CAPITULO 7:
Las palabras y las sombras emitidas por Mot cubrieron por completo a Junini haciéndolo perder el conocimiento. Después de algún tiempo trascurrido, el frio provocado del olear de las olas en sus pies logra hacer que el líder de la sombra mortal recupere nuevamente el conocimiento.
— ¡Auchss! ¿Qué fue lo que paso?, tuve un sueño horrible, donde me vi obligado a derrotar aun ser siniestro junto con sus estúpidos trucos—exclamo Junini, mientras acariciaba su cabeza con su mano.
— ¡Ha puesto a que era un dorado vistiendo la armadura de cáncer!—respondió otra voz que también se encontraba en el sitio—. Pero si fuiste el vencedor, ¿porque estas atrapado en este sitio?
Junini rápidamente busca al dueño de la voz encontrándolo cerca de donde se encontraba.
— ¡Pe…pero qué demonios, otra vez tu Mot! ¿Así que no fue un sueño?
—Mmm, no del todo; solo la parte donde tú ganaste—respondió el dorado de cáncer—. En este momento te encuentras dentro de la prisión de cabo Sunion, ¿supongo que no me ayudaras en dar información sobre los planes de tu padre?
—Ahora el que sueño es otro, yo jamás lo traicionaría.
—Me suponía eso, por esa razón me vi obligado en explorar tú alma joven guerrero. Se bien que le eres fiel a Polinices, así como también he visto que no te gusta llevar a cabo misiones sangrientas, pero aun así las cumples para ganar la aprobación de tu padre.
— ¡Maldito, como osaste aprovecharte de mi alma en tal estado! Incluso me has despojado de mi armadura.
—No te preocupes, se bien que tampoco sabes mucho sobre las verdaderas intenciones de tu padre querer invadir esta realidad, además al parecer has bloqueado tu mente con alguna técnica impidiéndome conocer mucho.
Junini comenzó acercarse lentamente hacia los barrotes de la prisión donde se encontraba para sostenerlos con sus manos y regresar su mirada hacia Mot
—. Deja que te diga algo. Como bien sabes mi padre es Rey de mi dimensión y mi madre era una doncella del santuario. A diferencia de los infelices de mis hermanos, los cuales nacieron con un gran poder, a mí me toco entrenar duro poniendo en riesgo en muchas ocasiones mi vida para poder desarrollar mi poder. Ahora que mis guerreros fueron derrotados, es más que seguro que el rey Polinices envíe a uno de sus ejércitos y tenlo por seguro que este santuario será destruido y bañado por las sangre de sus habitantes.
—Te agradezco por la advertencia, pero no pienso liberarte de este lugar tú te quedaras aquí—de repente el cuerpo de Mot caminando entre el agua del lugar traspasó los barrotes de la prisión como si fuera un fantasma—. Además creo que estas subestimando este santuario y el poder de sus poderosos caballeros que lo resguarda, así como a esta Tierra—la silueta de Mot desapareció de la vista de Junini, que solo mostro un gesto de desagrado.
En el universo T-850; Polinices se encontraba sobre su trono hablando telepáticamente con su medio hermano Oneiros, el cual era el patriarca del Santuario resguardado por los doce caballeros dorados de esa tierra.
—Necesito encargarme de ese universo lo antes posibles—grito un enfadado Polinices hacia su medio hermano, mientras sostenía un vaso lleno de licor.
—Su excelencia, si eso es lo que ha decidido, contara con la ayuda del santuario—respondió desde el trono del patriarca, los Oneiros que eran representado todos en un solo cuerpo con un rostro que a veces cambia en una especie de ilusión.
—Más sin embargo, este deberá llevarse con lo mayor discreción posible—repuso Polinices mientras absorbía un sorbo de su bebida—. Así que dime, ¿qué caballeros son los idóneos?
—Perdone que los interrumpa—resonó de repente una voz mientras su dueño se acercaba hacia el Patriarca después de abrir la puerta de la sala—. No pude evitar escuchar su conversación desde mi templo y vine hacia la sala del Patriarca para ofrecerme en dicha misión—el guerrero se detuvo a los pies de las gradas que llevaba hacia el trono del patriarca
—Mmm; ¡¿esa armadura que vistes?!...es una armadura en su estado divino, ¿dime quién eres?—pregunto Polinices mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.
—Soy Durk de Virgo; uno de sus hijos mi señor, mi madre es la Diosa Durga, una divinidad Hindú de la guerra.
—Ya veo, así que resultaste ser un Dios y también quieres unirte a tus compañeros dorados en esta misión—pregunto el padre de virgo.
—No señor, conmigo sería suficiente para tal misión. Recuerdo haber escuchado que debería llevarse con la mayor sagacidad la misión y con mi poder bastar para poner a ese santuario a sus pies mi rey.
—Jejeje, eso está bien, pero debes tener cuidado, recientemente los guerreros que envié fueron derrotados, en el cual estaba otro de mis hijos, un semidiós.
—lo siento señor, acometido un gran error, pero ningún humano o semidiós se puede comparar ante el poder de un dios, además ansió demostrar el poder de nuestro reino a ese insignificante mundo reinado todavía por esa ingenua diosa de la Guerra.
—Está bien Durk, confiare en tus capacidades caballero y puedas cumplir con mis deseos—Polinices abre un agujero dimensional en la sala del Patriarca donde el caballero de virgo entra para después desaparecer y volver aparecer nuevamente en otro lugar.
Edited by T-800, 10 September 2016 - 18:00 pm.