hace porque no soporta que los niños sufran, con una vista super crítica de que el mundo está como la m*erda, pero tiene un par de motivos más "egoístas" que se van a ir desarrollando poco a poco. Al principio peleaba por pura obligación.

 

 

¡Buena anécdota! xD Aunque en realidad a mí me pasó algo peor. Cuando era niño, SS lo daban cuando yo estaba en el cole, así que mi mamá me grababa todos los capítulos en VHS (todavía los tengo), y los veía al llegar. El caso es que por diversos motivos obvios, hubo varios capítulos que no pudo grabar, que por alguna razón fueron SOLO finales: El final de la pelea en Géminis, el final de Leo, el final de Escorpio, el final de Capricornio, el final de Piscis, el final de Asgard!!!, el final de Baian, el final de Krishna, y el final de Sorrento que es el capítulo en que aparece la armadura de Sagitario. Sí, así de mala suerte.

 

 

 

SHIRYU IV

 

 

Hoola, T-800, gracias como siempre.

-Dohko no le ha dado poder a Shiryu, por eso no lo menciona... todavía jaja

 

-Ah come on! jajaja

 

-Recuerda que el pasado de Dohko en esta historia es el del Canvas; la generación de ND es otra todavía más pasada, e incluía a un Libra diferente. Además... espera, ¿qué? No, nunca ha hecho... ¿de qué estás...? No, tampoco ha hecho eso, ¡por Zeus, no! Y... ¡Oh, sería increíble, pero no ha pasado! jaja

 

-El Shura del clásico tiene una espada de cartón, pero yo cambié algunas cosas para el Shura de Mito. La explicación a que Shiryu sobreviviera fue ÚNICAMENTE que esquivó todos los golpes de Shura, se vio obligado a ello, porque si Shura acertaba, ganaba, así de simple. Se supone que este Shura era realmente peligroso.

 

-Tal vez te estás confundiendo con El Cid en la guerra, por eso puse que fue contra el dios del sueño ANTES de ella. Me refería a esto:

Spoiler

 

-lol

 

-Desde que Shiryu quedó ciego se metió demasiado en el Temor. Dohko va a tener que volver a entrenarlo en el heroismo y sensualidad para que se le quite, o sino va a empeorar más.

 

Que bueno que te haya gustado el capítulo.

 

 

 

Hola, amigo Felipe

Hooola, Carlos. No tienes por qué disculparte xD Aunque qué bueno verte por estos lados de nuevo.

 

-La saga de Poseidón tiene un montón de incoherencias con respecto a eso. Los Santos de Bronce parecen tomarse una hiperpoción a penas derrotar a los Generales, y terminan en bastante buenas condiciones a pesar de ser la élite de un dios olímpico. Era obligación cambiar eso, así que los protas quedan para el arrastre, y no son capaces de destruir las Escamas como lo hicieron en el manga, porque están hechas del mismo material que las armaduras de Oro, de gamanio en estado puro y el mejor de los oricalcos, como recordarás se vio en Alpha.

 

-Sí, me descontrolé con el pobre Shun, y todavía le quedan peleas complicadas, pero lo importante es que se note el desgaste. Con respecto a otro, tanto las Escamas como las armaduras de Oro NO SON invulnerables. Entre ellos mismos podrían dañárselas gravemente, aunque ninguno de los protas lo consiguió con las de Oro porque solo fueron lo suficientemente fuertes para vencerlos en un breve instante, pero no por más tiempo. Las Escamas han sido más dañadas porque los protas dominan mejor su Cosmos.

Aún así, destruirlas totalmente es básicamente imposible para un humano, sí son más resistentes que en el manga. Pero el Polvo de Estrellas no les da más resistencia, sino que otorga "vida", conexión con el Cosmos.

En sí, las Escamas son piezas de metal muy, muuuuuuuuuuy duras que pueden absorber Cosmos. Pero las armaduras de Oro son igual de resistentes, pero además son seres vivos, se pueden mover, respirar, comunicarse y todo, y no solo absorben Cosmos, sino que también tienen el suyo propio.

 

-Bingo. ¡BINGO! Nada que decir, excelente análisis. En cuanto a lo de Salem, ocurre apenas le llama "Julian". Luego, éste parece olvidar esta conversación. Ahí lo dejo.

 

-Shaina es la luuuuuuuuuuuz.

 

-A eso me refería en el punto anterior. La Excallibur de Shura, si acertaba, podía dañar gravemente una armadura de Oro. Shiryu, con el poder que ya tiene, puso usar adecuadamente la espada, y dañar las Escamas. Pero no las cortó en dos y destruyó como en el manga, solo pudo hacerle un tajo en el peto con toda su fuerza.

En cuanto a lo otro, el problema no es en sí la armadura. Que brillara como el Oro significaba que adquirió una defensa digna de una de Oro, pero protegerte no te da victorias, y la resistencia no te otorga más fuerza. Con su propio Cosmos al Séptimo Sentido, Shiryu no podía dañar la lanza, por eso requirió de Excallibur. Shiryu se da cuenta que se hizo dependiente del escudo, y al ocurrir eso, no pudo llevar toda su energía a su brazo derecho, porque dejó mucho en el izquierdo, inconscientemente levantando el escudo cada vez que Krishna se le acercaba. Se dio cuenta que debía usar su poder sin pensar en defenderse, incluso si lo tomaban como alfiletero, con tal de llevar todo su Cosmos al brazo derecho.

 

Gracias como siempre, Carlos :)

 

 

--------------------------------

 

Y ahora...

HYOGA III

 

Se despidió emotiva e íntimamente de Freyja, su más preciada (si no única) amiga de infancia. El deber de los Santos estaba en el campo de batalla, la guerra era su único camino, y debía volver allí, tal como Camus le inculcó siempre.

Durante esos meses desde que Drbal fue derrocado y Milo volvió a Grecia, la nueva soberana de Sinigrado, Hilda, investigó todo lo que pudo sobre el reino submarino de Poseidón y la puerta que llevaba a Atlantis, en el océano Antártico, por donde los Marina habían salido y en donde se había esfumado el ánfora con el alma del dios del océano. Le había informado horas antes que quería verlo en la noche, en las afueras del palacio junto a la torre de los guardias, y que allí tendría la información que necesitaba.

 

Así que contempló una vez más a Freyja, dormida plácidamente bajo unas mantas de lana junto a la vivaz llama de la chimenea y se preguntó fugazmente qué pensaba, qué estaría soñando. Asgard era un mundo difícil que gozaba de probar la fuerza y resistencia de sus habitantes, una tierra dura y fría cuya más leve brisa era capaz de congelarte si te descuidabas; pero ella tenía un cuerpo delicado, no débil, pero sí frágil, y aun así, dueña de una flama interna difícil de ser imitada por otra mujer. No sabía si lloraba todavía por la muerte de su hermano, no había sido testigo de ello, pero fuese cual fuese el caso, el deber de Hyoga era impedir que más tragedias afligieran ese corazón que tanto había resistido desde que nació, y luego creció para calentar un poco el hielo de su alma con su gentileza y alegría.

Se colgó la Caja de Pandora congelada a la espalda, atravesó los sinuosos corredores del castillo y saludó a los guardias nocturnos que todavía no olvidaban su batalla frente a la desaparecida estatua de Odín. Solo uno de ellos, el mismo de siempre, le preguntó por rutina si no tenía frío usando solo esa camisa sin mangas de lino azul y los raídos pantalones negros de cuero, pero esta vez no contestó con solo una sonrisa.

—No será necesario llevar mucha ropa a donde voy.

 

Salió al blanco sombrío de la noche asgardiana, enterró sus pies en la nieve gruesa y caminó hacia la torre de la guardia bajo la lluvia impetuosa que azotaba su rostro como gotas de diamante granizado. La silueta solemne de la gobernante se distinguía junto al monolito de piedra y lágrimas albas, junto a una carroza y un mozo de cuadras que le quitaba las mantas a los caballos. Hilda, de ojos violetas, largo cabello plateado y piel nívea, llevaba un grueso abrigo de lana de un tono azulado tan frío como la temperatura a la que Hyoga se había acostumbrado desde el nacimiento, en Siberia, y una capa negra para protegerse de la lluvia.

—Hyoga —saludó con su voz de cristal, difusa bajo la capucha.

—¿Descubriste algo sobre el reino submarino?

—Sí. Puedes partir esta misma noche si estás listo.

—Lo estoy.

—¿Te despediste de mi hermana?

—Duerme tranquilamente ahora. —Hyoga lo meditó un momento hasta que resolvió pedírselo—. Cuídala, por favor.

—Por supuesto. Ahora, vamos.

No preguntó nada más, aunque no era la ruta que esperaba. Obviamente no iba a cruzar la puerta en la biblioteca del palacio, su destino no era Atlantis… Pero tampoco sabía nada más.

 

Media hora en completo silencio. Hilda se mostró cabizbaja, mirando hacia afuera mientras la lluvia de nieve cubría de blanco tanto naturaleza como lo hecho por el hombre. Durante los primeros días había sido mucho peor, y algunas vidas se habían perdido por el frío infernal, pero desde hacía unas horas la intensidad había menguado.

Se detuvieron y bajaron del carruaje, que quedó a cargo del mozo. Era una zona desolada, difícil de describir más que por sus montañas de hielo y precipicios sin retorno. Aparte de la lluvia se sentía un viento diferente, muy nebuloso y lleno de intensidad, trayendo consigo una cuota de advertencia. Cuando siguió a Hilda hacia uno de los precipicios, Hyoga sintió que se acercaba a un huracán.

Y no se equivocó.

 

—¿Q-qué es esto? —preguntó sorprendido por lo que sus ojos veían a pesar del viento que trataba de cerrarlos.

—Esta es tu vía hacia el mundo submarino, Hyoga —contestó sin mirarlo.

Un turbulento tifón giraba en el mar bajo el precipicio, tan grande como la ciudad, desprendiendo frío, vientos huracanados, agua congelada, trozos de hielo que tuvieron que evitar con algunos pasos hacia atrás, y un Cosmos gigantesco que jamás había sentido antes.

—El Mar Blanco. ¿Quieres que me meta allí? Las noticias alrededor del mundo dicen que ni siquiera los mejores buzos ni los más modernos submarinos se han podido sumergir en meses.

—Leí noventa y ocho libros de la biblioteca, sé lo que hago —cortó Hilda con frialdad seca, confianza imponente en sí misma—. Al principio buscaba alguna forma de volver a abrir la puerta a Atlantis, pero parece que, a estas alturas, solo la voluntad de Poseidón podría abrirla, y desde adentro. Los dos Santos de Oro que fueron allá hace dos siglos tuvieron la ayuda de uno de mis antepasados, que había hecho un trato con el dios de los mares por el bien de este pueblo, pero ahora no tengo método para abrirla.

—¿Y este lugar?

—Tal como te dije cuando viniste, tiene lógica que cualquier mar sea un pasaje al mundo submarino, aunque una cúpula creada por la voluntad divina hace imposible el sumergirse así de fácil. Sin embargo, este lugar es diferente. —Hilda abrió los pliegues de su larga capa, y de bajo ella sacó una refulgente espada azul, brillante como zafiro, destellante como el trueno, luminosa como la más fina perla de los dioses.

—¡Balmung!

—Atlantis está al sur del océano Atlántico, pero este camino te llevará aún más al sur. —Hilda levantó la espada de diamantes, un aura etérea los rodeó desde la punta afilada—. Decía en un libro que era el lugar para que dos líderes de reinos distintos se reunieran, y Freyja y yo comprendimos que aunque no mencionara ningún nombre, el pasaje debía referirse a Odín y Poseidón.

—Un par de entidades divinas de distintas mitologías, ¿reuniéndose? —Ya se había acostumbrado a la idea de los dioses griegos volviendo a la vida en la época moderna, pero le seguía pareciendo extraño que más dioses, de otras mitologías, también existieran. ¿Quién regía el mundo entonces?

 

Aunque por la presencia y poder de cada uno, daba la impresión de que los dioses griegos eran los principales, los que gobernaban en todo el planeta; pero los otros, Ra, Odín, y muchos más, se encargaban de sectores aislados, de sus propios territorios locales. Del Dios en que creía su madre no había rastro todavía.

—Lo más lejos posible del norte, sí. Quizás era para discutir los asuntos de la protección de este mundo de hielo, nunca lo sabremos, pero lo cierto es que se reunían en el océano Antártico, al otro lado de este mundo, en secreto, y cada uno tenía una llave. —Hilda encendió su Cosmos, y la espada brilló aún más, hizo que la lluvia amainara sobre ellos—. Un arma.

—El tridente y la espada.

—No hay tiempo que perder, Hyoga. Con ayuda de esta espada podrás ir al reino submarino, y allí te enfrentarás a Poseidón, un dios Olímpico al que incluso el mío temía.

—Entiendo. Me iré entonces.

—Ten mucho cuidado. Que Odín te proteja.

—Sin ofender, Hilda, pero ya tengo una diosa de mi lado.

Hyoga se colocó la armadura del Cisne blanco, y sin esperar más tiempo, saltó hacia la furiosa corriente, llevado por la guía luminosa de la espada Balmung.

 

Aproximadamente nueve horas desde el encierro de Saori Kido.

El mundo submarino era desolado, silencioso, frío y misterioso, pero había aprendido a obtener información y pistas para resolver los acertijos. Llevaba tres días allí, y había aprendido sobre la existencia de siete Generales de élite de la Armada de Poseidón; los siete Pilares en el centro de los siete océanos que ellos custodiaban, y también que debía destruirlos para que la cúpula bajo las mareas desapareciera y las lluvias se diluyeran.

En el punto de reunión solo había ruinas y edificios derruidos, nada de interés, así que recorrió muchos lugares del océano sin detenerse a descansar. Y entonces, unas horas atrás, sintió muchos movimientos en el flujo del Cosmos que culminaron en dos de los Pilares destruidos en dirección al océano Pacífico. ¿Uno de los Santos de Oro? ¿O tal vez sus compañeros de Bronce? Poco importaba mientras el objetivo se cumpliera.

 

Finalmente decidió que tenía la información suficiente, y había repuesto fuerzas. En el cielo se veían las gotas de lluvia todavía, mucho menos intensas que antes, así que era momento de visitar uno de los Pilares. Se decidió por el primero que encontró en su travesía, el del océano Antártico.

En una zona oscura y remota del reino submarino había un sendero gris, laberíntico y angosto, excavado directamente en el suelo apagado. No había rastro de vida alguna en las cercanías, solo rocas de hielo, montes lúgubres y mar negro, los enormes icebergs en la superficie debían filtrar la ya escasa luz del sol. Parecía, en resumen, un valle muerto.

Al final de la ruta que aprendió a seguir después del primer día estaba el complejo que guardaba su objetivo, uno de los siete Pilares, elevado por sobre una base de piedra desfigurada que atravesaba horizontalmente el área entre dos finos muros de hielo. El iceberg del que salía la columna medía unos diez metros en la zona más alta, y estaba asentado en una zona helada y montañosa, de pavimento irregular de color gris a la que accedió tras escalar algunos cerros resbaladizos. Al costado, junto a uno de los muros, había un pequeño templo de estilo griego, de muros cubiertos de escarcha y polvo, un techo rectangular del que solo quedaba la mitad, y un gran espejo circular en el frontis. De pronto, Hyoga se dio cuenta que había más de un espejo por todo el patio, repartidos en el suelo como si fueran parte de la decoración, más de uno quebrado por razones desconocidas.

El Pilar parecía de mármol, era de un tono gris violáceo, estaba flanqueado por una hilera de edificios de piedra de distinto tamaño, de unos diez metros cada uno, además de una serie de cerros congelados. La columna estaba compuesta de cuatro más delgadas, circulares, lisas como las del arte gótico, adosadas entre sí. En la parte alta (aunque tal vez era solo la mitad del Pilar completo), había una base plana con forma de estrella de diez puntas, y luego continuaba una sola viga que se esfumaba en las aguas.

—Este es que debo destruir. —Pero por alguna razón todavía no se animaba a hacerlo, aunque tenía el puño levantado, reunido en él su Cosmos de hielo.

 

Esa soledad, ese silencio, los espejos por todos lados, el color tan apagado del Pilar y sus alrededores, el descuido del paisaje… Todo le daba un muy mal presentimiento. Hacía menos frío que en Asgard, pero sus piernas temblaban.

«¿Qué es esta sensación? Es miedo… ¡Imposible! Es más bien algo similar a la nostalgia.» Sin pensarlo miró hacia atrás y tuvo la sensación de que estaba de nuevo frente al Pilar, a pesar de que sus ojos le decían otra cosa. Todo el valle era irregular, pero al mismo tiempo tenía un diseño desconcertante, como si fuera el mismo en todas direcciones. Lo confundía. Se sentía mareado.

Se dio cuenta que estaba girando la cabeza y los ojos hacia todos lados, buscando el Pilar a pesar de saber que lo tenía enfrente. Y parecía más pequeño, lejano, aunque era lo suficientemente grande como para que uno de los Templos del Zodiaco se viera insignificante. ¿Qué estaba pasando?

 

Cerró los ojos y los volvió a abrir frente al coloso. Sentado sobre el iceberg estaba la más extraña de las criaturas, aquella que todos temen encontrar: los muertos. Vestido con el ceremonial Manto de Oro de Acuario, la figura de Camus lo observaba fijamente.

Hyoga pestañeó y se golpeó el rostro, incómodo. Luego volvió la mirada nuevamente hacia el hombre, y se encontró esta vez con un General que llevaba la más rara de las armaduras. Mezclaba indiscriminadamente colores anaranjados y dorados, como las ropas de los militares, y tenía un diseño deforme, irregular, con piezas salientes como trozos de coral en las perneras serpenteantes, los brazales llenos de dibujos sin sentido en relieve que llegaban hasta las hombreras redondas y escamosas como rana. La falda tenía una punta agresiva, hasta grotesca, y el peto contaba con varios salpicones como manchas de esmalte, tenía líneas horizontales que le hacían parecer más alto de lo que era. El casco ocultaba su rostro, contaba con alas en los lados y una cresta encima, además de una máscara triangular sobre los ojos y la nariz.

—¿Quién eres? —preguntó con verdadera curiosidad, al no sentir Cosmos alguno en él; Hyoga parecía estar aún solo en ese lugar.

—¿Te atreves a olvidarme? —inquirió el hombre con una voz tan nostálgica que le causó un nudo en la garganta.

 

Al bajar de la base congelada del Pilar, dejó ver su largo cabello rojo por sobre la capa azul. Rápidamente se subió la visera del yelmo, y dejó que lucieran sus gélidos ojos celestes e impávidos, como zafiros congelados.

—No… no puede ser. —Hyoga dio un paso atrás, confundido otra vez, y al mismo tiempo enfadado.

—Tranquilo, no hay nada que temer —contestó la ilusión frente a él, la que otra vez lucía como su figura paterna, Camus de Acuario. Porque era obvio que era una ilusión.

—Maldita sea… —Hyoga hizo crujir los dientes, alzó el puño y recuperó los pasos que había retrocedido. Disparó el Polvo de Diamantes con toda su ira.

El hombre saltó para esquivar la corriente de aire fría, y aterrizó un poco más adelante, cerca de Hyoga, con el mismo rostro gélido de siempre.

—No deberías atacarme así, Hyoga. Primero déjame explicarte.

—¿Explicarme? No sé quién eres, pero no consentiré que tomes ese rostro como algo tuyo.

—Hyoga, soy yo —dijo Camus con su voz como témpano, y su expresión sin emociones. «No. No Camus»—. Soy tu maestro. Aunque ya no llevo la armadura de Acuario, sigo siendo tu maestro. Sucedió que…

—¡Silencio, maldito! —interrumpió, enfurecido. Sentía que perdía el control, no debía permitírselo—. Mi maestro, Camus de la constelación de Acuario, fue asesinado por mí durante la guerra civil, perdió la vida en el Templo del Ánfora, y sus restos yacen para siempre en el cementerio del Santuario, junto al de todos los que cayeron antes. De seguro eres el General que custodia este lugar, tomando la apariencia de mi maestro para engañarme. —Usó la Tierra de Cristal y su rival ni siquiera se inmutó, como si supiera que el motivo fue para que al esquivar las protuberancias congeladas recibiera con mayor facilidad el Polvo de Diamantes.— ¡Quítate ese disfraz!

 

De todas maneras, lo disparó. Y el hombre detuvo la técnica básica de los Santos de Hielo con una sola mano, sin una gota de sudor o un tambaleo que evidenciara dificultad. Además, la forma en que lo bloqueó, separando los dedos y girando la muñeca para contener el remolino…

Era como si conociera la técnica.

—Detente, Hyoga, no hagamos esto.

—¡Imposible! El General detuvo…

—Sí, soy el General que custodia el Pilar del océano Antártico, Camus de Lymnades, pero no uso ningún disfraz. De verdad soy yo. —Camus dio unos pasos hacia adelante, y sus ojos emitieron un aura paternal, cálida y gentil que no tenían nada que ver con el Camus que conocía, pero que tampoco lo molestó—. Vamos, toma mi mano, siente mi verdadero Cosmos que estas Escamas filtran.

—No… No te muevas. —Hyoga usó el Anillo, le costó mucho acertar dado que todo daba vueltas. Ahora le dolía el estómago, tenía un desagradable nudo en la garganta, y el Pilar a veces estaba, a veces no. Sentía los ojos irritados.

—Hyoga…

 

No. No era él. Le prometió a Freyja que cumpliría con su deber, pero algo estaba jugando con sus emociones, aunque su mente le decía una y otra vez que no podía ser él, pues estaba muerto. Muerto.

—Por más que puedas usar la apariencia de mi maestro, no puedes igualar su gran poder. Estás encerrado en mi Anillo, y solo bajando la temperatura de tu Cosmos a uno similar al mío podrás escapar.

—¿Me estás diciendo que debemos luchar otra vez para probarte que soy Camus? ¿Solo así me dejarás explicarte lo que sucede?

—¿Qué?

—Que así sea, entonces. —El hombre, con un manotazo solemne al aire, se quitó de encima los aros congelados que flotaban a su alrededor, y la capa tras de sí ondeó tal como la dorada que vistió unos meses atrás, por tantos años—. Vamos, atácame con todas tus fuerzas. Solo así averiguarás si soy Camus o un impostor. Es la única manera de hacer la paz entre tu razón y esas emociones inútiles, ¡la única forma para que los Santos resuelvan sus asuntos!

—Ca-Camus… —Hyoga se golpeó fuertemente la frente, y luego abrió los brazos y encendió su Cosmos níveo, dispuesto a terminar con esa presencia que jugaba con sus sentimientos—. No. General del Antártico, ¡te arrepentirás de haber adoptado la forma de Camus y jugar con mi mente!

El golpe más poderoso del Santo de Cisne. El Tornado Frío despegó tras su largo letargo, y retumbó en las esquinas otrora silenciosas del océano antártico. El remolino giró con furia descomunal, con frialdad asesina e ímpetu de vendaval.

 

Frente a él, su oponente no se movió ni un ápice, dejó que los vientos del norte soplaran a su alrededor, y luego de dos rápidos movimientos de sus brazos, separó el Tornado como si fuera un pequeño montículo de nieve. Sus eternos ojos de cristal emitían un destello dorado, dignos del único que podría bloquear sus técnicas con esa capacidad.

—Detuvo la mejor técnica de Cygnus…

—No pudiste moverme de mi sitio, con eso debería bastar para probar que yo soy yo, ¿no es así, Hyoga?

—Este hombre… en realidad es… ¡En realidad eres…! —Temblaba de pies a cabeza, no podía pensar con claridad ni controlar la perturbación en su mirada, que pasaba del hombre vestido con Escamas al Pilar a sus propias manos.

—El resplandor del cero absoluto te abrirá los ojos, Hyoga. —Su oponente alzó los brazos y entrelazó los dedos de sus manos, imitando la forma de una vasija con ellas, sobre su cabeza. Allí reunió todo el poder de su fría aura.

—Esa postura… La técnica inimitable para nadie que no maneje el arte de los Santos de hielo, y el conjuro más potente del mago del hielo… ¡La Ejecución de la Aurora!

Y Camus disparó sin piedad, como correspondía a un Santo de su calidad tratando de hacer entrar en razón a un discípulo demasiado terco. Pero es que era tan difícil de creer, ¿cómo podía culparlo?

 

No sentía mucho dolor, pero si infinito cansancio. Hyoga tenía los ojos fijos en el cielo submarino, oscuro y lleno de cristales en suspensión. Le costaba mover las extremidades, culpa de la temperatura tan baja de la que fue presa. Oyó unos pasos y trató de torcer el cuello; y aunque no pudo, su maestro lo tomó por la espalda y lo sujetó.

—¿Estás bien, Hyoga?

—Ma-maestro… —dijo al fin, y el nudo en su cuello empezó a desatarse a juego con el agua que caía de sus ojos.

—Sí —contestó él, dejando a un lado su horrible casco de Marina—. Resiste, Hyoga, aún tenemos mucho que hacer.

—Pero… ¿cómo es posible? Usted estaba… yo lo…

—El choque de Ejecuciones me dejó en pésimas condiciones, pero el plan desde el principio fue que yo sobreviviera. —Su rostro era impecable, sin mancha alguna de traición, y sus ojos eran como vidrios de diamante—. Planee con Dohko de Libra el hacerme pasar por muerto para infiltrarme en la Armada de Poseidón, ya que estaba al tanto de la rebelión y verdadera identidad de Saga. Así que me oculté del Santuario mientras me recuperaba de las heridas de nuestra pelea, y le pedí a la señorita Athena que no te dijera nada, para que el plan resultara.

—¿P-plan? —Le costaba hablar, pero no le dolía en absoluto. Era como si se quedara dormido lentamente, aunque sentía una punzada en la zona del cuello que no podía ignorar. Camus ya se veía borroso.

—Sí. Descubrí todos los puntos débiles del ejército de Poseidón, sé cómo vencerlo, pero primero debes decirme qué has descubierto tú, y luego iniciaremos el contraataque, Hyoga.

—Maestro… estoy feliz…

—Hyoga, dime qué saben de… ¿Qué?

—¡Hyoga! —gritó una voz lejana, pero familiar.

—¿Qué pasa? —De pronto, Hyoga también oyó unos pasos apresurados, unas botas que corrían a toda velocidad hacia ellos. Camus torció el cuello, y sus ojos celestes dieron paso a unos negros y avejentados.

—¡Maldición, ya viene el otro! Tardó menos de lo que esperaba. —También su voz sonó diferente, agria y rasposa—. Tendremos que dejar esta conversación para después, Cisne.

—¿De qué está…? Ah…

 

La vista se nubló, y la punzada en el cuello se hizo muchísimo más dolorosa y profunda. Tanto como el dolor en su alma.

«Freyja…»


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#387 Patriarca 8

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Posted 21 December 2015 - 15:48 pm

HYOGA III

 

Se despidió emotiva e íntimamente de Freyja, su más preciada (si no única) amiga de infancia. 

 

-me extraña que esa chica siga con vida ,las personas cercanas al cisne generalmente mueren XD

 

 

—No será necesario llevar mucha ropa a donde voy.

 

-en otras palabras se dirige a ser entrenado por el maestro heroico XD

 

 

El Mar Blanco. ¿Quieres que me meta allí? Las noticias alrededor del mundo dicen que ni siquiera los mejores buzos ni los más modernos submarinos se han podido sumergir en meses.

 

el cisne es valiente pero tampoco tiene tendencias suicidas como shiryu XD

 

—Ten mucho cuidado. Que Odín te proteja.
—Sin ofender, Hilda, pero ya tengo una diosa de mi lado.
 
A  Hyoga  solo le faltaba predicar las enseñanzas de saori  XD
 
Hyoga pestañeó y se golpeó el rostro, incómodo. Luego volvió la mirada nuevamente hacia el hombre, y se encontró esta vez con un General que llevaba la más rara de las armaduras. Mezclaba indiscriminadamente colores anaranjados y dorados, como las ropas de los militares, y tenía un diseño deforme, irregular, con piezas salientes como trozos de coral en las perneras serpenteantes, los brazales llenos de dibujos sin sentido en relieve que llegaban hasta las hombreras redondas y escamosas como rana. La falda tenía una punta agresiva, hasta grotesca, y el peto contaba con varios salpicones como manchas de esmalte, tenía líneas horizontales que le hacían parecer más alto de lo que era. El casco ocultaba su rostro, contaba con alas en los lados y una cresta encima, además de una máscara triangular sobre los ojos y la nariz.
 
serial genial que tu y Killcrom hicieran un versus en; Batallas-Cross

 

no preguntes el porque XDDDDD

 

 

—Sí, soy el General que custodia el Pilar del océano Antártico, Camus de Lymnades

 

este....................como decirlo..........eso fue................verdaderamente..........blablablainesperado 

 

 

-Planee con Dohko de Libra el hacerme pasar por muerto para infiltrarme en la Armada de Poseidón, ya que estaba al tanto de la rebelión y verdadera identidad de Saga. Así que me oculté del Santuario mientras me recuperaba de las heridas de nuestra pelea, y le pedí a la señorita Athena que no te dijera nada, para que el plan resultara.

 

-hay que admitir que kaysa de lymnades sabe crear fics,Toei deberia contratarlo XDD

 

PD:Que pases una feliz navidad

 
 
 
 
 
 

 

 


Edited by T-800, 21 December 2015 - 15:50 pm.

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#388 Piscis no Afrodita

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Posted 22 December 2015 - 08:19 am

Ok Felipe esta ves no encontré un comentario de índole sexual, claro sin mencionar la pasividad de Hyoga ante Camus... sin saber que este personaje fue ultrajado en Soul of Gold XDD

La primera parte, Hyoga como aun no se ha percatado de que el no es una persona común y corriente no, guiarse por lo que unos simples mortales no puedan hacer... deberían quitarle la armadura por pendej*


«—Leí noventa y ocho libros de la biblioteca, sé lo que hago desgraciad*»

Ahora si esta completa la oración ^_^

Osea el p*to pato este estuvo mucho antes que la misma Saori, la encierran, la matan, la violan y el no hace nada? Los has hecho igual de despreciable que Camus...

Oye acá si es bueno ver esas diferencias que le dan sentido a la obra canónica y al mismo anime con el cual crecimos (sin contar claro con eso paros "mediáticos" que ambos tuvimos :'v ), este caso es comprensible que Hyoga de cierta manera se afligiera, cuenta con razones de peso para creerle, y este general, a pesar de que nunca dio esa impresión, siempre me pareció que poseía una de las cualidades mas fuertes de entre los personaje que batallaron en Saint Seiya en general; el simple hecho de lograr emular las tecnicas de las personas que se encuentran dentro de la memoria de contrincante, es bastante dificil, ojala mate a Hyoga.

Me gusto este diseño en particular, calza de manera fácil en el antártico, y de alguna manera (o al menos a mi me lo pareció), calza con el general en si, bien Felipe

Oye por la manera en que llega Seiya, como que si no se da cuenta que, bueno.... se nota raro, si llegas a poner a Marín con la armadura de Lymnades te reporto XD

Bueno Felipe no mas, te has puesto igual de incoherente que Kuru, creo que post de Dokho por tanto heroismo y sensualidad, ha inundado tu mente de mucho temor ocasionando que trastabillaras en tu Camino hacia la Luz, tu Alma aun esta a tiempo, ten fe Felipe, ten fe en el Dios de la mama de Hyoga... y además leete el libro del Gran Emperado, por tan solo unos cuantos pesos sin contar las incontables (y mentirosas) promociones de Laura, que incluye el disco "Que pase el desgraciad*"y la verdad os hara libre... Namaste

:troll:


XDD

Bueno luego de un comentario tedioso y largo, luego de un comentario infundido deni temor, me despido deseandole una feliz navidad libre de temor

Saludos!

PD: comenzares una campaña en contra de los astericos no puedo mas D:

#389 carloslibra82

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Posted 22 December 2015 - 14:58 pm

Amigo Felipe, fue un capítulo interesante, con un Hyoga preocupado por su amiga, y demostrando q su aparente frialdad cubre su corazón lleno de sentimientos. Me pareció original q Lymnades se haya hecho pasar por Camus como un General. Mi duda es si al principio lo vio con el manto de Acuario o sólo fue una percepción errónea de Hyoga. Ignoro si cambiaste el resto de la historia de Lymnades o nuevamente será humillado por el Fénix. Como has hecho a estos Generales tan fuertes, espero cambios. Saludos, y Feliz Navidad!!



#390 -Felipe-

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Posted 24 December 2015 - 14:55 pm

 

HYOGA III

Gracias por el review.

 

-Sí, créeme, para mí también es raro. Algún día voy a tener que matar a la rubia para mantener la costumbre.

-Si algo tiene Hyoga, es un poco de cordura. Shiryu es noble, sabio, pero también demasiado sacrificado. Además que el pato piensa más en sí mismo que en los demás, en general...

-Lo de Hyoga y Saori fue una excusa. Él no cree en los "dioses", o sea, sabe que existen (al menos los griegos), pero no los venera ni cree que merezcan adoración. Fue un comentario irónico de su parte.

-¿Lo dices por la ultradescripción? Sí... quizás xD

-Oh vamos! Tiene mucha más coherencia que el que Camus reviva así sin más, y que el otro le crea así como así. Algunas líneas más abajo explico el por qué.

 

-Como te puse en tu fic, lo repito, que pases una muy feliz de navidad con tu gente :)

 

 

Ok Felipe esta ves no encontré un comentario de índole sexual, claro sin mencionar la pasividad de Hyoga ante Camus... sin saber que este personaje fue ultrajado en Soul of Gold XDD


PD: comenzares una campaña en contra de los astericos no puedo mas D:

Hola Piscis, un gusto que pases a comentar, como siempre :)

-Por favor, remitamos a hablar del Camus original y al de mi fic, o al del G, o cualquiera de sus clones, pero NO el de SoG. Me había gustado el personaje, incluso había aguantado los comentarios de Mago, hasta que salió el Camus de esa serie xD

Lo que sí es extraño es que no hayas encontrado el comentario de índole sexual. Hyoga se despidió "íntimamente", y Freija estaba bajo unas mantas, dormida en la sala, frente al fuego. Sí, lo hicieron, jaja

 

-Lo de Hyoga tiene una explicación. No sé si recuerdas cuando Seiya, Jabu y Aiolia van a Sudáfrica a investigar sobre los temblores y todo eso. Allí descubren que ni siquiera ellos se pueden sumergir bajo el mar por culpa de la "cúpula" que sostienen los siete Pilares. Por eso Hyoga ni lo intenta.

 

-Gracias por completar la oración, era completamente necesario. De hecho iba a poner algo así, pero es Hilda de quien estamos hablando jaja

 

-Sobre la pasividad de Hyoga, no confundas con el manga xD Hyoga no tiene idea que Saori bajó a hablar con Poseidón, porque la fiesta de Julián fue después que Hyoga bajara. Pudo haber escuchado rumores de los soldados, pero eso recién fue poco antes de luchar con "Camus", y ni él ni sus compañeros saben que Saori está prisionera.

Eso lo hice para que su motivación de lucha fuera salvar a la humanidad de las lluvias, y no por Athena. Nunca me gustó eso de hacer todo por ella.

 

-Que bueno que te agradara el cambio. Mis motivos están unas líneas más abajo, antes del capítulo de hoy.

-Sobre Seiya y Marin... bueno, esto va a ser incómodo. Pero si te pones literal, entonces no vas a poder reportarme, ya vas a ver por qué jaja

 

-Lamentablemente he estado muy infundido por el Temor últimamente. He pensado en comprar el libro de Su Alteza de Jade, pero tengo un miedo inconsciente de acercarme a la heroica iluminación. Estoy trabajando en ello.

Como sea, ¡MUY FELIZ NAVIDAD, que la pases bien con tu gente!

 

P.D. Los asteriscos son el opio del pueblo.

 

 

Amigo Felipe, fue un capítulo interesante, con un Hyoga preocupado por su amiga, y demostrando q su aparente frialdad cubre su corazón lleno de sentimientos. Me pareció original q Lymnades se haya hecho pasar por Camus como un General. Mi duda es si al principio lo vio con el manto de Acuario o sólo fue una percepción errónea de Hyoga. Ignoro si cambiaste el resto de la historia de Lymnades o nuevamente será humillado por el Fénix. Como has hecho a estos Generales tan fuertes, espero cambios. Saludos, y Feliz Navidad!!

Gracias por el review, Carlos. Que bueno que te haya parecido interesante el capítulo, debo confesar que fue uno de los más difíciles de escribir, porque no sabía cómo hacerlo para que fuera creíble.

Sobre tu duda, el territorio de Lymnades está lleno de espejos y cosas raras. Hyoga pudo haberse confundido con eso (como ves, ni siquiera sabe donde está el Pilar, a pesar de verlo), o bien pudo Lymnades usar sus ilusiones para disfrazarse con la armadura de Acuario. Ambas opciones son igualmente válidas, toma la que más te agrade.

 

¡Feliz Navidad! Que la pases muy bien con tus cercanos, amigo.

 

 

 

-------------------------

ACLARACIÓN IMPORTANTE:

 

Antes del capítulo, aprovecho para explicar la situación tanto en este capítulo como el que voy a publicar hoy. Las peleas de Hyoga y Seiya en el manga contra "Camus" y "Marin" siempre fueron una incoherencia para mí. Hyoga llega y ve a Camus, al principio no cree que sea él, y poco rato después si. Y en ningún momento se pregunta dónde está el General que custodia el lugar, ni tampoco se pregunta por qué Camus actúa tan extraño, ni tampoco se pregunta por qué Camus está allí en primer lugar.

 

Peor lo de Seiya. No solo no se pregunta por qué Marin está allí, ni dónde está el General guardián, ni la extraña actitud de Marin, sino que REALMENTE SE CREE QUE ES SEIKA. Ya expliqué en los primeros capítulos de este fic por qué eso me parecía una incoherencia gigante, y por eso cambié la historia y maté a Seika.

 

Además está el asunto de que cuando Seiya llega al Pilar, Hyoga no está ahí. Pero cuando Shun llega, los otros dos están en el suelo, lo que facilita las cosas a Shun. ¿Por qué Lymnades haría algo así?

 

Con estos capítulos tiene que quedar algo muy claro. Lymnades no solo tiene extraordinarias habilidades de ilusión y telepatía, sino que, en sí mismo, es un excelente actor. Lo que haga tiene que ser creíble para sus enemigos. Esa es la razón de que Camus explique que se infiltró en la Armada de Pose, que lleve las Escamas de Lymnades, que le eche la culpa a Dohko, y todo eso. Sobre Seiya... ahora lo verán.

 

 

SEIYA V

 

Aproximadamente nueve horas desde el encierro de Saori Kido.

Le costaba mucho caminar, pero redobló esfuerzos para llegar a esa zona tan fría en condiciones decentes. El océano Ártico le hacía entumir los huesos, lo hizo sentir más lento, y cada una de las heridas provocadas por Baian y Salem eran diez veces más dolorosas.

Lo que sí era extraño es que se demoró muchísimo en encontrar el Pilar. Era el océano Ártico, pero se metió en un laberinto de caminos, escalinatas, cerros sin fin, y le pareció haber recorrido casi todo el planeta de arriba a abajo. En sí, los Santos eran capaces de tales proezas, eran más resistentes a la fatiga y sus pies los llevaban con más velocidad que cualquier tren, pero tampoco podía exagerar y aducir que era fácil. Menos con esas graves heridas en su cuerpo, hasta el tabique lo tenía roto y hacía un extraño (hasta gracioso en otras circunstancias) sonido cada vez que respiraba. Pegasus estaba sumamente dañado, había perdido varias piezas incluso con la sangre de Aiolia en su interior.

Finalmente se adentró en un valle helado, inhóspito, lúgubre y misterioso. Sintió el choque entre dos fuerzas cósmicas, aunque una de ellas era irreconocible, parecía oculta por una capa de sombras, como si su Cosmos no pudiera acceder a reconocer sus características. Pero la otra era perfectamente familiar, y corrió con prisa, olvidándose de su debilidad, apenas percibió esa energía apagándose.

—¡Hyoga! —gritó, pero no oyó respuesta.

 

Escaló una montaña y saltó un risco, hasta que se adentró en el silencioso y oscuro patio encabezado por el Pilar de cuatro secciones, de pálido color violeta, enterrado en un iceberg enorme y grotesco. A los pies de éste, el Santo de Bronce de Cisne yacía de espaldas, inconsciente, con la cabeza sobre una pequeña poza de su propia sangre, junto a un montón de espejos quebrados.

—¡Hyoga! —Llegó a su lado, lo tomó en sus brazos y trató de despertarlo, pero el Santo no respondía, aunque su vida no se había apagado todavía. En el costado del cuello tenía una profunda llaga de la que salía sangre en abundancia, formaba incluso algunas pompas—. ¿Qué pasó? Responde, Hyoga, ¡resiste!

—Así que dos Santos han llegado hasta mis dominios, es una suerte —se alzó una voz femenina, rompiendo por primera vez el silencio en ese valle oscuro. Una voz demasiado dulce para pronunciar palabras tan agresivas.

—¿Quién eres? —Seiya levantó la vista, y se encontró con uno de los siete Generales del mar, una mujer baja cubierta con unas horrendas Escamas llenas de protuberancias y aletas deformes. Su casco ocultaba su rostro por completo—. ¿Tú le hiciste esto a Hyoga?

—Debo admitir que todavía no tengo el placer de vencer a uno de ustedes, Santo de Athena. El Cisne fue vencido por la horda de soldados Marina que rodea mi territorio. —La mujer se acercó, tenía un paso confiado, pero al mismo tiempo denotaba feminidad y elegancia—. Aunque pudo vencerlos a todos, recibió la letal herida que ves; llegó desangrándose aquí.

—¿Desangrándose? —Algo no calzaba. Seiya miró hacia atrás, pero en las placas irregulares del campo de batalla no había una sola mancha roja, aparte de las que moraban bajo el cuello de Hyoga.

—En cuanto a tu primera pregunta, soy la guardiana del océano Antártico, y del Pilar Tos.

—¿Antártico?

Ahora todo parecía más raro. Estuvo peleando en el norte del Pacífico, y corrió en dirección al Ártico. ¿Cómo era posible que se perdiera de tal forma que terminara llegando al otro lado del mundo?

«Aunque eso explica que tardara tanto.»

—Sí. Mi nombre es Seika de Lymnades.

—Pues yo soy Seiya de P… Disculpa, ¿qué dijiste?

 

Con el asombro vino el primer descubrimiento extraño. La mujer nunca le habló en griego, como hacía la mayoría de los demás Marina, sino en japonés, su idioma natal. Y se llamaba Seika, como su hermana. De hecho su voz era muy similar a la de ella…

Pero no. Seika estaba muerta. Simplemente era otra chica nipona con el mismo nombre, y que debió notar que él era japonés y usó también su idioma natural. De todas formas, se empezó a enfurecer ante la situación.

—¿Dije algo malo?

—No. —Dejó a Hyoga en el piso y se puso en guardia, preparado para lo que fuera a pasar. No sabía dónde andaba Kiki, pero no le quedaba más remedio que hacer tiempo hasta que llegase con la armadura de Libra—. No me gustaría enfrentar a una mujer, pero también tengo una misión que cumplir por el bien de esta Tierra. Retírate y déjame destruir este Pilar, y no habrá que derramar sangre innecesaria. ¿Qué opinas?

—Mi deber es proteger este Pilar. ¡Apártate!

—¿Qué le vamos a hacer?

Seiya saltó y aterrizó con una patada que Seika esquivó fácilmente. Se giró sin prisa y trató de hacerla caer con una zancadilla, pero la Marina lo esquivó y le propinó un puñetazo doloroso en el estómago.

Seiya no se rindió. Contraatacó con sus Meteoros, y Lymnades solo pudo bloquear algunos de ellos, mientras los demás chocaron contra sus Escamas. Seiya pensó que no era tan hábil ni fuerte como Baian, pero tampoco la subestimaría. Se enfrascaron en una lucha de fuerzas físicas a alta velocidad, ambos recibieron algo de castigo, y finalmente Seiya le tomó la cabeza para frenarla. Ella se deslizó hacia abajo y descargó su energía, en forma de chispas eléctricas, en el peto de Pegasus.

Seiya salió despedido hacia atrás con el yelmo escamoso de su rival en sus manos. Sentía un muy molesto cosquilleo en todo el cuerpo, y salía humo del gamanio quemado. La mujer no era para nada débil, pero aun así no parecía…

 

—No. ¿Qué broma es esta?

Lymnades estaba sin casco. Seiya dio unos pasos hacia atrás hasta topar con una columna y usó todas las fuerzas posibles y humanas para seguir retrocediendo, sus pies no se detenían, pero el objeto detrás se lo impedía. Sus ojos no daban crédito a lo que veían.

—¿Pasa algo, Santo? —preguntó la mujer, en guardia, con ojos confundidos.

—¿Q-quién eres tú…?

—Ya te dije. Mi nombre es Seika de Lym…

—¡No digas ese nombre! —rugió Seiya, llevándose la mano a la boca. Sentía que sus ojos se saldrían por el ardor, y le temblaba todo el cuerpo, que también sentía en llamas.

—¿Qué te pasa?

 

La chica tenía ojos café, rasgados y profundos; una nariz pequeña, blanca como el resto de su piel, pómulos redondos, con un lunar bajo el ojo izquierdo, y cabello rizado, castaño, que llegaba hasta poco más allá del cuello.

Si no fuese por la falta de su típica sonrisa maternal, ella sería exactamente igual a su hermana, aquella que había muerto por la tristeza, tras su partida al Santuario. Era idéntica, no faltaba un solo detalle, ni en contextura ni estatura.

—No… puede ser. ¡Mentira! ¿Qué clase de trucos estás usando, bestia, para parecerte a ella?

—¿¡De qué diablos estás hablando, tonto!? —Evidentemente Lymnades ya empezaba a perder la paciencia, no entendía lo que pasaba. —Y por Poseidón y todos los dioses, ¿por qué demonios salen esos ruidos de tu nariz? —se burló, tal vez para evitar la situación.

Pero Seiya debía comprobarlo. Aunque fuera así de absurdo, esa mujer era exactamente igual, y el nombre, y…

—¿Cuántos años tienes?

—¿Para qué quieres…?

—¿¡Cuántos!?

—Veintiuno. Oye, parece que estás empezando a perder la razón tras tu pelea con Baian, ¿o estás buscando excusas para no pelear?

«La misma edad que ella tendría si viviera.»

—¿Desde hace cuánto trabajas para Poseidón… Seika?

 

La Marina dio un paso hacia atrás apenas él pronunció su nombre. Sus ojos temblaron igual que su mentón, y se ruborizó. Luego, movió la cabeza de lado a lado con brusquedad, una gota de sudor corrió por su rostro y alzó más la guardia.

—¿Te conozco… de alguna parte, Pegaso?

—¿Desde hace cuánto, Seika? —repitió, comenzando a perder el control. Además, aunque sus ojos estaban puestos en ella, podía verla desde otros ángulos por la multitud de espejos en el suelo y las columnas.

—Fui hallada en el océano por Salem de Dragón Marino hace seis años. No sabía cómo o por qué llegué allí, pero él me educó y entrenó, y hace un año me convirtió en uno de los Generales —contestó Seika. Se irguió con orgullo, pero sus ojos seguían temblorosos, como los de aquellos que tienen miedo—. Ayudaré a mi dios a castigar a la humanidad por sus pecados.

Pero Seiya no le tomó atención a casi nada después de “seis años”.

—Se-Seika… No puede ser, ¿de verdad eres tú? —Sintió como se le salieron las lágrimas y se le revolvió el estómago. Casi cae de rodillas.

—¿Qué rayos te pasa?

—Seika… ¡Seika! —Caminó con pasos lentos hacia ella, quien retrocedió algo asustada—. ¿Q-qué recuerdas a-antes de esos seis años…?

—Yo… no tengo recuerdos de eso. Todo lo que importa es lo que haga por mi dios, mi vida comenzó cuando fui salvada por su voluntad.

 

Aunque Seiya no entendía nada, era obvio que era ella. Su hermana mayor, aquella que cuidó de él como una madre, y que evidentemente había perdido sus memorias. ¿Acaso Miho la había engañado? ¿Saori le había mentido? No parecía probable, pero entonces, ¿cómo era posible?

Lo importante es que incluso si su amiga de la infancia o aquella diosa por la que peleaba le habían engañado, poco o nada le importaba.

—Seika…

—¡Aléjate, Pegaso! —Ella lanzó una ráfaga de energía muy débil que le hizo tambalear, pero siguió avanzando.

—Llámame por mi nombre, por favor.

—¿Qué dices?

—Estoy seguro que si lo dices, recordarás todo. —Ya estaba a centímetros de ella. No sabía qué iba a hacer, pero sus pies se movían por sí solos hasta ese rostro gentil, cariñoso y nostálgico.

—P-parece que… te estás volviendo loco. No tengo intención de…

—Tienes dudas también, ¿verdad? En el fondo de tu corazón sabes que me conoces de alguna parte. —«No es una ilusión, la prueba está en su conducta, es de verdad ella, mi hermana.» —Vamos, di mi nombre, el que te dije hace un rato.

—¿Se…?

—Vamos.

—Seiya. —Y repentinamente, la chica se llevó las manos a la boca y sus ojos se humedecieron—. Seiya. Ese nombre… ¿Qué diablos está pasando?

—Soy yo. Seiya. Tu hermano.

—¿Mi qué? No bromees, maldito…

 

Seiya llegó hasta Seika. Abrió los brazos, le pesaba una tonelada cada uno, pero con ellos rodeó el cuerpo de su hermana. Ésta trató de resistirse, pero cada vez que él decía su nombre, ella ponía menos fuerza e ímpetu.

—Soy yo, Seika.

—Seiya. Ese nombre es…

—Seika.

—¿Se-Seiya? ¿Mi… hermano Seiya?

—Sí.

Ella apoyó sus manos, cálidas a pesar de las frías Escamas que las envolvían, en su pecho, y luego lo arropó compartiendo el mismo abrazo. También el mismo sentimiento, y las mismas lágrimas.

—N-no puedo creerlo… ¿Pero qué…? ¿He estado luchando por… un dios?

—Tranquila, ya solucionaremos todo —balbuceó Seiya, con la boca llena de diversos fluidos—. Al fin me he reunido contigo, debe ser un sueño.

—Seiya… Te recuerdo, al hermanito travieso que regañaba cada vez que se ponía a molestar a… hm… ¿Miko?

—Miho, sí. Sí, Seika… —Seiya sintió una punzada en el pecho, a través de la armadura. Dolía, pero sabía que era su corazón, a punto de salirse de la felicidad. Aunque era cada vez peor, no sabía si lo aguantaría. ¿Hyoga entendería esa alegría una vez despertara?

—Hermano Sei… ¿Hm? —Seika levantó el rostro y lo separó de su pecho, miró hacia un punto lejano tras de ellos. Sus ojos se volvieron negros como pasas.

—¿Seika?

—Diablos, sí que tengo mala suerte hoy. Esta vez no alcancé ni a interrogar.

—¿De qué estás hablando?

—Después hablamos, Pegaso, tengo otra visita.

Esta vez no fueron solo lágrimas, sudor y mocos. La boca de Seiya se llenó de sangre.


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#391 Presstor

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Posted 25 December 2015 - 13:14 pm

hola!! muy buenas y feliz navidad que lo pases bien con tu gente

 

ok,sobre el de hyoga,un poco bordes tanto el pato como hilda...aunque la ecena en mi cabeza

transmitia mucho sentimiento no dicho...aunque ambos personajes sean demasiados frios

hyoga se ha beneficiado a freiya....no me lo espraba tan rapido...espero que no la mates....jajajaja

 

viendo a este rival me hace dudar si realmente a shiryu le toco el rival mas duro

este tipo tiene las habilidades mas crueles para usar en un combate y tambien las mas utiles..

 

eso me lleva al capi de seiya....la verdad me resulto muy cruel para el pobre seiya

y jodidamente efectivo...muy bueno el desarrollo

 

asi sin hacer mucho ruido este tipo los derrotas a todos sin nisiquiera sudar,

ya a la espera del desenlace del combate del dragon contra crisaor que esta en su momento algido

 

un saludo y hasta la proxima...



#392 carloslibra82

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Posted 25 December 2015 - 14:43 pm

Vaya, Felipe, este Limnades es más astuto y hábil actor que el de la serie clásica. Estoy totalmente de acuerdo contigo, esta forma de presentarse tiene mucha más lógica que la de la serie. Con esa ingenuidad, convenció sin más a Seiya de que era Seika, haciéndolo incluso dudar de Atenea. Creaste un General perfecto. Aunque no sé como será su poder de combate, espero verlo en los próximos capítulos. Saludos!!



#393 Patriarca 8

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Posted 27 December 2015 - 21:23 pm

SEIYA V
 
 
Lo bueno:
 
-la historia inventada pero aun así convincente  del general marino......................en el
manga y anime que una amazona de plata como Marin se encuentra tan
cerca de un pilar sin que este el guardián de dicho pilar es extraño,
tu le distes mas sentido con la historia de Seika de Lymnades
 
- que hable japones en vez de griego fue un buen detalle
 
-la escena emotiva cuando seiya ve el rostro de su rival
 
lo no tan bueno:
 
-mencionar algunos de los "fluidos" que bota
el burro por la nariz fue un poco innecesario
 
-¿intentas dar a entender que para llegar de un pilar a otro se
debe recorrer una  gran pero  parte del mundo? eso sera algo
muy fumado
 
PD: Que pases un feliz año nuevo
 
 
 
 
 
 
 

 

 


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#394 -Felipe-

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Posted 31 December 2015 - 11:04 am

hola!! muy buenas y feliz navidad que lo pases bien con tu gente

 

ok,sobre el de hyoga,un poco bordes tanto el pato como hilda...aunque la ecena en mi cabeza

transmitia mucho sentimiento no dicho...aunque ambos personajes sean demasiados frios

hyoga se ha beneficiado a freiya....no me lo espraba tan rapido...espero que no la mates....jajajaja

Hola Presstor, gracias por pasar.

Hyoga e Hilda son solo amigos, en mi mente, o al menos no fue mi intención dar la impresión de que había algo más. En cuanto a Hyoga con Freyja sí, total son amigos desde muy pequeños, y han estado viviendo unos meses juntos tras la batalla con Drbal. El problema obvio es que al ser cercana al pato, me veo tentado a matarla xD

 

Sí, Krishna es peligroso, pero Shiryu también es el idóneo para enfrentarlo. Es de esperar que gente como Ikki o Shun habrían tenido problemas con él, incluso Seiya.

 

Qué bueno que te haya gustado el desarrollo de lo de Seiya, esa era mi intención, que se viera "natural".

 

En fin. Feliz año nuevo, hasta la próxima :)

 

 

 

Vaya, Felipe, este Limnades es más astuto y hábil actor que el de la serie clásica. Estoy totalmente de acuerdo contigo, esta forma de presentarse tiene mucha más lógica que la de la serie. Con esa ingenuidad, convenció sin más a Seiya de que era Seika, haciéndolo incluso dudar de Atenea. Creaste un General perfecto. Aunque no sé como será su poder de combate, espero verlo en los próximos capítulos. Saludos!!

Sí, este es peligroso, y muy astuto. De verdad sabe manipular las emociones de la gente. Sobre su poder de combate... mira, lo único que puedo decir es que nadie es perfecto jaja

 

Feliz año nuevo, Carlos, y gracias por pasar :)

 

 

 

 

SEIYA V
 
Lo bueno:
 
-la historia inventada pero aun así convincente  del general marino......................en el
manga y anime que una amazona de plata como Marin se encuentra tan
cerca de un pilar sin que este el guardián de dicho pilar es extraño,
tu le distes mas sentido con la historia de Seika de Lymnades

Qué bueno que haya funcionado el cambio. En mi opinión era totalmente necesario. Y lo de los idiomas es algo que me obsesiona mencionar xD Los personajes hablan griego, pero tipos como Seiya a quien le metieron ese idioma a la fuerza en el cerebro, de pronto se le complica cuando hay otro idioma, y reconocerlo a pesar de ser su lengua madre. Es Seiya de quien hablamos jaja

 

Lo de los fluidos... quizás exageré, pero algo cosas así normalmente con Seiya, y no con otros personajes. Es lo que pasa por su mente, trato de hacer a los personajes lo más humanos posibles, y en el caso de Seiya se me fuerza la mano para exagerarlo, dada su "poca humanidad" después de la saga de los de Plata, un droide que solo piensa en Athena. Tal vez me pasé, pero hay otras ocasiones en que ocurren cosas así, con Seiya. Después de todo, es un adolescente japonés sin mucha cultura, simplemente un prodigio del combate.

 

Sí, sería fumado, pero recuerda que los Santos de Oro se mueven a la velocidad de la luz, y según Aiolia pueden darle la vuelta 7 veces a la Tierra en un segundo. Obviamente eso también es una exageración, pero viendo lo rápido que llegaron de Grecia a Alemania, no es tan fumado si lo piensas. En todo caso, a los Santos de Bronce les toma como 3 horas llegar de un lado a otro corriendo a toda máquina.

Y, además, no es que los Pilares estén "exactamente" en los océanos. O sea, recuerda que están bajo el agua, muuy MUUUUY abajo, en una zona donde el planeta es muchísimo más pequeño. En mi cabeza, lo que les toma 3 horas bajo el mar debería tomarle casi un día en la superficie.

Sé que es fumado, pero nunca me gustó la idea de que los Pilares estuvieran tan cerca unos de otros, pues Poseidón se supone que gobierna todo el mar, y es un Olímpico. Tómalo, si gustas, como una pequeña licencia artística-geográfica.

 

Y Feliz año nuevo :)

 

 

SHIRYU V

 

—El destino no puede cambiarse, recuérdalo —dijo un extraño, un hombre de cabello cano alborotado, con sendas arrugas en un rostro que indicaba gentileza y paz en tiempos pasados. Vestía una larga túnica blanca y un rosario, como ropas papales—. Las estrellas son a veces portadoras de designios angustiantes, terribles, crueles, pero nadie puede escapar de ellos. Aunque también son sabias, y entregan un equilibrio a cada persona, justo como Zeus deseaba.

—¿Equilibrio? —preguntó con voz infantil, sin controlar lo que decía.

—Sí. Nadie es totalmente malvado, ni totalmente bondadoso —explicó el hombre, cuyos ojos eran rosados como pétalos de cerezo, enérgicos y vibrantes a pesar de la edad, reflejos de una larga vida—. Los puntos estelares de cada persona significan su vida, espíritu e ideales, y conllevan cargas positivas y negativas. Cada persona sufrirá desgracias y crueldades en su vida, aún si es extremadamente corta, pero también será testigo de las bondades de este planeta y de las energías que lo rodean como su propia aura.

—¿Y esas personas también son protegidas por esos puntos estelares?

—Así es —cantó la voz del anciano, rasposa pero suave, haciendo eco en ese lugar inhóspito, frío y silencioso, con muchas montañas blancas detrás, y un cielo totalmente nuboso. Shiryu sintió intensa nostalgia a través de los ojos del niño—. Los puntos estelares otorgan una protección vital, están conectados a la duración de sus vidas, canalizan el Cosmos en los Santos y designan el futuro de aquellos que protegen, incluyendo bondades y maldades.

—¿Y usted puede saber esos futuros, maestro?

—El trabajo del Sumo Sacerdote es estar un paso delante de los dioses. Eso incluye conocer los designios de los humanos mejor que ellos.

—¿Incluso el de los Santos de Oro?

—Solo conozco los marcos generales. Hay cosas que ni siquiera los dioses ni las estrellas podrían definir. Pero sí, los conozco.

—Y…

—Y antes que me preguntes cuáles son, Muu, te diré esto —interrumpió con una sonrisa gentil el Sumo Sacerdote, quien debía ser Sion, el viejo amigo del maestro Dohko—. Hay personas con dos tipos de alas, de ángel y de demonio; también espadachines de sables afilados que se hacen aún más grandes en el firmamento; seres que superan los límites humanos para alcanzar la luz; héroes con ojos como relámpagos; otros con dedos ardientes como el sol. Hay de todo en este mundo, Muu, y es especialmente digno de ver en el caso de los doce Santos de Oro. Sin embargo no olvides a los más pequeños, que a veces realizan milagros que hacen enmudecer no solo a los mayores, sino incluso a las infinitas estrellas.

 

Aproximadamente nueve horas desde el encierro de Saori Kido.

Se puso de pie mientras las memorias de Muu, quien reparó su armadura, giraban en su mente como una borrasca. Le dolía todo el cuerpo, las sensaciones eran muchísimo más intensas, incluso dar un paso sacudía todo su ser con una explosión llameante.

Frente a él, Krishna levitaba en postura meditativa, no había nada que lo sostuviera en el aire bajo sus piernas. Estaba a la altura del anillo en el Pilar, y de su cuerpo irradiaba un aura como llamaradas solares. Los colores eran tan vivos que le dolían los ojos, y fue peor cuando pestañeó para apartar la vista, así que volvió a abrirlos. Era como ver todo. El General se veía al mismo tiempo enorme y pequeño, borroso y nítido, luminoso y opaco.

—¿Qué…? —Iba a preguntar qué pasaba, pero su primera palabra hizo un eco horroroso en sus oídos, como si golpeara en su cerebro.

«También oigo todo, me hieren los sonidos. ¿Qué me ha hecho?». Trató de ni siquiera tragó saliva, por miedo a lo que sentiría en su garganta.

Ad Guray Nameh, Jugad Guray Namo. Sat Guray Name, Siri Guru Devay Namo —entonó Krishna como respuesta, con los ojos completamente cerrados, aunque salían chispas violetas de sus párpados.

—¿Qué? —preguntó en la voz más baja que pudo, después que el mantra de Chrisaor casi le destruyera los tímpanos.

—Invoqué a la invisible, verdadera e infinita sabiduría —dijo Krishna en voz más baja, como para que Shiryu pudiera oírlo—. Esta barrera de Kundalini me protege de todo mal, son las fuerzas cósmicas que residen en mí ser.

—¿Kundalini? —«Su Cosmos es realmente impresionante, siento como mi cuerpo se niega a avanzar»

—Si te acercas, morirás —dijo Krishna, como si leyera su mente—. El Gran Resplandor se manifestará otra vez por sí solo, y tus sentidos se volverán todavía más sensibles. Tu cuerpo no resistirá, morirás de locura.

 

Shiryu trató de dar un paso hacia adelante, el esfuerzo era mayúsculo, tal como si tratara de patear una montaña. Además la perforación en su pierna no lo ayudaba. Pero no le habían enseñado a rendirse, así que saltó hacia su oponente.

—Si no hago nada, la Tierra se hundirá, ¡debo destruir ese Pilar!

Sat Nam —recitó Krishna.

Shiryu chocó violentamente con una pared invisible que había entre él y el flotante Krishna, y el impacto soltó un destello que nuevamente hizo arder sus ojos y demás sentidos en la caída. No fue una caída muy agresiva, no había saltado muy alto tampoco, pero no pudo contener el alarido de dolor cuando su espalda hizo contacto con el frío piso.

—¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!

—Desiste, el Gran Resplandor es una muestra de voluntad más allá de tus posibilidades de comprensión. Te hace más humano, más sensible a los estímulos, y eso llevará a tu perdición si no tienes la suficiente sabiduría.

—I-imposible… n-no pude acercarme ni un…

—¿No te das cuenta que se avecina una nueva era, Shiryu? —preguntó esta vez con una voz más calma, menos autoritaria. Pero las flamas oscuras entorno a su cuerpo saltaron con más fuerza con cada letra que pronunciaba, las doradas en el anillo de sus Escamas parecían incrementarse—. Vivimos en una era sombría, colmada por la corrupción y la decadencia. El ser humano ha olvidado el amor y la consideración por el prójimo, las flores que brotan desde el buen campo se marchitan por culpa del virus de los demás, aquellos de corazones negros.

—¿De qué estás hablando? —Un poco de sangre se derramó desde su boca cuando se enderezó, y le dieron ganas de romperse los labios por culpa de la vomitiva sensación que quedó en ellos.

—Ha llegado el momento de que el Emperador Poseidón edifique con su poder un nuevo mundo. Toda la vida sobre la superficie de la Tierra surgió de sus aguas azules, así que tiene sentido que todo lo que se originó en las profundidades del océano vuelva allí. ¡Así el mundo volverá a su luz real!

—¡Qué absurdo! —replicó Shiryu, a pesar del dolor en sus oídos. Puso sus ojos fijos en Krishna, a pesar de que era cada vez más difícil distinguirlo del resto de los colores—. No todos en el mundo han caído en la depravación y crueldad, existen muchísimas personas justas y de corazón puro.

—Por supuesto —dijo Krishna, abriendo los ojos—. Es triste, lo admito, pero se necesita un giro brusco para obtener la utopía que esta Tierra pide a gritos. Los mártires son necesarios, aunque Poseidón es tan poderoso y benévolo que la lluvia es capaz de dirimir entre los buenos y los malos de corazón.

—No lo permitiré. —Shiryu encendió su Cosmos. Eso no era doloroso, más bien lo relajaba un poco—. Lo que buscan llevará al mundo a una era oscura. —Se envolvió con su aura, y luego lo hizo llamear con luz esmeralda—. ¡¡¡Mientras tenga fuerzas, no me rendiré hasta detenerlos!!!

 

El Dragón Volador se disparó como una bala de cañón, pero chocó contra una pared invisible, y Shiryu fue rechazado hacia atrás dejando una estela roja. Dio una vuelta y se estampó de boca en el piso, ya manchado de motas escarlatas.

Sintió que el mundo daba vueltas sin ganas de quedarse quieto, no se podía concentrar; sus pensamientos eran horriblemente ruidosos, y las imágenes en su mente tan explosivas que le hubiera gustado apagarla.

—Insensato, nunca podrás atravesar esta barrera de Kundalini mientras mis chakras estén intactos. Tu muerte llegará pronto, no la apresures de esa forma tan tortuosa, tu agonía será peor.

—¿Chakras?

 

Por lo que sabía, los chakras eran, según la cultura hinduista, los puntos de flujo de energías al interior del cuerpo humano, seis centros de su espiritualidad. ¿Sería posible que correspondieran a los puntos estelares que regían el Cosmos de los Santos, solo que con otro nombre? Aunque en el caso de Krishna, parecían ser más determinantes que los de los Santos en combate, de forma normal.

«Si los chakras son sus puntos estelares, al destruirlos romperé esa barrera.» No. No solo la barrera de Kundalini. Los puntos estelares de Krishna eran un arma de doble filo, le otorgaban la capacidad de defenderse de todo golpe y de generar el Gran Resplandor, pero al mismo tiempo conectaban la barrera con su propia vida.

—Con el próximo ataque morirás, sin dolor. Por respeto a tu valía, será solo un Resplandor que apagará la luz de tu alma. —Krishna separó los dedos de sus manos, y al mismo tiempo un estruendo lumínico se asomó como el sol naciente, su primer rayo apuntó a sus ojos, pero Shiryu encendió todo su Cosmos como respuesta. Se protegió con los brazos, cerró los ojos, dio un salto hacia atrás y se agachó, cualquier cosa para lograr esquivar o bloquear la técnica, mientras sentía el dragón en su espalda ardiendo en llamas.

 

El mareo no había terminado, ni los efectos de sus sentidos ultrasensibles, pero tampoco se sentía peor. De hecho, todavía estaba de pie.

—Increíble, ha logrado resistir mi Gran Resplandor. Y ese dragón…

—Cuando brilla así en mi espalda significa que mi Cosmos se ha expandido hasta su máximo límite. El tatuaje de los estudiantes del LuShanRyu representa el hecho de que, para cumplir mis objetivos, no hay enemigo que resista mi máximo golpe, incluso si significa gastar todas mis fuerzas. ¡Prepárate!

—¿Qué?

Shiryu separó las piernas, arqueó el brazo derecho hacia atrás, y su sangre empezó a correr al revés. El dragón despertó de su letargo, y desde esas alturas, el General del océano Índico no podría golpearlo de manera letal mientras desataba la furia de su Cosmos.

—Golpearé todos los chakras de Krishna… ¡con el Dragón Ascendente!

 

Chrisaor, todavía flotando, ni siquiera se inmutó. El Kundalini hizo lo suyo, al parecer, ya que Shiryu estaba en el suelo otra vez, vomitando sangre. Para peor, sentía la cabeza a punto de estallar; gritó al agarrarse la cabeza con ambas manos como si fuera a caérsele, y deseó tener más brazos para taparse los ojos, pensando que se saldrían de sus órbitas.

—¡Ahhhh! Maldición… ¡Aahhh! —«¿Por qué? Una técnica tan poderosa, y él no tiene ni un rasguño tras recibirla».

—Ya te lo dije. Mis chakras me dan un poder único, mi barrera Kundalini representa mis ideales, mi devoción y mi espíritu, están por encima de las varias impurezas de la humanidad, o de la actitud de Athena. Así ha sido desde que predico mi pensamiento en los navíos del mundo. No importa qué tan fuerte seas o llegues a ser, es imposible superar esta defensa. Espera la muerte.

—Debo hallar sus… puntos estelares, sus chakras… —Shiryu se puso de pie, tambaleándose, y fijó su vista en el enemigo. Era brillante, con un aura radiante alrededor, como el primer resplandor tras un eclipse; no pudo mantener la mirada por más de dos segundos, pero el cerrar los ojos era igual de doloroso, se sintió tentado a cegarse otra vez, y a reventarse los tímpanos por el ensordecedor trueno constante en sus oídos. Y había otra dificultad.

En los Santos era fácil localizar los puntos estelares, pues correspondían a las estrellas de sus constelaciones, ¿pero qué pasaba con un Marina? Los chakras se ubicaban tradicionalmente en una línea imaginaria desde la frente hasta la ingle, pero también podía ser una farsa, y que Krishna tuviera su propia constelación guardiana como el resto de las personas. No sabía qué opción elegir.

Shiryu bajó la cabeza con dolor, tristeza, incertidumbre y angustia. El suelo bajo sus ojos fue un balde para sus lágrimas de sangre.

—No podrás vivir con la conciencia avergonzada por la derrota, desiste. Lo más apropiado para ti, Shiryu, es morir de manera gloriosa, como un guerrero en el campo de batalla, indigno de la suciedad en el resto del mundo. —Krishna hizo arder su Cosmos como llamas solares violetas, y abrió los ojos.

—M-maldición…

—¡Que el Resplandor te lleve hasta el Nirvana, Shiryu!

—N-no… ¡No! —«El destino marcado por Etamin del que habló mi maestro, un futuro en el que regresaré con Shunrei, siempre que no olvide mi misión».

La diosa Athena también estaba luchando, lo mismo hacían los demás, sus compañeros, en todos los rincones del mundo. Shiryu dudó que les importara el tema del destino…

—¡E-ese Cosmos…!

—¡Hierve, Cosmos! —gritó aunque sus oídos sangraron—. Que hierva tanto que supere los límites humanos y los designios estelares. ¡No me importa si las estrellas ya decidieron mi destino o si puedo cambiarlo, solo importa cumplir la misión que me encomendó mi maestro!

—¿Ayudar a la gente? —La luz de Krishna era ya incandescente como una supernova, hacía notar más los símbolos flameantes en las Escamas y el aro que salía de su espalda—. Su destino está escrito, todos ellos sucumbirán por el peso de sus propios pecados.

—¡Cambiaré ese destino si es que está escrito! Y por cierto, ¡también voy a cambiar el tuyo! ¡Que ocurra el milagro, dame fuerzas, Saori!

 

Y los vio. Los vio aunque sus ojos ya no distinguían formas. Los vio aunque le ardían las pupilas. Los vio aunque el resto del mundo se fundió en manchas de infinitud. Seis estrellas brillantes, en línea recta y vertical, en el cuerpo de Krishna, marcadas con fuego. En su posición de meditación estaban ubicadas en su ingle, el ombligo, vientre, pecho, cuello, y la parte alta de la frente.

—¡Gran Resplandor!

—Shura, préstame una vez más tu poder. —Shiryu saltó hacia la luz, y se cubrió con sus llamas esmeraldas mientras avanzaba entre la lluvia incandescente y los haces cortantes. Concentró todo su poder en el brazo derecho, y tuvo ganas de quitárselo cuando percibió su fuego, pero desistió. Se acercó a centímetros de la silueta que debía ser el General—. ¡Espada Sagrada, Excálibur!

Cortó lo que parecía ser el aire, aunque su mano hizo un doloroso contacto con algo sólido, y bajó el sable hasta que se le agotaron las fuerzas. La luz se apagó como quien destruye una bombilla, con un fogonazo final y un pequeño estruendo sordo. Detrás, Krishna sonreía, aunque el sudor corría por su frente.

—F-formidable… Shiryu…

Krishna perdió su capacidad voladora junto a su vida, y se estrelló sin emitir sonido en el suelo. Tal como había supuesto, el Kundalini estaba más conectado a Krishna que las estrellas a los Santos de Athena. Incluso las llamas de sus Escamas se extinguieron como al soplar una vela, y una profunda fisura vertical se dibujó desde la corona hasta el cinturón.

 

Pero el Pilar Índico estaba intacto, lo que significaba que su misión todavía no había terminado.

—Demonios, ya no… puedo… más… —Estaba a punto de desmayarse, o de volverse loco, al menos. Palpó su brazo derecho con la otra mano—. Mi espada no será capaz de conseguir el milagro. ¡Maldición!

—Tal vez esa espada no, ¿pero qué tal otra? —La voz parecía provenir tanto de un espacio infinitamente lejano como de un megáfono en su oreja. Trató por última vez de agudizar su vista y levantar el cuello para distinguir la criatura difusa a su lado, que sostenía una daga brillante.

—¿K-Kiki? —preguntó, mientras el discípulo de Muu, cuyas memorias vio rato atrás, lo ayudaba a sostenerse con un rostro confuso y muy triste, aunque su Cosmos emitía rayos de esperanza.

—Amigo, es hora de que uses el arma que te legó tu maestro, no vayas a decepcionarlo. —Kiki finalmente le entregó la daga. Su olor, textura, color, forma y peso lo llevaron a sus propios recuerdos, cuando destruyó el Ataúd Congelante. Sí había conseguido ese milagro, entonces nada le impedía que se repitiera. Mientras Draco fuera su constelación guardiana, nada sería imposible.

—Gracias, Kiki. Gracias, maestro. Vamos, cuerpo…. ¡una vez más!

—No mueras, Shiryu… —dijo Kiki en una voz que se apagaba y alejaba, al tiempo que se ponía de pie alzando la espada—. Debes volver con…


Edited by -Felipe-, 31 December 2015 - 11:05 am.

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#395 carloslibra82

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Posted 01 January 2016 - 00:29 am

Me ha gustado mucho la introducción de las memorias de cada caballero de oro que tienen los de bronce, según el que dio su sangre para cada armadura. Eso le da realismo a las batallas. Es mi idea, o el Gran Resplandor de Krishna afecta a los demás sentidos además de la vista?? Fue un emotivo final, parecido al clásico, pero que no deja de emocionar. Con la respuesta que me diste sobre Limnades de sus habilidades de combate me dejaste más que claro, jajajajaja. Saludos, amigo Felipe, en este año que inicia!!



#396 Piscis no Afrodita

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Posted 01 January 2016 - 08:46 am

Buenas, Felipe en la última tanda se me pasó comentar, a veces me pasa jaja oye por cierto te lo habia dicho no.... como te atreves a hacer eso

Despídete de tu cuenta lince, esa aberración con la pobre Seika no tiene nombre....

XDDD

Seiya V

Buen capitulo, excelente pelea pero deja entre ver algo importante, Lymnades es bastante débil en batalla, mas alla de la comparación con Baian, no lo muestras con grandes destreza, lo que lo hace dependiente totalmente de su artimañas, que mal, pero al menos lo das a entender, Kurumada no hizo eso, que raro el y sus incoherencias >…>

Bueno no hay mucho que decir sobre el capitulo, de hecho me pareció bastante corto a comparacion con los otros, no se porque

Oye por cierto casi se me pasa, lo de los pilares y la cantidad de espacio que hay entre ellos, cuando era pequeño jamas le preste atención, pues era un niño y lo unico que me importaba era ver la pelea nueva, es mas hasta me sentia perdido porque quizas me habia perdido un capitulo o una pelicula por no saber quien caraj* era junini cuando supe quien era casi me da algo al saber que mi martirio de pequeño fue un error de doblaje >…> ok me fui, retomando lo de antes jejeje, ahora que estoy un poco mas grande me parece raro que cada pilar en si no este en cada oceano, es totalmente entendible que se tome como fumada pero no la logica deberia ser esa no? O eso es lo que mi logica me dice, pero al parecer para ti tampoco es asi o si?

Bueno creo que es momento de pasar al siguiente capitulo

Shiryu V

Compañero ante de dar mi rewie

"Trató de ni siquiera tragó saliva"

Esta frase esta mal dicha (creo) no seria mas idóneo ponerla así

" Trato de ni siquiera tragar saliva"?

No se porque cuando leí esa parte como que me quede pensando un momento a ver si le encontraba sentido pero aun no lo veo

Bueno dejando eso a un lado, este capítulo estuvo bastante bueno y mas largo que el anterior, es bastante claro que este es el rival ideoneo para Krishan, hay que tener un conocimiento bastante claro, algo que estrategia y una técnica eficaz, no veo a otro (ni siquiera a Ikki) venciendo al general

Oye siempre me ha parecido que los malos tienen punto tan importante y claro, que no veo como hacen el grupo de los buenos ( en este caso los santos) para rebatirlo con eso argumentos, a veces tan pobres (como los de Saori, el amor bla bla bla, el cariño, bla bla bla.... HAY YA CALLATE PENDEJ*), que de verdad se me dificulta bastante, por ese tipo de razones no me gusta hacer personajes malos, porque cuando les doy la opinion que tengo sobre la obvia maldad en este planeta y sus incontables crimenes no se como hacer para responderle con un argumento que verdaderamente respalde lo que quiere mi protagonista quiere defender sin hacerlo simplón y tan... si simplón :p

Por esa razon no escribo sobre Saint Seiya DX

Bueno mas alla de eso este capitulo fue, como ya creo que mencione, muy bueno, la batalla excelente y con un final raro... la destruyo o no, o solo quieres hacer dramatisto con lo de la ceguera? Hay Felipe esto parece ya una novela de Telemundo te pasas amigo

Por eso y por lo de Seika

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XDDDD

bueno es hora de irme, Feliz año compañero que tengas un prospero año 2016 :smile5:

PD: asi que intimaron Hyoga y Frejya mmmmmm .....

#397 -ñ-

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Posted 03 January 2016 - 22:22 pm

Buenas

 

 

Me ha gustado lo que he leído. Un gran trabajo en la descripción y la puesta en escena de las motivaciones de los diferentes personajes. Me gusta que todos los personajes estén desarrollados, no son buenos porque sí o no son malos porque sí. O no son 100% buenos ni 100% malos. Me lo he leído en una semana, releyéndome todos y cada uno de tus aportes. En todo momento he estado inmerso en la idea que transmite esta obra. Además, tu implementación de tantos personajes y referencias cruzadas hace que me sonriera más de una vez y me dijera "lo ha vuelto a hacer, ha conseguido mencionar a "fulano" y que realmente no fuera gratuito.

 

 

Como nota, he de decir que se notan quienes son tus favoritos y a cuales no les tienes tanto cariño, y en función a ello, me imagino que ciertos pasajes de Hades serán 100% reestructurados. Otra nota, a ver como te las ingenias para que las armaduras de sagitario y acuario salgan de la elíptica con la barrera de Poseidón dando por saco.

 

 

P.D. Mi mayor crítica, faltan mujerzuelas.



#398 Killcrom

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Posted 04 January 2016 - 05:40 am

Ya sabía yo que tu fic no siempre podría ser genial. Has cometido el mayor error que todo autor puede cometer: usar al pato hielín. Solo por ese detalle ya dejaste de ser mi ídolo, Felipe.  -_-

 

Nah, no es para tanto. Es cierto que no me gusta nada el pato. Y no ayuda que lo manejes de forma excepcional. Pero eso no implica que no hayas escrito un buen capítulo. Este Hyoga I, a pesar de todo, lo veo un poco más flojo que los anteriores. 

 

Comienzo por la trama. Interesante que aunque no hayas incluido las "galaxian (?) wars" sigas manteniendo las confrontaciones que se vieron en el torneo. Eso me hace preguntarme si veremos un Shiryu vs Seiya o un... ¿cómo se llamaba el inútil del lobo? ¿Nachi? Bueno, eso, Nachi vs Ikki.

 

La forma en que manejas la "nueva" trama del torneo galáctico es impecable. Quisiera ver si la saga de los santos de plata (mis favoritos) está a la altura de esta nueva orientación que das a los eventos.

 

Las personalidades de los personajes son reflejo fiel de las canónicas. Tenemos al pato vanidoso que nos presentó Kurumada al principio, y al payaso de Ichi, siempre infravalorado. La verdad, en esta ocasión no salió tan mal parado, aunque es cierto que el pato fue infinitamente superior. 

 

Ya no hay más personajes de los que hablar, porque los ciudadanos random no cuentan, ¿o sí? Pasando a los detalles formales, aquí es donde encuentro el capítulo más débil que otros. He señalado algunos puntos que te copio: 

 

1.- "A pesar de haber vivido unos años allí le desagradaba de sobremanera, lo suyo era otro tipo de clima." --> La expresión "desagradar sobremanera" no necesita preposición. Luego, tras la palabra "sobremanera" necesitas, en mi opinión, una pausa mayor a la coma. 

 

2.- Esta frase es confusa: "La nieve comenzó a caer a medida que se acercó al bosque. La Caja de Pandora en su espalda se puso aún más blanca como una capa que la cobijó." A ver si comprendo: ¿la caja de Pandora se puso como una capa para cobijarse a sí misma? Lo cierto es que se lee demasiado rebuscado. Habría formas más sencillas de decir eso sin duda. Cómo continúa el párrafo tampoco ayuda. 

 

 

3.- ¿Color anís? ¿Pero eso no se bebía? Confieso que tuve que buscar el tono anís. Para mí solo era un líquido que se podía hacer pasar por agua una vez bebido...

 

4.- Aunque el término "superciliares" sea necesario para describir a Ichi, es demasiado técnico. Convendría una aclaración o nota, o directamente explicarlo de otra forma. Claro, esta es mi opinión. 

 

5.- "Sería calvo si no fuera por el larguísimo mohicano gris que llegaba hasta mitad de la espalda." Te seré sincero y diré que por contexto se entiende. Pero el que no sepa qué es el estilo mohicano podría pensar que Ichi tenía un puñetero indio en la cabeza.  :t589:  ¿No sería mejor añadir "pelo" o incluso "estilo de peinado"? Vamos, no seas tacaño de palabras. ¡No es lo mismo lucir un pelo afro que tener un Afro encima!

 

6.- "El chico le gritó algo con un acento japonés tan raro que pudo entenderle aun repitiendo las palabras en su mente. " Esto parece como si no tuviera sentido. ¿Se te olvidó una negación, o no leí bien?

 

7.- "Si eres un Santo habría dos opciones: la primera sería que sepas a qué vine por la carta del Cuervo, por lo que no tendría nada en tu contra, simplemente te pediría que te largaras de mi vista; la segunda sería que no sepas qué hago aquí, lo que te convertiría en uno de los traidores al Santuario, por lo que te mataría." --> Parece como si el condicional requiriese un subjuntivo… Las intervenciones de Hyoga de este párrafo quedan bastante... ¿extrañas?

 

8.- "Hasta el Manto era extraño, parecían." --> Vas a enumerar. Usa los dos puntos.

 

9.- Son varios comentarios para una oración, por lo que te lo dejo tal y como se ha pegado: "parecían varias piezas pequeñas unidas como escamas de serpiente [D. F. 1] especialmente en la falda y brazales,[D. F. 2]  de las manoplas surgían tres garras de gamanio [D. F. 3] que se veían bastante filosas. "

 

 [D. F. 1]Coma después. Parece que haces un inciso.

 [D. F. 2]Pausa mayor.

 [D. F. 3]Aclaración necesaria. 

 

10.- "Si eres el Santo de Hidra entonces no tienes por qué morir, sino que al contrario deberías obedecer las órdenes del Santuario,  no veo motivo para que te metas en esto y arriesgues tu vida." --> Después de "Santuario" vendría mejor un punto. Pero bueno, no creo que sea 100% obligatorio.

 

11.- "Aunque no sonrió le hizo gracia" --> Yo pondría una coma entre "sonrió" y "le". 

 

12.- "Caminaron varios metros subiendo por la montaña frondosa, cada vez más nívea."--> "Níveo" es "de nieve". La montaña no es de nieve, está nevada. Por lo que recomiendo otra palabra. 

 

13.- "Esquivó otro golpe haciendo que pasara de largo pero su agilidad lo recuperó, logró pasar su pie por encima de su espalda y cabeza y le dio con la punta en la nariz. La sangre al fin salió. " --> Esta oración es bastante confusa. Yo no logré imaginar la escena.  

 

14.- "¿En serio? ¿Apenas me dañaste la nariz y ya te sientes vencedor? —En serio era un sujeto ridículo..." --> Repites "en serio". 

 

15.- "Sutilidad" --> Aunque la palabra existe, prefiero "sutileza". 

 

16.- Cuando dices "ahora estamos a mano", repites la palabra "mano" en la oración inmediatamente siguiente.

 

17.- Curioso lo de "hijo de un demonio con un payaso". Honestamente, no me gusta. 

 

18.- "Nunca desprecies a los colmillos de la Hidra" --> Sobra "a". 

 

19.- "Rubiecito" --> ¿No sería más correcto "rubito"? Bueno, es un personaje quien que habla, pero si ha dicho esa palabra mal a conciencia, deberías ponerla en cursiva. 

 

20.- Hay un punto del capítulo en que aparece "elVeneno" así, junto. 

 

Y hasta aquí llega mi revisión. Como te he dicho, buen capítulo. La pelea algo estática (inevitable) y el nivel de narración un poco por debajo de lo que acostumbras. La fidelidad a las personalidades de los personajes es alta y la forma de gestionar el arco del torneo galáctico sigue siendo brillante. 

 

A la espera de que publiques más capítulos (?). No, mentira. A la espera de que yo lea más de tu genial historia. 

 

¡Un abrazo y feliz año!


Edited by Killcrom, 04 January 2016 - 05:47 am.

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(Parte 3 de 3)

Publicado: ?? de ? de 2018


#399 Patriarca 8

Patriarca 8

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Posted 04 January 2016 - 10:16 am

SHIRYU V

 

Lo bueno

 

-el flashback de Muu en la mente del dragón

 

-el poder que despliega  Krishna 

 

-el enfrentamiento con toques de heroicidad

 

Lo no tan bueno

 

el final fue demasiado abrupto tomando en cuenta que ya se sabe que la

lagartija ciega va a destruir el pilar,no

entiendo porque quieres dejarlo en suspenso

 

 


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#400 -Felipe-

-Felipe-

    Bang

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Posted 04 January 2016 - 11:36 am

Me ha gustado mucho la introducción de las memorias de cada caballero de oro que tienen los de bronce, según el que dio su sangre para cada armadura. 

Gracias Carlos, qué bueno que haya salido bien esa idea.

Con respecto a tu pregunta, el Gran Resplandor (Maha Roshini) de este Krishna no deja ciego. ¿Dejar ciego otra vez a Shiryu, cuando recién viene saliendo? No quería caer en el cliché, así que le cambie el efecto. El Maha Roshini afecta todos los sentidos, haciéndolos más sensibles de lo que un humano podría soportar, además de un leve daño físico. Así, el oponente termina muriendo por el sufrimiento mental y la locura; pero como Shiryu fue entrenado en la fortaleza mental por Dohko, pudo sobrevivir.

 

Igualmente, que tengas un buen año Carlos.

 

 

 

Buenas, Felipe en la última tanda se me pasó comentar, a veces me pasa jaja oye por cierto te lo habia dicho no.... como te atreves a hacer eso

Me dijiste que si metía a Marin de Lymnades me ibas a denunciar, pero metí a Seika, lince cósmico. Así que a favoritos, denunciado, +10 y bloqueado xD

 

Sí, bueno, todavía no se ve en batalla a Lymnades, así que hay que esperar. Aunque como lo hice tan bueno en el tema ilusorio, tuve que compensar. En todo caso, cuando pelea disfrazado de Seika, se muestra tan débil a propósito, para que Seiya se conecte de forma más emotiva con ella. No te preocupes, Kaça es mucho más fuerte que eso.

 

Lo que pasa con los Pilares es que ni Kuru ni TOEI lo explicaron jamás de forma explícita. Para peor, en el manga los Pilares son pequeñísimos, no solo de contextura, sino mucho más bajos, el nivel del agua está a un salto de los personajes; mientras que en el anime son tan grandes y altos que no se les puede ver la cima. En todo caso, en algunas escenas del anime algunos personajes pueden ver las sombras de varios pilares desde el mismo punto, así que parece ser que están todos en el Mediterráneo.

A mí no me gusta esa idea, además que no me sirve por el tema de la cúpula que sostienen en todo el mar. Sin embargo, ni siquiera con todas las licencias artísticas parece lógico que corriendo en dos horas vayas desde el mediterráneo a las costas de Chile, por ejemplo. Creo que cuando saque la versión PDF, voy a aumentar mucho las horas, aunque eso complique la trama de Saori. O los voy a poner en un fondo aun más al fondo, para que la superficie sea todavía más pequeña, no sé.

 

Gran errata ahí de la saliva, gracias por indicarla.

Con lo de los ideales... créeme, para mí también es difícil. Si fuera por mí pasaría una gran ola por todo el planeta para limpiarlo bien y dejar unos cuantos para que recreen la humanidad (lol), porque parece una bomba de tiempo que no aguanta más, con lo del calentamiento global, las guerras, las enfermedades, la crueldad extrema, etc... A veces es difícil no estar de acuerdo con el malo, pero ahí es cuando hay que separarse de uno mismo y meterse en la cabeza del personaje en cuestión. Yo no son precisamente de tipos malos, me gustan los personajes que pelean por el bien, pero ciertamente sus defensas no son siempre válidas, y los malos tienen bastante razón, pero aquí los protagonistas (y PdV) son los buenos. Hyoga es más realista en ese sentido, también Seiya, Shaina e Ikki que pelean por razones más "egoístas", pero con Shiryu, Shun y Saori se me hace muy complicado a veces, porque choca con mis propios pensamientos.

En todo caso, en parte tienen razón. La gente mala se nota más, y por eso parecen más notorios, pero hay muchísima gente buena en el mundo que no merece ser castigada por los crímenes de unos cuantos. Desde esa perspectiva los Santos pueden tener razón; el problema es el que planeta, físicamente, igual está como la m*erda jajaja

 

Uff, lo de Shiryu. Junto con el comentario de T-800 me queda claro que no hice bien esa escena final. Mi intención no fue crear ni suspenso ni dramatismo, ni siquiera dejar inconclusa la escena, sino simplemente mostrar que Shiryu ya "no siente" lo que está pasando alrededor por efectos del Gran Resplandor (de hecho no va a tener más capítulos en este volumen), no ve ni oye bien, solo está actuando por inercia. Gracias por hacerme notar que no quedó bien, voy a cambiarlo para cuando salga la versión pdf :)

 

Sí, Hyoga y Frejya tuvieron el más frío de los momentos calientes jaja Que tengas un muy buen año.

 

 

 

Buenas

OMG! ¿Ñ por aquí? Ni idea que leías fics, ni menos que seguías el mío en las sombras xD Me sorprendió gratamente que leyeras toda la obra de una sola vez, soportando las horribles imágenes y la baja de calidad en el segundo volumen jaja

Bueno, me alegro que a otro lector le guste mi manera de desarrollar e interpretar a los personajes. Es en lo que más me esfuerzo, en todo caso, el diferenciarlos.

Y sí, imagino que se nota que me gustan Shun, Shaina, Shiryu, Muu, Aiolia, y que me esfuerzo por hacer un buen Milo (tuve que basarme demasiado en Mila para que me fuera más fácil); y que no me gustan Hyoga o Saori, y otros más. Sobre cómo saldrán esas armaduras, ese capítulo lo escribí hace una semana, debería publicarse en un par de meses, creo...

 

Se que faltan mujerzuelas, estimado, pero no se en qué parte de la trama meterlas. Quizás en la saga de las Saintias........... xD

 

 

 

 

Ya sabía yo que tu fic no siempre podría ser genial. Has cometido el mayor error que todo autor puede cometer: usar al pato hielín. Solo por ese detalle ya dejaste de ser mi ídolo, Felipe.  -_-

 

¡Un abrazo y feliz año!

 

Un gusto verte por acá otra vez, Killcrom. Y sí, es obvio que en algún momento me iba a caer del altar (lol) cuando metiera a Hyoga. ¿Un secreto a voces? No me gusta, y nunca me gustará el ganso tampoco.

Eso explica la suprema cantidad de erratas que tengo en este capítulo y que incluso tras la revisión se me pasaron. Arreglaré todas para alguna segunda versión del pdf, es una lástima que nunca pueda revisar completamente todo (aunque en algunos casos no habría podido hasta que me las hicieras notar, por desconocimiento).

Solo una cosa: "nívea" simplemente la usé como sinónimo de "blanca", no en relación con la nieve en sí. Todo lo demás perfecto, y lo agradezco mucho, amigo, lo corregiré más adelante, espero. Pero en serio, wow, qué despreocupado estuve con este capítulo, y me temo que te encontraras con situaciones similares en capítulos posteriores de Hyoga.

 

El caso es que creo que todos tenemos nuestra "Brienne", ¿o no? Martin se vio en la necesidad de hacer capítulos de ella, y que resultaran absurdos y aburridos. Conmigo es Hyoga, aunque últimamente he tratado de ponerle más empeño (como hice con Milo). Al fin y al cabo es uno de los protagonistas principales.

 

Que tengas un gran año, Killcrom :)

 

 

 

SHIRYU V

 

Lo bueno

 

-el flashback de Muu en la mente del dragón

 

-el poder que despliega  Krishna 

 

-el enfrentamiento con toques de heroicidad

Qué bueno que te haya gustado el FB de Muu, porque de los cuatro que he hecho, es el que menos me gustó como quedó. Solo queda uno, el que le toca a Hyoga, pero faltan unas semanas para ello.

Ahora que lo pienso, cuando le toque salir a Dohko en gloria y majestad, espero que no te exploten los ojos por tanta snesualidad y heroicidad librana jaja

 

Tal como le dije a Piscis, fue mi error el que no quedara bien lo de Shiryu. No fue mi intención que quedara en suspenso, Shiryu no va a tener más capítulos. El final fue abrupto porque en ese momento Shiryu deja de sentir lo que ocurre alrededor, sus sentidos se hacer pedazos y empieza a actuar solo por inercia, como una máquina, para destruir el Pilar. Lo hice para evitar describir qué pasa cuando se destruye un Pilar otra vez, y aproveché la situación del Dragón, pero no resultó. Lo lamento por eso :(

 

Eso sí. Yo escribo con la idea de que nadie ha visto SS. Es egoísta, lo sé, pero así me resulta más fácil arreglar los errores de Kurumada. Lo que quiero decir con esto es que no siempre esperes que ocurra lo mismo que en el manga. De hecho, hoy escribí un capítulo (que debería salir en un par de meses) con el final de la batalla entre un General y un prota, y es un final completamente diferente al del manga y anime clásico.

 

En todo caso, gracias como siempre T-800. Estoy a punto de crear un personaje con tu nombre dada tu "fidealidad" al fic (como veo que varios han hecho ya jaja, ¿cómo rayos lo haces para leer tantos fics?) Que tengas un gran año :)

 

 

SHUN V

 

Aproximadamente nueve horas desde el encierro de Saori Kido.

—¿Qué fue ese Cosmos que se apagó de repente? Se parecía al de Hyoga, pero… ¿es posible? —Al dar un paso más en dirección del Pilar, se tambaleó y sintió una molesta puntada en la zona donde el Águila había golpeado. También le dolía mucho el pecho por culpa de la Abeja, el cuello donde las Abejas se habían dado un festín, y los brazos donde los Lobos habían mordido. Hasta respirar se le hacía difícil; el Gran Tornado era una técnica temible.

Y para peor, se había perdido. Originalmente había corrido hacia el océano Índico, pero se había desviado más al sur, y estaba en el Antártico, según lo que dijeron los Marina a los que interrogó. Sabía que estaba cerca del océano Índico, sintió un gran remezón cuando alguno de sus compañeros destruyó el Pilar; Shiryu tal vez, dado el débil pero tranquilo Cosmos.

«Algo me da mala espina, hay algo raro cerca. Es como lo que sentí en el Templo de los Gemelos» pensó, justo cuando sus cadenas apretaron en sus brazos repentinamente. Supo que había un enemigo cerca por la agresividad con la que las cadenas querían liberarse…

 

Otra cosa captó su atención cuando se adentró en el patio principal. Seiya y Hyoga estaban en el piso, a un costado de un pequeño templo, aparentemente inconscientes. Corrió y se arrodilló junto a ellos para confirmarlo, y palpó el latir en sus muñecas. Estaban vivos, pero no por mucho; seguían perdiendo sangre a raudales de unas heridas en particular.

La de Seiya en el estómago era tan profunda como la marca de un largo cuchillo, pero al mismo tiempo era limpia, como si lo hubieran atacado sin que opusiera gran resistencia. Hyoga tenía una similar en la zona posterior del cuello, tiñendo de rojo su cabello, el yelmo y la armadura blanca.

—¿Cómo los dejaron así? ¿Por qué no se defendieron? ¿Qué fue lo que…? —Shun se detuvo cuando las cadenas reaccionaron tan violentamente en sus brazos que casi se los arrancan. Los eslabones chocaban entre sí y se movían nerviosos, lo alertaban del enemigo tras de sí.

Shun no podía voltearse, pero percibía el calor de una llamarada cerca de su nuca. El oponente estaba justo detrás de él, con total disposición para asesinarlo de forma rápida. Desprendía un Cosmos realmente temible. ¿Así habían caído sus compañeros también?

—Nos volvemos a encontrar, Shun —dijo una voz gruesa y nostálgica. Una voz que pensó nunca volvería a oír, aquella que representaba la justicia y los más intensos valores, el compañerismo y el sacrificio por un bien mayor.

Shun se dio media vuelta y abrió la boca con asombro para mirar a alguien que, una vez más, había escapado de las tinieblas tristes del infierno. Sintió como sus ojos se humedecieron apenas vio sus ojos azules llenos de vida.

—¡I-Ikki! —gritó con fuerza, pero antes de decir algo más enmudeció. ¿Y si era una trampa?

El hombre frente a él tenía el mismo semblante, físico y voz de su hermano mayor. El Cosmos que desprendía era también el mismo, lleno de virtud y justicia. Las cadenas en sus brazos se habían calmado de pronto, todo indicaba…

—¿Por qué pones esa cara, Shun? Es como si hubieras visto un fantasma.

—Pero tú… ¿Cómo es posible? —Aunque intentaba mantener el raciocinio, era incapaz de detener el flujo de sus lágrimas.

 

La última vez que vio a Ikki fue cuando se despidieron en el Templo de los Peces, y su hermano siguió subiendo las escaleras. Shun había pensado que había sido una ensoñación hasta que una mañana Seiya confirmó la ayuda y presencia de Ikki en la batalla final, dando su vida para darle tiempo de salvar a Saori.

Al arrastrarse hacia atrás, su mano topó con el brazo de Hyoga, y recordó el estado en que estaban sus amigos. Por un instante, clavó una mirada desafiante en el hombre que tanto se parecía a su hermano…

—¿Acaso tú…?

—Tranquilo, todavía podemos salvarlos. Hay que llevarlos a un lugar seguro —dijo el hombre, arrodillándose para poner su mano sobre el pecho de Seiya.

—¿Q-quién les hizo esto?

—Lymnades —contestó Fénix, mirando algún punto lejano al este del Pilar—, el guardián de este lugar que llaman Tos. Llegué demasiado tarde, no pude evitar que dañara a Hyoga y Seiya, pero lo perseguí y lo dejé gravemente herido. Fue un cobarde, jamás trató de dar batalla, se valía de trucos sucios para pelear.

—¿Lo… mataste?

—Lo perdí de vista, pero morirá desangrado, te lo prometo. —Ikki le sonrió como solo él sabía, con orgullo, confianza ciega en sí mismo y un dejo de gentileza sobria, y Shun supo que era de verdad.

—Entonces tú… ¿de verdad eres mi hermano? ¿Escapaste de las garras de la muerte? —Lo abrazó, y su hermano devolvió el gesto, revolviéndole los cabellos con su mano.

—Sabes perfectamente que el infierno jamás me aceptará, ja, ja.

Shun apoyó su cabeza en el peto de Fénix, que de seguro lo había ayudado a salir en innumerables ocasiones del infierno, y que como su nombre indicaba era inmortal, renacía con más…

 

«Un momento». Abrió los ojos con desconcierto, y la cadena de su brazo izquierdo se tensó de golpe. Shun se separó de Ikki cuando sintió su amenazador Cosmos, violento y traicionero, y sostuvo la Cadena Circular con ambas manos, deteniendo la que iba dirigida a su cuello.

—¡Demonios! —maldijo Fénix, aplicando más fuerza para tratar de cortar la cadena con su mano.

—¡Ikki! ¿Por qué me haces esto? —«Esta ira singular… Este hombre no es mi hermano, fui un tonto al pensar lo contrario».

—Deja de defenderte, Shun, ríndete, ¡y luego me suicidaré para reunirme contigo en el otro mundo!

—No me mientas, Marina, ¡quítate el disfraz de mi difunto hermano! —Shun arrojó su otra cadena, que ya estaba preparada para la lucha, pero el extraño evitó el golpe con una voltereta hacia atrás.

 

Sin embargo el hombre que tocó el suelo no era el ser similar a Ikki, sino alguien bajo y encorvado, vestido con Escamas sin forma, llena de protuberancias distintas, aletas irregulares y manchas de colores naranjos. Tras su extraño casco solo se veía su piel pálida y una sonrisa aterradora, casi bufonesca.

—Maldita cadena, pensé que la había bloqueado manejando tus emociones. ¿Por qué reaccionó a mi golpe? —preguntó con una voz horrorosa, aguda pero desafinada, como uñas afiladas en un vidrio, sin dejar de sonreír.

—Ikki llevaba su Manto Sagrado de Fénix, tal como lo recordaba de cuando luchamos en el monte Fuji… Pero, según Shaka, la armadura resurgió totalmente de sus cenizas tras terminar su batalla y tomó otra apariencia. La armadura no iba a volver a su diseño original por sí sola. —Shun se puso en guardia y sus cadenas danzaron a su alrededor, tan enfadadas como él. El guardián del mar antártico se había burlado de sus más preciados sentimientos.

—Ja, ja, ja, ya veo, me perdí ese detalle, qué error más tonto, ja, ja, ja —rio el General, que a pesar de su apariencia desgarbada e irreal, desprendía una energía intimidante—. Aunque perdiste la oportunidad de morir de manera rápida como tus compañeros; serás víctima de tu propia estupidez.

—¿Tú eres el verdadero Lymnades? —Shun había leído ese nombre en un viejo libro de mitología. Ninfas de los ríos, espíritus que protegían la naturaleza del mal de los hombres. Se decía que eran capaces de ver los sentimientos de los seres humanos y captar sus más profundos deseos, disfrazándose de sus seres más queridos para atraerlos a los lagos, y allí devorarlos.

¿Cómo pudo olvidar un detalle así? Se había distraído demasiado con la esperanza de que su hermano estuviera vivo.

 

—El más temible de los siete Generales, y el más leal a Poseidón. Soy aquel llamado Cazador de Almas, mi nombre es Kaça de Lymnades, niño.

—Tú… venciste a Seiya y Hyoga, ¿verdad? —Un ser que podía disfrazarse de los seres más queridos para ellos. No esperaron que esa persona les diera un golpe traicionero, él habría sufrido lo mismo de no ser por las cadenas y sus memorias.

—Debiste ver su expresión cuando se dieron cuenta de lo que ocurría. El Santo de Pegaso, perdido en su nostalgia, olvidando toda lógica en favor de reencontrarse con su hermana muerta, ja, ja, ja, ja.

—¡Malnacido! —gritó Shun. Su Cosmos empezaba a arder más y más, olvidándose de sus heridas anteriores.

—Y el Cisne, encantado de ver de nuevo a su figura paterna, a su maestro el Santo de Oro, desesperado por redimir el pecado de asesinarlo. ¿Qué mejor que saber que nunca lo mató en primer lugar? ¡Ja, ja, ja, ja! —Kaça abría los brazos y sacaba el pecho para reír, con el rostro hacia la superficie, confiado y orgulloso por sus propios actos cobardes—. Pero bueno, cayeron en combate sin entender qué ocurría, fueron imbéciles sentimentales.

—¡No! Ni siquiera escudándote en que fue parte de la crudeza de la batalla se puede justificar un acto tan vil y traicionero. ¡Acabaré contigo, Lymnades!

—¿Acabar conmigo? ¡Por favor! Fui el primer elegido de Poseidón a través de Salem, soy el más apropiado para defender su justa causa, no cambiarás eso. ¡Así como tus compañeros, sufrirás el mismo destino en un mar de lágrimas! —El General hizo el ademán de atacar con una descarga de Cosmos, pero Shun, dada su furia interna, fue más veloz.

 

Con sus cadenas inmovilizó completamente a Kaça, quien perdió su sonrisa burlesca por primera vez.

—No dirás… una sola palabra más… —amenazó Shun. Su corazón sufría al saber las atrocidades que eran capaces de llevar a cabo algunos Marina por el bien de una causa asesina. Ío no era así, pero no todos podían ser iguales. Aun así, ese sufrimiento no podía compararse con el de sus compañeros, atacados a traición por un vil cobarde.

—¿Qué pasa con… esta maldita cadena? —musitó el General, tratando de liberarse, pero los eslabones adquirieron los primeros brillos dorados.

—Sé cuánto veneraba Hyoga a Camus, casi tanto como a su difunta madre. Estoy seguro que su corazón no fue capaz de soportar tanta felicidad cuando se dio cuenta que seguía vivo, que no lo había asesinado… —De a poco, Shun soltó algunas chispas para amedrentar a su rival, pero quería que supiera cuan erróneo estaba su método de lucha antes de vencerlo completamente.

—Je, je… ja, ja, ja, ja —volvió a reír el General. Eso hizo a Shun temblar, no sabía si de miedo, impotencia o pena, pero su Cosmos seguía subiendo.

—Y la hermana mayor de Seiya murió de depresión, atropellada en medio de la calle cuando pensó que tal vez no volverían a verse. El saber que Seika estaba viva debió provocar una alegría inconmensurable en el corazón de mi amigo… ¡Te llaman el Cazador de Almas! Te dedicas a mancillar el espíritu de las personas, los recuerdos más hermosos de sus seres queridos que yacen en su interior… ¡Eres repugnante, Kaça!

«Ikki…»

—¿Y qué piensas hacer al respecto? —se mofó el General.

—Demostrarte qué puede hacer un corazón dañado. ¡Sopla, Cosmos! —La armadura de Andrómeda tomó tintes dorados de golpe; su Cosmos, llevado por la furia, alcanzó su límite, lo mismo la cadena que usó para atacar, transformada en un relámpago destructor, la Onda de Trueno.

—¡I-imposible! ¡Ah!

 

La cadena adquirió tal potencia que agrietó el peto deforme de Lymnades, quien saltó atrás apenas se liberó de la otra cadena, salpicando sangre como una estela. Pero Andrómeda no estaba dispuesta a parar allí, y Shun no iba a detenerla. La tormenta rugió con más fuerza, y la Onda de Trueno desapareció y apareció unas veces más como en un acto de magia, para golpear decenas de veces a un General que solo era capaz de bloquear algunos choques y evitar otros, pero no la mayor parte que seguía haciendo estragos en su oricalco. Los resplandores de oro de los eslabones eran tan brillantes como los del nunchaku de Libra, bailando sin cesar en la oscuridad del océano Antártico.

—Qué es este poder, no corresponde al de un Santo de Bronce, ¡ahhh!

—¡Me vengaré en nombre de mis amigos, Lymnades!

—M-maldición… —Kaça dio unas piruetas extremadamente elásticas y ágiles en el campo de batalla, y finalmente logró esquivar una centena de golpes, incluso rodando hacia atrás y saltando como un pescado fuera del agua. Parecía estarse acostumbrando a la Onda de Trueno, que comenzaba a recuperar sus colores normales, rosas como flores de primavera.

—¡No intentes escapar, nada es capaz de huir de mi cadena!

Kaça desapareció en medio de una sombra, pero sus armas siguieron su curso. Destruyeron columnas, baldosas, espejos, piedras y trozos de hielo, como sabuesos implacables buscando a su presa.

 

Al final, la hallaron y atraparon nuevamente, esta vez con más fuerza. Kaça de Lymnades no sería capaz de huir otra vez.

—¡Te atrapé!

—¡Demonioooooos! —gimió el General, pero a pesar de su expresión de  agobio, Shun notó un dejo de seguridad en sus letras.

—Con esa cadena pude atrapar a Ío de Escila y a su Oso. No podrás huir de su ira, Lymnades.

—Sí, je, je, definitivamente es un arma todavía más impresionante de lo que se cuenta, pero lamentablemente, inmóvil o no, serás incapaz de matarme. Seguiré robando los corazones humanos de aquellos que escapen del Mabelmok de mi dios, triturando sus almas hasta que no quede nada que se lleve el mar.

—¿Estás seguro? —preguntó Shun, y se sintió listo. Un hombre así no podía ganarse un perdón o una oportunidad. Era malvado, no luchaba como los demás Marina por ideales, aunque erróneos, sinceros. Era traicionero, vil y déspota, no merecía vivir.

Shun tomó entre sus dedos el prisma púrpura de su mano derecha.

—Así es. Eres muchísimo más sensible que Pegaso y Cisne, tu bondad y misericordia te juegan en contra, te frenan en batalla. No terminarás con mi vida, Andrómeda, ¿o acaso matarías a tu hermano mayor? —De pronto, atado por su cadena ya no había un Marina gruñendo y riendo, sino el Santo de Fénix, noble y justo, con su armadura brillando con las llamas de la muerte.

—¡No puede ser!

—¿Vas a matarme, Shun? —preguntó Fénix a viva voz, con sus ojos azules fijos en él, juzgándolo.

 

No. No era Ikki.

—¿Q-qué estás ha-haciendo…?

—Quítame estas cadenas de encima, Shun, ¡no seas tonto!

—¡Ya! Detén esto, maldito Lymnades. —Su voz se cortó en la última sílaba, se le anudó la garganta y le ardieron los ojos. Los dolores físicos de su batalla con Escila también regresaron.

—¿No vas a obedecer a tu hermano mayor?

—¡No eres mi hermano! ¿Cómo podría caer en una trampa así a sabiendas de que está muerto, y de tu identidad? ¡No me subestimes! —Levantó la Cadena Triangular, pero su mano temblaba con descontrol—. ¡Surca el cielo y atraviesa el corazón del monstruo Lymnades, Andrómeda!

—¿¡De verdad matarás a tu propio hermano, Shun!?

—¡Silencio! —Arrojó la cadena mientras los recuerdos de su infancia juntos se apoderaron de su mente.

 

Había reído, discutido, llorado, jugado y muchas cosas más con él. Juntos, como prometió Ikki a su difunta madre; incluso después de la muerte, hasta el final. También rememoró sus batallas tras su retorno de isla Reina de la Muerte en el monte Fuji, su sacrificio, y la pelea trágica en Virgo. Y murió en el Ateneo. De verdad tenía que aceptarlo.

«Murió. La Explosión de Galaxias lo hizo polvo, él no volverá, este no es mi hermano. Es Lymnades. Debe morir por lo que hizo a Seiya y Hyoga… ¡Debe morir! Debe…»

Y cuando ya no pudo controlar el llanto ni el movimiento de su brazo, ni la desesperación y la culpa en su garganta, Shun descubrió que había detenido la cadena a centímetros del fantasma de Ikki. Los huesos en su mano se hicieron trizas, la cadena todavía quería asesinarlo, llevada por la ira en el corazón de su dueño. Pero…

 

—No puedo. No puedo hacerlo… ¡Maldición! —lloró Shun, alejando la vista de Lymnades, quien volvió a reír a carcajadas.

—Ja, ja, ja, lo sé, pobrecito…

—Incluso sabiendo que es mi hermano, no puedo matarlo. Te odio, Kaça, ¡te odio con toda mi alma! —Finalmente logró controlar la cadena, y soltó a su presa, el hombre parecido a Ikki. Luego cayó de rodillas presa de la falta de ira, de fuerzas y de ánimo.

—Estoy orgulloso de ti, hermanito. Eres un hombre digno.

—C-cállate…

—Como recompensa a tu bondad, te daré una muerte relativamente linda y placentera. Ja, ja, ja… Relativamente.

—¿Qué?

El Cosmos de Kaça de elevó hasta las nubes, y sus manos (ya cubiertas de Escamas) se llenaron de electricidad, como hacían Shaina y Aiolia.

—¡Conmoción! (Shock)

 

Cientos de volteos recorrieron todo su cuerpo, lo azotaron y quemaron su piel. Fue arrojado bruscamente contra el Pilar, se estampó en él oliendo a humo, no le hizo una sola triza, y se estrelló junto a sus amigos, que también habían sido víctimas del juego sucio de un hombre poderoso.

Y él seguía siendo débil. Físicamente no fue capaz de soportar el Séptimo Sentido, ni de resistir sus heridas pasadas. Emocionalmente… seguía sufriendo la muerte de su hermano mayor, la persona que más quería.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja, y con este llevo tres, ja, ja! —rio Lymnades.

—Ikki… —Shun comenzaba a perder la conciencia, el mundo submarino se llenaba de sombras.

—Cuatro Santos de Bronce aparecieron en el fondo submarino, derroté tres y al otro lo venció el bueno de Krishna, ja, ja. Salem me dio también la orden de hacer un breve interrogatorio sobre el Santuario a sus almas, pero creo que solo los mataré. Aunque me gustaría disfrutar mirando por dentro a la Santo de Plata que anda por ahí…

—Ikki…

—No debieron venir al mundo de Poseidón. Con todas sus fuerzas, nunca fueron capaces de superarnos, ¡hemos vencido! Athena tampoco durará mucho, ja, ja, ja, ja, se reencontrarán todos en el otro mundo por oponerse a nosotros. No se preocupen, ¡yo me encargaré de cuidar el bello Santuario en su lugar, je, je!

—Ikki…

—Por favor —gruñó Kaça, a quien ya no podía ver—. No esperes la llegada de tu… difunto hermano, no seas patético. ¿No eres el que venció a Ío? Ten algo de respeto por ti mismo, por todos los dioses. —Lymnades le pateó la espalda, pero Shun ya no sentía dolor. Solo pensaba en una cosa—. Quizás debería decirte la verdad, ¿eso te haría sufrir, debilucho?

—Hermano…

—¡Con un demonio, cállate y muere de una p.uta vez! —Volvió a patearlo varias veces, y en segundos, Shun sabía que perdería la conciencia y luego la vida. Sin embargo, también descubrió con cierto placer que no estaba delirando.

Había un Cosmos cerca. Un Cosmos llameante.

—Ikki…

—¡Que te calles, put…! ¡¡¡Ahhhhhhhh!!!

Desde ese momento, Shun ya no pudo escuchar nada más. Solo sentía un tibio y justiciero calor.


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